VICTOR L. URQUIDI
En el centenario de su nacimiento UN ECONOMISTA, FUNCIONARIO Y ACADÉMICO COMPROMETIDO CON LATINOAMÉRICA Y ACTIVO PARTICIPANTE EN LAS POLÍTICAS DEL DESARROLLO
POR
ILUSTRACIÓN: NORBERTO CARRASCO
VIOLETA VÁZQUEZ ROJAS MALDONADO DIRECTORA GENERAL SILVIA ELENA GIORGULI SAUCEDO
ILUSTRACIÓN: NORBERTO CARRASCO
Profesora-investigadora; Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colmex @violetavr
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20 DE OCTUBRE DE 2019
LA VIDA DE LAS PARTÍCULAS GRAMATICALES
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uando el lenguaje está en el centro de la discusión pública, las "palabras grandes" suelen ocupar el escenario: las que designan entidades del mundo, sus propiedades, o evocan claras imágenes mentales. Esas palabras, que los lingüistas llamamos léxicas, tienen una semántica transparente: cualquiera puede intentar definirlas con relativo éxito. Luego se afinarán los detalles sobre su uso en acaloradas batallas de lexicografía amateur: que si fifí es o no es una palabra clasista; que si chairo es inherentemente peyorativa; o que si la vergonzante historia de naco la hace insalvable bajo los estándares mínimos del respeto. Las palabras léxicas vienen de un costal sin fondo: se pueden crear a medida que se necesitan. Hace algunos meses, un panadero de Querétaro horneó una concha en un capacillo, y con el producto surgió un nombre: manteconcha. Antes, alguien tuvo la idea de rebanar una jícama, ensartarla en un abatelenguas y espolvorearla con chile y limón. Nacieron así un nuevo tentempié y una palabra: jicaleta. Las palabras léxicas se crean, cambian, se recuperan o se olvidan con el trozo de mundo al que designan, y muchas de ellas visten su historia en la solapa (como el caso del salario). Si surge un objeto nuevo, se inventará el vocablo que lo describa, y si otro deja de existir (como el bíper), morirá con él su nombre ocioso. Nada que importe quedará innombrado. Pero el lenguaje no lo conforman sólo las grandes palabras clasificadoras. Para que puedan articular un sentido, necesitan combinarse con otras, a menudo más pequeñas, a veces casi imperceptibles, y muy variadas. Los lingüistas las llaman “palabras funcionales”, pero algunas ni siquiera son unidades independientes, sino apenas piezas dentro de las palabras, trocitos silábicos sin acento que se recargan en ellas. Diversas y a veces diminutas, las llamaremos “partículas gramaticales”. Estas joyas de pedacería lingüística no designan trozos de realidad, sino instruyen qué hacer con las imágenes que las palabras léxicas evocan. Por su carácter operacional, no se inventan a placer y su significado no está al alcance de la manipulación consciente. Toda la creatividad lingüística manifiesta en las palabras léxicas se postra ante estas piezas impenetrables. Los hablantes de español discurrieron designar aquella creación de panadería como manteconcha, pero jamás podrían inventar una nueva marca de plural. El plural de manteconchas, como el de cualquier palabra del español, será la marca –s, sin alternativa. Esas piezas finas de la maquinaria del lenguaje —las reglas y partículas gramaticales— debieron ser lo que pensaba Saussure cuando emitió su dura sentencia: la masa está atada a la lengua tal cual es. Pero si bien estas piezas suelen escapar al escrutinio consciente de los hablantes, no les impide protagonizar sus propias grescas públicas. Tres de ellas, ocurridas en México en los últimos meses. La primera sucedió un poco después de las elecciones del 1 de julio de 2018, cuando se debía determinar, a partir de la votación, cuáles partidos políticos perderían o mantendrían su registro. La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE) establece dos causas para perder el registro: una de ellas es no presentarse a una elección. La segunda es, textualmente: “(b) No obtener en la elección inmediata anterior por lo menos el tres por ciento de la votación válida emitida en alguna de las elecciones para diputados, senadores o Presidente de los Estados Unidos Mexicanos…”. En esa formulación interactúan dos partículas gramaticales: la negación no —en “no obtener”— y el cuantificador indefinido alguna — en “alguna de las eleccio2E
nes”— (que como expresión tiene su propia complejidad). Casi siempre que esas dos piezas interactúan, surgen ambigüedades, pues el negador instruye a invertir el valor de lo que viene a continuación, pero no suele marcarse dónde termina su ámbito de operación. Si el cuantificador cae bajo el ámbito de lo negado, la interpretación de la ley será benévola para los partidos: se pierde el registro cuando no hay alguna elección en la que se alcance el 3% de la votación: sí hay alguna elección en la que se obtenga ese mínimo requerido, el partido conserva su registro. La otra interpretación de la ley es más severa: el cuantificador no cae en el marco de la negación, y, por lo tanto, se interpreta que, si hay alguna elección en la que no se obtenga el 3% de la votación, el partido sale del juego y pierde el registro. Aquí, pues, el requisito es estricto. Al final, las autoridades se decantaron por la interpretación benévola, a pesar de voces en favor de la más severa. Se permitió, pues, conservar el registro a dos partidos que alcanzaron el mínimo en alguna de ellas. Perola formulación del artículo permanece ambigua, y quizá lo mejor sería, en un futuro, atender a la interacción de las partículas gramaticales para no establecer una cláusula legal ambigua que es difícil —si no imposible— hacer valer. El segundo desatino de dos partículas gramaticales a citar tuvo lugar en 2017, cuando el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó el Módulo de Movilidad Social Intergeneracional (MMSI). En el estudio se solicitó a las personas que se autoidentificaran con un tono de piel de entre 11 dispuestos en una escala, y luego se les preguntó nivel de escolaridad y ocupación. Entre quienes se adscribieron en la tonalidad más clara de la escala, 31% reportaron ser directores, funcionarios, jefes, profesionistas o técnicos. En contraste, de quienes se identificaron con la segunda tonalidad más oscura, apenas 8.9% tiene este tipo de ocupación. Es decir: mientras más oscuro sea el tono de piel con que se identifica una persona, más probabilidades hay de que tenga una ocupación menos calificada (y, por ende, con menor salario), como trabajos artesanales, operación de maquinaria o de actividades de apoyo. La publicación del módulo levantó un debate intenso, entre otras cosas, porque cuantificó una realidad social que todos conocíamos, HERALDODEMEXICO.COM.MX
pero rehusábamos nombrar: en México el tono de la piel es un rasgo racializado que incide en la distribución desigual de las oportunidades y del ingreso. Pero lo que me ocupa no son las hondas y enrevesadas raíces del racismo, sino la formulación con la que el entonces presidente del INEGI, Julio Santaella, resumió en un tuit esa parte del estudio: las personas con piel más clara son directores, jefes o profesionistas; las de piel más oscura son artesanos, operadores o de apoyo. Esta formulación levantó resquemores. Sin conocer el estudio, algunos lectores reaccionaron con indignación, pues, según su lectura, el enunciado generalizaba acerca de las personas con piel clara o las de piel oscura, como si conformaran clases establecidas sobre las que se pudiera predicar alguna característica definitoria. Claramente, la intención de Santaella era reportar en 280 caracteres una correlación entre la tonalidad de piel con la que se reconocían ciertas personas y el tipo de puestos que desempeñan. Pero a quienes leyeron las cosas de otra manera les asistía cierta razón gramatical, por causa de dos partículas: primero, porque el enunciado empleaba el artículo definido plural los/las: se habló de “las personas con piel más clara” y “las personas con piel más oscura”. Una de las funciones del artículo definido es la de remitir a clases estables de individuos. Por otro lado, los verbos en presente simple suelen emplearse para predicar una característica general y no un evento específico. A los enunciados de esta forma se les llama enunciados caracterizadores. Cuando digo “Los leones comen carne”, caracterizo a los leones y predico una propiedad que ayuda a identificarlos e, incluso, a definirlos como una clase. Así, pues, cuando usamos un predicado en presente simple para decir algo sobre “las personas de piel clara”, pareciera que estamos presentando un rasgo característico o una propiedad definitoria de ese conjunto de individuos. Lo que se necesitaba poner de relieve es que la correlación entre tonalidades de piel y tipos de ocupaciones no obedece a que existan propiedades esenciales a las personas con un rasgo fenotípico u otro, sino a una realidad social que resulta de un proceso histórico tan injusto como complejo. Un lector con notable sensibilidad lingüística le planteó al director del INEGI la siguiente formulación: “Lo correcto es Hay más personas con piel clara que son directores…”. Estoy de acuerdo con ese lector en que su propuesta refleja más atinadamente el resultado del estudio, pues reporta un hecho social y no características personales. Los artículos definidos y los presentes simples son herramientas para la generalización caracterizadora y, como tales, partículas que se han de manejar con mucha atención en el discurso público. El último ámbito en el que una partícula gramatical es protagonista de un debate lo tocaré, necesariamente, de manera superficial: es el del lenguaje incluyente. Los argumentos políticos en favor o en contra merecen ser tratados de manera extensa, rigurosa y por separado. Me ceñiré a describir un aspecto gramatical inevitable: en español, los sustantivos que refieren a entes sexuados suelen terminar en -a si el referente es femenino, y en -o si es masculino. Se dice, entonces, que estas inocentes piezas morfológicas designan el género de los individuos. Pero el género gramatical, además de cumplir esta función designadora en algunos nombres, tiene una función morfosintáctica, que remite a las relaciones entre un sustantivo y las palabras que lo modifican, lo determinan, lo cuantifican, etc. Estas palabras “satélite” deben coincidir con el género del sustantivo, de modo que sepamos, por ejemplo, que cuando decimos “Los perros se subieron a las sillas mojados”, los que estaban mojados eran los perros y no las sillas. Uno de los problemas más conocidos del lenguaje incluyente es con qué grafía o sonido representar la referencia a grupos que incluyen tanto a hombres como a mujeres (personalmente, creo que la elección entre -@, –e o –x será un debate estilístico). El verdadero problema gramatical es cómo asumir la regla de concordancia. Una vez que se escoge una terminación para los sustantivos que designan entidades que incluyen a los dos sexos, ¿cómo se deberán marcar todos los determinantes, adjetivos, posesivos y cuantificadores que modifican al nombre? La solución no está a la vista, pero la complejidad del tema tampoco debe desalentar la discusión, pues el terreno del lenguaje incluyente es quizá uno de los pocos que ponen bajo la lupa la historia y la carga social del uso de un morfema (la marca de género gramatical) y no de una palabra de contenido léxico. Además de las razones políticas que lo motivan, el que los hablantes de una lengua debatan conscientemente sobre una regla morfosintáctica me parece un fenómeno fascinante. Ojalá que los lingüistas, lejos de juzgar la pertinencia de este tema, divulguen información clara al respecto y vislumbren una posible convención que recoja las prácticas lingüísticas de las y los hablantes de este siglo. HERALDODEMEXICO.COM.MX
LECTURAS DE EL COLMEX
EL VALOR DE LAS PALABRAS
"Los artículos definidos y los presentes simples son herramientas para la generalización caracterizadora y, como tales, partículas que se han de manejar con mucha atención en el discurso público".
HISTORIA MÍNIMA DEL YOGA ADRIÁN MUÑOZ Y GABRIEL MARTINO 2019, 1A. EDICIÓN, 293 PÁGS. COLECCIÓN HISTORIA MÍNIMA Este libro ofrece un panorama amplio y riguroso de un fenómeno muy divulgado, aunque no siempre bien comprendido.
PALABRAS NECESARIAS
“...el lenguaje no lo componen solo las grandes palabras clasificadoras. Para que puedan articular un sentido necesitan combinarse con otras, a menudo mas pequeñas...
LA LENGUA LITERARIA MEXICANA: DE LA INDEPENDENCIA A LA REVOLUCIÓN RAFAEL OLEA FRANCO 2019, 1A. EDICIÓN, 257 PÁGS. SERIE: LITERATURA MEXICANA, 19 Este libro examina, desde la literatura, un periodo nodal de nuestra formación nacional.
VIOLETA VÁZQUEZ Lingüista e investigadora
MUSEO DEL UNIVERSO. LOS JUEGOS OLÍMPICOS Y EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE 1968 ARIEL RODRÍGUEZ KURI 2019, 1A. EDICIÓN, 457 PÁGS. En 1968 la Ciudad de México exhibió nuestras expertencias mas universales: los Juegos Olímpicos y el movimiento estudiantil.
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VÍCTOR L. URQUIDI y el nuevo concepto de América Latina en la posguerra POR CARLOS MARICHAL Ilustración: Norberto Carrasco
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EN EL CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE VÍCTOR L. URQUIDI, CARLOS MARICHAL OFRECE UNA SEMBLANZA DE QUIEN FUERA UN ECONOMISTA NOTABLE, FUNCIONARIO GUBERNAMENTAL Y PRESIDENTE DE EL COLEGIO DE MÉXICO, PARA REFLEJAR LO MÁS ÍNTIMO DE SU ACTIVIDAD NACIONAL E INTERNACIONAL.
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En agosto de 2004 Víctor Urquidi dio su último discurso en la Sala Alfonso Reyes, ante la comunidad de El Colegio de México. Los presentes sabíamos que estaba enfermo, pero no de la gravedad. Don Víctor estaba sentado en primera fila y, cuando le tocó el turno, se levantó con alguna dificultad, pero caminó con paso firme al micrófono y sacó de su bolsillo una tarjetita. Habló de manera muy directa y concisa, y nos dijo que criado en una familia de diplomáticos siempre había tenido una visión abierta al mundo y a la importancia de estar al tanto y conocer el contexto internacional.
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UNA LARGA TRAYECTORIA
85 AÑOS TENÍA VICTOR L. URQUIDI AL MORIR, EL 23 DE AGOSTO DE 2004.
20 AÑOS DURÓ AL FRENTE DE EL COLEGIO DE MÉXICO: 1966 A 1985
80 CAJAS O MÁS TIENE SU ARCHIVO PERSONAL.
5 TOMOS PUBLICADOS DE OBRAS ESCOGIDAS. UNO EN PREPARACIÓN.
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Enseguida nos comunicó que, desde joven, en especial desde sus estudios en la London School of Economics, había tomado conciencia de la importancia de los enfoques interdisciplinarios para las ciencias sociales y que quería que tuviéramos presente esto en función de lo que era El Colegio de México. Con eso, y sin decir más, metió la tarjeta en su bolsillo, dio por terminada su comunicación, regresó a su silla y se sentó. Naturalmente, siguió un fuerte aplauso que evocaba el enorme respeto de toda la comunidad académica, y de otras personas presentes, pero a mí lo que me impresionó fue la brevedad de sus palabras, que quizá indicaban un mensaje de despedida. Pocos días después, el entonces presidente de El Colegio de México, Andrés Lira, fue a ver a don Víctor a su casa y le preguntó si autorizaba que El Colmex publicara sus trabajos. Andrés me dijo que el maestro asintió y, con eso, pudo formarse un pequeño comité editorial e iniciar el proyecto de obras escogidas que han aparecido desde entonces: ya son cinco volúmenes (el sexto está en preparación) y, como complemento, un excelente estudio biográfico realizado por Joseph Hodara. Después del fallecimiento de Urquidi su viuda, Sheila, entregó a El Colegio el archivo personal de don Víctor, más de 80 cajas que se resguardan en el Archivo Histórico de la institución. Son materiales imprescindibles para conocer el carácter polifacético de este gran intelectual y promotor del desarrollo latinoamericano en todos sus aspectos. Los textos incluyen materiales inéditos, correspondencia personal y oficial, así como borradores de discursos y artículos, que se prestan a estudios futuros sobre el personaje, sus escritos y sus múltiples contribuciones al pensamiento sobre el desarrollo económico y la integración latinoamericana, así como capítulos clave de la investigación y la enseñanza de las ciencias sociales en México. El archivo de don Víctor también remite a innumerables iniciativas de políticas públicas que él mismo puso en marcha o en las que participó. Su legado, sin embargo, no se ciñe al individuo y sus escritos y discursos, sino a algo mayor: al sueño de construcción de un nuevo concepto de América Latina que emprendió una generación de pensadores y hombres de acción durante la posguerra, especialmente de 1950 a 1980. En buena medida, esta generación inventó el concepto de “desarrollo” en la región e intentó aplicarlo a través de diversos instrumentos e instituciones. Seguir el pensamiento y las múltiples actividades de Víctor Urquidi a lo largo de su vida permite recorrer la trayectoria de la reflexión y la práctica del desarrollo económico en un periodo muy importante de la segunda mitad del siglo XX, tanto en México como en el ámbito latinoamericano e internacional. Urquidi perteneció, en efecto, a la generación más destacada y brillante de economistas del desarrollo de Latinoamérica, que abrieron la reflexión sobre los retos del crecimiento económico y social en la región e impulsaron el desarrollo, sobre todo a partir de la creación o impulso a instituciones fundamentales. Es la generación latinoamericana de los años 50: Raúl Prebisch, Hernán Santa Cruz, Celso Furtado, Felipe Herrera, Juan Loyola, Jorge Ahumada y Víctor Urquidi, entre otras distinguidas y prolíficas figuras. Todos ellos eran economistas, sí, pero abiertos a un concepto más amplio, atentos a la importancia de lo social y de lo cultural, y a las políticas públicas para impulsar el desarrollo, pendientes de lo que pasaba en el mundo y deseosos de que América Latina tu-
PARTICIPÓ EN MOMENTOS FUNDAMENTALES
"Don Víctor era un realista y estaba consciente tanto de las fallas de muchas políticas económicas adoptadas por los gobiernos, como del terrible impacto de las coyunturas internacionales desfavorables".
viera un papel destacado en la forja de un nuevo mundo en la época de la posguerra. Concluida la Segunda Guerra Mundial, todos esos personajes comenzaron a pensar y a planear el futuro desarrollo económico de Latinoamérica. Raúl Prebisch fue uno de los fundadores e impulsores clave de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), primer organismo regional de su tipo, con una enorme influencia posterior, y además contribuyó, a lo largo del tiempo, a la creación de una multitud de organismos de integración latinoamericanos que hoy son parte esencial del escenario internacional. Como embajador de Chile ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Hernán Santa Cruz fue una figura vital en el momento de promover la fundación de la CEPAL, y luego tuvo un destacado papel en diversas agencias de las Naciones Unidas, especialmente en la dedicada a la alimentación y la agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), además de ser un promotor incansable de la cooperación económica internacional. Celso Furtado es conocido no sólo como uno de los economistas más brillantes de la CEPAL sino también como el ideólogo más influyente del desarrollo 6E
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ILUSTRACIÓN: NORBERTO CARRASCO
económico equilibrado en Brasil, y promotor del Sudene, organismo regional de desarrollo del nordeste de Brasil, al menos hasta el golpe militar de 1964, cuando fue obligado a tomar el camino del exilio. Felipe Herrera pasó de ser director del Banco Central de Chile a fundador del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)en 1959, el mayor organismo financiero multinacional de América Latina, instrumento clave de financiamiento del desarrollo y modelo para otras regiones del mundo. Con Urquidi, estas y otras figuras contribuyeron a cambiar el concepto de América Latina y a alentar proyectos de crecimiento económico, industrialización e integración como nunca antes. Vale la pena insistir en la visión internacionalista que guió el pensamiento y la acción de Urquidi. Ella se manifestó desde muy temprano, ya que tuvo la oportunidad y la fortuna de participar activamente en la reunión internacional más importante celebrada durante la Segunda Guerra Mundial, conocida como la Conferencia de Bretton Woods, en julio de 1944 en New Hampshire, con la participación de 750 delegados de los países aliados contra el eje fascista. Finalizada la guerra, don Víctor asistió a la Conferencia Interamericana de la Guerra y de la Paz (1945), conocida como Conferencia de Chapultepec, convocada por la Unión Panamericana (el antecedente indirecto de la Organización de los Estados Americanos, OEA), en la que intervino en temas económicos, y que desembocó en las reuniones previas a la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pocas semanas después, con la Conferencia de San Francisco. La trayectoria de Urquidi como académico experto y HERALDODEMEXICO.COM.MX
alto funcionario internacional nunca conoció descanso: en 1947 asistió a la creación de la CEPAL, que impulsó el chileno Santa Cruz en las Naciones Unidas. Allí se inició una amistad y una colaboración reflejadas en una dedicatoria escrita por ese autor en su principal obra: Cooperar o perecer, el dilema de la comunidad mundial: 1941-1960, los años de creación, que se encuentra en la biblioteca personal de don Víctor. Es necesario resaltar que Urquidi se dio cuenta de que el peso latinoamericano era mínimo en las conferencias internacionales al final de la Segunda Guerra Mundial y que por ello era importante reforzar su presencia. Esto comenzó a cambiar con la creación de la CEPAL, y sobre todo con el nombramiento de Raúl Prebisch como su director, en 1950. Probablemente por eso, cuando Prebisch lo invitó a ser director de la Oficina México, Urquidi aceptó con entusiasmo. Allí, en la oficina mexicana de la CEPAL, trabajó de 1951 a 1957 y elaboró los planes para la integración económica centroamericana, un legado que aún falta reconocer en plena forma. En el ámbito nacional, la labor más sostenida de don Víctor fue su trabajo en dos instituciones fundamentales: el Banco de México y la Secretaría de Hacienda. Desde 1941 colaboró en dicho banco con Jesús Silva Herzog, cuando realizó un estudio sobre el petróleo. Sus labores continuaron en dicha institución y en 1947 realizó un viaje alrededor del mundo por encargo de la Secretaría de Hacienda para investigar la perspectiva de la plata, siempre importante producto de exportación del país, aunque también se buscaba que México participara en un intento por evitar el entonces cuantioso contrabando de dicho metal. En 1949 trabajó como economista investigador de dicha secretaría; y entre 1950 y 1951 fue miembro de la Comisión Mixta del gobierno de México y el Banco Mundial, constituida para estudiar la capacidad de absorción de capital exterior de la economía mexicana. Luego vino su gestión como director de la Oficina de CEPAL/México. Pero en 1959 volvió a colaborar como economista en el área de investigación de la Secretaría de Hacienda y en el Banco de México, en estudios sobre reforma tributaria, política de sustitución de importaciones, proyecciones de la oferta y la demanda de productos agropecuarios, planeación educativa y formulación de la política de desarrollo y de financiamiento externo, trabajos que realizó hasta el año 1964. Entre 1958 y 1959 asistió a las conferencias económicas de las Naciones Unidas como asesor de la delegación mexicana, que presidía Daniel Cosío Villegas. Y ese mismo 1958 fue miembro de la delegación de México en la Asamblea General de la ONU. Víctor Urquidi habría de ejercer el cargo de presidente de El Colegio de México (1966-1985). De su desempeño son testigos muchos investigadores de esta institución, así como los propios centros de estudios que impulsó. Urquidi tuvo la fortuna de trabajar hasta principios del siglo XXI y pudo redactar su obra póstuma, Otro siglo perdido: las políticas de desarrollo en América Latina, 19302005, publicada por El Colegio de México y el Fondo de Cultura Económica en la colección del Fideicomiso de las Américas. Ahí ofrece numerosas pistas sobre su interpretación de la trayectoria económica e histórica de la región latinoamericana. No era una visión optimista, pues pese a barajar ideas utópicas sobre la futura y plena integración de las economías del subcontinente, don Víctor era un realista y estaba consciente tanto de las fallas de muchas políticas económicas adoptadas por los gobiernos, como del terrible impacto de las coyunturas internacionales desfavorables. Por ejemplo, consideraba que la crisis de la deuda que había estallado primero en México, en agosto de 1982, y luego en los demás países de la región, era una de las causas del mediocre y muy volátil desempeño de las economías latinoamericanas desde entonces hasta principios del siglo XXI. Al comenzar su libro, Urquidi cita significativamente unos versos de la obra Richard III, de Shakespeare: “No te atengas al tiempo que vendrá, porque el que has malgastado prematuramente ya habrá pasado cuando lo quieras usar”. Es obligatorio preguntar a qué se refiere: claramente es una metáfora de los desafíos que presenta la vida y que asumió desde muy temprano. Era un hombre que quería aprovechar cada día y hora para la actividad, incansable tanto en sus múltiples proyectos e investigaciones como en los empleos que desempeñó. Pero debe sugerirse que desde muy joven se dio cuenta de los enormes desafíos que plantea el desarrollo económico y social de una sociedad, o nación, o región, como la de México y los demás países de Latinoamérica. Podríamos decirlo de otra manera. La pregunta que subyace en la cita de Shakespeare transmite la idea que absorbió a Urquidi: hasta qué punto América Latina pudo o puede aún tomar el tren del desarrollo. 7E
HOMBRE DE SU TIEMPO
"...perteneció, en efecto, a la generación mas destacada y brillante de economistas del desarrollo de Latinoamérica, que abrieron la reflexión sobre los retos del crecimiento económico y social..."
CARLOS MARICHAL Historiador económico
20 DE OCTUBRE DE 2019
ILUSTRACIÓN: NORBERTO CARRASCO
PESTE JUAN CARLOS CALVILLO
EDER DE JESÚS PEREA CASANOVA Estudiante de la Maestría en Ciencia Política
LA GUARDIA Y LA ESTRATEGIA
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inguna nación se construyó sin el uso de la violencia. No es difícil entender por qué el concepto de Estado de Weber se define por el monopolio de la violencia física legítima. Analizado desde esta perspectiva, para el caso mexicano es incuestionable, entre otros puntos, la existencia de grupos violentos y fuertemente armados enfrentados a su mandato, que controlan de facto algunas regiones pues la capacidad estatal no ha sido suficiente para detenerlos. Por tanto, el uso de la fuerza es necesario, si se desea solucionarlo. La frase “abrazos, no balazos” tropezó con la realidad de los grupos armados que le disputan al Estado su monopolio y que asolan vastas regiones del país. Por muchos abrazos que se den, el uso de la coacción es ineludible: así funciona el ejercicio de poder, sin idealizar la relación entre gobernantes y gobernados. La administración actual entendió que 20 DE OCTUBRE DE 2019
la estrategia debe cambiar, pero con el respaldo de las fuerzas armadas. Pero tan necesaria como sea la violencia, la estrategia no puede basarse solamente en la punición. El debate actual es pertinente, pues cuestiona hasta qué punto estamos dispuestos a ejercer la violencia física y cuán legítima o legal es en realidad la formulación del gobierno. No nos engañemos: aun siendo una corporación policial o militar, la guardia nacional enfrentará con fuego el crimen organizado. Pero reducir su éxito o fracaso al carácter militar o policial deja fuera otras cuestiones importantes. Una corporación policial puede ser tan implacable y violadora de los derechos humanos como una de tipo militar y, en ese sentido, será de mayor importancia la estrategia utilizada. Dicha estrategia ¿logrará compaginar la punición con políticas de revitalización económica, reducción de la pobreza y negociaciones de desarme? ¿Cómo se moldeará una corporación de cercanía con las localidades? La estrategia de confrontación puede complementarse con una de cercanía y reconstrucción pragmática de relaciones entre todos los miembros de la localidad. Si es cierto que ningún Estado fue creado sin violencia, también es cierto que ninguno ha sido capaz de ejercer el control total de su territorio y su población: siempre existen esos vacíos de poder que permiten la libre circulación de intereses, legales e ilegales. ¿Y por qué no decirlo? Cabría pensar también en una política de acercamiento con las mismas organizaciones ilegales, ya sea para su desarme o para controlarlas. Por el bien del país y la región, esperemos que la guardia nacional logre lo que las otras corporaciones no lograron en doce años. No es una cuestión de éxito o fracaso de esta administración, sino del éxito o fracaso del Estado, del proyecto de nación mexicano y de sus esfuerzos por salvaguardar la vida de sus ciudadanos. La nuestra ha sido una larga guerra con demasiada sangre derramada; es tiempo de pensar en nuevas estrategias de pacificación. 8E
en la colina sedente el arquero tensa su arco otra vez los campos vacíos sólo pilas de escudos hombres que nunca verán ese rostro el augurio de siglos la razón primigenia y en casa todavía sangra el último altar el destino fue siempre uno solo no ves presa de perros y pasto lo fugaz y lo arcano lo que nunca sentirás en la piel y no es el fin el niño que arrojan desde lo alto del muro la virgen que arrancan y el templo la ciudad devastada el amante que espera y esconde un puñal no es el fin el lugar donde vagan las almas el monstruo que guarda la puerta el río de un olvido que se tiñe de rojo tan pronto la sangre salpica la tierra el fin es la mano extendida que recoge la fruta de un juicio girando en el suelo del otro lado del muro Paris y Helena tienen juntos una última noche él la contempla volcada de espaldas ella sueña la vuelta a casa
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