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El trabajo de fin de curso
—Tú no parabas de1 hablar, y claro, el profesor Cabañas se mosqueó2 .
—¿Yo? Mira Ana, empezaste tú con esa historia de…
—Sst, ahí viene. Déjame hablar a mí, Matías, a ver si le convenzo a quitarnos ese trabajo horroroso.
El profesor Cabañas iba hacia los estudiantes con la andadura decidida y la media sonrisa irónica de siempre.
—¿Estáis preparados para dar comienzo a vuestro magnífico trabajo de fin de curso, el trabajo al que todos vuestros compañeros aspiraban y que solo ha sido vuestro? —les preguntó, y, sin esperar su respuesta, añadió: —Vamos, ya es la hora.
Los tres empezaron a recurrir los pasillos del Museo del Prado.
—Mire, profesor… —empezó Ana en tono humilde— sentimos mucho haber molestado tanto durante la última clase, pero no nos merecemos esto. Es un delito trabajar en el Prado y no poder estudiar las obras maestras de Goya, Velázquez…
—… o de Caravaggio, Tiziano, Rubens y… —siguió Matías.
El profesor bostezó3:
—Conmovedor intento para demostrarme que habéis estudiado, pero no funciona. Ya veo que os sabéis de memoria la colección permanente del Prado, así que esta es la ocasión para descubrir algo más estimulante. Catalogar la colección que la difunta Baronesa Von Barembaum ha donado al museo, ¿no os parece una excelente oportunidad? —preguntó.
—Pero esa colección es de muy poco valor y el trabajo va a ser simplemente mecánico, mientras que, en la Escuela de Arte, hacer un buen proyecto de fin de curso es fundamental. Nos jugamos un año entero con esta nota —le contestó Ana en tono de excusas, pero Cabañas no se alteró.
—Lo siento, tengo un corazón de piedra, ¿qué le voy a hacer?4 responsable • colección • catalogar • escondida • castigo • oportunidad • laberinto • profesor • obras maestras
El profesor se dirigió hacia una minúscula puerta escondida en el gran cuerpo del Museo del Prado.
Ana y Matías lo siguieron bajo una escalera y por oscuros pasillos flanqueados5 por habitaciones llenas de telas amontonadas6, esculturas envueltas en papel y cajas de objetos que parecían restos arqueológicos.
—Esto es un laberinto subterráneo… —murmuró Matías al doblar la enésima esquina.
—Está aquí. ¿Os habéis aprendido el camino? —preguntó Cabañas a sus alumnos, que lo miraron estupefactos.
—Pues les ayudaré yo. Los primeros días, solo.
La voz que había pronunciado estas palabras pertenecía a un hombre alto y encorvado7 que salió de la oscuridad.
—Hola, Benjamín. Estos son los alumnos de que te hablé. Se mueren de ganas de empezar a trabajar… ¿verdad? —dijo el profesor, mirándolos fijo.
Ana y Matías farfullaron un tímido “sí” mientras el hombre los invitaba a pasar a una de las habitaciones. Era tan oscura que apenas se distinguían las obras que la llenaban. En un rincón había una mesita de madera con dos sillas con pinta de8 incómodas y un ordenador portátil, eso sí, nuevísimo.
—Benjamín Ozores se ocupa de la catalogación —explicó el profesor— y será vuestro responsable.
—El trabajo es muy sencillo. Tenéis que asignar un código a cada una de las obras y completar las fichas9 que tenéis en el ordenador: medidas, material, técnica, datación, descripción, etcétera— explicó el hombre.
Ana y Matías miraron desconsolados la enorme cantidad de obras apiladas10 en el suelo y pensaron que no, no se merecían un castigo así.
1 1. Lee y escucha el capítulo 1. Luego completa el resumen con las palabras del recuadro.
Ana y Matías están esperando al profesor Cabañas cerca del Museo del Prado. Como han hablado mucho durante la última clase, el (1) les va a asignar un trabajo de fin de curso horrible: catalogar la (2) que la Baronesa Von Barembaum ha donado al museo. Los chicos quieren otra (3 ) , porque piensan que es un delito trabajar en el Prado y no poder estudiar las (4) que están allí, pero el profesor, con mucha ironía, les contesta que no. Los tres entran en el museo por una puerta (5) y caminan por un ( 6 ) subterráneo hasta encontrar a Benjamín Ozores, el (7) de su trabajo. El hombre les enseña la habitación donde se conserva la colección Von Barembaum y les explica cómo (8) las obras. Ana y Matías están un poco tristes, porque en su opinión ese trabajo tiene poco valor y es un (9) muy duro.
2. Indica si las afirmaciones son verdaderas (V) o falsas (F).
1. Ana y Matías estudian en la Escuela de Arte. V F
2. Cabañas trabaja en el Prado. V F
1 no parabas de non smettevi di
2 se mosqueó si è arrabbiato
3 bostezó sbadigliò
4 ¿qué le voy a hacer? cosa posso farci?
6
3. Benjamín Ozores es un profesor del museo. V F
7
4. Ana pide perdón a Cabañas por su comportamiento. V F
5. Cabañas no es una persona irónica. V F
6. Ana y Matías están desconsolados. V F