Compartir caminos - Verónica Ruiz y Toni Amivilia

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Colección

Ciudad y río (poesía)

El mensú ediciones www.elmensuediciones.com.ar


Ruiz, Verónica Compartir caminos / Verónica Ruiz y María Antonia Amilivia; ilustrado por María Antonia Amilivia. - 1a ed. - Villa María : El Mensú Ediciones, 2011. 150 p. ; 20x14 cm. - (Ciudad y río / Darío Falconi; 6)

ISBN 978-987-26641-8-3

1. Poesía Argentina. I. Amivila, María Antonia II. Amilivia, María Antonia, ilus. III. Título CDD A861

Fecha de catalogación: 09/09/2011 Contacto con las autoras: verofelipe2001@yahoo.com.ar amiliviatoni@hotmail.com Blog: http://nikita-caminarporlavida.blogspot.com

Editor: Diseño de tapas: Diseño de interiores: Ilustraciones: Logo editorial:

© Darío Falconi © sobre una idea de Verónica Ruiz © Darío Falconi © Verónica Ruiz y María Antonia Amilivia © Santiago Gallardo

© Verónica Ruiz y María Antonia Amilivia © 2011 EL MENSÚ ediciones www.elmensuediciones.com.ar mensu.ediciones@gmail.com (0353) 154201252

ISBN 978-987-26641-8-3 Queda hecho el Depósito que establece la Ley 11.723 Libro de edición villamariense (Argentina). Primera edición. Tirada 300 ejemplares Prohibida la reproducción parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la transmisión o transformación de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos, sin el permiso previo y escrito de su Editor. Su infracción será penada por las leyes 11.723 y 25.446.


COMPARTIR CAMINOS

El mensú . ciudad y río . 06



COMPARTIR CAMINOS

Mar铆a Antonia Amilivia / Ver贸nica Ruiz



Agradezco: A Dios principalmente. A MatĂ­as mi compaĂąero. A mis hijos y nietos. A mi hermana y sobrinos. A Mabel. A todos los seres de luz que alumbraron mi camino y aquellas personas que comparten o compartieron distintos momentos de mi vida.

Toni



MarĂ­a Antonia



Compartir caminos Recorro caminos compartidos. Recuerdos vienen a mí. Presente dice la ternura. La melancolía nubla los ojos. Es el pasado proyectando el futuro. Vislumbro el sendero a recorrer Es mi camino de vida Tan mío como único Quizás más pausado Y podré ir a la par. Cruzar con otros destinos pero jamás dejar de compartir. Montada en las alas del tiempo Tenderé mi mano, Levantaré cruces Escucharé los silencios, regalaré flores, porque alguien tomará mi mano. Levantará mi cruz, acompañará mis días, se templará mi alma. Disfrutaré de la felicidad de dar y recibir desde lo profundo del ser. Atisbo el verdadero sentido de compartir caminos.

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Buscando respuestas tal vez a preguntas tontas Me encontré buscando en otros ojos la entrañable mirada de tus ojos mansos muchos que hablan nadie que escucha Yo te busco en los silencios hombre de pocas palabras Jamás un grito Solo la mirada Todo el dolor Toda la alegría En tus ojos de mar Y en tu boca escasas palabras Me pregunto ¿Donde se marcharon, donde? Los silencios que hablan Te busco en todas partes En todas las miradas No llevo tus ojos Llevo tu sangre Apretada al alma No encuentro respuesta Para esta orfandad Cuando en álgida mortaja Marchaste aquél día Llevándote los silencios Y aquella mirada Espejo de tu alma Buscando tus ojos Se nublan los mios Callado es el llanto Cuando mi corazón grita Gracias por haberme querido tanto. 14

María Antonia Amilivia


Desengaño Cuando un desengaño Golpea nuestra puerta Se nos viene encima el mundo Nosotros que lo teníamos todo Familia, casa, autos, proyectos Tambaleamos, cuanto dolor el abandono nos sacude Y la amargura Se prende como abrojo Pero cuando una ilusión se rompe Otra florece La vida en su afán de construir Tiende puentes nuevos Mujer, hombre, huye No permanezcas en territorio enemigo Escapa del dolor y la tragedia Haz lo que más te gusta Cruza los etéreos puentes Busca tus alas, vuela Exprime la vida y recuerda Al final de cada puente Si sabes mirar, Alguien te espera.

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Mañana es tarde Cuantas veces malgastaste Tu energía en pavadas En enojos banales Dándole peso y valor A problemas que no eran tales Hoy cuando la vida te para Frente a pérdidas irreparables Y todo se fue de un plumazo Estas vació, muy vació Allí te das cuenta Del tiempo que se va y no vuelve De los besos que no diste De los abrazos reprimidos Hoy es tarde Lo más querido , tus amores Se han marchado Aprende a valorar el hoy Abrí tu corazón, ama, ríe Alegra y alégrate Porque mañana Mañana es tarde.

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María Antonia Amilivia


El geriátrico Papá está viejo, Su andar es lento El mejor lugar Un geriátrico Es buenísimo Personas especiales Le cuidan bien Esta limpio, muy limpio Limpio de todo De los afectos De sus cosas De los mates sin horario Compartidos o no Lejos del hogar que forjo con sudor Lejos de los besos, De los te quiero El geriátrico, Bien limpio, Almas compasivas Entregándolo todo Pero cuanto despojo Cuanto olvido La mirada errante Se ilumina Con la llegada De alguien querido La visita tan ansiada Cada vez más corta Cada vez más distante El geriátrico Allí depositamos Nuestros amores Me pregunto ¿Donde están los recuerdos Compartir caminos

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De la infancia? Donde anidan? Donde están los besos Los te quiero, los abrazos? El dios te bendiga hijo Papá está viejo Y camina muy lento Su mirada mansa No tiene brillo Me dice de su dolor De su perdón Pocas palabras Y la ternura cobra vida La piel se eriza Cuanto amor, cuanto frío Dios cuantas lágrimas Para lavar el alma Padres viejos Cuanta sabiduría Cuanto amor Y cuanta belleza pisoteada.

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María Antonia Amilivia


Golondrina Quisiera ser Surcar los mares Dejarme llevar Cambiar de hĂĄbitat Entibiar mis dĂ­as Bajo un nuevo sol

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Somos todo y nada Embarcados en una lucha Sin cuartel por un destino Omitiendo que al final Anclamos en el puerto del olvido Bisagra hacia el sueĂąo eterno Donde el tiempo ya no es tiempo Y en ĂĄlgida mortaja Navegamos rumbo al infinito.

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MarĂ­a Antonia Amilivia


Quisiera retener el tiempo En un abrazo eterno Ser fuego, sentirme viva y dichosa Cuando me sacuda el final El final de mi tiempo Estar en paz.

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Para un adiós Preparo mi equipaje Es tiempo de marchar Mis alas se niegan Me esfuerzo por volar Transitando el camino Recuerdos vienen a mi No es agosto, Pero vuelven los narcisos De pie se pone la ternura Y un arco iris cobra vida Abrigándome con su color Mi alma se eleva, vibra Más no lo puedo remediar Pienso es un sueño Y como la vida pasa También pasara Me arrancas un suspiro Y mi alma grita un te quiero Si te pienso y digo Amor si me quieres libre Ayúdame a volar

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María Antonia Amilivia


Perfume de tabaco Sabía que fluye Profundo exala el ser, Si arde el leño Y me abraza el fuego Cuando en loco desenfado Quiero beber Es una quimera tu fuente Una quimera Cae la tarde Encendida en tabaco y miel Hay un adiós que no se nombra Se confina el gozo Cuando afloran los fantasmas Y se roban el final La noche prende faroles Tabaco y miel se diluyen Me marcho queriendo beber Si es una quimera tu fuente Una quimera con aromas De tabaco y miel.

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Cuarenta y … Dicen que los jóvenes Llevan el sol dentro del alma Que se va apagando Según pasan los años Mujer de cuarenta y tantos Tu sol está allí, brillando Poniendo pinceladas de juventud Date permiso para ilusionarte Atrévete , descuenta años Tantos como puedas No compitas jamás Solo déjate llevar, abre tu mente. Ama , déjate amar Recuerda eres fruta madura Y como fruta madura Haz de embriagar.

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María Antonia Amilivia



¿Qué embrujo me atormenta? Si pienso en los narcisos su perfume, su color… La piel se expresa con un deseo de verlos florecer, llevarlos a mi boca, beber el néctar, embriagarme hasta enloquecer, brindar por la ternura y el cáliz de la vida entregarme al amor. Los narcisos se han marchado. Comprendo que es muy tarde para ese amor negado y en el cáliz de mi vida sólo es una gota más.

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Amiga pasaste los cuarenta Te sientes abatida Con mucha soledad en compañía Crees que lo entregaste todo Y en el balance de tu vida Te marchitas en tu sed de amor Amiga, es la hora Has de este día, una bisagra en tu vida Levanta la mirada Ponte las mejores galas No te victimices jamás No mendigues amor No pidas cambios Cambia tú, trabaja, Alégrate, pon alas a tu vida Es tu actitud, tus ganas Y tú esfuerzo los que harán la diferencia Que hoy sea el primer día De los muchos que vendrán.

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Peregrino El camino entre nacer y morir Nos hace peregrinos Es una ruta de ida Donde cambiamos, evolucionamos Forjamos nuestro destino Buscando desesperadamente ser felices Superamos etapas Poniendo énfasis en las metas Omitiendo que en realidad Seremos más o menos felices Según nos ayornemos en el camino Peregrino llénate de amor Llena el cáliz de tu vida Haz que rebalse y espárcelo por el camino Todo te será devuelto Recuerda la diferencia esta En como haces el trayecto Y no en la meta Después la eternidad Lo infinito y el rumbo Es desconocido.

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María Antonia Amilivia


Madre el obraje Corazón de quebracho De infancia olvidada Y juventud resignada Allá donde sangran los quebrachos Haces patria Mitigando con caricias El sueño de los relegados La mirada es profunda Misteriosa como la tierra misma Tu rostro cansado Moreno de sol Lleva el estigma de un grito Silencioso y desgarrador Por los quebrachos desbastados Tú que eres fibra de quebracho Resiste la fatiga Y el sueño de los postergados Como heroína guardas la esperanza Tus manos mecen la cuna Y al trémulo niño le cantas, El inocente sonríe y duerme El canturrear melancólico Se cuela en el monte Como queriendo curar heridas De tanto desencanto Madre y mujer del obraje Hay tantos homenajes Pero cuando llegara el día De los que aman la tierra De los que riegan con sudor De los que habitan más allá Donde se pierde hasta la huella A vos te digo gracias Gracias por hacer tanta patria Madre y mujer del obraje Compartir caminos

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Madre quiero contarte Estoy pintando canas Caminando penumbras De días sin sol Y risas olvidadas Madre te busco en mi ser Y mereciendo el sueño Tus manos ajadas Recupero la risa, Me siento abrigada Manantial de ternura A la infancia me llevas Perfume de campo Pusiste en mi almohada Y velaste mi sueño Junto a la cuna dorada Hoy camino la vida Entre atajos y brumas Más vuelvo a tus brazos Porque sentir en mi quiero La tibia caricia de tus Manos ajadas Me diste la vida Marcaste un destino Hoy cuando el amor no alcanza Aunque este pintando canas Busco tu arrullo Si me duele el alma. Madre a vos te pregunto Que se hace Cuando el amor no alcanza?

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María Antonia Amilivia


Si tú supieras Como cuesta entender Los cambios, el desdén La entrega incomprendida Que la libertad regalada Fue una muestra más Un desgarro más Si tú supieras Que me estoy suicidando Tratando de poner distancia Olvidándolo todo Aunque no puedo dejar de amarte Quisiera decir tantas cosas De verdades que lastiman Y mentiras que golpean Aun asi no lo entenderías Si tu supieras Que si el odio puede más, La indiferencia mata Que si el amor se esfuma Y la razón no alcanza Es tiempo de decir adiós Amor será nuestro tiempo Nuestro tiempo de decir adiós Si tú supieras Si tú supieras Que solo tienes que decirlo.

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Joven yo, algunos años más vos Cuando oropeles de luna me regalaste Deslumbrada te ame y vos me amabas Retoños inundaron la casa Y caminamos juntos Puse el pecho, puse el cuerpo Y también el alma Tuve tu amor y mucha soledad en compañía Los retoños se han marchado Los oropeles de luna ya no son Y nuestro amor, nuestro amor…

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María Antonia Amilivia


Fue cálido y tibio el día Cuando los narcisos florecidos Desplegaron su color Era muy dulce el perfume Tanto que sabia a miel Más no había fuego aquel día Si la combinación perfecta de Calidez, almibar y suave aroma Invitando a la ternura Ensanchada el alma Con deleite bello día esculpió Recuerdo permanente habrá Cada vez que, despunten los narcisos Imponiendo su color, perfumándolo todo Sabrá a miel.

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Hay una luz en tu mirada Destello cĂĄlido y penetrante Que me aleja, que pregunta Que me atrae y me abraza Hay una luz en tu mirada Abriendo caminos Desgranando las sombras de mi alma Ternura llamo y a la luz de tu mirada Hay una luz en tu mirada Que libera y pone alas No la robare yo Solo dire gracias, mil gracias Por mostrarme esa luz de tu mirada.

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MarĂ­a Antonia Amilivia


Padre mío Padre mío como te voy a extrañar Tus gestos, tus silencios El entendernos sin palabras Sabe Dios qué sueños Que quimeras te llevaron lejos Cuantos caminos recorridos Cuantos, al galope y sin rumbo Pero quiso el destino Que fueras al sur Con sus vientos helados Y sus frutos de mar Donde te apearas Domador con temple De cuerpo ágil Fue tu gracia y tu don Salir parado en cada jineteada Hoy a la distancia Te veo montado en corcel incierto Aferrándote a la grupa Cuerpeando y luchando Por salir parado en esta Tal vez tú última largada Quisiera ser yo el apadrinador Que te abrace en tiempos de campana Pero como padre mío Si en ese abrazo nuestro Está lleno de distancia Quisiera gritar, no te vallas Déjame llegar al sonar de las campanas Y en la hora del final besar tu frente, y apretar tu mano por tanto amor. Darte gracias

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Es tiempo de marchar Los ojos se nublan Esquivas palabras El coraz贸n se agranda Y la ilusi贸n de ser feliz Ensancha el alma Si llega un te quiero Lo atrapas, lo atesoras Guardas con palabras Que bello equipaje Si es tiempo de marchar Te llevas los te quiero Y crees que 茅l te ama

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Mar铆a Antonia Amilivia


Ay amor como decirte que te vayas Si aunque pueda tocarte Te siento tan lejano Como decirte que te vayas Con todo el amor mĂ­o Si en ti no hay recuerdo Como decirte que te vayas Hay amor, como decirlo Si aunque pueda acariciarte TĂş te has marchado ya.

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Amor tan cerca y tan lejos Eres bruma que se escurre Entre mis manos Virilidad resignada La tristeza invade mi alma Melancólicas lágrimas se derraman Quise yo despertar al hombre Documentando tu libertad En una carta Mientras inquieta aguantaba Llegaron a mi por miles Mariposas olvidadas De pronto estabas allí Me hablabas de un mundo tuyo y mio Luego suavemente te acercaste Para abrazarme Me embriagaste con tus besos Y despertamos al amor.

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Cuantos sueños Cuanto animar el espíritu Y hacer real este deseo de libertad ¿Por qué? Si tanto necesito mejorar mi salud Sigo aferrada a este martirio Queriendo recuperar a la que fui A la que extraño tanto El tiempo pasa Y no logro transitar El camino del sueño No encuentro la llave Que me libere, estoy temerosa Ojos que acusan Sintiéndose dueños De una verdad que desconocen Sé que podría ser un nuevo tiempo Más no logro liberarme Recorre mi mente parajes lejanos, Llega la calma Siento la brisa helada del mar Gaviotas que revolotean Barcas pescadoras se hacen a la mar El corazón de un brinco Debo continuar.

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María Antonia Amilivia


La noche entro en tus ojos La noche entro en tus ojos Y fueron tus manos Recorriendo mi rostro Los que hablaron por ellos Un viaje, la despedida Lo presentí, era la última vez Todo el cariño Todos los te quiero Se sumaron en aquel beso Que tus manos sellaron Palpando lentamente mi rostro Es franca despedida Lo más bello, lo más cruel Para un adiós que no se nombra Tus ojos llenos de noche Brillaron con lágrimas Tiempos de luz Recordamos con mil colores Y sonrisas dibujadas Estoica contenía el llanto Hace tiempo Marchaste de gira Parece que todo se fue contigo Pero tus manos Tus manos quedaron conmigo.

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Mujer que despiertas al sol Cuantos desayunos Cuantos almuerzos Y cuanta ropa lavada Cuantas vigilias Edificar una familia Tarea gratificante Pero nada fácil Hoy cuando los hijos Se han marchado El vacio enorme Y sobra el tiempo Tiempo para todo También para pensar Te formulas la gran pregunta Que hice todos estos años? La respuesta es simple Todo y nada Todo porque luchaste Codo a codo con tu hombre Forjando el bienestar de hoy Nada por todo lo postergado Y esta allí picaneándote Creo que es tu tiempo Debes retomar lo pendiente Reforzar esa columna Poner tu sello y bruñir esa nada Porque todo y nada son las dos caras De una misma moneda.

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María Antonia Amilivia


Interior profundo Interior profundo Agreste, selvático De piel morena Manos gastadas Pies descalzos Y ojos grandes mirando Por una paga El trabajo duro Hombres simples Se encojen de espaldas Por un jornal que no alcanza Para poner olvido la pulpería Vuelta de vino o grapa Se craquela la tierra sedienta Gime el monte en herida mortal Se sucumbe ante el desencanto Me pregunto Que fuerza los empuja? Será el amor por la tierra Y su supervivencia la esperanza Hombres rudos de pocas palabras Que no conocen de guantes blancos Ellos recuestan su sueño En adobe y manto de estrellas Son héroes anónimos Allá en los confines, haciendo patria.

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Cuestión de principios Cuestión de principios El amor es una cuestión de principios Los Sentimientos se agolpan Los tuyos, los mios El cariño, el respeto Una entrega incomprendida Y un camino de a dos en soledad No entiendo el amor que nos tuvimos En que se transformo Porque duele tanto Me pregunto es amor? Si el amor es la entrega Por la entrega misma Porque duele tanto? Cuando siento tu cariño, Tu respeto, también tu lejanía Pero esa cuestión de principios Me descoloca y pregunto Te inhibe tanta libertad regalada? No entiendes que prefiero perderte A ver como dejas pasar los mejores años de tu vida Será que este amor está muriendo Y prefiero tu libertad A tu desdén y permanecer Tan solo por una cuestión de principios.

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María Antonia Amilivia


Quince años Quince años, volver a tenerlos Quien pudiera Una sola vez pasan por nuestra vida Inundando el corazón de sueños Sueños que nadie podrá robar jamás Pequeña camina jubilosa Confiada en los días que vendrán Buscando el futuro, partirás un día Con mariposas a flor de piel Revivirás a la niña que quieres dejar de ser Y que impaciente lucha por ser mujer Menos prisa jovencita Disfruta el hoy, ama la vida Ama tu vida Esperanza del mañana Volverán los recuerdos, Pero este día jamás Haz una antorcha y con lo mejor de ti Enciende la estrella que guiara tus pasos Haz que brille, cuida los afectos Ama, déjate amar y se feliz.

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Siguiendo la huella Siguiendo la huella De mis progenitores Viajeros por azar, por destino O por elección, no lo se Siguiendo la huella Recorri caminos de agua Trepe a la montaña Me adentre en valles Donde no queda ni la huella Calme mi sed en vertientes Escuche los ruidos del silencio Con el silbido del viento Cantaban los árboles Los charitos comieron en mi mano Una energía diferente me penetraba La paz se apodero de mi Ellos buscando un destino Yo queriendo abrazarlos Siguiendo la huella De aquellos viajeros Temple mi carácter Se fortaleció mi espíritu Al abrigo de sus amores Encontré la calma.

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Arco iris Cuenta la leyenda Que al final del arco iris Hay un gran tesoro Quien no divago Pensando cómo encontrar El gran erario? Dejando volar la imaginación En una búsqueda Tan irreal como desopilante El arco iris se esfumo Nos lo perdimos El verdadero tesoro Estaba allí expuesto Y frente a nosotros Imponiendo su color Y toda la fuerza de su creador Detente a contemplar Alimenta tu espíritu Llénate de los cuadros Que te regala Dios Y que todos los días Pinta para vos.

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Amantes Amantes Nada más bello Nada más excitante Que amarse sin medida Prender fuego la piel En la noche, en la mañana Que más da Estar en vilo Por una espera que impacienta Para amarse sin testigos Sin sentir que se traiciona Se estallan los sentidos Y galopa la pasión Buscar la noche interminable Mientras corra sangre por las venas Los amantes del ayer, hoy y siempre Dueños del secreto de amarse Jugándose por el amor.

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Pedir perdón Muchas veces en la vida Nos enojamos, nos alejamos De nuestros afectos, motivos miles Paso el tiempo Y ya nada es lo que era Ya no molesta Porque sigues distante Si el cariño esta allí Porque no dar el primer paso Que ella o él deberían hacerlo Eso ya no cuenta, tú cuentas Tú sentirás mejor Achica la distancia Es tiempo de pedir perdón No esperes a que el sol se apague Y la noche sea eterna Porque simplemente Será tarde.

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Flor Como flor incipiente Te abres al amor El perfume penetra los sentidos La aterciopelada piel Invita a recorrerla Hay jĂşbilo en la entrega Si te recuestas para amar En el brindis te deshojas Tus pĂŠtalos se recogen En la copa de la vida para corregir su dolor.

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MarĂ­a Antonia Amilivia


Vivir la vida Vivir la vida No es dilapidar El cuerpo y el alma Con todo cuanto se presente Vivir la vida Es usar la cordura En disfrutar con moderaci贸n todo Vivir la vida Es amar y ser amado Respetar y ser respetado Vivir la vida Es quererse Amar las cosas simples Y fundamentalmente Para vivir la vida Hay que amar la vida.

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Amiga Has transitado un largo camino Sientes que la ruta elegida La recorriste con valentía Que no te detuvo la adversidad Ni el miedo al fracaso Hoy que las energías se agotan Que el amor y la vida pasan Sientes que la juventud se va Algo adentro de ti anuncia Que el tiempo se esfuma El físico se cansa y no responde Vamos no es nada Levanta la mirada Si estas de grises Pinta tus canas Es un nuevo tiempo Quizás este tramo del camino Sea más lento, pero no menos bello Todo lo contrario Vamos alimenta tu espíritu Aun queda mucho por vivir Detente, disfruta el hoy Y cada momento como si fuera el último Piensa, lo mejor de tu vida está por llegar.

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María Antonia Amilivia



Bailarín Bailarín, danzas Entregando el alma En dialogo gestual Tu cuerpo cuenta historias Manos como palomas Dibujan frases en el aire La música invade Desborda la emoción En la entrega apasionada Ojos expectantes se funden En un ida y vuelta Bailarín y espectador Ambos con júbilo gozan De un gran amor El baile.

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Viajeros Somos viajeros en el tiempo Con apuros inexplicables Sin detenernos a pensar Que cada segundo es futuro Y al segundo es pasado No hay forma de detener Ni apresurar al tiempo Inexorablemente vamos al futuro Ayornemos púes nuestro camino Con menos prisa y sin pausa Un poco cada día Regalemos noches de estrellas Juntemos flores Cambiemos lágrimas por sonrisas Que los abrazos y los te quiero Sean moneda corriente Hay que pintar la vida Los tesoros materiales Se desvanecen en el tiempo Solo marcan las eras Hagamos de cada día Un arco iris Manteniendo en el corazón El preciado valor del amor y la amistad Solo así la mochila del pasado Será liviana Y al resumir el viaje Mirando atrás Con tranquilidad decir Estoy en paz y soy feliz.

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Desvelo Amor de mis desvelos quisiera ser paloma, elevarme hasta besar tus alas, arrullarme en tu ternura, olvidarme del mundo. Con tu calor embriagante volar, volar, y en tu nido desplomarme, amor de mis desvelos Por Dios te lo pido si falta leño no prendas ese fuego, sólo déjame, déjame jugar el sueño de rozarnos en el aire y fantasear que nos amamos.

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María Antonia Amilivia


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Tu recuerdo Hundida en tu recuerdo salgo al camino. Crujen a mi paso las secas hojas otoñales con sus tintes amarillos. Cae la tarde, una tenue luz se desgrana en las transparencias de mi alma. Las sombras aprietan mi corazón en luto y lacera el dolor de tu partida. Levanto la mirada. Lágrimas resbalan por mis mejillas. La fresca brisa me estremece Cuando el crepúsculo expone su paleta de color y estás allí. Un holograma de tu figura Se recorta en la línea del horizonte. Sos feliz montando cometas en la fiesta de lo infinito Y soy gaviota remontando al cielo Para allí besarte. Crea mi mente Un amor cósmico Para que tu recuerdo No sea pesaroso.

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María Antonia Amilivia


Recuerdos de navidad Recuerdos de navidad Donde no faltaba Pero tampoco sobraba Y fui feliz Como quisiera hoy Para mis hijos Una navidad de aquellas Todos reunidos en la mesa Después de la misa de gallo Comida simple, pan casero Y algún que otro dulce Todo absolutamente todo Salía de las manos Primorosas de mi madre. El beso de la media noche La caricia de sus manos ajadas Por el rudo trabajo en el campo De solo pensar, se me entibia el alma Cuantos recuerdos hermosos Yo soñaba como sueñan los niños Con bicicletas, muñecas que hablan Esos sueños que no llegaron Hoy al evocarlos Me llenan de ternura y añoranza Me embriagan de recuerdos Tengo la caricia de sus manos ajadas El beso de la media noche La pepona de trapo El cuerito bien curtido Para andar a caballo El perfume del pan casero Compartir caminos

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Y todo tenía el sello de mi madre Por eso hoy que la vida Se me presenta económicamente Mucho mejor y con los afectos distantes A las madres del corazón les digo Hagan un amasijo, un dulce Besen a sus amores Y una simple plegaria Entregue sus hijos a Dios A la hora del brindis Estampe un beso en su frente Y de su bendición Será el mejor legado Cuando pasen los años Y el frío cale hondo En noches como esta Y mirando al cielo dirán grasias madre mía Que en esas navidades Me colmaste de besos, abrigaste mi alma Gracias por la persona que soy Gracias porque hoy al evocarte Tengo calentita el alma.

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María Antonia Amilivia


VERÓNICA



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Solo tan alto como alcanzo puedo crecer. Solo tan lejos como exploro puedo llegar. Solo en la profundidad en lo que miro puedo ver. Solo en la medida en que sue単o puedo ser. Karen Ravn



Compartir caminos… Compartir caminos… es tomar de la mano a los amigos, a la familia, para aliviar la carga de las penas, de las tristezas, de las angustias y a las lágrimas lanzarlas al mar. Compartir caminos es sembrar alegrías para cosechar sonrisas. Es dar y recibir es ayudar, colaborar enseñar y aprender. Compartir caminos es disfrutar de todo lo que nos da la vida, saborear cada instante y atesorarlo en el corazón.

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El rostro mohíno, las pupilas envejecidas, el semblante pálido evidencian días crudos y caminos sinuosos. Las sonrisas evaporadas por nubarrones de discordia apagan el entusiasmo.

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Verónica Ruiz


Sexo con y sin amor El sexo sólo por sexo, por necesidad, placer, gozo, erotismo, ego, diversión, satisfacción, deseo, pasión, y por amor. ¿Cuándo se hace verdaderamente el amor? ¿Cuándo se siente que no es solamente sexo? ¿Cuándo se deja de hacer el amor por tener sexo? El sexo y el amor van de la mano y a la vez se desvinculan. Son más veces en la vida las que tenemos sexo por tenerlo que las que nos entregamos y sentimos que hacemos el amor. Qué paradoja! Sexo sin amor Sexo con amor.

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El instinto salvaje no sale del interior maniatado por lazos de cobard铆a que reprimen al ser.

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Ver贸nica Ruiz


Con cimientos de esperanza, ladrillos de amor, arena de paciencia, y cal de anhelos edifiqué una familia. Fallé en las proporciones. La lluvia entró -dejando humedades que no se secanLas diferencias de pensamientos provocaron grietas y la estructura tambalea cada vez más. A punto de caer por algún error. Se ponen parches en espacios equivocados. Y se desmorona sobre la cabeza.

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Noche blanca con alambrados de estrellas de púa. Instantes mágicos pintados con acuarelas en tonos casi transparentes, se diluyen con el correr de los días.

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Verónica Ruiz


¿Qué te pasa? Nada, nada solamente mis ojos se tiñeron de noche y una flecha cruzó por el iris con rayos de sol. La noche y el día se hicieron uno; como fuego ardiendo se entrelazan, se fusionan en un eclipse de deseo.

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India con ojos de pez y de erizo temperamento de rayo, caracoles en sus oídos, música de mar, Las palabras traídas como besos se escaparon por el tímpano. Dos lágrimas de río turbio nacieron de sus pupilas y sus labios se sellaron tragándose el dolor.

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Verónica Ruiz


La vida es una carretera de enredos con bĂşhos que nos miran con fuego, lluvia. Pasiones desenfrenadas, arco iris de ilusiones, y alas de mariposas.

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Los remolinos internos que salen como tornados deseosos de escapar, difĂ­ciles de conducir hacia buen puerto provocan tormentas elĂŠctricas y devastadoras, producen cambios necesarios para continuar.

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VerĂłnica Ruiz



Un paĂ­s en declive, el grito desgarrador, un pasado glorioso y un futuro incierto. Las cadenas de la libertad aĂşn lo sostienen. El aprendizaje es lento pero tiene la fuerza, el vigor para continuar, para salir adelante.

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VerĂłnica Ruiz


Las ideas tejidas en la mente salen en colores. Los sue単os se van construyendo pelda単o por pelda単o. Los fracasos hieren alas angelicales. En las v鱈as del tren sin fin se mira, con anhelo, un futuro de ilusiones.

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Con pinturas, con escritos Con pinturas se expresa el alma al igual que con escritos. Se lavan penas, se manifiestan alegrías. Las emociones fluyen como río colmado que desborda por necesidad hasta que vuelve a su cauce. Con pinturas, con escritos, se expone el sentir; se reflejan sentimientos; se da rienda suelta a la creatividad. Se nutre la imaginación, se alimenta el espíritu.

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Verónica Ruiz


El invierno finalizó junto con la nostalgia. Lágrimas derramadas murieron en árboles. La naturaleza muerta petrificó ausencias castigadas con palabras filosas. El amanecer asoma con aroma a cambio. El dolor sublime fortaleció el alma. La sonrisa triste comienza a disiparse. La mirada es en colores, la visión se aclara con agua de manantial. Una vez más renazco como un ave fénix.

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Alucina con dolor, alucina con veneno. Las llenadas de cabeza se escupen. Las telara帽as albergaron fantasmas que hoy se escapan Las dosis de traumas, miedos fortalecieron creencias. Las estructuras se rompieron. Valorando a la persona.

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Ver贸nica Ruiz


Los pensamientos se agarran de la cabeza Los dedos dicen lo que se debe hacer Las manos irradian vibras, tanto negativas como positivas, y forman enjambres de electricidad

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Ya lo arreglo. Qué vas arreglar? Al corazón, ¿lo vas a zurcir, le vas a poner parches? El tiempo lo restaura pero las marcas quedarán para hacerte recordar los errores, que no debes cometer.

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Verónica Ruiz


El dolor instalado como parte del ser se liberó en hojas, en gritos desgarradores, en llantos salados. Salió por las venas como lapicera reventada salpicando, manchando, todo a su alrededor. Su furia se desató como mar embravecido hasta que entendió que su pena fue necesaria para atreverse, a encontrarse con él mismo.

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La vida nos pega. A veces sentimos que nos noquea Cuando un ser querido se va de este mundo y las distancias son precipicios, y estamos a millones de años luz. El corazón se raja, se parte y hay que contener la tristeza para ser bastón de quien más lo necesita. Ni los abrazos, ni los besos pueden calmar el dolor de una pérdida Solo hay que callar y acompañar. Simplemente estar.

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Verónica Ruiz


Ayer la noche se iluminó con una estrella más. La luz de mi abuelo está en el cielo. Es pura energía, es aire para acariciarme es fuego para darme calor, es tierra para que broten semillas de esperanza, y es agua para lavar mis lágrimas. Adiós… te llevo en mi corazón.

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Se recuerda lo que pudo ser y no fue. Lo que se escap贸 de las manos por hacer un paso al costado. Se rememoran las travesuras, los aleteos de mariposas, el brincar de alegr铆a, y la sonrisa se dibuja en el rostro.

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Ver贸nica Ruiz


Mientras miraban con asombro, petrificados por el desconcierto Se narraban las emociones diarias. Las hojas se impregnaron de palabras heridas y soles sonrientes.

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Ataques de pánico, doble personalidad. Las raíces carcomen, la cabeza se deja influenciar por sus debilidades haciendo estallar al cuerpo que es comido por los gusanos del canguelo.

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Verónica Ruiz



Resignado se hace amigo de sus temores. Permitiendo que absorban todos sus sue帽os, sin dar batalla. Hasta el ocaso es quitado de su vida.

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Ver贸nica Ruiz


La profundidad de la mirada aprisionaba al hombre. Sus miedos lo transformaban, lo envolvĂ­an los tenĂĄculos de las tinieblas sin poder zafar. Se dejĂł atrapar.

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El mundo es un pañuelo. El horizonte es amplio. El mar abre nuevas posibilidades, las montañas son cimas alcanzables.

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Verónica Ruiz


Cuando se comprenda Cuando se comprenda que no pertenecemos a nadie, que no tenemos dueño y que nadie es nuestro… Las relaciones serán más fáciles, más auténticas. Cuando se comprenda que los amigos la pareja, los hijos, son personas que nos acompañan en la carretera de la vida, que son libres y tienen derecho a equivocarse, a fallar… Cuando se comprenda que todos somos distintos que nos tenemos que aceptar tal cual somos Cuando se comprenda todo eso y mucho más quizás... Seremos más felices y nuestros sentimientos tendrán menos heridas.

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En qué cajón desordenado del corazón quedó el te amo? En qué ropero se guardaron los te quiero? Entre piedritas de carbón y flores chuzas nacen estrellas. La razón sacrifica sentimientos y se camina íntegro. Unas gotas de egoísmo colaboran para una sonrisa. Se brinda por salir adelante por seguir surfeando en las olas de la vida.

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Verónica Ruiz


El sol seca penas, las lágrimas se enjuagan con el río. La tierra se agrieta de soledad. En el desierto nacen cactus que florecen demostrando, que por más árido que sea el paisaje la belleza está presente, el optimismo siempre crece.

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La mirada con alas, vuela por sueĂąos hipnotiza con colores delira de felicidad entre remolinos turbios y pozos ciegos. Sale del vacĂ­o para ubicarse entre las estrellas traspasando fronteras.

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VerĂłnica Ruiz


Amanece la nostalgia, siempre intacta, queriendo correr el sol. Las grietas del corazón se abren y cierran como arte de magia. Los días que no son se asoman como nubarrones… el dolor dormido comienza a desperezarse. Aun así con lágrimas en los ojos se mira un arco iris de esperanza.

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Las presiones oprimen hombros, los percances estrangulan al estómago, la sonrisa se escabulle… la mirada trata de comprender días negativos contando hasta el infinito para no perder la paciencia y no tener ningún arrebato de ira.

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Verónica Ruiz


Invisibles cicatrices que parecen estar en el olvido de noches multicolores. EstadĂ­as apaciguadas o revueltas de nerviosismo. CrepĂşsculos solitarios, Tormentas saboreadas con nostalgia, Lecciones con acordes desafinados. Miles de sensaciones que huyeron con el tiempo. Estoy parada en el presente quiero hacer una regresiĂłn al pasado para construir una escalera al futuro.

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Pintaría los sinsabores clavados en ángulos remotos que se hicieron carne, los esqueletos de las tinieblas que padecen miedo y no se atreven a cambiar. Le daría color a las sombras que abrazan la noche ligera ahogándola en el dolor. A la podredumbre del ser que estafa sentimientos, a las carencias para darles un toque suavizado. Pintaría y le daría color a todo lo que desgarra el alma para hacer más tenue el sufrimiento.

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María Antonia Amilivia



Recluida en un campo de girasoles siguiendo el sol. Cuando llega la noche se percude el encanto. La luna tapa pasiones. Se duerme con los ojos abiertos para brotar con el amanecer.

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Ver贸nica Ruiz


Sangre de pato que hierve. Ira como vientos huracanados Emociones en el freezer verborrea que cala hondo, electricidad de los pies a la cabeza. Cara de p贸quer y una bomba interna que explota en cualquier momento.

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Muy adentro, las cenizas del dolor se levantan en batalla, acarician la soledad, frenan la felicidad.

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Ver贸nica Ruiz


Las zapatillas se gastaron, el estuche se vaci贸, se derram贸 el vino, se mancharon encantos. Del tinto sangre florecieron rosas rojas con sabor a malbec. En la oscuridad, se reciclaron las penas convirti茅ndose en sonrisas.

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Donde sople el viento vertiginoso estará mi espíritu. Las gaviotas se posaran sobre los ojos para seguir la libertad el atardecer será calmo y el mar embravecido, los labios borravino se sellarán con silencio

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Verónica Ruiz


El coraz贸n noble que sufre por el otro que se olvida de s铆 mismo, que se quiebra, que da l谩grimas y sonrisas, del cual el amor es su fortaleza y su vulnerabilidad. El coraz贸n noble que va por el mundo sin dejar rastro y a la vez, marca un sendero de ternura.

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Bolsa de optimismo Necesito una bolsa de optimismo porque tengo el ego caído, el corazón partido. El día parece negro y las flores marchitas Necesito una bolsa de optimismo que ilumine los ojos tristes, que cautive el entusiasmo, y me llene el alma con regalos. Necesito una bolsa de optimismo para brincar de alegría, enfrentar los obstáculos, y matar las penas.

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Verónica Ruiz


Hojas ocres descienden de los árboles, crujientes sonidos al pisar, muerte que abona la tierra. Se entierra el verano. Nace el otoño con la melancolía de paisajes acogedores y días grises.

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Es tanta esta tristeza mía que mis lágrimas se vuelven lluvia en una mañana gris. El frío congela el alma porque tus caricias no me acompañan, porque tus besos ya no me pertenecen, porque sólo el recuerdo de aquellos días felices anida en mi corazón Esta tristeza mía me invade de melancolía en una mañana gris.

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Verónica Ruiz


Quién sabe, Por qué el tiempo nos distanció? Por qué seguimos rumbos diferentes? Seremos estrellas estrelladas que nunca se juntaron en la noche Que las tardes vieron crecer con la libertad del viento y a la vez nos alejaron? Quién sabe, esas vueltas dónde quedaron? La inocencia de esos años se guardó como tesoro abrazada al corazón. Mas sigue intacto el cariño que el destino no pudo olvidar

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El ocĂŠano implacable se viste con gaviotas. Gotas de sal como rocĂ­o de miel viajan por el aire para llegar a la piel que espera en la orilla ansiosa, deseosa de ser acariciada.

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VerĂłnica Ruiz



Podrida de una rutina incesante, apacible que conjuga días desabridos y una calma que aplasta. Indaga en el barullo intrínseco las contingencias de cambio.

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Verónica Ruiz


Estancado en un para铆so ficticio lleno de todo, lo envuelve la insatisfacci贸n.

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Buscando ayuda en la sabiduría del mar, con miles de cuestionamientos sin hallar respuestas… Desgarrada el alma con los porqué prendidos como botones viejos Nacen golondrinas en el horizonte.

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Verónica Ruiz


Se fue Se fue la huella del alma esa quimera que hacia palpitar. Se desvaneció con los vientos del ayer… Las venas que fluían con versos consternados… La nostalgia en la piel se fue, la inspiración que nadaba en torbellinos de dudas entre mariposas y esposas, entre el cielo y el infierno. Se fue, simplemente se fue.

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Tendr铆a que pasar por el infierno para subir al cielo, escapar por las calles de la soledad, pisar las rosas marchitas del coraz贸n. Hundirme en los mares y naufragar en desiertos. Amar lo imposible, dejarme seducir por demonios y entregarme a la pasi贸n.

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Ver贸nica Ruiz


Volar sin alas es despegar con amapolas de la faz de la tierra, elevarse sin rumbo, pasar por los contrastes del día, la noche, el sol y la luna. Volar sin alas al cosmos, al universo fluir con las lágrimas, los sinsabores, los fracasos y saltar con los deseos a los sueños inconclusos que se vuelven a ensamblar con nubes color ámbar Volar sin alas al interior de los sentimientos, de las emociones, despegar la tristeza con la melancolía, el amor, el odio entre lo imaginario y real de la piel, de la mente. Volar sin alas es poseer alas en el alma.

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Un desvío de una hora Tan lejos, con los baldes llenos de lluvia queriendo compartir esta noche que mima la piel. Una utopía que nace en la red llena de sed con sombrías pinturas que hacen estallar las cabezas. La pasión está en el aire, entre hojas de otoño la lluvia incentiva el cuerpo cambia, se eriza la piel. Brotan las fantasías, sigue la lluvia, inunda de encantos. Estoy en un rincón. Alguien golpea la puerta… es la mujer de mis sueños para desahogarme de tanta soledad Un suspiro que inhala deseos ocultos La poesía está en los labios que desbordan y no retroceden. Necesito besarte, seducir al cuerpo, 122

Verónica Ruiz


acompañar al canto de la lluvia con mis manos en tu piel. La noche no tiene ropa ni vos tampoco. El perfume de tu cabello es la magia del universo. Los cuerpos se unen al compás de la música. Un momento de plenitud que vuela los sentidos El registro en la memoria de un fugaz encuentro queda grabado a fuego en lo profundo del ser. Un desvío de una hora con mil caricias vale toda la eternidad por sentir lo prohibido. Anhelo el desvío de una hora para que te embriagues de lujuria te pierdas entre mis brazos, seamos cómplices de una pasión que consuma la piel, desconocida y prohibida.

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El dolor se volvió rencor, se apoderó del ser. Nubló la vista. Tapó el alma. El corazón carcomido envuelto en lazos negros, amargó la mirada. La tristeza en los ojos se reflejaba en la noche. Todo negro, Todo negro y un pedacito de rojo que latía, latía y pedía auxilio Haciendo temblar al cuerpo

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Verónica Ruiz


Marinero en tierra Marinero en tierra nåufrago de amor te brindo mi balsa para que navegues los siete mares, con la pasión de las olas‌ tu piel vuelva a sentir la libertad del viento, el sol seque tus lågrimas, la noche estrellada ilumine tu paseo y el horizonte sea tu puerto.

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Se caminan nostalgias Se caminan nostalgias con la frente alta, las pupilas puestas en nubes. No importa cuรกn duro es el sendero, cuรกntos tropiezos haya. Se caminan nostalgias con lรกgrimas de lluvia que riegan los pensamientos y florecen sonrisas.

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Verรณnica Ruiz



La noche llor贸 conmigo cuando tu presencia fue alejada de mi lado. Las estrellas fueron rosetas de espinas. La ausencia infinita vaci贸 al coraz贸n mientras te amaba y te odiaba. La luna arropaba la panza con esperanza

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Ver贸nica Ruiz


Las sombras se apolillaron con el olvido de tus besos. La angustia, sembró praderas enrojecidas de dolor. El aullido de los lobos hizo eco en el corazón. Retumbó tu ausencia. Tembló el cuerpo al saber que tus caricias ya no le pertenecían más.

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Flor de mayo Preciosa flor de mayo llegas al otoño de mi vida con un manto de hojas ocres que cubren mis heridas. Tu aroma a magia hace titilar mis ojos La mirada destella alegría al contemplar tus pétalos que invitan a besarlos con poemas de seda y a acariciarlos con rimas de terciopelo. Preciosa flor de mayo, tu frescura le da color a mis días. Eres el arco iris que asoma luego de la lluvia, eres el optimismo cuando cae la noche, eres la esperanza de renacer entre las cenizas.

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Verónica Ruiz


En un pestañear En un pestañear se forjan anhelos venidos de la nada. Puñados de castillos se elevan por las nubes se abren los candados camino a la fantasía. En un pestañear el corazón se desgarra, se desintegra en mil pedazos, se esparce por el cosmos en trozos de estrellas. En un pestañear, un sueño puede comenzar y otro agonizar. En un pestañear, en un segundo, todo puede suceder y la vida cambiar para siempre.

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No me abandones No me abandones que el tiempo es adiós. Que tus caricias se esfuman con la brisa y tus besos son alivio. Que el amor perdura con la cordura de querer perder la razón, extraviarme en tus abrazos que son el abrigo de mi alma; tus mimos, el bálsamo de mis penas sufridas, y tu sonrisa es pura ternura. No me abandones que tus ojos iluminan los míos y los hacen brillar de alegría.

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Verónica Ruiz


Dime Dime que la tristeza se va con el agua, que las heridas se cubren con sal, que las lágrimas se las lleva la luna, que las sonrisas provienen del sol. Dime que los fracasos nos hacen fuertes, que las cimas se tocan con nubes, que las flores regalan fragancias, que la noche acuna los sueños. Dime que necesito oír que existen las fantasías que las ilusiones están en cada estrella que los anhelos los cuidan las hadas. Dime palabras bonitas que preciso la utopía de creer en fabulas… porque mi quimera está naufragando en tierras reales y deseo rescatarla. Compartir caminos

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Te cambio Te cambio una tristeza por un beso en el alma. Una lágrima por una sonrisa del sol. Una herida, por flores de alegría. Te cambio la melancolía por ilusiones de luna. La añoranza por sueños de mil colores. Las penas por caricias de ensueño, las desilusiones por deseos a las estrellas. Te cambio todos tus males por una mirada feliz.

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Verónica Ruiz


La luna La luna tiene rostro de noches solitarias de avenidas sin fin de magia oculta. La luna tiene sabor a lรกgrimas de amor a nostalgias embalsamadas a eternas ausencias La luna tiene encanto como vuelo de golondrina como mirada de enamorados como labios de seda. La luna tiene deseos de conquistar al mar, de seducir al sol y ser amada.

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Te regalo Te regalo un lápiz para que dibujes tu camino, una goma de borrar para corregir errores, una caja de colores para colorear los sueños, una hoja del árbol de la vida para que no te olvides de donde venís, una mariposa para que sepas que puedes volar, un sol para que te abrigue en la soledad, una sonrisa para la alegría, una lágrima para ser más sensible una rosa para la pasión. Te regalo miel para la dulzura, estrellas para los deseos, ríos para que laven tus penas, montañas para escalar nuevas metas, esmeraldas para que no pierdas la esperanza, polvo de hada para la fantasía, hechizos para encantar los días, un buen vino para acompañar momentos mágicos, y un excelente champaña para brindar por los éxitos, los fracasos, el amor, el desamor y sobretodo la amistad.

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Verónica Ruiz


Se durmió Se durmió la pasión con el amor de los días sin sol entre sábanas de raso y velas multicolores. La piel de fuego ya no arde en llamas. Los besos fogosos, las caricias de rosas, no logran encenderla, no logran despertarla. Se durmió la pasión con el canto de la noche. Escamas de cenizas la cubren dulcemente para resguardar su sueño con la esperanza de que despierte nuevamente

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ORDEN DEL LIBRO



COMPARTIR CAMINOS

María Antonia Amilivia Compartir caminos / 13 Buscando respuestas / 14 Desengaño / 15 Mañana es tarde / 16 El geriátrico / 17 Golondrina / 19 Somos todo y nada / 20 Quisiera retener el tiempo / 21 Para un adiós / 22 Perfume de tabaco / 23 Cuarenta y... / 24 ¿Qué embrujo me atormenta? / 26 Amiga pasaste los cuarenta / 27 Peregrino / 28 Madre el obraje / 29 Madre quiero contarte / 30 Si tú supieras / 31 Joven yo, algunos años más vos / 32 Fue cálido y tibio el día / 33 Hay una luz en tu mirada / 34 Padre mío / 35 El tiempo de marchar / 36 Ay amor cómo decirte que te vayas / 37 Amor tan cerca y tan lejos / 38 Barca pescadora / 39 Cuántos sueños / 40 La noche entró en tus ojos / 41 Mujer que despiertas al sol / 42 Interior profundo / 43


Cuesti贸n de principios / 44 Quince a帽os / 45 Siguiendo la huella / 46 Arco iris / 47 Amantes / 48 Pedir perd贸n / 49 Flor / 50 Vivir la vida / 51 Amiga / 52 Bailar铆n / 54 Viajeros / 55 Desvelo / 56 Tu recuerdo / 58 Recuerdos de navidad / 59


Verónica Ruiz Compartir caminos / 67 El rostro mohíno / 68 Sexo con o sin amor / 69 El instinto salvaje / 70 Con cimientos de esperanza / 71 Noche blanca / 72 ¿Qué te pasa? / 73 India / 74 La vida es / 75 Los remolinos internos / 76 Un país en declive / 78 Las ideas / 79 Con pinturas, con escritos / 80 El invierno finalizó / 81 Alucina con dolor / 82 Los pensamientos se agarran la cabeza / 83 Ya lo arreglo / 84 El dolor instalado / 85 La vida nos pega / 86 Ayer / 87 Se recuerda / 88 Mientras miraban con asombro / 89 Ataques de pánico / 90 Resignado / 92 La profundidad / 93 El mundo / 94 Cuando se comprenda / 95 En qué cajón desordenado / 96 El sol / 97 La mirada con alas / 98 Amanece la nostalgia / 99 Las presiones / 100 Invisibles cicatrices / 101


Pintaría / 102 Recluída / 104 Sangre de pato que hierbe / 105 Muy adentro / 106 Las zapatillas se gastaron / 107 Donde sople el viento vertiginoso / 108 El corazón noble / 109 Bolsa de optimismo / 110 Hojas ocres / 111 Es tanta esta tristeza mía / 112 Quién sabe / 113 El océano implacable / 114 Podrida de una rutina / 116 Estancado / 117 Buscando ayuda / 118 Se fue / 119 Tendría que pasar por el infierno / 120 Volar sin alas / 121 Un desvío de una hora / 122 El dolor se volvió rencor / 124 Marinero en tierra / 125 Se caminan nostalgias / 126 La noche / 128 Las sombras se apolillaron / 129 Flor de mayo / 130 En un pestañar / 131 No me abandones / 132 Dime / 133 Te cambio / 134 La luna / 135 Te regalo / 136 Se durmió / 137


sobre la colección Ciudad y río Es muy triste ver a una ciudad sin río, pero más lo es una literatura sin poesía.

Villa María ha sido cuna y casa de poetas. Desde los albores de aquello que denominamos “literatura local”, han dejado su impronta un destacado número de exponentes. Nombres como el de Geremías Monti, Bruno Ceballos, Héctor Broggi Carranza, Rosa Tejeda Vázquez de Theaux... hasta la recordada Edith Vera, no faltan cuando hablamos de precursores y de buenos poetas. No es casual que una colección de poesía nos presente como editorial. Desde este nuevo emprendimiento continuaremos con esa tradición tan bella de dar a conocer los versos de nuestras dos ciudades que, con sus realidades particulares, (con)forman parte de un mismo lugar. Emulando el cauce del Ctalamochita, esta colección navegará por nuestras aguas y continuará su marcha hasta bañar quién sabe qué márgenes. En este recorrido se incorporarán quienes ya han hecho un oficio de la palabra y aquellos noveles que buscan, eternamente, el eco de su voz.

Darío Falconi editor EL MENSÚ ediciones



Compartir caminos de María Antonia Amilivia y Verónica Ruiz se terminó de imprimir en el mes de Octubre de 2011, por orden de EL MENSÚ ediciones en Booverse, Av. Belgrano 748, Buenos Aires, República Argentina.



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