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Viaje a Itxlam

Licenciada en Pedagogía y profesora de la Escuela de Sabiduría Práctica

Ideas para reflexionar...

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En el año 1972 se publicó un libro inspirador e imprescindible para todo aquel buscador del conocimiento: Viaje a Itxlán. Lo escribió Carlos Castaneda con el propósito de transmitir las enseñanzas que don Juan, chamán yaqui le revela al propio autor. Mucho se ha elucubrado sobre la realidad o ficción de dicha historia. Más allá de si ocurrió o no en realidad, lo que si nos debe importar es la fuerza de sus reflexiones, ideas y planteamientos de la vida y de cómo vivirla… Este artículo pretende compartir de forma breve algunas de ellas que nos pueden orientar en el modo de enfocar nuestra vida y encontrar su sentido trascendente.

Don Juan empieza por señalar que el mundo cotidiano no es real, sino que es una descripción mental que se nos inculca desde el nacimiento. Por eso, el universo es mental, y según la cosmovisión que tengamos, apreciaremos cada detalle de la vida de un modo u otro, dando una valoración y una explicación que imprimirá nuestro mundo psíquico y mental y repercutirá en la acción.

Para don Juan, la realidad de nuestra vida diaria consiste en un fluir interminable de interpretaciones perceptuales que nosotros, como individuos que comparten una membrecía específica, hemos aprendido a realizar en común.

Don Juan propone una descripción diferente del mundo con la dificultad que ello conlleva, pues para lograrlo tendremos que superar la subjetividad con la que solemos interpretar todo lo que nos ocurre. El primer paso para conquistar el poder de ser auténtico y no dejarnos influir por esa cosmovisión que nos han inculcado:

«Sólo hay un modo de aprender: poniendo manos a la obra. No tiene caso nomás estar hablando del poder. Si quieres conocer lo que es el poder, y si quieres guardarlo, debes emprender todo por tu cuenta. El camino del conocimiento y el poder es muy difícil y muy largo».

PASOS PARA CONQUISTAR PODER INTERIOR

PARAR EL MUNDO

El primer paso necesario para ver y no solo mirar. Mirar no es ver al igual que pensar no es saber. Se refiere a estados de conciencia en los que la realidad se altera, porque el fluir de la interpretación se detiene. Para detenerlo hay que estar convencido, poner en duda la realidad de nuestros juicios sobre nosotros mismos y nuestra vida, sobre nuestro dogma.

No sólo se trata de parar el ritmo, y parar físicamente. Sería poner pausa en nuestra vida, detenernos y observarnos de forma neutra. BORRAR LA HISTORIA PERSONAL

«No tengo historia personal, un dia descubrí que ya no me era necesaria y la dejé, igual que la bebida». «Todos cuanto te conocen tienen una idea sobre ti y tú la alimentas con todo lo que haces».

No importa cómo lo hayan criado a uno. Lo que determina el modo en que hacemos cualquier cosa es el poder personal. Un ser humano no es más que la suma de su poder personal, y esa suma determina como vive y cómo muere. «Tu problema es que eres demasiado cierto, tus acciones son demasiado ciertas, tus humores son demasiado ciertos. Debes empezar a borrarte…»

Solemos ser muy previsibles y demasiado apegados a nuestros estados de ánimo, a todo lo que nos preocupa, a la definición que tenemos de nosotros mismos, y todo ello nos limita e impide avanzar en esa búsqueda del conocimiento.

PERDER LA IMPORTANCIA

«…te tomas demasiado en serio, te sientes de lo más importante, y eso te da pretexto para molestarte con todo. Eres tan importante que puedes marcharte así nomás las cosas no salen a tu modo… Sin duda con eso piensas que demuestras tener carácter. Eres débil y arrogante».

«Mientras te sientas lo más importante del mundo, no puedes apreciar en verdad el mundo que te rodea. Eres como un caballo con anteojeras, nada más te ves a ti mismo, ajeno a todo lo demás». La susceptibilidad y el orgullo suelen boicotearnos debido a lo mucho que nos importa lo que los demás opinen de nosotros, porque queremos tener razón siempre, y además, creemos tenerla.

«Uno necesita el ánimo de un guerrero para cada uno de sus actos. De otro modo uno se enchueca y se afea. No hay poder en una vida que carece de ese ánimo. Mírate tú mismo. Todo te ofende y te inquieta. Chillas y te quejas y sientes que todo el mundo te hace bailar a su son. Eres una hoja a merced del viento. No hay poder en tu vida ¡Qué feo debe de sentirse eso!». LA MUERTE COMO CONSEJERA

«Piensa ahora en tu muerte…está al alcance de tu brazo. Puede tocarte en cualquier momento, así que de veras no tienes tiempo para pensamientos y humores de cagada. Ninguno de nosotros tiene tiempo para eso». ¿Cómo puede uno darse tanta importancia sabiendo que la muerte nos está acechando?

Cada vez que estemos desesperados, angustiados, tan sólo consultando a la muerte, podremos relativizar las preocupaciones…

Debemos volver a apreciar el gozo de simplemente estar vivos más allá de lo mental…

HACERSE RESPONSABLE

«Cuando un hombre decide hacer algo, debe ir hasta el fin, pero debe aceptar responsabilidad por lo que hace. Haga lo que haga, primero debe saber por qué lo hace, y luego seguir adelante con sus acciones sin tener dudas ni remordimientos acerca de ellas».

Solemos lamentarnos cuando las cosas no salen como nos gustaría y en parte olvidamos el hacernos responsables de nuestras acciones. Cada decisión grande o pequeña nos conduce a ser auténticos, asumir que nos puede salir mal y seguir adelante, sin lamentos ni traumas…

Desde el poder no sobrevaloramos la personalidad porque sabemos que con sus reglas no hay poder y sí desconcierto y miedo, y duda, y debilidad…; desde el poder impregnado de amor, de fortaleza, de generosidad, de las virtudes, en fin, podemos tener otra cosmovisión y otra vida más valiosa y digna de ser vivida. VOLVERSE CAZADOR

«Un día descubrí que si quería ser un cazador digno de respetarme a mí mismo, tenía que cambiar mi forma de vivir. Me gustaba lamentarme y llorar mucho. Tenía buenas razones para sentirme víctima, soy indio y a los indios los tratan como a perros. Nada podía hacer yo para remediarlo, de modo que solo me quedaba mi dolor. Pero entonces mi buena suerte me salvó y alguien me enseñó a cazar, y me di cuenta de que la forma como vivía no valía la pena de vivirse… así que la cambié…»

Es importante reconocer cuando tendemos a victimizarnos, y a sentirnos incapaces de tomar las riendas de nuestra vida. Sean cuales sean nuestras circunstancias, siempre podemos decidir la actitud con la que vamos a enfrentar las vicisitudes y todo lo que nos depare la vida.

SER INACCESIBLE

Significa tocar lo menos posible el mundo que nos rodea. Significa no estar hambriento ni desesperado, ni devorarlo todo con avidez.

Preocuparse supone ponernos al alcance, y una vez así nos aferramos forzosamente, nos agotamos a nosotros y a las personas a las que nos apegamos.

Un cazador usa su mundo lo menos posible y con ternura, sin importar que el mundo sean cosas o plantas, o animales, o cosas, o poder. Un cazador tiene trato íntimo con el mundo y es inaccesible porque no exprime ni deforma su mundo. Lo toca levemente, se queda cuando necesita quedarse, y luego se aleja raudo, casi sin dejar señal alguna. CÓMO CAZAR PODER

«Si en verdad sentía yo que mi espíritu estaba deformado, simplemente debía componerlo, purificarlo, hacerlo perfecto, porque en toda nuestra vida no había otra tarea más digna de emprenderse. No arreglar el espíritu era buscar la muerte, y eso era igual que no buscar nada, pues la muerte nos iba a alcanzar de cualquier manera». Buscar la perfección del espíritu del guerrero sería la única tarea digna de nuestra vida, la más útil y valiosa. Lo más difícil en este mundo es adoptar el ánimo de un guerrero, de nada sirve estar triste y quejarse y sentirse justificado de hacerlo, creyendo que alguien nos está siempre haciendo algo. Nadie le está haciendo nada a nadie, mucho menos a un guerrero.

Nuestro lugar de caza de poder es este mundo, no hay manera de escapar al hacer de este mundo, por eso ese mundo se convierte en su campo de caza.

He aquí las ideas más relevantes de este libro que propone ese viaje al interior de nosotros mismos con claves en lenguaje chamánico para poder abrir cada vez más nuestra conciencia y presencia en el arte de vivir. Todo un reto y una aventura apasionante…

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