Especial 165 aniversario - León y Burgos

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Viernes 29.11.19 EL NORTE DE CASTILLA

JOSÉ ANTONIO DIEZ

DANIEL DE LA ROSA VILLAHOZ

ALCALDE DE LEÓN

ALCALDE DE BURGOS

El reto inaplazable o la derrota

Una icónica cabecera q que hace comunidad

E

l pasado julio, El Norte de Castilla recogía las declaraciones del presidente Mañueco, destacando la necesidad de «luchar para corregir los desequilibrios territoriales» en la comunidad. Constituye ésta una de las escasas ocasiones –no quiero decir única, pero no recuerdo ninguna anterior– en las que un titular del Ejecutivo admite estos desequilibrios que, en León, llevamos décadas denunciando. Décadas en las que siempre la respuesta ha sido la misma: negación de la realidad y acusación de victimistas para quienes lo proclamábamos. No somos los leoneses sospechosos de exageración. Todo lo contrario. Cautos y moderados, hemos tardado años en conjugar nuestra voz contra el desequilibrio de una comunidad en la que muchos no nos sentimos cómodos, no por los compañeros de viaje sino por los conductores que han permitido, cuando no fomentado, este agravio. Sí hablamos de agravio porque así es la centralización que ha generado este desequilibrio admitido al fin. La centralización del Ejecutivo y el Legislativo en Valladolid generó una inercia de inversión, ejecución presupuestaria, desarrollo de infraestructuras y, como consecuencia, consolidación demográfica en esta ciudad. Así las cosas, el resto de las provincias –yo escribo desde León pero lo mismo podrían decir otros territorios– hemos sufrido un brutal descenso poblacional que avanza cifras no sólo preocupantes sino, en muchos casos, irreversibles. León ha pasado en estas décadas de estado autonómico de ser la provincia más poblada a perder más de un 12% de su población, bajando de

526.000 a menos de 462.000 habitantes. El descenso demográfico conlleva, inexorable, la pérdida de población activa –León es la provincia con peor tasa del país–, el envejecimiento y el abandono rural motivado, como causa y consecuencia, por el recorte de servicios esenciales como la educación y la sanidad. Sería quizá demasiado simplista limitar la explicación de esta pérdida al desarrollo desequilibrado pero supone una de los principales y más fácilmente subsanables fundamentos. La reversión del desequilibrio requiere ya discriminación positiva que empiece por una apuesta clara por el desarrollo logístico en León al igual que en otros años se hizo un «esfuerzo» excepcional con el sector automovilístico; demanda la puesta en marcha de comités de rutas para los aeropuertos que racionalice y optimice sus oportunidades. Exige un mapa de titulaciones que permita la pervivencia de campus que no se solapen ni perjudiquen. Requiere, además, un reconocimiento histórico, legal y real a la conformación de esta comunidad como la suma de dos regiones únicas y diferentes. El Norte de Castilla, que ha sido relator de estos cambios en décadas en las que no ha sido posible hacer comunidad, deviene compañero imprescindible en la radiografía de dos regiones que quedarán heridas de muerte si no se le pone freno a esa sangría demográfica que constituye nuestro reto más importante e inaplazable... si no queremos ser una suma de geriátricos con catedrales.

«El Norte deviene en compañero imprescindible en la radiografía de dos regiones que quedarán heridas de muerte si no se le pone freno a la sangría demográfica»

C

uando uno piensa en la fundación de un periódico, la imaginación tiende a construir imágenes evocadoras y románticas. Al fin y al cabo, nadie nos puede negar la realidad de un pasaje imaginado. En este caso, es tentador ponernos en la piel de ese jovenzuelo caminando con un buen fardo de periódicos recién impresos bajo un brazo, mientras luce en su otra mano la portada de la cual vocea las noticias más relevantes. La ilusión por ese nuevo empleo que, quién sabe, luego pueda llevarle a prosperar en la empresa es la ilusión de cada inicio. Lo bueno de los periódicos, quizás para los pesimistas sea lo malo, es que el inicio apenas dura un instante. Cuando la cabecera de un día sale del taller de impresión, ya comienza la carrera por el periódico del día siguiente. Cada mañana es un principio. Por eso, estos 165 años son la suma de tantos inicios como jornadas han transcurrido desde que aquel jovenzuelo voceara las primeras noticias de un día de 1854. Una imagen, a buen seguro, nos resumiría de un vistazo las muchísimas diferencias entre aquella primera redacción de El Norte de Castilla con la actual. Es muy posible que entre esas dos imágenes el mayor parecido lo encontráramos en el brillo de los ojos de los periodistas, porque si algo se ha mantenido en casi dos siglos, ha sido el instinto periodístico. En la actualidad, cada mañana podemos encontrarnos la icónica cabecera de El Norte de Castilla con su reconocible tipografía, en la pantalla de nuestro ordenador, tablet o teléfono, un

avance este de la prensa sin tinta ni papel, que no podrían ni soñar hace 165 años. Eso sí, todavía quedan (o quedamos, mejor dicho) quienes ponemos en valor el leve halo romántico de disfrutar del tacto del papel y el olor de la tinta. No quiero dejar de señalar algo que se me antoja fundamental en el devenir del periódico, y es que no tengo dudas de que El Norte de Castilla es el medio que más se ha distinguido por ‘hacer comunidad’. Su inicial compromiso con Castilla, implícito en el nombre, ha devenido en la actual etapa democrática en un vínculo indudable con nuestra actual comunidad autónoma de Castilla y León y todas sus provincias. En Burgos, y a buen seguro, en el resto del territorio tiene una bien ganada reputación de información seria, veraz y cercana. También quiero, antes de cerrar este espacio que con toda amabilidad me brinda el decano de la prensa diaria española, hacer una mención a uno de los directores que han tenido la oportunidad de comandar el periódico. Por su especial relación con tierras burgalesas, no debo olvidarme de don Miguel Delibes, maestro de periodistas, cuya sombra es lo suficientemente alargada, en el sentido más acogedor del término, como para que se le recuerde en el espléndido y premiado rincón cultural de El Norte de Castilla cada semana. Sirva todo lo dicho para felicitar su aniversario y agradecer el trabajo llevado a cabo durante todos estos años. Espero que puedan seguir mimando historias y celebrando aniversarios durante muchos años más.

«El Norte es el medio que más se ha distinguido por ‘hacer comunidad’»

«El Norte tiene una bien ganada reputación de información seria, veraz y cercana»


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