Sábado, 21.02.15 Número CXCIII
SOMBRA CIPRES LA
DEL
Arco y alrededores Adora Calvo será la única galería de Castilla y León en la Feria. Una decena larga de artistas de la Comunidad también estarán presentes [P3]
‘Multiplicación forzada’, pieza de Belén Rodríguez González para Arco en la galería Josh Lilley. :: EL NORTE
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Sábado 21.02.15 EL NORTE DE CASTILLA
DEL CIPRÉS El poeta Jaime Siles, en la Fundación Botín de Santander. :: ROBERTO RUIZ
Tardes en la ciudad de la piedra escrita
S
iempre las personas. Con frecuencia, los paisajes. En ocasiones también las ciudades. Se nos meten en el alma y terminan ocupando un lugar muy significativo en nuestras vidas. Para siempre, siempre, siempre, como decía Teresa de Jesús.
CARLOS AGANZO
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Así le ha ocurrido a Jaime Siles (Valencia, 1951) con la ciudad de Salamanca. Aquella en la que fue estudiante entre 1969 y 1973. Aquella en la que escribió algunos de los versos más inspirados de ‘Canon’, su primer libro de poemas (publicado en 1973, aunque antes aparecieran ‘Géne-
sis de la luz’ y ‘Biografía sola’). La misma a la que regresó más tarde como «joven profesor», entre 1976 y 1980. La que terminó convirtiéndose para él en símbolo perdurable no solo de «la belleza, el arte y la sabiduría», sino también de la propia juventud, en su sentido más profundo y más clási-
co. Ésta es la materia vital y poética que late, atravesada de emoción y de nostalgia, en su último libro, ‘Tardes de Salamanca’, publicado hace unos meses por la Diputación de la provincia charra, en una bella y cuidada edición. El amor intenso y turbador («¡qué lujuria de besos nunca dados!»), la complicidad de los amigos, la huella indeleble de los profesores; también la evocación encendida de los poetas –Aníbal Núñez, José Ledesma, García Nieto...– por las calles sonoras de la ciudad castellana. Todo lo que fue definiendo, cincelando, esa pasión por las letras, por los clásicos, por la belleza, que ha determinado la vida entera del escritor. «Lo que debo al latín son muchas cosas», dice Siles en uno de los versos de su magnífico poema ‘De vita philologica’, dedicado a Jenaro Talens y con pórtico de Unamuno. El testimonio vibrante de un modo de sentir la ciudad desde lo más profundo de su cultura: Plauto en el Palacio de Anaya, con la voz de fondo del maestro Ricardo Castresana; Parménides en las proporciones de Diego de Siloé; Roma en el corazón urbano más íntimo de Salamanca. Para hablar de todas estas cosas, el poeta ha elegido el color de las mañanas puntillistas de Salamanca, pero sobre todo el fulgor de la tarde («Tardes de Salamanca, / letra a letra leídas. / Tardes de Salamanca, / más que griegas, latinas») en la ciudad de las piedras de oro. Y al lado de la luz purísima y la transparencia del aire en la Meseta –tan diferente de aquella otra luz lechosa de su litoral mediterráneo–, también los secretos y las concomitancias creativas de la noche («La noche te escribe, / te transcribe, / te inventa»). Y en el tránsito de la luz, algunas de las develaciones del poeta: la conmoción del aire; el misterio del espacio; la sinestesia permanente de la música, el diálogo secreto entre la piedra y el tiempo, entre la arquitectura y el sueño de la inmortalidad... Un «éxtasis que crece desde la piedra en fuga» y que acaba convirtiendo las calles de Salamanca, sus iglesias, sus palacios, sus rincones, en signo perpetuo de la belleza in-
Siles descubre a Plauto en el Palacio de Anaya, y a Parménides en Diego de Siloé Salamanca se convierte, en este libro, en signo del arte, la sabiduría y la belleza eterna
marcesible. Deconstrucción y reconstrucción del tiempo en la memoria, en el arrobamiento, en el verso. Un tiempo detenido, un tiempo manipulado, un tiempo proyectado «hacia el inmóvil círculo» que se convierte también en protagonista del libro. Memoria del amor y la amistad; reconocimiento de afinidades éticas y estéticas; testimonio de certezas y deslumbramientos, el libro es al fin una hermosa crónica poética sobre la ciudad de Salamanca, pero también un ejercicio de estilo sobre la propia lengua castellana. Una lengua forjada, por cierto, sobre la piedra miliar de la Universidad de Fray Luis de León, de Francisco de Vitoria, Domingo de Soto, San Juan de la Cruz, Antonio de Nebrija, Luis de Góngora o Miguel de Unamuno. Una memoria pulida por Jaime Siles sobre la misma «piedra escrita» de la gran cultura occidental. Una dedicatoria, en palabras del poeta, «a vosotras frontera / del abismo insalvable, / columnas del lenguaje / en las que me sostengo, / perdido, yo también». A veces las ciudades se nos meten en el alma.
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En un lugar de la Feria La galería salmantina Adora Calvo sigue siendo el único bastión de Castilla y León en Arco. Los artistas de la región se reparten en expositores nacionales y extranjeros ANGÉLICA TANARRO
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U
n año más la galería salmantina Adora Calvo será la única galería de Castilla y León representada en Arco, la cita internacional de arte contemporáneo más importante de nuestro país. El año de Colombia en Arco es especialmente sensible para el mercado español, toda vez que la presencia del país invitado arrastrará a un buen número de coleccionistas latinoamericanos y estadounidenses. Así lo explica Adora Calvo, la responsable de este espacio con una larga trayectoria a sus espaldas. «Hay muy buenos coleccionistas en Latinoamérica. Es bueno tomar contacto con un pueblo donde hay mucho interés por el arte contemporáneo. Para nosotros era muy importante estar este año y por un momento no lo teníamos muy claro que iba a poder ser, pues la Feria se está haciendo cada vez más internacional y hay galerías españolas que han acudido todos estos años y ahora no estarán. Al fin y al cabo, el estar o no es una decisión que no toma al cien por cien la galería». Se refiere a los criterios de selección que este año se han endurecido. «Nos preocupaba que uno de los criterios que puntuaban bastante era el haber participado en ferias internacionales. Y nosotros este año no hemos salido fuera por causa de la crisis. Cada vez es más complicado estar en Arco». Una vez conseguido el objetivo, Adora Calvo considera que sí son ciertos los síntomas de recuperación del mercado. «La crisis continúa, desde luego, pero hay expectativas de cambio. Se respira un ambiente más esperanzador». La galería vuelve a apostar por sus artistas estrella en el stand de la feria. Su objetivo: hacer visibles las genealogías tanto conceptuales como formales que se han formado en el contexto español entre las nuevas gene-
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Una de las obras que Fernando Sinaga expondrá en Adora Calvo. :: CORTESÍA DE LA GALERÍA
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‘Mapas del Marginado Loco #1’, de Dora García. :: CORTESÍA DE LA GALERÍA JUANA DE AIZPURU
Fotografía de Alberto García Alix, que se expondrá en la galería Juana de Aizpuru. :: FIRMA
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raciones de artistas y sus predecesores. Para ello cuentan con la presencia de Juan Hidalgo, Fernando Sinaga y Mitsuo Miura, cuya carrera se inició hace más de tres décadas, cada uno en una línea de interpretación del conceptualismo. En el lado del relevo, Adora Calvo apuesta por Fernando Renes y Diego del Pozo Barriuso y por la brasileña Anaisa Franco. Entre ambas generaciones, el trabajo de Alicia Martín y Ángeles San José y su línea poético-literaria dentro del arte conceptual. A partir de aquí el rastro de los artistas ‘locales’ se dispersa en por galerías nacionales e internacionales, aunque este año algunos de los que no faltaban están ausentes. Es el caso del segoviano Alberto Reguera que en esta ocasión está centrado en su individual en París que coincide en fechas.
Citas fijas
Arriba, obra de Daniel Verbis, que mostrará la galería Pilar Serra . :: P.S.
Ángel Marcos mostrará esta instalación en la galería Max Estrella. :: EL NORTE
Algunos son nombres fijos de esta parada obligada en el arte contemporáneo, como el de la veterana Juana de Aizpuru que vuelve a exponer el trabajo de Dora García y Alberto García Alix, dos de sus artistas destacados desde hace años. En las instalaciones de Dora García (Valladolid, 1965) los visitantes, conscientemente o no se convierten en protagonistas. Por otro lado, la artista, afincada en Barcelona y que representó a España en la Bienal de Venecia de 2012, continúa con la escritura como uno de los ‘leit motiv’ de su trabajo. El fallecido Félix Romeo dijo sobre ella en estas mismas páginas: «Dora García es escritora, nunca lo ha ocultado Escribe diarios, epistolarios, informes, listas, relatos, novelas, instrucciones...» Siguiendo esta línea, en Arco presenta la instalación ‘Mapas del Marginado Loco#1’). Los mapas en cuestión conforman una colección de 200 dibujos a lápiz y encuadernados a mano que se convierten en diagramas al ser transcritos sobre grandes encerados, dando lugar a una compleja red de personajes, teorías y asociaciones. La instalación consta del libro y tres grandes paneles dibujados a tiza por la artista. Como es habitual en ella, se prevé la participación del espectador mediante el añadido de nuevas pizarras en las que alguna persona pudiera copiar alguno de los dibujos del libro, de forma que la pieza se irá modificando. Alberto García Alix (León, 1956) vuelve al tema de las motos que desde sus primeros inicios como fotógrafo es-
tuvo vinculado a su trabajo. En Arco mostrará tres imágenes de una serie comenzada en 2013 y en el que el tema se aborda desde un punto de vista más conceptual. Otro leonés, Daniel Verbis (1968), habitual también de las grandes citas artísticas, estará en la feria en el expositor de la galería Pilar Serra. Verbis expone un lienzo de gran tamaño, ‘Metamorfosis’, que se pudo ver en la muestra que el artista hizo en la bodega Belondrade, en el que reflexiona sobre los procesos de metamorfosis de elementos extraídos de la naturaleza y su conversión en pintura, dentro de una línea en la que la narratividad gana terreno. Entre los artistas emergentes pero ya de gran proyección, encontramos a Belén Rodríguez González (Valladolid, 1981) que llega a la feria de la mano de la galería londinense Josh Lilley. Entre sus obras destaca ‘Multiplicación cruzada’ una obra (en la portada de este suplemento) que según la propia autora «crece como una sandía, guardando cuidadosamente las proporciones de todos sus elementos». La pieza es reversible, por un lado roja, como el interior de la sandía, y el otro verde, como el exterior. «Así, un motivo en apariencia banal como el estampado de una fruta, sirve de disfraz para el propio límite que crea el bastidor. Me interesa además esa inteligencia latente que existe en la Naturaleza, que lleva a distribuir los elementos en grupos de formas y colores jugando con la repetición y la diferencia. Las vacas tienen un estampado particular, pero nunca es igual. Sin embargo esto no impide que se reconozca cada vaca como una vaca. La matemática y lo orgánico, el rigor y la transgresión toman la forma de una sandía», afirma. Ángel Marcos (Medina del Campo, 1955) también estará este año en Arco en su recién estrenada galería, Max Estrella, donde compartirá espacio con otro vallisoletano, Eugenio Ampudia. Marcos lleva a la feria una
Una visión de conjunto de la participación regional permite analizar el relevo entre generaciones
pieza correspondiente a su reciente exposición en el Canal de Isabel II. En concreto, una instalación formada por cajas de luz que recuerdan las utilizadas por los sin techo para guarecerse, en las que Madrid es protagonista absoluta. No son los únicos artistas de Castilla y León cuya huella se puede encontrar en la feria. El soriano Dis Berlin (1959) estará con sus pinturas en Guillermo de Osma; la salmantina Bene Bergado (1963) expondrá sus esculturas en Espacio Mínimo; las esculturas de David Rodríguez Caballero (Palencia, 1970) tienen su lugar en la galería Marlborough, en cuya sede neoyorkina consiguió una individual en 2012; y hasta un ‘clásico’ como Esteban Vicente, cuyo museo corre peligro en Segovia, tendrá un recuerdo en la galería Marc Doménech.
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E. Hurtado en Just Madrid
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duardo Hurtado (Valladolid, 1986) fue artista destacado en la edición del 2013 de la feria Arco. Este año cambia de escenario y estrena galería, Espai Tactel, con la que presenta en Just Madrid (la feria alternativa centrada en jóvenes valores) su proyecto ‘Estudio para mortal y medio’, que subtitula ‘Nociones de geometría corporal’. El trabajo plástico de Eduardo Hurtado ha girado prácticamente desde sus comienzos en torno a los procesos educativos y la asimilación de espacios. Así en este
proyecto que indaga en la experiencia estética en un lugar y un momento inadecuados. El lugar, una sala de entrenamiento, un gimnasio de alto rendimiento deportivo en el Pirineo convertido en espacio «de sublimación de la forma». La reflexión sobre la retórica del esfuerzo como hito del sistema de clases en el gimnasio y en la fábrica también es una constante en su trabajo. En la exposición individual que tuvo lugar en la vallisoletana sala del teatro Calderón en 2013, una especie de ‘autorretrato’ del artista, confesaba su relación directa y
contradictoria con el deporte. La de un entrenador de waterpolo que por un lado ve el deporte como un ejercicio de poder, que impone un modelo estético y que es un arma de adoctrinamiento y, por otro, una acción que
permite el desarrollo del individuo en un espacio que no es el habitual y que tiene sus propias reglas. Para decirlo con sus palabras «el deporte abre la puerta a una ficción estética que me interesa».
Un elemento como un plinto y la idea de salto al vacío, la relación entre el tatami y el Estado, las piezas de madera que ocupan el espacio donde estarán las tecnologías en otro tiempo son algunos de los elementos del proyecto. Hurtado, que actualmente es director de programas en el certamen Getxoarte, ha combinado desde el principio la labor de mediación,
como comisario y docente, con la práctica plástica y en ambas ha destacado desde esos inicios de su carrera. En este aspecto es la única persona que ha recibido las dos menciones más importantes en España tanto para jóvenes comisarios como para jóvenes artistas, Inéditos en 2010 y Generaciones en 2014. Ha formado parte de la red europea CreArt.
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Javier Silva en Casa Leibniz :: A. T.
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asa Leibniz es otro de los proyectos que aprovechan el tirón de Arco y la atracción que supone sobre Madrid para plantear otras fórmulas de exponer y gestionar el arte contemporáneo. Frente al bullicio de la feria, Casa Leibniz se conci-
be como un lugar adecuado a la contemplación más reposada. El nombre, desde este punto de vista, no es casual. «En discordia con Newton, la teoría del tiempo de Leibniz afirma que sin materia no hay sucesos y sin sucesos no hay tempo. En este sentido, las obras de arte, en la medida en que son sucesos, fabrican tiem-
po, otro tiempo», escribe el coordinador del proyecto Jacobo Fitz-James Stuart en el prólogo del programa de mano. Y, siguiendo con la teoría del filósofo, cada artista ha sido seleccionado como una ‘mónada’ (esas unidades metafísicas que, según el matemático y pensador alemán, gracias a la armonía constituyen un uni-
verso) de un conjunto armónico. Entre las siete galerías participantes se encuentra la vallisoletana Javier Silva, que deja este año su presencia en Just Madrid para cambiar de escenario y embarcarse en un proyecto que tras celebrar esta primera edición se planteará su posible continuidad futura.
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Los artistas representados pertenecen, año más año menos, a la generación nacida entre 1975 y 1985, espacio temporal que acoge a los llamados en plan generalista artistas ‘emergentes’, calificativo que a los organizadores les resulta paradójico, toda vez que su intención es «descender a mayor profundidad». Los tres artistas de la cuadra de Javier Silva que mostrarán sus obras en Casa Leibniz son José Castiella (Pamplona, 1987), Saelia Aparicio (Ávila, 1982) y Salim Malla (Vitoria-Gasteiz, 1976). Los
José Castiella, Saelia Aparicio y Salim Malla irán de la mano de la galería vallisoletana
tres han protagonizado recientemente exposiciones individuales en la galería y los tres atesoran una experiencia más que notable a pesar de su juventud. El resto de las galerías pre-
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Obras de Salim Malla (izquierda) y Saelia Aparicio que estarán presentes en Casa Leibniz. :: POR CORTESÍA
sentes en este nuevo espacio son F2 Galería, Murias Centeno, Alegría, Espacio Valverde, Expai Tactel y Ángeles Baños. Junto a las obras, el espectador se encontrará con textos de una serie de escritores y críticos llamados a participar en esta constelación de jóvenes creadores. Entre ellos Enrique Vila-Matas, Marcos Giralt-Torrente, Miquel Barceló o Germán Huici. Casa Leibniz estará en el Palacio de Santa Bárbara de Madrid (C/ Hortaleza 87) del 25 de febrero al 1 de marzo.
DE JAVIER SILVA
Ampudia en el Matadero :: ANGÉLICA TANARRO
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adrid está inagotable estos días. Y algunas ofertas dan espacio a la contemplación artística fuera de la locura ferial. Desde comienzos de mes y hasta el 17 de mayo, la obra de Eugenio Ampudia (Valladolid, 1958) ocupa la sala quemada de Abierto x Obras, el espacio para el arte contemporáneo de Matadero Madrid. Dedicar un tiempo a recorrer, mediante una pasarela de madera, el entorno de la balsa creada por Ampudia en lo que fue la antigua cámara frigorífica del matadero es una oportunidad de enfrentarnos a un cúmulo de paradojas y contradicciones acerca de nosotros mismos y de las oportunidades de comunicación con nuestros semejantes. Ampudia, una vez más, concibe su arte como un vehículo de reflexión sobre cuestiones contemporáneas y una oportunidad para sacar conclusiones políticas y estéticas en
Ampudia se pregunta por las posibilidades de la comunicación en una instalación sugerente y terrible al tiempo
A la izquierda, panorámica de la instalación de Ampudia en Matadero Madrid. A la derecha detalle de las ondas que produce en el agua una llamada telefónica. :: MATADERO MADRID
torno a lo que sucede a su alrededor. De entrada, la oscuridad del recinto y el reflejo de las potentes estructuras de la nave producen una sensación casi vertiginosa, al tiempo que apenas el espectador puede sentirse narciso ante unas aguas que poco reflejan lo próximo, precisamente por la escasez de luz. Su reflejo está casi vedado pero no la relación con el agua. Una llamada desde el móvil al número que se ofrece en las tarjetas dispuestas a lo largo del recinto producen unas leves ondas que modifican el reflejo en el agua. Varias llamadas simultáneas o sucesivas de otros tantos espectadores producen choques entre unas y otras e introducen nuevas modificaciones en la pieza. Más o menos como sucede en este mundo de comunicaciones globales, en el que la información se va amplificando y multiplicando exponencialmente desde la fuente, pero que luego choca con otras informaciones y las distorsiona. ¿Qué tipo de in-
terrelación producen? ¿Por qué la información molesta tanto al poder?, ¿Qué molesta más, intentar comunicar algo o que se unan voluntades? ¿A quién asustan las palabras ‘red’ y ‘comunidad’? son algunas de las preguntas implícitas en la instalación, cuyo título es ya la primera paradoja: ‘Cada palabra es como una innecesaria mancha en el silencio y en la nada’ es una frase de Samuel Beckett en la que se refería irónicamente a su propia obra. Cada palabra, en este caso, cada llamada ¿es una innecesaria mancha, una inútil perturbación en la superficie del agua, en la imagen que refleja?
Comunicación «Si soy artista es para contar cosas a los demás». Es la contundente declaración de principios de Ampudia que quiere llegar a este objetivo mediante la comunicación personal e intransferible con cada potencial espectador de su obra. «No trabajo para un auditorio de quinientas perso-
nas que me pudiera escuchar durante dos horas. Trabajo para relacionarme cada vez con un espectador» al que invita a tirar la piedra al agua simbólicamente mediante la llamada de teléfono. Ampudia está al mismo tiempo convencido de que todo sucede en el presente, por eso su trabajo se ha planteado en la cota cero del Matadero, no hay nada por arriba o por debajo de esta cota. Pero también es consciente de que los lugares (las ciudades) tienen la carga de lo que pasó en elloas anteriormente. El Matadero era un lugar de muerte ahora reconvertido en un lugar de vida que conserva sin embargo en sus paredes las huellas de su historia. La relación (‘comunicación’) entre el artista y el espacio es total. Estremecedor y poético, terrible y pacífico al mismo tiempo, es difícil que ese espectador al que se dirige Ampudia pueda quedar indiferente. Merece mucho la pena atravesar la experiencia de esta intervención.
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«La novela de Houellebecq es una apasionante observación de la política esclerotizada y patética a la que hemos llegado»
El escritor francés Michel Houellebecq. :: MIGUEL MEDINA-AFP
¿La sumisión como utopía? 27 de enero Se cumplen hoy setenta años de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz. Allí murió Dora Bruder, la adolescente de 15 años a quien Patrick Modiano dedicó su libro-investigación-novela titulado con el mismo nombre de la muchacha: ‘Dora Bruder’. Ahora, la noticia justiciera proviene de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, quien le ha dado el nombre de Dora Bruder a un paseo del Distrito 18. El libro de Modiano es emocionante y vivificador. Ahora el hecho de que una calle lleve el nombre de la joven supone un triunfo de la justicia, de la verdad y del bien sobre el mal. El lugar elegido no es casual, sino que tiene toda la fuerza del homenaje y la reivindicación, algo así como un grito contra el terror, la intolerancia y el nazismo (renacientes de muchas maneras hoy en día): se trata de
una pendiente que une las calles Leibnitz y Belliard, el lugar exacto donde Dora Bruder vivió. No hay mayor triunfo de la vida sobre la muerte que iniciativas como esta. Aunque en realidad el verdadero triunfo de la vida habría sido que esta muchacha, de futuro truncado, hubiera vivido muchos años, hubiera dado mucha vida y amor y hubiera muerto en su cama, rodeada de sus seres queridos. El triunfo de la vida sobre la muerte siempre es vivir y no morir. El terror no solo es culpable de que eso no ocurra, sino de que la vida cercenada suponga la desaparición de muchas más cosas, de otras vidas, de otros lazos, de otros hechos de los que esa joven, por ejemplo, habría sido la protagonista. La protagonista de su vida, solo eso y ni más ni menos que eso. La iniciativa de Modiano de escribir sobre ella, de fabular sobre
ella, ha permitido dotar de una cierta existencia a la Dora real. Esta es la fuerza de la ficción, que consolida como mito la verdad de la historia. Por su parte, la admirable iniciativa de la alcaldesa de París ha fijado la memoria de Dora Bruder en la ciudad de donde la expulsaron. Setenta años después, Dora vuelve a su calle.
OTRA GALAXIA ADOLFO GARCÍA ORTEGA
dad nueva en Francia: en el 2022, para evitar el triunfo de Marie Le Pen como Presidenta de la República, los socialistas apoyan a un nuevo partido, la Fraternidad Musulmana, cuyo candidato, Ben Abbes, termina por ser Presi-
dente de Francia. Esto conduce al país a un clima de guerra civil entre los identitarios patrioteros y los musulmanes. El gobierno de Abbes modifica los planes educativos y la vida pública en general hasta imponer una ‘sharia’ aceptada por la mayor parte de la sociedad «con sumisión». Como bien escribió Emmanuel Carrère sobre este libro, la vinculación con novelas utopistas como ‘Un mundo feliz’ o ‘1984’ es más que evidente. Además, los hechos que la novela describe –nada paródicos– son preocupantemente verosímiles. No es imposible, en un futuro cercano, ver una Europa con trincheras intelectuales, con recelos radicales, con miedos paralizantes y nacionalismos identitarios excluyentes. Y no es imposible porque se perciben síntomas de enfrenta-
3 de febrero Leo ‘Soumission’, la polémica (no sé por qué) novela de Michel Houellebecq, cuyo contenido ha coincidido con los recientes atentados yihadistas de París y ha desatado una oleada de posturas a favor y en contra. Todos los libros y opiniones de este singular escritor sitúan al lector en ese límite de la decantación hacia un lado u otro. La novela, a grandes rasgos, trata de un profesor experto en literatura decimonónica que se ve atrapado por una reali-
Patrick Modiano. :: THOMAS SAMSON-AFP
miento político y social, bajo el amparo del terrorismo y de su rechazo. Lo que no se puede decir de la novela de Houellebecq es que sea una novela de derechas o de izquierdas: no va de eso, no tiene una tesis sectaria que exponer. Es una ficción distópica que, gracias a su naturaleza literaria, se convierte en una apasionante observación puntillosa de la política esclerotizada y patética a la que hemos llegado, sea de un lado o del otro. Si hay una crítica evidente y continua en la novela es a la frivolización en que la sociedad ha caído a la hora de explicarse a sí misma, y en eso Houellebecq no tiene piedad, es un azote de la hipocresía social, colonizada por una banalidad que ha dejado todo el terreno a los ultramontanos partidarios de las raíces profundas de la patria. En este sentido, el regreso a una medievalización del presente pone al mismo nivel a los hipernacionalistas y a los musulmanes islamistas. Y en la Edad Media, que es adonde puede que nos dirijamos, las disputas y diferencias se solventaban con la violencia, la lucha y el cuchillo. Houellebecq, que no quiere complacer a nadie y solo es fiel a sí mismo, termina por ser rechazado por todos. Le critican que hable de que se han perdido valores que Europa fue capaz de exportar para iluminar al mundo. Quienes esto le reprochan son ciertos sectores, obviamente interesados en mantener su encastillamiento ideológico, que se apresuran a tildar de retrógradas o ultraconservadoras este tipo de advertencias, sin matizarlas. Es fácil aplicar esta etiqueta, ensordece y evita pensar. Precisamente uno de estos días Adela Cortina, experta en Ética, avisaba de que es inadmisible que siga habiendo derechas e izquierdas que no se escuchen ni se mezclen. Esto mismo es lo que denuncia Houellebecq. Hay que reconocerle arrojo a este autor. Soy, además de los que está convencido de que, ante el miedo, el individuo es el último reducto real de la valentía: los valientes están siempre solos, dan la cara y se conocen sus nombres y apellidos. ‘Soumission’, finalmente, es una novela distinta y envolvente, no menos moral y transgresora que las de Voltaire o Diderot, que congela la sonrisa en el asombro.
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Seducir y conmover
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ónde vamos estableciendo nuestro territorio? ¿Dónde respiramos lo intenso que nos cautiva y nos lleva a llenar tantos folios? ¿Dónde quedan Cervantes, Kafka, Pessoa, Faulkner, Quevedo, Shakespeare o Virginia Woolf? Encontraremos su sabiduría como un viaje alcanzando lo infinito con cuatro estaciones tan dispares. Abracemos lo creativo de la gran literatura y consiguiendo mantenerse en un equilibrio de sol y agua. ¿Por qué de sol y agua? El sol no cesa de encenderlo todo o de esconderse. Y el agua tiene música apresurada o lenta. Estaremos muy lejos, pero nos encontraremos, entre tan hondas diferencias, en el hallazgo del lenguaje. Escribiré hasta acabarme. Y conmigo, lo que ha sido propio. Un compromiso conmigo y con mi tiempo, en ese envolvente juego de la recreación que continúa, de forma particular y legítima, sencillamente porque se ama el escribir donde bulle mi cabeza y mi nostalgia sin cansancio. ¿O no bulle la cabeza? Sólo queda, pues, agradecer una existencia y contarla. Será aprendiendo a conjugar la gran exclamación que es Shakespeare y la rica y colmada sencillez de una Edith Wharton en una obra como ‘Ethan Frome’, por poner un ejemplo. (Los grandiosos mundos de Dostoievski y la narración que discurre como un vivir impuesto, aceptándolo como normalidad y teniendo mil folios sobre una mesa de donde se escribe la
‘La conversión de San Pablo’, de Miguel Ángel. :: AP
vida y sus ausencias). En el ambiente creado, unas vidas urdidas, lo habitable y también lo rechazado. Estaremos ante la pared o el campo abierto, las palabras descolgadas entre el día y la noche, y, nunca a un lado como olvido, las penumbras, tan absolutamente ciertas. Tan substanciales al espíritu y al miedo de cuanto pueda cruzar nuestras esquinas. Escribe el portugués Miguel Torga en su obra: ‘La creación del mundo’. «Esa memoria que un ser humano puede guardar en sus bodegas, sin que su conciencia ni siquiera lo sospeche!» Y completa este asentimiento afirmando sobre gama de colores, variedad de horizontes y de sensaciones latentes. Las bodegas de los tesoros guardados a la hora de escribir. Las bodegas y los desvanes que pueblan nuestras cabezas, ahí en lo alto, abarrotadas de objetos y presencias visibles e invisibles. Implacables entregas de escritura, de personajes acomodados, no como una visita sino como dueños de estos espacios emocionales. Seres silenciosos o silenciados, en decidida voz o condicionados por un vivir. Caminan, o quedan colgados como lámparas del techo o de sí mismos. Todo cabe en la ficción, a nada hay que substraerse. Va creciendo el argumento, cumpliendo edades y situaciones, fríos o caricias. Alcanzar o caer en una derrota. Asomarnos hasta a lo prohibido y abrir su misterio. Esa forma en la forma de lo que es núcleo de lo humano. A cualquier acto de vida está abocado el ser, como verdad de esa vida, como ficción ratificada de imaginación y memoria sensorial. Iré cerrando mis esclavos inacabados. Nunca serán los que descansan en Roma que encierran esa palpitación que ocurre en algunos inacabados.
DONDE HABITO ELENA SANTIAGO
Lo fascinante está en la palabra. Por ello el escritor es un visitador de recorridos donde pueden hablar hasta las piedras
Si extraordinario es vivir o contar esa vida, con pasión, con la emoción de lo convincente, de lo que emociona, cuando el Arte ofrece lo singular, lo determinante. Lo fascinante, está en la palabra. Por ello el escritor es un visitador de recorridos donde pueden hablar hasta las piedras. Busco a Miguel Ángel existiendo en lo extraordinario en la imagen o la palabra absorta en lo idealizado o en capítulos de vida. Para mí seducir y conmover, ése es el camino. (¿Qué he escrito? Iba a comentar sobre el niño que mira las hojas de los árboles y las escucha. Bueno, aparecerá otro día. Un día distinto a muchos. Será la consonancia de la imaginación haciendo de gota o de mar).
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DEL CIPRÉS
El Ferrari 250 GT SWB California Spider fue adjudicado en una puja por 16,3 millones de euros El modelo era uno de los 37 ejemplares producidos por Ferrari
Alain Delon y Jane Fonda, en el Ferrari California mientras rodaban ‘Los felinos’ en 1964. :: ARCHIVO EDWARD QUINN0
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uchos ojos se han centrado en un Ferrari 250 GT SWB California subastado por la casa Artcurial en el marco del célebre Salon Retromobile que se acaba de celebrar en París. Ferrari no solo tenía el valor de ser uno de los únicos 37 producidos de este modelo, sino también de contar con un pedigrí curioso, con una de esas historias que entre el morbo y la pasión terminan por hacer subir hasta cantidades astronómicas su precio antes de que el martillo del subastador (en este caso el experto en arte y expiloto Hervé Poulain) marque el fin de la puja. En efecto, este Ferrari es uno de las 95 automóviles encontrados en la propiedad del empresario francés Roger Baillon, hombre que hizo fortuna tras la II Guerra Mundial comprando y reparando camiones de desecho militares y más tarde creando una de las empresas de transporte más importante en la Europa de los años sesenta del pasado siglo y muy centrada en el transporte de productos químicos. Pero la crisis del petróleo de 1973 marcó el declive de la misma, que terminó cerrando sus puertas en 1977 y con enormes deudas que obli-
El Ferrari de Alain y Jane
garon a subastar en dos ocasiones (1979 y 1985) muchos de los bienes de Baillon, incluida parte de su colección de automóviles clásicos, formada con la idea de crear un museo. En una finca de Baillon (fallecido en el año 2000 y para quien perder sus coches clásicos fue el mayor drama de su ruina) permanecieron en el olvido y casi escondidos unos 95 automóviles. A la muerte del hijo de Roger Bai-
ARTE EN MOVIMIENTO SANTIAGO DE GARNICA
Tal como estaba en la finca de Boillón, los paquetes de revistas le salvaron del deterioro.
llon, Jacques, acaecida en 2013, sus herederos se pusieron en contacto con la casa de subastas Artcurial para subastar la escondida colección. La mayoría de los coches, algunos muy valiosos y de indudable valor histórico (Delahaye, Bugatti Panahrd-Levassor o un Talbot Lago personal del famoso carrocero y artista Saoutchik), almacenados en naves y cobertizos casi en ruina, estaban en una situación de abandono absoluto. Dos de ellos (un Ferrari y un Maserati) se conservaron en mejor estado gracias al hecho de permanecer guardados en un garaje de la finca menos afectado por la ruina. Sobre todo el Ferrari, un 250 GT SWB California, estaba en buen estado, protegido bajo fardos de revistas del motor, muchos de ellos de la prestigiosa ‘L’Automobile’. Este precioso descapotable, presentado en el Salón de París del año 1961, fue adquirido por el actor y director de cine francés Gérard Blain (‘El amigo americano’, ‘Hatari’…), que a su vez se lo vendió al actor Alain Delon (‘El eclipse’, ‘El gatopardo’, ‘Borsalino’…), que lo tendría en sus manos durante dos años, y que aparece en inolvidables fotografías con el galán francés al volante acompañado por la mismísima Jane Fonda. Con este pedigrí, y el enfado del mismísimo Delon incluido, el Ferrari 250 GT SWB California Spider tenía un precio estimado entre 9 y 12 millones de euros. Y Poulain, (el hombre a quien se debe la idea de los famosos Arts Cars de BMW, pintados por Warhol o Calder) en una puja que arrancó en los 6 millones de euros, lo terminó por adjudicar en 16,3 millones. Ahora queda por saber si su nuevo y afortunado, en todos los sentidos, propietario de este Ferrari con una vida de película lo conservará en su estado actual (una corriente que se extiende cada vez más) o procederá a dejarlo impecable, como cuando Alain y Jane se paseaban en los descansos del rodaje de ‘Los felinos’, en la Costa Azul.
LECTURAS
Sábado 21.02.15 EL NORTE DE CASTILLA
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Mujeres Gustavo Martín Garzo sigue indagando en el sexo femenino y el misterio, a través de una saga del siglo XX en Tierra de Campos
LUIS MARIGÓMEZ
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n la ya muy abundante obra de Gustavo Martín Garzo, con varias obras maestras en su haber, destaca el uso de lo fantástico, a veces en un contexto afín, como en su libro anterior, ‘La puerta de los pájaros’, un cuento de hadas largo y, más a menudo, en el mundo de la narración realista. Esta magia enciende las vidas de sus personajes, les dota de una trascendencia singular; es un modo de plantear preguntas sobre lo real que con los modos habituales de hablar de la realidad quizá no serían posibles. En ‘Donde no estás’ vuelve a un terreno que empieza a convertirse en mítico en su hacer, la Tierra de Campos. El tiempo de la guerra y postguerra civil seguirá dando juego mientras siga habiendo en las cunetas cadáveres ente-
rrados que la autoridad se empeña en ningunear, una muestra más de que al conflicto todavía le quedan rescoldos. Esa larga época de silencios y miedos que siguieron al horror de la contienda contiene los enigmas, secretos y pecados que nutren el relato. El foco se fija en historias de mujeres, contadas también por mujeres, de tres generaciones. Una adolescente de los años sesenta; su madre, una muchacha en los convulsos años treinta; y la abuela, una matriarca de la zona, tan fuerte como intratable, con dificultades para manejar sus recuerdos. Pertenecen a una familia pudiente. También habla una criada, y da otra perspectiva, complementaria. Aparecen falangistas matones, caballerosos e indolentes; jornaleros enfurecidos, y seres como de otro mundo, que vienen para iluminar y oscurecer este. Ellos son los que dan cuerpo al misterio que le interesa señalar al autor. «Y por primera vez sentí que había cosas en el mundo de las que no sabía nada, cosas que ocurrían
El escritor vallisoletano Gustavo Martín Garzo, en la calle Platerías. :: G. VILLAMIL por sí mismas y que tenían su propia vida, como animales en el prado o mujeres que hablaran en una habitación». Los silencios que encuentra Ana, la quinceañera que va al pueblo de sus mayores de vacaciones, estimulan sus preguntas y empiezan a revelarse errores, traiciones, disparates, pasiones, crímenes… y se hace explícito lo inexplicable. Sara, la amiga muerta de su madre, se le aparece como un fantasma, como una virgen, como un ángel de Rilke, con un mensaje que la muchacha no termina de descifrar y que la lleva a poner a la luz lo que a todo el mundo le parecía mejor oculto.
Todo un clásico :: C. AUGUSTO AYUSO
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urante veintiún años (1571-1592), el francés fue escribiendo los tres libros de sus ‘Ensayos’, título este que daría nombre a todo un género literario, que, lejos de la desatada creación imaginativa, hace de la reposada meditación y la confesión sobre cualquier tema humano materia de su escritura. Demostró con ello ser un buen ejemplar de hombre renacentista, dado por igual a la acción pública, como magistrado y alcalde de Burdeos, y al retiro intelectual, en la biblioteca de su castillo campestre. Ahora es la ocasión de leer esta obra completa, en edición bilingüe francés-caste-
llano, y hecha según un depurado criterio filológico. Obra que ha sido faro en la literatura universal, y en España particularmente para autores como Quevedo, Unamuno y Azorín. Su aportación fundamental, su magisterio, está en la capacidad de reflexión que aporta sobre la vida, sobre el comportamiento y las relaciones humanas, partiendo de la propia experiencia, del desnudamiento de la personalidad. Escribe para conocerse, y lo hace con sinceridad, por eso es más dado a recontar sus tachas, sus contradicciones, que a vanagloriarse, y le avisa al lector de que, siendo él mismo el meollo de su reflexión, no merece que pierda el tiempo con él. El autoanálisis lo consideraba la más difícil empre-
sa que un hombre podía acometer. Como sale airoso, el efecto no deja de ser deslumbrante y, lejos de quedarse en la trastienda individual, proyecta su interés y su encanto al mejor conocimiento del hombre. En realidad, se afanaba por conocer a los otros, no le era ajena la sociedad; la observaba con detenimiento para tener una referencia al hacer su juicio particular. Impera en sus reflexiones el sentido común, pues busca siempre la moderación, el equilibrio, y huye de los extremos que se alejan del justo medio. Él, orgulloso de la educación recibida, conocedor de la lengua latina desde su primera infancia, antes incluso que de su lengua gala natal, propugna un adiestra-
Hay referencias bíblicas y a la tragedia griega clásica, pero también utiliza el autor técnicas de melodrama popular al tiempo que muestra su amor a la tierra que retrata, hablando de vencejos, ci-
DONDE NO ESTÁS Gustavo Martín Garzo. Destino. 2015. 20 euros.
miento acorde del cuerpo y del espíritu, sin encoger o ponderar el uno a costa del otro, en que estudio y ejercicio, provecho y deleite caminen a la par. Él mismo, que dice disfrutar de los libros de su nutrida biblioteca como el avaro de sus tesoros, se fatiga como diestro jinete recorriendo largas horas la campiña y se solaza en atractivas y amistosas conversaciones y en viajes. Vitalista, no en vano hace de la salud el más valioso don del que se puede disfrutar. Combina, como buen lector de los clásicos, estoicismo y epicureísmo ante lo que ofrece la vida, generosa unas veces y cicatera otras. Por eso, en el fondo de sus más genéricas deducciones apunta el escepticismo. Para él todo está sujeto a la mudanza, todo es apariencia: «Le monde n’est qu’une branloire pérenne» –el mundo es un perpetuo vaivén, todo se mueve sin ce-
güeñas, oropéndolas, almendros, espigas, ranas, chotos… Ese lugar áspero que huele a estiércol y a jara contiene una vida fascinante, sobre todo para alguien criado en la ciudad. En ese espacio y ese tiempo tan determinados se busca el otro lado de las cosas, el más allá de lo que está a la vista. Algunas habitaciones de la casa principal tienen espejos de doble cara, que permiten ver lo que ocurre al otro lado de la pared. Esa mirada a la intimidad de los demás, sin ser visto, sin pagar ningún precio por ello, sería el ideal del lector, del espectador contemporáneo. Pero Martín Garzo quiere un voyeurismo que manche, que
ENSAYOS (edición bilingüe) Michel de Montaigne. Traducción y notas de Javier Yagüe Bosch. Barcelona, Galaxia Gutenberg/ Círculo de Lectores, 2014.
sar…, tanto en el universo como en el propio ser–, dirá en uno de sus más redondos capítulos de la tercera parte, sin duda la más atrayente, la más madura por la edad. Consideraba que vivía en un siglo licencioso, deteriorado, nada proclive a la virtud, en el que el fingimiento y el disimulo campeaban por doquier.Toda máscara era para él una forma de cobardía, y proclamaba la verdad como
deje huella. Los secretos se van desgranando uno a uno y los personajes ganan en complejidad, y se hace más difícil juzgarlos. Hay una confusión que no elude lo oscuro ni reniega de lo luminoso: «¿Quién ha dicho, pensé mientras le veía alejarse, que no se puede dormir y estar despierto a la vez, que no es posible ser feliz y desdichado al mismo tiempo?». La mezcla de elementos fantásticos, clásicos, populares, históricos, geográficos… da una densidad al texto muy específica del novelista, que genera un mundo propio que funciona por sí mismo y atrapa, perturba y encanta al lector.
la principal virtud, el ir de frente. Era una obligación y, además, resultaba lo más práctico, decía. Saber vivir bien era lo más provechoso para el hombre, que no era otra cosa que contribuir al bien común y seguir la costumbre. Y acomodarse a la naturaleza, aceptando sus ofrendas y valores, pues ella es sabia, y una guía prudente y justa. Siguiendo estos principios, el hombre no se engañaba, antes bien, era la única forma de conocerse y gozar de su ser. Indudablemente, la vejez y la enfermedad iban afilando su estoicismo, su clarividencia y su mesura. Estos ensayos no pueden pasar de moda, no se marchita su actualidad. Liberal, tolerante y franco, Montaigne sabía que su vida era humilde y sin lustre, pero, como cualquier otra, digna de atención, «porque cada hombre lleva en sí la forma entera de la condición humana».
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DEL CIPRÉS
LECTURAS
Sábado 21.02.15 EL NORTE DE CASTILLA
Los estragos del desamor David Trueba construye en ‘Blitz’ una envolvente historia sobre el abandono y la soledad BLITZ David Trueba. Anagrama, 2015. 166 págs 16,90 euros
LUIS EDUARDO SILES
tando de olvidar a Marta, pero recordándola obsesivamente, permanentemente, la energía que le transmitía, su cuerpo poderoso y ausente, incluso mínimos detalles de su físico, como «las cejas que daban un valor único a su rostro, con un aire entre Frida Khalo y una joven Ángela Molina». Pero entonces surge Hel-
ga, que trabaja como voluntaria en traducción en el congreso al que asiste Beto, una alemana de 63 años, jubilada, separada desde hace mucho tiempo, y los dos se unen como figuras de un museo de la soledad. Beto siente cierto rechazo físico hacia Helga por la diferencia de edad, pero lo envuelve una fuerte, casi incontenible atracción sexual hacia ella, hacia su cuerpo decadente pero atractivo, con la fascinación de lo desconocido, de lo que le resulta una novedad aunque se trate de una piel ajada por los años. Helga supone una construcción literaria sólida y contundente. Pero por las páginas de ‘Blitz’ también pasa la corrupción, el tiempo implacable que devora a los personajes «que parecen deslizarse dentro de un reloj de arena», el amor al cine, o la dura crisis económica en una historia llena de crisis de todo tipo. Los problemas de la economía se mencionan recurrentemente: «Había en Múnich estudiantes jóvenes que soñaban con un trabajo en el primer mundo ahora que la economía en nuestro país estaba en crisis». Pero se trata, por encima de todo, de un libro sobre el desamor, la soledad, el abandono y la búsqueda de compañía en unos personajes brutalmente heridos. Helga, con su resignada inteligencia, lo define así: «El dolor es una inversión».
dad, pues también son inmortales, son muy semejantes a los dioses, a los que de igual forma cabe definir como criaturas ociosas que juegan con la humanidad –los Tatua de Danan, un tipo de hada irlandesa, eran, de hecho, dioses–. En lo que se diferencian hadas y dioses es en que, por lo general, las primeras son menos solemnes, se dan menos aires. Pero lo que me interesa en este artículo, claro, es la presencia de las hadas en la literatura, y en particular en la literatura fantástica moderna. Lo cierto es que la fantasía épica moderna sería irreconocible sin las hadas. La culpa la tienen Tolkien y sus elfos. De pequeño me gustaban los elfos –altos, guaperas, inmortales sabios y arrogan-
tes– ahora no tanto. Hay tantos y por tantos libros, que a uno se le hacen aburridos. Creo que la fantasía, de hecho, se puede escindir en historias con elfos y sin elfos. Las que tienen elfos, no todas, pero la mayoría, suelen carecer de originalidad, y la calidad de su prosa va del mero buen hacer a la catástrofe estilística. Son novelas gruesas, en varios volúmenes, pero de consumo rápido, que siguen la estela de la Draganolance. Si hay una excepción a esto, tal vez sea ‘Añoranzas y pesares,‘ de Tad Williams, con la que, dicho sea paso, ‘Canción de hielo y fuego’, obra posterior, guarda bastantes puntos en común. Otro día hablaré de esto con más detalle, y de otras obras con hadas.
B
litz’ es un libro envolvente, emocionante y suave. Beto, arquitecto paisajista, viaja a Múnich en compañía de Marta, su novia y colaboradora, de 27 años, tres menos que él, para exponer en un congreso un proyecto de un parque adornado con relojes de arena. Pero en un restaurante, mientras ella espera en una mesa y él se encuentra junto a la barra, recibe un mensaje de Marta que no va destinado a él. La vida cambia cuando los mensajes de amor no son para ti, piensa Beto. El sms dice: «Aún no le he dicho nada. me cuesta tanto. uff. tq». Beto piensa entonces que hay palabras para el amor y otras para el desamor. Y con esas palabras para el desamor está construida esta novela llena de melancolía, dolor, pérdidas, reencuentros, soledad y risas. ‘Blitz’, que en alemán significa relámpago, es la esperada nueva novela de David Trueba desde ‘Saber perder’ (2008), aquella historia llena de perdedores y fútbol. Pero entre un libro y otro, el autor ha tenido tiempo para ganar premios como los seis Goya, entre ellos al de Mejor Película, a ‘Vivir es fácil con los ojos
El cineasta y novelista David Trueba. :: MARTA PÉREZ-EFE cerrados’ (2014), o para publicar un volumen, ‘Érase una vez’, que recopila sus artículos periodísticos. Es ‘Blitz’ un libro intenso, en el que no pasa nada, en el que pasa todo, que se lee con placer, con emoción: un libro escrito con una prosa que provoca adicción, que se bebe como los amantes protagonis-
tas apuran el último vodka de la noche antes del amor. Está escrito en primera persona, por lo que el lector conoce todo desde el punto de vista del protagonista. Hay en el estilo de la prosa mucho David Trueba, que incluso se permite construir alguna greguería: «El siete es un uno obligado a levantar la cabeza».
Marta regresa a Madrid para reencontrarse con su ex novio, «un cantautor uruguayo, un tipo arrogante pese a su éxito de escala manejable» –según Beto–, rota ya la relación de cinco años entre ambos, y él permanece unos días más en un Múnich frío y desconocido, flotando sobre su naufragio sentimental, tra-
Tú, marcado por los elfos
L
as hadas, según quien las cuente, tienen un aspecto u otro. Bajo este nombre, que algunas etimologías casan con el término latino fatum, destino, se despliegan una serie de inteligencias, o sensibilidades, que pueblan colinas, páramos, minas, bosques, hogares, graneros, en cada esquina o cultura del mundo. En un curioso ensayo, que más que nada es una enumeración de historias y no una búsqueda de conclusiones –lo deja todo a nuestra inteligencia o falta de ella–, Patrick Harpur llama a todas estas criaturas daimó-
nicas, emparentándolas así con aquel daimon, esa voz que Sócrates oía y que le servía de consejera. Como curiosidad cabe apuntar que entre los seres daimónicos, y muy acertadamente, Harpur incluye a los ovnis y los pilotos de los ovnis. Estas criaturas mitológicas, que por comodidad, llamaré en adelante hadas, tienen una serie de características que se repiten, con más o menos precisión, aquí y allá. La principal es su indeterminación, o su aspecto difuso. Pueden ser grandes o pequeñas, horribles o arrebatadoramente bellas, tener forma humana o
EL TALISMÁN DE LA COSTURERA CIRO GARCÍA
animal, ser tangibles o no serlo tanto. Todo sus regalos son otra cosa, por lo general menos valiosa de lo que aparentaban. Ejemplo clásico: el oro de las hadas suele tornarse hojas y ramas al poco rato. Sin embargo, cualquier ‘souvenir’ que traigamos del país de las hadas, en él nunca cree-
remos del todo, pareciéndonos la visita un sueño, será tangible, con el único propósito de hacernos dudar. Siguiendo con el turismo: del país de las hadas, como del de los muertos, no se vuelve si tenemos el mal criterio de aceptar comida o bebida. Las hadas, por lo general, viven en sociedades que copian la humana. No se las puede considerar malvadas –salvo casos– ni benignas. Lo cierto es que son seres más bien juguetones, bromistas, con un sentido del humor un tanto extremo, a los que nada place más que hacernos víctimas de sus ocurrencias. En reali-
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LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL
La mano que procura el pálpito Yolanda Castaño aborda el enigmático ámbito del lenguaje en una sugestiva reflexión poética
JORGE DE ARCO
E
n 2007, entrevisté a Yolanda Castaño (Santiago de Compostela, 1977), al hilo de la aparición de su ‘Libro de la egoísta’. Por aquel entonces, la poetisa gallega, afirmaba: «Mi poesía ya no es tan vitalista, tan impulsiva, tan optimista y lúdica, ni tampoco visito la temática erótica como campo de trabajo para muchos otros ejercicios. Quizá a cambio se haya vuelto más reflexiva, más amarga pero también aún más sincera, quizá se haya enriquecido con algunos matices y haya madurado a la vez». Traigo hasta aquí aquellas afirmaciones, tras la lectura de ‘La segunda lengua’, poemario ganador del XI Premio de Poesía Fundación Novacaixagalicia y en el que Yolanda Castaño ha plasmado su sabia reflexión sobre el enigmático y sugestivo ámbito del lenguaje. Y en verdad, su verso continúa vertebrándose sobre una base de mayor hondura meditativa, de sostenida autenticidad. No hay renuncia en su decir, sino serena contemplación, certidumbre que dialoga con la cotidianeidad del verbo: «Desde la mano que procura el pálpito/ aprovecho folios ya usados:/ la tinta negra de la otra cara se advierte por detrás/ y pienso/ que también se escribe así,/ anotando palabras nuevas mientras otras/ anteriores/ se transparentan». En su anterior entrega, ‘Profundidad de campo’ (2009), la autora enfrentaba su conciencia al paisaje externo que convocaba la inquietud de sus deshoras. Y desde ese territorio personal, su discurso se articulaba en pos de una sabia ordenación de la conducta humana que le permitiera hallar la esencia de su acontecer: «No puedo permitir que se me malinterprete una
A un lector omnipresente :: V. M. NIÑO Ramón García ha escrito un diario imaginado de Teresa de Ahumada niña, cuando se perfilan los vectores que determinarán su vida. Lectora de amadises y caballeros, pronto demuestra ambición de trascender por la vía de la aventura, la del martirio, la de la escritura. García Domínguez recurre a la fórmula del diario para exponer la infancia de Teresa en Ávila. Los juegos de la calle, la pandilla de amigos, su hermano de correrías, la igualan con el resto de los niños. Sin embargo la Teresa que retrata Ramón se distingue por su desbordante imaginación y su implicación en todo lo que la rodea. Quien aprende a jugar al ajedrez con su padre, quiere ser monaguilla, una responsabilidad entonces masculina. Vive en la España imperial
donde la Inquisición y la limpieza de sangre –los marranos– están muy presentes. De ahí parten algunos de los estímulos literarios de Teresa, quien planea una novela con heroína en el papel protagonista porque la caballería podía ser femenina. La infancia de la futura
PARA SIEMPRE Subtítulado, Cuaderno secreto de la niña Teresa de Jesús. Ramón García. Ilustraciones de Albert Asensio. Anaya. 144 páginas. 11 euros. A partir de 12 años
santa toca a su fin con la muerte de su madre cuando ella tiene 12 años: «Mi hermana Juana nació y mi madre murió». Una suerte de resignación o la seguridad de su fe pone el acento en el futuro más que en la pérdida. Ramón García abunda en la felicidad de la niñez como reserva para el adulto. Desde ese punto de vista, Teresa de Ahumada la alimentó convenientemente y sobre ella construyó su plan fundacional. La niña que quería ser santa, que tenía anhelos de eternidad y un lema que da título al libro ‘para siempre, siempre, siempre’, lo consiguió. La fórmula del diario, esa versión novelada de uno mismo, acerca la voz de una niña que escribe para un lector omnipresente, su dios. García Domínguez acerca así al público joven a la mística en su quinto aniversario.
La poeta Yolanda Castaño. :: RAFAEL LAFUENTE vez más», rezaba el poema inicial. Nada, tampoco, invita a una mala interpretación en esta segunda lengua, que derrama realidades, ensoñaciones, elocuencias, sorpresas, ironías, apariencias…, y que roza, en muchas de sus páginas, las esquinas del deseo: «¿Qué clase de amor podría yo vendimiar/ si mi deseo se tapase la boca?/ También una vez fue la pronunciación/ un asunto de vida o muerte (…) ¿Qué clase de beso daría si cubriese/ mi boca con la membrana de otro acento?». Dentro de la observaciones insertas en ‘El hombre y la gente’, anotaba José Ortega y Gasset que «la significación auténtica de la palabra es siempre ocasional». También entiende Yolanda Castaño que su discurso poético es una posibilidad, una alternativa, un juego de espejos del que cada cual obtendrá una lectura nueva, distinta. Porque estas páginas ofrecen múltiples visiones que nacen desde el relativismo lingüístico de los textos: «Cuando hablamos, aca-
LA SEGUNDA LENGUA Yolanda Castaño. Visor Poesía. Madrid, 2014. 120 págs. 10€.
bamos todos manchados de lenguaje,/ sólo en la lengua madre alcanzamos el propio silencio./ Porque hablas atonal no sé/ si esconderías las graves lagunas de una oda/ o los riscos esdrújulos de la épica». A sabiendas de la estrecha relación que existe entre el pensamiento y el lenguaje que lo expresa, la autora gallega advierte de que también el valor de las palabras y la forma en que se usan pueden ser falsificados. Para recuperar el instinto vital que las torna costumbre en nuestra existencia, hay que aprehender los significantes de cada uno de sus sentidos, pues, por ejemplo, no hay que olvidar que «el sentido del gusto/ está alojado en la lengua». En la contraportada del poemario, escribe Elena Medel que, ‘La segunda lengua’ reflexiona sobre la escritura y su tensión con la vida, sobre la escritura como modo de vida y sobre la escritura como vida paralela, y propone un recorrido bello y durísimo por esas más dudas que certezas: para qué el lenguaje, para qué el cuerpo, qué espacio entre ambos, por qué no ocuparlo». En rellenar ese hueco y hacerlo de forma lírica y profunda, se ha afanado Yolanda Castaño en este volumen, en el cual ha sabido trazar una original aventura verbal, plena de verdad: «Deja que las palabras remonten sus propios símbolos./ No intentes traducir el sonido de las caracolas».
Distintas glaciaciones en la familia :: V. M. N. Desenfadado, irónico, casi impertinente, como la mirada de los niños al paso del tiempo, así es el álbum ‘Cuando papá era pequeño había dinosaurios’. Las certezas del calendario de los adultos son fronteras borrosas para ellos, por eso los padres bien pueden haber vivido con los dinosaurios y ser de la Edad de Piedra a la vez que participar de las soluciones de nuestro tiempo. ¿Quién dijo anacronismo? La cueva en la que vivía papá, según el texto de Malone, tenía felpudo con su ‘welcome’ escrito pero carecía de televisión, así que mi-
raban al oso que amenazaba la salida para entretenerse. Sin frigoríficos, ni transpor-
CUANDO PAPÁ ERA PEQUEÑO HABÍA DINOSAURIOS Vincent Malone. Ilustra André Bouchard. Edelvives. 42 páginas. 9 euros. A partir de 6 años.
te público, ni antibióticos, ni rueda, la vida era otra y, sin embargo, parecida. La divertida contraposición de elementos prehistóricos y contemporáneos, con la ilustración centrada siempre en el mundo pretérito, provoca sonrisas sobre convenciones como la puntualidad –imposible sin reloj–, los huevos de pascua –rellenos con embriones de dinosaurios–, la música –tan solo reconocido el rock, ya que materia prima eran las rocas–, la medicina o la navidad. Álbum fresco que bromea sobre la condición humana gracias a la excelente combinación de imagen y texto.
14 LA SOMBRA
Sábado 21.02.15 EL NORTE DE CASTILLA
DEL CIPRÉS
T
ienen plural los nombres propios? La pregunta, formulada de este modo, no deja de tener cierta malicia y puede poner en un aprieto al más pintado, gramáticos incluidos. La respuesta es no y sí. El primer problema al que hay que enfrentarse al estudiar el nombre propio es saber si puede llevar morfema de plural o no. En el caso de que pueda llevarlo, el segundo problema es si se mantiene como nombre propio o si se recategoriza como nombre común. Un nombre propio como ‘Ana’, por ejemplo, aparece en plural como ‘Anas’ y más que verlo como un caso de nombre propio en plural habría que hablar de un caso de recategorización de nombre propio en nombre común porque, en este caso, ‘Anas’ hace referencia a un conjunto de mujeres que tienen en común llamarse de la misma forma. Por eso es oportuno sostener que los nombres propios, cuando designan entidades únicas, no tienen plural. Sin embargo, cuando los nombres propios se asimilan a los nombres comunes forman el plural de manera regular, como en el caso de que varios individuos compartan nombre. Adoptan, por tanto, las terminaciones en ‘s’ o en ‘es’ cuando son nombres de pila variables en cuanto al número. Diré, por ejemplo, que en mi departamento hay dos Cármenes y dos Rosas, que en mi familia hay dos Rafas, que en mi familia política hay varios Josés, que conozco a varias Teresas y que las Pilares celebran su santo el doce de octubre. Si el nombre de pila termina en zeta, el plural adopta la forma terminada en ‘ces’ (las Beatrices más queridas, tus primas las Paces). Cuando el nombre de pila termina en ese, tienden a formar plural regular aquellos cuya sílaba tónica en singular es la última (los Andreses de mi pueblo, las Ineses de la familia), mientras que permanecen invariables el resto (todas las Nieves que conozco; dos Ángeles,
USO Y NORMAS DEL CASTELLANO MARÍA ÁNGELES SASTRE PROFESORA DE LENGUA ESPAÑOLA EN LA UVA
EL PLURAL DE NOMBRES Y APELLIDOS
Más normas y recomendaciones para el uso correcto del castellano. Envíe sus consultas a: elcastellano. elnortedecastilla.es
madre e hija; dos tías Remedios; los Matías de mi clase; los Marcos de la zona; tres Lucas en tu vida). Si el nombre propio es compuesto y se escribe en dos palabras, no hay normas fijas para la formación del plural, aunque los usos tienden a pluralizar solo el último elemento siempre que este admita plural (los Juan Pablos de la clase, dos José Antonios en la pandilla, varias Ana Patricias en la familia); en caso contrario, permanecen invariables (los Juan Lucas de la tele, las María Ángeles del colegio, las María Nieves del barrio). En el caso de los apellidos, las alternancias son moneda común. Por ejemplo, se mantienen invariables los que terminan en zeta o en ese (los Fernández, los Pérez, los Sanz, los González, los Arranz, los Muñoz, los Solís, los
Santos, los Torres, los Frutos). Tienden a mantenerse los que coinciden con nombres de pila, con adjetivos o con sustantivos con el fin de distinguir ambos usos y evitar confusiones: los Martín, los Alonso, los Hernando (para distinguir el apellido del nombre); los Redondo, los Izquierdo, los Delgado, los Bravo (para distinguir el apellido de un adjetivo); los Ejido, los Carnicero, los Sastre (para distinguir el apellido de un sustantivo). Claro está que en la lengua escrita nunca habrá coincidencia entre un apellido y un adjetivo o un sustantivo porque los apellidos se escriben con mayúsSi el nombre propio cula inicial. Suelen mantenerse es compuesto invariables cuando y se escribe en dos designan a miembros palabras, no hay de una misma familia normas fijas para la (los García, los Mendoza), aunque tienformación del plural den a pluralizar cuando se trata de dinastías o familias nobles (los Austrias, los Borbones; pero los Trastámara, los Tudor, los Habsburgo, los Borgia o los Alba). Además, los apellidos que terminan en vocal admiten con más naturalidad las marcas de plural que los que terminan en consonante, lo que no quiere decir que esto ocurra (los Garcías, los Zarzuelas, los Baezas, los Sernas, los Quintanas, los Truebas, los Noriegas, los Callejos). Como habrán podido observar, los nombres de pila presentan una flexión de número fija, lo que quiere decir que el plural se marca de la misma manera que en las restantes palabras de la lengua. En cuanto a los apellidos, los usos son menos estables, aunque podría sostenerse cierta tendencia a permanecer invariables.
LOS LIBROS MÁS VENDIDOS EL CORTE INGLÉS VALLADOLID
OLETVM VALLADOLID
CERVANTES SALAMANCA
MARGEN VALLADOLID
FICCIÓN
FICCIÓN
FICCIÓN
FICCIÓN
After. Anna Todd (Planeta)
La cata. D. Roald (Nórdica)
Así empieza lo malo. Javier Marías (Alfaguara)
Los políglotas. William Gerhardie (Impedimenta)
También esto pasará. Milena Busquets (Anagrama)
La sangre del Olimpo. R. Riordan (Montena)
Contra la fuerza del viento. Victoria Álvarez (Lumen)
Ofrenda a la tormenta. Dolores Redondo (Destino)
Sígueme la corriente. JMegan Maxwell (Esencia)
¡Así de grande! E. Ferbers (Nórdica)
También esto pasará. Milena Busquets (Anagrama)
El cura y los mandarines. Gregorio Moran (Akal)
El guardián invisible. Dolores Redondo (Destino)
Donde no estás. Martín Garzo (Destino)
Órdenes sagradas. B. Black (Alfaguara)
Distintas formas... J. Llamazares (Alfaguara)
Donde no estás. Gustavo Martín Garzo (Destino)
Memento mori. C. Pérez Gellida (Suma)
El impostor. Cercas (Random)
La muerte de Lord Edgware. Agatha Christie (RBA)
NO FICCIÓN
NO FICCIÓN
NO FICCIÓN
NO FICCIÓN
Valladolid universal. Roberto Alonso (Elefantus books)
Lo que dice la ciencia... L. Jiménez (Paltaforma)
Juan Carlos I. Fernando Onega (Plaza&Janés)
Cómo buscar trabajo... A. Vela (Formación Alcalá)
El arte de no amargarse. Santandreu (Paidós)
Junior mastercheff. Masterceff. (Temas de hoy)
Yo fui a EGB 2. Ikazl (Plaza&Janés)
Mis recetas anticancer. Odile Fernandez (Urano )
Los últimos españoles... C.H. de Miguel (Ediciones B)
Sí,tú puedes. C. Soria (Temas de hoy)
No estamos solos. Wyoming (Planeta)
Aprender a educar. Pedro Garcia Aguado (Grijalbo)
La Segunda Guerra Mundial... J.E.Galán (Planeta)
Aprende a comer... A. Escribano (Espasa)
Este país merece la pena. M. A. Revilla (Espasa)
¡No te prives! Fernando Savater (Ariel)
Aprende a comer. Antonio Escribano (Espasa)
La vida es suero. AAVV (Plaza&Janes)
Urbrands. Risto Mejide (Espasa)
Un otoño romano. Javier Reverte (Plaza & Janés)
SANDOVAL VALLADOLID
LIBRERÍA DEL BURGO PALENCIA
SEMURET ZAMORA
PUNTO Y LÍNEA SEGOVIA
FICCIÓN
FICCIÓN
FICCIÓN
FICCIÓN
Donde no estás. Gustavo Martín Garzo (Destino)
Cabaret Biarritz. José C. Valdes (Destino)
Ofrenda a la tormenta. Dolores Redondo (Destino)
Vestido de novia. P. Lemaitre (Alfaguara)
Distintas formas... J. Llamazares (Alfaguara)
Stoner. John Williams (Baile del sol)
Distintas formas de mirar... J. Llamazares (Alfaguara)
Las Luminarias. Eleonor Catton (Siruela)
También esto pasará. Busquets (Anagrama)
Como la sombra que se va.. A.Muñoz Molina (Seix Barral)
Crímenes que no olvidaré. Bartlett (Destino)
Cabaret Biarritz. José C. Valdes (Destino)
Como la sombra que se va. A. Muñoz Molina (Seix Barral)
Así empieza lo malo. Javier Marías (Alfaguara)
Esperando al rey. Peridis (Espasa)
El balcón de invierno. Luis Landero (Tusquets)
La tumba del arcoíris. López Andrada (Trifaldi)
Esperando al rey. Peridis (Espasa)
Así empieza lo malo. Javier Marías (Alfaguara)
Vestido de novia. P. Lemaitre (Alfaguara)
NO FICCIÓN
NO FICCIÓN
NO FICCIÓN
NO FICCIÓN
El Capital en el Siglo XXI.T. Piketty (FCE)
Lunario 2015. Michel Gros (Artús Porta Manresa)
Palabrotalogía. Ortega. (Crítica)
El cura y los mandarines. Gregorio Moran (Akal)
El cura y los mandarines. Gregorio Morán (Akal)
Masterchef junior. VV. AA. (Temas de hoy)
El capitán en el siglo XXI. T. Piketty (FCE)
Los últimos españoles... C.Hernández (Ediciones B)
Atlas de Historia crítica y... (Le Monde Diplomatique)
Futbolistas de izquierdas. Enrique Peinado (Léeme)
El cura y los mandarines.Gregorio Morán (Akal)
Las gafas de la felicidad. R.Santandreu (Grijalbo)
Gráficos para comprender... Alternativas Económicas
Coach. Renaud Longuevre (Paidotribo)
Perros e hijos de perra. Reverte (Alfaguara)
Juan Carlos I. F. Onega (Plaza&Janés)
Yo, León. Yo, Nerón. Fernando Valiño (Último Cero)
Pompa y circunstancia.Ignacio Peyró Jiménez (Fórcola)
El final de la guerra. Preston (Debate)
Usar el cerebro. Facundo Mares (Paidos)
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Sábado 21.02.15 EL NORTE DE CASTILLA
Los cimientos de la humanidad N
o sabemos con certeza en qué momento de la historia de la humanidad comienza la lucha del individuo por fijar su residencia en un terreno concreto. Es cierto que la mayoría de los especialistas en geografía humana y en arquitectura popular hablan de las primitivas cabañas circulares dedicadas a la ganadería, como el primer paso para convertir los asentamientos temporales en viviendas. De hecho, hay dos momentos cruciales en ese proceso lento y dilatado: el crecimiento en superficie y el crecimiento en altura. Respecto al primero, se produce en el instante en que el ser humano abandona la construcción circular para adoptar la figura cuadrada, seducido sin duda por la posibilidad de ampliar o completar su propia casa con otras edificaciones auxiliares y anejas a partir de los lados del cuadrado. Se produce en esa circunstancia también un curioso cambio que trastoca lo que llaman los estudiosos de las religiones primitivas «la nostalgia del paraíso» (es decir, la búsqueda del centro), en aceptación intuitiva de que el paraíso podría estar en el mundo y además muy cerca: en la propia naturaleza. De un movimiento centrípeto, mandálico, que situaba al individuo en el centro del universo y le obligaba a replegarse constantemente en sí mismo, se pasa a una fuerza centrífuga que le impulsa a conquistar su entorno, a abandonar el vasallaje que le sometía al capricho del ámbito natural, para transformar el medio en el que vive o hacer uso de él en su propio beneficio. Respecto al segundo momento crucial, el crecimiento en altura, se produce a partir del instante en que los materiales y la experiencia en el uso de los mismos permiten aumentar el volumen, la capacidad o la altitud sin necesidad de doblar o multiplicar la superficie y además sin riesgos. Estos dos momentos surgen, por supuesto, a partir de una evolución considerable de las mentalidades y después de una modificación sustanciosa de las creencias. Algunos mitos antiguos, sin duda de origen religioso, advierten,
desde el instante mismo en que el ser humano amplía el núcleo familiar y decide transformarlo –por conveniencia o por convicción– en social, acerca del peligro que encierra la búsqueda del conocimiento y más aún el anhelo de la sabiduría. Esos mitos estarían representados dentro de la civilización judeo cristiana por la torre de Babel y por la búsqueda del Grial. La torre de Babel, como símbolo del efecto que podría causar en una sociedad establecida sobre normas (lingüísticas, morales, convivenciales) el hecho de relacionarse con otras comunidades y otras culturas, amenazando el orden, alterando la identidad, haciendo tambalearse en suma los principios básicos de la personalidad colectiva. Probablemente el mito esté enraizado en el origen mismo de los oficios, de las artesanías y del desarrollo de léxicos propios con el consiguiente riesgo de incomprensión entre unos gremios y otros. El tema no es ajeno tampoco a la representación de la torre de Dios en las cartas del tarot, donde unos personajes caen de una edificación abatidos por un rayo, simbolizando la pérdida de los valores y la necesidad de replantearse la existencia de tiempo en tiempo. El Grial, como leyenda en la que se mitifica la búsque- La torre de Dios, en el Tarot. :: FUNDACIÓN JOAQUÍN DÍAZ da de lo elevado y se limita su acceso sólo a quien des- se transforma y vuelve a re- miento de sí mismo le producubra la magia de la sencillez nacer por efecto de una sim- cen temor y desasosiego pory de la humildad, dudándose ple frase y por la magia de un que le alejan de la seguridad y siempre de que ese acceso pue- interrogante que refleja el de- le enfrentan al entorno o a la da ser colectivo: cuenta dicha seo de conocer. realidad, pero también produleyenda que un rey, poseedor Los dos mitos, originados cen alarma social en cuanto del vaso sagrado sobre el que en tiempos pretéritos, son tra- que pueden desmembrar esa Cristo instituyó el sacramen- sunto sin embargo de proble- sociedad o debilitarla. El debato de la eucaristía, se halla mas eternos: el peligro del co- te permanente, por tanto, conaquejado de un mal terrible nocimiento para el alma del sistiría en saber adaptar los que seca, paraliza y esteriliza ser humano (porque la adqui- avances individuales al paso todo a su alrededor. Su reino, sición de ese conocimiento le lento y desconfiado de la sotocado por la muerte, langui- hace progresivamente más ciedad. dece inexorablemente hasta consciente de su debilidad y Por eso es tan importante el momento en que Parsifal, le ‘aleja’ de la sociedad y de la arquitectura popular en el infatigable buscador de lo im- quienes la controlan) y la es- terreno de los conocimientos posible, llega ante el rey. Se terilidad de una existencia ca- humanos: porque ayuda a dirige inmediatamente a él y rente de imaginación y de es- construir la estructura social sin ningún preámbulo ni pro- fuerzo. En ambos casos el prin- con aportaciones de cada uno tocolo le pregunta al acercár- cipio es idéntico: ese esfuerzo de los individuos que composele: ¿Dónde está el Grial?... del individuo y los pasos da- nen una sociedad; porque resEn ese mismo instante todo dos para mejorar el conoci- ponde al esfuerzo personal y
colectivo, contribuyendo a encontrar la verdadera identidad que surge de la adaptación armónica al paisaje y al entorno. La explicación que la psiquiatría da a los sueños en que nos vemos en nuestra propia casa está siempre unida a la interpretación de nuestra personalidad. Y no es difícil de comprender: en realidad, aunque no siempre haya sido así, la casa significa la construcción del propio entramado anímico y algunas de sus características podrían servirnos para desvelar secretos íntimos nunca confesados o aspectos de nuestra alma sobre los que probablemente nunca hemos reflexionado conscientemente. La primera cualidad de la casa como elemento integrante de la arquitectura tradicional sería, pues, que le sirve al individuo para expresar sus sentimientos y reflejar, con materiales del entorno y con técnicas derivadas de la propia experiencia, su personalidad. Cuando la casa alberga a una familia se aprecia una segunda característica: la funcionalidad. Es decir, además de manifestar las preferencias estéticas del constructor, su aprecio por algunos valores contrastados y su predilección por materiales sólidos y cercanos, la casa ha de servir para distribuir y dar cobijo a los diferentes miembros de la familia, ha de albergar los animales necesarios para el cultivo de la tierra o para el alimento y ha de proteger los productos derivados de ese cultivo de los peligros de la intemperie. Lo que podría ser una tercera cualidad por parecer un avance en el proceso del que estamos hablando –es decir que la casa estuviese habitada por una comunidad–, viene a ser un inconveniente, porque despersonaliza el edificio y priva a cada uno de sus habitantes de la posibilidad de cumplir con ese rito de paso, presente durante siglos en la existencia de tantos millones de personas, consistente en construir la propia casa, esto es, la propia personalidad. He aquí un peligro evidente que no atañe sólo a la arquitectura sino al desarrollo del individuo y de la sociedad: el esfuerzo personal que antes se hacía para construir una casa y gozar de su propiedad ha sido sustituido en nuestra época por el esfuerzo económico. El cuidado puesto en su construcción se delega y, como mucho, se sustituye por aspectos decorativos que contribuyen a crear la ilusión de que uno ha participado en la fundamental tarea de edificar la propia existencia.
LA PARTITURA JOAQUÍN DÍAZ
El mito de la Torre de Babel está enraizado en el origen mismo de los oficios y el desarrollo de sus léxicos La explicación que la psiquiatría da a los sueños en que nos vemos en nuestra casa está unida a la interpretación de nuestra personalidad
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LA SOMBRA DEL CIPRÉS
Sábado 21.02.15 EL NORTE DE CASTILLA
Director: Carlos Aganzo Coordinadora: Angélica Tanarro
Los extraterrestres MITOLOGÍAS JESÚS FERRERO
D
esde el punto de vista de la mitología moderna, sería un error no hablar de los extraterrestres, ya que la ufología conforma en sí misma una variada y abundante mitología, que tiene la virtud de irse agrandando con el tiempo, pues cada año se añaden nuevos capítulos al fenómeno. También resulta interesante analizar la mitología ufológica desde la antropología y la religión, pues se trata de un conjunto de creencias que conectan con una de las ideas más fijas de la humanidad, a saber: el cielo está tan habitado como la tierra, y los habitantes celestiales nos visitan a veces. Muchos se ríen cuando alguien les dice que se le ha aparecido un extraterreste, y yo también me río, pero sin olvidar que el fenómeno de las apariciones recorre toda la historia de la humanidad. Los griegos pensaban que en ocasiones los dioses se podían aparecer a los mortales, y es evidente que los dioses eran extraterrestres. Todas las divinidades lo son en mayor o menor grado. Dicho con otras palabras: desde los tiempos más remotos de la humanidad, hemos tendido a creer en la existencia de seres de otros mundos que juegan con nosotros, o nos ayudan, o nos torturan, o nos salvan, o nos matan, o nos raptan y nos llevan directamente al cielo. Se trata en realidad de la configuración mitológica de una verdadera alteridad, de naturaleza estremecedora: el otro es un otro de verdad, porque para empezar es de otro mundo. Si es cierto lo que Nietzsche y Canetti aseguran: que nada teme más el hombre que ser tocado por lo desconocido, es evidente que la caricia de un extraterrestre sería como llegar al paroxismo de esa forma fundamental del miedo. De pronto nos sentiríamos toca-
:: ILUSTRACIÓN IRENE GRACIA
dos por la verdadera otredad. Los teóricos de la ufología han ido elaborando toda una teoría más o menos conspiratoria sobre las visitas que nos han ido haciendo los ha-
bitantes de otros mundos, algunos de ellos más allá de la Vía Láctea. Para ellos los contactos con los extraterrestres han ido coincidiendo con todas las grandes
metamorfosis de las humanidad. Al parecer en la antigüedad los extraterrestres que nos visitaban estaban obsesionados con las megaestructuras arquitectónicas. Todo indica
que les gustaban mucho las pirámides. Según los más disparatados expertos en ufología, los alienígenas ayudaron a los egipcios a construir pirámides, y a los aztecas y los mayas tam-
bién les ayudaron a levantar sus grandes estructuras escalonadas. La Atlántida de Platón sería una ciudad de inspiración claramente extraterrestre, llena de megaestructuras muy al gusto alienígena: poderoso, ciclópeo, totalitario. Esos mismos teóricos ven escafandras de astronautas en algunos bajorrelieves mayas y creen que el carro de fuego con el que Elías subió al cielo era una nave extraterrestre. Para muchos de los abducidos por la ufología, los alienígenas llevan mucho tiempo con nosotros, en cambio para otros aún no han aparecido, pero aparecerán. Hay millones de planetas parecidos a la Tierra ya solo en la Vía Láctea, y no son pocos los astrónomos que tienden a pensar que tarde o temprano tendremos que afrontar la más definitiva otredad. Stephen Hawking, por poner un ejemplo, cree en la vida extraterrestre y asegura que es una temeridad esa búsqueda que estamos haciendo desde hace décadas de vida alienígena, porque extraterrestres con malas intenciones nos podrían localizar y sería algo parecido al Apocalipsis. Como vemos, el fenómeno extraterrestre no solo atañe a la cultura popular, también cuenta, como posibilidad, para los que se dedican a estudiar continuamente el cielo apoyándose en el rigor de la ciencia. Desde que el ser humano se dio cuenta de que no era el centro de un universo creado a su imagen y semejanza, desde que el hombre comenzó a explorar con cierta objetividad el firmamento, la creencia en formas de vida alienígenas lejos de decrecer ha crecido de forma exponencial. Si el Sol, que es una estrella bastante vulgar, alberga en su sistema un planeta con vida, ¿por qué otras estrellas más extraordinarias no pueden albergar en sus sistemas planetas más vivos que la Tierra? Si por casualidad esas formas de vida alienígena fueran más avanzadas que la nuestra, ¿sería una buena idea contactar con ellas?, se pregunta Hawking, y es una pregunta con mucho sentido. Pensamos en nuestra propia historia y en lo que ha ocurrido cuando una cultura avanzada se ha encontrado con otra tecnológicamente inferior. El resultado ha sido a menudo la aniquilación de la cultura menos avanzada. Esperamos que nuestros amigos de más allá de Orión no sigan la misma estrategia con nosotros si un día escuchan nuestra llamada y deciden hacernos una visita con sus fragatas gravitacionales de larga distancia. Y bien, amigos, aquí comienza nuestro viaje interplanetario por los elementos más destacados de la mitología extraterrestre.