Valladolid, donde la estrella es el buen cine

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Ingmar Bergman, en 1960 enseñando a su hijo Daniel cómo manejar una cámara. :: LENNART NILSSON-SCANPIX SWEDEN

SOMBRA CIPRES LA

DEL

NÚMERO 315 Sábado, 20.10.18

José Coronado, en una escena de ‘Tu hijo’, de Miguel Ángel Vivas, que abre hoy el festival.

Valladolid, donde la estrella es el buen cine La ciudad renueva sus votos con el séptimo arte en la 63 edición de la Seminci, que llega con películas de todo el mundo [P2]

Matt Dillon.

Icíar Bollaín.

Juan Antonio Bayona.

Margarethe von Trotta.

Eduard Fernández.


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Sábado 20.10.18 EL NORTE DE CASTILLA

63SEMINCI SECCIÓN OFICIAL 20 largos, dos fuera de concurso, conforman una Sección Oficial de mayoría europea, con excursiones a Singapur, Jerusalén, Norteamérica, Argentina y Cabo Verde

Objetivo: ser otro al dejar la butaca VICTORIA M. NIÑO

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unque hay prometidas tres comedias, no se llamen a engaño, la lágrima está asegurada también en la 63ª Seminci. José Coronado será el primero en apelar al lagrimal en el papel de padre coraje de ‘Tu hijo’, película española que inaugura hoy el Festival. Es uno de los veinte largos, dos fuera de concurso, que forman la competitiva Sección Oficial. La pena por el cambio medioambiental –‘Ága’–, la tristeza de las miserias familiares –‘La quietud’– o la desolación de los dramas personales y políticos –‘El culpable’ y ‘La denuncia de Sarah y Saleem’– serán la preparación para ‘Utoya 22 de julio’, película sobre la matanza en un campamento de la isla noruega en 2011. Por eso antes de seguir con el inspirador lado oscuro del ser humano cabe disfrutar de la excepción, del humor, aunque sea negro. Este domingo vuelve a la Seminci un director de grato recuerdo, Denys Arcand, con ‘La caída del imperio americano’. Con este largo largo –129 minutos– cierra una trilogía que comenzó con ‘El declive del imperio americano’, allá por 1986, y siguió con ‘Las invasiones bárbaras’, ganadora del premio del público en la Seminci de 2003. Arcand, un veterano del cine nacido en Quebec en 1941, domina la dialéctica de los burgueses canadienses, tan ocurrente como irónica, que en este caso tienta a un joven doctor de filosofía con la inesperada fortuna de encontrar dos bolsas llenas de dinero. Si mantiene el tono de las ‘Invasiones’, la risa está asegurada.

Desde Italia llega ‘Noche mágica’, de Paolo Virzì, quien se llevó hace dos años la Espiga de Oro por sus ‘Locas de alegría’. Con Ornella Muti en el reparto, Virzì lía la madeja de la acción a partir del descubrimiento del cadáver de un productor en el Tíber. Hallazgo más propio de un ‘thriller’, las sospechas recaen en tres jóvenes guionistas que reviven la última época dorada del cine italiano. Y comedia con tintes melodramáticos, propios de la densidad argentina, es también ‘Mi obra maestra’, de Gaston Duprat, otro realizador que pasó por Valladolid con ‘El ciudadano ilustre’, Espiga de Plata. Pero la tradición semincinera tácita obliga a concienciarse sobre las inquietudes humanas, ahondar en los problemas sociales y acercarse a realidades remotas que, sin embargo, nos afectan cual efecto mariposa. Desde lejos, desde Singapur llega ‘Una tierra imaginada’, la segunda película de Yeo Siew Hua, que ganó el Leopardo de Oro recientemente en Locarno. Ciudad-Estado riquísima y exclusiva del extremo oriente, la mano de obra del ‘puerto del león’ es extranjera. Un emigrante chino es el insomne protagonista a través de cuyos ojos vemos las terribles condiciones de trabajo y la realidad virtual que vive de noche. Frente a la hipnótica esté-

El cine italiano está representado por el humor de Paolo Virzì y el realismo de Matteo Garrone

tica urbana de Hua, las inmensas llanuras de tundra de ‘Ága’, película de Milko Lazarov. Un cazador de renos y su esposa viven en completo aislamiento hasta que ya no hay suficiente trabajo y hasta que su hija les reclama desde la ciudad. João Miller y Filipa Reis, directores portugueses hasta ahora de documentales, presentan en Valladolid su ópera primera de ficción, ‘Djon África’. Su personaje principal, un rastafari, vive en un suburbio de Lisboa, nunca ha ido a su país de origen, Cabo Verde. La búsqueda de sus raíces centra esta cinta.

Parejas peculiares

Fotograma de ‘Jaulas’, ópera prima del sevillano Nicolás Pacheco.

‘Dogman’, otra película italiana aunque lejos del humor de Virzì, es la última entrega de Matteo Garrone, quien dirigió la versión cinematográfica de ‘Gomorra’. Realismo romano en torno a una peluquería canina en la que además de embellecer a los perros se trafica con coca. Otro canadiense de Quebec, Philippe Lesage, que se dio a conocer internacionalmente con ‘Copenhague, a love story’, vuelve sobre los triángulos amorosos en ‘Génesis’. De conflictos devenidos de la libido también trata ‘The Miseducation of Cameron Post’, la segunda película de la estadounidense de origen iraní Desiree Akhavan. Basada en la novela homónima de Emily M. Danforth, gira en torno a la homosexualidad de la protagonista y el intento de su tía evangelista de que la ‘curen’ en el centro God’s Promise. Y féminas son las protagonistas de ‘La quietud’, de Trapero, y ‘La mujer de la montaña’. El director argentino propone el reencuentro de dos hermanas en torno al padre enfermo. Junto a su madre bucean en el pasado familiar durante la dictadura de su

‘La quietud’, del argentino Pablo Trapero.

‘Utoya, 22 de julio’, de Erik Poppe.

‘Una tierra imaginada’, del singapuré


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país. El islandés Benedikt Erlingsson exhibirá en la Seminci su segunda película, que ya tiene fecha de estreno en España, ‘La mujer de la montaña’, otra historia femenina, en este caso una activista del medio ambiente que lucha contra una fábrica de aluminio hasta que una causa personal le hace plantearse todo. También con estreno comprometido llega ‘Jaulas’, ópera prima del sevillano Nicolás Pacheco, sobre un desahucio, un desamor y una huida. Hispalense como Pacheco es el director de la película inaugural, ‘Tu hijo’, de Miguel Ángel Vivas. El realizador de ‘Secuestrados’ y ‘Extinction’ se mete en la cabeza de un médico cuyo hijo de 17 años vive en estado vegetativo tras una brutal paliza. La inacción de las autoridades le lleva a tomarse la justicia por su mano. Estas son las dos cintas nacionales a concurso.

Agarrarse al de al lado Tres películas de los países escandinavos llevarán al respetable al territorio del miedo, a la tensión psicológica. ‘Gräns’ (‘Frontera’), del sueco de procedencia iraní Ali Abbasi, lleva a la gran pantalla la novela de otro compatriota, John Ajvide Lindqvist. Una guardia fronteriza dotada con un sexto sentido para descubrir a contrabandistas

se obsesiona con un hombre de aspecto extraño. El abismo al que se asoma constituye la trama del guion. Esta es la segunda película de ficción de Abbasi que se estrenó con ‘Shelley’, en 2016, seleccionada por la Berlinale. Desde Dinamarca llega ‘La culpa’ o ‘El culpable’, veremos cómo lo traducen. Gustav Möller pone la cámara en una claustrofóbica oficina policial en la que un funcionario degradado recibe la llamada de una mujer secuestrada. No le hace falta nada más para angustiar al patio de butacas durante 85 minutos. Y la aportación noruega se llama ‘Utoya, 22 de julio’, en la que Erik Poppe cuenta desde la mirada de la joven Kaja la matanza de 2011 que desmitificó el edén nórdico ante el mundo. ‘En los pasillos’, del alemán Thomas Stuber, se cuela en el microcosmos de los empleados de un supermercado, un ápice de esperanza para volver a sufrir con ‘La denuncia de Sarah y Saleem’, película palestina sobre dos adúlteros en bandos políticos contrarios. Cerrará la 63ª Seminci otra cinta de autoría alemana, ‘Honey in the head’, de Til Schweiger, un drama amable de reparto estelar. En total 19 viajes por el catálogo universal de las emociones sin más compromiso que gozar, sufrir, llorar y reír.

Imagen del documental ‘Seaching for I. Bergman’.

Bergman, según su amiga Von Trotta ‘Djon África’, de los portugueses Joao Miller y Filipa Reis.

és Yeo Siew Hua.

Ornella Muti en ‘La noche mágica’, de Paolo Virzi.

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l centenario del nacimiento de Ingmar Bergman, su especial relación con la Seminci y la asiduidad de los trabajos de Margarethe von Trotta en este festival son las razones para estrenar el documental ‘Searching for Ingmar Bergman’ en la Sección Oficial, fuera de concurso. Actriz a las órdenes del sueco, amiga, luego también guionista y directora, la realizadora alemana recoge testimonios en Suecia, Alemania, Francia y España para componer un

retrato del carismático cineasta. Von Trotta habla con Liv Ullman, Jean-Claude Carrière, Carlos Saura, Mia Hansen-Love y Daniel Bergman y arma cien minutos de documental. Entrenada en los biopics de la compositora y mística Hildegard von Bingen y más recientemente en el de ‘Hannah Arendt’ (ganadora de la Espiga de Plata en 2012), en esta ocasión maneja material personal, su propia relación con Bergman. El director sueco protagoniza un ciclo monográfico de trabajos sobre él.


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63SEMINCI PUNTO DE ENCUENTRO

‘Diane’.

‘Ara’, de Pere Solés.

‘Me llamo Gennet’.

‘Museo’.

‘Rafiki’.

Recorrido por un mundo real D oce películas, entre ellas dos españolas, ofrecen en Punto de Encuentro una visión de la realidad a través de un recorrido por distintos países que demuestra que los problemas son los mismos en todas partes aunque cambien las formas de contarlos. Algunos directores presentan su ópera prima mientras que otros vuelven al festival con segundos largometrajes y todos compiten por un premio de 15.000 euros al mejor, excepto el español M. A. Tobías que proyecta fuera de concurso ‘Me llamo Gennet’, la historia de la joven sordociega Gennet Corcuera que comienza una nueva etapa en la que por primera vez vive sola trabajando de maestra. Está interpretada además por Miriam Díaz-Aroca y Ángela Molina.

MARÍA AURORA VILORIA

La otra película española es ‘Ara’, con dirección de Pere Solés y protagonizada por Núria Brunsó, Ariadna de Bolós e Irene Quintana. Rodada con pacientes reales, narra la batalla diaria de un equipo de psicólogos especialistas en patología alimentaria que lucha contra la anorexia. Como contraste, ‘Diane’, una viuda de 75 años, dedica sus días a ayudar a amigos y familiares mientras trata de reparar las relaciones con su hijo drogadicto en un filme de Estados Unidos dirigido por Kent Jones. Diferente es también la cinta mexicana ‘Museo’, de Alonso Ruizpalacios, que

cuenta las circunstancias que rodearon un robo de objetos prehispánicos del Museo Nacional de Antropología en 1985. Las autoridades no pudieron ocultar su sorpresa al conocer la identidad de los jóvenes ladrones. De Argentina llega ‘Paisaje’, de Jimena Blanco, la experiencia de cuatro adolescentes que viajan a Buenos Aires en los años noventa para ver una banda de rock. Alarmadas por la llegada de la policía, huyen del lugar, se pierden en la ciudad y se ven obligadas a reinventar su amistad. También son amigas las dos protagonistas de ‘Rafiki’, de Wanuri Kahiu, una coproducción de Kenya, Sudáfrica, Alemania, Países Bajos, Francia, Noruega y Líbano, film en el que ambas persiguen sus sueños en una sociedad conservadora, aunque, cuando

llega el amor, deberán elegir entre felicidad y seguridad. En cambio, dos jóvenes coreanos, Karoline y Thomas, que fueron adoptados en Dinamarca, regresan al país en que nacieron para enfrentarse a su propia identidad en la película de Malene Choi ‘The Return’. Los protagonistas son arrojados a una desorientación emocional y deberán ser capaces de decidir cuál es su personal destino. ‘Tårtgeneralen’ (The cake general), con dirección de Filip Hammar y Fredik Wikingsson, traslada al espectador en 1984 a la pequeña ciudad de Koping, considerada la más aburrida de Suecia por un popular programa de televisión. Allí Hasse Pettersson decide hacer el pastel de sanwinch más grande del mundo para ponerla en el mapa. Muy distintos son los

deseos de Lukas, al que una serie de coincidencias extrañas han dejado varado cerca de una ciudad ucraniana en ‘Volcano’, una coproducción de Ucrania, Alemania y Mónaco dirigida por Roman Bondarchuk. En ella encuentra refugio en la casa de Vova. Fascinado por su anfitrión, se dedica a la búsqueda de la felicidad. Riadh, a punto de retirarse de su trabajo como operador de montacargas en el puerto de Túnez, protagoniza ‘Weldi’, una coproducción

Doce películas reflexionan sobre las relaciones y la identidad

de Túnez, Bélgica, Francia y Qatar dirigida por Mohamed Ben Atta. Vive con su esposa y su único hijo, Sami, quien les preocupa por sus ataques de migraña, hasta que un día desaparece sin dejar rastro... Muy diferente es el problema de Ariel, una joven que, después de un encuentro sexual fallido, descubre que nació intersexual pero se crió como una niña en ‘Yo imposible’, una película de Venezuela y Colombia dirigida por Patricia Ortega. Ahora la protagonista tiene que decidir cómo quiere vivir y, como consecuencia, enfrentarse con la sociedad. ‘Yomeddine’, una coproducción de Egipto, Estados Unidos y Austria y dirigida por A. B. Shawky, es la historia de Beshay, quien vive en una colonia de leprosos en la que le abandonaron de niño. Hasta que un día decide coger sus escasas pertenencias e in en busca de sus raíces. En el viaje le acompaña Obama, un joven huérfano.


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63SEMINCI TIEMPO DE HISTORIA

En busca de la libertad

‘La Grand-Messe’.

:: M. A. VILORIA

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ieciséis documentales, de los que dos están fuera de concurso, presentan en Tiempo de Historia las infinitas caras del mundo, desde la guerra a la emigración, pero también acercan las vidas de grandes compositores o reflexionan con humor sobre la necesidad de identificarse con el Tour de Francia. ‘Altamira: el origen del arte’ es uno de los dos documentales españoles a concurso aunque el país participa en otros tres. Dirigido por José Luis López-Linares, recorre la cueva de Altamira, una de las mejores muestras del arte rupestre mundial, que sigue deslumbrando en la actualidad y narra el gran acontecimiento de su hallazgo. En ‘El amor y la muerte. Historia de Enrique Granados’, Arantxa Aguirre cuenta la intensa vida del compositor catalán, y destacados intérpretes como Rosa Torres-Pardo y Yevgueni Kisin interpretan nuevas versiones de sus obras. Fuera de concurso, Fernando Méndez-Leite presenta ‘¡Ay, Carmen!’, un documental en el que Carmen Maura habla de su extensa carrera, tanto en el cine español como en el francés o en producciones hispanoamericanas con su particular humor y extraordinaria sinceridad. ‘Comandante Arian, una historia de mujeres, guerra y libertad’ es una coproducción con Alemania dirigida por Alba Sotorra en la que la comandante que lidera la unidad de combate adscrita a las Unidades de Protección de las Mujeres describe la lucha de las kurdas contra el grupo terrorista Estado Islámico. Del Reino Unido ha llegado ‘Degas, pasión por la perfección’, cinta en la que David Bickertaff cuenta cómo el pintor y escultor francés Edgar Degas, obsesionado con sus obras, busca constantemente la perfección experimentando con nuevas técnicas y aplicando lo que aprendió de sus maestros. En ‘Down para arriba’, el argentino Gustavo Garzón filma a sus hijos mellizos en una clase de teatro en la que un grupo de perso-

‘El amor y la muerte’.

‘Viaje a los pueblos fumigados’.

‘Altamira, el origen del arte’. nas con síndrome de Down deben cumplir el reto de rodar un cortometraje. El dinero, la fama, el estatus y el culto al cuerpo se convierten en protagonistas de ‘Generation Wealth’, un filme de Lauren Greenfield llegado de Estados Unidos que incluye entrevistas y fotografías que la directora ha tomado a diversos personajes durante 25 años. Méryl Fortunat-Rossi y Valéry Rosier muestran en tono divertido en ‘La Grand-Messe’ como

‘Our New President’ cada año se reúnen diferentes forofos para animar a los ciclistas en el Tour de Francia. Gabrielle Brady recuerda en ‘Island of the Hungry Ghosts’ a los solicitantes de asilo que aguardan, en centros de detención, a partir de la metáfora de que, en Isla de Navidad de Australia migran cada año miles de cangrejos. ‘Ayotzinapa, el paso de la tortuga’, dirigido por Enrique García Meza y coproducido por Guillermo del Toro, describe la desaparición forzada

de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa en México y el dolor de alumnos y padres, mientras que en la francesa ‘Libre’ el

Desde las guerras y los refugiados al arte, los documentales describen el mundo actual

cineasta Michel Toesca vertebra la historia de un campesino galo que ayuda a los refugiados en la frontera francoitaliana del Valle del Roya. Como contraste, la austriaca Natalie Halla narra en una coproducción con España cómo su hermano huyó de Vietnam cuando tenía ocho años. Muy diferente es ‘Our New President’, cinta dirigida por Maxim Pozdorovkin que habla de la interferencia rusa en las últimas elecciones presidenciales de EE UU. Mien-

tras que en la española y estadounidense ‘El silencio de los otros’ familiares y supervivientes de la dictadura de Francisco Franco siguen luchando para que se haga justicia. La argentina ‘Viaje a los pueblos fumigados’, de Fernando ‘Pino’ Solanas muestra los devastadores efectos sobre el medio ambiente de la deforestación, la soja transgénica y los agrotóxicos. Y Carlos Saura presenta fuera de concurso ‘Renzo Piano: un arquitecto para Santander’.


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63SEMINCI LAS ESPIGAS DE HONOR

Espigas para todas las edades La Seminci busca quitar a su galardón honorífico la connotación de jubilación con premiados de todas las generaciones SAMUEL REGUEIRA

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lo largo de las últimas ediciones, las chanzas han sido recurrentes. «¡Pero si yo todavía no me pienso retirar!»,«¿Tan mayor me veis?», «Cuando se nos entregan premios como este, suponemos que el público y el gremio han dado nuestra carrera como acabada». Estas y otras bromas, tanto ante los encuentros con los medios como en las galas de recepción de la Espiga de Honor, parecieran colgar al galardón del Festival Internacional de Cine de Valladolid un sambenito menos incómodo que canalla, que en cualquier caso desvirtuaba su honesta condición primera: el galardón a toda una carrera no ha de implicar, necesariamente, la despedida de la persona premiada, un gesto de paternalista condescendencia a su pronunciada edad o que, simplemente, ya haya aportado en el ámbito de lo cinematográfico, lo mejor de sí mismo. Por ello, la 63ª edición despliega un abanico con premiados de todas las generaciones, de todos los méritos, de todos los ámbitos y de todos los géneros posibles. Su colección de nueve nombres no parece, ni mucho menos, arbitraria; puesto que cada una de las estrellas seleccionadas obedece, a su vez, a un patrón más o menos reconocible que han venido marcando las últimas Espigas de Honor en la historia del Festival. Un nombre mediático y a la vez respetado en el ámbito independiente. Matt Dillon ha sido una de las últimas sorpresas en sumarse a la lista de nombres cosechados por esta Espiga. Ya era público y notorio que el autor protagoniza ‘Honey in the Head’, el largometraje de clausura de la Sección Oficial, pero nadie podía sospechar que Valladolid pudiera conocer de cerca a un actor todoterreno que el grueso del público recuerda por ‘Algo pasa on Mary’, ‘Juegos salvajes’ o ‘Crash’; pero que también ha sabido seducir al panorama independiente con sus trabajos para Coppola –‘Re-

beldes’, ‘La ley de la calle’–, Van Sant – ‘Drugstore Cowboy’, ‘Todo por un sueño’o Ted Demme -’Beautiful Girls’. Su vis cómica y su gusto por el thriller y la acción han seguido combinando el cine comercial con el independiente, en cuyos últimos títulos destacan esta ‘Honey in the head’, de Schweiger; y ‘La casa de Jack’, de Lars von Trier. Una personalidad internacional de probado compromiso con el festival. La historia que abarca varias décadas entre el cine de Margarethe von Trotta –que finalmente no acudirá hoy a Valladolid por enfermedad– y su cabida con la Seminci pone aquí un broche -que, insistimos, no necesariamente es el final- a una relación plagada de premios, si bien no ausente de altibajos. ‘El honor perdido de Katharina Blum’, codirigida junto a Volker Schlöndorff, se pudo ver en la 21ª Semana, y su biopic en torno a la figura de la emblemática Hannah Arendt se alzó con la Espiga de Plata en 2012. Por el contrario, su siguiente colaboración con la actriz Barbara Sukowa; ‘El mundo abandonado’, no gozaba de la misma fortuna narrativa ni de especiales méritos propios, pese a lo cual consiguió participar en la Sección Oficial de 2015. Von Trotta presenta, en esta edición, el documental ‘Searching for Ingmar Bergman’, fuera de concurso en dicha sección. Un talento emergente. El cine de Juan Antonio Bayona solo ha podido verse en Seminci desde la sección ESCAC -en 2007- y su presencia en Valladolid se resume en dos momentos: una mesa redonda en torno al legado de Ibáñez Serrador, en 2009, y un vídeo de felicitaciones a Geraldine Chaplin por su Espiga de Honor en 2016, que a muchos les dolió por el error del director al pronunciar, como tantos otros, «Seminchi». El artífice de ‘Un monstruo viene a verme’, ‘Lo imposible’ y ‘El orfanato’, además de la última entrega de la saga Jurassic World; recogerá este galardón e impartirá una clase magistral en el Aula Mergelina el martes 23 a las 11 horas. Un emblema consolidado. La impecable, envidiable y a todas luces difícilmente igua-

Icíar Bollaín. :: EFE

Matt Dillon.

Eduard Fernández. :: EFE

Margarethe von Trotta. :: AFP

Antonio Giménez Rico. :: R. GÓMEZ lable trayectoria tras -y, a veces, ante- la cámara de Icíar Bollaín la han convertido, con toda justicia, en uno de los nombres más y mejor considerados en el panorama nacional dentro de lo que es la producción de marcado carácter reivindicativo y del, a veces excesivamente denominado, ‘cine con mensaje’. La directora que conquistó los Goya con ‘Te doy mis ojos’ y responsable también de filmes estupendos como ‘Flores de otro mundo’ se ha visto vinculada a Seminci me-

Juan Antonio Bayona. :: EFE

diante los premios Pilar Miró al Mejor Nuevo Director y el premio del Público de la 40ª Semana por ‘Hola, ¿estás sola?’, y también a través de la apertura de 2010 con ‘También la lluvia’. Bollaín también impartirá, al día siguiente de Bayona, una clase magistral en la misma Mergelina a las 11.00, dentro de los actos del IV Congreso Internacional de Jóvenes Hispanistas, Teóricos y Comparatistas. Bajo este mismo epígrafe bien cabe incluir al no menos

notorio Eduard Fernández. Intérprete de innegable carisma y uno de los rostros más recurrentes del cine negro español de cambio de siglo, el catalán también ve recompensada su versatilísima carrera, donde destacan ‘Smoking Room’ o ‘El método’. Seminci le ha acogido desde ‘Tres dies amb la familia’hasta Lejos del mar (2016), pasando por ‘La mosquitera’, premiada tanto con la Espiga de Plata como por el trabajo de Emma Suárez. Una leyenda viva. Premiar

a Antonio Giménez-Rico bien puede hacer deducir a los malpensados que solo cabe destacar de su, por otra parte, modesta carrera, las adaptaciones de tres novelas de Miguel Delibes; ‘Mi idolatrado hijo Sisí’ -rebautizada como ‘Retrato de familia’-, ‘Las ratas’, que abrió la 42ª edición, y ‘El disputado voto del señor Cayo’, Espiga de Plata en la 31ª Semana. Pero el Festival ha querido homenajear también al director por su notable aniversario -cincuenta años de carrera artística inaugurados con ‘El hueso’-, mediante la proyección de la película ‘Jarrapellejos’, ganadora del Goya al mejor guion adaptado y nacida a partir de una novela de Felipe Trigo. Una sorpresa. Son veinte, por su parte, los años que cumple el programa de La 2 ‘Versión Española’, que recibe su correspondiente Espiga de Honor dada la labor de visibilización y acercamiento de las producciones nacionales, muchas de autor, al gran público. El programa recibe así el correspondiente homenaje, que Seminci extiende a la proyección de ‘El olivo’, película protagonizada por Anna Castillo y el revalorizado Javier Gutiérrez.

Traqueteante carrera Una urgencia a redescubrir. Con la selección de Mohammad Rasoulof como una de las Espigas de Honor de este año, dada su traqueteante carrera y las condiciones en las que el cineasta se encuentra ahora mismo en Irán, cabría esperar -crucemos dedos- alguna sorpresa de mano del Festival Internacional de Cine de Valladolid. En cualquier caso, la construcción de este ciclo y su importancia histórica y social bien hacen merecedor a que Rasoulof conquiste el corazón del espectador medio, más allá de los recalcitrantes cinéfilos asiduos a festivales internacionales que ya lo conocen con soltura. Una personalidad de la enología. Desde la creación de la actividad ‘Cine&Vino’, que marida catas y ponencias en torno al líquido elemento y con fuerte presencia de nuestras DO, Javier Angulo ha concedido dos Espiga a bodegas y personalidades de la enología, en 2014 a Vega Sicilia y en 2017, a título póstumo, a Pascual Herrera. Sin poder aventurar si será habitual en el futuro o no, lo cierto es que este es el segundo año consecutivo en el que un nombre del vino, el de Carlos Moro fundador de Bodegas Matarromera- será premiado, de acuerdo a su empresa, «por su infatigable labor como embajador de Valladolid y CastillayLeón, así como sus productos y su cultura».


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63SEMINCI LOS CICLOS

La 63ª Seminci acoge al cine combativo del iraní Mohammad Rasoulof :: S. REGUEIRA

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ucho más allá de sus tres principales secciones competitivas, a cada año que pasa la selección de temáticas del Festival crece tanto en interés como en número. De todas las posibilidades que tiene el cinéfilo más exigente en esta 63ª edición, debería ocupar la cabecera o, al menos, uno de los primeros puestos en su lista de visionado, el muy estimulante ciclo preparado en torno al iraní Mohammad Rasoulof. En una época de gobiernos cada vez más totalitarios, amenazas continuas a la libertad artística y de expresión, manipulaciones mediáticas y engaños masivos al público y la ciudadanía, la romántica figura de este cineasta recluido por un gobierno iraní inquieto ante los mensajes de sus, hasta la fecha, siete películas, que le impide viajar fuera del país y le impele a trabajar en la clandestinidad; su romántica figura, insistimos, no debe dejar indiferente a nadie con un mínimo de conciencia social, que podrá disfrutar de cinco de estos siete títulos en los Broadway a lo largo de la semana. ‘La isla de hierro’ es su primer trabajo de ficción -tras el documental ‘Gagoosh’-, una fábula ambientada en un petrolero donde el capitán Nemat controla las vidas de los desheredados que en él se refugian. Bajo sus órdenes, los

Puro Bergman

Un fotograma de ‘Keshtar haye sepid’ (‘Las praderas blancas’, 2009). habitantes desmontan el barco pieza a pieza para venderlo como chatarra, ciegos ante la realidad que pronto les sumergirá bajo el agua, mientras Nemat lidia con las autoridades locales, ávidas de recuperar, para sí, el control del navío. ‘Keshtar haye sepid’, traducido al inglés lo que en equivalente nuestro sería ‘Las praderas blancas’, es un drama protagonizado por un barquero que recolecta a lo largo de sus viajes las lágrimas de los

habitantes de las islas que visita. Aunque su tarea abarca décadas, nadie conoce el propósito de este misterioso hombre, que recoge los pesares de quienes solo encuentran alivio ante las adversidades de la vida que no saben, ni pueden, confrontar. Un año después del estreno, Rasoulof y el también cineasta Jafar Panahi fueron detenidos por el gobierno bajo los cargos de conspiración y propaganda, y condenados a seis años de prisión; una sen-

tencia que más tarde fue rebajada a doce meses. Sus siguientes filmes apelan, abiertamente, a la necesidad de enfrentarse tanto al caciquismo corrupto como al desafío de seguir trabajando en la clandestinidad. ‘Bé omid é didar’ (’Adiós’) hablan de una abogada sin permiso para ejercer y opositora del régimen que cuando decide abandonar el país se encuentra con todo tipo de trabas burocráticas y sexistas, mientras su marido,

un periodista crítico con el Gobierno, ha sido destinado a trabajar en el desierto. ‘Dast-neveshtehaa nemisoosand’ (’Los manuscritos no arden’) se

El Festival dará cabida a la selección de filmes para niños, Miniminci, y para jóvenes

Los noventa, una ‘década prodigiosa’ para el cine :: S. R.

C

uando la sociedad está inmersa en un ‘revival’ de la cultura audiovisual y los clásicos palomiteros del cine de los años 80, vertebrar un ciclo en torno a las películas que pusieron en el disparadero a hoy consolidados realizadores en el terreno ‘indie’ durante los noventa supone de las apuestas más simpáticas y osadas de la 63ª edición de la Seminci. En esta línea, cabe destacar esos trabajos de directores -en su inmensa mayoría hombres, pues el ciclo

construye en torno a un intelectual devenido preso político y actualmente vigilado por la policía del régimen que trabaja en sus memorias mientras busca una vía de escape del país. El último título que se exhibirá, ‘Lerd’ (’Un hombre íntegro’) fue rodado el pasado año, con Rasoulof sin pasaporte y confinado a la espera de juicio y sentencia; que vuelve a hablar sobre el control que se somete a los pueblos por parte de empresas privadas vinculadas al Gobierno.

apenas rescata los trabajos de la ya habitual Kelly Reichardt y de una Sofia Coppola que, fiel a su apellido, se resiste a aparecer por Valladolid- que hoy ostentan un estatus de culto; un ciclo que rescata incluso aquella cinefilia de -otra década- los 70, según la cual el espectador va a ver una película no por el estudio, el argumento o sus actores enfundados en mallas... sino por quién firma tras la cámara. Esta ‘década prodigiosa’, como se ha dado en llamar al ciclo, abordará los trabajos de Quentin Tarantino -‘Reservoir Dogs’-, Alexander Payne

-’Citizen Ruth’, de 1996 y hoy de rabiosa actualidad-, Spike Jonze -‘Cómo ser John Malkovich’-, Kevin Smith -‘Clerks’o Robert Rodriguez -‘El mariachi’-; además de trabajos de Whit Stitman -‘Barcelona’-, Ira Sachs -‘The Delta’-, Richard Linklater -’Slacker’ y Hal Hartley - Trust’-. Los también aplaudidos, y muchas veces controvertidos, cineastas Todd Solondz y Todd Haynes -‘Happiness’ y ‘Poison’-, conforman una selección que completan Paul Thomas Anderson -‘Hard Eight, Sidney’-, Noah Baumbach ‘Kicking and Screaming’-, Da-

‘Sexo, mentiras y cintas de vídeo’ (S. Soderbergh). rren Aronofsky –‘Pi’-, James Gray -‘Little Odessa’-, Wes Anderson -–‘Academia Rushmore’, Steven Soderbergh ‘Sexo, mentiras y cintas de video’-, Bryan Singer -‘Sospechosos habituales’- y David Fincher –‘Se7en’–. Por la parte de directoras podrá verse ‘Las virgenes suicidas’, de

Coppola; y ‘River of Grass’, de Reichardt. El Festival prolonga su habitual invitación a un país extranjero, con el propósito de visibilizar su cine a través de una cuidada selección de títulos emblemáticos -por temática o momento histórico y social- y con la celebración

No solo en el documental de Margarethe von Trotta, fuera de concurso en la Sección Oficial, se podrá recordar a Ingmar Bergman en su centenario: la 63ª Seminci ha querido recoger otros dos títulos vinculados al autor de ‘El séptimo sello’ y ‘Persona’: el también documental ‘Bergman: a Year in a Life’, de la cineasta Jane Magnusson, que se proyectará en el Zorrilla mañana; y un concierto de música electrónica a cargo de los profesionales Marco Rocca y Stella Sollai en el LAVA sobre imágenes de filmes del realizador. Además, el Festival dará cabida, en sus secciones habituales, a la selección de películas para niños (Miniminci) y adolescentes (Seminci Joven, competitiva), así como a muestras de talento cinematográfico local (Castilla y León en Largo, Castilla y León en Corto) y nacional, en formato corto (ESCAC, La noche del corto español), documental (DOC.España) y largo (Spanish Cinema). Por último, el festival mantiene su apuesta de diálogo entre el séptimo arte y la enología (Cine&Vino) o el medio ambiente (Jornadas sobre Cine y Cambio Climático).

de mesas redondas, clases magistrales o publicaciones. En esta ocasión, Portugal ve una muestra de su cine más reciente con 16 largometrajes de ficción, cuatro documentales y tres cortos-, conformada en colaboración con la Dirección de Cine de Portugal ICA, la Cinemateca portuguesa, el Instituto Cervantes de Lisboa y la Embajada de Portugal. El país luso también protagoniza la Master Class de Miguel Gomes en el Aula Mergelina el jueves, una mesa redonda vespertina el mismo día y un libro a cargo de José Vieira Mendes, crítico y programador. Finalmente, si bien pudo haber sido uno de los ciclos más interesantes, se queda en jornada la selección de títulos vertebrados en torno a Mayo del 68 en su 50 aniversario.


8 LA SOMBRA DEL CIPRÉS

Sábado 20.10.18 EL NORTE DE CASTILLA

Faye Dunaway y Warren Beatty, en una escena de ‘Bonnie and Clyde’ (Arthur Penn, 1967).

Laura Dern y Nicolas Cage, en ‘Corazón salvaje’, de David Lynch (1990).

Sissy Spacek y Martin Sheen, en ‘Badlands’ (T. Malick, 1973).

‘Road movies’, de la diligencia al automóvil L

as road movies tienen sus raíces en la tradición de los western de caravanas. En el año 1919, Lambert Hillyer rueda ‘Wagon Tracks’ y establece los ingredientes que, aparte de algunas variaciones y combinaciones, estarán presentes en la mayoría de las películas de este estilo: la rudeza de los territorios atravesados, la presencia de personajes peligrosos a los que se opone un héroe que busca la redención de un pasado oculto, junto a una joven solitaria. Este género vivirá su edad de oro hasta los años sesenta, gracias al talento de numerosos realizadores, entre ellos Raoul Walsh con ‘The big trail’ (en español ‘La gran jornada’) de 1930, con John Wayne, Marguerité Churchill y Tyrone Power; o John Ford con ‘Wagon Master’ (’Caravana de Paz’, 1950) con Ward Bond, Ben Johnson, Harry Carey y Joanne Dru. Pero los tiempos y los gustos cambian,los caminos se hacen carreteras, los caballos de carne y hueso dejan paso a los de vapor y el automóvil abre a los directores un espacio donde pueden desarrollar amores inciertos y persecuciones espectaculares. Todo está preparado para que renazca un héroe rebelde que había desaparecido de las pantallas con el western. El protagonista debe haber consumado su ruptura con la sociedad, la heroína ha perdido desde hace tiempo su inocencia. Drogas, alcohol, sexo y violencia potencian su inútil odisea. Si el motivo del viaje varía de un escenario a otro, el reencuentro de los personajes en la carretera y las situaciones paradójicas, asociadas a un final

trágico, se mantienen como los puntos comunes de todos estos films. En 1967, ‘Bonnie and Clyde’ avanza el género del road movie. Arthur Penn encarga a Faye Dunaway y a Warren Beatty encarnar a la pareja de criminales Bonnie Parker y Clyde Barrow que, en plena depresión de los años treinta, recorren burlando a la policía el oeste y el sur de los Estados Unidos, robando coches para atracar bancos y gasolineras. La película, en cuanto a la relación entre los protagonistas, es considerada como uno de los primeros éxitos del nuevo Hollywood hasta el punto de que en el año 1992 una copia fue seleccionada por el National Film Registry para ser conservada en la biblioteca del Congreso en razón a su «valor cultural y estético». Clyde Barrow amaba los automóviles, sobre todo el Ford V8 B, y escribirá al mismísimo presidente de la Ford Motor el 10 de abril de 1934: «Mientras tenga aire en mis pulmones le seguiré agradeciendo el auto tan genial que usted ha fabricado. Cuando he tenido que escapar con uno, mi preferido era el Ford V8 por su velocidad y capacidad de salvarme de los problemas. Aunque mi profesión no sea estrictamente legal, no le hará ningún daño a nadie que le diga qué gran coche tiene usted en el V8. Sinceramente suyo, Clyde Champion Barrow». El 23 de mayo, poco más de un mes después de escribir esta carta, Bonnie, con 23 años, y Clyde, con 25, morirían en el interior de un Ford B que habían robado, el coche que tanto amaba. Sobre su carrocería se pueden contar hoy día 167

ARTE EN MOVIMIENTO SANTIAGO DE GARNICA

agujeros de las balas disparadas por los agentes del FBI. La carretera se convierte en el escenario del desarraigo de una juventud americana golpeada por la guerra del Vietnam. En 1969, ‘Easy Rider’, de Dennis Hopper, canaliza mejor que ningún otro film ese deseo utópico de librarse de todas las ataduras sociales. Peter Fonda y Hopper cabalgan sobre sus Harley Davidson Capitán América. Al principio se habló de que solo se hicieron dos unidades pero en realidad fueron cuatro: una se destruyó en la escena final pero luego, con las piezas recuperadas, se reconstruyó y hace pocos años, se subastó. Las otras tres estaban en el garaje de Peter

Fonda donde fueron robadas, y se les perdió la pista. La obra de Sam Peckinpah está marcada por la violencia y ‘Getaway’ (’La huida’, 1972) no escapa a la regla. La adaptación de la novela del mismo nombre de Jim Thompson, publicada en 1958, es interpretada por Steve McQueen y Ali MacGraw, y el rodaje no estuvo exento de tensiones entre el actor y el director, todo un choque de personalidades. En el rodaje destacaron un Ford Custom 500 Wagon, un Chevrolet Impala o un Mercury Monterey, entre otros. El film encaja perfectamente con el estilo del road movie, con dos escenas claves, la del camión de basura y la antológica final.

Muy diferente a Peckinpah es Terrence Malick. El misterioso director, productor y guionista estadounidense (nunca ha concedido una entrevista y resulta difícil encontrar una fotografía suya)di-

Peter Fonda y Dennis Hopper conducen sus Harley en ‘Easy Rider’ (Dennis Hopper, 1969).


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rige en 1973 ‘Badlands’ (’Malas tierras’). Es la ópera prima de las diez películas que conforman su filmografía en cuarenta años, escasa en cuanto a número pero con una inigualable perfección. Inspirada en la auténtica historia de Charlie Starkweather, se desarrolla en el año 1959: el rebelde Kit Carruthers (Martin Sheen) conoce a la joven de 15 años Holly Sargis (Sissy Spacek). Introvertidos y desplazados sociales, están unidos por un deseo de salir del anonimato que termina por llevarles al delito, y a la huida, todo en el entorno de los estados de Dakota del Norte y Montana, con una brutalidad no exenta de lirismo. Y todo ello con la presencia de clásicos americanos como el Ford Fairlane de la policía, pero sobre todo un bello Mercury Coupé de 1951. Hay que esperar casi veinte años para encontrar otras dos obras maestras del Road Movie. La primera, de la mano de David Lynch, es ‘Wild at Heart’ (’Corazón salvaje’), del año 1990. Durante un permiso carcelario, Sailor (Nicolas Cage) visita a su novia Lula (Laura Dern) y huye con ella a Nueva Orleans. La madre de

Lula, contraria a la relación, contrata a un mafioso para que elimine a Sailor: más allá de su carácter posesivo, hay el miedo de que el joven, que la sorprendió asesinando a su marido con la ayuda de su amante, revelase lo que vio. Y la presencia de coches emblemáticos como el Ford Thunderbird del 65. La segunda es del año 1991, nada menos que ‘Thelma & Louise’, un guion de la norteamericana Callie Khouri y la dirección del británico Ridley Scott. En este caso son dos protagonistas femeninas en fuga a lo desconocido. Thelma (Geena Davis) es un ama de casa hastiada de un marido. Loui-

se, (Susan Sarandon) una camarera que sueña con casarse con su novio, un músico. Un fin de semana deciden, en el coche de Thelma (otro bello Ford Thunderbird, un convertible de 1966) alejarse de la rutina, pero los acontecimientos dramáticos las llevarán más allá de lo que imaginan. Si el italiano Sergio Leone creo un género paralelo con el spaghetti western, otro italiano, Michelangelo Antonioni, también realizó su particular versión del Road Movie. Él imaginará, en el ambiente de las revueltas estudiantiles de principios de los años setenta en Los Ángeles, su trabajo ‘Zabriskie Point’, produ-

El protagonista debe haber consumado su ruptura con la sociedad; la heroína ha perdido hace tiempo su inocencia El reencuentro de los personajes en la carretera y las situaciones paradójicas se asocian al final trágico

Steve McQueen y Ali MacGraw, en ‘The Getaway’,0 de Sam Peckinpah (1972).

cido por Carlo Ponti. Mark (Mark Frechette) perseguido por un asesinato que no ha cometido pero del que sí ha sido testigo, roba un avión y se escapa hacia el famoso Valle de la Muerte (Zabriskie Point es una zona de este). Mientras sobrevuela la carretera sobre la cual rueda el viejo Buick Special de Daria (Daria Halprin), una secretaria que debería ir a Phoenix por motivos de trabajo, el avión se queda sin gasolina y ha de aterrizar en pleno desierto. A partir de ahí el film se sumerge en un ambiente psicodélico, apoyado en la música de Pink Floyd, Jerry Garcia y Grateful Dead. Esta road movie

política termina en una violenta explosión, como pide el género. La película, en su momento un fracaso comercial y de crítica, años después es considerada una obra de culto. Y otro de sus Road Movies es ‘Profesionne: reporter’ (’El Reportero’), de 1975, rodada en España y Marruecos con Jack Nicholson y María Schneider. Nicholson interpreta a un desengañado periodista que intercambia su identidad con la de un perfecto desconocido fallecido en la habitación de hotel vecina a la suya. En este caso conduce un Mercury Comet. Una fuera de la ley, un automóvil, la carreta, se rueda…

‘Thelma & Louise’, de Ridley Scott (1991).


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LOS LIBROS MÁS VENDIDOS FICCIÓN El rey recibe. Eduardo Mendoza (Seix Barral) La desaparición de S. Mailer. Joël Dickerx (Alfaguara) Patria. Fernando Aramburu (Tusquets) El día que se perdió.... Javier Castillo. (Suma) Hippie. Paulo Coelho (Planeta) La peregrina. Isabel San Sebastián (Plaza&Janés)

USO Y NORMAS DEL CASTELLANO MARÍA ÁNGELES SASTRE PROFESORA DE LENGUA ESPAÑOLA EN LA UVA

LAS FORMAS ‘ADONDE’ Y ‘A DONDE’. HISTORIA DE UNA NORMA A los hablantes nativos no les plantea ninguna duda ortográfica la presencia de la preposición ‘en’ junto a la forma ‘donde’, porque saben que siempre se escribe separado. En cambio, muchos hablantes se preguntan si la preposición ‘a’ tiene necesariamente que ir soldada a la forma ‘donde’ o si no es necesario, es decir, si las formas ‘adonde’ y ‘a donde’ constituyen una sola palabra o son dos palabras distintas. Es en realidad una cuestión que solo afecta a la lengua escrita y tiene historia. El gramático Andrés Bello, autor de la ‘Gramática de la lengua castellana destinada

al uso de los americanos’ (publicada en Santiago de Chile en 1847), sugirió la conveniencia de distinguir gráficamente estas dos formas. La RAE, en el ‘Esbozo de una nueva gramática de la lengua española’ (1973), recomendaba –pero no obligaba– usar ‘adonde’ en casos de antecedente explícito (Esa es la playa adonde vamos todos los años en junio) y ‘a donde’ cuando el antecedente no está explícito porque puede ser identificado por el contexto (Iremos a donde tú quieras). Muchos gramáticos han discrepado de esta propuesta. Por ejemplo, José Martínez de

Sousa, en el ‘Diccionario de usos y dudas del español actual’ (DUDEA, 4ª edición, 2008), prefiere la grafía en una sola palabra (adonde) independientemente de que el antecedente esté o no explícito. Por el contrario, el mexicano José. G. Moreno de Alba, en su libro ‘Minucias del lenguaje’ (1992), se atrevió a sugerir, basándose exclusivamente en la analogía, que siempre se escriba separado, ya que el resto de las preposiciones que preceden a la forma ‘donde’ (en donde, hacia donde, desde donde, por donde, etc.) nunca constituyen con ‘donde’ una sola palabra. Manuel Seco, en el ‘Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española’, opta por la distinción que proponían Bello y el Esbozo. Y Leonardo Gómez Torrego, en ‘Nuevo Manual de español correcto’, II (2002), que consideraba normativa la recomendación de la RAE del año 1973, apuntaba lo siguiente: «parece conveniente evitar esta regla, que suele exigir al que escribe conocimientos gramaticales, y o bien dejar la doble opción de ‘adonde’ y ‘a donde’ como indistinta, o bien dejar como única la forma ‘adonde’». En su última obra (Hablar y escribir correctamente. Gramática normativa del español actual, 2006), ofrece la doble opción: ‘adonde’ y ‘a donde’ como formas indistintas, siguiendo a la RAE en el ‘Diccionario panhispánico de dudas’ (2005). La normativa actual registrada en la ‘Ortografía de la lengua española’ (2010, cap. V, § 2.4.2.1.1) acepta la libre alternancia de ‘donde’, ‘adonde’: «el adverbio relativo locativo ‘donde’, cuando va precedido de la preposición ‘a’, admite también, de forma indistinta, las grafías ‘a donde’ y ‘adonde’, esté o no expreso su antecedente’. Fin de la historia y fin de un quebradero de cabeza ortográfico. Escríbanlo como quieran.

 LO VAS A LEER

sta semana me ocuparé de un asunto ortográfico: cómo escribir las formas ‘adonde’ y ‘a donde’, que a algunos les resultan especialmente problemáticas en relación con su escritura unida o separada. Como adverbio relativo de lugar, ambas formas se emplean como introductoras de oraciones de relativo con o sin antecedente explícito dependientes de un verbo de movimiento para expresar tanto la dirección del movimiento significado por dicho verbo como su término. Sirvan como ejemplos de este uso los enunciados siguientes: Esa es la playa adonde / a donde vamos todos los años en junio (con antecedente expreso); Volvimos adonde / a donde fuimos la primera vez (sin antecedente expreso). Según se deduce de esta información, los usos de ‘adonde’ y de ‘a donde’ con verbos de estado o reposo no se consideran correctos en español actual, aunque sí eran frecuentes en el español clásico, en alternancia con ‘donde’, para expresar ubicación. Según la RAE, en ejemplos como ‘La encontró adonde la había dejado’ o ‘Déjalo adonde te he dicho’ predomina «en la mayor parte de las áreas hispanohablantes, el sentimiento lingüístico que considera arcaica esta construcción, además de poco justificable sintácticamente, por lo que se desaconseja» (Nueva gramática de la lengua española, 2009, § 22.8r). Así pues, para indicar situación hay que utilizar entonces la forma ‘donde’ o, si se prefiere, la forma ‘donde’ precedida de la preposición ‘en’ (Deja las maletas donde / en donde quieras; Te espero donde / en donde habíamos quedado; La ciudad donde / en donde viven).

El cuento de la criada. M. Atwood (Salamandra)

NO FICCIÓN 21 lecciones para el siglo XXI. Y. Noah harari (Debate) Fariña. Nacho Carretero (Libros del KO) Sapiens. Y. Noah Harari (Debate) Morder la manzana. Leticia Dolera (Planeta)

#SABOTAJE Arturo Pérez-Reverte. Alfaguara. 376 páginas. 20,90 euros.

Imperiofobia y leyenda negra. Elvira Roca (Siruela) Teoría King Kong. V. Despentes (Random House) La edad de la penumbra. C. Nixey (Taurus)

INFANTIL Y JUVENIL El monstruo de colores... Anna Llenas (Flamboyant) El principito. A. de Saint-Exupery (Salamandra) Cuentos de buenas noches. E. Favili / F. Cavallo (Dsetino) La diversión de Martina 3. Martina D’Antiochia (Montena) Mentira. Care Santos (Edebé)

Hay tres grandes personajes en esta nueva entrega (la tercera, la mejor) de Lorenzo Falcó, espía del bando nacional durante la Guerra Civil. El primero es Eddie Mayo, la pareja de Leo Bayard, un colaborador de la República que vive en Francia y que Falcó tendrá que hacer pasar como traidor de los suyos. El segundo es París, ciudad de burgueses con

periódico, señoras con perrito y turistas con calcetines de colores (como se la define en la página 94), un lugar que disfruta de cafés y cabarés mientras a su alrededor hay una guerra en marcha (España) y otra que se empieza a fraguar (Alemania). Con aire de cine negro, de clásica novela de espías (guiño en la página 115), no faltan los traidores ni los personajes que no son lo que parecen (enorme el baile de la página 174). Y el tercer gran protagonista: el Guernica.

#LO QUE TE PERTENECE Garth Greenwell. Literatura Random House. 224 páginas. 18,90 euros.

Extraña sensación la que provoca este libro. Junto a la emoción de algunos capítulos, hay pasajes (páginas y páginas) que parecen mero relleno, que no hacen que la trama avance hacia ningún lugar (prolegómenos del viaje en autobús a la clínica, del trayecto en tren con su madre). Esta es una novela sobre el placer culpable, sobre el amor con remordi-

mientos, sobre las dudas generadas en lo que somos y cómo eso contamina nuestro deseo. Un profesor de literatura conoce en unos baños públicos a Mitko, un tipo con el que se acostará por dinero. Descubriremos las cicatrices que la relación con su padre dejó en el profesor (120). Intuiremos lo que le ocurrió a Mitko para acabar en la calle, enganchado a la bebida y al sexo de pago. Una novela sobre la aceptación y los miedos acerca de lo que sentimos.

El tiempo de los gigantes. Folagor (Martínez Roca) Elashow2. Elaia Martínez (Destino)

Más reseñas en el Instagram @lovasaleer

VÍCTOR M. VELA


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Photoshop E

ste verano me he visto obligado a hacer una inaplazable expurgación. Libros y libros acumulados desde hace más de tres décadas convertían a mi biblioteca principal en una abarrotada colmena en situación de hacinamiento, sin espacio para los títulos por mí más queridos; para otros que, éstos sí, indudablemente leería, no como otros adquiridos con una promesa incierta de hacerlo. Una promesa que no había cumplido. Ni cumpliría. En esta depurativa selección hallé algunos libros que, he de reconocer, no recordaba cómo diantres habían llegado hasta allí. No faltaban los que habían venido envueltos en papel de regalo. Otros eran producto de la atracción irresistible que, en una feria de libro antiguo y de ocasión, había ejercido su precio irrisorio. Estos últimos volúmenes tenían en común su tacto tosco; su nefasta impresión; el diseño colorista y de pésimo gusto de su portada. Clásicos los más, estaban duplicados: la compra había sido tan barata como inútil; posteriormente me había hecho con ellos en una edición digna de la importancia de su contenido. De pronto tuve entre mis manos la extensísima crea-

LOS TRIGALES AZULES ROBERTO RODRÍGUEZ

ción –más de quinientas páginas– de un autor que me había cautivado treinta años atrás. Aún esa novela era para mí territorio inexplorado. Tal como los grandes vinos que, dormidos en la bodega, aguardan a la ocasión extraordinaria que los saque de su hibernación, había formado parte de la deliciosa colección de ejemplares que esperan a que recurramos a ellos cuando nuestro paladar libresco solicite un manjar único, suculento. No obstante, este libro, desde que lo comprase, no lo había abierto. Y no pensaba hacerlo. No, ya no ocupaba un lugar en la recámara antedicha. A quien lo había escrito, por ataques constantes y furibundos hacia un colega empadronado en mi olimpo literario, yo lo había condenado,

sin posibilidad de redención, al ostracismo. Sí, es verdad, de muchos artistas y escritores, para disfrutarlos, deben dejarse de lado tanto sus opiniones tremebundas como sus biografías poco edificantes; si no, nos perderemos el asombroso fruto de su imaginación. Sin embargo, he de reconocer que si yo, como lector, soy magnánimo con los, para mí, defectos del prójimo –quién puede presumir de perfección moral–, no acepto de buen grado el que pongan como chupa de dómine a un autor por el que profeso una ferviente y profunda admiración. Al escritor difamante que así obra, lo mando al cuarto oscuro y, murmurando que eso le pasa por meterse con quien no debe, tiro al río del olvido la llave con la que lo encerré.

Una vez retirados, decidí que, antes de nada, llamaría por teléfono a familiares y amigos por si les interesaba alguno de aquella montaña de papel. Con el espacio libre, coloqué los títulos que había destinado para sustituirlos. De nuevo mi biblioteca principal estaba atestada. Pero no por baraturas impropias de lucir entre las posesiones de todo bibliófilo. Tampoco por libros obsequiados siguiendo el criterio no de mi gusto sino por la faja en la que se anunciaban los tropecientos mil ejemplares vendidos o el galardón logrado con las malas artes de la parcialidad animada por espurias razones mercantiles. Lejos los libros que no, nunca, leería, con el nombre de un escritor que, actualmente, me era antipático.

No. Ya sólo grandes libros, grandes ediciones. También los que me habían acompañado desde niño y fueron primera razón de mi amor hacia la fantasía impresa. Allí, en ese estante, los que, muy posiblemente, me llevarían a una gratísima experiencia. Y, cómo no, mis hijos predilectos; prole numerosa a la que siempre agradecería lo que, en el silencio cómplice de la lectura, me habían aportado. Y entonces, no sé por qué, al observar aquello me pareció que estaba delante de un retrato inexacto de mí; extraña sensación que nunca, antes, cuando aún se encontraban los libros que acababa de desechar, había tenido. Y es que tal vez, quizá, esa reunión de lomos erguidos representaba a otro que no era yo.


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Director: Ángel Ortiz Coordinador: Chema Cillero

QUINCE MINUTOS DE FAMA

Fernando Bolopo de los Mozos Músico guitarrista

Soy oriundo de Aranda de Duero. Mi afición por la música empezó en mi casa, mi madre tenía discos y un día cuando era chaval compró un Cosmo, un tocadiscos de maleta al que no le dimos descanso mis dos hermanos y yo hasta que lo retiramos de viejo al pobre. Desde entonces, la música y otras artes me han acompañado. Comencé a tocar el bajo eléctrico y la guitarra por casualidad, aunque el instrumento que más me atraía era el violonchelo, demasiado caro para mí en ese momento. Tocar en directo es lo que más me atrae como músico.

ÁNGEL MARCOS


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