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Paseos virtuales por tu futura casa
ARQUITECTURA
Paseos virtuales por tu futura casa
Precisión. La visualización y la impresión 3D han dado un giro al trabajo de los arquitectos que han visto cómo su labor ha evolucionado hacia un modelo integrador de todos los actores que intervienen en el edificio
SONIA QUINTANA
Surgida a rebufo de la Cuarta Revolución Industrial, la Construcción 4.0 parte de una premisa centrada en la industrialización de sus procesos. ¿Es posible construir una casa sin obreros? «Cada vez es más difícil encontrar mano de obra para ciertos trabajos. No existe relevo generacional. Ahora en una obra es difícil que alguien tenga a mano un metro, pero todo el mundo tiene un teléfono móvil en el bolsillo», cuenta el arquitecto vallisoletano José E. Nogués Mediavilla. «La construcción, tal y como se ha venido ejecutando desde tiempos de los romanos, ha evolucionado muy poco». Hasta hoy. «Hemos desarrollado unos modelos de vivienda industrializada sostenible, económica y sencilla», señala este arquitecto, autor de la primera vivienda sostenible en Valladolid, realizada íntegramente en un taller. ¿Lo próximo? Nogués lo tiene claro: la construcción con impresoras 3D. Aunque en Castilla y León todavía no hay ningún edificio realizado con esta técnica, en España es ya una realidad. En Valencia, en 2018, se presentó la primera casa construida en España con una impresora 3D. La ‘start up’ valenciana Be More 3D fue la artífice de levantar mediante una impresora de hormigón –la primera patentada en España– la tercera casa del mundo construida de forma digitalizada, «Imprimir viviendas en 3D es lo siguiente. En Valladolid todavía no nos hemos atrevido, pero llegará, seguro», advierte Nogués.
Mientras llega la impresión 3D, la visualización 3D se ha convertido en el mejor aliado de los arquitectos. «Toda obra arquitectónica requerirá siempre de un periodo inicial de creatividad plasmada en dibujos y croquis, siempre manuales, donde se gesten las imprescindibles ideas del proyecto. Sin embargo, las herramientas para su concreción en un documento profesional han venido experimentando un cambio que, sin ningún género de dudas, se puede calificar de revolucionario», asegura el arquitecto Jesús Feijó Muñoz, catedrático emérito honorífico de la Universidad de Valladolid (UVa). Feijó explica que esta nueva fase, en la que se encuentra el mundo de la Arquitectura, está «caracterizada por una tendencia hacia un modelo de gestión total e integrador de todos los actores que intervienen en el edificio, trascendiendo incluso del arquitecto autor del proyecto. Esa integración total abarcaría desde los comienzos de su diseño hasta su demolición al final de su ciclo de vida».
Con este objetivo nació el sistema BIM (Building Information Modeling), cuya nomenclatura se ha hecho genérica, independiente de casas comerciales concretas que disponen de distintos programas enfocados a ese fin. «El procedimiento completo comprendería el proyecto propiamente dicho, la ejecución del edificio, su mantenimiento durante su vida útil y su demolición al llegar su obsolescencia», apostilla Feijó. En el diseño del edificio ya no se dibujan líneas
S. Q.
Poco imaginábamos allá por el 1983, sentados en nuestros tableros de dibujo de la escuela bajo las atentas miradas de Leopoldo y José Manuel, que aquellos primeros dibujos de representación de la arquitectura iban a evolucionar hasta los actuales modelos en 3D con los que trabajamos ahora», recuerda Jesús María Ortega Vielba, tesorero del Colegio Oficial de Arquitectos de Valladolid. La primera revolución vino de la mano del CAD, diseño asistido por computadoras, que ya se utilizaba en entornos industriales. «Mi primer curso lo recibí en la entonces Escuela de Peritos y exigió, tanto de formadores como de técnicos, de un esfuerzo, que casi siempre se veía recompensado por los resultados».
En los estudios de Arquitectura se vivió la progresiva implementación de herramientas informáticas que facilitaban en gran manera las labores cotidianas de redacción de proyectos: procesadores de texto para las memorias, hojas de cálculo y las primeras aplicaciones específicas de cálculo de presupuestos de obra y dimensionado de instalaciones y estructuras. «Recuerdo los escépticos grupos de delineantes del Ayuntamiento, profesionales curtidos en el tablero, a base de escuadra, paralex y rotring, cuando una vez dominada la herramienta informática conseguían reproducir su trabajo con fidelidad, facilidad y mayor precisión, sin perder el mismo las cualidades gráficas que perseguían. Actualmente nos encontramos en los albores de la tercera revolución industrial, revolución que como las anteriores, según expertos como Jeremy Rifkin, se apoya en tres pilares confluyentes: un nuevo sistema de movilidad, uno de comunicación y una nueva forma de energía. La primera tuvo su origen en el carbón, la locomotora, y fue auxiliada por la irrupción de la prensa de vapor y la industrialización primigenia. La segunda se basó en el petróleo-electricidad, las nuevas formas de comunicación como el teléfono, radio y televisión y el motor de explosión, que permitió la extensión de los mercados de nacionales a internacionales. Actualmente se dan tres nuevas situaciones que conformarán el paradigma de los próximos años: energías renovables, digitalización de procesos basados en la WWW y, finalmente, el Internet de las cosas».
«A nuestros despachos ha llegado esa revolución en forma de BIM (Building Information Modeling) que, según la buildingSMART (asociación sin ánimo de lucro cuyo principal objetivo es fomentar la eficacia en el sector de la construcción a través del uso de estándares abiertos de interoperabilidad sobre BIM u OpenBIM), se trata de una metodología de trabajo colaborativa para la concepción y gestión de proyectos de edificación y obra civil. Dicha metodología centraliza toda la información de un proyecto –geométrica o 3D, tiempos o 4D, costes o 5D, ambiental o 6D, y mantenimiento o 7D– en un modelo digital desarrollado por todos sus agentes. Esto permite operar sobre el modelo 3D analíticamente para valorar las diferentes opciones de proyecto de estructura, aislamientos o sistemas de instalaciones. Nos permite recurrir a sistemas de prefabricación de elementos y obtener en ese 4D-5D, que mencionábamos, el tiempo y coste de cada posible solución».
«Ese CAD inicial que permitía generar únicamente la documentación planimétrica del proyecto se convierte ahora en un sistema de representación de ese modelo 3D que aporta unicidad y coherencia al proyecto. El wysiwyg («lo que ve es lo que obtiene») de los primeros procesadores de texto trasladado a la Arquitectura. Este principio sugiere que debe haber una relación fuerte entre lo que se ve en la pantalla y lo que se imprime, en este caso lo que se construye finalmente».
El entorno BIM permite además trasladar con mayor facilidad la imagen de la edificación a los no iniciados mediante representaciones fotorrealistas o incluso paseos virtuales y analizar sobre modelo, antes de iniciar cualquier acción constructiva, las posibles incompatibilidades e interferencias entre sistemas, lo que conduce a un ahorro considerable de costes y tiempos de reparación. «Finalmente, y no por ello menos importante, es el ‘asbuilt’ (los modelos de lo realmente ejecutado) nos permite establecer un punto cero para el futuro sistema de operación y mantenimiento. No olvidemos que el periodo constructivo de las edificaciones raramente supera unos años, mientras que la expectativa de vida del mismo se alarga decenios».
«El futuro es incierto y seguro que nos sorprende con nuevas aplicaciones de la tecnología. Quizás veamos entornos virtuales donde proyectar los edificios a golpe de mano sobre herramientas en el espacio que nos permitan tener una percepción del mismo directa e instantánea, o bases de datos municipales donde los servicios de emergencia tengan acceso al modelo actualizado del edificio, sin sorpresas y auxiliados de dispositivos 3D que les conduzcan a su objetivo sin riesgos y con la mayor agilidad posible. Ya se verá».
Jesús María Ortega. R. JIMÉNEZ
independientes sino objetos tridimensionales capaces de albergar todos sus datos para que se autogeneren otras partes del proyecto como cálculos, mediciones, presupuesto... «Podría decirse que es un diseño conceptual con gráficos ‘inteligentes’», resume el catedrático emérito honorífico de la Universidad de Valladolid. Para Nogués el sistema BIM está en su día a día. «Compartir toda esa información entre todos los sectores es muy beneficioso. Con el BIM podemos saber desde el principio qué tipo de ladrillo se propone como el más indicado o qué problemas puede dar un edificio en caso de evacuación», ejemplifica Nogués. Una documentación única Una de las características fundamentales del BIM es la documentación única de todo el proyecto, a la que se unen todas las aportaciones de otros profesionales, de manera que cualquier modificación en ellas provoca una actualización automática de todo aquello que pueda ser afectado. «Y todo el mundo implicado lo tendría en el momento, solo con sacar el móvil de su bolsillo», reitera Nogués. Y no solo incluye un control convencional en la dirección de la obra, sino que se añaden los datos de fabricación de los distintos materiales proyectados para el edificio, el control de los tiempos en la ejecución y de los gastos de la obra. Esa documentación única incluye también las operaciones de mantenimiento que se generen a partir de los datos de lo diseñado. «Como último acto no puede faltar el tratamiento de su posible demolición, evaluando su impacto ambiental, así como el de todo el proceso hasta llegar a ese momento, de manera que se incluya la huella de carbono que deja en la atmósfera. Es indudable que este nuevo procedimiento tiene enormes ventajas en cuanto al rigor y la precisión de sus datos, pero no es menos cierto que también presenta inconvenientes por la inmensa cantidad de ellos que hay que introducir. Falta un tiempo para que pueda generalizarse pero parece que será el futuro de la profesión y, naturalmente, todo gracias a la digitalización que empezó décadas atrás», apostilla Feijó. > «Es el cliente el iniciador de todo este proceso encargando a un BIM manager
«ES DIFÍCIL ENCONTRAR UN METRO EN UNA OBRA, PERO NO UN MÓVIL» «EL SISTEMA BIM TIENE ENORMES VENTAJAS EN EL RIGOR DE LOS DATOS»
Vivienda industrializada, ubicada en la esquina de la avenida de la Aranzana con la calle Picos de Europa, en Arroyo de la Encomienda . RODRIGO JIMÉNEZ
Un momento de la construcción del edificio industrializado de la localidad vallisoletana de Arroyo. EL NORTE
>la coordinación de todos los equipos que intervienen en el diseño o rehabilitación de una edificación», señala Jesús María Ortega Vielba, arquitecto y tesorero del Colegio Oficial de Arquitectos de Valladolid. «La colaboración con equipos multidisciplinares se hace inevitable dado el gran número de especialidades que intervienen en el diseño de la edificación actual y el necesario cumplimiento de las normativas sectoriales (incendio, ruido, medio ambiente, eficiencia energética, etc.). El modelo BIM de la edificación se va enriqueciendo con las aportaciones de los diferentes equipos, quedando atrás los tiempos en que dos líneas en un plano eran un muro. Ahora un muro es un muro con todas sus características incorporadas al modelo; desde la geometría, pasando por sus características termoacústicas, su peso, volumen, dimensiones y acabados. Cada elemento tiene sus características y además estará conectado –el ‘Internet de las cosas’ –: contadores de suministro, calderas y equipos de climatización, iluminación etc», explica Ortega Vielba.
«La Arquitectura, según la definición de la Real Academia Española, es el ’arte de proyectar y construir edificios’ cuyo obvio
«ATRÁS HA QUEDADO QUE DOS LÍNEAS EN UN PLANO SON UN MURO» «LA ARQUITECTURA ESTÁ AL SERVICIO DEL SER HUMANO»
destinatario es la sociedad. Dicho de otra manera, es una conjunción de Arte y Tecnología al servicio de las necesidades del ser humano. La actividad profesional del arquitecto, tan antigua como el origen griego de su propio nombre, se ha podido desarrollar por el uso de unos medios de expresión que le permitieran transmitir los planos y demás documentación de sus respectivos proyectos. Obviando tiempos muy lejanos en los que no había más remedio que hacerlo todo prácticamente ’a mano’, ayudado de una escuadra y un cartabón, comenzaremos hablando de épocas más recientes del siglo pasado pero solo a poco más de cuarenta años. El equipamiento imprescindible comprendía la máquina de escribir para las memorias y un específico conjunto de útiles para materializar los planos, empezando por la mesa de dibujo y acabando por el tiralíneas, por mencionar lo más conocido de esa labor», resume Jesús Feijó, catedrático emérito honorífico de la UVa. De las fotocopias al ‘plóter’ «Hay que recordar que las múltiples copias que se necesitaban para tramitar el proyecto se conseguían a base de folios finos entre los que se intercalaban otros tantos e incómodos papeles de calco. Hasta que llegó la fotocopiadora. Como experiencia personal diré que fui uno de esos privilegiados en tener una de las primeras fotocopiadoras. Era de grandes dimensiones y peso (90 kilos) a la que había que introducir la hoja a fotocopiar por una estrecha abertura frontal. Entre los útiles que se utilizaban para la confección de los planos cabe reseñar el llamado ‘paralex’, imprescindible en toda mesa de dibujo, las ya mencionados es> cuadras y los cartabones, el transportador de ángulos las plantillas de cur-
Planos en 3D del edificio del nuevo Aulario de Ciencias de la UVa. EL NORTE
>vas, los escalímetros, los compases y bigoteras, la abundante colección de plantillas de letras, de sanitarios y de mobiliario en general. Y, por supuesto, los estilógrafos con los que se delineaba y se rotulaba en los planos sobre papel vegetal, utilizando todo el material anterior. También se necesitaba un abultado archivador donde guardar los planos originales y la no menos notoria cortadora de planos o guillotina para delimitar el tamaño del plano antes de plegarlo. Podríamos decir que fue entonces cuando se empezaba a fraguar un cambio radical en el equipamiento De trabajo. Frente al mundo analógico empezaba a abrirse camino la tecnología digital en la que el gremio de la arquitectura iba a ser un gran exponente. Dicha tecnología se basa en el sistema binario, el cual utiliza exclusivamente dos dígitos (0 y 1). Ese sistema, que hasta entonces era casi exclusivo del mundo de las matemáticas, se iba a convertir, por obra y gracia de la electrónica, en el germen de los espectaculares cambios que vendrían detrás. Este fenómeno se popularizó con el nombre común de Informática y otros sustantivos específicos adjudicados a ciertas actividades, lo que en su conjunto se aglutina actualmente bajo el concepto de digitalización. Se podría decir que la conversión de lo analógico a lo digital, en la redacción de los proyectos de Arquitectura, ha seguido una secuencia, en función de los avances tecnológicos que se iban produciendo». Feijó lo tiene así de claro.
Desde la aparición en el mercado del PC, u ordenador personal, al sistema BIM (Building Information Modeling) el camino para los arquitectos ha sido largo. «El PC era otra cosa: los textos se podían grabar, modificar e imprimir con total libertad, además de múltiples facilidades de tratamiento que se fueron añadiendo. Pero esa aplicación era solo el principio ya que, a través de una programación apropiada del ordenador, se podía utilizar su capacidad para gestionar todos los documentos que comprendían la parte escrita del proyecto. El campo que se abría por la posibilidad de programar todo tipo de cálculos desterró con grandísimos convenientes cualquier calculadora que se pudieran estar usando. Mi entusiasmo por la nueva herramienta me llevó a aprender el lenguaje de programación más extendido del momento que se llamaba Basic. Con él confeccioné una aplicación concreta para cada uno de los documentos que componían las reiteradas memorias: desde los datos iniciales hasta el presupuesto, pasando por los cálculos de todas las instalaciones (calefacción, electricidad, fontanería…), incluido el cálculo de la estructura del edificio. Así, en el año 1982, presente al Colegio Oficial de Arquitectos de Valladolid el primer proyecto profesional en el que había realizado todas las memorias a través de una programación personal en un ordenador sin marca, de los que llamaban ’compatibles’. Este hecho fue un hito necesario, pero no suficiente. Faltaba informatizar la parte gráfica del proyecto, los planos, para culminar el proceso de digitalización», cuenta Feijó.
«EL SISTEMA BINARIO SE CONVIRTIÓ EN EL GRAN GERMEN DE LOS CAMBIOS»
DESDE LA APARICIÓN DEL PC AL SISTEMA BIM EL CAMINO HA SIDO LARGO
«Imparable progreso»
«Si compleja es la programación de todos los cálculos y, especialmente, el de estructuras, diría que el destinado a la realización de los planos lo es en estado extremo. Naturalmente ese ingente trabajo no serviría de nada sin un medio para trasladarlo al papel a una determinada escala. Paralelamente a este tipo de programas la industria del ramo empezó a fabricar el llamado trazador, más conocido como ’plóter’. Sin ninguna duda fue el mayor desembolso económico para mi reducido estudio, pero mereció la pena. Contemplarlo era casi hipnótico. Esta nueva aportación posibilitó que en el año 1989 presentara a Visado Colegial el primer proyecto cuya documentación se había realizado, por un lado, con programación personal en toda la parte escrita y, con un programa comercial personalizado, para la parte gráfica. En definitiva, que se había realizado íntegramente con medios digitales. Fue todo un logro, pero el imparable progreso tecnológico nos traería más novedades». Tantos años en la profesión dan para muchos recuerdos digitales en la profesión de este catedrático emérito.
Esta carrera, que ha empezado hace no tanto, no para y no parece que tenga límite. Nogués, Feijó y Ortega Vielba coinciden en que la profesión, digitalmente hablando, todavía tiene mucho que contar.