Castillos. La Diputación ha hecho del de Fuensaldaña ‘el castillo de los castillos’ de la provincia de Valladolid.
FECHAS CLAVE 1194
Se firma el Tratado de Tordehumos que puso fin a las disputas entre los reinos de León y de Castilla. 1494
Se rubrica el Tratado de Tordesillas, el 7 de junio, que fijó la línea divisoria en el mar para la conquista del Nuevo Mundo.
Provincia de Valladolid
Viejos esplendores de una provincia que mira al futuro y a la modernidad
1887
Valladolid cuenta con once importantes zonas arqueológicas, encabezadas por Almenara, de Adaja-Puras, la primera villa romana descubierta en la provincia ese año.
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Valladolid es una provincia histórica, con 225 municipios con personalidad propia y una cultura de siglos, repletos de arte y tradición, que están volcados hacia un futuro prometedor
S
I Los 225 municipios que conforman la provincia de Valladolid han sido lugar de tránsito y morada de numerosas civilizaciones. Esas diferentes identidades y formas de entendimiento han hecho que la provincia sea una síntesis compleja de culturas, que camina con paso firme hacia el futuro. Porque si hay algo que Valladolid y sus pueblos han sabido demostrar, es que los siglos pasados son el presente, y también
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son el mañana. Esta tierra de 8.110 km2 fue transitada por vacceos, romanos, godos, musulmanes, templarios, teutones, francos y reyes de leyenda. La provincia ha protagoValladolid nizado importantes coronaciones, séquitos nupciales, esponsales de alta alcurnia y ajusticiamientos y ha disfrutado, y disfruta, de mercados muy principales. Para dar fe de ese pasado y
EN EL NORTE
Época romana. La villa de Almerana-Puras se erige en referencia del pasado romano de estas tierras.
El Museo del Vino, en el castillo de Peñafiel
Pionera. La Diputación abrió en la monumental Urueña la primera Villa del Libro de España. de sus valores, que han trascendido a su tiempo, ahí está el patrimonio histórico-artístico de nuestros pueblos. Valladolid cuenta con once importantes zonas arqueológicas, encabezadas por Almenara, de Adaja-Puras, la primera villa romana descubierta en la provincia, allá por 1887. También Pintia, en Padilla de Duero, la calzada romana de Becilla de Valderaduey, el poblado medieval de Fuenteungrillo, en Villalba de los Alcores y Las Quintanas y Pago de Zorita, en Valoria La Buena. Recorrerlas supone un plácido paseo por el origen de todo. Valladolid conserva también más de un centenar de bienes de interés turístico cultural, diez de ellos declarados conjuntos histórico-artísticos, como son Medina de Rioseco, Medina del Campo, Alaejos, Rueda,
La provincia es cuna de ilustres personajes como Ponce de León, oriundo de Santervás de Campos, que se embarcó en el segundo viaje de Colón
1998 marcó el grueso de la actividad administrativa para eld esarrollo del proyecto de instalación del Museo Provincial del Vino en el histórico castillo de Peñafiel, en el patio de la fortaleza, con un coste inicial previsto de 300 millones de pesetas y se adjudicará. En febrero de ese año Patrimonio aprobó el proyecto de la Diputación.
Canal de Castilla. Navegable para el turismo.
Tordesillas, Simancas, Urueña, Villalba de los Alcores, Montealegre y Valladolid capital. Destacan los Sitios Históricos, protegidos por la legislación de patrimonio, como El Alto del Moclín, en Medina de Rioseco, escenario de una de las batallas más importantes de la Guerra de la Independencia; el Palacio Real de los Reyes Católicos, en Medina del Campo o Villalar de los Comuneros, donde tuvo lugar la batalla de las Comunidades que puso fin la primera rebelión moderna de Europa. La provincia alberga también uno de los proyectos más relevantes de ingeniería civil de la España Ilustrada, el Canal de Castilla, vía fluvial de comunicación y transporte, que propició el desarrollo económico e industrial en las localidades por las que discurre. La nuestra es la provincia de España con mayor número de castillos. Su estratégica situación geográfica, su llana orografía y el hecho de que Valladolid fue capital de la corte castellana y del vasto Imperio Español, propició la construcción de numerosas fortificaciones, muchas de las cuales, servían
como palacios señoriales y residencia para la nobleza castellana. Actualmente estos castillos vallisoletanos, son un reclamo turístico de primer nivel y un elemento indispensable para comprender la historia de España. Son un recurso que la Diputación de Valladolid mima y promociona con actividades como las Veladas en los Castillos.
Testigos Los pueblos vallisoletanos fueron testigos de importantes acuerdos que cambiaron el rumbo de la historia. Véase, por ejemplo, el Tratado de Tordehumos, en 1194, que puso fin a las disputas entre los reinos de León y de Castilla. El Tratado de Medina del Campo en 1431, que selló la paz entre Castilla y Portugal y, por supuesto, el Tratado de Tordesillas, el 7 de
Valladolid conserva más de un centenar de bienes de interés turístico cultural, diez de ellos declarados conjuntos históricoartísticos
junio de 1494, que fijó la línea divisoria en el mar para la conquista del Nuevo Mundo. Ahí están las Casas del Tratado para atestiguarlo. La provincia es cuna de ilustres personajes como Juan Ponce de León, oriundo de Santervás de Campos, que se embarcó en el segundo viaje de Colón y fue el Primer Gobernador de Puerto Rico en 1510. Don Juan de Austria ‘Jeromín’, hijo ilegítimo del emperador Carlos V, educado en Villagarcía de Campos y héroe de importantes batallas, como la de Lepanto; o el Infante don Juan Manuel, señor Peñafiel y autor de ‘El Conde Lucanor’. También Juan Martín Díez ‘El Empecinado’, nacido en Castrillo de Duero y destacado personaje en la Guerra de Independencia. La Diputación de Valladolid, consciente de que el pasado de nuestros municipios es el mayor exponente turístico del presente y de futuro, ha creado numerosas rutas turísticas que recorren nuestra geografía y que nos permiten acercarnos con respeto y admiración a hechos que marcaron la historia de esta provincia, que vale la pena descubrir.
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D e la historia al futuro
V CONRADO ÍSCAR ORDÓÑEZ
Presidente de la Diputación de Valladolid por el PP desde 2019
El decano de la prensa española nos pide que reflexionemos sobre la importancia de nuestra historia, sobre su influencia en nuestro presente y sobre cómo nos puede ayudar en la construcción de nuestro futuro. Casi nada. Habremos de partir, como primera premisa, del principio básico de que la historia constituye siempre la relación entre un presente y su pasado. No se puede entender el hoy sin el ayer, que condiciona, moldea o mediatiza la realidad diaria de todas las sociedades. Y como segunda premisa debemos entender que debemos analizar aquí cómo ese pasado histórico nos puede servir de elemento para afrontar el futuro de nuestra tierra, en nuestro caso concreto, el futuro de la provincia de Valladolid. No se trata, pues, de presumir de glorias pasadas, sino de analizar como ese pasado histórico de más de veintiséis siglos nos puede aportar ideas y argumentos que nos ayuden a ganar cada día el futuro. No se trata, en definitiva, de fomentar un chauvinismo absurdo que nos lleve a pensar que lo propio es superior a lo de otros en cualquier aspecto, denigrando al resto por la única razón de nuestro origen. Ni mucho menos de potenciar un nacionalismo que tiende siempre a la exclusión, al poner en su centro de acción que las características propias que nos identifican como sociedad, comenzando por la historia, pero también la lengua o las costumbres, son elementos que otorgan superioridad de unos territorios sobre otros. No hay que olvidar que en la historia no solo hay éxitos, también fracasos. Y la historia, con sus luces y sus sombras, nos debe servir para crear un pensamiento crítico que nos ayude a construir un futuro en el que valoremos nuestros éxitos pasados, pero también aprendamos de nuestros errores, lo que nos ayudará a tener una sociedad más crítica, más madura. Más allá de ese valor trascendente de la historia, es evidente que nuestro pasado histórico nos permite, y casi nos obli-
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ga, a valorar su puesta en valor como un recurso económico desde diferentes puntos de vista. Está, en primer lugar, el valor económico que puede aportar la pujanza y fortaleza de nuestras universidades, especialmente de la UVA, en materia de investigación histórica. O la trascendencia de contenedores culturales como el Archivo de Simancas, cuyos fondos documentales son considerados Memoria del Mundo por la Unesco, como también lo es el Tratado de Tordesillas, esencial para entender la configuración geográfica mundial. Son solo algunos ejemplos de cómo tenemos argumentos suficientes para convertirnos en un referente en materia de investigación histórica, sobre todo en lo relativo a los siglos XVI y XVII. Es verdad que ese reconocimiento es ya notable en materia investigadora, pero debemos buscar las fórmulas que nos permitan transferir ese importante peso investigador a un recurso económico como es el turismo de congresos, en el que todavía tenemos mucho camino por recorrer, y no solo con la historia como eje central de dichos congresos. Pero, además, la historia nos permite fortalecer otros recursos turísticos mucho más populares a través, por ejemplo,
de las rutas históricas o de las recreaciones históricas, fenómeno que vive en la actualidad un auge constante. Una relación que se basa, también en la conservación de nuestro patrimonio artístico: castillos, monasterios, palacios, iglesias, hospitales, casonas, puentes, calzadas… Y en este sentido, la provincia de Valladolid ofrece al viajero apasionado por el llamado turismo histórico y cultural un sinfín de recursos que seguro que no le van a dejar indiferente. No se trata de hacer aquí una relación de dichos atractivos, que seguro que se van a poder disfrutar en las siguientes páginas de este volumen. Pero sí de manifestar el apoyo constante que desde la Diputación de Valladolid vamos a realizar en la promoción de dichos recursos turísticos que hacen de la provincia de Valladolid un destino único. Un trabajo en el que vamos a seguir apostando y desarrollando a través de cinco ejes que consideramos esenciales a la hora de promocionar nuestro turismo histórico y cultural. En primer lugar, la puesta en valor del patrimonio cultural local, lo que incluye ámbitos que van desde su recuperación hasta su promoción. En segundo lugar, intentar garantizar el acceso a los recursos patrimoniales, a través de las ayudas a las oficinas de turismo en nuestros municipios, por ejemplo. En tercer lugar, la creación de itinerarios culturales tematizados, como la ruta de los Comuneros o las diferentes rutas que parten desde el castillo de Fuensaldaña. En cuarto lugar, la implantación de un sistema eficiente y eficaz de señalización turística. Y, por último, capacitar a los recursos humanos implicados en la gestión del turismo cultural, algo por lo que también venimos apostando a través de diferentes foros y acciones formativas. Acciones todas ellas que realizamos en el presente para poner en valor nuestro pasado y para ayudar a que los hombres y mujeres de nuestra provincia sigan construyendo el futuro y la historia de nuestra provincia.
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