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Mi vocación es el aMor

Santa Teresita: una luz en la noche oscura

Descubrir la justicia de Dios

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En el Manuscrito A de Santa Teresita se va conformando la idea del descubrimiento paulatino de la “miseria” que somos cada uno de nosotros frente a la grandeza de Dios. Sin embargo, ese descubrimiento, lejos de reflejar una “derrota”, es en sí mismo fuente de la más grande alegría, pues a través de ese lente es como el corazón humano comprende la justicia de Dios.

5-9, sin embargo, lo aplica directamente a Cristo, con sentido plenamente mesiánico: ‘Porque no fue a los ángeles a quienes Dios sometió el mundo futuro del que estamos hablando, como lo testimonia alguien en alguna parte de la Escritura: ¿Qué es el nombre para que te acuerdes de él; el ser humano para que te preocupes por él? Lo hiciste un poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y honor; todo lo sometiste bajo sus pies… Pero a Jesús, al que fue hecho un poco inferior a los ángeles a causa de la muerte que padeció lo vemos coronado de gloria y honor. Así por la gracia de Dios experimentó la muerte en beneficio de todos. Aquí se implica el sufrimiento que el Salmo no contempla; además con la expresión coronado de gloria y honor, se refiere a su resurrección.

¿Quéalegríamásgrande pensarqueDiosesjusto,es decir,quetieneencuenta nuestrasdebilidades,que conoceperfectamente lafragilidaddenuestra naturaleza!¿Dequé,pues tendríayomiedo?Ah,el Diosinfinitamentejusto quesedignóperdonarcon tanta bondad todos los pecadosdelhijopródigo, ¿nosemostrarájusto tambiénparaconmigo“que estoysiempreasulado”?

Estar “del lado de Dios” es la meta de todo cristiano. El alma pura de Santa Teresita nos lo enseña. Pero también habla de justicia. La justicia divina lo perdona todo si hay un corazón quebrantado, un corazón contrito. Y ese corazón ya no tiene miedo.

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