Apunte: Detrás de los Trastornos de Ansiedad

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APUNTE COMPLEMENTARIO

Detrás de los Trastornos de Ansiedad

Lic. Raúl Pérez Esencias Vibracionales Londner´s Riobamba 118 Piso 5º - 1025 - Cap.Fed. - Argentina Tel: 4952-4756 v Fax: 4954-2852 Email: miranda@londner.com.ar

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DETRAS DE LOS TRASTORNOS DE ANSIEDAD (FOBIAS, HIPOCONDRÍA, ATAQUE DE PANICO Y T.O.C.) (*) Una mirada desde la clínica floral Lic. Raúl E. Pérez errepe02@yahoo.com.ar INTRODUCCIÓN El objeto de este trabajo es aportar un enfoque desde la clínica floral, sobre estos trastornos tan frecuentes en la consulta cotidiana y que, por lo menos en nuestro país, ocupan un importante espacio en publicaciones y notas periodísticas en medios radiales y televisivos. Asimismo, cada vez más, surgen instituciones que se especializan en el abordaje de los mismos, ofreciendo diferentes enfoques para su tratamiento. Asistimos a un “descubrimiento”, en gran medida publicitado mediáticamente, de estos cuadros clínicos, que siempre han existido, y son bien conocidos en la psicopatología. Todos ellos están comprendidos en el grupo de los Trastornos de Ansiedad, de acuerdo a la clasificación del D.S.M.- IV. (Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales). Algunos de ellos han sido remozados y se les ha cambiado el nombre, por ejemplo, la vieja hipocondría, ahora es denominada: Trastorno de Ansiedad por preocupación exagerada en la propia salud. La conocida neurosis obsesiva ahora es: Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Desde la terapéutica floral contamos con excelentes herramientas para el tratamiento de estos y otros trastornos de ansiedad. Sin embargo, pocos pacientes y, menos profesionales de la salud mental, están al tanto de estas posibilidades. No obstante, aun dentro de la terapia floral, debemos ser cautelosos y realizar un correcto diagnóstico, sin apresurarnos. Hago este comentario, porque muchos pacientes se autodiagnostican “ataque de pánico”, quizás mas influidos por la información difusa que circula por los medios de comunicación, que por un correcto diagnóstico. En otras oportunidades han sido diagnosticados por médicos clínicos que les colocan un rótulo apresurado y lo que es peor, los medican con psicofármacos que prácticamente consumen de por vida, aun cuando en muchos casos los síntomas ya han desaparecido. El argumento que estos pacientes utilizan es que siguen utilizando el fármaco “por las dudas”, generándose una doble adicción: física y psicológica. Y también nos encontramos con pacientes que hace mucho tiempo sufren manifestaciones reales de fobia, hipocondría, TOC o ataque de pánico y no han sido correctamente diagnosticados, por lo que su tratamiento es inadecuado o inexistente. Si bien hay numerosas esencias florales en los diversos sistemas del mundo, que permiten el abordaje del miedo y la ansiedad en todas sus dimensiones, quiero centrarme en otro aspecto de la personalidad de estos pacientes que parece haber pasado desapercibida no


solo a los terapeutas florales en general, sino a los “especialistas en el tema” que abordan esta problemática desde las terapéuticas convencionales. Es un aspecto que, por su importancia, nos hace girar la mirada hacia dónde debe centrarse el tratamiento de este tipo de pacientes, dado que el miedo, pánico o ansieda d extrema es un síntoma, que si bien hay que considerar, suele ser una cortina de humo que oculta el núcleo central del problema. Este tema al que voy a referirme, puede explicar el porqué, aun utilizando correctamente las esencias florales para el miedo y la ansiedad, el paciente no siempre experimenta la mejoría esperada. En un principio, cuando comencé a realizar estas observaciones, (hace unos dieciocho años), creía que este factor se daba en algunos casos y que no era, por lo tanto, una regla como para generalizar. Sin embargo, la repetición sistemática del mismo, hizo que cambiara de opinión y me decidió a comentarlo, en principio con algunos colegas y, posteriormente, a escribir este trabajo que hoy pongo a vuestra consideración. Como veremos a continuación, esta observación que voy a plantearles no es algo difícil de detectar, y sin embargo, jamás he escuchado comentario alguno sobre este aspecto, cuando los terapeutas que se dedican a estos temas explican las características de los padecimientos. Se limitan a describir los síntomas y sensaciones que los pacientes manifiestan. De tal modo, cuando alguno de estos pacientes lee algún artículo u observa un programa televisivo donde se menciona su problemática, inmediatamente se “identifica” con las pa labras de los expositores. Más aún, cuando los especialistas hablan de las “causas” subyacentes a estas manifestaciones, suelen hasta minimizar la esfera psicológica, prefiriendo hablar de “alteraciones en los neurotransmisores cerebrales...”, “origen neur obiológico de los trastornos...” y hasta de la incidencia genética. Todos estos factores pueden ejercer su influencia en las modificaciones de la conducta y, en el caso de las alteraciones químicas del funcionamiento cerebral, estas se pueden “compensar” con un fármaco adecuado. Suele indicarse, paralelamente tratamiento psicológico individual o grupal, preferentemente terapia cognitiva. Es obvio que no puede descartarse la incidencia de lo genético y/o alteraciones neuroquímicas en ningún tipo de trastorno humano. Pero también hay que tener en claro, que el organismo no puede hacer nada por sí mismo. En otras palabras: al cerebro no se le ocurre comenzar a segregar determinados neurotransmisores (o inhibir la producción de otros) por su cuenta y sin motivo alguno. Esto ocurre por algo, y ese algo, ese sentido (de toda enfermedad) puede ser detectado y comprendido conociendo en profundidad la historia del sujeto. De ahí el valor del enfoque “clínico” y de la entrevista, herramienta fundamental de todo proceso diagnóstico. Toda persona tanto cuando sufre o es feliz, genera cambios químicos (hormonales) detectables en el organismo. Además, si la mayoría de estos trastornos se reduce a desequilibrios en la química cerebral, cabe preguntarse porque una innumerable cantidad de pacientes consumen por años y años los psicofármacos recetados sin obtener mejoría alguna. En el trabajo clínico con este tipo de pacientes he hallado siempre y sin excepción, además del miedo, ansiedad, tormento mental y/o circunstancias externas que puedan haber desencadenado estos síntomas, rasgos profundamente acentuados de posesividad, carencia


afectiva, sentimientos de exclusión y soledad. En otras palabras, una verdadera “dependencia afectiva”. Si hablamos en lenguaje floral Bach (por el ser el más conocido por todos nosotros), ello nos remite a problemáticas estrictamente Chicory – Heather – Holly. Esto puede comprobarse sencillamente, haciendo una historia clínica detallada, y además prestando atención a las frases que pronuncia el paciente, dado que son absolutamente reveladoras de la constelación afectiva dominante. FUNDAMENTACIONES TEORICO-CLINICAS Las carencias afectivas en todas sus formas de manifestación, son permanentemente halladas en las consultas cotidianas. Para ello los pacientes utilizan una gran variedad de mecanismos, que, en lo más profundo, nos remiten a este tema. La mayoría de ellos son ampliamente conocidos y detectados por todo aquel que se dedica a la terapéutica floral o a la psicología clínica. Citaré algunos ejemplos, tales como la utilización de alguna enfermedad o síntomas aislados para obtener atención y lástima, la proyección de la culpa en los demás para no hacerse responsables de sus propios actos y, además, para influir sobre ellos y manipularlos, el necesitar a alguien para hablar exclusivamente de sus “terribles problemas”, que son mucho más importantes que los del resto de la gente, etc. Hasta aquí, lo ya conocido. Todos los terapeutas florales trabajamos cotidianamente con este tipo de pacientes. Yo suelo agradecer a los demás sistemas florales, posteriores a Bach, el suministrarnos otras esencias para trabajar esta problemática afectiva, que resulta una tarea abrumadora para las tres flores directamente vinculadas a ella del sistema Bach: Chicory – Heather – Holly (las esencias del amor). De ellas solamente, podría escribirse un libro entero. Planteado ya el tema objeto del presente trabajo, voy a fundamentar este enfoque desde varios puntos de vista teóricos y clínicos. Dice Ricardo Orozco en su Manual para Terapeutas Avanzados, del sistema Bach, al referirse a Chicory: “... Este es un ejemplo (no el único) de cómo una flor del sistema rompe un esquema grupal (Grupo I de Bach, “del miedo”), para especializarse en un aspecto temático del mismo. En este caso Chicory trasciende la división miedo conocido/desconocido (Mimulus-Aspen) para hacerse cargo de este temor afectivo. En cualquier caso el miedo Chicory es a la soledad afectiva, a perder influencias y fidelidades, a terminar quedándose sólo....”. Y más adelante, al referirse al diagnóstico diferencial entre Chicory – Heather, agrega: “...Un aspecto diferencial importante es la falta de selectividad en la selección de interlocutores afectivos, lo que demuestra el dramatismo del estado Heather cuando está al 100%. Chicory, todavía puede permitirse elegir en quien desplegar sus patrones, mientras Heather ha perdido todo mecanismo de autocontrol; necesita atención inmediata sea de quien sea”. “El miedo a la soledad en Chicory, se transforma en pánico en Heather”.


“...Los Chicory suelen padecer un número de enfermedades superior a la media. La enfermedad juega para ellos un importante papel en la demanda de atención. Puede servir también de manipulación y en su caso, de culpabilización hacia otros. De cualquier manera facilita la autocompasión, tan presente en Chicory. Naturalmente todos estos mecanismos son inconscientes y vienen motivados por el no saber pedir afecto de una forma mas positiva”. Mas adelante dice: “Heather, es el campeón de los hipocondríacos”. Conocida por todos, es la tendencia a exagerar de los pacientes Heather, los cuales, como dice Mechthild Scheffer: “hacen montañas de un grano de arena”. María Luisa Pastorino, hace un comentario similar al referirse a que Heather, debe incluirse en el tratamiento de la hipocondría, siempre y cuando se observe que esta es un medio del paciente para obtener compañía en forma permanente. En mi experiencia, todos los pacientes hipocondríacos que tuve la oportunidad de tratar en casi veinte años de trabajo con esencias florales, presentaban rasgos ChicoryHeather, sin excepción. Y precisamente este cuadro clínico, consistente en el miedo a padecer alguna enfermedad (orgánica) terrible que pueda ocasionar la muerte, es uno de los temas principales en la “causa” de la mayoría de los síntomas fóbicos, ataques de pánico y/o TOC. Ello ocurre a pesar que la mayoría de estos pacientes se han realizado innumerables estudios clínicos (ya que uno no les basta porque puede estar mal realizado), que demue stran fehacientemente la ausencia de tales enfermedades temidas. ¿Cuál es entonces el motivo por el que, a pesar de la “buena noticia” que significaría para cualquier persona la no existencia de la enfermedad temida, estos pacientes reaccionan negativamente?, como si “necesitaran” la enfermedad. Algunos llegan incluso a ofenderse y a enojarse, porque no son comprendidos (rasgo Chicory-Heather típico), y dicen que, a pesar de los resultados negativos del examen, “algo tienen”. La mayoría de estos pacientes saben que su miedo no obedece a ninguna causa racional, sin embargo cuando se les presenta creen que “el fin es inminente” y que podría sobrevenir su propia muerte, a pesar que infinidad de veces tuvieron la misma sensación y esto no ocurrió. Generalmente, estos episodios “de muerte inminente” duran 30 a 40 segundos, y en otros casos, minutos. Cuando era estudiante de psicología recuerdo a un profesor de psicoanálisis que nos solía decir: “...No existe en realidad el miedo a la muerte, este es una forma disfrazada de miedo a la vida...” Efectivamente, en la mayoría de estos cuadros clínicos se puede apreciar una falta absoluta de protagonismo en las situaciones mas elementales de la vida: madurez, independencia, responsabilidad, (sobre todo en personas jóvenes), que suelen depositar estos roles sobre figuras significativas de su entorno, que terminan “haciéndose cargo”: (la pareja, en otros casos los padres, amistades cercanas y, muchas veces, la figura materna). Ese “miedo a la vida”, a todo lo que ella significa con sus desafíos, con arriesgarse y comprometerse, tarea de la cual nadie está exento, es el “verdadero temor” de estos pacientes.


Sabido es que el principal mecanismo fóbico es la evitación. Por medio de los mecanismos de defensa de la personalidad, estos conflictos se proyectan sobre otros temas que disimulan el verdadero temor central que resultaría insoportable manejar en forma permanente. Así, al desplazarse a otras temáticas, pueden ser evitados en principio, de forma más “cómoda”, aunque luego, como se aprecia en toda fobia, el círculo se va cerrando y la reiteración de síntomas se acentúa (retorno de lo reprimido). Un aspecto importantísimo con relación a estos síntomas, lo constituye el “beneficio secundario de la enfermedad”, que está dado por la “comprensión, afecto y apoyo”, de los seres queridos a los que va dirigido este pedido inconsciente. La “seguridad afectiva” para estos pacientes, queda constituida por esta “protección” de su entorno íntimo, que reasegura esa sed de afecto y, al mismo tiempo, permite “confirmar” el apoyo afectivo con que se cuenta. Sin embargo, los pacientes adultos que manifiestan esta necesidad, no maduran ni crecen emocionalmente merced a este tipo de apoyos. Ello se debe a que sus demandas son realizadas desde un lugar inmaduro (infantil) de su personalidad, donde han quedado fijados. Son “niños” emocionalmente hablando. Además, a la brevedad, volverán a utilizar estos mismos mecanismos para nuevamente demandar atención y afecto. De no existir un tratamiento adecuado, se entra en un círculo vicioso del que nunca se sale y que además puede ser “reforzado” por actitudes de sobreprotección de las personas que rodean al paciente (es que los rasgos Chicory tienen muchas facetas). Al niño, se le puede dar “todo” sin pedirle nada a cambio. Podemos recordar que el Dr. Bach al referirse a este tema decía que: “la paternidad era una labor sagrada, pero temporaria”. Si observamos la conducta de algunos niños con manifestaciones fóbicas, en cierta medida “normales”, según la etapa de la vida que transiten, podremos observar como el abrazo materno (fundamentamente), calma el miedo nocturno, o el que irrumpió en medio de una pesadilla. En otras palabras: el amor es el gran agente curador del miedo (y podríamos decir que de todos los demás sufrimientos). Si el niño se siente contenido, protegido y “nutrido” sus temores se desvanecen, crecerá seguro y confiado y, cuando sea adulto, será responsable de sí mismo. Sin embargo, el tiempo de recibir protección y cuidados, ha quedado ya lejos para este tipo de pacientes que pretenden permanecer en la posición infantil de pedir y pedir, sin satisfacerse jamás y no hacerse responsables de los actos que exige la vida adulta. Sabido es, que a pesar de las carencias que todos puedan sufrir, las personalidades Chicory – Heather son “insaciables”. Es decir, sufren de insatisfacción aún recibiendo ese afecto tan buscado y ello es debido a la incapacidad de “metabolizar” adecuadamente los sentimientos que se reciben de los demás. Por tal motivo, podemos apreciar que este tipo de pacientes, han llegado a una adultez que podemos definir como “incompleta e inmadura” con sus carencias afectivas a cuestas, las cuales seguramente ante circunstancias donde nuevamente se manifiesten, de maner a siempre imperiosa, necesitarán instrumentar mecanismos indirectos para reasegurarse la obtención de la contención afectiva, apelando a conductas regresivas. El miedo, en sus diversas manifestaciones, es una vía extraordinaria para requerir este tipo de demanda, sobre todo si otras manifestaciones sintomáticas ya no resultan tan


eficaces. En los niños que he citado como ejemplo, es de alguna manera comprensible la irrupción de estos mecanismos, dado que están desarrollando su personalidad y es factible por ello observar esta conducta hasta cierto punto. En muchos casos los pacientes Chicory – Heather manifiestan otro tipo de síntomas físicos o psíquicos que son reales y les resultan suficientes para ejercer su dominio y demandas. Pero en el paciente hipocondríaco, estas esperanzas de “hallar” una enfermedad para tales fines se desvanecen por el resultado de los diagnósticos, entonces debe apelar a su fértil imaginación y a los miedos para “cambiar de síntomas” o “crear una nueva preocupación”, siempre basada en el autocentramiento. Se puede apreciar con facilidad como el paciente hipocondríaco mejora en compañía de sus seres queridos o de alguna compañía que resulte significativa para él. Por el contrario, si vive solo, o si quien lo ha venido a visitar se tiene que retirar, “casualmente”, puede comenzar a sentir algún tipo de malestar. Puede decirse que la hipocondría es un tipo de fobia especial, donde los miedos no se proyectan tanto hacia el exterior como en las fobias simples, sino que los “obj etos persecutorios”, son interiores, están ligados al propio cuerpo y pueden desplazarse de un órgano a otro. Se aprecia con facilidad, el incremento del narcicismo lo cual se evidencia en el exceso de autoreferencia al hablar de toda su problemática (Heather). En algunos casos, la obsesión con padecer alguna enfermedad alcanza los niveles primitivos del pensamiento mágico (Aspen – Crab Apple). Esto se manifiesta por ejemplo en aquellos pacientes que no quieren que se les nombre a determinada enfermedad (sobre todo el cáncer), por temor a sufrirla. Aún en el caso de enfermedades infectocontagiosas, los temores mágicos son muy intensos. Recuerdo a un paciente obsesionado con padecer SIDA, que arrojó a la basura un par de zapatillas nuevas, porque una de ellas tenía una mancha roja, que el presumía, era sangre y que “podía hacerle contraer la enfermedad”. Sin embargo, ni esta, ni otras medidas que permanentemente tomaba, lo liberaban de este temor que, como todo pensamiento mágico, se retroalimenta. Hay algunas variantes con respecto a los temas que suelen presentarse, como por ejemplo aquellos miedos que no se proyectan específicamente sobre lo relacionado con la salud, ni con ninguna circunstancia que pueda existir en el medio circundante (como sufrir un robo o alguna forma de agresión). Me refiero al: “miedo a que aparezca el miedo” o “miedo por el miedo mismo” que suele traer aparejado otro temor: “el miedo a volverse loco...”. Estas variedades podrían afrontarse con: Aspen, Saint John’s Wort, Grey Spider Flower, Dog Rose of the Wild Forces y Cherry Plum, (por citar ejemplos). Muchas personas con fobias específicas o trastorno de ansiedad generalizado (TAG), que nunca llegan a tener la intensidad de un ataque de pánico, creen padecer este tipo de manifestación. A veces la sola irrupción de desequilibrios neurovegetativos: palpitaciones, opresión al pecho (angustia), etc., hace “presumir” la inminencia del ataque de pánico o directamente estos síntomas son confundidos con el mismo, sin que este llegue a pro ducirse. Es muy conocido en la práctica clínica, la necesidad de “acompañantes contrafóbicos”, en cuya presencia el paciente se “anima” a enfrentar las situaciones cotidianas que, solo, no realizaría. Incluso este tipo de acompañantes suelen “necesitarlo”, personas con fobias leves. Puede apreciarse que esa compañía es una forma indirecta de “sostén”y “apoyo”, que en


muchísimos casos, no cumple más que un simple acto de presencia. Sin embargo es preferible al vacío que significa la “soledad”. Un párrafo aparte merece la consideración de las fobias que se han originado a consecuencia de situaciones de estrés postraumático, como haber vivido un accidente, distintos tipos de agresión donde pudo estar en peligro la vida, robos, etc. En estos casos puede o no manifestarse la posterior demanda afectiva oculta tras los síntomas. Ello dependerá de la estructura de personalidad previa del paciente. En caso de no darse esta posibilidad, estas fobias o las secuelas que el shock postraumático deje, pueden ser tratadas cómodamente con esencias florales y ello incidirá abreviando el tiempo de recuperación, dado que el paciente no se “anclará” en su problemática, ya que a diferencia de las otras variantes descriptas con anterioridad, el síntoma no es utilizado como beneficio secundario. Resulta llamativo que en la gran mayoría de los casos donde se aprecian fobias intensas, ataques de pánico y TOC, casi no hay existencia de situaciones traumáticas previas que podrían “explicar” el surgimiento y causa de los síntomas. EJEMPLOS CLINICOS Trataré de dar ejemplos breves donde la descripción de los casos ponga de manifiesto lo esbozado anteriormente. Melisa. 26 años. Casada. 2 hijos varones de 4 y 3 años respectivamente. Signo: Escorpio. Fecha de la primera consulta (única): 15-5-03. Melisa se acercó a consultar motivada por su madre (una persona vinculada con temas de salud natural), pienso que lo hizo “para probar” o “por curiosidad” y no por una real convicción en solucionar su problema. Ello puede indicar porqué solo realizó una única consulta, aunque en la misma queda absolutamente claro el postulado expuesto en este trabajo. Comenta que se halla en tratamiento psiquiátrico desde hace un año porque tiene “fantasías de muerte”, cada vez que se le manifiestan síntomas físicos simples. El tema de sus miedos: todo lo relacionado con la salud. Cree que va a morirse. Es intensamente hipocondríaca. Por supuesto que todos los estudios que se ha realizado han salido perfectamente. Ante cualquier sensación simple llama a su terapeuta para consultarlo. Aunque las sensaciones siempre sean las mismas y, finalmente nunca ocurre lo temido (su muerte). Está medicada con Clonax (Clonazepan), de la que toma solo un cuarto de pastilla. Es profesora y dejó de trabajar cuando surgieron los primeros síntomas. Sin embargo el hecho de quedarse en su casa le genera saturación e incomodidad. Es una persona absolutamente absorbente y demandante, con tendencia al dramatismo (dicho por ella). Muy dependiente de todos sus seres queridos: “mi marido  mis hijos  mi madre  mi padre (los dos últimos están separados y a ella le afecta, aunque ambos hacen sus vidas individualmente y sin problemas)  mis hermanos”. Sin embargo el principal objeto de sus demandas es siempre su marido (también profesor), a quien le reclama que tiene demasiada actividad y poco tiempo para ella. A su vez el marido le reprocha que debió incrementar su nivel de trabajo al dejar Melisa de trabajar.


“Siempre hay cruces con mi marido”. La relación con este no es del todo satisfactori a. Asimismo, Melisa es una persona insegura ante lo que debe protagonizar (decisiones, cambios, etc.), probablemente esta sea una de las causas subyacentes que la impulsó a “dejar” su trabajo y los “síntomas” que surgieron en ese momento fueron oportunos y generaron el beneficio secundario, aunque como ella está constantemente insatisfecha, tampoco se siente feliz quedándose en su casa. Pero hay “un detalle más” que gráfica con absoluta claridad la esencia del conflicto. Osvaldo, su marido, fue su novio desde la adolescencia. A los 17 años, éste le fue infiel y, arrepentido, se lo contó. A Melisa esta situación no le cayó nada bien, aunque siguió adelante con el noviazgo y, posteriormente se casaron. Hace ya un tiempo, Melisa tuvo un “reencuentro” con un amigo de su adolescencia, con el cual había vivido un efímero romance en una etapa donde el noviazgo con Osvaldo se había interrumpido brevemente. Sin embargo, en esa época, y dado lo breve de este “affaire”, no tuvo relaciones sexuales con esta persona. Luego, se produjo una reconciliación con Osvaldo, el noviazgo continuó, y esa relación se disolvió. Cuando se produce este reencuentro, Melisa tiene la posibilidad de “cerrar” la historia inconclusa con aquel romance y “vengarse” de la infidelidad adolescente de Osvaldo. Se siente muy bien con esa relación pero este hombre quiere algo más: le propone que se case con él, y Melisa si bien no está feliz con su marido, tampoco se atreve a dejarlo y vivir una nueva relación plenamente... sin embargo mientras tanto continúa con sus encuentros clandestinos y con los reproches y quejas hacia Osvaldo, potenciados por los síntomas de “sus miedos”. Ven que claro es el verdadero tema del conflicto. La receta que le prescribí en ese momento fue: Bleeding Heart – Magnolia – Chicory – Heather – Walnut - Vervain Las cuatro primeras son distintos aspectos de su adicción afectiva y dependencia emocional, miedo al abandono, e insatisfacción amorosa que constituye el nudo central del problema. Walnut la puede ayudar a despegar de la simbiosis y a ser realmente “independiente”, puede ayudarla a elegir el camino que quiera seguir en su vida, pero con la libertad de su propia elección. Por último Vervain, tiene que ver con sus rasgos de vehemencia e impulsividad mal encauzados y con la tendencia a imponer sus caprichos (al igual que Chicory). Melisa no volvió a consultar. Probablemente esperaba una “resolución mágica” de sus “miedos a la muerte”, cosa que los psicofármacos prescriptos desde hace un año no erradicaron. Sin embargo, también “necesita” sus temores para atraer aún más la atención de su marido, ya que con los reproches y demandas que habitualmente ella le hace, no alcanza. Además “curarse” significaría no solo erradicar los miedos, sino y lo que es más importante: deja r de quejarse, volver a trabajar, ser responsable de su vida, madurar afectivamente y decidir qué hacer con su matrimonio y su futuro. Gladys. 37 años. Casada. 2 hijos, una nena de 6 y un varón de 3 años.


Fecha de la primera consulta: 9-2-01. Su motivo de consulta: “Claustrofobia y Pánico”, le surge cuando el marido se lleva a los hijos a algún lado. Se angustia por “no tenerlos”. También es temerosa por su madre, quien vive en una ciudad a 110km. de distancia. En esa época había inundaciones en la zona donde se encuentra el domicilio de su madre. Otro temor habitual en Gladys se genera cuando debe abandonar su casa o punto de referencia, por ejemplo para trasladarse a otro lugar o, directamente realizar un viaje. También es temerosa de la muerte. “La palabra muerte me supera...” Sus síntomas comenzaron a ocurrirle hace 10 años, época en la que: “tenía un trabajo que no me gustaba y no quería trabajar más”. Un día se “descompuso” en el trabajo. “Creí que me moría”. Tiempo después ocurrió un asalto en el mismo lugar y la encerraron junto al resto de sus compañeros, en una habitación. “Tenía ahogos”. Finalmente dejó su trabajo. Ha realizado tratamiento psiquiátrico por este tema y fue medicada con Aropax (Paroxetina), que le hacía mal. Actualmente utiliza Rivotril (Clonazepan), pero sin embargo, con esta medicación sus temores no han desaparecido. Con respecto a otros antecedentes de su vida, Gladys tiene un hermano mellizo, y su parto fue traumático (nació de nalgas). Es absolutamente sensible a todo lo que signifique para ella una sensación de exclusión afectiva. Manifiesta abiertamente tener vivencias de abandono. La soledad, ha sido siempre un tema clave en su vida. “Hablo horas por teléfono con mis amigas”. Desde que dejó de trabajar no realiza ninguna actividad, tiene demasiado tiempo libre y no se siente atraída por nada. Ni siquiera se ocupa de su casa, dado que tiene una persona encargada de ello. Afirma llevarse “super bien” con su marido, que es quince años mayor. Mas adelante se verá que esto no es así, por el contrario, la relación es bastante tensa. Evaluando los datos obtenidos en la primera entrevista, se aprecia que si bien hay una personalidad proclive al miedo, sensible a este tipo de situaciones, también han habido algunas situaciones traumáticas (parto de nalgas), el robo y posterior encierro en su lugar de trabajo, que pueden servir como para argumentar parte de las “causas” de sus síntomas fóbicos. Pueden apreciarse además los nítidos sentimientos de exclusión, abandono y soledad que la paciente refiere posteriormente. Otro detalle importante es resaltar el “beneficio secundario” que sus temores le reportaron, cuando abandonó el trabajo en donde no se hallaba a gusto. La primera receta quedó integrada de la siguiente manera: Rescue Remedy Star of Bethlehem Rock Rose Red Chestnut Chicory

- Para controlar sus “ataques” y estabilizarla. - Como un refuerzo para las situaciones traumáticas vividas. - Para controlar su pánico. - La mayoría de sus temores se relacionan con seres queridos. - Por sus profundos sentimientos de exclusión y abandono.


Segunda consulta: 8-3-01: Comenta que estuvo “más o menos...”. A lo largo del mes vivió dos o tr es situaciones de claustrofobia. Aquí surge que la actitud del marido no es nada contenedora ante sus síntomas. También se detecta en ella un mecanismo de sometimiento a la figura del marido. Este desarrolla como medio de vida una actividad ilegal: es capitalista de juegos de azar clandestinos (quiniela). En esta oportunidad, la receta es la siguiente: Star of Bethlehem - Para continuar trabajando lo traumático, esta vez sin R. Remedy. - Por los temores (se mantiene). Rock Rose - Por sus temores y simbiosis con los seres queridos. Red Chestnut - Por sus sentimientos de soledad, (en reemplazo de Chicory) Heather - Por su temor al descontrol ante la irrupción del pánico. Cherry Plum - Por su sometimiento al marido Centaury Tercera consulta: 6-4-01: Llega y comenta: “mes bastante bueno”. Viajó a una fiesta a la ciudad donde viven sus familiares. Era el cumpleaños de un sobrino. No pensaba ir, por lo angustioso que siempre le resulta trasladarse, salir de su “entorno”. Su hermano la llamó para invitarla. “Me gustó que mi hermano me llamara”. Enfrentó bien el viaje, aunque había varios factores en contra: la distancia, viajar de noche y las actitudes rígidas de su marido, quien la llevó pero se negó a ir a la casa de sus suegros, porque “no los soporta”. Para el viaje de ida tomó una mínima cantidad de Rivotril. Durante el mismo se sintió bien. Además, debe resaltarse que nunca hay problemas de miedo cuando viaja de regreso a su casa. Al otro día del cumpleaños visitó a una amiga, quién en la charla que mantuvieron, le contó un episodio traumático que, algo la asustó, y recurrió al psicofármaco. Se sintió más firme con relación a los límites frente a su marido. Ante una contestación inadecuada le respondió: “Tenés que pensar como me decís las cosas...” En la entrevista comenta que: “Me tengo que convencer que Oscar, está empezando a ponerse viejo”. Se levanta positiva al comenzar el día y no se anticipa desde temprano a expectativas negativas sobre cómo será su día, aunque comenta que teme “ser sorprendida” por el miedo. También manifiesta: “Tengo deseos de ocupar mi tiempo”. La nueva receta queda integrada de la siguiente manera: Star of Bethlehem Rock Rose Red Chestnut

- Se mantiene - Se mantiene - Se mantiene


- Se mantiene - Se mantiene para que continúe fortaleciéndose - Para evitar sentimientos de anticipación

Heather Centaury Aspen

Cuarta consulta: 5-5-01: El día 20-4-02, se le rompió el frasco preparado el mes anterior, o sea que tomó remedios florales durante 14 días solamente, manteniéndose 15 días sin medicación, hasta llegar a la presente consulta. Aquí los resultados son muy buenos. “Anduve bién”. “No me descompuse”. Salió bastante. Manejó su auto (siempre necesita que la lleven). Tuvo oportunidad de realizar otra salida y estaba dispuesta a hacerla, pero se la perdió por conflictos con el marido. Sin embargo manifiesta que “lo tomó de otra manera”, al episodio. A pesar de ello se aprecia que todavía no se anima a “independizarse”, del marido. Podría haber ido sola a esa invitación y no lo hizo. Está realizando otros cambios como no tomar el psicofármaco (Rivotril). Se sigue levantando con optimismo, baila y se divierte (en su casa). Ha disminuido notablemente el temor por sus hijos. Comenta que físicamente se siente bien, solo un poco de tos, pero hay que considerar que consume veinte cigarrillos por día y que fuma mucho más estando sola. (Este es un rasgo muy común en los pacientes Heather, que comen o fuman abundantemente cuando están solos, para tratar de llenar su vacío afectivo). También se anima a enfrentar al marido y llega a manifestarme: “Sé que me tendría que separar”. Reconoce su dependencia: “Tengo todas las comodidades”. “Me doy todos los gustos”. A pesar de una relación tensa con su marido, este le da a Gladys todo el dinero que necesita, y que ella gasta compulsivamente. Ahora tiene previsto arreglar su boca porque está conflictuada con la imagen de sus dientes, por lo que va a concurrir al odontólogo, a pesar que esto también le genera miedo. Quizás sea este el único punto donde no hay reproches ni conflictos. Oscar utiliza el dinero con Gladys porque el también tiene miedo de perderla, ya que es una mujer mucho más joven que él. Sin embargo en lo afectivo, siempre es hiriente con su vocabulario y, como ya fue comentado, nunca es contenedor ante las crisis fóbicas de su esposa. Por el contrario, suele reprocharle que “nunca se cura de eso...”. La receta es la siguiente: Rock Rose Red Chestnut Centaury Chicory Cherry Plum Crab Apple

-

Se mantiene. En cambio he retirado Star of Bethlehem. Considero necesario mantenerlo aún. Sigue siendo necesario. Lo alterno en su uso con Heather, para trabajar las carencias. Por el tema del gasto compulsivo. La incluyo por la autoimagen deteriorada.

Quinta consulta: 8-6-01:


Realizó un nuevo viaje, pero como de costumbre la llevó su marido de cuya compañía no puede prescindir. Durante el mismo se sintió bién. Visitó a una tía que está enferma de cáncer y, esa noche no pudo dormir bién. También volvió a preocuparse por su madre. Está realizando el tratamiento odontológico y le va bastante bién. Solo tuvo momentos de temor muy breves. Cuando la interrogo sobre cuanto le dura su sensación insoportable de “pánico”, me responde que en todos los casos: “tres o cuatro segundos”, y que, generalmente, después no se vuelve a repetir. Manifiesta que, sexualmente, está más predispuesta con su marido, dado que suele replegarse en este sentido ante los conflictos habituales. Vuelve a surgir el apego simbiótico con los hijos. También comenta que extraña a sus amigas (de Buenos Aires) y que donde ella vive, se aburre. Nuevamente se remarca la relación conflictiva con su marido y reconoce su conveniencia de permanecer, aunque “No lo aguanto más...” (este tema además lo habló con una amiga). En esta oportunidad realiza el comentario que utiliza distintos “amuletos”, que en realidad son objetos comunes a los que ella les atribuye ese valor (un libro, su walkman, y un crucifijo), a los que suele llevar cuando viaja. Trato de incentivar la posibilidad que encare alguna actividad que le dé placer, para ocuparse de sí misma, dado que como ya se expresó anteriormente, Gladys no hace absolutamente nada con su vida, ni siquiera realiza las actividades domésticas. No me refiero a un trabajo porque soy consciente que no lo haría. Sin embargo hay en Gladys una actitud de apatía y pasividad, que es parte de su propio “vacío”. En esta oportunidad le receto: Aspen Cherry Plum Heather White Chestnut Wild Rose Sweet Chestnut

- Por el contenido “mágico” de lo que llama sus “amuletos”. - Porque el único “placer” parece ser comprar y comprar. - Por sus carencias afectivas. - Por su insomnio y preocupaciones por la madre y la tía. - Para sacarla de la apatía y aportarle interés por la vida. - Aunque está mejor, teme dar pasos decisivos en su “transformación”.

Después de esta quinta entrevista, Gladys no ha vuelto a consultar, a pesar de los logros y resultados que había obtenido. Pienso que hay dos motivos para comprender esta resistencia. El primero de ellos radica en la disminución de lo que ella llama sus “ataques de pánico”, que ya no le resultan tan útiles como “beneficio secundario”. Con respecto a este punto, recuérdese lo expresado por ella con respecto a que “me doy todos los gustos” y “tengo todas las comodidades”, con relación al dinero que le facilita su esposo, en contraposición con otras frases como “sé que me tendría que separar...” y “...no lo aguanto más”. Es evidente que en la lucha entre estas dos tendencias, ganó la primera, y Gladys elige obviamente la opción más “cómoda”, aunque ello signifique estancarse en su desarrollo vital. El segundo motivo, relacionado con la resistencia, es su pasividad absoluta, y la falta de motivación en la vida.


En la última entrevista le señalé la importancia que hiciera algo con su vida, en cuanto a sus intereses, (el único interés parece ser gastar el dinero de su esposo). Le sugerí que buscara alguna actividad, no necesariamente un trabajo, algún hobby, estudiar algo. Creo que esta última sugerencia no le agradó demasiado, (había que poner manos a la obra), y pudo haber sido la gota que rebasó el vaso. Si sus “síntomas” estaban aquietados y ahora había que girar la mirada hacia el protagonismo, la madurez y la independencia , esto es mucho para ella y, como todo paciente fóbico, el mecanismo es la evitación. Más allá de los conflictos de pareja, que Gladys elude afrontar, si por lo menos canalizara alguna energía creativa, esto podría aportarle algunos matices diferentes a una vida tan vacía. Este “vacío” puede traerle a breve plazo, (si no se ocupa de sí misma) una fuerte depresión con el agregado de las carencias afectivas que arrastra, desde su infancia y en su actual matrimonio (aunque ella las quiere disimular, las ha reconocido). Estas carencias, no las ha trabajado lo suficiente, dado que cinco meses no es un tiempo como para dar por cumplido un tratamiento de esta índole. En estos dos ejemplos citados, puede apreciarse como se cumple y se percibe nítidamente a través de la historia clínica, lo postulado en la hipótesis de trabajo. (*) Trabajo presentado en el Primer Congreso Sudamericano de Terapeutas Florales. Organizado por El Mundo de lo Natural y La Asociación Iberoamericana de Terapeutas Florales. Santiago. Chile. Octubre de 2003. (*) Publicado en inglés, en la página de la FES (Flower Essence Society), de California (USA). Elaboradores de las Esencias de California e investigadores en el campo de la Terapia Floral, que recogen experiencias e investigaciones de terapeutas florales de diversas partes del mundo.

http://www.flowersociety.org/international.htm#argentina

(*) Publicado además en la Red Floral (México): www.laredfloral.com y en la Revista Digital Armonía y Salud (España): www.armoniaysalud.es


TESTIMONIOS ¡Hola Raúl! Me llamo Isabel, vivo en Madrid. Pertenezco a la red de terapeutas florales en la que alguien envió tu estudio sobre trastornos de ansiedad etc. Soy terapeuta floral, además de otras especialidades, y te escribo solo para decirte que gracias a tu estudio, he completado casi totalmente mi "puzzle" person al, relacionado con una fobia que tengo hace unos años. He ido a varias consultas, incluso de terapeutas florales, sin demasiado resultado, y nunca pensé que dos temas muy candentes en mi vida pudieran estar tan relacionados con la fobia. Solamente Neide Margonari, de los florales de Saint-Germain me dió una "receta" amablemente a través de la red, que creo se acerca bastante a la causa de mi problema. Tu estudio ha llegado en el momento oportuno, y como te digo gracias a él, "he desenredado casi completamente el ovillo". Gracias de nuevo. No te cuento más detalle pues no sé si estás interesado en el caso quizás a nivel de tus investigaciones. Si te interesa, te puedo contar, pues como te digo tengo ahora mismo prácticamente todas las claves. Un saludo, Isabel. SEGUNDO MAIL DE ISABEL DETALLANDO SU CASO (El texto en negrita, intercalado con el detalle de sus explicaciones, es mi respuesta punto por punto).

¡Hola Raùl! Como te dije, te escribo a la vuelta de mis vacaciones para darte algún detalle más. En primer lugar, sobre tu pregunta de qué me resonó más en tu artículo, te diré que prácticamente todo, pero por supuesto todo lo relacionado a cuando te refieres a los rasgos de “posesividad, carencia afectiva, sentimientos de exclusión y soledad”. No saber pedir afecto de una forma más positiva. La dependencia emocional etc. que sufren en general estas personas. En realidad, como tú bien dices creo que ese es el verdadero núcleo del problema, donde se pueden asentar otro tipo de desequilibrios, en este caso un trastorno de ansiedad, fobia etc. Yo tomé muchas flores para el miedo sin apenas resultado. Mi problema surgió como respuesta a una serie de “sustos” en carretera con el coche, en los cuales no llegó a pasar nada, pero en los que el coche se fue, perdió el control en dos o tres ocasiones. A raíz de la última vez, empecé a tener unos síntomas que me asustaron por su violencia y falta de control. (llegué a tener una visión totalmente distorsionada de la carretera como cuando drogan a un personaje en una película), pero lo más continuo es el “miedo a perder el control del vehículo”, que hace que cuando voy conduciendo en autovía,


visualizo como el coche va de un lado a otro de la autovía como en un zig zag imposible de controlar. Esos síntomas de visión distorsionada son miedos Aspen, que también se relaciona con las alucinaciones que provocan cierto tipo de drogas que producen estados alterados de conciencia, también las alucinaciones de pacientes alcohólicos en grado extremo (que llegan al delirium tremens). Por otro lado la sensación de miedo a perder el control del vehículo es algo Cherry Plum. Si bien esas dos flores son correctas para esa manifestación, como se desprende de mi artículo y de tu propia experiencia personal, no están “tocando” el núcl eo central del problema. Lo que me llamaba la atención al conducir a partir de esto en la autovía (único lugar donde se da), es el “vacío” tan inmenso que tenía delante de mí, que hacía que perdiera “presencia” y me difuminara, como si no estuviera realmente anclada en mi cuerpo físico y sobre la carretera. Ese “vacío” tan inmenso te remitía a otros “vacíos” que has sentido en tu vida. El hecho de perder “presencia” y difuminarte, es también una sensación tratable con Aspen. Las personas con rasgos Aspen como las de tipo Clematis son “sensibles” y con capacidades perceptivas más allá de la percepción ordinaria y cotidiana. Puede ser real como te han dicho que haya algo así como una encarnación algo debil (a los Clematis les suele pasar), es como si no quisieran estar plenamente en este mundo. En mi experiencia muchas personas Clematis han nacido prematuramente (el parto prematuro es otra situación Clematis) que se relaciona con el futuro, el niño nace antes de tiempo pero con debilidad y fragilidad, generalmente necesita una incubadora, sus primeras horas y días en este mundo se le hacen dificultosos, etc. De todos modos hay que considerar todos los items, en forma integrada y holística. Estos conceptos, si bien pueden ser reales, apuntan a un nivel del prob lema, pero como toda situación tiene varios niveles y todos deben ser considerados. Evidentemente he acudido a varias consultas, y me han dicho diferentes cosas, desde que no estoy bien encarnada, hasta que es debido a una falta de valoración etc. El caso es que teniendo en cuenta que todo esto puede ser cierto, el otro día, estaba en casa considerando la posibilidad de dejar una relación que mantengo actualmente y de repente sentí como una punzada, y un vacío inmenso debajo del ombligo, yo misma me perdí a en ese vacío. Era una sensación de un gran sufrimiento muy profundo. De repente me di cuenta que ese síntoma era parecido a los que tengo cuando voy al volante en la autovía vacía, y ese mismo día llegó tu artículo a mi correo. Esa asociación tuya, de vincular la punzada y la sensación de vacío y que te perdías en el, te va conectando con tus auténticos sentimientos. En las fobias se producen dos mecanismos que son, condensación y desplazamiento.


Tu verdadero sentimiento de vacío, soledad, carencia, abandono, etc., es demasiado fuerte para tener que soportarlo cotidianamente y, como vos misma te das cuenta, tiene raíces profundas que se remontan a tu infancia y quizás a tu concepción. Entonces, los mecanismos de defensa de la personalidad, para permitirte vivir el día a día, “desplazan” esa sensación a otra situación u objeto que nada tiene que ver con lo real u originario y “condensan” esos atributos de vacío, soledad, abandono, que probablemente hayas sentido de tu madre (tu primer y obligatorio objeto de amor) y posteriormente también lo has sentido de toda la familia, en un objeto como tu auto (que simbólicamente puede representar el útero materno, porque es algo que te contiene en su interior). El desplazarse en la autovía representa el avanzar por la vida, pero sola, desprotegida y sin apoyo, por eso da miedo. La combinación de estos dos estímulos (coche y autovía) son suficientes para desencadenar los afectos encadenados a ellos. Por supuesto que esta condensación y desplazamiento son dos mecanismos inconscientes, porque si uno supiera lo que representan, no serviría como mecanismo evasivo. De este modo, podés continuar tu vida sin angustiarte todos los días, pero cuando conducís el coche por la autovía, se “gatilla” el contenido inconsciente y reapa recen las sensaciones angustiosas. Es que el objeto fóbico temido, nunca es el verdadero causante del miedo (solo su representante). Toda terapia debe descubrir el “miedo real” y desenmascarar al “miedo fóbico” que lo está representando. Sin embargo a veces, los miedos fóbicos se van ramificando y multiplicando. Esto ocurre porque la fobia instalada puede no alcanzar para sostener ese miedo básico original y necesita recurrir (siempre en forma inconsciente) a otras condensaciones y desplazamientos, para mantener el nivel de angustia lo mas bajo posible. Pero esto hace que al individuo se le dificulten cada vez más sus acciones. Podría ocurrir que el síntoma aparezca manejando por el centro y ya no en la autovía. O que cuando vayas en otro auto, aunque no manejes también lo sientas, etc. (Estas son posibilidades que no se dan en forma obligatoria), surgen cuando nunca se descubre el “verdadero origen”. La fobia, le va cerrando el camino a temas cotidianos de la vida. Entonces fue como cuando algo se coloca de repente y un montón de piezas se ordenaban dentro de mi cabeza y mi consciencia. Hay muchas cosas curiosas en esta fobia, pues incluso hay un sueño que se me repetía cuando tenía entre 14 y 15 años muy a menudo. Yo iba por carretera a gran velocidad y de repente, me daba cuenta que “yo no sabía conducir”, así que me entraba un gran pánico por parar algo que no sabía parar.


Ese sueño relacionado con no saber manejar, simboliza una inseguridad en “tomar las riendas de la vida” representado en el manejo del auto. Algo “normal” en una etapa adolescente y el miedo a perder el control (Larch-Cherry Plum). Y casualmente en la misma época, me encontré en un estado de profunda soledad a nivel de amistades y sobre todo de amistades con chicos, eso me preocupa ba mucho y caí como en un pozo viendo como otras chicas y chicos de mi colegio salían y se relacionaban y yo no sabía como conseguir eso. Acá volvemos al eje de la cuestión: la soledad, la exclusión. El no saber como hacer lo que los otros hacían obviamente incidía en tu autoestima. No sentirse hábil para realizar algo es también un tema Larch. Esta esencia es muy importante para potenciar todas nuestras capacidades (no solo las laborales). Es para tomar conciencia del “yo puedo”. (También puede ayudar a esto el agregado de Gentian). Me entró una ansiedad terrible y no sabía como pedir ayuda, (en mi familia había una gran falta de comunicación). Una noche me acosté y empecé a sentir un tremendo peso por esa profunda soledad, y no recuerdo como pero empecé a tener unos latidos de corazón a un ritmo frenético, y pensé que iba a morir esa noche. Durante muchas noches me fuí a la cama sin decir nada a mi familia, pero con un miedo terrible de no volverme a levantar, por supuesto con esos latidos tremendos, (que ni sabía como se llamaban ni si era un síntoma típico de ansiedad etc.) Esa gran ansiedad tenía que ver por un lado una angustia fuerte (Sweet Chestnut), agravada por la falta de comunicación familiar, lo que equivale a no poder contar con “protección afectiva”. Esa gran soledad es Heather (Brezo), y también Chicory. Heather representa un agravamiento de la personalidad Chicory, (la carencia es tan grande, que tratamos de sentir afecto o comunicarnos con cualquier persona, de alguna forma). Los latidos cardiacos intensos se relacionaban con esta situación absolutamente ligada a los sentimientos. Si bien la aceleración podría trabajarse con Impatiens, el tema de fondo es Chicory-Heather. Sobre todo la primera de estas dos esencias, tiene relación con lo cardíaco a nivel fisico, y también con los sentimientos, por supuesto. Además tiene que ver con la identidad femenina, materna, etc., pues influye en toda el área ginecológica (pechos, ovarios, útero, temas hormonales, etc.). Generalmente es una flor que tiene mala prensa, pero es una de las pocas en el sistema Bach, para tratar el tema del amor (las otras son Heather y Holly). Uno puede no ser un Chicory 100%, pero haber vivido situaciones Chicory de carencia. Las madres Chicory (casi todas lo son en mayor o menor medida) pueden ser fuertemente sobreprotectoras y asfixiar, o abandónicas (ambos extremos hacen mal). Esos grandes latidos que te preocupaban eran una señal, que “debías escuchar a tu corazón”, en el sentido de “nutrirlo afectivamente”. El cuerpo nos habla en un


lenguaje simbólico, pero como ves, una vez que se lo traduce, es bastante claro y aunque parezca muy poético (como los postulados del Dr. Bach), cuando lo comprobamos en la observación clínica cotidiana es algo real y concreto. En fin como verás hay muchos indicios de que una profunda soledad, carencia afectiva y falta de sentirme conectada e integrada en el grupo estén también soportando todo este problema actual. Por supuesto hay más cosas, pues como te decía creo en el primer email que te en vié, desde hace tiempo, (antes de este problema) intento reconocer y descubrir mi interior a muchos y diferentes niveles. Entre las flores que me recomendó Neide Margonari, “curiosamente” hay algunas para “el sentimiento de rechazo, aquellos que fueron rechazados y abandonados en su infancia”. (Unitatum). (Yo creo que no fue en mi infancia sino antes de nacer, ya que una vez hice una regresión espontánea en la bañera de mi casa y reviví perfectamente lo que ocurrió en algún momento antes de mi nacimiento. Sentí como mi madre estaba con demasiados problemas como para tener un hijo más y estaba muy enfadada con mi padre, tenía mucha rabia por estar embarazada. Yo fui consciente del sufrimiento que se avecinaba e intenté “volver atrás” pero la puerta “estaba cerrada”, así que me encontré atrapada y sentí tal pánico que me tensé y bloqueé todo mi cuerpo como única manera de no ir hacia delante. (Estaba paralizada). Es muy interesante esta regresión espontánea que tuviste y que te “mostró” aspectos claves de tu vida. Yo creo que la puede haber provocado la ingesta de flores ¿recuerdas que estabas tomando en ese momento? y tu conciencia estaba suficientemente abierta como para “captar” el mensaje. También me han recetado el floral Sorgo, palabra clave “Siento un vacío interno y una profunda carencia afectiva”. Sapientum, para personas inmaduras a algún nivel. Leucantha, para solucionar el bloqueo energético en las dificultades de relación madre-hijo. Para los que fueron de alguna forma rechazados por la madre. En fin Raúl, no me voy a alargar más pues creo te he dibujado a grandes rasgos, experiencias muy definidas relacionadas con lo que hablas en tu estudio. La pregunta que quería hacerte, es: Tú que has atendido tantas personas con este problema, ¿has visto realmente una progresión positiva en estos asuntos? Te parecerá curioso que te haga esta pregunta, teniendo en cuenta que trabajo con flores desde hace años, pero realmente en este caso, no lo vivo evidentemente como terapeuta sino como una persona con un problema tal que no sé hasta que punto puede solucionarse una carencia afectiva tan antigua, una soledad tan asentada, ese sentimiento de rechazo, incluso de sentirme traicionada... En mi experiencia no he tenido grandes éxitos... Pero ello no debe porque por lo menos acá en Buenos Aires, la gente puede acercarse a florales, pero la mayoría no quiere saber nada con trabajar los conflictos Toman las flores como algo alopático, las usan, pero quieren seguir viviendo

desanimarte, las esencias subyacentes. igu al.


Por otra parte los pacientes fóbicos son muy reacios a enfrentar sus temas, generalmente buscan en el lugar equivocado y ahí, hacen enormes esfuerzos que no sirven para nada. Por ejemplo: creen que van a morir del corazón, y se lo pasan consultando a los cardiólogos y jamás se les ocurriría plantearse que pasa a nivel emocional. A lo sumo, les agregan algún psicofármaco que “enmascara” más todavía el verdadero problema. Yo compruebo estos postulados que he mencionado en el artículo a diario, y trato de trabajarlos, me da resultado, si el paciente no abandona el tratamiento y se sostiene todo lo necesario. Pero algunos hacen solo una o dos consultas y uno no puede hacer milagros. Pero en quienes se mantienen puede haber resultados interesantes. A veces el episodio fóbico es transitorio y se relaciona con alguna situación que a veces se resuelve sola y vuelve la calma, pero de este modo, aunque el paciente ahora esté tranquilo no aprendió a enfrentar ese tema y le queda una “asignatura pendiente”. Por supuesto hay excepciones, hay pacientes que es maravilloso ver como trabajan, descubren sus cosas, las ponen sobre la mesa, las elaboramos, se les devuelve información y además se intercalan las esencias correspondientes. Esto es válido con cualquier tipo de consulta que se haga. Lo que a mi me sorprende, es que, habiendo tantas instituciones para tratar los Trastornos de Ansiedad en todas sus variedades, no se hable jamás, de los conceptos que yo comento, y que pueden apreciarse, casi a simple vista. Me resisto a creer que gente con experiencia no lo haya percibido. Creo que más bien es una estrategia comercial para tener “atrapado” al paciente largo tiempo, dependiendo de los psicofármacos y la terapia individual y/o grupal que se hace para sostener los casos severos. De esta forma estos pacientes son como discapacitados, que están mejor, pero “tienen miedo a recaer”, y prefieren ir avanzando lentamente y dependiendo (del grupo, el terapeuta, la medicación, etc.). La dependencia del grupo y el terapeuta, bien p uede ser un “bastón” para compensar la “soledad”. Pero toda terapia que se precie de tal, debe fomentar y estimular la independencia y la creación de nuevos lazos sociales y/o afectivos, proyectar al paciente hacia el mundo (al fin y al cabo de eso se trata la vida). Hay otro tipo de pacientes (psicóticos, adictos graves, neurosis graves, etc.), que quizás necesiten contención terapéutica permanente, pero no estos casos en los cuales debiera haber un tiempo prudencial de tratamiento y luego ir de nuevo al ruedo. Por supuesto que con las flores, se puede realizar un tratamiento de mantenimiento en forma permanente, porque las mismas se pueden tomar en todo momento de la vida y no solo cuando se sufre. De hecho, los mejores resultados se obtienen cuando estamo s libres de conflictos y podemos potenciar nuestras capacidades creativas.


Actualmente tomo: Chicory, Sclerantus, Heather, Clematis, Centaury, y en tarro aparte, el floral de Saint- Germain. En fin, espero tus comentarios cuando tengas un poco de tiempo. Pero en tu caso Isabel, veo que estás bien encaminada y ”tomando el toro por las astas”, por lo que puedo pronosticar que obtendrás un buen resultado. Las esencias Bach que estás tomando me parecen correctas ¿cuánto hace que incorporaste Chicory y Heather?. Si bien son perfectas para tu tema, como suelo decir en mi trabajo, a veces resultan insuficientes para trabajar grandes carencias y hay que esperar mucho tiempo o utilizar esencias más potentes. Con respecto a los florales de Saint Germain, los conozco, pero tengo poca experiencia en su uso. Pero por lo que veo están bien elegidos. Tendrás que ver, que te movilizan y me contás. Creo que es muy importante trabajar ese vínculo con tu madre. En un próximo mail me gustaría que me cuentes: tu edad actual, y si esas vivencias ante una posible separación afectiva, las has sentido con otras parejas. Esta clarísimo que la vivencia de soledad la has sentido a lo largo de toda tu vida y nítidamente. Otro detalle: Que otras esencias conocés además de Bach y Saint Germain. Yo me manejo muy bien con las de California (hay muchísimas esencias para complementar tus aspectos afectivos, relación materna, etc.) y también con las de Bush (Australia). Este sistema es muy poderoso y si podés conseguir en Madrid estas esen cias, te recomendaría varias que son perfectas para tu tema, en especial una para el sentimiento de soledad (incluso en el vientre materno o antes de ser concebida) y posteriormente soledad con la familia y los amigos en la adolescencia. Te mando un saludo y te agradezco nuevamente tu atención. Isabel Después de este extenso texto me despido hasta cualquier momento. Escribime cuando quieras que con gusto te responderé. Más allá de tus sufrimientos personales (que comprendo), tu caso es hermoso e ilustrativo y te pediría permiso para exponerlo en alguna clase a mis alumnos (por supuesto con reserva de tu identidad). Cordialmente. Raúl. TERCER MAIL DE ISABEL Hola Raùl! Me ha parecido muy interesante tu percepción de la trama de mi mail anterior. Algunos de tus comentarios han ampliado más mi propia percepción y me han dado un punto de vista más enriquecedor de algunos puntos.


Hay de todas formas varios puntos que me gustaría corroborar y matizar contigo. En primer lugar, tengo 45 años, y sí, he sentido esa sensación de soledad ya cuando han finalizado otras relaciones sentimentales que he tenido. Es prácticamente así siempre, también el inmenso vacío y la sensación de difuminarme de perder presencia, de no saber muy bien quien era yo, falta de consistencia..... Falta de arraigo principalmente, como que nada me retiene o me interesa realmente aquí. Como de "no pertenencia ". Por otro lado, también tienes mi permiso para exponer mi caso a tus alumnos, si como dices te parece ilustrativo y hermoso y desde luego comprendo como utilizas ambas palabras aquí. También me parece muy curioso que hayas comprendido la sensación de ir en el coche en la autovía como un simbolismo del útero materno. Así lo he "sentido" a veces, pues además no te detallé tanto, pero las veces que se me fue el coche, siempre fue a consecuencia de un deseo y un "acto de frenar bruscamente" y esa sensación también se da cuando voy en el coche paralela o anterior a la de sentir el zig zag del vehículo Ese acto de frenar bruscamente es como un impulso interno que no sé muy bien de donde viene, pero la sensación que subyace es la de "inseguridad" a continuar con la misma velocidad, como si algo pudiera pasar de repente, hay como una falta de confianza en "el continuar del camino sin percances ", y entonces viene lo de meter el pie en el freno . Quizás esto lo contemplas cuando me comentas sobre la "inseguridad a tomar las riendas de la vida" en la etapa adolescente y el miedo a perder el control algo normal en esa etapa. ¿Puede que eso no esté aún superado y ese tema aún esté dando vueltas en algún lugar de mi interior / inconsciente? Alguna vez lo he asociado a lo que sentí en la regresión, en lugar de continuar el "camino y nacer", echarme para atrás de repente, arrepentirme de mi decisión bruscament e. Al respecto de la regresión, no me acuerdo qué flores tomaba en ese momento. He tomado mucho tipo de flores a lo largo de los últimos 5 años, pero te puedo decir, que tengo cierta "facilidad" para conectar con otro tipo de niveles energéticos, y no es l a primera vez que hago regresiones casi espontáneas, lo cierto es que esta vez fue muy profunda , muy espontánea, y no me cabía ninguna dudad sobre su veracidad. Las otras, fueron más en torno a "personajes de otras vidas" y esto a veces, no marca tanto. Quizás tengas razón que sea alguien tipo Clematis. Nunca me he sentido realmente comprometida con mi vida aquí en la tierra, suelo dormir mucho, y cuando me he sentido muy sola y desconectada de todo, aún he dormido más. En mis sueños siento como a veces co mo hay energías que intentan "agarrarse" a mí, he luchado literalmente muchas noches para que esto no ocurriera, y he sentido perfectamente sus manos intentando sujetarme, a veces he tenido literalmente ataques de estas energías, y alguna vez han entrado e n mi campo energético, y he tenido que ir a sanadores específicos para que me hicieran una limpieza energética. Ahora sé que son seres perdidos del bajo astral como se les llama normalmente. Entran en mi campo energético pues está demasiado abierto. Y te aseguro que estos no son miedos Aspen, pues ocurre de verdad, hasta que no se tiene la experiencia es difícil de explicar. (A pesar de la aclaración que hace la paciente, estas vivencias, aunque sean reales, también deben ser tratadas con Aspen, que si bien, no las hará desaparecer, brindará más tranquilidad a quien recibe este tipo de percepciones).


Lo he solucionado más o menos con la ayuda de estos sanadores, (que me han dicho que era normal que estas energías vinieran pues yo tenía mucha luz, y ellos v enían como los mosquitos cuando hay una ventana abierta iluminada). Me dijeron que esa fase pasaría tras un tiempo. También me dijeron que yo estaba "muy abierta "a nivel energético y tenía que cerrarme y protegerme más. También me ayudó mucho Saint-Johns Worth (Hipérico), pues leí que era interesante cuando los miedos de Aspen, se hacían realidad, y había pesadillas, dificultad para despertarse etc. Igualmente también he tenido experiencias más "positivas" y a veces cuando duermo sobre todo la siesta, parece como si me encontrara en algún lugar, con mucha luz, y cuando he estado muy cansada , he sentido como algo, encima de mí me ayudaba y me sanaba. Siento realmente que tengo "mucha ayuda" de otros planos, pero también están "los malos"(je,. je) que vienen a molestarme otras veces. Sobre que los miedos fóbicos pueden ramificarse y multiplicarse, has dado justo en el caso, pues cuando la fobia era más severa, también la sentía en la ciudad y también cuando conducía otra persona. Otro dato curioso. Una vez un amigo que hacía hipnosis, me hizo una hipnosis un poco improvisada para ayudarme con la fobia, y realmente en media hora o por ahí, yo sentí que esta, podía desaparecer, y tuve como un momento en que sentí claramente que si la fobia desaparecía, qué me quedaba a mí ¿Entonces vi una inmensa soledad, y "me dí cuenta ", que de alguna manera la fobia, me hacía compañía....No compañía porque me obligara a buscar compañía, sino por sí misma, como un objeto pegado a mí. Al tener la fobia "tengo algo". Es un poco enrevesado, esto que te cuento, pero creo que a lo mejor, sabes de qué te hablo. Por otro lado, las esencias Chicory y Brezo (Heather) juntas, las he añadido, al leer tu artículo, pues las había tomado antes pero por separado. Por cierto tu artículo no sé exactamente quien lo mandó por internet pues lo recogí entre una serie de mensajes que venían de una lista de terapeutas florales, en la que hay bastante gente. Quizás lo mandó alguno de los que organizan la lista. Creo que es: www.florinautas.com En cuanto a las esencias Bush, tengo todas, también tengo prácticamente todas las de California. Me imagino que a la de Bush específica que te refieres es " Tall Yellow Top". En cuanto leí tu correo, empecé a tomarla. Si se te ocurre cualquier otra, pues como dices, Chicory y Brezo (Heather) pueden quedarse cortas, te agradecería me comentaras. En fin Raúl, creo que me he alargado bastante, en plan Brezo, venga a contar y contar, pero realmente, he sentido que tenías una comprensión de mi caso, con una simple carta, más profunda que todos los terapeutas a los que he acudido, con más tiempo e información que tú, en cualquier caso, todos ellos han puesto su granito de arena y han hecho lo mejor que han podido. A todos ellos les agradezco igualmente, pero quizá ahora ha llegado el momento de evolucionar a otro nivel respecto al problema fóbico. Te mando un saludo y te agradezco tus comentarios que como te digo enriquecen bastante mi comprensión. Hasta la próxima, Isabel.


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