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HERNÁNDEZ ALARCÓN

Vivir”, en el entendido que se reconocen como sujetos políticos, no como víctimas ni personas subordinadas; su fortaleza es su capacidad de reflexión crítica y elaboración de propuestas. El Colectivo Buen Vivir sustenta sus acciones de defensa del agua en dos premisas:

En este periodo electoral, en el que sobresalen múltiples opciones partidarias tradicionales sin programas de gobierno encaminados a resolver las problemáticas nacionales, cabe resaltar iniciativas sociales comprometidas con proteger la red de la vida. Ello es importante porque en Guatemala existen enormes desigualdades en la distribución del agua y se carece de políticas públicas encaminadas a resolver las secuelas de la contaminación, la deforestación, la desertificación y la pérdida de la biodiversidad.

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Independientemente de que el panorama esté saturado con llamados al voto, hay agrupaciones sociales que persisten en la búsqueda de cambios mediante la puesta en práctica de iniciativas respaldadas en sus premisas políticas; es decir, lo van construyendo sin depender de alguna opción partidaria.

Ejemplo de esta posición es una campaña de varias organizaciones indígenas y sociales asentadas en diferentes partes del país titulada “Agua para el Buen

Una: “Reconocemos que las personas y todos los seres vivos (animales, plantas, bosques, agua, tierra, etc.) somos parte de la naturaleza, de tal manera que rechazamos cualquier enfoque que tenga como resultado la destrucción, la acumulación y el despojo de los bienes naturales.” Por tanto, rechazan la premisa: “el hombre debe dominar la naturaleza”.

El Colectivo Buen Vivir caracteriza el agua como un bien natural, “no es mercancía”. La califica indispensable para reproducir la vida. Esta premisa se contrapone a los intereses empresariales que hoy dominan la industria minera, las grandes hidroeléctricas, la agroindustria, el área de la construcción.

Dos: un país, como Guatemala, dominado por un sistema que pone en el centro los enfoques capitalistas, las tareas para proteger el agua quedan relegadas porque se contraponen al interés de obtener las mayores ganancias, negando así la vida digna de la mayoría de las personas.

Son entonces las instituciones del Estado las responsables de que exista desigualdad en la distribución del agua, la falta de obras públicas para potabilizar el agua y el saneamiento, etc.; –y por tanto– violan el derecho al agua, reconocido en la legislación nacional e internacional.

BALONCESTO

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