< a ñ o 2 0 > < nú m e r o 1 0 0 0 >
2 8 o c t u b r e a l 1 d e n ov i e m b r e 2 0 1 9
w w w. s e m a n a r io e l r e t o. c o m a c e b o ok : E l R e t o
C iu d a d J u á r e z , C h i hu a hu a D i r e c t o r : S a mu e l S c h m i dt
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28 octubre-1 noviembre 2019 RUBÍ RIVERA
Apuesta por un cambio
emanario “El Reto”, una aventura que empezó un 03 de septiembre de 1999 en Ciudad Juárez, hace ya 20 años y 1000 números. Hoy hacemos un recuento del largo camino que amigos y colaboradores hemos recorrido con este hermoso proyecto. Se escucha y dice fácil, más sin embargo como todo proyecto el cual no sigue la línea de lo “habitual” han sido años agridulces en los cuales hemos trabajado contra viento y marea para lograr plasmar nuestras opiniones, pensamientos e ideas cada semana y poder compartirlo con nuestros lectores. El Reto como su titulo lo dice, ha sido un verdadero desafío ya que desde sus inicios no fue fácil romper con lo establecido y las ideas de que un medio de comunicación no necesita de amarillismo ni nota roja para informar a sus lectores. Ganar un lugar preferente dentro de los medios de comunicación en Ciudad Juárez, conquistar una sociedad apática y escéptica, subsistir aún y sin el apoyo de subsidios económicos y publicidad sigue siendo después de 20 años un trabajo arduo y un reto constante. Sin embargo, con el apoyo de maravillosas plumas las cuales siguen creyendo y apostando por un medio de comunicación libre de compadrazgos, sangre y violencia hoy el Semanario El Reto celebra sus primeros 1000 números. A lo largo de todo este tiempo El Reto
ha informado de una manera objetiva de los eventos más sobresalientes en la escena política como lo han sido los diferentes gobiernos municipales, estatales y federales de diferentes colores e ideologías que en estos 20 años han sido los protagonista principales en nuestro país. La alternancia del PRI al PAN --el cual de la mano de Vicente Fox Quezada lograron que el PRI dejara la presidencia de la República-- después dos sexenios de gobierno panistas en el 2012 se regresa el poder al PRI con Enrique Peña Nieto y finalmente después de gobernar y decepcionar al electorado una vez más el PRI pasa la batuta a otro gobierno de alternancia, en este caso a Andrés Manuel López Obrador. En el Estado de Chihuahua el gobierno de Patricio Martínez, Reyes Baeza, Cesar Duarte y por último la alternancia con Javier Corral. Sobrevivir a la era tecnológica tampoco ha sido fácil siendo un medio impreso, hoy en día cuando todo se basa en
cuantos likes, hashtags, seguidores, nivel de tendencia, etc., tienes en las redes otro gran desafío que se debe de enfrentar. Sin embargo, siempre existe la añoranza del olor a papel, la espera semanal de la portada de nuestro diseñador Alfredo Peñaloza, las Historias Cotidianas de Ricardo León y tantos otros motivos por los cuales El Reto se ha ganado su lugar como un medio de comunicación blanco, franco, sin nota roja ni amarillismo, pero sobre todo honesto. Lamentablemente nuestra edición impresa salió de circulación, hubo que renovarse o morir, y morir no es una palabra aceptada por todos aquellos que al igual que Samuel Schmidt creen, promueven y apoyan el periodismo pensante, honesto y sin precio. El Reto se renovó y entró a la era digital, siendo ahora una edición en línea, sigue luchando contra todo aquello que ha tenido en contra desde su creación.
Tuve la dicha y el honor de ser parte de este maravilloso proyecto desde sus inicios, nuestro número cero, el programa radiofónico dominical en el 1490 del AM y las Tertulias de los Jueves en el Pomodoros. Hermosos 20 años en los cuales tuvimos que enfrentar varias llamadas jamás atendidas, espera en la antesala de oficinas privadas y públicas, correos electrónicos sin respuesta, recortes o cancelación de apoyo publicitario, y tantas otras formas de sabotaje contra este proyecto por parte de políticos, empresarios y pseudoperiodistas. Hoy al ver esta celebración de los primeros 1000 números lo único que puedo decir y pensar es que ¡HA VALIDO LA PENA! Gracias Samuel Schmidt, Alfredo Peñaloza, Pedro Siller, Ricardo León, Margarita Salazar, Luis Castañeda, Carlos Ramírez, Martha Chapa, Marco Antonio Flota†, Antonio Canchola, Ricardo Vigueras, Luis Felipe Fernández, Carlos Spector, Antonio Hermosa, Carlos Angulo, Miguel Molina, El Fisgón, Kamel Athie, Helguera, y tantos y tantos de ustedes que han colaborado con su pluma, poniendo un granito de arena para lograr que El Reto sea un proyecto cuyo fin ha sido informar de una manera objetiva y con calidad. Un honor y mi eterno agradecimiento a todos y cada uno de ustedes, colaboradores, lectores, patrocinadores, sindicato, amigos, etc., ¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS y que vengan muchos números más!
< año 20 >< número 1000 > SAMUEL SCHMIDT
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ace 20 años un grupo de académicos lanzamos un semanario de política y cultura. Sentíamos que Ciudad Juárez necesitaba opciones fuera del periodismo amarillista y que operaba bajo consigna; creamos un medio que presentara análisis político de calidad y mostrara la riqueza de la producción cultural en la Ciudad, lo nombramos El Reto justamente porque no sería sencillo nadar contra una corriente que había apostado por el empobrecimiento cultural e informativo. Surgimos en el contexto de un serio embate de las fuerzas del mal que agredían seriamente a las mujeres y sus familias, y si bien teníamos posturas personales, ahora debíamos abordarlo como medio de comunicación, así El Reto enfrentó el fenómeno de las “muertas de Juárez” que planteaba dos opciones: teníamos que ser tajantes en el rechazo de la agresión y demostrar que la ciudad no era una isla de violencia, que había una comunidad vibrante, trabajadora y pensante que se negaba a ser avasallada por lo que con el tiempo se convirtió en una leyenda negra. Inauguramos un nuevo estilo de expresión y una nueva modalidad de comunicación que con el tiempo se extendió hasta un programa de radio y uno de televisión. El Reto era un medio libre que no jugaba al juego de los cochupos y las extorsiones al poder para que se dijera lo que había que decir. Solamente en una ocasión se nos reclamó un artículo contra el gobernador priista y le recordamos a ese funcionario lo que implica la libertad de expresión. Al parecer hubo callos que se sintieron pisados porque aún antes de salir el número 1 ya se nos atacaba. En el número 1 publicamos el primer ataque con nuestra respuesta. Nos parecía que nos enfrentábamos a la fabula de la cubeta de cangrejos, los de adentro jalan a los que tratan de salir, la diferencia es que ninguno de los que hacíamos El Reto vivíamos del periodismo, todos teníamos fuentes honorables de ingresos, por lo que nos dimos el lujo de hablar/escribir con toda libertad y desbordamos la cubeta. El Reto se convirtió en una voz fuerte en el desierto. Había estudiantes que lo usaban para hacer la tarea, hubo alguien que lo vendía en una cantina aunque era gratuito y hasta de la policía lo mandaban a recoger para llevarlo a casa y tener acceso a un medio que enriquecía culturalmente a la familia. En los 1000 ejemplares nunca publicamos una nota amarillista, ni alguna nota de sangre, solamente una vez pu-
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blicamos un desnudo, para demostrar que se podía mostrar el cuerpo humano artísticamente sin caer en lo burdo del porno. Nuestra portada fue la opinión editorial. Con un manejo sarcástico logramos expresar nuestra opinión sin tapujos, pero no todo mundo comparte la misma versión de la libertad. El Reto se repartía de forma gratuita en escuelas, hospitales, restaurantes y centros de reunión social, un restaurante de mariscos cuyos dueños eran de filiación panista decidió tirar a la basura los ejemplares de El Reto porque la portada llevaba una parodia de Martha Sahagún, decidimos suspender el reparto en ese establecimiento. Otro restaurante lo suspendió para pedirlo poco después porque sus clientes lo pedían.
EL FISGÓN CAUSA DERECHISTA
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La libertad es incómoda y el Partido Acción Nacional decidió tratar de ahogarnos después que publicamos las evidencias de toma de tierras de los opositores priistas del alcalde dirigidas por funcionarios del municipio. El PAN-gobierno hizo lo propio para cancelar El Reto radio y sacarme a mí en lo personal de un programa en Televisa. Al PAN le tomó muchos años llegar al poder pero los que lo encabezaban no lo harían para construir un mejor clima político, mostraron toda la intolerancia que les ahoga la ira de no saber confrontar la crítica inteligente. Nosotros fuimos plurales y publicamos colaboraciones de un guadalupano panista, y de otros, así como de priistas y de la izquierda. En estos veinte años han sucedido muchas cosas en el mundo, el país, el Estado y la ciudad. Pasamos del desastre del PRI, al del PAN, al del PRD y llegamos a Morena, estamos pendientes para ver cómo nos va. Chihuahua ha sido flagelado por la violencia y los malos gobiernos. Los políticos corruptos se han aliado a los criminales y han devastado a la sociedad, y mientras los medios de comunicación caían bajo el embeleso de los fondos públicos, muchos periodistas caían bajo las balas bajo un silencio sospechoso y tal vez cómplice del gobierno. Debido a la crisis El Reto pasó de ser una gran opción impresa en papel a ser una opción en línea, pero siempre seguimos fieles a nuestros espacios de libertad. Poder llegar al número 1,000 se logró con el apoyo decidido de muchos amigos y colegas que encontraron en El Reto el espacio para expresar sus opiniones. Por fortuna hasta un gran libro de Ricardo León salió de esas contribuciones y nos vanagloriamos con decir que algunas (no pocas), plumas vieron su primera luz en nuestra páginas. En este tiempo nos apoyaron varios empresarios, varios gobiernos y a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez le agradecemos su apoyo incondicional permanente. Le agradecemos a los lectores que nos acompañaron, a los que coleccionaron El Reto, su lealtad y su estímulo para continuar bregando en esta lucha por la libertad y la democracia. El camino es arduo y largo y seguiremos poniendo nuestro grano de arena para engrandecer a Juárez, Chihuahua y México.
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n 1999, año de aparición del semanario El Reto en Ciudad Juárez, la palabra más famosa del lenguaje político era cambio. Luego de 75 años de dominio de la élite revolucionaria --de Obregón en 1920 al último año de Zedillo-- aparecía el candidato ranchero Vicente Fox Quezada con su propuesta de cambio. Veinte años después de ese 1999 las cosas --dice la desgastada referencia a Lampedusa y El Gatopardo porque en la noche todos los gatos son pardos-- han cambiado para seguir igual, en el entendido de que experiencias evolucionistas frustradas revelan que seguir igual es haber empeorado por haber malgastado el tiempo en cosas frustradas. De 1968 a 1999 el periodismo se subió a una montaña rusa: apoyar por institucionalización autoritaria al sistema/régimen/Estado priísta, comenzar a minar de manera lenta el Muro de Berlín del PRI y el presidencialismo como la estatua de Lenin, encarar con angustias la sobrevivencia con complicados planes de negocios, seguir dependiendo de los grandes consorcios periodísticos como parte de estructuras empresariales de empresarios ricos, subsistir sin subsidios públicos de publicidad y papel y sin el apoyo de la sociedad, desgastarse en conquistar a una sociedad apática y rebelde contra los medios que la engañaron durante años, encarar a organizaciones criminales que buscaron en los medios la complicidad o el silencio y subirse al ring de lucha superlibre con redes sociales que le quitaron lectores a la prensa. Que no se hagan los priístas y nos opositores: el hecho real es que sin una
28 octubre-1 noviembre 2019 Carlos Ramírez
Veinte años no es nada El reto del periodismo prensa crítica contra el sistema, el PRI y el presidencialismo no hubiera sido posible la alternancia partidista en la presidencia de la república. La prensa crítica y analítica mostró a la sociedad que el rey PRI estaba desnudo. Lo supo Echeverría cuando se convirtió en el primer crítico del sistema y fue atropellado por su propia crítica y rebasado por Excelsior en 1976. Lo entendió muy bien el hegeliano López Portillo cuando calificó a la crítica como el Búho de Minerva que emprendía el vuelo al amanecer después de una larga noche de oscuridad. Nunca lo entendieron De la Madrid y Salinas. Y a Zedillo simplemente castigó a la prensa con el peor látigo del desprecio: el desdén, publiquen lo que les venga en gana, no me importa. La mejor parte posterior al 68 estudiantil, mientras el sistema se autorreformaba de manera autopoiética para sobrevivir a pesar de los políticos del sistema PRI-oposición, fue la conquista de la crítica como función (Octavio Paz en Posdata), no
sólo como derecho. Sin esa prensa crítica desportillando las bases totémicas del sistema/régimen/Estado priísta y con la ayuda de una crisis económica que disminuyó la política social electoralista, Fox pudo ganar las elecciones en el 2000. Y del 2000 al 2018 la prensa no supo descifrar los códigos de la realidad política entreverada con la realidad tecnológica y el internet le ganaron la partida. Bueno, ganaron por ahora. La dinámica de los mensajes c ibernéticos no conforma un modelo de información; las redes de comunicación vía internet no implican la concientización de la realidad, sino en su mayor parte sólo refieren la socialización de los pánicos individuales. Un tuitazo vale más que una conclusión razonada, la tendencia en redes --número de vistas-- sustituye a los lectores, los followers suplantan a la ciudadanía. El dilema de los medios es pasar de versiones impresas a digitales con el mismo formato y formas de lectura en dispositivos electrónicos o de plano abandonar el modelo de diario y quedarse
sólo en textos de lectura dispersos en secciones de páginas web. En lo político, pasamos del pasmo priísta al desafío de la alternancia panista y regresamos, no sin decepción, aunque sin rubor, a la alternancia al revés: del PAN al PRI. Ahí, ese 2012, la sociedad mexicana definió su destino. Decepcionada con el gobierno de Peña Nieto --que era, por Dios, previsible--, en el 2018 quiso retrotraer el reloj al 2012 y votó por el López Obrador del 2012 con la esperanza de que fuera un regreso al PRI bueno, al PRI social, al PRI preocupado por la estabilidad. Y en esas estamos, sin que haya medios confiables que reflejen el lado real de la realidad, porque PRI, oposición y redes nos quieren confundir con una realidad de parodia, cuando, como Alicia, queremos ver la realidad detrás del espejo de los medios. Veinte años no es nada, dice el tango. Pero lo que importa no es lo que pasó sino los tiempos que vienen. Y ahí, en ese futuro nebuloso de hombres en la oscuridad (Hannah Arendt), vemos a medios que no ven y los que ven carecen de capacidad para ser vistos. Con todo, vienen tiempos difíciles, inciertos, sin expectativas porque las esperanzas de las mayorías ya se agotaron. Y ante esos tiempos que suelen procrear nuevas dictaduras, ahí los medios tienen la función sencilla de siempre: decirles a los lectores que la realidad es la real, no la que aparenta serlo. Ahí está el reto del periodismo retro de El Reto.
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< año 20 >< número 1000 > H I STO R I A S COTI D I A N A S
Ricardo León García
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No lloro, nomás me acuerdo
ara nadie es un secreto el hecho de que estamos viviendo un tiempo preocupante debido a los desquiciados sistemas climáticos. Llueve como nunca en muchas partes mientras que, en otras, las sequías son terribles. Inundaciones al estilo del buen Noé, granizadas cual terror lapidario, vientos arrasadores y calores infernales mientras los fríos congelan las pocas neuronas que nos quedan, porque las demás ya se licuaron por toda esa porquería que respiramos. Los gases de efecto invernadero en buena parte han sido los causantes de muchos de estos problemas. Hemos quemado combustibles fósiles que da gusto desde hace doscientos años con tanta avidez, que parecería que debíamos terminar con ellos antes de que vinieran de las galaxias vecinas a arrebatárnoslos. Sospecho que lo seguimos creyendo, porque percibo una prisa atroz para que se acaben de una vez. Las alarmas al respecto se encendieron hace cuatro décadas –o más. Teníamos el tiempo suficiente para enderezar el rumbo, pero han sido más poderosos los intereses financieros que promueven la destrucción masiva del planeta que el recuerdo de que alguna vez tuvimos un futuro en la cabeza. Al mismo tiempo, esos promotores del apocalipsis adelantado nos han hecho pensar que no podemos vivir de otra manera y, convencidos, a diario contribuimos para terminar de una vez por todas con todo cuanto haya de pie. “Que chingue a su madre el mundo, al cabo soy marciano”, me dijo hace poco un vecino recién llegado al barrio, un poco rarillo, por cierto. Ah, pero al ser tolerante con las alteridades, preferí seguir mi camino con un firme “¡Que la chingue!” El mundo está pagando la factura de todas nuestras pendejadas. El que se sienta exento de responsabilidad, que lance el primer piedrazo, solamente que no se vaya a ensuciar la mano por confundir la roca con alguno de los recuerdillos que dejan millones y millones de inocentes mascotas como las que pululan por doquier, echando más fuego a la hoguera. Forman parte de nuestras pendejadas y se reproducen con singular alegría, azuzados por sus amos que con el pretexto de paliar la soledad o ser útil a alguien, contribuyen a que este mundo se vaya a Chihuahua a un baile… tanda tras tanda. Seguramente usted es de los que culpan al gobierno de cualquier estupidez. En efecto, nos han demostrado su constancia y congruencia, permanencia y porfía. Pero ya nos acostumbramos a ponerlos donde están y dejar que hagan lo que les venga en gana. Sabemos que están para servir(se)
con la cuchara grande por lo que permiten que todo mundo se pase las leyes por el arc de Triomphe. Con su venia, los canadienses pueden abrir mortales minas a tajo abierto donde sea, sin importar el futuro de quienes están alrededor. Todo sea por el progreso y el empleo para los ciudadanos. Ah, pero no solamente canadienses, quien le llegue al precio lo puede hacer, aquí no se discrimina a nadie, ¡faltaba más! Nos enorgullece que nuestro gobierno promueva la utilización de vehículos automotores que queman diariamente toneladas de hidrocarburos. La industria automotriz nacional [un sic orinado de la risa] siempre ha estado y estará a la vanguardia en generación de empleos y casos de cáncer provocados por cuanta porquería lanzan al ambiente. Para redondear sus éxitos, seguiremos comprando derivados industrializados de petróleo mientras que secamos las entrañas de la tierra para que sean las malditas trasnacionales petroleras las culpables de terminar con nuestro oro negro. Ah, pero también destruiremos miles de hectáreas de humedales para construir Dos Trompas –o como se llame– para demostrarle al tristemente célebre Comandante Borolas que
HELGUERA CULIACÁN
¡sí se puede! y que cuando se decide construir una refinería, no se levanta solamente una sección de la barda perimetral. La transparencia y la rectitud ahora están al servicio del fin del mundo. Garantizaremos que todo mundo pueda seguir aportando sus granos de arena en la destrucción de lo que resta de planeta haciéndonos pendejos a la hora de reordenar el transporte público. Siempre será mejor que en cada familia haya dos, tres o cinco o un chingo de autos para no tener de sufrir en los camiones, ruteras, microbuses o peseras que circulan con toda impunidad vaciando venenosos gases que contribuyen a diario a seguir rompiendo cadenas alimenticias, equilibrios ecológicos y cuanta madre. Apapachamos a nuestros empresarios que siguen empacando sus mercancías en toneladas de plásticos, sus comidas en envases de unicel. Bravo por todos aquellos que tenazmente se adhieren a la modernidad utilizando semillas modificadas genéticamente, ayudadas a producir bonches de alimentos con agroquímicos prohibidos en todas partes –aunque en realidad se sigan usando en todas partes—y protegidos con insecticidas que han terminado casi con la población de aves, abejas y otros insectos primordiales en la polinización de las plantas. Seguimos haciendo patria al consumir sin ton ni son esa carne de animales engordados en pastizales que alguna vez fueron selvas o con alimentos procesados a partir del uso de millones de litros de agua para tener vacas, pollos, cóconos, salmones y truchas tan artificiales como las presentadoras de la televisión o el gobernador del Estado de México. El colmo es que cuando compramos carne procesada está atestada de soya transgénica, desperdicios de los propios animales o sustancias químicas que evitan que sea evidente su composición. Mientras tanto, para evitar pensar en tantas fregaderas que ocurren a nuestro alrededor, hacemos lo que nuestras mascotas: tragamos basura, cagamos donde caiga y nos reproducimos a lo pendejo. Las bendiciones con las que repoblamos el planeta a todos nos traen felicidad, acompañada siempre de miles de pañales desechables, envases y popotes plásticos como para rellenar la falla de San Andrés y más y mejores motores de combustión interna con los que podremos ir a Shanghai Sumatra en el momento que deseemos y, a veces, hasta sin darnos cuenta. Así de pendejos somos y en el camino andamos ¡Mil! A pesar de todo.
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28 octubre-1 noviembre 2019 Ú LTI M A I N STA N C I A
Carlos Angulo Parra
Dudas sobre lo que pasa en la SCJ
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os padres fundadores de nuestra República escogieron a esta con todas sus características esenciales: una república democrática, representativa, federal, con división de poderes que se eligen con el voto universal y directo de los ciudadanos. La única excepción a la elección directa de los ciudadanos es a los integrantes del Poder Judicial. Esto es explicable por la naturaleza de su función que es la dirimir controversias entre particulares y entre el Estado y los particulares, así como la de interpretar las leyes. Considerando que la soberanía es la facultad de decidir en última instancia, aunque no hay norma que aplicar al caso concreto, y que nuestra soberanía emana del pueblo que decidió tener una república como forma de gobierno, con las características arriba mencionadas, podemos decir que el pueblo cedió dicha soberanía al orden constitucional. Es decir, la Constitución establece las reglas de cómo se debe ejercer dicha soberanía. En nuestro sistema de tres poderes, no podemos decir que ninguno de ellos es soberano, ya que el pueblo decidió vivir en una Republica con régimen constitucional, por lo que los Poderes de la Unión, que son el Ejecutivo, representado por el Presidente de la República, el Legislativo, integrado por el Congreso de la Unión, que se conforma en dos Cámaras, una de Diputados y la otra
de Senadores, y el Poder Judicial, representado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ejercen sus funciones y tienen las facultades que les otorga la propia Constitución. Pero el único Poder que puede interpretar la Constitución y decidir en última instancia, aunque no haya norma que aplicar al caso concreto, es el Poder Judicial, a través de la Suprema Corte de Justicia (“SCJ”). Recientemente, el propio Constituyente Permanente (integrado por el Congreso y las Legislaturas de los Estados), cambió la Constitución para introducir a los tratados internacionales como parte de nuestro orden constitucional. De ahí estriba la gran importancia que tiene la SCJ en el desarrollo de lo que hace el gobierno. Cuando el Ejecutivo se extralimita en sus facultades constitucionales, el Poder Judicial puede ponerle freno a sus decisiones. Cuando el Congreso se sale de las facultades que le otorga la Constitución, el Poder Judicial puede detener su ejecución, y
dentro de dicho Poder la SCJ es la que decide en última instancia. Ahora bien, la propia Constitución faculta al Ejecutivo a participar en la designación de los integrantes de la SCJ, que son 11, a través de proponer al Senado una terna (tres candidaturas), mismas que se tienen que aprobar en 30 días, y si no lo hace, el presidente designa al nuevo ministro dentro de la terna. En caso de que el Senado rechace la primera terna, el Presidente debe presentar una segunda terna, y si no hay designación dentro de los 30 días de su presentación el Presidente designa al ministro dentro de la segunda terna. Ahora se nos presenta el caso del ministro Eduardo Medina Mora, quien renunció con una escueta carta presentada ante el Presidente. La Constitución señala que únicamente se admitirá la renuncia en casos “graves”, si el presidente así la califica y acepta, pasa esa determinación al Senado para su aprobación. Es del conocimiento general que Medi-
na Mora ha estado sujeto a investigaciones por un supuesto lavado de dinero. En junio el Ministro presentó una carta aclarando que las cuentas que se le atribuyen son personales y en pesos y que la UIF erróneamente las consideró como que eran denominadas en Euros y en Libras Esterlinas. Al respecto, nos surgen muchas dudas, la mas importante es que si el Ministro está involucrado en la consecución de un delito, la mejor forma de protegerse es permaneciendo en el cargo pues goza de fuero conforme al artículo 111 de la Constitución, por lo que salta la duda de si hay una especie de pacto de impunidad para que el Ministro renuncie. Es claro que Medina Mora es un Ministro incómodo al Presidente, que es proclive a EPN y al PRI, aunque haya sido Procurador y Embajador con Calderón, por lo que si esta renuncia es un movimiento político para que AMLO agregue un Ministro más a la SCJ que sea proclive a él, es un paso adiciona que se toma, ahora para tomar control de las acciones de inconstitucionalidad que impiden al Poder Legislativo hacer leyes que violan la constitución. Nos queda esperar qué es lo que pasará con Medina Mora, porque si desaparecen o se “aclaran’’ las denuncias en su contra, será claro que hubo un socavado pacto.
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< año 20 >< número 1000 > Antonio Canchola Castro
Lo que México merece
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stoy seguro que las organizaciones tienen una lengua y que también se la muerden cuando declaran. Es el caso del organismo No más Derroches, que se podría renombrar como Nomás Derroches. Sería deseable que pudieran comprender los motivos ecológicos, técnicos y financieros que llevaron a cancelar las obras del llamado Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), que se construía en el ex vaso del Lago de Texcoco. Una zona de más de 15,000 hectáreas que desde hace décadas se ha buscado recuperar en aras del clima y la temperatura de la zona metropolitana del valle de México. Las vocaciones ambientales regionales no se pueden redimir con certificaciones verdes. Ellos pregonan que fue una decisión unipersonal y caprichosa, aunque se trató de un acto corporativo basado en argumentos y razones ya publicados. Me asombra que no hayan logrado discernir el ámbito de la decisión y hayan emprendido una lucha procesal basada en múltiples autoridades presuntamente responsables, promociones, fojas y suspensiones y no en los méritos del caso.
Derrochan capacidad histriónica cuando en el coro de los sanedrines jurídicos, desgarran sus finas vestiduras y elevan sus manos a los cielos, apelando al estado de derecho, a la ley y a otras deidades a las que públicamente dicen adorar y despotrican en contra de la autoridad legítima del Presidente de la República, quién ofreció antes y durante su campaña electoral, cancelar la obra faraónica y privilegiar acciones prioritarias en favor de mayorías. Ellos, que incensaron a presidentes previos, hoy se muestran asustados del mando ejecutivo, del cumplimiento de un compromiso de campaña del que somos acreedores los muchos millones de votantes, y claman a las puertas de los jueces alegando que su derecho al confort, al buen gusto y al solaz han sido conculcados. Comprendo que su erudición jurídica, así como un compendio de ardides, les han llevado a ostentarse, mediante respetables quejosos de paja, con la legitimidad procesal y jurídica bastante para reclamar que sus presuntos derechos han sido violados y colocan sobre los rieles del
gobierno legítimo cientos de expedientes para intentar descarrilar las decisiones necesarias aparentando la defensa de derechos humanos pero encubriendo quizá especulación territorial y negocios privados. Me dirán que es una lucha; séalo pues con todo lo que ello implique. Que cada quien cobre sus apuestas como las haya casado. No obstante la dimensión financiera enorme que esta obra implicaría, la cual por demás, no estaba ni de lejos resuelta a menos de endeudarnos más y de comprometer el presupuesto federal de varios años, ellos tienen la insensibilidad para defender que, rodeados de varios municipios paupérrimos, requerimos de una arquitectura de autor para el aeropuerto de clase mundial. Ellos insisten en que México merece un aeropuerto con una cascada o un bosque tropical en su interior como Singapur, Beijing o Estambul. Siguen fascinados con los parangones foráneos emergentes sin fijar la mirada en nuestra realidad y carencias. Tenemos un aeropuerto que no obstante el descuido deliberado de que fue objeto, funciona con decoro. Este afán de grandiosidad nos recuerda aquél mantra que dice: ”Yo merezco abundancia.” En los datos que de seguro ellos tienen en su servilleta, no encontraremos cómo establecen una conexión entre la desigualdad social y el despliegue arquitectónico; entre las carencias educativas y los cientos de posiciones de embarque; entre el empleo informal y las enormes pistas de aterrizaje y despegue; entre los millones de pasajeros y los millones de marginados. No es posible que el desarrollo del país pueda hacerse depender de la construcción de un solo aeropuerto que se erguiría sobre el lago exprimido como un coloso… ¡pero con los pies de arcilla! y esto no es una metáfora. Que lo reiteren los geólogos. Ellos, con el debido respeto, derrochan inconciencia al articular exigencias de clase en nombre del pueblo mexicano, al que tal vez apenas conocen y con el que no pueden identificarse, como la de contar con un aeropuerto fastuoso que deje boquiabiertos a los visitantes. Al fin y al cabo, la miseria es solo una percepción o acaso una cifra en la esquina de un papel. La ocultan y ya no existe. Llegan los turistas y los inversionistas, salen de los aviones y recorren embelesados un largo pasillo telescópico con cristales translúcidos y desembocan sin ser incomodados en las playas doradas o en los centros financieros. Merecer es tener un derecho. Nuestro país no puede más seguir modelos que han demostrado su insuficiencia para evitar las brechas sociales. No requiere llevar a cabo obras monumentales que nos coloquen como competidores de otras naciones con realidades distintas en un vanidoso benchmarking. Y ya que merecer es tener derecho, México, su población entera, merece igualdad, bienestar y justicia. Esa es la construcción imprescindible que todos tenemos por delante por los próximos años.
U LTI M A L L A M A DA
Lo público y lo privado El presidente de la Suprema Corte de Justicia abre la caja de Pandora y al parecer se espanta por lo que hizo, o se arrepiente porque sus dichos lo obligarán a ser transparente, algo que no se estila en el poder judicial. Cuando le piden que haga precisiones sobre sus dichos, que se refieren a presiones políticas del poder ejecutivo, recurre al gastado argumento de que las cosas que se dijeron en privado ahí se quedan. El problema es que lo privado no existe cuando se trata del Estado y mucho menos de acciones indebidas de un poder tratando de influir sobre otro poder. Cuando un funcionario defiende al gobierno de la época (Calderón) por haber tratado de influir a la Corte, nos dice que solamente hizo comentarios de referentes jurídicos, el problema es que viniendo del Secretario de Gobernación, son opiniones políticas que ahora se trata de disfrazar de jurídicas. En el autoritarismo mexicano, manejado por todos los partidos, los poderes, incluidos los de los Estados, se someten al presidente y en los Estados se someten al gobernador. Por supuesto que eso no es democrático aunque así lo reclamen los políticos para darse legitimidad. La Suprema Corte, igual que el resto del Estado, está llena de vividores, de corrupción, de nepotismo, fueron los primeros que se negaron a cumplir la ley que limita sus salarios, bajo el muy poco honesto argumento de que si lo bajan podían corromperse. Ha sido un instrumento en manos del presidente y juega a sostener al poder político y al sistema autoritario. Destapar la olla de porquería en que se ha convertido el poder judicial es sano para avanzar en la limpieza del país. Lo mejor sería una remoción generalizada de ministros y magistrados e ir bajando para poner jueces que lleven aunque sea una gota de honestidad en las venas. Sin eso, todo será una vez más simulación y la continuidad de la impunidad.
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28 octubre-1 noviembre 2019 Margarita Salazar Mendoza
La impunidad campante
i de forma inédita, ni novedosa, las muertes violentas en nuestra ciudad se suceden, una tras otra, constantes, desde hace varios años. Se han documentado más de mil personas asesinadas en lo que va de este 2019. Entre todas esas muertes están las de las tres niñas que perdieron la vida en un rancho cerca del fraccionamiento Riberas del Bravo. Así mismo, se cuenta la muerte de la pequeña de tres años que fue asesinada el último día de julio en la colonia Los Ojitos, cuando dos pistoleros atacaron a su padre; con ellos viajaba su hermano de cuatro años; el padre por cierto es un hombre muy joven. Otra niña, esta de seis años, murió dentro de un kínder pues recibió un disparo cuando unos pistoleros acribillaron a un hombre en la puerta de la escuela en la Colonia Terrenos Nacionales. No son los únicos infantes que pierden la vida de manera violenta. Informan las autoridades que desde enero del año pasado más de cincuenta criaturas han muerto en circunstancias similares. Esos delitos, como tantísimos otros, múltiples hechos delictivos quedan impunes en nuestra ciudad. Desgraciadamente tampoco nos causa ya ninguna sorpresa. Todo se normaliza, incluso asuntos tan trágicos. Lo grave de todo esto es que las estadísticas se incrementan, pues los responsables de tales crímenes no son encontrados y por lo tanto, no son castigados. Es decir, campea la impunidad. Pero la impunidad no sólo reina en esta región, el país entero la sufre. La revista Forbes publicó en meses pasados que son cinco los estados en “doble rojo”, en otras palabras, “que superan por más del doble el promedio nacional de asesinatos”. Encabezan esa lista Colima, Baja California, Chihuahua, Guanajuato y Morelos. Siete estados más están cla-
sificados en “rojo”: Guerrero, Zacatecas, Michoacán, Jalisco, Sinaloa, Tabasco y Sonora. Sabido es que en la Ciudad de México los delitos se han disparado este año, asesinatos, balaceras, ataques a mujeres, robos en plenas vías rápidas… y así por el estilo. Por otra parte, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia menciona un mecanismo llamado Alerta de Violencia de Género
vivo. Nos lamentamos amargamente de la impunidad. Ni el Fiscal General y sus agentes, ni el Presidente Municipal ni la policía han logrado detener y mucho menos erradicar las conductas dolosas. Tal parece que cada delincuente que ronda por las calles puede hacer libremente lo que le venga en gana. Es cierto, lamentablemente. Y nos quejamos, a diario. ¿Se ha preguntado usted quién es el hombre que tan fácilmente dispara una pistola para herir o matar a otro ser humano?
Favia Lucero/desde el otro lado
contra las Mujeres, cuyo objetivo es “enfrentar y erradicar la violencia feminicida en un territorio determinado”. Dicha Alerta se ha declarado ya en diversos estados, entre ellos figuran el Estado de México -el primero en declararla en todo el país-, Morelos y Jalisco. Tal declaratoria ha resultado un mecanismo ineficaz, no detiene los asesinatos de mujeres y tampoco ayuda a detener a los agresores. De nuevo, la impunidad brilla, y no por su ausencia. Pero regresemos a nuestra ciudad, que es la que me importa, porque aquí
Esos delincuentes también son personas, y como tales, fueron niños y estuvieron a cargo de otras personas, fueron educados, se les mostró cómo conducirse, alguien alentó sus deseos, sus ilusiones. Aprendieron a tomar de una forma u otra lo que apetecían. Por ejemplo, impunemente se les permitieron pequeñas acciones que parecían menores, quizá faltaron a la escuela o no cumplían con las tareas, es posible que no hayan llegado al nivel de conocimientos que se marcan como objetivo en un programa escolar, y aun así consiguieron un certi-
ficado de primaria. Y lo anterior vale para cada nivel escolar. Quizá sus padres se esforzaron en darles lo que ellos no tuvieron, un teléfono celular que podían utilizar en su salón de clase; quizá sus madres, para que los pobres niños no tuvieran que caminar, los recogían justo en la puerta principal de la escuela, estacionadas en doble fila hasta que los chamacos llegaran y subieran al auto. O quizá, una mañana en que se les hacía tarde, el padre tuvo que acelerar, pasar semáforos en rojo para llegar a tiempo a la escuela. ¿Nadie tiene la autoridad para decir a tal madre o a tal padre que esas acciones no están permitidas? ¿No se llama eso también impunidad? Y qué decir el profesor que impunemente falta a sus labores diarias, ese profesor que no preparó una clase, que no tuvo paciencia para enseñar a los niños que están a su cargo, a leer, a sumar, que dejó el grupo solo porque se cansó, que no sabe tener control de grupo porque su profesión ni le interesa, ese profesor que se señala a sí mismo como tal porque en los recibos de nómina tal término aparece… Y qué decir del gobernador que con total impunidad se embolsa uno o dos millones de pesos, o de los adolescentes que tienen derecho a divertirse con potentes bocinas a costa de los oídos de quienes los rodean, o del pobre individuo pobre que no tiene para registrar su automóvil y circula sin placas, o de ese constructor que levantó casas de interés social que luego se inundaron porque las edificó sobre una laguna seca que no se mantuvo seca cuando llegó el aguacero… Cualquier conducta por indebida que sea, queda sin castigo en nuestra ciudad. Lo sabemos y nos vale un sorbete y nos aprovechamos cuando la oportunidad se presenta. ¿Y así nos quejamos de la impunidad?, ¿tenemos la autoridad moral para juzgar nuestro ambiente de impunidad?
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< año 20 >< número 1000 > Luis Castañeda
Juan Armando Rojas Joo
La época de las creencias
Desde el diván fragmento
E
Aquí, donde convergen los dos ríos, beso la zona fértil de tu tierra, yo en sus aguas purifico mi cuerpo. De los anhelos soy un alquimista, de la ilusión un corazón purpureo, yo soy el alquimista del silencio, yo soy Amín, la luna del desierto. Si mensajero el viento ¿quién te evoca? ¿qué diáfana oración en el diván se traza cuando sueñan los poetas? Qué extensa es la noche del lucero, será tu corazón cuando respira, la media luna que brilla en el templo, el cielo en que los astros se iluminan. Absorto por la magia de tus ojos, si faros de engañados corazones, llorando y en el viento suspendido, exige que la ofrenda sea la luna. Qué hermosa la noche de tus ojos, señales que descifra el talismán al cielo imploran: quieren existir.
Alex Briseño/centro cdjz
nuestros avances espaciales, nuestro cuestionamiento cultural, el estudio de género, la interconexión económica, entre tantas otras cosas, nos ha llevado a organizar un nuevo esquema psicológico, (¿Epistemología?), pero organizar no significa entender. Uno de los problemas de vivir en una época de creencias es que no se puede dialogar y llegar a un acuerdo. Donde la creencia es lo más importante, sólo se puede confrontar y convencer. De ahí que los presidentes, o cualquier persona en el poder hoy en día, se dedican a convencer y no a dialogar. Los accesos a los medios de comunicación se convierten en esenciales. La televisión, el Facebook, Instagram, Twitter, y demás, se convierten en fuentes de convencimiento donde se puede decir, sin derecho a cuestionar, lo que se cree y lo que se cree es la verdad. La evidencia ha muerto y no cuenta con espacio. La autoridad es entonces, personal. Todo mundo tiene derecho a decir y creer lo que quiera sin importar las consecuencias porque después de todo, alguien en algún lado cree lo mismo que pienso y yo creo. En nuestra historia humana, ya hemos pasado por muchas épocas donde nuestras creencias son lo más importante. Pero hasta ahora, nunca habíamos tenido el poder de cambiar nuestra biología a nivel genético, de viajar al espacio y encontrar rastros de vida, o de crear inteligencia artificial. Las opciones no son muchas cuando se trata de creer porque cuando se cree se tiene por hecho que hemos llegado al final del camino o ¿usted qué cree?
Sombra, tras el diván, hay una sombra, una locura suave, un camino fértil bajo la lluvia de las lunas. Yo quiero hundir mis manos en tu cuerpo, beber el néctar de tu ser inmóvil, es la primera vez que en el lenguaje los ángeles por ti sienten amor.
J.A.Narváez/sin título
l sacerdote explicaba, ante unas doscientas personas, como en algún lugar una hostia se había convertido en un pedazo de sangre en una iglesia al sur de nuestro continente. Pero la historia no terminaba ahí, el pedazo de carne fue llevado a un laboratorio donde se comprobó que no solamente era un pedazo de carne, sino de un pedazo de corazón. Pero la historia no termina ahí, ese corazón, según el doctor del laboratorio, había muerto bajo unas circunstancias llenas de mucho estrés. De ahí que se trataba de un milagro confirmado por la ciencia. Un asesino viaja casi diez horas y se detiene en un Wal-Mart para matar a mexicanos que están invadiendo a Estados Unidos. Entre su desesperación, no encuentra otra salida más que asegurarse de matar a los invasores. Podría el lector decir que las dos circunstancias no estas conectadas de ninguna manera, después de todo, la hostia convertida en corazón no hace daño a nadie, mientras que la invasión de Estados Unidos ha dejado una tragedia en nuestras manos. Sin embargo, se trata de dos situaciones donde lo que creemos es más importante que la realidad. Supongo que muchos lectores se van a sentir un poco incómodos con estos ejemplos. Después de todo, muchas personas creen en el milagro que platicaba el sacerdote, y otros más dirán que el asesino de Wal-Mart estaba loco. Pero estos dos actos sólo pueden ser posibles dentro de una sociedad donde las creencias son muy importantes, y los hechos reales simplemente no tienen lugar. Yaval Noah Harari, en su libro Sapiens (Harper 2015) explica como en los últimos 300 años, la religión ha estado tomando una nueva mascara: “La edad moderna ha visto cómo una nueva forma de religión basada en la ‘ley-natural’ ha surgido con los nombres de ‘liberalismo’, ‘comunismo’, ‘capitalismo’, ‘nacionalismo’, y se llaman a sí mismas ideologías.” (p.228 traducción libre) Explica cómo de la misma manera que las religiones han sido basadas en personajes supernaturales y situaciones extraordinarias, estas ideologías están sustentadas en un orden supernatural con leyes ‘naturales’ que, igual que las religiones, guían nuestras acciones diarias. Estamos ante un vacío de autoridad donde la ciencia no responde a nuestras necesidades ideológicas. Debido a este vacío social, nos encontramos a personas que creen que la Tierra es plana, que sólo tiene 6,000 años, y que el nacionalismo es lo único que nos puede salvar de los “otros”. Lo que me preocupa es de cómo estas creencias ahora nos llevan a una serie de acciones con consecuencias irreparables. Y mientras más intentamos buscar una respuesta, más perdidos nos encontramos. Sería importante saber cómo llegamos a este lugar, después de todo podemos usar a nuestra historia como el marco para entendernos, pero la historia sólo contesta como llegamos aquí, pero no contesta ¿Por qué? Los síntomas de nuestros problemas no tienen una sola raíz: la bioquímica, la manipulación genética, los adelantos digitales,
Este diván es vida y fiel testigo, caricia que se extiende por la noche, avanza entre las brasas y el desvelo, aspiración expuesta en la pasión de la mirada, oculto peregrino, postrado frente a un libro iluminado ya es hora de que vuelvas al desierto.
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28 octubre-1 noviembre 2019 Elpidia García
L A M A N Z A N A F L E C H A DA
Martha Chapa
La dama de negro, se viste de lujo
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i se asusta uno, brinca del asiento y se siente una atmósfera de miedo y terror. Se trata de la Dama de Negro, novela de Susan Hill, publicada en 1983 y adaptada para teatro por Stephan Mallatratt. Justo hace unos días recibí la gentil invitación para atestiguar un aniversario muy especial de esa obra, que se escenifica en el teatro Ofelia. Pero me detengo aquí, momentáneamente para aplaudir primero y muy fuerte a los dos grandes actores que interpretaron con su inmenso talento y capacidad a los personajes centrales: Rafael Perrín y Alejandro Tommasi, si bien otros han alternado al paso del tiempo y también cosechando éxitos significativos. Sin embargo, el binomio que ahora presencié, me parece y atrevo a decir que es insuperable. Una obra que representa en sí todo un récord en México, pues cumple ya 25 años de estar en cartelera ininterrumpidamente. El argumento aborda la telúrica experiencia de un promotor inmobiliario que debe ir a una casona tétrica de la que ignora su funesta leyenda y es tal su susto por la mujer de negro que se le aparece, que decide contratar a un director de teatro para contar a su familia lo que vio y alertarlos de paso. Pero ya en el teatro donde se hace el ensayo está vacío y empiezan ahí a darse fenómenos paranormales, que nos envuelven y electrizan a los espectadores. Todo un juego de situación muy bien logrado. Estuve entonces en este jubiloso aniversario y formé parte de un grupo de 25 personas, entre padrinos y madrinas, que estuvimos presentes para develar la placa conmemorativa. Privilegio que compartir con conocidos y reconocidas personalidades como son: Morris Gilbert, Sabina Berman, Cuauhtémoc Cárdenas, Maxine Woodside, María Rojo, Fred Roldán, Lupita Jones y desde luego mi hija Marta Ortiz, entre otros. Pero déjenme decirles que la obra me encantó, desde como está concebida, así como por sus efectos especiales para transmitirnos ese suspenso y los sobresaltos que permean en sus desarrollos. Aplaudimos, claro, todos y todas de pie lo mismo a los actores que a la dirección y a la producción de la obra: Odiseo Bichir, Juan Carlos Colombo, Ernesto D´Alessio, Benjamín Rivero, Fabián Pazzo, Ricardo Morell, Patricia Perrín, Lupita Adriana, Fredel Bettancourt y Gabriella Palacios, así como a los técnicos que lo hacen posible. E hicimos votos porque fuera a más tanto en representaciones, éxitos, pues bien lo merece ¡Felicidades!
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Libros de pan
uede que no lo creas, pero alguna vez, en el país llamado Triticum, los libros fueron de pan. No hablo de Peter Pan, ni del Dios Pan, sino del pan que se come. Ya que a todos encanta, niños, adultos y viejos hacían cola cada mañana para comprarlo porque además de rico, era muy barato, tanto como las conchas de ahora. La combinación de olores a mantequilla, canela y azúcar que desprendía, era irresistible. Las ilustraciones de las portadas, entre más elaboradas y coloridas, mayor gusto añadían al paladar. Los libros se exhibían en grandes vitrinas-librerías de las que había cuando menos tres en cada calle, clasificados en los grandes géneros, por ejemplo: “Pan de vida”, “Pan de lágrimas”, “Pan de los muertos” y “Pan de la amistad”, entre otros. La gente salía contenta con grandes bolsas de papel hasta con diez libros cada una, para leerlos y comerlos después, porque si se comían sin haberlos leído, sabían a masa cruda y la tinta se corría. La mirada sobre cada línea era la última parte del proceso de horneado. ¡Cómo devoraban la lectura antes del desayuno para, después, remojar sus páginas en el café con leche o en el chocolate! Con qué delicia saboreaban su libro recién leído. Fue tan grande el consumo de libros de pan, que los pobres dejaron de tener hambre. Casi todos los escritores, excepto los de libros de autoayuda, enriquecieron, ya que tuvieron que escribir más y a mayor velocidad. Las profesiones de escritor y de editor-panadero eran las más apreciadas por los jóvenes en la universidad. Otras especialidades en el arte y la técnica de hacer pan también gozaron de gran popularidad, como las de maestros bolleros, reposteros, y fermentadores. Grandes académicos, émulos del gastrónomo griego Crisipo de Tiana, escribían tratados sobre literatura y elaboración de pan, llenaban las mesas de novedades y organizaban congresos internacionales y coloquios. Los editores tuvieron que contratar millones de panaderos. El producto interno bruto del país mejoró por la magnitud de bienes y servicios derivados de la producción de trigo, azúcar y de la industria editorial. El campo floreció como nunca. Los campesinos dejaron de migrar. Y el conocimiento era la regla, no
la excepción como ahora. Hasta los mendigos, que solo podían comprar libros de pan duro, hablaban varios idiomas y eran capaces de recitar de memoria largos pasajes de la Odisea y La Ilíada. Además, el país entero olía a pan recién hecho, sobre todo por las mañanas, pero también a la hora de la cena. Exquisitos aromas salidos de los hornos solo podían despertar sentimientos de felicidad y armonía. Provocaban a la amabilidad y el altruismo, lo que tuvo una gran incidencia en la disminución de índices delictivos y de violencia doméstica. Los escasos delitos eran por robo a las panaderías-librerías, pero una sentencia de un año de leer y comer pan, eliminaba cualquier trastorno social. Gradualmente, ese mundo feliz llegó a su fin. Los sabios ciudadanos se volvieron tan obesos que ya no cabían en las puertas de las librerías. Como los pedidos se hacían por Internet, se volvieron sedentarios. Asemejaban imágenes vivientes de personajes de Botero. Ya pueden imaginar la causa principal de mortandad: hipertensión y diabetes. Entonces todos se volcaron en encontrar desesperadas soluciones: los nutriólogos aconsejaron usar pan de harina integral y usar edulcorantes en vez de azúcar para crear un “Pan de la salud”; los editores, aumentar panaderías especializadas en literatura de la nutrición y el ejercicio. Un excéntrico sexólogo recomendó hornear pan mulloi de Siracusa, con forma de genitales femeninos, e inyectarle hormonas para motivar el acto sexual que, según su investigación, podía quemar miles de calorías diarias. Recomendó también incrementar los libros de temática sexual y llamar a esta categoría “Pan del placer”. Las feministas se opusieron, hicieron protestas y lo juzgaron loco y criminal, por inducir a la elaboración de un pan cancerígeno; por su intento de retornar a códigos machistas que reducían al hombre a la categoría del mono. Otros se manifestaron a favor. ¡Aquello fue un caos! Nadie se puso de acuerdo y el gobierno tuvo que tomar una decisión radical: cambiar el material de los libros por papel. Ustedes ya conocen los resultados.
< año 20 >< número 1000 > P R E T É R ITO I M P E R F E C TO Consejo Editorial Victoria Caraveo Enrique Cortazar Jorge López Pedro Siller Director General Samuel Schmidt Editora Rubi Rivera Diseño Peñaloza Colaboradores Luis Castañeda Martha Chapa Guillermo Farber El Fisgón Helguera Antonio Hermosa (Sevilla) Ricardo León Jorge López Carlos Ramírez Rubi Rivera Margarita Salazar Kive Schmidt Rosie Schmidt Pedro Siller Carlos Spector Héctor Subirats (Madrid) Ricardo Vigueras El Reto Semanario de Política y Cultura Ejemplar Gratuito Oficinas: Av. 16 de Septiembre No. 455 Oriente, despacho 307 (zona Centro),Ciudad Juárez, Chih., México. e-mail: elreto02@hotmail.com Los autores son responsables del contenido de sus artículos. Registro en trámite.
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Pedro Siller
Y si te hablan de transición… no me menciones Dicen que las campanas de las iglesias suenan tanto en México porque así espantan a los demonios de los cuales, en verdad, hay muchos en esas tierras, si es que los demonios existen en otro sitio que no sea el corazón de los hombres. Henry Ridder Haggard (1891)
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omo hace muchos años, o mil números de El Reto, en este país se vive una transición ¿Hacia dónde? Todavía no lo sabemos. Parece que el destino es siempre un viaje hacia ese lugar prometido al que nunca se acaba de llegar. Roger Bartra escribió alguna vez sobre lo mexicano y el ajolote como metáfora del carácter nacional, porque vive detenido en su evolución lo que le permite incluso regenerar partes de su propio cuerpo para no cambiar. Es siempre un momento en el que lo nuevo no acaba de nacer y lo viejo no acaba de morir.
Lo que hoy se ha dado en llamar “transformaciones” como las de Hidalgo no son más que periodos de transición casi todos ellos completamente fallidos, es decir, no lograron completar el ciclo previsto. La Independencia, La Reforma y la Revolución no han sido estudiadas en su contexto político, sino como los sacrificios de los héroes designados. La épica le ha ganado el lugar a la Historia, así, con mayúscula. Quizá el mejor ejemplo para reflexionar sea el periodo presidencial de Francisco I. Madero que culmina con la Decena Trágica en febrero de 1913. Se inició en 1910 con algo simple como “sufragio efectivo, no reelección”, luego un tsunami revolucionario que desató un largo baño de sangre que todavía nos esforzamos por entender. Al principio de la victoria bastaba con hablar mal del antiguo régimen, culparlo de todo lo malo que existía, hasta del temblor que se sintió en la ciudad de México a la llegada del candidato antirreelecionista el 7 de junio de 1913. La victoria maderista fue la de un frente amplio, no un partido político. Un frente tan amplio que no logró cohesionarse con la victoria, sino que se fue desdibujando y desmoronando al paso de los días, hasta el mes de febrero de 1913.
En 1912 hubo elecciones para renovar la cámara de diputados y senadores. Fue una masacre democrática. Se revivieron las viejas tácticas porfiristas: urnas embarazadas, dictámenes a modo, los revolucionarios alegaban méritos de primeras horas revolucionarias para obtener las curules. ¿A qué herencia renunciamos? Preguntaría un Lenin contemporáneo, por supuesto que no a la que nos permite hacernos del poder. La nueva moral fue, durante el maderismo, un árbol que daba moras. En lo referente al futuro, en esos días maderistas la duda fue siempre la de si acaso el país podía transformarse por sí mismo, sacar fuerzas de su interior, o si era indispensable el impulso externo de lo europeo, el préstamo ideológico de la modernidad. Madero siempre pensó que era posible con ambos concursos y sobre todo, sin recurrir a la violencia, pero falló y regresamos con Huerta al militarismo de los primeros años de la nación, que era algo que se quería evitar. Cuando las transiciones son pacíficas, tienen que hacerse con una mezcla de personajes del nuevo y del antiguo régimen. Al paso de los días tienen que decantarse para ganar unos y perder otros. Eso se llama política. ¿Por qué falló el maderismo? Todavía no lo sabemos. No lo hemos estudiado como algo político sino como el sacrificio del héroe, el inmaculado, el mesías, el apóstol de la democracia, mártir. Decir que fue una víctima del imperialismo con la complicidad de un general es repetir algo vergonzoso ¿dónde estaba el resto de los mexicanos? Eran niños o retrasados mentales como diría Santana. A diferencia de otros países con transiciones importantes, es decir, con el tránsito de un régimen político a otro, de la dictadura a la democracia, como los del cono sur recientemente o el caso español, en México se nos debe un estudio sobre el fracaso de nuestras anteriores transiciones. Nos urge una verdadera lectura política.
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28 octubre-1 noviembre 2019 Ricardo Vigueras
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esde The Great Train Robbery (Edwin S. Porter, 1903), pasando por The Killing (Stanley Kubrick, 1956) o The Getaway (Sam Peckinpah, 1972), los ladrones de bancos y asaltantes del poder económico se ganaron las simpatías del público cinematográfico. Otros títulos que destacaríamos, sin ánimo de ser exhaustivos, podrían ser la gran Rififí (Jules Dassin, 1955) o el éxito mundial de la serie La casa de papel, cumbre contemporánea de la ficción negrorrosa (género negro para todos los públicos con personajes empáticos y resolución complaciente). Desde el inicio de la Gran Recesión en 2009, cuando los gobiernos salvaron a los grandes bancos con dinero público (que tanta falta nos hace para sanidad, educación, etc.), el odio hacia estas grandes corporaciones ha crecido parejo al cinismo de gobiernos neoliberales a su servicio. Hoy, la derrota ejemplarizante de Sterling Hayden en The Killing nos decepciona por moralista. El discurso antisistema de La casa de papel se ha vuelto global, como el éxito de la misma serie, y ésta viene a reforzar el asco que la ciudadanía siente por grandes corporaciones y gobernantes paniaguados de las mismas. No es por ello de extrañar que un documental “de arte y ensayo” como Apuntes para una película de atracos, del cineasta español Elías León Siminiani, haya conseguido llamar la atención de públicos internacionales al contarnos la historia del Flako, bautizado por la prensa como “el Robin Hood de Vallecas”: un butronero hijo de butronero que asaltó con su banda varios bancos madrileños valiéndose de la vieja escuela del butrón, líder de una banda que se filtraba a través del alcantarillado público, que conocía como la palma de su mano, y sin hacer uso de violencia de sangre. Nacido en Santander en 1971 y criado en tierras murcianas, Elías León Siminiani estudió Filología Hispánica en Murcia, y posteriormente Cine en la Universidad de Columbia (Nueva York). Comenzó en 2001 una carrera de cortometrajista poeta en aquel sentido profetizado por Orson Welles: “Cuando la cámara sea tan ligera como una pluma, el cine quedará en manos de los poetas”. Tras lograr reconocimiento internacional y una nominación a los premios Goya, su arribo al largometraje llegó con la brillante Mapa (2012), documental inclasificable sobre un cineasta trotamundos (el propio Elías) que viaja de España a La India en busca de una epifanía. Nominado de nuevo a los Premios Goya, Mapa confirió a Siminiani cierto estatus de cineasta practicante de la hoy llamada “autoficción”, proteico e inclasificable. Hasta Mapa, había alternado sus cortometrajes de ensayo cinematográfico y poético con trabajos más alimenticios, como la dirección de episodios sueltos para
Flako, narrador nato con gran capacidad de evocación, inicia una trayectoria literaria.
series de televisión. Tras firmar tres capítulos de la ficción The Refugees (2015), inició un trabajo de investigación que dio forma a la miniserie El caso Asunta: Lo que la verdad oculta, donde profundizó en el misterio del asesinato de la niña de origen chino, Asunta, y la condena de los padres adoptivos por asesinato. En esta serie documental Siminiani supo ofrecer con serenidad expositiva, de limpieza casi quirúrgica, las circunstancias que rodearon el crimen y presentar los misterios que aún lo envuelven. Su última producción, que convierte a Siminiani en uno de los más destacables exponentes en España del true crime documental, es la producción de una miniserie para Netflix sobre el mediático caso que conmovió a España hasta los cimientos en los primeros años 90: El caso Alcàsser (2019), sobre la violación y asesinato de cuatro chicas adolescentes y el misterio que aún rodea la desaparición del principal responsable. Antes de Asunta, surgió la oportunidad de rodar una obra que cumpliese el viejo deseo de filmar una película de atracos, y Elías tuvo la suerte de tener noticia de la pintoresca odisea del Flako. Ya encarcelado, el rodaje comienza de manera improvisada en 2013 y finaliza en 2018. A lo largo del camino, Siminiani entró en contacto con el Flako, pudo visitarlo en la cárcel y debió sortear todos los escollos familiares y legales que le impedían contar su historia ante las cámaras. Cuando los obstáculos fueron más grandes, Siminiani se entregó a la investigación y rodaje de El caso Asunta. Entre tanto, mientras Elías retoma en la película la historia del Flako en prisión y libertad condicional, asistimos en tiempo real a la noticia del embarazo de su pareja, Ainhoa, al nacimiento de su primera hija y, al final del film, veremos a Siminiani y al Flako compartir encuentros amistosos y recuerdos, experiencias, sueños del porvenir y la vida familiar con los hijos. De esta manera, Siminiani y el Flako traban un conocimiento del que ambos salen enriquecidos, mediante ósmosis, de manera intelectual y humana: Siminiani se hunde y mancha (literalmente) en el lodazal del inframundo madrileño, y el
Marcado por las poéticas del cine más humanista (Pasolini, Rossellini, Truffaut, Renoir), Apuntes… no sólo es un homenaje a cierta clase de perdedores que encontramos en toda sociedad, sino a perdedores con una enorme capacidad de reinvención, como es el caso del propio Flako, devenido en este film en personaje casi de ficción bajo una permanente máscara realizada ad hoc que evoca Les yeux sans visage (Georges Franju, 1960); es también un rendido homenaje al cine como vía de entender el mundo y las pasiones que empujan a los seres humanos. Apuntes… es cine puro bajo la apariencia de documental, una muestra de cine como amor totalizante, desde la memoria cinéfila de cintas como las ya citadas hasta la reivindicación de otras como A tiro limpio (Francisco Pérez-Dolz, 1963), del enterrado cine negro clásico español. Así, el cine como arte constituye un viaje creativo interior donde el primero en cambiar puede ser el artífice de la obra cinematográfica, donde el artista se construye mientras rehace el mundo ante sus ojos con la plasticidad de la voluntad creadora. Como Tarkovski, Siminiani esculpe en el tiempo a medida que la película se construye sin guion, pero no sin un plan de acción sometido a las turbulencias del presente inmediato. Si bien la propuesta y los resultados quedan justificados desde esa concepción humanista que Siminiani desarrolla del cine, antes que por censuras o barreras comerciales que nutren con puerilidad el nuevo cine comercial, queda en el hondo foso de la memoria la percepción de hallarnos ante un film que, sin querer subrayar el vil escenario económico de los tiempos que vivimos, encierra una sugestiva propuesta para repensar los límites morales del bien y el mal en un mundo corrompido por el capital. Así, Siminiani trabaja como un pintor barroco: presenta en primer plano el motivo ilustrativo y deja en el fondo el gran tema del cuadro. Queda como imagen sólida y recurrente la de los borregos que dominan el plano cuando Siminiani filma en lontananza la cárcel de Estremera, de la que el Flako sueña salir para reunirse con su hijo. Cabe subrayar, quizá en sentido buñueliano, la alegoría de una aborregada masa social que se alimenta tranquila de pasto ensangrentado, a buen resguardo de lobos bien celados por nuestros cancerberos; lobos metafóricos de nuestro tiempo que, en ocasiones, no renuncian a una determinación de samurái: caer, alzarse de nuevo, seguir luchando. Apuntes para una película de atracos (2018). Dirección y guión: León Siminiani. Actores: Flako, León Siminiani, Ainhoa Ramírez. Montaje: Cristóbal Fernández. Nacionalidad: España.
< año 20 >< número 1000 > Joan del Alcázar
¿De qué lado está la Iglesia en cuanto a Franco y Cuelgamuros?
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iertamente la pregunta es retórica. La Iglesia Católica, Apostólica y Romana está donde siempre ha estado: en sintonía inequívoca con lo que los restos de Franco todavía representan. Es por ello que no dice esta boca es mía a propósito del laberinto que el gobierno de Pedro Sánchez está recorriendo para hacer efectiva una decisión del Congreso de los diputados, aprobada por 198 votos a favor y 140 abstenciones [del PP] en mayo de 2017. Dos años y medio de una carrera de obstáculos, en la que el Ejecutivo ha pecado de ingenuidad en más de una ocasión anunciando sucesivas fechas de salida de los huesos del dictador del megalómano monumento funerario que ordenó construir a Cuelgamuros, en la Sierra de Guadarrama, a pocos kilómetros de Madrid. Finalmente, tras la sentencia del Tribunal Supremo, ya hay fecha de caducidad y -salvo algún obstáculo insospechado- el Caudillo por la Gracia de Dios -como estaba inscrito en las monedas españolas durante cuarenta años- dejará de presidir desde lugar privilegiado la mayor fosa común de España. 33.833 cadáveres hay al llamado Valle de los Caídos, incluido el de Franco. De ellos sólo 21.423 están identificados, según fuentes del Ministerio de Justicia. El resto, figuran como a desconocidos. Según pruebas realizadas por el CSIC en 2018, sería imposible exhumar los miles de cadáveres existentes ya que buena parte de ellos forman parte de la propia estructura del edificio, al haber sido empleados para llenar cavidades internas de las criptas. El tiempo y la humedad, dicen, ha acabado conformado una especie de “cadáver colectivo indisoluble”. Este es el tamaño de la ignominia que representa aquel horripilante mausoleo, construido en buena parte por presos políticos entre 1940 y 1958, para rendir honores y enterrar a aquellos que cayeron luchando en la “gloriosa cruzada”. Este propósito inicial se modificó en 1957, al establecerse por ley que el monumento debía para honrar a “todos los caídos” en la guerra. Nadie se ha creído eso nunca, y el Valle de los Caídos ha sido y es un insulto a la memoria de los vencidos y de las víctimas de la guerra y la dictadura. En julio de 1958, veinte monjes llegados del Monasterio de Silos constituyeron una nueva comunidad benedictina en Cuelgamuros, y desde entonces hasta hoy se han encargado de gestionar la Abadía y la Basílica. El prior de esta es Santiago Cantera, un falangista reconvertido en monje sin matizar su ideología, que ha hecho todo lo que ha podido para entorpecer la ejecución de la decisión del gobierno en cumplimiento del acuerdo del Parlamento, con un explícito trabajo en equipo con la familia del dictador y con la Fundación que le honra todavía. Según informó hace unas horas la publicación ecle-
sial Vida Nueva, Cantera no se opondrá a la exhumación de Franco “fuera de la legalidad”. Esto, según interpreta el periódico, significa que el Prior acepta de facto la ejecución de la sentencia del Tribunal Supremo y no llegará al extremo de atrincherarse en la basílica. Sin embargo, Vida Nueva añade que la comunidad benedictina se suma a la postura de la Santa Sede, pero buscará agotar todas las vías judiciales del Tribunal Constitucional y del de Estrasburgo. Cantera y sus colegas han sido la última trinchera del franquismo militante, incombustible, impermeable a todo, incluido a la caridad cristiana propia de su doctrina religiosa. Antes, sin embargo, la trinchera había sido judicial, y ha sido bien efectiva para demorar meses y meses la aplicación de la decisión del Parlamento. Sin embargo, lo más llamativo, lo más lamentable, lo más insoportable para las víctimas del dictador ha sido el silencio vergonzoso de la Iglesia Católica. ¿Qué ha dicho la Iglesia durante todo el proceso? ¿Qué dijo del numantinismo de Cantera y el grupo de monjes fascistoides que llevan sesenta años viviendo del erario público? Acerca de Cantera, hablan soto voce de malestar interno, pero la jerarquía, tan bocazas como son sus dignatarios cuando intervienen en asuntos que no les corresponde, calla. Jugaron, incluso, a defender el deseo de la familia Franco de trasladar los restos del dictador a la Catedral de la Almudena, el puro centro de Madrid. Hay que recordarlo. Ahora, hace semanas que practican un silencio irritante, que no es ninguna sorpresa para nadie que tenga unos conocimientos mínimos de la historia de España y sepa que significa aquello de nacionalcatolicismo. La Iglesia católica española, como la derecha política, llevan el gen franquistoide en su ADN, y no tienen la menor intención de deshacerse de él; ni siquiera de matizarlo. Es muy triste y preocupante que, como escribió Julián Casanova, esta Iglesia no tenga ningún problema en seguir humillando a los familiares de las decenas de miles de asesinados por los franquistas, los que aún no han encontrado la reparación moral ni el reconocimiento jurídico y político después de tantos años de vergonzosa marginación.
Rubén Moreno Valenzuela
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Crónica de septiembre
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Ni que estuvieras tan buena-buena. Ni que estuvieras tan buena-buena”. Con esa estrofa de reguetón me recibe el camión de la línea Lázaro por Tepeyac (no puedo dejar de recordar a una conocida que tenía el proyecto de escribir una novela con ese título). Sábado 1ero de septiembre 2018. Avenida Lincoln. “Ni que estuvieras tan buena-buena. Ni que estuvieras tan buena-buena”. Asciendo a una chatarra. El conductor --un hombre enfermizamente obeso-- recibe los ocho pesos en monedas que le entrego como si me estuviera haciendo un favor. Su cabina está adornada con mensajes personales sobre una panilla roja. Adentro la música ensordece. Pum pum-pum-púm. Ni uno de los asientos sirve. Todos están rotos, desgastados y perforados. Adios gracias que en lugar de nalgas tengo huesos y logro acomodarme. Pum pum-pum-púm. Tras de mí aborda esta ruina de camión un hombre mayor que yo (lo cual es mucho decir) que se sienta con dificultad en uno de los asientos. “Ninguno funciona”, le informo. Lo cual interpreta como una invitación a conversar. Pum pum-pum-púm. Me disculpo y le indico a señas ques estoy escribiendo (en efecto, las notas para este artículo); pero el hombre quiere conversar así que se dirige a su otro vecino, un joven menor de veinte años, y comienza a platicar con él. A gritos. Pum pum-pum-púm. “Me hablaron de un trabajo de guardia el lunes me presento. No es tan fácil conseguir trabajo a mi edad”, a gritos le comunica al otro. De pronto tiene que callar. El volumen del radio ha subido todavía más. “Éste es DJ Carlos en la Suavecita. Un saludo a todos los bailadores”. Pum pum-pum-púm. Y luego viene otra canción. “De por sí está loco uno. No te le subas al coco -- no”. A gritos logro comunicarle al chofer que voy a bajar. En el vidrio trasero del camión está adherido un cartel donde aparecen, con las manos en alto, el presidente electo Andrés Manuel López y el candidato a la presidencia municipal (todavía en disputa legal a la hora que escribo esto) González Mocken, ambos de Morena. Al señor López le digo así porque su segundo apellido me remite a cuando en mi infancia, en un hospital, conocí su significado. “La señora va a obrar”, dijeron de una paciente. A mí la palabra me parecía muy fuerte y fonéticamente bella, hasta que me explicaron su significado. Así, que un presidente mexicano se apellide obrador no me parece buen presagio, de igual manera las personas que votaron por él y sus seguidores. Prefiero decirles lopistas.
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28 octubre-1 noviembre 2019
La gran logia COSMOS
M
arcos Delgado, Gran maestro de la Gran Logia Cosmos nos ilustra sobre la naturaleza y deseos de la masonería, institución sobre la que se han construido mitos y distorsiones, especialmente las que vienen de las iglesias que se sienten amenazadas por creencias diferentes, aunque como en muchas cosas, los masones creen en Dios. De hecho las diferentes potencias masónicas exigen la creencia en una inteligencia superior, en el gran arquitecto del universo. Y mientras sostienen este elemento central en su sistema valorativo abogan por el laicismo, que consiste en respeto y tolerancia a las creencias de los demás, y ese es el choque con las religiones, que creen ser los poseedores de una verdad única y verdadera. Entre los masones encontramos gente que sostiene diversas creencias. Delgado: Estado laico para desarrollar nuestra propia espiritualidad. ¿Por qué la masonería se escuda en la secrecía? Delgado: Los masones eran grupos secretos para defenderse de la iglesia y los poderes fácticos que los atacaban porque era una Luz en el camino en épocas de oscurantismo. La referencia es a la iglesia que mataba a “los infieles”, que sostenía una inquisición y quemaba mujeres acusadas de brujería, para quién todo aquel que sostuviera una visión liberal o liberada para adorar a Dios era un peligro. Delgado: La iglesia ve como si los masones se confabularan para tomar el poder lo que es erróneo. ¿Por qué los cristianos los ven bien? Delgado: Porque las Leyes de Reforma les abrió espacios y Benito Juárez era masón. La Masonería es una sociedad discreta con un secreto que es mejoramiento personal, con herramientas de la masonería; es una escuela que utiliza el simbolismo de los canteros de la edad media y tiene una práctica lúdica. Hay que indicar que la logia es una asociación civil, que tiene una fuerte obra filantrópica y educativa. ¿Cuál es la visión masónica de la educación? Tiene que ser universal y de calidad y con un componente humanista fundamental que incluye preparar ciudadanos. El ciudadano es el que representa valores democráticos, inclusión, tolerancia. ¿Los masones están preocupados por tomar el poder. Delgado: Los masones somos seres políticos, nos interesa hacer política, pero primero que nada preparamos líderes, preparamos gente haciendo cosas, jugando. Somos avanzada social y con compromiso con la sociedad para avanzar a una cultura liberal, humanista. Promovemos la creación de hombres libres de buenas costumbres, respetuosos de las leyes, de los gobiernos democráticos. Para los masones todos deben tener libertad. Varios de los presidentes progresistas de México han sido masones, Lázaro Cárdenas fue masón, Ernesto Zedillo es masón y abrió la transición democrática. El Masón considera que como humanista no deben existir gobiernos
Entrevista a Marcos Delgado
dictatoriales. Promovemos el dialogo para construir sociedad. La masonería fue prohibida por los comunistas. Sin embargo la gran logia de Cuba es muy fuerte. José Martí fue masón. Y han surgido logias en Rusia, Bulgaria, Rumania En ese tenor Vicente Fox es anti masón y junto con El Yunque y los Caballeros de Colón juran que matarían a cualquier masón. ¿Que debemos esperar de la masonería del siglo XXI? Delgado: La Masonería moderna tiene 300 años y se originó con la Gran logia de Inglaterra. Pero no reconocían a las logias de mujeres. Delgado: Ya hay logias femeninas, mixtas aunque la mayoría son de hombres. Pero las landmarks masónicas que son un conjunto de principios que muchos masones reclaman como antiguos y preceptos no cambiables de la masonería, determinan la exclusión de las mujeres. Delgado: En realidad los landmarks muestran respeto y tolerancia a las logias femeninas. En lo personal considero que esa exclusión es incongruente, y es un debate que hay que plantear, hay que vencer resistencias porque no hay dialogo, pero tengo que respetar la legislación. ¿Que opina la masonería sobre la salud? Delgado: Todos debemos de tener acceso universal a la salud. ¿Hay algún tipo de control mundial de la masonería? Delgado: No, cada logia es autónoma aunque hay diversas agrupaciones, ya sea estatales, nacionales o internacionales. Hay organizaciones que agrupan logias de diversos países, como la Confederación masónica iberoamericana (América, España, Portugal y Francia), la Conferencia de grandes maestros de Norteamérica. ¿Y para que son esas conferencias? En las cartas se establecen preocupaciones sobre la sociedad. Delgado: En la Conferencia mundial de grandes logias se conoce la gente de varios países y se ven los cambios en diversos países. Hay revisión, por ejemplo la Academia superior de estudios masónicos, revisa rituales y posturas de la filosofía masónica. Déjame insistir, ¿los masones se confabulan para tomar el poder? Delgado: La masonería está por encima de principios partidarios. Nunca ha habido una logia detrás de un movimiento social. Los líderes formados pueden lanzarse por el poder, pero no hay una logia detrás de ellos. Se lanzan como individuos que tienen una formación masónica. Los masones están dispuestos a dialogar con cualquier actor social o político, con las iglesias, los motiva el bien general y la felicidad del individuo.
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< año 20 >< número 1000 > Carmen Amato
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De lo que le contaba una mujer a otra en las afueras de una institucion oficial mientras ambas intentaban iniciar el trámite de la jubilacion laboral
stando una anciana sentada en las afueras de una institución oficial, se le acercó una mujer preguntándole cómo podría iniciar un trámite para obtener su pensión laboral dado que estaba a unos meses de cumplir la edad requerida y quería ir adelantando algunos requisitos. La anciana le dijo que era una previsión muy buena ya que algunas veces esos trámites salían rápido y a veces se alargaban hasta el infinito. Pregúntole la mujer si conocía de algún caso en particular que ilustrara alguna de las situaciones que le comentaba. Le contestó que por supuesto y se acomodó sobre el duro cemento de la banca para contarle una historia. Le dijo que como los casos en que los trámites salían rápido parecían casi imposibles, se abocaría a uno que había sido un algo tardado y empezó su historia: “Conocí a una mujer que igual que usted vino a esta misma oficina a preguntar sobre los requisitos para iniciar su solicitud de pensión por cesantía. Esto quiere decir que el trabajador ha cumplido los 60 años pero no ha llegado a los 65. La empleada de la institución, a la cual identificaremos con las iniciales IMSS (Isabel María Segovia Sánz), le dio un detallado formulario solicitándole una serie de documentos, que entre otros, incluía un estado de cuenta del Afore (Ahorro fugaz oreándose repetida y eternamente, por sus siglas). La mujer le dijo a la dependienta que ella no contaba con ese documento, a lo que la primera respondió que de alguna manera tendría que obtenerlo, que se dirigiera a una instancia llamada CONDUCEF (Consideraciones Duras Con Efectivas Facilidades), recomendación que la mujer acató con precisión en ese mismo momento. Así se dirigió a cumplir con dicha empresa obteniendo inmediatamente una hoja oficial donde se le indicaba que su cuenta se encontraba en oficina de Afores Siglo XXI, Sucursal San Juditas, a donde se dirigió inmediatamente con la certeza de que quien se mueve rápido obtiene resultados rápidos, por lo que puso en el vidrio trasero de su auto un letrero que decía ¡NO A LA PROCRASTINACIÓN! sin imaginar que el nombre del Afore se refería al tiempo que le llevaría obtener su estado de Cuenta. Al llegar a esta oficina se le solicitaron sus documentos en original y copia, que la precavida mujer llevaba en su portafolios de copias necesarias. La empleada de ese lugar, después de atender a los veinte usuarios anteriores, procedió a capturar en su procesador los datos de la usuaria, diciéndole –una vez terminada la captura- que regresara en 45 días. A los 45 días que regresó la mujer, le dijeron que sus datos no habían sido procesados por el sistema y que tenían que repetir el procedimiento, el cual una vez concluido, se le solicitó que regresara otra vez en 45 días. Así pasaron los próximos cuatro periodos de 45 días, sin lograr en ningún momento el inicio del trámite. Después de dos años,
de vueltas, reclamos, disculpas y enojos intercalados, una empleada de esta oficina pasó a la señora a las oficinas principales para decirle que su cuenta de afore no estaba allí, que fuera a otra oficina de afores llamada TCREÍSSSTE que se encuentra en el mismo edificio de PENSIONISSSTE. La mujer se dirigió para allá inmediatamente y se encontró con una oficina pequeña con dos empleados. Los cuales le dieron otra vez un listado de documentos originales y copia que debería entregar antes de iniciar su trámite, y como eran muy pocos empleados y tenían mucho trabajo, le dieron una cita dentro de los siguientes 15 días. Transcurridos este tiempo, la mujer acude otra vez con su legajo de documentos, pero no la pueden atender porque no tienen Internet, luego a los otros 10 días no cuentan con el equipo necesario. Cuando por fin logra esta mujer presentar sus documentos, casi como si fueran sus credenciales, no le aceptan el recibo del teléfono, requiere otro comprobante de domicilio, no saben por qué, pero ese no le sirve. Así dijo la empleada. En ese inter de ires y venires, a la mujer le roban su bolsa con sus documentos, todos los puede recuperar relativamente rápido, menos la credencial de elector que se lleva un mes para obtenerla. Una vez adquirida la nueva credencial “parece que ya no hay obstáculos” -le dicen en la oficina- y proceden a iniciar el trámite. Le toman las huellas dactilares, la medida de la cintura por aquello del hígado graso, la foto facial, la firma digital, la grabación de la voz, el registro del monedero y por fin la santa mujer siente que ha alcanzado el cielo al lograr todo eso en un solo día. La empleada de la oficina le dice que ya está listo, que sólo tiene que esperar a que le llamen de la Ciudad de México para verificar sus datos. Pasan los días y no llaman a la señora, en la oficina le dicen que se espere un mes más y que si no le llaman vuelva a la oficina para hacer otra vez el procedimiento porque lo mas seguro es que no entró. Pues no entró, otra vez repite el procedimiento, pero en esta ocasión, el sistema no se registra el CURP, le dicen que algo está mal, que la señorita dependienta va a consultar con su jefe porque no sabe qué hacer. Consulta y a la semana siguiente ya está nuevamente la señora con sus documentos que cada vez pesan más porque ya carga también con la frustración. En un arranque de desesperación la mujer hasta arranca de su carro el letrerito que tan entusiastamente puso al inicio de su trámite, que por cierto, ya va para tres años. En la nueva cita no pueden avanzar mucho, hay mucha gente hay que esperar su turno, no está la señorita que trae el Ipad y el lector digital que se comparten ella y su compañero del cubículo de enseguida para hacer los registros. Luego se dan cuenta que no entra el nombre de la usuaria en el sistema porque le falta el punto a la abreviación del nombre de María, o sea a Ma., aunque todos los documentos lo traen correctamente menos el que le dio la señora IMSS así que tiene que ir
a las oficinas donde está esa señora, cerca de la Cruz Roja, a solicitar que le agreguen el punto a la abreviatura de su nombre, trámite que se llevará aproximadamente un mes más. Cuando el mes transcurre y regresa a las oficinas de TCREISSSTE, el sistema no le acepta el nombre, no le arroja el CURP, no le da solución. La empleada ya no sabe que hacer, la señora tampoco. Esta última se va frustrada pensando que lo que necesita es conseguir un abogado o alguien que la oriente, aunque ella cree que no está desorientada, simplemente esa es la estrategia del sistema, aniquilar por cansancio. Llega a sacar una copia extra de todo el legajo -no vaya a ser el diablo y los pierda nuevamente- piensa la mujer. En la puerta del local del negocio de copias ve un anuncio que dice: “Asesoría en trámites del IMSS e INFONAVIT. Llame al 0000000039”. Como quien siente que ya no tiene nada que perder y que por algo se le está apareciendo ese anuncio, la señora llama a es número de teléfono y hace una cita para consultar sobre su caso. Días después se encuentra con la asesora, quien alguna vez había sido jefa de jubilaciones de la institución que nos ocupa. Después de exponerle su caso, la asesora le dice que los casos como el suyo son muy difíciles porque nadie los quiere hacer, porque la oficina no gana nada ya que como será una jubilación implica un retiro que ya no proporcionara interé$ en ningún sentido, por eso no lo quieren hacer. Sin embargo, dice, ella conoce una persona que es su amigo que quizá podría ayudar a hacer este registro, para poder obtener el estado de cuenta de la afore, para poder llevarlo al IMSS, para que se pueda iniciar el trámite de la solicitud de la jubilación. Así que le proporcionó el teléfono del amigo y la señora le llamó. Para su buena o mala suerte, el amigo trabajaba en el Afore Siglo XXI. Vale decir que para este momento el intento de trámite ya llevaba tres años y medio y todo sereno”. La mujer a quien se le contaba esta historia abrió tremendos ojos y dijo: — ¿Y qué pasó? —Ya no le puedo contar porque tengo que irme — dijo la señora — pero no se preocupe, aún le quedan varias vueltas por este lugar, seguramente volveremos a encontrarnos y tendremos bastante tiempo para seguir platicando. Y levantándose y sacudiéndose la tierra de la región glútea se marchó. La mujer reflexionando en lo que había escuchado de su interlocutora, revisó sus documentos y vio que su comprobante de domicilio no traía la misma dirección que aparecía en su IFE, por lo que se apresuró a ir a buscar otro para sacarle la debida copia fotostática. Se quedó pensando que necesitaba revestirse de paciencia y cuidado para no ir a verse como esa mujer que le contó su historia, que por cierto ya andaba con bastón, porque según le comentó, pasó de la cesantía a la vejez en medio de estos trámites, sin darse cuenta.
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