SALUD DR. FEDERICO ÁVILA CARTAGENA Consultorios Santa Ana | Telf.: 410 33 33 La consulta médica Muy a menudo, a la hora de hacer un diagnóstico, ni el paciente ni el médico, valoran la importancia de hablar con confianza y escuchar sin interrumpir, lo que tiene que contar el paciente Hace cien años, el mordaz crítico social Ambrose Bierce definió la palabra en su “Diccionario del Diablo” como: “Un pronóstico del médico a través del pulso y del bolsillo del paciente”. Hecho que se ha confirmado durante siglos. Pero desde que Bierce blandió su afilada pluma, se ha producido una revolución en nuestra capacidad para identificar las causas de los síntomas y entender la patología que subyace en los mismos. EL MÉDICO INTERNO La mejora de los diagnósticos permitió mejorar los tratamientos. Durante siglos, los médicos occidentales contaron con poco más que la compasión para ayudar a sus pacientes a sobrellevar sus dolencias. El desarrollo de los estudios clínicos comparativos, permitió distinguir entre tratamientos que no funcionaban y aquellos que tenían mucho que ofrecer, como la Acupuntura, que potencia la capacidad del propio organismo (el médico interno, la naturaleza) para curarse. A LA HORA DE DIAGNOSTICAR Aunque esto ha quedado bien establecido, muy a menudo, ni médico ni paciente valoran la importancia de lo que tiene que contar el paciente. No obstante, esta información es crucial. Ninguna de las pruebas tecnológicas tiene un porcentaje de aciertos tan alto. Y no hay ninguna otra forma de obtener esa información. Hablar larga y tendidamente con el paciente (90% de aciertos) es lo que casi siempre brinda las pistas fundamentales para hacer el diagnóstico. SABER ESCUCHAR Penosamente, impera un interrogatorio en el que el médico, emulando al detective Sherlock Holmes, intentará recopilar , mientras la paciente, una simple es- pectadora atolondrada, proporciona un entrecortado y limitado testimonio. Debido a esta actitud de , los médicos interrumpen a sus pacientes, antes de que estos consigan explicar su relato completo. INTERRUPCIONES INOPORTUNAS En filmaciones de consultas médicas, el médico interrumpió al paciente en su descripción inicial de los síntomas en más del 75% de las entrevistas. Este estudio reveló que los médicos escuchan a sus pacientes un promedio de 16 segundos antes de interrumpirlos. Después, resulta difícil que el paciente retome el hilo de la explicación. A LA HORA DE LA RECETA Estudio tras estudio, han constatado que cuando se les interroga tras una consulta médica, ni médico ni paciente coinciden en el síntoma principal o el problema del paciente. El afamado doctor George Balint, advirtió: “Si uno formula preguntas, obtendrá respuestas, nada más”. Lo que el galeno no obtendrá, es la historia íntima del paciente; sólo obtendrá los , los y los , pero debería indagarse también los , los y, sobre todo -a la hora de la receta-, , y . EL RESPETO A LA INDIVIDUALIDAD Las diferencias entre el hombre medio y un individuo en concreto pueden no ponerse de manifiesto nunca si el médico no sabe buscarlas. Así pues, un buen interrogatorio es un proceso insustituible; el médico aporta el conocimiento y la experiencia para ordenar el relato, a fin de que tenga sentido para él -que emitirá un diagnóstico- como para el paciente, que deberá incorporar ese argumento a la historia más dilatada de su vida. PLUMACUENCA CUENCA ECUADOR LALA PLUMA domingo 30 dXiqf )'(+ 7