Hasta fin de existencias 2 While stocks last 2 Bares y cafeterĂas de Madrid Bars and coffee shops of Madrid
Liquidación por cese de negocio Como se intentó retratar en el primer volumen de esta serie Hasta fin de existencias –un catálogo de detalles urbanos–, el comercio tradicional madrileño está desapareciendo a gran velocidad. Todo lo que se entiende por viejo –entrañablemente conocido como “cutre”– acaba en los contenedores de las múltiples obras de reforma, en las escombreras donde una parte fundamental de la reciente tradición estética de Madrid muere sin pena ni gloria. En concreto, quizá los bares y las cafeterías sean los establecimientos que más sufren esta situación. Y, desgraciadamente, son también los lugares que contienen un mayor número de ejemplos del diseño popular cuya vigencia e importancia Hasta fin de existencias 2 reivindica. Como es habitual en la mayoría de las ciudades españolas, casi en cada esquina de Madrid hay un bar o una cafetería. Son el espacio de reunión y punto de encuentro esencial para muchos de sus habitantes, quienes acuden regularmente a estos locales para reunirse con amigos y conocidos o simplemente pasar el rato. Muchos de ellos los frecuentan varias veces al día y se convierten en “parroquianos”, clientes habituales que desayunan, toman el aperitivo, comen, se beben tranquilamente un café, una cerveza, unos vinos, picotean unas tapas, leen el periódico, se enzarzan en discusiones políticas o futboleras, echan una partidita a las cartas, se quedan embobados mirando la tele... Los bares son una extensión doméstica que conjuga lo público y lo íntimo, un reducto donde se puede ser nadie o, al contrario, donde es fácil sentirse parte de un grupo. Esta dinámica cotidiana, sin embargo, se consume con la progresiva desaparición de los bares de barrio. La invasión de las franquicias de cafeterías y de los restaurantes de comida rápida
–la irrupción de la “ciudad genérica”, como el arquitecto y urbanista Rem Koolhaas ha denominado a este fenómeno-, modifica no sólo los espacios que absorbe y el paisaje de la ciudad, sino que destruye también una tradición estética cultivada por los dueños de estos comercios. En los nuevos locales fabricados en serie la relación con los clientes –antes personal– se vuelve anónima al desaparecer la habitual figura del dueño o patrón, del “jefe”, y se extingue también el particular estilo con el que éste había decorado su “casa”. Así, los bares “de toda la vida” cierran a la vez que sus propietarios se van jubilando y traspasando sus negocios, y el mobiliario y los objetos que ellos mismos seleccionaron como elementos tan decorativos como funcionales son desechados. Al ver cómo esto ocurre -sintiendo cómo toda una cultura visual y objetual de indudable interés desaparece-, se presenta la urgencia de realizar una catalogación libre que refleje la personalidad de estos locales: paisajes en vías de extinción que Hasta fin de Existencias 2 intenta rescatar del olvido. Diseño dudoso Formado en el diseño industrial, observo en detalle los objetos que me rodean, cómo están fabricados –de forma artesanal o industrial–, los materiales y técnicas utilizadas, su relación con el contexto, su funcionalidad, su particular personalidad. En estos bares y cafeterías retratados, construidos o reformados en su mayoría entre los años 50 y 70, parece no haber un estilo intencionado. Los interiores fueron fabricados de manera sencilla y en sus elementos se reconocen manipulados simples como el plegado de tubos metálicos de los taburetes, las soldaduras expuestas de las barras de acero, las maderas y formicas ensambladas
con tornillos vistos. En los suelos, las baldosas de terrazo son omnipresentes y prácticamente carecen de detalles decorativos, dando prioridad a su labor de camuflaje mientras que en las paredes se pueden encontrar azulejos que conforman diseños alucinantes. En la carpintería predominan los perfiles de aluminio que se reflejan en los múltiples espejos, habitualmente bajo una afilada luz fluorescente... A pesar de esta sensación anárquica es interesante comprobar cómo se reconoce una armonía natural, una consistencia y personalidad propia en los bares y cafeterías que no han padecido reformas y por ello conservan sus elementos originales. Aún sufriendo las limitaciones económicas e industriales de una época difícil –el franquismo–, los espacios retratados en las páginas de este libro poseen un estilo que no tiene nombre, conforman un diseño de conjunto que no tiene unidad aparente, expresan una estética que, desgraciadamente, no tiene futuro, que sólo podremos disfrutar hasta que se agoten las existencias. Leandro Lattes
Liquidation due to closure As portrayed in the first volume of the series While Stocks Last –a catalogue of urban details–, traditional small businesses in Madrid are rapidly disappearing. Everything that is considered old-fashioned and seen as “unstylish” ends up in the containers of the countless renovations in progress; indeed, this is where a fundamental part of Madrid’s more recent aesthetic traditions perish unnoticed amongst the rubble. Bars and cafés are perhaps the establishments that most suffer this indignity. Unfortunately, they are also the places that contain the greatest wealth of popular design whose importance and relevance is depicted in While Stocks Last 2. In Madrid as in most Spanish cities, there is a bar or café on nearly every street corner. They are meeting places and gathering points for many of the city’s inhabitants who routinely turn up in these establishments either to join friends and colleagues or to simply pass the time. Many of them become regulars, dropping in several times a day –to have breakfast, an apéritif, lunch, to peacefully drink coffee, a beer, some wine, to have a snack, read the paper, get involved in political discussions or arguments about football, play a hand of cards or just stare hypnotized at the television. Bars are extensions of domestic life and sites where the public and private spheres overlap –a last redoubt where one can either be anonymous or easily feel part of the crowd. Such everyday dynamics, however, are steadily eroded by the progressive disappearance of local bars. The invasion of cafeteria franchises and fast-food restaurants –the emergence of the “generic city,” as town planner and architect Rem Koolhaas has called it– not only changes the spaces it absorbs and the city’s landscape, but also destroys an aesthetic tradition cultivated by privately owned small businesses. The personal relationship previously enjoyed between the client and the
customary figure of the owner or “boss” becomes anonymous and faceless with the latter’s disappearance from these new mass-produced premises. Likewise, the particular style in which he or she decorated his “home” is wiped out. And so the bars that have existed ever since one can remember close as their owners retire or sell, and the furniture and fittings that they themselves had chosen for both their decorative and functional qualities are thrown away. Seeing this happen and feeling as if a whole visual and object-based culture of indubitable interest is disappearing, it seemed that there was an urgent need to produce an objective historical record reflecting these local businesses’ personality –landscapes heading towards extinction that While Stocks Last 2 attempts to save from oblivion. Dubious design Being trained in industrial design, I tend to look at the objects around me in detail: how they are manufactured (whether they are handmade or mass-produced), the materials and techniques used, their relationship with their context, their functionality and their particular personality. In the bars and cafeterias that I have photographed –and that were mainly built or refurbished between the 1950s and 70s– there seems to have been no intention to create a particular style. Their interior design is simple and one can easily discern the basic techniques used in the building of their furniture and fixtures such as the stools’ bent metal tubes, the exposed welding on steel bars and wood and Formica assembled with visible screws. Terrazzo floor tiles are ubiquitous and have practically no decorative detail since their main purpose is camouflage, while walls often feature tiles with incredible patterns. Aluminum is the predominant material for window and door
frames, reflected in the multiple mirrors, usually under sharp fluorescent lighting... It is interesting to see how a natural harmony emerges behind this apparent anarchy –a congruity and personality unique to those bars and cafeterias that have not been refurbished and have thus kept their original furniture and fixtures. Still subjected to the economic and industrial limitations of a difficult period (the Franco dictatorship years), the spaces portrayed in the pages of this book possess a style without a name, their overall design having no apparent unity, expressing an aesthetic that unfortunately has no future and that we will only be able to enjoy “while stocks still last.� Leandro Lattes
Hasta fin de existencias - bares y cafeterías de Madrid / While stocks last - bars and coffee shops of Madrid Selección de bares y cafeterías / Selected bars and coffee shops: bar restaurante, El Aeropuerto, Ave María, 19 - bar Barco, Barco, 27 - bar Bremen, San Andrés, 31Los Chiquitos, Gral. Ricardos, 18 y Embajadores, 63 - Café Comercial, Glorieta de Bilbao, 7 - Casa Corripio, Fuencarral, 102 - Denver, San Bernardino, 8 y 10 Bar Escalada, Corredera Alta de San Pablo, 2 - restaurante La Estrella Pepe, Estrella, 6 y 8 - cafetería La Flor, Alberto Aguilera, 6 - cafeterías Forum-Java, Santa Engracia, 57 - Cafetería H. D., Guzman el bueno, 67 - bar Juarez, Juán de Austrias, 25 - bar Maracaná, Plaza de Olavide, 1- Bar-Café Maxi, Sebastián Elcano, 7 bar Moka, Amor de Dios, 14 - bar Muñiz, Huertas, 29 - bar M. Garcia, Conde Duque 3 - Bar Noviciado, San Bernardo (metro Noviciado) - Casa Paco, Calle León, 9 bar Palentino, Pez, 8 - bar Parrondo, Santa Isabel, 8 - mejillonería El Pasaje, Pasaje de Mathéu, 5 - bar Pavón, Santa Isabel, 16 - Casa Poli, General Pardiñas, 28 Café-Bar La Ribera, Plaza del Cascorro, 13 - bar Revuelta, Argumosa, 23 - bar Santander, Augusto Figueroa, 25 - La Taberna de Atocha, Atocha, 76 Taverna Pepita, Corredera Baja de San Pablo, 28 - Bar Los Titos, Torrecilla del Leal, 4 - Pizzeria Vesuvio, Gonzalo Jiménez de Quesada, 2. Concepto, fotografía y diseño / Concept, photography and design: Leandro Lattes / leandro@hfde.com Edición de texto / Text edited by: Mario Canal Pre-impresión / Pre-printing: Cromotex Impresión / Printed by: TF artes gráficas Encuadernación / Binding: Ramos Papel / Printed on: Creator Silk 150 gr./m2 Agradecimientos / Thanks to: Ana, David, Florencia, Graeme, Lucas, Mario y Richard © Edición / This edition © Ediciones Aldeasa © Fotografías y diseño / Photographs and design © Leandro Lattes Impreso en Madrid, agosto 2004 / Printed in Madrid, August 2004 / ISBN 84-8003-864-0 / Dep. Legal M-39394-2004 / ISBN 84-8003-864-4 / Dep. Legal M-39395-2004
Hasta fin de existencias 2 es el segundo volumen de una serie de libros centrada en detalles urbanos de Madrid –en fase de extinción–, fotografiados por el diseñador industrial Leandro Lattes. Incluye vistas del interior de bares y cafeterías, reuniendo imágenes de mobiliario y de objetos de “diseño dudoso” que, al organizarse en secuencias, ganan un encanto y un interés del que hasta el momento no habían gozado. While Stocks Last 2 is the second volume in a series of books focusing on the urban details of Madrid, heading for extinction, photographed by industrial designer Leandro Lattes. It includes views of the interiors of bars and cafeterias and of the furniture and fixtures of “dubious design” which, once put together as series and compared, reveal a hitherto unappreciated charm and interest.