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La visita del niño sano

Por Karina Pérez Especial para Puerto Rico Saludable

La visita del niño sano permite a los padres aclarar las preocupaciones o dudas generales sobre el desarrollo, el comportamiento y el bienestar del niño. Según la pediatra Carmen I. Suárez, las visitas de los niños sanos son recomendadas en ciertas etapas específicas de la vida para hacer exámenes físicos completos y difieren de lo que es una visita por enfermedad.

“Evaluamos desde la cabeza hasta los pies, porque los niños, a diferencia de los adultos, tienen muchas cosas relacionadas con su desarrollo y crecimiento que tenemos que averiguar que están ocurriendo como es de esperarse”, informó.

La doctora mencionó que la primera visita de control que se hace del niño sano es a las 48 horas luego de que el bebé sale del hospital. En esta, los pediatras evalúan:

• El ritmo cardíaco

• Si la piel está bien hidratada.

• El modo de alimentación y si está recibiendo suficientes líquidos o nutrición.

• Cambios en el examen del corazón, porque no todo se va a escuchar enseguida que nace el bebé.

• Se hacen acercamientos para conocer la salud emocional de los padres y descartar la depresión posparto u otros factores que pueden presentarse en los primeros meses de vida del bebé.

Después de la evaluación, si todo está bien, se recomiendan citas a los dos, cuatro, seis, nueve, 12, 15, 18 y 24 meses. La doctora confirmó que estas visitas son pautadas y recomendadas de manera oficial por la Academia Americana de Pediatría.

“En cada una de sus visitas, nosotros vamos a averiguar cómo está creciendo ese bebé, o sea, que vamos a hacer medidas de peso, estatura y de circunferencia de la cabeza. El pediatra utiliza unas tablas específicas para hacer una trayectoria de esos valores a lo largo de los años de vida del niño. De ahí, uno puede detectar si el niño está en un desarrollo que es el esperado o si hay alguna intervención que se debería hacer”, explicó la pediatra. Incluso, se pueden detectar los cambios en las curvas de ese crecimiento que se deberían investigar con mayor detalle.

Además, durante estas visitas, se habla de los cambios psicológicos de la familia entera, porque eso puede afectar el desarrollo psicosocial de los pacientes. La doctora Suárez informó que, también, se indaga sobre el comportamiento del bebé, desde si se voltea, mira a los ojos, sigue con la mirada o reconoce a los padres, entre otros.

En cada visita durante el primer año de vida se hace el examen físico. Luego del primer año, se realizan visitas a los 15 y 18 meses, en las cuales se evalúan la nutrición y el crecimiento, y se hace screening de autismo. Después de los 24 meses, la recomendación de niño sano es una visita anual hasta los 21 años sobre los cambios físicos, de comportamiento y estresores familiares. Entiéndase, se revisa el ambiente social, emocional y físico del niño. De esta manera, se trata de proteger y mantener el desarrollo integral del niño.

La pediatra destacó que es importante hacer la distinción de que, cuando los niños están enfermos, tanto el examen físico como el comportamiento de los niños y las preocupaciones de los padres afectarían el hacer una evaluación de lo que es un niño sano. Por tanto, no es recomendable que se utilicen las visitas por enfermedad para ponerse al día en lo que es la visita de niño sano, porque cambia la impresión que causa ante al pediatra.

De igual forma, la pasada presidenta de la Sociedad Puertorriqueña de Pediatría resaltó la importancia de que, independientemente de la edad, se continúen las visitas de niño sano para lograr las detecciones tempranas que permiten ofrecer el tratamiento requerido antes que sea muy tarde y cree un problema mayor.

“Se necesita un examen físico que identifique a tiempo esos cambios sutiles. Lo más importante es poder hacer detección temprana e intervenciones a tiempo, cuando logramos ver esos cambios sutiles, que los padres no ven en casa”, puntualizó. Además, mencionó que existen guías que establecen las recomendaciones de edades para hacer los laboratorios o pruebas de cernimientos (como visión y audición) a los niños y el por qué.

“Les pedimos a los padres de los niños grandes (adolescentes) que los traigan a sus visitas y que fomenten ese vínculo médico-paciente para su bienestar. Hay que revisarles las horas de sueño, el tiempo en pantalla, los aspectos psicoemocionales que afectan esta etapa, ofrecerles orientación sexual y la oportunidad de que se expresen en confianza con su médico de cabecera en temas que, a veces, son incómodos con sus padres. Podemos ser una guía y estamos preparados para manejar ese tipo de situación”, sostuvo Suárez.

Por último, reiteró la importancia de orientarse con el pediatra para mantener al día las vacunas recomendadas para las edades de dos, cuatro, seis, 15 y 18 años, ya que ofrecen prevención a enfermedades serias o mortales. Asimismo, enfatizó la necesidad de educarse sobre la muerte de cuna y el uso de los asientos protectores en los autos (car seats), de manera que adecuados para la edad y el tamaño del menor. Para proteger el desarrollo de tu hijo, ¡revisa cuándo toca la próxima visita de niño sano!

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.

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