Nº2: Democratización de la Enseñanza y Producción del Diseño en Chile

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Entrevistas

· FabLab Santiago · Christian Oyarzún · Diego Quintana

Columnas

· César Fuenzalida · Joaquín Aldunate


EDITORIAL EQUIPO COORDINACIÓN

Dirección y coordinación Francisco Rojas Asesoría académica Simoné Malacchini Marketing y finanzas Valentina Oyarzún Evento Javiera Carrillos Macarena Espina Bárbara Fuentealba Coordinación Estudiantes Catalina Guzmán EQUIPO COMUNICACIONES

Dirección y coordinación Diego Salinas ENEDITV César Fuenzalida Publicación ENEDI Rita Paz Torres Klaus Dietz Catalina Marilao Simón Badilla Plataforma Web Mario Rojas Community Manager Augusto Causa

El Encuentro Nacional de Escuelas de Diseño – ENEDI – alberga a todas las instituciones que imparten la carrera, sin excepción, en un evento que se ha venido realizando de manera intermitente desde 2009. Este año, estudiantes y académicos hemos decidido tomar la batuta no solo como una forma de mantener una tradición, sino también porque estamos seguros de que, no es posible avanzar en el desarrollo de la carrera sin conocernos, y sin cuestionar nuestro quehacer de manera lúdica y atractiva. La presente publicación es una invitación a abrir este debate. Creemos que diseñar es comunicar, pero también colaborar con diversos actores. Y, desde esa perspectiva, nos sostenemos para dar a conocer otros enfoques y visiones, recordando el pasado del Diseño, su rol en la historia reciente de Chile, y las deudas que aún quedan pendientes. Te invitamos a leer, reflexionar y discutir. Te invitamos a celebrar las diferencias y las coincidencias de nuestras instituciones, a aprender de las buenas y malas prácticas de todos, de los aciertos y de los errores. Pero, sobre todo, te invitamos a reunirnos. Este 2014, sé parte del ENEDI.

Atentamente, Equipo ENEDI 2014



ENEDI 2014 agradece especialmente a: Antalis GMS y Salviat Impresores por su auspicio en la impresión de este número. Al docente Christian Oyarzún, Andrés Briceño y Tomás Vivanco del Fab Lab y a Diego Quintana por sus entrevistas. Fab Lab, Maker Space Stgo y a la Facultad de Arquitectura y Urbanismo por el espacio para la realización de las entrevistas. Renzo Contreras, estudiante de 4to año de Diseño Gráfico de la Universidad de Chile, por el diseño de la portada de este número


CAPÍTULO 2 DEMOCRATIZACIÓN DE LA ENSEÑANZA Y PRODUCCIÓN DEL DISEÑO EN CHILE En este segundo capítulo se aborda una temática situada en esta época, donde el conocimiento ya no se encuentra restringido o tiene un carácter privado, donde tal como señala Christián Oyarzún, uno de nuestros entrevistados en este número, “el compartir, en general, es la base de un nuevo protocolo de convivencia social”, marcado por diferentes hitos, como el desarrollo de nuevas tecnologías y herramientas, abriendo un nuevo mundo de posibilidades, como la aparición del Internet, y la Globalización, que hacen posible la creación de una sociedad más abierta, donde se trafica información a tiempo real, permitiendo entregar conocimiento rápido y plural. Es aquí, gracias a esta dinámica, se nos invita a reflexionar sobre el rol de estas nuevas generaciones creativas, que se hacen parte de este ideal de flujo de información participativo, cambiando totalmente el anterior modelo y los servicios que uno puede entregar como diseñador, atendiendo a que el diseño siempre va a tender a la adaptabilidad de su contexto. En este capítulo, los columnistas César y Joaquín nos hablan sobre los diferentes espacios de la enseñanza y el conocimiento, y los tres entrevistados, FabLab Santiago, Christián Oyarzún y Diego Quintana abordan la temática planteada en el número, dejando inquietudes para los siguientes números.


COLUMNAS DE OPINIÓN LA EDUCACIÓN TAMBIÉN ES NUESTRA CARGA Se puede alegar que la educación no es democrática en nuestro país. La base de la injusticia social se basa en este problema, y ya tiene a los oídos de todos agotados de oír una y otra vez las mismas afirmaciones sobre el origen de este problema. Me parece de una importancia infinita, y a modo de misión personal abrir este canal de conflicto para leerlo desde otros campos de discusión. Sostengo que la educación hoy es un problema de diseño, y estamos obligados a tomar parte. Tenemos claro que la educación no es democrática, pero sí se ve surgir un panorama de instancias en las que la educación ha tomado vías de serlo; educación es cada vez más el tema de esta década. Hoy están inventando nuevas formas de aprender. Se ve en que por medio de internet, hoy se puede aprender cualquier cosa. Si hace algunos años había que hacer el esfuerzo de leer cosas difíciles, y en inglés casi siempre, hoy el aprendizaje incluso se está presentando acompañado de un envase didáctico, y no ya como una sola puesta a disposición de la información. Los indicios más antiguos de los que tuve experiencia personalmente fueron GameMaker, y Fruity Loops, con los que el programar y el hacer música respectivamente, se presentaban a gratuidad, y encima poniendo énfasis en la curva de aprendizaje de sus usos. La ciencia de cómo diseñar juegos, explota con la aparición del computador; y por medio de libros como Rules of play, descubrimos que en realidad, aprender y jugar son una misma

Joaquín Aldunate I. Socio de la Oficina Design Factorial Egresado Diseño Industrial Universidad Diego Portales

cosa. En internet tenemos ya disponibles, herramientas tremendamente valiosas y didácticas: Scratch, Duolingo, Processing, Arduino, Wikipedia, Khan academy, codeacademy, etcétera. También han aparecido nuevas instituciones en esta línea como las Tinkering Schools (o en Chile, el proyecto Tinker Trak) o las Innova Schools, en Perú. Y es más, cualquiera puede obtener ayuda sobre algún tema particular en foros, o cualquier plataforma social o espacio colaborativo abierto. Cualquier persona que hoy en día tenga el deseo de aprender algo, puede mientras tenga acceso a internet. O mejor digamos: podría, si los diseñadores hubiésemos hecho nuestro trabajo a tiempo. Y es aquí donde propongo el problema educacional más como un problema de diseño, que como un problema político. Nuestra realidad actual ofrece muchas opciones para democratizar la educación: máquinas digitales de muy baja potencia pueden generar experiencias de aprendizaje mucho más efectivas si se diseñan de forma correcta; abriendo la mejor calidad de la educación a todos. ¿Por qué la educación sigue siendo tan privativa, y no integra aún en forma correcta objetos tecnológicos y diseño de experiencias? Una experiencia de aprendizaje bien diseñada es más eficiente de costos y tiempo, y más eficaz en desempeño educativo. El aprendizaje se está dando afuera de los colegios; y éstos se convirtieron en un enemigo del aprendizaje, sólo porque aún no ha habido un diseño de la experiencia. De la experiencia de aprender.


TODOS PODEMOS APRENDER Hace unos meses en un focus group con estudiantes de varias universidades tradicionales coincidimos en lo mismo: Teníamos una decepción considerable respecto a nuestra educación universitaria. Siendo de un grupo de carreras y orígenes diversos sabíamos que habíamos crecido bajo expectativas que no se habían concretado en las salas de clases. Al final fue muy bueno que no se cumplieran. Lo cierto es que hay muchas formas de aprender mas allá de una burbuja académica que a veces ciegamente forma profesionales para ser asimilados por la fragilidad de las industrias creativas y de la comunicación (igualmente reticentes a la innovación que otras industrias). Especialmente para espacios tradicionales que legitiman la desigualdad de acceso a los bienes culturales, la sectarización profesional y la creación como simplemente hacer calzar formularios para seguir recibiendo plata. Sin embargo nuestra educación universitaria coincide con un acceso a la tecnología a bajo costo y a gente con ganas de compartir lo que sabe tanto en las salas de clases como en otros lugares. En los últimos años el acceso a la información y a medios técnicos tales como herramientas de creación de textos, de edición gráfica o audiovisual, comercio web o creación de música han transformado radicalmente nuestra relación con la tecnología y con los públicos. Aprender no puede ser mas democrático. Les puedo asegurar que hasta el flaco que pide monedas para alentar al “bulla” afuera del metro podría ser capaz de construir una casa, hacer un corto documental o correr cien metros planos.

César Fuenzalida G. Montajista ENEDITV14 Egresado Audiovisualista Universidad de Chile

También podría escribir esta columna. Lo mismo con una persona de ochenta años que vive en alguna zona aislada del país. Posiblemente hemos escuchado lo contrario toda nuestra vida. Lo que hemos escuchado es que los servicios que ofrecemos son medios para obtener ganancias y subsistir en un país donde el costo de la vida es mucho mas caro que cuando nacimos. Por esto a veces parece difícil presentar alguna alternativa frente a modelos probados que a su vez de legitimarse, entregan la posibilidad de subsistir y que nos vayamos “tranquilos” ahorrando para la casa. Pero siempre hemos podido hacer cosas gratis. Si mi madre me hubiera cobrado por enseñarme a amarrar mis zapatillas cuando tenía ocho años, lo mas probable es que hubiera usado velcro toda mi vida (Por suerte no somos tan radicalmente neoliberales aunque estamos cerca). De hecho ENEDI TV, el segmento audiovisual de esta publicación es gratis. El valor de los equipos que utilizamos no sobre pasa en total los 600 mil pesos. Usamos tubos de PVC como una caña de audio. En una de esas utilizaremos un extensor de un rodillo. Ustedes no pagan por verlo, al igual que esta publicación. Nosotros no generamos ganancias con esto. Esta claro que es necesario tratar de generar alternativas que puedan permitirnos utilizar esta posibilidad de acceso al conocimiento no solo para nosotros, jóvenes sobreeducados y sobreconectados. En Chile está lleno de colegios donde nunca han conocido un diseñador, un audiovisualista o un arquitecto. Depende de nosotros utilizar estas herramientas para quebrar las barreras de las variadas exclusiones de nuestro continente.


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FAB LAB SANTIAGO Plataforma tecnológica de diseño y fabricación local, vinculada a una red de laboratorios en el mundo que producen objetos capaces de crear otros objetos. Andrés Briceño y Tomás Vivanco trajeron el proyecto a Chile desde Barcelona, España. Ambos son arquitectos y Máster en Arquitectura Avanzada / IAAC- UPC (Barcelona).

CREATIVIDAD APLICADA

En lo Social, Académico y Profesional Entrevista Rita Paz Torres • Edición Catalina Marilao • Cámara Diego Salinas Junto a Tomás y Andrés hablaremos sobre los inicios del proyecto Fab Lab Stgo, sus lineamientos y diferenciaciones y como ven ellos, esta oportunidad de creación, desde esta plataforma abierta y colaborativa. Andrés Briceño y Tomás Vivanco son chilenos, pero se conocieron en Barcelona cuando estudiaban sus posgrados en el Instituto de Arquitectura Avanzada de Catalunya (IAAC). Desde las primeras clases -mucho tiempo antes de crear una sucursal de la Red Mundial de Laboratorios de Fabricación (Fab Lab) en Santiago-, ambos coincidieron en la idea que la tecnología disponible no era suficiente, si no te hacías las preguntas correctas. Según Tomás, la historia comenzó así: “Marta Malek, que fue profesora nuestra, había curado una exposición en el Museo del Diseño de Barcelona sobre toda la impresión en 3D a nivel mundial. Esto fue a los pocos meses que habíamos llegado y los más top del diseño 3D estaban ahí, pero lo más chocante fue ver gente -con una capacidad enorme para diseñar, resolver, e investigar-, desarrollando prototipos que se quedaban como esculturas, encerradas en un museo... Era muy interesante lo que se hacía, pero uno pensaba ‘¿para qué?’”. “Coincidimos en que había mucho potencial -menciona Andrés-, pero la clave fue darnos cuenta de dónde proveníamos. Sentimos que teníamos la responsabilidad de vincular estas experiencias con Chile y el contexto latinoamericano”.


“Históricamente, el conocimiento y el desarrollo de la tecnología siempre han estado ligadas a las ciudades; pero con la globalización esto se rompe... Ahora estos modelos están en retroceso y lo que nosotros buscamos es posicionarnos dentro de la Tercera Revolución Industrial, que Jeremy Rifkin plantea bajo una pregunta: '¿Qué pasaría si las personas –con conocimientos específicos o no– fueran capaces de poder fabricar sus propios productos?"

Por lo mismo, dedicaron dos años a madurar la idea, hacer gestión y construir la misión y visión del Fab Lab Santiago, que terminó sostenido en tres pilares fundamentales: el “Fab Social”, ligado a la Fundación Vivienda y al Sociolab de Techo; el “Fab Académico”, relacionado con la Escuela de Diseño de la Católica, en la que Tomás es académico; y el "Fab Profesional". “Creemos que la triangulación de estos tres elementos nos va a dar sustentabilidad en el tiempo y nos van a permitir desarrollar proyectos que salgan del mundo académico y sean útiles para la sociedad”, asegura Vivanco. ¿Cómo organizan el trabajo? Tomás: Dentro del laboratorio no hay jerarquía. Si bien, con Andrés somos los Directores (porque hemos levantado el proyecto), todos tenemos el mismo grado de participación y de opinión. Hay un equipo estable que mantiene esta plataforma, y las membrecías para que los profesionales vengan a diseñar o fabricar sus cosas, con asesoría nuestra y de todo el equipo del Fab Lab Santiago.

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Andrés: Como laboratorio, lo que buscamos es fomentar la creatividad aplicada, utilizando estas herramientas, pero con la energía de muchas personas. Nosotros tenemos una base de actividades que nos permiten seguir financiándonos, y además nos permite ir generando una comunidad. ¿Cuál es la diferencia entre ustedes y otros Fab Lab’s como los de Universidad de Chile o la Adolfo Ibáñez? Tomás: Lo primero es que nosotros no estamos bajo el alero de ninguna Universidad y eso nos da más libertad de acción. Lo segundo, es la necesidad de este laboratorio de estar a disposición de la sociedad en su conjunto. Ser un espacio dónde se sumen la creación de conocimiento más la capacidad de desarrollar tecnología. Además de los tres pilares: la idea de vincular el mundo profesional, con el mundo social y el académico dentro de una plataforma abierta y colaborativa. Andrés: El hecho de ser independiente permite vincularte con la sociedad de otra manera: no somos una burbuja, y el ejemplo más

claro es que tú no puedes entrar a los otros laboratorios sin ser alumno de esa facultad. Por otro lado, las universidades también tienen protocolos que no permiten cuestionar las máquinas… Nosotros sí lo podemos hacer. Algunas de las preguntas teóricas que rondan al Fab Lab Santiago se pueden concentrar en un par de conceptos: el cambio del modelo productivo y la Tercera Revolución Industrial. Tomás explica: “Históricamente, el conocimiento y el desarrollo de la tecnología siempre han estado ligadas a las ciudades; pero con la globalización esto se rompe: por ejemplo, mi celular fue diseñado en EEUU, fabricado en China y comprado en Chile. Ahora estos modelos están en retroceso y lo que nosotros buscamos es posicionarnos dentro de la Tercera Revolución Industrial, que Jeremy Rifkin plantea bajo una pregunta: "¿Qué pasaría si las personas –con conocimientos específicos o no– fueran capaces de poder fabricar sus propios productos? En ese caso cambia totalmente el modelo y los servicios que uno pudiera entregar…

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"Yo hablaría de democratización de la fabricación, no de la tecnología”, dice Andrés Briceño, y explica que los avances técnicos y de la computación han abierto un nuevo mundo de posibilidades: “Por ejemplo, tú puedes buscar cómo armar una máquina (un láser de corte, una impresora 3D o algo mucho más vanguardista), y te aparece un tipo que te dice qué comprar, qué hacer, y más encima te deja un tutorial. En Chile todavía hay generaciones que no entienden por qué alguien pierde el tiempo en entregar conocimiento sin ganar plata, pero los jóvenes está con otra dinámica y las últimas revueltas sociales son un ejemplo muy claro de eso”. “Internet es una herramienta fundamental en esta época –explica Tomás–, pero recién ahora, con la Internet 3.0, se ha vuelto más maleable por las propias personas. Y ese mismo fenómeno se está replicando en algunas ciudades del mundo, en que se están creando herramientas participatorias a través de Internet: lo que se llama el urbanismo 3.0. Y también podríamos hablar del Diseño 3.0, en la que nosotros podríamos transmitir una tecnología determinada, en digital, a cualquier lugar de Chile, y reproducirlo a objetos físicos. O sea, pasaríamos de los bits a los átomos”. ¿Qué pasa con el concepto de “star up” y el emprendimiento creativo en esta nueva generación creativa? Andrés: Creo que hay un montón de gente “joven” (no sólo por un tema etario, sino también de pensamiento), con mucha energía y que no se siente identificada con el poder empresarial. Y lo que hace este poder, este sistema, es tratar de conducir esta energía para sus propios intereses: de algún modo te hacen un moldaje para que dejes de ser; y ahí empieza una fricción que se traduce en un nivel de frustración muy grande cuando empiezas a trabajar. En las empresas de prefabricados de hormigón existe un potencial increíble. Pero fabrican el mismo ladrillo años y años porque les va bien y están súper cómodos.


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“... La gente joven se está dando cuenta de eso, se están encontrando con otros que están en la misma dinámica, y así empiezan a surgir las ideas… En ese sentido, el Fab Lab Santiago es un centro complementario ante una industria que no está dispuesta a innovar, ni a invertir.” Se preguntan ¿Para que nos desgastamos en hacer algo nuevo? Y no lo hacen. Está lleno de gerentes de innovación que trabajan desde la planilla Excel solamente. La gente joven se está dando cuenta de eso, se están encontrando con otros que están en la misma dinámica, y así empiezan a surgir las ideas… En ese sentido, el Fab Lab Santiago es un centro complementario ante una industria que no está dispuesta a innovar, ni a invertir. Tomás: El “start up” a mí me gusta, creo que es un buen empujón inicial, pero es un modelo muy gringo (muy no-chileno), y hay un momento en que se prostituye todo: hay hasta realitys de “start up” en la televisión, llenos de conceptos gringos, stress, presión… Andrés: Al final lo que pasa ahí es que te olvidas de tu contexto. ¿Ustedes creen, con su experiencia en este proyecto, que sería una buena iniciativa incorporar la idea los Fab Labs a las universidades? Tomás: Bueno, la gran mayoría de los Fab Labs en el mundo están en universidades. Ahora, yo no creo que sean la solución a todos los problemas de la humanidad, jajaja… Sabemos que hay muchas variables que puede que nos digan más adelante que estamos equivocados, pero es una oportunidad.

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CHRISTIAN OYARZÚN ROA Artista medial, profesor, investigador y desarrollador independiente. Académico del Departamento de Diseño de la FAU y del Magister en Artes Mediales de la Universidad de Chile. Ha trabajado desde sistemas gráficos interactivos, música generativa, video juegos y medios de masa, hasta la visualización de datos, cartografía, y geopolítica.

LA CULTURA ABIERTA

Distribuir conocimiento horizontal Entrevista Macarena Díaz • Edición Simón Badilla • Cámara Diego Salinas En esta ocasión, visitamos el Stgo MakerSpace, lugar donde trabaja Christian, donde conversamos sobre la implementación de la tecnología en el ámbito artístico y como a medida de los años se a ido masificando estas herramientas. Luego de tres años de estudio de Ingeniería Civil, Christian decide abandonar la carrera y comienza sus estudios en Arte, obteniendo su licencietura con mención Pintura en la Pontifícia Universidad Católica en el año 1999. Pero desde 1998 comenzó a desarrollar un trabajo teórico y práctico alrededor de los medios digitales, participando en diversas exhibiciones, foros y mesas redondas, donde alguno de sus trabajos han sido incluídos como parte de la artBase de rhizome.org y de la colección de computerfineart. Actualmente se encuentra trabajando como ilustrador, animador, desarrollador y programador freelance, como se autodenominaría el. Bajo tú punto de vista, ¿Cómo han cambiado los procesos de diseño, o de expresión artística en general, con los cambios de las tecnologías? Uno podría pensar que un primer cambio vino en los 90’s, con la implementación de tecnologías digitales dentro de las carreras de diseño. Herramientas que provenían de la publicidad, como Photoshop, Ilustrator, en su momento Flash, etcétera.


Yo en ese tiempo no estaba tan involucrado con el diseño, pero me tocó ser parte de una generación de estudiantes de arte que manejamos estas herramientas antes que fueran implementadas en las carreras, porque desde el lado artístico hay una relación mucho más directa en ir tomando nuevos soportes e irlos problematizando; al contrario del diseño que tarda mucho más… Un segundo shock podríamos decir que vino en 2010-2012, con las tecnologías de prototipado y fabricación digital. Entre medio, en el 2000, deberíamos considerar que estuvo Internet también, por lo que serían tres hitos. Pero tu pregunta no era esa… Más bien, ¿en qué “forma” afecta? ¿Cómo solía expresarse antes en el diseño, cómo lo hace ahora? Hay dos aspectos. En diseño, la relación con lo tecnológico es súper natural e instrumental. En todos los cambios paradigmáticos que se vayan sucediendo, el diseño siempre va a tender a la adaptabilidad en términos de malla académica o de los soportes que se vayan a ocupar.

" Yo en ese tiempo no estaba tan involucrado con el diseño, pero me tocó ser parte de una generación de estudiantes de arte que manejamos estas herramientas antes que fueran implementadas en las carreras, porque desde el lado artístico hay una relación mucho más directa en ir tomando nuevos soportes e irlos problematizando..." En la formación artística hay una diferencia, porque provienen de una tradición tecnológica diferente; probablemente, desde ahí, se va a entender antes que hay un problema que modifica las estrategias de producción, los soportes o a las mismas poéticas de las obras.


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¿Es más permeable? Más que permeable, yo diría que ante necesidad de poner en crisis tus propios soportes es inevitable el hacerse cargo rápidamente. En el diseño, lo inevitable está en otro lado: en las prácticas, por ejemplo, que no siempre son las mismas que están amparadas dentro del discurso de una escuela. Siento que las urgencias son diferentes, por la naturaleza de ambas disciplinas: más reflexiva una, o de aplicación en el otro caso. En los últimos años el diseño ha mirado con mucho interés al arte, la tecnología, la experimentación tecnológica, y eso es un proceso de desdibujamiento de la disciplina que es muy reciente. En el escenario de 1999, ponte tú, yo egresé de artes con conocimientos de algunas tecnologías, y lo que sucedía es que nosotros llegábamos a ocupar el mercado laboral de los diseñadores. ¿Crees que existe una democratización de este conocimiento y de las tecnologías, en el paso de estos últimos años?

Las preguntas sobre la cultura abierta o las licencias libres son parte de nuestra cultura actual. El compartir, en general, es el concepto base de este nuevo protocolo de convivencia social actual. Hasta el año 2005, desde el área del arte y la tecnología, ya había una discusión por las tecnologías abiertas, el copyleft; pero siento que no fue tan fuerte hasta que los monopolios fueron evidentes y eso, sumado a la nueva Internet (redes sociales, youtube, web 3.0), lo que emerge es un flujo de información que no habías visto antes, habiendo Internet y todo... Además, está la posibilidad de ver todo lo que está pasando en tiempo real Exacto. Y esa actualización genera una crisis en la idea de que el conocimiento es restringido y privado, una cuestión que no tiene sentido en una sociedad que es cada vez más abierta y que trafica cada vez más información. ¿Crees tú que es posible hablar de una Tercera Revolución Industrial? Por ejemplo, una impresora 3D en un casa… Es bonito pensar que puede pasar...


¿Crees que es posible? Creo que hay muchos deseos de que así sea, o sea, una Revolución Industrial lo que propone son nuevos modelos de producción y la modernidad está basada en revoluciones científicoindustriales que validen el proyecto moderno. Ahora, el tema dónde yo no veo la revolución, es que esto no surge de las masas, ni surge como un cambio de sistema. Estas iniciativas están bastante limitadas a lo académico. Un ejemplo: puede ser factible que yo tenga una impresora 3D en mi casa, e imprima lo que yo quiera. Ahora, imagínate si en mi casa tengo unas tijeras, o tengo madera y un serrucho, y se me ocurre empezar a hacer mis propias sillas… ¡Nadie está diciendo que yo tengo una revolución industrial en mi casa! O sea, la tecnología es muy bacán, hay aspectos que son súper bonitos… Pero no son suficientes para hacer realidad una revolución industrial... No po’. Para eso habría que transformar toda la matriz productiva por completo, establecer otras prioridades. Volver al paleolítico sería efectivamente revolucionario. Yo estoy de acuerdo con que exista una mayor horizontalidad en la distribución del conocimiento. Crear condiciones para volvernos personas autónomas, o con sistemas de producción autónoma, es súper valioso, pero no necesariamente está vinculado a tecnologías de tipo digital. O sea, hay tecnologías paleolíticas que todavía no todos dominamos, como construir una rueda o hacer fuego en la intemperie… ¿La tecnología podría llegar a ser liberadora de alguna forma? La verdad es que la tecnología casi siempre ha estado del lado de la alienación más que de otra cosa. Por ejemplo, si yo entiendo de manera científica revolucionaria la técnica y digo: Vamos a construir telares y con eso los obreros van a tener más tiempo para hacer su vida. Sin embargo en paralelo surge la pregunta, ¿Y las máquinas reemplazarán a los hombres?

Y por ende vamos a perder el trabajo. O sea existen estos dos monstruos, la tecnología como vía liberadora, pero en el fondo al lograrla ya no soy necesario, y esa pregunta se puede llevar a 1805 con el tipo que inventó los telares con tarjeta perforada. Casi lo trataron de linchar. ¿Crees que la escuela formal -digamos universidades, centros de formación técnica-, van a la par con las nuevas tecnologías, o las nuevas formas de pensar o de fabricar que se están dando? Siendo una persona que ha estado estudiando toda su vida, y que ahora trabaja de eso, jajaja… Siento que uno no puede pedirle todo a las instituciones, que jamás lo van a lograr. Es más, cuando las cosas se convierten en academia, también pierden cualquier signo “rebelde”. Ahora, lo que sí tiene valor en la formación académica es que permite un trabajo con pares, donde no me encuentro solamente con gente que piensa como yo sino con gente que piensa diferente y luego choco con la realidad. ¿Crees que la educación formal, de alguna manera, puede termina matando o cohartando las iniciativas personales? No debiera. Sería una contradicción para mí decir eso, porque yo vivo estudiando. Yo sí desearía que hubiera estudiantes más autónomos. Siento que los espacios universitarios deberían permitir iniciativas –sobre todo a nivel de los alumnos– que manifiesten este tipo de intereses emergentes. Pero yo creo mucho en la extensión. En actividades que son docentes pero que son de fricción a lo académico convencional. Doy muchos talleres y los asistentes te dicen: Soy profesora de la octava región y trabajo en robótica con niños, soy arquitecto, soy diseñador, soy ingeniero. Ese contexto que es súper micro, hace que pasen más cosas, y generalmente he visto mejores resultados en ese tipo específico de experiencias. Ahora por otra parte yo nunca hecho un seguimiento de los alumnos después. Pero supongamos que le habré hecho clases a 100 personas en un año ¿Cuántas de ellas habrán seguido su


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"En cuanto a la democratización de la tecnología en Chile, no creo que sea verdad. Están más masificadas, pero eso no es por la democracia, ni el libre acceso, sino porque nos endeudamos para conseguirlas. Pero viendo el lado positivo, creo que la tecnología va a generar comunidades más educadas, autovalentes, y quizás ese va a ser el verdadero desafío"

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proceso autoformativo?, y por muchas variables, trabajas muchas horas al día, ganas bastante poco o tienes poco tiempo libre para realizar otras actividades y además es de muy mala calidad. Entonces puede que esto nos parezca super entretenido, nuestras vidas son muy fomes y nos anima creer que esto las puede hacer mas distintas por un tiempo. ¿Cómo crees que va a avanzar el tema de la democratización del conocimiento, digamos, en 20 años más? Yo siento que no ha ido tan rápido como yo esperaba cuando era estudiante, hace 20 años -¡lo más emocionante que pasó en 1999 fue que salió Matrix! Jajaja-; pero sí creo que podría orientarse en dos posibilidades: cambios sociales maravillosos, o una desfragmentación social. Siento que las comunidades humanas más pequeñas van a poder ser más administrables. En cuanto a la democratización de la tecnología en Chile, no creo que sea verdad. Están más masificadas, pero eso no es por la democracia, ni el libre acceso, sino porque nos endeudamos para conseguirlas. Pero viendo el lado positivo, creo que la tecnología va a generar comunidades más educadas, autovalentes, y quizás ese va a ser el verdadero desafío.


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DIEGO QUINTANA OLIVARES Diseñador gráfico y desarrollador web autodidacta. Es miembro de The Keystone Design Union, y entre su lista de clientes se encuentran las marcas MTV, Adidas o Reebok, siendo participe de diversos proyectos como el sitio web LaMalla.cl. Se autodefine como un “evangelizador de la vida freelance".

ESTILO FREELANCE

Una oportunidad de diseño Entrevista Macarena Díaz • Edición César Fuenzalida • Cámara Diego Salinas Conversamos con Diego sobre su proceso personal a la hora de entrar al mundo laborar, como ve la instancia de lo academia y que opina sobre el desarrollo de la democratización de las herramientas del diseño. Diego Quintana es un diseñador moderno: con sólo 24 años ya ha tenido contacto con grandes nombres del diseño a través de la red KDU de diseñadores internacionales, ha trabajado con connotados artistas nacionales, como Ana Tijoux, y a participado en campañas de MTV, Adidas, Reebok o Coca-cola, entre otras marcas internacionales. Comenzó sus estudios en la carrera de diseño, en la Universidad de Chile, pero al poco tiempo decidió congelar su carrera y dedicarse de lleno a trabajar como freelance en proyectos de distinta índole. “No sé si fue tan bueno, porque se generó un desbalance. Es un estilo de vida bastante cómodo (el freelance) aunque no sé si es para todo el mundo –comenta–; uno es su propia empresa, desde el que hace el aseo al presidente, entonces hay que acomodarse a distintos roles”. Es un defensor de la universidad y de lo que ahí se puede aprender, aunque también hace incapié que la calle también le da un gran aporte al diseñador de hoy en día. Está a favor de las nuevas tecnologías y la democratización del diseño para todos y sostiene que para ser un buen diseñador, no es necesario el título universitario. “En el diseño uno debe ser su crítico más despiadado” reconoce Diego, además de ser el creador de “La Malla”, sitio web de diseño nacional y tendencias.


¿Cómo es el trabajo de un diseñador que se autodenomina freelance? Toda mi carrera profesional he sido freelance, nunca he trabajado para una agencia. Es un estilo de vida bastante cómodo aunque no sé si es para todo el mundo porque uno es su propia empresa, desde el que hace el aseo al presidente de la empresa, entonces hay que acomodarse a distintos roles. El concepto evangelizador del freelance es un giño, pero sí creo que es un estilo lograble. Mis amigos que trabajan en agencias o en estudios están locos con sus jefes, a veces son menospreciados o están haciendo pegas que no les gusta hacer. El “freelanceo” te da la oportunidad de elegir tus pegas hasta cierto punto y, si eres bueno, el trabajo no escasea, porque todo el mundo necesita diseño o bien, mejorar el que ya tiene. Somos pocos los freelancers en diseño ya que es complicado porque la disciplina en el país es un poco menospreciada. Por supuesto, con la edad que tengo me puedo dar la libertad de freelancear, pero más adelante, cuando tenga tres niños y tenga que pagar un dividendo, puede ser distinto. Por eso trato de evangelizar sobre el freelanceo en estudiantes, porque ahora tienen la oportunidad de jugársela, de embarrarla y pasárlo bien con lo que hacen. Yo veo con quien trabajo y tengo la posibilidad de elegir mis propios clientes, lo que para mí algo completamente impagable. ¿Es necesario un paso por la universidad previo a entrar al mundo del diseño? Yo creo que en un tema como el diseño el que la sigue la consigue. Es una secuencia de sucesos lógicos: Si tienes ganas, y te gusta mucho lo que haces, vas a apuntar a hacerlo bien porque no vas a querer entregar un mal producto. Y si lo haces bien te van a empezar a buscar, ya sea como freelance o en una agencia. Un título siempre ayuda. Por suerte yo nunca he necesitado mi título pero sé que algún día me lo van a pedir en alguna una pega.

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"...Estudiar en una universidad es muy válido, por ejemplo en mi estadía en la Fau, creo que aprendí bastante e hice una red de contactos bastante útil para el mundo que tengo hoy, de hecho, estoy en contacto con la misma gente..." Estudiar en una universidad es muy válido, por ejemplo en mi estadía en la Fau, creo que aprendí bastante e hice una red de contactos bastante útil para el mundo que tengo hoy, de hecho, estoy en contacto con la misma gente que conocí esos años. Creo que el título no es necesario, pero la experiencia universitaria es muy importante, te da el roce con gente de estratos económicos distintos y te amplía la mente, lo que para mí es vital en el diseño. ¿Cómo ha sido tu experiencia con los clientes? ¿Hay algún roce porque seas un diseñador freelance? Mi experiencia ha sido interesante. Cada cliente tiene sus pros y sus contra, y uno como empresa tiene sus preferencias. Los más importantes son los que tengo cercanos al corazón, como por ejemplo trabajar con Anita Tijoux fue un clímax. Estaba en el edificio de la facultad cuando me llamó. Siempre he admirado su trabajo, cuando chico estaba muy metido con su música y es bastante gratificante cerrar ese círculo desde pasar de admirar a alguien a poder trabajar con ellos. Por eso creo que los clientes con los que uno más se queda son donde existe una admiración mutua. Creo mucho en el trabajo grupal. Como uno está acostumbrado a trabajar y a limpiar en la oficina como freelance a veces cuesta delegar responsabilidades, pero en esa diversidad grupal es super positiva, y también se da una admiración mútua. Ahora la mayoría de mis amigos con los que trabajo son gente que admiro en lo personal y en el ámbito profesionalmente. f 12


"...Yo creo que en el diseño hay una secuencia de sucesos lógicos: si tienes ganas y te gusta mucho lo que haces vas a apuntar a hacerlo bien, porque no vas a querer entregar un mal producto. Y si lo haces bien te van a empezar a buscar, ya sea como freelance o en una agencia..." ¿Cuál es tu impresión sobre las experiencias que se pueden obtener tanto de la universidad como en otras instancias sobre el diseño? Creo que existen esos puntos de convergencia. Yo comencé a freelancear muy temprano en la universidad, en primero. Actualmente conozco mucha gente que están estudiando diseño en los últimos años y nunca han trabajado, eso me asusta un poco porque es en la universidad donde uno puede generar ese equilibrio: tienes una formación de nueve a seis de la tarde y después la informal te la da la “calle del diseño”, el conocer gente, hacer actividades, como ENEDI que te permite conocer gente y eso te va dando ideas. Es necesario balancear la formación con otras actividades. La escuela nunca va a dejar de ser escuela. La universidad no existiría si tuvieran que ponerse a la par con el mundo. Ahora el conocimiento está totalmente democratizado, hoy cualquiera puede hacerse llamar diseñador. A algunas personas les molesta que yo me proclame diseñador si no tengo un título, pero a mí me parece que lo profesional es entregar algo con profesión, con un cierto nivel. Se tenga título o no, especialmente en áreas creativas. ¿Apoya la democratización del diseño?

Democratizar el diseño esta super bien. Yo partí así y todos los que hace poco partimos en esto partimos con esas cosas. Aprendí photoshop poniéndole piel de zombi a amigos o en el fotolog. En la universidad siempre hay conocimiento que no está en otro lado. Tiene que ver con el roce con tus pares, por otra parte la universidad te da la disciplina para estudiar, y es algo que te permite ser un buen profesional, lo que mi padre llamaba aptitudes blandas. Me parece que tiene que haber un profesor que odies, y además es necesario odiar a veces lo que uno hace, si estuviste en la universidad y no quisiste salirte es porque te salió muy fácil, y es indispensable tener un conflicto con tu propia disciplina. La universidad entonces te da esa experiencia. Internet o lo que sea jamás lo puede reemplazar. Se necesita un aula de clases para tenerla. ¿Cómo fue la experiencia de haber trabajado en la KDU? La KDU significa algo así como sindicato de diseño de la piedra angular. Tuve mucha suerte porque se estaban formando dos cosas que influyeron en mi vida profesional justo en el año que entré: diseño emergente, una página que fue la primera comunidad de diseño en Chile y fui parte de los primeros 7 que se inscribió en el sitio. Me metí al staff y trabajo con gente que conocí en ese tiempo. Luego de esos trabajo que tuve en diseño emergente, descubrí que en muchos sitios web de diseñadores que yo admiraba había un logo en común, el del KDU. Después de buscar harto encontré un sitio que lo linkeaba y descubrí que era un conglomerado internacional de diseñadores porque estaba toda la gente que aún sigo admirando. Me puse a trabajar en varias cosas, subiendo las cosas a mi sitio para hacerlas más conocidas, luego recibí un mail que me decía que decía “Hola Diego, somos del KDU y queremos conversar contigo”. En ese momento, según ellos, me invitaron a participar en algunos proyectos, pero no entendí. La primera vez les dije que no me sentía listo porque creí que mis trabajos


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eran una porquería, luego varios meses después pregunté cómo se podía postular y dijeron que me habían invitado hace seis meses. EL KDU es una red de contactos más que nada, no una orden sagrada secreta. El logo me evitaba presentarme con otros diseñadores de otros países y me daba la oportunidad de generar proyectos en conjunto. Trabajé para Reebok, para NFL y para el Superbowl, obviamente como parte de un equipo de 100 personas. Muchos de esos miembros son cabros de 18 y 19 años y hacen cosas increíbles. ¿Cómo ves el proceso de aprendizaje del diseño hoy en día? El conocimiento hoy está y está para tomarlo, si a alguien más conservador le molesta, es entendible, porque ahora un niño chico hace algo con un software, mientras puede que él haya tenido que hacer todo a mano y era más difícil. Pero guste o no el aprendizaje está democratizado. Lo que uno tiene que hacer como diseñador es estar al día con el tema. Cuando uno es menor de 30 y está estudiando, uno está libre de muchas responsabilidades, por lo que es el momento para hacer cosas y jugársela. Me deprime cuando los muchachos no aprovechan esta instancia y ya están saliendo de la universidad. En otro tema, a mí no me ha gustado nunca lo que hago, porque creo que uno tiene que ser su crítico más despiadado. Es parte de cualquier tarea creativa odiar lo que uno hace, pero no por eso he dejado de hacer mis cosas. Cuando veo diseñadores que pintan, ilustran, o hacen origami, lo encuentro genial porque te aviva el cerebro. Si vas a salir de estudiar diseño a las seis y te vas para la casa a ver yingo, estás en la carrera equivocada. La democratización por otra parte te apura para que sigas mejorando. Si los cabros de 2do de la universidad están haciendo cosas buenas y tú tienes el mismo nivel, el cliente va a preferir la pega que le llegue más rápido. Uno tiene que seguir aprendiendo porque a uno siempre le te entra mucha presión, el nivel nacional está súper bueno por eso, y va a seguir mejorando año tras año. Estamos más obligados a seguir apurándonos y mejorando lo más posible.


ARCHIVO VISUAL

CREATIVIDAD APLICADA: En lo Social, Académico y Profesional / FabLab Santiago Fotografía 1 Impresora 3D, MakerBot Industries. Archivo: Enedi 2014. Fotografía 2 Equipo CNC, FabLab Santiago. Archivo: Enedi 2014. Fotografía 3 Equipo CNC, FabLab Santiago. Archivo: Enedi 2014. Fotografía 4 Equipos varios, FabLab Santiago. Archivo: Enedi 2014. Fotografía 5 Grabado láser en madera, FabLab Santiago. Archivo: Enedi 2014. Fotografía 6 Equipos varios, FabLab Santiago. Archivo: Enedi 2014. LA CULTURA ABIERTA: Distribuir conocimiento horizontal / Christian Oyarzún Roa Fotografía 7 Sentidos Comunes, Santiago Maker Space. Archivo: https://www.flickr.com/photos/ stgomakerspace/10702148365/

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Colaboran:

Fotografía 8 Sentidos Comunes, Santiago Maker Space. Archivo: https://www.flickr.com/photos/ stgomakerspace/10702381843/. Fotografía 9 Martes Abierto 05/08/14, Santiago Maker Space. Archivo: Enedi 2014.. Fotografía 10 Martes Abierto 05/08/14, Santiago Maker Space. Archivo: Enedi 2014. ESTILO FREELANCE: Una oportunidad de diseño Diego Quintana Olivares Fotografía 11 Pieza promocional para The KDU y parte del libro Summer Solstice MMVIII. Archivo: http://diegoquintana.com/kdu-lienzos/ Fotografía 2 Logotipo, diseño y programación web para la artista nacional Anita Tijoux . Archivo: http://diegoquintana.com/anatijoux-com/ Fotografía 13 Pieza hecha como colaboración para la revista chilena Joia Magazine (número deportes). Archivo: http://diegoquintana. com/joia-magazine-the-sports-issue/

Auspician:


Salviat Impresores ganadora 6 años consecutivos de Oro en el concurso ‘Theobaldo de Nigris’ de la industria gráfica. Salviat Impresores es una empresa que cuenta con una amplia trayectoria en el mercado gráfico nacional e internacional y con una experiencia empresarial de sus dueños de más de 25 años, orientada al impreso de calidad y a otorgar la mejor respuesta a las empresas que necesiten de un servicio de impresión confiable.


Líder europeo en distribución de papeles, soluciones de packaging y comunicación visual para profesionales. Antalis GMS forma parte de uno de los grupos más destacados de la industria de soluciones gráficas a nivel mundial: Antalis Group, compañía con presencia en más de 40 países y con un sólido y reconocido liderazgo. Productos de alta calidad y respuestas integrales y variadas para responder a las necesidades gráficas de nuestros clientes, son nuestro sello.


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