EL SISTEMA ETÉRICO HUMANO
Tradicionalmente, se habla de aura y de cuerpos sutiles (capas internas del aura), de cuerpo energético o de «huevo áurico», en referencia a aquella parte de nosotros que no se ve con la visión física pero se puede percibir con los sentidos de la psique. El aura se ha representado, principalmente en los cuerpos de santos, como un halo luminoso. Un ejemplo de esto son las imágenes de la Virgen María, a veces rodeada de un halo dorado ardiente, de Jesucristo y Buda, también representadas con un halo dorado y, en algunos casos, circundado de otro halo con los colores del arcoíris. También Mahoma en algunas ocasiones ha sido representado con su aura: una llama que rodea su cuerpo y sale al cielo formando una lengua de fuego. Ya en épocas anteriores a la era cristiana encontramos representaciones del aura humana también en el arte de la India y China. Se habla del aura que emite Moisés cuando desciende del monte Sinaí llevando las tablas de la ley al pueblo elegido. Se dice que, en el medievo, el franciscano beato Tomás de Cori emitía durante sus predicaciones una luz tan intensa que iluminaba la iglesia. Por no hablar de san Luis Bertrán, sacerdote dominicano de la Orden de los Predicadores que vivió en el siglo XVI y cuya