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El viaje a la búsqueda de tu auténtica belleza
4. identidad sexual; 5. grado de sofisticación; 6. fiabilidad; 7. nivel de éxito; 8. religión a la que pertenece; 9. posición política; 10. atractivo profesional, social, sexual; 11. origen étnico.
¿Cuándo somos percibidos como bellos? Lo queramos o no, tomamos como referencia aquellos modelos que tenemos en mente, con los que además nos comparamos; y, puesto que no podemos pasar por alto varios milenios de historia, necesitamos descubrir cómo «armonizar» y hacer más agradable nuestra imagen recurriendo a lo que tenemos a nuestra disposición. La información que encontrarás a continuación son consejos prácticos sobre cómo crear en tu imagen cierta armonía y encanto en términos de colores, líneas y formas, partiendo de una estructura que es inútil querer alterar totalmente: tu cuerpo y tu rostro con sus características naturales.
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De hecho, los principios de la asesoría de imagen funcionan por repetición o por contraste, y no con la intención de alterar completamente aquello que te ha dado la naturaleza (porque no
es posible), sino con la de ser más consciente de ello y capaz de gestionarlo de la mejor manera.
La naturaleza absoluta, al fin y al cabo, no es siempre sinónimo de satisfacción y felicidad, y creo firmemente que no hay nada erróneo en querer mejorar la propia imagen si puedes alcanzar dos objetivos: que sea percibida como más agradable y armónica, y, consecuentemente, sentirte más atractivo y seguro.
Somos «auténticos» en el momento en que nos acercamos al máximo al ideal que deseamos para nosotros mismos. El maquillaje, el cabello, el uso del color, el vestuario, los accesorios y el perfume son instrumentos valiosos para recrear nuestra autenticidad e idea de la belleza: ¡la mejor versión de uno mismo!
La percepción de nuestra imagen no funciona en compartimentos estancos, sino como un todo. Quien mira percibe un conjunto y, por esa razón, cuando se emprende un cambio de imagen es bueno no dejar nada atrás. ¿De qué sirve una hermosa melena que enmarca el rostro si este no es sabiamente realzado con colores que combinan bien con la tez? El objetivo (y el truco) es saber resaltar los rasgos naturales propios que son objetivamente bellos y camuflar aquellos objetivamente menos agradables que interfieren en la percepción general de la imagen.
Por experiencia, puedo decir que, a menudo, no valoramos todo lo que podríamos valorar de nosotros mismos porque no somos más conscientes del potencial de nuestra imagen. Estamos acostumbrados a nuestra visión en el espejo, una visión «viciada» por cómo nos vemos nosotros y no por cómo nos ve el mundo, y solemos repetir los mismos gestos durante años. Haberlo hecho siempre así, la pereza,
la falta de tiempo, el desinterés, el miedo a cambiar nos llevan a hacer lo mínimo indispensable, y a veces ni siquiera eso. Un famoso estilista de fama internacional, al que tuve el placer de escuchar en un evento, suele decir: «¡Maquillarse siempre de la misma manera es como usar siempre la misma ropa interior!».
Puesto que el rostro y el cuerpo cambian con el paso de los años, es importante adaptarse al cambio renovando el estilo para tener siempre un aspecto fresco y actual. Para hacerlo, necesitamos conocernos y saber bien hasta dónde podemos llegar, ahí donde hay más armonía y belleza, basándonos en nuestros propios rasgos naturales.
El recorrido que harás en este libro tiene como objetivo hacerte más consciente de tu potencialidad estética, analizando una a una las diferentes características de tu cuerpo, y respondiendo con soluciones que creen armonía y equilibrio. Cada sugerencia o consejo no es solo fruto del estudio y la actualización continua, sino también de mi experiencia con centenares de personas.
¿Preparado? ¡Aquí empieza el viaje a la busca de tu belleza más profunda y auténtica!
Apolo, el dios de las artes, la belleza masculina y el sol.
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LOS COLORES
El color en especial, quizá incluso más que el dibujo, es una liberación. (Henri-Emile Matisse)