2 minute read

Cánones de belleza y estereotipos

Next Article
Colores verano

Colores verano

CÁNONES DE BELLEZA Y ESTEREOTIPOSI

En el libro Survival of the prettiest, escrito por Nancy Etcoff, psicóloga e investigadora en el campo de la percepción de la belleza, el bienestar y los mecanismos cerebrales, se comprende cómo, en sí misma, la búsqueda de la belleza es un placer y una necesidad básica de la humanidad: incluso con mala salud, el individuo no quiere renunciar a cuidar su aspecto externo y se preocupa de él. Etcoff sostiene que nuestra mente no distingue fácilmente la apariencia de la sustancia. En el fondo, son pocas las personas que creen realmente que la relación entre el exterior y el interior es arbitraria o accidental. Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha estado dispuesta a tatuarse, hacerse incisiones, teñirse, arreglarse el pelo y adornarse con cualquier cosa en nombre de la belleza. En la actualidad, incluso nos sometemos a operaciones quirúrgicas por la conquista de un cuerpo y un rostro más proporcionados, jóvenes y atractivos.

Advertisement

Cuando miramos a una persona, ya tenemos el estereotipo en mente: calidad de la piel, brillo del cabello, forma del cuerpo, simetría del rostro.

En la mente tenemos un modelo de referencia dictado por el curso de la evolución, modelo según el cual una mujer debe tener la cintura estrecha, el pecho lozano, las caderas delicadamente llenas (la típica forma de reloj de arena era considerada la forma ideal femenina) y un rostro con la piel suave, simétrico, con facciones suaves y labios carnosos, para ser considerada sana e ideal para la reproducción a los ojos del hombre. Un hombre debía ser alto, musculoso, con los

pectorales bien desarrollados, la cintura delgada (la típica forma de trapecio se consideraba la forma ideal masculina) y un rostro simétrico, cuadrado (símbolo de dominancia) con mentón prominente y ojos intensos, para ser considerado por la mujer como buen compañero que garantiza un futuro seguro y respetable.

Según Etcoff, estas características físicas eran señales de «buen material para la reproducción» y fueron asimiladas como referencias. Nuestros ojos, por lo tanto, registran todo aquello que se aleja de estos cánones, y ahí entra en juego el concepto de «defecto». ¿Tenemos una nariz larga y torcida? Se considera un defecto porque no se la juzga tan bella como una nariz pequeña y recta. ¿La cintura no es marcada y delgada, sino llena y con la barriga prominente? Se considera un defecto porque hace la figura más pesada y recargada. Desafortunadamente, estos estereotipos, provenientes tanto de la evolución como de los medios de comunicación, que fomentan modelos estéticos imposibles de alcanzar, están tan anclados en nosotros que ahora pensamos en términos de «defecto» y no de «característica». ¡Y el significado es siempre negativo y nunca neutral!

This article is from: