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Hacia dónde va la seguridad en el sector energético mexicano?
Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de E&C.
Where is security going in the Mexican energy sector?
El sector energético mexicano cuenta con cientos de instalaciones y activos de los que, en gran medida, depende el desarrollo nacional, por lo que se vuelve sumamente importante mejorar su protección ante los diversos riesgos de seguridad que surgen todos los días
Primero porque los recursos energéticos más atractivos para la delincuencia en México siguen siendo los que económicamente sostienen al país como el petróleo, el gas natural, el carbón, así como los generados por las distintas infraestructuras, como el combustible o la electricidad, que utilizan instalaciones físicas para su obtención, distribución y almacenamiento; y segundo porque a partir de la reforma energética de Peña Nieto se pueden desarrollar e implementar tecnologías emergentes, como los automóviles eléctricos o productos del Internet de las Cosas (IoT), que se sumarán a la creciente demanda de electricidad en las ciudades.
Todo lo anterior hace indispensable una urgente renovación del sector energético mexicano para su funcionamiento eficiente, pero sobre todo, seguro. Sabemos que Pemex y CFE, históricamente, han sido custodiadas por las fuerzas armadas, pero al día de hoy esa actividad ha disminuido a niveles casi inexistentes, lamentablemente, por las políticas de austeridad republicanas de la 4T.
El argumento central del presente artículo es que las infraestructuras privadas del sector energético mexicano no cuentan con The Mexican energy sector has hundreds of facilities and assets on which, to a large extent, national development depends, so it becomes extremely important to improve its protection against the various security risks that arise every day.
First, because the most attractive energy resources for crime in Mexico continue to be those that economically sustain the country, such as oil, natural gas, coal, as well as those generated by the different infrastructures, such as fuel or electricity, which use facilities. physical for obtaining, distribution and storage; and second, because from the Peña Nieto energy reform, emerging technologies can be developed and implemented, such as electric cars or Internet of Things (IoT) products, which will add to the growing demand for electricity in cities. All of the above makes an urgent renewal of the Mexican energy sector essential for its efficient, but above all, safe operation. We know that Pemex and CFE, historically, have been guarded by the armed forces, but as of today that activity has decreased to almost non-existent levels, unfortunately, due to the Republican austerity policies of 4T. The central argument of this article is that the private infrastructures of the Mexican energy sector do not have that “benefit”, so today more than ever they must develop comprehensive protection schemes on their own, since this was a point that the Reform Energetic simply did not contemplate. The protection of private sector infrastructures by the Government is only limited to responding to emergencies in a reactive manner, when there is no longer a way to avoid the ravages that organized crime has brought. In this sense, the protection of personnel remains an equally
Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de E&C.
ese “beneficio”, por lo que hoy más que nunca deben desarrollar por su cuenta esquemas de protección integral, puesto que, esto fue un punto que la Reforma Energética simplemente no contempló. La protección de infraestructuras del sector privado por parte del Gobierno solo se limita a atender emergencias de manera reactiva, cuando ya no hay manera de evitar los estragos que ha traído el crimen organizado. En este sentido la protección del personal sigue siendo un asunto igualmente importante. Casetas y oficinas móviles con sistemas de seguridad avanzados, operados por personal altamente capacitado, son requerimientos cada vez más comunes en infraestructuras críticas.
Los propietarios o concesionarios de todas estas infraestructuras privadas son hoy más que nunca responsables de diseñar y operar sus propias estrategias de protección en coordinación con sus socios de seguridad privada. No podría ser de otro modo y menos en estos tiempos donde la inseguridad sigue creciendo sin control.
Hay que recordar que desde 2009 se incrementaron los actos vandálicos, así como el robo de combustibles (huachicol) o componentes de ciertos activos críticos, inclusive mar adentro. Desde entonces, se han presentado actos de subversión y hasta se han registrado ataques y toma de instalaciones, sobre todo de CFE y de Pemex.
Los mensajes de la actual administración de “amnistía” y “abrazos, no balazos” para los delincuentes han empoderado a grandes organizaciones criminales que hoy, ante la creciente impunidad, ven la oportunidad de generar mayores ganancias. Estos grupos no han perdido el tiempo en adecuar sus estrategias e intensificar las embestidas a instalaciones públicas y privadas de todo el sector energético mexicano.
Para proteger las instalaciones es prioritario trabajar coordinadamente con empresas profesionales de seguridad privada que permitan mantenerse alertas y reforzar las medidas de protección; y más cuando sabemos que, ante una emergencia real, la probabilidad de contar con una reacción inmediata por parte del Estado es baja, por lo cual, lo único que nos queda es robustecer nuestros sistemas y estrategias de protección institucional a través de expertos en el ramo. important issue. Mobile booths and offices with advanced security systems, operated by highly trained personnel, are increasingly common requirements in critical infrastructures.
The owners or concessionaires of all these private infrastructures are today more than ever responsible for designing and operating their own protection strategies in coordination with their private security partners. It could not be otherwise and less in these times where insecurity continues to grow uncontrollably.
It should be remembered that since 2009 vandalism has increased, as well as the theft of fuel (huachicol) or components of certain critical assets, including offshore. Since then, acts of subversion have been presented and there have even been attacks and seizures of facilities, especially by CFE and Pemex.
The messages of the current administration of “amnesty” and “hugs, not bullets” for criminals have empowered large criminal organizations that today, in the face of growing impunity, see the opportunity to generate greater profits. These groups have not wasted time adapting their strategies and intensifying the attacks on public and private facilities throughout the Mexican energy sector.
To protect the facilities, it is a priority to work in coordination with professional private security companies that allow us to stay alert and reinforce protection measures; and even more so when we know that, in the face of a real emergency, the probability of having an immediate reaction from the State is low, therefore, the only thing left for us is to strengthen our institutional protection systems and strategies through experts in the bouquet.