En estos meses de pandemia e incertidumbres muchos ciudadanos se han lanzado a pedalear buscando mantenerse en movimiento, lo han hecho comprando una bicicleta o poniendo a punto la que ya tenían en su taller favorito.
La bicicleta ha demostrado por años ser un medio de transporte resiliente y amigable con el ambiente. Al ser un transporte individual, donde es relativamente sencillo respetar las distancias de seguridad recomendadas, se ha convertido en el vehículo más seguro y práctico para reducir los riesgos de contagio. Por este motivo, algunas ciudades han resuelto priorizar su utilización frente al transporte colectivo y los autos particulares.
En Chile, muchas organizaciones y redes ciudadanas vinculadas a todos los modos de transporte, han solicitado a los ministerios de Salud, Transportes, Interior y Hacienda, incorporar las tiendas, talleres y servicios de estacionamiento y reparto asociados a la bicicleta, a la categoría de servicios básicos, de utilidad pública y de alta valoración social.