4 minute read

Lactancia Hablemos de la Realidad

LACTANCIA

Advertisement

HABLEMOS DE LA REALIDAD

Los seres humanos somos mamíferos. Al nacer, se activan alrededor de 22 reflejos que nos permiten buscar, localizar y prendernos del pecho de nuestra madre para alimentarnos, refugiarnos, recibir protección inmunológica, desarrollar nuestro sistema neurológico y asegurar nuestro alimento por los siguientes 6 meses de vida. Esta práctica es la que ha permitido la supervivencia de la humanidad desde que estamos en la tierra.

Sin embargo, con los cambios de la era moderna, esta práctica se ha perdido siendo relegada a un punto donde ha llegado a ser un verdadero misterio lleno de mitos, un objetivo casi inalcanzable, un camino lleno de dificultades y frustraciones que, lamentablemente, sigue fomentando la idea de que ser madre es sinónimos de abnegación, dolor y sufrimiento.

La lactancia materna es la forma natural de alimentar y criar a un bebé humano, y es la práctica de prevención en salud por excelencia: sienta las bases de un metabolismo saludable que tendrá repercusiones en el bebé hasta la edad adulta (disminuyendo el riesgo de padecer obesidad, diabetes, hipertensión, enfermedades cardiacas, por ejemplo), con un impacto en la salud materna (menor riesgo de anemia, diabetes, fracturas por osteoporosis, cáncer de mama, endometrio y ovario entre otras), no genera residuos ni consume energía para su producción por lo cual su impacto ecológico es nulo y no contribuye al calentamiento global, y por supuesto, no genera costos económicos (recordando que las prácticas inadecuadas de lactancia le cuestan a nuestro país entre $745.6 y $2416.5 millones de dólares al año sólo en costos de salud pediátricos del primer año de vida según datos del Instituto Nacional de Salud Pública).

Después de ver el impacto negativo que ha tenido la pérdida de la cultura de la lactancia, se ha generado un renovado interés por el tema y se han desarrollado múltiples campañas de fomento y difusión que hasta la fecha no han tenido el impacto esperado, y las madres se encuentran ante un escenario de poca información veraz, un ambiente de presión por conseguirlo y con poco apoyo para lograrlo, convirtiéndose para muchas en un camino lleno de tropiezos, temores, angustias y lamentablemente, lleno de dolor físico y emocional.

Ante este escenario, necesitamos replantearnos la forma en que estamos informando, promoviendo y apoyando la lactancia. Urge cambiar la forma en que vemos, hablamos y vivimos la lactancia y la maternidad.

No me cabe duda que las madres desean amamantar. Cada vez que converso con alguna mamá, me cuentan cómo intentaron, probaron, aplicaron remedios, compraron lo que les recomendaron, volvieron a intentar… hasta que se dieron por vencidas, con un sentimiento de haber fallado y de no haber aguantado lo suficiente, dejando una cicatriz emocional de la que poco se atreven a hablar. Lo comprendo perfecto porque nuestro instinto busca proteger a nuestro bebé y por lo tanto nos lleva a querer amamantarle, pero también sé lo difícil que llega a ser cuando tu equipo médico no te informa ni apoya para que la lactancia se inicie desde el primer momento de vida (como debería ser y tal cual se encuentra estipulado en la Norma Oficial Mexicana NOM-007-SSA2-1993, Atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio y del recién nacido), y cuando la gente que está a tu alrededor te inunda con información que poco ayuda pero sí abruma, y cuando tienes alguna dificultad que no se diagnostica adecuadamente y por tanto no se trata en forma correcta.

Necesitamos tomar acciones correctas para cambiar esta historia. Es un deber social cuidar a las madres y a nuestros bebés. Nuestros pequeños tienen derecho a ser amamantados y las madres tenemos derecho a amamantar si lo deseamos.

Y en este fin todos estamos involucrados y todos somos responsables: las madres y padres en buscar información y prepararse, la familia en informarse y dejar atrás costumbres e ideas que en la actualidad son poco prácticas y en algunas ocasiones hasta peligrosas, el personal de salud en capacitarse adecuadamente para poder informar, fomentar, apoyar, diagnosticar y tratar adecuadamente las dificultades, y como sociedad, en generar un ambiente de respeto a las madres que les permita tomar decisiones informadas, conscientes y practicar la lactancia libremente en el ámbito privado y público.

Bajo estas circunstancias es importante tomar en cuenta que muchas madres no consiguen lograr sus objetivos con la lactancia. Y me parece fundamental que las mamás sepan que una “lactancia exitosa” no es sinónimo de lactancia materna exclusiva directa al pecho. Una lactancia exitosa es una lactancia que disfrutas, que te vincula amorosamente con tu bebé, que te permite cuidar su bienestar y el tuyo, que le asegura una adecuada y suficiente alimentación y a ti la satisfacción de verle creciendo y desarrollándose adecuadamente. Y esto puede lograrse por diferentes vías: lactancia materna exclusiva directa al pecho, lactancia materna exclusiva diferida (a través de extracciones), lactancia exclusiva mixta (amamantar directamente y complementar con leche extraída), lactancia mixta (amamantar directamente y complementar con fórmula), lactancia artificial (sólo fórmula).

En ninguna de estas opciones hay fallos si se logra el objetivo de ver crecer feliz y saludable a tu bebé, y tú te sientes tranquila y plena como madre. Que sepas que no todo depende de ti y que hay circunstancias físicas, psicológicas, emocionales, ambientales y circunstanciales que muchas veces no permiten que la lactancia materna se de en la forma que esperamos, y que no somos responsables de todo lo que sucede, pero que sí podemos buscar ayuda: afortunadamente hay cada vez más profesionales en el tema de la lactancia donde se puede recibir información basada en evidencia y que pueden apoyar en caso de dificultades, y también personal que puede apoyar en el aspecto emocional que se vuelve fundamental para vivir una maternidad plena.

Dra. Aurelia del Carmen Flores Álvarez

Médica Anestesióloga Consultora de Lactancia con Certificación Internacional (IBCLC)

Tel. (449) 9143517 Calipso #302, Fracc. Las Hadas, Ags Maternidad en Plenitud

This article is from: