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Parto Humanizado

PARTO HUMANIZADO

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Hablar sobre el parto humanizado es un tema que me apasiona y, que desde hace diez años ha marcado mi vida tanto de manera personal como profesional. No obstante, me encuentro en la necesidad de agradecer a todas aquellas personas que han influido en mi proceder médico. Entre ellas se encuentran Barbara Harper, Michel Odent, Laura Gutman, Nuria Vives, Penny Simking entre muchos otros autores.

El nacimiento humano es el hecho más milagroso, transformador y misterioso de nuestra vida, ya que es el momento que marca a toda una gama de personas, tales como a la madre, al bebé, al padre y a la familia de forma permanente. Durante muchos años el parto ha sufrido varios cambios, anteriormente la madre era atendida por mujeres; madre, hermanas, tías, amigas, comadronas, etcétera. Sin duda alguna, se trataba de una labor de mujeres para mujeres; mientras que el hombre se limitaba a esperar la noticia del nacimiento de su hijo fuera de la habitación. El momento solía fluir en un ambiente cálido, intimo, al calor de la chimenea, donde fluían las emociones, la espera, las lágrimas y el amor. Hasta que era interrumpido por el llanto suave de un recién nacido, que exigía estar en el regazo de su madre para ser calentado, alimentado, pero, sobre todo, amado.

¿Qué sucedía, pues, en esa habitación? La respuesta conlleva a toda una serie de suposiciones o vertientes. Pero algo es seguro, existe la presencia de una madre entregada a su momento, en un trance de emociones, instintos, gritos, quejidos o lamentos. Finalmente, la madre queda con su hijo en brazos repletos de júbilo, éxtasis, llanto, hormonas entrando y saliendo de cada uno de sus poros, reconociendo a su hijo e imprimiendo su imagen en lo más profundo de su cerebro y su corazón.

De igual manera, permanece la imagen de un bebé recién nacido, cuyo propósito es encontrar un camino hacia la vida y salir victorioso de la batalla principal que implica el parto. Esforzándose al máximo para lograr sus primeras bocanadas de aire, y por fin visualizar los ojos brillantes de su madre, de quien quedará prendado eternamente. Por otro lado, el padre –cual león en su guarida– queda custodiando a su familia en silencio, protegiendo en sobremanera a su descendencia.

¿Qué ha pasado a través de los años? Con el fin de asegurar la salud y de minimizar las complicaciones en la atención del parto se ha establecido que las mujeres sean atendidas en Hospitales donde reciben atención protocolaria similar al resto de los enfermos, con diversas rutinas que no son muy amigables como vestir ropa de hospital cuando sería más cómodo vestir sus propias ropas; la aplicación de una solución intravenosa; ayuno prolongado cuando puede ofrecérsele líquido, jugos y frutas; confinamiento a una cama cuando dejarla el libertad de movimiento hace más óptimo el parto y más rápido; lámparas; revisiones periódicas; rasurado genital; pero sobre todo la ausencia de su pareja. Todo esto le genera sentimientos de miedo, soledad y vulnerabilidad, liberando adrenalina que termina por bloquear o alargar el tiempo de dar a luz.

Un parto humanizado puede enfocarse en la experiencia de la madre y la dimensión emocional, junto a sus necesidades físicas y espirituales. Un nacimiento humanizado respeta el papel decisivo de la madre, dando por sentado que ella sabe cómo dar a luz a su hijo a su debido tiempo y a su propio modo, confiando en su instinto e intuición, reconociendo que el bebé es un participante consciente de su propio nacimiento.

Para lograr un parto humanizado es importante acercarnos a la mujer y a sus deseos, no existe un manual, cada una de ellas elabora su propio plan de parto. Además, cuando ellas se dan cuenta de que su cuerpo sabe cómo dar a luz, y que los bebés saben cómo nacer, adquieren confianza. Solo entonces existe la posibilidad de un parto humanizado.

La mujer que se prepara adquiere herramientas para desmitificar el parto, borrar miedos y, junto a su pareja, vivir ese momento tan maravilloso en su historia. La madre necesita un ambiente confortable y de seguridad para poder entrar a un nivel más instintivo, el cual le facilitará realizar una labor de parto espontánea, haciendo disminuir el dolor tras el aumento de las endorfinas naturales. Por otro lado, debe permitírsele que se mueva libremente durante la labor de parto, dejándola elegir posturas que le sean cómodas, como pueden ser las siguientes: cuclillas, parada, recostada , balanceo de cadera, un baile realizado con suavidad o simplemente sujetarse del cuello de su pareja con el objetivo de ser acariciada, ya que solo él puede darle contención amorosa.

En cuanto a la habitación, ésta debe permanecer en silencio para que la madre pueda relajarse y concentrase en sí misma. Puesto que el bebé nacido en un ambiente sereno no llega a asustarse con el sonido de los ruidos y las voces. Lo primero que un bebé debe escuchar e imprimir en su cerebro son las voces de mamá y papá dándole la bienvenida. La luz de la habitación debe ser suave y cálida para crear una atmosfera relajante y privada, en la cual ocurre un evento muy íntimo.

La madre, extasiada por la presencia de su bebé, con las endorfinas y hormonas cargadas en su cuerpo, forma a la par de su hijo un vínculo inquebrantable y eterno. Ella disfruta de las primeras miradas, las primeras caricias, los primeros minutos, ya que se trata de un momento que no volverá a repetirse. Mientras que el bebé se recuperará lentamente en su pecho, sus pulmones se abrirán despacito, alveolo por alveolo, hasta lograr una respiración tranquila. Su temperatura será perfecta con el calor de mamá (no hay apuro para revisarlo o llevarlo a cunero), pero no lo deben separar de su regazo debido a que él necesita ese oro líquido –que es la leche materna– y de esta forma garantizar tanto su supervivencia .

Por último, el parto humanizado es una nueva propuesta que se hace a la maternidad. Tan nueva como volver a los orígenes, al despertar de los instintos de nuestra especie. Sin dejar de lado que tenemos avances tecnológicos y científicos para salvaguardar la vida de mamá y bebé.

“PARA CAMBIAR EL MUNDO ES NECESARIO CAMBIAR LA FOR- MA DE NACER”

Michel Odent

Dra. Arcelia Regalado Montoya

Médica Gineco-Obstetra Especialistas en Parto Natural Asesora de lactancia y porteo.

Tel. (449) 996 0212 Avenida Universidad 103 Int. 114 Facebook /Dra.ArceliaRegalado/

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