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Emociones para el año nuevo, cómo prepararme

Por: Gamalis Fermín Cotto, MA Psicóloga Licenciada

¡Llegó, llegó, llegó la Navidad! Y con la Navidad también llegan emociones intensas: alegría, agradecimiento, ilusión, esperanza, pero también tristeza, nostalgia, frustración y desánimo. Durante esta época del año, muchos se regocijan y celebran el nacimiento de Jesús. Hay quienes aprovechan para compartir con los suyos y disfrutar de las festividades. Otros ansían despedir un 2020 que ha estado lleno de retos y situaciones que han trastocado nuestra forma de vivir. Mientras, hay quienes no encuentran ningún motivo para celebrar y para los que la navidad es sinónimo de soledad y sufrimiento. Una misma época, que interesantemente despierta emociones y reacciones completamente opuestas.

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Al hablar de emociones, es importante comprender que no debemos catalogarlas como malas o buenas. Las emociones tienen el propósito de ayudarnos a externalizar lo que sentimos y también nos ayudan a comprender a los demás, no son nuestras enemigas, son como el termómetro que nos ayuda a entendernos, regularnos y saber si algo no está bien. Es importante que sintamos, que nos demos la oportunidad de llorar de alegría, pero también de tristeza, de sentir frustración por un fracaso, pero también ante una injusticia. Invalidar las emociones es atentar contra nuestra salud mental y estabilidad emocional, es necesario que las validemos y no que escojamos entre aquellas que son socialmente catalogadas como “aceptadas” o “adecuadas”. Reprimir las emociones posiblemente logrará hacernos sentir mejor momentáneamente, pero, con el tiempo, lo que callamos tiende a reflejarse en condiciones de salud mental y física. Bien lo expresa la frase “el cuerpo grita lo que el alma llora”. Como vemos, el problema no es sentir, sino cómo manejamos lo que sentimos.

Al enfrentarnos a esta época del año podemos pensar en aquellos que ya no están, en las metas no alcanzadas, en las pérdidas físicas y materiales, en la falta que nos hace poder abrazarnos como antes, en lo estresante que ha sido la educación y el trabajo a distancia, en los planes que se detuvieron o quedaron inconclusos y en muchas otras situaciones que nos han impactado de una u otra forma. Sin embargo, también podemos reflexionar sobre las lecciones aprendidas, recordar con amor el tiempo que pudimos disfrutar de los que ya no están, celebrar la vida, reconocer la fortaleza con la que hemos enfrentado los retos que nos trajo la pandemia, agradecer por los que están, enfocarnos en lo que tenemos, porque si nos lo proponemos, siempre encontraremos razones para reír. Si sentimos es porque estamos vivos, y si estamos vivos tenemos la libertad de elegir el camino que deseamos seguir. Podemos recibir este nuevo año con entusiasmo, tomando el control de nuestras emociones, o continuar arrastrando el pasado y lamentarnos por lo que hemos perdido. No podemos elegir nuestras emociones, pero si la forma en que las manejamos. Si elijes tomar el primer camino, te invito a poner en práctica estas recomendaciones:

1. Vive el presente. El pasado nos trae tristeza y el futuro ansiedad, por lo que podemos aprender del pasado y planificar el futuro, pero solo podemos controlar el presente.

2. Se agradecido con la vida y con las personas. La gratitud es un acto sencillo que tiene un impacto positivo enorme, para el que agradece y para quien lo recibe.

3. Celebra el ser y no el tener. La vida es motivo suficiente para celebrar, lo material es secundario.

4. Regálate tiempo. En medio de los compromisos y actividades, tómate un espacio para mimarte y realizar actividades que sean agradables. Prepárate o cómprate tu comida favorita, sal a caminar, lee ese libro que tanto te gusta, usa tu perfume favorito.

5. Establece un presupuesto. Aunque comprar regalos es bonito, mantente en tu presupuesto. Recuerda, el mejor regalo que puedes dar es tu tiempo, porque no lo puedes recuperar.

6. Expresa tus emociones. Date el espacio de externalizar lo que sientes, si no tienes con quién hablar, puedes escribir.

7. Buscar ayuda. Si entiendes que necesitas ayuda para manejar tus emociones saludablemente, busca ayuda profesional.

Ante esta época del año, seamos empáticos con aquellos que celebran, pero también con los que sufren. Señalar, juzgar, rechazar, cuestionar o criticar en nada aporta a nuestro bienestar individual, ni colectivo. Si alguien cercano a ti llora, extiéndele tu mano de apoyo. Si alguien celebra, bríndale una sonrisa de aprobación. No conocemos las razones detrás de cada lágrima o de cada carcajada, pero ambas tienen un propósito y una historia que contar.

¡Muchas felicidades y bendiciones!

A un hombre le pueden robar todo, menos una cosa: La última de las libertades del ser humano, la elección de su propia actitud ante cualquier tipo de circunstancia

- Viktor Frankl

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