6 minute read
Titán
from Revista EÑE 6
by ENSOG
Por: Gustavo Alexander Rodríguez Jiménez.
7mo semestre.
Advertisement
Zzz… ¿Qué ha pasado? … Sigo aquí en esta habitación de hospital, entubado y débil por el titán de esta nueva era, pero ¿cómo fue que termine aquí?... recuerdo muy poco de ese día. Según yo, venia después de un día largo en la escuela, me había sentido cansado y con temperatura; supuse que habría sido el calor de la primavera, el que me había aporreado durante mis actividades. Después de llegar de la escuela me di un baño con agua fría antes de prepararme de algo de comer, se supone que con eso debía sentirme bien, aun así, la comida era insípida algo que es normal, ya me habían dicho que por mi adicción al tabaco eso podría pasar.
No le tome mucha importancia y me prepare algo rico; milanesa con papas, espagueti y para disfrutar de la soledad de un viernes por la tarde, una rica cerveza que había comprado días antes. De ahí en más tengo recuerdos intermitentes entre un documental de la gripe española creo era del año 1918 combinado con el anime que apenas hace unas semanas había visto algo del titán devorando humanos… ni lo terminé de ver por el mal estar que estuve sintiendo en las ultima horas del hermano
menor en el calendario… ¿por cierto? Que día es hoy, por mi estado supongo han pasado dos o tres días.
-Debo tratar de recordar que más sucedió y cómo fue que llegue aquí.
¿Qué fue lo que paso? Mmm… recuerdo que a finales del mes me estuve preparando como maestro de ceremonias para la presentación de un libro que no era ni mío, había mucha gente presenciando dicho evento que ni siquiera sentí que hice bien, después de eso me fui a celebrar con algunos compañeros tomamos hasta tarde en aquel barsucho en el centro de la ciudad, de ahí me fui a mi casa para descansar, por fortuna era fin de semana así que pude disfrutar de la cruda al día
siguiente, cosa extraña es que dure un par de días con ese mal estar, imagine que había sido porque me tome los tragos con la clásica temperatura de “muertos”, al lunes siguiente me fui a la escuela para dar clases y mi estado de salud fue en declive, de tan mal que me sentía fui al doctor para que me diera un antibiótico y poder estar mejor; a pesar de que me empezaba a recuperar, el sabor de la comida no era el mismo, la cerveza de todos esos días me sabia más amarga de lo usual y el cigarro me era insoportable.
¿Qué más recuerdo? Mmm… el calor de esos días fue inusualmente más fuerte, supuse que fue por las sequias del año anterior, sin embargo, tenía que seguir con las actividades de esos días, la escritura de un cuento propio para provocar que mis alumnos se motivaran para el proyecto en turno fue un tormento, el medicamento apenas hacia efecto para aliviar el dolor de garganta que fue incrementando poco a poco y el calor que después me di cuenta de que no fue provocado por las sequias ni por mi exceso de peso. Las noticias del titán de la nueva era, fueron tendencia en las redes sociales un ser que venía desde el oriente y que se convertiría en un monstruo algo “enorme” que devastaría al mundo en efecto más de cinco mil muertos en
cuestión de un par de meses, situación que nadie advirtió hasta esas fechas.
Todo el mundo pensó que sería una bestia como aquellas que se narran al estilo Godzilla o los mentados Kaiju, cosa que no fue así, de ahí más malas noticias el titán había llegado al occidente, así como en el siglo XII detonando la histeria “mundial”, habría que tomar medidas y ¿Cuál era esa? Refugiarse en la fortaleza, así tal cual como en ese anime que me había llamado la atención antes de la
presentación del libro… pero no recuerdo que más seguía además de la premisa de refugiarse entre muros que se supone eran impenetrables y que hacia un siglo no eran traspasados.
Se veían tan lejana la magnitud del titán que en el más acá del occidente nadie le tomo importancia y siguió con su vida normal; así como yo, que me valía muy poco el salir a ponerme ebrio con un montón de personas que apenas y conocía.
Y bien pues aquí estoy, no precisamente encerrado en la fortaleza de mi hogar, sino en una trinchera, esas que se encuentran rodeadas por las secuelas de una batalla que parece no va a terminar tan fácil.
Las noticias siguen, solo se habla de muertes, problemas económicos provocados por el titán del oriente, y la nula idea de cómo lidiar con ese monstruo
“enorme” que llego sin avisar, resulta que los guerreros que rodean esta trinchera no saben cómo enfrentar con este ataque sin presentes al menos en el siglo XXI.
Y siguen las malas noticias, la histeria colectiva ha dejado sin papel higiénico todos y cada uno de los supermercados… no sé porque ni los medicamentos me han ayudado en este momento.
Y siguen más malas noticias, se ha decidido cerrar la producción de cerveza, también comenzó el desabasto… ese si me preocupa ¿Cómo voy a celebrar cuando salga de aquí?
Ahora que lo pienso, ya no estoy en la misma habitación de antes, ni cuenta me había dado del cambio en el panorama, estoy rodeado de camas, con aires acondicionados conectados a las personas y parece que ahora el titán se ha convertido en alíen invisible o en un producto del mar… supongo que estos trajes que se usan para material radioactivo o escafandras (no se la diferencia) les permiten estar protegidos de algo que sin duda es invisible.
Mi temperatura aumenta, mi bata está completamente húmeda, mi respiración se acelera, mi pecho se comprime veo por el rabillo de mi ojo derecho que los trajeados corren hacia mi….
Una vez más me pongo a pensar en cómo llegue aquí y como nadie vino a verme… es verdad nadie vino tal vez sea porque tienen algo mejor que hacer…, aunque me sigo preguntando como fue que llegue aquí, si desde el principio me había sentido mal y no recuerdo el último lugar en el que estuve antes de llegar aquí… solo sé qué en los últimos días, lejos de bajar la afluencia de refugiados a esta trinchera estos fueron incrementando…
Mis pensamientos son interrumpidos con la primera descarga que recibí en mi pecho…. M e q u e d a c l a r o q u e l a s p e r s o n a s n o a p r e n d e n e n s i t u a c i o n e s c o m p l i c a d a s, a s í c o m o y o n u n c a a p r e n d í d e l o q u e h e v i v i d o…
33|REVISTA Ñ| AGOSTO-ENERO 2022