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FredeSvinto J. ortiz BArredA EL DIBUJO TESTIMONIO DE LA HISTORIA
Resulta imposible determinar el momento en el que un ser humano hizo una marca sobre una piedra, una rama o simplemente sobre el suelo, y mucho menos aún saber cuál fue el motivo que le impulsó, pero es indudable que dio expresión al sentido artístico que todos llevamos dentro.
Aún hoy podemos admirar en todo el mundo los dibujos de hombres y mujeres, animales de caza, peces, etc. sobre paredes rocosas y bloques de piedra del interior de las cuevas en las que se refugiaban.
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Cualquier dibujante o pintor contemporáneo firmaría gustoso una obra como la que se puede contemplar en Altamira, pues no solamente con un dibujo de gran calidad aporta movimiento y realismo, sino que además aprovechando las formas de la roca consigue dar volumen al color de la obra.
Las vasijas de barro, las herramientas, las armas y los adornos personales se decoraban con dibujos cada vez más elaborados y personales.
La escritura en todas las formas conocidas, son grafismos que nos dan la pauta para transformar el pensamiento en palabras que pueden leerse sobre piedra, en tablillas de barro, pieles de animales, papiros o papel, con todo tipo de tintas y utilizando trozos de hueso o madera, plumas de ave y puntas de hierro, nos dejaron constancia de su avance como seres inteligentes.
El dibujo es el padre de la arquitectura, la escultura, la ciencia y la pintura, Con dibujos previos se desarrolla la idea inicial hasta tener evidencia clara de la obra a realizar.
Pero pronto el hombre en cada civilización intenta dar transcendencia al modo de vida, los hechos históricos y los conceptos religiosos que le animan y así la pintura, los mosaicos y los bajorrelieves cubren pirámides, templos y palacios.
Desde Mesopotamia a la Grecia clásica, el imperio romano, las culturas maya o azteca, desde la lejana China o las culturas japonesa y del sudeste asiático, la India o el mundo musulmán, el ser humano se transciende a sí mismo en un esfuerzo creativo tan titánico como diverso y lleno de gran belleza.
Desde sus humildes escritorios los monjes nos van a legar manuscritos ilustrados e incluso los albores de símbolos sobre líneas que expresan música. Los canteros tallan el románico y elevan el arco de medio punto para llegar al gótico, liberando los muros a los que llenan de color los vidrieros. El mundo de los artesanos se desarrolla intensamente con todo tipo de oficios.
Giotto y Brunelleschi dan un salto y consiguen dar sensación de tridimensionalidad al dibujo y la pintura con líneas y puntos de fuga, nace así la perspectiva.
Leonardo da Vinci ejemplo del artista inquieto, se adentra en todos los aspectos del saber humano y en sus dibujos avanza unos ingenios que la tecnología haría posible solo siglos después.
Los artistas del renacimiento dominaban con maestría el dibujo, la pintura, la escultura y la arquitectura, recuperando la grandeza de la cultura clásica.
La aparición de la imprenta supone toda una revolución cultural, los libros de ciencia y literatura se llenan de imágenes. Desde Nüremberg Alberto Durero se convierte en el artista más famoso del Renacimiento alemán, sus dibujos y grabados serán durante los siguientes siglos una referencia constante y la ilustración de los textos enriquecerá la obra escrita.
La composición y la maestría técnica de Diego de Velázquez le convierten en el mejor pintor de la historia, las gentes del pueblo llano y los animales domésticos aparecen en su obra rompiendo con la tradición compositiva de su época y por primera vez pinta un cuadro que mira a un cuadro, “Las Meninas”. Siglos después los pintores aún se admiran de cómo es posible tal realismo con una pincelada tan sencilla y precisa.
Francisco de Goya con sus cuadernos de dibujos y aguafuertes, “Los caprichos”, analiza a la sociedad de su época y ningún estamento escapa a la crítica. En “Los desastres de la guerra“ se convierte en reportero gráfico y muestra sin piedad y con toda crudeza el horror de la contienda. Con “Los disparates o los Proverbios“ y “Prisiones, Suplicios y Libertad“ da rienda suelta a una imaginación desbordante.
Los grandes mecenas del arte comienzan a desaparecer y el artista tiene que vivir de vender sus obras a clientes interesados en su trabajo.
De William Turner decían sus contemporáneos que pintaba cuadros que no eran nada y que parecían algo, pero estaban ante el padre de la acuarela. Paul Cézanne, precursor de la pintura impresionista, solo será comprendido posteriormente en los que seguirán su camino.
Con el nacimiento de la fotografía, que plasma con total fidelidad la realidad, los pintores buscan nuevas formas de expresión. Las dos grandes guerras y la expansión de los ideales políticos influyen en el arte de los últimos siglos; se multiplican los estilos y las tendencias.
Con la llegada del cinematógrafo se abre un enorme campo y los dibujos animados dejan boquiabiertos a grandes y pequeños; el increíble mundo del cómic inunda los kioscos con una explosión de imaginación e ingenio al alcance de todos por unas monedas.
La informática y los programas, tanto de dibujo como de pintura y el tratamiento de imágenes, ofrecen todo un nuevo mundo de posibilidades creativas.
El dibujante de hoy dispone de un buen número de materiales y medios de expresión, pero el fin al que se encamina sigue siendo el mismo, plasmar cuanto atrapa su atención ya sea real o imaginado y siempre desde su propia y personal visión.
Con los avatares históricos ha desaparecido una ingente cantidad de todo tipo de obras. Los modernos soportes para almacenar el conocimiento y el arte son frágiles, poco fiables y en constante cambio, tal vez la tabla, el lienzo o el papel nos sobrevivan mejor.