Abalorios Gustavo Nieto
Txts: Raúl Flores
David Nahon Florencia Qualina
DG: Rubén Zerrizuela Ediciones COO 2017 ISBN 978-987-28395-1-2
En el spolier de la vida todos terminamos muertos David Nahón En estadística, se denomina esperanza matemática al resultante del cálculo para establecer el valor de un fenómeno aleatorio. Por ejemplo, si una persona compra un billete de lotería en la que puede ganar cierta cantidad de dinero con probabilidad del 0,001 por ciento, este cálculo estima cual sería el precio justo para pagar por ese billete. En esa frecuencia, para el momento del lanzamiento del Challenger, la NASA había estimado las probabilidades de un accidente catastrófico en una proporción de 1 a 438. Con la misma lógica el Banco Mundial evaluó la expectativa de vida en Argentina y la probabilidad resultó de 76 años. Los analistas del sitio de internet Pingdom emplearon ese método para calcular el promedio de edad en los usuarios de redes sociales, resultando entre 25 y 35 años. Según esta especulación y reuniendo ambas teorías, dentro de los próximos 41 años la mayoría de nosotros estaremos muertos. Este dato es intrigante y dramático, pero los números no hablan y los sujetos sí. Entonces voy a decir acá que el tiempo no existe, que el universo es estático e incluso el movimiento es una ilusión. Que convenimos llamar a esto tiempo y más tarde inventamos las categorías de pasado, presente y futuro para volvernos menos locos, pero al universo no le interesan ninguna de estas fantasías. En el cosmos el tiempo es irregular y caótico, incluso se detiene. La teoría de la relatividad afirma que el tiempo diverge dependiendo de la masa y la gravedad. Si hay mucha masa, el tiempo fluye más lentamente hasta deformarse. Un modelo radical de esta hipótesis son los agujeros negros, con una masa tal que su fuerza de gravedad es casi infinita. Si viéramos caer algo en un agujero negro, el tiempo de la caída se haría cada vez más lento hasta llegar al centro donde se detendría por completo. El tiempo
dejaría de existir a la manera del melancólico que lo eterniza anclado a un punto. A diferencia del neurótico habitado por el pasado, el psicótico se ve amenazado por el porvenir, es decir que el tiempo es el del otro. Me pregunto qué ocurre en el autista donde el cuerpo parece estar ausente. Diría que frente a esta separación el tiempo también se detiene, porque la naturaleza crea la impresión del tiempo en la degradación de las cosas. La experiencia del tiempo existe cuando algo cambia, se corrompe. Si no fuéramos un cuerpo no habría tiempo. Sin embargo, el síndrome del miembro fantasma relata las percepciones que se producen en el lugar de un órgano amputado. La persona siente dolor, picazón e incluso la presencia de un accesorio como una pulsera o un reloj en el miembro perdido. Este síntoma es un artefacto perfecto al servicio de la negación, porque el dolor anula la perdida: si duele, aún permanece allí. Lo que duele en el miembro fantasma es la memoria. Por eso permanentemente se atraviesan duelos, cada una de las situaciones en las que nos involucramos se van y llegan otras. La angustia aparece en cada una de estas pequeñas partidas para prepararnos acerca de despedidas más difíciles. Una inquietud parecida nos lleva a construir obras de arte ¿En lugar de qué? Sufrimiento, probablemente.
¿Porque yo? ¿Por qué no? Hermann Hesse acepta que para escribir necesitaba ser infeliz, reconociendo que el dolor era constitutivo para su escritura. Su novela “El juego de los abalorios” es la única obra de la literatura universal en donde en más de seiscientas páginas no aparece ni una mujer. Probablemente este pensamiento simplón esté formado por referencias desarrolladas en una juventud sin esperanzas que vio a
Superman -Christopher Reeve- inmóvil, moviendo apenas los dedos de la mano izquierda, agonizando en una silla de ruedas. Una generación que vio a Dana, su esposa, sobrevivirlo apenas dos años más para morir de cáncer de pulmón sin haber fumado un solo cigarrillo en toda su vida. ¿Qué prueba esto? Nada. Quizás que en nuestra fantasía el amor es algo que se realiza en otra parte. O que el amor que se ensaya en vida se concreta en la muerte. Ahora bien ¿qué clase de amor es éste que está en un más allá de todo límite? Es evidente la dificultad contemporánea para el amor. Siempre inestable, el amor no se transforma en odio, pero si puede convertirse en una agresividad parecida a la muerte, como las canciones de amor escritas durante la exaltación propia de un amor desgraciado. A tiempo. Fueron las piedras las que contaron la historia de la evolución. Los geólogos antes que los físicos se dieron cuenta la edad que podía tener la tierra gracias a las piedras. La prueba del tiempo son esas piedras que delatan que tenemos una vida. En el ser humano, la piedra es el psiquismo, allí existe el tiempo para nosotros y no en el cuerpo donde a nivel atómico estamos constituidos por partículas de hidrógeno, oxígeno, carbono y nitrógeno. Los átomos son la memoria de la inmortalidad, están aquí desde el principio del universo. Compartimos átomos con el primer hombre y aun antes de la tierra y el sistema solar, con el universo. Los estudiosos judíos de la Kabbalah señalan que los átomos son partículas de conciencia, chispas despedazadas de la Vasija, el alma única de la humanidad que fue creada por la Luz. Cada fragmento de la Vasija contiene un polo positivo, uno negativo y uno neutral. El positivo
es la conciencia de compartir, el negativo el impulso de recibir y el neutral la conciencia del libre albedrío para elegir entre recibir egoístamente y compartir sin interés propio. Según estos estudiosos de la Torá, los Físicos optaron por llamar a las chispas de la Vasija despedazada “átomos” y a las tres fuerzas de conciencia “protón”, “neutrón” y “electrón”. La fé y el lenguaje nos confunden, nos animan a trabajar en las ideas. El lenguaje bautiza al amor con una palabra latina, lengua que proviene del 800 antes de Cristo. Es decir que la idea del amor solo tiene al día de hoy 2816 años de antigüedad frente a los 4500 millones del planeta Tierra, haciendo del amor algo nuevo en el mundo. El amazonas de nuestro continente afectivo.
Buenos Aires, Septiembre de 2016
Raúl Flores
Hay obras que se mueven, hay obras que se agitan, hay obras que no existen, hay obras que no gritan, hay obras que respiran, hay obras que se ahogan, hay obras que ocultan la verdad, hay obras que roban. Hay quién apuesta fuerte y decide quererte, sabiendo lo fácil que resulta perderte, sabes que siempre estaré cerca de ti. Hay obras que te compran, hay obras que se venden, hay obras que recuerdan, hay obras que mienten, hay obras que prefieren no hablar, hay obras que no entienden. Hay quién no tiene suerte y prefiere, engañarte, sabiendo lo fácil que resulta ganarte. Sabes que nunca me iré lejos de ti. Tienes que aprender a resistir, tienes que vivir, esto no lo tengo esto no lo hay, esto no lo quiero y esto que me das. Hay quién apuesta fuerte y decide quererte, sabiendo lo fácil que resulta perderte, Sabes que siempre estaré cerca de ti. Hay quién no tiene suerte y prefiere engañarte, sabiendo lo fácil qué resulta ganarte. Sabes que nunca me iré lejos de ti. Hoy hay luna llena y un hombre camina por ella, Hoy hay luna llena y un hombre camina por ella. De todo se sale con Alaska
Pastillas de ADN Florencia Qualina Cuando Yves Saint Laurent anunció, emocionado y estoico, el final de su epopeya en el mundo de la alta costura, leyó estas palabras: “.... Cada hombre necesita fantasmas estéticos para continuar viviendo; yo los he perseguido, visto y capturado, he pasado muchas formas de ansiedad, muchas formas de infierno, he conocido el dolor y la terrible soledad, la falsa amistad de los tranquilizantes y las drogas… un día emergí de todo eso, deslumbrado pero sobrio. Marcel Proust me enseñó que la espléndida y patética familia del neurótico es la sal de la tierra. Yo no elegí ese linaje fatal, sin embargo es lo que me permitió surgir al cielo de la creación artística... lo que Rimbaud llamó “Los hacedores del fuego”. A través de él encontré y comprendí que el encuentro más importante en la vida, es el encuentro con uno mismo”. Las especulaciones sobre el retiro de Saint Laurent se concentraron en posibles desavenencias financieras en el interior de la empresa y /o diferencias creativas con su sucesor Tom Ford; sin embargo, Pierre Bergé - socio y compañero sentimental de YSL- adujo otra razón: “la moda para la que él trabajaba, en realidad ya no existe”. Probablemente, aquello que se había extinguido a comienzos del milenio no fuera solo la alta costura, sino un credo sobre el sentido trágico y romántico del arte y el artista, que Saint Laurent había encarnado convincentemente a lo largo de su tumultuosa y deslumbrante vida pública. Varios años después de la despedida de Saint Laurent, incluso de su muerte, Gustavo Nieto editó aquel discurso y tomó la última frase: el encuentro más importante en la vida es el encuentro con uno mismo y la imprimió sobre un backlight de espejo. La obra, titulada YSL, se liga sigilosamente al texto que la dispara; también las evocaciones de la yuxtaposición del texto y su soporte pueden conducirnos a una advertencia griega: “Conócete a ti mismo” como indica el aforismo del Templo de Apolo, pero guarda de no ahogarte en tu propia imagen, como Narciso. Todos, como advierte Saint Laurent, estamos hechos de los ancestros que adoptamos. Gustavo Nieto es devoto de cultos en apariencia antitéticos, Félix Gonzalez Torres y Matthew Barney, en el medio están Raffaela Carrá, las discothéques, el tiempo perdido. Nieto descompone el léxico minimalista de geometría, vidrio y luz para fabricar
con esos mismos elementos unas piezas lisérgicas, excesivas. En su obra hay una raíz o una enorme rama que podemos seguir en el metódico hilvanar de lentejuelas e intervenciones sobre platos o figuras de porcelana. Unos procedimientos sobre los que se detuvo Marcelo Pacheco al recuperar el texto “Escuelismo” del crítico Ricardo Martín-Crosa: la tendencia a la manualidad -recortar, pegar, hacer collages, la inclinación por cierta ternura infantil- es un rasgo que da cuenta de la obstinada presencia del repertorio escolar en la configuración de una estética del arte argentino. Aquellas técnicas y recursos de las que se nutre Gustavo Nieto, no nos sirven para ubicarlo en un ismo, que es persistente, anti-académico y anacrónico, sino para pensarlo dentro de esa tradición, un repertorio sobre el que construye una poética. Su mundo tiene cierta tendencia intimista – la acumulación de florcitas dibujadas sobre un papel mientras esperaba...- atracción por los paisajes bucólicos y el amor cortés traducidos en objetos domésticos, insinuaciones auto biográficas, comentarios incisivos ornamentados en lentejuelas. Podríamos desatender la directriz de la Real Academia Española cuando indica que un abalorio es una pieza ornamental, un átomo de bijouterie, para observar que cada abalorio de Gustavo Nieto es una cápsula. Una gragea palimpsestuosa.
1 Escuelismo.Arte Argentino de los 90' fue una exhibición realizada en el Malba, en 2009, curada por Marcelo Pacheco. El texto que funda la hipótesis curatorial fue publicado por Ricardo Martín-Crosa en la revista Arte Múltiple, año 2, Nº4.
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Espejo grabado y luminaria, 83 cm x 83 cm x 10 cm. 2016
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11-12,21, contratapa y registro de obra Gustavo Nieto 2017
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Memento Mori, lentejuelas engarzadas a clavos 185 cm. x 128 cm. x 2.5 cm. 2016
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S/T, Intervención sobre platos de porcelana. Díptico, 40 cm X 18 cm X 2,5 cm. 2016
08
S/T, Intervención sobre figuras de porcelana antiguas sobre repisa de acero inoxidable,
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Detalle: Temporal, estilógrafo sobre papel, 150 cm. x 105 cm. 2016
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Logo Yves Saint Laurent diseñado por Adolphe Mouron Cassandre
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Deslocamento, dos publicidades de D&G fragances (2012) en marco de acero,
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Detalle de Retrato de Raffaella Carrá vinilo sobre
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Pedestales a caballo, espejo grabado, vidrio termofusionado y luminarias,
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Supremus (cuadrado blanco sobre negro)
40 cm X 24 cm X 20 cm. 2016
70 cm X 50 cm X 7, 5 cm. 2016 chapa esmaltada a fuego 110 cm X 100 cm X 10,5 cm. 2016 90 cm X 26 cm X 26 cm. 2016 (vista nocturna de la exposición en PASTO galería) serigrafía sobre paillettes 1/1 medidas variables 2016