En la Escuela Infantil Monstruitos trabajamos por proyectos porque esta forma de trabajo recoge de manera efectiva los principios educativos en los que creemos: Aprender
no
información
es
sólo
puede
almacenar
encontrarse
información.
en
un
sinfín
La de
orígenes, lo importante es saber encontrar la que nos interesa, relacionarla e interiorizarla, puesto que el aprendizaje es experiencia, no información. Equivocarse no debe ser motivo de tensión o malestar, sino un camino como otro cualquiera para descubrir todas las posibilidades que podemos desarrollar. Si se interioriza
que
fundamental
en
los el
errores
tienen
aprendizaje,
se
un
papel
favorecerá
la
autoestima de los alumnos y alumnas. Como maestras y maestros, nuestro papel no es enseñar como tal, sino favorecer las condiciones para que los alumnos y alumnas puedan aprender. La
importancia
de
la
individualización
de
la
enseñanza, puesto que respeta el ritmo de aprendizaje de cada uno (algo que, además, favorece la inclusión del alumnado
con
necesidades
educativas
especiales
y
respeta y potencia el desarrollo de las inteligencias múltiples que se van a presentar entre el alumnado). Esta individualización, ayuda también a conectar los nuevos
aprendizajes
con
los
propios
conocimientos
previos, y permite aprender tanto de como con los demás (es decir, se trata de trabajo cooperativo). La
importancia
de
la
motivación
y
las
ganas
de
aprender de los alumnos y alumnas (aprender sobre cosas que les interesan es, en sí misma, una motivación para los niños y niñas). La importancia de trabajar para que los alumnos y alumnas se conviertan en personas con gran capacidad crítica. La importancia de la implicación de las familias en la educación de sus hijos e hijas, puesto que en un proyecto, los
padres
pueden
participar
de
diversas
formas:
aportando todo tipo de información, visitando el aula como experto en el tema que se trate, participando desde casa por ejemplo mediante un libro viajero, o estando presente
en
las
salidas
que
se
puedan
realizar
relacionadas con el tema elegido, etc.
Pero, ¿cómo lo hacemos? Organizamos el proyecto en 4 fases principales: 1. Motivación y/o elección de tema: lo ideal es que el proyecto surja a partir de cualquier acontecimiento casual, un centro de interés que afecte a la vida del aula o el centro, un problema, una idea de un alumno o
alumna… aunque, si por el momento no surge ningún tema en el que los alumnos y alumnas descubran un interés especial, realizamos una asamblea en la que les preguntamos sobre qué cosas les apetecería aprender, de manera que deben proponer ideas y votar o, mejor todavía, ponerse de acuerdo.
2. Recogida de ideas previas y formulación de preguntas: en otra asamblea, se habla sobre lo que cada uno sabe sobre el tema elegido para realizar el proyecto, y se manifiesta qué cosas se quieren saber sobre el mismo. Todo queda por escrito, ya sea por parte de los/las docentes (siempre intentando llamar la atención sobre la escritura) o por parte de los propios alumnos y alumnas si ya es posible.
3. Búsqueda
de
información,
acción
y
reflexión:
la
búsqueda de información se realiza en la biblioteca de clase, en libros que aporten tanto los/las docentes como el alumnado y sus familias, en la experimentación directa (en el mismo centro y en posibles salidas), las charlas de los expertos en el tema, y todo lo que se pueda ocurrir, siempre intentando que se trate de ideas con origen en los niños y niñas, aunque muchas veces se deban dirigir un poco. Es importante que todo quede por
escrito, de una u otra manera. Con la información en nuestra
mano,
resolver
el
generamos
problema
diferentes
elegido
hipótesis
(aunque
en
para
realidad
estamos estableciendo conexiones entre los conocimientos previos y lo nuevo). Esta parte es ideal para fomentar tanto el trabajo individual, como por parejas o pequeño grupo, con la consiguiente cobertura de las zonas de desarrollo proximal mediante el aprendizaje social. Además,
en
esta
etapa,
los/las
docentes
pueden
proponer actividades, talleres, debates, etc., relacionadas con el tema del proyecto, de manera que se van aprendiendo
los
contenidos
deseados
sin
salir
del
proyecto y por tanto manteniendo la motivación que éste les aporta.
Por último, las asambleas pueden
ayudarnos a la reflexión sobre lo aprendido.
4. Elaboración de un documento escrito: no es la parte más importante del proyecto, pero si la realizamos, potenciaremos realización
tanto
la
artística,
lectoescritura
asentaremos
los
como
la
nuevos
conocimientos, y podremos consultar nuestro trabajo en el futuro si lo necesitamos.
Ésta es nuestra forma de “aprender a aprender”. Como se puede observar, intentamos fomentar la relación de las
informaciones, la reflexión, y la experiencia de los niños y las niñas, puesto que ellos y ellas se convierten así en parte activa dentro del proceso de aprendizaje. A cada proyecto le damos el tiempo que necesita, vamos reorganizando
la
programación
de
aula
conforme
lo
alargamos o acortamos, en función del interés, la motivación y el entusiasmo de los niños y las niñas.
Y ¿cómo se evalúa todo esto? A la vez que favorecemos que todos tengan algo que aportar tanto a su aprendizaje como al de los demás, también respetamos la capacidad y el ritmo de cada persona, puesto que cada uno puede hacer las cosas “a su manera”. Así que la evaluación tiene que respetar todo eso, por lo que se valora la evolución de cada uno o una. En el alumnado, a nivel individual, valoramos una serie de ítems: -
Si tratan de buscar y aportar información
-
Si participan de manera activa en las actividades propuestas.
-
Si se hacen preguntas sobre el proyecto que estamos trabajando.
-
Si apoya las propuestas de otros/as compañeros/as en la asamblea.
-
Si son capaces de trabajar en pequeño grupo
-
Si son capaces de pedir ayuda cuando la necesitan.
-
Si son capaces de ofrecer su ayuda cuando la necesitan los demás.
-
Si anticipan los pasos que habrá que dar para realizar la tarea.
-
Si han ampliado su conocimiento sobre el tema.
-
Si han incorporado el vocabulario del proyecto a su vocabulario habitual.
-
Si transmite a otras personas lo aprendido.
-
Si respetan las normas.
-
Si se encuentran motivados por el proyecto.
Por otra parte, el propio proceso del proyecto hace que exista una evaluación continua que permite la retroalimentación. En ésta aparecen nuevas propuestas que muestran que el proyecto sigue vivo y abierto; que, por el contrario, no lo estamos haciendo bien
y hemos de cambiar la forma de
realizar las cosas; o que el proyecto ya no da más de sí y debemos concluirlo y pensar en el siguiente.
¿Qué te parece?