El abanico de lady Windermere - ¡Recorré el libro!

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solvamos nuestro conflicto!Los tres hermanos modo de solucionar esta disputa podrían encontr propuso: —Estoy convencido de que los dioses es así. Sé que es así. Y he pensado una forma abanico deconcederán a lo que digo esEl cierto, los dioses me n, incrédulos. —En caso de que eso ocurra, acept Radamantis siguió en silencio. Bajó la mirad lady Windermere preguntó entonces Minos—. ¿Aceptas o no sin mirarlo. Los tres bajaron entonces hasta *********** ofreció un sacrificio a Poseidón8. —¡Poseidón, d vencido de que Oscar tú y los Wilde demás dioses del Olimp maravillosa. Te pido entonces una señal, pa disputas entre nosotros por el trono que fue alabra de Minos, cada uno de sus gestos, con u uas, la prueba de que digo la verdad —exclamó sobre el que tú reinas, un toro. Una vez que dos los cretenses sean testigos del homenaje a as como si se avecinara una tormenta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell arena de la playa, fue caminando hasta Min tis como Sarpedón reconocieron la voluntad de orona de toda Creta. Así fue. Pero el día en dió conservar aquel toro espléndido, que podía ntonces ocultarlo en sus rebaños, y lo reempl o por la afrenta, Poseidón decidió vengarse. castigar a quienes cometen una falta contra ell oco después de su intento de engaño. ta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell rena de la playa, fue caminando hasta Minos y mo Sarpedón reconocieron la voluntad de los dios


rrojarse sobre Minos, pero Sarpedón lo det e resolvamos nuestro conflicto!Los tres herman aba qué modo de solucionar esta disputa podr cabo, Minos propuso: —Estoy convencido de reta. Siento queÍndice es así. Sé que es así. Y he pens obar eso? —Si lo que digo es cierto, los dioses ermanos se miraron, incrédulos. —En caso de arpedón finalmente. Radamantis siguió en silen n, Radamantis? —le preguntó entonces Minos —respondió su hermano sin mirarlo. Los t dispuso todo lo necesario y le ofreció un sacrifi ucha mi voz! —dijo—. Estoy convencido de que t el reino de esta isla inmensa y maravillosa. a mis hermanos y que cesen las disputas en arpedón y Radamantis seguían cada palabra e expectativa. —Concédeme, Señor de las aguas, ces—. Si es así, haz que salga de este mar, sob sacrificaré ese toro en tu honor, para que to oria y tu poder. Se revolvieron entonces las agu o cielo pareció ensombrecerse. De pronto, de uma, comenzó a emerger, lentamente, un enor lleza jamás vista en la tierra. Cuando pisó p Minos y al llegar se tendió a sus pies. Ta luntad de los dioses, y aceptaron que su herma el día en que asumió el trono, Minos faltó a do, que podía ser un signo eterno de su prop años, y lo reemplazó en el sacrificio por otro ón decidió vengarse. ta de castigar a quienes cometen una falta con Minos, poco después de su intento de engaño. ta. to, desde el interior del torbellino que formaba norme toro blanco. Un animal magnífico, de u Bienvenidos a la estación de Oscar Wilde ........................ 6 El abanico de lady Windermere ..18 Trabajos en la estación .......... 96 Cuadro de movimientos literarios ......................... 108


ir, los sobresaltó un espantoso estrépito provenie ras, se encontraron con que una antigua armadura de losa, y vieron al fantasma de Canterville sentad na expresión de agudo dolor en el rostro. Los mel proyectiles, con una puntería que solo pueden adquirir esor de caligrafía. Mientras tanto, el ministro de los ordenaba, de acuerdo con los usos de la etiqueta calif vantó con un salvaje alarido de furia y se escabulló de Washington Otis y dejándolos en una oscuridad t ó lanzar su célebre carcajada demoníaca, que en más cía que con ella había hecho encanecer la peluca de utrices francesas de lady Canterville renunciaran an sotada más horrible hasta que retumbó una y otr ezaban a extinguirse los escalofriantes ecos, se abri celeste y le dijo al fantasma: –Me temo que usted lla de la solución medicinal del Doctor Dobell. Si sma la miró enfurecido y de inmediato comenzó a pr hazaña que le había valido un merecido renombre, manente idiotez del tío de lord Canterville, el honora s que se acercaban lo hizo desistir de su propósito, d Bienvenidos a la estación de e desvaneció lanzando un profundo gemido sepulcral, zarlo.Cuando llegó a su cuarto, se derrumbó por com emelos y el grosero materialismo de la señora Otis lo que más lo perturbaba era no haber podido ncluso aquellos modernos estadounidenses se estreme otra razón que el respeto a su poeta nacional Long abía entretenido muchas veces mientras los Cante adura; la había vestido con gran éxito en el torneo por la Reina Virgen. Pero esta vez, cuando quiso pon orme coraza y del yelmo de acero, y cayó pesadamen los de la mano derecha. Durante varios días estuvo mantener la mancha de sangre en buen estado. Al r a cabo un tercer intento de asustar al ministro de osto para su aparición. Pasó la mayor parte de ese ran sombrero de ala flexible con una pluma roja, u da. Al atardecer estalló un violento temporal, y el vi antigua casa se sacudían y chirriaban. Ese era pr n era el siguiente: se abriría paso con sigilo hasta el pie de la cama y le clavaría tres puñaladas en hington un rencor especial, pues estaba perfectam

Oscar Wilde


ente del vestíbulo. Luego de baja apresur adamente a se había desprendido de su soporte y había caíd do en una silla de respaldo alto, frotándose las rodi lizos, que traían sus cerbatanas, dispararon sobr r quienes han practicado larga y pacientemente sobr s Estados Unidosapuntaba al fantasma con su revó iforniana, que pusiera las manos en alto. El fantas ó entre ellos, como una neblina, apagando al pasar total. Al llegar a lo alto de la escalera, se recuper s de una ocasión le había resultado extremadamente lord Raker en una sola noche y había logrado que ntes del primer mes de trabajo. En consecuencia, la ra vez en el viejo techo abovedado; pero, cuando ape ió una puerta y apareció la señora Otis vestida con no está nada bien de salud, y por ello le he traído se trata de una indigestión, este remedio lo ayudará repararse para convertirse en un enorme perro ne y a la cual el médico de la familia había atribuid able Thomas Horton. Sin embargo, el sonido de u de modo que se limitó a volverse ligeramente fosforesc en le preciso instante en que los gemelos estaban mpleto, presa de una violenta agitación. La vulgarida s naturalmente le resultaban de lo más exasperan o colocarse la armadura. Había tenido la esperanz ecieran al ver al Espectro Acorazado, aunque no fu gfellow , con cuya delicada y atractiva poesía él mis erville estaban en la ciudad. Además, era su pro de Kenilworth, y había sido muy elogiada nada me nérsela, se vio completamente superado por el pes nte al suelo, raspándose las rodillas y lastimándose muy enfermo, y únicamente se movía de su habita l fin, luego de muchos cuidados logró reponerse y reso e los Estados Unidos y a su familia. Eligió el viernes día revisando el guardarropa, y finalmente se decidió un sudario fruncido en las muñecas y el cuello, y una iento era tan fuerte que todas las ventanas y las puer recisamente el tiempo que más le gustaba. Su plan el dormitorio de Washington Otis, le susurraría la garganta al son de una música lenta. Le guardab mente al tanto de que era él quien tenía la costumbr


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El teatro tiene su historia Si bien pueden nombrarse manifestaciones teatrales prehistóricas, el teatro como arte dramático nació en la Antigua Grecia; alrededor del siglo iv a. C. Allí se realizaban festividades dedicadas a Dionisos, dios de la agricultura y la fertilidad, en las que se cantaba y se danzaba en su honor. Se cree que, cierto día, en medio de esos cantos, hubo una persona que entabló un diálogo con quienes conformaban el festejo. El hombre les habría dicho a los demás: “Yo soy Dionisio, ¿qué queréis?”, y se convirtió así en el primer actor. A partir de ese diálogo nació el teatro.

Para los griegos, la palabra drama significaba “acción”, puesto que, en el teatro, los actores encarnan personajes que representan acciones sobre un escenario. Fue Aristóteles, un filósofo griego que vivió entre los años 384 a 322 a. C., el primero en escribir una teoría sobre el teatro. En un tratado que hoy se conoce como Poética, analiza y describe el hecho teatral, y realiza una primera caracterización de este género. Aristóteles fue también quien distinguió las formas comedia y tragedia, aunque solo han llegado hasta nuestros días sus reflexiones sobre el segundo de estos géneros, ya que su tratado sobre la comedia desapareció. Lo que sí ha permanecido hasta hoy es la diferencia entre estas dos maneras de comprender el teatro, tan opuestas –y complementarias– entre sí. Si bien en la actualidad existe una proliferación muy grande de formas teatrales –así como también de todas las formas de la literatura–, aún podemos seguir reconociendo esta oposición que ha caracterizado siempre al género.

Cuadro en el que se representa a Dionisos, dios griego a partir de cuyo culto surgió el teatro.


Oscar Wilde Para llorar y para reír

La tragedia, originalmente, contaba con personajes, pertenecientes a la nobleza, que debían aceptar un destino por algún motivo adverso, y que los llevaba a la muerte. En la actualidad, si bien este subgénero no solo representa a personajes nobles, mantiene ese final no feliz que conocemos como trágico. La tragedia ha mostrado, en general, cuán pequeño es el hombre frente a los dioses o al destino. Por su parte, la comedia se originó como una representación protagonizada por plebeyos –hombres no pertenecientes a la nobleza– e incluso, los esclavos o sirvientes adquirían papeles protagónicos en Máscaras que representan la tragedia y la comedia, respectivamente.

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las historias que se representaban. La comedia se sirve de la risa para mostrar la contracara de la existencia, aunque esto no significa que las obras cómicas sean “livianas”. En realidad, muchos autores han empleado esta forma para realizar críticas sociales o caracterizaciones ácidas del mundo en el que les ha tocado vivir.

El teatro, ¿un género multimedia?

El teatro es uno de los tres grandes géneros en los que se ha dividido tradicionalmente la literatura. Este último concepto se define y se caracteriza por la inclusión de una gran diversidad de textos, que presentan temas y problemáticas variados, pero que, además, adquieren formas distintas. Contamos, por ejemplo, con cuentos y novelas escritos en prosa y que pertenecen

Representación teatral.


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al género narrativo; series de versos, que conforman poemas y se encuadran dentro del llamado género lírico o poético; y también, el género dramático, que reúne todos aquellos textos que serán representados sobre un escenario, es decir, los textos teatrales. Veamos las características particulares de este género. En primer lugar, el teatro es un espectáculo que conjuga palabras, imágenes, colores, sonidos y música. Casi podríamos decir que es multimedia. Pero es necesario que exista un texto escrito que dé origen al espectáculo. Por eso, en el hecho teatral, podemos reconocer dos textos diferentes: el texto dramático y el texto espectacular. • El texto dramático es el escrito a partir del que se realizará la representación. Su autor, un dramaturgo, ha puesto en él no solo la historia que se desarrolla a partir del diálogo de los personajes, sino también todas las indicaciones necesarias para que la obra pueda ser llevada al escenario. • El texto espectacular es el espectáculo en sí, la representación de la obra en el escenario por parte de los actores que encarnan a los personajes. Si no tenemos la oportunidad de ir al teatro, el texto teatral nos propone montar la puesta en nuestra cabeza: leyendo atentamente, podemos ver la obra a través de lo que nuestra imaginación proyecta.

Elementos del texto dramático Toda obra teatral está compuesta por personajes, que son quienes llevarán la acción adelante. Suelen aparecer nombrados en una lista al comienzo del texto dramático; en algunos casos, acompañados por la función que van a representar. Estos personajes se darán a conocer por los diálogos, que mostrarán al público –o al lector– cómo son, qué piensan, qué intenciones tienen, cómo se relaciona cada uno de ellos con el resto de los personajes, etcétera. Como en el teatro, salvo escasas excepciones, no existe una voz narrativa (como sí sucede en cuentos y novelas), lo que dicen y hacen los personajes es esencial para conocer el desarrollo de la acción. En ocasiones, los personajes no dialogan, sino que se expresan a través de monó-

El monólogo del personaje de Hamlet, del escritor William Shakespeare, es uno de los más famosos de la historia del teatro.


Oscar Wilde

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logos o apartes. En el monólogo, un personaje habla solo y da a conocer sus reflexiones, pero sin la presencia de un interlocutor. En cambio, en un aparte, el personaje habla con el público y lo toma como su interlocutor, sin tener en cuenta al resto de los personajes. En la película Shakes peare apasionado, se puede ver al autor escribiendo los dis Además de los diálogos, en tintos actos de sus obras para acercárse los actores que, en los a el mismo momento el texto teatral encontramos , los están represent ando. las denominadas acotaciones o didascalias. Son textos que suelen estar escrito entre paréntesis publicados para su lectura, es decir, se y/o con otro tipo de letra, y señalan al transformaron en los libros que habituallector o a quienes deseen interpretar la mente leemos, por lo que las acotaciones obra –como, por ejemplo, el director o los fueron adquiriendo jerarquía y hoy hasta actores–, los movimientos, gestos, tonos compiten, en muchas ocasiones, con la de voz, miradas, entradas y salidas de complejidad del texto dialogado. los personajes; además del vestuario, la iluminación, la música. En síntesis, todo Estructura del texto dramático En general los primeros hechos en aquello que permite transformar el texto suceder tienen como finalidad presentar dramático en un espectáculo. Existen diferentes tipos de didasca- a los personajes: dar a conocer al receplias: en el teatro tradicional, suelen tor cómo son, qué piensan, qué hacen. ser bastante breves, y tienen la finali- Al surgir diferencias entre sus deseos, dad de hacer conocer a los actores los objetivos o necesidades, se generan uno movimientos que deben representar, o varios conflictos. Estos llevan al clío especificar al director cómo debe ser max, momento central de la obra, que el espacio escénico. Esto se debe a que, finalmente se resuelve o queda librado en la antigüedad, muchas obras eran a la interpretación del público. El texto teatral no se divide en capíescritas solo para ser representadas, por lo que el escritor armaba una especie de tulos, como las novelas, sino que está guion que sería usado durante la actua- conformado por actos, escenas y cuación. Con el tiempo, estos “guiones” se dros. Veamos cómo se diferencia cada transformaron en textos que podían ser una de estas partes.


a los censores y fundamente las razones de mi obra; y sin duda estoy bastan ue le dieron su aprobación como para creerme obligado de una disertación, he las dos o tres primeras representaciones de mi obra. Una noche la comenté ncontraba, y al priancipio una persona elevada, cuyo ingenio es muy conocido y que me de expectativas receptivas que tan a menudo preceden la p n de fenómenos psíquicos.

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El

abanico de

lady Windermere

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Personajes Lord Windermere Lord Darlington Lord Augustus Lorton Señor Dumby Señor Cecil Graham Señor Hopper Parker, el mayordomo Lady Windermere La duquesa de Berwick Lady Agatha Carlisle Lady Plymdale Lady Stutfield Lady Jedburgh La señora Cowper-Cowper La señora Erlynne Rosalie, la mucama


Escenas de la obra

Acto I. Sala de estar de la casa de lord Windermere. Acto II. RecepciĂłn de la casa de lord Windermere. Acto III. Habitaciones de la casa de lord Darlington. Acto IV. Sala de estar de la casa de lord Windermere. Tiempo en que transcurren los hechos: 1892. Lugar: Londres. Los acontecimientos de la obra se desarrollan en el transcurso de veinticuatro horas, desde un martes por la tarde, a las cinco en punto, hasta el dĂ­a siguiente, a la una y media de la tarde.


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suavidad de los pétalos de una flor. De su espalda brotaban dos alas, que se encontraban en el más profundo reposo. Psique reconoció al dios. Fascinada, dejó caer la daga y comenzó a besar el cuerpo de Eros sin despertarlo. Al pie del lecho estaban el arco y las flechas. Psique tomó una, y sin quererlo se pinchó un dedo. Al instante, el amor que había sentido por su esposo se avivó de manera extraordinaria. Se acercó para besarle los labios, pero con el movimiento una gota

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Acto i

S

ala de estar de la casa de lord Windermere en Carlton House Terrace. Las puertas están en el centro y a la derecha. A la derecha, un gabinete con libros y papeles. A la izquierda, un sofá con una pequeña mesa de té. También a la izquierda, un ventanal que da a la terraza. A la derecha, una mesa. Lady Windermere está junto a la mesa de la derecha, poniendo rosas en un florero.

(Entra Parker). Parker. ¿Se encuentra la señora en casa esta tarde? Lady Windermere. Sí. ¿Quién vino? Parker. Lord Darlington, señora. Lady Windermere. (Duda por un instante) Que suba..., y estoy en casa para cualquiera que venga. Parker. Sí, señora. (Sale por el centro). Lady Windermere. Lo mejor va a ser que lo vea antes de esta noche. Me alegro de que haya venido. (Entra Parker por el centro). Parker. Lord Darlington. (Entra lord Darlington por el centro. Sale Parker). Lord Darlington. ¿Cómo está usted, lady Windermere? Lady Windermere. ¿Cómo está usted, lord Darlington? No, no puedo estrecharle la mano. Las tengo mojadas por estas rosas. ¿No le parecen preciosas? Llegaron de Selby esta mañana. Lord Darlington. Son perfectas. (Ve un abanico sobre la mesa). ¡Y qué abanico maravilloso! ¿Me permite echarle un vistazo? Lady Windermere. Adelante. Es precioso, ¿verdad? Tiene mi nombre y todo. Yo misma apenas acabo de verlo. Es el regalo de cumpleaños que me hizo mi marido. ¿Sabe que hoy es mi cumpleaños? Lord Darlington. ¿Sí? ¿En serio?


Oscar Wilde Lady Windermere. Sí. A partir de hoy, soy mayor de edad. Un día muy importante en mi vida, ¿no le parece? Es por eso que hago una fiesta esta noche. Pero tome asiento, por favor. (Continúa arreglando las flores). Lord Darlington. (Se sienta). Ojalá hubiera sabido que era su cumpleaños, lady Windermere. Habría cubierto de flores toda la calle frente a su casa para que usted caminase sobre ellas. Están hechas para usted. (Pausa breve). Lady Windermere. Usted me importunó anoche en el Ministerio de Asuntos Exteriores, lord Darlington. Y me temo que va a importunarme otra vez. Lord Darlington. ¿Yo, lady Windermere? (Entran Parker y un sirviente por el centro con una bandeja y el servicio de té). Lady Windermere. Deje todo allí, Parker. Con eso será suficiente. (Se seca las manos con un pañuelo, se dirige hacia la mesa y se sienta). ¿Gusta usted acercarse, lord Darlington? (Sale Parker por el centro). Lord Darlington. (Toma una silla y se acerca). Lo que dice me pone muy triste, lady Windermere. Tiene que decirme qué fue lo que le hice. (Se sienta junto a la mesa de la izquierda). Lady Windermere. Pues bien, no dejó de hacerme cumplidos1 muy elaborados durante toda la noche. Lord Darlington. (Sonriendo). ¡Ah!, es que hoy en día estamos todos con tan poco dinero, que lo único agradable que podemos comprar son cumplidos. Son las únicas cosas que podemos pagar. Lady Windermere. (Meneando la cabeza). No, estoy hablando muy en serio. No debe reírse; yo no estoy bromeando. No me gustan los cumplidos y no entiendo por qué un hombre creería que halaga enormemente a una mujer cuando le dice un montón de cosas que en realidad no siente. Lord Darlington. ¡Ah, pero yo sí las siento! (Bebe el té que le ofrece ella). Lady Windermere. (Con severidad). Espero que no. Lamentaría mucho tener que pelearme con usted, lord Darlington.

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1 Los cumplidos, en este caso, son halagos exagerados, frases bonitas y expresiones propias de la seducción.


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l gauta combatió sin descanso, hasta que consiguió librarse de aques guardianas de profundidades y continuar. Nadó mucho tiempo, más y más hondo. A medida que anzaba, las aguas se

2 Las personas engreídas son aquellas exageradamente seguras de sí. 3 Insulsas significa sin sabor, sin gracia, insípidas. 4 Si bien el término puritano hace referencia a un grupo reformista de la Iglesia anglicana, en este caso se emplea para denominar a alguien con una represión moral muy severa.

Usted sabe que me cae muy bien. Pero no sería así en absoluto si supiera que usted es igual que la mayoría de los hombres. Créame: usted es mejor que casi todos los demás y, sin embargo, a veces pienso que finge ser peor. Lord Darlington. Todos tenemos nuestras pequeñas vanidades, lady Windermere. Lady Windermere. ¿Por qué decide usted que justo sea esa la suya? (Sigue sentada junto a la mesa de la izquierda). Lord Darlington. (Permanece sentado a la izquierda, más hacia el centro). ¡Ah!, hoy en día hay tantas personas engreídas2 que se mueven entre la alta sociedad fingiendo ser buenas, que a mí hasta me parece una actitud dulce y modesta la de fingir ser malo. Además, hay algo más que debo decirle. Si uno finge ser bueno, todo el mundo lo toma con demasiada seriedad. No así en cambio si uno finge ser malo. Tal es la asombrosa estupidez del optimismo. Lady Windermere. Entonces, ¿usted no quiere que el mundo lo tome en serio, lord Darlington? Lord Darlington. No, no todo el mundo. ¿A quiénes toma en serio el mundo? A todas las personas insulsas3 en las que uno pueda pensar. Desde los obispos, hasta los aburridos. A mí solo me interesa que usted me tome muy en serio, lady Windermere. Usted más que nadie en el mundo. Lady Windermere. ¿Por qué? ¿Por qué yo? Lord Darlington. (Después de dudar un instante). Porque creo que podríamos ser grandes amigos. Seamos grandes amigos. Puede que usted necesite de un amigo algún día. Lady Windermere. ¿Por qué dice eso? Lord Darlington. ¡Ah! Todos necesitamos de los amigos a veces. Lady Windermere. Yo creo que nosotros ya somos buenos amigos, lord Darlington. Y podremos seguir siéndolo siempre que usted no… Lord Darlington. Siempre que yo no… ¿qué? Lady Windermere. Que no lo arruine todo diciéndome tonterías fuera de lugar. Pensará que soy una puritana,4


Oscar Wilde ¿verdad? Pues bien, por cierto, algo hay de puritana en mí. Me criaron así. Y me alegro por eso. Mi madre murió cuando yo era apenas una niña. Siempre viví con lady Julia, la hermana mayor de mi padre, ¿sabe usted? Ella fue severa conmigo pero me enseñó lo que el mundo está olvidando: la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal. Ella era inflexible. Yo también lo soy. Lord Darlington. ¡Mi querida lady Windermere! Lady Windermere. (Recostándose en el sofá). Usted me ve como a una mujer de otra época. ¡Pues lo soy! Sería lamentable estar al nivel de una época como esta. Lord Darlington. ¿Usted cree que estos tiempos son tan malos? Lady Windermere. Sí. En nuestros días, la gente considera que la vida es pura especulación. ¡Pero no es una especulación! Es un sacramento. Su ideal es el amor. Su purificación, el sacrificio. Lord Darlington. (Sonriendo). ¡Ah, cualquier cosa es mejor que sacrificarse! Lady Windermere. (Se inclina hacia adelante). No diga eso. Lord Darlington. Pues claro que lo digo. Es lo que siento… Sé que es así. (Entra Parker por el centro). Parker. Los sirvientes quieren saber si tienen que poner las alfombras en la terraza para esta noche, señora. Lady Windermere. Usted no cree que vaya a llover, ¿no es cierto, lord Darlington? Lord Darlington. ¡Ni mencionarlo en el día de su cumpleaños! ¡Claro que no! Lady Windermere. Dígales que las pongan de inmediato, Parker. (Sale Parker por el centro). Lord Darlington. (Permanece sentado). ¿Usted no cree entonces —desde luego que esto es una suposición—, no cree que en el caso de que en un matrimonio joven, digamos de unos dos años de casados, si el marido de pronto

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El gauta combatió si descanso, hasta quons guió librarse de aque guardianas de profundidadese tornaban cada vez más frías y turbias.ue parecía n tener fin. Mientras tanto, la madre de


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mantuviera una amistad íntima con una mujer de, bueno, más que dudosa reputación,5 la visitara constantemente, almorzara con ella, y hasta tal vez le pagara sus cuentas..., no cree que la esposa debería buscar consuelo? Lady Windermere. (Frunciendo el entrecejo). ¿Buscar consuelo? Lord Darlington. Sí. Yo creo que debería hacerlo. Estaría en su derecho. Lady Windermere. Porque el marido es inmoral…, ¿la esposa debe ser inmoral también? Lord Darlington. “Inmoral” es una palabra terrible, lady Windermere. Lady Windermere. La inmoralidad es algo terrible, lord Darlington. Lord Darlington. ¿Sabe usted, lady Windermere? Me temo que la gente buena está haciendo mucho daño en este mundo. Por cierto, el mayor daño que hacen es dar una importancia extrema a la maldad. Es absurdo dividir a las personas en buenas y malas. Las personas se dividen en encantadoras o aburridas, nada más. Yo me quedo con las encantadoras y usted, lady Windermere, no puede evitar ser una de ellas.

5 La reputación es la valoración social de una persona. En este caso, se hace referencia al status social dudoso que tendría un hombre casado que mantuviera una amistad íntima con una mujer que no fuera su esposa.


Oscar Wilde Lady Windermere. Bueno, lord Darlington. (Se levanta y cruza delante de él hacia la derecha). No se levante, solo voy a terminar de arreglar mis flores. (Se dirige hacia la mesa de la derecha). Lord Darlington. (Se levanta y acerca la silla). Y es mi deber decirle que usted tiene un concepto muy rígido de la vida moderna, lady Windermere. Por supuesto que a la vida moderna hay mucho que criticarle, lo admito. Muchas mujeres de hoy en día, por ejemplo, son bastante interesadas. Lady Windermere. No hable de esa clase de gente. Lord Darlington. Pues bien, entonces. Dejemos de lado a la gente interesada, que, desde ya, es espantosa. ¿Usted piensa seriamente que las mujeres que han cometido lo que el mundo llama “un error” jamás deberían ser perdonadas? Lady Windermere. (De pie, junto a la mesa). Yo creo que jamás deberían ser perdonadas. Lord Darlington. ¿Y los hombres? ¿Usted piensa que deberían aplicarse las mismas reglas para hombres y mujeres? Lady Windermere. ¡Por supuesto! Lord Darlington. Yo creo que la vida es demasiado compleja para resolverla con esas reglas tan rígidas y rápidas.

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dormir, los sobresaltó un espantoso estrépito damente las escaleras, se encontraron con que una a había caído al suelo de losa, y vieron al fantasm lto, frotándose las rodillas con una expresión de agu rbatanas, dispararon sobre él dos proyectiles, con practicado larga y pacientemente sobre su profeso stados Unidosapuntaba al fantasma con su revólver aliforniana, que pusiera las manos en alto. El fant scabulló entre ellos, como una neblina, apagando a na oscuridad total. Al llegar a lo alto de la escaler moníaca, que en más de una ocasión le había resul echo encanecer la peluca de lord Raker en una sola n lady Canterville renunciaran antes del primer me orrible hasta que retumbó una y otra vez en el vie extinguirse los escalofriantes ecos, se abrió una pu leste y le dijo al fantasma: –Me temo que usted no botella de la solución medicinal del Doctor Dobell. S l fantasma la miró enfurecido y de inmediato come perro negro, una hazaña que le había valido un me abía atribuido la permanente idiotez del tío de lo mbargo, el sonido de unos pasos que se acercaban lo volverse ligeramente fosforescente y se desvaneció la nstante en que los gemelos estaban por alcanzarlo.C presa de una violenta agitación. La vulgaridad de los g aturalmente le resultaban de lo más exasperantes podido colocarse la armadura. Había tenido la esper e estremecieran al ver al Espectro Acorazado, aunqu acional Longfellow , con cuya delicada y atractiva p mientras los Canterville estaban en la ciudad. Adem ran éxito en el torneo de Kenilworth, y había sido Pero esta vez, cuando quiso ponérsela, se vio comple del yelmo de acero, y cayó pesadamente al suelo, ra a mano derecha. Durante varios días estuvo muy en mantener la mancha de sangre en buen estado. Al fi evar a cabo un tercer intento de asustar al ministro 7 de agosto para su aparición. Pasó la mayor part cidió por un gran sombrero de ala flexible con una uello, y una daga oxidada. Al atardecer estalló un vio as ventanas y las puertas de la antigua casa se sacu ue más le gustaba. Su plan de acción era el siguien


proveniente del vestíbulo. Luego de baja apresu antigua armadura se había desprendido de su sopor ma de Canterville sentado en una silla de respal udo dolor en el rostro. Los mel lizos, que traían su n una puntería que solo pueden adquirir quienes ha or de caligrafía. Mientras tanto, el ministro de lo er y le ordenaba, de acuerdo con los usos de la etiquet tasma se levantó con un salvaje alarido de furia y s al pasar la vela de Washington Otis y dejándolos e ra, se recuperó y decidió lanzar su célebre carcajad ltado extremadamente útil. Se decía que con ella hab noche y había logrado que tres institutrices francesa es de trabajo. En consecuencia, lanzó su risotada má ejo techo abovedado; pero, cuando apenas empezaba uerta y apareció la señora Otis vestida con una bat o está nada bien de salud, y por ello le he traído un Si se trata de una indigestión, este remedio lo ayudar enzó a prepararse para convertirse en un enorm erecido renombre, y a la cual el médico de la famil ord Canterville, el honorable Thomas Horton. Si o hizo desistir de su propósito, de modo que se limi anzando un profundo gemido sepulcral, en le precis Cuando llegó a su cuarto, se derrumbó por complet gemelos y el grosero materialismo de la señora Ot es, pero lo que más lo perturbaba era no habe ranza de que incluso aquellos modernos estadounidense ue noTrabajos fuera por otra razón que el respeto a su poet en la estación poesía él mismo se había entretenido muchas vece más, era su propia armadura; la había vestido co o muy elogiada nada menos que por la Reina Virge etamente superado por el peso de la enorme coraz raspándose las rodillas y lastimándose los nudillos nfermo, y únicamente se movía de su habitación par in, luego de muchos cuidados logró reponerse y resolv o de los Estados Unidos y a su familia. Eligió el viern te de ese día revisando el guardarropa, y finalmente a pluma roja, un sudario fruncido en las muñecas y olento temporal, y el viento era tan fuerte que toda udían y chirriaban. Ese era precisamente el tiemp nte: se abriría paso con sigilo hasta el dormitorio


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El abanico de lady Windermere

Windermere

Actividades para revisar la lectura

Extraigan de la obra indicios que permitan caracterizar la clase social en la que podemos ubicar a los protagonistas. Luego, resuelvan.

El abanico

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a. ¿Por qué eligieron estos datos? ¿Qué les permiten inferir respecto de la clase social de los personajes principales? b. Comparen los datos con lo que han leído, en la introducción de este libro, sobre la época y la forma de vida, y escriban sus conclusiones. 2 En la obra aparece una oposición entre la mirada que tiene lady Windermere sobre la vida y la que presenta el resto de la sociedad. Confeccionen un cuadro como el siguiente en el que comparen, mediante citas, una con otra (se colocan algunas a manera de ejemplo).

Mirada sobre el mundo

De lady Windermere

De otros personajes o de la sociedad, en general (consignar quién dice cada cita)

“En nuestros días, la gente considera que la vida es pura especulación. ¡Pero no es una especulación! Es un sacramento. Su ideal es el amor. Su purificación, el sacrificio”. “(…) creo que la vida es demasiado importante para hablar de ella en serio”. (Lord Darlington).

3 Las visitas, los bailes y la permanencia de los hombres en clubes son costumbres de la sociedad victoriana; expliquen cómo se muestra cada una de estas actividades en la obra.


Trabajos en la estación

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Contesten. ¿Qué mirada sobre el matrimonio presenta la siguiente frase de lord Augustus?: “¡Cielos! Pareciera que estuviésemos casados; me trata con tanta indiferencia...”. a. Respondan. ¿En qué otras partes de la obra aparecen referencias a este vínculo? Citen ejemplos. 5 Indiquen qué consecuencias produce el ingreso de la señora Erlynne a la fiesta. ¿De qué manera es recibida por los allí presentes? Ejemplifiquen mediante citas. 6 Lady Windermere y la señora Erlynne se presentan, en algunos aspectos, como personajes antagónicos, opuestos. Completen un cuadro como el siguiente, donde consignen citas que demuestren la personalidad de cada una de ellas.

Lady Windermere

Señora Erlynne

Respondan. ¿De qué manera el personaje de la señora Erlynne da a conocer que es la madre de lady Windermere? ¿Se lo dice a alguien o lo menciona para sí misma? Extraigan una cita textual y revisen en la introducción si esta responde a la función asignada al diálogo, a los apartes o a los monólogos. 7

El abanico

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