El baile - ¡Recorré el libro!

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solvamos nuestro conflicto!Los tres hermanos modo de solucionar esta disputa podrían encontr propuso: —Estoy convencido de que los dioses es así. Sé que es así. Y he pensado una forma lo que digo es cierto, los dioses me concederán a n, incrédulos. —En caso de que eso ocurra, acept Radamantis siguió en silencio. Bajó la mirad preguntó entonces Minos—. ¿Aceptas o no sin mirarlo. Los tres bajaron entonces hasta ofreció un sacrificio a Poseidón8. —¡Poseidón, d vencido de Irène que tú y Némirovsky los demás dioses del Olimp maravillosa. Te pido entonces una señal, pa disputas entre nosotros por el trono que fue alabra de Minos, cada uno de sus gestos, con u uas, la prueba de que digo la verdad —exclamó sobre el que tú reinas, un toro. Una vez que dos los cretenses sean testigos del homenaje a as como si se avecinara una tormenta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell arena de la playa, fue caminando hasta Min tis como Sarpedón reconocieron la voluntad de orona de toda Creta. Así fue. Pero el día en dió conservar aquel toro espléndido, que podía ntonces ocultarlo en sus rebaños, y lo reempl o por la afrenta, Poseidón decidió vengarse. castigar a quienes cometen una falta contra ell oco después de su intento de engaño. ta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell rena de la playa, fue caminando hasta Minos y mo Sarpedón reconocieron la voluntad de los dios

El baile


solvamos nuestro conflicto!Los tres hermanos modo de solucionar esta disputa podrían encontr propuso: —Estoy convencido de que los dioses es así. Sé que es así. Y he pensado una forma lo que digo es cierto, los dioses me concederán a n, incrédulos. —En caso de que eso ocurra, acept Radamantis siguió en silencio. Bajó la mirad Índice preguntó entonces Minos—. ¿Aceptas o no sin mirarlo. Los tres bajaron entonces hasta ofreció un sacrificio a Poseidón8. —¡Poseidón, d vencido de que tú y los demás dioses del Olimp maravillosa. Te pido entonces una señal, pa disputas entre nosotros por el trono que fue alabra de Minos, cada uno de sus gestos, con u uas, la prueba de que digo la verdad —exclamó sobre el que tú reinas, un toro. Una vez que dos los cretenses sean testigos del homenaje a as como si se avecinara una tormenta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell arena de la playa, fue caminando hasta Min tis como Sarpedón reconocieron la voluntad de orona de toda Creta. Así fue. Pero el día en dió conservar aquel toro espléndido, que podía ntonces ocultarlo en sus rebaños, y lo reempl o por la afrenta, Poseidón decidió vengarse. castigar a quienes cometen una falta contra ell oco después de su intento de engaño. ta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell rena de la playa, fue caminando hasta Minos y mo Sarpedón reconocieron la voluntad de los dios Bienvenidos a la estación de Irène Némirovsky ............................ 8

El baile ............................................ 26

Trabajos en la estación .................. 80 Cuadro de movimientos literarios ......................................... 92


ir, los sobresaltó un espantoso estrépito provenie ras, se encontraron con que una antigua armadura de losa, y vieron al fantasma de Canterville sentad na expresión de agudo dolor en el rostro. Los mel proyectiles, con una puntería que solo pueden adquirir esor de caligrafía. Mientras tanto, el ministro de los ordenaba, de acuerdo con los usos de la etiqueta calif vantó con un salvaje alarido de furia y se escabulló de Washington Otis y dejándolos en una oscuridad t ó lanzar su célebre carcajada demoníaca, que en más cía que con ella había hecho encanecer la peluca de utrices francesas de lady Canterville renunciaran an sotada más horrible hasta que retumbó una y otr ezaban a extinguirse los escalofriantes ecos, se abri celeste y le dijo al fantasma: –Me temo que usted lla de la solución medicinal del Doctor Dobell. Si sma la miró enfurecido y de inmediato comenzó a pr hazaña que le había valido un merecido renombre, manente idiotez del tío de lord Canterville, el honora s que se acercaban lo hizo desistir de su propósito, d Bienvenidos a la estación de desvaneció lanzando un profundo gemido sepulcral, e zarlo.Cuando llegó a su cuarto, se derrumbó por com emelos y el grosero materialismo de la señora Otis lo que más lo perturbaba era no haber podido ncluso aquellos modernos estadounidenses se estreme otra razón que el respeto a su poeta nacional Long abía entretenido muchas veces mientras los Cante adura; la había vestido con gran éxito en el torneo por la Reina Virgen. Pero esta vez, cuando quiso pon orme coraza y del yelmo de acero, y cayó pesadamen los de la mano derecha. Durante varios días estuvo mantener la mancha de sangre en buen estado. Al r a cabo un tercer intento de asustar al ministro de osto para su aparición. Pasó la mayor parte de ese ran sombrero de ala flexible con una pluma roja, u da. Al atardecer estalló un violento temporal, y el vi antigua casa se sacudían y chirriaban. Ese era pr n era el siguiente: se abriría paso con sigilo hasta el pie de la cama y le clavaría tres puñaladas en hington un rencor especial, pues estaba perfectam

Irène

Némirovsky


ente del vestíbulo. Luego de baja apresur adamente a se había desprendido de su soporte y había caíd do en una silla de respaldo alto, frotándose las rodi lizos, que traían sus cerbatanas, dispararon sobr r quienes han practicado larga y pacientemente sobr s Estados Unidosapuntaba al fantasma con su revó iforniana, que pusiera las manos en alto. El fantas ó entre ellos, como una neblina, apagando al pasar total. Al llegar a lo alto de la escalera, se recuper s de una ocasión le había resultado extremadamente lord Raker en una sola noche y había logrado que ntes del primer mes de trabajo. En consecuencia, la ra vez en el viejo techo abovedado; pero, cuando ape ió una puerta y apareció la señora Otis vestida con no está nada bien de salud, y por ello le he traído se trata de una indigestión, este remedio lo ayudará repararse para convertirse en un enorme perro ne y a la cual el médico de la familia había atribuid able Thomas Horton. Sin embargo, el sonido de u de modo que se limitó a volverse ligeramente fosforesc en le preciso instante en que los gemelos estaban mpleto, presa de una violenta agitación. La vulgarida s naturalmente le resultaban de lo más exasperan o colocarse la armadura. Había tenido la esperanz ecieran al ver al Espectro Acorazado, aunque no fu gfellow , con cuya delicada y atractiva poesía él mis erville estaban en la ciudad. Además, era su pro de Kenilworth, y había sido muy elogiada nada me nérsela, se vio completamente superado por el pes nte al suelo, raspándose las rodillas y lastimándose muy enfermo, y únicamente se movía de su habita l fin, luego de muchos cuidados logró reponerse y reso e los Estados Unidos y a su familia. Eligió el viernes día revisando el guardarropa, y finalmente se decidió un sudario fruncido en las muñecas y el cuello, y una iento era tan fuerte que todas las ventanas y las puer recisamente el tiempo que más le gustaba. Su plan el dormitorio de Washington Otis, le susurraría la garganta al son de una música lenta. Le guardab mente al tanto de que era él quien tenía la costumbr


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Irène Némirovsky: éxodo y literatura Una leyenda de origen medieval cuenta que un hombre del pueblo judío impidió que Cristo descansara frente a la puerta de su casa camino al Calvario; otras versiones de esta misma leyenda afirman que en realidad lo que este hombre le negó a Jesús fue un vaso de agua; también se cuenta que lo insultó. Todas las versiones coinciden en que Cristo condenó

a este hombre a vagar —inmortal— por la tierra hasta la parusía, es decir, hasta su retorno al final de los tiempos. Al protagonista de esta leyenda se lo conoce como el judío errante. Su imagen y su nombre han servido para representar la condición real del pueblo hebreo ya desde tiempos anteriores al cristianismo, quizás incluso a partir del éxodo de Egipto que la comunidad emprendió con el fin de liberarse de la esclavitud, tomar conciencia de su identidad como nación e ir en busca de la tierra prometida por Dios para fundar su propio estado. En su larga historia, el pueblo judío ha sido objeto de prejuicios, expulsiones, persecuciones y genocidios. La historia de Irène Némirovsky, autora de El baile, es parte también de este destino itinerante de exclusión y muerte al que históricamente los judíos han sido sometidos. Irène Némirovsky nació en Kiev, Ucrania, en 1903. Ante la falta de interés de sus padres por el ámbito familiar y, sobre todo, ante el desprecio de su madre, Irène fue educada por Representación pictórica de la figura del judío errante.


Irène Némirovsky una institutriz francesa que le enseñó el francés, idioma que se convirtió casi en su lengua materna y en el que está escrita su obra. En 1918 comienza el destino errante de Némirovsky: escapa, junto con sus padres, de la Rusia revolucionaria1 rumbo a Finlandia. Un año más tarde, la familia se instala en Francia. Allí Irène obtendrá su licenciatura en Letras y conocerá a quien luego será su esposo, Michel Epstein. De su matrimonio con Epstein, Irène tendrá dos hijas que serán de suma importancia para que el nombre de esta autora haya podido llegar hasta nosotros.

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Su primera novela, David Golder (1929), da renombre a Némirovsky en diversos medios literarios y la acerca a otras manifestaciones del arte: su primera creación es adaptada para teatro y cine. Un año después, en 1930, se publicará El baile.

1 La Revolución rusa de 1917 fue un movimiento político que expulsó al gobierno de carácter provisional que había ocupado el lugar de los antiguos zares. Esta revolución llevó al establecimiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que duró hasta su caída en 1991.

La joven Irène Némirovsky.

Tapa de David Golder, primera novela de Némirovsky.


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Pronto, Némirovsky se convirtió en una autora reconocida en Francia; sin embargo, en 1938 le fue negada la posibilidad de adquirir la ciudadanía francesa. Al año siguiente, ella y su familia se convirtieron al catolicismo, pero en 1940 las leyes antisemitas trajeron dificultades para la familia: se le prohibió seguir publicando por su judaísmo. Toda su familia, además, se vio obligada a portar la estrella amarilla, insignia que quienes pertenecían a la comunidad judía debían llevar cosida a su ropa para hacer público su origen. Némirovsky se refugió junto con su esposo y sus hijas en Issy L’Evéque, en casa de la familia de una niñera que había estado a su servicio. Finalmente el éxodo de la familia tiene el peor desenlace cuando, en 1942, Irène es arrestada por la gendarmería francesa y deportada al campo de concentración

Auschwitz, uno de los mayores campos de concentración del Holocausto, donde Némirovsky fue asesinada.

de Pithiviers. Michel Epstein realiza diversas gestiones con el fin de obtener la liberación de su esposa, pero ella es trasladada al campo de concentración de Auschwitsz, donde muere en la cámara de gas pocos meses después de su arresto. Su esposo corrió la misma suerte poco tiempo después. Las hijas del matrimonio, Denise y Elisabeth, vivieron durante aquel tiempo escondidas gracias a la ayuda de mujeres religiosas y de amigos de la familia. Llevaron consigo una valija, que su madre les había confiado, que contenía los manuscritos inéditos de la obra que más reconocimiento le ha valido a la autora: Suite francesa. Se cree

Suite francesa, la novela más leída de Némirovsky.


Irène Némirovsky que el proyecto original de esta obra, que permaneció inédita hasta el año 2004, constaba de cinco partes, de las que Némirovsky solo llegó a concluir dos. En esta novela se relata el éxodo que tuvo lugar en Francia cuando fue ocupada por los alemanes en 1940, durante la Segunda Guerra Mundial. En este período Némirovsky escribió, además, una biografía del escritor y dramaturgo ruso Antón Chéjov, a quien admiraba profundamente. De él, la autora toma la descripción de los espacios físicos y de las emociones y sentimientos de los personajes, la representación de la tristeza humana, aunque se la muestre en forma humorística, el sentido de la soledad del hombre y la incapacidad del ser humano de comprender al otro y de ser comprendido por los demás. La Rusia que Chéjov vivió fue la posterior a la emancipación de los siervos de la gleba2 y Némirovsky, lejos de su país natal, eligió escribir en torno a la Francia de la Segunda Guerra Mundial y del período que le antecedió. Para entender mejor la vida y la obra de esta autora conviene remontarse a la historia de Francia durante los años de la ocupación alemana. Óleo de Antón Chéjov por Osip Braz.

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La Francia de Vichy

Tras la derrota, en 1940, de las tropas franco-británicas en manos de los alemanes, Paul Raymond, primer ministro francés, renuncia a su cargo y lo sucede el mariscal Henri Philippe Pétain, quien había sido considerado un héroe por su desempeño durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Al asumir este cargo, Pétain mantiene una política colaboracionista con Adolph Hitler y

2 Antón Chéjov nace en el año en 1860; un año después, el zar Alejandro II decide abolir la servidumbre mediante un decreto que establece la libertad personal de los colonos.


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Carteles antisemitas en la Francia de Vichy.

El Mariscal francés Henri Pétain, que ocupó el cargo de Primer Ministro de su país durante la Segunda Guerra Mundial.

el régimen nazi; firma, en nombre de Francia, un armisticio con Alemania con el que permite que los alemanes ocupen los territorios situados al norte del río Loira y la costa atlántica hasta la frontera con España. Este armisticio deja sin efecto la constitución de carácter republicano que hasta entonces tenía vigencia en Francia y le concede plenos poderes al mariscal Pétain. De este modo queda establecido el denominado Régimen de Vichy, que toma su nombre de la ciudad donde

este gobierno tenía su sede. En 1942, dos años después de firmado el armisticio y establecido el régimen, los alemanes ya habían ocupado Francia en su totalidad; en 1944, obligaron a Pétain a trasladarse a Alemania. Pétain fue impulsor de una política nacionalista, basada en valores tradicionales como la religión, el patriotismo, la familia y el trabajo, en cuyo nombre se determinó que los judíos franceses no podrían tener acceso a la educación ni a los medios de comunicación. Los


Irène Némirovsky

Saludo entre un soldado nazi y uno francés en la Francia de Vichy.

judíos extranjeros que residían en territorio francés, como Irène Némirovsky, fueron apresados y recluidos en campos de concentración, donde finalmente fueron asesinados. Entre los diversos factores que pusieron fin al gobierno de Vichy, los historiadores destacan la invasión estadounidense al norte de África en 1942 y el establecimiento, al año siguiente, de un “Comité francés de Liberación Nacional” en Argelia, que estableció contactos con los residentes en Francia

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General francés Charles de Gaulle, fundador del movimiento “Francia libre”, contrario al gobierno de Vichy.

contrarios a la ocupación alemana. Mucho antes de la creación de este comité, ya el general Charles De Gaulle, ante la rendición de su país frente a los alemanes, había fundado en su exilio en Gran Bretaña el movimiento “Francia Libre” en contra del gobierno de Vichy. También había convocado a los soldados franceses para que pelearan junto a los ingleses en contra de los invasores. El régimen de Vichy desaparece en forma definitiva poco después de que París es liberada, en 1944.


ponda a los censores y fundamente las razones de mi obra; y sin duda estoy b sonas que le dieron su aprobaciรณn como paracreerme de una disertaciรณn, hecha e principio una persona elevada, cuyo ingenio es muy conocido en sociedad, y que m


bastanobligado comedia, me de ex

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I

L 1 La palabra caireles hace referencia a las piezas de cristal que adornan las arañas y los candelabros. 2 La frase What shall I do, what shall I do when you’ll be gone away… proviene del inglés y su traducción es: “Qué he de hacer, qué he de hacer ahora que te has ido lejos…”. 3 La expresión inglesa Oh! Ann-toinette, how can you? quiere decir “Oh, Antoinette, ¿cómo has podido?”.

a señora Kampf entró en el cuarto de estudio cerrando tan bruscamente la puerta, que la araña de cristal sonó, con todos sus caireles1 agitados por la corriente de aire, con un ruido puro y suave como de cascabeles. Pero Antoinette no había dejado de leer, tan inclinada sobre su pupitre estaba que sus cabellos tocaban las páginas. Su madre la miró un momento sin hablar; luego se paró delante de ella con los brazos cruzados. —Podrías molestarte cuando ves a tu madre —le gritó—. ¿No crees, querida? ¿O estás pegada a la silla? Qué educación… ¿Dónde está miss Betty? En la habitación contigua, el ruido de una máquina de coser acompañaba el ritmo de una canción, un What shall I do, what shall I do when you’ll be gone away2… arrullado con una voz torpe pero fresca. —Miss —llamó la señora Kampf—, venga aquí. —Yes, Mrs Kampf. La menuda inglesa, con las mejillas rojas, los ojos asustados y dulces, y con un moño color miel alrededor de su cabeza pequeña y redonda, avanzó por la puerta entreabierta. —La contraté —comenzó severamente la señora Kampf— para vigilar e instruir a mi hija, ¿no es así?, y no para que se cosiera sus vestidos… ¿Acaso Antoinette no sabe que tiene que ponerse de pie cuando entra su madre? —Oh! Ann-toinette, how can you?3 —interrogó la miss con una suerte de gorjeo entristecido. Antoinette se había ya puesto de pie y se balanceaba torpemente sobre una pierna. Era una muchacha alta y delgada de catorce años, con el rostro pálido propio de esa edad; tan escasa de carnes, que parecía, a los ojos de


Irène Némirovsky los adultos, una mancha redonda y clara, sin expresión, con párpados caídos y lívidos4, con una boca pequeña y apretada… Catorce años, algunos rasgos de mujer comienzan a definirse ya bajo el vestido estrecho de colegiala, y perturban al cuerpo aún débil e infantil… sus pies son grandes y sus brazos delgados semejan largas flautas; sus manos son rojas, con dedos manchados de tinta, que un día tal vez llegarán a ser los brazos más lindos del mundo, ¿quién sabe?… una nuca frágil y cabellos cortos, sin color, secos y finos… —Entenderás, Antoinette, que tus modales son para desesperarse, mi pobre hija… Siéntate. Voy a entrar nuevamente y me vas a hacer el favor de pararte de inmediato, ¿sí? La señora Kampf retrocedió algunos pasos y abrió por segunda vez la puerta. Antoinette se levantó con lentitud y tan evidente mala gana que su madre, enérgicamente y apretando los labios con aspecto amenazador, le preguntó: —¿Le molesta, por casualidad, señorita? —No, mamá —dijo Antoinette en voz baja. —Entonces, ¿por qué pones esa cara? Antoinette sonrió con una suerte de esfuerzo desganado y triste que deformó penosamente sus rasgos. Por momentos odiaba tanto a los adultos que hubiese querido matarlos, desfigurarlos, o también gritar: “¡Sí, me molestas!”, dando un puntapié; pero temía a sus padres desde la infancia. En otro tiempo, cuando Antoinette era más pequeña, su madre la alzaba con frecuencia sobre sus rodillas, la apretaba contra su corazón, la acariciaba y la besaba. Pero eso Antoinette lo había olvidado. En cambio, guardaba en lo más profundo de sí el sonido, los gritos de una voz irritada pasándole por encima de su cabeza, “esta niña que está siempre entre mis piernas…”, “¡otra vez manchaste mi vestido con tus sucios zapatos!, ¡al rincón!, ¡eso te va a enseñar!, ¿me has escuchado, nena caprichosa?” Y un día… por primera vez, un día

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4 El adjetivo lívidos es sinónimo de pálidos.


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5 André Sperelli, Hélène y Marie son personajes de la novela El placer del escritor italiano Gabriele D’ Annunzio. Por su parte, Julien de Suberceaux y Maud de Rouvre son personajes del film La mitad virgen (1924).

había deseado morir… Ocurrió en la calle, en una esquina, en medio de un reto había surgido esa frase gritada con tal fuerza que algunas personas que pasaban por allí se habían dado vuelta para mirar: “¿Quieres que te dé una cachetada? ¿Sí?”, y luego, el ardor en el rostro… En plena calle. Tenía once años, era alta para su edad… Las personas que pasaban, las personas mayores, esas no tenían importancia… Pero, en aquel momento, unos chicos salían de la escuela y se habían reído de ella al verla: “¿Qué pasó, nena?”. ¡Ah! Ese sarcasmo que la había perseguido mientras caminaba, mirando al piso, en la calle oscura y otoñal… las luces bailaban entre sus lágrimas. “¿Todavía sigues llorisqueando?… ¡Qué carácter!… Si te reto, es por tu bien, ¿o no es así?… Además, no me hagas enojar de nuevo, te lo aconsejo…”. Qué malas personas… Y ahora, además, solo para atormentarla, hostigarla y denigrarla, de la noche a la mañana, se ensañaban con ella: “¿Cómo tomas el tenedor?” (delante del sirviente, por Dios), o “ponte derecha, al menos no des la impresión de ser jorobada”. Tenía catorce años, era una jovencita; y en sus sueños, una mujer amada y bella… Había hombres que la acariciaban, la admiraban, como André Sperelli acaricia a Hélène y Marie, y Julien de Suberceaux a Maud de Rouvre en los libros5… El amor… Se estremeció. La señora Kampf terminaba: —… Y si crees que le pago a una inglesa para que tengas esos modales, te equivocas, chiquita… Y bajando la voz, mientras corría un mechón de pelo que cruzaba la frente de su hija, agregó: —Siempre te olvidas de que ahora somos ricos, Antoinette… Y dirigiéndose a la inglesa: —Miss, voy a tener muchos recados para usted esta semana… El día quince daré un baile… —Un baile —murmuró Antoinette abriendo bien grandes los ojos.


Irène Némirovsky —Y sí —afirmó la señora Kampf sonriendo—, un baile. Miró a Antoinette con una expresión de orgullo, después señaló a la inglesa apenas con un gesto, frunciendo el ceño. —¿No le habrás contado nada? ¿No? —No, mamá, no —Antoinette respondió precipitadamente. Ella conocía esa preocupación constante de su madre. Al principio —hacía ya dos años de eso—, cuando ya habían dejado la vieja calle Favart, después del genial golpe en la Bolsa del señor Kampf, con la caída del franco primero y de la libra después, en 1926, que los había hecho ricos, todas las mañanas Antoinette tenía que ir al cuarto de sus padres; su madre, todavía en la cama, se arreglaba las uñas; en el toilette contiguo, su padre, un judío menudo, de ojos ardientes, se afeitaba, se lavaba, se vestía con esa rapidez demente de todos sus gestos, que en otro tiempo había hecho que sus compañeros de la Bolsa, los judíos alemanes, lo apodaran “Feuer”6. Había pasado largos años en la Bolsa, conocía bien los mercados… Antoinette sabía que antes había sido empleado del Banco de París, y en un pasado aún más lejano, había sido ordenanza en la puerta del banco, con librea7 azul… Un poco antes del nacimiento de Antoinette, Alfred Kampf se había casado con su amante, la señorita Rosine, la dactilógrafa8 del jefe. Durante once años habían vivido en un departamento pequeño y oscuro, detrás de la Ópera Cómica. Antoinette recordaba cómo pasaba en limpio sus tareas, por la noche, en la mesa del comedor, mientras la criada lavaba los platos haciendo ruido en la cocina y la señora Kampf leía novelas, acodada bajo una gran lámpara de techo, con un globo de vidrio esmerilado en el que brillaba el chorro ondulante del gas. A veces la señora Kampf daba un profundo suspiro, lleno de enojo, tan fuerte y brusco que Antoinette saltaba de la silla. Entonces su padre preguntaba: “¿Y ahora qué te pasa?”, y Rosine respondía: “Me duele el corazón de solo

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6 Feuer proviene del alemán y su traducción sería preparado, listo. 7 Una librea es un uniforme que distingue a quienes cumplen determinada función en un empleo, como por ejemplo, aquí el señor Kampf cuidaba el ingreso de la gente al Banco. 8 Una dactilógrafa es aquella mujer que tiene como trabajo escribir a máquina.


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pensar cuánta gente hay que vive cómodamente, que es feliz, mientras yo me paso los mejores años de mi vida en este sucio agujero cosiéndote las medias…”. Kampf se encogía de hombros sin pronunciar palabra. Entonces casi siempre Rosine le dirigía la mirada a Antoinette. “Y tú, ¿qué estás escuchando? ¿Es asunto tuyo lo que dice la gente grande?”, gritaba enojada. Y después terminaba: “Sí, sí, hija mía, si esperas que tu padre se haga rico como viene prometiendo desde que nos casamos, puedes esperar sentada… Crecerás y aún estarás acá, como tu pobre madre, esperando…”. Y cuando decía esa palabra, “esperando”, le recorría sus facciones, rígidas, tensas, fastidiosas, una cierta expresión patética, profunda, que afectaba a Antoinette a pesar de sí y con frecuencia le hacía acercar, por instinto, los labios al rostro de su madre. “Mi pobre chiquita”, decía Rosine acariciándole la frente. Pero una vez había gritado: “¡Ah! Déjame tranquila, ¿quieres? ¡Me estás fastidiando; qué molesta que eres tú también!…”, y Antoinette nunca más volvió a darle otros besos que no fueran el de la mañana y el de la noche, que padres e hijos pueden intercambiar sin pensar, como el apretón de manos de dos desconocidos. Y después, un buen día y de golpe, se convirtieron en ricos, ella nunca había podido entender muy bien cómo. Se habían venido a vivir a un departamento grande y blanco, y su madre se había teñido el cabello de un rubio hermoso y reluciente. Antoinette miraba con temor esa cabellera brillante que no terminaba de reconocer. —Antoinette —ordenaba la señora Kampf—, ensayemos un poco. ¿Qué tienes que responder cuando te preguntan dónde vivíamos el año pasado? —No seas inocente —decía Kampf desde la pieza de al lado—, ¿quién quieres que le hable a la nena? No conoce a nadie. —Yo sé lo que hago —respondía su esposa levantando la voz—. ¿Y los sirvientes?


Irène Némirovsky —Si la veo hablar con los sirvientes aunque sea una palabra, se las va a tener que ver conmigo, ¿estás escuchando, Antoinette? Ella sabe que se tiene callar, aprender sus lecciones, y punto, se acabó. Nadie le pide nada más… —Y dirigiéndose a su mujer—: No es ingenua, ¿sabes?

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saltó un espantoso estrépito proveniente del vestíb on con que una antigua armadura se había despr fantasma de Canterville sentado en una silla de resp r en el rostro. Los mel lizos, que traían sus cerb que solo pueden adquirir quienes han practicado la tanto, el ministro de los Estados Unidosapuntaba os de la etiqueta californiana, que pusiera las manos se escabulló entre ellos, como una neblina, apaga curidad total. Al llegar a lo alto de la escalera, se r ás de una ocasión le había resultado extremadamen lord Raker en una sola noche y había logrado que tr primer mes de trabajo. En consecuencia, lanzó su viejo techo abovedado; pero, cuando apenas empeza apareció la señora Otis vestida con una bata celes de salud, y por ello le he traído una botella de la stión, este remedio lo ayudará. El fantasma la miró e en un enorme perro negro, una hazaña que le hab ilia había atribuido la permanente idiotez del tío d el sonido de unos pasos que se acercaban lo hizo des te fosforescente y se desvaneció lanzando un profun staban por alcanzarlo.Cuando llegó a su cuarto, se de idad de los gemelos y el grosero materialismo de l ntes, pero lo que más lo perturbaba era no h a de que incluso aquellos modernos estadounidenses s por otra razón que el respeto a su poeta naciona había entretenido muchas veces mientras los Can ; la había vestido con gran éxito en el torneo de K Reina Virgen. Pero esta vez, cuando quiso ponérsel raza y del yelmo de acero, y cayó pesadamente al su o derecha. Durante varios días estuvo muy enfermo, a de sangre en buen estado. Al fin, luego de mucho ento de asustar al ministro de los Estados Unidos Pasó la mayor parte de ese día revisando el guarda ible con una pluma roja, un sudario fruncido en la violento temporal, y el viento era tan fuerte que chirriaban. Ese era precisamente el tiempo que paso con sigilo hasta el dormitorio de Washington res puñaladas en la garganta al son de una música ba perfectamente al tanto de que era él quien tenía l ville con su el detergente “Inigualable” de Pinkerton.


bulo. Luego de baja apresur adamente las escaleras rendido de su soporte y había caído al suelo de los paldo alto, frotándose las rodillas con una expresió batanas, dispararon sobre él dos proyectiles, con arga y pacientemente sobre su profesor de caligr al fantasma con su revólver y le ordenaba, de acu s en alto. El fantasma se levantó con un salvaje ala ando al pasar la vela de Washington Otis y dejánd recuperó y decidió lanzar su célebre carcajada demoní nte útil. Se decía que con ella había hecho encanecer res institutrices francesas de lady Canterville renuncia risotada más horrible hasta que retumbó una y aban a extinguirse los escalofriantes ecos, se abrió ste y le dijo al fantasma: –Me temo que usted no a solución medicinal del Doctor Dobell. Si se trat ó enfurecido y de inmediato comenzó a prepararse p bía valido un merecido renombre, y a la cual el m de lord Canterville, el honorable Thomas Horton. sistir de su propósito, de modo que se limitó a volv ndo gemido sepulcral, en le preciso instante en que errumbó por completo, presa de una violenta agita la señora Otis naturalmente le resultaban de lo m haber podido colocarse la armadura. Había tenido se estremecieran al ver al Espectro Acorazado, aun al Longfellow , con cuya delicada y atractiva poesí nterville estaban en la ciudad. Además, era su pro Kenilworth, y había sidoestación muy elogiada nada menos Trabajos en la la, se vio completamente superado por el peso d uelo, raspándose las rodillas y lastimándose los nudi y únicamente se movía de su habitación para mante os cuidados logró reponerse y resolvió llevar a cabo y a su familia. Eligió el viernes 17 de agosto para arropa, y finalmente se decidió por un gran sombr as muñecas y el cuello, y una daga oxidada. Al atard todas las ventanas y las puertas de la antigua casa más le gustaba. Su plan de acción era el siguiente n Otis, le susurraría algo desde el pie de la cama a lenta. Le guardaba a Washington un rencor espe la costumbre de eliminar la famosa mancha de san . Después de reducir al imprudente y temerario jo


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Primeros pasos: actividades de comprensión lectora 1 La vida de Antoinette, en general, se desarrolla al margen de las actividades de sus padres; sin embargo, su madre la convoca junto a ella y su esposo una noche, ya que debe ayudarlos en cierta tarea.

a.

¿Cuál es esa tarea y por qué la eligen a ella para realizarla?

b. ¿Cómo se comportan los tres integrantes de la familia Kampf durante la realización de dicha tarea? c.

¿Qué hecho genera un conflicto entre ellos?

2 Los Kampf se erigen en la sociedad parisina como “nuevos ricos” y, por lo tanto, es muy importante para ellos tener a su cargo sirvientes, pero no solo para que se ocupen de los quehaceres de su casa o cuiden de su hija sino que, además, los sirvientes aportan su mirada sobre los otros ricos y traen información que a los Kampf les resulta de gran utilidad.

a. ¿Cuál es esa información que brindan acerca de las otras familias? ¿Qué valoración tendrán los sirvientes? b.

¿Cómo emplean los Kampf esa información?

c. ¿Cómo es el trato que la familia y los sirvientes se dispensan? Enuncien sus principales características. d.

¿Antoinette es una excepción a ese trato?

e. ¿Por qué consideran que la adolescente se comporta de ese modo? ¿Cuáles son sus motivos?


Trabajos en la estación

a.

Citen ejemplos de esta situación.

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3 En la Introducción mencionamos la existencia de una relación especular entre Antoinette y su madre. En algunas ocasiones hay, por parte de la hija, una toma de conciencia de que está actuando del mismo modo que su madre.

b. ¿Qué sentimientos despierta en Antoinette este reconocimiento de lo que la asemeja a Rosine?

4 A partir del enojo con sus padres, Antoinette presenta una visión crítica de los nuevos ricos. Describan a este grupo social desde el punto de la vista de la adolescente.

5 En la Introducción mencionamos que el grotesco implica la presencia de una “máscara” con la que el personaje intenta cubrir su verdadero rostro. En las discusiones que el matrimonio Kampf mantiene se quitan uno al otro esa máscara. Citen fragmentos de la obra donde se ponga en evidencia este hecho.

Al compás de los otros: actividades para trabajar con intertextos

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El concepto de intertexto se define como la relación que un texto puede tener —de modo más o menos manifiesto— con otros textos. Entendemos por textos no solo aquellos que se construyen mediante palabras, es decir, textos verbales, sino también otras manifestaciones tales como las artes plásticas o el cine. Así, en las anotaciones preliminares, mencionamos la relación de El baile con los cuentos infantiles o con el mito de Electra a través de la figura de la madre. Reconozcamos otros posibles intertextos.



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