Jettatore - ¡Recorré el libro!

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solvamos nuestro conflicto!Los tres hermanos modo de solucionar esta disputa podrían encontr propuso: —Estoy convencido de que los dioses es así. Sé que es así. Y he pensado una forma lo que digo es cierto, los dioses me concederán a on, incrédulos. —En caso de que eso ocurra, acept Radamantis siguió en silencio. Bajó la mirada preguntó entonces Minos—. ¿Aceptas o no sin mirarlo. Los tres bajaron entonces hasta Gregorio Laferrère ofreció un sacrificio ade Poseidón8. —¡Poseidón, d vencido de que tú y los demás dioses del Olimp maravillosa. Te pido entonces una señal, pa disputas entre nosotros por el trono que fue alabra de Minos, cada uno de sus gestos, con u as, la prueba de que digo la verdad —exclamó sobre el que tú reinas, un toro. Una vez que odos los cretenses sean testigos del homenaje a as como si se avecinara una tormenta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell a arena de la playa, fue caminando hasta Min tis como Sarpedón reconocieron la voluntad de orona de toda Creta. Así fue. Pero el día en dió conservar aquel toro espléndido, que podía ntonces ocultarlo en sus rebaños, y lo reempl do por la afrenta, Poseidón decidió vengarse. castigar a quienes cometen una falta contra el co después de su intento de engaño. ta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell a arena de la playa, fue caminando hasta Min tis como Sarpedón reconocieron la voluntad de

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solvamos nuestro conflicto!Los tres hermanos modo de solucionar esta disputa podrían encontr propuso: —Estoy convencido de que los dioses es así. Sé que es así. Y he pensado una forma lo que digo es cierto, los dioses me concederán a on, incrédulos. —En caso de que eso ocurra, acept Radamantis siguió en silencio. Bajó la mirada Índice preguntó entonces Minos—. ¿Aceptas o no sin mirarlo. Los tres bajaron entonces hasta ofreció un sacrificio a Poseidón8. —¡Poseidón, d vencido de que tú y los demás dioses del Olimp maravillosa. Te pido entonces una señal, pa disputas entre nosotros por el trono que fue alabra de Minos, cada uno de sus gestos, con u as, la prueba de que digo la verdad —exclamó sobre el que tú reinas, un toro. Una vez que odos los cretenses sean testigos del homenaje a as como si se avecinara una tormenta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell a arena de la playa, fue caminando hasta Min tis como Sarpedón reconocieron la voluntad de orona de toda Creta. Así fue. Pero el día en dió conservar aquel toro espléndido, que podía ntonces ocultarlo en sus rebaños, y lo reempl do por la afrenta, Poseidón decidió vengarse. castigar a quienes cometen una falta contra el co después de su intento de engaño. ta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell a arena de la playa, fue caminando hasta Min tis como Sarpedón reconocieron la voluntad de Bienvenidos a la estación de Gregorio de Laferrère ............ 6

Jettatore .......................... 22 Trabajos en la estación ......... 96

Cuadro de movimientos literarios ......................... 112


ariencia; pero que hacen daño a la gente que ualidad, conversa usted con un “jettatore”, al r ed cuando la sirvienta se rompió una pierna, fue? ¡Acababa de servir un vaso de agua a oña Camila. ¡Vaya, tú te has propuesto diverti rbaridad semejante? rlos. ¿Barbaridad? ¡Cómo se conoce que usted s hombres!… Vea… ahí andaba en las cajas de ttatore”… Pues a todo el que se metía una caja nvía5 o se lo llevaba un coche por delante! ¡ ed lo que será cuando se trate del individuo en p oña Camila. ¡Estás loco, loco de atar! rlos. ¡Pero si todo el mundo lo sabe! ¿O ust era. Y le advierto que por el estilo los tiene ust e es una cosa bárbara! ¡Ese… con sólo mira abía de ver cómo le dispara la gente!6 Los q rpearle,Bienvenidos y si lo encuentran golpe y no a ladeestación detienen presidente de la República… Vea… este mismo oña Camila. ¿Por qué haces así con los dedos? rlos. Cuando se habla de “jettatores”, tía, hay al, de impedir que la “jettatura” prenda. Eso, entado hasta el presente… oña Camila. ¡Basta de majaderías9! ¡Ya es dem rlos. Bueno, tía, yo no le digo más… Ya verá a observando… Esos dolores de cabeza que sien A las visitas de don Lucas, pues! Viene, la mir mila se ríe.) ¡No se ría! ¿No ha notado que blado con él? ¡Fíjese y verá! oña Camila. Lo que yo puedo decirte es que nun sar daño don Lucas, ¡tan bueno como es él!… rlos. ¡Y, sin embargo, es muy sencillo! Los ariencia; pero que hacen daño a la gente que ualidad, conversa usted con un “jettatore”, al r

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anda cerca de ellos… ¡Y no tiene vuelta! Si, p ratito no más le sucede una desgracia. ¿Recue bajando la escalera del fondo? ¿Sabe usted p don Lucas! irte conmigo! ¿Cómo vas a hacerme creer en u no sospecha siquiera hasta dónde llega el poder e fósforos el retrato de un italiano que dicen que en el bolsillo…. ¡con seguridad lo atropellaba ¡Y eso que no era más que el retrato! ¡Figúr persona! ted cree que es una novedad? Pregúnteselo a qu ted a montones… Hay otro, un maestro de mús ar una vez, es capaz de cortar el dulce de lech que lo conocen, desde lejos no más ya empiezan otra salida, se bajan de la vereda como si pasa don Lucas (cuernos7) sin ir más lejos… ? ¿Qué nueva ridiculez es ésa? y que hacer así. Es la forma de contrarrestar tocar fierro y decir “cus cus8”, es lo único efi masiado! cómo con el tiempo se convence. Mientras ta nte usted a cada rato, ¿a qué cree que se debe ra, y, ¡zás! ¡dolor de cabeza a la fija!10 (Do el dolor se le produce siempre después de hab nca me convencerás de que por puro gusto va “jettatores” son hombres como los demás, anda cerca de ellos… ¡Y no tiene vuelta! Si, p ratito no más le sucede una desgracia. ¿Recue


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Los rituales en honor a los dioses griegos marcan el origen del teatro.

Un poco de historia… Todos, alguna vez, nos enfrentamos a la experiencia teatral. Elegimos una obra, compramos una entrada, nos sentamos en una platea y disfrutamos de un espectáculo. Pero ¿alguna vez nos preguntamos cómo se originó, cuáles son sus comienzos? El teatro occidental tuvo su origen en rituales de la antigua Grecia, más precisamente en los actos religiosos que se celebraban en honor al dios Dionisos. En dichas festividades se cantaba, se bailaba y se hacían ofrendas para las que se sacrificaba un macho cabrío. Posteriormente, se organizaron estos desordenados cantos y danzas, y se destacó a uno de los intérpretes del resto del coro, creando así la necesidad del diálogo dramático. De esta forma nos acercamos al concepto de “obra teatral” tal como la conocemos. Estas celebraciones se dividieron en dos géneros según

su temática: la tragedia y la comedia. El término tragedia proviene de la palabra tragós, con que se designaba al macho cabrío que era sacrificado. Por eso, la tragedia se relaciona con el derramamiento de sangre y tiene como función la purificación del espíritu (catarsis), mientras que la comedia buscaba que los espectadores reflexionaran sobre vicios y defectos cotidianos. Tiempo después, alrededor del siglo v a. C., esos festejos se convirtieron en representaciones teatrales, organizadas en grandes espectáculos y competencias cívicas. Esquilo, Sófocles, Eurípides y Aristófanes son los principales representantes del teatro griego clásico. Más adelante, el teatro sufrió grandes cambios en Inglaterra y en España en los siglos xvi y xvii, durante el Romanticismo en el siglo xix y, también, con las vanguardias literarias del siglo xx, hasta llegar a ser tal como lo conocemos hoy.


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El texto dramático “…imitación que se efectúa por medio de personajes en acción y no narrativamente…” Aristóteles, Poética. Cuando leemos una obra de teatro, nos encontramos ante un texto con características particulares que nos obliga a reconstruir, en nuestra imaginación, una historia a partir de la acción. Compuesto por los parlamentos de los personajes (que pueden ser diálogos, monólogos o apartes), el texto dramático refleja la acción que se verá sobre el escenario, interrumpida únicamente por las acotaciones de escenografía o de personajes. Las acotaciones, también llamadas didascalias, son indicaciones de tiempo, espacio, ambiente, características de vestuario, de gestos o de movimiento de los personajes, que guiarán la puesta en escena. Estas suelen encontrarse entre paréntesis y con letra cursiva o bastardilla para diferenciarlas de los diálogos. El texto teatral plantea una historia o anécdota ficcional, un argumento que se desarrolla ante nuestros ojos. Nos enfrenta a una invención de acciones ejecutadas por personajes, que se suceden en un tiempo y ocurren en un determinado lugar. Esta historia que se nos presenta a través del diálogo tiene como motor un conflicto, un choque de fuerzas que promueve todas

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las acciones que los personajes llevarán a cabo para resolverlo y alcanzar sus objetivos. En el caso de nuestra obra, el acusar a don Lucas de jettatore para evitar su casamiento con Lucía. En el momento del conflicto, observamos una tensión que, según la obra que estemos leyendo, puede darse entre diferentes fuerzas humanas (familias, parejas, grupos sociales), entre fuerzas humanas y no humanas (el destino, los dioses, por ejemplo), o con una fuerza interior (conflictos internos en la personalidad de un personaje).

Las posibles divisiones del texto teatral

En cuanto a las partes o divisiones del texto teatral, encontramos: 1) La división en actos: son las secciones más extensas de las obras dramáticas y están marcadas por el cierre o la caída del telón. La antigua tragedia griega se dividía en episodios (de dos a seis) separados entre sí por las intervenciones del coro. A partir del teatro romano, se generalizó la división en cinco actos, hasta que Lope de Vega (1562-1635) redujo la cantidad a tres actos, división que llega hasta nuestros días en las obras más tradicionales. 2) La división en escenas: son las divisiones internas de los actos. En el teatro clásico, el cambio de escena está marcado por la salida y la entrada de los personajes. Un acto constará de


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tantas escenas como entradas y salidas de personajes haya. 3) La división en cuadros: un cambio escenográfico, incluso realizado a la vista de los espectadores, indica que cambia el cuadro.

El hecho teatral “El director no puede ser un mero criado de la obra, pues la obra no es algo rígido y definitivo, sino que, una vez puesta en el mundo, crece con el tiempo, se cubre de pátina y asimila nuevos contenidos de conciencia”. Erwin Piscator

El texto escrito por el autor es único, pero las formas en que este texto puede llevarse al escenario son múltiples y diferentes unas de otras. Debemos recordar que estas historias no son para contar, sino para ver y escuchar. Toda obra teatral se escribe una vez, pero se representa, se recrea, muchas veces más. Es entonces cuando interviene el director, que lee la obra, la interpreta y la adapta según sus intenciones, los actores con que cuenta, la época. A partir de aquí, decide el espacio físico donde se desarrollará, cómo se dirá tal o cual parlamento, el desplazamiento sobre el escenario, etcétera. Entonces, todos los elementos que en el texto dramático existen en potencia se vuelven reales y tangibles en la puesta en escena. Esta representación de la obra es la verdadera finalidad del texto dramático, donde se pone en juego no solo el texto, sino también los actores, escenógrafos, vestuaristas, iluminadores y sonidistas bajo la coordinación del director. Por su doble carácter de texto escrito y representación, la obra puede ser solo leída, pero el hecho dramático se perfecciona cuando confluyen, en la puesta en escena del texto, sus intérpretes y el público.

El texto dramático halla su realización en la representación teatral.


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La puesta en escena actualiza el texto dramático.

El teatro argentino: sus orígenes Los orígenes del teatro en nuestro país se remontan a la época colonial, cuando se representaban obras de origen español con tono humorístico o temática religiosa, pero siempre con una intención moralizante. Las únicas representaciones creadas en la época del Virreinato fueron las “loas”, breves piezas en las que se rendía homenaje a personalidades destacadas o a santos y que se utilizaban para iniciar el espectáculo. La primera obra de origen nacional sobre la que existe documentación es la tragedia Siripo, obra que trata sobre la conquista del Río de la Plata, escrita por Manuel José de Lavardén y estrenada durante los carnavales de 1789. También del siglo xviii, se conserva una pieza breve creada por una autor local, del que se desconoce su nombre, llamada El amor de

la estanciera, considerada el antecedente del teatro costumbrista. Durante los festejos del segundo aniversario de la Revolución de Mayo, se representó la obra El 25 de Mayo o El himno de la libertad, escrita por Ambrosio Morante y con una mirada de exaltación a las ideas liberales de la independencia. Esta obra abrió el camino de lo que se dio a conocer como “teatro patriótico”. A fines del siglo xix, se pueden reconocer dos líneas que luego se desarrollaron en el siglo xx. Una de ellas fue el teatro popular realista, originado en el circo, en el cual se destacaron los hermanos Podestá con su versión de Juan Moreira. La otra fue una corriente más culta, conocida como “teatro grande”, que representaba obras clásicas europeas. También en esta época en que los inmigrantes arribaban a nuestro país con su cultura y sus costumbres, se introdujo el “género chico” español, integrado por la zarzuela y el sainete.


do y soleado, y cuando se el sol, co para salir a dar un paseo. Repara la cena. Durante la conversaunca se e manera que ni siquiera se dieron nes básicas eceptivas que tan a enudo ntación de fenómenos íquicos.


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Personajes Doña Camila Leonor Lucía Elvira Don Lucas Don Rufo Carlos Enrique Don Juan Pepito Luis Benito Ángela


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Acto primero (Sala elegante. Una mesa al centro con revistas y diarios. Una chimenea o piano sobre el foro1 izquierda. Un sofá sobre el foro derecha. Araña encendida). Escena 1 Carlos y Lucía Carlos. Vamos Lucía… de una vez. ¿Sí o no? Lucía. Es que no me resuelvo, Carlos. ¿Y si se me conoce? Carlos. No seas tonta… ¿En qué se te puede conocer? Todo es cuestión de un momento. Lucía. ¡Si llegaran a descubrirnos! Carlos. ¡Pero no pienses en eso!… No es posible. Yo te aseguro que no nos van a descubrir. ¿Por qué imaginarte siempre lo peor? Tengo todo preparado. Enrique está esperando en la esquina… Lucía. No me animo, Carlos… Tengo miedo. Carlos. Bueno, lo que veo es que no te importa nada de mí. Lucía. Si no puedo querer a nadie que no seas tú. ¡Como si no lo supieras! Carlos. Y entonces, mujer, ¿a qué vienen esas vacilaciones? Resuélvete, rubia… Con un poco de valor estamos del otro lado. ¿No ves que esto no puede seguir así? Lucía. Siquiera2 se encontrase presente Leonor… Carlos. Es que no hay tiempo que perder. A tía ya la he estado preparando toda la tarde. Y ahora le daré el último toque, mientras llega don Lucas… Lucía. ¡Esa otra! ¿Y si no viene don Lucas? Carlos. Pero ¡qué cosas tienes! ¿Acaso falta alguna noche? Lucía. Pero pudiera ser que hoy… Carlos. Vamos, Lucía, no seas niña. Estás buscando pretextos para engañarte a ti misma. ¡Parece mentira, mujer! (Se sienten pasos).

1 El foro es la parte del fondo del escenario. 2 La palabra siquiera expresa "Si por lo menos".


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Escena 2 Carlos y Doña Camila

3 La palabra jettatore se refiere a una persona con ondas negativas que solo con su presencia genera daños o situaciones indeseables. Deriva de jettatura una palabra de origen italiano que hace referencia a una influencia maléfica. 4 Con esta expresión, quiere decir que no es claro, no lo comprende.

Doña Camila. ¿Por qué te has levantado de la mesa sin tomar el café? ¿Quieres que te lo haga servir aquí? Carlos. No, tía, no. Me quita el sueño… Doña Camila. (Se sienta). De un tiempo a esta parte te encuentro algo raro. ¿Qué tienes? ¿Estás enfermo? Tú debías venirte a dormir aquí. Estarías mejor cuidado… Carlos. No es para tanto. Me siento un poco nervioso y nada más. Es que tengo una gran preocupación… Doña Camila. ¿Preocupaciones tú? Y ¿por qué? Carlos. ¡Vaya una pregunta! ¿Lo que le dije esta tarde le parece poco? Doña Camila. ¡Cómo! Pero… ¿hablas en serio, muchacho? Carlos. ¡Ya lo creo! Doña Camila. Mira que voy a creer que has perdido el juicio… Carlos. ¡Si lo que le digo es verdad! Don Lucas es jettatore…3 Doña Camila. Pero… ¿qué es eso de jettatore? Porque hasta ahora a todo lo que me has venido diciendo no le encuentro pies ni cabeza…4 Carlos. ¡Y, sin embargo, es muy sencillo! Los jettatores son hombres como los demás, en apariencia; pero que hacen daño a la gente que anda cerca de ellos… ¡Y no tiene vuelta! Si, por casualidad, conversa usted con un jettatore, al ratito no más le sucede una desgracia. ¿Recuerda usted cuando la sirvienta se rompió una pierna, bajando la escalera del fondo? ¿Sabe usted por qué fue? ¡Acababa de servir un vaso de agua a don Lucas! Doña Camila. ¡Vaya, tú te has propuesto divertirte conmigo! ¿Cómo vas a hacerme creer en una barbaridad semejante? Carlos. ¿Barbaridad? ¡Cómo se conoce que usted no sospecha siquiera hasta dónde llega el poder de esos hom-


Gregorio de Laferrère bres!… Vea… ahí andaba en las cajas de fósforos el retrato de un italiano que dicen que es jettatore… Pues a todo el que se metía una caja en el bolsillo…. ¡con seguridad lo atropellaba un tranvía5 o se lo llevaba un coche por delante! ¡Y eso que no era más que el retrato! ¡Figúrese usted lo que será cuando se trate del individuo en persona! Doña Camila. ¡Estás loco, loco de atar! Carlos. ¡Pero si todo el mundo lo sabe! ¿O usted cree que es una novedad? Pregúnteselo a quien quiera. Y le advierto que por el estilo los tiene usted a montones… Hay otro, un maestro de música, ¡que es una cosa bárbara! ¡Ese… con solo mirar una vez, es capaz de cortar el dulce de leche! ¡Había de ver cómo le dispara la gente!6 Los que lo conocen, desde lejos no más ya empiezan a cuerpearle, y si lo encuentran de golpe y no tienen otra salida, se bajan de la vereda como si pasara el presidente de la República… Vea… este mismo don Lucas (cuernos7) sin ir más lejos… Doña Camila. ¿Por qué haces así con los dedos? ¿Qué nueva ridiculez es esa? Carlos. Cuando se habla de jettatores, tía, hay que hacer así. Es la forma de contrarrestar el mal, de impedir que la jettatura prenda. Eso, tocar fierro y decir “cus cus”,8 es lo único eficaz inventado hasta el presente… Doña Camila. ¡Basta de majaderías!9 ¡Ya es demasiado! Carlos. Bueno, tía, yo no le digo más… Ya verá cómo con el tiempo se convence. Mientras tanto vaya observando… Esos dolores de cabeza que siente usted a cada rato, ¿a qué cree que se deben? ¡A las visitas de don Lucas, pues! Viene, la mira, y, ¡zas! ¡dolor de cabeza a la fija!10 (Doña Camila se ríe). ¡No se ría! ¿No ha notado que el dolor se le produce siempre después de haber hablado con él? ¡Fíjese y verá! Doña Camila. Lo que yo puedo decirte es que nunca me convencerás de que por puro gusto va a causar daño don Lucas, ¡tan bueno como es él!… Carlos. ¡Si es ahí, precisamente, donde está su confusión! Si no es por gusto que hacen daño los jettatores… Y

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Carlos. ¡Si es así, pr sión! Si no es por g tores”… Y la mayor p dan cuenta de lo que s que para eso nacieron

5 El tranvía era un antiguo tren eléctrico que circulaba por las calles de Buenos Aires. 6 Quiere decir que nadie se le acerca, huyen. 7 Realiza este gesto con la mano para alejar la mala suerte. Se repetirá siempre que pronuncie este nombre. 8 Se refiere a otras cábalas contra la mala suerte. 9 Majaderías son palabras fuera de lugar, mentiras. 10 A la fija quiere decir "con seguridad".


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donde está su confun daño los “jettaveces, ni siquiera se porque sí, poreden remediar… Un de uno muy famoso porque estaba marla. ¡Qué quiere, tía! contra lo que Dios

la mayor parte de las veces, ni siquiera se dan cuenta de lo que son; lo hacen porque sí, porque para eso nacieron y no lo pueden remediar… Un escritor francés cuenta la historia de uno muy famoso que tuvo que arrancarse los ojos porque estaba matando a la novia a fuerza de mirarla. ¡Qué quiere, tía! Son desgracias que manda Dios, y contra lo que Dios manda nada se puede hacer… Doña Camila. ¡No seas borrico!11 Es una herejía12 lo que estás diciendo, ¡y Dios te puede castigar! Carlos. ¡Pero si es más conocido que la ruda! Y lo único que hay aquí de extraño es que todavía no nos haya alcanzado a todos la influencia dañina de ese hombre… Escena 3 Dichos, Ángela y don Lucas

11 Borrico es burro, por tonto. 12 Una herejía es una idea contraria a la fe católica. 13 Acotación para el actor: por la parte de atrás del escenario. 14 Acotación para el actor: se retira de la escena. 15 Otra vez el personaje hace alusión a protegerse contra la mala suerte.

Ángela. (Por foro).13 Señora, está el señor don Lucas. (Mutis).14 Carlos. (Saca una llave). ¡Toque fierro, tía, toque fierro!15 Don Lucas. Buenas noches, señora… Doña Camila. Adelante, don Lucas. (Aparte). ¿Quieres callarte? Carlos. (Aparte). ¡Por lo menos haga cuernos! Don Lucas. ¡Qué milagro, tan solos!… a usted, buen mozo, ¿cómo le va? (Carlos mutis). Escena 4 Doña Camila, don Lucas; luego Lucía y Carlos Don Lucas. (Con extrañeza). ¿Qué le pasa a este muchacho? Doña Camila. No le haga caso, don Lucas, el pobre no sabe lo que hace… Don Lucas. Pero es que yo… Doña Camila. Está enfermo… está contrariado… hay que disculparlo… Pero dejemos eso, no vale la pena… Siéntese (Se sientan). Juan lo ha estado esperando hasta hace un momen-


Gregorio de Laferrère to. Salió para el club, prometiéndome volver enseguida… Como está tan cerquita… Entretanto, con su permiso, voy a hacer que avisen a las muchachas. (Se levantan). Don Lucas. Un instante, señora. Necesito conversar a solas con usted y ninguna ocasión más propicia… Doña Camila. Con mucho gusto, don Lucas… (Se sientan). Don Lucas. Lo que tengo que decir a usted, señora, es muy delicado; se trata de algo que tendrá una influencia decisiva en el resto de mi vida; y podría agregar que mi felicidad depende en gran parte del resultado de esta conversación. (En este momento, Carlos y Lucía se asoman segunda izquierda). Voy a tratar de ser lo más conciso16 posible. Usted sabe, señora, que soy soltero y que poseo medios de fortuna suficientes para poder disfrutar de las ventajas de una posición desahogada. 17 Si hasta ahora he sido refractario18 a los halagos19 del matrimonio… es porque no había encontrado en mi camino a la mujer que soñaba para compañera de mi vida… Carlos. (A Lucía). ¡Apareció aquello! Don Lucas. Esa mujer, creo haberla hallado al fin: es Lucía… Y he resuelto solicitar de usted su mano20 para hacerla mi esposa… Lucía. (A Carlos). ¡Ahora sí que soy capaz de todo! Doña Camila. Debo confesar, don Lucas, que no me sorprende lo que acabo de oírle. Hace tiempo que, tanto Juan como yo, habíamos comprendido sus intenciones respecto de nuestra hija Lucía, considerándonos honrados con una elección que satisface nuestras aspiraciones. (Siguen la conversación en voz baja). Carlos. Llegó el momento… ¿Estás resuelta? Lucía. Completamente. Carlos. Entonces voy a prevenir a Enrique. No olvides nada de lo que te tengo dicho. (Mutis foro).21 Lucía. Pierde cuidado. (Sigue escuchando). Don Lucas. No sé cómo agradecer esos conceptos, señora…

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16 Conciso significa breve y claro. 17 La palabra “desahogada” se refiere a no tener problemas económicos. 18 Ser refractario a algo, en este caso, quiere decir huir o rechazarlo. 19 En este contexto, halagos significa bondades, beneficios. 20 Era una costumbre de la época que el pretendiente le pidiera primero a los padres la mano de la hija. Muchos matrimonios eran arreglados por los padres. 21 Indicación para el actor: debe retirarse de la escena por la parte de atrás del escenario.


n su morada de la calle Baker—,1 la vida es mente del hombre pueda inventar. No osaría meros lugares comunes de la existencia. Si pudi la mano, deslizarnos sobre esta gran ciuda osas extravagantes que suceden, las raras coincid maravillosas cadenas de acontecimientos que hacen los más estrambóticos2 resultados, toda la f predecibles parecería trasnochada e infructuo —respondí—. Los casos que salen a la luz en los vulgares. En nuestros informes policiales el r un así, el resultado, hay que confesarlo, no es ecto realista, hace falta usar una cierta selecció ello en el informe policial, donde el mayor a l magistrado más que en los detalles, los cuales n observador. Lo cierto es que no hay nada tan acudí la cabeza. —Puedo entender bastante bien u posición de consejero y ayudante extraoficial de argo y a lo ancho de tres continentes, ha entrad Pero —levanté del piso el diario de la mañana— He aquí el primer titular con el que me cruzo: media columna de letra impresa, pero yo sé, s Aparecen, por supuesto, otra mujer, la beb a casera comprensivas. El más burdo de los e —A decir verdad, su ejemplo es desafortunado omaba el periódico y le echaba una mirada—. a la casualidad de que yo estuve dedicado a aclarar marido era abstemio,4 no hubo ninguna otra m dquirido el hábito de dar por terminada cada un rrojándoselos a su esposa, lo cual, usted me con la imaginación del narrador promedio. Tome anado un tanto con su ejemplo. Me tendió su matista en el centro de la tapa. Su esplendor


s infinitamente más extraña que todo lo que l amos imaginar las cosas que son, en realida iéramos salir volando por esa ventana tomado ad, quitar con suavidad los techos y espiar la dencias, los planes, los propósitos cruzados, la n su labor de una generación en otra y que lleva ficción con sus convencionalismos y conclusione osa.3 —Pese a esto, no estoy convencido de ell s diarios son, por regla general, bastante soso realismo se lleva hasta sus límites extremos ni fascinante ni artístico. —Para producir u ón y discreción —observó Holmes—. Se requier acento está puesto, tal vez, en las perogrullada s contienen la esencia vital de todo el asunto par n antinatural como el lugar común. Yo sonreí n que usted piense así —dije—. Por supuesto, e todo el que esté absolutamente desconcertado, a l do en contacto con lo más extraño y estrafalari pongámoslo ahora a prueba de modo práctic : “Crueldad de un marido hacia su esposa”. Ha sin Trabajos leerla, que el contenido me resulta familia en la estación bida, el empujón, los moretones, la hermana escritores no podría inventar nada más vulgar para sus argumentos —dijo Holmes, mientra . Este es el caso de la separación de Dundas, r algunos pequeños puntos relacionados con él. E mujer, y la conducta censurada era que él habí na de las comidas sacándose sus dientes postizos ncederá, no es una acción que se le vaya a ocurri una pizca de rapé,5 doctor, y reconozca que h u caja de oro antiguo para rapé, con una gra contrastaba tanto con los hábitos hogareños


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Para revisar la lectura 1 Hagan una lista de los personajes que intervienen en la obra e indiquen la relación entre ellos.

Personaje Doña Camila

Relación Madre de Leonor y Lucía, esposa de don Juan

2 Dentro de la lista, diferencien subrayando con diferentes colores cuáles son los personajes que conocen y forman parte del plan de Carlos, y cuáles resultan sus víctimas. 3 En toda obra teatral, se pueden observar personajes que permanecen iguales y otros que cambian o evolucionan. En el último acto se evidencia un cambio en el personaje de don Juan que determina el final del conflicto. ¿Cuál es ese cambio?


Trabajos en la estción 4 La obra está dividida en tres actos. Completen el siguiente cuadro con las acciones principales que transcurren en cada uno de ellos.

ACTO I

ACTO II

5 Respondan a las siguientes preguntas relacionadas con el argumento de la obra.

a. ¿Cuál es el motivo por el cual Carlos acusa falsamente a don Lucas de jettatore? b.

¿Quiénes participan de este engaño a lo largo de la obra?

c. ¿Cómo reacciona don Lucas cuando Enrique lo define como un “hipnotizador”? ¿Qué artimañas usa para convencerlo? d. Pepito es uno de los personajes más supersticiosos de la obra. ¿En qué momentos se siente influenciado por don Lucas? e. ¿Cuál es el desencadenante por el cual la familia logra deshacerse de don Lucas? ¿Cómo reacciona este? f. ¿Qué hacen los personajes cuando don Lucas se marcha de la casa?

ACTO III

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