La gringa. Primer amor - ¡Recorré el libro!

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solvamos nuestro conflicto!Los tres hermanos modo de solucionar esta disputa podrían encontr propuso: —Estoy convencido de que los dioses es así. Sé que es así.gringa Y he pensado una forma La lo que digo es cierto, los dioses me concederán a n, incrédulos. —En caso de que eso ocurra, acept *********** Radamantis siguió en silencio. Primer amor Bajó la mirad preguntó entonces Minos—. ¿Aceptas o no no sin mirarlo. Florencio Los tres Sánchez bajaron entonces ha y le ofreció unAntonio sacrificioDal a Poseidón8. —¡Poseid Masetto convencido de que tú y ldemás dioses del Olimp maravillosa. Te pido entonces una señal, pa disputas entre nosotros por el trono que fue alabra de Minos, cada uno de sus gestos, con u uas, la prueba de que digo la verdad —exclamó sobre el que tú reinas, un toro. Una vez que dos los cretenses sean testigos del homenaje a as como si se avecinara una tormenta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell arena de la playa, fue caminando hasta Min tis como Sarpedón reconocieron la voluntad de orona de toda Creta. Así fue. Pero el día en dió conservar aquel toro espléndido, que podía ntonces ocultarlo en sus rebaños, y lo reempl o por la afrenta, Poseidón decidió vengarse. castigar a quienes cometen una falta contra ell oco después de su intento de engaño. ta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell arena de la playa, fue caminando hasta Min tis como Sarpedón reconocieron la voluntad de


solvamos nuestro conflicto!Los tres hermanos modo de solucionar esta disputa podrían encontr propuso: —Estoy convencido de que los dioses es así. Sé que es así. Y he pensado una forma lo que digo es cierto, los dioses me concederán a n, incrédulos. —En caso de que eso ocurra, acept Índice Radamantis siguió en silencio. Bajó la mirad preguntó entonces Minos—. ¿Aceptas o no sin mirarlo. Los tres bajaron entonces hasta ofreció un sacrificio a Poseidón8. —¡Poseidón, d vencido de que tú y los demás dioses del Olimp maravillosa. Te pido entonces una señal, pa disputas entre nosotros por el trono que fue alabra de Minos, cada uno de sus gestos, con u uas, la prueba de que digo la verdad —exclamó sobre el que tú reinas, un toro. Una vez que dos los cretenses sean testigos del homenaje a as como si se avecinara una tormenta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell arena de la playa, fue caminando hasta Min tis como Sarpedón reconocieron la voluntad de orona de toda Creta. Así fue. Pero el día en dió conservar aquel toro espléndido, que podía ntonces ocultarlo en sus rebaños, y lo reempl o por la afrenta, Poseidón decidió vengarse. castigar a quienes cometen una falta contra ell oco después de su intento de engaño. ta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell arena de la playa, fue caminando hasta Min tis como Sarpedón reconocieron la voluntad de Bienvenidos a la estación de Sánchez y Dal Masetto ............... 6

La gringa ................................... 22 Primer amor ............................. 88 Trabajos en la estación

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Cuadro de movimientos literarios ................................. 108


ir, los sobresaltó un espantoso estrépito provenie ras, se encontraron con que una antigua armadura de losa, y vieron al fantasma de Canterville sentad na expresión de agudo dolor en el rostro. Los mel proyectiles, con una puntería que solo pueden adquirir esor de caligrafía. Mientras tanto, el ministro de los ordenaba, de acuerdo con los usos de la etiqueta calif vantó con un salvaje alarido de furia y se escabulló de Washington Otis y dejándolos en una oscuridad t ó lanzar su célebre carcajada demoníaca, que en más cía que con ella había hecho encanecer la peluca de utrices francesas de lady Canterville renunciaran an sotada más horrible hasta que retumbó una y otr ezaban a extinguirse los escalofriantes ecos, se abri celeste y le dijo al fantasma: –Me temo que usted lla de la solución medicinal del Doctor Dobell. Si sma la miró enfurecido y de inmediato comenzó a pr hazaña que le había valido un merecido renombre, manente idiotez del tío de lord Canterville, el honora s que se acercaban lo hizo desistir de su propósito, d desvaneció lanzando un profundo gemido sepulcral, e zarlo.Cuando llegó a su cuarto, se derrumbó por com emelos y el grosero materialismo de la señora Otis lo que más lo perturbaba era no haber podido ncluso aquellos modernos estadounidenses se estreme otra razón que el respeto a su poeta nacional Long abía entretenido muchas veces mientras los Cante adura; la había vestido con gran éxito en el torneo por la Reina Virgen. Pero esta vez, cuando quiso pon orme coraza y del yelmo de acero, y cayó pesadamen los de la mano derecha. Durante varios días estuvo mantener la mancha de sangre en buen estado. Al r a cabo un tercer intento de asustar al ministro de osto para su aparición. Pasó la mayor parte de ese ran sombrero de ala flexible con una pluma roja, u da. Al atardecer estalló un violento temporal, y el vi antigua casa se sacudían y chirriaban. Ese era pr n era el siguiente: se abriría paso con sigilo hasta el pie de la cama y le clavaría tres puñaladas en hington un rencor especial, pues estaba perfectam


ente del vestíbulo. Luego de baja apresur adamente a se había desprendido de su soporte y había caíd do en una silla de respaldo alto, frotándose las rodi lizos, que traían sus cerbatanas, dispararon sobr r quienes han practicado larga y pacientemente sobr s Estados Unidosapuntaba al fantasma con su revó iforniana, que pusiera las manos en alto. El fantas ó entre ellos, como una neblina, apagando al pasar total. Al llegar a lo alto de la escalera, se recuper s de una ocasión le había resultado extremadamente lord Raker en una sola noche y había logrado que ntes del primer mes de trabajo. En consecuencia, la ra vez en el viejo techo abovedado; pero, cuando ape ió una puerta y apareció la señora Otis vestida con no está nada bien de salud, y por ello le he traído se trata de una indigestión, este remedio lo ayudará repararse para convertirse en un enorme perro ne y a la cual el médico de la familia había atribuid able Thomas Horton. Sin embargo, el sonido de u de modo que se limitó a volverse ligeramente fosforesc en le preciso instante en que los gemelos estaban mpleto, presa de una violenta agitación. La vulgarida s naturalmente le resultaban de lo más exasperan o colocarse la armadura. Había tenido la esperanz ecieranBienvenidos al ver al Espectro Acorazado, aunque fu a la estación deélnomis gfellow , con cuya delicada y atractiva poesía erville estaban en la ciudad. Además, era su pro de Kenilworth, y había sido muy elogiada nada me nérsela, se vio completamente superado por el pes nte al suelo, raspándose las rodillas y lastimándose muy enfermo, y únicamente se movía de su habita l fin, luego de muchos cuidados logró reponerse y reso e los Estados Unidos y a su familia. Eligió el viernes día revisando el guardarropa, y finalmente se decidió un sudario fruncido en las muñecas y el cuello, y una iento era tan fuerte que todas las ventanas y las puer recisamente el tiempo que más le gustaba. Su plan el dormitorio de Washington Otis, le susurraría la garganta al son de una música lenta. Le guardab mente al tanto de que era él quien tenía la costumbr

Sánchez y Dal Masetto


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La gringa

Primer amor

Ser gringo Acerca del origen de la palabra “gringo” existen distintas hipótesis. Una de las más aceptadas es la del lingüista catalán Joan Corominas (1905-1997), autor del prestigioso Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (1954). Según Corominas, el término “gringo” deriva de la palabra

española griego, utilizada como sinónimo de un lenguaje incomprensible. Este uso tendría su origen en el antiguo dicho latino “Graecum est; non legitur”, que significa “Es griego, que no se lea”, muy utilizado en la Europa cristiana medieval. Al parecer, los Evangelios, textos sagrados cristianos, habían sido originalmente escritos en griego y la Iglesia quería difundir la traducción latina. Con el paso de los siglos, “gringo” pasó a ser sinónimo de idioma desconocido o considerado extraño (de ahí la expresión inglesa: “That’s Greek to me”).

Antonio Dal Masetto.

Florencio Sánchez.


Bienvenidos a la estación En el siglo xviii, en tierras americanas se utilizó en un principio para designar a cualquier extranjero de origen europeo de piel muy blanca y cabello rubio. Luego, su significado fue variando según los procesos históricos y las regiones geográficas. En el siglo xix, como consecuencia de la guerra entre México y los Estados Unidos (1846-1848), los mexicanos comenzaron a llamar “gringos” a los estadounidenses con una fuerte carga de rechazo por su condición de invasores. Luego, se generalizó su uso para designar a los extranjeros hablantes del inglés y originó términos derivados como “gringada”, “gringerío” o “gringolandia”. En la Argentina, en los inicios del siglo xx, el término adquirió connotaciones muy diferentes aunque conservó su carga negativa. Los habitantes nativos, los “criollos”, denominaron “gringos” a los inmigrantes de origen italiano. Ser “gringo”, en aquellos tiempos, era ser pobre, hablar mal el español rioplatense y estar dispuesto a luchar con uñas y dientes por mejores condiciones de vida. Innumerables obras han abordado esta temática en la literatura argentina. Para este volumen se han seleccionado dos que ofrecen distintas miradas sobre los procesos migratorios en nuestro país: La gringa, una obra teatral del uruguayo Florencio Sánchez, y “Primer amor”, un relato de iniciación del italiano Antonio Dal Masetto.

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Migración, identidad y proyectos de nación En su Breve Historia de la Argentina, el historiador José Luis Romero (1909-1977) establece cuatro períodos o “eras” en la formación de nuestra nación: la era indígena (la vida de los pueblos originarios hasta la llegada de los españoles a principios del siglo xvi); la era colonial (desde 1516, primera aparición de los conquistadores en el Río de la Plata, hasta 1810); la era criolla (desde la Revolución independentista hasta la federalización de la ciudad de Buenos Aires) y, finalmente, la era “aluvial”, iniciada hacia 1880, por la política gubernamental de apertura a la inmigración europea.

Monumento al inmigrante, Rosario.


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Se llama aluvión a una fuerte corriente de agua o al sedimento arrastrado por intensas lluvias. Para Romero, en la era aluvial la sociedad argentina se parecía a un aluvión alimentado por diversos torrentes de agua que mezclaban sus aguas sin saber hacia qué cauce se dirigían. Numerosos contingentes de inmigrantes llegaban al país en las décadas previas al Centenario de la Revolución de Mayo: eran los europeos empobrecidos por el proceso de industrialización y por la falta de trabajo. Como no hubo un plan de acción colonizadora, se distribuyeron según sus posibilidades. La mayoría se

asentó en las ciudades y en las provincias del Litoral. En la visión de Romero, este aluvión inmigratorio potenció las antiguas diferencias entre las regiones del interior (la tradicional Argentina criolla) y las regiones litorales (la nueva Argentina cosmopolita). Frente a los avances sociales y económicos de los sectores inmigrantes y de sus hijos, la clase dirigente criolla (que disfrutaba de una gran prosperidad económica) comenzó a considerarse como una aristocracia. Estos sectores dominantes se sometieron a los intereses económicos de los países europeos más

tes. Comedor del Hotel de los inmigran


Bienvenidos a la estación ricos –como Inglaterra– y se apropiaron de los modelos culturales de Francia. Al mismo tiempo, marginaban y despreciaban a los inmigrantes provenientes de los países europeos más pobres: España e Italia. El ingreso masivo de inmigrantes de estos países modificó por completo la composición social del país, especialmente en las llanuras fértiles próximas a los puertos. La ciudad de Rosario, por ejemplo, pasó de tener 23.000 habitantes en 1869 a 91.000 en 1895 y 222.592 en 1914. El crecimiento de la actividad agropecuaria fue notable. Las viejas estancias se

Arado a caballo conducido por co lonos.

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modernizaron y aumentaron su capacidad productiva, y las chacras explotadas por agricultores italianos o españoles incrementaron el comercio exterior con la exportación de productos ganaderos y agrícolas. Al mismo tiempo se multiplicaron las obras públicas: ferrocarriles, puertos, canales de riego y obras sanitarias. Este proceso de expansión económica también estuvo acompañado de enfrentamientos, protestas y huelgas de los trabajadores extranjeros en defensa de sus derechos. Desde el gobierno, la respuesta fue la sanción de la “ley de residencia” que autorizaba a deportar


biografía

Florencio Sánchez (1875 † 1910)

Nació en Montevideo, Uruguay. Hacia 1892 se radicó en

Buenos Aires. A su retorno a Montevideo, en 1894, comenzó a trabajar como periodista en los diarios El Nacional, La Razón y El Siglo, de Montevideo. Tomó parte en las guerras civiles de su país y trabajó como periodista en Buenos Aires.

La incipiente tradición escénica local y las corrientes tea-

trales europeas le proporcionaron los fundamentos de su realismo escénico, congruente con su postura ideológica.

Sus piezas constituyen cuadros costumbristas llenos de colorido, reveladores de la penetrante capacidad de observación del autor. Se propuso trasladar a la escena un

panorama de la realidad rioplatense en el que se visua-

lizara la problemática social y sus derivaciones éticas. Se lo considera uno de los fundadores del teatro rioplatense.

Algunas de sus obras más renombradas son Canillita, M´hijo el dotor y Barranca abajo.

Murió el 7 de noviembre de 1910 en Milán, Italia.

nte las razones de mi obra; y sin duda estoy bastante en deuda con todas las comedia, me surgió después de las dos o tres primeras representaciones de m a elevada, cuyo ingenio es muy conocido en sociedad, y que me de expectativas rec


La gringa

personas que le dieron su aprobaciĂłn como pami obraUna noche la comentĂŠ en la casa donde me ceptivas que tan amenudo preceden la presentaciĂłn


Personajes María, esposa de don Nicola Don Nicola, chacarero gringo Victoria, su hija Rosina, su hija Horacio, su hijo Luiggin, su hijo Próspero, hijo de Cantalicio González Cantalicio González, criollo pobre Nilda, hija de Margarita Margarita, esposa del fondero Fondero El médico, Buottini El cura Peón 1.º Peón 2.º, Ramón Peón 3.º El constructor Un paisano Un albañil Un acopiador Un gringo Parroquiano 1.º, don Pedro Parroquiano 2.º Comensal 1.º Comensal 2.º Parroquianos Peones Colonos Albañiles


Florencio S ánchez La acción en la provincia de Santa Fe.

Acto i La chacra de don Nicola. A la derecha, fachada exterior de una casa sin revocar, de aspecto, si no ruinoso, sucio y desgastado. Una puerta y dos ventanas sin rejas, y sobre estas, a todo lo largo de la pared, una hilera de casillas –el palomar– bastante pringosas.1 Junto a la ventana, en primer término, algunos cacharros con plantas cubiertas con lonas, por la helada. A la izquierda, construcción de adobe2 y paja, un rancho largo con dos puertas. Al fondo un gran pozo de balde de brocal bajo3 y un largo abrevadero4 en comunicación con el pozo por una canaleta; junto al pozo un baldecito manuable con una soga. Perspectiva amplia de terrenos de labranza, en la que deben notarse los manchones negros de la tierra recién arada. En las paredes del rancho y de la casa, colgados, arreos,5 sogas, piezas de hierro viejo, bolsas, etc., y por el suelo, en desorden, picos,6 palas, rastrillos, horquillas,7 una carretilla de mano, trozos de madera, un arado8 viejo, bancos, cacharros. Junto al rancho, en segundo término, un yunque9 con las herramientas adecuadas. Pleno invierno. Al alzarse el telón, los rayos del sol naciente empiezan a bañar la fachada de la casa.

Escena i Victoria y María. Victoria. (Con traje tosco de invierno, gruesos botines y la cabeza envuelta en un rebozo,10 aparece por la puerta primera izquierda y se detiene en mitad de la escena, indecisa, como pensando que olvida algo). ¡Ah!… (Vuélvese rápidamente hacia los tarros de plantas y comienza a destaparlos). ¡Qué helada!… María. (Desde adentro, lejos). ¡Oh, Victoria, Victoria!… ¿Es hora

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1. Pringosas significa pegajosas. 2. Se llama adobe a la masa de barro con la que se hacen paredes. 3. Para obtener agua se hacía un pozo profundo. La boca del pozo se denomina brocal. El balde permitía sacar el agua. 4. El abrevadero es un estanque para darle de beber al ganado. 5. Los arreos son los arneses o conjunto de adornos que se ponen a los caballos. 6. El pico es un instrumento que se usa para cavar tierras duras. 7. Una horquilla es un palo que remata en dos o más púas. Los cosechadores las usan para juntar, levantar y echar en el carro los cereales. 8. El arado es un instrumento de metal que sirve para abrir surcos en la tierra que se sembrará. 9. Un yunque es un bloque macizo de piedra o metal sobre el que se martillan piezas de metal caliente para darles forma. 10. El rebozo es un manto o pañuelo con el que se cubre cabeza y rostro.


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ya? ¿Está pronto eso?… (Tanto esta pregunta como la respuesta deben ser dichas en dialecto piamontés,11 si es posible). Victoria. (Observando la altura del sol). Sí, es hora. ¿Pongo la señal ya? María. ¿Cómo no? (Victoria toma una bolsa del suelo, la engancha en una horquilla y va a colocarla sobre el brocal del pozo).

Escena ii Victoria y Próspero.

11. El dialecto piamontés es el italiano hablado en la región noroccidental de Italia, llamada Piamonte. 12. Los tamangos eran zapatos rústicos hechos de cuero crudo. 13. Se llama carnero al macho de la oveja, generalmente presenta cuernos. 14. Expresión que significa quedarse dormido o dormir hasta tarde. 15. Palmo de narices es un gesto de burla. 16. El refrán “¿Dónde irá el buey que no are?” señala que todos los trabajos o actividades presentan inconvenientes que se deben padecer.

Próspero. (Saliendo con una reja de arado en la mano. Lleva también ropa gruesa, la cara envuelta en un rebozo y los pies retobados con tamangos12 de cuero de carnero).13 ¡A buena hora pone la señal!… ¡Ya vienen llegando los peones del bajo!… Se le pegaron las sábanas,14 ¿eh?… Victoria. ¡Mejor!… ¿Y a usted qué se le importa?… Próspero. ¿A mí?… Nada… ¡Si usted anduviera trabajando desde las dos de la madrugada y con esta helada!… (Deteniéndola). ¡Buenos días, pues!… Salude a los pobres… ¿Qué tal pasó la noche? (Victoria hace una mueca y huye gambeteando un manotón audaz que le tira Próspero. Cuando se ha alejado bastante vuelve para hacerle un palmo de narices15 y escapar de nuevo, riendo a carcajadas). Próspero. ¡Ande irá el buey que no are!…16 (Va hacia el yunque y se pone a limar la reja).

Escena iii Próspero y María. María. (Aparece con un balde de leche. Debe conservar marcado acento italiano). Buen día, Próspero. ¿Tiene mucho que hacer


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ahora?… Hágame un favor… Después, ¿eh?, que tomen el mate, lléveme la vaca negra al potrerito de la alfalfa…17 (Próspero sigue su tarea). ¡Maldita vaca!… Miren qué porquería de leche… Una gota… Ni vale el trabajo de ordeñarla… Y eso que todas las tardes le doy la ración… ¡Victoria!… ¿Has preparado el café para el viejo y los chiquilines?

Escena iv Próspero, María y Victoria. Victoria. (Sale con cuatro o cinco escudillas18 de hojalata y cucharas en una mano, y un atado de galleta dura en la otra). ¡No puedo hacer todo a la vez, mama!… Allí tiene las cosas prontas… el café… el agua hirviendo. María. ¡Haragana!… Ya te lo decía esta mañana. Levántate… levántate… Y vos nada. ¡Si no durmieras tanto, te sobraría el tiempo!… Se lo voy a contar a tu padre. ¡Desde que viniste del Rosario, te has vuelto muy señorona!… (Victoria se pone a tararear). ¡Sinvergüenza!… Prepara eso y tírame un balde de agua. ¡En seguida!… (Toma el balde de leche y vase izquierda rezongando).

Escena v Próspero y Victoria. Próspero. (Bribón). ¡Jo, jo, jo!… (De espaldas a Victoria golpea sobre el yunque, como si trabajara, y cantando con alguna tonada conocida). ¡Bien hecho! ¡Bien hecho! ¡Me alegro mucho!… Victoria. ¡Zonzo!… (Coloca en orden, sobre un banco, los platos, cucharas y galletas). Próspero. (Volviéndose). ¿Habla conmigo? Victoria. No sé…

17. En el ámbito rural, el potrero es un terreno cercado con pastos para guardar ganado. En este caso contiene alfalfa, una planta utilizada para alimentar a los caballos. 18. Una escudilla es una vasija que se usa para servir en ella la sopa.


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Próspero. Anda mal el tiempo, ¿verdad? Victoria. (Mimosa). Ahora, por eso mismo, no le doy una cosa que le traía para usted… Próspero. (Interesado, yendo hacia ella). ¿Qué?… ¿A ver?… Victoria. (Ocultando algo en la espalda). ¿Eh? ¿Ansioso?… Próspero. ¡No sea mala!… ¡Muestre! (Intenta tomarle el brazo). Victoria. ¡Salga!… ¡Atrevido!… Próspero. ¡Mire que se lo quito! Victoria. (Alejándose). ¡Vea!… ¡Pan, pan fresquito!… María. (Desde adentro). ¡Muchacha!… ¿Me traes el agua?… Victoria. (Dejando el pan sobre el banco). ¡Voy!… Agárrelo si lo quiere, pero… yo no se lo he dado. (Va al pozo y echa el balde). Próspero. (Toma el pan; lo divide en dos pedazos, que guarda en los bolsillos, y volviéndose a Victoria). Espere… ¡Voy a ayudarla!… Victoria. No preciso. Próspero. (Con fingida autoridad). ¡Qué no preciso ni no preciso!…¡Salga de ahí!… ¡Qué se ha pensado! ¡Chiquilina desobediente!… (Intenta quitarle la soga). Victoria. ¡Déjeme, le digo! ¡Déjeme!… ¡No quiero!… Próspero. Bueno… Entonces entre los dos… ¡Vamos a ver! ¡Así!… ¡U… upa!… ¡Cómo pesa!… ¡Tire usted, pues!… (Victoria, temerosa, se aleja un tanto, conservando entre las manos una braza de soga, mientras Próspero recoge el balde). Próspero. (Después de una pausa). ¡Diablo!… ¡Si había estado vacío!… Victoria. ¡Mentira! Próspero. ¡Mire!… (Se inclina para mirar y Próspero aprovecha el momento para darle un ruidoso beso). Victoria. ¡Atrevido!… (Le pega en la espalda un sogazo. El balde cae al pozo de nuevo). Próspero. (Regocijado). ¡Ja! ¡Ja!… ¡Cómo me duele!… Victoria. ¡Ah! ¡Sí! ¡Tome!…Vea lo que hago… (Se limpia la cara con la manga). Próspero. ¡Hum! ¡Cualquier día se lo borra!… (Toma la reja y vase derecha. Victoria extrae de nuevo el balde. Oye


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fuera voces diversas y chirridos metálicos. Los trabajadores van llegando, con arados, a tomar el desayuno. Victoria vuelca el agua en otro cubo y rápidamente lo lleva a María). Victoria. (Antes de hacer mutis). ¡Mama, ya han venido!…

Escena vi Don Nicola, Peones, María y Victoria. Don Nicola. (Saliendo, con el peón 1.º). Sí. ¡Natural! ¡Natural!… Los animales no sienten, ¿eh? Peón 1°. Vea, don Nicola. Le digo que esa yegua es muy mañera.19 Esta madrugada, cuando la até, casi me rompe un balancín a las patadas… Don Nicola. (Sacándose los gruesos guantes verdes). Ma, por eso no se la castiga, ¿me entiende? ¿Se ha pensado que las yeguas son hombres… y que comprenden las cosas cuando les pegan? Peón 1°. No, pero… Don Nicola. Basta. No se habla más… (Van saliendo lentamente los otros Peones, con indumentaria parecida a la de Próspero. Algunos con arreos y herramientas en las manos, que arrojan al suelo en cualquier parte. Don Nicola se sienta sobre un tarugo o banco, saca una pipa, la llena, la enciende pausadamente y comienza a desatarse los tamangos; después aparece Victoria con una olla hirviendo de mate cocido y se pone a llenar las escudillas. Los Peones las van tomando uno por uno, con la ración de galleta, y se esparcen por el patio, sentándose en el suelo a hacer sopas y tomar el desayuno. Pausa prolongada, cuya duración puede depender de la buena disposición escénica). Diga, Ramón. ¿Va bien la reja en la melga20 del Alto Grande?… Peón 2°. No, señor don Nicola. Creo que debíamos dejar ese pedazo hasta que llueva. Aquello es romper arados y matar animales al ñudo.21 Ta muy seca la tierra.

19. Se llama mañero al animal que no se deja dominar fácilmente. 20. La melga es una franja de tierra que se marca para sembrar. 21. La expresión al ñudo significa inútilmente.


saltó un espantoso estrépito proveniente del vestíb on con que una antigua armadura se había desprendi ma de Canterville sentado en una silla de respaldo a l rostro. Los mel lizos, que traían sus cerbatanas, pueden adquirir quienes han practicado larga y pac ministro de los Estados Unidosapuntaba al fantas etiqueta californiana, que pusiera las manos en alto bulló entre ellos, como una neblina, apagando al p total. Al llegar a lo alto de la escalera, se recuperó na ocasión le había resultado extremadamente útil. S r en una sola noche y había logrado que tres insti r mes de trabajo. En consecuencia, lanzó su risotada ho abovedado; pero, cuando apenas empezaban a ex a señora Otis vestida con una bata celeste y le dijo por ello le he traído una botella de la solución medic dio lo ayudará. El fantasma la miró enfurecido y de e perro negro, una hazaña que le había valido un ribuido la permanente idiotez del tío de lord Canterv unos pasos que se acercaban lo hizo desistir de su p nte y se desvaneció lanzando un profundo gemido sepu zarlo.Cuando llegó a su cuarto, se derrumbó por com os y el grosero materialismo de la señora Otis natu s lo perturbaba era no haber podido colocarse l modernos estadounidenses se estremecieran al ver al peto a su poeta nacional Longfellow , con cuya deli eces mientras los Canterville estaban en la ciudad. éxito en el torneo de Kenilworth, y había sido mu cuando quiso ponérsela, se vio completamente supe ayó pesadamente al suelo, raspándose las rodillas y s estuvo muy enfermo, y únicamente se movía de s do. Al fin, luego de muchos cuidados logró reponerse de los Estados Unidos y a su familia. Eligió el viernes revisando el guardarropa, y finalmente se decidió p udario fruncido en las muñecas y el cuello, y una dag era tan fuerte que todas las ventanas y las puertas ente el tiempo que más le gustaba. Su plan de ac orio de Washington Otis, le susurraría algo desde al son de una música lenta. Le guardaba a Washi e que era él quien tenía la costumbre de eliminar “Inigualable” de Pinkerton. Después de reducir al


bulo. Luego de baja apresur adamente las escaleras ido de su soporte y había caído al suelo de losa, y vie alto, frotándose las rodillas con una expresión de a dispararon sobre él dos proyectiles, con una punt cientemente sobre su profesor de caligrafía. Mient sma con su revólver y le ordenaba, de acuerdo con o. El fantasma se levantó con un salvaje alarido de f pasar la vela de Washington Otis y dejándolos en ó y decidió lanzar su célebre carcajada demoníaca, qu Se decía que con ella había hecho encanecer la peluc itutrices francesas de lady Canterville renunciaran a da más horrible hasta que retumbó una y otra vez xtinguirse los escalofriantes ecos, se abrió una puer al fantasma: –Me temo que usted no está nada bie cinal del Doctor Dobell. Si se trata de una indigest inmediato comenzó a prepararse para convertirs merecido renombre, y a la cual el médico de la fam ville, el honorable Thomas Horton. Sin embargo propósito, de modo que se limitó a volverse ligeram ulcral, en le preciso instante en que los gemelos estab mpleto, presa de una violenta agitación. La vulgarida uralmente le resultaban de lo más exasperantes, p la armadura. Había tenido la esperanza de que inc Espectro Acorazado, aunque no fuera por otra ra icada y atractiva poesía él mismo se había entrete Además, era su propia armadura; la había ves uy elogiada nada menos por la Reina Virgen. P Trabajos en laque estación erado por el peso de la enorme coraza y del yelm lastimándose los nudillos de la mano derecha. Dur su habitación para mantener la mancha de sangre y resolvió llevar a cabo un tercer intento de asustar es 17 de agosto para su aparición. Pasó la mayor p por un gran sombrero de ala flexible con una plu ga oxidada. Al atardecer estalló un violento tempora s de la antigua casa se sacudían y chirriaban. Ese cción era el siguiente: se abriría paso con sigilo h el pie de la cama y le clavaría tres puñaladas en ington un rencor especial, pues estaba perfectam la famosa mancha de sangre de Canterville con s imprudente y temerario joven a un estado de comp


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La gringa

Primer amor

Para revisar la lectura Una gringa en Santa Fe 1

Relean el Acto I de La gringa y realicen las actividades.

a. Marquen con un ✓ la opción correcta. Los sucesos del primer acto ocurren… en una estancia bonaerense en una tarde de verano. en una chacra santafesina en una mañana primaveral. en una chacra santafesina en un amanecer helado. b.

Respondan las siguientes preguntas.

✸ ¿Qué vínculo une a los primeros personajes que aparecen

en escena? ✸ ¿Por qué va don Cantalicio a la chacra de don Nicola? ✸ ¿Qué le reprocha Próspero a su padre? ✸ ¿Por qué María se enoja con su hija Victoria?

c. Marquen con un ✓ el nombre del personaje que pronuncia las siguientes palabras.

¡Figúrate!… Yo iba para el corral a buscar una cuerdita que había dejado, y de repente me la veo a esta porcachona indecente que se dejaba dar un beso con ese gauchito. Don Nicola 2

Peón 2

María

Revisen el Acto II de La gringa y realicen las actividades.

a. Marquen con un ✓ los personajes que aparecen en escena en este acto. María Don Nicola El constructor Rosina Horacio Margarita El fondero El médico El cura


Trabajos en la estación b. Lean los siguientes fragmentos y marquen con un nombre del personaje que las pronuncia.

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✓ el

El médico

Un parroquiano

El cura

Sánchez y Dal Masetto

No vas mal encaminado, muchacho… No vas mal encaminado… ¡La cuestión es tener juicio ahora!… Da usted, doctor… Ese míster Daples es una buena persona, y si te toma cariño vas a ir muy lejos con él. El fondero

¡Eso digo, eso digo yo! A ver si se acaba la historia, ¿eh? Todos los días tiene que hacer con la muchacha… ¡Sinvergüenza!… ¿Se ha creído que mi hija es un trapo?… ¡Caramba!… ¡Caramba!… Si va a seguir así se cambia de fonda… Margarita c.

El fondero

María

Respondan las siguientes preguntas.

El médico

✸ ¿Por qué don Cantalicio teme que Próspero no regrese de

Rosario?

✸ ¿Cuál es el negocio que tienen que concretar don Cantalicio

y don Nicola? ✸ ¿Por qué Cantalicio exclama: “¡Déjenme, déjenme!… ¡Solito!… Ya no tengo amigos, ni casa, ni hijos… ni patria… Soy un pobre criollo… un pobre criollo”? ✸ ¿Por qué Victoria piensa que Próspero no va a regresar de la ciudad?

3 Relean el Acto III de la obra teatral y realicen las siguientes actividades.

a.

Respondan:

✸ ¿Cuánto tiempo ha pasado entre el Acto I y el Acto III? ✸ ¿Qué cambios descriptos en las acotaciones iniciales pueden

observarse en la chacra respecto del Acto I?



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