Leyendas de los mares del mundo Graciela RepĂşn y Enrique Melantoni
ÍNDICE
Umiko ................................................................................ 8 La serpiente que rodea el mundo ...............................13 Leyenda del tábano y la ballena aburrida .................. 17 Más grande que un gigante .........................................21 Dos hermanos ............................................................... 25 Aventuras del Kalevala ................................................. 29 Batiendo el océano de leche ....................................... 34 Madera troyana ............................................................. 39 La balada del Rey del Mar ........................................... 43
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GRACIELA REPÚN Graciela Repún, escritora argentina nacida en la ciudad de Buenos Aires, también ha firmado sus trabajos como Beatriz Melantoni y Juan Grisín. Es autora de cuentos, novelas, obras de teatro, biografías y poesías, y ha sido editada en Argentina, Uruguay, Chile, Puerto Rico, México, España, Inglaterra e Italia. Entre sus numerosos libros se encuentran: El mar está lleno de sirenas, El príncipe Medafiaca, Abeja Oveja, El libro de los Dioses, los Héroes y los Mitos, Prolijo Desprolija, ¿Quién está detrás de esa casa?, Familias, la tuya, la mía y la de los demás. A partir de la publicación de su libro Tolkien para principiantes, Graciela Repún es consultada como una estudiosa del prestigioso autor de El señor de los anillos.
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ENRIQUE MELANTONI Enrique Melantoni es escritor desde hace tanto tiempo como ilustrador. Aunque comenzó como redactor publicitario, publicó después obras de teatro infantil en prosa y en verso, biografías, y libros de poesía, de cuentos y de caligramas. Ha producido adaptaciones de mitos y leyendas de todo el mundo para el público infantil. También adaptó relatos clásicos como "El gato con botas" y "Pulgarcito", y escribió libros de humor y de adivinanzas. Algunos de sus cuentos fueron publicados en libros de texto, otros en edición individual, y también en revistas infantiles. Su cuento "Parados a la orilla" fue elegido como material de lectura en la enseñanza de español en Estados Unidos.
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Graciela Repún • Enrique Melantoni
Umiko Desde la isla de Japón
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ientras la luna dibuja sobre el mar senderos de luz en movimiento, desde el fondo se eleva la figura de Amara, la sirena. Siempre le gustó nadar hasta la playa y sentarse en una roca plana. Cada noche dejaba que el viento la envolviera mientras pasaba horas observando la pequeña ciudad pesquera, cuya escalera de madera trepaba como una serpiente por la ladera de la colina. Cada casa del pueblo tenía ventanas y cada ventana una luz encendida.
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Al amanecer, las aves marinas se le acercaban con curiosidad. Era la única criatura de las profundidades que salía a recibir el calor del sol. Cuando Amara se casó con un genio del mar, ya había decidido secretamente que si tenía una hija haría lo posible para que viviera en tierra. Ahora se aproxima a cumplir ese deseo: lleva a su pequeña recién nacida. Y en los escalones serpenteantes de madera pulida por el paso de muchas generaciones deja a su bebé. Es un lugar transitado. Pronto, algún humano descubrirá a la sirenita y le dará cuidado y protección. Pasa por allí un matrimonio mayor. Bajan desde el templo. Tienen un pequeño negocio donde se dedican a fabricar y vender velas. Sus clientes son peregrinos. Cuando ven a la bebé, la mujer siente que es un regalo del cielo, porque ellos no han tenido hijos propios. Y al abrir la manta y descubrir su cola tornasolada de pez, el hombre no se pregunta quién, ni por qué la habrán abandonado allí, sino si serán capaces de ofrecerle el cariño que necesita. La llaman Umiko, que significa hija del mar. Y le enseñan a ocultar su cola bajo anchos ropajes. Pero no pueden ocultar su extraña belleza. A medida que crece, nadie puede entrar al negocio y quedar indiferente ante la piel de nácar y los ojos verdes, que a veces serenos, otras tormentosos, son siempre un mar profundo. La joven sirena se siente muy incómoda ante la admiración que despierta. Les pide a sus padres adoptivos que la dejen fuera de la vista de los clientes.
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Y se retira a la última habitación de la casa donde se dedica a fabricar y decorar cada vela con escenas del fondo del mar. Pronto, todo el pueblo de pescadores prospera, porque cada vez son más los peregrinos que visitan el templo de la colina solo para encender esas velas de aroma salino y dejarse llevar por la contemplación de esas llamas que se acercan y alejan como pequeñas olas. Un día, un rico comerciante que está de paso, curioso por saber quién es el artista que hace los diseños, se asoma a una ventanita del taller y ve a Umiko. Ella no sabe que alguien la observa y no se preocupa por ocultar su cola de sirena. Al comerciante sorprendido le parece increíble que el matrimonio tenga escondida una criatura tan maravillosa, cuando podrían hacerse ricos si la enviaran a otras ciudades para exponerla. Entra al negocio y les ofrece una fortuna por ella. El matrimonio se horroriza. ¿Cómo podrían vender a Umiko, que vivió tantos años con ellos como si fuera su hija? Pero en el fondo, son personas débiles. Se dejan convencer pensando en una vejez solitaria, en qué sería de ellos si Umiko quisiera regresar al mar y los abandonara. Los tienta una recompensa que les permitiría descansar de una vida de trabajo. Y para no sentirse culpables, se engañan imaginando lo bien que la cuidarán y lo feliz que será la joven. Al día siguiente vendrá el mercader, con una gran caja y una carreta, a llevársela al puerto, donde la espera un barco.
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Esa noche, nada de lo que dice Umiko, ni el miedo, ni las lágrimas, pueden cambiar su suerte. Esa noche, fabrica su última vela, la más hermosa de todas. Esa noche, en el fondo del mar, una sirena siente el dolor de su hija y sale a rescatarla. En la mañana, el comerciante se presenta y con la ayuda de varios empleados introduce a Umiko en una caja con barrotes y se encamina al puerto. La pareja queda sola. Ahora les pesa en el corazón haberse dejado convencer. Todo el dinero del reino no alcanzaría para compensar la pérdida de Umiko, y temen haber hecho algo que les traerá la ruina.