Moby Dick - ¡Recorré el libro!

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solvamos nuestro conflicto!Los tres hermanos modo de solucionar esta disputa podrían encontr propuso: —Estoy convencido de que los dioses es así. Sé que es así. Y he pensado una forma lo que digo es cierto, los dioses me concederán a n, incrédulos. —En caso de que eso ocurra, acept Radamantis siguió en silencio. Bajó la mirad Moby Dick preguntó entonces Minos—. ¿Aceptas o no sin mirarlo. Los tres bajaron entonces hasta ofreció un sacrificio a Poseidón8. —¡Poseidón, d vencido de que tú y los demás dioses del Olimp maravillosa. Te pido entonces una señal, pa disputas entre nosotros por el trono que fue alabra de Minos, cada uno de sus gestos, con u uas, la prueba de que digo la verdad —exclamó sobre el que tú reinas, un toro. Una vez que dos los cretenses sean testigos del homenaje a as como si se avecinara una tormenta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell arena de la playa, fue caminando hasta Min tis como Sarpedón reconocieron la voluntad de orona de toda Creta. Así fue. Pero el día en dió conservar aquel toro espléndido, que podía ntonces ocultarlo en sus rebaños, y lo reempl o por la afrenta, Poseidón decidió vengarse. castigar a quienes cometen una falta contra ell oco después de su intento de engaño. ta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell arena de la playa, fue caminando hasta Min tis como Sarpedón reconocieron la voluntad de


solvamos nuestro conflicto!Los tres hermanos modo de solucionar esta disputa podrían encontr propuso: —Estoy convencido de que los dioses es así. Sé que es así. Y he pensado una forma Índice lo que digo es cierto, los dioses me concederán a n, incrédulos. —En caso de que eso ocurra, acept Radamantis siguió en silencio. Bajó la mirad preguntó entonces Minos—. ¿Aceptas o no sin mirarlo. Los tres bajaron entonces hasta ofreció un sacrificio a Poseidón8. —¡Poseidón, d vencido de que tú y los demás dioses del Olimp maravillosa. Te pido entonces una señal, pa disputas entre nosotros por el trono que fue alabra de Minos, cada uno de sus gestos, con u uas, la prueba de que digo la verdad —exclamó sobre el que tú reinas, un toro. Una vez que dos los cretenses sean testigos del homenaje a as como si se avecinara una tormenta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell arena de la playa, fue caminando hasta Min tis como Sarpedón reconocieron la voluntad de orona de toda Creta. Así fue. Pero el día en dió conservar aquel toro espléndido, que podía ntonces ocultarlo en sus rebaños, y lo reempl o por la afrenta, Poseidón decidió vengarse. castigar a quienes cometen una falta contra ell oco después de su intento de engaño. ta. El mis interior del torbellino que formaba la espum o blanco. Un animal magnífico, de una bell rena de la playa, fue caminando hasta Minos y mo Sarpedón reconocieron la voluntad de los dios Bienvenidos a la estación de Melville ....................................................... 6

Capítulo I. La Posada del Chorro ........ 24

Capítulo XXII. Los peligros de la cacería

Capítulo II. El sermón en la capilla ..... 32

de ballenas ................................ 97

Capítulo III. Un amigo entrañable . .... 36

Capítulo XXIII. El Pequod encuentra

Capítulo IV. Nantucket .................. 38

al Jungfrau ................................. 99

Capítulo V. El barco ..................... 40

Capítulo XXIV. La muralla . ............ 102

Capítulo VI. Yendo a bordo ............. 46

Capítulo XXV. Capullo de rosa ......... 104

Capítulo VII. La gente del Pequod ........ 51

Capítulo XXVI. La destilería ........... 107

Capítulo VIII. El capitán Ahab .......... 53

Capítulo XXVII. El doblón .............. 112

Capítulo IX. La mesa de la cabina . .... 56

Capítulo XXVIII. Pierna y brazo ........ 113

Capítulo X. La arenga del capitán...... 58

Capítulo XXIX. El ataúd de Queequeg

Capítulo XI. Moby Dick .................. 62

y el arpón de Perth ...................... 116

Capítulo XII. Un fantasma ............. 66

Capítulo XXX. La visión de Fedallah ... 120

Capítulo XIII. Las cartas marinas ....... 67

Capítulo XXXI. El fuego blanco ........ 121

Capítulo XIV. El primer ataque ........ 68

Capítulo XXXII. La boya y el ataúd ..... 124

Capítulo XV. La persecución espectral . 74

Capítulo XXXIII. El Pequod encuentra

Capítulo XVI. Otros barcos .............. 78

al Raquel .................................. 126

Capítulo XVII. El pulpo y la ballena

Capítulo XXXIV. Más marineros

muerta.................................... 80

muertos .................................. 127

Capítulo XVIII. La ballena como plato ... 84

Capítulo XXXV. La caza. Primer día ... 130

Capítulo XIX. Matanza y

Capítulo XXXVI. La caza.

descuartizamiento....................... 88

Segundo día. ............................. 135

Capítulo XX. Nueva cacería . ............ 92

Capítulo XXXVII. La caza. Tercer día. .. 138

Capítulo XXI. Las dos cabezas .......... 94

Epílogo ................................... 143

Trabajos en la estación ...................................................................... 145

Cuadro de movimientos literarios ......................................................... 156


ir, los sobresaltó un espantoso estrépito provenie ras, se encontraron con que una antigua armadura de losa, y vieron al fantasma de Canterville sentad na expresión de agudo dolor en el rostro. Los mel proyectiles, con una puntería que solo pueden adquirir esor de caligrafía. Mientras tanto, el ministro de los ordenaba, de acuerdo con los usos de la etiqueta calif vantó con un salvaje alarido de furia y se escabulló de Washington Otis y dejándolos en una oscuridad t ó lanzar su célebre carcajada demoníaca, que en más cía que con ella había hecho encanecer la peluca de utrices francesas de lady Canterville renunciaran an sotada más horrible hasta que retumbó una y otr ezaban a extinguirse los escalofriantes ecos, se abri celeste y le dijo al fantasma: –Me temo que usted lla de la solución medicinal del Doctor Dobell. Si sma la miró enfurecido y de inmediato comenzó a pr hazaña que le había valido un merecido renombre, manente idiotez del tío de lord Canterville, el honora s que se acercaban lo hizo desistir de su propósito, d desvaneció lanzando un profundo gemido sepulcral, e zarlo.Cuando llegó a su cuarto, se derrumbó por com emelos y el grosero materialismo de la señora Otis lo que más lo perturbaba era no haber podido ncluso aquellos modernos estadounidenses se estreme otra razón que el respeto a su poeta nacional Long abía entretenido muchas veces mientras los Cante adura; la había vestido con gran éxito en el torneo por la Reina Virgen. Pero esta vez, cuando quiso pon orme coraza y del yelmo de acero, y cayó pesadamen los de la mano derecha. Durante varios días estuvo mantener la mancha de sangre en buen estado. Al r a cabo un tercer intento de asustar al ministro de osto para su aparición. Pasó la mayor parte de ese ran sombrero de ala flexible con una pluma roja, u da. Al atardecer estalló un violento temporal, y el vi antigua casa se sacudían y chirriaban. Ese era pr n era el siguiente: se abriría paso con sigilo hasta el pie de la cama y le clavaría tres puñaladas en hington un rencor especial, pues estaba perfectam


ente del vestíbulo. Luego de baja apresur adamente a se había desprendido de su soporte y había caíd do en una silla de respaldo alto, frotándose las rodi lizos, que traían sus cerbatanas, dispararon sobr r quienes han practicado larga y pacientemente sobr s Estados Unidosapuntaba al fantasma con su revó iforniana, que pusiera las manos en alto. El fantas ó entre ellos, como una neblina, apagando al pasar total. Al llegar a lo alto de la escalera, se recuper s de una ocasión le había resultado extremadamente lord Raker en una sola noche y había logrado que ntes del primer mes de trabajo. En consecuencia, la ra vez en el viejo techo abovedado; pero, cuando ape ió una puerta y apareció la señora Otis vestida con no está nada bien de salud, y por ello le he traído se trata de una indigestión, este remedio lo ayudará Bienvenidos a la en estación repararse para convertirse un enormede perro ne y a la cual el médico de la familia había atribuid able Thomas Horton. Sin embargo, el sonido de u de modo que se limitó a volverse ligeramente fosforesc en le preciso instante en que los gemelos estaban mpleto, presa de una violenta agitación. La vulgarida s naturalmente le resultaban de lo más exasperan o colocarse la armadura. Había tenido la esperanz ecieran al ver al Espectro Acorazado, aunque no fu gfellow , con cuya delicada y atractiva poesía él mis erville estaban en la ciudad. Además, era su pro de Kenilworth, y había sido muy elogiada nada me nérsela, se vio completamente superado por el pes nte al suelo, raspándose las rodillas y lastimándose muy enfermo, y únicamente se movía de su habita l fin, luego de muchos cuidados logró reponerse y reso e los Estados Unidos y a su familia. Eligió el viernes día revisando el guardarropa, y finalmente se decidió un sudario fruncido en las muñecas y el cuello, y una iento era tan fuerte que todas las ventanas y las puer recisamente el tiempo que más le gustaba. Su plan el dormitorio de Washington Otis, le susurraría la garganta al son de una música lenta. Le guardab mente al tanto de que era él quien tenía la costumbr


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Contexto histórico y social de la obra Durante la composición de toda su obra, Melville se enfrentó a los principales problemas políticos internos y externos que afectaron a la joven nación estadounidense durante el siglo xix: la esclavitud, la expropiación de las tierras de los nativos, las guerras expansionistas, las condiciones de explotación laboral, los conflictos de clase y, en el extranjero, la revolución. De 1846 a 1848, México y Estados Unidos se enfrentaron en una guerra. El desenlace significó para el primero la pérdida de una inmensa cantidad de territorios, mientras que el segundo anexó el estado de Texas y ocupó Nuevo México y California. En 1849, por “la fiebre del oro”, en busca del metal precioso y con el afán de amasar una fortuna, 80.000 personas emigraron a California, en la costa oeste, de las cuales sólo 700 eran mujeres.

Hacia 1850, la población estadounidense era de 24 millones de habitantes y la población de esclavos, en lugar de decrecer, aumentaba considerablemente y había alcanzado cuatro millones. Mientras tanto, los estados sureños solicitaban una legislación que protegiera la esclavitud y amenazaban con separarse de la Unión si no se satisfacían sus demandas. En medio de una crisis constitucional, en 1850 se promulgó una ley que requería que todo ciudadano estadounidense colaborara para capturar a los esclavos fugitivos. En 1855, en una carta a su amigo Joshua Speed, Abraham Lincoln, quien luego sería presidente de los Estados Unidos, escribe: “Como nación, comenzamos declarando que ‘todos los hombres nacen iguales’. Ahora prácticamente se interpreta como que ‘todos los hombres nacen iguales excepto los negros’.” Se gestaba entonces el primer conflicto serio de los Estados Unidos como república: la guerra de Secesión (1861-1865), una guerra civil que puso frente a frente a los blancos del norte, partidarios del respeto de la libertad y las ideas humanitarias y a favor de la abolición de la esclavitud, y a los del sur que, bajo ocultos intereses económicos, abogaban por una posición esclavista.

Abraham Lincoln. Herman Melville.


Bienvenidos a la estación

Los primeros representantes de la literatura norteamericana Nacidos en los últimos años del siglo xviii o en los primeros del xix, surgen en los Estados Unidos dos grupos de escritores en Nueva Inglaterra, desde donde se extienden a Virginia y Nueva York: los trascendentales y los brahamines. Corresponden a una sociedad nueva, que madura velozmente y que es la secuela de una conducta severa que exalta el deber por encima del placer. Si bien siguen siendo predicadores del puritanismo (secta religiosa presbiteriana muy rígida), se permiten ejercer de moralistas y hasta de poetas. Dominan el francés y el castellano y tienen una relación con la cultura del resto del continente. Tanto H. D. Thoreau, del grupo de los brahamines, como Herman Melville, del grupo de los trascendentales, escriben en el idioma de Cervantes.

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Los trascendentales admiran el movimiento filosófico alemán llamado también de ese modo y ponen el acento en la pulcritud moral, en tanto que los brahamines, a la manera de los de la India, se mantienen en una especie de soberbio aislamiento, refugiados en su exquisita cultura y persiguiendo la perfección formal. Conscientes de pertenecer a un país con gran futuro y posibilidades de riqueza, pero compuesto por grupos migratorios de distinta procedencia, esta generación contribuye a organizar cultural y éticamente el país, sacudido por las terribles conmociones posteriores a la independencia. El trascendentalismo afirma que la conciencia por sí sola puede distinguir lo verdadero de lo falso, sin tener en cuenta ni la experiencia ni las sensaciones. Apelan a la ética e invocan a la razón.

Louisa Alcott.


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Es un grupo de conducta exigente y de inflexible sumisión a los principios morales. Las novelas de Nathaniel Hawthorne, los ensayos de Ralph Emerson, las meditaciones de H. D. Thoreau, los relatos de Louisa Alcott, los delirios románticos de Longfellow, los personajes obsesivos de Edgar Allan Poe y las cavilaciones de Herman Melville se hallan impregnados de las ideas básicas del trascendentalismo alemán. Es pertinente recordar que los relatos y poemas fundacionales de la literatura norteamericana coinciden con el período que va de la independencia al hallazgo de oro en California (1848) y es justamente la generación de los trascendentales la que se encarga de reflejar esa realidad de los pioneros.

Los escritores de este período se encuentran enmarcados en la tradición romántica europea y, en principio, solo los temas (argumentos y personajes) reflejan lo autóctono. Al mismo tiempo, forman parte de la primera generación de escritores de los Estados Unidos. El romanticismo americano no se limita a las relaciones amorosas, sino que se orienta hacia novelas que utilizan técnicas particulares para comunicar razonamientos complejos y sutiles. Los personajes románticos son poco realistas, apasionados, míticos, a menudo incomprendidos y aislados. El personaje de Hester Prynne de La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne, el Ahab de Herman Melville en Moby Dick y los personajes obsesivos de los cuentos

Nathaniel Hawthorne.

. llan Poe Edgar A


Bienvenidos a la estación de Edgar Allan Poe tienen en común espíritus ansiosos y atormentados. En esa época, los escritores norteamericanos viven entre revoluciones y numerosas batallas, en medio de una geografía salvaje y una sociedad sin clases ni tradiciones. En lugar de tomar las formas literarias inglesas, inventan nuevas técnicas en la producción de sus textos.

Herman Melville, una vida de novela Como afirma Jorge Luis Borges en su obra “Introducción a la literatura norteamericana”, al igual que Mark Twain, Jack London y tantos otros escritores norteamericanos, Herman Melville llevó el tipo de vida aventurera que el sedentario escritor Walt Whitman soñó, pero le fue

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negada por el destino. La obra de Melville consta de libros de navegaciones y aventuras, de novelas fantásticas y satíricas, de poemas, cuentos y la prodigiosa novela simbólica Moby Dick. Nació en Nueva York el 1º de agosto de 1819. La bancarrota de su padre, de antiguo linaje escocés, dejó a Melville en la indigencia a los quince años. Fue sucesivamente empleado de banco, peón, maestro de escuela y, en 1839, grumete. Así empezó su larga amistad con el mar. En 1841 navegó en un barco ballenero por el Pacífico. Desertó en las Islas Marquesas, fue capturado por caníbales y convivió algún tiempo con ellos. De regreso a los Estados Unidos en 1844, sus experiencias de aquellos años fueron reflejadas en dos novelas de singular fuerza narrativa: Typee —de 1846— y Omoo, escrita en 1847, año en

Casa de Melv ille en Pittsfi eld, Massach usetts.


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el que se casó con Elizabeth Shaw, con quien vivió en Nueva York. Luego se estableció en una granja en Massachusetts donde entabló amistad con Nathaniel Hawthorne, quien influyó en la escritura de su obra capital: Moby Dick. La consagración de Melville como autor del género de viajes y aventuras le resultaría perjudicial para el reconocimiento de su obra posterior, que adquirió una creciente complejidad. En 1849 publicó Mardi, que estaba ambientada en los mares del sur, pero por su carácter simbólico (la búsqueda de la misteriosa Yullah, toda belleza e inocencia) produjo el rechazo de la crítica y el público. Melville escribió rápidamente otras dos novelas: Redburn (1849) y La guerrera blanca (1850). Esta última obra es una despiadada crítica de la disciplina de la marina estadounidense. A la publicación de Moby Dick en 1851, le siguieron Pierre (1852) y Los cuentos del mirador (1856), entre los que se destaca “Bartleby el escribiente”, considerado antecedente de la obra de Franz Kafka, en el que se refleja el desprecio de Melville por la hipocresía y el materialismo humanos. Israel Potter (1855) y la satírica El confidente (1857) fueron las últimas novelas que vio publicadas en su vida. Durante sus últimos treinta y cinco años fue empleado de aduanas en Nueva York, actividad que le garantizó al menos la estabilidad económica ya que sus últimos años transcurrieron en la indiferencia y olvido de todos por su obra.

Elizabeth Shaw Melville.

Mucho después de su muerte acaecida el 28 de septiembre de 1891, se publicó en 1924 su magnífica novela Billy Budd, que relata el trágico e injusto ahorcamiento de un marinero inocente y bondadoso. La crítica posterior reivindicaría su nombre como uno de los grandes escritores estadounidenses.


ipio, munas se burta comedia; reidores la , y todo lo e pudieron ho de ella

lla no evitó que haya tenido un éxito del que es a publicación, algún prefacio que responda a ; y sin duda estoy bastante en deuda con todas ara creerme obligado a defender su opinión con s cosas que tendría para decir sobre este tema ma de diálogo, y con la cual todavía no sé qué h ueña comedia, me surgió después de las dos o t oche la comenté en la casa donde me encontrab es muy conocido en sociedad, y que me hace el ho u agrado, no sólo para pedirme que me abocar quedé muy sorprendido cuando, dos días más ta erdad, de una manera mucho más galante y mu o en la cual muchas cosas me parecían demas ntaba esa obra en nuestro teatro me acusaran n ella. Así que eso me impidió, por considerac nta gente me presiona todos los días para qu mbre es la causa de que no incluya en este pref cida a hacerla aparecer. Si llegara a ser así, vu ico del delicado malhumor de algunas personas vengado gracias al éxito de mi comedia, y deseo por ellos como esta, con tal de que el resto siga d nas se burlaron de esta comedia; pero los reido r dicho de ella no evitó que haya tenido un éxito , en esta publicación, algún prefacio que respo obra; y sin duda estoy bastante en deuda con t para creerme obligado a defender su opinión con s cosas que tendría para decir sobre este tema ma de diálogo, y con la cual todavía no sé qué h ueña comedia, me surgió después de las dos o t noche la comenté en la casa donde me encontra o es muy conocido en sociedad, y que hace el ho su agrado, no sólo para pedirme qe me abocar


sponda a los censores y fundamente las razones de mi obra; y sin duda estoy ara creerme obligado de una disertación, hecha e comedia, me surgió después de censores y fundamente las razones de mi obra; y sin duda estoy bastante en e obligado de una disertación, hecha e comedia, me surgió después de las dos o nde me encontraba, y al principio una persona elevada, cuyo ingenio es muy c en la presentación de fenómenos psíquicos. oche la comenté en la casa donde m sociedad, y que me de expectativas receptivas que tan a menudo preceden la com bra. Una noche la comenté en la casa donde me encontraba, y al principio un ivas receptivas que tan a menudo preceden la presentación de fenómenos psíqu


sobrejuanete mastelerillo de sobrejuanete juanete

cofa

palo de mesana

palo mayor

palo de trinquete bauprés

popa

proa

Moby Dick

bastante en deuda con todas las personas que le dieron su aprobación como e las dos o tres primeras representaciones de mi obra. Una n responda a n deuda con todas las personas que le dieron su aprobación como para creertres primeras representaciones de mi obra. Una noche la comenté en la cas conocido en sociedad, y que me de expectativas receptivas que tan a menudo pre me encontraba, y al principio una persona elevada, cuyo ingenio es muy conoci media, me surgió después de las dos o tres primeras representaciones de mi na persona elevada, cuyo ingenio es muy conocido en sociedad, y que me de expec uicos. oche la comenté en la casa donde me encontraba, y al principio una


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Capítulo I

La Posada del Chorro

P

1. La isla de Manhattan está ubicada en la desembocadura del río Hudson, en el norte del puerto de Nueva York. 2. Una empalizada es un cerco. 3. Un atracadero es un sitio para arrimar las embarcaciones a tierra. 4. Pendenciera es el hombre aficionado a las peleas. 5. Comodoro es el jefe de marina de rango inferior al contraalmirante. 6. El castillo de proa es la cubierta principal del buque, entre el trinquete y la proa.

ueden llamarme Ismael. Hace unos años, con los bolsillos vacíos y sin nada que hacer en tierra, decidí conocer la parte acuática del mundo. Y desde entonces, cada vez que me siento enfermo, o triste como un noviembre húmedo y lluvioso, o miro demasiado los escaparates de las tiendas funerarias, me digo que es hora de meterme en un barco. Nada mejor que irme a la isla de Manhattan,1 ceñida en torno por los muelles, colmada de tiendas, de comercios, y donde todas las calles llevan al agua. Allí, apostados como centinelas silenciosos, se ven millares de mortales absortos en ensueños oceánicos, apoyados contra las empalizadas2 y los atracaderos.3 Cuando naves inmensas llegan de la China o de otras remotas regiones del planeta, los de tierra, clavados a sus bancos, sentados en sus escritorios, atados a los mostradores, encerrados entre cuatro paredes, tiemblan de sueños. En su imaginación, sienten que las misteriosas agujas de las brújulas les señalan destinos soñados. Ahora bien, cuando digo que tengo la costumbre de echarme a la mar cada vez que empiezo a tener los ojos nebulosos, no debe entenderse que lo hago como un pasajero corriente. Los pasajeros se marean, se ponen pendencieros,4 no duermen por las noches y en general no la pasan muy bien. Tampoco, a decir verdad, lo hago como comodoro,5 capitán o cocinero. Cedo la gloria y distinción de tales cargos a quienes los disfruten. No podría estar al cuidado de un barco, pues solo sé cuidar de mí mismo; tampoco se me ha ocurrido asar pollos, por más que una vez asados, con manteca, sal y pimienta no hay nadie que les haga más reverencia que yo. Cuando me hago a la mar, entonces, voy como simple marinero: delante del mástil, al fondo del castillo de proa,6


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o allá arriba, en el mastelero7 de sobrejuanete. Cierto es que me dan muchas órdenes y me hacen brincar como un saltamontes en un prado verde. Al principio, esto suele resultar desagradable, especialmente si uno procede de buena y noble familia o ha trabajado de maestro rural. Digamos que uno no muere de ganas por meter la mano en el cubo de alquitrán:8 la transición es dura, lo aseguro, pero eso pasa. ¿Quién no es esclavo de algo? Por más que el viejo capitán me dé órdenes, por más que reciba de acá o allá porrazos y puñetazos, tengo la satisfacción de saber que todo está muy bien, ya que los demás reciben algo parecido. Universalmente, se nos da lo que nos corresponde: deberíamos hacer las paces y restregarnos las espaldas uno con el otro. Además, como marinero, recibo un sueldo por la molestia y, que yo sepa, los pasajeros no reciben ni un penique:9 por el contrario, tienen que pagar. Y entre pagar o que le paguen a uno, hay la mayor diferencia de este mundo. He de admitir que después de hacer muchas travesías en barcos mercantes, no podría explicar por qué me metí en un ballenero. Eso deberían contestarlo los hados10 que me influyen de algún modo inexplicable, aunque suelo creer que obro conforme a mi libre albedrío11 y buen juicio. En principio, las grandes ballenas en sí mismas despertaron mi atención y curiosidad. Remotas visiones y sonidos patagónicos contribuyeron a mi decisión. Los peligros de acercarse a esos monstruos marinos, las maravillas y misterios que envuelven su existencia, se sumaron a que por entonces yo estaba atormentado por el deseo de las cosas remotas. Oh, sí: quería navegar por mares prohibidos, abordar costas bárbaras y hostiles, conocer el sabor de una aventura especial. Abandoné Nueva York y arribé a New Bedford 12 con un par de camisas en mi bolsa de marinero, decidido a zarpar hacia el Cabo de Hornos13 y el Pacífico. Era una noche de sábado, en diciembre. Me decepcioné al saber

7. El mastelero es el palo menor sobre cada uno de los palos mayores. El sobrejuanete se refiere a cada una de las varas que se cruzan sobre los juanetes, es decir, las velas que se largan en ellas. 8. Cubo significa balde. En este caso, contiene alquitrán alquitrán, un líquido viscoso, de color oscuro y fuerte olor. 9. Penique significa moneda inglesa. 10. El hado es la fuerza desconocida que, según algunos, obra irresistiblemente sobre los dioses, los hombres y los sucesos. 11. Libre albedrío significa libertad de resolución. 12. New Bedford es una ciudad ubicada en Massachusetts, al sur de Boston, en Estados Unidos. Durante el siglo xix se la conocía como la “ciudad ballenera” ya que fue uno de los puertos balleneros más importantes del mundo. 13. El Cabo de Hornos es el cabo más austral en el archipiélago de Tierra del Fuego, en el sur de Chile.


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14. Un paquebote es una embarcación que lleva la correspondencia pública, y a veces también pasajeros, de un puerto a otro. 15. Nantucket es una isla ubicada al sur de Cape Cod, en Massachusetts, Estados Unidos. 16. Hacerse a la vela significa partir de un puerto para navegar. 17. Durante los siglos xviii y xix se denominó pieles rojas a los indígenas que habitaban América del Norte. 18. El Leviatán es un monstruo marino fantástico. 19. Lúgubre significa triste o fúnebre. 20. El carrillo es la parte carnosa de la cara, se extiende desde los pómulos hasta la mandíbula inferior. 21. Ponzoña quiere decir veneno.

que el paquebote14 para Nantucket15 ya se había hecho a la vela16 y que hasta el lunes siguiente no tenía con qué partir a ese lugar. La mayor parte de los jóvenes candidatos a las penas y castigos de la pesca de la ballena se detienen en el mismo New Bedford para embarcarse desde allí, pero yo no; yo zarparía en un barco desde la hermosa isla de Nantucket. Ese puerto tenía mucho de grato para mí, sobre todo por el hecho de haber sido pionero, el lugar donde se varó la primera ballena muerta de América. Los pieles rojas17 partían desde allí para perseguir con sus canoas al leviatán18 marino, y aunque ahora New Bedford tendía a monopolizar todo el negocio, mi ilusión era comenzar el viaje en Nantucket y así lo haría. Entretanto, tuve que buscar un sitio para pasar la noche, tan fría como lúgubre.19 Recorrí las calles buscando el más barato, mientras mis botas se hundían en la nieve y el viento helado endurecía mis carrillos.20 Deseché varios lugares demasiado elegantes para mis bolsillos vacíos, hasta que me adentré en un barrio desolado, de callejones sospechosos, con alguna que otra vela que iluminaba malamente una ventana. Así llegué a la “Posada del Chorro”, una vieja casa en una esquina donde el viento aullaba locamente y cuyo aspecto miserable me convenció: era apropiada para unos bolsillos flacos como los míos. No era el mejor lugar, pero mis pies ya estaban congelados. Crucé un sombrío vestíbulo adornado por un cuadro colmado de sombras y claroscuros con una masa negra que flotaba en el centro. A pesar de sus líneas confusas, la creación transmitía un horror innominado; y más tarde, hablando con otras personas, comprendí que el artista había esbozado una ballena, un grandísimo pez, el propio leviatán, saltando sobre un navío en medio de una terrible tempestad, mientras soltaba un chorro de vapor desde su lomo. Pasé a la sala común, en la cual un hombre viejo y marchito vendía su ponzoña a los marineros. Y digo ponzoña21


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porque los vasos eran abominables, de un verde ahumado cuyos fondos mugrosos no podían sino producir delirios y muertes, todo a su tiempo. Había allí mucha gente reunida en torno a las mesas. Me dirigí al hombre viejo, el patrón, para pedirle un cuarto y una cena decente, pero se excusó diciéndome que la casa estaba llena. Al momento siguiente, se golpeó la frente y me dijo: —Espere, jovencito… ¿no tendría inconveniente en compartir una cama grande con un arponero?22 Supongo que también irá, como usted mismo, a buscar ballenas; así que, de paso, podrá acostumbrarse a su compañía. Le dije que si el arponero era un hombre decente y él daba fe de eso, en lugar de vagabundear por ahí, tomaría la mitad de esa cama. —¡Muy bien! Entonces acomódese para la cena, estará enseguida. Me junté a comer con cuatro o cinco marineros en un cuarto adyacente a la sala común. Estaba tan frío como Islandia,23 no había fuego en absoluto porque el patrón dijo que no se lo podía permitir, que era un lujo fuera de su alcance. Alumbraban el cuarto dos lúgubres candelas24 de sebo25 y nos vimos obligados a abotonarnos los chaquetones y a tomar el té caliente, que apenas notaron nuestros labios congelados. La comida no estuvo mal: albóndigas con papas. Un tipo de gabán26 verde dijo que tendríamos pesadillas esa noche, mirando las albóndigas, como si dudara de su salubridad.27 Terminada la cena, el grupo volvió al bar y yo, que no sabía bien qué hacer conmigo, me quedé esperando a que llegara el arponero. Había tomado la decisión de no acostarme hasta conocerlo. Si no había más remedio que dormir juntos, él debería desnudarse y meterse en la cama antes que yo. Se abrió la puerta y entró un grupo salvaje de marineros, con pasamontañas de lana, capotes remendados, harapientos28

22. El arponero es el pescador o cazador con arpón, un instrumento compuesto de un astil de madera armado en uno de sus extremos con una punta de hierro y de otras dos que miran hacia el astil y hacen presa. 23. Islandia es un país que se encuentra al Norte de Europa, es una isla ubicada entre el Mar de Groenlandia y el océano Atlántico Norte. 24. Una candela es una lumbre o un fuego. 25. El sebo es una grasa sólida y dura que se saca de los animales herbívoros, y que, derretida, sirve para hacer velas y jabones. 26. Un gabán es un abrigo. 27. Salubridad se refiere al grado que hace que algo sea benéfico o nocivo para la salud. 28. Harapiento significa andrajoso.


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The landlord chuckled again with his lean chuckle, and seemed to be mightily tickled at something beyond my comprehension. El patrón volvió a risotear con su mezquina risita y pareció enormemente divertido por algo que escapaba a mi comprensión.

29. Juerga significa fiesta o jolgorio. 30. Escanciar quiere decir servir el vino. 31. Algarabía significa griterío confuso.

y con la barba crecida. Era obvio que pisaban tierra después de una larga travesía y se los veía deseosos de un poco de juerga.29 El viejo tabernero le escanció30 vasos llenos a todo el grupo, asunto que fue recibido con algarabía31 general. Uno de los recién llegados, sin embargo, se mantenía apartado y serio, aunque no había en sus ojos juicio alguno al comportamiento de sus compañeros. Era muy alto, musculoso, la cara morena. De súbito decidió retirarse del lugar y no lo volví a ver hasta que, no mucho después, me lo encontraría en el mismo barco y en el mismo camarote. Sus compañeros, al notar luego su ausencia, parecieron echarlo de menos y comenzaron a gritar su nombre: —¡Bulkington! ¡Bulkington! ¿Dónde está Bulkington? —Y salieron de la sala para buscarlo. Mientras tanto, yo pensaba que no me gustaba dormir con otro hombre, ni aunque fuera mi hermano. Me arrepentí de mi decisión y le dije al viejo que prefería descansar de mis fatigas donde fuera, menos con el arponero, y me habilitó un viejo banco de madera, en la sala. En cuanto pude acomodarme, noté que por las hendijas de la ventana y la desvencijada puerta entraban corrientes de aire helado. A los pocos minutos me convencí de que quizá había abrigado prejuicios injustificados contra el arponero. Me acerqué al patrón para preguntarle: —¡Patrón! ¿Este muchacho que me toca de compañero de cuarto siempre vuelve tan tarde? El patrón volvió a risotear con su mezquina risita y pareció enormemente divertido por algo que escapaba a mi comprensión: —No, generalmente vuelve temprano porque es madrugador. Pero esta noche quizá no pudo vender su cabeza. —¿Su cabeza? —Eso dije. Tal vez hay demasiadas cabezas en este mundo y no ha podido vender la suya. —Patrón, no me cuente más cuentos, que no estoy tan verde —le dije, fastidiado.


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—No son cuentos. Y mejor que no hable mal de la cabeza delante del arponero. —¡Qué problema! Se la romperé. —Ya está rota. —¿Rota? ¿Qué quiere decir con eso? —Este arponero compró un lote de cabezas embalsamadas en Nueva Zelanda. Las vendió todas, menos una, que es la que trata de vender esta noche. Porque mañana es domingo y no estaría bien vender cabezas humanas mientras la gente va a la iglesia. Dios mío... lo bueno de la aclaración era que el patrón no se burlaba de mí. Lo malo: ¿qué podía esperar yo de un arponero que se ocupaba de un asunto tan canibalesco como vender cabezas humanas un sábado por la noche? Más allá de mis aprensiones,32 el agotamiento me venció y fui al cuarto. Me quité el chaquetón, la chaqueta, las botas y los pantalones, soplé la vela y me tumbé en la cama, que era bien grande, y me encomendé al cuidado del cielo. Di vueltas un rato sin poder dormir, hasta que finalmente ingresé a un sopor33 ligero, y ya navegaba hacia la tierra de los sueños cuando oí unos pasos en el corredor. Alguien entró. Allí estaba el infernal vendedor de cabezas. Lo primero que hizo fue encender una vela. No me vio en absoluto, mientras sacaba la horrenda cabeza del saco y la metía en un cofre. Hizo lo mismo con un hacha india. Tenía un gorro de castor,34 se lo quitó y, por inesperado, me sorprendió su falta de cabello, solo mantenía un pequeño nudo retorcido en su frente. Vi su cara oscura, marcada por cuadrados extraños de aspecto aún más oscuro; eran manchas, tatuajes hechos con pinturas o quién sabe qué, tal vez había nacido así, tal vez era un maldito demonio. Lo que fuera, a mí me intimidó bastante, mientras vigilaba sus movimientos desde la cama. Él no tenía idea de mi presencia y yo había tomado nota de que estaba ante un salvaje caníbal, un vendedor de cabezas humanas. Quizá de las cabezas de sus propios hermanos. ¡Y el hacha! Dios mío… ¿y si se le antojaba mi cabeza?

32. La aprensión es la desconfianza que se siente ante una situación. 33. Sopor quiere decir adormecimiento, somnolencia. 34. El castor es un mamífero roedor.


saltó un espantoso estrépito proveniente del vestíb on con que una antigua armadura se había desprendi ma de Canterville sentado en una silla de respaldo a l rostro. Los mel lizos, que traían sus cerbatanas, pueden adquirir quienes han practicado larga y pac ministro de los Estados Unidosapuntaba al fantas etiqueta californiana, que pusiera las manos en alto bulló entre ellos, como una neblina, apagando al p total. Al llegar a lo alto de la escalera, se recuperó na ocasión le había resultado extremadamente útil. S r en una sola noche y había logrado que tres insti r mes de trabajo. En consecuencia, lanzó su risotada ho abovedado; pero, cuando apenas empezaban a ex a señora Otis vestida con una bata celeste y le dijo por ello le he traído una botella de la solución medic dio lo ayudará. El fantasma la miró enfurecido y de e perro negro, una hazaña que le había valido un ribuido la permanente idiotez del tío de lord Canterv unos pasos que se acercaban lo hizo desistir de su p nte y se desvaneció lanzando un profundo gemido sepu zarlo.Cuando llegó a su cuarto, se derrumbó por com os y el grosero materialismo de la señora Otis natu s lo perturbaba era no haber podido colocarse l modernos estadounidenses se estremecieran al ver al peto a su poeta nacional Longfellow , con cuya deli eces mientras los Canterville estaban en la ciudad. éxito en el torneo de Kenilworth, y había sido mu cuando quiso ponérsela, se vio completamente supe ayó pesadamente al suelo, raspándose las rodillas y s estuvo muy enfermo, y únicamente se movía de s do. Al fin, luego de muchos cuidados logró reponerse de los Estados Unidos y a su familia. Eligió el viernes revisando el guardarropa, y finalmente se decidió p udario fruncido en las muñecas y el cuello, y una dag era tan fuerte que todas las ventanas y las puertas ente el tiempo que más le gustaba. Su plan de ac orio de Washington Otis, le susurraría algo desde al son de una música lenta. Le guardaba a Washi e que era él quien tenía la costumbre de eliminar “Inigualable” de Pinkerton. Después de reducir al


bulo. Luego de baja apresur adamente las escaleras ido de su soporte y había caído al suelo de losa, y vie alto, frotándose las rodillas con una expresión de a dispararon sobre él dos proyectiles, con una punt cientemente sobre su profesor de caligrafía. Mient sma con su revólver y le ordenaba, de acuerdo con o. El fantasma se levantó con un salvaje alarido de f pasar la vela de Washington Otis y dejándolos en ó y decidió lanzar su célebre carcajada demoníaca, qu Se decía que con ella había hecho encanecer la peluc itutrices francesas de lady Canterville renunciaran a da más horrible hasta que retumbó una y otra vez xtinguirse los escalofriantes ecos, se abrió una puer al fantasma: –Me temo que usted no está nada bie cinal del Doctor Dobell. Si se trata de una indigest inmediato comenzó a prepararse para convertirs merecido renombre, y a la cual el médico de la fam ville, el honorable Thomas Horton. Sin embargo propósito, de modo que se limitó a volverse ligeram ulcral, en le preciso instante en que los gemelos estab mpleto, presa de una violenta agitación. La vulgarida uralmente le resultaban de lo más exasperantes, p la armadura. Había tenido la esperanza de que inc Espectro Acorazado, aunque no fuera por otra ra icada y atractiva poesía él mismo se había entrete Además, era su propia armadura; la había ves uy elogiada nada menos por la Reina Virgen. P Trabajos en laque estación erado por el peso de la enorme coraza y del yelm lastimándose los nudillos de la mano derecha. Dur su habitación para mantener la mancha de sangre y resolvió llevar a cabo un tercer intento de asustar es 17 de agosto para su aparición. Pasó la mayor p por un gran sombrero de ala flexible con una plu ga oxidada. Al atardecer estalló un violento tempora s de la antigua casa se sacudían y chirriaban. Ese cción era el siguiente: se abriría paso con sigilo h el pie de la cama y le clavaría tres puñaladas en ington un rencor especial, pues estaba perfectam la famosa mancha de sangre de Canterville con s imprudente y temerario joven a un estado de comp


Moby Dick

Para revisar la lectura

Moby Dick

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Ordenen cronológicamente los siguientes hechos.

Los marineros descubren que los espectros que habían creído ver son en realidad polizontes que se encuentran en la bodega de popa. Queequeg se encuentra con Ismael en la Posada del Chorro. Ahab encarga un arpón al herrero Perth y lo bautiza con la sangre de los tres arponeros del Pequod: Daggoo, Tashtego y Queequeg. Ismael ve a Ahab por primera vez en la popa, en su alcázar, y sin poder explicar por qué su cuerpo se estremece ante la figura alta y ancha del capitán. Ismael, un joven de naturaleza inquieta, decidido a conocer la parte acuática del mundo, tiene la intención de embarcarse en un ballenero y arriba a New Bedford. Ahab cae al agua y desaparece, unido en la muerte por la cuerda con la ballena blanca que agoniza. Al caer la tarde un tifón golpea el Pequod y todas las puntas de los mástiles se iluminan con una extraña llamarada. Al tratar de drenar el aceite de la cabeza del cachalote capturado, Queequeg salva a Tashtego zambulléndose en el agua y cortando la cabeza del animal que se hunde. Los hombres pueden ver el cadáver del oriental Fedallah unido a la ballena a través de la línea del arpón. El Pequod encuentra cerca del Ecuador dos barcos balleneros: el Raquel y el Deleite. Ismael y Queequeg se embarcan en el Pequod. Peleg invita a Ismael a mirar por la proa a barlovento del Pequod. Queequeg contrae una fiebre terrible y encarga la construcción de un féretro.


Trabajos en la estación

2 Completen la siguiente ficha de lectura de Moby Dick con las palabras propuestas.

✸ Motivos ✸ Tipo de obra ✸ Fecha de publicación ✸ Punto de vista ✸ Autor ✸ Idioma original ✸ Tono ✸ Temas ✸ Marco (lugar y tiempo) ✸ Conflicto ✸ Título ✸ Narrador ✸ Género ✸ Símbolos ✸

: Herman Melville : Novela

: Moby Dick : Historia de aventuras, alegoría.

: 1851

: Inglés

: A bordo de un barco ballenero, el Pequod, en el océano Pacífico y el Atlántico en las décadas de 1830-1840. : Ismael :Combinación de primera y tercera persona. Presenta los pensamientos y sentimientos de los otros personajes solo como los deduciría un observador. : Irónico, filosófico, dramático : Ahab dedica su barco y tripulación para destruir a Moby Dick, una ballena blanca, porque la considera la representación viviente del mal. Al ignorar los riesgos físicos que implica esta misión y que lo enfrenta a otros hombres, Ahab desafía con arrogancia las limitaciones propias del ser humano. : La venganza, la explotación ballenera. : La blancura, las superficies y las profundidades. : El Pequod simboliza el destino trágico; el ataúd de Queequeg simboliza tanto la vida como la muerte; Moby Dick simboliza la incapacidad de la humanidad para comprender el mundo.

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