Historias de madrugada núm. 12, ejemplar 13

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Celerina Sánchez Ki Victorieux Clyo Mendoza Alejandra Ariel Ivonne Sáenz Edgard Artaud Juan Beat César Rito Salinas Braulio Aguilar Orihuela Reto Morger Óscar Sandoval Jesús Capaverde (el seis)

http://historias-de-madrugada.blogspot.mx

insomnio

FANZINE NuM. 12, EJEMPLAR 13 / julio - SEPTIEMBRE 2017

narrativa y poesía como saetas. visuales para el

fan zine

Raquel Olvera Yendi Ramos Candelaria Ramales Flor Hernández Ramos Frida AM Sheherezada Oaxaqueña Carlos Blas Galindo Enrique Gallegos Ángel Morales Omar Fabián Bruno Rodz


remitidos y detenidos en la madrugada # 13 imagen de portada y 4ª: Street art Editora / manager invitada: Fuente ovejuna

Celerina Sánchez Edgard Artaud Ivonne Sáenz Óscar Sandoval Flor Hernández Ramos Clyo Mendoza Herrera Braulio Aguilar Orihuela Yendi Ramos Reto Morger Enrique Gallegos eux tori c i V Ki ña que a x a aO M zad e da A r i e r h F She

narra

vISuAlEs

ti vas

street art

poesía

grafías inconfundibles de la presencia humana Raquel Olvera sobre “el sonido de las hojas” Candelaria Ramales sobre los ensamblajes de Jaurena Carlos Blas Galindo rumbo al olvido Juan Beat habitación al mar Ángel Morales lunes Alejandra Ariel rrapala (acción poética pirata) Bruno Rodz apuntes sobre C ortázar Omar Fabián la dragamina César Rito Salinas tripolar Jesús Capaverde (el seis)

colaboraciones, máximo: 3500caracteres@gmail.com titiche de textos : Yahir Alonso Ortiz FANZINE NuM. 12, EJEMPLAR 13 / julio - septiembre 2017 a.p.. 1336, CP. 68000 - Oaxaca, Mexico. http://historias-de-madrugada.blogspot.mx


Celerina Patricia Sánchez

Ndaka´ago

na ndachikogo nuu tu´un tsavii tono ta kandi savi kunugo tsanu yata tono saanso ña nchikavana nuu nchika kue nana ñaa savi ri meekwi nchi nde´e ñu´ún vikoyo´o ta kue na´an saanso ni anua kue ña saanso tsio

Recordar

retornar en la palabra sólo un instante tejido de sueños milenarios guardado en los senos maternos de las mujeres de lluvia que han engendrado esta tierra de nubes en amaneceres legendarios de amor ancestral

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Celerina Patricia Sánchez

Ndakua´a Naa ndakua´a tu´un Yu´kúyata ndusu naá tsiká ñaá tsi savi raa kunu ñáa tu´ín takua naa tsinúu nixi tsio natsanu yata Naa ndakua´a ´ín tsaní naá nduyaxii ñáá nchikava´á naá mancha saanso tatu kumunia tono ´ín toó ini naá ñaa koo va´á naá takua naa kuna naá nduchinuú nchaí [naá Naa ndakua´a ñu´ún nda´a kue yutu kuii tsi ñáá ndayaá kue yucha nuú kueé ñaa nduú nuú núú viko tsi savi yuchilu rii ndakachi nuú ñaa stutsi iniyu nchaa taa tuvi u´un xiko kuia raa kuéé ndíí ndusava´í Naa ndakua´a savi ñaa ndakacha nuú [stutsi naá sa´á kue nivi nuú nixi koo nivi aan kuika/ndavii/yakua/vii nikiví ñáá mancha nuú níí / sama [tsintuuni naá mitu´ún Koosavi anchee aa kuú sa´í takua naá tsini naá kumi sto´o nuú tsintuuni naá mancha taa nikitsi [kueé toó

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Celerina Patricia Sánchez

Regalo

Te obsequio las palabras antiguas de Yu´kúyata su eco viaja en la lluvia tejedora de historias para que tú sepas el pasado de la madre antigua Te regalo el sueño desgastado guardado desde siempre cuando se necesite como una gota de esperanza que despierta con ojos negros Te ofrezco mi tierra las hojas frescas/secas los ríos en amaneceres nublados con llovizna lenta que lava mis heridas desde hace 500 años y que no termina de limpiarse Ofrezco lluvia que lave las heridas provocadas en la era de castas hasta las células /antagonismos mentales solo Koosavi (tornado) quizá pueda liberar esa incapacidad de sentir la esclavitud por una estructura mental crónica.

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Grafías inconfundibles de la presencia

h

Ra qu el Olv era

umana

Con el mismo principio de la gráfica de obtener originales múltiples a partir de una matriz, las ciudades están construidas por casas multiplicadas a partir de un modelo estándar que cuenta básicamente con sala, comedor, cocina y recámara. Los edificios están hechos con éstas casas y las ciudades con esos edificios. Lo que de lejos se ve simplemente como un cuadro, es en realidad un espacio habitado; un lugar donde se desarrolla una vida. Esa es una de las reflexiones con que Mónica Muñoz se adentra en su proyecto de gráfica: Urbanitas. Cuando vemos la repetición de esos moldes ad infinitum, no podemos dejar de pensar en que el efecto visual que se percibe es parecido al de jaulas apiladas para transportar animales o en las figuras que se aprecian en una metástasis. Los dibujos que se producen a partir de estas construcciones son producto de la domesticación de los seres humanos y una consecuencia de su ser sedentario. Las ciudades se presentan entonces como «parques humanos»[1] o como zoológicos como una evidencia visual de esa domesticación. Para que el ser humano se volviera sedentario, fue necesario que hiciera de su casa una especie de ancla o lastre (una o ambas) y con la construcción de la casa comenhistorias de madrugada 5


Raquel Olvera

zó la historia de su amansamiento. Y desde entonces, aún en los paseos en el exterior lleva su «casa a cuestas»[2]. Adentrándose en la reflexión, Mónica Muñoz se asoma a la huella que los seres humanos dejan sobre el planeta de los que resultan grafías inconfundibles de la presencia humana que pueden apreciarse desde el espacio con cámaras fotográficas de mediana o mayor resolución. Desde los dibujos que producen las parcelas en los sembradíos, hasta las caprichosas geometrías de las ciudades nocturnas acentuadas con el sistema de alumbrado. En sus grabados, aún cuando cite espacios que desde hace algunos

años remiten inmediatamente a la idea del nolugar[3], Mónica Muñoz va más allá de esas referencias para enfocarse en el dibujo que, al vivir, losseres humanos van dejando sobre el planeta. Pero a Mónica no le interesa sólo el dibujo como un efecto visual. Le interesa lo que cada cuadrito, cada mancha, cada punto representa en el cuadro. El dibujo como un índice de la vida. Una de las preocupaciones de Mónica es la soledad de las masas que tan bien retratan películas como Tiempos modernos Chaplin o Metrópolis Fritz Lang. El lugar común con ellas es la repetición de moldes como representación de la despersonaliza -

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Raquel Olvera

ción y la soledad. Su propuesta resalta dos gestos: por un lado la repetición, y por otro la huella que deja como resultado esa repetición. Su formación como grabadora la lleva a la gráfica, pero es notorio que su obra no se queda en la bidimensionalidad pues ésta ya no lealcanza. Sin abandonar el tórculo ni la tinta, realiza sus impresiones pensando en llevarlas a la tridimensionalidad y presentarlas

como instalaciones. Mónica Muñoz es una de las propuesta de instalación gráfica más interesantes que hay en este momento en Puebla y sus exploraciones apuntan en varías direcciones sugestivas con una coherencia propia de la investigación.

[1] Sloterdijk Peter, Normas para el parque humano, Una respuesta a la 'Carta sobre el humanismo' de Heidegger; Madrid, 2003 [2] ídem [3] "Si un lugar puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un [no lugar]." Sobremodernidad. Del mundo de hoy al mundo de mañana. Marc Augé.

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Mahra Ramos

Cartier

Bajo su hermoso Cartier oculta el hartazgo de ser ella, de viajar por el mundo de cuidar de su hijo. El cabello rubio, la piel blanca, el apellido noble se reducen a la cicatriz en su muñeca. Ella sabe que sufrir es lo único que la mantiene de pie. Me abraza como si nos conociéramos, pero yo no conozco a nadie, menos a mí misma. Toco su corazón con mi mirada, piensa que no entiendo nada, la muerte ahora es lejana, ha dejado heridas en mí, en las venas de mi madre. Desearía no saber del horror de la tristeza. Quisiera en verdad, poder quedarme callada mientras le coloco nuevamente su hermoso Cartier. Pero eso no pasa, y balbuceo consuelos, recurro a mis recuerdos, ahí están las cicatrices. Pero ella no escucha: se recupera en cuanto se limpia el rímel corrido, y arroja la bocanada de humo. Luego baila. Yo soy otra, no quiero reponerme ahora, busco los labios cercanos, los brazos próximos. Mientras amanece en jueves. historias de madrugada 9


Sobre los ensamblajes de aurena

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Blas Galindo

Los géneros del arte-objeto y del ensamblaje constituyen dos de las aportaciones de mayor trascendencia que los artistas del siglo que está por finalizar han hecho al desarrollo de la cultura artística mundial; ambos forman parte de ese gran rubro denominado de la tridimensionalidad postescultórica -esto es, de aquel cuyos procesos de producción son constructivos- y cuentan con una amplia vigencia. Dicha vigencia deriva, por una parte, de la certeza de que los géneros tradicionales carecen de la función social que tuvieron en el pasado y, por la otra de la evidencia de que es cada vez más limitado el alcance demográfico de las acciones de divulgación de los ejemplos de los géneros ortodoxos -hecho sin lugar a dudas paradójico si se tiene presente que las posibilidades de difusión masiva propias de nuestro tiempo son cada vez más amplias-; el cultivo del arte-objeto y del ensamblaje proviene, en suma, del hecho de que ante la situación descrita con respecto a las artes visuales, no caben sino dos vías preponderantes -además del cultivo exclusivo de los géneros del pasado-: una lo es la fusión no sólo genérica sino sistemática que implica el arte-objeto (cuyos productos son casi siempre utilitarios o, al menos, potencialmente usables ), y

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Blas Galindo

la otra la constituye la práctica de géneros recientes que, aunque derivados de los tradicionales -como lo es el caso del ensamblaje-, permiten un mayor número de opciones artísticas y propician la interacción con otros géneros, incluidos los tradicionales. Los ensamblajes (surgidos en 1914 y, por lo tanto, vanguardistas) son derivaciones tridimensionales del collage e históricamente son antecesores del montaje, la instalación y la ambientación neovanguardista (y sobre todo de las del arte pop), de ahí que sea coherente al hecho de que un autor de la postvanguardia como lo es Jaurena conserve el interés de cultivar el género del arte del ensamblaje, sobre todo si se recuerda que la génesis de la corriente postvanguardista se encuentra en el pop. Los ensamblajes que ahora exhibe este artista son

relevantes, como ya se dijo, por su pertinencia genérica tanto como por su coherencia histórica, pero lo son asimismo por su eficacia expresiva, por su tratamiento temático y por sus aciertos formales y técnicos. En cuanto al aspecto expresivo, cabe ser destacada la alta capacidad para impactar con la que cuentan las pie se considera el amplio espectro de variables de la actual oferta cultural-; los suyos son trabajos que asombran a los públicos debido a que contienen, de manera simultánea, categorías estéticas diversas (como las de lo trascendente, lo típico, lo terrorífico, lo sentimental, lo sensual, lo sarcástico, lo precario, lo placentero, lo grandioso, lo dramático, lo cursi y lo brutal, por mencionar las más evidentes). En lo que concierne al aspecto temático, y en lugar de describir historias de madrugada 11


Blas Galindo

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Blas Galindo

llanamente los asuntos de sus piezas ( el poder, la identidad nacional o los hábitos y costumbres extendidas en nuestro medio, por ejemplo), cabe señalar que las obras de Jaurena destacan por que presentan tratamientos temáticos -esto es, enfoques sobre sus motivos principales- que son profundos y persuasivos, a la vez que nada complacientes. Con respecto a lo meramente artístico, finalmente, es preciso subrayar que en las piezas que exhibe Jaurena es posible hallar constantes estilísticas decididas, soluciones formales de sustento cromático, estructural o lumínico, un manejo del acervo técnico que es audaz, un uso de los materiales, y también acomodos plenos de tensiones y de contrastes complementarios.

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Edgard Artaud

El cine

Con la vejez su capacidad de imaginar quedó disminuida tampoco podía estar despierto parecía normal desde pequeño descubrió el cine pero detestó las películas que veía en los Cines así que decidió imaginar forzaba su cerebro filmaba con el pensamiento introspectivo adoptaba todos los roles incluso actriz de reparto era parte de la decoración así transcurrió su vida filmaba y sonreía incendiaba sus neuronas imaginando películas y por eso terminó aquí en un asilo para discapacitados mentales.

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ki

K i V I C t O R I E U x fb


Todo sobre la mesa* Candelaria Ramales

SIEMPRE HE TENIDO UNA DUDA, ¿POR QUÉ CADA VEZ QUE DIGO INVITA A UNA MUJER A CASA, APARECEN LOS PRESERVATIVOS EN EL CESTO DE BASURA DE LA COCINA? NUNCA LE HE PREGUNTADO PORQUE SEGURO ME VA A DECIR QUE ESO A MÍ QUE ME IMPORTA, Y ENTONCES PENSARÁ QUE TENGO ALGÚN INTERÉS EN ÉL, Y NO ES ASÍ. Pero por qué no va a satisfacer a sus amigas en la cama. No creo que sea de esas personas a las que les excite ser sorprendidos en el acto , ¿ o sí? Es una suposición mía bastante absurda quizás, pero no encuentro algo mejor para explicármelo. Esta semana aparecieron tres días seguidos las pruebas de que Diego seguía haciendo sus cosas en la cocina. En la mañana me quedé mirando detenidamente el cesto. Seguía usando la misma marca de condones. ¿Cuántos había usado esta vez? ¿Uno? ¿Dos? ¿Tres?... Diego entró a la cocina, me hice la que no estaba viendo nada y le ofrecí un licuado de plátano. -¿Tú sabes qué le pasó a la mesa?- Sólo me dijo eso con los brazos cruzados y esa cara que pone cuando algo le pasó a sus muebles. -No sé, orita veo. -Le dejé un vaso con licuado. No quería comenzar el disgusto, menos por un mueble. En realidad nunca peleamos, sólo hay dos cosas que no soporta, oírme hablar con diminutivos, y que sea descuidada con su mesa, que si bien sé, le costó una fortuna. Vivir con él me enseñó que los muebles de algarrobo son caros, muy caros. Nada me ha que dado tan claro como eso. Me lo repite a cada rato; cuando saca su mantel blanco de cuadritos azules, enseguida de éste vienen unos tapetes de plástico, luego unas tablitas de madera corriente (porque si fuera fina, seguro que éstas les pondría otro mantel) y después de toda esa armadura, por fin vienen los platos. Cada tercer día le pasa un trapo con cera y deja brillosa, brillosa. Ah, además me lo dice con palabras. -Esa mesa me costó un ojo de la cara. En su ausencia yo sigo esos pasos para cuidar la mesa, pero a veces prefiero comer con el plato sobre las piernas y el vaso de agua lo pongo en el piso. Me da mucha flojera hacer todo ese ritual. Diego me dejó el vaso lleno de licuado. Me lo tomé yo mientras fui a ver lo que le había pasado a la esa. Nada grave, sólo estaba manchada con un poco de cenizas de cigarro. Ni él ni yo fumábamos, y la última persona que prendió cigarros en casa fue Betina.


A M

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Raquel Olvera


Candelaria Ramales

La única novia formal que él había tenido desde hace mucho tiempo. Y que yo sepa, ella hace tiempo que no viene a casa, y qué bueno. No eran celos los que sentía por ella, era porque me caía mal de por sí. Nunca supe bien por qué terminaron. Lo que sí sé es que la ama mucho, que tiene cara de zonza y que eso no importa tanto porque su cuerpo lo justifica todo. Eso del cuerpo lo supe porque después de mucho tiempo le confesé a Diego que siempre le vi cara de zonza y él la defendió enseñándome un disco de fotos que tenía de ella semidesnuda, sólo cono una tanga amarilla. Yo no quería enterarme de tanto detalles, pero me dio curiosidad. Por esos días yo entré en un dilema: voy al gimnasio, o de plano me olvido de tener un cuerpo de esos. Me compré una bicicleta. Ir al gimnasio implicaba dinero y tiempo, y eso no lo tenía, de lo que sí estaba completamente segura era de querer tener unas piernas como las de Betina, y no porque él me interesara, sino porque en verdad, he de confesarlo, sus piernas me causaron envidia. Entendí entonces que las demás, aunque no tenían una cara que invitara al placer, con un par de prendas menos despertaban el deseo. Porque sólo así me explico su afición a traer mujeres de caras fatales a casa. Mary, por ejemplo, tiene 28 años pero su cara es de una vieja de 38, viuda y maltratada por su difunto marido. Cuando la conocí le dije a él: ésa parece tu tía. Y de Estefanía le comenté que parecía la tía de su tía, y de Noelia, aunque no se veía tan traqueteada, le dije que tenía cara de puta. AA esto, él replicó: a veces a los hombres nos gusta que las mujeres tengan cada de puta. Y me dejó parada como siempre, pensando si yo tendría de algo de eso. Si lo que Diego había dicho es cierto, ya sabía la razón del porqué no tengo novio desde los 18. Tal vez deba empezar por depilarme las cejas, y ensayar enfrente l espejo la manera ideal de alzar una sin que parezca pretencioso. Ponerme un arete en el labio, o pintármelo de rojo, no sé, algo para que digan: esa mujer, tiene cara de puta…. (fragmento) *EL TEXTOFORMA PARTE DEL LIBRO “ BEFRENIA “ PUBLICADO POR LA FUNDACIÓN ALFREDO HARP HELÚ, Y PROMOVIDO POR EL TALLER DE NARRATIVA DE LA BIBLIOTECA ANDRÉS HENESTROSA historias de madrugada 18


La dragamina* César Rito Salinas

Así quisiera yo mi último poema Manuel Bandeira

Mi novia terminaba sus quehaceres y venía al morro a mirar el mar. Así todas las tardes, desde el primer día que llegó a Cedros. Un lunes me encontró metido entre la línea de flotación y el chinchorro; una pena yo, ni el mar me quería. No llevaba más que mis pantalones cortos llenos de anzuelos y mi aguja de remendar. Saludó mi marinería con la mano junto a su rostro y yo saludé la pañoleta roja de sus cabellos. Conmigo conoció nuestra calle. Caminamos juntos frente a los aparadores de las tiendas, vimos los electrodomésticos, las salas para el hogar. Conocí su cuarto, su callejón. Vinieron las temperaturas altas, las temperaturas bajas, el año con su aguacero de diciembre. Yo andaba pegado a ella y a mi aguja de remendar. Pero un día me dijo adiós. Me voy, dijo. Gracias, repetía frente a mi cara. Gracias, frente a mis manos que no pudieron retenerla. Gracias, junto a mi cuerpo solo. Se fue. Hasta luego, muchas gracias. Agarró sus cosas, la bolsa de dormir, sus vestidos. La pañoleta roja, el cepillo para sus cabellos. Me dejó la cabeza llena de estufas, televisores, una cama. Un día llegó la dragamina, ella se fue con un oficial de cubierta. Por algún puerto la podrán ver, tiene los dientes parejos, la cara redonda y la planta de sus pies busca siempre meterse en la arena húmeda, tibia.  La Dragamina, pertenece al recuento de poemas 1989-20116, El regreso a Parián, de César Rito Salinas de próxima aparición en Editorial Fides.

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Enrique G. Gallegos

La imagen sabe A licor de zarzamora, -invariable, Meras palabras De fondo frutales; AquĂ­ y ahora, No mĂĄs; Sola imagen del ordenador Gajos virtuales De naranja, InsĂ­pidos Inodoros Mandarina digitalizada mmmsabeee

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A

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B

re

C

r áza t r o

Omar Fabián

Acercarse a Cortázar resulta entrar a un refugio dentro de las letras clásicas. Cortázar es un escritor lleno de quicios en donde detener la lectura y pensar un momento en lo que se puede hacer a través de las letras. Mi experiencia personal con Cortázar ha sido una paliza a mis anhelos como escritor. Si crees que eres buen escritor y que estas descubriendo nuevas formas de manejar el lenguaje, tienes que leer a Cortázar. No quiero decir que ha puesto los límites dentro de la narrativo, pero sí que sus aportaciones han sido valoradas con justa razón. Quién fue Cortázar, tal vez ni siquiera él mismo podría responder a esta pregunta. Al parecer siempre hubo en él una búsqueda por el otro yo, el que siempre nos persigue aunque no lo vemos de forma cierta, sólo en momentos de serenidad, escuchamos su voz doliente llamándonos y creyendo que aún es tiempo de considerar otras vías de escape. Cortázar intenta decirnos algo en su obra, una forma de agregar una palmada en la existencia de los hombres. Justo no es luchar por lo perdido sin remedio, sino por lo que se ha perdido pero que aún existe. Historias de Cronopios y de Famas, es la obra, a mi parecer, mas sincera de Cortázar. Una contestación dura e iracunda a la realidad. Que sentido tiene hablar si no podemos alejarnos a nuestro antojo de lo que somos. Las palabras que tanto han preocupado a la raza humana se vuelven un lastre para la existencia.

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Sujetos a las palabras los hombres tienen que hacer uso de ellas para expresar todo, incluso aquello que no desean. La mente se desenvuelve en un paisaje de palabras e imágenes que no podríamos llamarlos sin el prodigio de las palabras. Cortázar no habla, y nos muestra la única valía de ellas: salir de la realidad desde aquello que la cerca. Historia de Cronopios y de Famas, traza el otro lado del espejo, parafraseando a Lewis, que hubo en la habitación interior del escritor. Estos seres verdes que viven asechados de una forma bastante endeble por los fama y batallando siempre con el carácter incierto de las esperanzas, son el boceto del escritor para explicar el por qué de su mirada perdida y firme en el más allá de los objetos. Quién podría decir que las preocupaciones de Cortázar fueron otras, que las de internarse en ese bosque de la mente razado por lo que no podemos llamarlo de otra forma que realidad. Es imperioso reconocer el alcance de su creación y dedicarle una mente niña para leerle. El hombre se acuesta solo por la noche y bajo las sábanas a oscuras comienza a hablar consigo mismo. Su nombre flota en ese espacio negro que se abre delante suyo y responde desde sí mismo como intentando imitar la voz de un libro. Aquello que se levanta entre la vigilia y el sueño es un cronopio agotado de esconderse. De su familia y su vida no voy a hablar, en primera porque me ha parecido siempre un atropello y una forma de enturbiar un primer acercamiento a la obra de un autor. En segundo lugar, no sé mucho de ella y no me interesa.

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POlar

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Jesús Capaverde (el seis)

Soy un tipo extraño, vesánico; me confieso partidario de la frenología. Además siempre he considerado un hombre “precursor” a Franz Joseph Gall, de la conducta humana, de sus múltiples funciones, y maravillosas problemáticas. Un “elegido” para buscar entre los “castillos de la ciencia”, la escalera “escondida”, que sin duda, nos llevará al conocimiento de la complicada mente. Aunque me gustaría añadir en este espacio que, Gall, tiene o presenta ciertos rasgos específicos (fácil de localizar) en su testa, que lo ponen como una evidente víctima de una terrible enfermedad mental. Y además presenta algunas protuberancias craneales, y las medidas topográficas de su cerebro (según un estudio realizado por el que escribe), son por mucho las de un ser enfermizo y mórbido. Estaba “bendecido” por un tipo de demencia, que hace “pensar” a quien la padece: que él es un ente sano y brillante e intelectual. Las teorías “poéticas” de Jung, me siguen causando un interés desmedido. Hasta he considerado su trabajo más relacionado con la liturgia del arte, que con el conocimiento de la razón humana. Su veneración por la literatura budista y védica, es para él hasta una forma especial de religión, salvadora del “alma” personal y colectiva de Occidente. Es un buscador incansable (tenaz), que se sumerge en la aguas cristalinas (“sacrosantas”) de Buda, Brahma, Vishnú, Kali, Rama, y demás, (corrientes orientales). Donde cree encontrar: una sanidad mental (“eterna”), llena de mantras, yoga, que puedan llevar al hombre si no a la “iluminación”; si cuando menos, a la “normalidad” psicológica.

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Jesús Capaverde (el seis)

cualquiera de los libros del insigne “padre” de la psiquiatría moderna. Desconfío de los nuevos teóricos del psicoanálisis, de sus métodos inconclusos, y hasta de su capacidad personal, para llevar a cabo semejante empresa. También señalaré que han perdido su alma “artística”, y se ahogan en el mar del eclecticismo. La mayoría no se atreve o no puede realizar un trabajo “completo” o general de la psique, con los riesgos que esto implica. Seres amorfos que no se aventuran (o se comprometen) de forma seria y formal, a buscar otros caminos, otras vías, para rescatar la salud del “espíritu”, “alma”, que se encuentra atrapada en la celda de la sin razón. Tengo una tendencia (agrado) clara y precisa por ciertas etapas específicas de la “maldita y/o bendita” antigüedad. Además me intereso (de sobremanera) por algunas circunstancias de los individuos, donde éstos, se encuentran atrapados en su mayoría… en el siguiente status: La locura funcional; y por una selecta minoría, que ha sido “iluminada”, por eso que llaman la demencia, desvarío, delirio, y hasta han llegado a recurrir (para señalarlos) a la expresión cruel y despiadada: Vesania. Yo soy un claro ejemplo de un desquiciado, muchos “estudiosos” de mi conducta me han diagnosticado con este título y algunos con epítetos de mayor “relevancia”. Mis gustos son de un orden exquisito y hasta “espiritual”. Nunca podré olvidar los cinturones de castidad (“objeto moral”); que algunos hombres utilizaban para dejar en buen resguardo a sus mujeres, para que no fuesen presa de los “abomínales” celos y la desconfianza. Individuos que tenían que partir a un viaje de negocios; o ser partícipes de alguna guerra necesaria (inevitable); o realizar un “vuelo” psicológico, hacia el “país abstracto” de la preocupación marital, y convertirse en víctimas del amor desmedido, patológico. Aunque a mí me interesa como objeto de placer, me levanta las más bellas pasiones, y los sentimientos más mórbidos. Considero a estas damas “sometidas”: unas golfas involuntarias, que hacían maravillas con sus manos, con sus cálidas bocas, con sus eróticos anos, y con esos pechos henchidos del máximo placer… Lo que menos importaba era la famosa llave o los servicios del cerrajero. Todo era un ritual de sexualidad incomparable….

este relato

continúa en historias de madrugada núm 14


Yendi Ramos

II

Tomar al aire preso, recordarle que lo olvidamos al respirar es necesario roncar todos los dĂ­as hasta el otro dĂ­a para saberlo entre el pecho. Lo vaciaremos de pĂĄjaros, hay que tumbar los muros para construirle una casa. Porque el aliento no basta Tama, tenemos escarcha en la lengua todo el tiempo y lo deshace en palabras.

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Braulio Aguilar Orihuela

De “diálogo con los espejos” ↨

- ¿A qué estás jugando? - A encontrar la salida de este laberinto. - ¿Quién gana en el juego? - Quien sale primero y despierta a sus compañeros... (el truco es atravesar los espejos...) - Calla y sigue jugando. - Toc Toc - ¿Quién es? - El reflejo de un sueño... - ¿Qué busca? - No busco, ya encontré... - Entonces, ¿qué quiere? - Regresar al sueño.

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bo um al olvido

Juan Beat Ilustraciones: Javier Molinero

r Siempre he huido de la palabra redimir, y curiosamente ahora que he tenido tiempo de hacer flash backs de mi vida “amorosa”, me doy cuenta que , todas las mujeres que han pasado a mi lado algo significativo se han redimido; sus vidas se convirtieron en algo normal, se buscaron un buen tipo, se casaron, tuvieron hijos, sus trabajos las convirtieron en cyborgs, y toda la mala y enloquecida influencia que yo les compartía, la mandaron a la mierda… afortunadamente. No creo que sea casualidad que hasta la mujer más ebria, adicta, deprimida, haya encontrado la paz al no estar conmigo; antes no lo entendía, para mi era una afrenta y aunque si “nos hemos usado” para diferentes propósitos, en el caso de ellas, la mayoría no me necesitaban para “el amor”; yo me convertía en un especie de weirdo que más o menos les entendía, que más o menos me las follaba, que más o menos las hacía que dejaran de lado por instantes su sombrío ser. No es malo ser sombrío, yo también lo soy, pero no escondo mis más profundas debilidades, mis rencores y odios, mis manías, mi fraudulenta sapiencia; realmente no se nada, aunque la verborrea me ha servido, no conozco más que fracaso tras fracaso, en ese sentido si nunca he mentido: se que soy un perdedor y como tal comporto… y nada de pensar en redimirme. historias de madrugada 27


Y no se puede estar con un perdedor, por más que fluya “el amor”, “la costumbre”, el simple hecho de la inercia afectiva; no suelo dar paz a ninguna mujer. Siempre estoy en guerra, sospechando del prójimo, del que no conozco y un poco del que si; aunque suelo ser confiado con mi gente cercana, tengo amigos y amigas de más de 20 años, son mis incondicionales, no hace falta decirlo, ell@s lo saben. Y no solo no les doy paz, soy como un ente del bajo astral que se apodera de repente de ellas, con mis malas influencias de todo, malos hábitos, malas decisiones… nunca es mi intención, pero destrozo a cada mujer que me da su confianza. Una vez más me dijeron que la vida se me va ya, y no soy nada, no tengo un patrimonio, ni si quiera se como sobrevivir, y quizá sea porque cuando me di cuenta que no me gustaba estar en este tiempo/espacio fue a temprana edad, y aunque luché intentando ser una persona ejemplar, terminé derrotándome. Ahora ya es tarde para arrepentirme de llegar a los 40… “que la vida se vaya, que tome el rumbo del olvido”, pero nunca pensaría en redimirme.

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un

L

es Alejandra Ariel

Clara se despierta 5:40 de la mañana. Incorpora su cuerpo de manera lenta y se mira unos instantes al espejo, después se desnuda. Dobla el pijama que aún conserva temperatura tibia y olor a cama. Se envuelve en una toalla y avanza hacia la ducha, a su paso, Gato le ronronea cerca de los pies. Gotas de agua van humedeciendo su cabello, siguen su camino resbalando por todo su cuerpo hasta que se forma el río que entre jabón, pelos y mugre, que se traga la coladera. Apresura a tallar codos, rodillas y al final cuello, para sus pies utiliza un estropajo y jabón diferente. Lava su cabello dos veces. Siempre ha sido muy estricta con el aseo personal. Es lunes y toca ir al supermercado a comprar todo lo que hace falta en casa para conservar el higiene necesario que precisan ella y Gato. Cloro, desinfectante multiusos, toallitas desinfectantes, antibacterial en spray, guantes desechables, trapos nuevos para limpiar cocina y muebles, un shampoo para mascotas nuevo – el que compró el lunes pasado no la convence de que Gato quede totalmente limpio, si éste no funciona, no sabe lo que hará pues ha probado todos los que ofrece el veterinario ya también- tal vez sea necesario comprar de una vez detergente para historias de madrugada 29


Alejandra Ariel

trastes y para ropa, mejor prevenir a que haga falta. Clara apresura a beber un té y pan tostado, no quiere retrasar las compras, el súper abrirá pronto. 7:55 am las cortinas metálicas empiezan a levantarse, ella es la primera clienta cada lunes en entrar al SúperChe. Piensa si continuar con la misma marca de cloro o darle una oportunidad a una nueva. Debió meditar eso antes de dormir el domingo, ese tipo de decisiones no pueden ser tomadas a la ligera ni de un momento a otro. Le comienzan a sudar las manos: no hay nada que la emocione más que acercarse al área de productos de limpieza, el olor penetrante a jabón se puede distinguir dos pasillos antes. 8. 45 am y aún no sabe si optar por el cloro de envase verde o el blanco del lunes pasado. 9.30 am por fin decide, llevará los dos cloros. Para las 10.12 de la mañana ha vuelto a casa. Saluda a Gato y le cuenta que ha vuelto mejor provista de productos de limpieza y que deberán investigar cómo comprar por internet algún shampoo que le ayude a oler mejor, pues no confía en el que ha traído esta vez tampoco.

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Alejandra Ariel

Guantes en manos, delantal atado, cabello recogido y Gato a un lado, Clara comienza a destapar los productos, uno a uno, delicada y sutilmente, llena de paz y con una sonrisita tenue, como si estuviera acariciando a un bebé dormido o tocando las teclas de un piano. Clara emplea todo el día limpiando su pequeño departamento, hace mezclas con toda la variedad de marcas de cloros, desinfectantes y jabones. Cada que aspira el olor de alguna de sus mezclas, siente reconfortado el espíritu, se siente a salvo. Para las 11 de la noche, ha dejado cada rincón desinfectado y puro. Las sábanas, cobijas y manteles cuelgan del tendedero pulcros, el viento veraniego agita las telas dándoles un aspecto de sacralidad. Mareada ya por una jornada larga de aspirar gases químicos, decide terminar el día, mañana quedan ropas por lavar, esquinas por limpiar, objetos que desinfectar. Peina y ata su cabello, cepilla sus dientes varios minutos, lava su cara con jabón neutro un par de veces. 11.55 pm, le lanza a Gato un “hasta mañana” y cae rendida a soñar que se aproxima al pasillo de detergentes.

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Como evidencia de las riquezas (físicas/metafísicas) que ofrecen las costas oaxaqueñas surgió, en años recientes, una revista tan exuberante y abigarrada de creatividad . Signada, más que nombrada, como reza el singular conjuro: Rrapala. Rrapala fue vista y leída con avidez, muestra de que su excelente factura no podía pasar desapercibida por los mundos literarios donde circula. También se le vio por Guadalajara, DF o Cuba y otros lares del cono Sur. Aquí una mínima muestra de su sazonada gráfica literaria.


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Ivonne Sáenz

Viento El olmo parece estar marchito El olmo marchito ha dejado su huella en mi sed; Si yo fuera río caminaría hasta encontrar sus simientes Prófugos haca el edén de su memoria Si yo fuera río Arrullaría con el canto de mis besos La equidistante fortuna de nuestra desnudez Pero no lo soy. Soy aquel que ha deshojado: Pétalo A Pétalo Su vestidura de otoño. Aquel que descubra Envuelta en su rabia. La proeza disfrazada de amante Para seducir sus raíces al vientre de mi arrullo Eso soy: la incertidumbre de un final inesperado.

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Reto Morger

I

Me hundo en mi egoísmo Y tras la puerta me aislo, me torturo, me castigo dejando rastros de mi hambre años de acoso, intentos de suicidio Petrificado el vientre y vacío

II

Soy un animal muerto, podrido. En la ceguera del placer malsano, habito lo prohibido, sino estuviera muerto traería mi infierno interior Y haría del crimen un poema.

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Clyo Mendoza Herrera

3

Nuestro dolor se ofrece generación tras generación tu nombre sigue siendo la ruta de niña lo supe jamás sería seno floreado y pedí el fin con la boca llena de dulce de la mañana oscura de mi vientre tu sangre fue revelada en sus colores más puros Enfrenté la culpa de nacer tu sangre es sudor de la mujer prístina caudal espeso en que me doblo contigo al borde

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Clyo Mendoza Herrera

4

En mis sueños volaron pájaros para atizar el fuego en tu mano tus ojos elevan la claridad de la llama No sé de dónde viene tu voz cuando duermes pero me acerco a ella para que me salve me limpie y yo tome la forma de tu ruido Temprano caminaremos sobre cientos de aves alas abiertas últimos cantos

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Habitación al mar Habitación al mar Habitación al mar Habitación al mar Ángel Morales Mientras se cala los jeans sobre la piel todavía húmeda, en el mundo circular, tras el muro invisible pero sólido, el pez la observa… Jorge Esquinca

(los ques y creos) De todos los peces, y quizá de todos los animales, el más agresivo es el pez beta. No pueden estar dos juntos bajo ninguna circunstancia o de lo contrario una batalla encolerizada se presentará en el instante. Pero Mildred, incluso a este sádico animal, se atrevió a llamarlo: Betito. Ahora que alimento a mi pez no puedo evitar pensar en ella y me parece ridículo que aún sienta nostalgia por esos días en los que fui guapo. Acababa de cumplir quince años y la lucha por ser popular era difícil; algunos se hicieron una perforación, los más atrevidos un tatuaje y yo decidí que era el momento de ir al gimnasio. No faltaba ningún día y además entrenaba basquetbol en la escuela. Los músculos no tardaron en marcarse pero no crecían. Por eso comencé la dieta: comía cuatro veces y tomaba malteadas. En poco tiempo subí algunos kilos y pasaba varios minutos frente al espejo comparándome con chicos de revistas. Decidí entonces trabajar el abdomen, comencé con series de cien y luego utilicé discos de diez kilos para obtener volumen. Entre más resultados veía, más me motivaba. Llegaba a la escuela haciéndome el desentendido de mis músculos, a pesar de que usaba playeras pegadas o sin mangas y sabía que muchos me observaban. Por imitarme, historias de madrugada 39


Angel Morales

otros chicos del colegio comenzaron a inscribirse en el gimnasio y su presencia me molestó. Decidí cambiarme. Asistí a un lugar que me quedaba más cerca, debía ir caminando y la mejor forma de cortar camino era por las vías del tren. Atravesaba una calle semivacía, con árboles grandes que tapaban las luces y provocaban un tono anaranjado en los faros, como melancólico. Frente a una casa aislada alcé la vista y vi a una mujer hablando por teléfono, su cabello era rojo y las puntas apenas tocaban sus hombros. Desde la distancia era difícil calcular su estatura y su rostro no lo alcancé a distinguir. Seguí hacia el gimnasio y entre serie y serie, entre respiro y suspiro, conjeturaba sobre quién era ella. Deduje que acababa de llegar al fraccionamiento por eso no la conocía, era más grande que yo y por la ubicación de su casa no debía tener amigos. Coincidimos algunas veces, cuando regresaba la veía sentada sobre un tronco en la banqueta, fumando. Los días que siguieron apresuré mi rutina para pasar a la misma hora por su casa. El fin de semana pensé en miles de cosas que le diría en nuestro próximo encuentro. Afortunadamente no hubo necesidad, de regreso del gimnasio ella me habló y me pidió ayuda. La esperé frente a su puerta y cuando volvió a aparecer tenía un foco de luz y una silla. Pero no entraré en los pormenores. En medio de la conversación le pregunté si no le daba miedo vivir en esa calle tan solitaria y la plática fluyó. Cualquiera que haya tenido éxito en su primer intento con una chica bella seguramente sabe lo que sentí a mis quince años. Mildred no necesitó preguntarme mi edad porque la imaginaba. Supongo que ella rondaba los veinticinco, no lo supe con exactitud, ni eso ni el porqué de su acento extraño ni tampoco dónde estaba su familia. Jamás tuvimos una cita, no fuimos al cine o por un café y no caminamos siquiera por las calles. Sólo hablábamos afuera de su casa. Era todo. No intenté seducirla porque el chico con músculos era yo y podía cotizarme cuanto quisiera. Después de largas charlas me invitó a pasar a su casa y lo sentí como un gran logro. historias de madrugada 40


De todas formas seguía sin hacer nada, esperaba que ella diera el primer paso. De charlar en la sala nos cambiamos a su cuarto para ver películas y ése fue mi segundo logro. Cuando veíamos alguna escena erótica me colocaba una almohada en la entrepierna sin que ella lo notara. A esa edad todo el tiempo tenía erecciones y más cuando Mildred usaba short o falda. Y con mi pants era difícil disimularlo, por eso permanecía sentado la mayor parte del tiempo. En una ocasión ella tendería la cama y por mi erección no quise levantarme. Como pretexto argumenté que había ejercitado las piernas y me era imposible alzar un dedo. Fingí hacer un intento y me acosté boca abajo. Luego sentí las cobijas y la almohada en la espalda. Abrí los ojos y todo estaba oscuro. Por alguna razón Mildred se acostó como si no estuviera y el peso de su cuerpo lo sentí sobre el mío. Giré para abrazarla como en un juego y al quitarme la cobija comenzamos a besarnos. Aunque era lo que había esperado, estaba nervioso, muy nervioso, no porque fuera a tener sexo, antes ya lo había hecho en dos ocasiones. La primera vez estaba desnudo sobre mi compañera pero no logré encontrar su sexo, mejor dicho, no le atiné; en mi defensa puedo decir que conté con poco tiempo porque estuvieron a punto de sorprendernos; en otra ocasión recuerdo haber estado unos cuantos segundos encima de otra amiga y al terminar le mordí el labio, hasta creo haberle sacado un poco de sangre. De esas malas experiencias nacía mi temor, para una mujer como ella necesitaba durar varios minutos, por lo menos. Entre quererme contener y estar nervioso ocurrió lo peor. Me justifiqué diciendo que quizá era porque toda la sangre se me había ido a las piernas por el ejercicio y tardaría un poco en subir. Mildred sólo sonrió y fue a alimentar a Betito. Como ya no tenía la erección, me levanté y comencé a esculcar en sus libros. En esa época no había leído ninguno y no me interesaban, sólo buscaba hacer tiempo. Al verme frente a su librero ella tomó un libro y leyó un verso que me pareció aburridísimo. Decidí besarla para que se callara. Estando de pie comencé a desnudarla y luego la arrastré otra vez hasta la cama. En un segundo me desprendí del pants y cuando nos acostamos escuché un pequeño gemido. Eureka, pensé… (continúa)

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Óscar Sandoval

Hoy tengo la dulce tristeza de los robots hermanos míos mis androides cyborgs drogadictos del Smartphone los amo con todo el esqueleto con todo el logaritmo de mi computadora guerreros del Facebook sexys del photoshop los amo bailando el vals con la quinceañera más fea del universo los amo con toda mi personalidad múltiple soy el novio de Caperucita Roja soy el lobo de caperucita roja soy caperucita roja siendo devorada por el lobo soy la niña frígida el poeta hermafrodita la flor esperpento de la galaxia en el universo paralelo hermosa camelia láctea bienvenidos al Freak Show mira AQUÍ a la víbora de dos cabezas mira AHÍ al minotauro ejecutado mira a Teseo el asesino mira a Teseo el asesino mira a Teseo el asesino mira a Teseo el asesino yo derroté al minotauro yo salí de un laberinto yo miré a Medusa yo soy Perseo Ella dijo tu corazón será de piedra Y edificios emergieron de las arterias del metro La línea dos conduce al infinito Y yo me electrocuté en las vías La línea dos conduce a Taxqueña La línea dos conduce a Cuatro Caminos historias de madrugada 42


fan zine

narrativa y poesĂ­a como saetas. visuales para el

insomnio


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