FANZINE NuM. 15, EJEMPLAR 16 / enero - marzo 2018 - http://historias-de-madrugada.blogspot.mx
Natalia Toledo - Bruno Rodz - Clyo Mendoza - Edgard Artaud - Alejandra Cruz - Enrique G. Gallegos - Yeni Rueda Juan Beat - Carlos Ramírez Sorroza - Óscar Sandoval - José Capaverde (el seis) - Naief Yehya - Israel García Reyes - Héctor Jardines -
narrativa y poesía como saetas. visuales para el insomnio
historias de madrugada
lista de remitidos y detenidos en la madrugada 16 imagen de portada y 4ª: arte urbano Editor / manager invitado: Bertrand Russell
Natalia Toledo ——- poemas Bruno Rodz —-- OAXACA MVSICAL Clyo Mendoza —- poemas Alejandra Cruz —- poema Enrique G. Gallegos — poema Yeni Rueda López —— Glauco 2,3/ V Carlos Ramírez Sorroza —— poema Juan Beat —— Dharma Óscar Sandoval —— poema José Capaverde (el seis) —— El viento trae un olor a muerte Edgard Artaud — poema Naief Yehya —- la pornografía de la porno Héctor Jardines —- poema Israel García Reyes —- Más muerto que vivo
colaboraciones, máximo: 3500caracteres@gmail.com
titiche de textos : Yahir Alonso Ortiz FANZINE NuM. 15, EJEMPLAR 16 / eNERO - maRzo 2018 AP. 1336, CP. 68000 - Oaxaca, Mexico.
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Natalia Toledo
Guendaró yaa Ná binni laanu´ "Nayeche zé´ guirá xixe ca nguiiu cá, nanda ti ludoo ere yannicabe zineca´ yuze ne bihui´´. Zizaca´ ziyeca´nisadxu´ni´bigaraagu´ ne cundubica´ gu´xhu´ guie´xhuuba´ lu bi. Laga zezacabe ne saa ti guie´ caguundu´ ndaani´ yoo cabeza guixhiicabe lucuá, cabeza gu´na´ lu ti lari quichi´balaana´xti´. Guichesa ndaani´ ti bixooñe´ guí sica ti mani beedxe´. Jñaa ne bixhoze cayeche purti cadale mani ndaani xle´ca´ purti xiñidxaapaca´ cusiroo ni guicaa xheela´ ca
La dote Dicen los del pueblo "Qué felices van esos hombres con una hilera de pollos sobre sus hombros, llevan bueyes y puercos". Caminan felices bebiendo raíz de coyol e impregnan de humo el jazmin del viento. Mientras caminan con la música, una flor marchita espera en casa ajena, aguarda a que le ciñan la cabeza para poder llorar su virginidad sobre un pañuelo blanco. Brincar el anillo de fuego como un tigre para devorar la función. Sus padres saltan de alegría porque hoy en su corral los animales se han multiplicado, su hija ha engordado los bienes que le serán dados a las esposas de sus hermanos
Natalia Toledo
Ba´tobi
Nexhu´ daapu´biruba xiña´, Nacu´ti guie´ biele gasi ne ti bicuini ná, tixho´cubi cayuu ndaaya´ra birá gueela´. Lexu cayé´niidxi sti´beeu naya´ni´ dxindxi. Guirá´niza cuyaa ne bi xti´yoo li´dxu´. Zedanda saa ne zuyaacabe ne xhelu´, rendu ti lariegeela´ne ca i´cu´ pora guiluxe saa: guirá´ni nari´ni´naguenda rirá. Napu´ndaani´ ladxido´lo´ ti guendaracaladxi´ caluxe ma´ qui zagui´tu´ buñega ne ca biza´nu´ ne ma qui zaba´quilu´ lari ndase bichonga ne dé quichi´ dxi gaca´nanda´lu´.
Tumba primera
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Duermes cubierta en tulipanes rojos, al cuerpo lo anestesia el honor. Eres una flor recién abierta con un meñique, un aroma nuevo se bautiza terminando la noche, el conejo bebe la leche de una luna trasparente, la milpa baila con el viento en tu casa. Llegará la música y bailarán con tu esposo, desde tu envoltura quieres que dé fin la fiesta: toda virginidad es efímera. En medio del corazón tienes un deseo que expira, jamás volverás a jugar con muñecas y jamás caminaras las calles en calzones almidonados cuando tengas calor.
En Historias de Madrugada inauguramos esta nueva sección, que tiene la intención de explorar casi bibliográficamente -pero no- la profunda musicología de nuestro estado vibrante. Sería por tanto correcto, iniciar de forma ascendente, de lo más reciente por sencillo y dejando para entregas posteriores aquellos grandísimos universos intrincados: Alcalá, Carrillo, Rasgado, Velásquez, etc... Más allá de Downs o Harp, o la reciente euforia por la visita de los Ángeles Azules a la Guelaguetza, que nos recuerdan las largas filas que se hicieron para dar el último adiós al finado Virgilio Ruiz García con su Banda Tierra Mojada allá en los cielos de Huayapam (X30).
Todas las bandas de la sierra, por supuesto Rubén Luengas y Pasatono Orquesta nos parecen de lo más estoico, consolidado y representativo dentro de la preservación de la música tradicional Oaxaqueña actualmente, sin dejar de lado la innovación, Kafka Ensamble, incluso el Duo Zapocelta al que se le ve frecuentemente tocar en las calles de esta hermosa ciudad tiene mucho que decir al respecto. ¿Acaso habrá alguien que a estas alturas no conozca a Valgur? Con raíces en la hermana república juchiteca, también la trova de Giovanni Gutiérrez o Fernando Amaya, Don Pepe Morales, El fresco jazz de La Séptima Standard, y todos los que rapean en su madre lengua. ¿Nunduva Yaa o La furia con Lujuria, de aquí en la capital Oaxacalifornia o el rock de Tsedek? Por la costa Zoque Lion, y específicamente en Huatulco, a donde esta vez venimos a investigar, debido a que desde hace años se está haciendo más y más popular este destino turístico, vaya que encontramos variedad: los excelentes jazzistas Agustin Wade y Judith Vera, Eusebio Villalobos, Proyecto Chacáh, el rock de Criminal Minds; y durante nuestra última noche en el paraíso, en un afortunado hallazgo de fiestita underground cerca de la playa, algo que nos hizo mover la pata duro sobre la pista de baile: la electrónica de Tzun Tzet. Aquí la primera de nuestras entrevistas a esos proyectos independientes que están amando el sonido en los oídos de nuestro estado.
Historias de Madrugada (HDM): Ayer pensábamos terminar nuestro viaje a Huatulco con una noche en la Papaya, pero una amiga que conocimos en Bahía Chahué nos dijo que si de verdad queríamos bailar y escuchar algo nuevo, nos invitaba a seguirla al T.I.H. -nos llevamos una grata sorpresa-. ¿Nos podrían explicar que era ese lugar oscuro donde estuvimos bailando anoche toda la noche? Había gente que gritaba que por favor le cortaran los pies por que ya no los aguantaban... Tzun Tzet (TZT): jaja, es que también se ponen a bailar descalzos sin parar como tu valedor. El T.I.H. (Taller de Innovación Huatulco) es nuestro espacio de trabajo, nuestro estudio de creación. En el se realizan diversos proyectos, como Tzun Tzet o Revista RRapala. Es una especie de bodega, ahí vivimos. Una vez al mes invitamos a nuestros amigos y hacemos una fiesta y tocamos hasta que los pies aguanten, principalmente música house y la música que estamos produciendo. (HDM): Anoche pasaron muchas cosas, mucha improvisación, muchos visuales, gente cayendo, pero sobre todo, mucho mucho baile; díganos ¿Que es Tzun Tzet? (TZT): Tzun Tzet nace como un proyecto musical entre Karina Lara (a.k.a. Karicia) y Bruno Rodz (a.k.a. Djuarez), con la idea de hacer un colectivo de música electrónica en Huatulco, Oaxaca, que bueno, ha ido evolucionando hasta convertirse este año también en estudio de grabación y sello discográfico. Tenemos dos EP´s lanzados y un par más previstos para este año. Nos gusta la música y la poesía. Básicamente eso nos define. (HDM): Escuchamos algunas pistas profundas a altas horas de la madrugada entre luces azules y eran como lenguas en poesía. Pensamos que estaban mezclando, pero en realidad era material propio. Nos gustó bastante. ¿Que les llevó a producir música electrónica de ese modo? Entiendo que en realidad ambos son Dj´s y Productores. (TZT): Lo que escucharon ayer fue Quiérete (horas extra) y No me verás morir, un par de colaboración que realizamos con dos maravillosas poetas de la heroica Juchitán: Natalia Toledo e Irma Pineda, a quien les agradecemos tanto. Incluimos su poesía en zapoteco istmeño (diidxazá) en nuestras piezas por que tiene una gran sonoridad al ritmo y por que se
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relaciona de manera muy coherente con ese particular estilo de baile que buscamos. Bastante de esto se lo debemos al amor por la música house y por la bella poesía, que para nosotros, son de las mejores representaciones del poder primigenio de la vida, de sentirse libremente humano. (HDM): Sumergen al oyente a pensar y no solo lo hacen bailar... Escuchamos incluso a Elena Poniatowska en una propuesta de House atmosférico... (TZT): En esta sociedad tan acelerada que a veces ya no tiene tiempo ni de leer, tratamos de acercar la poesía por otros medios, por ejemplo, el baile... Aunque eso jamás superará al libro poético, al encanto de toparte frente a el y leerte imaginando. Creo que buscamos facilitar la inmediatez del sonido que busca la poesía. En la actualidad la apuesta de la industria es por la letra sencilla y el rítmo pegadizo en muchos de sus ámbitos. Basta escuchar la música en las cantinas, en los antros, en muchas estaciones de radio. Nosotros respetamos a todos los géneros, y nos alegra que haya una gran variedad. Nosotros, simplemente preferimos este. El “Poetry House” algunos le han llamado. Nuestra meta no es fundar un género o una moda, sino simplemente divertirnos y divertir a la gente haciendo la música que a nosotros nos gustaría escuchar. (HDM): Nos gusta esa filosofía: crea y deja crear, no intentar descubrir el hilo negro del sonido. Y bueno, a ver cuéntenos, ¿como fue que comenzaron a colaborar?
(TZT): Yo llevo viviendo diez años en Huatulco. Conocí a Karina Lara de la CDMX, gracias a una amiga pintora en común afínales de 2016 . E l entusiasmo por la música house y la búsqueda de generar sonidos propios, hizo que el año pasado pusiéramos nuestro centro de operaciones conjunto en Huatulco (el T.I.H.), para poder experimentar con el sonido y hablando no sólo de la música, sino de todas las demás artes en su conjunto. Hacer por la necesidad de decir, así cada uno va encontrado la mane r a como. Es un proceso personal de apropiamiento, no solo de las herramientas técnicas o los conceptos de estructuras creativas, sino de un divertimento que puede ser registrado, detallado y compartido, siempre partiendo de una filosofía del “hágalo usted mismo, pero bien”. Eso hemos tratado. Cabe decir que es un camino -el del autoaprendizajeun tramo lleno de caídas, pero también lleno de satisfacciones. Quiero decir que es un paso serio, el decidir mudarse de una ciudad a otra dejando tu empleo para iniciar en algo desde cero como en el caso de Karicia, y en el de ambos, el tener que aprender usos de teorías y sistemas que habían estado fuera de nuestras competencias hasta ese momento: nuestros oficios primarios son oficinista y escritor. (HDM): ¿Dónde han presentado su trabajo y dónde podemos encontrarlos? ¿Tocan en algún sitio a parte de su Taller? (TZT): Nos hemos presentado en conjunto en algunos festivales, Solidaridance en apoyo a las damnificados de la zona del Istmo por el terre-
El Tattoo&Music Fest del año pasado tuvimos la fortuna de poder compartir escenario con bandas como Salón Victoria o el campeón mundial mexicano de rap freestyle ACZINO. Además tocamos en eventos privados. Por el momento Karicia se encuentra trabajando en su nuevo material en un estudio de Chahué y toca regularmente en spots de Huatulco, Mazunte, Zipolite y la CDMX. Además es la productora de los videos musicales que tenemos hasta el momento. Multifuncional. En mi caso, por el momento en vivo solo toco en las fiestas mensuales del taller, ya que estoy enfocado más en la producción de material nuevo. Pero no somos residentes de algún sitio.►◄ TzunTzet cuenta actualmente con 2 EP´s disponibles para escuchar online: “Mashups” de Karicia y “Primavera”, Djuarez. Les recomendamos escuchar “Karibeña” y “El Recado”. Ellos nos recomiendan escuchar MallGrab. Contacto. FB: Tzun Tzet // Mail: contacto.tzuntzet@gmail.com Soundcloud: https://soundcloud.com/tzun-tzet
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Clyo Mendoza
Retrato de una mujer que puso el corazón en la herradura y se incendió
Lo que quiero decir, Morona es sólo que te quise que acudí siempre a ti y no encontré nada el tiempo pasó volví y aquí dentro me apareciste sonriendo Pero no eras tú, Morona tú eres un olor a viento que trae a cuestas latitudes quemadas Ya puse el cuerpo sin amor y me hice comer sal con los caballos Ya di a luz en sueños una cerámica gemela a la muerte y en fin mi corazón transmigró a un pilar de piedra sin trascendencia
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Clyo Mendoza
fui la reina con lepra y me bañé como si lavara a un cadáver me untaba lascas en la boca oscilando como la aguja en un hilo sobre el recuerdo de alguien normal Volviendo de ti hallé siempre en vez de hogar una astilla interminable también por eso te quise como a un resucitado qué valiente tú qué valiente yo: siempre tuvimos una bestia negra contra la cual pelear Yo te adoré, Morona porque mientras los otros lloraban conmigo tú, Morona, reíste, decías: mi niña, mi niña Y tu amor traía a mi infancia esos pequeños episodios de reencuentro de los que uno se nutre para siempre.
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Enrique G. Gallegos
Pedaleo con furia,
escalo en lo hondo de mi cráneo; cielos e infiernos aplastados
por mis ruedas; pero ya no soy niño biónico, Supermán disminuido O travestido Wonderwoman liberador de fulanos y fulanas perros y gatos callejeros.. Soy simple mortal sobre dos ruedas de caucho
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Yeni Rueda López
ESCENA II Bartolomé entra a una habitación escueta. Hay una mesa, una silla, un pote con tapa verde. Se sienta y comienza a servirse. Hace todo con mucha lentitud. La primera parte de Sofía entra a la habitación y se sienta a un lado de él. También se sirve de lo que hay en el pote. Comienza Glauco la puedes leer a comer. Bartolomé juega con su tenedor en el plato y en el número se dirige a Sofía: anterior de historias — ¿Que le pusiste al espagueti? de madrugada — Pesto. o en — ¿Qué? https: — Pesto. — ¡Ah!, ¿qué es? —Un condimento —Ya. Es que nunca lo habías preparado así —Así lo comí en la casa de La Bailarina. —No es La Bailarina. Se llama Anaïs. —Sí, ya sé. Fui yo quien le preguntó, ¿recuerdas? —Siempre me lo reprochas. —Dijiste que tú lo harías. —Lo siento. Ya te pedí disculpas por eso…. te dije que tenía muchas ga-nas de ir al baño…. no me podía aguantar…. —Sí, claro. —Bueno… qué te digo, ¿qué me escondí? —Esa es la verdad. —Para ti todo es cuestión de decir la verdad. — ¡Exacto! Siempre es mejor admitir lo que en realidad se siente o suce-de. —Ojalá así admitieras lo que sientes por T. Es verdad que aún lo extrañas. ¿No es así? Silencio. Sofía se levanta unos instantes de la mesa. Está indignada porque cree que Bartolomé dio un golpe bajo. Mencionó lo prohibido. Bartolomé se da cuenta de que hirió el orgullo de Sofía y se levanta. La abraza. Ella llora un poco y cuando se calma vuelven a sentarse. Él trata de volver al inicio de la conversación como señal de tregua. Continúan comiendo. Se miran a ratos. Se toman de las manos Bartolomé deja de comer y se dirige a Sofía. — ¿Y si la llevamos a nadar?
Yeni Rueda López
— ¿Para qué? —Pues no sé, para que se ponga un bikini. —Ya, lo que quieres es verla. —¿Tú no? —Yo no quiero verla, quiero tocarla. —También podríamos hacer eso. — No lo creo, no nos atreveríamos. Al menos yo no. —La cobardía desaparece cuando deseas algo con mucha fuerza. —Tú no la desapareciste cuando hubo que preguntarle su nombre. Silencio. Bartolomé suelta la mano de su amiga, ahora es él quien se siente herido en el orgullo. Peor, en su hombría. Ella intenta retomar el hilo primigenio de la conversación: —A mí me gustaría llevarla a un lago. —Sofía, nadie se mete con bikini a los lagos. —Ya lo sé. Se miran. Bartolomé y Sofía se encuentran acongojados porque desean en ese momento estar acariciando el brazo de Anaïs. Algo hay en ella que les dejó una sensación de llenar el vacío de su ausencia física. Bartolomé le pregunta a Sofía: —Pero, ¿por qué a un lago? —No sé… simplemente pienso que es un lugar que le sentaría muy bien a ella. —Me empieza a preocupar todo esto. —¿Por qué? —Sólo hablamos de ella y no hacemos nada. Esto ya nos ha sucedido antes. Siempre terminamos muy mal. —Ya lo sé. ¿Has notado lo verdes que son sus ojos? —Sí. Toda ella es verde. — ¿Por eso quieres invitarla al lago? —Sí, sus ojos son como el color de la lama de las rocas. —Ella no es una roca.
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—Ya lo sé, ella es una bailarina. Yeni Rueda López —¿Las piedras bailan? —No lo creo, tienen lama, pero dudo que puedan moverse. —Ella no es una roca. —No, ella es la lama. ESCENA III Bartolomé está recostado viendo la televisión. Bosteza con fuerza. Tararea con voz baja: I once had a girl, or should say, she once had me…. Comienza a tener mucho sueño. Dormita un rato. Sofía entra a la habitación y lo sacude. Bartolomé la escucha sin mirarla. Sofía habla precipitadamente —¡Ya besé a Anaïs! —…ya la besé. —Bartolomé, escúchame, te digo que ya besé a Anaïs —…te digo que la besé. —Lo que hay en su boca no es saliva, es savia. —…es savia lo que hay en su boca. —Le muerdes los labios y comienza a brotar delicadamente. —…comienza a brotar. —Y su lengua sabe a clorofila. —…a dulce clorofila. La televisión sigue encendida. Aunque Bartolomé le responde a Sofía, no deja de mirar la pantalla. Sofía se recuesta junto a él, colocando la cabeza de éste en su regazo para pasarle los dedos por el cabello. Bartolomé cierra los ojos por unos instantes, sintiendo los livianos dedos de Sofía. Ella, que ha dejado de mirar la televisión y cree que Bartolomé dormita, sacude la cabeza y le aprieta los hombros. —Bartolomé, despiértate, te digo que besé a Anaïs. —….estábamos afuera de una tiendita. —Platicábamos de lo radiante que es Stravinski. —…yo le dije que no tenía nada de radiante. —Ella dijo que sí, dijo que era igual de radiante que morir a causa del colisionador de hadrones. —…dijo cosas muy raras. —Cosas sobre el agua y la niebla. —…el bosque y el agua. —Entonces, ¡Bartolomé! ¡Escúchame, que es importante! —…entonces… Continuación pág. —Le pedí un cigarro. 14 de Historias de —…me lo dio y luego tomó mi mano. madrugada 17 —Me jaló hacia ella.
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Carlos Ramírez Sorroza
Estraza celeste
A Dios le recetaron papaya en su desayuno para su estreñimiento.
Satisfecho de tremendo remedio, tanteo a su lado izquierdo sólo para darse cuenta que hacia siglos que se había acabado el papel de baño.
Tomo un pedazo de papel estraza para limpiar su bendito culo. Encabronado, lo botó y se quedó como cielo de esta pinche ciudad.
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Óscar Sandoval
En la meditación escuché dibuja telarañas de mil colores flota y duerme
pon la atención mental en el entrecejo para ser invisible sé aire
antes de escribir poesía aprende a respirar
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DHARMA Juan Beat
Dónde están las mujeres heroicas, seguro Ayesha se las llevó, aunque al final ella terminó redimiéndose, algo que me parece deleznable; como en aquellos años en los que la indecisión de Arlette me llevo a follarme a “desconocidas” y al final acabé olvidándome de ellas y de Arlette; el zen con Grissel me pateó los testículos, pero ahora que retomo mis lecturas sobre el budismo, me doy cuenta que ella tenía razón, tanto que me bombardeaba con el óctuple sendero, que es más complejo que una formula matemática: la rueda del dharma; creo pocos logran tener comprensión y pensamiento correcto, además de hablar, actuar y un modo de vida correcta, quizá eso podría lograrlo, pero la perfección de la conciencia, el esfuerzo y la meditación…se me complica, simplemente lo que tengo dentro de la cabeza, mis malditas neuronas siempre están saltando, ideando nerviosamente formas nuevas de fastidiar gente que me desagrada… y todo se jode con eso, darle importancia a situaciones que están ajenas de “mi control” no me han llevado más que a tomar omeprazol y tragos infinitos de scotch… Y Grissa tenía razón, no soy un buen hombre para cualquier mujer, no puedo concentrarme en una relación, me dejo llevar por impulsos de enamoramiento, sexuales o por adulaciones ----así hayan sido de parte de alguna loca obsesiva que leía mi blog ----.
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Juan Beat
Alguna vez teniendo sexo con A.L; en aquel viejo celular nokia naranja me llegaba un mensaje de Arlette, no contesté, terminé mi vil acto y de > Santa María la ribera caminé a casa, dos días después, en esa baratija de hotel me tiraba a… no recuerdo su nombre y a la mañana siguiente cerca del metro revolución por “casualidad” me encontré con A.L., no tuve pudor alguno de que me viera con una mujer de 50 años, al fin las dos leían mi blog. El Budismo esta muy lejos de mi, entiendo que la vida es sufrimiento, que el origen es el apego, lo que no encuentro forma de solucionar es el término de ese dolor; o quizá no quiero que termine el sufrimiento, qué haría sin esas mujeres que bondadosamente me “golpearon emocionalmente” para seguir alargando mi karma en lo mundano; que haría sin los dolores de muelas y el esófago destruido… El único pretexto que tengo para gastar 50 pesos en cerveza stout es “el sufrimiento”, no hay santas, no hay heroicas, no hay “trisstes”; no hay forma de redimirme, poco hay para encontrar el nirvana… Renuncié hace mucho a trascender, mi caminó es hacer trascender a una “alma reciente” y aunque yo ya estoy perdido, lo único que me queda es que la rueda del dharma no le sea tan difícil a la pequeña alma que corre enloquecidamente y ríe. Algo que ya no puedo hacer yo.
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El viento trae un olor a muerte José Capaverde (el seis)
Aunque suene a una contradicción, mi vida está llena de muerte. No importa que algunas veces, los mortales me vean volando, vengo en caída libre, para estrellarme contra el pavimento. Además no estoy sonriendo, como todo mundo su-pone, es mi manera muy especial de llorar! Aunque este vestido con mi mejor traje inglés y una corbata de seda, no voy a una "magnífica" fiesta, voy al cementerio a dejar una rosa negra, en la tumba de una amante... Cuando voy drogado, serpenteando las calles sucias de la ciudad, no es que esté disfrutándolo, como la mayoría lo piensa, es como un peregrinar sombrío y oscuro, hacía el infierno… Cuando el vodka me atrapa con su embriagante perfume (de mujer), y mi rostro adquiere diversas gesticulaciones, la mayoría, piensa y murmura, está feliz el poeta, lo que no se imaginan, es que el licor… me está devorando el corazón azul, con sus dientes de grano. Los que me han visto inhalar cocaína, se asombran, y hasta se alarman, de mi desmesura, para tales menes-teres, pero lo que no saben, ni intuyen, es que sin ese polvo blanco que se almacena en mi sistema respiratorio, sería polvo negro el que cubriera mi cuerpo muerto. No siempre ex-tiendo mi mano (blanca) para saludar “a todo mundo”, de lejos, parece una gran descortesía, lo que pasa, es que algunas veces el viento trata de arrancarme mis extremidades superiores, y me embarga un gran pavor… Mi manera hasta cierto punto enloquecida de saborear múltiples licores a la vez, no es mostrar mi superioridad sobre otros, es aprovechar mi poco tiempo, para llenar mi envase corporal de sensaciones especiales, antes de que la guadaña afilada, me decapite, y deje un reguero de sangre color índigo, sobre la tierra quemada…
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Edgar Artaud
Puesta de sol
Uno reencarna en la mujer que ama. La reencarnación no es un proceso a futuro sino estacionario en el tiempo, eso dijo y yo asentí como entendiendo. Estuve a punto de morir quedé encerrado a piedra y lodo quería estar indefenso ante la muerte. Mi mujer consiguió ayuda rompieron la puerta estaba ciego debilitado entristecido; enmudecí no percibía. Ella me salvó la vida para asesinarme una y otra vez con endiablado placer. Una muerte en vida por cada puesta de sol.
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Naief Yehya
En el mercado de pulgas del Rastro de Madrid di con una propuesta extraña, aunque no del todo inusual: La dama, el bóxer y el travesti. Se trata de una producción porno de ori-gen brasileño estelarizada precisamente por esos tres personajes: una dama, un perro bóxer color café y un travesti. Más tarde, en una breve gira por los porno shops de la ciudad, volví a encontrar el mismo video prácticamente en todos los establecimientos que visité y siempre era exhibido entre las no-verdades. Aunque puede ser que muchos adquieran este video por curiosidad y sano morbo, es claro que el público ideal de esta obra serán los fanáticos de la zoofilia y del travestismo. Esto limita notablemente el mercado potencial del filme, no obstante los giros que ha dado el consumo porno en el siglo XXI parecen haber creado apetitos novedosos o despertado perversiones durmientes. La fusión, colisión y mezcla de sub-géneros pornográficos es una viejísima costumbre, sin embargo el hecho de que este dvd se exhibiera de manera prominente entre la novedades indica que es un producto de consumo “masivo” y no dirigido a un nicho especializado. La realidad es que ante la sobreabundancia de filmes y videos porno vainilla, así como otras propuestas edulcoradas y tornadas neutras gracias a la magia digital y la homogeneidad de criterios dictada por la estética Playboy, el consumidor habitual porno se ha lanzado a la búsqueda de lo que podríamos llamar la pornografía de la porno. Es claro que en Occidente y otras regiones “liberadas” del planeta estamos viviendo un extraño relajamiento de la censura. Así, a pesar del rugir furioso de los fundamentalismos y los destemplados llamados a la crucifixión de la disidencia moral e intelectual, la realidad es que nunca tanta pornografía y tanto material perverso circuló con tanta facilidad entre tantos. Hoy más que nunca es posible acceder de mane-ra gratuita a casi cualquier expresión transgresora de la carne y la sexualidad.
Naief Yehya
Tenemos por un lado que un par de grandes empresas dedicadas a la producción y masificación de la pornografía cotizan acciones en Wall Street y por otro internet ha democratizado el acceso a un diluvio de imágenes entre las que es posible que cualquiera encuentre los iconos que puedan entrar en resonancia con sus fantasías más inconfesables. Una pro-mesa semejante hubiera causado tumultos, movilizado masas y llevado a la destrucción de imperios. La tarea de los censores y los enemigos de la pornografía parece en la actualidad casi imposible. Pero definitiva-mente no hay que ser demasiado pesimista para saber que esta “edad de oro” no durará por siempre. Mientras esperamos que se enciendan las piras donde arderán los videos, las revistas, los cds y demás objetos licenciosos (y probablemente más de unos cuantos pornógrafos y pornógrafas), mientras llegue quien esterilice a internet y mientras aparece quien rompa los cristales de los porno shops, podemos disfrutar el boom porno pero también podemos sentir que existe una insa-tisfacción entre los consumidores de pornografía que revela la verdadera naturaleza del género. La pornografía no es una colección de objetos cultura-les definidos por sus características ni por sus vínculos ni su contexto, sino que la pornografía es una especie de velo censor que las culturas aplican a determinados objetos que desean prohibir. De tal manera la pornografía no es algo material sino que es una acción, la acción de censurar y estigmatizar, es el recursos de las elites para negar el acceso al pueblo a determinados productos culturales, ya sea por su contenido erótico (y por tanto por el temor que éstos puedan despertar deseos bestiales e incontrolables en las masas) o bien por su contenido político. Así, el poder de todas las naciones se ejerce al censurar la imaginación (en particular al imaginario erótico), en base a dogmas religiosos, perversiones nacionales, fantasías hegemónicas y decenas de tabúes que van enquistándose en la idiosincrasia. Pero inevitable-
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Naief Yehya
mente la tecnología viene a burlar hasta las estructuras censoras más rígidas y elaboradas. Los recursos legales, los sabuesos, las mazmorras y las ejecuciones públicas de los “envenenadores de las mentes” no pueden detener los aludes de imágenes, ya vengan en forma de grabados, fotografías, cine, video o internet. Hoy miles de sitios porno en el www se desgarran las vestiduras literalmente por ofrecer algo “único”, al combinar las penetraciones que permite la ley de manera novedosa y original. Porque cuando un pornógrafo pierde la capacidad de sorprender y enganchar al público, queda en todos sentidos encuerado. Así, en medio del demencial auge de la porno “respetable”, “couple oriented” (orientada a parejas) y políticamente correcta, se ha dado un regreso a la porno guarra, a la porno sucia que se regodea en la clandestinidad y el escándalo, a la porno como expresión subterránea y vergonzante, a la pornografía de la porno. La porno como expresión dignificada, como tema aceptable de conversación y asunto que se puede discutir en familia, es realmente muy poco excitante. La recuperación de lo perturbador puede comenzar por la porno amateur en sus versiones más domésticas e incluso agrias, en los incontables videos y en las fotos posteadas en docenas de foros de “gente común” teniendo relaciones sexuales. Aquí la provocación radica en la ausencia de los mismos valores estéticos en los que las megapornocorporaciones invierten buena parte de su presupuesto. En el otro extremo tenemos una inmensa colección de filias para todos los gus-tos, quizás éstas tienen su punto apoteótico en la escatología, la zoofilia, el sadomasoquismo extremo (en particular los “deportes sangrientos”), el uso de gigantescos consoladores y penetraciones que persiguen récords (por tamaño de los objetos utilizados o por número de participantes involucrados, como en el género revelación del cambio de siglo: el bukkake). Y más allá de los límites de lo permisible está el espectro del snuff film (un género mítico que ha servido para espantar ingenuos por décadas) y la muy real y muy prohibida porno-grafía infantil.
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Héctor Jardines
II
¿QUÉ COSA ES LA MIRADA? ¡¿Qué cosa es la mirada?! que ha inventado binoculares para acercarnos en la distancia y periscopios para entrevernos desde las profundidades, Que ha inventado miradores para convertirnos en el paisaje y cámaras para capturarnos en el instante, Que ha inventado caleidos-
copios
para
hipnotizar
el
pensamiento
¡Explosión de sentimiento! ¡Que ha inventado óculos para aclarar la vista y poesía para en-
carnar el alma! Que ha inventado microscopios para apreciar las nimiedades y telescopios para vislumbrarnos en la inmensidad de las
estrellas, ¡¿Qué cosa es la mirada? Que ha inventado el amor y los ojos para descubrirnos otros!
Historias de madrugada 25
Más muerto que vivo Israel García Reyes
El Torres escuchó a la bestia gruñir encima de su cabeza con aquel chirrido que le espantó las moscas del sueño. Casi se orina del susto. Abrió los ojos. Podía tratarse de una ensoñación como las que solía tener, aunque éstas incluían alcohol y suripantas. deseó fervoroso que alguna de las dos lo socorriera. Los estertores del cerdo le hicieron notar su equivocación. Lo vio aproximarse a él que yacía recostado en el suelo, panza arriba. Quiso mentarle la madre. No pudo. Tampoco logró ponerse sobre su costado. Sería debido al frío, supuso el Torres; sin embargo, el día estaba avanzado y en general el entumecimiento de los dedos decrecía poco antes de las doce. Entonces un buen buche de aguardiente le proporcionaba el calor piadoso que necesitaba. ¿qué hacía dentro de ese chiquero, cómo llegó? Comprenderlo implicaba mayores problemas. Tal vez lo asaltó la noche ahí, mientras vagaba por las riberas del río. Desde hacía tiempo nada que hiciera en ebriedad le sorprendía. In-tentó hablarle al animal apelando al supuesto don de comunicarse con las bestias que aseguraba tener. De su boca surgieron débiles mugidos. Poco le sirvió frente a la algarabía de las pocilgas contiguas. Por otra parte, le costaba hacerse entender, desde que perdiera los dientes durante una riña en el mercado. Continuaba inmóvil, con los ojos bien abiertos ante el cerdo que lo acechaba. Se le subió el muerto y no terminaba de acomodar-se, se convenció. Ya le había pasado, pero nunca duró tanto. Observó que alrededor se levantaban paredes bajas de cemento salpicadas de fango y que la pocilga era pequeña, húmeda y rebosante de excrementos. Al frente, una puerta de reja permitía asomar las narices al exterior. Palomas sureban entre las láminas de zinc en el techo. Los gruñidos y olores del lugar le impedían pensar. El macho continuó avanzando hacia él que lo miraba contrito. Pasó frente a sus piernas y una de las pezuñas se clavó en su pie sano. Consiguió todo el peso del puerco. El Torres crispó la cara de dolor. Creyó que la bestia lo había fracturado. El cerdo caminaba de puntas, oliscándolo. En determinado momento abrió la trompa y mostró
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Israel García Reyes
las hileras de muelas macizas que fácilmente podían trozar margaritas. Sintió las cerdas de la trompa removerle el cabello entre las orejas. Su anti-gua casera le relató alguna ocasión que de recién nacida fue dejada por sus padres junto a un chiquero y los cerdos, aprovechándose de su estado, le comieron los de-dos de las manos. Prueba de ello eran los muñones que conservaba la anciana. tembló de hallarse en situación semejante. La primera impresión en la memoria del Torres también tenía que ver con un puerco, en casa de sus abuelos. Entonces recordó cómo, sosteniéndolo de las patas, los trabajadores lo degollaron de un tajo, previó depositar una tina debajo del cuello para que nada se desperdiciara. Entre borbotones de sangre lo oyó suplicar a través de la sajadura y cuajos de la garganta: se quejó durante casi veinte minutos. Todavía con media tina llena seguía gimiendo el desgraciado, recordaba después. Luego, decapitado, quedó con la trompa abierta y la cabeza blanca y desangrada. Sintió que aún vomitaba maldiciones. Ahora le tocaba a él pagar rl precio de aquella escena mediante la contemplación de la propia. La bestia hurgaba entre sus manos. La trompa viscosa separaba los dedos escogiendo dulcemente su primer bocado. Y el Torres seguía entumecido. Sus nuevos compañeros del camellón tampoco estaban ahí para socorrerlo. Consideró que ya tenía bastante con la falta de la pierna derecha. Se tensaron las venas del cuello de imaginar que mordisquean sus falanges, u otra cosa. Debía incorporase. El puerco chilló enseñando las muelas. El torres se levantaría en cualquier instante. Lo iba a hacer. Casi lo conseguía. Necesitaba un segundo. En ese momento tronaron las mandíbulas del macho y la trompa se salpicó de nubes rojas. Un grito mudo inflamó el pescuezo del Torres. Arriba las palomas se expurgaban indolentes entre los huecos del techo mientras las láminas de cine crepitaban en el calor del mediodía.
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Alejandra Cruz (cuma)
Estar
Te estoy usando maquilando la idea de tu perfección en mi mente Estoy extrayendo el zumo de tu confección Estoy usándote Te estoy tejiendo alrededor eres mi base, más no la esencia Estoy queriendo amarte estas usurpando mi ilusión. Estoy armado en mis pensamientos La falsa idea de nuestro amor incandescente y están revoloteándome en la frente Mariposas muertas Estoy, estas, estamos y estoy harta de que sólo estemos Porque solo estas y no eres y no soy y nunca seremos Estoy engañándonos Y sin embargo.. estaré.
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historias de madrugada
narrativa y poesĂa como saetas. visuales para el insomnio
Tulio Mora
En el siglo XIX los anarquistas, esos ultra individualistas conmovedores, habían declarado la guerra al sistema nada más que por sí y ante sí. Se negaban a tener un partido, organización y a veces hasta cómplices. La suya era la inmolación casi refleja echando bombas por extravagante exasperación. Un día de 1891 Ravachol decidió poner un artefacto explosivo en el edificio donde vivía un juez que en su opinión representaba al poder francés. Fue su manera de responder a una masacre en la que 44 trabajadores fueron asesinados por las fuerzas del orden. Por suerte la bomba de Ravachol no ocasionó muertes y cuando fue arrestado la policía le advirtió que se había equivocado de piso. Solo respondió: “para mí todos son iguales que el juez”. Pero el sentido con que Mónica Gameros se declara “anarkista” es de quien quiere que su voz se oiga, que la sordidez del poder no la acalle, que el sol la acaricie y proyecte su sombra en la tierra, que sig-ni-fi-que, esa condición básica de la escritura crítica para borrar la in-significancia de las jerarquías del sistema. Es la voz del ángel caído que se alza cuando México se desangra.
Tulio Mora
[IDENTIDAD]
Soy poeta porque no pienso callar/ porque no dejo de pensar/ porque no dejo de amar. Soy poeta porque no podré olvidar tus palabras/ soy guillotina para tu discurso/ navaja pendiente de tu solapa. Aguardo el momento para cantar loas al odio que no me deja olvidarte. Soy la kamikaze que explotará con versos todas tus mentiras dispuestas en coro para el concierto donde tú quieres ser DIOS
Soy la terrorista de tu vida/ Soy el eco que no puedes callar/ Soy poeta/ escribo/ te exhibo
Tulio Mora
¿Pero qué diablos es la eternidad para un ladrillo? Las montañas podrían decirnos algo. También Mónica Gameros que ya en un contexto de plena imposición del neoliberalismo globalizado se propone, como el ángel caído (“Caída libre” se llamó su anterior libro), en cuanto toca el suelo volver a alzar la voz de la rebelión. “Rebeldía poética” puede entenderse de varias maneras pero la principal es que cuestiona de nuevo a la palabra descomprometida, que hoy no se llama pura, sino “poesía de la palabra” y está tan de moda entre los poetas profesores latinoamericanos que enseñan en los EEUU envolviendo la alabanza de la vieja estética reaccionaria en nuevo paquete. Ya se sabe: quien no quiere hablar de las guerras de Iraq y Afganistán, de las tres cuartas partes de la humanidad empujadas a un destino de irreciclables, del deterioro planetario (por fin la constatación de la fatiga de una tierra devorada por el apetito incontinente del sistema es más elocuente que las ideologías), de las políticas migratorias racistas, es porque vive del sistema y en esa condición el silencio, el sagrado y místico silencio de los cómplices se vuelve artificio, mentira, barroquismo, neobarroquismo, medusario que obtiene becas, premios, viajes, publicaciones internacionales. Aquí es donde Mónica Gameros se subleva porque, aparte de saber que es un ladrillo más, pero capaz de arrojar su poesía contra los elegantes vitrales de las tiendas de firma, nos recuerda que la felicidad es delictiva (“sólo un imbécil puede hablar de la felicidad en este mundo”, declaraba un agudo historiador peruano antes de traicionarse éticamente), que no quiere lectores pasivos, sino enardecidos, empujándonos al sádico amor que arroja a los amantes a la mutua mutilación. No nos equivoquemos: eso que pasa por claridad iracunda no es literatura de propaganda, sino la osadía de caminar por el precipicio de la llaneza y lograr sortearlo. Estos poemas también podrían ser letras para conciertos de rock heavy metal, imaginemos cantados en un estadio con la consigna de liquidar al sherif global. Palabra de la nueva anarkía (así, con “k”), “maremoto apócrifo”, de kamikaze, ladrillazo contra todos y todo: contra el falso revolucionario, contra el inútil poeta dios (ese hacedor del silencio con tarjetas de crédito). Poemas de indignación, viviendo en la ciudad del caos (lo mismo da que sea Nueva York o el DF o Calcuta) e intercambiando con su doble o clon (mg2) las confesiones de una habitabilidad irrespirable. Es otra manera de hacer poesía política con identidad explícita:
Texto sobre el poemario ESTALLIDO de Mónica Gameros* Tulio Mora
Ya casi no se encuentra lo que en los años 50-70 del siglo pasado se denominaba, así sin más, “poesía política”. No se derrumbó solo porque los pontífices de la pureza de la palabra tuviesen rubor de la voz alta y discordante que comprometía a la belleza neutral en incómoda posición frente a la cotidiana brutalidad de las desigualdades sociales; también el tren bala de la historia que bifurcó sus caminos, cancelando los rieles de la falsa utopía, la arrojó al olvido en algún puente. Eso que se llamó el fin de la historia, casi 20 años antes ya había sido el fin de la palabra poética airada, de sentimientos contrariados entre el llamado a la rebelión y la ternura del día de la esperanza. No era tan fácil, por lo demás, mojar sobre llovido. Repetir la estética de la profecía de Pablo Neruda, César Vallejo, Efraín Huerta, del mismo Octavio Paz en sus cinco segundos de brigadista internacional en la España republicana, aún era posible hasta la Espiga Amotinada, Roberto Fernández Retamar, Jorge Enrique Adoum o Juan Gelman, ya en los 60-70. Después la comba que derribó el muro de Berlín desladrilló el mundo de la Guerra Fría y con él se desvaneció la poética de la ira. Por otro lado, ¿quién no ha escuchado cientos de veces y visto la película de los Pink Floyd “The wall”? Contradictoriamente, en el video clip de esa canción lo que vemos y tarareamos no es la caída del muro de Berlín, sino la biografía resignada de un ciudadanoladrillo más del capitalismo, de un invisible e insignificante escolar, desmintiendo a Bertolt Brecht (otro poeta anatematizado ideológicamente) para quien la gran muralla china o las construcciones egipcias y hasta las de la América prehispánica no homenajeaban con su permanencia al monarca que ordenó su monumentalidad, sino a los esclavos que habían vengado su miseria en ese desafío de arañar el cielo con las manos enlodadas. El mito de Sísifo en versión de Camus: la fatalidad de la esclavitud convertida en venganza secreta. Echaré a rodar una y miles de veces la piedra de mi destino cuesta arriba de la montaña y me divertirá viéndola caer esas miles de veces y así toda la eternidad.
______________ Edit. Cascada de Palabras, cartonera. México, DF 2010 *
Grégory Quiñones
Superman
También esperé a Superman creía que vendría a salvarme de las garras de la noche y de los fantasmas que habitaban en los arboles de mi ventana. Reducía mis miedos a creer que me vigilaba desde un edificio, o que sobrevolaba el techo de mi casa, que su visión laser protegía a los míos y con su fuerza custodiaba mi cuarto. Llegaron más días, los fantasmas se marcharon, pero fuerzas de esta misma dimensión y como me aterrorizaban una plegaría invocaba a Supeman.
Ahora todos lo esperábamos, esta vez nos fallo hubo más de cuarenta muertos y Superman nunca llego, nos quedamos en un estado de (Wasted Years) Nada que unos solos de bajo no aliviaran, pero Superman nunca llego. Los años pasaron lentos, el cabello largo era motivo de maldiciones por parte de mi madre, pero siempre a sus expensas viviendo e imploraba a Superman pero Superman llegaba tarde siempre, ya resignado conocí a Superman, un tipo con lengua larga y mucho maquillaje Una melena larga era el motivo de mi locura, zapatos con tacones extremadamente altos y claro el grito de las gruppis y el lanzamiento de sostén, el canto de gloria cotidiano, que era la única plegaria que conocíamos I wanna Rock And Roll All Night And Party Every Day
así conocí a Superman, un Superman en forma de poeta
Iván Fuentes
Todo es por ti
Esta soledad este silencio de las cuatro de las ocho o de las dos. Este minuto melancólico en el que se llena un vaso de caguama y la música vacía deja este cigarro a medio fumar. Todo es por ti este sujeto dormido cruzado de amores de manos de errores. Todo es por ti este hombre y su olor a noche podrida a lágrimas a lámparas. Al recuerdo de tus besos que aumentan como el ladrido de los perros en la noche.
de:
Samantha Leiva
siete das
Quinto Tras las voces se abren caminos, senderos de luz y lianas en movimiento. Desde un lugar irreconocible se desprenden las telas finas que nos acercan a los rincones [que tiemblan. La sombra siempre está presente. Quien espera ser derrumbado, lo será y quien espera ser acariciado, lo será también. Arriba las estrellas son polvo y parecen estáticas. Abajo somos polvo, sangre y piel. Parecemos animales fantásticos que luchan. En la lucha cada voz es reconocible y suena en lo alto. En la guerra las voces se desangran y la oscuridad prevalece. En la lucha no hay contrincantes. La lucha es voluntad de ser.
Yahir Alonso Ortiz
pornografía I*
Él porno ¿POR qué NO? porNO
*de la serie massmediatizaciones
Braulio Aguilar Orihuela
De: diálogos
con el espejo
Quiero encontrarte con ánimo de viernes, con esa sensualidad nocturna de cómplices furtivos. Un juego de guiños dedos filosos
rasgando tus trémulos muslos. un beso que atraviesa miradas,
una sonrisa que se enreda con tu lengua.
Soy la respiración agitada de tu vientre, el susurro que despierta tus pezones...
Raquel Olvera
“Estoy inmensamente triste. ¿Cómo iba a saber que de tu tacto tan gentil y amoroso habría de generarse tanto dolor? El mar ha hecho nido en mis pecho, soy agua. Cuando me miraste, me estremecí por dentro, como la fronda sacudida por un viento vivo. Así me viste cuando temblando llegué a ti. Moría de miedo y por eso me resistí tanto. Me resistí pero me doblegué. Me tocaste suavemente, me besaste en esa enredadera de luz en medio de la noche y me envolviste en tus brazos y me escondiste del mundo. Muchas mujeres sueñan encontrar un trato como el que me diste. Entonces sucedió lo que tanto miedo tenía: mi armadura cayó y quedé desnuda y con la piel en carne viva”. “Te mando un abrazo”. “No tengo ni la menor idea de qué manera me querías o para qué. Pero también espero haberte dado algo, aunque sea un pequeño grano de arena que puedas amar, como yo amaré el instante que me diste para amarte. No debo llorar. Tu nombre se quedará guardado en mi corazón”. “Te mando un abrazo grande querida Muriel”. “Todas las formas agoté y el mar sigue rompiéndose por dentro contra mi piel. Es tu oído al que hablo pero no es tu boca la que contesta. Me duele el pecho. ¿Será que no existes? ¿o será que no existo yo?”. “Eres muy creativa. Éxitos. Te mando un abrazo”.
Raquel Olvera
Los números en el rectángulo de vidrio pasan lentos. Muriel está nerviosa. Sabe que después de estar con Gregorio, debe hacerse el análisis. Que donde hay sexo sin protección, hay posibilidad de contagio. No encuentra explicación a esa grosería de no responder llamadas. Llega a su coche que la espera paciente, se tira sobre el volante y llora. Es insoportable no recibir respuesta. Un monstruo se retuerce en sus entrañas y aúlla. Es la rabia, la incertidumbre, la desesperación de no saber por qué no le quiere contestar. Le da vuelta a la llave y hunde el acelerador como si eso la alejara de sí misma. Toda la tarde se la pasa mirando el techo. El teléfono está callado pero por fin los mensajes en el watsapp se suceden los días siguientes. “Acabo de mandarte por mensajería una pequeña pieza de artesanía que hice para ti. Es para agradecer tu beso y que hayas compartido conmigo una cosa tan personal como tus recuerdos de infancia. Es un corazón de vidrio sobre cama de zirconias, terciopelo y flores de lavanda de mi jardín. Espero que te agrade”. “Gracias por lo que me mandaste, muy lindo. Te mando un gran abrazo”. “¿Tu celular está bloqueado? ¿no quieres hablar conmigo? Has sido tan esquivo que no acabo de entender la situación. PD. encontré el corazón que te mandé frente a tu balcón, es de cristal. Hay que ponerlo a buen resguardo para que no se rompa de nuevo en pedazos.”.
“Sí, lo olvidé afuera pero ya lo recogí. Abrazos”.
César Rito Salinas
¿De dónde viene tanta letra? De la condición adánica, edénica, de cada mujer y
cada hombre que anda sobre la tierra. Escribir es manifestar una preferencia, lo que no está mal; pero, como toda opción de gusto, resulta li-
mitada. Una ulterior división sería: El tiempo y lo ya leído operan en contra del impulso
que origina la escritura. Cortázar afirma que con la edad, prefería el haikú al soneto. Yo también, con los años, prefiero el haikú.
Con la edad y los desvelos el hombre cambia de gusto, nacionalidad. En el cambio de su gusto encuentra algo de vida. Opta por lo breve, el surtidor de imágenes. Lo contenido. Con la edad todos somos japoneses.
* 2014, Atzompa, novela publicada por Editorial Pinos Salados, Mexicali, Baja California, 2016.
Todos somos japoneses* César Rito Salinas
Toca a la puerta del poema una división más,
las divisiones nunca terminan, me lo dijo mi madre un día, allá, en el barrio (establecer divisiones como un principio de orden; la división facilita los asuntos de la vida o genera la idea de una vida sen-
cilla): x) Corregir sobre el texto en frío, dejar correr el tiempo desde el arranque hasta el punto final. xx) Corregir inmediatamente después de hecho el arranque, editar lo escrito en caliente, como si la suerte de lo escrito dependiera de una temperatura propia, interna de lo recientemente escritura, que genera la acción a partir del tiempo reciente. Con la x en la frente, Alfonso, El Sabio Reyes. El tiempo hace el entre paréntesis necesario cuando escribes, de lo que se colige: #) No es lo mismo echarse clavados y poemas a los 14, que a los 20 que a los 50 años, pongamos por caso. A los 14 el hombre es una hoja que vibra ante el paso del tren. A los 50 sigue siendo el mismo hombre junto a la hoja, detenido junto a las vías del ferrocarril, pero utiliza algodones en las orejas a la hora que retumba ingobernable la máquina y su entorno.
Con las orejas selladas se pone a escribir, desde el: /) sueño, la
//) vigilia
Yeni Rueda López
—No, pero en este momento, sí. —…después me llevó a su cuarto. Primero era como una selva tropical, hojas de palmeras picándome las costillas… —Luego me sentí en un bosque denso donde el sol jamás podría tocar mis párpados. Mis pies crujían junto con las hojas que acompañaban nuestros pasos. —…cuando empezó a besarme estábamos a la orilla de un lago. El agua musgosa acariciaba mis rodillas. Claramente percibí cómo los tentáculos de una medusa acariciaban mis pies. —¿Hay medusas en los lagos? —No creo. —Y… ¿entonces? —¡Pero la sentí! —Ya lo sé, ¡yo también estaba ahí! —Cuando pisas a una medusa sientes algo gelatinoso, luego algo que te quema, un dolor insoportable y agudo empieza a estremecer tu cuerpo en oleadas de sufrimiento y éxtasis. —¿Te ha picado una medusa? —No, pero besé, lamí, abracé, acurruqué a una medusa. —Pero las medusas son blancas, transparentes, y ella no lo es. —¡Ya sé que es verde! ¡Que se llama Anaïs! ¡Que escuchaste a Stravinski mientras ella te besaba el cuello! ¡Que sentiste dos hadrones explotando en tu vientre cuando alcanzaste el orgasmo! Y lo sé porque yo también estuve ahí. Yo también lo sentí. —Dijiste que no te ibas a enamorar, así, a lo pendejo. —No es amor. —Era sólo una forma de decirlo. Bartolomé observa con detenimiento los brazos de Sofía. Los toca. La piel se siente como la superficie de una alfombra. Ella no dice nada. La coloca frente a un espejo. Él la toma de la cintura, la abraza. Luego señala en el reflejo el brazo derecho de Sofía. —¿Qué es eso que tienes en tu mano? —No lo sé, me salió ayer, pero también lo tienes en tu cuello. —Sí, lo sé, lo descubrí mientras me bañaba. —Es musgo. Es ella… —Sí… es… ella…
—¡Me acariciaron sus labios! —…yo sentí un temblor en el vientre. —¡Eran sus dedos! —…mis entrañas temblaron. Yeni Rueda López —Pasaron los segundos. —…creo que toqué su lengua. —O sus dientes. —…se acabó el beso, se separó de mí, le dio un trago a su cerveza y co-menzó a reírse. —Creo que se burló de mí. —…se burló de mí. —¡Pero yo me sentía muy bien! —…como pendejo, pero bien. —Su beso me supo melifluo, como el agua verde de los lagos. —…la lama. —Ella es verde. —…abisalmente. —…verde. ESCENA IV Bartolomé y Sofía leen. De vez en cuando se miran. Bartolomé tiene una serie de palabras atoradas en la garganta pero no sabe cómo decirlas. Sofía se encoge en su asiento y cubre su rostro con la revista porque adivina lo que quiere decirle. Después de unos segundos, Bartolomé se llena de aplomo y habla: —Dijiste que no te ibas a enamorar, así, a lo pendejo. —No la amo. —Bueno, es una forma de decirlo. —… hay algo… que… no te he dicho… Silencio. Bartolomé se incorpora y busca la mirada de Sofía, la jala de la mano y la pone frente a él. Ella comienza a hablar apresuradamente. —Me acosté con ella. —Ya lo sé, yo también estuve ahí. —¡No! Primero me acosté. Luego nos acostamos. —Dijiste que no te ibas a enamorar, así, a lo pendejo. —Pero… no la amo. —Es sólo una forma de decirlo. —Primero fumamos un cigarro en la sala. —¿Tú fumas?
Necesitan de alguien cuyas cualidades lo determinen como un salvador, un humano valiente, leal, inquebrantable que a su manera de ver sea semejante a los individuos a los que protege. Alguien que lleve en sus espaldas su dolor, su desesperación, que sea justo y al mismo tiempo los bendice. Él será el nuevo mensajero, los ojos, la piel, y la voz de un pueblo desprotegido, guía de recién nacidos con primeros pasos. Un día apareció el primero: Somos un arado, decía el héroe enmascarado, en cuyas palabras recaía el peso de tantas voces hace tiempo, "Somos un arado y a nuestro paso se levanta el polvo y se desentierran cosas, los mismos cuerpos que alguna vez fueron grandes problemas, que muchas veces los dimos por perdidos y por muertos hoy los sacamos del polvo". Este héroe no fue progresista, fue la imagen de un pueblo sin rostro. Muchos pueblos, muchas voces. ¿Pero qué pasó con la gente que habitaba en el gran país sin nombre? La visión individualista, la que se aparta del mundo, la rutina previsible que estaba sumergida en todos los cuerpos de la gente menuda absorbió sus almas. Por temporadas en donde el héroe convocaba a la guerra, se veía que la gente tenía un poco de ambición, pero la mayor parte del año se mantuvieron pasivos y el héroe enmascarado desapareció. Así pasaron décadas, y los acontecimientos se fueron multiplicando y seguían buscando, mientras, culparon al muro de sus acontecimientos, a los mensajeros, a su gobierno, a su estilo de vida corrupta, a los otros que no estaban dentro de sus barreras. Entonces apareció el segundo héroe... Echaron los cohetes, bailaron las danzan, lloraron de felicidad, se pusieron playeras con su nombre, !Éste es el bueno! Decían a voces, quitaron de sus muros los carteles, pero afuera seguían sonando los balazos.
En un país
l
ejano Nitzayé Hernánez
Existe un enorme país, con muchas riquezas para muy pocos que vive latente en la violencia. Carga a cuestas un pasado plagado de injusticias. Los gobernantes apuntan los sucesos de fracasos y delitos cometidos detrás de un muro enorme para que no todos puedan leer, sólo los que escalan pueden revisarlos, a éstos llaman los mensajeros. Los mensajeros, tienen el deber de comunicar los sucesos que pasan a diario, pero al llegar al muro ven tantas injusticias que piensan que, aún informados, son imposibles de resolver. Ven hacia el suelo y al verse tan alejados de la población se sienten solos, el hambre los vuelve locos y terminan ocultando los hechos y algunas veces los inventan. La mayoría de los pobladores son pobres, trabajan a diario de día y noche para sobrevivir, como no tienen a nadie en quien confiar trabajan solos, para otros la corrupción se ha vuelto el estilo de vida más cómo para vivir. Cuando pasa una desgracia, pocos se dan cuenta, que se la pasan cometiendo los mismos errores. Para sentirse protegidos, han creado barreras ideológicas, físicas y de afecto que parecen imposibles de romperse pues están hechas a voluntad. Les han echo creer a sus hijos que no hay otra manera de sobrevivir y así han crecido por generaciones. Lo único que les queda para mantenerse con esperanza viva es pensar que un día alguien llegará y unirá sus fuerzas, regresará su confianza en los demás y así lucharán contra el enemigo. Colgaron carteles en el muro y en sus propias barreras le pusieron de título: Buscamos un héroe.
Azael Rodríguez
deficiencias en matera de puestas de sol y barcos, poblándote de alondras (por ejemplo); pero será preciso armarse con estratagemas a las cuales no me siento destinado. (Tu ausencia es un hosco domicilio. Y mientras no estabas he extraviado unos cuantos osos polares.) Te hablaría de los apresuramientos que platicó el verano con tus huesos, o te daría con gesto cuidadoso y distraído "los duraznos se parecen a ti". Quizás debería comenzar por las caminatas que pudimos ejercer en cualquier laberinto desocupado, si yo hubiera sido "de otro modo"
Azael Rodríguez
Informe sobre Fuensanta
1.Flagrancia He venido, Fuensanta, a ofrecerte un silencio con mala caligrafía, a establecer montañas donde el viento sabe ya caminar con los ojos cerrados. Sin aguardar al invierno (que instituye ciertos rigores para pacificar a las orquídeas), he venido. Yo deseaba escribir un poema que sólo, pudiera leerse hacha en mano, pero ahora que te veo entre framboyanes y te sé a pesar de todo esencialmente marítima, solitaria en la ceremonia donde un minuto envejece con cuidado en la intemperie,
hecha de luz, de aerolito, de pan (y te observo como un fantasma vendado de niebla, enharinado por la luna), ahora, te digo, desearía ignorar mis
Celerina Sánchez
Muere una flor
¡La tristeza ya no cabe más! dentro del silencio se desgarra el alma la voz de una madre se escucha por su hija perdida esa mujer sentenciada a mil años porque sus verdugos le hicieron sentir culpa/ Mientras ellos llevan la sangre en sus manos / bocas / palabras / todo lo que salga de ellos es perversidad con sabor a sangre/ La madre tierra la mira con infinita ternura… mientras su hija/ llora / se arrastra en los matorrales en busca de su hija el silencio calla / no hay palabra que la consuele porque un pedazo de su ser se rompió Las luciérnagas obsequia luz a su corazón la paz esta tan lejos / como la utopía perdida… Una mujer se levanta como guerrera con sus lágrimas crea ríos que van regando la sangre que derramó su hija en el umbral de la noche/ diáspora que brotará para lavar el olvido… voces / susurros/ cantos / Se mira en su pupila en su intento a existir savi mira a su hija/ las nubes se vuelven voz de la montaña y reclaman con truenos la palabra
Celerina Sánchez
Ntsi’í ‘ín ita
¡Maa ketaga ñaa kuxii ino! nuú ini taxiin tsatsia ini naá ndusu ‘ín nana kuchaa so’o rii ndoñu’ún se’e ñaâ nchikaná kuachi sati ‘ín yoso kuia Rii kue ñaá chancha chuún / sa’a kuii takua koo kuachi inia raa nuú nda’á mee kue ñaá kaa nií / nuú kue yu’í / kue tu’ín / ndituso ñaa kee nuú kuii kuú kiní mancha asii nií Nana ñu’ún nchí’í nuú se’esia viiso ñaá miki ndií… chaa se’esia/ tsaaku ñaâ / ndanduki si’í tono koo nuú titsi yukú taxiin kuee ka’ín/ ri kóó tu’ún ndasava’a inia /chaa sava inia ndataá Kue chivi ndakuakuii ñ’u’un ñaa tuu nuú inía kuee tsiká inga koo va’á nuí / ri tsání ndoñuín ‘ín nana ndakoi chiíso ñaa kanita’ín/ chikuii ñaa kaná nduchinuí sa’í kue yucha ñaa tsoso nií nichicha nuú si’í taa nitsikuaá/ saan ndakana ñaá takua ndakachí saan sana ini naá tsi kue yu’ú naá/ ñaa ka’an naá / kuee ñaa tsita naá/ nuú nduchinuí tuu ñaa kuekunia ndia nuú yivi savi nchi’í nuu se’esia / kue víkó tava mií ndusu yu’kú raa ndatsikí ñaa kuú ñá’á míí tsi savi taa nikaní raa nuú tu’ún
mación interna del mainstream de aquel tiempo. En ese entonces, no era preeminente la figura del curador. A quienes organizábamos o coordinábamos exposiciones se nos daba el crédito de organizadores o coordinadores. Y, si viajábamos estando a cargo de una exposición, o bien custodiando una obra o un con-junto de obras, se nos denominaba comisarios. Los grandes escaparates proselitistas o, más bien, normativos para nuestras decisiones los eran tanto los salones nacionales como los certámenes domésticos prestigiados y, en el ámbito internacional, las grandes bienales. Apuntalábamos nuestros dictados con el apoyo de artículos y reseñas que publicábamos en revistas especializadas, y mediante el uso de la diplomacia cultural. Empero, hoy en día la situación es distinta. Desde la década de los 80 del siglo XX y hasta la actualidad, quienes determinan la preceptiva para las artes visuales y conceptuales ya no somos todos aquellos que estuvimos implicados en el ejercicio del poder cultural hasta finales de los 70 de esa misma centuria, sino que quienes dictan el canon a seguir son aquellas personas que organizan las ferias de arte, es decir: los galeristas; mientras que los curadores afines al mainstream, por su parte, ejercen la labor de convencer (ocasionalmente bajo amenazas) a todos los demás integrantes del campo artístico respecto a que el acatamiento de la canónica imperante es obligatorio e ineludible, so pena de exclusión, con o sin diatriba incluida. El viraje hacia el pragmatismo como primera divisa para el funcionamiento del sistema artístico es una de las especificidades más destacadas del arte a partir de la década de los 80 del siglo XX. Los criterios, traspuestos al rango de paradigmas, que hoy en día constituyen el canon para las artes visuales y conceptuales, no constituyen ningún secreto. Son ampliamente conocidos, a la vez que son reconocibles en todas y cada una de las obras que se muestran en las ferias internacionales y obviamente en las satelitales, como en nuestro país lo es Zona Maco México A rte Contemporáneo. Y, aún, cuando su estricta observancia no es garantía para la admisión de los productos artísticos visuales y conceptuales en los circuitos establecidos para su distribución y consumo, conviene mencionarlos con la intención de crear conciencia respecto a que tales criterios son nombrables y a que no tendrían por qué ser tenidos -ni menos todavía temidos- por inamovibles, pues por supuesto que no lo son.
además de la de ARCO. Entre éstas, LOOP Fair Barcelo-na, arteBA (en Buenos Aires, Argentina) y la local Zona Maco México Arte Contemporáneo, en sumo satelitales y sumisas con respecto a las ferias que alcanzan una influencia mundial. Desde la época de las vanguardias históricas, a inicios del siglo XX, y hasta finales de los años 70 de esa misma centuria -época del ocaso de las neovanguardias-, las directrices de la cultura artística y, por ende, la canónica respecto de las artes visuales y conceptuales también era normada desde las esferas del poder cultural. Sólo que, en aquel entonces, a diferencia de lo que actualmente acontece, éramos integrantes de diversos sectores del campo artístico quienes nos ocupábamos de señalarlas, de vigilar que fueran acatadas y de sancionar su incumplimiento. Ejercíamos esa labor quienes laborábamos en las instituciones gubernamentales del ramo cultural, toda vez que las directrices estilísticas al interior de cada Estado-Nación constituían políticas públicas; ese redituable quehacer redituable en términos del ejercicio del poder y, a veces, también en cuanto a lo económico- nos correspondía asimismo a quienes, dentro del ámbito académico, nos ocupábamos de los estudios del arte (teoría, sociología, psicología, historia del arte, entre otras disciplinas) y los críticos de arte compartíamos tan delicada responsabilidad mediante nuestros escritos en la prensa diaria, en los llamados suplementos culturales o en publicaciones especializadas. En la imposición y salvaguarda de la preceptiva artística también intervenían, muy activamente, quienes eran galeristas osados, así como un cierto número de individuos entre el personal de las galerías de arte de avanzada. Amén de las señaladas, todas aquellas personas que estábamos adscritas a alguna universidad u otra institución educativa de formación superior, ya fuera como docentes o en las áreas de difusión de la cultura artística, interveníamos de manera directa en el establecimiento y, las ulteriores diseminación y vigilancia del acatamiento del canon artístico. Además, un amplio conglomerado de artistas visuales y conceptuales no concesivos participaba en la toma de las decisiones alusivas a la confor-
El
arte ante una encrucijada I Carlos Blas Galindo Mendoza
En la actualidad, al igual que en las etapas de las vanguardias y de las neovanguardias de la historia del arte, todo aquello que acontece al interior de los circuitos instituidos para la distribución y el consumo de productos de artes visuales y conceptuales está normado por una muy estricta canónica, sólo que la de hoy es todavía más inflexible que la que existió, por ejemplo, para las artes plásticas académicas durante el siglo XIX. Esta rigurosa preceptiva tiene como propósito principal el de asegurar que la muy escasa variedad de productos que sean aceptados al interior de esos circuitos establecidos no ponga en riesgo la estabilidad del or-den mundial capitalista dominante, ni tampoco la de su brazo artístico, que es el arte predominante en el contexto global, arte que es conocido con el término de mainstream. Como se sabe, la economía planetaria es controlada por unas cuantas y nada beneméritas instituciones, entre las cuales destacan el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, en tanto que la economía de nuestra región es tutelada por el Banco Interamericano de Desarrollo, a todas luces satelital y sumiso con respecto a los dictados que emanan de los mencionados organismos con influencia planetaria. De manera similar, el arte global predominante o mainstream es regido por aquellas instituciones -nada afines con las causas libertarias, cabe tenerlo en consideración- que imponen sus lineamientos en las ferias de arte que organizan en distintos lugares. Estas ferias son: Art Basel (con sede en Basilea, Suiza), así como sus filiales Art Basel Hong Kong y Art Basel Miami Beach; The European Fine Art Fair(en Maastritch, Países Bajos); Art Cologne (en Colonia, Alemania); Frieze Art Fair (en Londres, Gran Bretaña); la fe-ria A RCO (en Madrid, España); The Armory Show (en Nue-va York, EE.UU.); la FIAC (en París, Francia); y Arte Fiera Art First (en Bolonia, Italia). Toda vez que se requiere contar con ferias que cum-plan con la función de imponer el dogma del mainstream en todo el mundo y garantizar que dicho canon sea acatado sin cuestionamientos, en Iberoamérica tenemos nuestras ferias,
Guadalupe Ángela
¿De cuántos metros es la raya continua que escribe el lápiz? Escucho tronar los dedos, uno, dos, tres, clak, clak, grafito. Brinca, gacela, sí, este es tu bosque de noche y de día.
Dedos, orugas, se arrastran en la rama más amarilla. Tal vez la noche descienda por el lápiz y ataque el día. Veloz corría por llegar a la punta la acción del verbo.
Quieto el lápiz no respira ni nombra ni explica la luz.
Guadalupe Ángela
Perdí la llave de mis veinte años
la bicicleta que recorría los bares los vasos ambarinos las horas en los cuerpos de los amantes con máscara. Perdí el cielo que tocaba el humo del viajero, los boletos del avión Brasil y el libro guía, el silencio de la tarde, las siestas, el gemido. Perdí tu número y el de cien más la boca de la noche, la espontaneidad y la niebla de la carretera. Perdí mis rizos la tensión de mi piel, el volumen de mis senos, la ligereza, el aroma a gardenias el pasto y el rocío Perdí las llaves de mis veinte años.
lista de remitidos y detenidos en la madrugada 17 imagen de portada y 4ª: arte urbano
Editora / manager invita: Margarita Yourcernar
Guadalupe Ángela - poemas Carlos Blas Galindo Mendoza - El arte ante una Celerina Sánchez - poemas Azael Rodríguez Miranda - poema
encrucijada
Nitzayé Hernánez - En un país lejano César Rito Salinas - Todos somos japoneses Raquel Olvera - Mecanismos Braulio Aguilar Orihuela - poema Samantha Leiva - poema Yahir Alonso Ortiz - poema Yeni Rueda López - Glauco Iván Fuentes - poema - poema Gregory Quiñones Q Tulio Mora : ESTALLIDO, de
Mónica Gameros
Colaboración es, máximo:
3500caracteres@gmail.com
titiche de textos : Yahir Alonso Ortiz FANZINE NuM. 16, EJEMPLAR 17 / marzo - JUNIO 2018 AP. 1336, CP. 68000 - Oaxaca, Mexico. http://historias-de-madrugada.blogspot.mx
historias de madrugada narrativa y poesía como saetas. visuales para el insomnio
Guadalupe Ángela - Carlos Blas Galindo Mendoza - Celerina Sánchez - Azael Rodríguez Miranda - Nitzayé Hernánez - César Rito Salinas Raquel Olvera - Braulio Aguilar Orihuela - Samantha Leiva - Yahir Alonso Ortiz - Yeni Rueda López . Iván Fuentes - Gregory Quiñones - Tulio Mora
FANZINE NuM. 16, EJEMPLAR 17 / marzo - JUNIO 2018 - http://historias-de-madrugada.blogspot.mx