Historias de madrugada ejemplar 5

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narrativa y poesía como saetas. visuales para el insomnio

narrativa y poesía como saetas. visuales para el insomnio

Poesía : Clyo Mendoza - Mahra Ramos - Mayra Jiménez - Amancia Ramírez Braulio Aguilar - Héctor Jardines - Iván Fuentes - Yahir Alonso Nasario García Narrativa : Víctor A. Cruz - Juan Beat—Carlos Sorroza - Agustín Chávez Ensayo: Enrique Marroquín - Gerardo Escalante

Poesía : Clyo Mendoza - Mahra Ramos - Mayra Jiménez - Amancia Ramírez Braulio Aguilar - Héctor Jardines - Iván Fuentes - Yahir Alonso Nasario García Narrativa : Víctor A. Cruz - Juan Beat—Carlos Sorroza - Agustín Chávez Ensayo: Enrique Marroquín - Gerardo Escalante


lista de remitidos y detenidos en la madrugada 5 imágenes de portada y 4ª: Aristeo Robles Moreno editor / manager invitado: Jesús Malverde, alias “Dr. Farabeuf”

Nombres de sombra ……………………...……….………….…. clyO MenDoza heRRera Confidencias de un sacrílego .……………………….………. vÍctor armaNdo Cruz cháveZ Bajo la tierra ………………………………………………………………………………….…. maHra raMos El México bíblico de Burroughs y Kerouac …………….. GeraRdo escaLantE menDozA Venado …………………………………………………………………………… maYra Jiménez sanTiago Diálogos con el espejo …………………………………………….….. braUlio M. aguiLar Orihuela Metamorfosis de un gallo ………………………………………………..…………. hécTor JarDines ¿Qué haremos con la “mota”? ……………………….………..… enriqUe marroquíN Y zaleTa Último piso ………………………………………………………………………..…………….ivÁn fuenTes Si te vi, si te vi llorando …………………………………………….…...………….. cArlos soRRoza Sombras ……………………………………………………………………………………. amaNcia RamÍrez El rey del surf ……………………..…………………………………………………………………. juAn beaT La lluvia ..…………………………….…….…………………………………… NaSario garCía ramíRez Cambio de clima ……………………………………….………………… aguStín cháVez (Varguitas) Eterno es tu vacío retorno ………………………………………………………. yaHir aloNso oRtiz colaboraciones, máximo: 3500caracteres@gmail.com

titiche de textos : Yahir Alonso Ortiz FANZINE NuM. 4, EJEMPLAR 5 / JULIO-SEPTIEMBRE 2015 Oaxaca, Mexico. AP. 1336, CP. 68000


Clyo Mendoza Herrera

Nombres de sombra (Fragmento)

I Después de que se fue los árboles decrecieron en la penumbra. En mi sombra vi una niña mojada que se abrazaba a sí misma, me desconocí. Esa tarde no había caído ni una gota de agua y en mi bolso sonaban las llaves como dientes adosados. Cerré los ojos y al fin vi su nombre. Su nombre. Un auto iba a atropellarme, crucé de prisa la calle. –Su nombre, como una sombra o un felino transparente. Desde que se fue sólo sé descender, volvió la ceguera y mis sueños de mujeres apiladas y heridas. Ya no hay llanuras blancas ni veneros. Entonces pronuncio su nombre. Comulgo con su nombre. Lo obligué a irse Por qué.

Tenía amor, tenía miedo.

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II Habíamos caminado otra vez nuestra montaña blanca. Hincó el dedo en la cal y entró como una espina. El aleteo de los tordos elevó un polvo que parecía leche. Me agaché a ver cómo salía agua del hoyo que estaba abriendo usando su dedo como una broca. Bebimos y volvimos a caminar. Otro sueño se empalmó a ese sueño: un hombre pintado todo de negro (olía a petróleo) estaba sentado en una esquina contando chistes.

Entró una señora en la carnicería y dijo: -Quiero la cabeza de cerdo de allí. Y contestó el carnicero: -Perdone señora, pero eso es un espejo. Un hombre acercó un cerillo al payaso negro y éste se prendió en menos de un minuto hasta quedar hecho un muñón oscuro que apenas y se alcanzaba a ver en la noche. Se escucharon sapos o risas. Alguien señaló una estrella remotísima. Miré. Al volver la vista él me ofrecía agua con el cuenco de su mano.

Debemos encontrar agua, amor, o arderemos por el sol del desierto, dijo.

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Confidencias de un sacrílego Víctor Armando Cruz Chávez Las palabras son las sombras de los hechos. Baltasar Gracián

Voluptuosa, lasciva, lúbrica: palabras pobres que no representan cabalmente a su objeto. Palabras que arrojan una luz mortecina, apenas suficiente para alumbrar con rotundez a lo que quieren nombrar. Las formas de esa mujer sin nombre, su vestido de tela frágil, sus zapatillas de tacones altos, su espalda desnuda en donde había un discreto grano, rojo y diminuto, a la altura del omóplato. Los minúsculos vellos de su piel, su morenez, su rostro armónico, ensombrecido por la magnificencia de su cuerpo quizá un tanto pequeño, pero ondulante, firme, atrozmente deseable. ***

Crecí en un medio católico. En mi adolescencia aprendí a tocar la guitarra en un coro de iglesia. Conocí los pormenores y rigores de la liturgia. Sabía perfectamente en qué momento había que sentarse y pararse durante el culto; en qué momento persignarse. Sabía de memoria los responsos y la secuencia de cantos. No niego que llegué a amar el ambiente pulcro y beatífico de los templos: el olor gratificante de la parafina, de las flores y el incienso. Incluso esa hueca acústica que caracteriza a esos espacios representaba para mí una forma de la belleza. En mi adultez, aunque mis concepciones sobre la religión se han trastocado profundamente, no dejo de sentir nostalgia por la atmósfera de los templos. Es una manía recurrente irme a refugiar a esos sitios de culto. Sólo por serenarme, por reflexionar, por estar conmigo; sólo “por hundirme en agujeros de soledad, en charcos de pensamientos”, como diría mi maestro Eusebio Ruvalcaba. Eso si la congoja apremia, si la tristeza devasta, si el dolor duele, si la economía corroe, si la alegría no es suficiente. ***

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Yo tomaba una nieve y la vi pasar lejanamente. Iba con su pequeño hijo disfrazado de indito. Aún a esa distancia percibí su atribulada belleza. Se le veía triste. O yo estaba triste y todo lo veía triste. La supuse empleada doméstica. Su porte nativo se congraciaba con una serena altivez. La creí madre soltera: madre que se permitía llevar a su hijo al ritual guadalupano. La vi pasar y esa sola visión me crispó hasta las uñas. Ella desapareció entre la multitud y la olvidé por momentos. Me distrajeron las borrascas que me asolaban adentro. Entonces sentí necesidad de entrar a ese templo. Hubiese preferido que no estuvieran dando misa. Me quedé cerca de la puerta, viendo las espaldas de una multitud solemne y unísona, esmerada en repetir los esquemas litúrgicos de siempre. Cuánto abandono en cada uno de esos seres, cuánta necesidad de Dios, cuánta soledad corroyéndoles. Consuelo: sinónimo de Dios. Cerré los ojos para volver a mi infancia, para paladear el olor de la parafina y las flores, para ser remolcado por el eco de esas voces cansinas. Las represas a punto de romperse. Cuando volví a abrir los ojos, aquella mujer de hacía unos instantes estaba en cuclillas justo delante de mí: le ungía agua bendita en la frente a su hijo, lo persignaba, le hablaba al oído para instruirlo en esos menesteres católicos. Cabello derramándose sobre los hombros, piel, espalda, un diminuto grano a la altura del omóplato, estrechez de la cintura, redondez absoluta y lúbrica de las nalgas: la tela frágil del vestido adhiriéndose virtuosamente a la epidermis. Aun en las fronteras de lo sagrado la mecánica hormonal echa a andar sus engranajes. Respiro y me agito. Cuánto la belleza de una mujer puede fulminar. Cuánto puede ser telúrica y aplastante. La miro ponerse de pie. Va nuevamente hacia la pileta de agua bendita. Unge con ella el cuello de su hijo, el suyo propio. Queda otra vez de espal(Pase a la pág. 26) 5 historias de madrugada


Mahra Ramos

Bajo la tierra

En mi país florecen los muertos: en el desierto los cuerpos putrefactos esperan ser descubiertos. En el mar flotan cadáveres hinchados de olvido. En mi país los niños se alimentan de odio. Los infotaiment´s alcanzan raitings inimaginables con noticias relevantes como: el sacrificio de un perro por ébola. Y en la calle las fotografías de los desaparecidos llenan las paredes. En mi país se respira fetidez: el olor emana de las zonas militares, las oficinas de gobierno, las residencias oficiales, los cuarteles policíacos, los juzgados. En mi país, los muertos florecen.

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El México bíblico de Burroughs y Kerouac 1

Gerardo Escalante Mendoza El hombre es un río cuya fuente está oculta. R. W Emerson Se ha cebado en ellos la desdicha, ya en la locura, ya en la muerte temprana o en la fuga de la civilización. Son los poetas malditos. O. Paz 2

Intro En la historia de la literatura, diversos escritores han hecho referencia a la marihuana, la han consumido o han escrito de sus efectos en su trabajo literario y, en el “peor” de los casos, han ido más allá respondiendo al llamado sin retorno.3 En sus exquisitas bipolaridades, algunos de los integrantes de la generación beat realmente tocaron fango en las oscuras aguas sociales de la naciente y entrópica ciudad de México de la segunda mitad del siglo XX. En 1968, Neal Cassady, uno de los mejores amigos de Kerouac, fue hallado muerto a un lado de las vías del tren en San Miguel Allende, después de haber consumido una mezcla de alcohol, pastillas y marihuana. Tenía 42 años. Tierra fértil La llegada de Burroughs y Kerouac a las subesferas sociales urbanas de la capital mexicana representó el brinco de un inframundo a otro. Tan solo siete años antes de su arribo, Burroughs estuvo internado en 4 un psiquiátrico y enfrentaba cargos en su país por tráfico de drogas. Pero su disturbio interior se vertería como solvente en las engañosamente calmadas y benévolas aguas de la región cada vez menos trasparente del mundo, donde yacía un turbio lago jurídico en torno al control, infructuoso ante el desenfrenado y creciente consumo y distribución de sustancias como la morfina –algunas emparentadas con la co7 historias de madrugada


caína— derivados opiáceos, etcétera. El escritor de Albany, Nueva York, atestiguó que el uso de la marihuana había ido más allá del de la herbolaria medicinal, es decir, su práctica estaba relacionada con el esparcimiento o la evasión. Diversas sustancias (láudano, belladona, morfina, marihuana, etc.) figuraban en el registro de medicinas que se expendían en las farmacias del valle de 5 México desde 1886. La Secretaría de Salubridad expedía recetas de morfina a los adictos que lo necesitaran: Burroughs adquiría la misma cantidad de esta, que conseguía por 300 dólares en EUA, a solo 30 en 6 México. La interacción de los fármacos influyó de manera primordial en la visión y alteración del mundo de este escritor beat. La fase más álgida de su lucha interna comenzaría con la muerte de Joan, su esposa, en la entonces privilegiada colonia Roma. En su novela Queer, escribió al respecto: “La muerte de Joan me puso en contacto con el invasor… no he tenido otra alternativa que escribir mi propio escape.” En su novela Junky, el neoyorquino habla de su experiencia con las sustancias y debió narrarla bajo el efecto de estas. Cuando el libro aparece en librerías, William Seward Burroughs ya estaba lejos de nuestro país. Búsqueda o escape… Mientras él había iniciado su conflicto interior en estas latitudes, Jack Kerouac intentaba salvarse de la justicia norteamericana, acusado en 1942 por su posible complicidad en el asesinato de D. Kamerer a manos de un viejo amigo, Lucien Carr. La dualidad dionisiaca y apolínea de Kerouac le permitiría en su estancia aquí descubrir, entre otras co7 sas, su estilo literario, como el de su prosa espontánea presente en El camino. Los metabolismos mentales en divergencia de ambos escritores no les permitían discernir al mundo. Kerouac realizaría esa parte del México híbrido, su carácter único que lo diferencia de otras culturas occidentales, libre de la decadencia material del orden imperante. La exploración de la mente, la liberación de las ataduras de las (Pase a la pág. 26)

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Mayra Jiménez

Venado

1 A venado le gusta la hierva húmeda, romper la yema ardiente del verano, pisar la cáscara vencida de la lluvia y devorar a gajos el silencio. En su cornamenta habita un árbol en cuyas ramas desnudas viene a colgarse el deseo verdiotoño de las hembras, su soledad es virgen y silvestre, es la fruta ácida de la rama tibia que madura gentil bajo su vientre. A venado le gusta marcar árboles, besa el tronco con su piel olorosa, baña la raíz insinuante del mezquite con el caudal lascivo de su cuerpo. Ella leerá con la nariz gozosa cada mensaje escrito por venado.

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Braulio Aguilar Orihuela

de: Diรกlogos con el espejo

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Héctor Jardines

Metamorfosis de un gallo I Quemándole las patas al diablo pa´ que permanezca su incendio pa´ que no me alcance pa´ que su testimonio perdure pa´ que me calle pa´ que me grabe sus pasos pa´ consentirlo pa´ que me cure del hombre pa´ que me cure del mundo. II Bajo el influjo secreto de un espectro de humo de silueta difusa y cuerpo etéreo, escribo. Le veo dar pequeños golpes dentro de mi cráneo intentando deducir el mejor lugar para su canto. ¡Qué bella música! Indefinible delicia que abriga sensaciones… III Blended voices, does it feel good? A smooth river sparkling in your sunny brain, a holy sky hanging your cloudy bones, a Harsh ground holding your muddy skin, a Sacred fire smashing your tricky thoughts.

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IV De repente el mundo se suspende, y deja colgado un susurro de ave. De repente el mundo se suspende, y cosecha un cielo de follaje rosa. De repente el mundo se suspende, y deja al hombre en el olvido. Entonces, a escondidas, asoma un ojo… V ¡Tortuga milenaria! Imperial… Soberana lentitud desafiando el tiempo. Sin prisa… Natural. VI ¡Fumemos nuevamente! Que no hay más placer que expandir el humo de vida. Mira las rosas. Mira las nubes. Mira. Sonríe. El humo se eleva, la vida es transitar.

000 ¡¿Quemándole las patas al diablo?! ¡No, es el diablo el que me anda quemando los labios!

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¿Qué haremos con la “mota”? Enrique Marroquín y Zaleta

Algunas drogas son legales -incluso se publicitan, como los somníferos, los cigarros y el alcohol- y otras son ilegales. La diferencia entre ambas no corresponde siempre a su toxicidad, sino que obedece a intereses del mercado. La marihuana (cannabis indica o cannabis sativa) cuenta con una larga historia. Parece ser originaria del Himalaya. Hay indicios que fue conocida por los arios, escitios y tracios, así como por los musulmanes sufies. De hecho, del hashish (resina producida por la planta de marihuana) derivó la palabra hashishins (asesinos), pues un mercenario (“El Viejo de la Montaña”) la daba a fumar a sus sicarios. Desde antiguo fue conocida en Europa (en un cementerio de Rumania se encontró un bracero ritual con semillas de esta planta). A México llegó durante la época Colonial proveniente de Filipinas, es sabido que de la cannabis sativa hacían fibras para usos diversos (hilo de cáñamo, ropa y hasta papel). Como el comercio oriental pasaba de Acapulco a Veracruz, en Acapulco comenzó a sembrarse aquella planta (la “Acapulco Golden”). En la Revolución, fue usada por los soldados -los “juanes”-. Los revolucionarios la difundieron por todo el país, y hace poco todavía podía conseguirse “para las reumas” con las curanderas. Fue droga de albañiles, del subproletariado y de los presos…, antes de la revolución psicodélica entre los jóvenes clasemedieros. ¿Por qué se prohíbe? En el el XVI Congreso de Investigación en Salud Pública Ricardo Tapia Ibargüengoitia, investigador del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, se hacía esta pregunta. El psicólogo y siquiatra Carl Hart, de la Universidad de Columbia (Nueva York), uno de los mayores sobre el control de drogas. La ciencia también paga un precio alto por 13 historias de madrugada


neurólogos especialistas sobre el uso de drogas, en entrevista a La Jornada, declaró: “La sociedad paga un alto precio por el enfoque político sobre el control de drogas. La ciencia también paga un precio alto porque pierde credibilidad como consecuencia de acciones políticas que parten de interpretaciones sesgadas de la realidad”. El aspecto penal de la “yerba”, así como su aspecto ético, dependerán ante todo del daño que ocasione. Se requiere, empero, de conclusiones realmente científicas, hay aún muchos mitos en torno suyo. Pedro Miguel escribió hace algún tiempo en su “Navegaciones” de La Jornada, que el primero a quien se le ocurrió prohibir la marihuana fue al Papa Inocencio VII, en 1484. Recordemos que el contexto histórico era la lucha entre Oriente y Occidente, y el legado pontificio estaba preocupado por desprestigiar a la otra cultura. Se trataba del ancestral antagonismo entre el vino de Occidente y el hashish musulmán, y ambos se demonizaban uno al otro. La situación legal reciente de esta planta se originó en 1937 en Estados Unidos: Harry J. Anslinger –primer comisario de la Oficina Federal de Narcóticos y doctor en bioquímica- la gravó con impuestos para disuadir su consumo. En 1961 fue prohibida oficialmente, siendo colocada en el rubro de “drogas peligrosas”, basándose en el informe del mismo Anslinger. Para él, una sólo inhalación de mariguana bastaba para volver al fumador en violador, asesino y ninfómano (no olvidar que frente a él tenía a los discriminados negros y mexicanos). Una primera desmitificación se debió a la concienzuda investigación de Fiorello La Guardia, alcalde de Nueva York, realizada durante un semestre en 1947. Concluyó que los daños del consumo de dicha planta no eran tanto como se pensaba; pero la fuerte campaña conser-

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vadora antialcohólica y antinarcóticos, ignoró dicha investigación. Otro mito es el de que el consumo de la “mota” abre el camino hacia otras drogas más fuertes. No parece confirmarse esto. En cuanto a los efectos inmediatos que se producen al fumarla -que pueden durar algunas horas- es afectar la memoria inmediata, la coordinación motora y el juicio. Por otro lado, la “mota” es un euforizante: el cuerpo mismo produce sus propios THC; pero la mariguana los amplifica hasta en un 100% esa euforia y bienestar. Por supuesto que toda droga es tóxica y perjudica al cuerpo. Esto no se puede desdeñar. Sin embargo, los daños de la mariguana no parecen ser peores que los de otras drogas legales, con tal que no se comience a consumir en la adolescencia, cuando el cerebro aún no se ha desarrollado bien. Se ha observado que cuando hay cierta predisposición a trastornos psiquiátricos (la esquizofrenia o paranoia), esta droga los incrementa. La comunidad científica en general coincide que un consumo moderado entre personas sanas y bien alimentadas no produce daños mayores, y en todo caso, éstos son reversibles si se suspende su consumo durante un tiempo. Incluso, como en otras drogas, se han encontrado algunos efectos positivos, tales como ayuda en casos de ansiedad, para la artritis y para menguar los dolores en casos terminales, como el cáncer. En cambio, lo que ciertamente daña a la sociedad es su persecución penal. En Estados Unidos, el 80% de los encarcelados lo están por casos relacionados con la droga. En México, las prisiones son uno de los lugares donde el narco realiza mayores ganancias. La mayoría de los consumidores no se acercarían a los “narcos” si no fuese por buscar la droga, lo cual los hace cómplices y encubridores del tráfico y los vincula a los criminales. Allá por los años sesenta, cuando yo tuve la oportunidad de acompañar a algunos grupos “xipitecas”, conocí a algunos muchachos que fueron llevados al Palacio Negro de Lecumberri, que me platicaron su dramática experiencia. 15 historias de madrugada


Iván Fuentes

Último piso Pienso en ti desesperadamente Me siento frente a la tv para pensarte entre comerciales de jabón Te pienso entre idas al baño Pienso en las mañanas en las que dejará sus piernas dormidas en tu cuerpo Pienso en tu gemido atroz que me persigue como asesino de película de terror Pienso y me convenzo de que eres tan o mas desdichada que yo Que la sonrisa que tienes todo el día es una máscara que oculta mi recuerdo Que su 1.80 es demasiado para ti que te es imposible besarlo que la firme geografía de su cuerpo es una ciencia grotesca en tu pensamiento Que aquel bulto bajo su bragueta es un tumor un tumor que acabará por destruirte que te orillará a la locura a lanzarte del último piso en el que dejamos un recuerdo.


si te vi, si te vi llorando... Carlos Ramírez Sorroza

La fiesta de clausura del festival de cine alternativo fashion: “Ambulante”, empezó a las diez de la noche. Los invitados y los anexos, como yo, fuimos llegando cual expedición de arrieras al MACO. Empezamos a reunirnos en la calle de Alcalá. Un tipo que en la entrada recibía las invitaciones (flyers muy pinches, pero eran las invitaciones y pases dobles), se ponía medio mamila para dejar entrar al súper evento, pero todos entramos al final. Ya pasando la puerta de madera, el pasillo de recepción del MACO se transformó en el túnel que te conducía a la felicidad, al reconocimiento. En un evento como “Ambulante” ya perteneces a la élite intelectual, sensible y además cosmopolita. El ambiente era inmejorable, todos nos saludábamos. Se había anunciado la presencia de Gaél García para engalanar la clausura de “Ambulante”, y eso fue lo mejor, porque las doncellas fashion alternativas y reventadas estaban dispuestas, no sé a qué y ni ellas sabían para qué, pero estaban dispuestas. Gaél sin haber llegado, había hecho presencia en ellas como una humedad feromonal en el ambiente. Había alcohol, había música, todos estaban felices de estar ahí; el central por un día había cambiado de lugar, los mismo clientes, claro, ahora invitados por un grupo de mujeres prototipo de la nueva belleza intelectual. La fiesta continuaba pero Gaél aún no llegaba. No había pasado una hora cuando un rumor se oyó debajo de la música étnica de un país asiático (en la compra del disco ayudas, con un kilo de arroz, a darle de comer a las ratas sagradas de una religión exótica). Ya no había chelas y Gaél aun no llegaba, pero su llegada era inminente. Las mujeres sudaban. Nosotros babeábamos con una perversa 17 historias de madrugada


mezcla de vodka y feromonas que abundaban en el ambiente. Empezaban las primeras bajas de la noche. Envinadas muchachitas salían arrastradas por sus amigas, poco menos pedas que ellas, y otras arrastradas por un amigo héroe que las sujetaba fuerte por su cintura. Las señoritas, antes de irse, volteaban preguntando con cara de angustia: -señññor, ¿no ha lleggggado Gaél? El guardia, imperturbable, les cerraba la puerta. Y Gaél no llegaba. Argentinas salidas de quién sabe dónde , checas sin acento deambulando en medio de la fiesta; mujeres ambulantes repartiendo desdén y claro rompiendo el corazón a más de cuatro ingenuos, que soñaban con ellas, con un caballito de tequila en la mano, ya que el vodka se había terminado. Y Gaél aun no legaba. Lindas y lindos alternativos bailaban en un rito invocando al dios de la fama, o por lo menos a un productor ejecutivo de telenovelas de Televisa o Telemundo, cuando un rumor llenó el ambiente: -GAEL YA LLEGO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Y arrancan… yeguas pura sangre se lanzaron en pos del derby de televisa, algunas ya lista la cámara del celular, otras con unas tijeras dispuestas a cortarle un mechón para un embrujo según receta de madame Sazú. De pronto, en medio de la nada, surgió el príncipe feliz de la película de Sherk; sólo se oía el bufar de las yeguas: desmayos, alguno que otro ohhhhhhhhhhhhhhh que proponía un orgasmo express. El ambiente se incendió, sólo se veía un rastro de brasieres, tangas y bóxers. Gaél imperturbable siguió su camino, y el tequila empezaba a escasear. Así como llegó, Gaél se fue. Ya con varios tragos de vodka, de cerveza y una imposible mezcla de tequila y jugo de tomate, la duda irrumpió en cada uno de los que quedamos en esa fiesta. ¿Gaél realmente vino?, ¿Gaél existe? Y poco a poco, como un árbol de navidad que se enciende, una certeza nos iluminó: Gaél somos todos. Todos somos Gaél.

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Amancia Ramírez Ramírez

Sombras

Fue una tarde álgida. Al final de una mirada sus ojos se cerraron justo cuando caía el crepúsculo. La quietud en sus labios ahogaba los gritos de un corazón vacío y un espíritu enfermo.

Un inquieto susurro del viento jugaba con sus cabellos, las lágrimas rodaron azotando el polvo. Inmóvil bajo la luna, la sombra abrazaba el suelo con su negra vestidura sumergida en el silencio.

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El rey del surf Juan Beat Dedicado a Astroman X

Juan Beat comenzó a beber tarde, pero de los 20 años a los 25, ya había cultivado una hermosa úlcera gástrica. Solía andar por las calles enfundado en una brillante máscara de Huracán Ramírez. Las pocas y buenas mujeres que lo habían conocido, no le soportaban su histrionismo y mucho menos su ego aferrado por creerse un escritor, y no era más que un mediocre en busca de mala fama. Gran parte de su tiempo lo mal gastaba en teclear malos poemas en una Apple II y visitar a amigos. Uno de ellos era al “Rey del Surf”, en su buenos años había sido un gran luchador y siempre la antítesis del Santo. Ahora, bajo la máscara de Blue Demon “se escondía” un escritor que conmocionaba a toda una generación de jóvenes perdedores, desencantados con la sociedad y que intentaban ser incendiarios. En la calle de Isabel la Católica, tras una enorme puerta de madera vieja, el Rey del Surf se agazapaba de la fama, Juan Beat llegó un viernes por la tarde, sin problemas entró en aquel edificio y recorrió piso por piso observando las placas, los reportes periodísticos, las fotos, las máscaras que el Rey del Surf había ganado durante su basta carrera como luchador; ese gran edificio era un museo de toda una vida en los encordados, incluso, resaltaban las cartas totalmente literarias que aquel hombre enmascarado había intercambiado con Mil mascaras, Dos caras, Chris Bennoit, Eddie Guerrero, entre otros. Al empujar la puerta, Juan Beat encontró al Rey del Surf tirado en un catre, llevaba un jersey de los N.Y. Rangers y sus calzones raídos. Se saludaron, derramando un poco de tinto sobre el piso. “Pásame esa tasa”, le dijo el Rey del Surf a JB. Él tomó la tasa con el logo de los tigres de la UANL, sopló dentro, esparciendo bastante polvo. El Rey del Surf le sirvió a JB una gran dosis. “A qué vienes, qué haces por acá… si necesitas dinero no tengo, tuve que historias de madrugada 20


mandar un guión para una de esas novelas semanales que lee toda la gente, pero no me ha llegado el dinero, por cierto, ¿no viste una chica de tetas pequeñas pero firmes, parada en la entrada del edificio?, me debe algunos pesos y no me los ha pagado, cree que con venir a tirarse unos pedos y levantarse la falda para que le chupe su coño ya me doy por satisfecho. Cuando te vayas, si la vez dile que es una puta”. Juan beat sólo esbozó una sonrisa, sacó unas cuántas hojas y se las mostró al Rey del Surf. “Son mis nuevos poemas”. El Rey del Surf los tomó, se limpió el vino que le escurría por la barbilla y comenzó a leer en voz alta uno de ellos: La gente que gasta servilletas blancas es más confiable. Por Juan Beat

Quién demonios puede confiar en un poeta que se sienta frente a una apple II a escribir, abre una lata de cerveza, se rasca el culo, y ocasionalmente se masturba; al final , se limpia el semen con servilletas blancas, ¿Alguna "dama"podría confiar en gente así? por cierto, creo que terminaré este poema para ir por una servilleta blanca. “Qué mal poema, es lo peor que he leído últimamente y eso que diario me llegan cartas y cartas de "poetas y escritores" que intentan que les ayude a publicar. Lo que no se imaginan, es que cada carta que llega la pongo en una bolsa de plástico y hago un combustible para el viejo boiler de leña. ¿Recuerdas los combustibles? Eran unas 21 historias de madrugada


bolsas amarillas que estaban llenas de aserrín. Eso hago con las cartas, incluso con el recibo de luz. Dejemos de hablar y vamos al "pájaro". ¿Lo conoces?”. “Si, es un "bar" de tabla roca que esta en República de Perú, frente a la coliseo”. Caminaron sobre Isabel la católica y llegando a la esquina de Perú dieron vuelta hacia la derecha. “¿Recuerdas la última vez que estuvimos en la coliseo?” dijo JB. “Si, fue el día que te enfermaste de sarna”, contestó el Rey del Surf. Juan Beat y El Rey del Surf entraron al pequeño bar. Todos admirados murmuraban acerca de aquel tipo con máscara de Blue Demon; en el escenario un soldado raso le hacía una felación a un transexual mientras sonaba surf raider interpretado por “The Magnifics”. Juan beat vomitó, aún enmascarado pasó la manga de la sudadera quitándose el excedente del vómito, el Rey del surf solo hizo un gesto de desaprobación pero pidió un par más de a litro. Mujeres se acercaba al Rey del Surf, las bandas le solicitaban en el escenario para que les hiciera el honor de acompañarlos con un poema, no obstante, él se desentendía, daba tragos a la caguama alternados con vodka tonic de oso negro. JB y el Rey del Surf bebieron hasta que la mayoría de los asistentes en el pájaro se recostaban en el piso y follaban. Muy temprano, aún con un poco de resaca “curada” con unas líneas de coca, Astroman X, enmascarado y mejor conocido como el Rey del Surf, viajaba a N.Y para encontrase con su amigo Bret Easton Ellis quien lo alojaría en su penthouse y esperarían a Los Bomboras para su show en el Madison Square Garden. Juan Beat caminó hacía el 115 de Perú, a él nadie lo conocía, incluso Idalia lo había echado de su vida; no obstante, como cada mañana, esperó frente al edificio para solo verla salir.

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Nasario García Ramírez

La lluvia

Va cayendo en mi cabeza mojando de nostalgia mi pasión. Resbalando llega hasta mi oído, llevándose en su cristalino andar las frases burdas que ahí guardaba. Mis ojos son inundados por sus gotas que los libran de impurezas, y al llegar a los labios, en tremendo frenesí los acaricia. Al caminar su pertinaz caída me acompaña, ha enterrado en mis pasos la maldad que en el aire impuro divagaba. Lluvia que has nacido con e tiempo, libertad de los batracios, amanecer del cocodrilo en lodo, mi ciclo verás fallecer y tu seguirás siempre fecundando primaveras.

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Cambio de clima

Agustín Chávez, “Varguitas”

La mayoría de las personas esperan la muerte para conocer a un Dios; ellos, en su inocencia, creen en lo que otros, no muchos, les prometen: un paraíso. Con el recurso del miedo, los pocos, dominan a los muchos. Y mientras los muchos y los pocos esperan el día en que el Señor los llame a su casa, ellos a su casa matan. No se necesita morir para conocer a Dios: Él aquí está, es la tierra, ¿acaso no la logran ver?

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Yahir Alonso Ortiz

eterno es tu vacío retorno Se anunció a media tarde tu llegada toda la casa se dispuso para ti Con agua caliente está la tina en su punto la comida tibia ahí sobre la estufa todos aguardan listos el camión de las 10 Esas horas que anteceden empujan lentamente las sinuosas manecillas del tiempo que traviesas todo lo han llenado de polvo Sábanas almohada y cama se tiñen de amarillo después de no sé cuantos carros de las 10 El refrigerador grita hedores indigesto por los platos fríos que llenos de nostalgia desperraman sus recuerdos Mas la seguridad de que alguna vez llegaste tarde de que alguna vez viniste a tiempo les porfía una noche más una noche menos Y los perros ¡ay los perros como ladran en la calle oscura! A eso de la media noche buscamos Rebuscamos a través de las ventanas todos pensamos que estás muerto y que ellos atisbando tu alma errante ladran tu llegada vendaval


Víctor Armando Cruz Chávez. (Viene de la pág. 4) das a mí, atenta a las palabras lejanas del sacerdote. Y el tiempo se detiene. No hay más letanías retumbantes. No hay más multitud. Sólo su imagen clavándose en mi costado. Camina hacia la salida. Oigo el golpeteo de sus tacones. La veo mirarme un instante. Abandona el templo. Siento el impulso de salir también. Cuando estoy afuera, ella, en el atrio, le toma una fotografía a su hijo. Se me ocurre ofrecerme a tomarles una foto. Pero otro hombre que ronda las cercanías se me ha adelantado. Me resigno a alejarme. Volteo y la miro nuevamente en cuclillas, abrazando a su pequeño. Imagino que el hombre que sujeta la cámara se toma unos instantes para codiciarla mientras enfoca. Yo regreso al hábito de ser yo. Me retuerzo por ese abrumador encuentro con los territorios paradójicos de Dios: el templo, ella.

Ω Gerardo Escalante Mendoza (viene de a pág. 7)

nuevas ideologías –llámese fuga o evasión— son las dos características fundamentales de quienes se han entregado al ramaje de la marihuana o a la incorporación de otros psicotrópicos, no siempre moderada, para romper, como proyecto de búsqueda, los lazos civilizatorios sin control. El consumo aún es desacralizado en lo social y en lo privado, se asocia a lo marginal, sin embargo el escritor sabe que hay un camino no recorrido, por tanto un nuevo sendero que debe ser andado por un nuevo ser, y sólo a través de la experimentación podrá llegar más lejos hasta deconstruir su modelo social interno para destruir el externo. _________________________________ 1. Me refiero a la asociación que le da a este término Jorge García-Robles (Burroughs y Kerouac: dos forasteros perdidos en México, Edit. Contemporánea, 2007) refiriéndose al México distópico de la primera mitad del siglo XX como un lugar idílico para el escritor norteamericano. 2. Las palabras y los días. Una antología introductoria. Octavio Paz, México, FCE, 2008, pág. 105, selección y prólogo de Ricardo Cayuela G. 3. Enzo Maqueira en “Marihuana y literatura”, Lea. Revista virtual de libros y cultura, nov. 2007. 4. García Robles, Op. Cit., págs. 47-137. 5. Pérez Monfort, Ricardo,Hábitos, normas y escándalo. Prensa, criminalidad y drogas durante el porfiriato tardío, Plaza y Valdéz, 1997, pág. 150. 6. García Robles, Jorge, Ibídem. 7. García Robles, Jorge, Ibídem.

historias de madrugada 26



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