fan zine
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poesía-narrativa-ensayo-visuales enero - marzo - 2022 oaxaca-méxico
Aforismos Leonardo da Jandra
El despertar de la mujer nube Mónica Gameros
Criptoinvierno Oscrack Sandoval
Ulises y el difícil retorno al aula universitaria Enrique G. Gallegos
Principio 2 Samantha Leiva
HaiQR Ictur Aljar
Manifiesto Conceptual por una Ley de Patrimonio Ki Victoriuex
Minificciones para sobrevivir al confinamiento César Dite
Cuarentenas Antonio Sandoval Ildefonso
Soy un animal muerto Reto
Los sonidos de la esperanza... josé Capaverde (el seis)
bestia absoluta Renè M. Corona
Ciencia y Poesía, Poesía y Ciencia Edgar Artaud
Conversaciones con el mar I Gregory Quiñones
Extraviado Iván Fuentes
colaboraciones 3500caracteres@gmail.com
Viñeta de portada: Raúl Alonso Gutiérrez titiche de textos: Yahir Alonso Ortiz
Fanzine n ùm. 0 - ejempla r 1 / enero - marzo 2022 https://ven-tilador.blogspot.com https://historias-de-madrugada.blogspot.com https://metaprovincia.blogspot.com https://issuu.com/estado20 https://es.calameo.com/accounts/4590727 https://www.facebook.com/Ventilador-105904068624455 https://www.instagram.com/arte_urbano_oaxaca estado20. en: https://www.instagram.com/metaprovincia
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Aforismos* 5 Leonardo da Jandra
Me pidieron una definición de metáfora. Aquí arriesgo una: Sustitución discursiva que prioriza la belleza sobre el entendimiento.
Los que creen más en los dictados del poder político y económico que en la guía de la razón y del espíritu, nunca dejarán de ser esclavos de lo peor de sí mismos.
La gran mayoría de las opiniones disparatadas de nuestro tiempo, deben atribuirse a un necio afán de protagonismo.
Cuando se le da la espalda al espíritu, el animal que vive en nuestro sótano asume el mando.
Entre los animales salvajes la semejanza es garantía de respeto; entre los humanos, de odio y confrontación.
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*en: https://twitter.com/LeodaJandra Se tomaron los aforismos más vistos
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El despertar de
Mònica Gameros
Entramos a mi departamento después de subir 40 escalones y quedarnos un poco sin aliento, puse los pulques en unos tarros que nunca usé para cerveza, no bebo desde los 30 cuando me harté de la convivencia con cheleros, siempre tan aburridos y nostálgicos de los “buenos tiempos”, o tal vez me aburrí de la banda que conocía, tan mediocre y decepcionada de su vida, qué sé yo. Por eso Amael, me cae chido, porque su conversación es más interesante. Amael se metió al baño y yo puse Happy House a todo volumen; mientras la bruja mayor nos encantaba el ambiente, mi amigo salió del baño bailando y cantó conmigo el coro, luego se acomodó en mi sofá y caminé hacia él, parecía un caracol gris pero, con la música, comenzó a cambiar de color a un tono iridiscente y brillante —no sé cómo explicar lo que veo en la gente, es un color específico y me pasa desde que volví de mi tercer viaje champiñón—, usé una sabanita y lié un par de porritos, le di el suyo y entonces me di cuenta de que el encendedor no servía, así que, sin caer en presión, saqué una vela y la prendí en la estufa, luego la puse sobre una tapa de refresco que coloqué sobre la mesita de centro, la vela sería nuestra perfecta fuente de energía para el vuelo. Mi gato ACDC llegó para acompañarnos, mientras el ambiente se puso verde, él se acomodó entre nosotros, tiene 4 años y es lo que podrías imaginar como el gato de Alicia combinado con la oruga. Observando al felino, estiré la mano con el join apagado, era el que le tocaba a mi copiloto y creo que no me había entendido porque me dijo: “¡Poncha, prende!” y no sé qué más, y —como no soy de las que le llevan la contraria a la corriente—, prendí e inhale y volví a exten- der el brazo mientras con la otra mano le enseñé que tenía el mío, entonces sonrió y jaló el porro hacia su boca. Juntos, comenzamos a generar aire verde para el vuelo y bailamos un poco —quería verlo fe-
liz—, cantamos Shine On You Crazy Crazy Diamond, luego volví a insistir: 3
—Hay que irnos, deja todo, ¿qué importa? De todos modos, no te gusta trabajar ahí. No tienes hijos, ni tus padres dependen de ti; dejamos a los gatos con Gigi y vamos por esos Derrumbes, verás que tu vida va a cambiar. Amael levantó las cejas en un gesto de incredulidad ante mi insistencia y, después de un rato de silencio, me platicó de sus textos, de su bloqueo, de sus intenciones con lo que ha escrito. La música seguía, yo sonreí, el cohete despegó... Cuando ya estábamos muy prendidos, Amael
empezó a contarme: —Hace unos días estuve leyendo sobre Betelgeuse. Es una de las estrellas más brillantes que se ven desde la Tierra, puede que se vuelva supernova en poco tiempo. Dicen que puede explotar “relativamente pronto”, pero en términos cósmicos, “pronto” puede significar 500 años o un mes. —Órale... ¿Y es peligroso para la Tierra?
—Los científicos no lo saben. Podría verse tan brillante como la Luna, incluso en pleno día, durante meses. También puede alcanzarnos su luz al volverse supernova y destruir todo en la Tierra. —Wey, imagínate que eso pase mañana y tú, en tu oficinita. —Pues sí... O también me puede pasar como a Jacobo Grinberg, que por andar queriendo despertar a las personas, venga el Maestro de Marionetas del sistema para desaparecerme. Mejor vuelo, antes de que me en-
cuentren. Ví un brillo en sus ojos que me hacía pensar que lo estaba convenciendo de dejarlo todo e irnos a un día de jugos amargos, sería una ocasión para Derrumbes y Pajaritos en manos de los Niños Santos, lo miré a los ojos y repetí con firmeza: —El pulque me dice que lo hagamos. ____________________ * en: https://www.facebook.com/monica.gameros
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Criptoinvierno Óscrack Sandoval
Después de la fiesta latina las extranjeras se despiden y la música de amargue cala los huesos el bitcoin vuelve por debajo de los 50,000 USD
los treiders analizan las velas japonesas buscando una señal alcista en los sentimientos del mercado hay que aprender a jugar con el miedo la incertidumbre y la codicia después de la fiesta latina las extranjeras se despiden los jolders saben de la inestabilidad en el mercado
y que la única estrategia es la resistencia. 5
Ulises y el difícil retorno al aula universitaria. Reflexiones Enrique G. Gallegos
Es conocido el poema épico de Homero, Odisea, que narra la aventura de Ulises para poder regresar a Ítaca y reencontrase con su esposa Penélope y su hijo Telémaco. Después de 10 años de viaje y de un sinfín de aventuras, peligros, catástrofes y muertes, logra retornar a su patria; pero la pesadilla no acaba ahí: en casa, debe enfrentar a los “pretendientes” de Penélope. Ulises, “astuto en ardides”, logra vencer todos los obstáculos. La fuerza metonímica del poema ha servido en incontables ocasiones para proponer interpretaciones de la realidad y respuestas a sus posibles problemas. Pienso por ejemplo en la Dialéctica de la Ilustración de Horkheimer y Adorno, que lo usan para ilustrar la fetichización que puede suceder con el «bello» canto de las sirenas. Esa odisea del retorno descrita en el poema también puede servir para ejemplificar el regreso a las clases presenciales. Como en el viaje de Ulises, el retorno presencial a las aulas universitarias también deberá de enfrentarse, tarde o temprano (¿en los primeros meses del próximo año?), a una serie de zócalos de problemas, que a continuación describo (aunque están pensados para las universidades, algunos también podrían referirse a los otros niveles educativos, que según el discurso oficial regresan a clases «voluntariamente» el 30 de agosto). Pero a diferencia de Ulises que le tapan los oídos con cera para que no escuche el canto embrujador de las sirenas y termine quedándose en esas tierras lejanas, las universidades (y particularmente me refiero a las públicas) deben escuchar y mirar con perspicacia no sólo lo visible (pandemia), sino lo invisible (las crisis y y los problemas) y contribuir a que regresen sanos y salvos a su patria (aula) estudiantes, trabajadoras y trabajadores universitarios. El problema más evidente es que el regreso a clases presenciales implica riesgos de mayores contagios, rebrotes y la posibilidad de enfermarse. Es un asunto cuantitativo de intensidades, de más movimientos, más cuerpos en contacto, más traslados, más posibilidades de contagiarse, que terminan por transformarse en diversos problemas cualitativos. Las aulas, por lo regular son espacios cerrados, con algunas ventanas y poca ventilación. En el aula, las y los estudiantes están codo a codo, dialogan, se saludan, discuten, comen. Ciertamente el cubrebocas, las desinfecciones de áreas y muebles y guardar las distancias son barreras profilácticas, pero 6
limitadas por el contexto interno de una universidad como espacio cerrado y en movimiento. Luego están los traslados, el uso del trasporte público, el metro. Imaginemos el traslado de un estudiante en un día normal: sale de su casa, toma un micro, llega al metro y en tanto entra en contacto con una infinidad de medios, contextos y ambientes. Frente a ese panorama, se tiende a sugerir que es mejor continuar con las clases a distancia, mantener las aulas cerradas y que los estudiantes se queden en casa (claro, si es que no trabajan) y continúen con la educación en línea. Pero esa situación, después de año y medio, también tiene otros rostros y problemas. Estamos al nivel de las familias y los individuos. Por debajo y al costado de esos dos niveles están los procesos y agenciamientos subjetivos. Es sabido que uno de los procesos que llevaron a la formación de las sociedades capitalista descansa en la destrucción de las formas comunitarias tradicionales de vinculación, sobreponiendo al individuo como base de la sociedad. Desde entonces el individualismo se ha impuesto como cosa “natural”. Con el tirón que ha representado el neoliberalismo y el desmantelamiento del estado social y su tejido legal-institucional de protección, ese individualismo ha sido reforzado con las ideas de autorresponsabilidad, emprendimiento, búsqueda del éxito, optimismo, autogestión y toda una cultura empresarial que las personas han interiorizado, sobrecargando violentamente al individuo al hacerlo el único responsable de lo que le pasa. Eso que Byung-Chul Han llamado el imperativo del rendimiento. No es casualidad que una de las enfermedades más comunes entre los jóvenes sea la ansiedad, además de la depresión. Los jóvenes en edad universitaria están sometidos a esas exigencias de éxito, de gestión de optimismo y de rendimiento que son altamente violentas, que han interiorizado y que las universidades les apuntalan. Uno de los efectos invisibles pero de largo alcance de la pandemia y su largo período de reclusión y disminución de la convivencia comunitaria, es justamente el rebobinamiento de esas formas de individualización y agenciamiento subjetivo, que tiene como efecto potenciar el ya de por si fracturado tejido social (por las distintas violencias sociales y estructurales, a que me refiero en el siguiente apartado). Desde estos puntos de vista, el regreso presencial al aula puede ser un dique a esas tendencias erosionadoras. En el aula suceden muchas cosas más que la puesta en marcha de competencias y conocimientos. Cuerpos que hablan, olores, gestos, miradas, construcciones comunes y de sentido compartidas, sonrisas, tentativas de amor y desamor, aventuras insospechadas, 7
tejidos de solidaridad y justicia social. Además, ¿a qué tipo de formación se accede en las diferentes modalidades de la educación en línea o virtual?. Dejando a un lado motivos individuales y que puedan existir materias cuya especificidad le sea pertinente, la formación en línea no hace sino fortalecer las lógicas atomizadoras, individualizadores y los agenciamientos subjetivos neoliberales. La universidad pública tiene funciones sociales y debe fomentar otro tipo de habilidades que tiendan a contrarrestar esas lógicas y fomenten la solidaridad, el diálogo, el reconocimiento, el sentido de justicia, compromiso social y todas aquellas cosas que suelen suceden en una clase presencial que son del orden del cuerpo, las emociones y lo saberes cotidianos. Y eso no se puede hacer con estudiantes aislados y recluidos en sus cuartos, casas y compartimentos, por más interconectados que estén o parezcan estarlo (hay que tener cuidado con el fetichismo de las tecnologías). Además, súmele que en México no existe (en general) o es muy costosa, una tecnología robusta para evitar los típicos incidentes que dotan de incertidumbre al desarrollo normal de una clase (cualquier profesor o alumno ha padecido el congelamiento de la imagen, la interrupción del sonido —“¿me escuchan?”—, la intermitencia y lentitud del internet, etc.). El regreso a clases presenciales puede descansar en el prensado laboral de las y los trabajadores académicos y administrativos de las universidades. El regreso seguro a clases no sólo tiene que ver con la salud sino también con las condiciones laborales. Las clases en línea o teletrabajo académico han corroborado lo que decíamos en el punto 2: el esfuerzo, la responsabilidad, los medios y herramientas de trabajo recaen en el trabajador universitario y su bolsillo y poco en los centros de trabajo. El profesor/a debe poner su equipo de cómputo, pagar su internet, luz, estar disponibles las 24 horas y atender a decenas de estudiantes. Y para justificar esta intensificación laboral se suele recurrir al típico lenguaje punitivo de la “responsabilidad” y del “compromiso” de la ética neoliberal que oculta la precarización y explotación laboral (“¿es que acaso no están comprometidos con la universidad y los estudiantes?”, preguntan con su dedo acusatorio las autoridades universitarias). Los centros de trabajo universitario deben implementar esquemas de apoyo para enfrentar los efectos de agotamiento, estrés y el fenómeno de “quemado” que padecen por el teletrabajo. Los directivos 8
de las universidades públicas deben hacer claros compromisos para evitar la flexibilización del trabajo, las imposiciones, las violaciones a los contratos colectivos y la precarización, de tal forma que generen las condiciones óptimas para el regreso seguro. Los acuerdos con los trabajadores universitarios es fundamental para transitar a lo presencial y para hacer frente a lo que viene después del regreso a clases en cuerpo. Es sencillamente inadmisible que más del 90% de los trabajadores académicos de la UNAM y cerca del 30% en la UAM estén contratados por hora y bajo esquemas similares (temporales) de precarización. Peor aún, las clases en línea o virtuales, en la medida en que descansan en las tecnologías y las aplicaciones de inteligencia artificial, han creado, paradójicamente, las condiciones para arrojar al desempleo a cientos de trabajadoras y trabajadores académicos y administrativos (sobre todo cuando no cuentan con contratos colectivo, estabilidad y particularmente en las universidades privadas). Por ello, el retorno seguro debe implicar también un trabajo seguro, estable y con una justa remuneración. Vienen tiempo difíciles. El capitalismo como modo social de organización material colectiva y el neoliberalismo como modelo de relación social están llevando a sus límites a la humanidad. Si signo tenebroso es la crisis del cambio climático, pero no es el único. Con todo, en ese gris horizonte, las universidades públicas tienen una importante función revitalizadora y política. Pero debe transformarse y dejar de autoconcebirse como expendios suministradora de carne y almas para alimentar la máquina de circulación del capital. Es sintomático de esta quiebra de la universidad pública su casi ausencia en las soluciones de la grave crisis de la pandemia y sus efectos ¿alguien recuerda alguna medida significativa y trascendente de la UAM, por ejemplo? Si no existen grandes contribuciones al nivel de la ciencia, al menos se debería ser consciente de la imperiosa necesidad de pasar de una formación en competencias, para el rendimiento, la gestión de empresas y los emprendimientos, que está en la base del neoliberalismo y su enfilamiento al desastre, a concebirse como un espacio para formar sujetos solidarios, críticos, con sentido de la justicia social y comprometidos con la sociedad. Lo primero está contribuyendo al precipicio; lo segundo, al menos podría dar esperanzas. Termino: ¿Acaso no existen más opciones que “salimos y nos contagiamos y en9
enfermamos”, o «seguimos recluidos y nos volvemos locos» y sujetos sobreindividualizados, atomizados y atravesados por otras violencias? Sí las hay. Hay demasiadas cosas en juego y que tras año y medio de la pandemia no pueden reducirse únicamente a la salud. Ciertamente, la salud y lo que está en su base, la vida misma, debe ser custodiada con las medidas profilácticas y de cuidado (cubrebocas, guardar la distancia, etc.), pero también debemos custodiar eso que se está escapando por otro lado: el ser social y nuestra constitución como sujetos colectivos y solidarios. El sentido del otro, su olor, presencia, gestualidad y forma de mirar está siendo minado. Minado por el individualismo atomizador, minado por el ethos neoliberal, minado por la sobreindividuación como consecuencia de meses de reclusión y aislamiento y minado por una educación deficitaria en línea y que rebobina estos mismos problemas. Tal y como está el humus de nuestra sociedad, tironeada por tensores disolventes y violencias de diferente orden, la educación en línea (con sus razonables excepciones) puede convertirse en un atentado al sentido colectivo y solidario, de por si precario. Y las universidades públicas tienen obligaciones sociales y colectivas. En otra sociedad menos injusta y violenta, con otra antropología y otras tecnologías, podrían decirse otras cosas. Aquí y ahora no. Como Ulises, la universidad pública debe saber moverse entre estos riesgos y peligros. Pero a diferencia de Ulises, que recurrió a la artimaña de ponerse cera en los oídos para no escuchar el embrujador canto de las sirenas, la universidad debe estar más atenta el rumor de los cuerpos, los lamentos, los gritos y exigencias que viene de abajo y amenazan las bases de la misma sociedad y de nuestro ser social y solidario.
Enrique G. Gallegos Universidad Autónoma Metropolitana https://www.facebook.com/profile.php?id=100000206678782
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fotografía Calles de Oaxaca
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Principio Samantha Leiva
Recién llegamos, Ahora sí puedo dejar los zapatos tirados Y empezar a hundirme en la arena Podría dibujarte bajo cualquier cascada
O soltar las piedras que llevo entre los dedos Así también se suelta la luna del cieloEso clavado en tu pecho Se desgasta espejo viejo Sólo el que se sabe vivo
Se atreve a mirarse de nuevo Tuvimos una vida ya. Ya fue el sol con todas sus estrellas y las voces. Despertamos a una nueva era. Del silencio nació el sol por primera vez.
Las golondrinas sueltan el recuerdo. Se resbalan los nidos de las copas Del follaje eterno Ni un suspiro teje el aire Cuando el verde está floreciendo Las campanas llaman a los leones
Los leones se resbalan en el juego La luz cae, cae y avanza hacia los mares 12
El corazón de los vivos está creciendo Quiero esconderme en la vértebra de una hoja Recorro las palabras del ensueño Y apoyo la espalda en una roca Desde el suelo me desdoblo Para crecer un poco ciega Aunque haya un ojo que mire al tiempo Desde los campos Hasta los hombres Se esté tiñendo Si espero de rodillas al sol No es poco Ya no vuelan por mi espalda Las mañanas De un cerrar de ojos Y un abrir de manos Regresaron a la lluvia las tormentas
Y no es poco Que el tiempo se vuelva marea y los cantos del día Sean noches de espadas viejas Así pasan los niños tirando puertas Así crecen los tallos sobre la tierra Ir y venir
Para no regresar jamás 13
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se contrae, se arquea
el tiempo que se alarga
Al viajar en metro
haiQR
Ictur Aljar
Haikú Ictur Aljar
En esta ciudad
diecisiete sílabas mide el instante
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Haikú Ictur Aljar
Nueva Avenida
se asoma un viejo bache hondas fracturas
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Daño emocional en fraude «especial Ki
Lamentablemente es muy común que existan fraudes inmobiliarios e injustos despojos de su propiedad a particulares, tanto en la Ciudad de México como en otros estados del país. En promedio existen 9 desalojos al día en la Ciudad de México, más de tres mil al año, y sin lugar a dudas más de 6 mil en el país, y sin embargo, pareciera existir una complicidad en los medios de comunicación, que generalmente guardan silencio al respecto de esta terrible situación que deja a miles de familias sin su hogar, y las autoridades no han logrado establecer una respuesta eficiente ante esta situación de gran injusticia social. Mi madre y yo hemos sido víctimas de fraude en un juicio especial inmobiliario en el juzgado 57 de lo civil, con el juez Prisciliano Odilón Centeno Rendón; lo que nos ha ocasionado daño emocional, psicológico, al orillarnos a una prolongada situación de severa incertidumbre, estrés, gran angustia debido al estado de emergencia que se experimenta al enfrentar un posible desalojo. Hemos hecho lo posible por aceptar la situación, buscar defensa y mantener la esperanza a pesar de la adversidad. El daño psicológico es un argumento que se utiliza en los procesos legales para demandar una compensación por el daño. Esto suele requerir el acompañamiento de un abogado que apoye a fin de probar las pérdidas. Es importante poder probar las formas en que uno ha sido emocionalmente afectado. El daño emocional incluye miedo, ansiedad, llanto, falta de sueño, depresión y humillación, también podría considerarse el daño moral, causado por el impacto negativo en la imagen pública debido al fraude sufrido. Son útiles tanto el testimonio personal como el testimonio de familia, amigos, y/o vecinos, así como el realizar un diario con los síntomas a lo largo del tiempo para mostrar el impacto emocional de la situación. Lo grave del daño emocional y psicológico es que esto tiene secuelas que duran muchas veces más que un problema físico. Principalmente, debido a que no ha sido sólo un evento traumático, sino una suma de momentos difíciles ante la indefensión legal, la injusticia y la amenaza de 17
inmobiliario» Victorieux
„De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si pierde su propia alma.» Mateo 16:26
despojo, esto genera un estado de «sobrevivencia», que pone a las personas a la defensiva, en un proceso reactivo de «atacar, huir, negociar o paralizarse», y debido a que esto ha durado varios años, ha generado una situación de depresión generalizada. Durante la mayor parte del tiempo que ha durado este juicio «especial hipotecario» me he sentido insegura, pasé primero por un proceso en que me culpaba a mi misma, o incluso llegué a culpar a mi madre por ser víctimas de esta situación. Los procesos de depresión se manifestaron en que perdí la motivación de hacer cosas que disfrutaba antes de esta situación, como tener una mayor vida social, e incluso en ocasiones me costaba levantarme para hacer mi trabajo en casa. Vivía en un constante estado de alerta, de ansiedad y preocupación pensando en que algo malo podría pasar en cualquier momento, el tiempo se nos iba en busca de un abogado defensor, en espera de la siguiente resolución legal, o de la llegada anunciada o inesperada de José Luis Ramos y Fusther de Flota, quien había comprado la deuda, ya fuera solo, o acompañado de policías, para reclamar la propiedad. En algunas ocasiones me costaba mucho dormir, por miedo a que algo malo sucediera mientras estaba inconsciente, entonces me ponía a llorar aunque estuviera haciendo algo tan simple como cenar o ver la televisión, y sentía mi corazón muy acelerado. La psicóloga me dijo que esos eran síntomas de un desorden de pánico, que tratara de respirar pausadamente y meditar para mantener la calma. También he experimentado estrés postraumático, algunas cosas me causan mucha ansiedad, los «triggers» pueden ser las fechas límites para un proceso legal, el ver pasar frente al domicilio a José Luis Ramos y Fusther en su automóvil, o el día del 2016 en que recibí una de sus visitas, incluso a veces, recibir mensajes de amigos que me mandan noticias relacionadas… En ocasiones no me dan ganas de comer ni de hacer nada, pienso que «ya todo está perdido», que si Ramos y Fusther es un político con años de carrera política, con cargos públicos en Puebla y en la Ciudad de México, si él y su abogado Etienne Salinas son personas con 18
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muchas influencias, ambos ligados al PRI, será muy difícil lograr apoyo de los jueces, pero aún así nos esforzamos por seguir buscando alternativas de solución. También, debido al temor del posible desalojo, desarrollé un gran temor de dejar la casa, una condición que se conoce como agorafobia. Traté de no dejarme vencer por la ira ni el resentimiento, porque sé muy bien que el odio es lo que más enferma a las personas. Tratamos de enfrentar lo mejor posible la pandemia, y de aceptar «estoicamente» que pase lo que pase, lo mejor es mantener la calma y salir adelante. Lamentablemente, sabemos que las mujeres, las personas de edad son particularmente vulnerables al abuso financiero y al fraude inmobiliario. Ese fue el caso de mi madre, quien fue quien compró la propiedad y fue víctima del abuso de sus abogados. Le ha causado tanta ansiedad este proceso que inició desde el 2013, que además de un alto estrés y ansiedad, sufrió dos derrames cerebrales con parálisis facial. Aún tiene una salud muy frágil, y eso se suma a mis preocupaciones, ya que debido a que la situación del inmueble ubicado en la alcaldía Miguel Hidalgo aún está en procesos legales en la Ciudad de México, de los cuales necesitamos estar pendientes, no he podido ir a visitarla, porque ella habita en el estado de Chiapas. También, debido a esta situación, a pesar de que por mi trabajo muchas veces puedo necesitar viajar, porque me dedico a la educación en artes y en desarrollo personal, me he contenido. Es decir, no he aplicado a residencias, y he parado mis actividades de impartir talleres o crear eventos culturales en algún estado de la república. Esto me ha afectado negativamente en el área profesional. Estamos seguras que aunque la fiscalía reporta 9 desalojos diarios en la Ciudad de México, son muchos más, porque precisamente por el daño emocional, muchas personas que lo viven, lo último que quieren es revivirlo al denunciar o reportar el fraude. Muchas personas tienen resistencia a aceptar que han sido víctimas de fraude y les puede incluso dar vergüenza hablar de ello. Además, durante el momento en que uno recibe la noticia, entra en un estado de shock, de emergencia, en el que es difícil pensar claramente, y si además, quienes supuestamente lo estaban defendiendo, son los abogados que cometieron el fraude y abuso de confianza, pues más difícil de encontrar la forma de tener la asesoría pa20
ra realizar las decisiones financieras y legales correctas en ese momento. Se experimenta una sensación de que la vida está fuera de control, incluso se pueden perder esperanzas de un futuro mejor. La confianza que uno puede tener en abogados y en el sistema legal sufre un duro golpe, se pierde confianza en el sistema, y también en uno mismo. Algunas víctimas de fraude afirman que se sienten como si hubieran sido violados, o como en un «asalto psicológico», experimentan la misma pérdida de confianza que las víctimas de crímenes con violencia. Debido a que existe la posibilidad de que no se pueda lograr la restitución de lo perdido, y ganar una sentencia contra quienes realizaron el fraude, las víctimas se encuentran en la necesidad de liquidar sus propiedades o incluso declararse en bancarrota para hacer frente al fraude. Pierden la fe en el sistema financiero y legal que supuestamente debía de protegerles, sienten que existe el riesgo de volver a ser víctimas de una situación semejante, porque su información personal ha sido comprometida, también, por la impotencia ante la falta de una diligente y pronta defensa del sistema legal, que les hace sentir revictimizados porque sus denuncias no son investigadas y llevadas a debido proceso. Según el informe Aftermath 2018 del Identity Theft Center (Centro de Secuelas por el Robo de Identidad), algunos de los impactos del fraude financiero por robo de identidad -que si bien es otro tipo de fraude, genera un daño psicológico semejante al causado por fraude inmobiliario -, incluyeron que las víctimas se pelean y discuten más, no se sienten capaces de confiar en familiares y amigos; sienten que hayan la mayoría no les ha brindado apoyo o cercanía.
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Haikú Ictur Aljar
Lote Baldío
cuéntame ¿Qué historia te contó el olvido?
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Haikú Ictur Aljar
Se enciende le motor
se apresura el obrero se retrasa el sol
La selección de Haikus que aquí se ofrece, es parte de la obra literaria “Ventana a la Ciudad” escrita por Ictur Aljar e ilustrada por Filipo Mongar pronto a publicarse en la serie “Escritores en su tinta” de la Editorial Cascada de Palabras.
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bestia absoluta René M. Corona
Me compraré un suicidio Para usarlo en navidad Y tirarlo en año nuevo. En día de reyes tristeresantemente jugaré con el aprecio de mis semejantes hacia mí cual si fuese día de los santos inocentes. Como se tira cualquier objeto de consumo tiraré la idea del amor que me vendieron en las rebajas de verano al basurero infinito de la desgracia ecológica de fin de siglo. Durante el otoño venderé todas las formas en las que nunca me maté a los lloricas digitales para que anuncien con estilo su doble cobardía. "¡Hey tú! ¿Odias este mundo? ¿Te apabulla tu ciudad? ¿Nada te satisface? ¡Te vendo un suicidio! ¡No lo harás nunca! ¡Pero harás sentir a los demás que lo podrías hacer y tendrán la experiencia imaginaria de tu funeral! ¡Lamentos y dolor garantizados!" Pegaré la publicidad en un anuncio de facebook esperaré pacientemente a las víctimas de la desesperación voluntaria y a los partidarios del desvarío fríamente calculado. Secaré mis lágrimas en invierno con billetes de Sor Juana, Frida Khalo, Juárez y me lamentaré en la playa por el fin del mundo bebiendo agua de coco. 25
minificciones César Dite
I. Confusión Todo parecía turbio y confuso. Eso pensaba aquel abril del 2020. Ideas vagas e imprecisas se arremolinaban en mi mente como queriendo presagiar algo, era la madrugada más callada y apacible en donde uno intuye que la primavera es arrebatada impredeciblemente, de pronto me sentía huérfano de un tiempo benigno, lleno de horas vacías. Sumido en el abandono y hambriento en mi habitación recordé a un viejo amigo decirme que estaban jugando con nuestro miedo, experimentando en el laboratorio social con nuestra conducta de homo sapiens, pues al imponernos guardar largas cuarentenas y un riguroso distanciamiento físico se nos imponía un confinamiento austero. A la mañana siguiente me desperté y encendí el televisor. Una a una se propagaban las noticias sobre la existencia de un virus malicioso, mortal y que rápidamente se diseminaba por todo el orbe terrestre, afectando desde Asia, Europa, pasando por Medio Oriente, África y América Latina descargando su veneno como un huracán desbocado. Intoxicado y bombardeado por este nutrido número de informaciones, la incertidumbre se apoderaba de mi cuerpo como dando zumbos en mi cerebro para volver más confusos mis pensamientos. Aposté por visitar amigos para comprender lo delicado de la situación. Concluimos que era necesario “volver al origen”, cosechar nuestros propios alimentos, construir huertos y granjas, para no depender de la voracidad del mercado global, de sus múltiples dominios, y no caer entonces en el precipicio del desconcierto.
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Cuarentenas Antonio Sandoval Ildefonso
Cuarentenas Lunes o martes da igual no existe ya más calendario, sólo somos estadísticas,
una ruina humana de códigos y perfiles de internet que toma el atajo de la supervivencia en redes y no en las calles. Los días naufragan en un mundo cibernético, lejano de los cuerpos
pero cercano a la inmediatez de la vida. Somos un segundo visto en el computador del otro, un “me gusta” en la bondad del índice de la mano que la ejecuta al otro lado del mundo. Los días de cuarentena naufragan con el dedo índice
que todo señala y deduce, a ser objeto y cosa. Los seres humanos hemos sido reducidos a un extremidad insignificante, un dedo,
esa es nuestra única libertad.
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s i no estuv i e ra
Reto
Soy un animal muerto, podrido
En la ceguera del placer malsano, habito lo prohibido
Sino estuviera muerto
Traería mi infierno interior y haría del crimen un poema.
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poema Josè Capaverde (el seis)
Ella tiene en su boca de ensueño el océano de mis besos y hasta ciertos mares furiosos de mis amores... Y me maldice cuando llega la noche y estoy sobre el ebrio tejado danzando y ella ronronea mi presencia. Es mi gata en celo yo su amante lejano ausente ebrio loco que suspira sus uñas afiladas mientras me lamo el pelo con mi lengua áspera. Soy felino púrpura visitando las palomas blancas para “estrujarlas”.
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fotografía Calles de Oaxaca
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Ciencia y Poesía, Poesía y Ciencia Edgar Artaud
Es difícil expresar la emoción que invade la conciencia cuando siembra y cultiva el libro Scientific Programming with Python es algo similar a lo que también sucede con Life on Mars, libro de Tracy K. Smith Ciencia y Poesía, Poesía y Ciencia Simbiosis entre dos corpus amorosos No son los dos caminos que divergen de Robert Frost, ninguno de los dos ha sido el menos transitado en ningún bosque amarillo. Pues desde el poema épico de Tito Lucrecio Caro se inició el recorrido cuántico de la Poesía, un camino interminable, infinito de dos rutas divergentes Poesía y Ciencia, Ciencia y Poesía pues mientras el Universo existe sembramos y cultivamos con un pensamiento cuántico lo que en vida corresponde no esperamos a ningún Godot tampoco el significado de la vida o los antiguos molinos de viento o la teoría de lo absurdo ¡Qué! ¿Nos vamos? Sí, vamos. No se mueven. 31
Conversaciones con el mar I Gregory Quiñones
A un Colibrí que habita el mar
¿Escuchas al albatros y a la fragata? Hacen un eco de lo que dices lo repiten a perpetuidad, en este manto diáfano, de la vida, donde se tatúan emociones, donde las lágrimas de lo infinito tictakéan con torpeza los segundos que construyen una vida. Se confunden con el fondo si te ven de frente, huyen y despavoridos, confunden el oleaje bravo con tu cabello suelto. Las miradas que no clavo en tus caderas, naufragan sobre tu piel, que es el manto pintado de noche. Tus hombros: son la orilla que el sediento anhela alcanzar para aliviar su sed (En algún oasis de la orilla) Tu voz, es el zumbido ronco. El zumbido que ni Gonzalo ni Huidobro Pudieron traducirme. Si me hundo… deja que me ahogue. 32
Ext rav i a do Ivàn Fuentes
Fueron 20 intentos desesperados de escribirte un poema que valiera la pena. Uno de ellos hablaba sobre lo fantástico que sería escuchar música, comer pizza, respirar tu aliento, caminar de la mano y perdernos en la oscuridad salada de las playas de Oaxaca. Fueron más de mil palabras, una tras otra, cayendo sobre la hoja como gotas de alcohol. Aquello parecía un mundo nuevo frente al mar: una mujer hermosa, sucia y medio loca igual que yo. Amanece el miércoles con el cuerpo tembloroso y cubierto de besos. Bebo café miro tu cuerpo desnudo. Miro el cuerpo de una putq, que la noche anterior me hizo el amor sobre la arena del tiempo. 33
Camino hacia donde el sol dibuja tu cuerpo, me siento en la orilla de la cama, te observo, quito el cabello de tu cara y el milagro de tus ojos comienza a nacer. ¡Feliz cumpleaños! te digo sonríes, me besas y hago una pausa, suspiro, escribo, le subo a la música, dejó la pluma, pienso: ¡si todo esto fuera real! retomo: tus ojos tienen en su fondo oscuro y libre mi sonrisa. ¿Ves lo que acabas de hacer? acabas de inventar un mundo el cual no existe y en el que me he extraviado…
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fotografía Calles de Oaxaca
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