S ignos LA DEMOCRACIA
REVOCATORIA DEL JEFE MÁXIMO
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a pasado ya el relajo de la farsa democrática de la revocación del mandato presidencial. En realidad ha sido otra muy costosa edición del tipo de propaganda que tan bien sabe montar, para fortalecer la popularidad de su liderazgo, el jefe máximo. El pueblo le ratifica su veneración. Y él consolida la base política, social y electoral que requieren los proyectos esenciales de su gestión, y sus intenciones de permanencia en el poder supremo del Estado nacional más allá del término de su Gobierno. No, no habría de reelegirse. O no por la vía de su reinscripción electoral directa. Su propósito es seguir tomando decisiones fundamentales para el país más allá del término constitucional de su administración, a través de
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18/04/22
I estosdías
un sucesor incondicional y al estilo del anterior ‘Jefe Máximo’, Plutarco Elías Calles, fundador del partido emanado de la Revolución Mexicana y del llamado Maximato, o el sistema fáctico de ese totalitarismo que le posibilitaba imponer y manipular Presidentes a su absoluto albedrío, y por medio del cual pudo controlar a cuatro de ellos, con los que sumó dos décadas de caudillismo puro, hasta que le falló el cálculo con el general Cárdenas, que le fingió sumisión para que lo eligiera, y luego lo expulsó del poder y del país, e hizo posible la segunda transformación del partido de la usurpación revolucionaria. La intención de la propaganda revocatoria es la de un neomaximato, aunque los tiempos de la rebatinga partidista y la caducidad inevitable de la adoración y el culto obradoristas no den para