Edición n°2 Principado literario

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Enrique Winter Principado literario

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Quienes Somos Estudio M5 Estudio M5 nace desde la ciudad de Valparaíso, punto activo y referente del arte chileno contemporáneo y su actividad productiva hacia el mundo. Somos una plataforma de difusión y desarrollo, la cual se construye día a día por productores, artistas y personas motivadas por la reflexión en torno a lo que sucede en el mundo en que vivimos desde una perspectiva cultural y propuestas desde el arte como concepto referente. El archivo constituye un ángulo importante de nuestro trabajo. Documentar y archivar lo que acontece en el quehacer artísticodentro de nuestro territorio es una tarea fundamental, la cual hemos adoptado en pro del desarrollo y un panorama sustentable para el universo cultural posmoderno. En EM5 te brindaremos acceso a lo más reciente con el panorama cultural y artístico de nuestra región y de Chile, desde las más diversas ramas y disciplinas que la comprenden en la actualidad. Este es el punto en donde el ayer y hoy se encuentran, para dar a luz el mañana. Equipo Estudio M5 - Director General - Diseño Revista y Diagramación

: Christian Castro : Alex Aguayo

- Director de Arte y Contenidos : Michell León - Imágenes : Estudio M5 Columnistas: - Justo Pastor Mellado - Marcelo Mellado - Enrique Winter - Francisco Villalobos - Guillermo Yañez - Jorge Polanco Salinas - Claudio Paciencia -Nicolas Muñoz Brauchi Contactanos Manuel Serey #165 Cerro Monjas, Valparaíso-Chile. estudiom5@gmail.com Tel: 56-9-98927859 2


E N R I Q U E W I N T E R

Principado literario , Nicolás Muñoz Braüchi. I Más de cincuenta personas están sentadas y otras tantas estiran los cuellos esperando escuchar las voces de los autores que leen parte de su obra. Ya leyeron Natalia Berbelagua, Carlos Decap y Jaime Pinos. El joven poeta príncipe se pone de pie, cierra los ojos, junta sus manos: reza. El joven poeta príncipe es Enrique Winter y ya no es tan joven, y ya no es solo poeta. Editorial Alquimia editó su traducción de Charles Bernstein y la editorial de la Universidad de Valparaíso hizo lo suyo con Larkin. Por otra parte su novela Las bolsas de basura está a punto de ver la luz. Estamos en enero del año 2015. II Todos los resentidos que conozco se enamoran de la primera cuica que los pesca. (de Rascacielos, Ed. Literal, México, 2008) III ¿Qué está leyendo Enrique Winter estos días? Lo imagino terminando un precioso libro de Andrés Neuman, Una vez Argentina; Marienbad eléctrico, de Vila-Matas; constantemente haciendo relecturas de Séneca y Heráclito y por otra parte manteniéndose al día en narrativa chilena contemporánea: un poco de Geisse, un picoteo de Daniel Hidalgo, un cuentito de Paulina Flores, finas lonjas de Alia Trabucco. IV Alguien baja la música y comienza a leer poemas de Brecht, a veces


en alemán, a veces en español. El poeta príncipe conversa animadamente con cada uno de los comensales de la fiesta: Cristóbal Gaete, Felipe Mayorga, Pancho Salas, Andrés Melis. Por ahí anda la editora de Kindberg, Arantxa Martínez, qué honor. Sebastián Diez levanta la voz y se ofrece para comenzar el baile. Gaspar Peñaloza dicta el manifiesto del guayaberismo, movimiento poético del futuro que derrumbará esta catedral ruinosa que es la poesía chilena. En un rincón del carrete están los poetas anarcos, mirando recelosos al poeta príncipe. El enfrentamiento es inminente. Intento mirar cada movimiento de ambos bandos. Poeta príncipe en una esquina, cerca de la cocina, poetas anarcos al lado de la ventana y de los libros, esperando el momento para contradecir cualquier palabra. V La araucaria que me diste cuando terminamos viste seis centímetros por año alcanzará tu tamaño cuando yo cumpla cincuenta será así mucho más lenta en crecer desde el orgasmo a la falta de entusiasmo triza dientes tu recuerdo regando a diario lo muerdo (de Lengua de señas, ed. Alquimia 2015) VI Los poetas anarcos tienen una editorial artesanal. Los poetas anarcos no creen en la poesía del poeta príncipe. “La poesía debe ser una foto roñosa, una molotov, un combo en el hocico”, dicen. El poeta príncipe los mira y sonríe. Él se ha sacado la cresta hace más de diez años editando, escribiendo, traduciendo y estos poetas anarcopunks no me la venden a mí. Sin embargo, los anarcopoetas se llevan bien con el poeta príncipe y este también se lleva bien, esencialmente, con todos. Y no digo esto en forma peyorativa, sino como un símbolo claro de que en la poesía porteña es posible llevarse bien si se mira todo con altura de miras y una pizca de madurez. El círculo poético porteño es pequeñísimo y el chileno es igual, ¿para qué llevarse mal con los colegas? Pienso que piensa el poeta príncipe. VII Enrique Winter, mucho antes de convertirse en el poeta príncipe, dirigió Ediciones del Temple, desde donde observó el panorama poético chileno-latinoamericano y se dio cuenta rápidamente que los hilos eran pocos, que había que moverlos y ya. Publicó esencialmente a todos, desde Carlitos Henrickson a José Kozer, pasando por Guido Arroyo (que ahora le devuelve la mano en editorial Alquimia), Rafael Rubio, Diego Alfaro, Marcela Parra, Francisco Véjar, etc.


VIII Esta no es una biografía del poeta príncipe. IX Brian no llenará con dientes de oro la boca rota del departamento. El aviso del desahucio es más puntual que cualquier pago del centro de llamadas. Cuarenta y dos días, cuarenta y dos días. Los doce hasta fin de mes desde el atropello, ya van cinco, ¿seis, siete?, y el mes de garantía: echado. (de Las bolsas de basura, ed. Alquimia, 2015) X El año 2012 se reunió con Gonzalo Planet (bajista de Matorral) y editaron en vinilo Agua en polvo, con invitados como Felipe Cadenasso y Bernardita Martínez. Experiencia única, el ejercicio de escuchar música+poesía riega las esperanzas en la unión de diferentes fuerzas artísticas chilenas. La revolución en el arte se viene y es una batalla que se luchará en todos los frentes. XI El poeta príncipe se puede molestar porque yo me refiera a él como el poeta príncipe, pero no importa, aceptará los golpes y los insultos. Son las 3 am y está bebiendo una botella de vino en en un bar porteño. Somos el cliché del cliché. Se despierta a la mañana siguiente con una muchacha en su cama. El poeta príncipe no recuerda haberla invitado. Va a su biblioteca y, sin despertar a la invitada, el poeta príncipe comienza a seleccionar un poema de Bruno Montané, su amigo. Cuando ya marca dos o tres poemas dignos de ser leídos a esa hora de la mañana, va a preparar desayuno. Mientras hierve el agua, revisa los correos en el celular. No le han confirmado su asistencia a un Congreso Latinoamericano de Poesía. Hay algunos nuevos inscritos en el curso que coordina en la universidad. Sirve el desayuno. Lee los poemas. Se despide con un beso en la mejilla de la contentísima invitada. XII ¿Con qué nos sorprenderá Enrique Winter? ¿A qué nos tenemos que agarrar?


C U R A T O R Í A

Alfredo Castro.

La Noche de los Cristales Rotos , por Alfredo Castro. En alemán, Kristallnacht, “La noche de los Cristales”. No solo marca el inicio del Holocausto, si no del deterioro de la democracia moderna e incluso el ataque más severo que la humanidad ha recibido como símbolo a través del arte moderno denominado como: “Arte degenerado”, que es la traducción de la expresión alemana “Entartete Kunst”, adoptada por el régimen nazi en Alemania para destruir, virtualmente, todo el arte moderno prohibirlo en favor de lo que los nazis llamaban “arte heroico”. El arte tildado de “degenerado” fue prohibido en el territorio alemán, menospreciado como “no alemán” por sus connotaciones o influencias bolcheviques y judías. Aquellos tildados de “artistas degenerados” fueron sujetos a sanciones. Esto incluía ser despedido de posiciones en la docencia, prohibición de exhibir o vender su arte, y, en algunos casos, hasta el prohibirles el producir obras de arte. Todos los “ismos” cabían en aquel saco detestado por el nazismo: Cubismo, Surrealismo, Dadaísmo… Todos y cada uno de ellos debían quedar simple y llanamente excluidos de la Historia del Arte. Muchas de estas obras confiscadas, las más valiosas, fueron reunidas en 1937 en la exposición itinerante Entartete Kunst (Arte Degenerado) y posteriormente vendidas a marchantes extranjeros. El resto, aquellas que sus tasadores determinaron como obras menores, fueron quemadas en el “redentor” fuego de Berlín de 1939. Artistas de la importancia de Otto Dix, George Grosz, Paul Klee, Henri Matisse, Pablo Picasso y muchos otros fueron considerados individuos peligrosos para el régimen nazi, y sus obras eliminadas de los museos en aras de la purificación de la cultura alemana. Nunca el arte en la historia

de la humanidad ha sido atacado en forma tan violenta y eficaz. Solo en nuestros tiempos modernos es comparable con los reiterados ataques de los Talibanes al arte representacional. La Noche de los cristales, Kristalnacht, no marca un final histórico, al contrario, es el comienzo de otra época histórica en Europa, que ahora estamos viendo sus macabros efectos de nuevo, con los grandes éxitos de los partidos post nazi . Según el filósofo alemán Theodor Adorno, después de estos macabros eventos, no se puede escribir poesía y ni hacer arte que no esté en relación a los sucesos del tercer reino. Hoy en día la lúgubre historia europea nuevamente está viniendo a la luz, y el antisemitismo crece en forma alarmante. Francia, cuna de la democracia moderna y de los derechos humanos, es el país europeo de donde más judíos emigran por el creciente antisemitismo ocasionado por Le Front Nacional, el partido neo nazi de Le Pen, que sin duda ganará las próximas elecciones presidenciales. En casi todos los gobiernos europeos existen políticos “ con colores cafés”.

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Las huellas políticas actuales aterran. Y esperamos que el pensamiento de Nietzsche, y los indígenas Maya, en cuanto a que la historia se repite y es circular, esta vez no corresponda a la realidad actual. Es por eso que la necesidad de crear arte “Entartete, Kunst” - “Arte Degenerado”, es de vital importancia para este presente disfuncional de nuestros tiempos.


Y como el problema del machismo, la pobreza y el racismo, no es solo un problema a resolver para las mujeres, los pobres “los olvidados”, y los indígenas. El antisemitismo, no es solo un problema para los judíos. Es para todo el mundo humanista, el gran problema a resolver. Arte o muerte, venceremos. Alfredo Castro *Reseña Histórica* “La Noche de los Cristales Rotos”, en alemán Kristallnacht, fue una serie de pogromos y ataques combinados ocurridos en la Alemania nazi y Austria durante la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938 y llevado a cabo por las tropas de asalto de la SA (Policía secreta de la Alemania Nazi) conjuntamente con la población civil, mientras las autoridades alemanas observaban sin intervenir. Los responsables nazis, justifican esta reacción espontánea de la población como respuesta al asesinato, acontecido el 7 de noviembre de 1938, de Ernst vom Rath, secretario de la embajada alemana en París por un joven judío polaco de origen alemán, Herschel Grynszpan, que agobiado por la falta de futuro, la discriminación y boicot extremo y la expulsión de judíos de Alemania, da muerte a este funcionario. En este escenario se suceden los pogromos que fueron ordenados por el canciller del Reich, Adolf Hitler, organizados por Joseph Goebbels (Ministro de Propaganda de Adolf Hitler) y cometidos por miembros de la Sturmabteilung, SA, la Schutzstaffel, SS (Escuadras de Defensa de la Alemania Nazi) y las Juventudes Hitlerianas, apoyadas por el Sicherheitsdienst, SD (Servicio de inteligencia de las SS), la Gestapo (Policía secreta del Estado) y otras fuerzas de la policía. Estos pogromos fueron dirigidos contra los ciudadanos judíos y sus propiedades, así como también la destrucción de las sinagogas de todo el país. Los ataques dejaron las calles cubiertas de vidrios rotos pertenecientes a los escaparates de las tiendas y a las ventanas de los edificios de judíos. Al menos 91 ciudadanos judíos fueron asesinados durante los ataques y otros 30.000 fueron detenidos y posteriormente deportados en masa a los campos de concentración de Sachsenhausen, Buchenwald y Dachau. Las casas de la población judía, así como sus hospitales y sus escuelas fueron saqueadas y destruidas por los atacantes, demoliéndolas con mazos. Más de 1.000 sinagogas fueron quemadas —95 solo en Viena— y más de 7.000 tiendas de propiedad de judíos fueron destruidas o seriamente dañadas. La Kristallnacht fue seguida por una persistente persecución política y económica a la población judía, y es considerada por los historiadores como parte de la política racial en la Alemania nazi y el paso previo del inicio de la solución final, el Holocausto. Aunque en la década de 1920, la mayoría de los judíos alemanes estaban plenamente integrados en la sociedad alemana como ciudadanos alemanes, sirviendo en el ejército y la marina alemana y contribuyendo en todos los campos de la ciencia, cultura e industria alemana, los casos de violencia contra los judíos existían incluso antes de la toma del poder de los nazis. Los 600 000 judíos de Alemania, que representaban solo el 0,76 % de la población total, fueron señalados por la maquinaria de la propaganda nazi como un enemigo interno, responsable de la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial y sus consiguientes dificultades económicas, como la hiperinflación de la década de 1920 y la Gran Depresión. Fue durante la hiperinflación de 1922-1923 que se produjo el pogromo de Scheunenviertel, en Berlín y así sucesivamente se siguieron otros. Desde sus inicios, el régimen de Hitler se movió rápidamente para introducir las políticas antisemitas. A partir de 1933, el gobierno alemán aprobó una serie de leyes anti-judías y discriminatorias, para restringir los derechos de los judíos alemanes para ganarse la vida, para disfrutar de la plena ciudadanía y educarse a sí mismos, incluyendo la Ley para la Restauración del Servicio Civil Profesional, que prohibía a los judíos a trabajar en la 7


administración pública, la Ley contra la masificación de las escuelas y universidades alemanas, que equivalía a la expulsión de los judíos de escuelas y universidades. La promulgación, en Polonia, de una ley que desposeía a todos los ciudadanos que hubieran vivido durante cinco años continuamente en el extranjero, ley diseñada explícitamente para evitar que los judíos que vivían en Alemania y Austria volviesen a Alemania. Este es el escenario de este joven polaco - alemán, de 17 años, Herschel Grynszpan, quien después de muchos intentos por radicarse en Francia y tras una serie de fracasos para obtener la ciudadanía francesa, decide dar muerte a este funcionario alemán hecho que gatilla la ira del pueblo alemán y da paso a “La noche de los Cristales Rotos” y seguidamente al Holocausto.

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Alfredo Castro / Tallparksv채gen 13 A. 90354 Ume책-Sweden /Mob.+46-70-6263907


Gálvez INC , por Estudio M5. Gálvez Inc. se inserta en Valparaíso como un espacio cultural cuya finalidad es fomentar la circulación de arte y las prácticas contemporáneas en su diversidad, tanto en el territorio local como internacional. Nos interesa generar instancias de discusión y reflexión frente a distintas problemáticas y temáticas desde una perspectiva multidiciplinaria. Cooperativismo, género , soberanía alimentaria, ecología, autoformación son algunos de nuestros ejes de interés y que se van mezclando de forma natural, éstas instancias se producen mediante encuentros, conversatorios y talleres. Es un proyecto cuyo valor radica en la búsqueda de la autonomía, por medio de la experiencia y experimentación de acciones en el espacio donde se desarrolla, en este caso el interior de nuestra casa. Contamos con un espacio de exposición al exterior de Gálvez Inc. : Walltoheaven un muro de 2x12 metros, que forma parte del circuito de la zona patrimonial de la ciudad y que tiene un ciclo anual de 6 exposiciones fotográficas pensadas para el espacio. También se ofrece un espacio de residencia a artistas e investigadores que quieran desarrollar proyectos en la ciudad en asociación con otros espacios. Generamos un proyecto editorial Gálvez Inc. Ediciones que manufactura libros a pequeña escala, potenciando la producción manual y la autoedición. Somos parte del CED Circuito de Espacios Domésticos de Valparaiso conformado por 6 espacios más con similares características, con los que nos asociamos para producir intercambio de experiencias, encuentros comunes y elaborar proyectos colaborativos.

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Contacto galvezincart@gmail.com www.facebook.com/galvezincarte www.flickr.com/galvezinc www.facebook.com/cedvalpo

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P O E T I C A

Maria Paz Basso

A la manera de Rubén Jacob / ExposiciónSala Viña del mar - Junio de 2012

, por Jorge Polanco.

En los últimos años, Rubén Jacob se ha ido convirtiendo en un poeta de culto. Su literatura pertenece a la de aquellos escritores anómalos que destacan por su manera de asentarse en la memoria. En el siglo pasado han sido varios los poetas que con el desasimiento de la instalación generacional o grupal, configuraron su escritura al margen —sin ser “marginales”— de las tribunas o pandillas. Pessoa, Kavafis, Hölderlin, Büchner, por citar ejemplos paradigmáticos, fueron reconocidos posteriormente a su tiempo. Bien entrado el siglo XX consiguieron recién ser leídos en su potencialidad o, en algunos casos asombrosos, descubiertos. La poesía, afortunadamente, no pasa por el brillo ciego del escenario. Jacob evidenció esa actitud de despojamiento y pertenencia a la escritura que caracteriza a los poetas del silenciamiento biográfico. Su secreto reconocimiento proviene de esta poética que distingue a destacados autores de la región de Valparaíso, convirtiéndolos casi en mitos vivientes. El recelo que Juan Luis Martínez hizo visible por medio de la privación tachada del nombre, otros poetas lo han llevado a cabo también en su vida. A veces el extremo se ha tornado perjudicial, lindando con la abulia o una especie de extraña distancia melancólica, por llamar de algún modo a este fenómeno “porteño” (aunque Rubén Jacob, como Carolina Lorca, establecieron su residencia definitiva en Quilpué, no en Valparaíso). Como sea, el caso de Jacob es interesante, puesto que sin adscribirse felizmente a una generación determinada, edita su primer libro —The Boston Evening Transcript— a edad madura; creando, quizás, una de las mejores publicaciones de la década del noventa. No puede decirse que Jacob haya pasado completamente desapercibido. Así lo expresan los comentarios que han tenido sus libros, algunos de lectores y poetas reconocidos. Lo confirma también el segundo número de la revista Antítesis, que dedicó un especial a su poesía, incorporando una entrevista y algunas lecturas de su trabajo. Pero sobre todo el afecto de lectores persistentes y escritores más jóvenes, que expresaron su aprecio a través de versos y “homenajes”. De estos últimos quisiera destacar tres, para luego volver a la escritura de Jacob: Y SI LA CALLE FUERA EL TIEMPO Y si en verdad la calle fuera el tiempo y al final de ella un mendigo mascullara su itinerario de cartón piedra como si saliera del Parnaso o bajara del Sinaí y si a la vuelta de la esquina detrás de la trompada, que sí podría ser el tiempo aparezcas poeta Jacob, desgreñado como Jonás haciendo equilibrio sobre el hilo de Ariadna para enrostrarnos el fantasma borgeano

A Rubén Jacob y su libro The Boston Evening Transcript

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que anula nuestra mala percepción del tiempo-espacio-poesía O por sobre todo, si la voluntad fuera eso una cuerda roída por amarga criatura que brota de los recuerdos literarios húmedas sombras porque la memoria es un hueco sin fondo. Y sí dan ganas muchas de llorar como los habitantes de esta ciudad que susurran su aflicción, la soledad que llevan a cuestas a pesar de nuestras primas Harriet sean estas Harriet o Marías. Y si la calle fuera el tiempo y al final de ella “La Rochefoucauld” entrara de la mano con relojeros, juristas bastardos, astronautas y hacedores del santo oficio a tomarnos por el cuello y un vinito o un escocés fueran la excusa perfecta para acceder al delirio y aceptar cuan inútil fue y será esta caliginosa bella vida. Patricio Serey

A la manera de R. Jacob & T. S. Eliot Si Estación Central fuera el tiempo y toda esa gente colgando de las micros o alrededor de un carro de frituras comentaran un asalto con el cabo de guardia o si un repartidor del Boston se meciera en un trigal más allá de los últimos vientos: el profesor entraría en un local y luego de revisar por tercera vez su carpeta vería la lluvia mojar los suplementeros un ballet de paraguas negros

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que cierran los desaparecidos en los trenes de la tarde. Pero los ambulantes improvisan refugios de nylon o huyen con su mercadería como si las escaleras fueran el tiempo mientras un indigente del tren subterráneo recita los yambos del fin del mundo a los que suben y bajan como si llegar fuera una posibilidad. Felipe Moncada Mijic

SARAJEVO In memoriam Rubén Jacob Los pianistas perdidos en Sarajevo y todos aquellos que sucumbieron como niños al fondo de una fosa sabrán más tarde que nunca que The Boston Evening Transcript contará algún día su debacle la vida que perdieron viviendo en la esquina o en una calle donde un poeta se asoma a oír francotiradores preguntándose por qué los amigos ya no escriben o reviviendo la suerte de esa mañana al no perder las piernas en la fila para el pan pero la noche cae y desearía leer ese vespertino en algún restaurant frente a la costa posando la servilleta en las rodillas encendidas las lámparas de tulipas el mar revolcándose espumando contra las rocas. Diego Alfaro Palma

Para no herir susceptibilidades, comienzo advirtiendo que reúno tres poemas dedicados a Rubén Jacob por poetas de generaciones posteriores o si se prefiere decir “más jóvenes” (la poesía nunca deja de serlo, decía Pound) 14


que interpela su poesía). Para la fortuna de Felipe era la primera edición, que llevó consigo como un objeto preciado a varias de nuestras conversaciones. Tal como en la variación de Serey, en el poema de Moncada aparecen personajes desvalidos: un indigente recitando yambos, vendedores ambulantes a la entrada del metro como si ingresaran al tiempo, o gente común que se detiene un momento a comer en un carro de frituras, mientras un profesor —carpeta en mano— puede ver a los suplementeros del Boston mojados por la lluvia. Las calles de Estación Central ofrecen al poeta diversas paradas del tiempo, vistas como una leve posibilidad: ¿la salvación ante un panorama de fin de mundo?

que viven o vivieron en distintos lugares de nuestra región, aunque me consta que existen más poemas dedicados a Jacob, inclusive algunos ensayos escritos por poetas también “jóvenes” o libros que comienzan con epígrafes de sus versos. Concentrándose en la escritura de poemas homenajes, dentro de lo que pude reunir, estos tres textos guardan una similitud. Primero, llama la atención que los poemas hayan sido escritos cuando estos poetas bordeaban entre los veinte y treinta años y que vivieran en distintas ciudades de la región: Patricio Serey es un poeta que acendró su escritura en San Felipe (actualmente vive en Valparaíso), Diego Alfaro residía entre Limache y Santiago (ahora en Buenos Aires) cuando escribió el poema mencionado, y Felipe Moncada, oriundo de Chiloé, pasa largas temporadas en Valparaíso, donde fundó —junto a su amigo poeta y pintor Rodrigo Arroyo— una mítica editorial de escritores inubicables. Pareciera que hubiese una línea fronteriza imaginaria que trazara un mapa mental y afectivo delineado en la Quinta Región, acentuando aun más la condición de Jacob como poeta de culto —similar quizás al caso de Jorge Torres en Valdivia—, con sus lectores fieles y escritores cómplices que estiman su poesía como si guardaran un secreto común. Segundo, los tres poemas emulan como homenaje la estructura de The Boston Evening Transcript, y desde allí enarbolan el punto de partida del espacio poético en que ha vivido cada escritor. Los poemas que componen este libro consisten en una variación de otro poema que proviene de un texto temprano de T.S. Eliot. Serey, Moncada y Alfaro imitan el procedimiento de collage como dedicatoria y testimonio a la vez del tiempo y el espacio de la poesía.

En el tercero, Diego Alfaro Palma escribe directamente un poema de redención, donde la potencia de la poesía se afinca en la capacidad de evocar a los desamparados de la historia. En la fragilidad del papel pueden retornar ante nosotros los pianistas de Sarajevo, gracias a un poeta de Quilpué que contará su historia. Así, en el gesto de los lectores del Boston abierto sobre las rodillas, leyéndolo frente a las olas que rompen contra las rocas (que perfectamente puede ser el tiempo), se verán aquellas noticias que no dejan de ser noticia: la mención a los rostros de los seres anónimos, ya sea perdidos o desaparecidos, evocados por la memoria ante la fosa común de la labilidad y la miseria humana.

En el primero, el tributo a Jacob se inserta en la escritura ácida de Serey, que con ciertas palabras clave acentúa una percepción desencantada, donde Jacob sería uno de esos personajes que dan trompadas al tiempo, en una calle que podría ubicarse perfectamente en San Felipe o en cualquier otro pueblo o ciudad. El desgreñado Jacob se equilibra en el hilo de Ariadna, haciéndonos recordar el vínculo entre el tiempo y el lugar intempestivo del poema, donde la caliginosa vida se mantiene precariamente en una delirante inutilidad. En el segundo, Moncada reelabora la estructura de los textos de Jacob a partir de su estadía en Estación Central. Recuerdo a Felipe cuando en sus expediciones por librerías de saldos compró en Santiago The Boston Evening Transcript (un síntoma más del lector

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En esta dualidad entre la potencia de la poesía y su fracaso que se presenta en los poemas de Serey, Moncada y Alfaro, se dibuja un arco presente asimismo en la escritura de Jacob. La proximidad de estos poemas condice con el tono de adagio que recorre los tres libros de este poeta quilpueíno, y que podría intuirse como temple de su actitud poética. La tendencia a la pérdida recae finalmente en el alejamiento del espectáculo, donde la ganancia constituye el objetivo central. Lo inusitado en este sentido es que Jacob no sea el único; aunque suene paradójico, el rasgo insólito de este quehacer redunda en que, precisamente, este modelo de poetas prevalezca como registro en diversos escritores de la zona como Ennio Moltedo, Ximena Rivera, Eduardo Correa, Guillermo Rivera, Pablo Araya, Carolina Lorca, Luis Andrés Figueroa, Catalina Lafertt, Virgilio Rodríguez o en poetas “más jóvenes” como Antonio Rioseco, Rodrigo Arroyo, Claudio Faúndez, Sergio Muñoz, por nombrar algunos, aparte de los mencionados aquí a través de sus poemas dedicados a Jacob. Poetas de provincia que, sin ser provincianos,


abordan la escritura fuera del escenario habitual de Santiago, al conformar una escritura arraigada en un territorio imaginado y a un legado fuera del canon metropolitano, donde se concentra el poder económico y simbólico de la “patria”. Jacob era un gran lector y melómano, que después del Golpe de Estado prefirió vivir de asistente de notario en Quilpué. A pesar de su distancia de la mal llamada sociabilidad literaria, puedo atestiguar que sus lecturas eran vastas y variadas: desde libros de ajedrez a revistas de colección en que aparecía River Plate y Santiago Wanderers, desde Hermann Broch a Carlos León hijo; esta peculiar forma de leer permitió que su opinión fuera versátil y actualizada, eligiendo con sutileza lo que le parecía valioso de cuanto se publicaba en literatura, memorizando incluso párrafos o versos que apreciaba de escritores poco conocidos. Aquello da cuenta también de la variedad de mundos y tonos mixturados en sus poemas. No tenía que responder a la autoridad de una escena para validar sus vínculos y recursos poéticos, primando en ellos la pérdida como pulso de escritura. Del tono elegíaco, en que el pasado vuelve y gira hacia el futuro, ubicado en una calle en que emerge como un Aleph el simultaneísmo temporal, Rubén Jacob persevera en una ética de la memoria, aunque sin una esperanza mayor en la poesía como tabla de salvación. Si la poesía fuera una tabla —siguiendo con la imagen—, sería más bien la de un náufrago que se aferra a las palabras ante el océano de la caducidad. Aquello se muestra sobre todo en su último libro Granjerías Infames. Desde el Boston, pasando por Llave de sol y, por último, Granjerías Infames, persevera una preocupación temporal que decanta la mayoría de las veces en una melancolía sutil. Si consideramos esta asimilación de la labilidad humana, podemos comprender mejor la poética y la actitud de Jacob relativa a la poesía. Hay una especie de despojamiento, de asimilación de lo pasajero y una memoria privilegiada que fija su atención en detalles particulares. Aquello se evidencia desde el primer libro. Aunque se presente como variaciones de un poema de T.S. Eliot, The Boston Evening Transcript crea mucho más que una reescritura. Es un poemario lleno de vitalidad y tiempo (incluido como música), y cuando estos dos aspectos se unen, surge la melancolía, insinuada a través de la parquedad temporal y la especificidad del objeto perdido. De esta manera son nombrados futbolistas, monjes, relojeros, libreros, músicos, abogados, literatos y sus respectivas creaciones, a la que sigue un largo etcétera que confluye en la “calle del tiempo”, reiteración que sirve de espacio donde alojan personajes muy distintos. El tiempo es inexorable, y su sinónimo humano es la melancolía. El poema V del Boston referido al Maracanazo, por ejemplo, refiere al triunfo de la caducidad y a la vez porfía de los jugadores que grabaron su nombre, pese a los obstáculos que dieron pie a la gesta futbolística. El poeta va alejándose del estadio con las tribunas vacías, mientras Shubert Gambetta y Obdulio logran lo inalcanzable, inmortalizándose. Sin embargo, el Maracaná retorna desocupado, convertido en una efigie de la hazaña. Es decir, una huella del tiempo. Aludo al Boston porque es una especie de Aleph de los textos de Jacob, confluyendo algunos aspectos que volverán a ser tratados posteriormente, no sólo en su poética temporal sino también en la temática. La variación IV anuncia Llave de sol, segundo libro que poetizará sobre la música, otra faceta en la encarnación del tiempo. O el poema XV referido a los detenidos desaparecidos, que en cierta medida son abordados nuevamente en Granjerías Infames. No a la manera de un tema o argumento literario; más bien a través del vínculo entre el fenómeno de la desaparición y una poesía que clama su insuficiencia histórica y política, descontando la temporal que actúa siempre en Jacob como telón de fondo. El término “policías políticos”, empleado en la variación VI del Boston alusivo a Giordiano Bruno, vuelve a utilizarse en Granjerías en el poema “Responso” dedicado a Eduardo Muñoz Alid. La memoria intenta preservarlos ante la inutilidad que provoca la vida. La expresión “Granjerías infames” —tal como me señaló Gonzalo Galvez y el mismo Jacob— comprende las actividades innobles ofensivas al testador, deshonrando su núcleo familiar. En otras palabras, aborda la pregunta por el sentido de la poesía en un mundo como éste, que va dejando atrás una serie de personas y situaciones en la injusticia y la precariedad, que vistos desde una perspectiva temporal, es lo mismo. El guiño a Walter Benjamin es notorio, el pensador de los sin nombres que son borrados por los escombros de la historia, a quien dedica además el poema “El cementerio de Port-Bou”; lugar en que él mismo pasó a engrosar la lista de los desaparecidos, sin saberse nunca qué realmente sucedió en el día fatal de su muerte, “donde yace el desamparado”. ¿El poeta es, en esta 16


perspectiva, un desheredado o la época es la infame?: “Pastor del ser —dice Jacob en “Arte poética”— guardián de la nada/ Palabras estremecedoras/ que nos turban/ Pero que no transformarán / Nuestras vidas ni menos aún la glorificarán”. Cruda síntesis a la que llega Jacob al final de su escritura. ¿De qué puede valer un poema —se pregunta el poeta— a esas alturas de su vida, y más aún de la historia? La respuesta no es segura, pero quizás el mismo tono elegíaco que mantiene a lo largo de su obra algo apunte a un bosquejo de aquella. A pesar de la muerte, contra la cual incluso el poeta juega una partida de ajedrez en el poema “Enroque”, la evocación —sin esperanza ni celebraciones— se sigue manteniendo en sus poemas. Es la elegía que rima con valentía, la de seguir entregando un testimonio de la existencia: sin ser un pequeño dios, pastor del ser o guardián de lo que fuere. El epígrafe con que comienza Granjerías da cuenta del rostro expresamente humano del poemario, resultado poético al que llega Jacob tal como César Vallejo en sus Poemas humanos, debido a la preocupación por la singularidad del carácter perecedero del hombre que hace más evidente la indignación política. El epígrafe se asemeja a un epitafio, y el libro a una conclusión de la lucha contra la caducidad que los poetas llevan a cabo a partir de la memoria. La reflexión sobre el tiempo encalla finalmente en la melancolía; vale decir, en nombrar lo perdido, como sucederá con los detenidos desaparecidos, los amigos de la infancia o el hermano deambulando por los bares solitarios de Quilpué. ¿Qué sentido puede tener escribir poesía cuando las iniquidades prevalecen en la historia, mientras los oprimidos sucumben en el anonimato? Es más, ¿no somos todos finalmente seres anónimos? “¿Podremos los presentes acostumbrarnos/ a tan prolongadas ausencias?” Quizás no exista ninguna respuesta más que dar testimonio, como hacen los lectores secretos de Rubén Jacob, dedicándole textos que emulan su memoria. ¿No será acaso éste, justamente, el fulgor precario de la poesía? Si fuera así, los tres poemas que hemos escogido al comienzo de Serey, Moncada y Alfaro le rinden justicia a la escritura de Jacob. No constituyen homenajes fosilizados, esos que abundan en la estética paralizante de los memoriales chilenos, sino la complicidad de compañeros de ruta que se reconocen en una manera del oficio poético que levanta sus banderas negras frente a una época de desapariciones. Jorge Polanco Salinas

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M U S I C A Demian Rodríguez , por Nicolas Muñoz Brauchi Valparaíso, 2009. En todos los bares toca Chinoy, ese podría ser el resumen. Los oídos se alinean y entrenan nuevas formas de escucha. Desde el otro puerto desembarcan hordas de pelucones, todos flacos, todos con aullidos por voz. En todos los bares toca Chinoy y no todos quieren serlo. A su pesar, Demian Rodríguez llega en esos momentos a habitar una pequeña pieza compartida, viene con ánimos de conquistar el mundo. La habitación se llena de humo, canciones y puñaladas por la espalda. Entre escalones y guitarras se duerme bien y nadie silencia las carcajadas. Kaskivano, Cachivache, Chinoy, Palote Herrera, Gopa, Tito Yañez, Angelo Escobar, todas voces que sonaban en Subida Cumming, en Plaza Aníbal Pinto, en las postrimerías del Cerro Alegre, en las sombras de Avenida Elías. Bar la canción de la trova, Bar El Canario, Bar El Abasto, todos escenarios de maratones de guitarras. Pasan los años y aunque el panorama ante nosotros ha cambiado levemente, siguen las calles donde mismo y algunos bares siguen fieles a esos momentos dorados de la trova porteña. Demian Rodríguez se llena de dudas, su primer disco Santos Inéditos es recibido con vítores por los compañeros de ruta, pero algo a él no le calza. Se distribuye por una plataforma digital y muchos somos los que quedamos con ansias de tener un disco en formato físico. Se reúne por un tiempo con el Ensamble Transatlántico de Folk Chileno, participa en una serie para la televisión por cable, canta en todos los bares de Valparaíso: gasta sus codos en todos los mesones. Entre tanta noche porteña y conversaciones interminables con amigos, vuelve a sus raíces. Recuerda el bolero y las jornadas familiares llenas de guitarras, cantos a lo humano y a lo divino. Se aventura a homenajear al gran Negro Farías y Los Chuchos lo invitan a cantar con ellos. Decide seguir camino propio y arma el proyecto que lo tiene ocupado hasta hoy. Se rodea de músicos excepcionales y se pone a escribir lo que considera su verdadero primer disco. A inicios del 2016, casi 8 años después de su llegada a Valparaíso, está listo para presentar su disco homónimo. Consta de diez canciones que la habíamos escuchado en sus caminatas por bares porteños, pero esta vez suenan como catedrales. Cada piedra está puesta en su lugar preciso, cada candelabro, cada vitraux. Son historias de noches porteñas y de sueños aún sin fin, historias que les escuchamos a nuestros amigos a las cuatro de la madrugada, que vienen contando los viejos de Plaza Echaurren hace cientos de años. Sin querer arruinar la sorpresa, el disco cuenta con dos colaboraciones de músicos tan aperrados como Demian, dos que salieron de la constante lucha con los egos y chaqueteos propios del mundo artístico chileno y lograron habitar de buena forma el difícil Bueno y qué tanto, los invitados son Pascuala Ilabaca, amiga entrañable de Demian, que no se cansa de grabar un disco tras otro, cada cual mejor que el anterior, y Juanito Ayala.

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I M A G E N

YASMIN BISHARA

El «hablamiento» de la imagen por Guillermo Yáñez Tapia. i. La pregunta ¿qué es una imagen? –como todo preguntar– esconde siempre una trampa porque, como dice Heidegger, cuando uno pregunta de alguna manera supone saber algo de eso por lo que se pregunta. ii. Entonces, ¿cómo responder a una pregunta como esa? Lo primero a lo que nos vemos tentado es a intentar pensar en que una imagen siempre tiene que ver con algo dispuesto para que pueda ser visto por nosotros. Es decir, parece ser un problema visual. Esto porque pareciera ser que la imagen únicamente puede ser vista y es por ello que cualquier intento de respuesta que exceda a lo meramente visual, pareciera estar condenado a un exceso de racionalismo o a una explicación que se escapa a la imagen misma. iii. Iniciemos entonces la controversia, una imagen no puede ser simplemente lo que vemos porque eso sería reducirla al simple hecho de percibir por medio de los ojos, una suerte de suponer acríticamente que lo percibido llega a nuestro cerebro con cierto sentido con el que carga ya lo percibido. En nuestro caso, con lo que cargaría esa superficie a la que denominamos y reconocemos como una imagen. iv. ¿Podemos reducir una imagen a tan sólo eso? No sería más preciso reconocer que la imagen es el producto de algo que se mueve sobre la superficie en la que podemos verla, pero que no es sencillamente lo que hay como visto. v. Revisemos el asunto más detenidamente. ¿Cuando decimos que una imagen nos dice algo del mundo, qué es lo que intentamos decir? ¿Que tan sólo aquello que somos capaces de reconocer en la imagen es la imagen misma? Pero entonces, ¿cómo decimos que una pintura abstracta también pertenece al mundo de las imágenes? vi. Es precisamente ese margen en el cual lo que vemos en una superficie no necesariamente mimética, es decir, no necesariamente parecida a eso que hemos experimentado visualmente en el mundo, parece esconder una clave que nos permita aproximarnos a un intento plausible por responder a la pregunta por la imagen. vii. ¿No sería más útil cambiar la pregunta que intenta aproximarse a una respuesta por eso que cualquiera de nosotros reconoce como una imagen? Pensemos en un replanteamiento de la pregunta de la siguiente forma: ¿por qué una imagen es una imagen para nosotros? viii. Con esta nueva forma que toma la pregunta podemos movernos, pienso, con más soltura. Ya no nos concentramos en la forma que toma la superficie o lo inscrito en ella para intentar responder a la pregunta por la imagen. 19


Tan sólo intentamos responder a qué es lo que nos lleva a decir que estamos frente a una imagen. ix. Tomemos un ejemplo que siempre molesta a muchos de mis pares fotógrafos: ¿por qué una fotografía es una fotografía para nosotros? x. La respuesta a una pregunta específica como ésta nos podrá ayudar a responder la pregunta general por la imagen. xi. Pensemos: ¿qué es una fotografía? Lo primero que podría ser respondido por cualquiera de nosotros es que una fotografía es una imagen fija. Es decir, que lo registrado, por oposición, no es una imagen en movimiento en lo que respecta al resultado del registro mismo. xii. Sin embargo, una respuesta como esta acarrea varios problemas. Sabemos que el cine también se constituye de imágenes fijas que al ser proyectadas a cierta velocidad recrean nuestra percepción del movimiento en dicho registro. Pero también es una imagen fija una pintura de una paisaje campestre o el «Guernica» de Picasso. Un grabado o un dibujo también lo son. xiii. Entonces, ¿cuál es la peculiaridad de la imagen fija propia de la fotografía? xiv. Respuesta: la peculiaridad de la fotografía es el modo en que el registro imagina lo registrado. A esto lo podemos denominar el modo de imaginar fotográfico. xv. Así la fotografía es un modo de imaginar que se funda en el modo en que la luz es registrada y como dicho modo de registro nos abre un modo de imaginar el mundo a través de la luz. Ese modo de imaginar el registro de lo lumínico es propio del aparato fotográfico porque lo define como tal. No hay fotografía fuera de este modo de imaginar, tan sólo un simulacro del registro en el aparato fotográfico. xvi. [¿Y usted me creería que hay algunos lugares en que se dice enseñar fotografía digital?] xvii. De lo afirmado en xv podríamos decir que una imagen es un modo de imaginar que abre un sentido peculiar en el modo de representar las cosas. xviii. Las cosas no se han de entender solamente como las cosas que decimos que existen, sino también como aquellas que imaginamos dentro de cada modo de imaginar. xix. Las imágenes, entonces, son «hablamientos» de cada uno de los sentidos abiertos por cada uno de los modos de imaginar que las diferencia entre sí. xx. Las imágenes son imágenes porque podemos imaginarlas, porque se requiere de un modo de imaginarlas.

Guillermo Yáñez Tapia es director en Noimagen :: Centro de Estudios Visuales (noimagen.net) además de filósofo, fotógrafo y profesor. 20


C U L I N A R I A “Bendita Jibia” , por Ritta Lara Cocinera/Patron Cariño Malo La mayoría de las veces que me invitan a cocinar, elijo la preparación de la Jibia, “calamar muy parecido al loco en su sabor y textura, pero a diferencia de este, tiene un muy bajo costo”, es un romance que nace hace muchos años atrás cuando declaro mi cocina pobre, asumiendo el amor, melancolía, recuerdos, de este puerto querido y la devastación de sus costas. Sin duda este producto, debería estar en todas las cocinerías caseras, aportando a la economía familiar, pues su valor monetario hace cundir cualquier presupuesto, pudiendo llegar más fácilmente a “fin de mes”. Cuando me dirijo a Caleta Portales, en busca de algún pescado “entretenido” o de algunas Merluzas de tamaño “ético” para cocinar, termino con la mochila cargada de : Jibia ,desazón por las historias contingentes de los pescadores, y conocimiento de este calamar. Mi amigo cocinero Bicho Alvares (Restaurante Pimentón), prepara Jibia Ahumada…que es de temer, ideal para mesclar con legumbres. Entre el vapor y aroma a laurel, que expele mi Jibia en su cocción, voy recordando las conversaciones en la Caleta, rabia y pobreza que ha dejado el mal manejo por parte de las autoridades la extracción de los productos del mar, pues, no hay Merluzas de tamaño ético para preparar, las que encuentro parecen “pejerreyes”, y me parece inmoral cocinarlas e incluso verlas. Resultado de esto, los pescadores para subsistir han tenido que recurrir a la extracción de la Jibia, cosa inimaginable hace 20 o 30 años atrás, porque el mar brindaba cantidades y diversidad de pescados. Apago la olla y coloco la Jibia al chorro de agua fría, está lista para comenzar la preparación, tomo el cuchillo, comienzo a picarla en cubos pequeños, hoy es día de sol ; pienso lo duro que es ser pescador artesanal, levantarse a las 5 de la mañana, rogar que no salga el viento, armar las linternas ( dicen que las Jibias brillan más con el choque de luz de las linternas), encomendarse a San Pedro para sacar unas 20 y el viaje no sea en vano, luego llegar a costa y faenarlas, ya sé que los huevos de la jibia los venden a los Chinos, la cabeza es “ramal”, y el tentáculo más largo es el “cazador”, yo compro el “cuerpo”, y la “aleta”, es para los que practican pesca de deporte. Corto cebolla en cubos, un poco de cilantro, pimenta, limón , oliva , sal, agrego la Jibia y hoy ofrezco “Cebiche de Jibia”, esperando mientras mezclo , alguna alma trasnochada en busca de algo “fresquito”, en este día de sol. Salud por mí, y todos mis compañeros! Ritta Lara Cocinera/Patron Cariño Malo 21


I L U S T R A C I Ó N

Wena Wena , por Rocco. En diciembre del año pasado mi amiga Nikolo (dibujante) participó de una exposición llamada “Amores diversos” quedaba a la chucha, pero me sentí comprometido por que no pude ir a última hora a una entrevista que le hizo el Pato Toro en la biblioteca de Santiago, así que dije: R: voy weón! Me junté con Nicolás (También dibuja) y partimos al metro, en uno de los metros nos juntamos con la Nikolo y partimos l@s 3 hasta la cisterna, última estación de la línea dos hacia el sur, para ir al paradero a esperar una cromi que bajaba más aún (terrenos inexplorados de Stgo). R: ¿Dónde chucha vamos pregunté? (otra vez) Nikolo: a San Bernardo a un mall R: ¿muy a la chucha? Nicolás: eee sip No recuerdo que numero tenía la micro, pero llegó y se subió mucha gente con nosotros (en mi mente sonaba el tren a Paysandú de Los Jaivas) empezó a bajar… en el camino se sube la Vicky (que dibuja Lesbilais) y también exponía en la muestra, ella fue la guía turística del sector, El Bosque, su colegio, plazas y locales de empanadas, el camino se volvió recto y terminaron las anécdotas, solo me quería bajar, ya estábamos en terreno desconocido, solo sabía que seguíamos en dirección sur, terminaron las casa y empezaron las fabricas, cuando el bloque gris y beige se hizo presente, y los logos gigantes nos gritaron que habíamos llegado al mall, era en la biblioteca, si yo también tengo reparos pero por lo menos hay bibliotecas, entramos a una salita chiquita, mononita, pintada con cariñito de casi parvularia, que bueno que las cabras que exponían cambiaban la sala, super variado, todas las técnicas, super claras en el mensaje, habían locas más maduras en técnica y mensaje, en el manejo de los espacios, la paleta de coroles muy armónica y viva, claro también tengo mis reparos hay gente que no me gustó mucho, en lo personal el color digital lo encuentro feo, a menos que este tan bien hecho que no parezca digital, y muchas acuarelas se notaban sin tiempo, siempre hay un expositor que termina al límite del tiempo y apura el proceso,(tip, para sacar la acurela con un secador de pelo, necesitas que el papel este fijo, y que hayas trabajado con poca agua, si no mueves la gota que arrastra el pigmento, y esta sigue manchando) claro, hay que mejorar cosas pero no significa que no haya un camino, solo hay que admitir la responsabilidad de que hay que caminar/dibujar ese camino. Yo me siento en extremo comprometido con esto. Fue harta gente, tomamos vino y unas chelitas que colamos piola, hubo risas y conversa, para después ir por otras chelitas afuera del mall, pero dentro de él, en el pastito detrás de unos arbustos, bien barsa, buena conversa para comernos un viaje eterno que ya había olvidado entre tanta buena onda, fue la primera vez que meo dentro de una micro, de verdad, nunca antes me había pasado, en valpo no tienes que esperar 30 min una micro, asi que si te meas te bajas y tomas la siguiente. Un chuncho me retó, jajajaja como si yo fuera lo peor que le podía hacer a una micro en comparación a lo que él le hace todos los fines de semana, bueno se sentía responsable por que iba una niña, simpático orden de prioridades, nos fuimos a la casa de la Vicky, Ema, alguien más (sorry l@ olvidé) y yo, seguimos hablando de dibujo, nació el “Vickycoptero”, técnicas, composición del dibujo, me gusta esas conversaciones, es la pasión, hasta que el sueño ganó, le pregunte a la mamá de la Vicky como llegar a Gran Avenida, y me fui, en el camino me tomé una chelita, llegue a la micro y llegué a casa. La había pasado chancho, conocí gente bakan, me comunique con gente que hace lo mismo que yo y que tiene la misma puta esperanza de vivir de esto, algún día, con mucha cueva, que se yo, es lindo poder presentarse y reconocerse, no a nuestras caras si no a nuestras “hambres” estar en un lugar donde comparten el deseo de que un dibujo puede cambiar el mundo, como lo hizo más de una canción o una pintura, y este es el tiempo del cómic, me importa una soberana raja que alguien diga que estamos o no en el boom del cómic, si lo que quieres es vender, pico, es tu volah, no la mía, y me alegro, me siento profundamente convencido que el cómic es una forma de arte, es una forma de ver la vida y sobrevivir a ella, todos miran a huevo el cómic por que salen mierdas de superhéroes y cómic fomes, pero el mundo de la pintura tiene a Pollock, un weón que goteaba… y a Jean-Michel Basquiat. Un weón que nunca supo pintar (una patada en las bolas a los academistas, eso es gracioso… pero no me pueden decir que no tienen una carga de “mmm si te parece que son garabatos es porque eres tonto y no sabes de arte”. Por suerte existen estas instancias auto gestionadas, sin pedir favores, sin agachar el moño, esta es nuestra misión, como dibujantes debemos expresarnos, debemos hacernos ver y dejar que hablen de nuestra pega, para bien o para mal, no debemos sentirnos con las malas ni creernos la raja con las buenas, tenemos que seguir con la cabeza metida en el dibujo en una propia exploración, en el camino, vas a hacer más de un dibujo (estay caga´o tenis que hacer muchos) que una vez hechos, los subes a la red y dejas que naveguen solos, que abandonen el nido, para dejar espacio a los que vendrán. El monito que les traigo esta vez es un vendedor de motemei, no tiene que ver con el texto, lo sé y me importa una raja, por que he estado leyendo un muy lindo libro de Valparaíso de Edwards Bello, “Valparaíso y otros lugares” ilustrado por el Grandisimo y Faschisimo Lukas (hay que separar el arte del artista, recuerdenlo) donde cuenta el diario vivir en el Valpo de finales del siglo 19, el puerto, plazas, los cuicos y los pobres, los pololeos, el comercio etc. Eso me transporta a ese Valpo más simple y directo, de ahí se contrapone este Vendedor de motemei en un valpo actual, notese que hay edificios detrás, ese es el juego, algo antiguo sobre algo nuevo, pero, que en esencia, es el Valparaíso que miramos sabiendo que vamos a extrañar algún día.

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Rocco roccotroco.tumblr.com/ @Roccotroko F: El Rocco


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L I T E R A T U R A Presentación de Redoble del Ronroneo , por Enrique Winter. 04/05/15 a las 3:30 P.M.

Tomás querido: ¿Cómo estás? Yo acabo de llegar a Nueva York. Sobreviví a los lanzamientos de la novela y las burocracias de la mudanza. Leí con atención tu libro, en el aire, como se lo merecía y me atrajo ya en el bello título Redoble del ronroneo. Marqué con verde en el adjunto mis pasajes favoritos. Considero, sin embargo, problemática la propuesta, por cuanto se centra en una sonoridad, en una forma, prácticamente independiente de contenido alguno –lo cual es interesante desde los puntos de vista de la poesía conceptual–, pero que recurre a convenciones tradicionales de la rima machacosa (con escaso uso del metro). Es muy difícil que la rima funcione sin un ritmo de acentos y sílabas que vincule los versos rimados. Es como una suma de guiños a la vanguardia de hace un siglo que lamentablemente no logran convocarme. Entiendo que la propuesta podría pensarse como música, como colores abstractos, pero no siento la música (que justifique la falta de comunicación, el imaginario y exclamaciones del romanticismo o la aparición de palabras rebuscadas), sino rondas o cacofonías. Esto mejora mucho en la sección “Extremaunciones”, pese al uso manido de la segunda persona hacia el final. En general, recomendaría hacer encabalgamientos, separar la unidad sintáctica del corte de verso, de modo que las rimas se vuelvan internas y comiencen a aflorar los ritmos. Me gusta la asociación de imágenes que trenzas libremente. Propondría hacerlo sin compararlas (“como”), porque como no se parecen, la conexión puede desconcentrar. Lo otro que me interesa y está logrado es el desplazamiento cuando reemplazas una palabra que esperamos leer por otra que se le parece. Se desdobla en tales casos el poema. Tendría cuidado con el exceso de abstracción, intentando intercalar momentos concretos que la hagan brillar. Dado que insistes en la experiencia de una primera persona, podría ser eficaz verte más en estos poemas, en aquello en lo que se te vaya la 24


vida: más sangre, por así decir, o más imágenes que no remitan a la tradición sino a tus propias visiones. Tengo un afán profundamente constructivo en esto, porque te tengo mucho cariño y, además, te he conocido poemas excelentes, como el que una vez me dedicaste, lo que, por supuesto, muestra que puedes escribir poesía que convoque más que esta. Además la mía es solo una lectura de muchas posibles. Espero haberte sido útil; quedo disponible para eventuales malas lecturas que haya hecho, para tus dudas y nuestro diálogo. Abrazos, e. En verde los pasajes favoritos tomo o (…) abrazo o La pura juntura de muslos sin muslos presente como cáscaras de caricias precia un pájaro en vuelos de plomo, Carta conmigo, pluma a pluma de la almohada, Niñita violadora con paseo de clavel inmenso boca abajo, con brazos en raíces —la muy semilla— y a rastras las girantes nucas y antes de la arena, casi nieve, tras la caspa y la costra de agua lodo, para el dado como si ordeñaras La angostura de rodillas turnias fui el nunca de la nuca con el hermano eriazo voy hacia antes, voy agua arriba mi carne de ropa que al agua más grande íbamos para morir de sed. sobre olas de ojos Bajo la vista: con el negro escribo. donde te vas pareciendo a nadie y no te desenredo. ganas de morder como cachorro hasta que los colmillos crezcan tan ramas, suben a ras de arenales, entre arrecifes de poros dos guijarros saben a catedrales el cielo tiene mi tez oscura se avalancha me sumerjo en telones de terciopelo hacia la revelación de las poleas Los higos que acercó la bandada entera posada en una sola rama 25


tienen polvo lame al anciano y trágale el niño, mi torso al insectario moneda de cambio, el peso de tus tiestos cuando el sol me palpe extranjero, en el país donde tu cuerpo termina en brazos de hormigas te cargaré miles de veces La onda del sendero hunde al mundo: de allá no veré el punto donde paro— Fui éste, soy ese y seré cualquiera, adelante, que el mar no es azul si el cielo no lo mira. ¿Quién anda? El mundo, alrededor. 11/05/15 a las 12:52 P.M. Querido Enrique: Ahora sí. Como te escribí por Facebook, estuve con la mente en desorden este último par de semanas, lleno de incertidumbres. Aparte de las noticias terribles de Katmandú, y aparte de mi usual debate de opacidades –entre trabajo y tesis– tuve problemas con el computador que usaba hasta el momento y ahora te escribo de uno nuevo. Como sea, mis problemas pequeños, si son excusa, me parecen nimiedades al pensar en lo ocupado que debes estar. Ojalá tus días en NYC estén siendo felices y provechosos. Ahora puedo mandarte, primero, algunas preguntas particulares, indagando en tu lectura de mi libro, y luego lo que va de mi lectura del tuyo. Te agradezco de todo corazón que le hayas dado tiempo –y tiempo en el aire, qué mejor– a mi Redoble. Me interesa mucho, y le daré muchas vueltas (vueltas que daré también en los poemas de mi segundo libro) a lo problemático de mi propuesta, según dices. Comparto plenamente que el libro, y sobre todo algunos poemas, se abstraen mucho (creo que “Cuento de una brecha” es el más abstracto, pues ahí he querido “pintar” el vacío cambiante entre dos piernas de una caminante) aunque no iría al extremo de tacharlo como “independiente de contenido alguno”. Quizás estos poemas no son muy acogedores a la primera lectura, y las experiencias que retratan no son representadas de forma clara, sino en cierta clave hermética. En cuanto a música, creo que con este Redoble he explorado mis ritmos de guata, habiéndome rehusado a estudiar literatura y sin conciencia histórica más que el hermanarme con los poetas cuyas músicas me han conmovido. Puse, sin embargo, mucho pensamiento métrico y formal en él, aunque el resultado te haya parecido “machacoso”. Busqué texturas a través de la aliteración, con ostinatos disonantes en el paladar. Ahora, algunas preguntas específicas. Con un gran abrazo fraternal, Tomás.

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12/05/15 a las 2:07 P.M. Querido Tomás: Es clarificador el primer párrafo de tu correo respecto de la propuesta de tu libro, tal vez las correcciones deberían ir en la línea de hacer que se cumpla con mayor claridad. Mis expresiones me parecieron exageradas a la luz de tu aclaración. En cuanto a tus dudas [en cursivas]: Sobre tu proposición de no comparar las imágenes, ¿me darías por favor algún o algunos ejemplos de instancias en que crees que ganaría con eliminar los “como”? Es en aquellos casos en que se compara algo con otra cosa con la que no encuentro una relación visual a raíz del hermetismo. Por ejemplo: Lo desenredo de un botón como el cable a una audición o como si abriera un viejo archivo. Hay herrajes humeantes, codos solos, en charcas como trizas de un portal. como los dientes visten los bocados. En cuanto al final de “Extremaunciones”, ¿en qué instancia(s) particular(es) se vuelve “manido” el uso de la segunda persona? La segunda persona es problemática, lo manido de ella tiene más que ver con la tradición que con tu escritura. Porque hablarle a un tú que no sea el lector deja a este afuera. Uno sólo se dirige así a alguien superior (Dios o la amada) y por ello los pocos casos en que ha funcionado son los de la poesía mística o, por ejemplo, la breve novela Aura de Carlos Fuentes. En el caso de tu libro, marqué en verde mis pasajes favoritos; si insistes con la segunda persona recomendaría ver cuáles de los pasajes no seleccionados son menos originales para intentar acortarlos antes que el lector pudiera cansarse de estar afuera. Esto Fuentes y ni qué decir los místicos lo sabían y por eso sus obras en segunda persona son muy cortas. Dices que te interesa y que está logrado “el desplazamiento”, cuando reemplazo “una palabra que esperamos leer por otra que se le parece. Se desdobla en tales casos el poema.” Me gusta esta observación, pero su generalidad me opaca... ¿Podrías referirme a uno o dos casos particulares en que ello ocurra? “Carta conmigo,/ pluma a pluma de la almohada,” donde uno lee “canta”, por ejemplo. Por último, y si fuera posible que lo leyeras de nuevo, me interesaría mucho recibir tu opinión sobre el último poema. Releí “Andarivel: postludio”. Como te había marcado, el comienzo y el final son muy potentes, también lo del mar mirado por el cielo. Podrías continuar los endecasílabos de los tres primeros, idealmente con la acentuación interna clásica, de los dos iniciales. O tal vez mejor, liberarte de la canción y hacer los encabalgamientos que te recomendaba, evitando rimas a final de verso. A veces un ritmo constante hace que uno pierda el sentido que estaba ahí, mejor desestabilizarlo como hizo el jazz con el blues, por decir. Estuvo bien que me lo hicieras releer, porque la verdad es que tiene cumbres altas, es un buen poema, y me sirve para ejemplificar lo que creo falla en el poemario, versos como “Capea conmigo el valle de la indecisión/ y las miserias del ardor y del frío;” que no se levanta hasta la estrofa siguiente. Ahora me meto de lleno a mis poemas a la luz de tus comentarios. Te cuento. Gracias y abrazo fraterno, e.

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15/03/16 a las 17:58 P.M. “La antipoesía ha privilegiado la visualidad. La poesía de Neruda, y del modernismo en general, es acústica, sonora, entra por el oído. Se dejan de lado la sintaxis y el nivel semántico, es decir, los contenidos. Lo que predomina es la música de los sentimientos. Acá [en la antipoesía] la cosa entra por la vista, se da mucho en imágenes, se intenta suplir la expresión corporal para que aparezca en la escritura. Enrique Lihn es un caso de poesía preocupada más de lo semántico que de lo acústico.” La cita es de Nicanor Parra y tiene veintiséis años. Podría tener sesenta. Al menos desde que lo dijo y hasta hoy, la vasta mayoría de la poesía chilena se guarece bajo el paraguas de Enrique Lihn, poesía que narra y representa con astucia la metafísica de la experiencia cotidiana. No es culpa del genio de Lihn –a su mueca Cohen opone el goce vitalista, el paladeo aliterado de las sílabas; de su mueca conserva el lirismo– ni tiene la culpa Marx de los marxistas, menos el mismo Parra por proponer “la poesía como habla y no como canción” reaccionando urgente y necesariamente a los excesos retóricos de su época. La culpa es de los propios poetas que se limitan al ojo y al contenido del lenguaje coloquial, como si este no fuera uno de los infinitos posibles, como si la envergadura del proyecto parriano y lihneano no viniera a agregar notas a la escala, colores a la paleta, sino, por el contrario, viniera a negar todos los ya disponibles; en fin, como si Parra y Lihn no estuvieran conscientes de que el lenguaje sencillo y directo es también el de la publicidad y de la política cuando quieren engañarnos y que es labor de los escritores ampliar el campo de batalla de la palabra maltrecha y, con ella, de la realidad. Son a lo menos nueve los sentidos, pero aunque nos sujetáramos a los cinco que nos enseñaron cuando niños todavía quedarían cuatro fuera de ese paraguas en el que, decía, se guarece casi toda la poesía chilena contemporánea, por haber continuado inconscientemente la lucha contra el oído modernista cuando afuera ya no llovía. Si ese oído sobrevivió mutando, también lo hicieron el olfato, el tacto y el gusto sin referencias a la experiencia directa en poetas tan próximos como Gonzalo Rojas o, un poco más atrás, Humberto Díaz Casanueva, ni qué decir en Neruda. Por eso el gesto de Tomás Cohen en Redoble del ronroneo es relevante, porque opera fuera de los límites autoimpuestos cuestionando desde el extranjero (desde un pasado borroneado con el codo y, a mi juicio, también desde el futuro) las posibilidades expresivas de nuestra tradición y eso es motivo suficiente para que hoy celebremos.

TEXTO: “No le debo nada a Bolaño”, por Enrique Winter. http://www.artepoetica.net/Enrique_Winter.htm 28


D I S E Ñ O VI Pantone Feria Puerto & Tattoo , por Estudio M5. VI Pantone Feria Puerto & Tattoo se realizará en “La Joya Hostel”, donde se reunirán los mejores exponentes del Diseño / Arte / Serigrafia / Indumentaria / Gourmet / Tattoo / Ilustraciones / Orfebrería / Bisutería / Kombi Foods / recuerda que este 2 & 3 de Abril en (calle Quillota 80 a un costado del Mall Baron Valparaiso) lo mejor del Diseño Independiente Nacional.

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A C T U A L I D A D

Programación completa de L’Arts 2016 , por Perrera Arte. Artistas de todos los tiempos, de muchos lugares, de distintas disciplinas y de variadas tendencias estéticas conforman la programación de L’Arts 2016, Segundo Encuentro Internacional de las Artes, jornada de dos días de duración con la que el Centro Experimental Perrera Arte celebrará su mayoría de edad, sus 21 años de existencia en la escena del arte independiente. Tal como ocurrió en su primera versión y en todos los festejos importantes de la factoría del Parque de los Reyes, L’Arts 2016 será animada por el actor y director teatral Pato Pimienta, histórico integrante de la compañía La Patogallina. El encuentro contempla durante los dos días una exposición estable de artes visuales, intervenciones performáticas, degustación de cocina patrimonial, breves lecturas poéticas y movimientos concretos de danza, que consideran los siguientes artistas, chefs, escritores y bailarinas: http://www.perrerarte.cl/ya-esta-disponible-la-programacion-completa-de-larts-2016-en-la-perrera/

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