Ennio Tucci
a quiĂŠn hay que matar para vivir
Ennio Tucci
a quiĂŠn hay que matar para vivir
© Ennio Tucci, 2012 © A.C. Madriguera, 2012
Calle Purureche entre calles Cristal y Chevrolet #87, Barrio Chimpire. Coro, estado Falcón.
Equipo editorial:
Ennio Tucci, Mariana Chirino, Jenifeer Gugliotta y Oswaldo Ruíz.
Sitio Web:
http://www.madriguera.ya.st http://edicionesmadriguera.blogspot.com
Correo:
edicionesmadriguera@yahoo.es
Imagen de portada:
Francisco Tucci, “Sin título” 2003.
HECHO EL DEPÓSITO DE LEY Depósito Legal lf0682012800592 ISBN 978-980-7493-00-0 Impreso en el mes de febrero de 2012 por Ediciones Madriguera. Coro, estado Falcón. Venezuela.
Ennio Tucci
a quiĂŠn hay que matar para vivir
Nota preliminar Este es un libro que parte del afecto, la amistad, el amor y la familia. Lo publico para cerrar honestamente una etapa y comenzar otra, sabiendo que mis afectos tendrĂĄn estas palabras que fueron escritas para ellos. Igualmente es una forma de dar gracias al Padre por las lecciones y bendiciones que recibo a diario y por esa esperanza que nos mantiene vivos. Gracias a ĂŠl, se lucha con la absoluta certeza de la victoria. El autor
“El poeta tiene que ser ético. El poeta tiene que estar abierto con todos los sentidos para percibir ese momento, el momento en que vive. A su alrededor tiene todas las armas para llegar al centro de la razón y al centro del sentir.” Palabras de Reinaldo Pérez So durante un conversatorio sobre la poesía actual en la Biblioteca Pública Central “Simón Rodríguez” - Caracas, junio 2011.
Afectos, Griposos y
En la lucha por la locha (2008-2010)
Poema de chocolate A mis hermanos
Me dicen que de la poesía no se vive que me moriré de hambre que no puedo cambiar mis poemas en el supermercado que no me darían un kilo de harina o de azúcar o de sal; me dicen que de la poesía no se come que los poetas somos unos muertos de hambre que sólo queremos llegar al status quo que la poesía no nos sirve para nada más; me dicen cosas horribles de la poesía que es utópica astral cósmica intangible, un mundo distante del hombre a donde sólo nos mudamos los inadaptados pero no, la poesía sí alimenta… por eso te hice este poema de chocolate, de besos de miel de carne de nosotros para que nunca creas que la poesía no sirve para nada…
Ser astronauta Resulta que uno también quiso ser astronauta y pactó alguna vez con las leyes de la física. A los nueve nos quitaron la locura de ser buenos y decir la verdad desde entonces mentimos y no se nos arruga el corazón, más tarde nos hicimos a la idea del amor pero la camisa siempre nos quedó grande y entre una y otra mentira llegamos a beber, llorar juntos y escuchar rock, golpeaba nuestras pieles el frío y nuestros corazones Guns and Roses… y así bailamos al ridículo de aquellos a quienes nunca conocimos y bebimos del pico de la misma botella… Resulta que uno también quiso ser astronauta pero el amor nos quedó grande
y pacté alguna vez con las leyes de la física para quedarme pegado a este suelo esperándote… para verte llegar como llegaste con tus días de cayenas y caramelos;
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Yo no quiero hacerte triste A Laura y Francisco
Hacerte triste… borrar el rostro de los títeres cortar sus hilos y sus voces desarmar sus cuerpos de madera y alumbrar el camino de la violencia; hacerte triste… cortar el árbol de los mamones y dejar a los niños de la cuadra sin frutas y sin pájaros. Cuando te saco del cuarto no te saco de mi vida sólo te pido espacio, pero te vas triste y sigo buscándome y buscándome un poquito de espacio para mí en este cuarto
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para existir y nombrarme pero nada; cuando te saco del cuarto no te saco de mi vida aunque tus ojos de niña no entiendan mi confusión y desasosiego, que es la confusión y el desasosiego de los grandes, porque me hice grande algún día…
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Pero te quiero aquí hermana jugando el juego de la manos, palmear cantar aplaudir y reír al final, pero ya soy grande me debo a mi confusión y mi desasosiego de grande; ya no más pelotas o carreras no más escondite o encantados sólo horarios y tareas responsabilidades sorteos desempleo porque hay que resolver la nevera y los sueños; yo no quiero hacerte triste pero a veces no me hallo y no sé qué decir o qué hacer
-porque eso es parte de ser grande de la confusión de ser grandepara que el mundo me sonría una que otra vez… y hago digo grito cosas acierto y me equivoco me tropiezo y corro y algunas veces me ato los cordones como tú… Te saco del cuarto pero no de mi vida, te pones triste me hablas como grande y me hago pequeño, muy chiquito más que tú y ya no sé, porque me hice grande y los grandes nunca saben; y te dejo triste y yo confundido desorientado y testarudo como grande que soy…
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Pero no quiero hacerte triste cuando te saco del cuarto no te saco de mi vida.
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El cielo se cae cuando te empiedras conmigo me dan ganas de lanzarme a un carro llenarme la barriga de perros calientes de ron hasta el desmayo; me dan unas ganas tremendas de emborracharme, de encontrarme cara a cara con el cielo y romperle todo lo que se llama faz para que no me atormente de nuevo con ese chistecito del dĂa siguiente‌
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Que Dios valga la pena (o Una Cachetona)
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Que una cachetona me espere en la casa con mucha baba con mucha caca, que nos equivoquemos nos domestiquemos y sigamos conociéndonos. Que metamos la pata que la volvamos a meter, más hondo aún más y sudemos mucho para sacarla. Que tengas nauseas y yo mareos, que me vomite la espalda y me veas tendiendo telas blancas,
que le coma los deditos de los pies que se los cuente toditos con sus uñas y todo, que le haga cosquillas que te rías y le des la teta comas, engordes, te enojes con tu peso que le escribas poemas que le cantemos canciones de cuna, que tu miopía no sea problema y distingas el color de sus ojos. 17
Que mi terquedad me ayude a dormir, que te muerda los dedos por las noches y le rece al oído la oración que me enseñó mamá. Que Dios valga la pena y podamos vivir intensamente el terriblemente bello laberinto que nos toca; que el quince y el último no se disuelvan que tus regaños sean pocos no hayan quejas
que no le duela una muela que te diga mamĂĄ que se mojen tus ojos mientras sonrĂes que nos bese que se enamore de nosotros como nosotros, eso deseo mi flaca contigo. 18
Que Dios valga la pena.
En estos días juntos Algo de nosotros se abre una fisura de luz en el corazón se dejará escurrir un poco por las venas y todo en el cuerpo nos brilla y todo está en presente y en futuro, las ganas de llorar alegres, de besarse un rato más, de cerrar la puerta del mundo, quedarse aquí donde todo avanza a nuestro ritmo no más rápido ni más lento a nuestro ritmo juntos entonces uno piensa en las paredes el techo, las ventanas, las puertas… … sentarnos a la mesa juntos o pasar hambre juntos ambos dos con hambre o ahítos, montarte el café en la mañana comprar el pan a primera hora
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o amanecer a las dos de la tarde sin noticieros ni programas de comedia, sin telenovelas ni Reality Shows, con la mĂşsica de los dos y el ventilador siempre cambiando en la casa. Y caminar descalzos de la cocina a la cama y alimentar al perro. Todo transita por nuestras venas en estos dĂas que nos vemos poco y nos comemos la boca con mĂĄs gusto; 20
Llega Esta noche que llego distinto vengo recorriendo callejones de peligro pero lo vales. ¡Llega! hazte presente evapora los mares y derrite los polos el agua potable no nos basta -mi nena-. ¿Cuánto tienes que esperar? ¡Apúrate! rompe con todo esto, desintégrame de una vez por todas o castígame a besos de piedra hasta morir que no quede un borracho en la calle un hijo preso. Mil hombres siguen muriendo pero no importa nacieron 1145 hoy 1144 nuevos padres y madres, no dejemos que los números nos digan qué hacer. Inclúyeme en las estadísticas si te atreves.
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Asterisco dos puntos No te acostumbres a darme besos electrónicos con dos puntos y asterisco. Prefiero caminar mil kilómetros para estrellarme contra tu nariz y que tu quijada se raspe con la mía porque este amor tecnológico me está sacando la piedra. 22
Contar monedas Este flaco de alambres que soy a veces se enamora de ti de las frutas que crecen en tu patio. Ando siempre con mis propios pies y no puedo quejarme pero en las noches reviso los bolsillos de mis pantalones y cuento las monedas que me quedan porque hay que recibir al día siguiente. A veces este que soy se enamora entonces las tripas le suenan, se retuercen y eructa y se le hace agua la boca; pero no puedo invitarte un café y se me arruga la garganta hasta que el sol se pone y regreso otra vez derrotado contando las monedas para el día siguiente…
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En la puerta del trabajo A mis amigos del diario
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Por esa puerta todos entramos con la moral por el suelo, cargados los bolsillos de derrotas, ahogados, hambrientos, desposeídos. Nos canjeamos por el pago de una quincena. Desde los jefes hasta los empleados, entramos como unos perdedores al trabajo. La primera semana fue difícil, nunca pensamos durar tanto. Caminamos con la cabeza gacha. Lanzamos un suspiro cada vez que entramos. En especial porque cada semana despedían a uno y contrataban a otro. En algún momento la voz se nos trabó, no dijimos nada y tuvimos que tragar para despejar la garganta y decir. Con el tiempo algunos adquirieron más confianza, más seguridad y ahora hay que pedirles silencio de vez en cuando, también cuando alguien sale por esa puerta cargando de derrotas sus bolsillos. Nosotros olvidamos lo que es perder y lo que es ganar, hasta que perdemos o ganamos nuevamente. También se nos olvidó cómo celebrarlo, por eso cuando pasa, uno no
sabe si brincar de alegría o echarse a llorar; entonces no hace nada. Si sólo aprendiéramos a llorar con frecuencia, pero en serio con lágrimas y mocos y todo, como es, en serio; o a celebrar con gusto nuestras victorias, con gritos y saltos, con abrazos y con besos, eufóricos por las calles para que todos lo sepan; pero no, preferimos ser fríos, inertes y con el tiempo, vacíos. Esta semana me volveré loco y celebraré cada victoria por pequeña que sea, un gol en la caimanera de la esquina, el encuentro con un amigo que hace tiempo no veía o simplemente un abrazo de mamá; igual lloraré todo lo que pueda, con mocos me ahogaré donde me encuentre, en público y en privado si me derrota la vida en una esquina. Seguro sacaré más fuerzas de esto que de estar en esta puerta, con la frialdad que nos llena los bolsillos de más derrotas y menos vida, en esta cotización diaria de seres humanos.
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Del salario
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Si el sueldo no estuviera tan lejos te sacaría a pasear todas las noches, beberíamos cerveza y amaneceríamos desnudos con el sol en el rostro. Si el sueldo se acercara un tanto, tan sólo un poco la cuna del pez no sería esta cajita de fósforos, montaría más en autobús, gastaría menos los zapatos ¡adiós economía de pasajes! Pero el sueldo sigue allá y hay que madrugar a diario, dejar de ser quienes somos y canjearnos la vida por el salario del mes…
Aquí me tiré tres y sigo respirando Aquí me tiré tres y sigo respirando; crucé no sé cuántas calles hoy varios autos me pitaron lo recuerdo; he perdido dos amigos ambos me duelen más en el espíritu; viajando en bicicleta largas gandolas me pisan los talones he sido muy esquivo sólo una moto me alcanzó en igualdad de condiciones… Aquí me tiré tres y sigo respirando; la calle perdió su sentido con tanta campaña, las paredes no callan, ni pasa ni respira el amigo acuchillado veredas más abajo, no respira, quisiera seguir pateando balones con él… con sangre en la cuneta sólo hay nostalgia Aquí me tiré tres y sigo respirando;
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Compañero hoy lo único que te queda es la desesperanza. Sólo hay que tomárselo con calma tener presente todo lo que se sabe que está presente y no nos sirve entender que estamos contaminados condenados al disgusto con la nevera romperlo todo poco a poco, compañero, para llegar al futuro.
El plan La gente ya no se despide de mí y para qué despedirse hoy, cuando el mundo es virtual y verdadero y tan virtual como verdadero es el mundo que no es necesario despedirse ni saludarse es necesario porque tampoco es importante encontrarnos o vernos u oírnos ni siquiera saber que el otro está ahí al otro lado del poema esperando que le llueva o que simplemente nuestra palabra le llene un vacío porque el vacío también es virtual hoy y todo lo no virtual queda entre nos árbol, entre tú y yo queda esto porque los clavos que asesté en tu tronco fueron para compartir los cuentos de adolescente
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crecer y ser feliz con los amigos burlarnos de los profes y comer de tus naranjas los clavos eran parte del plan el plan era encontrarnos ahora no el plan es descubrirnos es escondernos es desnudarnos es desconocernos es vivir en una red social 30
La escalera del amor
Poema adolescente a los hermanos de la vereda 5: Jesús, Gerald, Elvis y Jean Carlos
Uno pensaba que la vida era eso caminar con los amigos de la vereda sentarnos en la escalera acompañarnos en las borracheras reírnos de los chistes compartir los cuentos del día, de la semana entera o el mes, compartir los cuentos y comer naranjas. Pero nos llegó el bachillerato a la vida y todo nos dio vueltas; unos se fueron quedando atrás otros cambiaron de grupo, otros mudaron su vereda a otra parte y nos desorientamos tanto.
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Hoy apenas nos reconocemos y es dif铆cil no saludarse con un abrazo, guardando el nudo en la garganta para uno mismo que es el nudo de una escalera que se qued贸 sin nosotros.
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Chupar
A Margarita
Yo también se las chupé las de coco y las de mango, las mordí sin piedad, mis dientes se clavaban en ellas y luego quería una más y otra y otra. Era lo mejor de estar aquí… Con la tabla de multiplicar leyendo el diario a diario resolviendo crucigramas haciendo ejercicios con los dedos estirando y torciendo para mejorar mi grafía siempre indescifrable se las chupaba a diario de mañana y de tarde la visitaba… Era lo mejor de estar aquí…
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Al cruzar la calle me llevaba una teta a la boca y me hacía tan feliz de chico… De grande regresé a esta calle remolcado por el amor y mi flaca también la conoció una que otra vez conmigo le chupó una de cambur o de guayaba… Era lo mejor de estar aquí… 34
Pero Margarita se murió como todos se mueren y nos dejó todo muy caliente sin sus tetas de frutas comenzamos a ser una calle común sin tetas qué chupar muertos de calor…
Poema con guasacaca Carne carne, carne fresca pernil sobre madera espera de un cuchillo aderezo y mostaza aceitunas sin hueso pernil con cerveza el piment贸n crudo cebolla en el carb贸n. Carne carne, carne fresca T煤 sobre brazas santa carnita para comerte carne con todos los deditos ahora entre mis dientes tus carnes bailando salpicando carbones mi lengua navegando
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choreando babas. Carne carne, carne fresca
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Me chupo los dedos aderezo y vinagre tus líquidos fluyen evaporan los carbones no quiero pescado abajo las sardinas adiós al atún te comeré completa. Carne carne, carne fresca La ensalada sobra sacúdanse los saludables que se paren de la mesa aquí hay colesterol tripas con bajas pasiones abajo las vitaminas carbones saltarines una orilla de playa. Carne carne, carne fresca
Bollos y guasacaca cubiertos con aceite arena en las rodillas las olas que se van los perros menean la cola hambriento está el cuchillo los animales miran mi boca se saborea asadita carnita me encantas con guasacaquita… 37
carne carne carne fresca…
Juego de palabras Cómo esquivar una bala él tampoco podría esquivar mi palabra pero mi palabra puede no matarlo. Qué palabra me salvaría la vida golpearlo o hacer que baje el arma. Qué palabra es capaz de trabar la pistola. 38
¿Qué decir? Darle la cartera con la cédula y las fotos, darle el celular y el libro de Juan Gelman, darle los cinco bolívares del pasaje de mañana y luego llamar al trabajo para avisar que llegaré tarde, responder a sus preguntas o no decir nada. ¿Qué decir? Mi frustración es la suya regresar a la casa con los bolsillos vacíos después de trabajar todo el día,
con hambre y sueño y sueños. Su frustración es la mía hacerle una celada a la vida y encontrar nada así mismo pensar en mañana y el penoso destino de la nevera siempre el vacío. Nuestra frustración es la misma pero él tiene el arma y yo sólo la oportunidad de decir una palabra entregarle lo material y salvar la vida. ¿Y cuántos pueden acertar en este juego? ¿y qué palabra equipara a la bala, produce el mismo temor la misma angustia la misma muerte? ¿y cómo mataría esta palabra? Cómo esquivar una bala me apunta y tengo una palabra rondando el paladar.
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A quién hay que matar para vivir
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I No pretendo que me prendan velas a lo más que mis niños se alegren al verme, que la vida se vacíe de requisitos y se llene de significados. Mi cédula no me identifica, también tengo algo de Margarita difunta de las tetas de frutas que forman parte de mis átomos; quien despachaba hielo y refrescos en la cuadra, que también me saludaba en las mañanas como yo mismo me saludo a diario, con el mismo afecto, porque si uno no se saluda a diario puede olvidarse en algún espacio del día, puede regresar a casa sin uno mismo, arrastrado por la manada de lo cotidiano; así que me saludo todas las mañanas y me reconozco como Margarita
como Ana y como Kiko y Chico y Laura como algo de Miguel que veo en mí y de Jesús y de Gerald y de Celia como soy ella cuando la pienso, porque la vida debe ser algo más que este cúmulo de papeles que nos numera y clasifica, porque yo soy todos los días y no sólo cuando el horario lo permite. II De recuerdos estoy hecho una enciclopedia de mis semejantes hasta los dedos de las manos aire contaminado que me fumo a diario en esta ciudad de perros muertos misteriosamente sancochada bajo el sol a diario… pierna de caucho quemado a pleno sol, pedales correas tuercas y grasa, toda una memoria rodando lamiéndose a sí misma para nunca olvidarse. Un motociclista que huye de sí mismo refugio de la enfermedad de nuestros días dormidos y tostados árboles a su alrededor. ¿A quién hay que matar para vivir?
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Palabras salvavidas Pensar en Dios ponerse en sus manos y confiar en la fe.
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Orar en silencio y amar al que apunta que es tu igual. Amar al Dios de los dos porque es lo que queda entre el miedo a la nada y a la vida. Andar con Dios encomendarse a ĂŠl y apuntar bien la Ăşltima palabra cuando sepas quĂŠ palabra te va a salvar la vida.
Postmortem (2011)
Nos enseñaron a tener fe y tener esperanza y algo de eso nace por ahí debajo de la garganta a veces de igual dimensión e intensidad.
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Se caen las hojas de los árboles si el viento arrecia pero no siempre caen. Caen los niños en la calle siguiendo el paso a los adultos quienes igual caen aun cuando no caen. Nos enseñaron a tener fe y saber que tras la oscuridad vendrá la luz pero las noches no nacen también nos caen de sorpresa cuando estamos emocionados por seguir viviendo.
Para dormir también se cae y se puede caer de mil maneras. Se cae el pelo bajo la ducha entonces se entristece el hombre, entonces la mujer cambia de champú, entonces caen los años y buscamos recogerlos pero en tropel líquido de espinas se nos escurren entre los dedos. 45
En subida y en bajada
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Que esta mujer me desconcierta y dice “hola” como cumpliendo nada más con lo debido, y yo pienso que necesita hablar, que necesita un amigo, pero soy yo el que lo necesita, el que ha perdido varios a costa de no sé qué cosa, el que tiene asuntos pendientes y en un vagar de espanto pasa una hora o dos o tres o más conectado. Que hoy hablé con mi primo. Que si no suspenden el concierto me lanzo para allá a brincar con la “fiesta de locos” y me gustaría andar en bicicleta con él. Que hace mucho que no monto. Que me robaron la bicicleta en la Casa de la Poesía. Que no es retórica lo anterior y así perdí una compañera. Que ando desconcertado antes de dormir. Que una pared se levanta frente a mí, una mujer amurallada y no sé si me acerco o sólo la bordeo. Que me encantaría desencantarme de ella, dejarla pasar y seguir pero no sé. Que hace mucho que no monto bicicleta y menos en ascenso. Que en esta horizontalidad me he debilitado. Que me hace falta amar desenfrenadamente
y sin tanto protocolo, en subida y en bajada. Que una muralla de mujer se levanta frente a mí y no sé si me acerco o sólo la bordeo. Que no hay… que no hay nada que decir, que no me dicen nada. Que me quedo hablando solo por una o dos o varias calles, aún cuando estoy solo. Que no me escucha. Que no responde. Que esta mujer me desconcierta y dice “hola” y lee las noticias y le duelen lo que a mí. Que tiene una cara de luna y yo soy un lunático. Que estar loco, completamente loco sería más sano. Que no sé si me acerco o sólo la bordeo. Que lee las noticias. Que yo soy un lunático. Que no me dice nada. Que estoy desconcertado. Que hace mucho que no monto, ni en subida ni en bajada.
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Repica ya pedazo de perol
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Cargas el celular con la esperanza y lo sacas y le das palmadas y lo pruebas y enciende pero no repica. Le dices “suena ya, termina de sonar, repica como antes, llámame ya”. Así todo el día, cada cinco minutos o cada vez que parpadeas, porque esa mujer parpadea maravillosamente y te acuerdas cuando cierra y abre los ojos, cuando se pone roja de llorar o de reír. Entonces “suena ya pedazo perol, repica ya y ponla del otro lado para decir te amo aunque no llegue a decir más nada y el mundo estalle y no sepamos más”, sólo eso. Porque puede romperse un día de estos por una bomba, por un quebrado mal calculado o un entero de más en la ecuación, o una solución o un ácido o una base en el lugar equivocado o una palabra mal puesta. Le dices “suena” en cada cruce, cada vez que ves una muchacha bonita o un perro, porque ella adora los perros y quiere tener cien en su patio, con tendedero y lavadora. Pero el bendito aparato no suena y uno está que se pega de un mecate como coriano
en Semana Santa, para romperlo todo de una buena vez. Así que por amor a Dios “repica ya pedazo de perol”.
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Un día de ñapa
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Ñapa es una fruta de más en la bolsa, un abrazo para el camino, un beso para que pienses en mí. Una palabra que suma y multiplica pero nunca resta, el gesto que nunca falta porque sobra, el regalo que no espera retorno, que no se pospone, que no tiene mañana, una moneda inesperada, un día de ñapa con el que no se contaba pero llegó.
“Avísame cuando estés sano y salvo” A Orlando Araujo y Mariana Ruiz
He de aprender a abrir la boca soltar una palabra detrás de otra y poco a poco llenar de aliento esta vida sin aire que se quedó conmigo cambiar de caminos cambiar de pies renovar hasta los cayos dejar la tobillera en la basura y caminar ahora sí con “toditito” yo.
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Hoy es un vallenato chillón porque cada día se me pega una canción distinta. O la vecina consiente a la perra de la casa y con la pose adecuada espera la fotografía, mostrando sus nalgas redonditas y buenas para la sartén. O los motorizados que se paran con una fría en las manos y la niña anoréxica pasa con su licra rosada y la evidente marca del hilo dental. O esta perra Roberta que no hace sino frotarse con mi rodilla, mirarme, lamerme los pies y ladrarme para que la bañe, hoy, el cuarto día sin agua en Los Pozones. O una amiga escribió el sábado, otra el domingo y Camilo llamó pasadas las doce de la noche pero no lo escuché y de verdad quería hablar con alguien. O la perra se pone patas arriba y se retuerce de un lado a otro bajo mi silla. O alguien está lejos y no merece ni una línea de estas. O alguien está cerca pensándome y de mí sólo recibe palabras y los cuentos más patéticos que se puedan contar sobre la luna. O esta luna en creciente me ve y la carencia es parte del proceso; llenar este vacío para fluir lejos, engordar tal vez o enviciarme al vallenato que tengo en la cabeza, a esta
casa, a este olor a gato, a estos perros, a estos mensajes que llegan cuando menos los espero, pero que igual me hacen pensar en pasado. O estos dos kilos de mugre y sudor, esta flatulencia, este mal aliento, este pelo corto, este desgano, este talento que no se manifiesta, me tienen mรกs jodido que al perro que descansa en paz en la cuneta.
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Aquí encontrás aquí un auto chocado una cabaña en ruinas los carbones humeantes de la última tormenta la luz casi extinta de una llama canto de redención en las pupilas espíritu contrito fragmentos rasgados del último poema una llamada que no llegó nunca una gorda fofa y flatulenta mentira alimentada bañada en mayonesa y almuerzos de centro comercial una cicatriz en vertical por el costillar un pecho agitado por llegar a la orilla la voz de la cegadora en los ojos tronco sin corteza madera desnuda expuesta y sin adornos sabia más pura sinceramente atado árbol dulces naranjas de clavo oxidado esperanza del fin del día
sin mañana un hoy inevitable la azotea los bloques la arena el juego de baño el fregadero los individuales de la mesa donde no comimos aquí encontrás aquí 25 años luz de poeta 5 kilos menos 5 dolencias más 12 ideas frustradas 3 cartuchos sin percutir y un cañón engatillado.
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Piernas a ti pulmón obstruido sangre en la nariz sobre una cama se pudre el corazón un músculo más como un gemelo en el testículo derecho media válvula bombea sístole que no contrae diástole que no distiende corazón quebrado pudriéndose en la cama hombre que se levanta al trabajo con una hora de retraso.
Ser de ti una migaja lo que quedó del banquete las sobras para el perro ser de ti inoportuno el que permanece aunque se vaya el que se va quedándose ser de ti el pez muerto sobre el muelle una tarde de naranjas ser de ti el trotamundos que abandonó su comarca y olvidó a donde ir se de ti tu mano siniestra la que quedó detrás de la presentación una oculta mirada que golpeó ser de mí: hidalgo en interiores escoba en mano contra los gigantes.
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En el semáforo de rojo a verde la gente no entendía de tórax abierto cuatro costillas rotas dos válvulas infartadas arterias coronarias obstruidas un corazón nuevo para navidad. De verde a rojo no entendían: “Enclenque con franela medio costado abierto de corazón roto de tripas disonantes estómago vacío mendiga corazón nuevo para navidad, trescientos gramos de plomo o una sutura inmediata”. De rojo a verde la gente no entendía un nuevo corazón para navidad.
Renombrarse (o Resumen de inventario) “Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.” Julio Cortazar -1Una máquina de coser el árbol de las naranjas los chistes en la escalera los viejos amigos las bicicletas que he perdido el espejo roto una luna en los ojos una piel en las manos un escalofrío tres mandarinas y una decena de pastichos caminante sincero solidario a contracorriente
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hoy voz invisible. -2Soy del Salmo 91 el pรกjaro amante de las cotufas en las tardes futbolista frustrado encantador de perros pateador oficial de gatos amante de las mandarinas. 60
-3Los cordones de los zapatos un corte de pelo la afeitadora el desodorante un pollo asado en el almuerzo un mordisco una oreja un cuello un viernes un hotel una calle
una dirección un precio un sueldo tres camisas una almohada un mismo sudor el café matutino los gatos y el guayabo del frente. -4El pago del mes para el paso siguiente jugar al futbol con Juan comprarme la pantalla escribir en el jardín llamar a José Javier para el paso siguiente viajar a Mérida comer cochino frito saludar a mis hermanos correr por unas cuadras
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para el paso siguiente aumentar de peso saltar una barrera para el paso siguiente abandonar esta absurda modestia patear a los farsantes recuperar mi calle una visita unos ojos un abrazo necesarios todos para el paso siguiente. 62
-5De luces tenues no hay cómo escribir en el cuarto, supongo que algo de poca luz hay en mí por las tardes y por las mañanas, al mediodía hay tanta gente que no hay forma de ponerse triste. -6-
De gente conmigo en mi contra varios de cabezas cortarles algunas veces no soy yo el verdugo no levantaré mi dedo
no señalaré a nadie no me comeré los mocos no me molestaré por esto todo es un fluir. -7Si yo pudiera reír como antes todo sería más fácil después de quedar solo en una ciudad extraña sin un duro en el bolsillo bastaría reír como antes para que algo comience a valer la pena.
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Que valgo más que un dinosaurio dime con tus palabras y tus gestos que soy el rey del mundo que lo ocupo todo que sólo importo yo. Dime viniendo hasta aquí recorre estos mil kilómetros de distancia y abrázame y bésame en la boca y no midas tus gestos en probarme que me amas que soy yo el rey de tu mundo que no puedes dormir que te hago falta que abrazas a la almohada que te gustaría morirte de hambre conmigo que te mueres por un pan con sardinas que te hace falta la pasta con diablito y cuando vengas trae mandarinas y dame besos con sabor de arrepentimiento como nunca me has dado
y quiéreme como nunca antes almorcemos huevo frito con arroz y no midas momentos y detalles porque si haces latir mi corazón de nuevo cuando estás y cuando no entonces me habrás curado y yo haré lo mismo para encontrarte y construir un puente maravilloso entre una vida y otra como antes para que vuelvan a tener sentido juntas y nunca más se separen pero si llegas a dudar este motor no arrancará nunca.
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Un todo no es el infinito a penas una parte de lo que quedó en las calles que nos pertenecieron con los sueños, mi madre, los perros y todo aquello también es pasajero.
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Un todo no es el infinito apenas una parte del camino se queda atrás y no se vuelve a ver apenas un gatear, un levantarse y caminar, un subir por la colina desde los principios con los queridos. Un todo y otro todo no son el infinito poco menos que nada si el premio es un “nosotros”.
Índice AFECTOS, GRIPOSOS Y EN LA LUCHA POR LA LOCHA (2008-2010) Poema de chocolate Ser astronauta Yo no quiero hacerte triste El cielo se cae Que dios valga la pena (o Una cachetona) En estos días juntos Llega Asterisco dos puntos Contar monedas En la puerta del trabajo Del salario Aquí me tiré tres y sigo respirando Compañero El plan La escalera del amor
7 8 9 11 15 16 19 21 22 23 24 26 27 28 29 31
Chupar Poema con guasacaca Juego de palabras A quién hay que matar para vivir Palabras salvavidas POSTMORTEM (2011) Nos enseñaron a tener fe y tener esperanza En subida y en bajada Repica ya pedazo de perol Un día de ñapa “Avísame cuando estés sano y salvo” Hoy es un vallenato chillón Aquí encontrás aquí un auto chocado Piernas a ti Ser de ti una migaja En el semáforo Renombrarse (o Resumen de inventario) Que valgo más que un dinosaurio Un todo no es el infinito
33 35 38 40 42 43 44 46 48 50 51 52 54 56 57 58 59 64 66
Ennio Tucci Foto: Luz Anabel Peña
(Mérida, 1986) Miembro del Grupo Musaraña en Coro. Obtuvo el premio del Concurso Rafael José Álvarez de la Universidad Francisco de Miranda en sus menciones poesía y cuento (2007 y 2009). Coeditor de la antología arbitraria “Me Urbe. Venezuela - Chile” (2011). Aparece en la selección de “Joven poesía venezolana” de la revista Poesía (2011) y los libros colectivos “Antología de la Cueva” (2006), “Esta Bolero es nuestra” (2008), y el “Cuadernillo de poesía. Nueva voces” (2010). Autor de “Tiran piedras los niños” (2009).
Colección Libros Antiofídicos
Señala el libro de Proverbios que la envidia y los celos son veneno, por lo cual básicamente los envidiosos están enfermos. Y como todo veneno tiene su correspondiente suero antiofídico, sentimos la necesidad de seguir publicando Libros Antiofídicos desde Ediciones Madriguera. Libros que no buscan competir con nadie ni dominar entre los más vendidos, leídos o buscados; libros que no tienen mayor pretensión que comunicarse con un lector atento y transitar entre amigos con total desprendimiento.