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Revista

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Año 4 / Número 19 / Julio - Agosto 2010

y literaria

cu n ó par a la promoci

Nuestro hogar: tres años de constancia 10Bsf.

Edición aniversaria

A beneficio de la Casa de la Poesía de Falcón “Rafael José Álvarez”


Cubile-cubilis: Sustantivo neutro. Lecho, cama; dormitorio; morada; nido; guarida, madriguera.

Año 4, nº 19 Junio - Julio 2010

- Editorial

Nuestro hogar: tres años de constancia.

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Depósito legal: pp200702FA2591 - La experiencia del Grupo © Ediciones Madriguera

Musaraña y las Ediciones Madriguera.

http://www.madriguera.ya.st edicionesmadriguera@yahoo.es edicionesmadriguera@gmail.com Barrio Chimpire, calle Purureche entre calles Cristal y Chevrolet #87. Coro.

Transcripción de José Javier León

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- Cuentos

Fotografía. Juan Manuel Parada

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Acaba de pasar el que vendrá. Editores: - Ennio Tucci. - Mariana Chirino. - Jenifeer Gugliotta.

Iván Gómez

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Voyeur. Miriam Matey

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- Poemas Colaboradores: - Red de Escritoras y Escritores por el ALBA. - José Javier León. - Jhon González.

Elba Bermúdez Norys Saavedra Martín Rodríguez Arellano Educarno Yanez (Chile)

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- Nota literaria El viaje de los argonautas y otros poemas. Portada: - Caracol roto. Fotografía de Jenifeer Gugliotta.

República Bolivariana de Venezuela HECHO EL DEPÓSITO DE LEY

Simón Zambrano

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Editorial

especial

Nuestro hogar: tres años de constancia

A medida que pasan los años el ser humano adquiere para sí mismo y hacia los otros, responsabilidades: la casa, el trabajo, la familia, los amigos. Todos desean tu atención y colaboración. El creador, el artista, el escritor no están exentos de dicha situación y es así como vuelca gran parte de su tiempo a saciar esas necesidades, unas creadas, otras adjudicadas, con poca o mucha intensidad. Entonces el tiempo, casi minusválido y cabizbajo te enfrenta ante una realidad que de niño jamás imaginaste: el tiempo no te alcanza. Contraes deudas y hay que pagarlas, detrás de ti vienen otros, deseas que vengan otros, como Victoria de la Luz, entonces no importa el trabajo, las responsabilidades extras, el agotamiento.

Lo mismo nos sigue pasando con Cubile, esa pequeña que parimos entre varios hace más de tres años. Porque definitivamente, la disposición de tiempo es poca, pero ganas de trabajar en algo que se creó y aún se mantiene (con esfuerzo) sí. Agradecemos la constancia, la de los compañeros y amigos entrañables que nos siguen en cada edición, la de los propios editores que continúan luchando a pesar del corto tiempo, a la Biblioteca Virtual del Caribe a través de la Universidad de Florida, por tan valioso reconocimiento, y por supuesto a nuestras familias por hacernos y juntarnos en esta tierra llena de poesía y Cubiles.

Los editores


Edición

Tres años construyendo

La experiencia del Grupo Musaraña y las Ediciones Madriguera Transcripción de José Javier Leon Contada por Ennio Tucci y Jennifer Gugliotta, en la presentación de la revista Cubile y los Libros Antiofídicos en la IV Feria del Libro Paraguaná 2010 organizada por la Fundación Literaria León Bienvenido Wefer.

Ennio Tucci Venimos de Coro Nosotros venimos de Coro, esta es una experiencia que nació para finales del 2005 bajo la figura de una tertulia literaria, éramos todos jóvenes los que la conformábamos. En ese entonces nos reuníamos en la Casa de La Poesía, la mayoría no llegaba a los 20 años, pero también había personas que de repente no estaban en escolaridad, y personas que eran poco mayores que nosotros. Dentro del grupo estaba Manuel Lugo que vendía incienso en el Pa-

seo Talavera, Javier Marín que era artesano, un policía también se unió al grupo y escribía poesía y la leíamos, y el grupo era bien interesante porque como tuvimos esa pluralidad ya dentro, en cierto modo también nos formábamos con una pluralidad de criterios al mismo tiempo, y fue un poco más rico el compartir, más interesante, cada quien traía su experiencia desde el mundo que vivía, Néstor por ejemplo, trabaja vendiendo helados, uno qué se va a imaginar que un heladero pueda ser escritor y resulta que Néstor tiene


y seguimos en nuestra labor... ya 20 años escribiendo, con libros inéditos y mucha obra en proceso, y encontrarnos con eso también fue encontrarnos con un aparato editorial que no funcionaba, con un sistema de promoción del libro y de la lectura muy precario, que en cierto modo todavía impera, pero que uno sigue haciendo esfuerzos y uno cree que es posible pluralizar esto, hacerlo una costumbre. Recientemente, estuvimos viendo dentro de la Universidad Francisco de Miranda, en Coro, algunos experimentos, y yo creo que sólo pueden llamarse así, experimentos, sobre la promoción de lectura y hay unos muy interesantes, sobre todo la lectura en familia, porque dicen que, bueno, tú puedes formar un lector en la calle pero cuando llega a su casa tiene todas las de perder, resulta que tenemos un amigo en Maracaibo que se llama Luis Perozo, que está estudiando Letras pero el papá está en contra de eso, la mamá, los hermanos están en contra de eso, porque resulta que todos ellos se dedicaron a la ingeniería petrolera, “¡cómo vas a estudiar eso! ¡Eso no sirve!”, y él bueno, está en esa lucha. Un proyecto de independencia Al principio tratamos de hacernos lo más independientes posible, primero no quisimos registrarnos, tuvimos una resistencia muy grande a registrarnos, a esa figura legal de tener un presidente, un secretario, un tesorero y demás. Pero sí queríamos editar, empezamos sacando una hoja con papel reutilizado, nos

especial

regalaron papel de una institución, eran como dos cajas de papel, y buscando formas de imprimirlo nos pusimos a buscar cuánto costaba la tinta para recargar cartuchos porque lo que teníamos era una impresora, si podíamos recargar cartuchos, cuánto costaba sacarlo por fotocopias, cuánto costaba sacarlo por imprenta, cuánto costaba… y como todos éramos estudiantes pobres, “de-escasos-recursos”, pues no teníamos para eso y tampoco queríamos ponernos a merced de la institución, de los recursos de la institución, que si tiene la publica y si no tiene pues te aguantas, y era lo que había pasado y que pasó de hecho con dos publicaciones muy importantes que precedieron a la revista Cubile, que fueron la revista Oikos y la revista Ventanal. Ambas revistas son revistas de lujo, muy bien elaboradas, con un equipo editorial muy bien conformado, personas con mucha experiencia, desde los diseñadores gráficos hasta los escritores que publicaban ahí, escritores de mucho peso, sin embargo ambas contaban con los recursos del Estado o los recursos de las instituciones y cuando las instituciones no pudieron seguir financiando, ahí pues murió la flor y ahí murieron muchos de sus hacedores. Nace la Hoja Poética En nuestro caso, comenzamos con la Hoja Poética, duramos dos años editando la Hoja Poética mensualmente, al cabo de dos años decidimos cambiarle el formato y a la mitad ya queríamos cambiar el for-


Edición

mato porque en la Hoja sólo cabían poemas y bueno, mensajes, eslóganes, y de repente citas de algunas cosas, pero no cabían un cuento ni un ensayo completo, y era pues andar con una pata coja, porque nos estábamos relacionando con muchos escritores y sólo estábamos dándole cabida a una parte de ellos. Luego la revista Entonces decidimos sacar la revista, al principio salía toda en papel, portada en papel, todo en papel, cuatro hojas eran las que la conformaban, después queríamos que la revista número a número fuera creciendo, pero también al momento de plantearnos la revista teníamos que plantearnos la forma de financiar la revista, y pensamos también en las personas a las que nosotros les llevábamos la Hoja Poética y la aceptaban, los que nos daban ese feedback, los que nos respondían y los que escribían, y el número de esas personas estaba alrededor de los cien, entonces bueno teníamos cien lectores asegurados, entonces para qué vamos a hacer una edición de 500 ejemplares si tenemos 100 lectores, sacamos 100 ejemplares, vendimos los 100 ejemplares en 1000 bolívares, y con esos cien mil bolívares teníamos para comprar más tinta, más cartuchos, más papel para seguir editando. Poco a poco la revista fue cambiando de forma, al principio fue muy experimental, le cambiábamos fuentes, le cambiábamos el diseño, los programas en que estábamos diseñando, le cambiábamos las ilus-

Tres años construyendo traciones, número a número fue un experimento constante, ya a finales del año pasado decidimos parar un poco los experimentos y comenzar a evaluar lo que había funcionado y decidimos cambiar la imagen de la revista, las fuentes y el diseño y quedarnos con una cosa establecida, ya una figura que pudiera ser reconocida y además fuera agradable al lector, así pues llegamos a este formato, fuentes muy legibles, agradables a la vista y cómodas a la lectura. Nace Ediciones Madriguera ¡Todos somos editores! También dentro de ese proceso se dio el momento en que yo entré a trabajar con El Perro y La Rana en las imprentas regionales y tuve la oportunidad de aprender mucho de los diseñadores de El Perro y La Rana y nutrirme en ese campo. Yo tampoco era diseñador, nos tocó hacernos diseñadores, nos tocó hacernos editores, nos tocó aprender muchas cosas, a arreglar las computadoras, también para no pagar servicio técnico y ese tipo de cosas. Básicamente el proyecto del Grupo Musaraña, al principio tenía un nombre y después también cambió de nombre, porque queríamos que fuera el sitio donde se reúne la musaraña, y ya estaba saliendo la hoja poética La Madriguera, y decidimos que la editorial iba a ser Ediciones Madriguera y bajo esa figura ya existe una estructura de trabajo y una estructura de trabajo que también se ha simplificado mucho y ha llegado a cierta efectividad, antes tenía la fi-


y seguimos en nuestra labor... gura piramidal, Ennio es el líder, porque siempre los grupos parecen necesitar alguien que lidere, y si no se nombra pues lo nombran, en mi caso me nombraron y me tocó arriar con el asunto, pero nunca me agradó la idea de un líder pues se supone que todos somos adultos, todos tenemos responsabilidades y todos tenemos que asumirlas, entonces pasamos a una estructura horizontal donde todos tenemos responsabilidades compartidas, todos tienen una parte del trabajo en su haber, todos somos editores. Entonces nos ahorramos el hecho de poner en el directorio de la revista diseño, ilustración, montaje, corrección, edición, dirección, y todo ese rollo que es también algo impuesto, algo que no es natural sino que es impuesto. Cubile una revista venezolana Para cerrar este tema (Jenifeer les va a hablar de los libros). La revista recientemente ha salido un poco más del estado (Falcón), nos hemos relacionado mucho con compañeros escritores especialmente jóvenes, por ejemplo en Yaracuy, en Maracaibo, en Caracas, en Valencia, en Mérida, Barquisimeto, también y muy especialmente pues con la gente de acá de Pueblo Nuevo con quienes estamos relacionando mucho el trabajo que ellos hacen y el trabajo que nosotros hacemos, y tratamos siempre que la revista salga, salga del estado. Hemos tenido experiencias con ediciones nacionales de la revista Cubile, una edición planificada por las mujeres que estaban den-

especial

tro el grupo, una edición especial de mujeres para el mes de septiembre de 2008, se convocó a nivel nacional desde septiembre por correo electrónico y muchas mujeres de todo el país mandaron (trabajos), mandaron de Amazonas, de Delta Amacuro, de Cumaná, de muchas partes del país, escritoras reconocidas o no, fue la oportunidad de sacar una revista con un sondeo de lo que las mujeres están escribiendo a nivel nacional, que tampoco es con una intención sexista y nada de esto de decir “lo que escriben las mujeres y lo que escriben los hombres”, en ese caso pues la edición se hizo para noviembre-diciembre de 2008, y se hizo rodar por varios estados, se envió por correo a varios estados, especialmente a las personas que habían participado y se publicó en Internet para que las personas lo pudieran revisar también. A partir de eso nosotros empezamos a utilizar las dos modalidades, en ese entonces nosotros teníamos la página web como un órgano informativo, pero empezamos a utilizarla como un espacio para la publicación de la revista, y resulta que la revista la empezaron a leer en muchas partes dentro del país y fuera del país vía Internet, se informaban casualmente del proyecto del Grupo Musaraña, Ediciones Madriguera y caían en la página y veían el proyecto, y dejaban comentarios, o se comunicaban por correo. Para América Latina y el Caribe A comienzos de este mes nos llegó un correo que fue una gran


Edición

alegría, estábamos planificando un evento que es un recital que el grupo organiza, invita a escritores de distintas partes y se llama Por Puesto Madriguera, con la figura de una buseta con los poetas encima y pues lo montamos en distintos espacios; estábamos organizando eso cuando nos llegó el correo de la Universidad de Florida, que quería incluir la revista Cubile como una de las publicaciones venezolanas en Literatura, dentro de la biblioteca digital del Caribe que ellos mantienen, y pues para nosotros fue una alegría muy grande. Mantener el esfuerzo por tres años editando la revista Cubile y con un método muy artesanal, un método de amanecer imprimiendo, trasnocharnos haciendo este trabajo y a veces faltar a clases y todo, fue como una pequeña recompensa, ser incluidos ahí como una revista venezolana, como una revista periódica venezolana, esa es una alegría que compartimos con los amigos desde que nos fue informado. Ya la revista para este sábado dios mediante, vamos a subirla a su servidor y ellos la colocarán pronto allí, para que la consulten no solamente las personas que acceden desde Venezuela sino desde cualquier parte del mundo a esa biblioteca digital. Esa es una alegría que también paga mucho el ser tercos, porque somos tercos al no querer ponerle un patrocinio a la edición, es una pequeña paga por eso. Muchas gracias.

Tres años construyendo Jenifeer Gugliotta Libros Antiofídicos Siguiendo en la misma dirección de Ediciones Madriguera, les presentamos ahora los Libros Antiofídicos. Este es un proyecto que teníamos desde hace ya varios años, queríamos publicar nuestros propios libros. En el 2006 publicamos un libro, se llama Antología de la cueva, donde está una pequeña selección de los integrantes que conformaban el Grupo Musaraña en aquella época, luego al año queríamos publicar libros de forma individual pero nunca tuvimos la oportunidad, seguimos trabajando con las demás ediciones hasta que por fin, el año pasado, a finales, pudimos reunir el dinero y las personas necesarias para poder hacer la edición de los Libros Antiofídicos. Estuvimos trabajando Ennio, Mariana Chirinos, que es la otra editora y promotora de toda esta locura, y mi persona. Son cinco libros, pero ya uno de los libros está agotado, es de la profesora Emily González, Por arte de rocola, se llama, es un libro de poemas. Con ese poemario ella ganó el concurso patrocinado por el diario Nuevo Día, y nosotros se lo publicamos. El libro de Carlos Galeano, un compañero extranjero, colombiano, que se llama Presencia ancestral, es un libro de poemas, y está ilustrado por él. Poemas dedicados a la comunidad indígena. Es bellísimo. De Ennio Tucci, mi compañero, Tiran piedras los niños, una selección de poemas también, algunos poemas que él publica acá ganaron concurso en la Universidad Francis-


y seguimos en nuestra labor... co de Miranda. Este es un libro de cuentos, de Mariana Chirinos, es el único libro de cuentos que sacamos en este lote de libros Antiofídicos, esta selección ganó también concurso en la universidad Francisco de Miranda pero son concursos que no generaban una producción impresa y ella quería publicarlos porque la idea es esa, que los demás puedan leerte (entonces) ella lo publicó con nosotros. Y mi libro 490h es una selección aparte, yo gané concurso también en la Francisco de Miranda pero es otra selección, algunos poemas están incluidos en el concurso, las imágenes son de Mariana Chirinos, ella es escritora y es artista plástico. Contra las serpientes La colección Libros Antiofídicos tiene una característica especial, el suero antiofídico se usa para contrarrestar el veneno de las serpientes, y otra cosa es que la musaraña es un roedor muy veloz y mata serpientes, entonces todo va dirigido hacia las serpientes, por ejemplo uno saca un libro, cuando tú publicas te enfrentas digamos que al lector, a lo que él pueda decir de ti, y muchas veces aunque dependiendo del tipo de lector no serán cosas agradables, entonces queríamos inyectarle pues ese suero antiofídico a los libros para esos venenosos a los que pueda llegar. Ennio Tucci No son libros normales Por otro lado, fue una lucha para

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el grupo llegar al formato del Libro Antiofídico, no es un libro normal, es un libro muy anormal, gracias a Dios, es un libro que de hecho no está clasificado dentro de la categoría libro, la UNESCO dice que un libro tiene que tener más de 50 páginas, nosotros necesitábamos que fuera una publicación económica y no nos convenía que tuviera tantas páginas, y por otro lado (necesitábamos) que fuera fácil de editar, que fuera económico, por eso hicimos experimentos con muchos formatos, hicimos un experimento con este formato y no nos gustó hasta que lo ilustramos, y entonces cambiaba todo, porque todo el espacio de la hoja nos permitía mover los textos, nos permitía jugar mucho con la imagen también, y que fuera un libro agradable además de sólo una publicación. En cierto modo todo gira como en torno a la musaraña, la musaraña come serpientes, entonces los libros son antiofídicos; las Ediciones Madriguera, donde se reúne la musaraña; y, la página web Madriguera, donde (todo) converge. (Transcripción de José Javier León, grabada el miércoles 17 de marzo de 2010) http://josejavierleon.blog.com.es/


Edición

Cuento

El olor a asfalto húmedo me hizo cisa, tan entera, y yo desarmado con recordar cuando convencí a Melina la cámara en la mano, buscando el que posara para mí. Fuimos a la vie- encuadre, la foto. Del tren sólo queja estación del tren, la abandonada. daban escombros, piezas oxidadas y Las imágenes se sucedían una tras durmientes partidos. Y yo diciendo otras, interpuestas e imprecisas, re- recuéstate allá y afloja la blusa… incuerdo deformado de una tarde tan clínate así, como derramando el pelejana, tan que se me había olvidado cho… y Melina tan ingenua, hasta se y tan… ¿qué sería de Melina y cómo creía modelo y yo con aquellas ganas tendría su culo? porque si algo tenía de que estuviera desnuda. ella era un trasero Encendí un cique daba orgullo garro y me conmirar. Seguro se centré en el sonido habrá casado y de la lluvia sobre habrá botado las Juan Manuel Parada el techo. El mesero fotos que le hice apareció tras la esaquella tarde. tela de humo que Como había exhalé y puso otra empezado a llover jarra en mi mesa. me guarecí en un Antes de empinarbarcito donde pedí la afiné el recueruna cerveza. Daba do y no, no quería igual no llevar las desnudarla… era imágenes que me más bien orgullo habían encomende tenerla, de que dado, total, desde me quisiera tanto. hacía mucho tiemY no era ingenua po no me tomaban la Melina, si más en cuenta. Un viejo bien se le notaba pues, un obsoleto que quería desnusin pasado gloriodarse y yo mirando a los lados y so con su cámara analógica, un pobre diablo contando cuidado con la gente Melina, apenado y celoso… y ella sonriendo como cuentos que ni él mismo creería. En la soledad del tugurio bebí la la lluvia y soltándose la blusa y miránprimera cerveza con una paz que ex- dome con la misma cara con la que trañaba, un placer que ya casi había me llegó aquella tarde cuando estaba olvidado. Ese olor a asfalto húmedo, yo en la plaza y ahí, sin conocerme, a carretera mojada, me llevó a un pa- me dijo que qué hacía, y yo tomando raje de mí mismo que no sé dónde unas fotos y ella con esa cara y esos perdí. pantalones blancos. Y Melina delante de mí, tan preUn riachuelo de agua sucia bajaba

Fotografía


Cuento a orilla de la acera. La cabeza se me bamboleaba como la bolsa de pan que el agua empujaba carretera abajo. Hacía calor y Melina se me había escurrido como se escurren los árboles, gota a gota. La busqué en los rincones más oscuros del recuerdo y se esfumó entre los dedos como el humo del cigarro. Desde hacía tiempo la memoria no era más que una botella rota. Seguí el rastro de la bolsa hasta que acabó el riachuelo y así quedé, como la bolsa, solo y perdido en una calle cualquiera. Cansado. De la lluvia no había rastro y de Melina tampoco. Pero no, no estaba cansando, confundido tal vez pero no cansado, la verdad no recordaba si era Melina o era yo quien se moría por hacerlo en los escombros. Esta maldita memoria. De hecho no recordaba si de verdad fue Melina o Mariela, una de ellas era dueña de un gran culo, alguna de las dos fue mi novia, pero ese maldito olor, ese asfalto humedecido... Si las ganas eran de que se le derramara el pecho sobre la blusa, entonces era Mariela, además Melina estudiaba en las tardes. Luego recordé, no era ella, era la otra, la que tenía el pecho tan bondadoso que lo tomaba a uno por asalto. Además, era Mariela porque venía un poco mojada por la llovizna que nos cayó y la blusa ajustada a sus senos traslucía los pezones. Era ella, qué alegría que era ella… y era tarde, debía ir a la editorial o me quedaría sin paga. Volví rápido sobre mi rastro porque olvidé la carpeta en el bar. Si no entregaba esas fotos no me darían

especial

más trabajo. Intenté doblar el paso pero ya no estaba para esos trotes. El cielo se opacó y una ventisca agitada en la copa de los árboles me hicieron perder la noción de donde estaba: casi al borde de los rieles del ferrocarril, justo en frente del zanjón donde va a parar el agua que recorre la ciudad. Nunca estuve allí, supongo que fuí tras la bolsa de pan que bajaba en la quebrada. Estaba cansado y temeroso, no por lo que pudiera pasarme en la calle ni por los recuerdos que me consumían, sino por el despido seguro. Una pesada gota rebotó en mi nariz al tiempo que una centella mostraba los detalles en su esplendor, reflejando los cosas en el piso, en las ventanas, en todo lo que estuviera mojado. Debía correr si quería llegar a tiempo y recuperar las fotos. Eran como las seis, pero había oscurecido. Se me ocurrió pensar que cada centella era una foto que alguien tomaba para avergonzarme. Yo, desempleado y solo, ebrio con dos cervezas, inventándome un pasado que ni yo mismo creía. La lluvia era plena y el frío agudo. Miré el cielo desafiando las filosas gotas que caían como con rabia. Decidí tomar la última foto, abrí la toma y encuadré: La calle angosta, la ciudad grande, un arrollo de agua sucia y las gotas como puñales. El viejo echado en el piso, abatido por la confusión de un pasado tan difuso que ni con fotos guardó. La mujer de pantalones blancos lo ve con asombro, la de grandes senos con lástima. Una centella los ilumina.


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Edición

Cuento

Acaba de pasar el que vendrá Iván Gómez

Acaba de pasar el que vendrá. Lo sé, lo sentí, así como cuando uno miente y sabe que tarde o temprano será sorprendido. Acaba de pasar el que vendrá, hace un instante lo vi, con su arsenal, el mismo que tiempo atrás derrocó las tardes tristes de este naciente inmortal, fulminó la paciencia de tolerar aventura alguna, aventura que de ser sólo evento desgastó las ganas de garabatear. Acaba de pasar el que vendrá y es pariente de un amiga, el que vendrá lo vi pasar de rosa, entre los árboles, tanta gente y sobre un espacio terrenal saturado de comercio, carretas, y desde mi espacio nervios. Acaba de pasar el que vendrá y me robó el aire, a manera de Fa Menor en el trombón. Acaba de pasar el que vendrá; y su mímica dominó la mía, forjando hundirme entre masas exclamando y elogiando tan monstruosa perfección arrendada en sus ojos, el que acaba de pasar giró para emprender de cero mi reloj de arena. Acaba de pasar el que vendrá; sé que me mantendrá ocupado, porque

el que acaba de pasar no lo conozco aunque me vio germinar. Acaba de pasar el que vendrá; y el miedo, la impresión, la duda, la confusión, las pintorescas circunstancias impactan en mi pecho, luego en mi cerebro la diputación de la soledad, defiende soberanía, defiende el espacio que con el tiempo el que acaba de pasar le otorgó. Estoy seguro que el que acaba de pasar negociará al emisario de los días mi observación a las provincias de tu alma y pronto a las colonias de tus labios…


Cuento

especial

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Voyeur Miriam Matey

El estruendo del vaso en el piso salpicó de vidrios la inmensa calma que ofrecía alguna de las siestas del día; al bajar de la cama sintió cómo sus pies chapoteaban en su sangre, encharcando cada paso dado en la búsqueda de los utensilios que daban arreglo al desastre. En su sombra, las manchas moradas le seguían sin perderla de vista, mientras ella, insensible, veía a la cruenta lesión como algo indiferente. Consumida por las fauces del amor desasistido, logró convertir el dormir en el más perfecto arte; vomitaba sin piedad

ratos de llanto prolongados, y, desconsolada acababa, reposando en su mal olor. Sobre su almohada ahí estaba, una fotografía que veneraba como a nada, pero que la hacía infeliz. El sangrado no paraba, y al volver, se echó absoluta al dolor, recogiendo en cada trozo el reflejo de sus lágrimas, bien pegada a su cama. Las sábanas comenzaron a teñirse, mientras sus manos sujetaban fuerte cada razón aparente de desenlace posible. El rojo no le sentó bien; desde su lecho, él fue testigo.


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Edición

Poesía

Poemas de Elba Bermúdez Mesopotámicas Cuánto pesa la lluvia que empapa a la garganta del horizonte filtrándola hasta que comienza a circular por las venas de la tierra, amamantando al rio, que trajina y lleva, sin puertos, donde la inutilidad del ancla es un hecho, Sin deltas donde descargar heridas. Donde zozobra sin esperanzas, la barca del viento.

Ecos Tu silencio es un rio que se prolonga y se pierde Mientras el cóndor te busca en el centro de los ecos.


PoesĂ­a

Poemas de Norys Saavedra Esquivo una Albura Esquivo una albura ha de ser por el nombre de la sombra y el toro embistiendo el rojo desde la mano Esta faena que sabe a parturienta gritando por dar a luz esta parturienta piedras en el vientre agachada cortada en cruz

especial

Santa de la espada Guadalupe es un nombre de la higuera se dice que un manto tiene unas flores que caen en milagros Santa de la espada conmina el alma del coyote ofusca el espanto de la distancia hazme la piel mĂĄs oscura para que me olvide escucha mi nombre y mora grande con el filo no soy Juana de arco

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Edición

MOKNIP’PË Nìt ku xëëw m’aaxtikyë jäm xyëk oyë ajootën a’t ku xoontaakën xniipy ixën mook win tigäch u’kën. Moknip’pë, tsookën yëk kääxjëkpë windim ja’y oik piitsnë ku may ayuuk xta awaanë. Ku moku’nk chioontaaky, yëc jaaymiäts itp xëmë këxm tidë xtiuny ya naxwinkëësh, jaypiety itnë ku nuukiëxm.

SEMBRADOR DE MAÍZ Bajo la mirada del sol construyes esperanzas, sembrando sonrisas con maíz de colores. Sembrador de maíz, nacedor de amores, inmortalizas al hombre enriqueciendo su saber. Al brotar las milpas, eternizas tu historia escrita en las pirámides para fortuna humana. Pero la ciencia camina a prisa, descubre que puede modificar el maíz indígena en terror transgénico, Kong Oy nos libre de tal sacrilegio.

Poesía


especial

Poesía

Poemas de Martín Rodríguez Arellano

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ITKU’K KU KA’AP JA’Y Itku’k ku ka’ap ja’y, tsu’ näsh tam míts ayuuk xjaykiepy, duún jiaypietyë maduukë käky këxm. Yëk aoyë míts mjiukyë ia’t jäm poop naxkëxm, taak míts oytyiaky ämpy ti mtun wäpy ixëm määpë. Ni pën mka nëëmxët wixën mxëëw xyëk tëëkxwaany, n’it ku niksh xëëwmaypië x’ish jäts mokpaak këxm t’ixt.

MESOAMERICANO Mesoamericano con pasado de grandeza, tu destino escrito está en cada tortilla cilíndrica. Esculpe tu vida en territorio de jade y teje tu sueño como la araña su hogar.

Martín Rodríguez Arellano Se trata de sensibilizar a la población sobre la inconveniencia de sembrar maíz transgénico en territorio mexicano, ya que la tierra también se ve afectada por estas semillas. También se intenta mostrar que la cultura antigua de los pueblos mesoamericanos permanece viva.

Sólo el gran *xëëwmaypië puede descifrar tu futuro con granos de maíz y tu sol volverá a brillar.

*el que lleva la cuenta de los días


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Edición

Poesía

Poemas de Eduardo Yañez (Chile) Arriero chilote-europeo Los caminos del ovejero siempre llevan hacia algún desvío. Los cruces que se presentan tienen aspecto de fantasmas, o se parecen a la figura de un viejo lobero llamado Francisco. Fantasmas o loberos de esos que sólo surgen en la semioscuridad de los veranos australes. El último de aquellos fantasmas sacó su facón y lo metió hasta el fondo en el cuello del más pequeño de los corderos. Parecida a la suerte de su madre, que lo esperaba con los ojos lánguidos y la claridad del instinto de la muerte. Es violencia, pero no tan violenta. No como la de las noticias. Es sólo el corte preciso. El ovejero siempre toma el facón con destreza y con aparente indiferencia. Pero esa indiferencia nunca es real. Matar a un compañero de ruta es acabar con la propia ruta y comenzar una nueva. Nadie mejor que los ovejeros para hablar de los ojos de la muerte y la soledad.


Poesía

especial

Maleza (Fazendo fogo)

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Puedo ver el brillo de una moneda entre los montes de maleza Me acuesto en el pasto húmedo y es el olor a mierda el que me marea. Pasan caminando un par de tipos por la calle. Tienen unos 60 o 70 años. Los escucho…quiero pensar que están peleando, pero es la misma sucia tranquilidad de otros tiempos. Alguna vez intenté leer a esos viejos, pero ya lo sabia de antemano. El olor a agua estancada de su sangre debe ser parecido al olor de la muerte cuando se acerca. Recojo los restos de unos vasos rotos, los que lancé esta mañana contra la muralla. Los vidrios reventados sonaron como máquinas viejas, sin aceite, secas, funcionando a medias, el rostro del aburrimiento pegado en la nieve. El infierno se parece más a un iceberg que a una caldera. Recojo una piedra con forma de escuela. La suciedad no me inquieta Parece ser el bastón que permite un equilibrio transparente. Tal vez es sólo un ratón corriendo en el entretecho lo que represente la libertad Una rata que juega en la oscuridad de mi insomnio o en una mañana de calor llena de maleza.

B.P. (noches brígidas, el puerto era una cama con pulgas y yo era el pendejo egoísta) Parecido a los olores del baño del Lucerna o la Asturiana se oyen las canciones que disfruto caminando, Son rancias y desteñidas Tienen asco, se gritan ¿Recuerdas los ojos de los loquitos que nos macheteaban en las tocatas? Así se ponen las cuerdas de mi guitarra El sonido del polvo y de las llagas Donde nada tienen que ver los dioses y la tristeza la música de la noche, la risa del caos. La que escuchamos mientras se caen los más borrachos Y los pedazos de dientes se van rodando, como cuando éramos niños y corríamos contra el viento en el campo.


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Edición

El Viaje de los Argonautas y otros poemas (Premio de poesía de la II Bienal de Literatura “Ramón Palomares”, Ediciones Fondo Editorial Arturo Cardozo / Trujillo 2005).

Por Simón Zambrano La poesía o el viaje de las metáforas en César Seco comienzan siendo una retroalimentación filosófica. El poeta pregunta y los poemas dan la respuesta acertada con una serie de imágenes clásicas que se relacionan con la vida… La desesperanza en la incertidumbre del futuro, sin embargo se confirma en la verdad de la palabra como sinónimo del ser, César lo presiente y lo afirma cuando dice “La Escritura es hacha del habla / y esta voz mi única prueba”. En el Viaje de los argonautas y otros poemas presenciamos la victoria ante las inclemencias producidas en el viaje hacia la vida, el amor, el desamor y la muerte en una lucha interna contra la imposición del espíritu; de igual manera la inconformidad como actitud para alcanzar el deber ser; sin embargo, transita la luz como referencia para el encuentro, la palabra se hace después de buscarse interiormente. Pocas veces el poema y el poeta encuentran

Nota literaria respuestas a lo tan lejano pero se comulga con ello a diario, por eso no sin motivos César nos confirma “Alguna vez la paz fue dulce como la almendra / y tuvo brillo como las cosas” Esa sensación de luz para detallar lo no tangente de las cosas nos hace pensar en Vicente Huidobro y la idea de que el poeta es un pequeño Dios. El verso inicial que se repite en todos los poemas del viaje “Cuánto nos preparamos para esto” nos podría hacer pensar que es la pregunta sin respuesta a los designios del futuro, a la incertidumbre de lo que vendrá “El regreso no está en la fortuna / sino en el bruñido oro del regreso”. Advertimos en César una especie de devoción por el poema que se convierte en un rigor, que trasciende los niveles escriturales hasta convertirse en un exponente de la lucidez, lo que equivaldría a decir que la conciencia del poeta sufre hedónicamente una suerte de insomnio que logra concretizar la palabra para el deleite de los más exigentes lectores. El “yo” como sinónimo de individualidad en el Viaje de los argonautas… de César Seco trasluce una relación con lo que no se es sin la presencia de ese otro que también hace el mismo viaje y que va al borde de Argos “Cada uno busca al otro que no aparece porque también fue este el vaticinio que no escuchamos”. El no poco conocimiento de la tradición clásica que maneja César le permite asumir una posición de irreverencia ante los dioses en el poema y revelarse ante sus designios convirtiéndolo en un


Nota literaria poeta poderoso que dialoga y ve a los Dioses tal vez por ser el poeta también un pequeño Dios “¿Por qué Palas Atenea nos bendijo si sus ojos sabían lo que aguardaba?” o el contacto visual con ellos “Vemos flotar en el mar la decapitada cabeza de Orfeo cantando lo que el misterio

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nunca llegó a decir”. Invito a emprender este viaje por la poesía de César con la certidumbre de quien asumirá un largo y hermoso viaje de donde ya nunca más querrá regresar. Salud por la palabra, en hora buena por la poesía…

De El viaje de los argonautas

IV Cuánto nos preparamos para esto. En lo alto de la proa lo que se respira es oquedad. Cada uno escribió su propia carta al único mundo que tuvo y quizá no vuelva a ver. Se nos olvidó adónde íbamos, se nos olvidó incluso la fatiga de aquellas que nos recibieron en el aceitado opio de sus cuerpos. Cuándo volveremos a ver la antorcha y la bahía. Alud de desperdicios. Corazón podrido de la manzana. ¿Quién nos trae de vuelta en bolsas negras codificadas al verde pasto, al silencio de unas cruces blancas? Cuántas veces creímos estar nuevamente partiendo. Cuánto pagamos, cuánto para que fuese cierto. El cielo pesa lo que una muralla invertida. Todo ha oscurecido en el vientre de una tempestad muda. Mi vida recalaba en todo esto y en los horizontes que borró. Invisible La noche que caminamos apenas comienza Juntos la hemos traído hasta aquí Ya no hay más, dejé de mí cuanto era Estos días ya no tienen mis pies Lo que borran detrás es hilo indiviso Trozo de nadie, escalera sin sostén Escucho el agua como nada escucho venir Allá arriba el lobo aúlla Pasadizo en sus ojos no hay En su pelambre no hay luna No hay de dónde saltar Aúlla allá cual si una mano sustrajera una Estrella


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