GACETA POLÍTICAS 259

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La senda del hombre

Nº 259 Mayo 2016

César Villalobos Cristina Oehmichen Leopoldo Valiñas Carlos Serrano Linda R. Manzanilla

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales www.politicas.unam.mx/gaceta


LA MUERTE EN LOS CAMPOS DE ALGODÓN DE LA INDIA

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ada año se suicidan más de 100,000 personas en la India, en su mayoría hombres jóvenes del sur del país. Durante los últimos 20 años, uno de los grupos sociales más afectados por esta “epidemia” de suicididos son los campesinos. Lo que propicia esta circunstancia es el círculo de endeudamiento que los atrapa cuando optan por el monocultivo de algodón genéticamente modificado (algodón Bt). Con esta variedad de planta los campesinos están obligados a comprar las semillas pues en la India el 95% de las semillas de algodón están controladas por Monsanto. Esta variedad transgénica requiere el doble de agua que el algodón orgánico, así como mayor cantidad de fertilizantes y pesticidas, una combinación de alto costo que atrapa a los agricultores en una espiral de endeudamiento y termina con sus esperanzas y tras un trago de pesticida, con sus vidas. »


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omenzamos un nuevo ciclo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (fcpys). Tenemos el reto de reposicionarnos como el principal referente en los estudios y análisis en ciencias sociales del país. Ante los escenarios nacional e internacional, ante las crisis en diversas áreas como la seguridad, la economía y la representación política, se requiere de científicos sociales de calidad, preparados con rigor académico y sensibilidad que les permita explicar los fenómenos de actualidad, proponer alternativas y convertirse en agentes de una transformación social desde parámetros éticos y humanísticos. La labor no es sencilla, se trata de pensar al mundo social a la luz de las profundas crisis económicas y de la fragilidad de los Estados, de repensar la investigación y la docencia, se trata también de apostar al conocimiento científico y al rigor académico como formas de ensanchar las posibilidades de transformación e incidencia en un momento en el que el porvenir se presenta incierto y riesgoso. En ese contexto, nuestra casa de estudios tiene la misión de salvaguardar y recrear el espíritu humanista. Nuestra Facultad tiene el gran reto de formar a las futuras generaciones transmitiendo valores éticos y humanistas desde los cuales se generen conocimientos útiles para la transformación de la vida social. Es prioritario formar profesionistas críticos, creativos y responsables que contribuyan al desarrollo equitativo y sustentable de nuestro país. Para alcanzar este objetivo es fundamental promover la investigación y la generación de conocimientos fomentando la interdisciplina y la ampliación de marcos teóricos y epistémicos. Es necesario consolidar a la institución como un escenario para el diálogo académico y el debate sobre los grandes problemas sociales; es este uno de los grandes retos que enfrenta nuestra comunidad. En este sentido, un gran logro, no sólo para la fcpys sino para la unam en su conjunto, es la creación de la Licenciatura en Antropología, que inicia cursos el siguiente semestre. Como lo indica el plan de la carrera, la licenciatura busca contribuir a la formación de profesionales de la antropología, comprender el proceso evolutivo de nuestra especie, con capacidad para establecer el diálogo y el trabajo interdisciplinario con un pensamiento crítico y humanista. De esta manera se busca formar profesionales capaces de comprender y brindar soluciones acordes con las necesidades y problemáticas del entorno social, tomando como punto de partida la diversidad del mundo contemporáneo. Así, esta rama del conocimiento en nuestra facultad representa una oportunidad para que en nuestra institución se formen profesionales conscientes de las problemáticas a las que nos enfrentamos y colaboren en la construcción de una sociedad plural, respetuosa de las diferencias y participativa en asuntos de interés público. Con ello estaremos contribuyendo al análisis de la compleja realidad nacional e internacional y abonando en el reposicionamiento de nuestra escuela como eje central del análisis político y social. Sobre el inicio de la Licenciatura en Antropología escriben en este número destacados académicos, incluyendo al coordinador de la disciplina en la Facultad, César Villalobos. También damos cuenta del aniversario 60 de la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, importante órgano de difusión y debate que actualmente dirige Judith Bokser. En los meses recientes nos visitaron dos personalidades de la academia y la política: Saskia Sassen y Juan Carlos Monedero, quienes expusieron parte de su trabajo, intercambiaron experiencias e ideas con nuestra comunidad, enriqueciendo su horizonte.

Angélica Cuéllar Vázquez


Universidad Nacional Autónoma de México Enrique Graue Wiechers Rector Leonardo Lomelí Vanegas Secretario General Néstor Martínez Cristo Director General de Comunicación Social Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

La senda del hombre La Licenciatura de Antropología en la unam La Antropología Social: legado e innovación La Linguística en México Panorama de Antropología Física en México Arqueología y Antropología universitarias

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Angélica Cuéllar, nueva directora de la Facultad

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María Angélica Cuéllar Vázquez Directora Arturo Chávez López Secretario General Gaceta Políticas

ntrevista La Facultad ocho años después, entrevista a Fernando Castañeda

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No hay pueblo sin memoria Despertar de la gran siesta analítica 60 aniversario de la rmcpys Crisis de civilización Cultura y Religión, clásicos de la sociología Construyendo cultura ambiental

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Vida vertical

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Novedades editoriales

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Roberto Oseguera Quiñones Director César Emanuel Reséndiz Silva Subdirector Leticia Martínez Eslava Editora Adriana Godoy González Cueto Diseño Unidad de Información Israel Aguilar Esquivel Jorgue Abraham Almaguer Correa Sergio Oswaldo Barbosa García Myriam Corte Cortés Berenice Morales Yines Cynthia Michel Rodríguez de la Cruz Jessica Elizabeth Sánchez Rivera Luis Segura Nicolás Jessica Abigail Vega Sabás

Ilustraciones de Ángela Del Carmen Alemán León

Las opiniones expresadas en Gaceta Políticas son responsabilidad exclusiva de sus autores.


La senda del hombre E

l hombre es un animal peculiar. Si pretendiéramos elaborar una lista de aquellos elementos que le son inherentes y que lo distinguen de los demás, la tarea aparecería como inabarcable. Baste mencionar, muy a pesar de algunos herederos de la tradición clásica que sin duda reducirían nuestro magno listado a la capacidad de razonar, actividades propiamente humanas como la poesía, la política, el arte, la habilidad para construir (y destruir), imaginar, vengarse, etc. Las diferencias saltan a la vista no sólo en la estructura fisiológica sino en el plano inmaterial (lugar siempre nebuloso donde el intelecto, la mente, la imaginación, el alma llevan siglos compartiendo límites, intercambiando nombres). Nosotros, no obstante, como científicos sociales queremos enfatizar el hecho de que el hombre es, hasta el momento, el único animal con ciencia. A ello debe gran parte de su distanciamiento de las posibilidades vitales y la naturalidad conductual de otras especies. Que un ser viviente como el hombre haya hecho de todo lo que le rodea un objeto de estudio es una de sus particularidades intrínsecas; más aún, que se haya puesto a él mismo como sujeto de esta reflexión es un rasgo esencial. No son pocos los pensadores que han ubicado este momento como crucial en la historia de la civilización occidental: el instante en que el hombre da cuenta de sí mismo como un ente que recorre y analiza, al mismo tiempo, realidades externas o creadas por él mismo. Todas las ciencias sociales surgen de este asombro primigenio: el hombre inserto en una realidad espacio-temporal, física, psicológica, lingüística, social, política; siempre cambiante pero omnipresente a un mismo tiempo. La antropología es, sin duda, una de las ciencias que más sentido aportan al conocimiento del hombre y, por ende, al entendimiento del mundo en que vivimos. El antropólogo, como el historiador o el filósofo que se niegan a dejar que el pasado se declare muerto, contribuyen de manera preponderante a la comprensión del presente. Ellos atraviesan, estudian e interpretan, los senderos, las huellas que han ido dejando civilizaciones, sociedades, épocas, ideas, lenguajes, elementos vivos que nos definen y que tienen mucho que decir sobre nuestra actualidad. Los antiguos griegos utilizaban la palabra arché para referirse a lo más antiguo, al origen de algo. Este origen era entendido, sin embargo, no cómo un momento remoto, desconectado del presente, antes bien este arché definía lo que de él había surgido, representaba un principio que dominaba lo consecutivo. Esa es la fuerza de la palabra griega que aún resuena en la convicción de que el estudio de lo antiguo ayuda a construir el edificio de lo actual. No es casual que la arqueología, como variante de la antropología, comparta esa misma raíz etimológica. Y es que la actualidad, relevancia y trascendencia de la antropología radica precisamente en su comprensión abarcadora. Nada de lo que la antropología ofrezca como dato o interpretación está, por ser producto del pretérito, separado de nuestra propia actualidad. Antes bien, contribuye a una concepción mejor cimentada de cómo debe ser el hombre para asegurar el bienestar de la especie y del planeta. Esa es la exigencia de que la antropología participe, junto a otras ciencias, en la edificación de una visión de conjunto de nuestra realidad, que impregne del carácter holístico que la caracteriza a todas las demás disciplinas, encaminadas a comprender, explicar y llevar a mejor rumbo el paso del hombre por esta tierra.


La Licenciatura en Antropología en la UNAM César Villalobos Acosta*

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a Licenciatura en Antropología ha sido implantada en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (fcpys), que funge como entidad responsable; el Instituto de Investigaciones Antropológicas (iia), el Instituto de Investigaciones Filológicas (iifl), el Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur (cimsur), y el Centro Peninsular en Humanidades y en Ciencias Sociales (cephcis) contribuyen como participantes en este proyecto. Como entidades asesoras se encuentran la Facultad de Filosofía y Letras (ffyl) y la Facultad de Medicina (fm). Se otorgará el título de licenciado(a) en Antropología, con la opción terminal elegida, ya sea en el área de Arqueología, Antropología Social, Antropología Física o Lingüística Antropológica. El objetivo es formar antropólogas y antropólogos profesionales, capaces de investigar, comprender y actuar en la compleja realidad social y cultural, a partir de las principales especialidades de la antropología.

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Un poco de historia La antropología tiene una larga tradición en la unam, la cual se remonta a inicios del siglo xx. En 1911, por ejemplo, con motivo del Centenario de la Independencia, el célebre antropólogo Franz Boas vino a México invitado por la Universidad Nacional para impartir cursos de antropología. Con ese antecedente, los cursos comenzaron a impartirse en los salones del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía a partir de 1915. Hacia la década de 1930, antropólogos de gran prestigio como Manuel Gamio, Alfonso Caso, Miguel Othón de Mendizábal, Lucio Mendieta y Núñez, y Ricardo Pozas ingresaron a la unam y contribuyeron a la creación del Instituto de Investigaciones Sociales. Una década más tarde, la antropología se consolidó como una ciencia social en la unam, gracias a la propuesta asentada en los estudios mesoamericanistas, desarrollada por el propio Othón de


Mendizábal, Wigberto Jiménez Moreno, Roberto J. Weitlaner y Paul Kirchhoff, entre otros. El trabajo desarrollado por este grupo de investigadores se sustentó en el estudio de procesos históricos que subyacen a la configuración de Mesoamérica, en la cual se articularon las estrategias investigativas de la arqueología, la antropología social, la antropología física y la lingüística antropológica. A pesar de esta larga tradición en la unam, poseedora de investigadores altamente calificados en diversos institutos, centros y facultades, no había sido posible implementar la licenciatura. Sin embargo ahora, gracias a un extenso equipo de trabajo, se ha podido plantear la pertinencia de un plan de estudios en Antropología a nivel licenciatura. Propuesta del plan de estudios Este plan de estudios formará antropólogos con un amplio bagaje teórico–metodológico acumulado por la disciplina, así como con las herramientas para el análisis crítico de experiencias de campo que comprenda los diferentes paradigmas teóricos formulados por las principales corrientes europeas, norteamericanas y, desde luego, las aportaciones latinoamericanas desarrolladas a lo largo de los siglos xx y xxi. El egresado tendrá la capacidad de reconocer los argumentos epistemológicos y las referencias empíricas que muestran las distintas maneras de hacer antropología. Esta licenciatura tendrá una duración de ocho semestres, en los cuales el estudiante cursará un total de 51 asignaturas (29 obligatorias, 15 obligatorias de elección, 4 optativas y 3 optativas de elección). El total de créditos será de 402, en cualquiera de las áreas de profundización, con un pensum académico de 4,064 horas (2,432 teóricas y 1,632 prácticas). Este plan de estudios plantea la formación de los alumnos en tres etapas: la básica, la intermedia y la de profundización. De modo gradual, las asignaturas estarán conformadas, en sus contenidos, por dos o más disciplinas sociales, buscando con ello una formación académica integral. El plan tiene como soporte la conjunción de las subdisciplinas antropológicas, además de conocimientos de otras disciplinas afines o complementarias como la sociología, la economía, la biología, la historia y la geografía. Las asignaturas se organizan de acuerdo con cinco ejes: teórico, metodológico, analítico, interdisciplinario y técnico/instrumental/profesional. Para ello se busca integrar las herramientas analíticas, marcos conceptuales y metodologías a partir de objetivos específicos derivados de los contextos sociales, así como subrayar la relación de los conocimientos, herramientas y metodologías con las características del contexto histórico y social

en el que se presentan, enfatizando la perspectiva interdisciplinaria. Lo anterior explica y fundamenta que uno de los soportes esenciales en la formación de los estudiantes sea el vínculo indisociable entre teoría y praxis, producto de la reflexión teórica y la construcción empírica de datos, en el que el trabajo de campo desempeña un papel fundamental. El plan de estudios va de lo general a lo particular. Inicia con un conocimiento general de las ciencias sociales, contextualizando adecuadamente a la antropología. En la etapa básica, que abarca del primero al tercer semestres, si bien existen asignaturas comunes a todas las licenciaturas que se imparten en la fcpys, también hay asignaturas disciplinares en el campo de la antropología; entre ellas, se postulan las de carácter teórico como un elemento central en el proceso formativo. A la par que se proporcionan elementos básicos como redacción y análisis de textos e inglés, se imparten asignaturas específicas. En la formación intermedia, que abarca los semestres cuarto y quinto, el estudio se centra en lo que hoy conocemos como México, sin demeritar otras áreas de interés, y se incluye la iniciación en el trabajo de campo. A partir del sexto semestre el alumno elegirá el área de profundización de su interés y hasta el octavo semestre cursará asignaturas específicas, tanto teóricas como prácticas, que le permitirán profundizar en el área de su elección, desarrollar sus habilidades y obtener una formación actualizada y de alto nivel de competencia. Conclusiones El proyecto de creación de esta licenciatura forma parte de un esfuerzo universitario que busca restituir a la antropología su carácter holístico e integral. Es un proyecto que se inscribe en el debate mundial por incorporar la “diversalidad” del pensamiento antropológico, entendiendo por ello la tensión entre la antropología como una disciplina universal y como una actividad que se moldea de acuerdo con las características históricas y específicas de sus diferentes expresiones nacionales y regionales. A través de esta propuesta la unam busca favorecer una práctica conectada con un contexto social e histórico más amplio en el que se producen los fenómenos sociales. El egresado tendrá una formación integral que lo capacite tanto para el ejercicio profesional como para iniciarse en la investigación académica.

*Doctor en Arqueología por la Universidad de Durham, Inglaterra, coordinador del Centro de Estudios Antropológicos de la Facultad, miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

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La Antropología Social: legado e innovación Cristina Oehmichen Bazán*

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a Antropología Social surge en las primeras décadas del siglo xx en Inglaterra como una práctica profesional. Para Radcliffe Brown, uno de sus fundadores, esta nueva disciplina científica era considerada como una “sociología comparada”, encargada de investigar culturas y formas de organización de sociedades diferentes a la propia. Los antropólogos británicos contaban ya con los aportes de sus antecesores, como James Frazer, Henry Lewis Morgan y otros, que buscaban explicar la evolución de las culturas en cuanto a formas de vida, creencias, tecnologías, relaciones sociales, entre otras cosas. Con el surgimiento de la Antropología Social británica, la disciplina dio un salto cuántico al plantearse la necesidad de que toda información materia de estudio de los antropólogos se obtuviera en campo, a partir de fuentes de primera mano. Ya no bastaba con lo que contaran los viajeros, misioneros y adventurers que describían, a veces de manera fantástica, lo que habían visto y escuchado en relación con otras culturas diferentes a la propia. Para esta disciplina, la construcción del conocimiento científico se da a partir de la información obtenida por los antropólogos profesionales durante sus estancias con los pueblos que estudian y la convivencia cotidiana con las personas con quienes trabajan. Así se generó una corriente de pensamiento que marcaría la distinción entre la Antropología Social y otras ciencias sociales: el trabajo de campo. El trabajo etnográfico, que consiste en realizar una observación detallada de todo cuanto sucede en un pueblo, aldea, grupo o comunidad, a partir de objetivos claros de indagación, es una pieza clave en toda investigación. Permite al antropólogo social generar nuevos conocimientos, pone a prueba sus hipótesis, plantea teorías explicativas e interpretativas que buscan dar cuenta de la diversidad sociocultural humana. Los antropólogos británicos tenían la posibilidad de indagar sobre las formas de pensar, vivir y hacer de los pueblos distantes, ya fueran de África, Asia o de Oceanía, principalmente. Se trataba de saber, entre otras cosas, cómo la gente se organiza y reproduce su sociedad cuando no existe un Estado centralizado. Entre sus temas estaba el estudio de las

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formas de organización social y su articulación con la magia, el mito y el rito. Por esas mismas fechas, en Estados Unidos nacía la Antropología Cultural. Su diferencia con respecto a la antropología social británica radica en que, según diversos autores, eu no contaba con acceso a “sociedades completas” que pudieran investigar los antropólogos, sino sólo con fragmentos de aquellas que habían logrado sobrevivir a la expansión europea. Los antropólogos estadounidenses indagaban en torno a las culturas americanas, a sus pautas culturales, creencias, rituales, formas de intercambio material y ceremonial. En tanto, Francia se distinguiría de los anteriores al denominar a su disciplina: “Etnología”. En realidad, estas tres escuelas serían la cuna de la antropología contemporánea y tendrían como común denominador el conocimiento de otras culturas. En México, la antropología tiene una larga tradición y ha atravesado por diferentes etapas. Un primer momento lo podemos ubicar en 1911, cuando el antropólogo estadounidense de origen alemán, Franz Boas, llegó a la Universidad Nacional para impartir ocho cursos sobre temas de antropología cultural y antropología física. Para 1916, uno de sus alumnos, Manuel Gamio, dio a conocer un libro fundacional de la antropología mexicana: Forjando Patria (pro-nacionalismo). Esta obra, surgida en medio del debate sobre el tipo de nación que se perseguía con el triunfo de la Revolución, se refiere a la diversidad étnica, lingüística y cultural del país, que para entonces contaba con más del 60% de población indígena. Para Gamio, una de las tareas fundamentales del gobierno revolucionario era la incorporación activa de la población indígena a la vida económica, política y social del país. Forjar patria consistía precisamente en crear una nación que permitiera incorporar a la población indígena al progreso, tarea para la cual la antropología tendría un papel preponderante. Gamio hablaba de la necesidad que tenía México de unificarse cultural y lingüísticamente, después de haber atravesado por una revolución muy violenta que daba fin a una dictadura de 30 años, y buscaba acabar con la gran desigualdad social prevaleciente.


Para él, la antropología debería servir al “buen gobierno”, siendo ésta una de sus finalidades. La antropología mexicana surge así como una disciplina científica que busca generar conocimientos de esta índole y a la vez responder a los grandes problemas nacionales, promoviendo el bienestar social de la población mayoritariamente indígena. Durante las décadas siguientes, el trabajo de la antropología social se orientó a conocer las culturas indígenas, y en su vertiente aplicada, a impulsar programas de transformación social que permitieran construir una sociedad más justa e igualitaria. A diferencia de las antropologías británica, estadounidense y francesa, la mexicana se interesa más por generar conocimientos y, además, atender los grandes problemas del país, para contribuir a su solución. En términos teóricos y metodológicos, se desarrolla una amplia escuela de investigadores que abrevan de las aportaciones teóricas de los países metropolitanos, que fueron cuna de la disciplina. Pero, a diferencia de ellos, la de México se nutre de diversas corrientes del pensamiento antropológico mundial, con una orientación heterodoxa que no marca fronteras excluyentes entre diversos paradigmas teóricos y “escuelas nacionales”. Los antropólogos sociales colaboraron con diversas instituciones del gobierno para lograr la integración de la población indígena al proyecto nacional. Sin embargo, los resultados no fueron los esperados. Ahí estaban los miembros de la población indígena viviendo en condiciones de pobreza y exclusión. Pablo González Casanova y Rodolfo Stavenhagen se refirieron a esta situación como producto del “colonialismo interno”, toda vez que las élites y grupos en

el poder continuaban reproduciendo las relaciones de dominación y explotación sobre la población nativa. En la década de 1970, estas políticas serían fuertemente criticadas por los antropólogos, pues las prácticas de incorporar a los indios al desarrollo a través de la aculturación, implicaba cometer “etnocidio”. Esto no significa que se matara a los indígenas, pero sí a sus culturas, en aras de una homogeneización social y cultural . En esos años, destacados antropólogos mexicanos daban a conocer un libro titulado: De eso que llaman Antropología Mexicana, un texto fundacional para una nueva época del desarrollo de la antropología social en nuestro país. A partir de entonces, la política de integrar a los pueblos originarios a la corriente del mestizaje sería fuertemente criticada por los antropólogos, quienes se sumarían al movimiento indígena que demandaba el respeto a sus lenguas, culturas y formas de organización social. Exigían el respeto a su derecho de mantener y desarrollar sus propias culturas. Hoy, la antropología del siglo xxi ha diversificado sus temas y sujetos de estudio. Ya no se trata solamente de estudiar culturas diferentes a la propia: sino de indagar, además, a grupos y culturas similares a la propia, o grupos y sectores sociales a las que pertenece el antropólogo. Forma parte de una tradición latinoamericana que dialoga con otras antropologías del mundo, que ha tenido entre sus elementos distintivos su compromiso con los problemas que vive el país, y a cuya solución busca contribuir con sus estudios, conocimientos, maneras de acercarse a los problemas de investigación y ofrecer propuestas para la comprensión de la diversidad cultural, étnica y social del país.

*Doctora en Antropología por la Facultad de Filosofía y Letras investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas. unam. 7


La Lingüística en México

Leopoldo Valiñas Coalla*

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a lingüística como ciencia nace en Europa a principios del siglo xx. Su objeto de estudio comienza siendo el complejo fenómeno del lenguaje humano, en lo general, y la descripción de las lenguas, en lo particular. Esta ciencia nace en un continente que no desconoce la descripción de las lenguas ni su visibilidad pues ha sido testigo de más de dos mil años de tradición gramatical, lexicográfica y de escritura. La lingüística nace para abordar el lenguaje de manera objetiva, científica y universal, priorizando su diversidad y su oralidad. Cosas que las gramáticas tradicionales ignoraban porque, más que tener una finalidad descriptiva, tenían (y tienen) un objetivo prescriptivista y normativo (siendo uno de sus ejes lo correcto y lo incorrecto). A principios del siglo xx, los lingüistas que llegan al continente americano (especialmente a Estados Unidos) se enfrentan a lenguas muy diferentes a las europeas que, además, carecían de escritura alfabética que pudiera facilitar su estudio. Lenguas habladas por un extraordinario número de pueblos indígenas que habitaban esa parte del continente. Esto provocó que una parte significativa de la lingüística que se comenzaba a hacer aquí estuviera inmersa en la antropología. A diferencia de Europa, aquí la lingüística crece íntimamente relacionada con la antropología. Y es la antropología la que trae a la lingüística a México. Lo hace porque llega la antropología acompañada con las disciplinas con las que madura en este continente. Así, para finales de los años 30, la lingüística se comienza a enseñar en México... en donde se enseña antropología. Desde ese momento se enfrentó, nunca de manera exitosa ni equitativa, a una arraigada tradición gramatical del español (que llegó a México con la Conquista y con las instituciones que la acompañaron). Ese enfrentamiento duró todo el siglo xx. Ambas disciplinas fueron, en un principio, antagónicas y jamás interactuaron. Por un lado estaba la dedicada casi exclusivamente a las lenguas indígenas (la que se crió con la antropología) y, por el otro, esos estudios hispánicos, tradicionales, vestidos de letras, de literatura, de autoridades y, tiempo después, de filología. Estos estudios hispánicos no se subieron al tren de la ciencia y mantuvieron su esencia elitista durante todo el siglo xx. Si bien actualmente esta diferencia ya no es tan evidente, todavía hay resabios y cicatrices abiertas aquí en nuestra unam.

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Desde un principio, la tarea dominante que se impusieron los lingüistas fue la descripción de los idiomas mexicanos pero a la vez la de su clasificación genética (que es determinar con qué idiomas están relacionados porque comparten un origen común), además de dar cuenta de su diversidad geográfica; tareas que habían iniciado destacados intelectuales mexicanos durante el siglo xix pero sin las metodologías necesarias ni el rigor científico adecuado. Los marcos teóricos y modelos gramaticales científicos que se emplearon para lograr esas descripciones generaron una estrecha interrelación durante gran parte del siglo xx, entre los especialistas americanos y los europeos. Así, las disciplinas lingüísticas crecieron rápidamente: la fonética (que


estudia los sonidos del habla), la fonología (responsable de describir los sistemas de sonidos de las lenguas), la morfología (dedicada al estudio de las palabras), la sintaxis (cuyo objeto son las estructuras oracionales) y la semántica (cuyo reto es lograr hacer describibles y manejables los significados de las palabras y de las oraciones). La inmersión de la lingüística en la antropología provocó que las relaciones entre la lengua, la cultura y el pensamiento se volvieran un tópico vital. Esta triada hizo que, incluso, no se pudiera hacer antropología sin cierta participación de la lingüística. Tan es así, que en México se identifica lo étnico con el nombre de la lengua. Tanto el surgimiento de la llamada guerra fría como del boom de las religiones incidieron significativamente en el desarrollo de la lingüística en esta parte del mundo. En el caso de las religiones, las iglesias protestantes se impusieron como uno de sus objetivos básicos (además de convertir a la gente) el de traducir los textos sagrados y publicarlos en el

mayor número de lenguas posibles. Esto repercutió en las reflexiones y propuestas sobre la traducción pero, más especialmente, sobre la escritura de las lenguas. Temas, ambos, vigentes y muy presentes en el quehacer de la lingüística mexicana actual. La guerra fría trajo consigo algo más. La “necesidad” de crear traductores automáticos hizo que se reflexionara en lo que es el hablar, el decodificar y, en sí, el lenguaje. Esto provocó el nacimiento de un nuevo paradigma en el que la lengua ya no fue el objeto de estudio sino el conocimiento que tiene el ser humano de su lengua, lo que le permite hablar cualquier idioma sin que éste le sea enseñado. La búsqueda de una gramática universal y el surgimiento de muy diversas propuestas teóricas que buscan describir y explicar la capacidad humana de hablar cataliza el crecimiento de la lingüística en la segunda mitad del siglo xx. Para 1975 en Estados Unidos, por ejemplo, había más de 100 universidades en las que se formaban lingüistas... En México había sólo tres escuelas, y todas ellas, eran de antropología. Los movimientos sociales, tanto físicos (migración) como ideológicos (nacionalistas) ya venían llamando la atención de los fenómenos lingüísticos que resultaban: el bilingüismo, las lenguas francas, los contactos entre lenguas, las ideologías que giraban alrededor de hablar o no determinada lengua, la relación con la identidad... en suma, la interrelación de lo social (con la amplitud que esto tiene) con el hablar y con las lenguas. Así, a mediados del siglo xx la sociolingüística surge y crece rápidamente. Para el siglo xxi el desarrollo de la lingüística se vio acelerado por varios hechos: las nuevas tecnologías (que permiten ver fenómenos de la lengua que antes eran literalmente invisibles), los modelos científicos, tanto lingüísticos como sociológicos (que proponen maneras distintas de analizar los hechos sociales y lingüísticos), los movimientos sociales, tanto indígenas como de otras minorías (que entre sus demandas muchas veces tienen cuestiones o reivindicaciones lingüísticas como la escritura, el reconocimiento oficial, el derecho a la diversidad lingüística, etc.). Actualmente la lingüística tiene muchísimas tareas prioritarias. No está de más recordar que según el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, en México hay 364 variantes lingüísticas que necesitan ser descritas, documentadas. La separación que había antes entre una lingüística dedicada al español y la que estudiaba las lenguas indígenas casi ha desaparecido. Los temas actuales giran alrededor de la lengua y su relación con el pensamiento, la cultura y lo social; con sus tres dimensiones: la oral, la escrita y la de señas; con la historia de las lenguas y la de sus hablantes... En México, la lingüística tiene todo por hacer.

*Maestro en Lingüística por la Escuela Nacional de Antropología e Historia e investigador del Instituto de Investigaciones Antropológicas, unam. 9


Panorama de la Antropología Física en México Carlos Serrano Sánchez*

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a antropología física es el estudio de la evolución y variabilidad biológica de los humanos en el presente y en el pasado. Tiene una raíz profunda en las ciencias naturales, en cuyo marco se planteó, en el siglo xix, una respuesta a la gran interrogante del lugar del hombre en la naturaleza. Más tarde hubo de reconocerse que para abordar el objeto de estudio de la antropología física debía considerarse la acción del ambiente y la cultura, traducida en la historia de las sociedades humanas. Solo así era posible comprender los fenómenos de evolución y diversidad somática de las poblaciones humanas. De esta manera se estableció una amplia vinculación de la antropología física con las otras ramas antropológicas y con otras disciplinas. Al cabo del tiempo se han realizado importantes avances teóricos y metodológicos, mediante la incorporación de conceptos y técnicas provenientes de diversas ramas de la biología humana. Así por ejemplo, la genética de poblaciones ha provisto de un marco teórico para el estudio de los mecanismos evolutivos y la diferenciación reciente de los grupos humanos; la biología molecular ha proporcionado instrumentos de análisis que permiten comprender mejor la relación del hombre con otras especies de primates y derivar de ello las implicaciones filogenéticas para el estudio de su origen. En un marco teórico renovado, la antropología física contemporánea considera la interacción herencia-ambiente como el marco de referencia indispensable para el análisis de los fenómenos de biología de población en el devenir histórico de las sociedades humanas. En México, la antropología física se inicia en el último tercio del siglo xix, bajo la influencia de la pujante antropología europea y a la sombra del ethos de Paul Broca, que había fundado la Sociedad de Antropología de París, en 1859. Las Instrucciones Etnológicas para México, publicadas por esa sociedad científica en 1862, y los trabajos de la Commission Scientifique du Mexique (1862-1867), sentaron las bases para el desarrollo de la nueva disciplina en nuestra nación. Se abordaron entonces temas que se refieren principalmente al origen de la población indígena

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del país, en el marco de la prehistoria de América. Para ello se inició el rescate y estudio de restos esqueléticos humanos de la época prehispánica. Interesó también, como tema sobresaliente, la descripción y clasificación de pueblos indígenas como parte del catálogo de variabilidad somática de la especie, si bien se apuntaban otros aspectos que habrían de desarrollarse más tarde (influencias climáticas en la morfología corporal, efectos del mestizaje, y otros). En 1887 se creó una sección de Antropología Física en el antiguo Museo Nacional, en el cual el doctor Nicolás León impartiría la primera cátedra de antropología física en 1903. Es importante mencionar que la teoría biológica de la evolución, fundamental para nuestra disciplina, se incorporó a fines de la década de 1870 a los cursos de la Escuela Nacional Preparatoria, bajo el impulso de Don Justo Sierra, que en 1910 refundaría la Universidad Nacional. En 1911, Franz Boas, connotado antropólogo, imparte cursos de antropología física y cultural que habrían de definir la orientación de una antropología integral que perdura en México hasta la actualidad. Boas influyó de manera notable en la formación científica de Manuel Gamio, ilustre antropólogo cuyo trabajo trascendió ampliamente en el desarrollo de la antropología en México. Gracias a los esfuerzos de Gamio se fundó en 1930 el Instituto de Investigaciones Sociales en la Universidad Nacional, en el cual se desarrollaron proyectos con un importante componente bioantropológico. Hacia los años 30, en la Escuela de Altos Estudios de la Universidad se impartían cursos de carácter antropológico, enfocados al estudio de la diversidad biológica y cultural de la población mexicana. Estos cursos fueron trasladados a la Escuela Nacional de Antropología, cuando ésta se fundó en 1938, a través de un convenio mediante el cual la unam reconocía como propios los títulos expedidos por la enah. No obstante, la unam inició un programa de Doctorado en Antropología en 1959, en la Facultad de Filosofía y Letras, con apoyo del Instituto de Investigaciones Históricas, cuya Sección de An-


tropología, convertida en Instituto de Investigaciones Antropológicas en 1973, siguió impulsando este nivel de estudios. Este programa contribuyó así a la formación de investigadores y docentes de alto nivel, que aportaron su labor a las diferentes instituciones antropológicas que se habían venido estableciendo en el país. En los años 90 dicho posgrado universitario tuvo un notable desarrollo, recibiendo alumnos de los diferentes programas de formación de antropólogos del país. Ello hizo evidente la necesidad de que la Universidad creara su propio programa de licenciatura, y que éste incluyera especialmente el área de antropología física, para la cual hay sólo escasas opciones de formación profesional en México. En este aspecto la unam puede ofrecer un óptimo nivel académico en la formación del estudiante, aprovechando los recursos de infraestructura y de docencia especializada con que cuenta. Nuevas bases para la enseñanza de la antropología física A fines de los años 40 la propuesta de una teoría sintética de la evolución, asociada a los prestigiosos nombres de Haldane, Mayr, Dobzanski, entre otros, influyó en el planteamiento de una nueva antropología física, formulada por Sherwood Washburn en 1951. Ésta se movía de las descripciones antropométricas y la clasificación somática, al análisis de procesos y mecanismos del cambio evolutivo, y a un enfoque multi e interdisciplinario, necesario para comprender la biología y comportamiento humano. Por otra parte, en fechas recientes el arsenal técnico de la antropología física se enriqueció, por el avance de la informática, con nuevas tecnologías: secuenciación del adn (incluyendo restos óseos antiguos), técnicas imagenológicas como la tomografía axial computarizada, morfometría geométrica, análisis físicos (microscopía electrónica, espectrometría) y modelización. Estos avances conceptuales y útiles de la investigación han permitido formular nuevas hipótesis sobre el modo de vida de las poblaciones del pasado y clarificar cuestiones de orden taxonómico, así como plantear novedosas propuestas de investigación. El perfil de la antropología física y su enseñanza en la segunda mitad del siglo xx se caracteriza por la reflexión teórico metodológica, la diversificación temática (por ejemplo, antropología ergonómica, del trabajo, de la salud, forense), la incorporación de desarrollos tecnológicos, y la transdisciplina. La antropología física, como una disciplina madura y consolidada, tiene amplia pertinencia en la sociedad contemporánea. Basta mencionar dos situaciones que

podemos advertir cada vez con mayor intensidad en el mundo globalizado de nuestros tiempos con amplias repercusiones para la vida. Por una parte, la crisis ambiental, con sus alarmantes fenómenos de cambios climáticos, degradación de los recursos naturales, reducción de la biodiversidad, polución, y efectos a largo plazo de desechos peligrosos. Por otra parte, la problemática de salud, caracterizada por una morbilidad incrementada (cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes, sida), el envejecimiento poblacional, la malnutrición, el hambre y la sobrepoblación. Temas relevantes que reclaman la atención de los antropólogos físicos y deben ser tomados en cuenta en los programas de formación de antropólogos físicos, en consonancia con las nuevas circunstancias históricas. En esta tesitura, se pone de relieve el enfoque biocultural que la antropología física en México ha guardado como una significativa tradición académica, enfoque que podemos considerar como epítome de la complejidad en la teoría y práctica, que reafirma el pensamiento de Washburn (1968): “La biología humana no tiene sentido sin la sociedad”. Y es que en efecto, para un problema particular a corto término se pueden enfatizar los hechos biológicos o los sociales, pero la evolución del hombre sólo puede ser comprendida como un problema biosocial. La investigación en antropología biológica, comenzando con su enseñanza, se debe encaminar a través del trabajo de equipo, con un enfoque evolutivo integrativo y transdisciplinario. Se sustenta así la gran aportación humanista de la antropología física, como un referente desde la ciencia, en contra del flagelo del racismo y la xenofobia. En palabras del reconocido paleoantropólogo francés Ives Coppens, se trata de una disciplina que trabaja para la solidaridad humana.

*Doctor en Antropología Biológica por la Universidad de Paris, investigador del Instituto de Investigaciones Antropológicas, unam. Miembro del sni y la amc. 11


Arqueología y Antropología universitarias Linda R. Manzanilla Naim*

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a Antropología en la unam, surge como una sección del Instituto de Investigaciones Históricas; sin embargo, dada la especificidad del campo de estudio de la Antropología (poblaciones humanas en el pasado y en el presente, en sus manifestaciones biológicas y culturales, y en sus transformaciones), se vio la necesidad de que tuviese una sede, un instituto. Su primer director fue el doctor Jaime Litvak, arqueólogo. En la década de los setenta del siglo pasado, la arqueología en la unam tuvo las siguientes vertientes metodológicas: los estudios del Viejo Mundo, en particular, los desplazamientos de poblaciones humanas durante el Neolítico, Calcolítico y Edad del Bronce (don Pedro Bosch-Gimpera); los estudios de los materiales arqueológicos, en particular la cerámica (maestro Eduardo Noguera); la aplicación de la estadística y la computación a los estudios arqueológicos (doctor Jaime Litvak); la articulación de la arqueología con la etnohistoria y la etnología (maestro Carlos Navarrete), además de algunos arqueólogos jóvenes, quienes se abocaron a los estudios del patrón de asentamiento. Con el tiempo, los temas se diversificaron, así como las áreas de estudio, y los 17 arqueólogos que actualmente conforman la planta de investigación en arqueología del Instituto de Investigaciones Antropológicas (iia) cultivan temas como las poblaciones originarias y arcaicas del territorio mexicano; el proceso de domesticación de plantas; la forma de vida y los centros de poder en el Formativo; la vida, especialización del trabajo y formas de gobierno de las grandes urbes del Clásico; las poblaciones posclásicas de Mesoamérica; las formas arquitectónicas; el patrón de asentamiento y sus cambios a través del tiempo; los corredores de contacto e intercambio; el ritual prehispánico y su representación en el contexto arqueológico; el surgimiento de los Estados arcaicos y las primeras sociedades urbanas; las identidades étnicas; la cerámica y la lítica como fuente de información arqueológica; la interdisciplina como estrategia metodológica en la arqueología. El primer director del recién constituido Instituto de Investigaciones Antropológicas, el doctor Jaime Litvak, se formó en el Departamento de Pre-

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historia del inah con el profesor José Luis Lorenzo, quien cultivaba de manera excepcional la estrategia interdisciplinaria para analizar las formas de ocupación del paisaje y subsistencia de las poblaciones prehistóricas. Como director del iia de la unam, el doctor Litvak reprodujo algunos de los laboratorios de apoyo a la arqueología que el inah tenía en Moneda 16, Centro Histórico: Paleozoología, Paleobotánica, Química. No se crearon los laboratorios de Edafología y de Geología ya que la unam tiene institutos dedicados a estas disciplinas; sin embargo, se constituyeron nuevos laboratorios como el de Prospección Arqueológica y el de Radiocarbono, y otros que yacen en los campos de frontera con la Antropología Física: Osteología y, a la larga, Antropología Forense y adn antiguo. Esta perspectiva interdisciplinaria alimentó la colaboración con químicos, biólogos y geofísicos que fueron contratados para trabajar en conjunción con arqueólogos del Instituto de Investigaciones Antropológicas. Pero también sirvió para ampliar la base de colaboración con expertos de otros institutos de la unam, en los campos de los estudios isotópicos para determinar los lugares de migración y los niveles tróficos de cada individuo (institutos de Geofísica y de Geología), elementos traza para determinar paleodieta y análisis arqueométricos de materiales arqueológicos para caracterizar los componentes y establecer la procedencia (Instituto de Física), prospección geofísica (Instituto de Geofísica), sistemas de información geográfica (Instituto de Geografía). Asimismo se abrió la posibilidad de colaboración interinstitucional con el inah (para los estudios de marcas de producción y procesos de elaboración de objetos de lapidaria y concha) y el Cinvestav (para los de adn antiguo). ¿Cómo veo el futuro de la arqueología en el ámbito de la unam? Sin duda alguna hay dos características que podríamos destacar: la estrategia interdisciplinaria y la vertiente comparativa. En cuanto a la primera, el uso de tecnologías de punta ha permitido acotar mejor las áreas específicas de trabajo arqueológico, y reducir la excavación a puntos particulares que res-


pondan a las preguntas de investigación. La interdisciplina ofrece la posibilidad de nuevos campos de frontera con ciencias exactas y naturales, en los que los estudiantes se forman y abren espacios novedosos de investigación. La vertiente comparativa permite competir a nivel internacional cuando procesos homotaxiales son abordados de manera sistemática. Por otro lado, el estudio de las formas de vida del pasado, a través de los ámbitos domésticos, ha resultado un campo de fuerte relevancia antropológica. No sólo la detección y análisis de áreas de actividad, que representan actividades repetidas una y otra vez en el mismo espacio, sino la integración de éstas a cada vivienda, cada cuarto, pórtico, patio o espacio utilizado, permite la definición de sectores funcionales y del uso del espacio. Las viviendas con sus materiales constructivos, tamaños, técnicas de construcción, orientación de accesos, fachadas, ubicación en el entorno social y natural, sectores abiertos inmediatos, y áreas de actividad asociadas, nos hablan de los escenarios de acción y reproducción de las unidades domésticas. Las fachadas a menudo contienen información indéxica sobre la identidad étnica, religiosa, de oficio o de jerarquía social de los moradores. Los barrios, como unidades intermedias, son difíciles de abordar en el registro arqueológico. Sin embargo, en sitios urbanos multiétnicos como Teotihuacan, son las unidades sociales más dinámicas. A menudo cuentan con centros de coordinación que incluyen sectores rituales, administrativos, militares, médicos, de artesanías especializadas, de residencia, y

de preparación y almacenamiento de alimentos para los trabajadores y personal adscrito. En ellos, y para el caso específico de Teotihuacan, hemos podido determinar la función social de muchos trabajadores, el sexo y la edad, sus condiciones de salud y enfermedad (las paleopatologías y las causas de muerte), los marcadores de actividad visibles en las articulaciones (con el fin de determinar los trabajos que realizaron repetidamente en vida), la geología y altitud de donde provinieron los migrantes, la paleodieta y los niveles tróficos de cada uno, el grupo genético a que pertenecieron, y en ocasiones, la aproximación facial. El análisis espacial a nivel de sitio se aborda arqueológicamente para determinar también sectores funcionales, las áreas administrativas y rituales, las sedes del poder, los espacios para el intercambio, los centros de barrio y sus unidades domésticas adscritas. La escala regional permite vislumbrar las jerarquías de sitios que representan el patrón de asentamiento; los sitios primarios (generalmente ciudades o centros urbanos donde vive la élite gobernante y donde llegan muchos productos foráneos y suntuarios), los centros secundarios que generalmente funcionan como sitios de administración regional, las villas y las aldeas donde moran la mayor parte de los productores de alimentos y algunos artesanos. Así, la Arqueología trabaja con un magno rompecabezas de información que pocas veces está completo, pero que permite “fotografías” de un momento de una sociedad, y la posibilidad de compararlas con otros instantes para evaluar las transformaciones de las sociedades del pasado.

*Doctora en Egiptología por la Universidad de París iv-Sorbonne, investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la unam y miembro de El Colegio Nacional.

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Foto: Myriam Corte

Angélica Cuéllar, nueva directora de la Facultad

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a Junta de Gobierno, en su sesión ordinaria del 2 de mayo del año en curso, en ejercicio de las facultades que le concede Ia Ley Orgánica de Ia Universidad Nacional Autónoma de México, tuvo a bien designar a Ia Doctora María Angélica Cuéllar Vázquez Directora de Ia Facultad de Ciencias Políticas y Sociales por el término de cuatro años, que deberá contarse a partir de Ia fecha de su designación. Lo anterior es un extracto de la carta dirigida al rector de la Universidad y al Consejo Universitario por parte de la Junta de Gobierno para hacer de su conocimiento la decisión que hizo a Angélica Cuéllar nueva directora de nuestra Facultad. La fcpys concluye así un ciclo de ocho años en los que la administración anterior alcanzó importantes logros, tanto académicos como de infraestructura. Sin embargo, las condiciones siempre cambiantes de una institución compleja como la nuestra, nos enfrentan a nuevos retos que ameritan una visión, planeación y administración acordes a las exigencias de los nuevos tiempos. Una de las principales características de la Facultad es que está conformada por una comunidad diversa y

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plural, profundamente interesada por el devenir de los asuntos públicos de carácter nacional e internacional, y también por lo que sucede en su entorno inmediato. En este sentido, la renovación periódica de autoridades académico administrativas de la institución, en particular de la dirección del plantel, es un hecho de gran relevancia, pues representa una buena oportunidad para que los integrantes de la comunidad intercambiemos puntos de vista y debatamos sobre la Facultad que queremos y sobre el modelo de Ciencias Sociales que deseamos impulsar en los próximos años. La fcpys es una creación colectiva que, por tanto, sólo podrá mantenerse a la vanguardia de las Ciencias Sociales con el trabajo colaborativo de sus miembros. De esta manera, la propuesta de la nueva administración deberá responder a dos preocupaciones fundamentales, por un lado la apremiante necesidad de construir nuevas prácticas académicas que fortalezcan el tejido comunitario, por otro centrar la mirada en los estudiantes como sector que da sentido y razón de ser a nuestra Facultad. Angélica Cuéllar Vázquez ha consolidado una firme carrera académica a lo largo de 36 años ininterrumpidos


dedicados a la docencia y a la investigación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la unam. Realizó sus estudios de Licenciatura, Maestría y Doctorado en la fcpys, y cursó un posdoctorado en Sociología Jurídica en la Universidad de Milán, Italia, bajo la tutoría del profesor Vincenzo Ferrari, uno de los más prestigiosos sociólogos del derecho en el mundo. Angélica Cuéllar funge como Profesora Titular C de tiempo completo en esta Facultad. Cuenta con nivel D en el pride y pertenece al Sistema Nacional de Investigadores donde posee el nivel iii. Ha dirigido 26 tesis de Licenciatura, 12 tesis de Maestría y 9 tesis de Doctorado. En los últimos 19 años ha impulsado una relevante línea de investigación en la Facultad, la Sociología Jurídica. En consonancia, ha sido responsable de siete proyectos papiit en los cuales se han formado becarios y emprendido trabajos originales que dan cuenta de esta línea de estudio. Sus logros en este rubro han dado como resultado la publicación de siete libros de autoría propia, entre los que destacan La scjn: sus ministros, la política y el agravio social (2014) y Los jueces de la tradición. Un estudio de caso (2008); así como numerosos capítulos y artículos en libros y revistas especializadas. Su compromiso académico y trayectoria internacional la han llevado a impartir cursos en países como Italia y Colombia; dictar conferencias magistrales en Argentina, Brasil, España, entre otros; coordinar el Working Group Law and Politics del Research Committee on Sociology of Law de la International Sociological Association (isa), y ser nombrada asesora académica del Instituto Nacional de Ciencias Penales (inacipe). Como reconocimiento a su excelente labor como profesora, Angélica Cuéllar recibió la distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos en el Área de Docencia en Ciencias Sociales en 1989, y en 2014 le fue concedido el Premio Universidad Nacional en el Área de Docencia en Ciencias Sociales. Su trabajo en comisiones dictaminadoras y comités de evaluación incluye su participación como integrante de la Comisión Evaluadora del pride, fcpys, de diciembre de 2007 a noviembre de 2012; y de la Comisión Evaluadora del pride del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, unam, de diciembre de 2012 a marzo de 2014. Asimismo se ha desempeñado como miembro de la Comisión Dictaminadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la unam durante el periodo 2012-2014; miembro del Comité Evaluador papime, dgapa, 2013-2014; y como parte de la Comisión Dictaminadora Académica del Instituto de Investigaciones José María Luis Mora de enero a diciembre

de 2013 y 2015. En el ámbito internacional fue elegida como Jurado del premio internacional Podgorécki Prize, otorgado por el Research Committee on Sociology of Law, de la isa en 2013. La titularidad en cargos académico-administrativos de la Facultad la ubican como coordinadora del Centro de Educación Continua durante enero de 1984 hasta mayo de 1984; coordinadora del Programa de Estudios de Posgrado en Sociología durante mayo de 1984 hasta enero de 1989; coordinadora de la carrera de Sociología, nivel Licenciatura, durante enero de 1996 hasta junio de 1998; directora de la revista Acta Sociológica durante junio de 1996 hasta agosto de 1998; y secretaria General de la Facultad durante abril de 2000 hasta diciembre 2003. Adicionalmente, Angélica Cuéllar ha fungido como coordinadora del Consejo Académico del Área de Ciencias Sociales, unam, durante diciembre de 2003 a marzo de 2010, y como coordinadora de Vinculación con el Consejo Universitario, unam de marzo de 2010 a enero de 2012. La doctora Cuéllar cuenta también con experiencia en diversos cuerpos colegiados, pues ha participado en las comisiones que elaboraron las dos últimas reformas de los planes de estudio: 1997 y 2015. Fue Consejera Académica de Área suplente en el primer Consejo Académico del Área de las Ciencias Sociales durante el lapso que comprende junio de 1993 hasta agosto de 1996. En palabras de la nueva directora “en estos tiempos de complejidad económica, política y social, es indispensable centrar la mirada en la educación a corto, mediano y largo plazo. Durante los próximos cuatro años tendré que asumir dicho mandato en un momento en el que la Universidad debe acrecentar su papel de salvaguarda de nuestros mejores valores y principios y proyectar hacia el futuro su espíritu humanista, que ha dado vocación, visión y misión a nuestra máxima casa de estudios desde su refundación en 1910 y hasta nuestros días.” “Diversas propuestas puntuales han sido recibidas y escuchadas. Todas ellas reflejan un ánimo compartido por fortalecer la vida en común desde la transmisión y creación de conocimiento, muestran también la preocupación por atender al estudiantado de forma integral, contribuyendo a la posibilidad de creación de nuevas narrativas de vida. Me siento profundamente identificada con la misión de la Universidad Nacional pues mi Facultad me ha dado oportunidad de crecer en todos sentidos. Es un honor ser universitaria y es un honor pertenecer a la comunidad de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Quiero servir a mi institución con pasión y dedicación los próximos cuatro años.”

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ntrevista

Foto: Adriana Godoy

La Facultad ocho años después, entrevista a Fernado Castañeda Myriam Corte/Emanuel Reséndiz ras ocho años de gestión, Fernando Rafael Castañeda Sabido dejó el cargo como director de la Facultad. A propósito, Gaceta Políticas charló con él para hacer un balance de su administración.

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Gaceta Políticas (GP): Basándose en los resultados presentados en su informe final de actividades, ¿cuáles son las principales diferencias entre la Facultad que recibió hace ocho años y la Facultad que hoy dirige? Fernando Castañeda (FC): Recibí una Facultad en la que se había hecho un trabajo muy arduo en muchos ámbitos, particularmente en lo que se refiere al conflicto de 1999. En ese sentido, una parte importante del trabajo en mi primer periodo fue trabajar para atender algunas demandas estudiantiles y hacer una proyección de la Facultad hacia afuera. De esta manera, fueron muy importantes las colaboraciones que tuvimos con diversas instituciones como el ife, la secretaría de Economía, la Auditoría Superior de la Federación, etc.También empezamos a darle un nuevo perfil al trabajo académico de investigación, fortalecimos nuestro consejo editorial con criterios rigurosos y una política de apoyo a la divulgación, alentamos la publicación de revistas y así logramos incrementar significativamente las publicaciones de la Facultad. Hemos hecho también un proceso de actualización académica en el rubro de especializaciones, éstas son importantes porque hoy en día las oportunidades que la academia puede ofrecer a un egreso tan grande como el que tenemos en todos los campos profesionales son muy bajas. La alternativa que tienen entonces los egresados es la de moverse en un campo laboral mucho más complejo, más heterogéneo, que requiere de altas calificaciones y que al mismo tiempo es más contingente a la hora de tasar sus capacidades. Notamos que era necesario un tipo de estudios de posgrado que perfilara la necesidad de ver los cambios que han ocurrido en el mundo y que obligara a pensar cómo formar, hoy en día, a nuestros 16

científicos sociales, es decir, repensar nuestra formación profesional, teniendo siempre presente que en esta Universidad y en esta Facultad particularmente, la dimensión crítica es fundamental; por ello tratamos de fomentar el manejo de estadísticas y al mismo tiempo fortalecer la formación teórica, que es una parte muy importante en la trasmisión del pensamiento crítico. Las especializaciones y reformas en las licenciaturas nos obligaron entonces a generar también nuevas visiones. Para generar un pensamiento crítico es necesario tener una cosmovisión de lo que son las ciencias sociales y la realidad social en que vivimos: el pensamiento crítico no es la inyección intravenosa de ideologías, es la posibilidad de ubicarse en el mundo. Es importante que nuestros científicos sociales, de cualquier campo, sepan la cantidad de información a la cual pueden acceder, cómo se construye, qué visiones del mundo ofrece, cómo la entendemos y cómo podemos usarla. En esa materia yo creo que hay muchas cosas que se pueden hacer en cuanto a adecuación y corrección porque hay una gran heterogeneidad de visiones detrás de nuestra comunidad académica y eso hace muy difícil la posibilidad de concentración, pero que los estudiantes hagan una reflexión sobre qué son las ciencias sociales, que piensen lo que hubo antes y lo viene después es fundamental para entender las continuidades, rupturas y visiones que hay enel conocimiento. Vivimos una época a finales de la década de los 70 cuando las ciencias sociales dieron un gran giro, tardamos casi 18 años en adecuarnos al cambio de paradigma y todo lo que esto representaba. Ahora estamos viviendo otra vez un cambio, estamos viendo la caída de todo ese modelo, nosotros no podemos formar jóvenes que no sepan entender la dimensión de los cambios de las ciencias sociales por eso es importante que sepan dimensionar lo que está pasando, a ello se debe esta reforma que debe sentar las bases para saber cómo se resuelven los desafíos.


GP: ¿Cómo se inserta hoy en día la fcpys en el contexto de la Universidad y del país? FC: Siempre se ha insertado, hay que decirlo. La Facultad tiene una cantidad de egresados que ha generado una riqueza de capital humano impresionante. Un ámbito en el que se desenvuelven es por ejemplo el área de comunicación, particularmente en los medios electrónicos: detrás de una buena producción de noticieros o de medios escritos, hay gente de nuestra Facultad, ella está jugando un papel clave en la vida pública y social de nuestro país. Hemos empezado a ganar terreno en algunos ámbitos, por ejemplo en el tema de la democracia. Nosotros desempeñamos un papel importante en grandes proyectos: uno fue el del monitoreo de medios noticiosos. Gracias a él hemos tenido todo el reconocimiento del ife –el ine actual–, pues aunque hubo muchos monitoreos anteriores ninguno tuvo el éxito, los resultados y el nivel de desarrollo que el nuestro. Ningún monitoreo jamás en su historia fue hecho con testigos, todas las piezas que fueron analizadas están grabadas en una base de datos. Eso fue muy importante, nos dio una gran presencia en el ife e incluso abrió el camino para otras investigaciones y trabajos que hicimos tanto de educación cívica como investigación empírica. Todo lo que hemos hecho ha sido con un trabajo riguroso en la metodología, las encuestas sobre cultura financiera se realizaron con el mismo rigor con el que se hizo el muestreo, el levantamiento de la información, etc. Nosotros podemos dar cuenta de cada uno de los datos que hemos producido y esto es muy importante para muchos aspectos de la vida pública, para proveer información válida, para generar referentes en la sociedad. Sin duda la Universidad tiene una responsabilidad a la hora de evaluar, a la hora de analizar, de ofrecer algún tipo de juicio. Yo creo que hoy es un reto muy importante para instituciones como la nuestra, el ir más allá de todo este proceso de todo este caos público, mediático en el que ya no sabemos realmente quién está diciendo la verdad. Voto informado es otro proyecto muy exitoso que hemos desarrollado desde el 2015 y lo vamos a replicar para la asamblea constituyente. Todo esto nos permite entrar de otra manera al debate público, apoyar al país en su proceso democrático, en la evaluación de sus políticas dando información que genere certidumbre a la ciudadanía. Ese tipo de labores de gran envergadura deben convertirse en verdaderos proyectos interinstitucionales para discutir con rigor y seriedad los grandes temas nacionales, yo creo que hoy la universidad tiene que jugar un papel diferente en un país como el que estamos viviendo en el que la confusión y la retórica están sustituyendo el análisis de fondo. GP: En una Facultad que se caracteriza por la pluralidad y diversidad de pensamiento, ¿cuál fue su estrategia para alcanzar acuerdos sobre los principales asuntos de interés público? FC: Sobre todo el trabajo diario, no hay una fórmula. A lo mejor hay recetas pero yo creo que éstas no ayudan al progreso de las instituciones, la forma es concertar con la gente, a veces las diferencias no lo permiten del todo pero lo importante es lograr acuerdos, o por lo menos dejar claras las diferencias y respetarlas. Un ejemplo fue la reforma al plan de estudios, haber logrado la participación de 600 académicos no tiene precedente, es un dato muy importante respaldado por firmas de asistencia en diferentes partes del proceso. Yo creo que algo muy importante es reconocer nuestras diferencias, respetarlas y actuar en consecuencia, no es fácil, pero

yo creo que es vital reconocer que efectivamente esta es una Facultad heterogénea, diversa, plural. Entender que hay que trabajar con esa pluralidad y respetarla es una ardua labor. GP: ¿Cuáles serán los principales retos que enfrentará la próxima administración? FC: Uno de los grandes retos será poner en práctica la reforma al plan de estudios, ahí hay mucho para trabajar, incluso para corregir. Falta mucho para obtener, medir y evaluar resultados. Un tema clave es fortalecer los vínculos con las instituciones de ciencias sociales y los posgrados interinstitucionales; hoy en día hay más trabajo y colaboración entre diferentes instituciones pero lo importante es encontrar áreas de oportunidad en la que podamos trabajar conjuntamente, eso va a enriquecer mucho a la Facultad. Hay retos muy importantes, nosotros apostamos a la antropología como una nueva licenciatura pero hay otros modelos que es necesario incorporar (como el big data o las matemáticas) con un nivel de complejidad que permite entender diversos campos del conocimiento. Eso no significa abandonar los temas hermenéuticos y cualitativos, sin estos no podría haber ciencias sociales, pero hay que reconocer que no son necesariamente incompatibles. Hoy la estadística es un instrumento clave para la investigación sociológica, ejemplo de ello es el libro sobre la violencia de Randall Collins; en él hace uso de imágenes, fotografías y videos para hacer un trabajo que era antes exclusivo de los antropólogos. Realmente el estudio de la imagen, como medio de expresión o herramienta etnográfica para nuevos análisis me parece fundamental. El mundo está cambiando y con él nuestras nociones. La de sociedad del conocimiento está quedando atrás, fue un concepto que se desarrolló en la década de los 60 y como suele ocurrir en las modas intelectuales apenas empezó a prender en este siglo. Era un concepto importante porque permitía hablar de una nueva época, hoy es un concepto muy general, al que tenemos que encontrarle demasiadas especificidades. Para el análisis sociológico tenemos que ir más allá de este concepto que se diluye en una serie de fenómenos que impactan la forma en que los ciudadanos reflexionan sobre su existencia, sobre su mundo, la información que recibe, etc. Es necesario ver de una manera menos retórica y con mayor precisión y profundidad todo esto que está pasando, estamos viendo fenómenos que hay que abordar y entender con nuevas herramientas e instrumentos, creo que ese es un gran reto. GP: ¿De qué manera transformó su visión de científico social su paso por la Dirección de la fcpys? FC: Realmente me cambió mucho. Es una experiencia enriquecedora. Me permitió valorar la importancia de la Universidad Nacional, es difícil realmente describir todo lo que representa para un país como el nuestro, uno lo sabe pero no es lo mismo vivirlo que estar hablándolo de lejos. La universidad es una institución impresionante y muy interesante; para un científico social es una experiencia extraordinaria que permite pensar cosas sobre el país, la política nacional, sobre la educación, la ciencia y los problemas que están detrás de todo esto. Da una visión distinta de las cosas, permite darle especificidad a las ideas, rechazar otras, darle dimensión a eso que hacemos en las ciencias sociales. Ayuda a comprender cuál es el problema del conocimiento, cómo se consume, cómo incidir en el uso de éste de manera concreta, pero también cómo hay que medir el impacto y aprovechamiento de lo que nosotros hacemos como científicos sociales. 17


Foto: Luis Segura

No hay pueblo sin memoria Myriam Corte

El mundo ha cambiado, por ello necesitamos repensar un nuevo contrato social para la humanidad. Con la esperanza y resistencia de los pueblos son posibles los cambios y con ello, otro mundo; lo peor que podemos hacer es cerrarnos a las luchas sociales”, apuntó el Premio Nobel de la Paz (1980), Adolfo Pérez Esquivel, al dictar la conferencia magistral Los pueblos latinoamericanos y sus experiencias de resistencia. Pérez Esquivel habló de una larga historia de trabajo que tiene con México, la cual le ha permitido compartir pensamientos y experiencias relacionados con los grandes desafíos de la humanidad. Resaltó que procesos violentos como las guerras mundiales, la bomba nuclear, el holocausto, el muro de Berlín, o los conflictos en Medio Oriente, “no se pueden olvidar”. El Premio Nobel se refirió en particular a Europa, continente que actualmente tiene una gran deuda con la humanidad al cerrar sus puertas a miles de migrantes que huyen de las guerras, impulsadas por las mismas grandes potencias, preguntando si al mundo le importa las lágrimas de los oprimidos. 18

A pesar de este contexto desalentador, el ponente confió en que “otro mundo es posible”. En nuestro continente, continuó, encontramos caminos y desafíos, “Latinoamérica fue violentada con políticas económicas y culturales de dominación que llegaron por un plan perfectamente estructurado, con violencia, exilio, desaparición, tortura, pérdida de identidades. Sin embargo, el ánimo de lucha, de transformación social y política sigue presente”. Sobre México comentó: “nos duele lo que pasa aquí con Ayotzinapa, con las asesinadas de Juárez, con los pueblos originarios. Nos duele que no se sepa qué pasó con los jóvenes desaparecidos”. El secuestro y desaparición forzada de personas es un crimen de lesa humanidad, un acto que no prescribe en el tiempo, pues “mientras exista la impunidad seguirán existiendo estos crímenes”, apuntó. Otro caso que destacó fue la organización y resistencia de las comunidades en Chiapas, donde tuvo contacto con el obispo Samuel Ruiz, en San Cristóbal de las Casas, quien trabajó mucho con

los pueblos “sembrando la palabra y los caminos de entendimiento”. Por ello, es importante hacer memoria de lo que está pasando en el continente, reflexionar y aprender juntos qué sociedad queremos, para qué y por qué los pueblos deben estar presentes en la construcción de otras realidades. “La paz no se regala, es una conquista”, alentó. En estas luchas, la participación de las mujeres es fundamental, han reivindicado sus derechos para lograr una transformación social y política, “son ellas quienes darán respuesta de muchas cosas que las sociedad espera”. En sus conclusiones destacó que son necesarios otros caminos de convivencia para reencontrarnos como seres humanos, repensar hacia dónde va esta humanidad, donde gobiernos, ciudadanos e instituciones educativas tienen que buscar los mecanismos para la construcción de una mejor sociedad. “Este caminar debe ser participativo no individual, necesitamos de la memoria y la organización, así como el poder del trabajo colectivo”, especificó.


Políticas públicas de memoria Previo a la conferencia magistral, Adolfo Pérez Esquivel ofreció una charla sobre las políticas públicas de memoria, en la Sala del Consejo Técnico de la Facultad, acompañado de Ana María Careaga, Fernando Castañeda y funcionarios del plantel. El nobel sostuvo que: “no hay memoria sin pasado y no hay sólo una memoria sino muchas: la personal, la comunitaria, de los pueblos originarios, grandes maestros que han sobrevivido a los conquistadores porque recuerdan, porque poseen una identidad y cultura que en momentos ha sido devastada”. En ese sentido, explicó que no todos los gobiernos actúan igual frente a la importancia de la memoria, aseguró que algunos quieren borrar el pasado, el cual “ilumina el presente y nos permite generar la vida”. En Argentina, la Política de Estado de Memoria es un gran avance, pues permite juzgar los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura en los tribunales nacionales e internacionales; una política que sigue vigente y que ha brindado justicia a las víctimas de tortura. Respecto al comportamiento de los militares inquirió: “¿qué hace que una persona pueda torturar, matar y después vaya a casa, amando a su familia?”. Estas conductas, indicó, responden a una suspensión de la conciencia, “si en un grupo todos matan, el sentimiento de culpa disminuye”, así es más sencillo actuar impunemente. Por ello es preciso trabajar con las nuevas generaciones esta política de la memoria, mostrarles lo ocurrido con la finalidad de que en un futuro no se vuelvan a cometer hechos similares. A pesar de este trabajo que han realizado con jóvenes, comentó que en la actualidad se tienen registrados seis mil casos de tortura en las cárceles argentinas. Careaga, por su parte apuntó que las dictaduras en América Latina, acciones violentas contra el pueblo, establecieron políticas neoliberales de exclusión y generaron violencia. Por ello, en Latinoamérica, la recuperación de pruebas y el homenaje a las víctimas ha sido una labor fundamental de la política de memoria”. Posteriormente, en la ronda de preguntas, al cuestionarle el papel que tiene el Estado, Pérez Esquivel señaló que generalmente éste viola los derechos humanos generando vacíos de Estado. Ante esta situación, la población puede acudir a la Comisión y Corte Interamericana de Derechos Humanos, pues “es vital la mo-

vilización de los pueblos, los cuales deben ser los protagonistas de su propio destino”. Trabajo político y académico Adolfo Pérez Esquivel estudió en la Universidad Nacional de la Plata, ha sido profesor de dibujo, cerámica, arte, escenografía, escultura, filosofía e historia de las artes. Asímismo, en varias universidades de los cinco continentes, ha impartido clases y conferencias sobre Cultura de la Paz y Derechos Humanos. Abandonó su vocación artística para dedicarse a la causa de la paz en Hispanoamérica, sufriendo persecuciones por sus ideas pacifistas. Inicio su labor como portavoz latinoamericano inspirado en las ideas de Gandhi y Luther King. Posteriormente, fundó el periódico Paz y Justicia que se convirtió en faro del movimiento pacifista y de defensa de los derechos humanos en América Latina. Por otra parte, es uno de los fundadores y presidentes del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) América Latina. Como presidente del Serpaj-Argentina intervino en procesos políticos trascendentales relacionados con la defensa de los derechos humanos de los desaparecidos en su país. Además diseñó y desarrolló programas de ayuda para comunidades indígenas latinoamericanas, movimientos obreros y otros grupos de personas necesitadas. Ha organizado diversas campañas internacionales por la paz como el Barco de la Paz en

Nicaragua, que llevó provisiones y barcos de pesca a este pueblo; el barco de Solidaridad Apolonia que llevó un hospital de campaña, medicamentos y materiales escolares; y la misión de investigación en Guatemala por violación de derechos. Adolfo Pérez Esquivel es miembro del Peacejam, del Consejo mundial proyecto José Martí de Solidaridad Mundial; presidente de la Academia de Ciencias Ambientales de Venecia, Italia y fue presidente del Consejo Académico de la Universidad de la Paz, de la Namur, Bélgica. Entre sus trabajos literarios más sobresalientes destacan Caminar junto a los pueblos, Experiencias no violentas en América Latina y su autobiografía Una gota de tiempo. Crónica entre la angustia y la esperanza. Ha realizado obras de arte como el monumento a los refugiados en Suiza y la escultura en bronce de Mahatma Gandhi, en España. Por la relevancia de su trabajo fue distinguido en 1980 con el Nobel de la Paz y ha recibido diversos nombramientos de doctor Honoris Causa otorgados por universidades en Japón, España y Estados Unidos. Por su excepcional trabajo docente y su labor a favor de los derechos humanos fue creada la cátedra extraordinaria Adolfo Pérez Esquivel de la Universidad Nacional Autónoma de México y el 5 de diciembre del 2014 fue aprobado por el Consejo Universitario como profesor extraordinario de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

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Despertar de la gran siesta analítica Alejandra González

Foto: Israel Aguilar

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a Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales cumplió 60 años y para festejar su larga e importante presencia en la difusión del conocimiento social, la fcpys invitó a la socióloga holandesa Saskia Sassen, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales (2013), a impartir la conferencia magistral Las ciencias sociales frente a un mundo en cambio: interrogantes, continuidades y rupturas. Desde la publicación de La ciudad global (1991), pasando por Territorio, autoridad y derechos (2010) y la más reciente, Expulsiones (2015), la obra de Sassen ha buscado construir un pensamiento que se inconforma con los cánones académicos, que busca en las orillas y zonas de la realidad menos evidentes aquellos elementos claves para crear explicaciones de un mundo cambiante. Recibida y presentada por Fernando Castañeda, y por la directora-editora de la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, Judit Bokser, Sassen inició su conferencia urgiendo a los profesores y estudiantes a desarrollar nuevas categorías para entender el mundo actual, ya que aquellas elaboradas después de la Segunda Guerra Mundial necesitan ser cuestionadas para valorar su pertinencia en nuestro presente. 20

Sassen invitó a trasladarnos a una zona a la que llama “antes del método”, una especie de posicionamiento que parte del “no me lo creo todo” y que conformaría una táctica analítica que nos coloca en los bordes borrosos de los conocimientos paradigmáticos, en una “zona de combate” donde hay que luchar por defender conceptos y categorías que no encajan en primera instancia en los órdenes del pensamiento establecidos porque están dando cuenta de realidades emergentes. Un primer paso en este posicionamiento es desestabilizar activamente las categorías que son intermediarias en determinadas investigaciones. Por ejemplo, la economía o las clases medias fueron categorías que durante varias décadas captaron algo real que podía ser reconocido. Sin embargo, los procesos globales de privatización y desregulación de las economías, sucedidos en las últimas tres décadas, han provocado que ciertas herramientas explicativas se vuelvan inestables porque han cambiado sus entidades de referencia, en este caso el Estado. Un segundo momento se relaciona con cuestionar el papel de la teoría como iluminadora de ciertas zonas de la realidad, pero que deja en la penumbra u oscuridad

algunos espacios de la vida social que son indispensables para el análisis. La socióloga propone colocarse en un lugar en el que se puedan percibir, captar y entender estas áreas poco claras. Esta idea la ejemplifica con la crítica a la noción dominante de “territorio” que, como concepto explicativo, se ha tomado “una larga siesta analítica” al reducir su comprensión al territorio soberano nacional; “si una categoría que es compleja tiene un sólo indicador empírico no está trabajando analíticamente”, concluyó Sassen. El territorio es un espacio complejo que tiene incrustadas zonas de poder, pero también contiene lógicas de reclamación. Esa idea se explica y complejiza en sus trabajos en los que la investigadora ha reflexionado acerca de la ciudad global. La pensadora habló también de los nuevos territorios digitales que ha desarrollado el Sistema Financiero Internacional, los cuales construyen redes privadas que conforman espacios cerrados en los que se realizan diferentes transacciones y son casi inaccesibles. Por otro lado, las grandes corporaciones están conformando nuevas geografías que trascienden las barreras


tradicionales; son geografías que han generado territorios con otras fronteras y que nos obligan a marcar empíricamente estas nuevas realidades construidas. ¿Quién tiene la capacidad de construir bordes, fronteras?, esa pregunta fue lanzada al aire y sirvió para insertar uno de los temas que ha ocupado la reflexión de Saskia Sassen en los últimos años: el sistema financiero. A diferencia de épocas históricas pasadas en las que era importante la ocupación territorial con determinadas formas de dominación cultural, hoy existen nuevas maneras en las que se despliega el poder sobre los territorios. Hoy en día los capitales extranjeros invierten en infraestructura para extraer materias primas y lo hacen desde una lógica extractiva. Al describir algunos de los componentes del sistema financiero internacional, Sassen dijo que estos están enmarcados en lógicas de extracción que rompen con las formas de la banca tradicional; “las finanzas venden algo que no tienen, para ello tienen mecanismos brillantes que tienen que ver con la extracción”. Otro ejemplo con el que aclaró la idea de iluminar analíticamente zonas de la realidad es la noción de exclusión. La desigualdad es una categoría que hoy ha dejado de nombrar a la realidad. ¿Qué oculta la materialidad?, se preguntó Saskia Sassen

Foto: Israel Aguilar

y añadió: creemos que lo material tiene una suerte de “honestidad”, pero si nos colocamos en los bordes donde se perciben las penumbras, podremos dar cuenta de aspectos casi invisibles. Si, como lo asegura Sassen, todo sistema complejo es desigual, habría que trascender el terreno fácil que se conforma con la enunciación simple de este problema. Habría pues que preguntarse por el momento, por qué la desigualdad crece tanto que se vuelve injusta y representa un problema para el propio sistema; este es justo el problema que aborda en su última obra publicada en español, Exclusión, en la que defiende una categoría ubicada en los bordes sistémicos. “Hay un mundo que no podemos dejar de ver, habría que nombrarlo”, dijo enfática. Incluso para hablar de la destrucción medioambiental habría que desarrollar “categorías brutales”. A la mitad de su argumentación, la actual profesora de la Universidad de Columbia se planteó una pregunta sugerente, incitante: ¿cuál es la máquina de vapor de esta época que empezó hace dos o tres décadas? Si en su momento la inserción de la máquina de vapor en la vida social a gran escala marcó un nuevo ordenamiento en el que se percibieron cambios radicales pero también permanencias importantes, habríamos de cuestionarnos por las per-

sistencias y transformaciones en el mundo actual y ello nos llevaría a plantearnos que la clave explicativa está en el sistema financiero internacional, es él nuestra máquina de vapor, sostuvo. Sassen expresó una serie de interrogantes en torno a lo que sucede en las ciudades actuales; se preguntó por aquello que la simple mirada a la materialidad no explica. Hoy en día muchos de los cambios urbanos se explican con la categoría gentrificación y “usar ese término es una invitación a no analizar lo que está sucediendo”, hay algo más que no explica esta palabra, se trata de la compra de tierra urbana, de grandes capitales que buscan nuevas posibilidades para multiplicarse. Un ejemplo de este cambio es la gran cantidad de edificios y terrenos de las grandes ciudades del mundo comprados por grandes compañías o empresarios; “ahora en Londres los reyes de Qatar tienen más propiedades en el centro de la ciudad que la reina de Inglaterra”. Por último, Saskia Sassen se refirió a la necesidad de una nueva sistematicidad del pensamiento y la observación del mundo material, dejando así a la comunidad de la fcpys con grandes interrogantes y retos para seguir dando cuenta de la complejidad del mundo que estamos habitando. Saskia Sassen se especializa en temas como: inmigración, ciudades y economía mundial. Desigualdad, asuntos de género y digitalización son algunas de las variables por donde transitan sus investigaciones. Nació en los Países Bajos pero se crió en Argentina e Italia, realizó estudios en Francia y su vida profesional se ha desarrollado en Estados Unidos. Ha recibido diversos reconocimientos internacionales, múltiples doctorados honoris causa, y el nombramiento como Caballero de la Orden de Artes y Letras por el gobierno francés. Algunas de sus colaboraciones han aparecido en diarios como: The Guardian, The New York Times, Le Monde, International Herald Tribune, Vanguardia, Clarín, Die Zeit, Newsweek International, entre otros. Además es colaboradora habitual de OpenDemocracy.net y HuffingtonPost.com 21


60 aniversario de la RMCPyS Myriam Corte

U

na de las publicaciones de gran importancia en el ámbito del estudio social en nuestro país es la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales (rmcpys), una de las más antiguas del país, que hoy vive un proceso de renovación y crecimiento en su 60 aniversario. Así lo comentó Fernando Castañeda Sabido, durante la mesa redonda Pensar las Ciencias Sociales: 60 años de la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, en la cual participaron Rodolfo Stavenhagen, Judit Bokser, Víctor Gerardo Carreón y Roberto Blancarte. Castañeda apuntó que celebrar la revista es celebrar el proyecto intelectual del país, recordar la larga historia que tiene la Facultad no sólo en el contexto de las disciplinas que imparte sino como centro de reflexión y acción, evocar el proceso de formación de científicos sociales y reconocer la fortaleza, desarrollo y crecimiento de esta publicación a 60 años de existencia”. La directora y editora de la rmcpys, Judit Bokser, señaló que ésta recoge toda la tradición de una institución como la nuestra, “recupera 60 años de conocimiento”. En su edición número 226 de la nueva época presenta textos de colegas nacionales como internacionales, y está disponible

Foto: Luis Segura 22

en formato impreso y digital. Como parte de las actividades de festejo, informó la profesora, también se digitalizó su acervo, mismo que está disponible en dvd. Al tomar la palabra, Carreón dijo que la rmcpys es pionera en abordar temas sobre las ciencias sociales en el país, además utiliza la estrategia de acceso abierto a través de la red, posibilidad que tienen los lectores para consultar la publicación. “Es una revista con calidad que se ha consolidado y ahora responde a las necesidades de la era tecnológica al digitalizar su acervo, así como los números futuros”. Consideró que estudiantes y académicos de la Facultad deben consultar la revista, pues sus contenidos, así como el gran trabajo del equipo editorial son de una calidad incuestionable. En la misma línea, Rodolfo Stavenhagen, editor fundacional de la revista, sostuvo que ésta es un vehículo para los profesores y estudiantes, “un medio para transmitir ideas”. Recordó que la publicación surgió “cuando la Facultad aún era Escuela”, y desde entonces comenzó a producir y reproducir contenidos y debates sobre los grandes temas nacionales. Ahora, reflexionó, es importante pensar qué contenidos y qué dirección debe tomar

la revista, con la finalidad de seguir siendo un referente en un entorno intercultural como el actual. Posteriormente, Blancarte resaltó que estos 60 años de la revista nos hablan de la construcción de “algo que no había en México”, donde intervinieron grandes intelectuales en ámbitos como el social y el político. “El fortalecimiento y evolución de las ciencias sociales es un proceso de profesionalización plasmado en una revista, otra vía para transmitir el conocimiento”. Para finalizar, la directora de la revista reafirmó que ésta contribuyó a moldear el proceso de institucionalización de las ciencias sociales, además de ser un espacio abierto para la discusión de problemas nacionales. Hoy las ciencias sociales en México pasan por un momento diferente al de hace 60 años; elemento que la revista –en su nueva época– considera para mantenerse como un espacio vivo, renovado, con diálogo disciplinario y contenidos con diversidad cultural, precisó Bokser. Al concluir la mesa se inauguró la exposición conmemorativa 60 años de la rmcpys: Instantáneas y miradas, en el lobby del Auditorio Ricardo Flores Magón.


Crisis de civilización Sergio Barbosa / Myriam Corte / Cynthia Rodríguez / Jessica Sánchez

Foto: Berenice Morales

Estamos en el umbral de una crisis civilizatoria”. Con estas palabras fue que el número dos de Podemos, Juan Carlos Monedero, invitó a los estudiantes de la Facultad a analizar, discutir y debatir cómo se han resquebrajado las formas en que los ciudadanos se organizan y cuáles son las nuevas modalidades de participación. A lo largo de una semana de actividades que suscitaron la reflexión y el estudio sobre la relación entre sociedad y gobierno, el académico de la Universidad Complutense de Madrid, fundador e integrante de la actual tercera fuerza política en España, conversó larga y apasionadamente acerca de los principales problemas de la izquierda a nivel mundial y el clima democrático en este contexto. Durante el conversatorio Tomar la calle, dignificar la política. Cambiar el país, en el que se dieron cita reconocidos académicos, personajes de la política mexicana y una vasta cantidad de alumnos, Claudia Bodek Stavenhagen, aseguró que la discusión generada con este ejercicio “aportaría posibles

vías, posibles cambios en la organización de la sociedad”. Por su parte, Benjamín Arditi, profesor del plantel, presente también en la mesa, resaltó que ante un contexto donde es visible la descomposición generalizada del sistema, “donde parecemos sobrevivientes de un naufragio”, las intervenciones puntuales de los participantes en el coloquio permitirían polemizar y aprender sobre diversos tópicos. En el acto inaugural, Monedero destacó la importancia de indagar cuál es la capacidad del pensamiento conservador para prevalecer, y qué es lo que no tiene la izquierda para competir; afirmó que no se puede idear un pensamiento alternativo de propuestas, si no nos repensamos, considerando otros espacios de participación. La tarea, dijo, es “despensar”, rastrear en el pasado donde haya signos de luz. “Si no te duelen las cosas no hay transformación social, si no me duele no lucho y al final hay que ser desobediente”, dijo. Enseguida arrancó la mesa Legislación, elecciones y prácticas legislativas, con la inter-

vención de Alfredo Figueroa, ex consejero del ife (actualmente ine); Miguel Tovar, alumno de la Facultad; e Israel Solorio, como moderador, quienes a través de rondas de cinco a ocho minutos aportaron sus comentarios con la finalidad de generar debate e intentar responder por qué los partidos políticos en México no representan a la sociedad y por qué el proceso de transición a la democracia ha sido un fracaso. Monedero puntualizó que estamos “frente a una crisis civilizatoria que además incluye cambios antropológicos; resaltó la necesidad de fijar un nuevo paradigma, preguntarse cómo queremos vivir y cuáles son las utopías que nos planteamos”. Adelantó que es importante “ponernos de acuerdo en el diagnóstico porque las curas o soluciones podrían ser equivocadas”. El ponente español aseguró que la idea de progreso ha quedado obsoleta y la necesidad de un nuevo paradigma es más latente, pues “se ha hundido la certeza del capitalismo como patrón de desarrollo”. Enfatizó que si las herramientas heredadas para entender 23


la realidad ya no funcionan en un contexto de crisis civilizatoria, el pensamiento debe cambiar, “hay que considerar que los partidos políticos son instituciones del siglo pasado”, ejemplificó. Hablando de la relación de estas nociones y la movilización política de los ciudadanos comunes explicó que en el caso español, con el movimiento 15 M (Movimiento de los indignados que comenzó de manera oficial el 15 de marzo de 2011), se visualizó la posibilidad de construir un espacio diferente para la convivencia política, pero afirmó que, sin embargo, para México esta concepción es diferente, más compleja. Durante la charla se abordó el punto de por qué este movimiento progresó y el #Yosoy132 no. Los participantes en el conversatorio comentaron que el primero logró consolidarse como un partido, como una opción diferente, desobediente con la política tradicional, que entre sus políticas estableció principios como la limitación del mandato y de salarios, así como la prohibición de las puertas giratorias, fenómeno que beneficia a un particular permitiéndole saltar de un cargo público a uno privado, provocando un conflicto de intereses. El movimiento #YoSoy132, por el contrario, no logró consolidarse como un proyecto sólido; se hizo evidente que en México cualquier brote de movimiento lo mata la vieja política. Figueroa añadió que es importante analizar por qué en nuestro país “no se participa para construir, en otros términos, una realidad distinta”. La utopía con los pies en el suelo y las revoluciones de colores Durante la segunda jornada de esta visita se organizó la charla Refundación política.

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Nuevas figuras políticas. Nuevas estructuras gubernamentales, la presentación y moderación del evento corrió a cargo del profesor de la facultad Rodian Rangel y como invitados asistieron el licenciado Alejandro Encinas, y Mariana Niembro, directora de Análisis político y legislativo de la organización no gubernamental, Borde Político, quienes hicieron algunas preguntas al expositor ibérico acerca de asuntos relacionados con la ciencia política. A la pregunta de Encinas acerca de los problemas por los que transitan los proyectos de izquierda, Monedero respondió con el concepto de Utopía y lo relacionó con la lucha que Podemos dio en su país para volver a generar ilusiones entre las personas y entre la sociedad; no obstante, apremió la necesidad de evitar “análisis desmesurados de la realidad” debido a los traspiés que han tenido las izquierdas por todo el orbe. Comentó que en esta crisis civilizatoria, donde lo viejo no termina de marcharse y lo nuevo no termina por llegar, es menester, al mismo tiempo, plantear la frase de Stanislaw: “no esperéis demasiado del fin del mundo”, es decir, ser modestos en nuestros planteamientos, sin hacer un análisis desmesurado de las posibilidades que tenemos, sobre todo porque “estoy de acuerdo en que la utopía nos pone en marcha, y por ello es importante pensar escenarios alternativos que construyan ese sueño diferente al del neoliberalismo, de un consumo infinito”, dijo, y continuó: “la utopía debe tener los pies en el suelo para que no caigamos en la melancolía ni en la depresión constante. El mundo político es tratar con seres políticos, con nuestras grandezas y nuestras miserias, por lo que si uno va con unas expectativas desmesuradas

ocurre como en el amor romántico: al final siempre decepciona”. También, Monedero tocó el tema de las “revoluciones de colores” en América Latina, proceso por el cual las principales naciones sudamericanas con gobiernos emanados de la izquierda están siendo abatidos mediante la guerra económica y mediática, cuyo origen son los círculos de derecha apoyados por Washington y Londres, principalmente. Señaló que “se crea una elaboración eufemística que permite justificar estos ataques: para la derecha, cuando protestan los pobres se trata de revueltas de mierda, pero cuando protestan la clase media y los ricos las llaman revoluciones de colores”. Para concluir ahondó en “las trampas del pensamiento”, citando el trabajo de Max Weber en El Político y el Científico, en el que el sociólogo planteaba una problemática de la época, la de la política como vocare, (vocación). Detalló los momentos decisivos para la izquierda, por ejemplo el 15M, que catapultó a Podemos a la palestra nacional, y significó el a venimiento de una rebelión de las masas que se expresó en su posterior triunfo electoral. “Eventos como el 15M representan soluciones que rescatan la dignidad”, finalizó. Estado y corrupción Monedero mencionó que la corrupción es una cuestión social y la educación un elemento fundamental para que ésta no se desarrolle. Ejemplificó esta situación haciendo mención de un fenómeno en el metro de España, donde la gente, teniendo al policía presente, llegan a brincarse los torniquetes para no pagar; confesó que en un viaje a Alemania quedó muy sorprendido por la ausencia de vigilancia en el subterráneo, “porque la gente allí paga, no busca entrar gratis”. Con ese ejemplo desató el debate sobre el concepto de corrupción, dejando en claro que es un tema difícil de tratar por lo sensible. “No todos los Estados se consideran corruptos, sin embargo, en cierto grado lo son”, aseguró. Para poder hablar más del tema lanzó al aire la pregunta: “¿Qué es lo que impulsa a que un Estado se vuelva corrupto?” Y explicó que aquí en México existen demasiados partidos políticos que, para existir, necesitan cierto porcentaje de votos; la gente sabiendo que sus impuestos irán destinados a que esos partidos subsistan, les regalan el voto, así los partidos obtienen el porcentaje requerido y aunque no ganan,


pueden hacer uso de los recursos mencionados; de esta manera Monedero hizo hincapié en que la misma sociedad permite que la corrupción exista. Sugirió, alentando, que la única manera de entender y abrir los ojos ante nuestra realidad es verla, y destacó que para verla es necesario salir del país de origen. Dijo que la única manera de entender a México es saliendo de México: “viajen, cuestionen, conozcan, comparen, vean lo que dicen de su país en otro país” continuo diciendo. Reveló que él aprendió más de España saliendo de ella que toda su vida allí, por ello ahora viaja, conoce, lee y cuestiona, pues descubrió que es la mejor forma para combatir la corrupción y así hallar lo que la genera. Partidos-cárteles políticos vs voluntad política ciudadana “Quien no cumple las reglas del partido político queda expulsado”, anunció Monedero, en la mesa en la que también estuvieron la licenciada en física por la unam, Claudia Sheinbaum, actual delegada de Tlalpan, y Paola Migoya, abogada y activista en medio ambiente. Monedero advirtió cuáles son las características del partido-cártel (construcción conceptual en la que emparenta el funcionamiento del órgano político con las de la asociación ilícita) que afectan al sistema: ausencia de democracia interna, escaso poder real de la militancia a la hora de tomar decisiones importantes, baja afiliación, grandes gastos electorales, corrupción, difuminación de la ideología y el funcionamiento de estas asociaciones como empresas”. Paola Migoya señaló que el cambio también debe darse a partir de la construcción de una ciudadanía con sentido de comunidad, “descaminando el discurso económico”. La activista argumentó que la ideología de los partidos políticos no es el problema, sino la ejecución. Luego de hablar sobre las condiciones actuales de México, el político español señaló: “nada deja huella, es la memoria de pez. La derecha existe, lo que ya no existe es la izquierda”. Otros de los temas sobre los que debatieron fueron: los movimientos sociales y los partidos políticos como un mal necesario para hacer política de lucha y transformación; el paradigma económico actual; la baja participación ciudadana y la falta de memoria histórica-política.

Precisamente en el rubro de la participación política de los ciudadanos de a pie, Monedero aseveró que “la democratización es complejizar la gestión pública”. Luego de que Alberto Trejo abrió el debate, el académico ibérico, señaló que el cambio inicia tras identificar a los culpables del malestar, “si un dolor no lo analizas se enquista; hay cuatro pasos y caminos en la transformación política del hombre: dolor, saber, querer y hacer”. Uno de los problemas fundamentales, de acuerdo con García Zapata, licenciado en Política y gestión social por la uam, es el actual pensamiento de creer que ligarnos con partidos implica falta de ética. Finalmente, Monedero expresó que la solución es desbordar los problemas: utilizar la fuerza del sistema que responda con judo (combate sin armas), hacer un buen análisis e interpretación de la rea-

lidad y utilizar las herramientas legales. “El Estado siempre gana en la violencia, sin violencia somos mucho más”. Aunque las sesiones del coloquio despertaron más preguntas que respuestas, –buen diagnóstico para una charla que busca generar la reflexión y la confrontación de ideas– al final de las actividades del conversatorio quedó claro que, el diagnóstico acertado, el cambio de conciencia, la incisión práctica en una realidad correctamente interpretada y una actitud de “hacerte entender”, son elementos que se deben tomar en cuenta para hacer otra política. “En la práctica política tiene que haber una constante experimentación para conquistar con el sentido común aquellas causas donde la tarea de liderazgo cobra fuerza”, concluyó el invitado.

Foto: Luis Segura 25


Cultura y Religión, clásicos de la sociología Jorge Almaguer / Jessica Sánchez / Sergio Barbosa / Abigail Vega

E. Durkheim, M. Weber, G.W.F. Hegel e I. Kant

Religión como realidad social Héctor Vera, fue el engargado de inaugurar el ciclo Cultura y Religión, espacio donde destacadas figuras de la vida académica compartieron sus conocimientos sobre diversas obras que abordan el fenómeno religioso desde la sociología y la filosofía. Durante su ponencia, sobre la obra de Durkheim, Vera charló acerca del pensamiento del sociólogo francés, estudioso de la generación de creencias y prácticas religiosas humanas. “A pesar de que Durkheim era muy ‘cuadrado’ metodológicamente hablando, sus interpretaciones son alucinantes”, comentó, y así “el sociólogo francés llegó a definiciones y conceptos sobre el comportamiento humano que describen con claridad y profundidad su conducta”. Para Durkheim, “la religión es una realidad social; un fenómeno de representaciones colectivas, que hablan, precisamente, de esas realidades. De esta manera, en su experiencia como sociólogo, encontró el significado de la fuerza del símbolo, donde lo que está de fondo es la representación del clan, el poder del grupo, más allá del símbolo en sí mismo”. Al finalizar, abordó el concepto de “efervescencia colectiva” momento donde las pasiones desencadenadas son tan impetuosas que nada puede contenerlas. “Hay periodos históricos en que bajo el influjo de alguna conmoción colectiva las interacciones sociales se hacen más frecuentes y activas. Los individuos se buscan y se juntan, provocando una efervescencia general, característica de las épocas revolucionarias o creadoras”. Religión y racionalización Al presentar un comentario a la Sociología de la religión, de Max Weber, Felipe Gaytán señaló que el objetivo principal del libro es entender el proceso de racionalización 26

del mundo, a través de la religión. Explicó que la magia y la religión son tipos ideales que sirvieron de base para las culturas de Oriente y Occidente. El apego de los seres humanos, abundó, genera una realidad; la religión fortaleció este apego con un sentido motivacional de la existencia. “Las religiones proporcionan sentido a nuestras funciones básicas. La magia no lo hizo porque entró en un proceso de desencanto, producto del avance científico”. El uso de reglamentos éticos que amenazan el espíritu transformó la conducta y mantiene hoy a las religiones, para las cuales una de sus principales cartas es la esperanza de salvación a partir de reglas. El libro de Weber muestra el proceso de racionalización que tiene la religión y su incidencia en la formación de la sociedad civil; sirve para cuestionarnos en qué creemos, en qué confiamos quienes creemos, qué tipo ideal racional seguimos. Religión, libertad y unificación En el proceso de desarrollo de una civilización, “la historia, la religión, y el grado de libertad política no se pueden considerar de manera aislada; pues son tejidos de un mismo lazo”, afirmó Miriam Sampaio, investigadora de la uam Cuajimalpa. Durante su participación en el ciclo, la expositora revisó la filosofía temprana de Hegel, con el objetivo de exponer las contradicciones entre el joven filósofo y su pensamiento posterior. Su exposición se concentró en el concepto de religión como uno de los puntos nodales de su filosofía del devenir. Destacó la importancia epistemológica del filósofo alemán dentro de los estudios históricos, pues su filosofía busca plantear el conocimiento del mundo a partir “del poder de la unificación, la cual en la modernidad ha desaparecido de la vida

de los seres humanos”. El problema en esto, comentó, consiste en que la vida ahora se considera algo escindido, y no como un todo armónico. En este sentido integrador del conocimiento, Hegel planteaba que la religión estaba fundada en la “razón universal”, a la manera de una “religión popular” constituida por “todas las necesidades de la vida, y las acciones públicas del Estado asociadas a ésta”. Religión y teoría critica Por su parte Arturo Chávez impartió la conferencia Teoría crítica: mito y religión en la sociedad ilustrada. La teoría crítica, dijo Chávez, inicia con Kant, quien interpretaba la razón como una herramienta de libertad. “La razón es cálculo, estructura lo que quiero lograr y lo que debo instrumentar para lograrlo.” El uso público de la razón no es estar en contra de toda creencia, más bien implica ser lo que uno quiera ser, de acuerdo con el análisis de eso que se ha elegido. En este sentido, el ponente explicó que en algún momento se malentendió el “problema” de la religión; la ilustración tenía claro que había que liberar al sujeto de la tutela del pensamiento religioso, no suprimirlo del todo. Cómo producimos nuestra conciencia, ese es el verdadero problema: la religión como ideología impuesta, ciegamente adoptada. No todas las instituciones religiosas son dominantes, “existe el caso de creencias religiosas que benefician a las sociedades desde múltiples aspectos. Si les permite su plenitud y en algunos casos la libertad (Roma, Egipto), ¿por qué quitárselas?” La teoría crítica, según Chávez, ve a la religión como ideología dominante pero también cómo elemento inherente a las sociedades, de allí la relevancia de su análisis.


Construyendo cultura ambiental Myriam Corte / Cynthia Rodríguez / Jorgue Almaguer

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ara resolver los problemas socioambientales, las ciencias de la complejidad son una herramienta útil que permite encontrar soluciones integrales a los desafíos actuales, expresó Felipe Lara, del Centro de Ciencias de la Complejidad, en el ciclo de conferencias La construcción de la cultura ambiental en el escenario de la complejidad. Detalló que la naturaleza compleja de la realidad se puede observar en la biodiversidad, en las enfermedades relacionadas con factores genéticos, en las sociedades animales y humanas. Así, la realidad constituida por elementos contradictorios, dueña de procesos no lineales donde no hay proporcionalidad entre estímulos y respuestas, precisa, para su conocimiento de un enfoque transdisciplinario, pues los problemas sociales tienen aspectos diversos interrelacionados. Lijía Butrón complementó, afirmando que es importante hablar del conjunto de sistemas para hacer análisis y diagnóstico, y pasar al ámbito de las soluciones. Butrón, quien colabora para la administración de la delegación Tlalpan, explicó que en materia de gestión, las autoridades deben considerar que las políticas públicas requieren como antecedente diagnósticos integrales, porque “cuando se articula la complejidad de los sistemas se puede entrar al terreno de las propuestas”. En otra mesa y tras el gran debate sobre el cambio climático, se plantearon las implicaciones de este fenómeno bajo dos posturas: Fausto Quintana, licenciado en Relaciones Internacionales, desmenuzó las condiciones sociales y políticas que agravan el problema; y Guillermo Espinosa, licenciado en Física, reflexionó acerca de los elementos que se socializan como malignos, pero que tienen presencia diaria en la vida humana sin perjudicarla.

Quintana explicó que hay dos problemas fundamentales en el ámbito universitario que impiden una correcta interpretación de este fenómeno ambiental: el primero la ausencia de estudios interdisciplinarios que “rompan las fronteras de conocimiento”. El segundo, la falta de una cultura de la colectividad en donde la necesidad de consumir se transforme y todos aporten con acciones. Espinosa, también doctor en Administración Pública, dijo que fenómenos como la radiación no son los que perjudica al hombre, sino el uso bélico y las catástrofes sociales producto de ellos. Tomando el caso del radón, explicó los efectos positivos en el ser humano: es útil para estudios clínicos que detectan enfermedades, estimula el sistema inmunológico y el crecimiento celular. “Aunque no lo queramos, todos recibimos impactos de energía cósmica radiada; nuestro cuerpo, incluso, está radiado. Con la intención de hacer evidente que el ciclo tenía como propósito motivar la acción, se llevó a cabo un Taller de responsabilidad social, allí, Rebeca Juárez, profesional en el ámbito de la comunicación corporativa, habló de la Responsabilidad Social Empresarial (rse). Explicó que ésta se refiere a las medidas que toman las empresas para reducir su impacto ecológico más allá de lo solicitado por el gobierno”. Explicó que la rse es un mensaje con un contenido ético, frente al cual las empresas consideran las consecuencias de los daños que provocan y se acoplan a formas de ayuda al medio ambiente; “es una visión de negocios; integra el respeto por las personas, los valores éticos, la comunidad y el entorno”. La rse, como “forma de gestión”, suele estar ligada, en el caso de las grandes empresas,

a los valores personales y actitudes de sus propietarios. Es también un elemento que constituye una valiosa herramienta competitiva para que las pymes se sitúen en el camino de la excelencia. Los beneficios que reporta un acoplamiento a esta política incluyen: el acceso a capitales, fidelidad de grupos sustanciales (financieros, clientes y proveedores), y notoriedad en el panorama comercial. Por su parte, Luis Salinas, licenciado en Mercadotecnia por el ipn, criticó lo que parece una moda: que las empresas se certifiquen responsables sin serlo, y enfatizó que éstas deben ser congruentes y lógicas con respecto a su identidad. Por ello, el modelo de rse debe basarse en la sustentabilidad, es decir, la gestión de los recursos disponibles para asegurar a las generaciones futuras la satisfacción de sus necesidades. Al cierre del ciclo, organizaciones en pro de los derechos de los animales levantaron la voz para explicar las consecuencias sociales y ambientales del maltrato animal, así como las vías para construir un mundo más justo para todos. Se explicó que el 98 por ciento de los animales maltratados y muertos son para consumo humano; esta crianza intensiva de animales en ganaderías, respuesta a los hábitos de consumo desenfrenado, tiene un gran costo ambiental por la generación de gases de efecto invernadero, deforestación de suelos y alto consumo de agua. Afirmaron que para evitar repercusiones graves en el ambiente, las sociedades y la salud de las personas, es necesario cambiar los métodos de producción y consumo, y con esto, contribuiur a evitar el maltrato animal.

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Tiempo de análisis

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Miércoles 20:00 hrs. 860 am, Radio unam

politicasunam 27


Vida Vertical Emanuel Reséndiz

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urales verdes adornan las paredes de la Facultad. Siete equipos fueron elegidos ganadores del concurso Clorofila, en el que la comunidad universitaria contribuyó a la preservación de espacios ecológicos en nuestro campus con el diseño y montaje de jardines verticales en los muros del edificio “F”. Con esta convocatoria, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en colaboración con la Dirección General de Atención a la Comunidad (dgacu), incentiva la creatividad, asociación y emprendimiento de proyectos sustentables entre los alumnos. Los equipos ganadores (“Tlakipatli”, “Vida vertical”, “Arquiciencia”, “Biogenio”, “Tenochtlis”, “gramf” y “Nodo Arquitectura”), recibieron, durante la ceremonia

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de premiación el reconocimiento del jurado, autoridades y compañeros. Todos los presentes en el acto, entre ellos Fernando Castañeda, entonces director de esta Facultad y Eduardo Guerrero director de la dgacu, expresaron el apoyo a eventos de esta índole pues, además de embellecer los espacios, contribuyen a la proliferación de vegetación e incentivan la participación estudiantil en el cuidado del entorno. Destacable es el arduo trabajo que, a lo largo de una semana, ocupó a los participantes para que sus proyectos se convirtieran en realidades, durante este lapso, la cooperación, diligencia y conciencia de la importancia de esta labor convivieron para animar a los compañeros a cumplir su objetivo.

Fotos: Gloria Atenco y Ángela Alemán 29


El futuro a debate México, Limusa, 2016

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n esta obra se abordan temas de prospectiva, un área de conocimiento de reciente apertura en las ciencias sociales. La escuela americana la reconoce como el estudio del futuro, pero Tomas Miklos se refiere en su texto a la planeación estratégica para llevar a cabo aquello que se necesita para conquistar el porvenir; esta disciplina tiene que ser proactiva: visualiza escenarios factibles, no realiza proyecciones sino que busca lo posible. El autor explica que el libro no pretende dar recetas de cómo hacer las cosas, ni establecer una metodología, “es un acercamiento novedoso de ruptura de la prospectiva actual”; el trabajo conjunta artículos y ensayos que intentan mostrar el significado y relevancia del saber prospectivo.

La primera parte de la obra, Epistemología del saber prospectivo, torna relevante este conocimiento para la toma de decisiones tanto en el sector público como privado; la segunda se refiere a los oficios de la prospectiva: el reto es conquistar el mejor de los futuros posibles mediante una ruptura de pensamiento, según el autor. La prospectiva como reinterpretación del pasado, donde la razón filtra los oídos para que se conozca la catástrofe, la utopía, la imaginación, la anticipación y el proceso del futuro, es el fin de esta rama de estudio. En este texto se presenta el análisis de lo que puede o no ser predecible, tratándose de fenómenos no dominables. Citando a Anatole France, “el futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen”, el futuro

Las raíces de la teología política norteamericana México, fcpys–unam, 2015

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roducto de los 50 años de trabajo e investigación de José Luis Orozco, Las raíces de la teología política norteamericana, libro de carácter filosófico que aborda la evolución del pensamiento político estadounidense y sus raíces con el protestantismo alemán, documenta la historia de Estados Unidos de América desde su independencia hasta el día de hoy. Se trata de una investigación que sorprende por lo bien documentada, así como por las excelentes referencias de importantes autores y filósofos norteamericanos. En este texto, Orozco hace una extensa crítica a la Ciencia Política norteamericana cuestionando su razón de Estado y mercado, y aborda, de forma ilustrativa, las relaciones del pensamiento norteamericano con el alemán y con la derecha francesa. No hay que dejar de destacar el gran debate que se aborda en el libro, mencionado en el título del mismo, sobre la política teológica que han tenido desde su conformación como Estado los estadounidenses, 30

ávidos lectores de filósofos alemanes importantes como Kant, Marx y Engels. A decir de Julio Bracho, comentarista de la obra,“este libro es un reflejo de la vida y pensamiento del doctor Orozco” porque aborda un tema que el autor domina y ha trabajado casi toda su vida. Bracho destaca que otros de los tópicos estudiados en el volumen son el pragmatismo estadounidense y la estrategia imperial que imperaban en todo el territorio norteaméricano a finales del siglo xix; según él, la investigación de Orozco muestra como el neoliberalismo no surgió de la nada sino que tiene un antecedente histórico. En palabras del propio autor, el texto es fruto de su trabajo y es importante que se lea pues incluye un análisis de muchos autores tanto estadounidenses como de diversas nacionalidades que han revolucionado el pensamiento político, pero sobre todo de aquellos que no han descartado lo divino y su influencia en los ámbito prácticos de la vida social y política de los hombres.

se construye entonces en la mente, hay que humanizar el pensamiento, porque el mundo no es lineal y las ideas deben rearticularse con mecanismos de resiliencia; “en la habilidad de continuar, hay que deconstruir, construir y reconstruir el porvenir. El futuro no se adivina, se construye”, nos dice Miklos.


Fiscalidad y Democracia México, fcpys–unam, 2015

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a historia es el laboratorio de las ciencias sociales”, señaló Alfonso Vadillo en la presentación de la obra Fiscalidad y democracia en México, coordinada junto con José María Calderón. Se trata de un proyecto que se desarrolló a lo largo de más de 10 años y que conjuga la participación de 29 investigadores. Consta de 42 artículos de investigación contenidos en cuatro volúmenes, en ellos se analiza la serie de transformaciones que, según los coordinadores, propiciaron la pérdida de la soberanía financiera en México. Vadillo indicó que la entrada de nuestra nación al modelo neoliberal redundó en un problema para el desarrollo económico del país y que, en consecuencia, la estrategia monetaria impuesta por el gobierno mexicano ha sido de nula utilidad para atacarlo. Mario Contreras, comentarista de la obra, señaló que en México la recaudación

de impuestos es un conflicto. Recalcó que es necesario implantar una reforma fiscal a favor de los contribuyentes con el fin de evitar el inconformismo de este grupo ante la falta de transparencia del gasto gubernamental, así como la evasión de impuestos sin sanción de las grandes empresas trasnacionales. El objetivo primordial de la investigación, según Calderón, consiste en desentrañar la política económica de México, ya que sólo así se podrá comprobar parcialmente la catástrofe actual. Por su parte, Vadillo sostuvo que el capitalismo neoliberal es un modelo hegemónico en el cual se muestra la ineficiencia de la administración privada y pública, consecuencia de la corrupción. Bajo este precepto se pretende identificar el origen del problema y atajarlo de forma contundente. Los coordinadores esperan ofrecer un giro a la situa-

ción económica actual y construir una política hacendaria alternativa para fomentar el desarrollo socioeconómico equitativo y autosuficiente.

Consideraciones hermenéuticas en torno al arte y el poder México, fcpys–unam, 2015

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l presente volumen, coordinado por Fernando Ayala y Laura Martínez, forma parte de la colección Reflexiones contemporáneas, la hermenéutica y las ciencias humanas, se trata de un proyecto colectivo donde se agrupan artículos del seminario permanente Arte y poder. El trabajo contiene cuatro secciones: “Confrontaciones político artísticas”, “El poder del discurso en el arte”, “El poder de las imágenes” y “Hermenéutica en India ”. En palabras de Rosa María Lince, colaboradora del libro, el texto es posible porque “se han roto las barreras que limitaban la hermenéutica a los temas filosóficos, ésta se desclasificó y se adueñó de temas que competen a manifestaciones del poder en el arte”; según ella, la hermenéutica no es una interpretación arbitraria, sino una comprensión de la complejidad: “el texto sirve para ver el arte con otro ángulo y otra lectura interpretativa”. Lince afirma que la subjetividad y polisemia explican cómo el poder dialoga con el arte mediante la imagen, el símbolo y el arquetipo; intentar aclarar qué es el arte y cuál es su mensaje, nos puede ayudar a entendernos como seres humanos, al expresar nuestras interacciones con el poder a través de la manifestación artística.

Ayala, por su parte, está convencido de que el arte es el medio más adecuado para entender la política, es como una posibilidad de compromiso para denunciar abusos del poder, es una perspectiva plástica de conocimiento; la hermenéutica es la única posibilidad de interpretar las cosas; lo que consideramos real es un juego de imágenes que precisan la exégesis para conocer su posibilidad. Elías Margolis, invitado a comentar la obra, critica la influencia del poder que le dice al pintor cómo pintar, al escultor cómo esculpir y al escritor cómo escribir; de lo anterior resulta una ruptura de las emociones y los sentimientos, pues “nos alejamos de los sueños y de nuestra propia creatividad, cuando lo más importante es respetar las emociones que se expresan”. Margolis también señala que debemos diferenciar la pasión de la persuasión; apuntó que esta última es común actualmente en prácticas reales y metafóricas del copy/paste. “El mundo necesita ser transformado”, en esta sentencia se hace una invitación a entender que de alguna manera hay cosas que no volteamos a ver como humanidad, “el individuo no está convencido de lo que hace, hay que respetar el ámbito emocional de la persona”.

Es necesario entender, continúa Margolis, la importancia de tomar cada quien su propio camino, “el arte consiste en producir imaginación, sueños y senderos no andados, con moral y ética. 31


Diccionario de comunicación México, fcpys–unam, 2016

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ste diccionario, trabajo compilatorio de su autor, Arturo Rodríguez, especialista en lingüística, semiótica, metodología, regulación y filosofía de la comunicación, representa no sólo un instrumento de consulta técnico y analítico; no se trata de un manual, sino que consiste en un trabajo conceptual, una herramienta para profesionales de las ciencias de la comunicación y las ciencias sociales. En él se ofrecen raíces etimológicas y significados de las palabras con una introducción al tema; fechas, autores, cuadros, relatos, tratados dan contexto y enriquecen conceptualmente la obra. El texto cuenta con un apartado dedicado a los significados técnicos para el uso de la cámara y videocámara, tipos de filtros, difusores, etcétera. Aquí el autor aborda el significado de las palabras y conceptos con una metodología bien definida, un ejemplo de ello es el concepto “análisis de contenido”, donde, para su explicación, el autor retoma a Berenson y Duverger; de esta manera se ofrece no sólo el significado, sino que habla del manejo del lenguaje, el mensaje, el emisor y su forma de abordar el análisis de contenido;

analiza también este concepto según la escuela estructuralista y funcionalista. La esencia de la obra, en la que se recurre a conceptos para la construcción de conocimiento propio y bagaje universal, enfatiza la educación como apoyo estructural de los individuos para la producción y desarrollo de significados sólidos, que definan una visión amplia del mundo, por medio de una trasmisión conceptual metodológica para la comunicación. El autor explica que la comunicación “es un tema esencial para entender la complejidad con la que se articulan los sistemas sociales”. Su obra es un producto del tiempo, pues recoge su experiencia en la docencia y academia, surge de preguntas y dudas de los alumnos para entender la comunicación como proceso de diálogo, catalizador de soluciones e intérprete de la realidad. Se trata de un trabajo que contribuye con la parte que le corresponde para hacer de este país uno mejor para todos. Una obra incluso para público no especializado, una herramienta para interpretar fenómenos sociales concretos y definidos, con la urgencia

Movimientos subalternos, antagonistas y autónomos en México y América Latina México, fcpys–unam, 2015

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cercarse a los movimientos sociales desde el marxismo constituye una mirada distinta que se produce desde las Ciencias Sociales, esta es la premisa del libro Movimientos subalternos, antagonistas y autónomos en México y América Latina, coordinado por el académico de la Facultad Massimo Modonesi. En el libro se realizan estudios empíricos, es decir se analizan movimientos sociales como el estudiantil, indígena o político, señaló Joel Ortega, comentarista del texto. Este volumen lleva a cabo una reflexión del trabajo teórico del marxismo, además busca acercar a los estudiantes de licenciatura y posgrado a esta nueva explicación de un modelo teórico distinto, explicó Enrique Pineda, docente del plantel, al realizar sus comentarios a la obra. Agregó que la suma de trabajos que contiene el texto “deja ver una serie de se32

cuencias y vigencias en los movimientos sociales de América Latina”; ensayos realizados por estudiantes cercanos a estos movimientos. El autor explicó que la obra tiene varias virtudes y aciertos, pues enseña en términos empíricos una propuesta teórica. “Con esta obra logramos realizar un trabajo sociológico y no uno filosófico donde se abuse de la abstracción”, apuntó. La obra es una apuesta teórico-analítica realizada por autores diversos y fructíferos de diversas áreas que hablan sobre las experiencias de Cherán, de la Policía Comunitaria en Guerrero, la lucha estudiantil en Chile, el zapatismo o la resistencia en Ciudad Juárez, entre otros; procesos de lucha y resistencia en México y otros países que “no son suficientes pero sí indispensables”.

que exigen estos tiempos. En momentos de crisis económica, política y social, la comunicación coadyuva a solucionar problemas comunes que afectan a todos.


Con la muerte del campesino las que se quedan son las mujeres, herederas, junto con los hijos, de la deuda. Muchas de ellas regresarán a trabajar los campos de la familia o se contratarán como jornaleras para pagar a los prestamistas locales o a los bancos, al tiempo que luchan por sacar adelante a sus hijos. Las fotografías de Isabel Sangines Franco en la galería abierta de la Facultad documentan, con una mirada sutil pero sin concesiones, la tragedia que atraviesan los jornaleros.



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