Gaceta políticas 267

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Elecciones 2018 JosĂŠ Woldenberg Alejandro Chanona Martha singer Javier oliva

N° 267 | mayo 2018


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DIRECTORIO

PRESENTACIÓN

UNIVERSIDAD NA CIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

El próximo 1 de julio tendrán lugar las votaciones probablemente más importantes en lo que va del siglo en México. Por una parte, se elige presidente entre tres opciones reales: Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya y José Antonio Meade. Los tres candidatos son postulados por alianzas electorales, caso inédito en nuestro país; ningún partido se presenta por su cuenta a esta elección. Por otra, las candidaturas independientes, Margarita Zavala y Jaime Rodríguez, que se suponía serían aspirantes ciudadanos, no asociados a partidos políticos, darían aire fresco al sistema y llevarían demandas diferentes a la arena política. La verdad fue que estos dos postulantes y otro que fracasó (Armando Ríos Piter) son fugados de los principales partidos y usaron parte de la maquinaria de éstos para lograr juntar las firmas requeridas en un proceso muy cuestionado tanto por las autoridades electorales como por la ciudadanía. En los próximos comicios, además, se eligen gobernadores en nueve estados, diputados locales en 27, ayuntamientos en 24 y concejales o juntas municipales en dos. Y por supuesto, el congreso federal: 500 diputados y 128 senadores. Todo ello en un ambiente de inseguridad, violencia y escándalos de corrupción en distintas entidades de la república, así como de una desconfianza generalizada no sólo hacia los políticos sino hacia el mismo régimen democrático. De acuerdo con los sondeos, es muy probable que cambie el mapa político del país, que comience una nueva correlación de fuerzas, el declive de algunas, el fortalecimiento de otras, y que, cualquiera que sea el resultado, la democracia en México enfrente a otra ardua prueba Se trata de unas elecciones de enorme trascendencia y para analizar algún aspecto de ellas invitamos a los académicos José Woldenberg, Martha Singer, Alejandro Chanona y Javier Oliva, quienes nos dan un análisis y puntos de vista valiosos para abordar el fenómeno.

Rector Enrique luis Graue Wiechers Secretario General Leonardo Lomelí Vanegas Director General de Comunicación Social Néstor Martínez Cristo

FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES Directora María Angélica Cuéllar Vázquez Secretario General Arturo Chávez López

GACETA POLÍTICAS Director Luciano Mendoza Cruz Subdirector y editor César Emanuel Reséndiz Silva CORRECCIÓN DE ESTILO Leticia Martínez Eslava Diseño e ilustración Ángela Alemán León Nan cy García Arias Unidad de Información Aimeé Estrada Christian Zúñiga Diana Cortés Enya Patlán Fabián Valencia Fernanda Payán Fernando González Fernando Romero Gabriela Arciga Jazmín Rodríguez Myriam Corte Nancy Islas Rodrigo Escudero

Tamara Mares Adán Cortés Alan Márquez Alejandra Reyes Alexia Rodríguez David Fernández Eduardo Castillo Eréndira Barrios Estefanía Sánchez Mauricio Ávila Montserrat Soriano Ricardo López citlalli rojas

Gaceta Políticas, No.267, “Elecciones 2018”, Mayo 2018, es una publicación trimestral editada por la Universidad Nacional Autónoma de México, a través de la Coordinación de Extensión Universitaria de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Edificio “G”, Circuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, C.P. 04510, cdmx. Tel.: (0052) 55.56.22.94.70 (ext. 84352). Correo electrónico: informacion.ceu@politicas.unam. mx. Editor responsable: César Emanuel Reséndiz Silva. Reserva de Derechos al uso Exclusivo No. 04-2016060316453200-102, issn: 2448-8615, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor, Certificado de Licitud de Título y Contenido No. en trámite, otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaria de Gobernación. Las opiniones expresadas por los autores no reflejan necesariamente la postura del editor de la publicación ni de la unam. Se autoriza la reproducción total o parcial de los textos aquí publicados, siempre y cuando se cite la fuente completa y la dirección electrónica de la revista.

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ÍNDICE

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Actualidad

Carta a una joven desencantada con la democracia. José Woldenberg Elecciones 2018: algunos temas esenciales del debate nacional. Alejandro Chanona Las candidaturas independientes: un intento malogrado. Martha Singer Oportunidad para la democracia, de lo local a lo federal. Javier Oliva

academia

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Para entender las próximas elecciones Régimen político, corrupción y tendencias electorales Campañas sin propuestas claras Ley de seguridad interior: ¿constitucional? Estado contemporáneo, crisis y cambios Ciberespacio, terrorismo y narcoviolencia Se avecina una tormenta perfecta Deuda de la Antropología: conceptualizar el cuerpo que define a la persona México y Asia, lazos de amistad Las voces de la ausencia Nadie tiene derecho de violar nuestra dignidad, Mireles

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La superación del capitalismo de la barbarie: una entrevista a César Chimal Premio en transparencia y videoarte La medalla Gabino Barreda no es un logro individual ¿Qué es eso de las elecciones de consejeros?

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Novedades editoriales Una novela criminal Memoria y tolerancia en la Facultad Cuarteto de cuerdas | Música antígua

ESTUDIANTIL

Libros/cultura


Carta a una joven desencantada con la democracia José Woldenberg Doctor en Ciencia Política por la UNAM. Profesor de la fcpys desde 1974. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Expresidente del Consejo General del ife.

En esta temporada electoral hemos querido recuperar un capítulo del libro Cartas a una joven desencan­ tada con la democracia, de José Woldenberg, publicado por Sexto Piso en 2017. La misiva XIV refiere, precisamente, el valor estratégico y civilizatorio que tienen las elecciones.

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stimada: Me dices ahora que las elecciones te producen sopor. Que las observas de lejos y con desgana. Que como en las noches, te parece que todos los gatos son pardos. Y eso que apenas despuntan las del estado de México, Coahuila y Na­ya­rit y todavía se ven un poco (sólo un poco) lejos las de 2018. A lo mejor estamos en el cuento de nunca acabar. Porque en esa materia sí tenemos un di­fe­ren­do grande. Permíteme explicarme. Lo mejor de las elecciones son las pro­ pias elecciones. Y no se trata de una tau­to­ lo­gía. El solo hecho de que se lleven a cabo auténticos comicios es una “gran co­sa”, pre­ci­sa­men­te porque no pa­re­ce una gran co­sa. Se trata de un procedimien­to apa­ren­ te­men­te rutinario que tiene un enor­me significado. Escribo “en apa­rien­cia” no porque no sea una rutina, sino por­que no te­ne­mos más de 20 años de con­tar con elec­ cio­nes competidas, libres y equi­ta­ti­vas.

Las elecciones son una construcción civilizatoria, el único método que permite la coexistencia y competencia de opciones políticas no sólo diferenciadas sino incluso enfrentadas. Se trata de la fórmula que permite la substitución de los gobernantes sin derramamiento de sangre (ooooootra vez Popper); que presupone que la diversidad política es un capital que debe ser preservado y que es menester edificar un cauce para su ex­pre­ sión; que intenta construir un puente entre gobernantes y gobernados –así sea frágil y momentáneo-; que permite el ejercicio amplio de las libertades; que desata adhesiones, esperanzas, energías sociales; que nos obliga a vivir y convivir con los otros, en el entendido que esos otros tienen una existencia legítima. No obstante, nuestras elecciones trans­ cu­rren, en efecto como tú dices, acom­pa­ ña­das de desprecio, distancia crítica e in­ clu­so sorna (por lo menos en el mundo de


la opinión pública). Como si produjeran un halo de malestar que les fuera intrínseco y que impide observar lo sus­tan­ti­vo y apreciarlo. Cuatro fuentes –creo- alimentan esas reacciones. Tú me dirás si crees que estoy equivocado. A) Los que ven en ellas una fórmula insípida, incolora, aburrida de cambio político. Quienes desearían métodos más vigorosos, coloridos, incluso traumáticos y dramáticos de transformación. Quienes ensueñan cambios revolucionarios, ab­ so­lu­tos, radicales; o quienes en nombre de un orden que flota en sus cabezas no desecharían las asonadas o los golpes palaciegos. Y tienen razón: las elecciones se encuentran en las antípodas de esas fórmulas de mutación política porque sus premisas se encuentran a kilómetros de distancia de toda idea redentorista. Hay que decir, sin embargo, que esas posiciones son declinantes, que no tienen ni la fuerza ni la implantación de la que go­ za­ron en el pasado, y que hoy tenemos un gran consenso político en el método electoral. ¿Entonces qué? B) A quienes les parece muy poca cosa las elecciones porque no son ca­pa­ces de resolver los “verdaderos” problemas del país. Ni la desigualdad, ni la falta de crecimiento, ni la delincuencia, ni la vio­len­ cia intrafamiliar, ni la sudoración de los pies, son resueltos por las elecciones. Y en efecto. Tienen razón. Lo que sucede es que las elecciones –y en general la democracia- está diseñada para solucionar dos problemas específicos pero cruciales: el de la coexistencia de una pluralidad de opciones políticas y el de ofrecer una vía institucional y pacífica para nombrar y remover a gobernantes y legisladores. Creo que el problema número uno de México es el de su oceánica desigualdad, pero estoy convencido que para atender esa profunda falla estructural es mejor tener elecciones que no tenerlas. Y lo mis­ mo se puede decir del resto de los te­mas. No sobra decir que las campañas son el mejor momento para que los diagnósticos y propuestas de los partidos –es decir, las soluciones a los problemas- log­ren captar la atención y el apoyo de los ciu­da­da­nos. C)Hay quienes abominan las elec­ cio­nes porque no están de acuerdo con

algún o algunos de los eslabones del pro­ ce­so. Todos los hemos oído y leído. Que si son muy caras, que si duran mucho, que si los spots resultan insoportables, que si se vulnera la libertad de expresión porque no se puede comprar publicidad, que si el ife es un elefante blanco, y síguele tú. Ven un árbol cucho y no aprecian el bosque. A diferencia de las dos anteriores, en este caso no se expresa un desacuerdo con las elecciones, sino solamente con al­ gu­na (s) de sus caras (s). Bueno, pues en estos casos todo está a discusión. Dado que no existe un modelo electoral único y de exportación, muchos de los eslabones se pueden rediseñar, tomando en cuenta que todo es perfectible. D)Pero quizá la fuente de malestar más extendida sea que a muchos no les gustan los competidores. Son como aquellos fans del futbol que no están dispuestos a ver un juego entre Dorados y Murciélagos, pero que prenden la televisión para embriagarse con un encuentro entre el Barcelona y el Real Madrid. Son a los que no les gustan los partidos y candidatos que aparecen en la boleta, que quisieran otros. Pues bien, para ello debe existir una solución: volver a abrir las puertas para que aquellas corrientes políticas o grupos organizados que no se identifican con ninguna de las ofertas existentes puedan generar sus propias agrupaciones y participar en elecciones. Desandar el ca­ mi­no que la legislación ha transitado en los últimos años y que consiste en ele­var los requisitos para que nuevas or­ga­ni­za­cio­nes puedan obtener su registro como partidos políticos. Que aquellos que quieran participar puedan hacerlo. Y si tú te encuentras en ese caso ojala encuentres una vía y un colectivo para entrarle. Déjame contarte. En una mesa re­don­ da previa a la jornada electoral del 2015, Carlos Bravo Regidor afirmó que nuestro acercamiento a las elecciones era distinto por razones generacionales. Res­pon­dí que, en efecto, los años y la experiencia vi­vi­da in­flu­ían en nuestras res­pe­cti­vas visiones. Cuando tuve la edad para votar por pri­me­ra vez para presidente, aparecía en la boleta un solo candidato. Fue el año en que Jorge Ibargüengoitia, con su afinada ironía, escribió en Excélsior: “Cada seis

años, por estas fechas, siento la obligación de dejar los asuntos que me interesan para escribir un artículo sobre las elec­cio­nes, que es uno de los que más trabajo me cuestan. Puede comenzar así: “el domingo son las elec­cio­nes, ¡qué emocionante!, ¿quién ga­ na­rá?” (Instrucciones para vivir en México). Además, los votos se contaban en los con­ se­jos distritales una semana después, y se podría haber hecho un mes o dos meses des­pués, porque todos sabíamos quién era el triunfador. Nadie realizaba encuestas previas, no se hacían exit polls ni conteos rápidos ni se requería de programas de resultados preliminares. El ganador se pro­ cla­ma­ba como tal y a otra cosa mariposa. En aquel año (1976), el Partido Co­ mu­nista Mexicano, sin registro, postuló a Valentín Campa para Presidente de la República. Voté por él. En el periódico Oposición (Nº 144, 10-julio-76) del pro­ pio Partido se anunció a ocho co­lum­nas que Campa había obtenido alrededor de 1 millón 600 mil votos. La cifra, se de­cía, era el resultado de una encuesta realizada por el propio PCM. No obstante, mi voto, como el resto de los que escribieron el nombre del respetado sindicalista en la boleta, no se contó. Fue anulado. La crisis postelectoral de 1988, en la cual se calló y se cayó el sistema… de cóm­pu­­to electoral, puso sobre la mesa de discusión la necesidad de ofrecer re­ sul­ta­dos confiables y rápidos la misma noche de la elección. Y así se inventaron —para México— los conteos rápidos ­ y el Programa de Resultados Electorales Pre­li­mi­na­res. Recuerdo al Dr. Carpizo en 1994 desplegando sus mejores artes para convencer a las empresas televisivas, pe­rió­di­cos, ong’s, grupos de ob­ser­va­do­ res, agrupaciones empresariales, para que rea­li­za­ran sus propios conteos rápidos, bajo el entendido que si todos ellos se ha­ cían con la técnica adecuada (en base a una auténtica muestra representativa), los re­sul­ta­dos deberían coincidir, y de esa ma­ ne­ra se generaría un círculo de confianza. Fue el año en que el ife, por primera vez, diseñó un programa de resultados preliminares y se debatió —con fuerza— si las cifras debían ser dadas a co­no­cer desde la primera casilla compu­tada o hasta ­que el programa hubiese acumulado por lo

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menos el 15% de las mismas, porque se temía que al inicio las tendencias fueran muy erráticas. Por cierto, ganó entonces esa segunda opción. Por ello, me siguen deslumbrando los resultados coincidentes que arrojan el conteo rápido (que permite al ine ofrecer cifras de las tendencias a las 11 de la noche), el prep (casi un censo de las casillas) y los cómputos oficiales que se realizan tres días después. Tomo los números del magnífico artículo de Carlos A. Flores, “Saldos y novedades” que aparece en la revista Voz y voto de julio de 2015. El conteo rápido nos informó que la votación de los partidos fluctuaría entre los siguientes rangos: pan 21.47 y 22.20 por ciento; pri 29.87-30.85; prd 11.14-11.81; pvem 7.15-7.55; pt 2.78-3.02; mc 6.31-7.43; pna 3.884.14; Morena 8.80-9.15; ph 2.20-2.31; es 3.40-3.61. Cuando el prep cerró al día siguiente con el 98.63 por ciento de las casillas computadas, los porcentajes, por supuesto, estaban dentro de los rangos anunciados por el conteo rápido: pan 22.01; pri 30.66; prd 11.41; pvem 7.44; pt 3.03; mc 6.32; pna 3.95; Morena 8.83; ph 2.26 y es 3.48. Y cuando se llevó a cabo el cómputo en los 300 distritos, lo que in­cor­po­ra al 100% de las casillas, las diferencias fueron en centésimas: pan 22.10; pri 30.69; prd 11.43; pvem 7.27; pt 2.99; mc 6.41; pna 3.92; Morena 8.82; ph 2.26; ES 3.50. A mí, ya lo dije, me sigue si no asombrando (porque no es magia), sí fascinando. Pero entiendo que los más jóvenes lo vean como una rutina más que se cumple como debe ser y punto. Recuerdo que hace unos años leí que cuando aparecieron en la capital, a fines del siglo xix, las primeras bombillas eléc­ tri­cas en el centro de la ciudad, la gente se reunía en torno a ellas, y en el momento en que prendían, entre asombra­da y contenta, empezaba a aplaudir. ¿Será que yo sigo celebrando el alumbrado público? Déjame intentar decirlo de otra ma­ ne­ra. Porque no puedo negar que el trans­ cur­ so del tiempo imprime un sentido diferente a las cosas y que las perspectivas generacionales tienen que ser por su­pues­ to distintas. Pero aunque la pasión se en­fríe, créeme que no se ha inventado un método

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superior al electoral para dirimir quién debe gobernar y quiénes deben le­gis­lar. 1. Están por cumplirse 20 años de una jornada electoral que supuso el quiebre entre un antes y un después. El tránsito franco hacia un sistema electoral sin exclusiones, imparcial y equitativo. Un poco de historia: en 1977, luego de unas elecciones insípidas, con un solo can­di­ da­to a la Presidencia de la República y en medio de un país convulsionado por conflictos de muy diversa índole, se ab­rió la puerta para que los partidos a los que se mantenía artificialmente se­gre­ga­dos del mundo institucional pudiesen ingresar a él; en 1990, luego de la profunda crisis postelectoral de 1988, se cons­tru­ye­ron las instituciones para ofrecer imparcialidad y certeza en los procesos comiciales; y en 1996, por fin, se tomaron cartas para edificar un piso medianamente equitativo para la contienda. El 6 de julio de 1997 postularon can­ di­da­tos 8 partidos políticos, el padrón al­ can­za­ba los 53 millones de personas, se instalaron 104 mil casillas y para aten­der­ las se nombraron a 733 mil fun­cio­na­rios, titulares y suplentes, que eran ciu­da­da­nos que habían sido sorteados y capacitados para cumplir con la estratégica labor de recibir y contar los votos de sus vecinos; en el 99.6 por ciento de las urnas hubo representantes de al menos dos de los partidos competidores, en paralelo se celebraron elecciones infantiles con la idea de socializar a los niños en las rutinas de la democracia; por primera vez se eligió al Jefe de Gobierno del Distrito Federal y además seis gubernaturas, congresos lo­ ca­les y ayuntamientos y por supuesto a la Cámara de Diputados. Los resultados desataron esperanzas mil y no fueron impugnados. El pri ga­ nó las gubernaturas de Campeche, Co­ lima, San Luis Potosí y Sonora. El pan las de Nuevo León y Querétaro y el prd la jefatura de gobierno de la capital. Y por pri­me­ra vez ningún partido alcanzó la ma­yo­ría absoluta de los asientos en la Cá­ma­ra de Diputados. Los partidos opositores que refrendaron su registro y lograron contar con diputados (prd, pan, pvem y pt) sumando sus representantes te­nían más de la mitad más uno de los vo­tos y modificaron incluso el ritual de

ins­ta­la­ción de aquella Cámara. Las seis reformas sucesivas, a lo largo de 20 años, ofrecían sus frutos: competencia regulada de manera imparcial en un terreno de juego más o menos parejo. La larga, tortuosa y difícil transición había terminado, ahora existían partidos implantados, capaces de competir entre ellos, lo que generaba fenómenos de al­ter­nan­cia y cuerpos legislativos en los cuales ninguno de ellos podía realizar su simple voluntad. Fue emocionante sin duda. Los tiempos del pluralismo equi­li­bra­do irrumpían y transformaban no sólo la mecánica de la política sino generaban ilusiones —a veces desbordadas— en la sociedad. 2. Hace casi 45 años, el 24 de no­viem­ bre de 1972, Jorge Ibargüengoitia nos recordaba en Excélsior que “para percibir cambios con claridad, no hay como ale­ jar­se por un tiempo y después regresar”. No le costaba trabajo hallar ejemplos: “Encontrar en la avenida Juárez, veinte años después, a la que fue el gran amor de nuestra vida; regresar a la ciudad donde nacimos y encontrarla modernizada, pasar por la casa que habitamos en la niñez y encontrarla terreno baldío o edificio nuevo, etc.” (¿Olvida usted su equipaje? Planeta. México. 2016). El tiempo trans­ for­ma y decanta las relaciones, el espacio público, los objetos y nuestro hábitat. Todo lo modifica. Nada queda intocado. Extiendo uno de los ejemplos de Ibar­ güen­ goi­ tia: 20 años después, digamos que también en la avenida Juárez, uno encuentra a su ex pareja. Recuerda quizá la atracción, las ilusiones, la pasión que envolvió aquella relación. Días y años fe­ li­ces, plenos, esperanzadores. Había una especie de carga eléctrica que como aura acompañaba a los dos. Veinte años después, por sorpresa, ya lo dije, se reen­cuen­ tran. Y si la ruptura no fue trau­má­ti­ca, sino en buenos términos, entonces lo más probable es que el encanto, las alucinaciones, el entusiasmo y la fogosidad que rodeó a aquella relación, se haya transformado en cariño y en una especie de aprecio reposado. No más delirio ni exa­ge­ ra­ción, sino un apego tranquilo y apa­ci­ble. Veinte años después de aquellas vibrantes elecciones de 1997, las emociones que suscitan son similares a las que produce tropezar con un viejo amor. Saludos.


Elecciones 2018: algunos temas esenciales del debate nacional

Alejandro Chanona Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Essex, Inglaterra. Profesor de la FCPyS desde 1979. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

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éxico enfrenta el proceso más complejo y vo­lu­mi­ no­so en la historia de su sis­te­ma político y elec­to­ ral. El próximo 1 de julio votaremos para ele­gir al presidente de la República, los miem­ bros del Congreso de la Unión, oc­ho gobernadores, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y más de 3,000 cargos para autoridades locales (alcaldes, concejales, sindicaturas, diputaciones). Será también el episodio comicial más concurrido con 89 millones de sufragantes (52% mujeres y 48% hombres) y en el que el sector de la juventud, es decir, las personas entre 18 y 34 años suman alrededor de 36 millones, de los que 14 millones ejercerán su voto por primera vez.1 Más allá de los datos y los indicadores, lo cierto es que se trata de un momen-

to de gran trascendencia para México. El pro­ce­so electoral ha generado grandes ex­ pec­ta­ti­vas. Se desarrolla en el marco de un enojo social generalizado como resultado de los escándalos de corrupción, la impunidad, la crisis de inseguridad y violencia que enfrenta el país y el desencanto generalizado con la democracia y los representantes populares. Es claro que la alternancia en el poder en el año 2000 no derivó en una verdadera transición democrática y que hoy el país enfrenta una crisis profunda que se retrata también en los grandes niveles de desigualdad y exclusión social. De acuerdo con los datos de Latinobarómetro, México es el país de América Latina que presenta la mayor pérdida de apoyo a la democracia, al caer más de 10 puntos porcentuales de 2016 a 2017, año

1Instituto Nacional Electoral, Estadísticas, Distri­ bución de Ciudadanos por Grupos de Edad. Dis­ ponible en: <http://listanominal.ife.org.mx/>

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en que contó con el 38% de apoyo por par­te de los encuestados. Los datos son cla­ros: sólo el 18% dijo estar satisfecho con la democracia, un 90% considera que “el país está gobernado por unos cuantos gru­pos poderosos en su propio beneficio”, y só­lo el 20% se decía satisfecho con el go­bier­no.2 En la próxima administración debe retomar la agenda de la transición de­ mo­crá­ti­ca para apostar al rescate y fortalecimiento de las instituciones; para combatir la corrupción y la impunidad; para reducir los niveles de violencia y para atender a las víctimas. Es momento de impulsar un cambio profundo que implique poner a las personas en el centro, con la finalidad de procurar su bienestar y su seguridad, en un contexto de pleno ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales.

El ciberespacio, la información y el peso de las redes sociales

Como nunca antes, el proceso electoral enfrenta los nuevos tiempos de la sociedad del conocimiento y la información. La masificación del acceso a internet y el desarrollo de las redes sociales han ge­ne­ra­do un nuevo espacio para la discusión pú­bli­ca y el desarrollo de las campañas po­lí­ti­cas. Los medios tradicionales de co­mu­ni­ca­ción (televisión, radio y pren­sa es­cri­ta) están siendo rebasados por la in­ me­dia­tez de los portales de in­ter­net y las redes sociales. De acuerdo con la En­cues­ ta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Ho­ga­res (endutih) 2017, en nuestro país existen 71.3 millones de usuarios de internet, lo que representa el 63.9% de la población de seis años o más. El 85% de las personas entre 18 y 24 años tienen acceso a internet, cifra que se reduce a 74.3% en el sector entre 25 y 34 años.3 2 Corporación Latinobarómetro, Informe 2017, 30 de enero de 2018. Disponible en: <http://www.lat­ inobarometro.org>. 3 Instituto Federal de Comunicaciones, “En México, 71.3 millones de usuarios de internet y 17.4 millones de hogares con conexión a este servicio: endutih 2017”, Comunicado 015/2018, 20 de febrero de 2018. Disponible en: <http://www.ift.org.mx/co­mu­ni­ca­ cion-y-medios/comunicados-ift/es/en-mexico-713mi­llo­nes-de-usuarios-de-internet-y-174-millonesde-hogares-con-conexion-este-servicio>

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Las personas tenemos más acceso a la información y a un espacio que democratiza la comunicación en el sentido de que todo el mundo puede opinar, generar tendencias e incidir en las redes sociales. Un nuevo medio para la com­pe­ ten­cia electoral que no admite censuras y que es libre por definición. Como lo han demostrado los casos del Brexit o las elecciones de Estados Unidos, el espacio cibernético se ha convertido en una nueva arena electoral, que influye en la opinión pública y donde se crea opinión. Un cosmos de competencia que, por tanto, puede ser utilizado (y manipulado) a través de la proliferación de noticias falsas (fake news), publicidad dirigida y el ma­ne­jo de los datos y la información de las per­so­nas. El caso de Facebook con Cambridge Ana­lí­tica es tan sólo un referente de los nuevos tiempos. En lo que va de la contienda electoral hemos visto infinidad de noticias falsas y acciones para atraer votantes o desprestigiar a los adversarios. De ahí lo valioso de iniciativas como #Verificado2018, que forzosamente debe ser acompañado de una ciudadanía cada vez más crítica y consciente. Y el reto va más allá del activismo en internet. El abstencionismo será, una vez más, uno de los fantasmas a vencer en estas elecciones y, al final del día, la última palabra no la tendrán las redes sociales sino las y los electores el 1o de julio. Por ello, es fundamental que, más allá de las “guerras sucias”, se haga un gran es­fuer­zo porque las propuestas lleguen a los jóvenes y a los electores en general para que puedan evaluar a los candidatos y la candidata, así como a sus plataformas electorales que dibujan su idea y proyecto de país. Los espacios que se han abierto en la Universidad Nacional Autónoma de México en coordinación con el Instituto Nacional Electoral, con los foros “México 2018: los desafíos de la Nación”; los organizados en el interior del país por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (anuies); así como los eventos en universidades públicas y privadas son esfuerzos en este sentido.

Algunos temas centrales del debate

Entre los asuntos que debemos ponderar en el debate público identificamos, por lo menos, cuatro grandes retos y desafíos para la gobernabilidad democrática, y el bienestar de la sociedad mexicana: 1) La imperiosa agenda del combate a la corrupción y la impunidad, temas que necesariamente pasan por la consolidación del Sistema Nacional Anticorrupción, la transformación del sistema de procuración e impartición de justicia y nuevas herramientas institucionales de transparencia y rendición de cuentas para cerrarle el paso a ambos flagelos. 2)La atención urgente a la crisis de in­se­ gu­ ri­ dad, con una renovada perspectiva que cambie el enfoque y priorice la pro­ tec­ción de las personas y la atención a las víctimas. El Estado mexicano debe re­co­no­cer que ha fallado en su función bá­si­ca de garantizar la seguridad física y patrimonial de las personas. La estrategia para enfrentar a las organizaciones de la delincuencia organizada ha tenido resultados limitados y los seguirá teniendo si se insiste en la receta “tradicional” de “descabezar” a las organizaciones cri­mi­ na­les (kingpin) y no se desarrollan es­tra­ te­gias diferenciadas frente a los dis­tin­tos grupos criminales y frente a las violencias. Es necesario transitar hacia un modelo orientado a la Seguridad Ciudadana y la Seguridad Humana, lo que significa la protección integral de las personas, bajo la conducción y acción de las instituciones civiles. La seguridad de las personas como un derecho y no como la protección de un régimen, por lo que hay que moverse en sentido contrario a las limitaciones de la visión de la seguridad pública y su ampliación hacia la seguridad interior/nacional. 3)El replanteamiento de la agenda eco­nó­ mi­ca, para que el crecimiento se tra­duz­ca en inclusión social y bienestar. México es un país profundamente desigual: el 1% de la población concentra el 43% de la riqueza del país y hay 53.3 millones


de personas viviendo en la pobreza.4 De poco o nada sirve que el país se comprometa internacionalmente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) o con la Agenda de París de combate al cambio climático, si no se impulsan políticas públicas que reduzcan la desigualdad y se enfoquen a la promoción del desarrollo de las personas (desarrollo humano) y el desarrollo sostenible. 4)El rol de México en el mundo y la recuperación de la política exterior como palanca de desarrollo y la proyección de nuestro país. El siglo XXI se caracteriza por la incertidumbre y por un sistema internacional que se mantiene en constante transformación desde el fin de la Guerra Fría hasta nuestros días. Un mundo en el que los referentes clásicos de la soberanía se han transformado y en el que convive la lógica globalista de la interdependencia y la cooperación; con el ascenso de los nacionalismos, la xenofobia y la conflictividad. La política exterior debe promover el desarrollo y los intereses de México, lo que incluye actuar conforme a sus principios constitucionales, una mayor participación en los temas globales, la apuesta por una política económica exterior, renovar los mecanismos de cooperación para el desarrollo y, por supuesto, replantear la relación con Estados Unidos, con una estrategia integral que defienda los intereses nacionales, nuestra soberanía nacional y vea más allá de la administración Trump, a partir de nuestra interdependencia.

El cambio de régimen, el em­po­ de­ra­mien­to de la ciu­da­da­nía y la sociedad civil

Frente a las diversas crisis que enfrenta el país, es necesario impulsar una agenda de cambio de régimen que permita el inicio del camino hacia una democracia que res­ta­blez­ca el Estado de De­re­cho (com­ba­ te a la impunidad), se cimente en los Derechos Humanos fun­da­men­ta­les de las per­ so­nas y atienda la crisis de bienestar que enfrenta más de la mitad de la po­bla­ción

mexicana. Por ello, la agen­da de los derechos humanos, las li­ber­ta­des fun­da­men­ tales, la igualdad sus­tan­ti­va y la jus­ti­cia intergeneracional, son temas trans­ver­sa­les a toda la agenda. Es mo­men­to de romper modelos y paradigmas tra­di­cio­na­les para impulsar un nuevo de­rro­te­ro de nuestra lastimada nación. Un cam­bio de régimen en el que la participación ciu­da­da­na y la co­rres­pon­sa­bi­li­dad serán sus­tan­ti­vos para la construcción de la gobernabilidad democrática y la gobernanza. La sociedad civil en México gradualmente se ha abierto espacios en la vida pública para exigir cambios y acompañar el desarrollo y la evaluación de las po­lí­ti­cas públicas. La sociedad civil organizada se hace cada vez más visible desde distintas trincheras y debe jugar un papel clave pa­ra la gobernanza democrática. Hay que reconocer el papel que las organizaciones de la sociedad civil han jugado para impulsar la agenda de la trans­ pa­ren­cia y rendición de cuentas, así co­ mo el que han tenido en la creación del Sistema Nacional Anticorrupción (aún en desarrollo) y en un tema tan sensible como la transición de la Pro­cu­ra­du­ría General de la República (pgr) a una nue­va Fiscalía que efectivamente sea autónoma y eficiente. Los colectivos #Va­ mosPorMás y #FiscalíaQueSirva son re­ fe­ren­tes de estas luchas. Es fundamental avanzar hacia la reforma del artículo 102 constitucional y generar un amplio compromiso con el impulso a las reformas ne­ ce­ sa­ rias para garantizar que tengamos un sistema de procuración e impartición de justicia eficiente. Aún hace falta una mayor presencia de esa sociedad civil en la vida pública de nuestro país. Por un lado, es fundamental abrir mayores espacios para su par­ ti­ci­pa­ción en el diseño, implementación y eva­lua­ción de las políticas públicas. El ca­mi­no hacia la gobernanza democrática requiere crear oportunidades para la co­la­bo­ra­ción de la sociedad civil e im­pli­ ca también un nuevo equilibrio entre la democracia representativa y la de­mo­cra­ cia participativa. Eso significa que exis­

tan más espacios institucionales para la intervención ciudadana. Por ejemplo, en materia de seguridad tiene que haber un acompañamiento decidido de la so­cie­dad civil en términos del diseño y evaluación de las políticas implementadas y en el se­ gui­mien­to de los planes de profesionalización de las policías. El nuevo equilibrio entre la de­mo­cra­cia representativa y la democracia par­ti­ci­pa­ ti­va demanda hacer efectivos me­ca­nis­mos como la consulta ciudadana, la ra­ti­fi­ca­ción y revocación de mandato, el plebiscito y el referéndum, así como el pre­su­pues­to par­ ti­ci­pa­ti­vo. Empoderar a la ciudadanía es un elemento sustantivo de las democracias só­li­das y es también un muro de contención fren­te a cualquier in­ten­to de abuso del poder. El Programa de Gobierno del próximo Presidente de la República deberá es­tar acompañado de una generación de mexicanas y mexicanos dispuestos a rom­per con los viejos moldes y prácticas que han llevado a este estado de cosas y a impulsar un renacimiento político, económico y social. Los procesos electorales son el mejor momento para repensar a la nación y evaluar qué hemos hecho bien y qué hemos hecho mal, pues al final del día, gane quien gane, nos estamos jugando la patria de frente al futuro.

4 Gerardo Esquivel, Desigualdad Extrema en Mé­ xico. Concentración del Poder Económico y Político, oxfam México, 2018.

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y además, porque en el diseño normativo se privilegia y fomenta una visión de la política personalista y coyuntural, des­po­ ja­da de contenido.

Algunos antecedentes mínimos

Las candidaturas independientes: un intento malogrado Martha Singer Doctora en Ciencia Política por la UNAM. Profesora de la FCPYS. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Actualmente es titular de la División de Estudios Profesionales de la Facultad.

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as elecciones federales en curso son las primeras en las que se han podido presentar can­ di­da­tu­ras in­de­pen­dien­tes a la pre­si­den­cia de la República o al senado. Tam­bién en estos procesos están incluidas por segunda ocasión candidaturas de este tipo a diputaciones federales. En los comicios locales concurrentes otros aspirantes independientes compiten es­ te año por gubernaturas, diputaciones lo­ca­les y car­ gos en los ayuntamientos que si­mul­tá­nea­ men­te están en disputa. A primera vista, la existencia de can­ di­da­tos independientes debiera ser con­si­ de­ra­da como resultado del avance de­mo­ crá­ti­co en el país, porque significaría que los ciudadanos han recuperado su pleno derecho a ser votados y que está resuelta la demanda de la sociedad de acabar con la exclusividad que han disfrutado los par­ti­dos políticos con registro para se­lec­ cio­nar y designar candidatos a los car­gos de elección popular. Sin embargo, como

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ar­gu­men­ta­ré en las siguientes líneas, con­ si­de­ro que aún estamos lejos de que se ha­ yan solventado esas demandas por varios motivos: el primero tiene que ver con la intervención de la mayoría de los ma­gis­tra­dos del Tribunal Electoral del Poder Ju­ di­ cial de la Federación para lle­var a Jaime Rodríguez, El Bronco, a la bo­leta elec­to­ral como candidato in­de­pen­ dien­te a la presidencia de la República, a pesar de no haber completado el número de fir­mas requerido por la ley, y antes de juz­gar sobre las faltas cometidas en 59% de los registros de rúbricas de apoyo que pre­sen­tó y en los que el ine encontró irre­gu­la­ri­da­des. La decisión de 4 de los 7 magistrados del Tribunal, además de ahondar las diferencias con el ine, no abo­ na a dotar de credibilidad y confianza al proceso electoral, ni a procurar la equidad en la contienda. En segundo lugar, porque hasta ahora, la gran mayoría de las candidaturas independientes han sido alcanzadas por ex militantes de partidos,

Con la ley electoral de 1946 comenzó un ciclo en el que solamente los partidos po­ lí­ti­cos con registro legal estarían fa­cul­ ta­dos para presentar candidaturas a los puestos de representación popular. Desde entonces, las condiciones y re­qui­si­tos para alcanzar ese registro se han mo­di­fi­ca­do en múltiples ocasiones, moldeando el sistema de partidos hasta llegar al que actualmente existe en el país. Hoy en día el complejo procedimiento de registro ini­ cia con la inscripción de la in­ten­ción an­te la autoridad electoral, lo cual solamente pue­de llevarse a cabo cada seis años, des­ pués de la elección presidencial para el ámbito federal, o de gobernador, si lo que se busca es constituir un partido local. El monopolio del derecho a de­ci­dir sobre las candidaturas a los cargos de elección, li­ gado al creciente dis­tan­cia­mien­to entre las cúpulas dirigentes de los par­ti­dos y los ciudadanos, ha sido, evi­den­te­men­te, ob­je­ to de inconformidad y debate constante. Uno de los momentos significativos en que el tema cobró relevancia fue en 1996, cuando el debate sobre la apertura al registro de candidaturas ciudadanas se incluyó en las mesas de diálogo que se instalaron en Chiapas, de una de las cua­les resultaron los Acuerdos de San An­drés, firmados entre el Gobierno Fe­de­ral y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Las ideas volcadas en ese entonces, sobre la necesidad de abrir a la ciudadanía la postulación de candidaturas a los cargos de representación política, sin em­ bar­go, fueron dejadas de lado en el di­se­ño del marco legal para los partidos y las elec­ cio­nes, que simultáneamente se negoció. La reforma electoral de 1996, a pesar de no haber sido definitiva como se es­ pe­ró, colocó las bases para desarrollar el sistema de tres partidos que se han distribuido la mayoría de los escaños del poder le­ gis­ la­ ti­ vo, y que con distintas combinaciones y en ocasiones coaligados o acompañados de satélites pequeños, han alcanzado de manera alternada el poder en distintos ór­de­nes de gobier-


no. También, cabe re­cor­dar, fue con esa legislación de 1996 que se “ciudadanizó” el Instituto Fe­de­ral Elec­to­ral y se transformó el órgano de jus­ti­cia electoral dando paso a la creación del Tribunal Electoral del Po­ der Judicial de la Federación. Pasaron más de tres lustros con su­ ce­si­vas reformas electorales, para que la ini­cia­ti­va de candidaturas sin partido po­lí­ ti­co se aprobara en 2012, reformando los ar­tí­cu­los 35 y 116 constitucionales. Con mucho, ello fue resultado de las presiones de­ri­va­das de la creciente desvinculación de los partidos políticos con las ne­ce­si­da­des e intereses de grupos ma­yo­ri­ta­rios de la población, los frecuentes conflictos post electorales, así como la pro­fun­di­za­ción de la desconfianza de los ciu­da­da­nos hacia las instituciones, aspectos cap­ta­dos sin ex­cep­ción por numerosas encuestas y sondeos de opinión. Fue hasta 2014, en el contexto de las ne­go­cia­cio­nes del Pacto por Mé­xi­co sig­ na­do entre las cúpulas par­ti­dis­tas y el Go­ bier­no Federal, que se promulgó la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (lgipe), estableciendo finalmente las características y requisitos para que estas candidaturas sin partido pudieran tener lugar.

Amplio interés ciudadano y pocas oportunidades

La experiencia de las candidaturas in­de­ pen­dien­tes ha mostrado que su diseño nor­ma­ti­vo aún es frágil. A di­fe­ren­cia de los par­ti­dos que requieren un pe­rio­do lar­ go de tiempo para cumplir con las eta­pas que la ley exige para su registro, las candidaturas independientes que reconoce la ley están diseñadas para surgir al calor de la coyuntura electoral. De hecho, sus requisitos apuestan a la política per­so­na­ lis­ta, de liderazgos efímeros apo­ya­dos por un conjunto de ciudadanos que mues­tran su sim­pa­tía en el contexto de un proceso elec­to­ral particular, sin que ello se tra­ duz­ca en la entrega posterior de su voto. Las experiencias que se han tenido hasta ahora muestran que esta figura de participación ha servido más a quienes ya cuentan con trayectoria partidista que para el posicionamiento de nuevos liderazgos sociales, y que han sido aprovechadas como soporte de candidaturas de

ex militantes que no pudieron encontrar espacio en los partidos. Los requisitos que la ley es­tablece pa­ra alcanzar la inscripción de estas can­di­da­ tu­ras, los mecanismos para poder cum­plir con ellos y los recursos que se ne­ce­si­tan para par­ti­ci­par en el pro­ce­so electoral, dan pie a que sólo una mi­no­ría pueda competir en elecciones por este me­dio. Aún así, en varias entidades fe­de­ra­ti­vas se han elevado las exigencias para su re­gis­tro. Mientras que para elec­cio­nes fe­de­ra­les deben obtener 1% de fir­mas de la lista no­mi­nal de elec­tores, 12 en­ti­da­des exigen 3%, Baja Ca­li­for­nia Sur 4% y Aguascalientes 5%, además del cum­plimien­to de la dispersión territorial co­rres­pon­diente. Como es sabido, desde 1977 el sistema electoral mexicano prevé el financiamiento público y privado para los partidos políticos y desde 2014 también para los candidatos independientes, pero al mismo tiempo establece que no cualquiera pue­de tener acceso a esos recursos. Tanto partidos como candidatos in­de­pen­dien­tes deben demostrar que cuentan con apo­yo ciudadano y representatividad para go­zar de és­tos. El problema, sin duda, es cómo y en qué plazo de tiempo debe pre­sen­tar­se ese aval y luego, para la autoridad electoral, cómo garantizar la autenticidad de ese apoyo ciudadano. La ley establece un breve periodo de tiempo para que los aspirantes se de­di­quen a recabar firmas y comprobantes. Para ello, deben contar con una estructura capaz de operar simultáneamente y llevar a ca­bo esta tarea al menos en el espacio te­rri­to­ rial en el que debe cubrir la dis­tri­bu­ción de apoyos requerida, así como tener fi­nan­ cia­mien­to privado suficiente para solventar los gastos. A la vez, la ley les impide rea­li­zar “actos anticipados de campaña”, que la lgipe en su Artículo 3.1 define no só­lo como hacer llamados a votar, sino tam­bién lo que parecería un sinsentido: “ex­pre­sio­nes solicitando cualquier tipo de apo­yo para contender en el proceso elec­ to­ ral por alguna candidatura”, e igual que a los partidos políticos, les impide “con­tra­tar propaganda o cualquier otra for­ ma de promoción personal en radio y televisión”, de manera que extender el número de simpatizantes se convierte en una ardua tarea contra reloj.

En sentido inverso, buscando resolver la franca desventaja que tienen los candidatos independientes respecto al financiamiento otorgado a los partidos, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (tepjf ) ha permitido que se rebase el límite de financiamiento privado al que tienen derecho por ley, equivalente al “10% del tope de gasto pa­ ra la elección de que se trate” (Art. 399 de Ley General de Instituciones y Pro­ce­di­ mien­tos Electorales). Para las elecciones de 2015, 2016 y 2017, quienes in­ter­pu­sie­ ron queja ante el tepjf fueron autorizados a incrementar el financiamiento privado hasta alcanzar 50% del monto total del tope de gastos de campaña fijado para los candidatos de los partidos. Para los comicios de 2018, el tepjf autorizó incluso igualarlo. En esta ocasión se esperaba que las solicitudes de inscripción de candidatos independientes se multiplicaran dado el elevado número de cargos a elegir. Además, generó enorme expectativa la posibilidad de recurrir a este recurso para formar un polo opositor a la continuidad priista en la presidencia y a la vez disputar la ventaja construida desde la candidatura de Andrés Manuel López Obrador y la fuerza de su organización partidista para encauzar el descontento social. Particularmente desde el centro-derecha, organizaciones ligadas al poder económico como Mexicanos Primero y el grupo que de esta organización deriva: Me­xi­ca­nos contra la Corrupción y la Im­ pu­ni­dad, así como el Instituto Mexicano para la Competitividad (imco) y otros colectivos de interés, exploraron la po­si­ bi­li­dad de ocupar el espacio de las candidaturas independientes. Aún así, 87 personas manifestaron ante la autoridad electoral su deseo de figurar como candidatos independientes, que­dan­ do 48 reconocidos como aspirantes, y de forma muy controvertida, 2 incluidos en la boleta electoral: Margarita Zavala, quien renunció al pan al no conseguir en éste la candidatura presidencial, y por ins­ truc­ción del tepjf el gobernador de Nue­vo León con licencia, Jaime Rodríguez. El mecanismo establecido por el ine para recolectar y acreditar las firmas de apoyo para este proceso electoral permitió

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identificar un enorme número de irregularidades en las que incurrieron los tres aspirantes que entregaron una can­ti­dad de rúbricas que, según sus cuentas, superarían las requeridas (866 mil 593). De las firmas presentadas por Margarita Zavala (1,578,774), se dieron por válidas 870,168, cumpliendo con dis­per­ sión de 1% en 21 entidades federativas, es decir, 45% de éstas fueron irregulares. Jaime Rodríguez entregó com­ pro­ ban­tes de 2,034,403 de firmas de apoyo, pero de ellas solamente 41% eran válidas: 835,511, por lo que no alcanzó la cifra so­li­ ci­ta­da aunque cumplió con el umbral de dispersión en 17 estados. Armando Ríos Piter también dijo ha­ ber superado la suma de apoyos y en­tre­ gó 1,765,599 firmas, pero sólo el 14% fue­ron declaradas válidas (242,646). En manos de la Fiscalía Es­pe­cia­li­za­ da para Delitos Electorales (Fepade) es­tá averiguar estas irregularidades, así como la denuncia pública referente a la venta de listados nominales de electores que en su momento hizo Pedro Ferriz de Con, quien también intentó alcanzar la candidatura independiente a la presidencia. De la larga lista de aspirantes des­ta­có María de Jesús Patricio Martínez, Ma­ ri­chuy, quien participó en su calidad de representante del Consejo Indígena de Gobierno (cig) —convocado por el Con­ gre­ so Nacional Indígena y el ezln—. Como en su momento lo co­mu­ni­có el CIG, el principal propósito para caminar por esta vía sería visibilizar la lucha del movimiento indígena en el país y aprovechar la oportunidad para for­ta­le­cer la organización de los pueblos in­dí­ge­nas y la defensa de su autonomía. Sin tener recursos suficientes para crear y movilizar al equipo de acopio de firmas y documentos probatorios, no al­can­zó a cumplir con los requisitos, aunque 95% de los comprobantes que entregó fueron váli-

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dos y cumplió cabalmente con la rendición de cuentas de los gastos realizados, a diferencia de Margarita Zavala y Jaime Rodríguez. No obstante, con su par­ti­ci­ pa­ción en este proceso y su presencia en numerosas plazas del país, volvió a co­lo­car la exigencia de respeto a los de­re­chos indígenas en el centro de la agenda pública. Es interesante que paralelo a la búsqueda de esta candidatura, el ine de­ci­die­ra impulsar la inclusión de voces in­dí­ge­nas en el Congreso, obligando a los partidos políticos, a manera de acción afirmativa, a postular indígenas en las can­di­da­tu­ras a diputados federales en al menos 12 de los 28 distritos indígenas del país, cuestión que el tepjf decidió ampliar a 13 dis­tri­tos. El interés por conseguir candidaturas independientes al senado también fue significativo. De 78 manifestaciones de intención, sin embargo, solamente 7 cum­ plie­ron los requisitos: el ingeniero Lo­ ren­zo Ricardo García de León Coria, en Ba­ja California Sur; el ex gobernador de Chiapas, Pablo Abner Salazar Mendiguchía; Soledad Romero Espinal, ex militante del prd, en Guerrero; José Pedro Kumamoto Aguilar, en Jalisco; Raúl González Rodríguez, en Nuevo León; Manuel Jesús Clouthier Carrillo, en Si­na­loa, y Obed Javier Pérez Cruz, en Tlaxcala. Además, para candidaturas de di­pu­ ta­dos federales hubo 240 manifestaciones de intención, de las cuales 37 estarán en las boletas: en Chiapas 1, Nuevo León 9, Chihuahua 4, Oaxaca 1, Guanajuato 1, Sinaloa 2, Guerrero 3, Sonora 1, Hidalgo 1, Tabasco 4, Jalisco 4, Tamaulipas 2, Michoacán 2 y Morelos 2. Por último, cabe señalar que entre los candidatos independientes a la Cámara de Diputados, tres pertenecen a #Vamos a reemplazarles, organización encabezada por Pedro Kumamoto, diputado local in­ de­pen­dien­te con licencia para presentarse como candidato al senado. Este gru­po

de jóvenes, que se apoya con la plataforma Wikipolítica, ha acogido la idea de que la gente está indignada con la clase política y que toca a los jóvenes con ideas nuevas remplazarlos. Además de los espacios federales, intentan llegar también a los congresos locales de Jalisco, Ciudad de México, Yucatán, San Luis Potosí y Nuevo León, e intentaron colocar una candidata a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Para las elecciones en curso suman 17 candidatos independientes locales que comparten ideario y estructura, quieren agregar intereses y re­ pre­sen­tar­los, pero afirman no aspirar a con­ ver­tir­se en partido político, aunque en los hechos ya comienzan a actuar como tal.

Reflexiones finales

Las experiencias de las candidaturas in­ de­pen­dien­tes muestran que con el diseño que tenemos no se está resolviendo la falta de representatividad de las organizaciones partidistas y de los que finalmente ocupan los cargos de representación política. Las candidaturas, vistas como esfuerzos de individuos o en el mejor de los casos de personalidades, no abona para resolver el creciente distanciamiento entre gobernantes y gobernados. A la vez, el formato con el que se pretende atender la espontaneidad más que el cultivo de la organización, tampoco ha servido para incorporar voces excluidas del espacio político. Ante la rigidez para la formación de nuevos partidos políticos y con los riesgos que conlleva la política personalista de las candidaturas independientes, en el proceso electoral en curso éstas ya han pa­ sa­do a ocupar un lugar en el mercado de las negociaciones, los contrapesos y las alianzas políticas. ¿Cómo explicar, si no, la decisión del Tribunal Electoral de intervenir a favor de colocar a Jaime Ro­ drí­guez en la contienda presidencial?


Oportunidad para la democracia, de lo local a lo federal

Javier Oliva Doctor en Ciencia Política por la UNAM. Profesor de la FCPyS desde 1981. Coordinador del Diplomado en Defensa y Seguridad Nacionales, UNAM. Articulista de la Revista Vertigo y el diario El Sol de México.

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Introducción

omo resultado de subsecuentes reformas electorales, los co­mi­cios del próximo 1 de ju­ lio serán los más nu­tri­dos en cuanto a número de cargos sujetos a competencia. Sólo Baja California y Nayarit no tienen elecciones locales concurrentes. En total, 3, 236 puestos, conforme a la consulta realizada el 1 de septiembre de 2017. Esta cifra sin contar a los integrantes de los Cabildos. También derivado de ese fun­ da­ men­tal cambio, los partidos políticos y las coa­li­cio­nes requirieron cuidar con detalle, quién y por qué debieron ser sus can­di­ da­tos. En efecto, estaríamos por primera vez, en una situación en donde los procesos locales le sumarán votos a los aspirantes a la Presidencia de la República, dada precisamente, la confluencia de ambas elecciones.

De forma tradicional, no hace mucho, las candidaturas presidenciales, por su disposición de recursos, cobertura me­ diá­tica, alianzas con grupos de poder, entre otras variables, proporcionaban un impulso sustancial a los aspirantes locales, a cualquier cargo de elección. Por ejemplo, las nueve gubernaturas en disputa —incluyendo la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México—, indican que los perfiles de cada uno de los candidatos habrá de sumarle a su correspondiente abanderado a la presidencia de la República, votos que se traduzcan a su vez en posiciones en el Congreso de la Unión. Sin embargo, la problemática es que en varios estados de la República no se mantuvieron las coaliciones, lo que llevará a una enrome dispersión de voto, cuando no a confusiones de parte del elector. Casos como los de Morelos, Jalisco e

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incluso la Ciudad de México, exigirán de las estructuras de los partidos y de las autoridades electorales, un enorme esfuerzo para evitar desconcierto al momento de sufragar por tal o cual opción en las boletas. También hay que apuntar, que al menos en lo que se refiere a la clase política nacional, desde la perspectiva de la renovación democrática, tendremos una sustancial dinamización, lo que desde un enfoque generacional deberá abrir los caminos a nuevas y más eficientes formas para hacer de los procesos democráticos la vía fundamental para consolidar las bases de la siguiente etapa en el de­sa­ rro­llo del país. Esto sin duda, aportará en cuanto al número y porcentajes de votos, una mayor legitimidad para la toma de decisiones. Por otra parte, la notable concentración de procesos electorales federales y estatales, trajo consigo también, que la influencia de los medios de comunicación convencionales (televisión abierta, periódicos impresos y radio comercial), se haya incrementado sustancialmente al igual que sus ingresos y ganancias. Esto sin duda es un tema polémico, pues estamos frente a una incuestionable trans­ fe­ren­cia de recursos públicos a bolsillos privados. Los efectos positivos sobre las campañas, pero sobre todo, en el ánimo de la ciudadanía, está por verse si es que se lograr aumentar el número absoluto de votantes. Ya deberá analizarse con detalle este tema.

Sin embargo, hay algo más que campañas y partidos en compe­ tencia

Nuestro país vive la peor crisis de violencia desde la conclusión de la Revolución Mexicana, con el agravante de que ahora, de ninguna forma hay contenidos ideológicos o proyectos de reivindicación social. Se trata de la actividad de­pre­da­ dora del crimen organizado, que en va­rias partes del país ha logrado imponer un Estado paralegal, en donde las principales actividades para organizar la pro­duc­ ti­vidad y dinámica económica han sido cooptadas por los criminales: extorsión, pago de impuestos, secuestros, contro-

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les a los desplazamientos por caminos y carreteras, coerción y censura en medios de comunicación, persecución y liquidación de líderes sociales, además de la perniciosa diversificación de delitos, que van desde el robo de combustible, tráfico de personas, hasta por supuesto, la producción, trasiego y consumo de drogas. En una de sus más siniestras y violentas expresiones, las organizaciones cri­ mi­na­les, de distinto giro, han centrado su intención para incidir en los procesos electorales y sus resultados, a través del asesinato de candidatos, familiares o integrantes de equipos de campaña. Hasta la fecha, 23 de abril, se han registrado, de acuerdo con datos proporcionados por el Instituto Nacional Electoral, 82 homicidios de candidatos. Además de alrededor de 70 familiares y unas 50 personas integrantes de partidos políticos con cierto nivel de responsabilidad en estos hechos. La totalidad de los casos ha sido en contra de candidaturas locales, es decir, aquéllos que buscan una presidencia municipal, regiduría e incluso una diputación al Congreso estatal. Tal clima de violencia llevó a la Secretaría de Gobernación y al propio Ins­ ti­tu­to Nacional Electoral a firmar en es­te mes de abril un convenio y protocolo de seguridad para aquéllos candidatos que soliciten protección. Un aspirante local y ocho a cargos federales ya formalizaron su petición ante las amenazas recibidas por parte del crimen organizado. Sin duda, para la democracia mexicana se trata de una condición negativa, que a su vez pone en evidencia el marcado fracaso de las políticas y programas de seguridad pú­bli­ ca instrumentados en los últimos años. Pero la violencia criminal en contra de los candidatos y sus entornos no se limita a tratar de influir a partir de la eliminación de algunos aspirantes para posicionarse de territorios y desde luego, de las estructuras administrativas. También se encuentra la cercana posibilidad de que por amenazas abiertas a la población, en lugares recónditos, o bien las casillas no puedan instalarse, o se inhiba a la ciudadanía para salir a votar. Desde luego que no es una situación extendida por la geografía del país, pero el número

de casos aumenta año con año. La forma de agredir por parte de las organizaciones del crimen al proceso elec­ to­ral desde lo local, tiene la misma manera de operar desde hace varios años, al menos desde los 90 del siglo pasado. La criminalidad, al encontrar estructuras judiciales y corporaciones policiales débiles, con escasos recursos para hacer­ les frente, decidió acometer con toda la fuerza de las armas y del dinero para co­ rrom­per, agredir o amedrentar a las mismas autoridades locales. Atomizadas como se en­cuen­tran aho­ ra, de acuerdo con datos del Se­­cre­ta­ria­do Ejecutivo del Sistema de Se­gu­ri­dad Pública, hay 230 bandas de­lic­ti­vas, mismas que ejercen una presión directa sobre los sistemas sociales y productivos al mo­men­ to de renovarse la representación política; la posibilidad de los reaco­modos o aplicación de medidas que afec­ten sus intereses provocan sus violentas reacciones. El reto para el Estado mexicano en su conjunto es muy serio. Continuando con los datos dados a conocer a inicios de abril, marzo de 2018 ha sido el segundo mes más violento con 2, 479 asesinatos dolosos en torno a las actividades criminales (23% de aumento con respecto al mes de abril de 2017). En número cerrados, este sexenio con­ta­bi­liza 104 mil homicidios de ese tipo, contra 102 mil del anterior sexenio. Si persiste la tendencia los siguientes meses, la administración de Enrique Peña Nieto superará, por mucho, la de Felipe Calderón Hinojosa. No hay duda de que lo hecho hasta ahora en materia de Seguridad Pública fue poco y deficiente. De allí que las re­ per­ cu­ sio­ nes a los procesos electorales lo­ca­les —aunque sea una obviedad hay que te­ner­lo presente—, era sólo cuestión de tiempo.

Las candidaturas independientes locales

A diferencia de los muy polémicos procesos para la recuperación de firmas para alcanzar una candidatura independiente para la presidencia de la República, la autoridad electoral señaló que reunieron los requisitos y hoy cuentan con los recursos legales para competir por


un determinado cargo: 162 presidencias municipales, 62 diputaciones locales, 39 diputaciones federales, 7 senadurías y 7 gubernaturas. Como se puede observar, el positivo impacto de la participación ciudadana en la competencia por el sufragio, se abrió un decido espacio. No obstante que pudieran haber po­ cos candidatos independientes que ob­ ten­gan la victoria, lo cierto es que se tra­ta de una muestra de confianza en el proceso electoral en sí mismo y por la otra, estamos ante una seria llamada de atención a los partidos políticos para que tengan en sus expresiones locales una disposición de incorporar otros perfiles como militantes (posibles candidatos) así como una mayor apertura para considerar propuestas y planteamientos diferentes a los contenidos en sus plataformas ideológicas/electorales. La figura del candidato in­de­pen­dien­ te, es sin duda, una de las principales inno­ va­cio­­nes de estos comicios. Hay casos, desde los presidenciales hasta de presidencias municipales, en donde los aspirantes a dichos cargos cuentan con una muy importante trayectoria dentro de los partidos políticos. Esto cuestiona la finalidad y sentido de las candidaturas independientes; pero al mismo tiempo, hay casos en donde el perfil es auténticamente independiente, al presentarse y reunir los requisitos ciudadanos que no cuentan con experiencia y por tanto con trayectoria política alguna. La posibilidad del triunfo de algunos de ellos dependerá en muy buena medida de la convicción del electorado para acudir a sufragar en su favor; en tanto, los partidos políticos cuentan en promedio con 50 pesos sobre 1 asig-

nados a los candidatos independientes (datos proporcionados por los equipos de los aspirantes a la candidatura presidencial), además de las restricciones para alcanzar espacios en radio y televisión (los llamados spots). En esas des­ven­ta­jo­ sas condiciones no deberá llamar la aten­ ción que las posibilidades de triun­fo para este nuevo tipo de candidaturas vayan a ser pocas. Sin embargo es un camino que no tiene retorno. Sobre todo si se considera que quienes sean electos a nivel federal, con excep­ ción del presidente de la República, y lo lo­cal, gobernadores, pueden aspirar a ser reelectos, lo que sin duda complicará las dinámicas de relevo en el ejercicio del po­der, ya de por sí comprometido por bu­ ro­cra­cias y familias partidistas des­de hace años. El grave error de haber apro­ba­do la reelección hasta por una ocasión ya se ve­rá, tendrá consecuencias en la per­mea­bi­li­ dad de nuestra democracia para favorecer la natural entrada y salida de gru­pos en los espacios de representación y gobier­no.

Las condiciones de la competencia local/federal a partir del 2 de julio

De mantenerse las inercias señaladas por las encuestas nacionales y locales vamos en general a un proceso con altos niveles de polarización. Esto no es en sí mismo un problema, como no sea que los competidores no reconozcan los resultados cuando éstos no les sean favorables. La estabilidad que le proporciona a las elec­ cio­nes la aceptación de la derrota resulta fundamental si desde lo local se genera un tácito reconocimiento a la relativa igual­ dad de condiciones en la competencia. Esa positiva y deseable inercia desde lo local, además de la certeza en los re-

sultados y la legitimidad de las autoridades electorales en general, permitirá en lo nacional, articular lo que en adelante serán los acuerdos y pactos necesarios entre las fuerzas políticas, para que a su vez desde los equilibrios en la representación en el Congreso de la Unión y la Presidencia de la República, se formule la agenda que el país requiere. De persistir la cuestionable costumbre de autodeclararse vencedor sin contar con los datos ciertos, de impugnar a pesar de las evidencias en las actas de haber perdido, sólo propiciará un efecto negativo en el ánimo y sentido de la democracia representativa y como procedimiento. De allí que lo local se convierta en un relevante recurso de legitimación para la competencia electoral que concluye el 1 de julio, pues la disposición de los par­ ti­ dos, dirigencias, contendientes y sim­pa­ti­zan­tes para reconocer la voluntad ex­pre­sa­da en las urnas, en condicio­nes de normalidad democrática, hará difícil la procedencia de impugnaciones. De no ser así, debemos prepararnos para un largo y polémico contencioso post­elec­toral. Estrategias electorales que van y vie­ nen; alianzas formales o implícitas con grupos de poder y de la sociedad; com­pro­ mi­sos y programas, y demás expresiones de la búsqueda del sufragio, bajo las nue­ vas reglas de la competencia, proporcionan el contexto adecuado para con­so­li­dar lo alcanzado hasta ahora. Será entera res­ pon­sa­bi­li­dad de los principales actores (can­di­da­tos y autoridades electorales) no vulnerar la confianza en la ley ni en las condiciones generales de la contienda. Es­ ta­mos ante la oportunidad de dar un pa­so fundamental en la consolidación de nues­ tra democracia. Desde lo local a lo federal.

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PARA ENTENDER LAS PRÓXIMAS ELECCIONES Por Diana Cortés, Aimeé Estrada, Rodrigo Escudero y Jazmín Rodríguez

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a Facultad, como un referente en la co­ yun­tu­ra y los debates nacionales de mayor importancia, fue sede esta primera mitad de año de Encuentros 2018, una se­rie de mesas interdisciplinarias que reu­nie­ron a diversos especialistas en el tema de las próximas elecciones del 1º de julio. Al participar en el ciclo y abordar el tema de la democracia y el sistema político mexicano, Lorenzo Meyer, académico de esta Facultad y de El Colegio de México, explicó que el nuestro es un sistema híbrido a partir del cual se formaron varios partidos y cuya es­truc­tu­ra no se somete, estrictamente, a los preceptos de la democracia, pues hay en él todavía una gran carga de autoritarismo. En este foro —inaugurado por la doc­ tora Angélica Cuéllar, directora de la fcpys—, Meyer subrayó que el proceso electoral de este año no transformará el sistema sino que buscará legitimar algo que es imperfecto, y que justo por ello, la reformulación del Estado se dará a partir de la participación de los millenial en los próximos comicios. En su momento, el analista po­lí­ti­ co René Delgado señaló que en esta co­ yun­tu­ra no veremos cómo el régimen de los partidos se consolida sino cómo se va desvaneciendo. Indicó que la democracia electoral se ha reducido, pues hay alternancia pero no alternativa, no se reduce la desigualdad social, y el Estado no logra garantizar el derecho a la vida,

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a la integridad y al patrimonio. “Los viejos referentes se desmoronan y no vemos cómo se perfilan los nuevos pi­la­res”, sostuvo el ponente. Los expositores subrayaron que Mé­xi­ co re­quie­re de gente que mire, piense y atien­da todo tipo de propuestas para cons­ truir una cultura política ciudadana, un país libre, igualitario y democrático, sobre todo ahora que está por de­fi­nir­se un nuevo horizonte de la ciu­da­da­nía.

El partido en el poder

La ineficacia con la que procede el go­ bier­no actual revela problemas de co­rrup­ ción, violencia, actos antidemocráticos e ineficacia al ejecutar sus propias re­for­mas institucionales. Así fue definido por politólogos el partido en el poder en nuestro país, a escasos meses de las próximas elecciones de julio de 2018. Edna Jaime, José Merino e Ignacio Mar­ván, se refirieron al sistema ins­ti­tu­cio­ nal de la nación en tiempos pree­lec­to­ra­les. Marván, investigador del cide, explicó que el gobierno actual tiene gran­des de­ sa­cier­tos, de entre los cuales destaca la con­ di­ ción “catastrófica” de la gestión de Peña Nieto y la falta de resultados, lo cual deriva en una crisis de seguridad y violencia a la que se agrega el enorme problema de corrupción en to­da la República. “En México tenemos un gobierno ineficiente, corrupto y men­ti­ro­so”, sostuvo el especialista.

En materia de seguridad, Edna Jaime, directora general de México Evalúa, concordó con Marván en el manejo fa­lli­ do de la protección que se proporciona a la ciudadanía, pues los homicidios en el país aumentaron en 2017 a casi 30 mil. Consideró que la ineficacia del go­bier­no en este rubro se debe a que no hay un cam­ bio sustantivo en el sistema de se­gu­ri­dad. José Merino, académico del itam, apun­tó que los próximos comicios serán históricos debido a la fuerte des­con­fian­za por parte de la población hacia las prin­ ci­pa­les instituciones partidarias, y a que el concepto de democracia se ha ido desprestigiando por los innumerables casos de corrupción. Aseguró que el lide­raz­ go de las instituciones resulta dic­ta­to­ rial, por lo cual calificó al régimen actual como una autocracia más que co­mo una democracia. En este marco, invitó a destruir dicha institucionalización autocrática por una democrática y hacer de esta última una realidad sostenible. Los ponentes reconocieron la ne­ce­si­ dad de reformas elementales, la va­lo­ra­ción del voto ciudadano en aras de una restructuración de las instituciones, así como la creación de una procuraduría au­tó­no­ ma que evite la corrupción e im­pu­ni­dad.

El factor Trump

Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos los mexicanos se han interesado, aún más,


Expertos y académicos analizan de cerca el proceso electoral. Fotos: Alexia Rodrí­ guez y Mauricio Ávila.

por los acontecimientos que suceden con su vecino del norte pues se desconoce cómo afectarán las acciones de dicho mandatario a nuestro país. Durante la tercera mesa de debate en Encuentros 2018, donde se discutió acerca de las relaciones diplomáticas entre ambos países, Carlos Bravo, docente del cide, expuso el triunfo de Trump como un hecho histórico aún cuan­do su discurso racista y xenófobo ya estaba presente en el pensamiento anti in­mi­ gran­te norteamericano. “La dis­cri­mi­ na­ción siempre ha estado ahí, sólo que Trump la canalizó y convirtió en un recurso rentable”, dijo. La periodista y académica, Ana María Salazar dejó en claro que con la renegociación del tlcan se ha desencadenado un desaprendizaje en la relación y comunicación entre México y Estados Unidos debido a que Trump vela por sus intereses comerciales y no por el justo intercambio de productos y de cultura. En esta mesa de discusión, los ponentes concluyeron que mientras el empresario norteamericano esté en la Casa Blanca, México no tendrá una relación estable sino incierta con la potencia, y esa realidad afectará profundamente el proceso electoral hasta su base.

Encuestas, un instrumento de poder

“En cada sexenio se crean narrativas políticas que buscan generar poder sobre

nosotros”, comentó Roberto Morris, con­ sul­tor político egresado de la Universidad Iberoamericana. “Las encuestas son un instrumento muy poderoso para los estrategas de campaña, complementó Rubén Aguilar, sociólogo también de la ibero, quien agregó: “la encuesta es un instrumento fundamental cada vez más sofisticado que se concentra en perfiles, regiones y edades específicas para la obtención de datos”. Para Luis Estrada, experto en comunicación política, existen tres efectos en las encuestas de intención de voto. El primero es el efecto del ganador (o efecto band wagon), que consiste en apoyar al candidato que se encuentra arriba en las preferencias, por el hecho de subirse al carro ganador. El segundo es el de estar con el más débil (o efecto underdog), es decir, hay identificación con el partido menos valorado o el opositor. El tercero es la alegría malsana, el sufrimiento de los demás, es decir, que el electorado cam­bie de preferencia en el último mo­men­to para perjudicar a la actual administración. Y por último, el voto es­tra­té­gi­co o el voto útil tiene que ver con sacri­fi­car el sufragio por la preferencia con tal de que gane tal candidato”. “Por eso es que las encuestas son úti­ les para identificar las tendencias. Si un can­di­da­to quiere tener una estrategia de comunicación exitosa debe saber manejar la agenda pública. ”.

La (des) confianza electoral

La mesa: ine y la desconfianza electoral también formó parte de este foro. En ella, Silvia Gómez, antropóloga; Pedro Salazar, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas y Diego Valadés, especialista en Derecho, comentaron que el sentimiento de inseguridad generado en la ciudadanía, producto de numerosos actos de corrupción e irregularidades en las que se ha visto envuelto últimamente el ine, es lo que se denomina: desconfianza electoral, sentimiento preocupante que influye sustancialmente en las decisiones previas, simultáneas y posteriores a los próximos comicios. Salazar detalló el importante papel que jugará el Tribunal Electoral en las elec­ cio­nes para la resolución de con­tro­ver­sias. En este sentido, hizo un llamado a la comunidad universitaria a estar aten­ta ante las posibles impugnaciones par­ti­dis­tas. Valadés opinó que a pesar de que se comparte irritabilidad, no se debe caer en el escepticismo, pues se puede des­con­fiar de las instituciones, pero no de la po­bla­ ción. Habló del fenómeno de la co­ rrup­ ción institucional, producida por la disolución o falta de fronteras entre los intereses públicos y privados. Puso como ejemplo el reciente caso del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México y el inmenso interés privado que lo detenta, como parte las anomalías que empañan su proceso de construcción.

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Régimen político, corrupción y elecciones POR GABRIELA ARCIGA

Arturo Chávez, Sergio Varela y Lorenzo Meyer debaten sobre la coyuntura política de julio próximo debate.

México no ha podido vivir lo que, en un sentido estricto, sería una elección libre, llevada conforme a las reglas, ho­nes­ ta y con resultados creíbles”. Así lo se­ ña­ló Lorenzo Meyer en conferencia con alumnos y profesores de la Facultad. Ante la necesidad de abrir el análisis sobre la coyuntura política y las próximas elecciones en nuestro país, el coor­di­na­dor del Centro de Estudios So­cio­ló­gi­cos de la Facultad, Sergio Varela, in­vi­tó a Meyer, ca­te­drá­ti­co del colmex y ahora también de la fcpys, y al secretario ge­ne­ral de la Fa­cul­tad, Arturo Chávez, a par­ti­ci­par en la charla: Democracia 2018, ré­gi­men polí­ tico, corrupción y tendencias elec­to­ra­les. Meyer enfatizó que en todos los países del orbe la distribución del ingreso es un indicador fundamental del bienestar po­ lí­ti­co y social; en este marco, añadió, en nuestro país, donde las familias mexicanas reciben sólo el 1% del Producto Interno Bruto, es evidente la distribución ine­

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qui­ta­ti­va y desigual de los ingresos, y por ende el descontento y desconfianza hacia los procesos electorales. Aunado a esto, siguió el interlocutor, el tema de la corrupción —que lleva a una duda generalizada sobre la labor de las instituciones—, permea toda la idea sobre la democracia. Con cifras y gráficas, Lorenzo Me­yer mostró que la población señala a aquellas entidades encargadas del proceso elec­to­ral como las que poseen el más alto ín­di­ce de corrupción, en contraste con otros países donde se tiene una mejor imagen de éstas. El también historiador, consideró que México tiene un sistema político híbrido; una mezcla de uno autoritario y uno democrático; además, mostró la parte del autoritarismo que se conserva todavía en el ejercicio del gobierno y cuestionó qué tanto, en función de la apertura democrática y la transparencia, se ha logrado avanzar en el país.

Aunque destacó que México goza ya de un pluralismo político, apuntó que aún existen un gran número de li­mi­ta­cio­ nes para que los comicios se lleven a ca­bo libremente, así como la necesidad de un público informado. En su intervención, Arturo Chávez abundó sobre el tema de la corrupción. Dijo que “la intervención de los recursos privados en los procesos electorales es al­go que todo mundo sabe y que di­fí­cil­ men­te se puede documentar”. Agregó que el uso de los recursos públicos ha ser­vi­do para incidir en el voto de los ciu­da­da­nos. Subrayó que el sector de la población con mayor formación y obligación de aná­ li­sis —como la co­mu­ni­dad universitaria—, debe ser vigilante de que la corrupción no sea el elemento cen­tral de decisión política. Para fi­na­li­zar concluyó con la premisa de que el miedo y la violencia serán, desafortunadamente, un elemento central en el venidero pro­ce­so electoral.


Campañas sin propuestas claras POR DIANA CORTÉS y FABIÁN VALENCIA

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n la conferencia, Ideas, propuestas y promesas: en busca del programa de go­ bier­no, Fernando F. Castaños, Jorge Ca­ de­ na y Francisco Reveles, docentes del plan­tel, sostuvieron que ninguna de las propuestas es clara y ninguna explica la manera como se concretará. En este mar­ co, los ponentes expresaron que es ne­ ce­sa­rio es­pe­rar los debates para volver a ana­li­zar cada uno de los planteamientos de los can­di­da­tos. En cuanto a la etapa de precampañas, Rosa Ma. Mirón, jefa del Programa de Estudios de Posgrado de la Facultad, ha­ bló de la ineficacia de las mismas, pues éstas ofrecieron una idea poco clara sobre su razón de ser. Asimismo, expresó un claro rechazo a la partidocracia y al gasto excesivo registrado en dicha etapa.

Agregó que algunas de las “enseñanzas” desprendidas de este periodo son la ne­ce­ si­dad de una mejor regulación en las elec­ cio­nes internas de candidatos, la implementación de alianzas es­tra­té­gi­cas, ofrecer propuestas modernizadas y la exi­gen­cia de convocar a la participación ciudadana, elemento al que calificó como la principal fortaleza de la democracia. Gustavo Martínez, profesor de la fcpys, indicó que en las precampañas no hubo competencia dentro de los par­ti­ dos para la elección de candidatos, sino que desde el “principio” sólo se tuvo a uno solo. El expositor atribuyó dicho fenómeno a la reforma constitucional en materia electoral implementada en 2007, ya que según sus palabras, ésta hace más probable una designación y no

una elección mediante proceso participativo; es decir, la cúpula de los partidos decide quién es el elegido y no la militancia de éste. La investigadora Natividad Gutiérrez Chong se refirió a la candidatura in­ dí­ge­na representada por María de Jesús Patricio, “Marichuy”. Explicó que ésta se desplomó ante la casi nula cobertura brindada por los medios de comunicación, la ausencia de estrategia y coordinación en su campaña, e incluso por los problemas de la aplicación virtual para recabar firmas. Al final de las exposiciones de este ciclo se llegó a la conclusión de que al país le espera un futuro interesante en materia electoral, cualquiera que sea el resultado del proceso, razón por la cual es ne­ ce­sa­rio mantener el análisis en este rubro.

Martha Singer y Miguel Ángel López inauguraron las mesas redondas: Retos y desafíos de las elecciones de 2018.

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Ley de seguridad interior: ¿constitucional?

Fotos: Myriam Corte.

Por Fernando González

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n diciembre pasado se aprobó la Ley de Seguridad In­te­rior (lsi), que no es otra cosa que un con­jun­to de normas que “regulan” la pre­sen­cia de las fuerzas armadas en nuestro país. Como el término “seguridad interior” es, en este contexto de narcotráfico, in­se­gu­ri­dad y descontento social, susceptible de interpretación, analistas y ob­ser­va­do­res de derechos humanos en México y el mun­do han manifestado su preo­cu­pa­ción por una posible militarización de la nación. En una sesión del Seminario jurídico de temas contemporáneos, que trató este asunto, los doctores Javier Oliva, Chris­tian Ascensio y Yadira Gálvez, así como del maes­tro Juan Manuel Ibarra, opinaron al res­pec­to. Las incongruencias en materia ju­ rí­di­ca, para la mayoría de los ponentes, se hallan en el conflicto de la ley con otros artículos dentro de la Constitución, como el 6, 21 y 129, que especifican temas de acceso a la información, las labores del ejército circunscritos fuera de la seguridad pública, la condición de las fuerzas armadas en cuartel en tiempos de paz, y los mecanismos de intervención en en­ti­da­des federativas. Sin embargo, la complejidad del tema exigió a los ex­po­ si­to­res atravesar dimensiones políticas, económicas e incluso de índole cívica. Oliva indicó que la percepción de militarización que se tiene frente a la ley es incorrecta, en tanto las características de ese concepto obedecen a condiciones de regímenes militares que, no corresponden a lo es­ti­pu­la­do en los 34 artículos de los que está compuesta. Para el académico es deseable la implementación de una lsi en la medida en que construye una posibilidad de transparentar el uso de recursos, pero insistiendo en la claridad de conceptos para evitar ambigüedades y malas interpretaciones.

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Gálvez no compartió la idea de la po­si­ bi­li­dad de una mayor apertura en ma­te­ ria de transparencia, debido a que la LSI estipula que la información re­fe­ri­da a los casos de operaciones con intervención militar se catalogaría como reservada, pero concordó en el carácter ambiguo de ésta, pues no parece tener claras las diferencias entre seguridad interior, nacional y pú­bli­ca. Insistió también, sin embargo, en la necesidad de una lsi, pues “es per­ti­nen­ te la existencia de un marco legal que regule las actividades de las fuerzas ar­ ma­das, tanto para éstas, como para la sociedad”. Desde su postura, es la falta de pro­ tocolos específicos de acción uno de los factores primordiales sobre los cuales hay que trabajar, ya que las fuerzas armadas mexicanas no están entrenadas para lidiar con labores de seguridad pública, lo que lleva a excesos impunes en materia de derechos humanos o a la poca protección legal de los miembros del ejército, señalados como los principales responsables del conflicto. “Es fun­da­men­tal mirar los dos lados”, enfatizó. “Sería osado afirmar que la única causa de la violencia en el país es debido al despliegue de las fuerzas armadas”. Sobre esa idea, insistió en la ne­ce­si­ dad de llevar a cabo de manera pa­ra­le­la acciones para profesionalizar a las instituciones policiacas civiles y hacer eficiente un sistema de procuración jurídica. Asencio coincidió en la urgencia de una regulación precisa de actividades para evitar, entre otras cosas, las ope­ ra­ cio­ nes militares como instrumento político. Hizo hincapié en el papel de las bases sociales sobre las cuales se desarrolló la idea de la lsi. Habló acerca de la percepción negativa de las instituciones policiacas, y cómo influye en la

legitimación de grupos delictivos o en la generación de un sentimiento de intervención militar deseable por parte de algunas personas. No obstante, frente a estos elementos, manifestó la relevancia de un diagnóstico preciso de la eficacia de las fuerzas armadas en la reducción de la incidencia delictiva. Por su parte, Ibarra se posicionó a favor del carácter constitucional de la lsi, argumentando que la poca claridad respecto a los conceptos utilizados res­pon­ de a un desconocimiento de la estructura jurídica de la nación, prejuicios e in­ter­ pre­ta­cio­nes falaces e incompletas. El fun­ da­men­to de la ley, para el expositor, se sustenta en los artículos 73 y 89, que identifican a la seguridad interior como una vertiente de la seguridad nacional; lo que desde su perspectiva aclara las críticas de ambigüedad. En lo que compete a las críticas por incongruencia con otros artículos de la Constitución, el maestro reiteró nue­ va­ men­te una falta de cultura de in­ter­pre­ta­ ción jurídica, pues en el caso del artículo 6, referente a la transparencia, la lsi sí asegura la liberación de información una vez concluidos los casos de intervención militar. En el caso del artículo 129, re­fe­ ren­te al enclaustramiento en los cuar­te­ les por parte del ejército en tiempos de paz, afirmó que éste no ha sido reformado desde 1917 y responde a una lógica de contexto muy distinta a la actual. Hacia el final de la sesión y a pesar de las discrepancias de posturas, la dis­ cu­sión giró en torno a una coincidencia general: la generación de una estrategia de confrontación y prevención equilibrada, que permita hacer frente a los grupos del crimen organizado, pero que al mismo tiempo atienda la pro­ble­má­ti­ca social que es el núcleo real del con­flicto.


Estado contemporáneo, crisis y cambios

Manuel Jarquín, Rosa Merlín, Francisco Paoli y José Cruz. Foto: Eduardo Castillo.

POR FERNANDO GONZÁLEZ

¿Qué pasa actualmente con el Estado contemporáneo? ¿Existe una crisis o sim­ple­men­te hay cambios estructurales?”, se preguntó la maestra Rosa Merlín en otra sesión del Seminario jurídico de te­ mas contemporáneos, cuyo objetivo fue ana­li­zar temas que, por su relevancia y complejidad, ameritan la mirada de distintos especialistas. Hay factores para explicar la crisis del Estado nación, explicó Francisco Paoli, académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas, mismos que auguran la desaparición del Estado, tal y como se concibió en su nacimiento a la caída de la Edad Media. Hechos como la glo-

balización, la migración y la expansión mundial del crimen organizado, consideró, han terminado por indefinir fronteras y han incluido nuevos actores que tienen control en campos y regiones que antes sólo dirigía el Estado. Para el ponente, las naciones se dirigen hacia la configuración de una integración mundial, algo que le gustaría, se constituyera como una utopía global; un escenario donde se disfrute de los beneficios de la interacción y se regulen los efectos negativos de ésta. Por otro lado, Manuel Jarquín, de la Facultad de Derecho, enfatizó la urgencia de la construcción de un “Esta-

do constitucional de derecho de corte internacionalista”; la aparición de leyes que brinden una respuesta certera a la in­ fluen­cia del exterior, y adapten al país frente a las nuevas dinámicas de in­te­rac­ ción internacional. “En México abusamos del contenido constitucional para aco­mo­ dar­lo a intereses particulares”, aseveró. El embajador Francisco Cruz cuestionó a los jóvenes acerca del contexto internacional actual, a fin de invitarlos a reflexionar: “¿Nos encontramos a las puertas de un ente supranacional? ¿Podemos hablar de una unión de estados norteamericanos, o incluso, de una unión de estados latinoamericanos?”.

monitoreo ELECTORAL UNAM Por Myriam Corte

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onocer el alcance de las campañas electorales en la conformación de la cultura política y en los resultados de una elección es una labor que tanto académicos, ciudadanos, partidos políticos e instituciones como el ine tienen que realizar. Así lo indicó la maestra Diana Marenco, coordinadora del Monitoreo que realiza la unam a 503 programas de radio y televisión, a través de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, para observar cómo cubren los medios las pre-campañas y campañas electorales Con la presencia de Angélica Cuéllar, directora de la fcpys; Benito Nacif, consejero electoral del ine; Alejandro Vergara, del ine y Alma Iglesias, jefa de la División de Educación Continua y Vinculación, Marenco explicó que la

información que genera el monitoreo es una buena herramienta para realizar un análisis más profundo y observar hasta qué punto los medios tienen injerencia en el proceso. Sobre los datos duros de este observatorio resaltó que de 10 mil piezas informativas que se han monitoreado desde que arrancaron las campañas, mil 500 tuvieron una valoración negativa o positiva de los candidatos; el género periodístico más utilizado sigue siendo la nota informativa en ambos medios; además, el recurso más utilizado tanto en radio como televisión fue la cita. El propio Nacif dejó en claro que los medios de comunicación en estos comicios están dando más opiniones y valoraciones en el momento que transmiten

Alejandro Vergara, Benito Nacif, Diana Marenco y Alma Iglesias. Foto: Emanuel Reséndiz.

su información, y aunque es cierto que han aumentado las valoraciones negativas de los candidatos, lo cual ocurre más en radio que en televisión, el monitoreo genera un gran insumo de información que permite dar seguimiento al comportamiento de los medios e identificar la presencia de los temas políticos en la agenda mediática, tales como la libertad de expresión, la cultura democrática, la trans­parencia, entre otros.

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Ciberespacio, terrorismo y narcoviolencia POR FERNANDO R. TENORIO y Diana Cortés

Alejandro Chanona y Leonardo Curzio durante el análisis sobre delincuencia organizada, Ley de seguridad interior y cooperación con Estados Unidos. Fotografía: Eréndira Barrios

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uerras en Medio Oriente, terrorismo, amenazas nucleares, narcotráfico, violencia y migración, son hechos inobjetables del nuevo entorno global según Celina Realuyo, miembro del Ins­ ti­tu­to William J. Perry, quien en el Seminario internacional: Amenazas y desafíos a la seguridad en América del Norte, presentó un análisis de la estrategia de los eeuu contra las redes ilícitas en las Amé­ri­cas. Realuyo argumentó que las tareas para la mitigación de los problemas actuales deben ser la seguridad, prosperidad, sociedad y gobernanza. Externó que la estrategia de defensa de eeuu se basa en el reforzamiento de fronteras, de vigilancia y de los lazos de cooperación contra el crimen y el terrorismo. La inteligencia financiera, añadió, es de vital importancia en contra de los cárteles. “Hay que darles donde más les duele: su dinero”. No obstante, sólo recordó la vieja fórmula: follow the money; no hubo una explicación exhaustiva de las estructuras financieras en que se rigen; tampoco de la inmunidad de los grandes bancos inmiscuidos ni, mucho menos, de una posible legalización, que puede, en esencia, lograr una regulación responsable, humanista y vigilada. “La captura de ‘el Chapo’ es un éxito de la cooperación internacional”, dijo Celina; sólo que no describió qué clase de éxito, porque pareciera que sólo fue mediático y cosmético.

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Boris Saavedra, ex miembro de las Fuerzas Aéreas de Venezuela, y también integrante del William J. Perry, presentó el análisis político estratégico del ambiente de seguridad, en específico sobre el crimen en el ciberespacio. Detalló que en 2017 se dieron 750 millones de ci­ber­ ata­ques mensuales aproximadamente, y hay una tendencia ascendente. Enfatizó en que la ciberseguridad nos afecta a todos; “los ataques que ahí se dan son de interés colectivo, por lo que deberíamos preocuparnos y ocuparnos. La información que colocamos en la red hoy, podrá ser utilizada en nuestra contra mañana”.

Urgente reestructurar la seguridad pública

En un debate con diferentes ma­ti­ces, los doctores Leonardo Curzio, miembro del Centro de Investigaciones Sobre Amé­ri­ca del Norte; Alejandro Cha­no­ na, internacionalista de la fcpys, y Raúl Benítez, especialista en Estudios La­ti­noa­ me­ri­ca­nos, fijaron su postura en el seminario, México: desafíos de la delincuencia organizada, Ley de Seguridad Interior y cooperación con Estados Unidos. Curzio apuntó que las autoridades municipales y estatales que lidian con la delincuencia organizada y el narcotráfico cuentan con “planes de efecto práctico”, incapaces de solucionar o manejar dichos problemas, razón por la cual la

Ley de Seguridad Interior (lsi) debe ser aprobada, pues es el gobierno federal la vía más factible para la conten­ción del crimen organizado, aunque dis­cre­pó con respecto a la militarización del país. Chanona coincidió en la incapacidad de las elites civiles frente al crimen organizado y precisó la necesidad de un modelo de seguridad consolidado para su efectivo control. En cuanto a la lsi, aseveró no estar de acuerdo con ésta en su totalidad. Propuso la implementación de un modelo que separe la seguridad pú­ bli­ca de la ciudadana, es decir, mejorar la efectividad de las instituciones po­li­cia­les, así como proporcionar el mando a los ci­vi­ les para evitar la militarización del país. Ello con el objetivo de reconstruir el tejido social, con miras al bienestar, la paz y la convivencia pacífica entre la ciudadanía. Benítez examinó el tema desde la globalización. Afirmó que las doctrinas globalizadoras ponderan el manejo de la seguridad pública nacional e internacional, y que el ejército nacional fue la última institución en globalizarse, debido a que en muchos países de Latinoamérica los líderes militares no se subordinaban a los gobiernos norteamericanos. Sobre la lsi opinó que es “buena para las fuerzas armadas, pero mala para la democracia”, además de que cuenta con una normatividad y vigencia cuestionable, por lo cual no observa viabilidad en su implementación.


Ambiente hostil para las Organizaciones de la Sociedad Civil POR DIANA CORTÉS

Marcela Nieto Sarre, Pablo González Ulloa, María Huerta y Miguel de la Vega analizaron el panorama de las OSC en México

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as Organizaciones de la Sociedad Civil (osc) son trascendentales para reconocer, apoyar y proponer mejores condiciones de vida a la población. La creación de un ambiente empático y co­la­ bo­ra­ti­vo entre estos organismos y el Es­ta­ do es una obligación no sólo de los partidos políticos y sus representantes, sino del gobierno y la ciudadanía en general. En estos puntos coincidieron Marcela Nieto, directora de Participación Ciudadana en la Secretaría de Preven-

ción y Participación Ciudadana; María Huerta, especialista en Implementación e Investigación en Desarrollo Social, y Miguel de la Vega, director ejecutivo de Sustenta Ciudadanía, Consultoría e Investigación, al participar en la Mesa de discusión sobre la agenda de las osc de cara a los comicios electorales, organizada por el doctor Pablo González Ulloa. De la Vega condenó el ambiente hos­ til en el que se desarrollan las osc, debido a los ataques de espionaje, difama-

ción y allanamientos que han sufrido por parte del gobierno, hechos por los cuales se requiere de un marco regulatorio más eficaz para la conformación de dichos órganos, así como una sociedad más empática con los mismos. Marcela Nieto comentó que las osc deben ser vistas por el gobierno como aliadas y no como enemigas. En ese mar­ co, dijo que es vital una mejor comunicación entre organizaciones, gobierno y ciudadanía para hacer sus labores más efectivas y confiables. En la misma línea, María Huerta ex­ hor­tó a conocer a fondo a las osc para tener un mejor juicio y desechar la des­ con­fian­za hacia ellas; también invitó al auditorio no perder el entusiasmo en apo­ yar y/o colaborar con estas entidades, pues éstas juegan un papel crucial en la resolución de problemas sociales a nivel nacional e internacional.

la DÉbil izquierda mexicana por Fernanda Payán

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pocas semanas de las elecciones se llevó a cabo la primera parte del coloquio La débil izquierda mexicana 19882018, cuya hipótesis fue que la izquierda de nuestro país tiene un déficit de consolidación, a pesar de su capacidad de convocatoria. En palabras del doctor en ciencia política, Héctor Zamitiz, resulta importante estudiar desde la academia a la izquierda mexicana de manera sistemática y no ideológica pues desde 1988 es un elemento central en la democratización del sistema político nacional. Mediante un enfoque histórico, el doc­ tor Francisco Reveles hizo un recuento de la evolución de la izquierda en México. Relató que antaño la vía electoral era una válvula de escape y no un

camino para acceder al poder, por ello las izquierdas se insertaron en un ambiente hostil: sus luchas sociales tuvieron un alto costo de militantes asesinados en varios estados, en el congreso sus iniciativas eran difícilmente consideradas y su influencia en los medios era nulficada por el control del gobierno. El académico destacó la participación de intelectuales como militantes políticos en los años en que comenzó a “consolidarse” la izquierda del país. “Si bien el 88 significó una ruptura para las izquierdas mexicanas debido al derrumbe del socialismo y al despunte del prd como competidor por la presidencia, el futuro de las izquierdas electorales mexicanas es incierto. La renovación

de poderes nacionales y locales en 2018 abre la posibilidad de un fortalecimiento para el nuevo partido Morena, pero no se augura un futuro mejor”, concluyó. Juan Reyes, académico de la uam, aseguró que siempre es importante preguntarse qué es la izquierda mexicana. Opinó que no puede ser una concepción del mundo, ni tampoco una definición política, pero sí implica un posicionamiento respecto a la realidad y los acontecimientos políticos del presente. Víctor Muñoz, politólogo de la fcpys, afirmó que “la izquierda no tiene posibilidades de ganar, sin embargo se espera un voto de castigo de la ciudadanía que puede cambiar cualquier expectativa estructural histórica”.

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SE AVECINA UNA TORMENTA PERFECTA por Fernando R. Tenorio, Christian Zúñiga, Nancy Islas

Primer Foro de la FCPyS sobre Análisis de la Coyuntura. Fotografía: Alejandra Reyes

Lo que marcará la elección será la insatisfacción”, dijo Lorenzo Meyer en el foro sobre Análisis de coyuntura: En­cru­ci­ ja­das y visiones del análisis de la coyuntu­ ra, organizado por el maestro Mauricio Márquez, donde además detalló algunos de los problemas más graves que marcarán el 1 de julio. Argumentó que los mayores retos que enfrenta el país son el desencanto con la calidad de la democracia, la corrupción, el débil Estado de derecho, la violencia e inseguridad, el trabajo precarizado, la desigualdad social, la educación deficiente, el capital social inactivo y la política externa con eeuu y Trump. Desde su perspectiva, el país vive en un ambiente de descontento, de poca o nula confianza en el sistema político; en donde los casos de corrupción están a la orden del día: funcionarios con licencia para robar, como Emilio Lozoya, a quien no se le ha tocado ni con el pétalo de una rosa; en donde se concluye que “por las estadísticas de impunidad, conviene ser delincuente”; en el que la desigualdad está por los cielos; la mitad de la población está en pobreza y cuatro familias con enormes fortunas; y, por último, un México que enfrenta la mala vecindad

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de un sector estadounidense resentido, antes oculto, pero ahora activo y liderado por Trump. Ante una amenaza del Norte, ins­ti­tu­ cio­nes no confiables en territorio propio y el año más violento en tiempos modernos mexicanos, se avecina una tormenta perfecta, alertó el también historiador. Surgió una pregunta de la audiencia; en ella se presentó un escenario indeseable pero familiar: el pri destina todos los recursos para ganar la presidencia, recurre a viejas prácticas y utiliza el poder de “sus” instituciones, con lo que logra la victoria de nuevo. Para responder, el profesor Meyer se valió de la fábula del alacrán y el sapo; el primero convence al segundo de ayudarlo a cruzar el lago, y le promete que no lo picará, no obstante, en la mitad del trayecto, lo hace. “Pero nos hundiremos los dos”, dice el sapo, a lo que el alacrán responde: “está en mi naturaleza”, tal como lo está en la del pri, precisó Meyer, hacer el fraude. “No es futurología, pero el presagio, con ayuda de la historia, no es esperanzador”. Finalizó con una reflexión: “es la sociedad mexicana la encargada de que el pri ya sólo sea historia; es presente, es historia; que no sea futuro”.

Carlos Heredia, doctor por la Facultad de Economía de la unam, habló acerca del gobierno de Donald Trump y de cómo México ha sido excluido de América del Norte y América del Sur. “Nosotros creíamos que desde que entró en vigor el tlcan éramos parte de América del Norte, sin embargo, el muro es una señal contra los mexicanos, y su exclusión, que no sólo nos incluye a nosotros sino a toda América Latina, nos aparta del club blanco anglosajón y protestante.” En cuanto al proceso electoral en el país, advirtió que no hay certidumbre en las reglas del juego; se vale hacer trampa, sobre todo a favor del pri. Por ello, “hay que informarnos y organizarnos para en­ ten­der que el poder lo tenemos nosotros”. Lucio Óliver, académico de este plan­ tel, definió a la coyuntura como “la combinación de circunstancias donde los con­flictos son agudos, dividen a la sociedad y fuerzas políticas y posibilitan un cambio de rumbo”. En su momento, la doctora Mariana Aparicio señaló, acerca de la importancia de estudiar la coyuntura, que “todos los días hay que modificar el estudio y repensar hacia dónde queremos ir”. Brindó un análisis sobre la política comercial de Trump y sus implicaciones en acuerdos como el tlcan y la Alianza Por el Pacífico. Concluyó que la lógica de Trump es no dar seguridad a sus aliados sobre la estabilidad de los acuerdos de libre comercio que concretan. Finalmente, el doctor José Luis Val­dés externó que el análisis de la coyuntura busca trazar una línea del tiempo y marcar los distintos acontecimientos (siem­ pre diferenciados de los eventos sim­ ples, individuales e insignificantes) para construir escenarios de lo que aqueja a la sociedad contemporánea. Agregó que se debe profundizar, principalmente, en “la crisis del sistema democrático global y la economía capitalista”, por ser de una complejidad multifactorial y devenir en una gran cantidad de problemas sociales.


Ahora más que nunca es importante estudiar Comunicación por Rodrigo Escudero

Iván Islas y Javier Solórzano durante el Comunicafest 2018. Foto de Ricardo López

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on la comunicación “podemos informar, persuadir, convencer y crear opinión pública, sobre todo a través del periodismo, ya que esta actividad ayuda a la población a estar informada y actuar mediante sus propias decisiones con conocimiento de causa”. Así lo explicó Teseo López Vargas, profesor de la UAM-Xochimilco, en la inauguración de Comunicafest 2018, foro en el que se reflexionó sobre el rumbo de la comunicación; es decir, hacia dónde se dirige teórica e intelectualmente. Indicó que ahora que vienen las elecciones hay que estar informado, pues la comunicación ofrece herramientas para revelarnos ante las esferas del poder que son tan cerradas. Al hablar de comunicación horizontal y recíproca entre emisor y receptor, así como de retroalimentación, el docente aseguró que es difícil encontrar ejemplos, pues “tenemos casos de periodistas, como Julio Scherer, que lucharon por décadas para que otras voces emitieran otro punto de vista distinto al oficial, frente a lo cual medios cerrados se fueron abriendo, pero no por generosos; aún más, hoy los medios siguen siendo plegados y autoritarios, salvo algunos casos”.

La comunicación tiene un problema, alertó el ponente. “Ha logrado revelar, develar, exhibir, pero la impunidad prevalece. Mientras continúen los crímenes de Estado como asesinatos o desvió de recursos, la función social del co­mu­ni­ca­dor no terminará”. Al mismo tiempo, el interlocutor cuestionó: “¿hasta dónde llega la función del comunicador? No ol­vi­de­ mos que éste no tiene responsabilidad de que se juzguen los delitos, sólo los presenta”. Añadió que hoy contamos con las redes sociales e internet, medios que han permitido que cualquier ciu­da­dano pueda comunicar su pensar. Para fi­na­ li­zar su participación, Teseo López subrayó: “es por tanto importante estudiar comunicación ahora más que nunca”. En su turno, Mariano Navarrete, pro­ fesor de la Universidad Panamericana, ex­ pre­só que “existe una dialéctica entre mar­ gi­na­li­dad y relevancia en estudios de la comunicación”. Dijo que en México y en las ciencias sociales estas in­ves­ti­ga­cio­nes no son vistas como una prioridad de­bi­do al modelo científico tecnológico que priva. Mencionó que, en sentido aristoté­ lico, si perdemos nuestra capacidad hu­ ma­na de conocimiento práctico, es de­cir, de deliberación con respecto a la discu-

sión de ciertos modelos tecnológicos, tendremos una sociedad tecnocrática pero sin la capacidad de discutir en torno a la pertinencia de soluciones. Por tanto, abundó, el conocimiento práctico es relevante, pues se adapta a la coyuntura sociopolítica mediante una lógica democrática, donde las respuestas no son impuestas por una lógica instrumental, sino deliberativa, con sustento teórico ante las posibles soluciones. Iván Islas, coordinador de la carrera en la Facultad, sostuvo que “en este nue­vo ecosistema de la comunicación digital, en convivencia con el análogo, el mane­jo de datos e información, así como la in­te­ rac­ción entre usuarios, son nuevos re­tos de análisis en las licenciaturas de la disciplina, e incluso hay agendas por incorporar, como los derechos humanos, emergencias a periodistas, ética, empatía y protección de logros democráticos. Como parte del Comunicafest se abor­ da­ron temáticas variadas expuestas por especialistas, así como por reconocidos comunicadores, como fue el caso del pe­ rio­dis­ta Javier Solórzano, quien charló con los asistentes acerca de los debates y ciberdebates entre los candidatos a la presidencia de la República.

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Deuda de la Antropología: conceptualizar el cuerpo que define a la persona POR FERNANDO GONZÁLEZ

Una deuda que a mi juicio existía era conceptualizar el cuerpo. Abordarlo desde una reflexión que fuera más allá de simplemente describirlo, nombrarlo, clasificarlo”. De esta manera inició el doctor José Luis Vera la conferencia Reflexiones en torno al cuerpo y la Antro­ pología Física, organizada por el Centro de Estudios Antropológicos (cea) y presentada por el doctor César Villalobos, coordinador del mismo. “¿De qué cuerpo estamos hablando?”, se preguntó el exdirector de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (2012-2015), “porque en efecto hay un cuerpo biológico, pero también hay uno que tiene que ver con nuestra existencia, nuestro ser en el mundo, motivaciones, de­ seos e intenciones, que son finalmente las que nos hacen personas”. El investigador revisó la historia de las nociones del cuerpo en el pensamiento científico, enfatizando la ausencia de una perspectiva que abarque más allá de una condición material. Ante esto, ar­ gu­men­tó que si la Antropología Física busca estudiar la variabilidad física de las movilizaciones humanas, es necesario agre­ gar una nueva dimensión al estudio del cuerpo: una que trascienda la noción bio­ mé­di­ca tradicional en su campo de es­tu­dio. Para el expositor, el cuerpo, en la Antropología, es un caballero inexistente. Personaje de una novela de Italo Calvino. Un cruzado que es sólo armadura y nada de cuerpo. Incapaz de acceder a la experiencia corporal que define a una persona, sólo vive por la causa de la reconquista de Tierra Santa. Se trata de una metáfora sobre la cual los estudios de esta disciplina han aportado poca información respecto al sujeto como persona, incluso se corre el riesgo de una insuficien­cia de explicación sobre su ob­ je­to de es­tu­dio. El expositor insistió en que se construyen significados sobre el cuerpo bio-

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Doctor José Luis Vera. Fotografía: Montserrat Soriano

lógico. Idea que se encuentra expuesta en prácticas cotidianas, como los tatuajes y las cirugías plásticas, o en hechos menos comunes, pero igualmente im­por­ tan­tes. Tal es el caso del arte. Estos hechos, señaló, no deben ser ignorados por la Antropología, pues son esenciales pa­ra entender las dinámicas de movilidad contemporáneas del ser humano; más bien debería existir un esfuerzo por con­ci­liar ambas concepciones del cuerpo, pues éste es “la encarnación del proceso bio­cul­tu­ral”. Durante las preguntas y respuestas se cuestionó al investigador acerca de

la producción reciente de trabajos en la disciplina con el enfoque expuesto durante su conferencia, frente a lo cual destacó la importancia de los jóvenes en la creación de nuevo conocimiento en la Antropología, debido a que suelen ser los encargados de realizar el rompimiento de paradigmas en la historia de la ciencia. “Normalmente son ustedes, los jóvenes, quienes al no tener un compromiso intelectual con una tradición anterior, innovan la ciencia. Basta con revisar los títulos de las tesis actuales que se están produciendo”.


México y Asia, lazos de amistad POR MYRIAM CORTE, FABIÁN VALENCIA

Japón y México, 130 años de historia diplomática. Fotografía: Alan Márquez

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l primer país asiático con el que México entabló relaciones di­plomáticas fue Japón, en 1888, con la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación. Ahora, a 130 años de aquel hecho, es oportuno reflexionar cuál es la relación entre ambos pueblos y preguntar si México ha dejado de mirar a Asia o si los lazos siguen reforzándose. Lo anterior se comentó en la inauguración de las mesas: Relaciones entre México y Japón: 130 años de relaciones diplomáticas, organizadas por el doctor Carlos Uscanga, donde el embajador nipón en nuestro país, Yasushi Takaso, enfatizó la importancia de edificar una relación benéfica mutua. En la primera conferencia, Víctor Kerber, del Centro de Estudios Japo-

Koichiro Yaginuma. Foto: Estefanía Sánchez

neses de la Universidad de Guadalajara, evocó al diplomático oaxaqueño Matías Romero como el personaje central en el logro de este tratado, quien a sus 22 años, siendo colaborador del Ministerio de Relaciones Exteriores del gobierno de Juárez, logró junto con el ministro Munemitsu Mutsu, la firma del mismo. El fortalecimiento de la educación, el comercio, la tecnología y la cultura en general fueron algunos de los principales temas abordados en este encuentro. Destacó el de la educación, ya que los representantes japoneses llevan a cabo planes estudiantiles y acuerdos que involucran a diversas universidades de nuestro país, entre ellas la unam. Al dictar la conferencia magistral del ciclo, el maestro Koichiro Yaginuma, de la Universidad de Kanda de Estudios Internacionales, refirió que los tacos, cerveza y lucha libre son los pretextos ideales para una estrecha relación de amis­ tad con la potencia del sol naciente, sin olvidar la cinematografía que ambas culturas aportaron al mundo. Así, en la actualidad los charros y los samuráis conviven en un espacio donde se in­ ter­ cam­ bian máscaras, historietas, bebidas, comida y un vasto mundo económico político y social. De esta manera, la Facultad y el Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África lograron un encuentro

más entre los dos gobiernos y afirmaron convenios y logros, el lazo económico y político, así como la amistad entre ambas naciones. Otro foro en el que también se expuso sobre una nación asiática fue la 3a. Jornada de Cultura Coreana (2018). Diá­ logos sobre identidades,cultura y diplomacia pública en Corea, en el cual se habló, entre otros temas, de la identidad de los co­rea­ nos, ligada particularmente a la religión. Los expositores explicaron que el cristianismo ha permeado a todas las capas sociales, no para crear un fanatismo religioso, sino para dar una mejor calidad de vida, a tal grado que varios de sus últimos presidentes han pertenecido a esta creencia, generando resultados favorables para la mayoría de la nación en los distintos ámbitos, tales como la política, la economía, los deportes, la ecología. La unicidad y multiplicidad forman parte de la compleja cultura coreana, pues las migraciones causadas por las persecuciones han conformado los parámetros de la resistencia del pueblo ante los conquistadores y las imposiciones, fundamentos con los cuales la nación ha logrado superarse y permanecer en equilibrio. La identidad, por tanto, es un discurso que se plantea a partir de especificaciones; de ahí la multiplicidad de identidades coreanas.

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Las voces de la ausencia POR FERNANDO R. TENORIO

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eticia, Mariana, Daniela, Fernanda, Daysi, Claudia, Pati, Jennifer, Ivonne, Karen y Erick, Diana, Lupita, Ivón, Jazmín, Selene, Naama, Anabel, Karen, y muchas, muchas más. Estos nombres encarnan el dolor de las familias que pa­ de­cie­ron feminicidios. Los nombres es­ ta­ban grabados en cruces de madera, las cuales se repartieron entre la audiencia, quien se apropió de las historias, de las vi­ das y de las muertes de todas esas mujeres. Frida Guerrera, activista y periodista dedicada a hacer visible el crimen del feminicidio en nuestro país, visitó la Facultad. Con ella venían dos familiares de víctimas que nos dieron sus testimonios con la voz quebrada y con el dolor de la remembranza, del recuerdo trágico. Sus historias llenaron la Sala Fernando Benítez de un aura triste, de un coraje compartido, pero también de lucha y de la añoranza por justicia y la existencia

de un mundo mejor. Las cruces estuvieron alzadas, vivas. Más familias de las mujeres asesinadas nos hablaron a través de un video. Su voz se unió para decir: “Mi familia fue víctima de feminicidio porque nos asesinaron a todos”. También: “Somos las voces de la ausencia”. Aquellas mujeres y niñas perdieron su voz y luz propia, pero revivió una parte de ellas por el amor y la memoria permanente de sus allegados. La exigencia es entonces, ante la imposibilidad de revertir la muerte, la justicia y más justicia. Magdalena Jardón Flores fue encontrada muerta en los límites del Estado y Ciudad de México el 2 de septiembre de 2013. Su hija, Paola, con un nudo en la garganta, nos dio su testimonio. No puede comprender la cobardía detrás de quien dejó a su madre tirada en una calle prácticamente anónima. ¿Cómo ex-

plicarle a su hermanita que su madre no está, que se fue de una forma horrorosa? A Sacrisanta Mosso le arrebataron a Karen y a Erick, sus dos hijos, el 4 de agosto de 2016. El responsable del crimen fue su primo hermano, con quien crecieron. La madre en luto convivió con él sin saber que escondía el secreto de la muerte de sus vástagos. El descubrimiento de Sacrisanta, después de meses de investigación, la llevaría a exigir justicia, sin importar su cercanía con el asesino. Le dieron cinco años. “Es una burla”, dijo ella. Tenía todo para rendirse, sumirse en el vacío, pero no; ella asumió los anhelos de sus hijos por un mundo mejor; les prometió seguir con la lucha, por ellos, en honor a su memoria. Somos el futuro, por eso nos pidió estar a la altura. Finalmente advirtió que nunca se sabe cuál será el último abrazo, así que hay que darlo, siempre.

Nadie tiene derecho de violar nuestra dignidad, Mireles POR MYRIAM CORTE

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Presentación del libro: Todos somos autodefensas, de José Manuel Mireles. Fotografía: Ricardo López

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édico originario de Tepalcatepec, miembro fundador y activista del Consejo General de Autodefensas de Michoacán, reconocido por algunos como un “Zapata” y como una historia viviente, Mireles presentó su libro: To­ dos somos autodefensas. Su obra no narra la biografía de un personaje, sino la de un pueblo. Fue escrito durante el periodo que estuvo en reclusión (2014-2017), acusado por las autoridades de portar armas de uso exclusivo del ejército. “Fue el último recurso que nos dejaron, entrarle a las autodefensas, porque nadie tiene derecho de violar nuestra dignidad; la situación fue la misma por muchos años, violaciones, extorsiones, secuestros, asesinatos contra un pueblo de campesinos. Por ello, decidimos buscar soluciones a los problemas; el miedo nunca se nos va a quitar, pero el que

muere de miedo muere todos los días, el que no, muere una sola vez”. Con esta lucha, como se cuenta en el libro, fueron recuperadas 36 regiones de Michoacán en año y medio. . A los alumnos los invitó a defenderse, unirse y abrir los ojos para lograr que cambien las cosas; “la mejor trinchera está aquí en la unam, aquí se preparan los mejores hombres; es su obligación analizar lo qué está pasando y salir a cambiarlo”. No los estoy invitando a tomar las armas, advirtió, sino a organizarse y resolver los asuntos que aquejan a la Universidad, a la Ciudad; “nuestras armas son la verdad, la razón y la justicia, con éstas han caído imperios y dictaduras. El día que tomen la decisión de defenderse aun dentro de sus aulas, el miedo o el valor serán irrelevantes”, subrayó.


Superar el capitalismo de la barbarie: una entrevista a César Chimal POR FERNANDO R. TENORIO

César Daniel Chimal, ganador del premio Pensar a Contracorriente. Fotografía: Alan Márquez

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l capitalismo lleva siglos expandién­ dose, buscando terrenos no antes explorados/explotados, además de los que ya posee. La ciencia y tecnología están a su merced; le proveen de nuevas técnicas de búsqueda y extracción, de novedosos equipamientos bélicos para asegurar su existencia y de medios de pro­ pa­ga­ción masiva. El nuevo mandamiento de Occidente se impone: amarás al Capital sobre todas las cosas; sobre los aires y océanos; sobre la flora y fauna; sobre tu prójimo y, naturalmente, sobre ti mismo. “La humanidad se enfrenta a una catástrofe civilizatoria nunca antes vista en la historia moderna.” Es así como César Daniel Diego Chimal comienza su ensayo, La superación del capitalismo

de la barbarie como condición para la vida, acreedor del “Premio Pensar a Contracorriente”, en su XV edición. En su ensayo toma el término “capitalismo de la barbarie”, de Naomi Klein. Dice que este sistema, con su incesante “ambición por acumulación frente a recursos finitos, pone en riesgo la capacidad de reproducción material de la vida humana en la Tierra”. Es lógico que llegará el día en el cual el planeta dé su último suspiro, en el que no haya más agua por tomar, ni aire por respirar; pero, hasta que ese día llegue, la maquinaria del capitalista explotará a diestra y siniestra. Propone no hablar más de un cam­ bio climático, ya que “es un término muy suave para describir la situación”, sino más bien de un “Colapso Climático An­tro­po­ gé­ni­co”, concepto que retoma del doc­tor Saxe Fernández. “El Colapso, aun­que puede parecer una palabra con mucha car­ga ideológica, referente a una situación mucho más drástica, es lo que está pasando”. César Daniel, egresado de Relaciones Internacionales por la Facultad y aspirante a investigador y docente, nos pide no culpar a las sociedades en general sobre la problemática ambiental, pues éstas son receptoras de políticas públicas, no promotoras. Es así, explica, como el Capital dicta las estructuras sociales. “No se trata de individualizar la culpa, pero sí de reflexionar sobre cómo responsabilizar a nuestras vidas”. Pero ¿quién está detrás del telón, si no somos todos culpables (al menos no en la misma medida)? Definitivamente, argumenta, las corporaciones energéticas. Específicamente, dice, son 90 las responsables de la emisión de casi el 70% de gases de efecto invernadero (entre ellas Chevrón, Exxon Mobil, e incluso Pemex). Entonces, es necesario visibilizar quién mueve los hilos y, al hacerlo, destruye al planeta en el proceso.

Surge entonces la duda de si es posible resolver la situación bajo los mismos márgenes del capitalismo. Para César, la respuesta es un desafortunado pero ro­ tun­do no. No puede, argumenta, existir un “capitalismo verde”, capitalismo es ca­pi­talismo, y con éste viene la so­breex­ plo­ta­ción de recursos naturales y, claro, de seres humanos. Desprenderlo de su esencia desigual, bárbara, resulta imposible. Pero, a pesar de todo, César sí distingue “otros mundos posibles”. Propone por el momento dos alternativas. La primera, el desarrollo de energías re­no­va­ bles, especialmente la energía solar, pero que no esté sujeta (como ya hay intentos preocupantes) a la privatización. La segunda implica un cambio estructural: racionalidad ecocéntrica, que implica de­ jar de pensar que la naturaleza es sólo un objeto por explotar, y así recuperar una relación sustentable, de respeto. Viajó a La Habana para recibir el premio presentado en la Feria Internacional del Libro Cuba-2018. Le pedí su diagnóstico sobre la situación cubana ante la llegada de Trump. Comenta que, aun cuando es cierto que muchos residentes desean conocer más lugares y tienen demandas importantes, no se puede deses­ti­ mar el espíritu revolucionario. Dice que se debe reconocer su temple ante la adversidad, su fuerte identidad nacional y su defensa ante los intereses imperialistas”. Se despidió, pero no sin antes enfa­ti­ zar la importancia de la docencia, la in­ves­ ti­gación y la interdisciplinariedad entre las ciencias para la solución de los problemas actuales y futuros. Debemos recordar que la Universidad es pre­ci­sa­men­te eso: un Universo de ideas, de diálogo y de propuestas que confluyen. Finalmente, rescato una frase suya, que me pareció atrevida y poderosa: “Si el capitalismo no va a caer, lo que hay que hacer es empujarlo”.

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premios en transparencia y videoarte POR FABIÁN VALENCIA y AIMeé RENATA ESTRADA

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sta fue una temporada de reconocimientos para los estudiantes de la Facultad en diversos ámbitos. Instancias de gran importancia para la vida democrática y cultural del país reconocieron el trabajo de nuestros alumnos. Por ejemplo, el Instituto de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales del Distrito Federal (Infodf ) premió a dos alumnos de nuestra casa de estudios en el Décimo Concurso de Ensayo, Universitarios Construyendo Transparencia. Claudia Carrasco, ganadora del primer lugar, dijo que “la apertura gubernamental facilitará ampliar los alcances de la transparencia y el acceso a la información pública como elementos sustanciales para el ejercicio del escrutinio ciudadano sobre el poder y quienes lo detentan”, y además que éste es el mecanismo de monitoreo que permite a la sociedad vigilar que los agentes públicos actúen con propiedad,

Décimo Concurso de Ensayo “Universitarios Cons­ truyendo Transparencia”. Fotografía: Estefanía Sánchez

Ganadores del séptimo Concurso internacional de videoarte universitario, Visiones de arte. Fotografía: Myriam Corte

profesionalismo, ética, pero sobre todo con un apego irrestricto a la ley. Por otro lado, la fcpys, en colaboración con la Filmoteca de la unam y el muac realizaron el séptimo Concurso Internacional de Videoarte Universitario, Visiones de arte. Gracias a que la tecnología ha fa­ci­li­ ta­do la realización de cortometrajes entre

los jóvenes de bachillerato y universitarios, en esta justa se convocó a to­dos los estudiantes de la unam, o de instituciones externas, a participar con la creación de material audiovisual catalogado como videoarte. La ceremonia de premiación contó con la pre­sen­cia de los ganadores en cada ca­ te­go­ría y con los organizadores del evento.

LA MEDALLA GABINO BARREdA NO ES UN LOGRO INDIVIDUAL Por Myriam Corte

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ay dos cosas que son muy impor­ tantes en el tránsito por la univer­ sidad, lo primero, el amor por lo que es­ tás estudiando, que se refleja en todo el esfuerzo que se dedica al estudio y, lo se­gun­do, la red de apoyo familiar y de co­le­gas, quienes son un soporte y nos de­ muestran que los logros no son individua­ les, pues recibir la medalla Gabino Barreda es un honor, un orgullo. Más en un contexto como el actual, con rezagos so­cia­ les y educativos, mismo que nos re­cuer­ da que al egresar tenemos un com­pro­ miso con la unam y con nuestra sociedad. Así lo expresaron Orlando Delgadillo Rendón, Josué Javier Avilés Reséndiz, Julio César Hernández Martínez, Diana Ninoshka Castillo Morales y Sil­ via Tajonar García, al recibir su galardón. La entrega fue presidida por An­gé­li­ca

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Alumnos de excelencia. Foto: Emanuel Reséndiz.

Cuéllar, directora de la Facultad, Arturo Chávez, secretario general, y Martha Singer, jefa de la División de Estudios Profesionales. La doctora Cuéllar enfatizó que la medalla Gabino Barreda es el más alto

reconocimiento que otorga la unam a sus estudiantes, por su dedicación, constancia y esfuerzo, “un incentivo para su labor académica, un estímulo para que se sigan comprometiendo con su universidad y su país”.


¿Qué es eso de las elecciones de consejeros? E

l mes pasado se llevaron a cabo en la Facultad elecciones para consejeros universitarios y de área. En muchos lugares de nuestro campus se pudieron ver anuncios que invitaban a votar por alguna de las fórmulas y una fuerte campaña en redes sociales hicieron de este proceso uno más visible, mejor organizado. Pero, ¿es claro para todos qué es lo que se juega en dicha elección?, ¿se entiende cuál es la trascendencia y relevancia de esta actividad? A continuación explicaré este ejercicio político. Para iniciar, se realizaron dos elecciones, una de consejeros universitarios y otra de consejeros de área. Los primeros responden al Consejo Universitario y los segundos a los Consejos Académicos de Área. El Consejo Universitario es la máxima autoridad colegiada, “responsable de expedir todas las normas y disposiciones generales encaminadas a la mejor organización y funcionamiento técnico, docente y administrativo de la Universidad”. Está conformado por el Rector, el Secretario General, directores de facultades, escuelas e institutos, representantes propietarios y suplentes de: profesores y alumnos de facultades y escuelas; investigadores de institutos y centros; alumnos de los programas de posgrado; técnicos académicos; académicos de los centros de extensión y de las dependencias administrativas que cuentan con personal académico, así como del personal administrativo de la Universidad. En total suman 308, de los cuales, 56 son alumnos de escuelas y facultades. Por otro lado, los Consejos Académicos de Área y del Bachillerato se encargan de planear, evaluar y tomar decisiones académicas a través de distintas comisiones. Se encuentra dividido en cinco áreas: Ciencias Biológicas, Químicas y de la Salud (caabqys), Ciencias Físico Matemáticas y de las Ingenierías (caacfmi), Humanidades y Artes (caahya), Bachillerato (cab) y Ciencias Sociales (caacs). El Consejo Académico del Área de las Ciencias Sociales se integra por dos

alumnos(as), dos profesor(as) y el director(a) de cada una de las facultades del área de las ciencias sociales como lo es la fcpys. Las diferencias en cuanto al campo de trabajo y acción de los representantes son que los consejeros de áreas se concentran en aspectos académicos, como planes de estudio e investigaciones, mientras que los consejeros universitarios trabajan en el desarrollo y mejoramiento del entorno universitario, por ejemplo mediante legislaciones. Pero convergen en el hecho de que hay un titular y un suplente que cumplen con la tarea de representar al alumnado, razón por la que deben ganar por voto popular, mediante una campaña en la que expliquen sus propuestas, además de que ambos ocupan su cargo en un periodo de dos años. En cada proceso electoral, por legislación se tiene que someter a votación en el Consejo Técnico la modalidad de

la elección a realizar (presencial o electrónica). Este año se acordó efectuar los comicios de manera electrónica, lo que permitió incluir a todos los estudiantes del sistema escolarizado, abierto y a distancia en el proceso de votación. El electorado sólo tuvo que ingresar a la página www.jornadaelectoral.unam.mx, ingresar su nip, y seleccionar la fórmula (nombre de la coalición del titular y suplente) de su preferencia desde cualquier lugar donde se encontraran, siempre y cuando contaran con un dispositivo electrónico. Este proceso fue observado por la Comisión Local de Vigilancia de la Elección, la cual estuvo compuesta por David Napoleón Glockner Corte (Presidente), Fernando Ayala Blanco (Secretario) y Melissa Hernández Jasso (Vocal), quienes se encargaron de observar el correcto funcionamiento del sistema así como la publicación digital de los resultados.

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De voces y ecos POR ENYA PATLÁN Las voces y los ecos. Cuatro etapas del pensamiento social en México es el nombre del libro del puño y letra de la doctora Gina Zabludovsky Kuper, en el cual, explicó ésta, se presentan algunos pasajes de la historia intelectual del país, de finales del siglo xix a inicios del xx, así como las repercusiones de los idearios de dicha etapa en la actualidad. Participaron en la presentación los alumnos Jaime Mata y Daniel Mendoza, quienes afirmaron que en el trabajo se ofrece una introducción al pensamiento sociológico y a la visión que tenía el mexicano de sí mismo en los años estudiados.

Deporte y política: dúo innegable de nuestros tiempos POR FERNANDO R. TENORIO El deporte es uno de los fenómenos sociales más importantes en nuestro país y en el mundo; sin embargo, en la academia sigue siendo un tema poco explorado. Daniel Añorve busca cambiar esto. En su libro, El deporte como observatorio de cambio social y político, presentado en la fcpys, hace un nuevo acercamiento al tema, pero desde una perspectiva académica, de análisis y reflexión. Acompañaron al doctor Añorve los profesores Ileana Cid, María Cristina Rosas, Roberto Peña y Sergio Varela, en una mesa interdisciplinaria con críticas y propuestas. Todos reconocieron la necesidad de empezar a tratar en los debates de las ciencias sociales y políticas asuntos relativos al deporte, para así dar mayor claridad a los procesos que se gestan en torno a éste.

El fracaso de la izquierda, utopía de los conservadores POR FABIÁN VALENCIA La oposición está lejos de lograr un triunfo en las urnas de cualquier país de América Latina, pues alguien ha realizado la tarea de exhibir las debilidades de los partidos de izquierda, mismas que demeritan toda lucha social y a sus militantes. Pareciera que la victoria es contundente y que la burguesía seguirá en el poder; sin embargo, esto es sólo una utopía para los conservadores. El doctor Pierre Gaussens presentó en la Facultad su libro: Tomar el poder sin cambiar el mundo. El fracaso de la izquierda latinoamericana, en el cual, de acuerdo con su perspectiva, lejos de exponer un fracaso busca inducir a la reflexión científica acerca del ejercicio de gobierno y las luchas sociales en América Latina, además de ofrecer una herramienta teórica a los militantes, activistas y miembros de las organizaciones sociales, para transformar la realidad sin dejarse absorber por el poder.

Era de globalización, era de desencanto POR TAMARA MARES El ocaso de la globalización, presentado por el maestro Gabriel Bagundo junto con el autor, el doctor Arturo Huerta González, es una dura crítica al modelo capitalista que ha arrasado con economías mundiales. En sus páginas se presenta un análisis de algunas de las naciones más relevantes para este sistema: China, Unión Europea, México y, por supuesto, Estados Unidos. El autor invitó a los presentes no sólo a criticar las políticas hegemónicas actuales, sino también a poner sus conocimientos al servicio del público para generar nuevas rutas, alternativas radicales que permitan a México salir adelante ante un futuro incierto.

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Ética periodística POR DIANA CORTÉS La necesidad de una prensa que trabaje con ética, utilice la palabra como instrumento de poder y aborde de manera honesta los problemas sociales para cambiar al país, son las premisas defendidas por Patricia Figueroa, periodista sinaloense, en su obra: Ética en tiempos de narcotráfico. Relación entre policías-periodistas. Las comunicadoras Ana Lilia Pérez e Ixchel Cisneros acompañaron a la autora en la presentación de su libro. Pérez señaló al abuso de poder como uno de los problemas éticos más lamentables en el periodismo, e hizo referencia al soborno del que son objeto los reporteros por parte de los altos mandos del poder político y/o empresarial, mejor conocido como “chayotazo”, acción considerada como tabú. Cisneros, por su parte, destacó la falta de respaldo del gobierno a los periodistas en materia de seguridad.

Globalización, una realidad diversa POR DIANA CORTÉS El segundo tomo del libro: Grandes pensadores de la globalización, compilado por el profesor Jorge F. Márquez Muñoz, hace referencia a las grandes promesas incumplidas por dicho modo de producción, reflejadas en las crisis que sufren diversos países de medio y/o bajo desarrollo, pero cuyas repercusiones no se limitan a la economía mundial, sino abarcan también los ámbitos sociales, políticos y culturales.

Memorias de “El Reloj” POR DIANA CORTÉS Personajes, tradiciones, mitos y recuerdos conforman la identidad colectiva de las colonias de la ciudad, de ahí su importancia histórica. El maestro Baltazar Gómez Pérez, profesor de la Facultad, recupera estos elementos en su libro: Colonia El Re­ loj: memoria histórica de una colonia chiquita. Baltazar Gómez, sociólogo y profesor de la Facultad, presentó su obra con el objetivo de generar la curiosidad e interés de los lectores en el conocimiento de sus propios lugares de origen, pues, según sus palabras, son las diversas microtramas de las colonias, evocadas por sus mismos habitantes, las que construyen la historia de la metrópoli.

Temas de política internacional POR NANCY ISLAS Los doctores Edmundo Hernández-Vela, Sandra Kanety, María de los Ángeles Meneses y Jesús Gallegos presentaron las obras: Política Internacional. Temas de Análisis 4 y 5. En el primero se abordan asuntos relacionados con los movimientos sociales y el segundo tiene como principales ejes la seguridad y la justicia en el orden social contemporáneo. En ambos se incluyen diversos artículos retomados de mesas de análisis como “Perspectivas de la seguridad internacional en el siglo xxi” y “Educación, justicia social, seguridad y desarrollo”, propiciadas por el proyecto: Análisis de la sociedad internacional: hacia un orden mundial del siglo xxi-ii.

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Una novela Criminal Jorge Volpi visitó la Facultad para presentarnos, en compañía de la directora de la Facultad, Angélica Cuélllar, su nuevo libro: Una novela criminal. Es un extenso trabajo periodístico y literario del caso de Florence Cassez e Israel Vallarta. Recopila versiones, analiza los famosos expedientes, entrevista a víctimas y victimarios. Y, como era de esperarse, queda perplejo ante sus descubrimientos. Él mismo reflexiona: “No es una novela basada en los hechos, porque los hechos quién sabe cuáles sean”. Fue una puesta en escena… Lo que parecería ser una redada, un duro golpe al crimen organizado, pronto se convirtió en un circo mediático, en una simulación barata con fines políticos. Pero, ¿Son culpables Florence e Israel? ¿Cómo saberlo? En México, la verdad es un sueño, y, por tanto, también lo es la justicia. Es irrelevante si son culpables o no, porque no hay forma de comprobarlo. Es decir: si ellos fueron secuestradores o no, no importa, porque quien emite los juicios no tiene ningún tipo de credibilidad. Ni la AFI entonces, ni la PGR ahora. Cuando te remites a las instituciones para determinar un veredicto esperas que sean confiables. Pero, cuando no lo son, vamos con una venda en los ojos, buscando justicia eternamente. Como dice Jorge Volpi o el propio Vallarta en su momento: “Lo terrible del caso es que no es el único”.

Memoria y tolerancia en la Facultad El Túnel Memoria y Tolerancia, un pasillo itinerante que muestra algunos de los hechos más sombríos de la humanidad, como la persecución y asesinatos de judíos por parte del Estado de la Alemania Nazi, los genocidios registrados en Guatemala, Camboya, Ruanda y Armenia, o la discriminación por color de piel, discapacidad y preferencia sexual, llegó a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Esta gruta museográfica, proyecto impulsado por el Museo Memoria y Tolerancia (myt), permaneció en la explanada baja del plantel, del 14 de abril al 10 de mayo, con objeto de motivar la reflexión de estudiantes y académicos. Este pasaje ambulante, que empezó su viaje en 2016 y continuará su recorrido durante algunos años más, ha estado en distintas universidades del país donde ha sido visitado por numerosos jóvenes, siendo la fcpys la primera institución pública que la recibe. Durante la inauguración de este recorrido estuvieron presentes Jarek Korczynsk, consejero cultural y político de la Embajada de la República Federal de Alemania en México; Vivian Silberstein y Bruno Chávez, directora de Relaciones Institucionales y encargado de Proyectos Especiales del myt, respectivamente, y la directora de esta Facultad, Angélica Cuéllar.

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Cuarteto EDDA Por Gabriela Arciga. Foto: Emanuel Reséndiz El cuarteto edda, integrado por destacados músicos quienes han participado en las orquestas más importantes de la Ciudad de México, tales como la ofunam, la Sinfónica de Minería, la ocba y Orquesta de la Ópera de Bellas Artes, se presentó en nuestro auditorio estelar con un repertorio de música popular mexicana. Se trata de una agrupación que se caracteriza por su versatilidad, ya que tiene una gran facilidad para manejar y adaptarse a los diferentes géneros musicales, lo cual les ha brindado la oportunidad presentase en diferentes eventos oficiales, culturales y sociales; asímismo posee una amplia trayectoria musical pues desde 1998, fecha en que ofreció su primer concierto, se ha presentado en los principales foros varios estados de la república mexicana. El grupo musical está conformado por las maestras Ekaterine Martínez Bourguet (primer violín); Alma Dayci Osorio Miguel (segundo violín); Erika Ramírez Sánchez (viola) y Beverly Brown Elo (violoncello).

Musica Antígua Nota y Foto: Myriam Corte Con música de los siglos xvii y xviii, la orquesta de la Academia de Música Antigua de la unam, especializada en el repertorio de los grandes autores del barroco europeo y de la Nueva España, engalanó el Auditorio Ricardo Flores Magón de la Facultad. Esta orquesta, fundada en 2017 con el fin de impulsar la formación académica y artística de jóvenes a nivel profesional, es la primera en su tipo y un proyecto de la Dirección General de Música que se suma al esfuerzo de la comunidad de músicos, académicos y fabricantes de instrumentos de México, interesados en investigar y difundir la música antigua. La agrupación, que actualmente utiliza instrumentos modernos pero con cuerdas de tripa, como se usaba en el barroco, está integrada por 13 becarios que tocan tres violines primeros, tres violines segundos, dos violas, dos violonchelos, un contrabajo y una tiorba, además de un clavecinista y organista, quienes realizan sus ejecuciones bajo la coordinación artística de Jorge Cózatl.

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Recientemente la FCPyS organizó la Copa Polakas, torneo de soccer en el que resultó vencedor un equipo mixto. Destacamos también la presencia de Grizzlies, los equipos de futbol americano y futbol flag femenil de la Facultad. Apóyalos en la temporada o únete a sus escuadras. ¡Haz deporte!

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CULTURA


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