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Isabel González Villar González Villar dirige La Pamplonesa en el teatro Gayarre dirige La Pamplonesa en el teatro Gayarre

Joven de 34 años de la Rochapea. Estudió en el colegio de La Compasión, y comenzó con sus estudios de música de la mano de su profesora Eva Sainz, y más tarde en el conservatorio Pablo Sarasate, con Alejandro Arbea. De aquí fue a San Sebastián a hacer el Superior y después a Alemania (Mannheim) donde ha terminado las dos carreras de flauta travesera y dirección de banda, especializándose en Banda Sinfónica.

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Actualmente vive con su marido, también navarro, en Alemania, pero dice recordar con cariño su infancia en el barrio, las actividades de Juslarrotxa y los campamentos de Batean. Echa de menos, la familia, amistades, el sol y la comida. Lleva 10 años en Alemania donde dice tener proyectos interesantes, pero no descarta volver a su tierra.

Una orgullosa madre se puso en contacto con la revista para hablarnos de su hija, y he aquí la respuesta a esta llamada: una entrevista realizada desde la distancia que separa Alemania de la Rochapea.

Inés: ¿Cuándo empieza tu afición a la música?

Isabel: De siempre me ha gustado todo tipo de música, así que recuerdo que, cuando empecé a tocar la flauta (en mis últimos años en La Compasión), me llamaban la Beethoven. Ya ves, Beethoven apenas compuso para flauta.

Desde muy pequeña me gustaba cantar y bailar, pero es con 8 años cuando me apunté con mi mejor amiga del barrio, Verónica Díaz, a clases de guitarra en un grupo en Ansoáin. En esas clases no aprendíamos con notas, era todo de memoria, y aunque luego me ha servido para acompañar muchas canciones, no era para nada mi instrumento. A los 11 años me enamoré de la flauta travesera, y desde entonces me ha acompañado toda la vida.

Inés: ¿Cuándo y por qué te vas a Alemania? ¿Cómo es tu vida allá?

Isabel: Me vine a Alemania para estudiar el máster de Flauta travesera, y al principio no fue fácil porque no hablaba nada de alemán, pero con esfuerzo conseguí dominar este idioma.

Después de dos años y medio terminé el máster y trabajaba en una escuela de música. Comencé a dirigir una pequeña banda. Me preparé para la prueba de acceso de Dirección de Banda en el conservatorio Superior de Mannheim y, cuando entré, ya sabía que más me iba a quedar por aquí al menos cuatro años más.

Inés: El 21 de marzo dirigiste La Pamplonesa en el Teatro Gayarre en un concierto bajo el lema: “Mujeres, música y acción? ¿Cómo fue ese concierto? ¿Cómo te lo propusieron?

Isabel: La verdad es que es uno de los conciertos más emotivos que he dado, una mezcla de emociones. El lugar, la banda y, sobre todo, mi familia y amistades viéndome dirigir por primera vez. Fue una experiencia inolvidable. Era la primera vez que dirigía en casa y en español.

Llamé a la puerta de La Pamplonesa: hablé con Vicent Egea, vecino de la Rotxapea y director titular de la Pamplonesa. Ofrecí 4 programas diferentes a principios de 2022 y, a finales de ese mismo año, me llamaron para proponerme este concierto, que tendría dos características principales: realzar el trabajo de las mujeres en la música bandística y ofrecer por primera vez un concierto de abono entre semana en el Teatro Gayarre. Lógicamente para mí tuvo un factor emocional diferente por ser La Pamplonesa, una banda que me ha acompañado desde el principio de mi vida, como a casi todos los pamplonicas. Pero, sobre todo, me dio fuerzas para seguir llamando a la puerta de otras bandas en España.

Por ahora he conseguido dirigir música en mi tierra, así que voy a intentar volver a hacerlo, tanto aquí en Navarra, como en otras comunidades.

Inés: ¿Cuántas mujeres directoras de orquesta conoces? ¿Ha sido fácil? ¿Qué obstáculos has encontrado?

Isabel: Conozco a unas cuantas. Algunas no las conozco en persona, conozco su gran trabajo y siento una gran admiración por ellas.

Fácil no hay nada en la carrera de cualquier músico, pero en concreto en la dirección sigue existiendo el cliché de que las mujeres tienen menos carácter para dirigir y, aunque puede que sea verdad, tiene mucho que ver la sociedad en la que hemos vivido, donde durante muchos años, la mujer se ha visto relegada a un segundo plano, una sociedad en la que lo único que podía dirigir una mujer era la escoba. Por suerte esto ha cambiado, pero todavía queda un largo camino que recorrer. Los obstáculos los dividiría en dos. Los que te pones tú misma y los que te impone la sociedad. De los primeros tendríamos la inseguridad. Patrones que he visto muy presentes en las chicas, y no tan acentuados en los chicos. Un obstáculo social es el poco respeto que muestran algunas personas por el hecho de ser mujer. No lo hacen conscientemente, incluso a veces te tratan como si tuvieran que protegerte o simplemente de una forma diferente a como lo harían con un hombre. Por el momento, lo que yo intento hacer es utilizar cualquier mejora en favor de la música, creo que las mujeres directoras tenemos más facilidad para conseguir los momentos "mágicos" de la música, esos momentos que te hacen suspirar. No quiero decir que los directores no puedan hacerlo, lo hacen y muy bien, pero creo que lo que para nosotras es el obstáculo de la inseguridad, es para ellos el conseguir sacar los sentimientos de los músicos y meterlos en la música. Pero como todos los obstáculos, lo bueno es que se pueden superar, y cuando lo consigues sientes no solo orgullo sino también la paz de seguir creciendo como persona.

Inés: ¿La juventud escucha música clásica?

Isabel: La música clásica es muy amplia, ya que llamamos música clásica a todo lo que tiene que ver con música "pasada", de otro siglo, que se toca con instrumentos tradicionales. Barroco, clasicismo, romanticismo, impresionismo… La juventud escucha este tipo de música, más de lo que parece, muchas obras de música clásica son como el Yesterday de los Beatles o la Gymnopédie N1 de Satié. Normalmente cuando necesitan paz mental, o música relajante se escucha música clásica. Pero además, desde hace un tiempo, viene tomando mucha fuerza la música épica, la música de cine y de animación, que siguen bastantes patrones de la música "clásica". Autores como Thomas Jacob Bergersen le están dando la vuelta a la tortilla.

Isabel dice tener tres vidas: la personal, la musical y la social, intensas las tres. La música, enseñar, su tierra y su familia son pilares en su vida.

Aunque su trabajo la ha llevado más allá de nuestras fronteras, tiene muy claro su origen, y su barrio, del que no quiere separarse.

Te deseamos suerte en este modo de vida que has elegido, tan difícil como gratificante.

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