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40 años de lucha contra la toxicomanía 40 años de lucha contra la toxicomanía
from Mayo 2023 Maiatza
TEXTO: PATXI GONZÁLEZ. FOTOGRAFÍASCEDIDAS
Las drogas son inherentes a la raza humana. Han sido utilizadas, tanto a nivel lúdico como medicinal, desde el origen de los tiempos. Pero, como es bien sabido, de su consumo abusivo se derivan problemas de dependencia que pueden arruinar una vida. Koldo Aguilar, director técnico de tratamiento, y Andrea Corera, coordinadora general de ANTOX (Asociación para la investigación, prevención y tratamiento de adicciones) nos cuentan la historia de la Comunidad Terapéutica de Larraingoa y qué hace su asociación.
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En 1979, un grupo de padres y madres con hijas-os afectados por la adicción a la heroína, en tratamiento en la unidad de alcoholismo y toxicomanías de Cruz Roja, con el psiquiatra José Ramón Baro y la psicóloga Margarita Aguinaga al frente, son animados por estos profesionales de la salud a crear una asociación con el fin de arroparse a nivel terapéutico y psicológico y defender sus derechos ante el terrible problema que se les venía encima. Una vez formalizada la asociación en 1981, ellas-os mismas-os se encargaron de buscar un equipo de profesionales que pusieran en marcha una comunidad terapéutica. Juan Romero, psicólogo de la prisión de Pamplona como director, Jaime Tanco, pedagogo, Miguel Ángel Iribarren, trabajador social y Asun Ibáñez como médica, formaron el primer equipo de profesionales. En 1982 fundaron dicha comunidad en un pueblo abandonado en el término municipal de Erro cedido por el Gobierno de Navarra. Así nació lo que en el imaginario popular navarro de la época fue conocido como La Granja de Larraingoa. Como nos cuenta Koldo el origen de estos proyectos de comunidades terapéuticas compartidas es muy antiguo. Ya en la Unión Soviética se fundaron granjas para el tratamiento y socialización de niños abandonados en las calles. También ocurrió que en grupos de tratamiento para alcohólicos en Estados Unidos percibieron que aquellos usuarios que interactuaban y convivían entre sí tenían menos recaídas. Larraingoa añade a estas experiencias de unidad entre iguales el carácter profesional desde todas las áreas: la bioló- gica, donde entran en juego las-os médicas-os, la sociológica, en la que hacen falta sociólogos, la educativa, con educadores y el área psicológica, con psicólogos. Como añade Andrea Larraingoa opta por un enfoque profesional e interdisciplinar, es decir, no sólo asociado a la salud sino también desde un modelo psicosocial, lo que ya es una manera diferente de intervenir ante un trastorno adictivo. Los trabajos agrícolas son un instrumento más dentro de un proceso para facilitar el cambio.
Cuando una persona cruza el umbral de la asociación con el ánimo de superar una dependencia, se pone en marcha el llamado “Servicio información y valoración” a través del cual se establece el primer contacto para diagnosticar la situación real de la persona a todos los niveles: motivacional, familiar, personal, laboral, estado físico, etc. y determinar cuál es el recurso o servicio más adecuado. Es habitual encontrar personas cuyas motivaciones están sujetas a condiciones: “mi pareja ha dicho que hasta aquí”, “estoy hasta arriba de deudas”, “voy a perder el trabajo”, “voy a acabar en la cárcel” y es labor de la asociación, a través de las distintas actividades terapéuticas del programa, fomentar ese cambio interno para que la motivación salga de uno mismo. También es común el caso de personas que han dinamitado sus relaciones sociales y familiares. Es entonces cuando recuperar la confianza y el respeto perdidos se convierte en un reto añadido. El programa pretende utilizar cualquier motivación para establecer un vínculo con esa persona y acompañarle en ese proceso de cambio, darle otras perspectivas de forma respetuosa para que pueda decidir hacia dónde va, siendo el-la protagonista de su propio camino. Hay que añadir que ANTOX también interviene en la cárcel, atendiendo casos que solicitan ayuda a la comunidad terapéutica, así como en las distintas áreas relacionadas de Osasun- bidea, como son la Unidades de Hospitalización Psiquiátrica, para facilitar el proceso de entrada en el sistema de la asociación. Una vez hecho todo el trabajo previo de información sobre el funcionamiento y las normas de régimen interno a cumplir la persona llega a Larraingoa. Todo lo que allí va a encontrar (compañeras-os, profesionales de la salud, actividades...) se puede interpretar como herramientas para su proceso de cambio desde la abstinencia. Y se le asignará un compañero-a de confianza que le acompañará los primeros días para facilitarle la integración. Los días están perfectamente estructurados en actividades, que también incluyen el deporte. El proceso de cambio dura nueve meses, y puede ser prorrogado hasta un año.
Los resultados no son fáciles de cuantificar. Como comenta Andrea: “hablar de porcentaje de éxitos en procesos adictivos es hacer la pregunta del millón…”. Pero sí se pueden hacer estimaciones que son muy significativas. En un estudio realizado el 70% de las que terminaron el tratamiento no tuvieron recaídas hasta el día de hoy, frente al 30% que volvieron a la adicción. Mientras que el 90% de los que abandonaron el programa antes de llegar a término recayeron en la adicción, frente al 10% que consiguieron la sobriedad. Son datos esperanzadores. El mensaje que mis interlocutores de hoy quieren enviar a la Rochapea es que nunca es tarde para probar y conocer otras experiencias en la vida, para cambiar los hábitos y buscar la sobriedad. Aquí estamos si alguien nos necesita.
C/ Baroja Nessi 29 bajo