Arenas no.27

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A R E N A S Revista Sinaloense de Ciencias Sociales Número 27 Publicación trimestral de la Maestría en Ciencias Sociales Universidad Autónoma de Sinaloa Nueva época. Primavera 2011



DIRECTORIO Dr. Víctor Antonio Corrales Burgueño, Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Dr. José Alfredo Leal Orduño, Secretario General. Dr. José Luis Jorge Figueroa Cancino, Director de la Facultad de Ciencias Sociales. Dr. Arturo Lizárraga Hernández, Coordinador de Investigación y Posgrado de la Facultad de Ciencias Sociales. Consejo Editorial: Dr. Luis Astorga Almanza; Dr. José Luis Beraud; MC Pedro Brito Osuna; Dr. Nery Córdova; Dr. Segundo Galicia; MC Jenny Guerra González; Dr. Ernesto Hernández; C. A Dr. René Jiménez Ayala; Dr. Carlos Maciel; MC Roxana Loubet Orozco; Dr. Rigoberto Ocampo; Dr. Arturo Santamaría; Dra. Lorena Schobert. Dirección Editorial: Nery Córdova Edición y Diseño Editorial Pedro Humberto Rioseco Gallegos Ilustraciones de ARENAS 27: Obra artística de Leonel Maciel A R E N A S. Revista Sinaloense de Ciencias Sociales. Año 11, Nueva Época, número 27, publicación trimestral de la Universidad Autónoma de Sinaloa, editada por la Facultad de Ciencias Sociales y la Maestría en Ciencias Sociales con énfasis en estudios regionales. Domicilio: Ángel Flores s/n, Centro, Culiacán, Sinaloa, CP 80000. Domicilio en Mazatlán: Av. De los Deportes s/n, Ciudad Universitaria, CP 82127. email: nerycor@yahoo.com.mx http://faciso.maz.uasnet.mx/editorial Tel. (669)981-21-00 y 981-07-62. Certificado de Reserva SEP, No. 04-2010-091413591500-102. *No están prohibidos el uso y la reproducción de los textos citando autoría y publicación. *La UAS y la Facultad de Ciencias Sociales no necesariamente comparten las reflexiones y las opiniones expresadas por los autores.


CONTENIDO Presentación…………………………………………….. 6

ECONOMÍA POLÍTICA DEL NARCOTRÁFICO Segundo GALICIA SÁNCHEZ ……………………..…… 9 LA NOVELISTICA DEL “NARCO” Guadalupe Isabel CARRILLO TOREA ………………..…. 27

PROFESIONALIZACIÓN DE LA FUNCIÓN PÚBLICA: ¿LA OTRA CARA DE LA ALTERNANCIA? Juan Alfonso MEJÍA LÓPEZ ………………………...…… 41 DESARROLLO TERRITORIAL: FACTORES Y AGENTES DE CAMBIO Pedro BRITO OSUNA …………………………………… 57 INVERSIÓN EXTRANJERA: ¿ATRACTIVO PARA LOS TRANSMIGRANTES DEL TURISMO? Aline Concepción ESTRADA y Antonio Romualdo MÁRQUEZ …………………….…… 87 COOPERACIÓN DE MICROEMPRESAS FARMACÉUTICAS EN TEPIC Diana GUTIÉRREZ, Eduardo MEZA y María Irma JARQUÍN …………………………………… 105

Especial RUSIA POST-SOVIÉTICA: EL RETORNO A LOS ESCENARIOS DEL MUNDO Abdiel HERNÁNDEZ MENDOZA ………………….…. 119


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PRESENTACION En esta edición de ARENAS, número 27, el trabajo de indagación y reflexión prosigue en torno a temas y problemáticas cruciales que tienen que ver con el entorno y con la vida pública mexicana y del mundo. Con la capacidad y la iniciativa de los investigadores del posgrado de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Sinaloa, nos hemos abocado a esta tarea esencial universitaria, que implica concretar y divulgar aspectos importantes de las tareas cotidianas de la investigación, como una forma vital de contribución a los procesos generales de la academia, la enseñanza y el aprendizaje, a través del estudio, la observación y el análisis de los graves y grandes problemas que aquejan a la sociedad. En esta ocasión colaboran investigadores de varios centros de educación superior del país, aunque por supuesto con la participación fundamental de los académicos de nuestra institución. Puede colegirse que la preocupación por los derroteros o los rumbos hacia donde se enfila la Nación, ante las acciones y gestiones gubernamentales y políticas, es la coincidencia primordial de los investigadores universitarios. Y pues las funciones de mirar, escudriñar, preguntar, dudar, argumentar y explicar, resultan hoy más que urgentes (aunque muchos aún no estemos “hasta la madre”), pues por lo menos algo tenemos la obligación de decir, mucho hay que exponer, demasiado hay de riesgo para el país, para ese ente abstracto llamado pueblo con su sangre derramada, frente a las políticas públicas que desde el Estado se instrumentan como ejercicio de poder, más que como ejercicio de las facultades y capacidades de pensar, razonar, reflexionar y gobernar con sapiencia, facultades que pareciera existen, pero con escasez, en las esferas gubernamentales. El doctor Segundo Galicia, del Cuerpo Académico de “Sociedad y Cultura” de la Facultad de Ciencias Sociales, abre el fuego analítico con un acercamiento a la economía política del narcotráfico y en relación a la guerra contra el crimen organizado, declarada por el gobierno federal desde los inicios del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa. La compulsiva acción en la que intervienen varios cientos de miles de militares, de la armada y policías en todo el país, ha puesto en vilo, en tensión y en jaque a la población mexicana, asediada como nunca en estos llamados tiempos de modernidad; tiempos que son, como muestran los crudos hechos que han dejado alrededor de 50 mil muertos, tiempos hueros, vacuos, ufanos, falsos y ajenos a cualquier indicio de modernidad. 6


En este contexto, la doctora en letras Guadalupe Isabel Carrillo Torea, investigadora venezolana que labora en la Universidad Autónoma del Estado de México, ofrece una acuciosa mirada sobre el mundo “narco” a través de la literatura, en especial la novela, como una forma indirecta de acercamiento al fenómeno de la narcocultura y de la industria de las drogas ilícitas. Al final de cuentas habría que notar que la tragedia, el drama o la pesadilla que se vive y se siente en México desde hace más de cuatro años ha superado con creces a los filmes y a la narrativa de ficción, incluidos los descabezados, los encostalados y encobijados, los desmembrados y destazados, los encementados, los ajusticiados y los fusilados, los colgados y, en suma, todos los condenados y los desgraciados del mundo de las drogas ilegales, arrastrados en el torrente de la descomposición sociocultural, económica y política que supura sangre, hiel, pus y mierda desde las magnas y pusilánimes alturas del poder político, al inframundo de las secrecías y hasta los bajísimos fondos de la sociogeografía nacional. Pero son tiempos de cambio, se dice. Así, el doctor Juan Alfonso Mejía, investigador adscrito a Ciencias Sociales, presenta un sólido ensayo sobre la profesionalización de la función pública en México, acaso como base, requisito o fundamento necesario para aspirar a la consolidación de la democracia mexicana; de ésta que, pese a la alternancia, sigue siendo cuestionada por los modos electorales, y por los protagonismos y los excesos, los usos y los abusos del omnisciente poder presidencial. En su turno, el maestro Pedro Brito Osuna, economista, efectúa un ejercicio de ensamble teórico bibliográfico sobre los factores y los agentes sociales de cambio en el desarrollo y los potenciales socioeconómicos de los territorios. Incluimos en esta entrega dos colaboraciones de colegas investigadores de la Unidad de Economía de la Universidad Autónoma de Nayarit. El primero texto versa sobre la inversión extranjera en los complejos y destinos turísticos de ese estado vecino y en relación con los llamados “transmigrantes” del turismo. Y el segundo trabajo aborda el tema empresarial de la cooperación de las microempresas farmacéuticas de la ciudad de Tepic, como un reto para su crecimiento y consolidación. Finalmente, el maestro Abdiel Hernández Mendoza, catedrático de Relaciones Internacionales de la UNAM, nos presenta, de forma puntual e ilustrativa, un amplio panorama sobre la recuperación de los roles protagónicos de Rusia en el mapa geopolítico del planeta. Esto, luego del abrupto y significativo decaimiento de casi dos décadas del omnímodo poder político, económico y militar de ese enorme país de 7


vasta historia, tradiciones y costumbres, a raíz de la separación o desmembramiento de lo que fue la mítica Unión de Repúblicas Soviéticas y Socialistas (URSS), y que, de forma literal, dejaría en la orfandad y el desamparo ideológico y doctrinario a decenas de naciones y a millones de individuos en el mundo, entre comunistas, socialistas y simpatizantes utópicos de esa legendaria cultura. Respecto de las fuertes ilustraciones de esta edición, de nuevo manifestamos nuestro agradecimiento al artista Leonel Maciel, oriundo del poblado La Soledad de los Maciel en el estado de Guerrero, aunque residente de la ciudad de Cuernavaca, Morelos. El pintor nos facilitó una parte de su luminosa, colorida, irreverente y vigorosa obra pictórica, para beneplácito de la sensibilidad, del placer y del éxtasis de la mirada, y para bien de la estética y de las páginas, artículos y ensayos de las últimas cuatro ediciones de nuestra revista. Maestro, amigo Leonel Maciel, ha sido un orgullo y un honor. Por lo pronto en nuestro entorno los cambios prosiguen. En la Facultad de Ciencias Sociales de la UAS, han sido también tiempos de cambio y se han dado los obligados relevos administrativos, pero la institución, la academia, la investigación, la extensión y la difusión, como señala el cliché, deben continuar. Así, con este número 27 de ARENAS acaba una etapa y habrá de iniciar, pronto, una más. Nery Córdova

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ECONOMÍA POLÍTICA DEL NARCOTRÁFICO

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Segundo GALICIA SANCHEZ “No obstante la inversión de grandes recursos gubernamentales en la lucha contra los cárteles de la droga, el negocio del narcotráfico no da señales de decaer en México. Sólo por lo que se refiere a la exportación de droga de México a Estados Unidos, se calcula que el valor de ese comercio fluctúa entre los 19,000 y los 29,000 millones de dólares”. Lorenzo Meyer, “Andarse por las ramas y olvidar las raíces” 

Catedrático e Investigador de la Facultad de Ciencias Sociales. Coordinador del Cuerpo Académico “Sociedad y Cultura”. 9


La economía política se ha considerado desde sus orígenes como la ciencia que estudia la producción, distribución, oferta, demanda, consumo y financiamiento de bienes y servicios en la sociedad. En la actualidad habría que agregar que la economía política tiene que incluir el análisis de otra operación económica, no por nueva sino por generalizada: el lavado de dinero. El análisis sistemático de este conjunto amplio y cada vez más complejo de actividades económicas constituye el objeto de estudio disciplinario de la economía política. Por su propio carácter la economía política es una ciencia social en cuanto está, por una parte, relacionada estructuralmente con la vida social, es decir, con los grupos, individuos y organizaciones que producen, comercializan y financian las actividades económicas en la sociedad y, por otra parte, en cuanto dichas actividades se relacionan de alguna manera con el poder y con el ejercicio del poder, es decir, con la política de la sociedad. Es en el marco de esta interrelación de sociedad y política que los individuos, grupos y organizaciones operan para llevar a cabo sus actividades económicas, esto es, concebir algún negocio, planear e implementar determinadas estrategias de desarrollo de los procesos productivos1, comerciales, financieros y demás actividades relacionadas con la economía de la sociedad. El carácter científico de la economía política ha sido objeto de amplias discusiones y descalificaciones en el mundo. Después de un periodo de auge en los años 60`s, 70`s y 80`s del siglo pasado, la economía política fue considerada poco apta para explicar los complicados fenómenos económicos de finales de del siglo XX. La caída del muro de Berlín en 1989 simboliza, según algunos, la caída también de la economía política como ciencia, identificada con el marxismo y el socialismo. Se pretendió que la ciencia denominada simplemente como economía y relacionada con el neoliberalismo, era más que suficiente para garantizar un desarrollo económico continuo y una época de paz y 1

La economía política surgió en la época del régimen esclavista como ciencia que trata de la administración de la hacienda doméstica. A este significado inicial se debe el nombre de la ciencia, derivado de las palabras griegas “politeia” y “oikonomia” (“politeia: organización social; “oikos“: casa, hacienda; y “nomos”: ley). La economía política empezó a desarrollarse como ciencia independiente al nacer el modo de producción capitalista. A este periodo corresponden las primeras tentativas de interpretar teóricamente y elucidar varios fenómenos del capitalismo. En los siglos XVI – XVIII surgió y se desarrolló la corriente del pensamiento económico y de la economía política conocidos con el nombre de “mercantilismo” (Diccionario de economía política, BSM – EUMEDNET). 10


de bienestar en la totalidad de la sociedad global que emergía en aquel entonces. Pero ni el desarrollo económico llegó a escala mundial y la paz fue hecha añicos el 11 de septiembre de 2001, con el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York. Antiguos y nuevos fenómenos sociales, incluyendo guerras, terrorismo, narcotráfico, crimen organizado y violencia emergieron en varias latitudes del mundo y en 2008 estalló la crisis económica mundial que puso en duda a todo el pensamiento económico, social y político del neoliberalismo. Por ello, se puede considerar que hoy se carece de fundamentos paradigmáticos validados con suficiencia, que tengan la capacidad de análisis y las metodologías adecuadas, para dar respuesta a las complejísimas problemáticas de la sociedad global contemporánea. La situación anterior constituye el gran desafío del sistema ciencia en general, y de las ciencias sociales en especial, ante la problemática global del siglo XXI. Ello implica el replanteamiento radical de los paradigmas anteriores para enfrentar los grandes desafíos de la sociedad contemporánea. A este respecto, la economía política puede aportar algunos elementos para el análisis innovador. Pero no se trata ahora de intentar volver a la economía política en un sentido mecánico ni nostálgico y desechar en su totalidad aspectos del neoliberalismo. Es posible intentar recuperar algunos elementos de ambos enfoque teóricos, en la búsqueda de alternativas de explicación a la compleja problemática económica social, política y cultural, que se proyecta como un futuro fatídico para las nuevas generaciones, especialmente de México y América Latina. En esta perspectiva de análisis presentamos aspectos de economía política a ser tenidos en cuenta, como conocimiento y explicación de la violencia del narcotráfico y del crimen organizado. Ponemos de relieve los aspectos estructurales de la vida social que están presentes en el fenómeno del narcotráfico y del crimen organizado en tanto problemáticas sociales producidas por la misma sociedad y reproducidas por su propia dinámica. Tal perspectiva es un tanto diferente, y en algunos aspectos opuesta, al análisis que enfatiza los factores exclusivamente individuales, que se queda en los aspectos delincuenciales, y que enfatiza hasta la simulación los valores morales o recurre ilusamente a modalidades confesionales para solucionar la problemática de la espiral de violencia que estamos padeciendo. Algunos elementos teóricos relevantes de la economía política, expuestos por los clásicos del marxismo, plantean las siguientes 11


proposiciones que pueden ser tenidas en cuenta en el análisis de la problemática del narcotráfico y del crimen organizado: “En la producción los hombres no actúan solamente sobre la naturaleza, sino que actúan también los unos sobre los otros. No pueden producir sin asociarse de un cierto modo, para actuar en común y establecer un intercambio de actividades. Para producir, los hombres contraen determinados vínculos y relaciones, y a través de estos vínculos y relaciones, y sólo a través de ellos, es como se relacionan con la naturaleza y como se efectúa la producción” (Marx, Trabajo asalariado y capital, en Obras escogidas, tomo I, pp. 82-83).

Es decir, la producción de cualquier mercancía ocurre como un proceso social que está más allá de los individuos, aunque al inicio se presente, aparentemente, como un resultado de la exclusiva iniciativa individual, olvidando que los individuos están siempre en un determinado contexto de relaciones sociales de producción y es a través de esas relaciones como se puede llevar a cabo cualquier actividad productiva. Toda producción es social y se desarrolla como tal. Esto, que es tan obvio para quien está mínimamente informado, a veces pasa desapercibido y se recurre a instancias extra sociales para conocer la sociedad. Por ello, desde otras perspectivas de análisis, se resalta y exalta únicamente al individuo como el supremo hacedor de las actividades económicas. Sin embargo, ya sea para producir una herramienta o un fusil, un tractor o una ametralladora, una medicina o una droga (lícita o ilícita) los individuos se asocian en los marcos de determinadas relaciones de producción. Como decía el clásico del neoliberalismo, Milton Friedman: se calculan costos, riesgos y beneficios de las operaciones económicas. Las relaciones de producción son determinantes del ser social de los individuos y constituyen estructuras férreas que orientan las acciones, el pensamiento y las ilusiones, individuales y colectivas: orientan y le dan sentido a la cultura de la sociedad. Las estructuras sociales de producción son susceptibles de cambios, pero en ciertas condiciones tanto sociales como económicas y culturales de la misma vida social. Contra lo que se cree comúnmente, los cambios sociales no obedecen a la simple voluntad de los individuos sino más bien a las tendencias del propio desarrollo estructural de la sociedad en las que viven. “…las relaciones sociales en las que los individuos producen, las relaciones sociales de producción, varían, se transforman, al cambiar y desarrollarse los medios materiales de producción, las fuerzas productivas. Las relaciones de producción forman en su conjunto, lo que se llama las relaciones sociales, la sociedad, y concretamente, una 12


sociedad con un determinado grado de desarrollo histórico, una sociedad de carácter peculiar y específico” (Marx, Ibid, pp. 883).

Las fuerzas productivas de la sociedad están cambiando en una diversidad de modalidades e intensidades, estableciendo nuevas y diferentes relaciones de producción, que los individuos se ven obligados a llevar a cabo en conjunción o muy a pesar de sus deseos y voluntades. Aunque en lo individual los seres humanos creen subjetivamente que realizan sus propios y libérrimos deseos, su propia voluntad y hasta realizan su libertad, lo hacen en el contexto de determinadas relaciones sociales. En la sociedad moderna el acelerado desarrollo de las fuerzas productivas se ha intensificado por el vertiginoso cambio científico y tecnológico, en especial en el área de las nuevas tecnologías, que está conduciendo a la sociedad digital. Son estas condiciones de las nuevas tecnologías las que están imponiendo nuevas relaciones sociales, nuevas formas de vida en el amplio sentido de la palabra. En conjunto, las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción constituyen las bases estructurales en las cuales transcurre la vida de los individuos, incluyendo la vida subjetiva en todas sus dimensiones. Los individuos pueden trascender tales condiciones estructurales en la medida que cobren conciencia cabal de sus respectivas situaciones y desarrollen las actividades pertinentes para superar dichas condiciones. Como individuos están determinados en sus diferentes esferas de actividades, aún en aquellas que se refiere a sus formas de pensamiento e intenciones, en sus sentimientos y en sus imaginaciones, en sus ideas morales y en el sentido de justicia mediante la cual dirimen sus diferencias y controversias. “Los hombres no son libres árbitros de sus fuerzas productivas –base de toda su historia- pues toda fuerza productiva es una fuerza adquirida, producto de una actividad anterior. Por tanto, las fuerzas productivas de la energía práctica de las gentes, pero esta misma energía se halla determinada por las condiciones en las que los hombres se encuentran colocados, por las fuerzas productivas ya adquiridas, por la forma social anterior a ellos, que ellos no han creado y que es producto de la generación anterior” (Ibidem).

Al no ser libres árbitros de sus fuerzas productivas ni de sus relaciones de producción, los individuos optan por aquellas posibilidades que visualizan en el entorno de sus propias circunstancias como factibles, alcanzables o viables, comparando siempre con otras opciones y estimando siempre los costos y riesgos que corren en una o en otras de las opciones, y desde luego, estimando los beneficios que podrían obtener. 13


No obstante, las decisiones de los individuos pueden estar encomendadas a la suerte, al destino, a alguna entidad, deidad o lo que fuere, pero todo esto será una especie de revestimiento accesorio de sus actividades, según como alcancen a conocer y entender sus respectivas realidades, es decir, sus relaciones de producción y sus fuerzas productivas. En todo caso, los individuos desempeñan los roles que le son asignados por las propias estructuras sociales en su respectiva sociedad. Ya sea como terrateniente o simple campesino sin tierra, ya sea como dueño o simple obrero de alguna fábrica, ya sea como gerente o simple empleado de una empresa comercial, ya sea como profesional o simplemente como ciudadano, ya sea como jerarca de alguna orden religiosa o como simple creyente o devoto, en todos los casos es necesario insistir, se trata de funciones sociales; y por tanto son, desde el punto de vista de la economía política, personificaciones de relaciones sociales, integrantes de una estructura social determinada. Los individuos, con toda su subjetividad y sus respectivos puntos de vista, es decir, los puntos de vistas del sujeto, lo que piensan de sí mismos y de los demás en los límites de sus respectivos saberes, lo que significa que saben muy poco o no saben absolutamente nada de lo que son, ni de dónde vienen ni adónde van. Saben algo de sus roles sociales en cuanto éstos son personificación de relaciones sociales, pero en cuanto tales, son seres sociales antes que sujetos individuales. Por eso, desde un punto de vista diferente y contrario a la perspectiva del sujeto, la economía política se centra en el análisis de las estructuras de las relaciones sociales; pero habría que analizar al individuo tanto en lo que piensa como en lo que siente, tanto en lo que imagina como en lo que sueña, en lo que anhela como en lo que maldice, así como en sus creencias terrenales o celestiales y en sus ideologías (de cualquier color, orientación, partido, secta o feligresía), en sus preocupaciones y en sus pasiones. En otros términos: en sus diversos niveles de conciencia, desde los más superficiales hasta los más profundos, desde los más concretos hasta los más etéreos. El ejemplo clásico de este tipo de análisis, que no ha sido refutado ni desmentido hasta hoy, es la referencia que Marx hace del capitalista y del terrateniente en tanto personificaciones de relaciones sociales: “No pinto de color de rosa, por cierto, las figuras del capitalista y la del terrateniente. Pero aquí sólo se trata de personas en la medida en que son la personificación de categorías económicas, portadores de determinados intereses de clase. Mi punto de vista, con arreglo al cual concibo como proceso de historia natural el desarrollo de la formación económico-social, menos que ningún otro podría responsabilizar al 14


individuo por relaciones de las cuales él sigue siendo socialmente una creatura por más que subjetivamente pueda elevarse sobre las mismas.” (El Capital, p. 8). Éste, que es uno de los descubrimientos científicos más importantes de la economía política no es mayormente tenido en cuenta en los análisis económicos del neoliberalismo y se pretende que solamente el individuo, el sujeto, es el actor y árbitro de la vida social, que puede cambiar las estructuras sociales o solucionar los problemas sociales según su sola voluntad o deseo. No obstante la discusión y las controversias teóricas y metodológicas, la economía política, en la versión de algunos marxistas clásicos, puede definirse en los términos y conceptos siguientes: “La economía política, en el sentido más amplio de esta palabra, es la ciencia de las leyes que rigen la producción y el intercambio de los medios materiales de vida en la sociedad humana. Producción e intercambio son dos funciones distintas. La producción puede desarrollarse sin intercambio; mas éste presupone siempre, necesariamente, la producción, ya que lo que se cambia son los productos. Cada uno de estas dos funciones sociales se haya bajo la acción de gran número influencias específicas del exterior y, por tanto presididas en gran parte, por leyes propias y específicas. Pero, al mismo tiempo, ambas se condicionan a cada paso recíprocamente e influyen de tal modo la uno en la otra, que puede decirse que son como la abcisa y la ordenada de la curva económica” F. Engels, Antidüring, 1932, pp. 153 -154).

Este es el sentido científico de la economía política en sus características más generales y teóricamente constituye un conjunto de hipótesis para la investigación de los procesos económicos del desarrollo de la sociedad capitalista en su dimensión histórica y actual. Como disciplina tiene que analizar los procesos y actividades económicas, tanto las visibles como las no tan visibles y aún las invisibles, las operaciones legales como las semi legales y las ilegales, en tanto son aspectos de los procesos económicos globales. En esta perspectiva la economía política tiene que estudiar todos los aspectos económicos del narcotráfico y el crimen organizado y de otras tantas actividades económicas de la sociedad moderna y contemporánea, incluyendo, por supuesto, el quehacer económico del narcotráfico y del crimen organizado. Sin embargo, es necesario advertir que los conocimientos científicos de cualquier disciplina, por más acertados, correctos y verdaderos que se logren alcanzar mediante la investigación, son siempre discutibles y están sujetos a todo tipo de críticas. Pero lo son más los 15


conocimientos de las ciencias sociales, en la medida que éstas tratan de problemas humanos sobre los cuales las personas creen tener dominios patrimoniales de saberes habidos y por haber. Dichos saberes se consideran inamovibles o movibles según sus propios saberes; éstos se consideran a su vez, otorgados por derechos incuestionables y sustentados en principios indiscutibles o en especiales “leyes naturales”, según su propio entender. Aún más, las reacciones a los conocimientos científicos se tornan violentas y hasta sangrientas cuando la investigación se refiere a intereses económicos de individuos, familias, grupos o clases sociales. Por todo ello es importante reiterar y subrayar una advertencia que aunque formulada hace ya bastante tiempo, sigue siendo válida en la actualidad y es pertinente tenerla en cuenta: “En el dominio de la economía política, la investigación científica libre no solamente enfrenta al mismo enemigo que en todos los demás campos. La naturaleza peculiar de su objeto convoca a la lid contra ella a las más violentas, mezquinas y aborrecibles pasiones del corazón humano: las furias del interés privado” (Marx, El Capital, Tomo I, prólogo a la 1ª. ed, Siglo XXI eds, pp. 8-9).

La investigación científica libre en todos los campos de la ciencia siempre ha tenido que enfrentar al mismo enemigo: la ignorancia. Sobre la ignorancia se han levantado y fundamentado todos los prejuicios de los seres humanos en todos los tiempos y lugares. Y sobre los prejuicios se han basado todos los intereses, tantos los legítimos como los ilegítimos, que luego se elevaron a derechos, aunque fuera pisoteando, a sangre y fuego, los legítimos derechos de los demás. La economía del narcotráfico Desde esta perspectiva, la economía política del narcotráfico sería, entonces, el estudio sistemático de los procesos económicos de producción, comercio y financiamiento, incluyendo el lavado de dinero, de las drogas y otras mercancías ilegales. Por múltiples razones, estrictamente teóricas y metodológicas, pero también históricas, sociales, políticas y económicas, es pertinente tratar de analizar la problemática del narcotráfico, desde la perspectiva de la economía política. El narcotráfico constituye un complejo conjunto de procesos económicos y sociales en cuanto involucra la producción, el comercio, el financiamiento y la circulación a nivel global de mercancías, sean legales o ilegales o estén al borde de la legalidad, con todas sus causas y consecuencias económicas, sociales, políticas, culturales, psicológicas o de cualquier otra índole. 16


En realidad, el carácter legal de la actividad económica siempre ha involucrado determinados márgenes de ilegalidad, a pesar de que sus beneficiarios hayan proclamado su condición de “estricta legalidad”. Tan precaria es la característica de la ilegalidad o ilegalidad del narcotráfico que algunos sectores de la población, incluyendo importantes intelectuales nacionales e internacionales, están proponiendo la necesidad de legalizar la producción y el comercio de las drogas, como una alternativa para disminuir intensificación de la violencia. No olvidemos que históricamente las acciones ilegales (entiéndase: conquistas, robos, saqueos) se tornaron legales a gusto y conveniencias del poder y de los poderosos, es decir, de conquistadores, ladrones y saqueadores, etc.. Los análisis de la problemática del narcotráfico desde el punto de vista de la economía pueden constituir una gran temática que podría denominarse así precisamente: „economía política del narcotráfico‟. En la medida que ocurre como tráfico de mercancías, el narcotráfico genera otras acciones económicas con sus respectivos costos y beneficios; pero además, por los flujos de dinero circulante dentro o alrededor del narcotráfico, se trata de procesos económicos muy importantes. La diferencia fundamental con el comercio legal es, precisamente, el carácter ilegal del comercio de las drogas y otras mercancías. No hay que olvidar que los negocios para que sean realmente exitosos tienen que ser expansivos y obtener las mayores tasas de ganancias, ya sean local, nacional o internacionalmente. Y eso son, sin duda, los negocios de los cárteles de las drogas, no sólo en determinados países, sino a niveles de regiones continentales y a nivel de la economía global o mundial. En la economía política del narcotráfico tendrían que analizarse todos los procesos, subprocesos, operaciones y actividades que están presentes, se generan y se desarrollan en los ámbitos visibles e invisibles del mundo de las drogas. Estos análisis tendrían que basarse estrictamente en las teorías socioeconómicas más avanzadas y utilizarían las metodologías más adecuadas con el objetivo de explicar con la mayor objetividad posible las causas, las modalidades de desarrollo y las consecuencias del narcotráfico. Y habría que despojarse de la preeminencia de los criterios maniqueos que reducen la realidad al bien y al mal y divide a los seres humanos en buenos y malos. Tan tramposos son estos criterios que implican ignorancia y perversidad al mismo tiempo e involucran las más grandes injusticias en la historia de los pueblos. Por supuesto, se tendrían que superar las opiniones vulgares de mucha tendencias de pensamiento social que prevalecen en la actualidad. 17


Sería necesario, entonces, abandonar o poner en su auténtico lugar a los criterios moralizantes de toda clase con los que se pretende conocer y juzgar, en este caso, la problemática del “narco”. En especial habría que desenmascarar los reclamos de moralidad de quienes ostentan “principios morales” para cada ocasión y que exhiben no una doble moral sino múltiples según sus conveniencias. Muchos engaños y daños se han cometido y se siguen cometiendo apelando oportunistamente a los señuelos de doña antigua pero falsa moral. Por supuesto, la economía política del narcotráfico no admite signos o símbolos confesionales de ningún tipo. Los credos religiosos pueden tener alguna función a niveles individuales, íntimamente, y desde allí al infinito o a la eternidad celestiales o de otros mundos de los individuos. Pero en la economía política no tiene ya ninguna función, o no debería tenerla, a menos que sirvan a los fines de salvaguardar determinados intereses tan terrenales como los de cualquier simple o encumbrado mortal. El hecho de que cualquier hijo del pueblo o alguien nacido en alta alcurnia, como cualquier devoto venere, adore, invoque y hasta haga todavía pequeños o grandes donaciones o realicen sacrificios de toda índole, no debería pasar como criterios de análisis válido en la investigación científica. Si alguien cree que con veladoras, rezos y oraciones puede disminuir a la violencia, pues que lo haga y resuelva por la vía de los milagros tantos padecimientos que vive la humanidad, que alivie los terribles flagelos de la violencia del narcotráfico y del crimen organizado y de otros tantos problemas que sufren pueblos enteros. Nada ni nadie impide que los milagreros hagan lo que dicen que saben hacer; lo único que habría que reclamarles sería que no tarden tanto, porque ya son muchos, pero muchos los miles y miles, y más miles, de muertos, heridos y desaparecidos. Mejor dicho ¡Estamos hasta la madre! Lavado de dinero “En realidad es sencillo: si no ves una correlación entre el lavado de dinero por parte de los bancos y los 30 mil personas asesinadas en México, entonces no estás entendiendo nada.” (Martín Woods, en Vulliamy, Ed, “Lavado con complicidad internacional”, Revista Proceso, No. 1800, p. 46). El narcotráfico es un proceso económico global, integral e integrado, que en su funcionamiento recorre todos los subprocesos y actividades necesarias para su realización como dinero-mercancía-dinero (D-M-D‟), es decir, como capital, en el más estricto sentido del concepto 18


y de la palabra. En este proceso económico global el narcotráfico y el crimen organizado obtienen altísimas tasas de plusvalía que se tienen que procesar en el sistema económico de la sociedad. Es decir, no se trata de dos sistema económico paralelos, uno legal y otro ilegal, sino de un solo sistema en el que se realizan todas las actividades económicas de la vida social. En estas condiciones, el dinero del narcotráfico, por sus grandes montos y por sus múltiples operaciones, está en capacidad de subsumir formal y realmente a los demás capitales del capitalismo global. Desde luego, el dinero del “narco” tiene un origen ilegal y circula en forma ilegal, pero eso no le impide realizar sus funciones de capital y realizarse como capital en el sistema legal. Para ello utiliza antiguos mecanismos que operan desde los orígenes del capitalismo en su función de capital financiero: el lavado de dinero. El lavado de dinero siempre ha estado presente en el desarrollo del capitalismo, en algunas ocasiones mediante montos relativamente pequeños hasta tal punto que pasaban desapercibidos; en otras circunstancias, lavando a gran escala grandes cantidades de dinero sucio provenientes de de diversas actividades ilícitas, sin olvidar que ambos términos, lavado de dinero y dinero sucio, son de significados muy relativos. Lo sucio puede limpiarse y dejarse, inclusive, brillando; lo ilícito puede tornarse lícito, como se dice, con el poder de una o más firmas o de plano, de un plumazo. Esta historia de lavado de dinero, que abunda como el dinero mismo, forma un aspecto sustancial de la historia del desarrollo capitalista en todo el mundo y en todos los tiempos. En este sentido se puede afirmar que el subsistema bancario no tiene una historia limpia, ni mucho menos, pues siempre ha participado en el lavado de dineros sucios provenientes de diversas fuentes, ya se trate de guerras de conquista, de despojos y apropiaciones por la pura fuerza, de engaños legales o ilegales. Hoy, sin embargo, la mayor fuente de dinero sucio lo aportan el narcotráfico y el crimen organizado y es el sistema financiero legal el que opera como lavadero, ya sea directa o indirectamente, ya sea por acción o por omisión, pero siempre por complicidad. En el caso de México y América Latina, entonces, se puede formular una hipótesis con todo fundamento, en el sentido de que existe una correlación necesaria, es decir lógica e inclusive matemática, entre dos variables importantísimas con las que operan el narcotráfico y el crimen organizado: lavado de dinero y capital financiero. Los grandes montos de dinero que despliega el narcotráfico provienen de actividades ilícitas, aunque con las complicidades de todo tipo de gentes e instituciones, moralidades, credos y confesiones; se lavan, esto es, se 19


legalizan, en las relucientes oficinas de los bancos oficiales y oficiosos del sistema financiero. De allí, el dinero sale oleado y sacramentado para recorrer el mundo y proseguir su función de capital, pero ahora limpio y floreciente, brillante y más seductor que nunca. Este dinero limpio, floreciente y brillante es capaz de comprar y vender (y volver a comprar y volver a vender), todo, absolutamente todo, hasta el cuerpo y el alma de las buenas gentes, aunque algo se sepa del cuerpo y no se sepa qué es el alma ni qué es la buena gente. Sin embargo, específicamente para el caso de México, hay algo mucho más claro y al mismo tiempo muy grave. De acuerdo a lo que sostiene el investigador británico especializado y experimentado en estos temas, Martin Woods, y que reiteramos con el propósito de destacarlo aún más, existe una correlación entre el lavado de dinero y los miles de muertos que van durante el actual gobierno. En palabras de Wood: “… si no ves una correlación entre el lavado de dinero por parte de los bancos y las 30 mil personas asesinadas en México no estás entendiendo nada.” Lo que lamentablemente hay que agregar es que no son solamente esos 30 mil, ya que cada día que transcurre aumentan irreversiblemente la cantidad de muertes, secuestros y desaparecidos. A la fecha son más de 40 mil los muertos de esta guerra y algunas estimaciones confiables señalan que son ya más de 50 mil los muertos de 2006 hasta lo que va de 2011. El lavado de dinero se realiza, por supuesto, en el sistema financiero del mismo capitalismo, esto es en los bancos pequeños, medianos o grandes, pero siempre muy importantes y muy respetables en el mundo de las finanzas. Las transacciones se realizan a nivel local, regional, nacional o planetario y las cantidades pueden ser relativamente pequeñas o estratosféricas para los simples mortales. El caso investigado por Martín Woods es referido de la siguiente manera: “Durante años, el banco estadunidense Wachovia, hoy parte del gigante financiero Wells Fargo, lavó alrededor de 400 mil millones de los cárteles mexicanos de la droga. En febrero de 2005 el agente británico Martin Woods descubrió la trama e inició una investigación que llegó incluso a la procuraduría General de Estados Unidos. Se reveló entonces que los directivos de la institución de crédito actuaron conscientes de los riesgos de hacer negocios con casas de cambio mexicanas.” (Vulliamy, Ed, “Lavado con complicidad internacional”, Revista Proceso, No. 1800, p. 46).

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Pero lo gravísimo de la situación para México es que el lavado de dinero en las formas y los montos señalados se llevan a cabo con la complicidad de funcionarios e instancias institucionales del mismo sistema legal de Estados Unidos y de otros países a nivel internacional. Es decir, el sistema financiero internacional participa por acción, por omisión, pero siempre por complicidad, en el lavado de dinero del narcotráfico y del crimen organizado. Entonces surgen muchas preguntas sobre las que habría que insistir, pero solamente señalaremos algunas: Cuando se habla de la “guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado” ¿contra quién o contra quiénes realmente se está librando esta guerra? Y, dependiendo de la respuesta se podría volver a preguntar ¿podrá realmente México ganar está guerra? ¿Es realmente una guerra o es una sangrienta simulación que le está costando a México más de 50 mil muertos y cantidades inimaginables de recursos del pueblo mexicano? Si eso está pasando con México, que es la 12va. economía mundial, ¿qué estará pasando con otros países de América Latina de economía menor? Las posibles respuestas son tan escalofriantes como las balaceras con sus secuelas de muertos, heridos y desaparecidos. A nivel nacional hay desconfianza, a pesar de la publicidad oficial, respecto de que el gobierno esté ganando la guerra. Surgen más dudas si se tienen en cuenta múltiples indicadores de que el mismo gobierno de EU no está con seriedad apoyando a México en estas acciones. Las dudas se acrecientan si se comparan los montos: 100 millones de dólares de la ayuda estadunidense, frente a los montos de lavado de dinero que sobrepasan los 450 mil millones de dólares. Continuando con el caso del mencionado banco Wachovia se tiene la siguiente información de la complicidad en el lavado de dinero: “Cargos criminales fueron levantados contra Wachovia pero no contra un individuo en particular; de cualquier modo el caso nunca llegó a la corte. En marzo de 2010, a través de la Corte de Distrito de Miami, Wachovia hizo el mayor acuerdo realizado bajo la Ley de Secrecía Bancaria de Estados Unidos” (Ibiden, p. 46). Por estos cargos criminales el banco pagó 110 millones de dólares y fue multado por 50 millones de dólares por “trámites incorrectos”, es decir “faltas leves”. De ser ciertas estas informaciones, y todo indica que no sólo son ciertas sino que además todo esto sería solamente como la punta de un inmenso iceberg que opera alrededor del lavado de dinero del narcotráfico, entonces el lavado de dinero es uno de los rubros más importantes del negocio de las drogas. Por una serie de indicios, lo peor está todavía por saberse, al tenor de las siguientes informaciones sostenidas por Woods: 21


“Pero más escandaloso y más importante todavía es que Wachovia haya sido sancionado por no aplicar las disposiciones correctas contra el lavado de dinero a la transferencia de 378.4 mil millones de dólares -suma equivalente a un tercio del Producto Interno de México- a las cuentas de las llamadas casas de cambio (CDC) en México con las que el banco realizaba negocios” (Ibid, p. 47).

Por lo anterior, Martin Woods llega a la conclusión de que lo se ha logrado averiguar en torno del lavado de dinero es una pequeña parte. Es la punta de un “iceberg” que denota un inmenso aparato de lavado de dinero sucio que opera a nivel mundial, pero que tiene algunos de sus centros de operaciones en el sistema legal de Estados Unidos. “La conclusión del caso es sólo la punta del iceberg que muestra el papel del sector bancario “legal” en el lavado de cientos de miles de millones de dólares, –el dinero sucio del tráfico asesino de drogas en México y otras partes del mundo- a través de sus operaciones globales, y cuya fianza han tenido que pagar los contribuyentes” (p.47). Esta conclusión sólo viene a confirmar un hecho: la moneda oficiosa del narcotráfico es el dólar, ni más ni menos que la moneda oficial de la gran potencia imperial. El dinero sucio fluye desde los Estados Unidos y se lava en el sistema financiero estadunidense. Los montos del dinero sucio lavado por un sólo banco de los Estados Unidos alcanza cantidades estratosféricas que muestran la simulación de los programas económicos de “ayuda” a los países de América Latina, al tenor de la información proporcionada por Woods: “En el periodo que comprende del 1 de mayo de 2004 y el 31 de mayo de 2007, Wachovia procesó por lo menos 373.6 mil millones de dólares en CDE y 4.7 mil millones en grandes cantidades en efectivo”, en total 378.3 mil millones, cantidades que empequeñecen los presupuestos que debaten las autoridades locales de Estados Unidos y el Reino Unido para proporcionar servicios públicos a sus ciudadanos” (p. 50).

Con tales cantidades en los circuitos financieros del “narco”, regentados por grandes empresarios y a disposición de los capos de los cárteles, se levanta todo un imperio que emerge de las entrañas de otro imperio que es el capitalismo estadunidense. No es de extrañar, entonces, la capacidad económica y el poder bélico que exhibe el narcotráfico en México y América Latina. Por todo eso, la información referida, resultado de muchas investigaciones, reitera: 22


“¿Es del interés del pueblo estadunidense alentar tanto a los cárteles como a los bancos de esta forma? ¿Es del interés del pueblo mexicano? En realidad es sencillo: si no ves una correlación entre lavado de dinero por parte de los bancos y las 30 mil personas asesinadas en México no estás entendiendo nada” (p. 50).

Conclusiones Conocer y explicar objetivamente las causas del narcotráfico y del crimen organizado requiere de la participación multidisciplinaria del sistema ciencia de la sociedad contemporánea. Deben ser los saberes más avanzados de las ciencias, de un caudal de conocimientos especializados y pertinentes para mirar la complejidad de la problemática y de las metodologías más apropiadas y eficaces en la investigación del magno negocio de las drogas ilícitas. Las ciencias sociales tienen la responsabilidad de aportar todos sus saberes, especialmente la economía política, para el estudio, conocimiento y explicación de la violencia que padecen los pueblos por la bonanza del “narco”. Las causas, factores o condiciones de la problemática del narcotráfico y del crimen organizado, o dicho metafóricamente, las raíces de estos frondosos árboles, bosques o selvas, subyacen en las profundidades desconocidas de la propia sociedad. Es decir, radican en la misma estructura de la sociedad, en su forma de organización y funcionamiento, en sus instituciones y en su entramado de relaciones sociales, en su cultura y en las formas de pensar, de sentir y de vivir de los individuos, familias, grupos, empresas, amistades y en toda su superestructura ideológica y política. Las causas y factores de que hacen posible a la actividad y sus efectos subyacen en las estructuras internas de la vida social y determinan las condiciones sociales estructurales que producen la violencia en todas sus formas, modalidades e intensidades. Si las condiciones profundas de la sociedad están constituidas por las estructuras económicas y sociales, es necesaria la participación de la economía política como ciencia en los análisis de la problemática del narcotráfico. Esta disciplina puede contribuir a explicar los procesos económicos y puede aportar con sus investigaciones el conocimiento objetivo de la estructura social en su dimensión económica y política. Al final de cuentas, los narcotraficantes se comportan como empresarios en la medida que calculan costos, riesgos y beneficios. Como lo reconoce el padre del neoliberalismo: Milton Friedman. 23


En el desarrollo del sistema capitalista de producción siempre ha estado presente el lavado de dineros sucios. En algunas circunstancias mediante montos relativamente pequeños hasta tal punto que pasan desapercibidos; en otras ocasiones, lavando a gran escala grandes cantidades provenientes de diversas actividades ilícitas. No hay que olvidar que ambos términos son muy relativos: lo sucio puede limpiarse y dejarse, inclusive, brillando; lo ilícito puede tornarse lícito, como se dice, con el poder de una o más firmas o de plano, de un plumazo. Actualmente el lavado de dinero se lleva a cabo en las lujosas oficinas del sistema financiero del propio sistema capitalista. En el caso de México y América Latina existe una correlación lógica e inclusive matemática, entre dos variables importantísimas con las que opera el narcotráfico: lavado de dinero y capital financiero. Los grandes montos de dinero que despliega el “narco” provienen de actividades ilícitas, aunque con las complicidades de todo tipo se lavan, esto es, se legalizan, en las relucientes oficinas de los bancos oficiales y oficiosos del sistema financiero. El lavado de dinero correlaciona también, en el mismo sentido lógico y matemático, con la cantidad de muertos, heridos y desaparecidos en la guerra del gobierno mexicano con los cárteles de la droga. Si no se entiende esta correlación, entonces no se entiende nada. Como lo dice Woods: “En realidad es sencillo: si no ves una correlación entre lavado de dinero por parte de los bancos y las 30 mil personas asesinadas en México no estás entendiendo nada.” Y sólo hay que reiterar: hasta mayo de 2011, son más de 50 mil los fallecidos. Bibliografía AZÁROVA, M.N. Bautima, N. V. (1976), Antología de la economía política, México, Ediciones de Cultura Popular. AUYERO, Javier (1993), Otra vez en la vía: Notas e interrogantes acerca de la juventud de sectores populares, Buenos Aires, Espacio. BAPTISTE Say, Jean (2001), Tratado de economía política, México, Fondo de Cultura Económica. BUNGE, Mario (2008) Filosofía y sociedad, México, Siglo XXI. DAMM Arnal, Arturo (2010), “Economía fallida: las cifras”, en Pulsaciones económicas, Noroeste, México. 24


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Jaime

“Victoria”,

México,

Periódico

Noroeste, 25


VULLIAMY, Ed (2011), “Lavado con complicidad internacional”, en Revista Proceso, México, No. 1800, WIELANDT, Gonzalo (2005), Hacia la construcción de lecciones del posconflicto en América Latina y el Caribe. Una mirada a la violencia juvenil en Centroamérica, Santiago de Chile; CEPAL / ONU, CEPAL Serie políticas sociales. WOODS, Martin en Vulliamy, Ed, “Lavado con complicidad internacional”, México, Revista Proceso, No. 1800, p. 46).

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LA NOVELÍSTICA DEL “NARCO”

Guadalupe Isabel CARRILLO TOREA

Guadalupe Isabel Carrillo Torea. Doctora en Letras por la UNAM. Profesora Investigadora del Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades de la UAEM. Miembro del SNI Nivel I. 27


El paso de la literatura oral presente en los narcocorridos, que han sido ampliamente analizados por teóricos de la talla de Luis Astorga, o Catherine Heau Lambert y Gilberto Giménez o Carlos Valbuena Esteban … a la narrativa en la temática del narcotráfico, experimenta un proceso previo de elaboración discursiva de carácter reporteril, las más de las veces, que fluctúa entre las características propias de la crónica, a una construcción más elaborada a modo de biografía, de largas entrevistas, de extensos testimonios que abordan casos reales prolíficamente detallados recreando historias y hechos ocurridos en las vidas de los narcotraficantes. Este panorama discursivo nos hace reflexionar sobre la importancia que ha cobrado el reportaje y, en consecuencia, el periodismo en su amplio abanico temático, al presentar cotidianamente los sucesos desgarradores que continúa viviéndose en México y que han modificado el rostro social, político y cultural de los ciudadanos. En este tenor, antes de estudiar el discurso literario que posee como objeto de atención el narcotráfico y sus vaivenes más sórdidos, debe mencionarse el protagonismo de la crónica que llega a los ciudadanos en formato de revista, y, en los últimos años, también de libro. A partir del 2000, fundamentalmente, la novela narco ha tenido tanta presencia como el trabajo periodístico de importantes figuras de la prensa mexicana. Julio Scherer García, Ricardo Rabelo, Marcela Turati, Anabel Hernández o Juan Carlos Reyna entre otros prestigiosos nombres, vinculados estos últimos a la revistas Proceso que fundara en los años setenta Scherer García, dan cuenta, desde disímiles perspectivas de las luchas de los cárteles y de las consecuencias de esto en una ciudadanía desvalida y anónima, involucrada en una guerra que no les pertenece. Al referirse a la importancia de la crónica en la actualidad, Susana Rotker, estudiosa de los problemas que enfrenta América Latina en el siglo XX y que se refleja en la escritura, anota: La crónica, género híbrido donde se encuentra el discurso literario y el discurso periodístico, es el espacio de la escritura que mejor registra los cambios sociales, las interrupciones, las experimentaciones del lenguaje y de la escritura misma. Más elaborada que los textos noticiosos, pero con un dinamismo y un sentido de urgencia que no tienen otras prácticas escriturarias de cocción mucho más lenta (como la novela, por ejemplo), la crónica ha sido un espacio privilegiado y marginal en la cultura latinoamericana desde hace un siglo, especialmente en los centros urbanos (2005: 165).

Efectivamente, la divulgación que editoriales como Grijalbo han venido presentando en formato de libro sobre trabajos de seria 28


investigación que periodistas mexicanos han llevado a cabo, se convierten en la fuente de primera mano que posee el público en general para entender el fenómeno que aqueja al país y que nos involucra a todos. Susana Rotker, apuntala aún más la pertinencia de la crónica y nos permite entender la afluencia de la misma en el tópico del narcotráfico: La crónica, ni periodismo convencional ni consagrada literatura, es más bien como un cuento donde todos los datos dependen de la realidad inmediata, puesta en escena por un autor que nada inventa más que el modo de contar: la crónica es un medio de escritura privilegiado por su inmediatez, por la ligereza que permite avanzar y tomar riesgos sin el peso consagratorio de la literatura, pero con un compromiso con la forma y la expresión propia que nada tiene que ver con los facilismos formulaicos del periodismo tradicional, es un género marginal por su misma condición de hibridez (2005: 165-166).

De los autores más reconocidos –mencionados líneas arriba- se encuentra Ricardo Rabelo, periodista que ha desarrollado investigaciones desde hace décadas sobre los cárteles y sobre la vida de los capos que se han publicado convertidas en libros biográficos; así encontramos su libro Osiel. Vida y tragedia de un Capo publicado en el 2009; biografía exhaustiva del famoso capo del cártel del Pacífico, de su caída y extradición a Norteamérica, así como Crónicas de sangre (2007) en la que narra las prácticas violentas y sanguinarias del ejército de los Zetas; Herencia maldita, El reto de Calderón y el nuevo mapa del narcotráfico (2008), título de otro de sus libros en el que da cuenta del papel del Estado desde el sexenio de Vicente Fox al gobierno de Felipe Calderón frente al narcotráfico, y donde también analiza la situación global del país frente al fenómeno y los entresijos entre el poder y el narco. A su discurso ameno y fluido, lo acompañan datos fehacientes y una mirada que pretende ver más allá de la maldad de los capos; muestra una imagen de conjunto en la que vemos a los hombres en su entorno y desde distintas perspectivas humanas; esto último podría provocar críticas de aquellos que consideran a los periodistas que cubren los azares del mundo de la droga como posibles apologistas del narcotráfico; tal ha ocurrido con Julio Scherer, que en uno de los números más polémicos de la revista Proceso, aparece en la portada fotografiado con uno de los capos más buscados por el gobierno mexicano y el norteamericano: Ismael Zambada, “El Mayo”. Scherer ha dedicado buena parte de su trabajo periodístico a reseñar los vaivenes del narcotráfico y de sus 29


personajes más célebres, como la llamada “Reina del Pacífico”, Sandra Ávila Beltrán, a quien entrevistó en la cárcel; el encuentro con la mujer más buscada de México fue publicado en Grijalbo en el año 2008. En 2009 la editorial De Bolsillo publicó Máxima Seguridad, Almoloya y Puente Grande; el trabajo ensayístico del libro va de la mano de las entrevistas concedidas por delincuentes de alto riesgo –por razones políticas o del narcotráfico- que permanecen aislados en condiciones infrahumanas en estos retenes de máxima seguridad. En la última publicación (Grijalbo, 2011), Historia de muerte y corrupción: Calderón, Mouriño, Zambada, El Chapo y la Reina del Pacífico, el autor retoma entrevistas o contactos con personajes que siguen siendo noticia y cuyas vidas van entretejidas de la historia de violencia y corrupción del país. De las últimas publicaciones, y en orden a una mirada si se quiere subjetiva de quien selecciona los títulos encontrados, aprecio la rigurosa investigación vertida en un estilo que va más allá de la amenidad y que goza de una prosa de tonos líricos y giros metafóricos enternecedores. Fuego Cruzado, de Marcela Turati, trabajo testimonial que recoge las voces sufrientes de quienes han protagonizado las tragedias de encontrarse en los enfrentamientos de matones a sueldo, habla de las víctimas menos vistas: los niños muertos o los huérfanos que vieron caer a sus padres en días soleados que no auguraban ningún contratiempo. A continuación una cita ilustradora de su estilo: …los de adelante corren mucho y los de atrás se quedarán…tras…tras…tras… Carlos Javier caminaba a la tienda a hacer un mandado. A medio camino lo envolvió una balacera. Intentó resguardarse del enjambre de balas. No pudo. Los vecinos y el tendero ya habían atrancado sus puertas. Quedó sin refugio. Se tiró al piso hasta que llegó la ambulancia a recogerlo. Ya muerto, agujereado por varias balas. Tenía nueve años. …agáchese y vuélvase a agachar… Daniela está en el patio de su colegio. Hace unos minutos se divertía en el recreo. Sabrá la niña de 13 años a qué jugaba y con quién platicaba. Ahora está tirada. Y sangra. Tiene un hoyo en la pierna. Es un balazo. Le cayó del cielo. Salió de un helicóptero.

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…un bracito ya se le rompió, su carita está llena de hollín… Liliana acompañaba a su papá de camino a la guardería. Papá e hija juntos ¿puede haber mayor alegría? El ambiente en el auto familiar se tornó denso en un parpadeo. Entró un mosquerío de balas. Una se le incrustó en el cuello. La mató apenas cumplidos los tres años. (2011: 286) La autora cierra la cita con los siguientes datos: “Cada mes se cavan al menos 24 tumbas para albergar huesos tiernos en México. Corresponden a los restos de los “ejecutados” más pequeños y más inocentes del conflicto armado desatado durante el sexenio calderonista. Cosidos a balas, despedazados con explosivos, torturados hasta la muerte, heridos con esquirlas de granadas, asesinados al estilo de la mafia, un niño y una niña caen casi al ritmo de uno por día” (2011: 287). La producción de los autores mencionados merece un estudio independiente en el que se profundice en las características de su discurso, sus formas emparentadas con lo literario, la gran ventaja que lo ameno aporta a sus textos y del que, en ocasiones –como veremos- carece el texto novelístico. La novela narco Lo que hoy se conoce como la novela narco, procede de otras raíces. La violencia que caracteriza su mundo, la abyección en sus más variadas perversiones como atmósfera y recurso predominante y los hechos que protagonizan sus personajes: de nobleza inusitada en ocasiones, las más de las veces de una terrible animosidad hacia la maldad por sí misma o por venganzas implacables, la emparentan con la llamada novela negra, con abundante presencia de las características propias de la novela policial. Ambos géneros1 -o subgéneros- poseen la célebre paternidad de Edgar Alan Poe, que elabora el perfil del hábil investigador Auguste Dupin, categoría recurrente en otros autores, como es el caso del famoso Sherlot Homes. Algunos críticos se remontan a la novela gótica como 1

No pretendemos en estas líneas discutir en torno a la noción de género o subgénero; preferimos emplear el término primero por considerar que tanto la novela policial como la novela negra poseen suficiente consistencia literaria y estética. 31


antecedente de lo que será la novela negra; en definitiva se trata de una misma raíz, el crimen –el mal, como consecuencia- y diferentes matices en la elaboración argumental: en unas ocasiones la búsqueda de asesino – novela policial- en otras el interés por resolver asesinatos –novela enigma- y las más de las veces por la representación de la sordidez que se enquista en personajes, acciones y espacios: novela negra. En su primera época la novela negra estuvo más vinculada con la investigación de crímenes, propia del género policiaco; con los años ampliará sus fronteras a medida que se adentra en el siglo XX y su modernidad, caracterizada especialmente por el crecimiento urbano. Ciudades grandes, unidas al abandono sistemático del campo, dan como resultado la sobrepoblación de las urbes y la pérdida de capacidad para resguardar el orden. La consecuencia inmediata es predecible: aumento de la delincuencia, mayor inseguridad ciudadana, expansión de la pobreza; todo ello entreverado por la corrupción de los altos y bajos mandos, que ven en el poder la mejor arma para vivir de la impunidad. Luis Carlos Cano Velásquez explica la evolución de la novela negra clásica hacia la contemporánea, enfocando su atención en el nuevo escenario de la sociedad contemporánea que afecta en la metamorfosis que sufre el detective. El investigador apunta: …Aunque la novela negra conserva la visión maniquea de oposiciones contradictorias características de la modalidad clásica, su protagonista asume una función (exitosa en cuanto a la solución del misterio, pero fallida en el control de la corrupción) de proveer la justicia que las instituciones son incapaces de proporcionar. En el proceso de investigación, el detective se sumerge en un mundo de alienación y anarquía, persigue la verdad e, infructuosamente, intenta erradicar el mal; las sutilezas del método deductivo, de capital importancia en la narrativa detectivesca clásica, son reemplazadas por la importancia asignada a la experiencia, por un agudo conocimiento del mundo y un profundo e incorruptible sentido moral. Como resultado la novela negra afirma la noción de que el crimen no es una aberración temporal sino un rasgo definitorio del mundo contemporáneo, más específicamente del mundo urbano…2

El rasgo que caracteriza a la novela narco es justamente la aberración que señala Cano Velásquez y que se encuentra tanto a nivel Cano Velásquez, Luis Carlos: “Novela negra, modernismo y revolución en Sombra de la Sombra, de Paco Ignacio Taibo II. Artículo publicado en la Revista Co-herencia. N°5. Vol 3. Julio – Diciembre. pp. 76-77. 32 2


personal, como en cada uno de los estratos sociales; por ello los argumentos detectivescos que caracterizan a la mayor parte de la producción novelística del narcotráfico se ven atrapados por la maraña que la abyección teje permanentemente. No sólo vemos historias de asesinatos en las que se debe encontrar al criminal; el universo que se despliega al adentrarse en el detalle, en los giros argumentales, constatan que el eje centrar alrededor del cual gira lo demás es la abyección. Julia Kristeva en Los poderes de la perversión, explica: “…Pero había que esperar a la literatura “abyecta” del siglo XX (aquella que continúa el apocalipsis y el carnaval) para comprender que la trama narrativa es una delgada película constantemente amenazada por el estallido. Pues cuando la identidad narrada es insostenible, cuando la frontera sujeto/objeto se quebranta, y cuando incluso el límite entre adentro y afuera se torna incierto, el relato es el primer interpelado. Si a pesar de ello continúa, cambia su factura: su linealidad se quiebra, procede por estallidos, enigmas, abreviaturas, incompletudes, enredos, cortes…En un estallido ulterior, la identidad insostenible del narrador y del medio que parece sostenerlo no se narra más sino que se grita o se describe con una intensidad estilística máxima (lenguaje de violencia, de la obscenidad, o de una retórica que enlaza el texto con la poesía). El relato cede ante un tema-grito que, cuando tiende a coincidir con los estados incandescentes de una subjetividad límite que hemos denominado abyección, es el tema grito de dolor–del horror. En otros términos, el tema del dolor–del horror es el último testimonio de estos estados de abyección en el interior de una representación narrativa…”3

La descripción de Kristeva sobre la narración sostenida por lo abyecto, detalla cada uno de los elementos que encontramos en la narrativa narco y que explica en buena medida la elaboración discursiva a través de un lenguaje que reproduce la jerga coloquial de sus personajes y representa ese tema-grito que pretende atrapar subjetiva y objetivamente el dolor-horror que impregna al tópico. La oralidad se hace presente en gran cantidad de narconovelas, vinculándola con un realismo exacerbado en donde se pretende reproducir un mundo y unos hechos que parecieran inverosímiles y que superan los límites de lo posible en el comportamiento humano.

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Kristeva, Julia. (1988). 2004. Los poderes de la perversión. Siglo XXI Editores. Argentina. Página 186. 33


El discurso de las narconovelas abunda en coincidencias entre unos autores y otros; por ello haremos uso de una taxonomía de orden estético a través de la cual podamos mostrar un panorama amplio de títulos que nos permita tener nociones de conjunto respecto a lo que hoy podemos clasificar como narconovelas; que no son solamente aquellas que se detienen en el narcotráfico como tema central; a esto se ha añadido la composición de un lenguaje desgarrado, la presencia de protagonistas con perfiles conductuales semejantes, y el desarrollo de argumentos viciados de violencia, muerte y derrotas personales. Tanto las acciones como el desenlace de las mismas se ven impregnadas permanentemente de la presencia del mal como rasgo definitorio. De allí que muchas veces nos encontramos frente a ambientes y situaciones exacerbadas y al borde de abismos interiores que rayan en la pérdida de la razón. Realismo y voz Para establecer una mirada de conjunto que nos permita tener una visión clara y más completa de la producción narrativa sobre el narcotráfico, y previa lectura de un número abundante de novelas, podríamos clasificarlas en dos bloques. Uno, el más abundante, no sólo por la afluencia de las novelas sino por el éxito en su recepción y en sus dividendos editoriales, serían aquellas obras escritas y publicadas prácticamente todas en la primera década del siglo XXI por jóvenes promesas. En su mayoría son intelectuales erradicados en los estados del norte de México (aunque también nos encontremos con otros que viven y laboran en el centro del país) que en definitiva pretenden mostrar el flagelo en el que vive cotidianamente el ciudadano común. El afán de denuncia –sin que por ello medie un tono moralizadorva de la mano de una inclinación hacia el realismo que en ocasiones podría tornarse desmedido. Lo vemos fundamentalmente en el uso de la oralidad muy apegada a como se concebía en las novelas regionalistas de mediados del siglo XX y ya en desuso. En aquel entonces se pretendía reproducir el habla campesina; ahora la del bato callejero, la del matón a sueldo que habla con vulgaridades, que es hijo de la ciudad y de sus bajos fondos, que pertenece a una zona del país asfixiada por la violencia. En este tenor leímos a uno de los más controvertidos autores: Elmer Mendoza, escritor prolífico que ha recibido reconocimientos de carácter internacional. Su novela Un asesino solitario (1999), publicada por Tusquets Editores en 1999, fue la primera que salió al mercado editorial con el tópico del narco. A través de la voz del narrador protagonista, en un tono de oralidad urbana, haciendo uso de los 34


modismos regionales de la zona norte del país –Culiacán, Sinaloa- vemos de forma indirecta, como si asistiéramos a una radionovela, y de la mano de una voz, parte de la vida de Jorge Macías, sicario a sueldo al que se le encarga el asesinato del candidato en turno. Con el tenue disfraz de cambios de nombres y lugares, el autor implícito permite que nos ubiquemos en el México de los políticos corruptos y de la supremacía de los cárteles de la droga en los espacios más poderosos. La historia la desmenuza el protagonista de la novela desde una perspectiva vacua. A Jorge Macías, asesino a sueldo y antiguo guarura del presidente, se le encarga que mate a Luis Donaldo Colosio, tarea que lleva a cabo con absoluta inescrupulosidad; sin remordimiento ninguno cuenta la historia de cómo realizó este asesinato y todos los que le pedían; es una confesión que adquiere visos de testimonialidad, pues sólo escuchamos su voz, su punto de vista; su vida desaliñada es el producto del contacto con la ferocidad y el horror. A través de un único foco narrativo se construye una atmósfera que va del cinismo al humor negro. Vemos el lenguaje de violencia del que habla Julia Kristeva líneas arriba traducido en un recurrente soliloquio; el interlocutor, siempre ausente, permite que el protagonista desarrolle su locuacidad que raya en la verborrea ramplona, propia de un individuo sin instrucción. Transcribimos algunas de sus intervenciones: “…Tratando de entender a la pinche vida eché un lente por el lugar, que Cifuentes y sus compañeros ya habían inspeccionado, el guarura más guapo del mundo y el destripador eran una sola masa roja, estaban encimados, bien chilo; ¿Es cierto que murió el jefe H? pregunté, Los hombres como el jefe H no mueren, pendejo, gritó Jiménez bien encabronado…”4

El tono coloquial, con lenguaje soez logra esa condición de lenguaje horror-dolor; sin embargo éste se presenta a lo largo de toda la obra, convirtiéndose en un discurso tedioso e incluso redundante; esto explica la controversia que en intelectuales y críticos se ha venido presentando, con opiniones muchas veces encontradas. En la revista Letras Libres, por ejemplo, con fecha de septiembre del 2005 el crítico Rafael Lemus arremete agriamente contra la narco novela en un artículo intitulado “Balas de Salva. Notas sobre el narco y la narrativa mexicana”. Lemus explica: 4

Mendoza, Elmer. 1999. Un asesino solitario. Fabula. Tusquets Editores, México. 35


“…Una narrativa sobre el narco, una estrategia ordinaria: costumbrismo minucioso, lenguaje coloquial, tramas populistas. El costumbrismo es, suele ser, elemental. A veces excluye, casi completamente, la invención, como si la imaginación no pudiera agregar nada a la realidad. La prosa es, intenta ser, voz, rumor de calles. Hijos bastardos de Rulfo, sabemos que nada hay más artificioso que registrar literariamente el habla popular. Todos se empeñan en esa tarea, algunos entregados a un fin dudoso: recrear una prosa idéntica al lenguaje coloquial, aun si ésta no es literariamente pertinente. Las tramas son, suelen ser, convencionales. Una idea parece sedarlas: ya es demasiado perturbador el contexto, demasiado brutal la violencia, para aparte crear tramas delirantes…”5

El tono despectivo que invade el comentario de Lemus, le resta seriedad o credibilidad, aunque la descripción de las categorías de la que echan mano los escritores no estén lejos de las que él registra; de allí que al mes siguiente hubiese una respuesta escrita por Eduardo Antonio Parra, uno de los novelistas del tópico, rebatiendo los planteamientos del primero. Con mayor decoro Parra trata de explicar el porqué del realismo, o de los coloquialismos de la narrativa narco; el autor detalla que la tendencia al tópico procede de una realidad padecida permanentemente, y no recibida a través de los medios de comunicación. Sin ir a los extremos, efectivamente, muchos de los recursos estilísticos y temáticos que emplean los narradores, responden al afán de recrear literariamente lo que rodea al universo narco. Elmer Mendoza tuvo un éxito abrumador con la publicación de esa primera novela, de tal modo que en 2001 TusQuets Editores presenta El amante de Janis Joplin que según algunos críticos es considerada la novela en la que se “explora el mundo de las víctimas sin redención”. Su protagonista, David, en clara alusión al bíblico joven David que lucha contra Goliat, es un serrano humilde con una gran habilidad en el lanzamiento de piedras a gran distancia; su puntería es envidiable. Sin embargo comete el error de acercarse a la amante del capo Rogelio Castro, que lo agrede al verlo cerca de su novia. Para defenderse David le lanza una piedra que acaba con la vida del capo. Esto lo lleva a huir de su territorio. A partir de ese hecho los azares de David se presentan Lemus, Rafael. “Balas de salva. Notas sobre el narco y la narrativa”. En la página http://www.letraslibres.com/index.php . Página consultada el 9/09/2009. 36 5


velozmente. Entre ellos tiene un encuentro sexual con la famosa cantante Janis Joplin, conocida por el gusto que tenía de tener relaciones con desconocidos a quienes no volvía a ver. La composición argumental va de la mano, de nuevo, de un lenguaje coloquial confuso, en el que David escucha una voz interior que constantemente lo reta a realizar actos desproporcionados; el lenguaje de los delincuentes se reproduce sobradamente. A continuación una pequeña muestra: ¿Qué bronca, carnal?, No voltees, síguete derecho hasta el Zapata ¿por qué ?No hables y no seas culón. El Cholo avanzó hacia el boulevard al tiempo que intentaba reconocer al intruso pero sin fortuna: ¿Qué onda, carnal, quién eres? Cállate y sigue como te ordené. En cuanto llegaron al Zapata, y antes de que el Cholo pudiera impedirlo, el tipo se bajó y fue reemplazado por el Chato, que cargaba una maleta negra. Quiubo, pinche Cholo,¿te cagaste? El Chato vestía mezclilla y sonreía bajo la sombra de una gorra beisbolera, Tú y tu socio me cagan lo que tengo entre las piernas, güey, y que sea la última vez que me haces este numerito.

El comportamiento del personaje que raya literalmente en el retraso mental, es sublimado cuando lo apresan y, pretendiendo matarlo previa castración, él se niega a semejante indignidad y se lanza al mar. La ingenuidad del personaje es su redención. El antihéroe se transforma y cobra la fuerza necesaria para valorarlo. En 2004 le publican Efecto Tequila, la misma editorial que en 2007 le otorga el premio Tusquets Editores de Novela a su obra Balas de Plata. Luego, La prueba del ácido, publicada en 2010, es uno de sus últimos títulos en el que se mantiene la temática narco, incluyendo la ingerencia del ya famoso detective Edgar, El Zurdo Mendieta, protagonista de la novela anterior, a quien se le asigna el caso del asesinato de la bailarina Mayra Cabral de Melo; el estilo coloquial de Mendoza, ya más atemperado, no pierde, sin embargo, el abuso de una oralidad abyecta y degradante. El éxito editorial explica en buena medida la prolífica publicación no sólo de Elmer sino de un sinnúmero de títulos. Entre ellos citamos algunos representativos: Malasuerte en Tijuana de Hilario Peña (2009); Tiempo de Alacranes de Bernardo Fernández, Premio Semana Negra de Gijón en 2005. Al otro Lado, de Heriberto Yépez, publicado por la editorial Planeta en 2008. ¿Y qué fue de Bonita Malacón de José Dimayuga, (2007). Jesús Malverde. El santo Popular de Sinaloa escrito por Manuel Esquivel y publicado en 2009 por la misma editorial Jus; esta 37


novela es una épica de Malverde, convertido en una suerte de Robin Hood mexicano que luchará a brazo partido por ayudar a los más pobres, quitándoselo a los ricos. El Cerco, de Juan Antonio Rosado, publicado por la editorial Jus en 2008. La mayor parte de las novelas citadas utilizan la técnica de la heteroglosia generando una suerte de polifonía de voces que enriquecen el texto a nivel argumental y que hablan del énfasis por rescatar la vida de la gente de a pie y sus vicisitudes. A la par de estas novelas, a las que podríamos clasificar de nueva narrativa popular urbana que coinciden en la oralidad, en los argumentos, en la presentación de personajes anti heroicos y en la descripción en profundidad del mundo de sicarios, capos o consumidores consuetudinarios de la droga, encontramos el segundo grupo de novelas. En este segundo grupo vemos un mayor apego a técnicas tradicionales en la construcción espacial y temporal y en una mirada omnisciente de los sucesos; entre ellas está la ya célebre La Reina del Sur6 de Arturo Pérez Reverte, autor español que estudió los hechos del narcotráfico en México y que ha tenido un éxito editorial incuestionable. Aborda con mayor detalle el tema de la sorpresa, del misterio de las tramas. En Crimen de Estado, de Gregorio Ortega Molina, se revelan las implicaciones de la cúpulas de poder en la fuerza del narcotráfico y sus cárteles; la obra fue publicada en 2009 por Plaza y Janés y sigue esta misma línea estética, así como los libros La Santa Muerte (2003) y Sicarios (2007) escritos ambos por Homero Aridjis y publicados por Alfaguara; La esquina de los ojos rojos (2006) -también Alfaguara- de Rafael Ramírez Heredia, escritor de fama nacional. Los trabajos del Reino de Yuri Herrera, que ganó el I Premio Otras voces, otros ámbitos, fue publicado por primera vez en 2004; la novela fluctúa entre el despliegue de un lenguaje más bien poético, las más de las veces, y la presentación de la simpleza y bajeza de muchos de los personajes que abundan en el narcotráfico. Como podemos apreciar, cada vez se van sumando más editoriales de prestigio a la publicación de novelas narco. Planeta, Plaza y Janés, Tutsquet…muestran abiertamente la política que hoy tienen las editoriales: el lema es vender, vender y vender. Incluso vemos más escritores con alto nivel intelectual que se interesan en escribir acerca de la temática, aunque no sea en el género novelístico. Un ejemplo lo vemos con la obra de Sergio González Rodríguez, prestigioso periodista Cf. Pérez –Reverte, Arturo: La Reina del Sur. Punto de Lectura, México, Quinta reimpresión, 2008. 38 6


mexicano que escribió El hombre sin cabeza en 2009. Encontramos en su texto la hibridez de géneros entre el documental y el tono muchas veces lírico que imprime el autor a algunas de las anécdotas narradas, y el carácter protagónico con que se ubica al contar testimonios personales; el texto es un estudio muy bien documentado de las últimas prácticas que los grupos delictivos han llevado a cabo para dar fin a la vida de sus víctimas: la decapitación, la tortura, el desollamiento, entre otros, muestran la cara más perversa que invade al mundo del narcotráfico y que se ha impuesto como práctica común. Aunque establecimos categorías en el estudio de las novelas con temática narco como una medida pedagógica y analítica, considero que la calidad estética, los procedimientos narrativos y el esfuerzo literario deben verse en cada uno de los textos de manera individual. No podemos descalificar o redimir masivamente. La época de los dictámenes dogmáticos ha caducado y estas obras nos muestran otra vez la versatilidad que se desprende de la literatura como expresión artística. Las coincidencias nos ayudan a tener una mirada de conjunto, sin perder por ello el valor de cada una.

BIBLIOGRAFÍA Dimayuga, José. 2007. Y qué fue de Bonita Malacón. Editorial Jus. México. Esquivel. Manuel. 2009. Jesús Malverde. El santo popular de Sinaloa. Editorial Jus. México. González Rodríguez Sergio: 2008. El hombre sin cabeza. Anagrama. Crónicas, México. Fernández, Bernardo. 2005 Tiempo de Alacranes. Editorial Joaquín Mortíz. Premio Semana Negra de Gijón. México DF. Hernández, Anabel. 2010. Los señores del narco. Editorial Grijalbo. México. Kristeva, Julia. (1988). 2004. Los poderes de la perversión. Siglo XXI Editores. Argentina. Mendoza, Elmer. 1999. Un asesino solitario. Fabula. Tusquets Editores, México. _______________. 2001. El amante de Janisn Joplin. Colección Andanzas. Tusquets Editores. México. _______________. 2004. Efecto Tequila. Colección Andanzas. Tusquets Editores. México. _________________. 2008. Balas de Plata. Premio Tusquets Editores de Novela. México. _________________. 2010. La prueba del Ácido. Editorial Tusquets Editores. México. Pérez –Reverte, Arturo: La Reina del Sur. Punto de Lectura, México, Quinta reimpresión, 2008. 39


Ravelo, Ricardo. 2007. Los Narcoabogados. Debolsillo,, Primera reimpresión, México. _____________. 2009. Osiel. Vida y tragedia de un Capo. Grijalbo, México. _______________.2007. Crónicas de Sangre. Cinco historias de los Zetas. Debolsillo, México, 2007.

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PROFESIONALIZACIÓN DE LA FUNCIÓN PÚBLICA: ¿LA OTRA CARA DE LA ALTERNANCIA?

Juan Alfonso MEJÍA LÓPEZ  

Doctor en Ciencias Políticas (Université Panthéon-Sorbonne, Paris I). Profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Sociales de la UAS y Secretario del Ayuntamiento de Mazatlán. Miembro del Cuerpo Académico de “Sociedad y Cultura”. 41


Para el observador de la realidad mexicana de las últimas décadas, se antoja difícil sostener que México no ha cambiado. Económicamente, el modelo de sustitución de importaciones, favorecido durante más de tres décadas, fue abandonado desde principios de los años 80. Desde entonces, el país ingresó a la globalización a través del mercado, poniendo en práctica el conjunto de medidas neoliberales que en ese tiempo estuvieron en boga: privatizaciones, inversión extranjera directa, control presupuestario, libre comercio, y demás. Políticamente, el país se abrió al mundo con una nueva cara, la del pluralismo. El partido que durante años había gobernado de manera ininterrumpida y absoluta, cedió el paso a las oposiciones, permitiendo transformar con ello la heterogeneidad social en heterogeneidad política. Un nuevo sistema de partidos fue creado y con ello una nueva clase política accedió a las instituciones del Estado. Culturalmente, la sociedad despertó de un largo letargo en el que los controles políticos determinaban el sentido de la participación ciudadana. Las constantes crisis económicas terminaron por hace insostenibles la diferencias de una sociedad que ya no podía ser contenida dentro de un sólo partido político. El voto se fue liberando poco a poco, producto del hartazgo social, como de la generación de instituciones que hicieron más confiables las elecciones. Sucedieron muchos cambios, consecuencia de innumerables reformas que hoy por hoy podrían ser bautizadas como reformas de primera generación. La victoria del Partido Acción Nacional a la presidencia de la República es consecuencia, directa o indirecta, de las transformaciones mencionadas. El 2 de julio del 2000 se puso fin a 71 años de hegemonía en los que un sólo partido accedió de manera ininterrumpida a la primera magistratura del país. Este hecho insólito colocó a México en el club selecto --por lo menos, pero que ya es mucho-- de países electoral y formalmente democráticos. Sin embargo, después de un lento e incierto camino, algunos observadores (organismos) se interrogan ya sobre el futuro de la alternancia.1 Frente a la poca capacidad para concretar sus promesas de campaña, la administración federal enfrenta el doble reto de cumplir ante a su 1

El último resultado de la encuesta de latinobarómetro señala que en México existe un grado de satisfacción de la ciudadanía en favor de la democracia de apenas 24%; Informe Latinobarómetro 2005. 1995-2005, Chile, www.latinobarómetro.org , 2005, p. 53. 42


electorado, sin descuidar las funciones más elementales de un gobierno que tiene responsabilidades con el conjunto de la población. La legitimidad de la apuesta democrática está en juego en la medida en que la ciudadanía no detecte cambios certeros. En abril del 2003, el Senado de la República aprobó un decreto a favor de la ley del Servicio Profesional. ¿Contribuye esto a la consolidación de la alternancia, o se trata de una medida superficial, sin consecuencias mayores en el restablecimiento de nuevos equilibrios? Desde nuestro punto de vista, sólo a través de la creación de contrapesos al ejercicio administrativo, se podrá construir el mecanismo faltante para lograr un gobierno que atienda la demanda social de reducir la corrupción y esté dispuesto a rendir cuentas. El aparato administrativo que heredó Vicente Fox Quesada se encuentra seriamente desprestigiado. Incapaz de hacer frente a sus funciones básicas: ineficiencia para ofrecer servicios y atender las demandas sociales; su tendencia a interpretar discrecionalmente la ley; falta de responsabilidad ante sus actos y omisiones; oportunismo y corrupción. De ahí que uno de los principales retos para consolidar la alternancia sea eliminar la ilegalidad y la corrupción, y construir una administración pública que ofrezca un aparato administrativo renovado. Esto es, con apego a la ley en la clara delimitación de la acción gubernamental, transparencia en el uso de recursos públicos y rendición de cuentas. Es obvio que el reto no es sencillo y que se requiere de tiempo. No obstante, los inconvenientes no se detienen ahí; existen dos puntos a resaltar. Por un lado, el aparato gubernamental es un universo complejo, lleno de agencias, grupos, redes y actores con intereses propios bien establecidos que penetran diversos sectores sociales. Con el paso de los años, esto genera instituciones que conformaron un sistema económico y social estable, que llegó a representar el 30% del PIB. Este conjunto vasto y estable se muestra reacio al cambio, y sin la burocracia, cualquier reforma administrativa tiene pocas probabilidades de éxito. Por otro lado, bajo ciertas circunstancias, la reforma administrativa puede contar con puntos contradictorios. Por ejemplo, mientras que el desarrollo de transparencia puede favorecer la rendición de cuentas, ambos pueden en un entorno poco profesionalizado, dificultar la eficacia y la eficiencia. De hecho, los entornos excesivamente regulados pueden afectar la eficacia y la eficiencia, generando una parálisis gubernamental.

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Diversos estudios han mostrado dos mecanismos fundamentales para dar capacidad y honestidad a los aparatos administrativos de los gobiernos democráticos.2 El primero es la existencia de organizaciones jerárquicas profesionalizadas que funcionan con un control centralizado de la administración pública; el segundo, son los sistemas de pesos y contrapesos. El primero asegura la capacidad de gobierno, mientras que el segundo delimita la acción gubernamental. Podría decirse que el gobierno mexicano ha contado parcialmente con este primer mecanismo y ha carecido del segundo. Y aquí es donde subyace la disyuntiva: ¿debe el gobierno concentrarse sobre la eficiencia y el fortalecimiento de la capacidad de los aparatos administrativos o, hay que favorecer la rendición de cuentas y la honestidad? Las reformas de la primera generación (político, cultural y económico) crearon las bases para la alternancia. Ahora se trata de llevar a cabo las reformas de una segunda generación3, en el que se desarrollen el diseño e instrumentación de capacidades administrativas e institucionales enfocados hacia la creación de condiciones para la mejora social y económica. Como apuntan algunos autores,4 la implementación del servicio civil de carrera representa un esfuerzo por adoptar medidas orientadas hacia la eficiencia y la eficacia; no obstante, para el caso mexicano, éstas no serían suficientes sin la transparencia y la rendición de cuentas, que es donde se espera que el servicio civil de carrera realice su verdadera contribución. Pretendemos aquí analizar porqué tardó tanto la concretización de una reforma administrativa en este sentido y porqué ahora sí ha sido posible su implementación. El trabajo está dividido en dos partes. En una primera parte se analizan las consecuencias que tuvo en la administración pública mexicana la concreción de la alternancia. Y en un segundo momento profundizar más a detalle la contribución de la gestión pública en la consolidación de un Estado democrático.

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Przevorski, Adam, Democracy and Developement: political institutionsand well being in the World: 1950-1990, Cambridge U. Press, 2000. 3 El lado constructivo de estas transformaciones se enfoca a reglamentar actividades económicas, sociales, políticas que favorezcan la capacidad de la burocracia para proveer los servicios gubernamentales esenciales. Cabe hablar de reformas de segunda generación, donde intervenga una reforma administrativa que deje atrás los cambios superficiales de otros tiempos. 4 HARO, Guillermo, “La fonction publique de carrière”, Revue Française d’Administration Publique, No. 94, 2001, pp. 205-212. 44


La administración pública en México: ¿la reforma imposible? Al hablar de las reformas de los aparatos administrativos en América Latina, Stephan Haagard sostiene que las reformas económicas lanzadas en los años 80 fueron producto de un pequeño grupo que no necesitó ponerse de acuerdo con la burocracia. Estos altos funcionarios estuvieron organizados fuera de los canales burocráticos tradicionales y capaces de dirigir las reformas sin involucrar grandes escalas de capacidad organizacional. Desde el punto de vista administrativo, la reforma económica no implicó impulsar reformas que demandaran construcción de instituciones para la regulación de nuevos mercados, la provisión de bienes públicos, la creación de infraestructura y dotación de servicios; en todos estos casos se requieren capacidades normativas, supervisadoras, promotoras, y facilitadotas, lo cual se traduce en un uso intensivo de recursos administrativos. En términos de Robert Kauffman, puede ser más fácil cambiar objetivos de los gobiernos que cambiar las reglas a través de las cuales se establecen las políticas públicas.5 Es aquí donde se ha entrampado el gobierno mexicano. La propuesta de reformas o cambios implican luchas políticas internas y conflictos. El cambio de reglas con las que se hacen las políticas genera modificaciones en los equilibrios de poder, pues afectan los intereses y recursos de los grupos estructurados en torno a instituciones modificadas: autoridades centrales regionales, burócratas de alta jerarquía y de base, políticos y altos funcionarios, grupos sociales ligados al sector natural de la intervención en cuestión. Al trastocarse los papeles y la asignación de recursos es mucho lo que se pone en juego. En el caso mexicano, es necesario subrayar que afecta el papel que ha venido desempeñando la alta burocracia. Mientras más integrada se encuentre ésta a la lógica de obtención y conservación de poder, la competencia política y la configuración de grupos contendientes, más altos serán los costos de una reforma administrativa que vulnere esas lógicas. La cuestión parece residir en la naturaleza del aparato político administrativo: cuando la competencia política ocurre en la escena electoral, la burocracia tiene mayores espacios para atender las cuestiones administrativas; esto favorece la profesionalización. Condición que no se presentó sino hasta la consumación de la alternancia. El pasado: muchos vicios y pocas virtudes La profesionalización de la función pública no comenzó con la aprobación de la ley en el 2003. Desde hace años, México ha intentado 5

Kaufman, Robert, The politics of State Reform, 45


instaurar sin éxito una burocracia profesional. No obstante, los esfuerzos se han caracterizado por su superficialidad, al concentrarse en exclusiva en un aparato eficaz y eficiente, pero que no ponga en riesgo el control político de un partido en el poder.6 La eficacia y la eficiencia son necesarios, pero no suficientes para una reforma sustancial. Se dice en el propio Programa de Modernización de la Administración Pública Federal (Promap, 1995-2000), “la administración pública tiene una limitada capacidad […] para atender las demandas del ciudadano”.7 Para ilustrar con mayor claridad de dónde venimos y hacia dónde tenemos que ir, a continuación presentamos cuatro elementos clave del marco institucional del aparato administrativo del gobierno, los cuales, más allá del marco legal, influyeron sobre su actuación y funcionamiento. |1. Ausencia de equilibrios y contrapesos En el México del siglo XX, la alta burocracia y la clase política se confunden. No existe diferenciación alguna sobre el camino administrativo o, técnico, y el político, o de representación popular. La consecuencia de esta (con) fusión tiene amplias consecuencias para la vida política del país, entre las que destaca la ausencia de contrapesos.8 En otros países existen límites al poder ejecutivo y a la autonomía de los poderes. Entre esos límites está la independencia y las facultades diversas de los otros poderes, la lógica de la competencia política que produce la alternancia y, en forma destacada, la existencia de un servicio civil de carrera para el desarrollo de los recursos humanos en las burocracias. En nuestro caso, los límites a la actuación del gobierno mexicano vinieron de afuera: las crisis económicas y los planes de austeridad, los grupos en el poder en la sociedad, los inversionistas nacionales y extranjeros, y recientemente los partidos de oposición. En lo interno, se trató de debilidades de la propia burocracia con su fragilidad presupuestal, organizacional y rivalidades internas. Con el triunfo del PAN se rompen lazos entre clase política y alta burocracia; se genera autonomía del poder legislativo; fortalecimiento del poder judicial; estados gobernados por Arellano, David, “La transformación de la administración pública en México: límites y posibilidades de un servicio civil de carrera”, Documento de trabajo del CIDE, No. 117, 2002. 7 Cit. en Guerrero, Juan Pablo, “Consideraciones sobre la instauración del servicio civil de carrera”, Documento de trabajo CIDE, No. 90, 2000, p. 22. 8 LANGSTON, Joy, « Sobrevivir y prosperar: una búsqueda de las causas de las facciones políticas intrarégimen en Mx”, Política y Gobierno, México, CIDE, vol. 2, Núm. 2, 1995. 46 6


otro poder diferente al presidente en turno. Esto hace posible hablar de un cambio de régimen, porque aunque las reglas sean las mismas, ya no son funcionales para los actores en cuestión. El rompimiento entre el partido en el poder y la burocracia es una gran oportunidad, ya que la mayoría de los altos funcionarios intentan asegurar su carrera profesional, para lo cual busquen aplicar la normatividad y presionen para que reglas antes no escritas, que regulaban buena parte de la vida interna de la burocracia y su actuación, se estabilicen. Al no existir contrapesos, no se desarrollaron controles efectivos que en otros países aseguran que la administración actúe de forma transparente y con posibilidades de rendir cuentas. Pero no significa que no había reglas o que la burocracia no rendía cuentas en lo absoluto. Significa que ni esas reglas lograron hacer que la burocracia actuara de otra forma. Entonces, al no haber instancias con capacidad autónoma y verdadera de supervisar a las agencias públicas, esas reglas no impidieron la violación de la ley. La falta de contrapesos reales y efectivos favoreció una interpretación laxa de la ley que no acotó las atribuciones y dejó amplios márgenes de discrecionalidad. 2. La informalidad como mecanismo de sobrevivencia Se da, ésta, en varios sentidos. A nivel de los controles. El control que ha ejercido en los aparatos administrativos tiene dos vertientes: el contable, que enfatiza el control sobre el flujo de efectivo y salud financiera; el administrativo, que asegura el ejercicio del gasto. Si bien estos dos elementos controlaron los déficit, ello generó una serie de restricciones para poder acceder a recursos que fueron, por las mismas razones, en general controlados por las áreas administrativas y se convirtieron en diques de poder. Las normas que regulan el proceso del gasto privilegian el conjunto de reglas para su uso y no el impacto de las políticas públicas. En tanto, se ha combatido la voluntad de transparentar las lógicas de la asignación presupuestal. Una vez que se han cumplido los requisitos del flujo del efectivo se deja de lado lo que es vital para una administración pública democrática. Se trata del impacto de las políticas públicas. Por esto existen problemas respecto a la distribución de de los recursos presupuestales, más allá de la eficiencia que se logró en el gasto. La inexistencia de un responsable. Nunca se ha concentrado la responsabilidad sobre un sólo funcionario o una sola instancia. El sistema de responsabilidades está diluido entre instancias coordinadoras, presupuestales, especializadas, oficinas administrativas. Y respecto a Los desatinos en las leyes, no hay claridad para acotar las esferas de actuación 47


de las autoridades. Por eso no es raro que se cometan o faltas por omisión o por acción. En dos niveles: intergubernamental y a nivel central. La informalidad en todos sus ámbitos. La informalidad ocurre cuando el burócrata no se apega a lo que marcan las reglas formales. En lo que a su organización se refiere, gran parte del sistema que rige al personal de confianza y sus relaciones intrainstitucionales se ha basado en reglas informales: las reglas de la movilidad interna en la burocracia, los incentivos económicos y profesionales, las prestaciones, las remuneraciones netas, su fiscalización, las condiciones para la formación de equipos de trabajo, etc; todas conocidas por los interesados p0ero no inscritas en ningún manual. Esta informalidad alimenta la corrupción, las transacciones colusivas, el clientelismo, el oportunismo y la ineficiencia. De la informalidad se generan otros problemas, como el hecho de que las decisiones sean tomadas por un pequeño grupo y agencias que cancele la posibilidad de la delegación de decisiones. 3. El carácter burocrático y la autonomía de las políticas públicas El número de empleados públicos rebasa los 3 millones (comprende empleados eventuales); hay 835 mil en gobierno federal; 686 mil en las paraestatales y un millón 400 mil empleados descentralizados. (Presupuesto de Egresos de la Federación, 2000; exposición de motivos). Cuando las burocracias son muy grandes, se da el aislamiento y autonomía de las diversas agencias que componen a los aparatos, con lógicas e intereses propios. Al no existir contrapesos reales, lo que resulta es que esa autonomía relativa permitió tener un papel definitivo en la determinación y ejecución de las políticas, que se elegían y aplicaban sin mayor discusión. La llegada de elementos altamente calificados exacerbó esta vía, puesto que dichos profesionistas no tenían compromiso alguno con algún sector social. De esta forma, la administración pública era una especie de brazos ejecutores de incondicionales del presidente. Esto tuvo dos consecuencias: por un lado se generó un control estricto y vertical de los secretarios (y el presidente) sobre los administradores de los programas y políticas que les interesaban particularmente. Pero, la otra cara de la moneda, cuando los jefes no estaban, resultaba difícil controlar a las administraciones. Entonces, estas últimas se veían fácilmente capturadas por intereses particulares de los sectores sociales interesados. Una de las razones que explican que las reglas y los procedimientos sean excesivos es que los que toman las decisiones no tienen confianza en los operadores. Pero el exceso de reglas no garantiza su cumplimiento, pues lo que falla son los mecanismos para su aplicación. Entonces, podría 48


decirse que a mayor autonomía formal de las agencias, mayores posibilidades de funcionar más eficazmente si se encuentran en un sistema de acción pública que garantice equilibrios y contrapesos. Se generó complacencia orgánica y se impidió el desarrollo de la profesionalización y la competencia del personal. Se expandió además la desconfianza y la falta de coordinación y colaboración entre las agencias gubernamentales y finalmente se aisló la alta burocracia en la toma de decisiones, mismas que se alejaron del escrutinio público. 4. Burocracia y sociedad La administración pública ha sustituido al Congreso en cuanto a la representación, puesto que es aquí donde se llevó a cabo la representación corporativista y clientelar. 9 Además de ser el enlace entre el poder político y los sectores sociales, fue el medio de canalización de los recursos hacia esos sectores sociales y sitio de negociación para su asignación. Todo ocurría en las secretarias de Estado. Desde la perspectiva de los secretarios de estado, la fidelidad de los burócratas era fundamental para atender a las clientelas, los grupos de apoyo político y favorecer sus fines particulares. Esto tiene grandes consecuencias porque implica que cualquier reforma administrativa generaba resistencias dentro de los aparatos y dentro de los grupos que tienen trato preferencial. Alternancia y gestión pública: ¿el orden de las reformas altera el producto? El México de los últimos 30 años no se entiende a sí mismo sin las nociones de cambio y estabilidad.10; transformación, pero sin ruptura. No se trata de un divorcio con el pasado, nada que ver con una revuelta (Costa Rica), con un golpe de Estado (Portugal), con la caída de un régimen militar (Argentina), o con la sumisión frente a una potencia extranjera (Japón). Todo lo contrario, se trata de una transformación en el que el respeto al régimen en vigor ha sido primordial y en el que, se 9

PARDO, Maria del Carmen, La modernizcion admnistrativa en Mexico, El COlmex, 1995, p. 159. 10 Por cambio entendemos una transformación en las reglas del juego, mismas que redimensionan la posición de los actores y de las estructuras de decisión. No hay que olvidar que varios componentes de la vida política pueden modificarse sin que un régimen se vea afectado, como también un solo elemento es suficiente para hacer evolucionar la naturaleza de la distribución del poder. ROUQUIÉ, Alain, « Changement politique et transformation des régimes », in GRAWITZ, Madeleine, et LECA, Jean, op. cit., p. 601. Por estabilidad nos referimos a transformaciones sociales sin que el orden legal sea violado. 49


garantice un cambio en los roles entres la fuerzas políticas situadas en la oposición, quienes a través del voto de los electores accedan al poder, mientras que otros acceder provisoriamente a la oposición. 11 Definido como la alternancia, lo incierto del proceso de cambio provocó la canalización de este fenómeno, que fue reducido a su expresión meramente electoral. La importancia de este señalamiento radica en la contribución que este fenómeno puede hacer aún para la consolidación de las instituciones mexicanas, así como la nueva lógica en la que México debe insertarse desde hace ya tiempo. Esto es, la alternancia produce y es producto de, el equilibrio de las instituciones y del sistema político, por un lado, pero también pretende la renovación de las elites gubernamentales y de las políticas públicas, por el otro lado.12 Este aspecto, la generación y renovación de políticas públicas, ha sido desestimado por una gran cantidad de observadores. Las consecuencias no son menores, ya que impide dilucidar sobre el verdadero objetivo de reproducir las condiciones para la alternancia. De ahí que debamos preguntarnos ¿qué sigue? ¿Por dónde empezar hacia la consolidación de una administración pública que consolide el fenómeno de la alternancia en su otra cara, más allá de su vertiente electoral? Preocupados por la rigidez burocrática y la falta de eficiencia en las políticas públicas, muchos países iniciaron reformas administrativas que introdujeron técnicas del sector privado, con la inclusión de mecanismos basados en el mercado y la competencia. Aunque no hay consenso en las reformas, estas últimas ofrecen mayor flexibilidad a los administradores públicos a cambio de mejorías en el desempeño. Las reformas se denominan “gerencialistas”, nueva gestión publica, y la gestión por desempeño. Este modelo de la Nueva Gestión Pública surge como una respuesta a un modelo administrativo que fue cuestionado en los países desarrollados por su rigidez e ineficiencia, que generó déficits fiscales y fue susceptible de captura por intereses particulares, incluidos los de los burócratas. El modelo promete grandes avances al imitar las técnicas del sector privado, incrementa la discrecionalidad de los administradores de agencia y programas al reducir la uniformidad y generalidad de las reglas de procedimientos. Al mismo tiempo sugiere la adopción de indicadores de desempeño o de resultados y métodos 11

QUERMONNE, Jean-Louis, L'alternance au pouvoir, Paris, Que sais-je?, 1995 (1988), p. 4. 12 QUERMONNE, Jean-Louis, L'alternance au pouvoir, op.cit. p.5. 50


diferentes de transacciones. El modelo busca resolver el problema de la rendición de cuentas de las agencia a través de contratos que especifiquen claramente sus compromisos. El criterio es que el reemplazo de las relaciones jerárquicas por los convenios genera mayor transparencia y rendición de cuentas. Por ejemplo, la receta es aumentar el poder de decisión de los responsables administrativo al reducir la rigidez de los procedimientos (indicadores de desempeño, contratos con penalidades en caso de incumplimiento) para mejorar la eficiencia. Varios países, en medidas diferentes, han impulsado ese tipo de reformas. Los más citados en la literatura son Nueva Zelanda, Australia y el Reino Unido.13 Los resultados reportados son de más eficiencia y mejores servicios. En realidad, todavía no se cuenta con evidencia irrefutable para prescribir el nuevo enfoque. En muchos otros casos, como Francia, Japón y Alemania, por ejemplo, se han dado algunos pasos en el sentido de la reforma gerencialista pero se ha mantenido básicamente la tradición jerárquica bajo el supuesto de que es necesario mantener la ética en el servicio público, el equilibrio entre el derecho público y las políticas, la administración eficiente del servicio público y el control del tamaño del sector y la finanzas públicas. Pesos y contrapesos a la mexicana Para aplicar este tipo de reformas en México, es necesario tener certeza de que las causas de los problemas en la administración pública son las mismas. Es importante considerar que los problemas que muchos de estos países intentaron corregir fueron la rigidez y la ineficacia del aparato gubernamental, además de requerir la eficiencia en los procesos. 14 ¿Cuales son las acciones que en el corto plazo favorecerán con más fuerza los cambios institucionales que permitan la pronta aparición de una administración democrática? Ha habido dos rupturas con el pasado de primera importancia: la no continuidad entre la clase política y la burocrática con el triunfo de un partido distinto al PRI y la autonomía del legislativo. Las consecuencias: se elimina el principal obstáculo para reformar democráticamente la Véase: NUNBERG, Bárbara, “Managing de Civil Service. Reform lessons from advanced industrialized countries”, World Bank, Discussions papers, No. 204, Washington, 1995. 14 CABRERO, Enrique, “Usos y costumbres en la hechura de las políticas públicas en México. Límites de las policy sciences en contextos cultural y políticamente diferentes”, en Gestión y Política Pública, México, CIDE, vol. 9, núm. 2, 2000. 51 13


administración pública: adiós al presidencialismo. Por otro lado, al separarse la política de la administración, se genera un fuerte motor para lograr la profesionalización de la administración pública y la distinción de la carrera política de la burocrática. Sin embargo, esto no es suficiente, porque los mecanismos que permiten a los gobiernos cumplir con sus tareas en forma honesta son dos: la organización jerárquica de la burocracia y el control central de las administraciones, por un lado y un sistema de equilibrios y contrapesos como acicate para abrir a la administración hacia la sociedad, y ponerle limites a su actuación, por otro lado. La primera de estas dos características existe parcialmente en México, pero la segunda se caracteriza por su ausencia. Algunas propuestas han apuntado a reformas a la administración pública con medidas que favorecen la eficiencia y la efectividad. Otras plantan rediseños institucionales o reestructuraciones administrativas. Si bien ambas orientaciones son deseables, corren el riesgo de ser asimiladas por la administración y sus aparatos sin que haya cambios sustantivos en las prácticas informales. De ahí que México necesite fortalecer su sistema de pesos y contrapesos en la acción gubernamental. ¿Cómo lograrlo? Existen dos tipos de contrapesos, los externos y los internos.15 Contrapesos externos Los contrapesos externos se logran con la división efectiva de poderes y el fortalecimiento de la sociedad civil, por ejemplo. Los tres grandes actores han venido siendo el Congreso, el poder judicial y los grupos sociales. En el primero caso, toca al congreso diseñar y aprobar leyes y supervisar al ejecutivo. El poder judicial debe impartir justicia de forma imparcial y expedita. Es recomendable que las organizaciones sociales y los medios de comunicación fomenten la vigilancia hacia el sector público. En el caso del Congreso, por ejemplo, sus integrantes deben consolidar sus carreras parlamentarias; el Congreso debe dotarse de organismos y personal de apoyo que le permita profesionalizar el trabajo legislativo. Para eliminar la ineficacia, y ahora el descrédito, del sistema judicial, necesita impulsar una mayor autonomía de este poder. Un poder judicial independiente es vital para asegurar que los poderes legislativo y ejecutivo asuman su plena responsabilidad ante la ley, y para interpretar y hacer cumplir las disposiciones de la constitucional en general. Porque GUERRERO, Juan Pablo, “La reforma a la administración pública mexicana en el nuevo régimen político. ¿Por donde empezar?”, Documento de trabajo del CIDE, No. 89, 2000. 52 15


una cosa es redactar leyes y otra muy diferente es hacer que se cumplan. El ejecutivo puede cooperar al fortalecimiento de las capacidades de los otros poderes y la sociedad. Pero una forma muy efectiva e inmediata es abriendo los sistemas de información, a través de la transparencia y el desarrollo de sistema de información que facilite la labor legislativa y judicial. Contrapesos internos Por el contrario, los controles internos se inscriben dentro de las facultades del ejecutivo y consisten en vigilar la legalidad de las acciones y omisiones del gobierno, evaluar la acción gubernamental, mejorar la información y la transparencia, favorecer la rendición de cuentas. Aquí el elemento clave es transparencia. La transparencia significa que las razones de toda decisión gubernamental y administrativa, así como los costos y recursos comprometidos en esa decisión y su aplicación, están accesibles, son claros y se comunican al público en general.16 Esto es funcional para la acción como para la inacción. La transparencia no debe por ningún motivo burocratizar más a la función publica, sino revelar sus procesos y su medios. La transparencia se justifica por si misma: uno, favorece el apego a la ley y reduce los márgenes de discrecionalidad en su interpretación; dos, favorece el uso mesurado de los recursos públicos y la eficiencia; tres, incita a la honestidad y la responsabilidad; cuatro, facilita la coordinación entre agencia gubernamentales. En resumidas cuentas, transparencia nos transporta a dos puntos centrales: acción pública (o inacción) y la responsabilidad. En el primer punto, la transparencia quiere decir que la población tiene acceso a información disponible, completa y clara sobre: problemas o causas que originan la acción gubernamental, los objetivos buscados, los mecanismo y lógicas de asignaciones de recursos, los recursos humanos y administrativos usados, los recursos presupuestales utilizados, las fases de la acción, las referencia para la evaluación, los resultados logrados, etc. El segundo componente de la transparencia es la responsabilidad. Tiene que ver con la identificación del sustento legal de la acción gubernamental y la agencia y funcionarios responsable de las acciones

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Ed Campos y Sanjay PRADHAM, Budgetary Institutions and expenditure outcomes. Binding governments to fiscal performance, Washington, Policy research working paper, 1646, The World Bank, 1996. 53


públicas.17 Cuatro niveles de responsabilidad: decisión, ejecución, supervisión, sustentación jurídica. El sistema de rendición de cuentas no debe hacer más pesada la acción burocrática a través del control de procedimientos, sino que debe enfatizar la evaluación de resultados. La posibilidad de atribuir responsabilidad implica el desarrollo de un sistema de evaluación de los resultados que se integren a la lógica de los procesos y controles internos. Aunque la transparencia y la rendición de cuentas favorecen mejorías en los niveles de eficiencia y efectividad, es deseable agregar un ingrediente primordial: la profesionalización del personal administrativo vía sistemas de competencia y evaluación que favorezcan los méritos profesionales. La profesionalización de la administración pública debe ser vista como un instrumento que acompañe a la reforma administrativa, no como la reforma misma. Sus características deben de estar en función de tres aspectos: mejorar sistema de pesos y contrapesos, favorecer la competencia profesional y el cumplimiento cabal de la ley. Reinventar el gobierno: ¿la reforma invisible? En los países que se han llevado a cabo estas reformas con algún éxito, y en general, en los países desarrollados, la administración pública esta claramente vinculada por los políticos electos del ejecutivo y por el congreso (los contrapesos externos bien institucionalizados), sin que esto desmerite la característica elemental de autonomía profesional de las burocracias. Adicionalmente, estas burocracias esta organizadas en forma jerarquizad y generalmente centralizada, con el objetivo de crear funcionario públicos competentes y especializados, responsables política y profesionalmente, pero aislados de la influencia política individual. No obstante, como los sugieren algunos expertos, “para reinventar el gobierno, primero hay que crearlo”. Hasta antes de la creación del servicio civil de carrera, en México convivían dos tipos de funcionarios: por un lado, un sistema que rige a los empleados de base, que están sindicalizados, que son inamovibles; por el otro, los funcionarios, registrados como empleados de confianza, que se encargan de áreas sustantivas de la administración. Los primeros tienen cortas expectativas de promoción o carrera profesional, mientras que los de confianza tienen la asignación de recursos y las tareas operativas. La distinción entre estos dos trabajadores esta establecida en la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado que data de 17

El mejor ejemplo fue en 1997 en el que no quedaba claro a quién le tocaba redactar la ley, si a la Secodam o a Hacienda. 54


1963. La ley también estipula que solo se permitirá un sindicato por dependencia; existe un sindicato llamado de la Federación de sindicatos al servicio del Estado (FSTSE), que cuenta con el monopolio. En 1995 existían cerca 40 o 50 % de de funcionarios públicos inscritos bajo el régimen de confianza. Los primeros intentos por profesionalizar el servicio de la función pública en México remontan a los años 1930, con la ley del servicio civil y el Acuerdo sobre la Organización y Funcionamiento de la Ley del servicio civil (1934). Más tarde, en 1983, la comisión intersecretarial del servicio Civil de Carrera fue creada, pero no más allá de la tinta y el papel, debido a fuertes rencillas políticas. En los años 1990, Con Salinas de Gortari se reintrodujo el tema del servicio civil, cuando se planteaba la entrada a la OCDE. Se incluyó dentro del proyecto Reforma del Estado del sexenio. El sindicato propuso una revisión de las relaciones laborales de los trabajadores de base. Pero el acuerdo no estableció plazos ni estrategias de operación, ni programas de instrumentación. Salinas había ofrecido rezonificar las áreas con respecto a la relación de los salarios; terminó el gobierno y el descalabro económico del 94 dejó las cosas sobre la mesa. Con el gobierno de Ernesto Zedillo, el gobierno federal lanzó el programa para la Administración Pública Federal 1994-2000, con el objetivo de poner fin a la corrupción y profesionalizar el servicio de adm. Pública. El programa tuvo por objetivo instaurar una administración pública de calidad, eficaz, y de lucha contra la corrupción.18 La estrategia del gobierno consistió entonces en crear una función pública sobre la base de la permanencia, con reglas que favorizaban la estabilidad, y sin aumentar la movilidad. La reforma se quedó truncada por intereses entre el sindicato de federaciones para los trabajadores del Estado, la SHCP y la Secodam. En 1998, una iniciativa fue enviada al Senado sin que ninguna resolución surgiera para tal efecto. La presente administración federal adoptó este proyecto en un sentido amplio. Entre tales esfuerzos se encuentra la creación del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) y la iniciativa de e-México. La ley aprobada en abril del 2003 no es menos ambiciosa y establece las bases para la organización, el funcionamiento, y el desarrollo del servicio civil de carrera. La ley es el fundamento de todo un sistema basado en el mérito, los resultados y la evaluación continua (art. 2). El sistema es administrado por la “recién creada” Secretaría de la Función Pública.

18

Poder Ejecutivo Federal , Programa de Modernización de la Administración Pública Federal, 1995-2000. 55


A pesar de sus notables avances, la ley deja ciertos puntos al aire. Primero, no es aplicable más que para los empleados de confianza; deja irresoluto el problema del trato diferenciado. Por otro lado, no considera las agencias descentralizadas, lo que habla del carácter autónomo que varias instituciones defienden en la administración mexicana. A pesar de estos inconvenientes, no se pueden negar los avances conseguidos. Por primera vez, los funcionarios no estarán sujetos a las vicisitudes electorales, disminuyendo con esto las prebendas a lo que esto daba pie. Ahora es posible pensar un servicio civil de carrera que no se base en la antigüedad y la permanencia, sino en un sistema de profesionalización basado en la evaluación competitiva como la base de la selección, la promoción y la separación. Los principios esenciales son la transparencia en los requisitos y reglas de los concursos, así como la igualdad en el trato a los aspirantes. EL principio del mérito tiene dos objetivos: nadie debe recibir un nombramiento a no ser de que tenga la competencia de cumplirlo; y si dos individuos cumplen los requisitos, el puesto debe ofrecerse a aquel que pueda hacerlo mejor. En pocas palabras, la clave esta en la competencia y en la excelencia. Los resultados del concurso deben permitir una calificación y clasificación de los aspirantes. Este sistema de información abierta se usa para llenar plazas con un ato componente técnico y estratégico, en donde la relativa autonomía de la profesionalización sea vista como un elemento adicional de contrapeso al núcleo de decisiones políticas. Pregunta obligada es saber si México va en el camino correcto. ¿Podemos esperar que una administración pública, con los vicios y carencias descritas, pueda aceptar modificaciones como las descritas?19 Ante la alternancia electoral, los funcionarios están obligados a decidir entre la carrera en el sector público o la carrera política, que ahora está claramente ubicada en el ámbito de los partidos políticos y la arena electoral. Como se ha dicho, esta separación ha sido importante. Además, se requiere alterar mecanismos administrativos que se enfoquen en los procesos para reglamentar actividades económicas, sociales, políticas y favorezcan la reconfiguración de la capacidad de la burocracia para proveer los servicios gubernamentales esenciales. Sólo de esta forma será posible palpar la otra cara de la alternancia y contribuir en el sentido de la transparencia y la rendición de cuentas; sería la mejor manera de consolidar nuestra democracia. Encuesta publicada por PROULX, Denis, “Jusqu‟où le nouveau management public est-il applicable au Méxique?, Revue Française d’Administration Publique, op.cit. pp. 221-230. 56 19


DESARROLLO TERRITORIAL: FACTORES Y AGENTES DE CAMBIO

Pedro BRITO OSUNA 

Profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Sociales de la UAS. Miembro del Cuerpo Académico “Movimientos migratorios y desarrollo regional”. 57


La convocatoria para realizar un coloquio sobre organización y desarrollo regional1, implica enfrentar retos explicativos en torno a las causas que propician el desarrollo en las escalas local y regional así como al rol que juegan los actores sociales, la importancia de las instituciones, la función que cumplen las políticas públicas y las acciones encaminadas a hacerlo posible. En particular la temática “Actores y factores del desarrollo regional. Una visión desde las potencialidades territoriales” nos motiva a presentar nuestras reflexiones sobre este campo problemático. En tal sentido este trabajo intenta una explicación sobre los factores y agentes que intervienen en el proceso de desarrollo del territorio y los mecanismos que se utilizan para mejorar la eficiencia de la estructura productiva, elevar la calidad de vida de la población y mantener una relación sostenible con el ambiente, en un contexto en que las economías de países y regiones están cada vez más insertas en procesos de apertura, en el marco de los procesos de globalización 2 que caracterizan a la sociedad de nuestra época. Sobre todo porque como afirman dos geógrafos colombianos “Las regiones hoy son sistemas territoriales abiertos que en permanente interacción con otras regiones construyen su propia identidad económica, cultural, social y política” (Montañez y Delgado 1998: p 131). El rol del territorio en el desarrollo El estudio del territorio desde la perspectiva socio-espacial permite comprender cómo ocurren en el espacio las relaciones económicas, políticas, sociales y culturales así como la influencia que tiene en el desarrollo. El investigador chileno Sergio Boisier sostiene que el territorio puede ser calificado de acuerdo a los siguientes adjetivos: “El concepto de territorio puede ser adjetivado como natural, como equipado y como organizado. El primero describe un territorio no intervenido por el hombre; el segundo alude precisamente al equipamiento físico derivado de la acción humana, y el tercero denota un 1

Ponencia presentada en el VIII Coloquio internacional de Cuerpos Académicos y Grupos de Investigación en Análisis Organizacional. I Coloquio de Organizaciones y Desarrollo Regional. Mazatlán, Sinaloa 4-6 de mayo de 2011. 2 Retomamos una idea de Antony Giddens: “La globalización puede ser definida como la intensificación de las relaciones sociales que vinculan localidades distantes, de modo que los acontecimientos locales están configurados por hechos que ocurren a muchas millas de distancia y viceversa”. (Véase Bifani; 2010: 24). 58


territorio en el cual vive una comunidad, bajo ciertos principios de organización” (Boisier; 1999: 37). Estas distinciones conceptuales expresan tres acercamientos distintos sobre el territorio en relación con la sociedad. El concepto de territorio organizado es el que más se acerca a la noción de región ganadora, es decir, se trata de lugares donde impera la organización de los actores sociales en un espacio determinado en los cuales se aprovecha de forma racional el potencial existente y se logran mejores condiciones de vida, de trabajo y de bienestar social. Otro autor nos habla de la importancia de mantener una buena relación entre espacio natural y espacio construido. “…el espacio en el que el ser humano es y está es el espacio natural y el espacio construido. Este último resulta de la intervención humana en la modificación del espacio natural para adaptarlo y adecuarlo para satisfacer sus necesidades…” (Duarte, 2008: 81)

En este sentido el concepto de espacio construido se podría articular con las nociones de territorio equipado y organizado en la medida que alude a la intervención humana sobre el territorio natural para impulsar su desarrollo a favor de sus habitantes. En la perspectiva de Duarte existe una estrecha relación entre territorio y hábitat, como sinónimos. Se trata de “…el conjunto de elementos naturales y artificiales que componen el entorno o medio ambiente en que se desarrolla la vida individual, familiar y social y que concreta la forma en que los seres humanos están sobre la tierra (Ibid., p 85).

Para Sforzi hay un nexo esencial entre territorio y lugar de vida: “Un lugar de vida no es un simple ambiente productivo, sino una porción del territorio definida y circunscrita, donde vive un grupo humano, donde se encuentran las actividades económicas con las que sus habitantes se ganan la vida y donde se establecen la mayoría de las relaciones sociales cotidianas” (Sforzi, 2007: p 35).

El autor destaca la importancia de la coordinación entre las familias, las empresas y las instituciones para propiciar procesos de desarrollo local en esos territorios que son lugares de vida y de trabajo. Los territorios en la era global El término “globalización” está en todas partes. Muchos discursos se refieren al fenómeno de la economía global como un proceso 59


que tiende a la homologación del sistema económico y a la anulación de las diferencias regionales. Se debe aclarar en qué consiste la economía global y cómo se relaciona ésta con las distintas escalas territoriales. “Por economía global entendemos una economía en la que las actividades estratégicamente dominantes funcionan como unidad a nivel planetario en tiempo real o potencialmente real” (Borja y Castells, 1998: 24).

Esta definición supone que la globalización forma parte de un sistema económico establecido a nivel mundial. No obstante debe aclararse que lo global no borra la especificidad de los territorios, que las fuerzas globales no anulan ni a las regiones ni a los territorios locales. Debe reconocerse la existencia de distintas escalas espaciales y que la global es una de ellas, junto a otras, como la que propicia la existencia de procesos de integración económica y política entre distintos países, la correspondiente a la escala nacional que es la que permite observar lo que ocurre en los países, vistos estos como estados naciones con sus respectivos territorios vistos de conjunto; la escala de las regiones, entendidas como espacios subnacionales y la escala de lo local que destaca las unidades básicas de las sociedades territoriales como la ciudad en el espacio urbano y el pueblo o la aldea en las áreas rurales. "La globalización de la economía no conduce a la dispersión espacial de las funciones, ni tampoco a la concentración exclusiva de las funciones direccionales en pocas áreas metropolitanas; la globalización necesita de todo un flexible y complejo sistema urbano global, en el que las ciudades son los nodos articuladores de dicho sistema”. (Rozga, 2001: 93)

En este marco resultan relevantes las redes que conectan a los distintos territorios. “Las redes de ciudades se erigen como un instrumento y un mecanismo de promoción de los centros urbanos con su inserción en unos espacios de relación más amplios y densos”. (Borja y Castells, 1998: 321)

Otro autor afirma el carácter flexible en el uso del espacio de parte de la economía global: “El proceso de globalización adquiere formas geográficas muy variadas y puede apoyarse en una división del trabajo amplia en el seno de una red muy extendida. Pero también puede buscarse en 60


concentraciones privilegiadas y en mecanismos de regionalización a diversas escalas” (Veltz, 1999: 109).

Lo que queda en claro es que existe un vínculo estrecho entre las distintas escalas del espacio cuando uno se refiere a localidades o regiones abiertas en el contexto de la globalización. Para comprender la relación existente entre lo global y lo local el investigador francés Georges Benko afirma que: “…nuestro mundo “global” resulta un mosaico compuesto de regiones, de localidades, de “países” que no son, ni mucho menos, necesariamente equivalentes. La “glocalización”, neologismo formado para designar la articulación acrecentada de los territorios locales a la economía global, subraya la persistencia de una inscripción espacial de los fenómenos económicos, sociales y culturales. Contrariamente a las predicciones más sombrías, los “territorios” con sus especificidades no se han visto borrados por los flujos económicos de la mundialización” (Benko; 2000: p 6).

Por lo que resulta relevante que lo local se pueda articular adecuadamente con lo global con tres funciones precisas que debe cumplir para impulsar su desarrollo: “La importancia estratégica de lo local como centro de gestión de lo global en el nuevo sistema tecno-económico puede apreciarse en tres ámbitos principales: el de la productividad y competitividad económicas, el de la integración sociocultural y el de la representación y gestión políticas” (Borja y Castells, 1998:14).

Los factores del desarrollo Es pertinente tener en cuenta que el desarrollo es un proceso complejo que incluye un conjunto de dimensiones que lo hacen posible, al respecto en la escala local, retomamos la definición de Francisco Alburquerque: “Desarrollo económico local: es un proceso de crecimiento económico y cambio estructural que conduce a una mejora del nivel de vida de la población local y en el cual pueden distinguirse varias dimensiones: a) Económica. En la cual, los empresarios locales usan su capacidad para organizar los factores productivos locales con niveles de productividad suficientes para ser competitivos en los mercados. b) Formación de recursos humanos, en la que los actores educativos y de capacitación conciertan con los emprendedores locales la adecuación de la oferta de 61


conocimientos a los requerimientos de innovación de los perfiles productivos locales. c) Sociocultural, en la que los valores e instituciones locales permiten impulsar o respaldar el propio proceso de desarrollo. d) Político-administrativa, en la que la gestión local y regional facilitan la concertación público-privada a nivel territorial y la creación de “entornos innovadores” favorables al desarrollo productivo y empresarial. e) Ambiental, que incluye la atención a las características específicas potenciales y limitantes del medio natural, a fin de asegurar la sustentabilidad del medio ambiente” (Alburquerque, 1999: 55).

Boisier (1999) afirma que en el desarrollo de las regiones intervienen un conjunto de factores que al interactuar entre sí generan la sinergia que empuja el cambio en la economía así como el bienestar de la población. En este caso se trata de un conjunto de seis factores causales que para él son medulares en lo que se refiere a la influencia que tienen en la formación de procesos de desarrollo regional: “El desarrollo de un territorio organizado depende de la existencia, articulación y coherencia de seis elementos que normalmente se encuentran presentes en todo territorio organizado. Dichos elementos son: a) actores, b) cultura, c) recursos, d) instituciones, e) procedimientos y f) entorno. (Boisier; 1999: p.51)

Sin embargo, no les da un peso directo a cada factor por separado en el efecto generador de desarrollo, sino que los articula en un sistema que multiplica su impacto positivo a través de la sinergia: “La clave del desarrollo, según se entiende ahora, radica en la sinergia que puede generarse mediante la articulación cohesionada e inteligente de los factores causales. Esto a su vez presupone un complejo y permanente proceso de coordinación de decisiones que pueden ser tomadas por una multiplicidad de agentes o actores, cada uno de los cuales dispone de un amplio abanico de opciones de decisión que deben ser transformadas en una matriz decisional dirigida al desarrollo” (Boisier; 1999: p.28).

Tener claro el papel de las distintas dimensiones que contiene el proceso de desarrollo en el territorio permite considerar los factores más importantes que deben tomarse en cuenta durante la planeación del desarrollo en el territorio. Para Vázquez Barquero el proceso de desarrollo endógeno está ligado a una relación fructífera entre el excedente económico y el potencial existente en el territorio. 62


“El desarrollo económico se produce como consecuencia de la utilización del potencial y del excedente generado localmente y la atracción de recursos externos, así como la incorporación de las economías externas ocultas en los procesos productivos”. (Vázquez Barquero: 2001: 5)

No obstante la relación positiva que podría hacer crecer la economía del territorio, no se debe olvidar que en el tema del desarrollo local y regional no hay fórmulas generales o únicas ya que cada territorio requiere su propio diagnóstico además de tomar en cuenta los distintos factores clave para tener resultados favorables a la política de promoción del desarrollo. “Cada territorio requiere un tratamiento específico y la utilización de los instrumentos apropiados para eliminar las restricciones al buen funcionamiento de la economía local y a la mejora de la competitividad de las empresas. Se potencia y fomenta la difusión de las innovaciones, la capacidad emprendedora, la calidad del capital humano, la flexibilidad del sistema productivo, la formación y el desarrollo de las redes y relaciones entre los actores y las actividades, la protección de la calidad de los recursos naturales, la recuperación del patrimonio histórico y cultural” (Vázquez Barquero; 1999: p 46).

Reconoce que de manera general existen cuatro factores medulares en la formación de procesos de desarrollo endógeno a los cuales denomina fuerzas del desarrollo: se trata de cuatro fuerzas que se insertan en un modelo de interacción, son el cambio y la adaptación institucional, la organización flexible de la producción, la difusión de las innovaciones y del conocimiento y el desarrollo urbano del territorio. Cuando se habla de desarrollo local no se trata de centrarse en una perspectiva que aísle a las pequeñas poblaciones locales de su articulación a contextos más amplios y complejos, es decir, no se excluye a las comunidades rurales o pequeñas ciudades de las estrategias y proyectos de desarrollo local o regional. Tampoco se piensa que los procesos de desarrollo local sólo se puedan realizar en las localidades grandes que concentran población urbana ubicada en ciudades metropolitanas. De lo que se trata cuando se habla del desarrollo territorial es de insertar en espacios mayores a las poblaciones establecidas en cada localidad de la mejor manera posible, para unir sus fuerzas, romper el círculo vicioso del atraso y la pobreza, propiciar la conformación de entornos de innovación económica y de cambio social 63


más amplios, generar las economías de escalas más adecuadas, y para promover la formación de economías externas y para propiciar, sin falsas utopías, el desarrollo local y regional que le ayude a la gente a tener mejores niveles de vida (Brito, 2008: 41). Para el italiano Fabio Sforzi “el desarrollo local es una vía intermedia entre una orientación de política territorial y un sistema de gestión del poder local orientado al desarrollo del territorio” (Sforzi, 2007: 31).

El autor reconoce que las distintas definiciones de desarrollo local enfatizan en la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones, de las cuales se desprenden políticas de desarrollo local que implican objetivos, instrumentos, medios y compromisos de los actores que impulsan el progreso de su territorio. Respecto de los objetivos implicados en el desarrollo local reconoce que van desde la satisfacción de necesidades básicas hasta el mejoramiento del futuro económico y la calidad de vida de la población. Por último, en lo que se refiere a las causas que propician el desarrollo local este autor destaca la valoración de los recursos locales y la creación de un ambiente favorable para la actividad económica (Ibid, p. 31). Por otra parte, un aporte sustancial sobre los factores que inciden en el desarrollo3 es la propuesta de Michael Storper sobre los espacios de la innovación regional en los que destaca la importancia de la articulación de tres factores: la organización, la tecnología y el territorio. La primera la concibe como la forma que permite conectar a los actores del territorio; la segunda se relaciona con la codificación regional del conocimiento que propicia un avance productivo del espacio involucrado y el tercero se concibe como una geografía de interdependencias no necesariamente comerciales, como relaciones y convenciones que implican especificidades regionales y ventajas interactivas que se traducen en una gama de productos y en un alto nivel de competencia en la región beneficiada (Storper; 1997: 42).

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Storper sostiene que la explicación del desarrollo pasa ahora por una visión donde la economía es vista como una relación social, es decir, los procesos económicos implican conversaciones y coordinaciones, los actores de los procesos económicos no pueden ser vistos como factores mecánicos sino como seres humanos reflexivos. Los actores individuales y colectivos no conciben la acumulación solo como valores materiales, sino como relaciones de valor de ahí que una economía regional sea concebida como un stock de relaciones de valor. (Storper, 1997: 28) 64


En la perspectiva de Giorgio Fuà (1994) los factores estructurales que inciden de forma decisiva en el desarrollo sostenible y duradero son la capacidad empresarial y organizativa, la cualificación e instrucción de la población, los recursos medioambientales y el funcionamiento de las instituciones (Citado por V. Barquero, 2005: 26). El desarrollo local no debe concebirse como si fuera un resultado automático de las fuerzas del mercado, no puede entenderse como un efecto mecánico de la “mano invisible” de la que hablaba Adam Smith en sus investigaciones sobre la producción de riqueza en las economías de mercado. El desarrollo local es un efecto esperado por los actores sociales que se organizan de forma inteligente para llevar a cabo estrategias de planeación participativa y de gestión local del desarrollo a partir de establecer acuerdos de trabajo conjunto entre distintos tipos de actores – privados y públicos- para concretar en el territorio las iniciativas de desarrollo local y regional (Brito, 2008: 39). Territorio y economía El geógrafo español Ricardo Méndez afirma que existe una correlación directa entre actividad económica y espacio. “El espacio ejerce una influencia multiforme sobre el funcionamiento económico, al comportarse a la vez como fuente de recursos, como obstáculo a los desplazamientos y como soporte de la actividad que ocupa un suelo de características y precio determinado. Por ello, las características propias de cada territorio (recursos humanos y naturales, posición y accesibilidad, infraestructuras disponibles…) influyen sobre la eficiencia, rentabilidad y organización de las empresas y actividades económicas existentes que constituyen su sistema económico” (Méndez, 1997: p 5).

En esta visión el espacio en su relación con la economía no es neutro, toda vez que convertido en territorio puede hacer que a partir de una determinada división del trabajo entre las empresas participantes de las actividades económicas locales o regionales, se mejore la capacidad productiva y se alcancen mayores niveles de competitividad a partir de utilizar adecuadamente los recursos potenciales existentes en ese espacio así como las economías ligadas a la existencia de un conglomerado de empresas ubicadas en un mismo lugar. En esta perspectiva no importa tanto el tamaño de las empresas como el hecho de que interactúen entre ellas, que se complementen unas con otras, que se relacionen comercialmente utilizando los productos de 65


unas como insumos de otras, posibilitando la creación de bases de cooperación que potencien el crecimiento económico. Este autor señala que “…los distritos y sistemas productivos locales4 son un modelo de organización de la producción basado en la división del trabajo entre las empresas y la creación de un sistema de intercambios locales que produce el aumento de la productividad y el crecimiento de la economía. Además, se trata de un modelo de organización que permite generar rendimientos crecientes cuando la interacción entre empresas propicia la utilización de economías ocultas en los sistemas productivos, a fin de cuentas uno de los potenciales de desarrollo de las economías”. (Ibid., p. 39)

En la misma perspectiva, los investigadores italianos Becattini y Rullani dicen que “el territorio produce efectos y ofrece prestaciones específicas a la economía local. Suministra a la producción para el consumo una integración flexible o, en otras palabras, un entorno con capacidad para generar y mantener ventajas competitivas y valor diferencial. La creación de este entorno innovador territorial no es fácilmente reproducible y es, precisamente, la densidad de las relaciones entre los diferentes actores territoriales y la calidad de las mismas, la que da potencialidad a dicho territorio como circuito específico de interacciones orientado al fomento empresarial, la innovación productiva, la calidad de los recursos humanos y las relaciones laborales y el impulso de la cultura local del desarrollo, como elementos cruciales de la competitividad”(Alburquerque, 1999: 16).

El español Antonio Vázquez Barquero se niega a considerar que el territorio sea un mero contenedor de objetos físicos y personas: “...el territorio no es un mero soporte físico de los objetos, actividades y procesos económicos, sino que es un agente de transformación social. Las empresas las organizaciones y las instituciones de cada localidad o 4

Los sistemas productivos locales en la perspectiva de Vázquez Barquero (1999) se refieren a la organización de los productores de un territorio en redes de empresas que cooperan y logran economías de escala externas, la reducción de los costos de transacción, la especialización productiva con base en la tecnología existente, la mejora de la productividad del distrito, la formación de ventajas competitivas en los mercados, la competitividad interna de las empresas, la adopción de innovaciones, el avance de la competitividad así como la formación de mercados de trabajo flexibles. (Vázquez Barquero; 1999: 33) 66


territorio son los agentes que dinamizan los procesos locales de crecimiento y cambio estructural a través de las acciones de inversión y del control de los procesos”. (Vázquez Barquero; 1999: 53)

De ahí que el territorio sea un aspecto medular del desarrollo cuando se habla de regiones exitosas o ciudades dinámicas, en virtud de que tales adjetivos reflejan procesos de participación de los actores sociales que utilizan a su favor tanto la información como el conocimiento así como su asociatividad y poder político para construir territorios innovadores que aprovechan los factores del desarrollo como lo afirma un estudioso del desarrollo regional: “Información y conocimiento son elementos clave del desarrollo territorial. La asociatividad y el poder político colectivo son también elementos centrales del desarrollo en cualquier territorio, dependen fuertemente de la información y del conocimiento”(Boisier; 1999: p. 27).

Esto implica que entre mayor sea el grado de aprendizaje de una comunidad territorial para asociarse de forma adecuada y promover la formación de un poder político representativo, mayor será la probabilidad de aprovechar la información y el conocimiento para cimentar su progreso económico y su desarrollo social. La importancia de los actores y del entorno para propiciar desarrollo son fundamentales: “La teoría del desarrollo endógeno considera que en los procesos de desarrollo intervienen los actores económicos, sociales e institucionales que forman el entorno en el que se desarrolla la actividad productiva y, entre ellos, se forma un sistema de relaciones productivas, comerciales, tecnológicas, culturales e institucionales, cuya densidad y carácter innovador va a favorecer los procesos de crecimiento y cambio estructural.”(Vázquez, Barquero; 1999:20)

El territorio y su potencial Desde la perspectiva del espacio natural, el territorio puede ser visto como una fuente de recursos: mineros, hídricos, forestales, ganaderos, agrícolas, pesqueros, frutícolas, turísticos, etcétera. En términos económicos, un territorio tiene un potencial de crecimiento al concentrar recursos naturales y humanos que pueden servir para generar riqueza y propiciar el crecimiento productivo de la región así como para realizar nuevos proyectos empresariales, renovar las empresas existentes y generar más empleos para sus habitantes. 67


“El territorio es un agente de transformación y no un mero soporte de los recursos y de las actividades económicas, ya que las empresas y los demás actores del territorio interactúan entre sí organizándose para desarrollar la economía y la sociedad. El punto de partida del desarrollo de una comunidad territorial es el conjunto de recursos (económicos, humanos, institucionales y culturales) que constituyen su potencial de desarrollo” (Vázquez B.1999 p.29).

En este texto Vázquez destaca dos cuestiones importantes para los estudios del desarrollo, la primera alude a la capacidad que tiene un territorio organizado para multiplicar las opciones de desarrollo a partir de la forma en que funciona el sistema productivo local, la cooperación existente entre las empresas del territorio, el mercado de trabajo con capital humano vinculado en sus capacidades con las empresas locales y las instituciones y organizaciones públicas y sociales existentes en la sociedad local. La segunda a la importancia del potencial que contienen los territorios y que constituyen la base sobre la cual los actores sociales de la localidad o región pueden canalizar sus excedentes a efecto de poner en marcha nuevas iniciativas y proyectos para hacer crecer la economía y poder avanzar en el desarrollo social. Un autor uruguayo aporta su visión sobre el desarrollo local. “El desarrollo local no es una tecnología a aplicar en cualquier circunstancia. Es ante todo, una estrategia socio-política de cambio” (Gallicchio, 2006: 63).

Para este autor la importancia del desarrollo local no se circunscribe a practicar una técnica de organización promovida por un grupo de expertos que diseñan estrategias al margen de la gente; sostiene que el desarrollo local radica en que los actores sociales tengan la capacidad para enfrentar desde el territorio los desafíos que se le imponen para poder avanzar en sus objetivos prioritarios para alcanzar mejores niveles de desarrollo a partir de aprovechar de manera inteligente sus fuentes de recursos: “La potenciación de lo existente, -personas, recursos, empresas, gobiernos, gobernanza, proyecto local-. La obtención de recursos externos al territorio –personas, recursos, empresas-; la gestión del excedente económico que se produce en el territorio –cómo usamos los recursos generados en él para mejorar la calidad de vida de los habitantes-“. (Gallicchio; 2006: p. 63) 68


Saber aprovechar el potencial de un territorio es una de las condiciones básicas de todo programa de desarrollo local. Revalorizar lo existente es condición de mejoramiento en el proceso de producir riqueza en el espacio local o regional, atraer recursos externos, sin que eso implique excluir a los pobladores locales, además de poder darle una dirección adecuada al excedente generado por las empresas locales son precondiciones para poder elevar el bienestar social de los pobladores. Se trata de destacar el sentido del cambio económico para concretar propósitos que permitan elevar el bienestar social de las personas. Las ciudades y el desarrollo Un aspecto estrechamente ligado a los territorios es el referente al desarrollo económico y urbano regional en que se ven insertos. Las ciudades son la expresión básica de la organización social que busca el entorno más adecuado para impulsar los procesos de desarrollo. Dice Vázquez Barquero (2001) que en el contexto actual donde se impone la globalización las ciudades constituyen el espacio preferente del desarrollo. “La ciudad es un territorio que está formado por un espacio construido y por un conjunto de actores que toman decisiones de inversión y de localización de actividades productivas. […] La ciudad es más que un punto en el espacio ya que constituye una organización en la que los actores interactúan e intercambian bienes, servicios y conocimientos, siguiendo reglas específicas”. (Vázquez Barquero, 2001: 9)

Para este autor es muy importante entender que las ciudades están en permanente proceso de cambio, que el aprendizaje es fundamental para desarrollar procesos de transformación productiva, que el intercambio de conocimiento entre los actores de un territorio se convierte en un factor de progreso, así como las redes de cooperación y las iniciativas empresariales públicas y privadas son pertinentes para conseguir objetivos tanto de las organizaciones sociales, de las empresas y de las instituciones públicas. Para Benko y Lipietz las ciudades constituyen espacios para el crecimiento de las economías de aglomeración: "la aglomeración, con su cortejo de oportunidades potenciales, actualizables a bajo coste, fue y sigue siendo la primera condición del mercado capitalista." (Benko y Lipietz, 1994: 366) Estos autores destacan la importancia de las ciudades en la configuración de regiones ganadoras. Así, algunas ciudades 69


“tienen más éxito que otras porque lo merecen, porque la vida económica o cultural es allí más activa, porque los ciudadanos adoptan una actitud más cooperativa o más concertada. De eso se deduce que la jerarquía espacial es el resultado no la causa: todas las ciudades podrían ser igualmente prósperas si lo hicieran igualmente bien” (Ibid., p. 25).

Borja y Castells sostienen que las ciudades en el contexto de la globalización requieren elaborar una estrategia con la perspectiva de un posicionamiento doble: por un lado deben buscar su inserción exitosa en la economía global y por otro, debe promover acciones que permitan integrar a sus pobladores al desarrollo social en una perspectiva incluyente. La siguiente cita es ilustrativa de esta posición: “Al mismo tiempo que las ciudades se sitúan en la economía global, deben también integrar y estructurar a su sociedad local. Sin un anclaje sólido en los ciudadanos, los gobiernos de las ciudades no tendrán la fuerza necesaria para navegar en los circuitos globales. En este sentido, lo local y lo global son complementarios no antagónicos” (Borja y Castells; 1998: 32).

Por otra parte en lo que se refiere a una visión de conjunto de las ciudades en los tiempos actuales donde la globalización impera, estos autores marcan los retos principales que las ciudades deben cumplir: "...la ciudad entendida no solamente como territorio que concentra a un importante grupo humano y una gran diversidad de actividades, sino también como un espacio simbiótico (poder político-sociedad civil) y simbólico (que integra culturalmente y da identidad colectiva a sus habitantes y que tiene un valor de marca o de cambio hacia el exterior) se convierte en un ámbito de respuestas posibles a los retos económicos, políticos y culturales de nuestra época. Citemos tres: Uno: la necesidad de dar respuestas integradas y no sectoriales a los problemas de empleo, educación, cultura, vivienda, transportes, etc. Dos: el establecimiento de compromisos público-privados entre los requerimientos de crecimiento económico y del medio ambiente. Tres: la configuración de nuevos espacios y mecanismos que estimulen la participación política, faciliten la relación entre administraciones y administrados y promuevan la organización de los grupos sociales". (Borja y Castells; 1998: 149)

Sin embargo, el proceso de urbanización no está exento de conflictos y contradicciones en lo que se refiere a la exclusión del bienestar social, al respecto los autores citados advierten: "En muchos países, las mayorías ciudadanas no son urbanas: marginadas del Estado de derecho y de la cultura cívica, subempleadas o 70


sobreviviendo en la informalidad, localizadas en áreas mal equipadas y escasamente visualizadas desde la ciudad formal y legal." (Borja y Castells, 1998: 363)

El proceso de crecimiento urbano en México es intenso aunque no necesariamente se avanza en el mejoramiento de la estructura productiva y en el bienestar social de la población5. En 1970 existían 174 ciudades mayores de 15 mil habitantes, mientras que en 2005 el número llegó a 367. El proceso de urbanización en una economía dependiente implica menor competitividad urbana respecto a la existente en las ciudades de países desarrollados. En este contexto prevalecen bajos ingresos por habitante y grandes desequilibrios territoriales. (Garza y Schteingart, 2010: 13) Respecto de la concentración urbana en grandes ciudades, en 2005 se registraron 31 ciudades con más de 500 000 habitantes dentro de las cuales nueve6 sobresalieron con más de un millón de personas. La dimensión ambiental La perspectiva del desarrollo sustentable destaca la dimensión natural del espacio y en ella la visión ecológica del ambiente, que reconoce la importancia que tiene para el equilibrio en la relación hombre-naturaleza el cuidado que deben tener los seres humanos respecto de los recursos naturales para preservar el ecosistema en que se ubica el territorio. Por tal razón las políticas públicas ambientales tienen como objetivo preservar dichos factores naturales. En esta perspectiva debe tenerse en cuenta también el carácter simbólico de la relación entre el hombre y el entorno ecológico en lo que se refiere a los aspectos que determinan la cultura: A este respecto el geógrafo brasileño Porto Goncalvez afirma: "El proceso de apropiación de la naturaleza, inherente a cualquier sociedad, no puede comprenderse como un proceso exclusivamente material, casi siempre de carácter económico, como si la “El alto grado de urbanización no ha significado que la nación haya dejado atrás el subdesarrollo, pues ocurre que mas de un tercio de la fuerza de trabajo que vive en las ciudades se encuentra en condiciones de informalidad y en zonas irregulares con notables carencias de servicios urbanos e infraestructura, esto es en situación de pobreza”. (Garza y Schteingart, 2010: 13) 6 Las ciudades de más de un millón de habitantes en México en 2005 fueron Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla, Toluca, León, Tijuana, Ciudad Juárez y Torreón. (Garza y Schteingart, 2010: p. 43). 71 5


apropiación material careciera de sentidos. Toda apropiación material es al mismo tiempo simbólica, puesto que se apropia de lo que tiene o hace sentido.".(Porto Goncalvez, 2001: 5) La visión del territorio como fuente inagotable de recursos es un mito, en virtud del deterioro ocasionado por la explotación irresponsable de las fuentes de recursos naturales. “La producción agrícola ha aumentado, es cierto, pero a expensas de la homologación de los cultivos; la deforestación; el uso excesivo de nitrógeno; la tierra se sobrecalienta a causa de las emisiones de gases del efecto invernadero; la diversidad biológica se reduce en más de lo que se ha reducido en 2000 años; los desiertos cubren áreas cada vez más extensas; el agua escasea y los bancos pesqueros están sobreexplotados”. (Bifani, 2010: 17) En la perspectiva de la sustentabilidad se debe incorporar a la relación sociedad naturaleza una lógica de racionalidad ambiental en su manejo para no caer en la explotación que termine por destruir la fuente de tales recursos y ponga en peligro tanto a los sistemas naturales como a la sociedad. Desde esa visión es pertinente recordar que: "En la relación entre sociedad y naturaleza, en lo concerniente al desarrollo, […] se creía que desarrollo era sinónimo de salir de la naturaleza, y más aún, dominarla, instrumentándola, reduciéndola al estado de recurso que, como se sabe es un medio para lograr un fin." (Porto Goncalvez; 2001: 8) Se trata entonces de incorporar la dimensión ambiental desde una perspectiva que garantice la supervivencia de los ecosistemas. Reconociendo que la naturaleza que nos tocó vivir ha sido transformada por la sociedad en su devenir, importa tener en cuenta una visión sustentable del desarrollo y no una mera relación instrumental. “El desarrollo sustentable debe basarse en la productividad de los procesos ecológicos de sus diferentes regiones y en los valores culturales de sus poblaciones”. (Leff; 1998: p.85) En los tiempos actuales existe una demanda creciente por aumentar la calidad de vida de la población, conforme se avanza en los 72


procesos de modernización de la sociedad se empuja hacia un nuevo tipo de demandas vinculadas con el aumento del bienestar de la población desde una perspectiva integral. Un estudioso de la planificación de las ciudades afirma: “En los países más desarrollados, el concepto de calidad de vida se traduce en una mayor protección del medio ambiente, una mayor diversificación de los espacios habitables, una mejor prestación de los servicios públicos, así como una mayor oferta de instalaciones de ocio”. (Fernandez Güell, José Miguel, 1993:46) Este tipo de demandas se han extendido a todos los rincones del planeta, en cada territorio, las autoridades se enfrentan ahora con las demandas cívicas de sus respectivas poblaciones para trabajar a favor de mejorar su calidad de vida y sus condiciones de trabajo e ingreso, así como para cuidar del paisaje y preservar el medio ambiente tanto el natural como el construido. Por lo anterior se puede afirmar que entre más deteriorado se encuentre el medio ambiente de una localidad, región o país, más dificultades tendrán sus habitantes para alcanzar mejores condiciones de vida y de salud, por lo que su bienestar tendería a decaer. El capital humano Por otra parte, es pertinente considerar que el recurso más valioso que tiene un territorio está constituido por su población, sobre todo por las personas que se capacitan en lo técnico y en lo profesional dentro de sus instituciones educativas, sus centros de investigación y en los espacios culturales así como en las empresas del sistema productivo local. De ahí que los recursos humanos capacitados, o lo que algunos autores denominan el capital humano, constituyan un factor muy importante para configurar regiones exitosas en lo que se refiere a su activo papel en la generación de desarrollo económico. “El capital humano se puede definir como la presencia de población con una preparación profesional adecuada, cuyo potencial creativo e imaginativo se puede utilizar como un activo básico para dinamizar la economía”. (Caravaca, et al, 2005: p 15) Un territorio que sea capaz de organizarse y activar los procesos de formación de capital humano entre los integrantes de su población, podrá aprovechar de mejor manera su potencial productivo, mejorar la equidad social en la distribución del ingreso y manejar con inteligencia sus recursos naturales. 73


Se trata no solo de transmisión formal de los conocimientos por el sistema educativo y cultural instituido, sino también de la experiencia y el conocimiento informal que los productores y artesanos son capaces de transferir a las nuevas generaciones de jóvenes a efecto de formar a los nuevos trabajadores y empresarios del territorio. En la economía del conocimiento el papel del trabajo se hace cada vez más complejo en tanto que este requiere del manejo de saberes especializados relacionados con la tecnología y su capacidad para procesar la información. Conocimiento e información son dos características relevantes de la nueva economía, de ahí que la educación y capacitación del trabajo en la programación y el diseño de nuevos productos y procesos, así como en la coordinación global de las actividades económicas son fundamentales para la sociedad contemporánea. (Rivera, 2007: 58-59) Territorio y cultura “El territorio es aquella porción del espacio apropiada por las sociedades humanas para desplegar en ella las actividades productivas, sociales, políticas, culturales y afectivas, y a la vez inscribir en ella sus estrategias de desarrollo y, todavía más, para expresar en el curso del tiempo su identidad profunda mediante la señalización de los lugares”. (Gimenez, 2004: 315) Tal proceso no sucede sin conflictos entre distintas visiones e intereses de los grupos sociales que participan del mismo espacio social. Esta visión del territorio no se limita a describir una mera relación funcional de corte utilitario entre el grupo social y el espacio natural, al incorporar una multiplicidad de opciones que pueden influir no solo en la reproducción social sino también en la cultura y en la identidad de sus habitantes. Las funciones económicas del territorio no deben impedir la observación de otras características del mismo: “Se puede decir que el territorio responde en primera instancia a las necesidades económicas, sociales y políticas de cada sociedad, y bajo este aspecto su producción está sustentada por las relaciones sociales que lo atraviesan; pero su función no se reduce a esta dimensión instrumental; el territorio es también objeto de operaciones simbólicas y una especie de pantalla sobre la que los actores sociales (individuales o colectivos) proyectan sus concepciones del mundo.” (Giménez, 2000:24) 74


El concepto de territorio de Gilberto Giménez implica múltiples dimensiones: “...el territorio puede ser considerado como zona de refugio, como medio de subsistencia, como fuente de recursos, como área geopolíticamente estratégica, como circunscripción políticoadministrativa, etcétera; pero también como paisaje, como belleza natural, como entorno ecológico privilegiado, como objeto de apego afectivo, como tierra natal, como lugar de inscripción de un pasado histórico y de una memoria colectiva y, en fin, como geosímbolo.” (Giménez, 2000:24) Esta caracterización toma en cuenta los múltiples usos y significados que el territorio tiene para la sociedad. El paisaje y sus usos Según se lee en un convenio europeo se afirma que “el paisaje es cualquier territorio tal como lo percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción e interacción de factores naturales y/o humanos”. Se refiere a las características que tiene el medio natural desde la perspectiva estética donde las bellezas naturales constituyen parte esencial del paisaje. Existen distintos elementos del medio físico que por su belleza pueden atraer visitantes además de ser un espacio social de los nativos y motivo de orgullo para sus pobladores. Una cascada, un arroyo, un acantilado, un río, un estero, una fuente de aguas termales, una montaña, una playa, un bosque, un desierto, una isla o una selva, se convierten en valiosos recursos geográficos susceptibles de ser aprovechados por las iniciativas locales, para impulsar la atracción turística y generar una fuente de ingresos a sus habitantes. La identidad territorial Existe en los seres humanos manifestaciones topofílicas, de amor al terruño de parte de sus habitantes que sienten apego a su lugar de vida. El geógrafo francés Paul Claval afirma que: “El espacio es uno de los soportes privilegiados de la actividad simbólica. Lo perciben y valoran diversamente quienes lo habitan y le dan valor: a la extensión que ocupan, recorren y utilizan, se superpone, en su espíritu, la que conocen, aman y que es para ellos signo de seguridad, motivo de orgullo y fuente de apego. El 75


espacio vive aquí bajo la forma de imágenes mentales que son tan importantes para comprender la configuración de los grupos y las fuerzas que los excitan, como las cualidades reales del territorio que ocupan”. (Claval; 1982: 24-25) Esta caracterización que hace Claval del territorio como espacio simbólico permite entender el vínculo que lo relaciona con la identidad cultural de las personas que lo habitan. En la misma perspectiva Porto Goncalvez afirma: "…se puede decir que existe un determinado espacio concreto, físico, con límites y fronteras bien marcados, en el que un largo proceso de apropiación simbólico material implicaría que los propios miembros de esta comunidad humana hubieran construido el sentimiento de ese espacio que es su espacio, su espacio común, lo que significa que se comunican a través del mismo, como parte constitutiva de su ser social." (Porto Goncalvez; 2001: 6) El hecho de que los habitantes tengan una relación topofílica con el territorio permite aprovechar esa energía social para promover políticas de desarrollo local y regional a partir de incorporar a los habitantes en sus características sociales como actores directos en el diseño de los programas de mejoramiento de sus lugares de vida y trabajo. Territorio y capital social En el territorio se mantienen relaciones sociales que permiten que sus pobladores establezcan mecanismos de organización, cooperación y solidaridad para la mejora colectiva. Tal situación permite que el territorio de proximidad sea visto como el espacio más adecuado para que se exprese el capital social. Una definición básica de este concepto nos permite comprender su significado: “El capital social se puede definir como el conjunto de normas, instituciones y organizaciones que promueven la confianza y la cooperación entre las personas, las comunidades y la sociedad en su conjunto”. (Caravaca et al 2005: 15) Las relaciones “cara a cara” entre las personas en los territorios inmediatos permiten elevar la sensación de seguridad en sus lugares de vida por el hecho de tener en ellos parientes, amigos y 76


conocidos, así como tratos con otros miembros de la sociedad que aún y cuando no se les conozca de manera íntima se “conocen de vista” o en algunas ocasiones han interactuado de alguna manera con ellos al transitar por los mismos lugares y compartir las rutas de transporte durante mucho tiempo. Un sentimiento diferente, de abandono o de pérdida, se percibe por las mismas personas cuando se encuentran en otras ciudades o pueblos, sobre todo cuando no se conoce a nadie y no están en calidad de turistas o visitantes, en tal caso el sentimiento de inseguridad y de abandono es mayor sobre todo cuando la gente se encuentra de paso, sin documentos de identidad y sin dinero. En esas circunstancias se aprecia la importancia del calor del terruño de procedencia como una tierra de refugio frente a la frialdad y desconfianza que se experimenta en los territorios ajenos. El territorio como área de gobierno Dentro de la dimensión institucional del desarrollo importa la división político-administrativa de los Estados en su territorio para precisar las áreas y las funciones de sus gobiernos regionales y locales. La demarcación político administrativa del territorio puede generar un sólido sentido de pertenencia de los habitantes cuando es proyectado como un espacio en el que se configura la esfera política local y sus respectivas instituciones en la que participan de distintas formas los miembros de la comunidad territorial. El análisis crítico del papel que juega la representación política de cada territorio permite observar el papel que desempeñan las instituciones, evaluar su capacidad y eficacia para promover el desarrollo local y regional, el tipo de cultura cívica que impulsan, las formas de cooperación y de competencia que muestran los distintos actores así como la manera de diseñar, implementar y evaluar las políticas públicas para atender las necesidades de cada territorio. En el caso de México prevalecen profundas desigualdades y contrastes entre los municipios que integran los estados. Unos tienen grandes recursos, son predominantemente urbanos, concentran gran cantidad de pobladores y tienen infraestructura y equipamiento públicos, mientras que en el otro extremo se ubican los municipios rurales, dispersos en grandes extensiones territoriales, con poca población, predominantemente de carácter rural, con poca o nula infraestructura y en general con escasos recursos públicos. En este contexto, un municipio que sea capital de un estado como Monterrey en Nuevo León es el contraste extremo respecto a un municipio rural de Oaxaca. Es claro que 77


el punto de partida para promover políticas de desarrollo local es muy desigual en estos casos. En este contexto resulta crucial evaluar las dimensiones de las áreas territoriales así como el potencial de sus recursos naturales y sus habitantes para proyectar de mejor manera la configuración territorial adecuada para impulsar programas de desarrollo local y regional, esto en combinación con políticas nacionales de descentralización y de devolución a las comunidades de la capacidad de decisión sobre sus proyectos de desarrollo. La política para el desarrollo local Pensar en políticas públicas promotoras del desarrollo local significa que se deben abrir a todos los actores sociales los espacios para poder definir los objetivos más destacados que deben perseguirse y las rutas más adecuadas que deben tener los actores para poder concretar las metas planteadas por los colectivos regionales y locales. “El fin-objetivo del desarrollo local centrado en los supuestos del desarrollo humano es la superación de las desigualdades sociales, una sociedad no excluyente, dotada de mecanismos aseguradores de justicia social y de la dignidad de cada uno de los miembros. Liberadas las potencialidades de éstos para integrarse creativamente en los diversos quehaceres sociales orientados por el sentido de la solidaridad humana, y el trabajo emprendedor de su bien-estar y el de la comunidad mayor a la que pertenecen”. (Díaz de Landa: 2006: 106) Para que haya mayor legitimidad en los gobiernos locales se requiere de procesos electorales democráticos que generen la confianza ciudadana que permita la participación activa de los distintos grupos de la sociedad civil en el diseño de los programas de gobierno, en la planeación pública del desarrollo local y en la gestión de los problemas de la ciudadanía. Por otra parte, para Vázquez Barquero los objetivos de las políticas públicas que deben buscar las comunidades locales para enfrentar con éxito las dificultades y retos que presenta la globalización es el acuerdo de un plan de desarrollo local que contenga tres dimensiones: “…conseguir el desarrollo sostenible y duradero, por lo que tratan de potenciar las dimensiones económica, social y ambiental 78


del desarrollo. Las iniciativas locales se ven abocadas a conjugar la eficiencia en la asignación de los recursos públicos y privados, la equidad en la distribución de la riqueza y del empleo y el equilibrio medioambiental del territorio" (Vázquez, Barquero; 1999:45-46) Se trata de perseguir a través de la planeación participativa metas acordadas entre los actores públicos y privados del territorio que se proponen concretar objetivos de eficiencia económica, equidad social, y equilibrio ambiental, para hacer avanzar en una dirección positiva e integradora el desarrollo de la sociedad local. En otro texto, Vázquez Barquero sostiene que el desarrollo local requiere una política pública que lo impulse: “Las políticas de desarrollo local la forman un conjunto de iniciativas que surgen de la estrategia de los actores locales y cuyo objetivo es hacer competitivas a las ciudades y regiones mediante la mejora de sus recursos y factores de atracción. Combina las inversiones e iniciativas de los actores locales y externos, impulsando la mejora del conocimiento y el aprendizaje de las organizaciones, la interacción entre los actores que toman las decisiones de inversión en el territorio y la sinergia entre las medidas”. (Vázquez, Barquero; 1999: 21) Mejorar la calidad de vida de las ciudades y pueblos, aumentar la riqueza producida en ellos, tener una más justa distribución del ingreso, construir la infraestructura pública y el equipamiento urbano, diseñar mejores instituciones sociales para garantizar el suministro de los servicios públicos, integrar, sin exclusiones de ningún tipo, a los diversos segmentos sociales en los beneficios del desarrollo, atender los problemas de la pobreza, la vivienda, la inseguridad y la marginación social, cuidar el medio ambiente y promover el acceso a la educación, a la salud y a la cultura, son objetivos que no caen del cielo como regalos divinos, sino son el resultado del trabajo arduo y sistemático de actores sociales territoriales que se han organizado para sumar fuerzas y que usan la inteligencia y la perseverancia para alcanzar sus metas porque son capaces de movilizarse para conseguirlas. Para el economista mexicano Clemente Ruiz Durán es importante promover políticas públicas regionales de carácter descentralizado para impulsar el desarrollo. En este sentido afirma que se requiere de disposición al trabajo eficiente de parte de los agentes públicos para 79


poderse integrar de mejor manera a los objetivos que demandan los actores sociales: “Una estrategia política para el desarrollo local ya sea perseguida por gobernantes locales y regionales o por el Estado nacional debería nacer del reconocimiento de las peculiaridades de los diferentes sistemas locales y de las relativas situaciones de desarrollo que configuran el territorio del que ellos tienen la responsabilidad política, con el fin de definir iniciativas a la medida para cada una de ellos”. (Ruiz Durán, 2004: p. 43) No se trata de modelos generales de intervención pública que se aplican sin realizar un diagnóstico detallado de los problemas de cada región o localidad, tampoco de aplicar fórmulas universales de planeación sin tomar en cuenta las características del territorio, de los actores locales y de las situación de su respectiva estructura productiva, esa manera de actuar en la implementación de políticas estatales es negativa para el desarrollo, se trata más bien de promover un nuevo tipo de políticas públicas, más descentralizadas y participativas, confeccionadas como un traje a la medida de los problemas existentes en el ámbito local, construidas desde las propias regiones y no importadas desde el centro político de un Estado nacional. Por otra parte, en la estrategia que debe seguir el Estado para dar coherencia a su política de desarrollo está el impulso a las acciones para mejorar las capacidades locales, porque “la globalización exige la devolución de capacidades al ámbito de lo local.” (Boisier, 2005: 55) Esto supone que el gobierno nacional deba entender que se requiere descentralizar y devolver funciones públicas al ámbito local a efecto de que el gobierno del territorio, que es el más cercano a los ciudadanos, tenga mayores recursos y capacidades para impulsar junto a las organizaciones civiles el desarrollo de sus regiones. Boisier afirma que existe una relación complementaria entre globalización y devolución, al afirmar que “…para competir exitosamente en una economía globalizada, los territorios necesitan cada vez más políticas que ayuden a construir y a explotar las capacidades endógenas”. (ibid, p 55) Debería tenerse en cuenta además que en las políticas promotoras del desarrollo local y regional se requiere no dejar solos a los gobiernos locales, sino incorporar al gobierno nacional a través del diseño flexible de una política general de promoción del desarrollo local y regional. 80


En este sentido resulta interesante la propuesta que hace José Luis Coraggio: “El Estado nacional debe de contribuir a compensar las diferencias insoportables en los puntos de partida, aplicando un principio de redistribución que a la vez invierta en las zonas con más alto rendimiento a condición de generar un fondo que vaya incorporando a las zonas hoy menos capaces de generar recursos excedentes”. (Coraggio, 2006: p 35-36) En esta perspectiva resulta relevante la propuesta que este autor hace para que se conforme en cada uno de los países, como política de Estado, un fondo nacional para apoyar el desarrollo local. En el mismo sentido se manifiesta Sforzi cuando sostiene que el desarrollo local no debe concebirse como un esfuerzo exclusivo de las fuerzas locales. “El Estado central no puede quedarse apartado y limitar su intervención a las políticas macroeconómicas o a la definición de las reglas”. Debería de comprometerse a trabajar a favor de los lugares de vida mediante una política nacional descentralizada que estimule los sistemas locales de trabajo a través de programas de desarrollo local. (Sforzi, 2007: 48) Una de las tareas posibles para el gobierno central es la educación y la formación de capacidades humanas especializadas en los distintos territorios de su país para dar a los trabajadores y empresarios locales mayor nivel de competitividad para que mejoren sus ingresos y sus niveles de vida. (Ibid., p. 48) Regiones en busca de desarrollo El concepto de región aparece asociado al de territorio. La región es una de las formas que asume el territorio. Gilberto Giménez precisa que: “Por lo general el término región suele reservarse para designar unidades territoriales que constituyen subconjuntos dentro del ámbito de un Estado-nación. Se trata, por lo tanto, de una “subdivisión intra-nacional” que corresponde a una escala intermedia entre la del estado y la de las microsociedades municipales llamadas “matrias”. Si retomamos nuestra distinción entre territorios próximos o identitarios y territorios abstractos, la 81


región –“demasiado grande para responder a las preocupaciones de la vida cotidiana y demasiado pequeña para ser institucionalizada como un Estado”, sería como hemos dicho, la bisagra o punto de conjunción entre ambos tipos de territoriio. (Giménez, 2007: 131) Boisier propone una tipología en la que incluye tres tipos de regiones: regiones pivotales, regiones asociativas y regiones virtuales. La región pivotal: “es el menor territorio organizado que simultáneamente presenta atributos de complejidad sistémica, de cultura capaz de generar identidad y de “resiliencia”. La región asociativa: “son las regiones pivotales que se pueden asociar entre sí o con otros territorios organizados poniendo como requisito la contigüidad geográfica para dar origen a regiones de mayor tamaño denominadas regiones asociativas.”

La región virtual: “las regiones pivotales o las regiones asociativas pueden establecer acuerdos y compromisos estratégicos de largo plazo con otras regiones (pivotales o asociativas), con propósitos definidos (elaborar nuevos productos de alta tecnología, posicionarse mejor en el escenario internacional, u otros) y con mecanismos regulatorios específicos –y sin que medie la necesidad de la contigüidad geográfica-, a fin de generar verdaderas regiones virtuales que ya proliferan en el mundo internacional de los negocios” (Boisier 1999).

Estos tipos de regiones son útiles para observar la forma en que se pueden aliar entre sí diversas regiones específicas para conformar las escalas territoriales adecuadas con el fin de hacer posible el desarrollo en el contexto actual de la globalización. La búsqueda de caminos hacia el progreso de ese ámbito territorial implica tener claro lo que significa el desarrollo regional: “El desarrollo regional consiste en un proceso de cambio estructural localizado –en un ámbito territorial llamado región- que se asocia a un permanente proceso de progreso de la propia región, de la comunidad o sociedad que habita en ella y de cada individuo miembro de tal comunidad y habitante de tal territorio” (Boisier, 2001: p. 7).

Aunque la perspectiva del progreso esté fatalmente descontada para las regiones rurales porque el desarrollo viene casi siempre vestido con diseños urbanos como lo afirman un par de estudiosos europeos: “Las regiones que ganan son regiones urbanas ". (Benko y Lipietz; 1994: p 20) 82


Conclusiones Los actores del desarrollo desde la perspectiva de las potencialidades del territorio pueden ser múltiples. Están los actores sociales como individuos y como organizaciones. Los líderes comunitarios dedicados a la mejora del espacio social, las asociaciones que promueven la mejora de la infraestructura urbana, las instituciones educativas y de salud, las instituciones públicas que tienen como objetivo elevar el bienestar social, las agrupaciones ecológicas interesadas en el cuidado del medio ambiente, las asociaciones empresariales y de trabajadores, los centros de investigación, las asociaciones culturales, entre otras agrupaciones. La idea clave del desarrollo en la escala local y regional es, sin duda el concepto de territorio organizado. Entre los factores que habría de ponderar por su importancia para alcanzar mejores niveles de desarrollo están la organización de los actores sociales con el propósito de lanzar iniciativas y proyectos que hagan crecer la economía, que evalúen y aprovechen el potencial existente en el territorio, que mejoren la productividad empresarial, que aumenten la calidad del trabajo, que eleven las capacidades de los pobladores por medio de la educación y la capacitación y que aprovechen los excedentes generados en la región para reinvertirlos a favor del sistema productivo local y regional. Estimular la competitividad de las empresas establecidas en el territorio no está reñido con el impulso a formas de cooperación empresarial. Entre más interdependencia exista entre las empresas locales más denso será el tejido productivo en el territorio y por consecuencia mejores las economías resultantes. En este contexto importa también una política concertada que estimule una retribución justa a los trabajadores, que los beneficios resultantes del esfuerzo compartido no se limiten a hacer más ricos a los empresarios sin mejorar los salarios y las prestaciones de los trabajadores que participan de las empresas localizadas en el espacio local o regional. La innovación y el cambio tecnológico son dos factores medulares en los procesos de desarrollo en el territorio porque permiten el cambio estructural de la economía regional y mejoran las fuentes del progreso social para su población. La formación del capital humano a través de programas de educación y capacitación ligada a las características de la estructura productiva territorial es factor clave tanto para dotar a las empresas de una fuerza de trabajo dinámica y proactiva así como para el nacimiento de nuevas iniciativas empresariales que permitan mejorar la producción y productividad en el territorio. 83


Promover la formación de capital social entre la población a través del impulso cooperativo a obras colectivas es fundamental para resolver problemas públicos. Estimular la confianza en el trato cotidiano entre los pobladores resulta relevante para incidir en la integración social de los habitantes de la región. Impulsar una cultura que promueva el progreso social es esencial para romper círculos que reproducen la pobreza. Una identidad territorial ligada a la mejora continua de la comunidad resulta importante para mejorar el bienestar de la población. Buscar una institucionalidad adecuada para el desarrollo implica actualizar a las organizaciones sociales como a las instituciones públicas. En localidades y regiones donde impera el conflicto y la desunión, donde no existe confianza entre ciudadanos y gobernantes, donde prevalece la violencia y la inseguridad, lo más probable que ocurra es que se genere un retroceso social y económico en sus indicadores de desarrollo. Por otra parte, mantener una relación respetuosa con la naturaleza, cuidar los recursos naturales y mantener políticas regulatorias adecuadas contribuye positivamente a tener un ambiente sano y permite alcanzar metas de desarrollo sostenible en el territorio. El Estado no debe desentenderse de los procesos que buscan el desarrollo a nivel local y regional, por el contrario, en el marco de la nueva economía global es pertinente potenciar las fuerzas de desarrollo de cada territorio con el propósito de generar progreso por lo que una mejor aplicación de los recursos públicos federales podría incidir de manera directa en ese objetivo. Los gobiernos regionales y las administraciones públicas locales deberían asumir con mayor responsabilidad los retos de mejorar las condiciones de vida de sus representados. La coordinación adecuada entre los tres niveles de gobierno, además de la planeación concertada de acciones promotoras del desarrollo en el territorio contribuyen a tener mayor eficiencia en la aplicación de los recursos públicos. Los actores sociales en la medida en que se organizan y adquieren claridad en el tipo de tareas que deben realizar en sus respectivos territorios, elevan la probabilidad de lograr metas de crecimiento económico, de equilibrio ambiental y de bienestar social para sus comunidades. La mejor manera de concretar esa organización social en el espacio es a través programas de políticas públicas concertadas entre los actores públicos y sociales de cada localidad o región. Se trata de concebir, diseñar e implementar planes de desarrollo regional y local 84


con distintos programas de trabajo y con mecanismos de actuación flexible que permitan evaluar los avances y enfrentar los obstáculos con nuevas iniciativas. Bibliografía Alburquerque, Francisco (1999) Desarrollo Económico Local en Europa y América Latina. Editorial CSIC. Madrid, España. Benko, Georges (2000) “La recomposición de los espacios” en la revista Geographicalia, No. 38. (www.unizar.es/geografía/geographicalia/benko) Benko, Georges y Lipietz Alain (1994) Las regiones que ganan. Distritos y redes. Los nuevos paradigmas de la geografía económica. Ediciones Alfons el Magnánim, Valencia, España. 400 pp. Bifani, Paolo (2010) La globalización: ¿otra caja de Pandora? Editorial Universidad de Guadalajara. Guadalajara, Jalisco, México. 296 p. Boisier, Sergio (1999) Teorías y metáforas sobre desarrollo regional. Comisión Económica para América Latina. Santiago de Chile. Boisier, Sergio (2005) “¿Hay espacio para el desarrollo local en la globalización?” Revista de la CEPAL No. 86. Santiago de Chile. Borja, Jordi y Castells, Manuel (1998) Local y global. La gestión de las ciudades en la era de la información. Editorial Taurus. Madrid, España. 3ª ed. 418 p. Brito Osuna, Pedro (2008) “La teoría y el desarrollo regional y local” en Revista Arenas, Número 15, Facultad de Ciencias Sociales, UAS. Claval, Paul (1982) Espacio y poder. Editorial Fondo de Cultura Económica. México, D. F. 246 pp. Coraggio, José Luis (2006) “Las políticas públicas participativas: ¿obstáculo o requisito para el desarrollo local?” en Rofman, Adriana y Villar Alejandro (compiladores) Desarrollo local. Una revisión crítica del debate. Espacio Editorial. Buenos Aires, Argentina. (pp. 23-36) Fernández Güell, José Miguel, (1993) “La planificación estratégica de las ciudades” Revista de Obras Públicas No. 3322, p 46. Junio de 1993. España. Fuà, Georgio (1994) Economic growth: a Discussion on Figures. Ancona, Istao. Garza, Gustavo y Schteingart Martha (Coordinadores) (2010) Desarrollo urbano y regional. El Colegio de México. (Los grandes problemas de México; vol. 2) México, DF. 657 p, 85


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INVERSION EXTRANJERA: ¿ATRACTIVO TRANSMIGRANTES DEL TURISMO?

PARA

LOS

Aline C. ESTRADA GONZÁLEZ y A. Romualdo MÁRQUEZ G. Introducción La literatura especializada de los últimos treinta años que hace referencia a la llamada industria “sin chimeneas”, ergo el turismo, es rica y abundante. El tema ha sido abordado desde diferentes disciplinas y cada 

Profesores e Investigadores de la Universidad Autónoma de Nayarit, Unidad Académica de Economía 87


una de ellas refleja sus propias percepciones e intereses. Su complejidad y diversidad se concentra en distintas manifestaciones que pueden ir desde las sociales a las ambientales (Brenner, 1999; Furió, 1996; Poria et al., 2003; Vera et al., 1997). Por ejemplo, los economistas se centran en las implicaciones financieras del gasto turístico, demanda, marketing, planificación y desarrollo. Estos estudios enfatizan el aspecto mercantil, pasando la figura del turista en ocasiones a un segundo término. Los antropólogos se centran en los impactos del intercambio cultural, de los efectos del turismo en la comunidad receptora y sobre la cultura de los anfitriones, minimizando a su vez el impacto que la experiencia intercultural tiene en el turista. Los sociólogos hacen un mayor énfasis sobre el impacto societal y la significación de la experiencia turística, cambios provocados por la distribución de la fuerza de trabajo, motivación, roles, entre otros (Cohen, 1984; Pearce, 1988). Por su parte, los geógrafos se han centrado en la desproporción regional y espacial que acompaña al turismo, en aspectos físicos del paisaje, en la evaluación de recursos, la percepción ambiental y el crecimiento demográfico. Y en su caso, los ambientalistas han tendido más hacia la conceptualización de una idealización del medio natural sin deterioro. En tales perspectivas se deduce casi necesariamente su parcialidad, el involucramiento de sólo algunos de los componentes que intervienen en la amplitud y la complejidad del turismo (Alemán y Mañas, 2000; Pearce, 1993; Sánchez y Propín, 2001). Retomando aspectos que corresponden a la demografía, observamos algunas de las causas y efectos de dicha actividad que se practica en este siglo, en la cual se ha enfatizado en estudios muy de cerca, con un panorama de una migración internacional no tradicional, con enfoque en otra dirección. Se refiere al movimiento turístico del norte al sur, de los países más desarrollados a los menos desarrollados, con una población que se permite gozar de un tiempo libre ah hoc, así como de suficientes recursos económicos (Puga, 2001; Papademetrio, 2006). Entre los países preferidos del turista estadounidense de esas características se encuentra México (Lizárraga, 2008). Los movimientos de personas han sido una actividad que se ha practicado desde tiempos remotos; uno de ellos ha sido la exploración (Haulot, 1961); la palabra deriva del hebreo tour o tur (acción de realizar un movimiento espacial -visita-), e informar sobre las características del lugar de destino, como un viaje precisamente de reconocimiento o exploración, implicando un lógico regreso al punto de partida. En cuanto a concepciones de turismo, destaca la de Hunziker y Krapf (1942), con amplia aceptación, y que llega a ser adoptada por la Asociación 88


Internacional de Expertos Científicos en Turismo (AIST). Se define como un conjunto de relaciones y fenómenos producidos por desplazamientos y permanencia de personas fuera de su lugar de domicilio, en tanto que dichos desplazamientos no estén motivados por un sentido lucrativo principal, permanente o temporal (Aceranza, 2006). Tales movimientos, con las nuevas tecnologías de comunicación y transporte, se han hecho menos costosas (Longino, 2001). El turista, en sentido estricto, es el que se mueve de lugar en lugar sabiendo a dónde quiere ir, y no viaja para lograr un fin último, sino para adquirir nuevas experiencias, para hacer algo diferente o hacer algo que no se ha hecho antes (Gilberto Giménez, 2007). Así, podemos catalogar el turismo como una actividad que contribuye a los flujos de personas que se desplazan con fines recreativos. Pero, en este sentido, la interrelación entre turismo y migración puede ser en un momento dado, y según las condiciones y circunstancias socioeconómicas y culturales, muy estrecha. Para el caso particular del estado de Nayarit, durante las últimas tres décadas del siglo veinte, se detona la actividad turística en el litoral nayarita, específicamente de la costa sur, cuya vecindad con Puerto Vallarta, uno de los principales destinos turísticos con reconocimiento internacional, contribuyó favorablemente a dicho auge. Un factor importante fueron también los atractivos naturales que caracterizan a la región (Mercado, et al., 1993; Nelson, 1993; Furió, 1996; Barkin, 2001; McManus, 2002). Por su lado, Carrascal (1987) señalaba que entre los factores para el desarrollo turístico son las inversiones económicas, las obras de infraestructura y la institucionalización de los fideicomisos ejidales, entre otros. Los diversos argumentos para justificar el desarrollo turístico son indispensables, y es difícil destacar a uno en específico, pues se articulan conjuntamente. Varios autores han señalado que la región costera forma parte importante del desarrollo social y económico del país, por el potencial de recursos naturales que posee y por el espacio de que se dispone para nuevos asentamientos humanos. La costa es un espacio en el que se han efectuado procesos económicos de transición, acordes con la perspectiva de globalización y las tendencias económicas mundiales que están produciendo significativas modificaciones en un nivel macro. Ante eso es necesario enfocar los estudios sobre la costa hacia escenarios que resulten operativos para el análisis del desarrollo regional y propicien propuestas de alternativas de solución a los problemas que dicha zona enfrenta. Entendiendo la transición y globalización como los flujos de inversión extranjera destinadas a la infraestructura turística, que muchas veces sin estas no fuera posible desarrollar. 89


En el último tercio del siglo veinte el mundo experimentó nuevas formas de penetración del capital en países en desarrollo, induciendo a turistas y jubilados, vistos hasta como desplazados, a emigrar a otros países, cuya práctica resulta cada vez más creciente; estas personas literalmente desarrollan sus vidas a través de las fronteras internacionales. Emigran, pero mantienen o establecen relaciones familiares, económicas o de cualquier otra índole en el lugar de origen, y llegan a construir ese tipo de relaciones en el lugar de destino en donde permanecen, asumiendo identidades múltiples que pueden ser considerados como Transmigrantes (Glick Schiller, 1992; Smith, 2001; Guarnizo, 2004). A decir de Zelinsky (2001) referido por Katz, et al. (2010, 523), estamos en medio de una profunda recomposición de las relaciones entre la gente y el espacio, que ha sido rápida y radical en las recientes inmigraciones, con un reordenamiento de percepciones básicas y del comportamiento. Por otra parte, Adepoju (2006) señala que entre los factores que estimulan la emigración están los ajustes en la estructuración que creó una privatización de la industria y los servicios, fenómeno causado con la más reciente estrategia neoliberal del “Consenso de Washinton”, a través de la liberalización de los mercados de capital y mercancías, en la que la participación de los flujos de capital extranjero (inversión extranjera directa), se hicieron presenten en algunas zonas costeras del mundo para el aprovechamiento de los recursos naturales, que han sido un atractivo más para los turistas extranjeros y nacionales. Así, tales desplazamientos de personas ha sido uno de los fenómenos más importantes del pasado siglo veinte. En el caso de México, Helpman (2004) decía que durante más de cien años los desarrollos de la infraestructura más avanzada se dirigieron hacia el norte y hacia los puertos, siempre en aras de beneficiar el comercio internacional. Es el sector de servicios el de mayor atracción, ofreciendo el país la posibilidad de invertir en zonas que constituyen atracción en la rama turística, como una de las más rentables (CEPAL, 2004). Los flujos de personas que se mueven por ocio y negocios entre ámbitos territoriales diferentes, donde los espacios emisores y receptores se articulan por medio de una movilidad e innovación en los sistemas de transporte y redes de comunicación, al final se constituyen en elementos visibles del proceso de globalización y en parte sustancial de la dinámica turística contemporánea (Antón, et al., 1997). Los inversionistas extranjeros que son atraídos para la explotación de recursos naturales, que como las nuevas tendencias económicas mundiales señalan, tal pareciera que estos términos se articulan no en el sentido textual sino en la acción que se realiza, en esta 90


ocasión se retoma la explotación estrechamente con los recursos naturales; los beneficiados de estas inversiones, como es lógico deducir, son los extranjeros que apuestan sus capitales a las zonas turísticas. El concepto de Transmigrante La importancia de México como país de tránsito en la movilidad internacional de personas documentadas e indocumentadas, en condición de turistas, de negocios, así como migración permanente, continental y extra continental, ha crecido en las dos últimas décadas de forma sustancial. De la misma manera, la integración económica en Estados Unidos y la mayor vinculación en un contexto de globalización y de un mayor libre flujo de mercancías y capitales, han incrementado el paso transitorio por México de personas de negocios o turismo, provenientes sobre todo de Estados Unidos, Canadá y Europa. El Instituto Nacional de Migración (INM) del Gobierno Mexicano define a los transmigrantes como aquellos extranjeros que se internan en México o en donde tiene o establece su soberanía en tránsito hacia otro país, y plantea una clasificación: a) en tránsito hacía otro país y eligen pasar un período en México, y b) transmigrantes en conexión, que ingresan por los puntos de internación aéreos, marítimos y terrestres para abandonar México en conexión hacía otro país, en otro o igual medio de transporte. El Acuerdo por el que se expide el Manual de Criterios y Trámites Migratorios del INM, publicado el viernes 29 de enero de 2010 en el Diario Oficial de la Federación, hace el señalamiento del significado de Transmigrante, en Calidad No Inmigrante, característica Transmigrante; aplicable al extranjero que pretenda internarse al país en tránsito hacia otro país. La temporalidad que se podrá autorizar en los supuestos señalados es hasta 30 días improrrogables. Entre 1995 y 2003, los extranjeros que se internaron en México como transmigrantes registraron un crecimiento promedio anual del 8%, con un pico de alza en el 2000. En 2003, el INM registró más de 19 millones de entradas de personas, contándose 97 mil 535 eventos de entrada bajo la condición de transmigrante. Los visitantes marítimos también mantuvieron un crecimiento sostenido desde su registro a partir de 1998, incrementándose anualmente en promedio un 16.5%. En 2003 se reportaron 5 millones 986 mil 650 eventos de entradas a México como visitantes locales marítimos; ambas categorías conforman un poco más de 6 millones de personas, que de forma documentada entraron a México de manera transitoria, con un ritmo de crecimiento anual del 16.2%. Desde finales de los ochentas, conceptos tales como circuito migratorio, redes de migrantes, sistema transnacional sociocultural, 91


comunidad transnacional, transmigración, estuvieron en boga para analizar gran parte de la migración actual en varios polos de la economía mundial. El crecimiento desbordante de la migración y apertura económica en los ochentas con el ingreso al Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT, hoy Organización Mundial de Comercio), se consolida con la entrada en vigor en 1994 del TLCAN, que a la postre se constituye en un poderoso motor de la migración mexicana (Imaz, 2006). Los factores que impulsan la emigración son parte, pues, de amplios procesos de transformación social que han afectado a las sociedades, al ser incluidas en el sistema económico y político mundial generado por la dominación cultural y tecnológica de Europa occidental y Estados Unidos desde el siglo XVI (Castles, 2007). La actividad turística y su importancia migratoria En un contexto de galopante competitividad entre destinos turísticos, la imagen percibida -la que configuramos a partir del mensaje de variados emisores- desempeña un papel fundamental en la elección final de nuestro destino de viaje. Si además tenemos en cuenta que, en la actualidad, el consumo de imágenes percibidas a priori representa, de antemano, un primer viaje simbólico previo a un posterior viaje real, podemos llegar a vislumbrar el papel decisivo que desempeña la interpretación del consumidor (creación de imaginarios individuales y colectivos) en un escenario global de comercialización del territorio (Jiménez y de San Eugenio 2009, 279). Para Lanquar (2007) la actividad del turismo caracterizada como una de las principales actividades económicas del mundo, con ingresos en aumento sin cesar, genera de manera directa e indirecta entre el 10 y 12 % de la riqueza mundial desde finales de la Segunda Guerra Mundial. El fenómeno de relación estrecha entre turismo y migración, sobre todo a finales de la década 1970, lleva en ocasiones a un turista decidir quedarse en el lugar donde elige para vivir por diversos factores: regiones más bondadosas desde el punto de vista del clima, más agradables para vivir, para desarrollar una actividad o simplemente para pasar los años de retiro y jubilación, entre otros. Además, estos flujos migratorios en el contexto global del siglo XXI han variado considerablemente, lo que hace necesario comprender las interrelaciones entre flujos turísticos y flujos migratorios que se refuerzan y estimulan recíprocamente: “los turistas se implican más en los lugares turísticos, al tiempo que los inmigrantes también eligen esos lugares en su lógica de desplazamiento hacia regiones más desarrolladas”. 92


Antes de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) el turismo ya era una actividad que se desarrolla en América, pero es hasta después del conflicto bélico cuando se transforma en un fenómeno masivo, que comienza a despertar el interés de la mayoría de los países del mundo. El desarrollo de la aviación puso al alcance el turismo internacional, inyectando un fuerte capital a la industria de viajes y se introdujeron técnicas de marketing (Acerenza, 2006). Según la Organización Internacional para la Migración y la ONU, en 2005 había alrededor de 191 millones de emigrantes en el mundo, aproximadamente el 3% de la población, que movilizaron 223 mil millones de dólares de remesas hacia sus países de origen. Por su parte, el turismo internacional generó ese mismo año 682 mil millones de dólares de ingresos, correspondientes a 808 millones de llegadas turísticas, según la Organización Mundial del Turismo (OMT). Si se examinan con detalle los ingresos generados por el turismo internacional, los beneficios obtenidos por los países de emigración serían sólo el 20% del total, es decir aproximadamente 135 mil millones de dólares (Lanquar, 2007; Criado, 2008). El estudio del fenómeno de la migración internacional por su compleja y multifacética naturaleza, requiere de una teoría que incorpore una variedad de perspectivas, niveles y supuestos, dicen Massey (1993) y Arango (2003), referidos por Imaz (2006). Por eso el interés en el enfoque turismo y migración, bajo el supuesto de la inversión extrajera directa, como determinante que interviene en la elección de los destinos turísticos. La migración internacional es concebida como un fenómeno social, que ha jugado un papel esencial en el equilibrio del déficit comercial, ya que es considerado una exportación económica de una manera no tradicional, ya que son los visitantes quienes deben pasar a consumir el bien. El papel de los ingresos del turismo es esencial para el desarrollo económico de un país, cuando la mayoría de las importaciones son bienes de capital e insumos que son esenciales para la producción en varios sectores económicos (Durbarry, 2004). Diversos sitios de México destacan como destinos preferenciales del turismo internacional como nuevas tendencias respecto a la movilidad geográfica (Williams y Hall, 2000), en particular los centros añejos de la costa del Pacifico central (Puerto Vallarta y Acapulco), o los de reciente aparición como los centros integralmente planteados. Subyacen a la llegada de millones de extranjeros al país, que ingresan como turistas, en espacial procedentes de Estados Unidos (Sánchez y Propín, 2003). En 2008 las llegadas de turistas internacionales totalizaron 922 millones, 18 millones más que en 2007, lo que representa un crecimiento del 2%. Los ingresos por este concepto aumentaron un 1.7% en términos reales hasta 93


los 944,000 millones de dólares (OMT 2009). A fin de facilitar la llegada de viajeros del mundo e incrementar el flujo de turistas a México, el Gobierno Federal ha iniciado desde el año de 2010 una nueva política migratoria, que tiene dos ejes fundamentales: a) Los turistas, transmigrantes y personas de negocios de todas las nacionalidades a los que México pide visa, y que cuenten con una visa de los Estados Unidos, pueden solicitar su ingreso a México, en cualquier punto de internación, portando pasaporte de su país de origen sin necesidad de presentar visa mexicana. No obstante, las visas mexicanas continúan siendo válidas en el proceso de internación al país. En cualquier caso, los documentos que se presenten a la autoridad migratoria deberán ser vigentes, y b) Los turistas, transmigrantes y personas de negocios de todas las nacionalidades a los que México pide visa, que arriben a México en vuelos procedentes de los Estados Unidos y que no se encuentran en el supuesto del párrafo anterior, podrán solicitar su ingreso al país presentando al agente migratorio su pasaporte vigente, y su pase de abordar como evidencia de que han desembarcado de un vuelo procedente de los Estados Unidos (SECTUR, 2010). México y su posicionamiento En los tres últimos decenios del siglo XX, las zonas tropicales de México han experimentado un fuerte crecimiento demográfico, debido al impulso creciente del sector turístico y el desarrollo de las actividades portuarias (Sánchez y Propín 2001). Los flujos de inmigración extranjera han tomado relevo en las corrientes migratorias, y se trata de flujos no sólo cualitativamente distintos sino también cuantitativamente diferentes (López, 1995). Pero el incremento en la afluencia de turistas de internación, obedece a diversos motivos. México se encuentra bien posicionado como un destino turístico de gran atractivo para los turistas internacionales, como lo muestran los crecimientos en el arribo de turistas provenientes de Canadá, Europa y Latinoamérica. El flujo turístico de integración en México para el año de 2008 estuvo representado con el 74% de ciudadanos de Estados Unidos; de Canadá 5.4%; europeos 11.4%; asiáticos 1.6%; y resto del mundo 7.7% (SECTUR, 2008). México goza de una posición estratégica en la industria de cruceros, deriva de sus atractivos turísticos y de su cercanía al principal país emisor de turistas, que es EU, lo que le ha permitido lograr en el periodo 1989-2008 una tasa de crecimiento media anual en el arribo de turistas de 9.4%. En 2007, a los distintos puertos del país llegaron alrededor de 6.4 millones de turistas de cruceros. De esta cantidad, 2,9 millones de cruceristas tuvieron como destino los puertos del litoral del 94


Pacífico, mientras que otros 3.5 millones visitaron los puertos del Caribe y Golfo de México (Capanegra, 2008). Los principales destinos atienden diferentes itinerarios en las rutas del Golfo de México-Caribe, Mar de Cortés y el Pacífico Mexicano. Cabo San Lucas y Puerto Vallarta muestran, en el periodo 2003-2007, el mayor ritmo de crecimiento de este grupo con 13.4% y 11.6%, respectivamente, de acuerdo a datos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Secretaría de Turismo. El impacto económico, la promoción turística y de intercambio cultural que tiene que ver con la actividad de los cruceros turísticos resultan muy importantes para las finanzas nacionales (Giménez, 2007). Con el objeto de identificar y cuantificar los volúmenes de turistas que se internan a nuestro país, se han utilizado los datos registrados en el Sistema Integral de Operación Migratoria (SIOM) y la estadística del registro migratorio, ambos aplicados por el INM. Y en lo concerniente a sus características y preferencias, a los resultados de la encuesta anual que el Banco de México aplica en los principales aeropuertos con tránsito internacional del país y cruces fronterizos hacia el interior del país. Para el año de 2007, tres cuartas partes de los turistas de internación provienen de EU y Canadá, siguiéndoles en importancia los europeos, que representan un 11% del total. Los principales motivos de viaje de los turistas de internación se concentran en casi un 90% en los viajes de placer y de visita a familiares, con un decrecimiento del 9% en este último segmento durante 2007 en comparación con 2006. En tanto que los turistas de negocios se incrementaron un 9.6% durante el mismo período. Los motivos del viaje son de placer, visitas a familiares, negocios, visitas a amistades (SECTUR, 2007). Para Bercial y Barrado (2005) en el último cuarto del siglo pasado, el turismo de la era del conocimiento y la información, de la facilidad del acceso a los mismos, tiene a su alcance una gama de ofertas turísticas y de ocio; así como una casi ilimitada capacidad para hacerlas efectivas por el aumento del tiempo libre, la continua mejora de los medios de transporte y la introducción de internet en las formas de acceso a la comunicación, distribución y comercialización turística. Estos cambios en la vivencial del turismo obligan a replantearse como una actividad objeto de producción y consumo, con la idea de ofrecer productos innovadores con mayores posibilidades de consumo. Las razones por las que los viajeros escogen uno u otro destino son muchas (Reig y Coenders, 2002), así como el desarrollo turístico indispensable. Carrascal (1987) señalaba que entre los factores que intervienen se encuentran las inversiones de dinero, obras de infraestructura, entre otros. 95


Nayarit se encuentra en el grupo de entidades federativas que albergan en su territorio entre 5 y 9 mil extranjeros, debido a sus atractivos, su historia, calidad de vida, según el XII Censo General de Población y Vivienda 2000 (Márquez, Ocampo y Ramos 2010). Por su parte López (1995) señala que dentro del sistema de migración internacional el relativo crecimiento de la industria turística a partir de los años setentas, ha permitido en los últimos años una consolidación como uno de los destinos preferidos para todo tipo de actividades de ocio que alimenta la emigración extranjera. La globalización ha entrado en una nueva fase bajo el empuje de poderosos factores, una aceleración tecnológica fulgurante, la libre circulación de bienes y de capital, y una firme apuesta por la libre movilidad de las personas, que sin embargo, no encuentra aún consenso en el ámbito de las políticas y las opiniones públicas (Attali, 2006). La movilidad del hombre se vuelve permanente. Sin embargo, como señala Cohen (2005), la globalización no afecta a todo el mundo. Son “las mercancías las que circulan sobre el mercado planetario”, no las personas. Además, si bien el comercio aumentó considerablemente en estos últimos años, lo hizo sobre todo entre países ricos (Lanquar, 2007). Bahía de Banderas: un destino preferencial de inversión y turismo La planeación y la gestión de destinos turístico como lo que se ha dado por denominar la Riviera Nayarit, ha experimentado una importante evolución en los últimos quince años, en donde los organismos de gestión turística se han convertido en el responsable del liderazgo, coordinación, promoción, creación de productos de especialización y diversificación con las nuevas causas del crecimiento en los que presentan mayores perspectivas de viabilidad a largo plazo: gran turismo, tiempos compartidos, segundas residencias, negocios, reuniones de golf, entre otros. Sin dejar de lado el marketing y el desarrollo de dichos destinos, así como de la información turística que se proporciona de ellos tanto nacional como internacionalmente (López y López, 2007).

96


Ilustración 1. Grafico Inversión Extranjera Directa.

Tabla 1. Inversión realizada en la actividad Turística (en miles de pesos)

6001299,51

5270380,00 5001299,51

4333842,00 4001299,51

3879700,00

3001299,51

2649823,50

2001299,51

Año

IED

1999

1,299.51

2000

1,726.21

2001

4´333,842.00

2002

5´270,380.00

2003

3´879,700.00

2004

2´649,823.50

2005

2´202,543.00

2006

2´437,392.00

2007

2437´,392.00

2008

3´399,350.00

2009

3´000,000.00

2202543,00

1001299,51

1299,51

Elaboración propia con datos de INEGI; Anuario Estadístico 2008 de Nayarit; Cuarto Informe de Gobierno de Nayarit, 2010 cifra estimada.

2007

2005

2004

2003

2002

2000

1999

1299,51

2001

1726,21

Elaboración propia con datos de INEGI; Anuario Estadístico 2008 de Nayarit; Cuarto Informe de Gobierno de Nayarit, 2010 cifra estimada.

97


El porcentaje destinado a los proyectos costeros se centra en el municipio de la costa sur conocido como Bahía de Banderas. Según datos del Directorio de Unidades Económicas (DENUE, 2009), un poco más del 43% considerado como hoteles con otros servicios integrados se concentran en él, porcentaje que es el de más alta concentración de los cinco municipios costeros Nayaritas. Hay un lento desarrollo en los municipios vecinos Compostela y San Blas, pero en Santiago Ixcuintla que concentra a la población más amplia de la costa no existe desarrollo alguno; y tal vez en Tecuala, con el desarrollo de los centros turísticos integralmente planeados de Mazatlán, llegue a ubicarse en este desarrollo, como sucedió con Bahía de Banderas y Puerto Vallarta. En respuesta a esto SECTUR (2009) señala que más del 58% de la inversión turística nacional se establece en Nayarit y comprende proyectos como el Hotel St. Regis, Hotel Dreams Villamagna ó la Marina Riviera Nayarit, así como el desarrollo que realiza el Grupo Vidanta en Nuevo Vallarta con el Hotel Grand Luxxe. El segmento de condominios con servicios de hotelería –condo hoteles– que ha promovido la actual administración estatal, ha generado importantes inversiones en la Riviera Nayarit como Tahéima Wellness Resort & Spa y Marival Condo Resort & Residences en Nuevo Vallarta, así como La Tranquila en el Centro Integralmente Planeado por FONATUR Litibú ó Fairmont Rancho Banderas en Costa Banderas. Retomado el hecho del protagonismo del fenómeno turístico en la economía internacional, señala Poza, et al. (2000), que se trata de una actividad temporal sujeta al vaivén del desarrollo nacional e internacional. Los ingresos del turismo internacional desempeñan un papel más importante en el desarrollo económico de lo que parece a primera vista. Considerando en el pensamiento global el contexto del turismo, hay quienes afirman que fue una de las actividades más favorecidas en el contexto de crecimiento económico debido a la liberación de flujos de capital. Según datos de la Secretaria de Turismo en el lapso del 20052008 las inversiones turísticas han ido en aumento con la misma tendencia de la participación de capital extranjero con un promedio anual del 36% y variaciones del 6%; y en los años del 2005 al 2006 mostró una disminución del 4% en la participación del capital foráneo. En el 2008 los países interesados en realizar inversiones son Estados Unidos con 1,038.63 mdd que representaban cerca del 47%; España con 955.47 mdd con aproximadamente 43%. 98


Al año 2009 han sido más de 655 millones de dólares la inversión en proceso de ejecución en el estado, lo que implica el primer lugar nacional en mayor atracción de inversión privada (SECTUR, 2009). La inversión se ha destinado a la infraestructura turística de calidad, orientando a convertir a Nayarit a en uno de los destinos más importantes del país con proyección internacional, bajo el modelo denominado posindustrial (posfordismo) y que, según algunos autores (Orozco, Núñez y Virgen, 2008), busca la diversificación de preferencias, productos turísticos diferenciados, servicio de calidad, entre otros. Se trata de un gran reto a los prestadores de servicios. El número anual de turistas en Bahía de Banderas ha sido cercano a los 650 mil, siendo el sitio más visitado del municipio Nuevo Vallarta, con casi 320 mil turistas registrados en el 2000, de los cuales el 64% fueron nacionales y 35% extranjeros. La creciente demanda de los servicios turísticos por personas que provienen del extranjero a un ritmo de 15% como promedio anual de 1980 a 2000, el área de Bahía de Banderas en su conjunto captó 87.1% del total de turistas registrados en el estado en ese mismo lapso. Para 1986 Nayarit atrajo el 0.4% de turistas extranjeros que llegó a México; en 1996 recibió al 1.52%. Y durante el primer semestre de 1999 Nuevo Vallarta logró el más alto porcentaje de ocupación anual en el país, con el 84.1% y esa tendencia continua (Gobierno del Estado de Nayarit).

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Elaboración propia

Ilustración 2. Ubicación del municipio de Bahía de Banderas Al mes de septiembre de 2006 según datos del Registro Nacional de Inversión Extranjera (RNIE) se localizaban en Nayarit 263 empresas con inversión externa; el 0.8% del total de sociedades con participación extranjera registradas en el país (34,535). La principal inversión se registró en Bahía de Banderas con 128 empresas y una participación del 48.7 % de la IED; Compostela y San Blas con 32 empresas y 12.2% de la IED cada uno. Los principales países inversionistas en las empresas ubicadas en Nayarit son: Estados Unidos con 72.2% con 190 empresas; Canadá 14.1% con 37 empresas; Alemania 2.3% con 6 empresas, y con porcentajes menores Italia, Reino Unido, Austria, España. Estas empresas se ubican en actividades del sector servicios, que registra el 68.5% del total; en comercio se encuentra el 13.7%; y en transportes y comunicaciones el 3.4 % (Secretaría de Economía, 2006).

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Ilustración 4.Tendencia de turistas en Nayarit 2500000

2000000 Total

1500000

Resi dentes en el país

1000000

No resi dentes en el país

500000

0 2004

2005

2007

2008

2009

Elaboración propia fuente: anuario estadístico de INEGI. Nota: Los datos del 2006 eran los mismo que se empleaban para 2005 por lo cual se omitió ese año.

La intensificación en las últimas décadas de la migración internacional es parte del proceso de integración económica de la globalización (Urciaga 2006,6). En el periodo del 2004 al 2009 la visitas de los turistas mantienen la misma tendencia creciente, de los cuales 54% fueron nacionales y 46% extranjeros, con una variación promedio anual de 16% en los últimos cuatro años; en este lapso Nuevo Vallarta fue el centro turístico que captó 46% promedio del total del estado, de los cuales 51% fueron nacionales y el 49% extranjeros. Los visitantes extranjeros son los que mayor importancia tienen para la actividad turística del país. En el año 2006, el 76 por ciento de las divisas que ingresaron al país por concepto de turismo, correspondieron a aquellos turistas que se internaron más allá de la franja fronteriza o que directamente llegaron a cualquier ciudad o destino del interior de México, traduciéndose en un gasto de 9,766 millones de dólares, de parte de unos 13 millones de visitantes, que en promedio gastaron 750.6 dólares por viaje realizado (SECTUR, 2007).

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Ilustración 5.Llegada de turistas a establecimientos de hospedaje por centro turístico según residencia 2009. 800 000 600 000 400 000 200 000 0

No residentes en el país Residentes en el país

Elaboración propia: Fuente INEGI 2008.

El turismo de internación hacia México, como actividad económica global, ha mostrado un comportamiento paralelo al registrado en el mundo, de acuerdo a los datos proporcionados por la Organización Mundial del Turismo. Respecto del origen de los turistas de internación, la información disponible se basó desde un principio en la conjugación de la estadística migratoria y los resultados de la encuesta anual de turistas de BANXICO; sin embargo, en el año 2004, se puso en marcha, en forma piloto, el Sistema Integral de Operación Migratoria, cuyo registro nos permite conocer con mayor grado de exactitud la nacionalidad de los visitantes, toda vez que reflejan el registro de ingreso al país mediante la lectura electrónica del pasaporte de cada turista. Para fines del 2005 su operación se consolidó al ser aplicado en forma permanente en los 11 aeropuertos más importantes del país, dando así una cobertura próxima al 90 por ciento del registro de los turistas que se internan a nuestro país. Este sistema está evolucionando día con día, al integrar nuevos puntos de ingreso, como lo son las garitas terrestres y los puertos de arribo de cruceros marítimos (SECTUR, 2006). Inversión extranjera directa y desarrollo turístico El turismo, pensamos, es una actividad que responde a las nuevas características de la globalización, ya que tanto las inversiones como la operación, la comercialización y la transportación están manejadas en forma global; se sintetiza el proceso económico en la globalización real que es la financiera (Arnaiz, Fernández y César 2001). Algunos autores señalan que México requiere financiar su crecimiento en las próximas décadas con ahorro externo, por lo que tendrá que competir con otras naciones por la atracción de capitales para 102


detonar renglones específicos y la inversión extranjera representa un punto importante para lograr tales objetivos. Una de las principales causas del incremento de los flujos transnacionales hacia países en desarrollo, es la búsqueda de inversionistas institucionales extranjeros con mejores rendimientos. Para garantizar la rentabilidad de la zona (dice Real), el Estado mexicano asumió la responsabilidad de favorecer en todos los aspectos las inversiones turísticas mediante la adopción de al menos cinco instrumentos: 1) creación de infraestructura urbana; 2) legalización en la expropiación de tierras, ejidales en su mayoría; 3) capacitación de fuerza de trabajo; 4) construcción de inmuebles hoteleros y 5) apoyo al financiamiento de empresarios turísticos. La liberación de flujos de bienes y servicios y la libre movilidad del capital están a la orden en la era de la globalización; y los mercados financieros globales tienden a ser diferentes al mercado convencional. Bibliografía Acerenza, M., A. 2006. Conceptualización, origen y evolución del turismo. México. Trillas. Alemán, P. y Mañas, M. (2000), “Percepción social del turismo”, En: Encuentro Medioambiental Almeriense: En busca de soluciones. Almería. España. Bercial R, Barrado D. (2005). Nuevas tendencias en el desarrollo de destinos turísticos: marcos conceptuales y operativos para su planificación y gestión. Cuadernos de Turismo, 27-43. Carrascal, E. (1987). Actividad turística y asimilación territorial en la costa nayarita, Boletín, Instituto de Geografía, UNAM. México, vol. 17. pp. 125-136 CEPAL (2004). La inversión extranjera en América Latina y el Caribe, 2003. Chile, CEPAL, Naciones Unidas. Criado, M. J. (2008). Derechos ciudadanos y migración. En Migraciones Internacionales, Vol. 4, Núm (págs. 173-208). Universidad Complutense de Madrid. Furió, E. (1996), Economía, turismo y medio ambiente. Ed. Tirant Lo Blanch. Valencia, España. Gilbert, C. (2008). V. La gestión de turismo local y región en la globalización, en Desarrollo turístico sustentable social. Ed. PorrúaU de G. Giménez, Gilberto. (2007). Estudios sobre la cultura y las identidades sociales, Ed. CONACULTA-ITESO, México. 103


Imaz, C. (2006) La nación mexicana transfronteras. Impactos sociopolíticos en México de la Emigración a Estados Unidos. FCPyS-UNAM. Lanquar, R., 2007. Turismo, migración y codesarrollo. Revista internacional de sociología (RIS). http://revintsociologia.revistas.csic.es/index.php/revintsoc... Longino, Ch. (2001), «Going home or leaving home?», The Gerontologist, vol. 41. Martínez, L. J. (2000) Migración transnacional y presencia sociopolítica transmigrante (2° lugar del V Premio Estudios Agrarios, 2000). SCT-SECTUR, 2008. Agenda para la competitividad de los puertos de cruceros en México, 2008. Gobierno Federal, SCT y SECTUR. Vera, J., Palomeque, F., Marchena, M. y Antón, S. (1997), Análisis territorial del turismo. Ed. Ariel. Barcelona, España.

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COOPERACIÓN DE MICROEMPRESAS FARMACÉUTICAS EN TEPIC

Diana GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, Eduardo MEZA RAMOS y María Irma  JARQUÍN AVILA

1. Introducción 

Maestra en Ciencias por la Unidad Académica de Economía de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN).  Profesor-Investigador de tiempo completo de la Unidad Académica de Economía de la UAN.  Profesora-Investigadora de tiempo completo de la Unidad Académica de Economía de la UAN. 105


El paradigma socio-económico-cultural de la cooperación Estudiar la cooperación es aproximarse a una alternativa de procuración de bienestar registrada como una de las formas de interrelación más antiguas que a la humanidad le ha permitido desde sus orígenes, sobrevivir y desarrollarse. La cooperación empresarial se plantea desde distintas perspectivas. No obstante que no existe una definición generalmente aceptada, las aportaciones conceptuales de los especialistas de la empresa, registran cooperación entre empresas, competencia, alianzas, asociatividad, redes y coexistencias consensuadas, sinónimos para referirse a esta forma de interrelación empresarial. En este trabajo, el abordaje de la cooperación empresarial se realiza dentro del marco de la economía institucional, corriente de pensamiento que plantea que las instituciones moldean o afectan al individuo y las operaciones de intercambio económico, pues el individuo es social, no actúa solo, sino que se especializa y negocia, intercambia bienes, experiencias y conocimientos, se asocia y pertenece a grupos sociales específicos (Hodgson, 1998). Estos factores limitan su individualismo y egoísmo, induciéndolo a sistemas cooperativos, donde espontáneamente o no, interactúa con otros individuos. Ello implica un proceso de optimización de su conducta sujeta no sólo a la estructura de precios, sino también al estado de las instituciones existentes. El concepto de institución se concibe como el conjunto de reglas formales e informales a través de las cuales se rige el proceso de interacción humano. Las limitaciones formales incluyen reglas políticas, judiciales, económicas y contratos, mientras que las reglas informales o espontáneas surgen de los propios individuos sobre la base de su propio interés (North, 1993). De manera que el ambiente institucional, las condiciones de información incompleta, la inseguridad en la definición de derechos de propiedad, cumplimiento de contratos y otros riesgos, generan costos de transacción

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que alcanzan magnitudes muy importantes y obligan a las empresas a asumir comportamientos y modos de organización.1 Fundamentada en este marco de análisis, la cooperación empresarial constituye una forma de organización que se sitúa entre dos extremos: el gobierno de las transacciones efectuadas por medio del mercado y las realizadas internamente por medio de una vía jerárquica. Esta cooperación empresarial da lugar a una relación entre dos o más organizaciones independientes con el objeto de lograr resultados en términos de costos, ingresos y participación de mercado, en esencia mejores a los resultados que podrían obtenerse en una relación distante. El uso de la cooperación en aras de mejorar la posición competitiva se muestra como un hecho estructural que ocupa un lugar importante en las estrategias de las empresas (Osborn y Hagedoorn, 1997), aunque la evidencia empírica afirma que no está tan extendida como se cree. Para Tether (2002), aún cuando las pequeñas empresas tienen mayor necesidad de acuerdos cooperativos, dados sus menores recursos, las empresas grandes cooperan más que las de menor tamaño. Empero, exitosas experiencias de los sistemas de producción basados en empresas de menor tamaño, tanto en su relación con grandes empresas como en sus relaciones recíprocas a nivel local, muestran lo que se puede lograr en términos de crecimiento económico y redistribución del ingreso. El caso particular, se concentró en las farmacias independientes del sector microempresarial de Tepic, que son el último eslabón de la

1

El estudio moderno de las formas contractuales de las empresas para efectuar transacciones se asocia a dos figuras centrales: Oliver Williamson en el campo de la teoría económica y Douglass North en la historia económica. Williamson abordó la teoría de la empresa de Ronald Coase en el marco de los costos de transacción dando lugar al surgimiento de una teoría de los costos de transacción, que se ocupa, apoyada por otras disciplinas como la economía, del derecho y la organización económica, del estudio de la transacción como unidad analítica. Para Arrow (1999), los costos de transacción son los costos de funcionamiento del sistema económico. North define los costos de transacción como los costos para medir aquello que se está transando y supervisar el cumplimiento de acuerdos. De acuerdo a Williamson (1989), son aquellos costos que se originan de la complejidad de las transacciones, de la incertidumbre, de la información asimétrica y del oportunismo, mientras que Furubotn y Richter (1997) afirman que los costos incluyen los de los recursos utilizados en la creación, mantenimiento, uso, modificación de instituciones y organizaciones. 107


cadena en la industria farmacéutica (KPMG, 2004)2, que comprende a todos los participantes en el proceso de fabricación y comercialización de medicamentos, cosméticos y productos afines vinculados con la higiene y la belleza. El mercado minorista nacional está fragmentado en más de 23,000 farmacias independientes. En Tepic son la cuarta actividad más importante de la actividad empresarial en el rubro de las microempresas, según registros del Sistema Empresarial Mexicano (SIEM). Estas unidades económicas se han visto amenazadas al tener que compartir sus mercados tradicionales con grandes grupos empresariales que cuentan con más recursos y experiencia competitiva. Considerando que una de las particularidades del conjunto de acciones orientadas a la reorganización productiva local, es que presenta un carácter mucho más defensivo que ofensivo, de respuestas de corto plazo, donde el imperativo es la supervivencia ante coyunturas específicas y no las acciones resultantes de un enfoque de planeación a largo plazo, conviene interrogar: ¿Es la cooperación empresarial como relación organizativa híbrida, minimizadora de los costos de transacción, una figura utilizada y viable dentro del sector microempresarial farmacéutico de Tepic?; ¿qué formas puede adoptar la cooperación empresarial atendiendo al entorno específico en que se desenvuelve el sector?; ¿cuál es el grado de formalidad logrado en la práctica cooperativa?; ¿existe diferencia significativa entre las características de las empresas que incursionan en la cooperación empresarial?; ¿se registran inhibidores?. La hipótesis que guía esta investigación consiste 2

El mercado farmacéutico mexicano es el más grande de Latinoamérica y crece a una tasa de 10% anual desde 1996, alcanzando un valor superior a 8 billones de dólares en 2002 (del inglés billion, donde el término billón significa "mil millones"). Cuando un mexicano enferma, el gasto promedio en medicamentos corresponde al 38% del gasto de bolsillo, entendido como el dinero invertido en tres rubros básicos: atención ambulatoria -transporte y consulta-, atención hospitalaria y medicamentos; erogaciones independientes a las instituciones de seguridad social y la salud pública. La Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF) señala que el 95% del mercado es atendido por la producción nacional, representada por 200 empresas tanto de origen mexicano como subsidiarias de multinacionales; Pfizer, Roche, Glaxo Smith Kline, Aventis, Novartis, Schering Plough, Jhonson and Jhonson, Bristol-Myers Squibb y Merck Sharp and Dohme abarcan en conjunto alrededor del 50% de las ventas, aunque ninguna de manera individual rebasa el 10%. La distribución se realiza a través de 100 empresas, entre los que destacan, Casa Marzam, Casa Saba, Corporativo Fragua, Farmacias Benavides, Nacional de Drogas y Proveedora de Medicamentos. 108


en afirmar que existe un patrón de cooperación deliberado de comportamiento, basado en normas sociales que estimulan el cumplimiento de los acuerdos y minimizan los costos de transacción y los riesgos de oportunismo. La respuesta al problema, implica ahondar en el conocimiento de la realidad local en esta área. Para ello se plantea un objetivo primordial que consiste en analizar la dinámica cooperativa.

2. Metodología Partiendo de que el cumplimiento del objetivo de investigación requiere la descripción puntual del objeto de estudio y la detección de patrones y relaciones entre las características descritas y eventos específicos, se utilizó la encuesta, que de acuerdo a Buendía (1998), es un método capaz de proveer el acercamiento a problemas tanto en términos descriptivos como de relación de variables, tras la recolección de información sistemática, según un diseño previamente establecido que asegure el rigor de la información obtenida. Ante la falta de información estadística oficial relativa a la práctica cooperativa, se elaboró una base de datos propia para el análisis empírico. La población residió en las farmacias independientes que en el 2006 contaban con 10 o menos empleados. Respecto a la información utilizada, se acudió a la base de datos del SIEM debido a la conveniencia de disponer de un padrón de empresas y sus características básicas y se le dio tratamiento de acuerdo a la siguiente dinámica discriminante: Empresas del municipio de Tepic. Empresas de la ciudad de Tepic. Microempresas. Microempresas del sector comercio. Microempresas del subsector comercio al por menor. Microempresas de la rama de actividad Comercio al por menor de productos farmacéuticos y de perfumería (farmacias, boticas y perfumerías) y Microempresas independientes. A partir de la última categoría, se realizó una prueba de consistencia al padrón. Se detectaron empresas que no registran venta de 109


medicamentos, otras cuya ubicación geográfica resultó incongruente y las que pese a estar empadronadas, no se encontraron en operación. A través de este proceso de depuración, la población de 123 se redujo a 30 unidades. Atendiendo a la naturaleza de la población, se estableció la viabilidad de realizar un estudio exhaustivo de todos los elementos. Con la intención de generar una oferta amplia de información sobre la cooperación empresarial en el sector, se elaboró un cuestionario que retoma, con las adecuaciones al caso particular, un modelo utilizado en el proyecto “Organización industrial de redes de subcontratación para pequeñas empresas en la frontera norte de México” (Mungaray, 1997). Los empresarios fueron consultados entre julio y septiembre de 2006 -algunos datos hacen referencia al año anterior--, mediante interacción directa. Se usó un cuestionario estructurado de 97 preguntas distribuidas en seis secciones: 1) datos del empresario, 2) datos de la empresa, 3) operación de la empresa, 4) políticas y programas gubernamentales, 5) experiencia cooperativa y 6) otros. Las dos primeras secciones buscaron la caracterización de la empresa, la tercera exploró la gestión de negocios y la cuarta el nivel de conocimiento y utilización sobre las políticas y programas del gobierno para micro y pequeñas empresas. La quinta sección indagó elementos de juicio para obtener datos sobre las relaciones establecidas entre las empresas, y la última sección con el fin de captar información adicional sobre tópicos de interés. A fin de asegurar la confiablidad de la información, se identificó a un informante mayor de 18 años en cada unidad empresarial: el empresario propietario, gerente o administrador. Se visitaron 30 unidades económicas en total, de las cuales 4 se utilizaron para la prueba piloto. Se obtuvo información de 26 cuestionarios. El procesamiento de la información obtenida generó una hoja de datos en SPSS3 de 174 variables en las que se sustentó el análisis. 3. Resultados y discusión La cooperación es un concepto de nivel teórico y práctico en la gestión empresarial. Los empresarios aseguraron conocer la cooperación empresarial; consideran que ésta es una herramienta de completa aplicabilidad en el ámbito de las Mipymes y le atribuyen la capacidad de incrementar el éxito de la empresa (véase, cuadro 3.1).4 La intención 3 Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) es un programa estadístico informático utilizado en las ciencias sociales. Es marca registrada de SPSS Inc. 4 Para esta pregunta se definió la cooperación como un acuerdo explícito y a largo plazo entre dos o más empresas para desarrollar en común y gracias a una 110


cooperativa es positiva, aunque con restricciones. El 85% de los empresarios –con o sin experiencia en este rubro- estaría dispuesto a emprender relaciones de cooperación siempre que se dieran condiciones adecuadas para su emprendimiento y permanencia, donde aspectos como coordinación, liderazgo y transparencia resultan primordiales. Reconociendo que las cadenas farmacéuticas tienen claras ventajas competitivas frente a los tradicionales comercios minoristas, los empresarios eligieron el proceso de compras y logística interna como las áreas de mayor viabilidad para establecer relaciones de cooperación (Véase, cuadro 3.2). Opinan que el comercio en pequeño tiene el beneficio de la ubicación y cercanía al cliente y la incursión en la relación de cooperación en el área de compras implica obtener precios más competitivos, conservando, al mismo tiempo, sus ventajas tradicionales. Cuadro 3.1 Cuadro 3.2 La cooperación empresarial Áreas viables para la cooperación Porcentaje Porcentaje Conoce la cooperación empresarial 73 Compras 81 La cooperación Logística interna 74 aplicable a las 96 Tecnología 27 Mipymes Mercadotecnia 54 Mayor éxito debido a Ventas 31 la cooperación 92 Logística externa 15 Disposición hacia la cooperación 85 Fuente: elaboración propia con datos de la encuesta aplicada.

Aunque en la literatura se menciona que no existen restricciones en el tamaño de los participantes de la cooperación, en el caso de los empresarios del sector, el 77% (cifra que forman los que proceden de las micro, pequeñas, medianas, Mipymes y Pymes) prefiere relacionarse con Mipymes. La decisión se basa en la idea de la existencia de intereses comunes, compartidos por empresas con estatus similar, y por tanto, en la mayor homogeneidad de los beneficios. Existe otra parte, aunque en menor escala, que comparte la visión de relacionarse con empresas de mayor tamaño, puesto que en ello advierten la complementariedad de recursos y la oportunidad de aprendizaje. Véase cuadro 3.3. contribución equitativa de cada uno, una actividad concreta, que, mediante la creación de sinergias, permita a cada parte lograr algún(os) objetivo(s) inalcanzable(s) con un sólo esfuerzo (Menguzzato, 1995). 111


En cuanto a la procedencia de los socios, el 73% prefiere que esta práctica se realice con empresas de igual giro, mientras que el 27% restante, propone atender al objetivo de la cooperación y a partir de ello, elegir el giro de las empresas participantes (véase cuadro 3.4). En el nivel práctico, se manifiesta una tendencia hacia la asociación en dos vertientes: aquella que se da por pertenecer a un sector particular de la actividad comercial y con fines de representación, simbolizada en la adhesión a una cámara empresarial, y la otra que se realiza entre dos o más empresas con planes de beneficio mutuo y por cuenta y riesgo de sus dirigentes a nivel individual. Cuadro 3.3 Tamaño de los socios de la cooperación Porcentaje Micro

18

Pequeñas

18

Medianas

27

Grandes

14

Mipymes

9

Pymes

5

Medianas y grandes

5

Sin restricción

5

Cuadro 3.4 Sector de procedencia de los socios Porcentaje Mismo sector

73

Otro sector Todos los sectores

9 18

Fuente: elaboración propia con datos de la encuesta aplicada.

El 92% es socio de Canaco-Servytur, de los cuales el 11% está unido también a otra asociación, aunque los niveles de utilidad fueron bajos; los empresarios no reportaron frutos importantes como impacto de esta forma de asociación. Los beneficios de estar asociados en cámara son nulos para el 50% de los empresarios, mientras que un 25% refiere relaciones comerciales e información. Tan solo un 4% menciona como utilidad el hecho de recibir descuentos en pago de trámites. Las unidades empresariales tienen relación directa con otras empresas locales que si bien no disputan su mercado, si forman parte de la cadena de valor que permite a éstas fungir como puntos de venta al detalle con características distintivas en el concepto de servicio. Por una parte los proveedores con los cuales negocian acerca de facilidades de pago, calidad de los productos, precio y descuentos, y por otro lado, las instituciones bancarias, de las cuales adquieren las terminales de cobro, que incrementan el valor de servicio al cliente. 112


Entre las empresas que contienden directamente por el mercado se presenta una tendencia hacia la asociación aunque en menor escala, con la intención de abordar de mejor manera la estrategia empresarial, al reforzar partes de la cadena de valor y la lucha por la cuota de mercado; las microempresas del sector incursionan en relaciones cooperativas con empresas en áreas tradicionales y que no impliquen niveles altos de involucramiento. El 35% ha participado en una relación de cooperación empresarial y actualmente sólo el 15% practica la cooperación empresarial y tiene buenas expectativas acerca de ella. Véase, cuadro 3.5. De los empresarios que tienen experiencia en cooperación, en el 66% de los casos el número de integrantes fue de 20 o menos, el 22% se relacionó con 80 empresas y un 11% con un grupo de 1,000 empresas. En el segundo y tercer caso, tuvieron influencia regional y nacional. Las principales áreas de cooperación fueron el abastecimiento, asistencia administrativa, financiera y técnica en menor escala. Véase, cuadro 3.6 Cuadro 3.5 Experiencia en cooperación empresarial Porcentaje % 35

Participó en cooperación Mantiene una relación De cooperación actualmente

15

Fuente: elaboración propia con datos de la encuesta aplicada.

Cuadro 3.6 Experiencia cooperativa por áreas Porcentaje % Abastecimiento

67

Asistencia técnica

11

Asistencia administrativa

22

Asistencia financiera

11

Otra área

22

Fuente: elaboración propia con datos de la encuesta aplicada.

113


El resultado de la experiencia en cooperación entre empresas recibió evaluación positiva. El 78% de los empresarios refiere un rango de moderada a buena y en un porcentaje similar, la experiencia cooperativa resultó en un aumento de los ingresos de la empresa. En el proceso de la cooperación un aspecto importante es la elección de los socios. El 89% considera que fue elegido por sus socios, debido en primer lugar a la reputación y relaciones personales. En el 78% de los casos, eligió a sus socios por las mismas razones, aunque el porcentaje mayor es el de las relaciones personales (véase, cuadro 3.7). Cuadro 3.7 La elección de los socios de la cooperación Razones para elegir Razones para ser elegido (%) (%) Reputación 33 56 Relaciones 44 33 personales Otra 22 11 Fuente: elaboración propia con datos de la encuesta aplicada.

Cuadro 3.8 Ventajas de la cooperación empresarial Porcentaje % Economías de escala

38

Fortaleza logística operativa y comercial Reducción de costos

25 79

Poder de negociación

63

Fuente: elaboración propia con datos de la encuesta aplicada.

114


Cuadro 3.9 Inhibidores de la cooperación empresarial Porcentaje % Falta de socios idóneos

29

Desconfianza Costos elevados

46 8

Difícil coordinación

42

No sabe hacerlo

cómo

21

Prefiere trabajar individualmente

17

Fuente: elaboración propia con datos de la encuesta aplicada.

Independientemente de su participación o no en proyectos cooperativos, el 92% de los empresarios asegura que iniciar una relación de cooperación incrementaría el éxito de su empresa, aunque también señalan algunos factores que favorecen o inhiben esta práctica. Reducción de costos y poder de negociación son las ventajas de la cooperación más mencionadas por los empresarios y en porcentajes menores las economías de escala y fortaleza logística (véase, cuadro 3.8). La desconfianza, difícil coordinación, falta de socios idóneos y costos elevados son los inhibidores de mayor peso (véase, cuadro 3.9). La experiencia en cooperación en el sector de estudio refiere interacciones informales derivadas de la suscripción de acuerdos entre la comunidad empresarial, donde las pautas de comportamiento están restringidas por las normas generadas en una interrelación de años con los integrantes del sector. En concordancia con los resultados, Becattini (1991) y Camagni (1991) encontraron que las principales características de las relaciones entre las empresas de menor tamaño incluyen un número elevado de participantes y un menor grado de formalización en los acuerdos, muchas veces implícitos y sin que tengan que pasar por largos procesos de negociación o por la firma de contratos que limiten las posibilidades de acciones oportunistas por los socios. Shumacher (2006) encontró que el nivel de salvaguardias usadas en una alianza disminuye con niveles de confianza y se incrementa con niveles de comportamiento 115


oportunista y dado que las salvaguardias consumen recursos, la confianza puede ser una fuente de reducción de costos de transacción. Conclusiones Los resultados obtenidos señalan que la cooperación presenta características específicas que parten de un nivel mínimo de formalización. Las relaciones están débilmente desarrolladas, en especial las del sentido vertical; las de tipo horizontal tienen mayor presencia aunque sólo en áreas tradicionales. En ningún caso la cooperación involucró una interrelación mas allá de la asociación para el abastecimiento, ya que solamente se acude a ella por las ventajas derivadas de la suma de esfuerzos y no de la complementariedad. El desarrollo del acuerdo se realizó en el corto plazo. La independencia jurídica se conservó en todos los casos, puesto que la naturaleza de la cooperación no justificó modificaciones en la estructura organizacional. La dificultad de dar seguimiento a los acuerdos de cooperación en el sector de estudio se centró en el hecho de la inexistencia de contratos, situación que dificulta la medición de los costos de transacción. Aunque sí fue posible advertir la desconfianza como la fuente principal que limita la práctica cooperativa, situación derivada de la desarticulación existente entre la comunidad empresarial y de experiencias negativas que no han redundado en beneficios para los integrantes de la cooperación. La experiencia ha mostrado relaciones complejas e inestables. Así, no es posible aceptar la hipótesis que plantea una pauta cooperativa positiva, puesto que la cooperación empresarial se mostró como una figura viable, aunque no utilizada. La experiencia en cooperación es casi nula, a pesar de que existen en operación iniciativas que han soportado el paso del tiempo. Las formas de la cooperación son reducidas y circunscritas a la informalidad, puesto que no han sido generadas con base en proyectos estructurados y sólo han atendido a la coordinación ocasional de actividades relacionadas con el abastecimiento. A la hora de explorar las expectativas de negocio que puede generar una nueva competencia, una empresa no sólo tiene que valorar sus propios recursos, sino también los imperativos de una economía global. La cooperación entre empresas constituye una opción estratégica de gran versatilidad y valor para el sector microempresarial de Tepic, poco explorada, pero que adecuadamente conducida puede despuntar en factor detonante del fortalecimiento del sector. 116


La experiencia originada de la metodología utilizada y la generación de la base de datos propia plantea una reflexión acerca de las limitaciones y posibilidades de las encuestas en el ámbito del sector servicios. Esfuerzos pequeños, pero consistentes, constituyen la base para desarrollar acciones más integradas, por lo que estudios posteriores para explorar la posibilidad de desarrollar relaciones de cooperación empresarial con el fin de acelerar un proceso de especialización productiva. Avanzar en tal dirección y consolidar las experiencias iniciadas, es el camino de la agenda hacia el futuro inmediato.

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Osborn, R. Hagedoorn, J. 1997. “The institutionalizacion and revolutionary dynamics of interorganizational alliances and networks”, en Academy of Management Review, v. 40, 2, p. 261-278 Rialp Criado, J. y Salas Fumás, V. 1999. Los acuerdos de colaboración en España (1990-1992): Evidencias Empíricas y Modelos de Integración”, Economía Industrial, No. 326, pp. 139-157. Rosales, R. 1995. La asociatividad como estrategia de fortalecimiento de las Pymes, en Sela, edición No, 51. Julio - Septiembre 1997. Rueda Peiro, I. Simón Domínguez, N. 1999. Asociación y Cooperación de las Micro, Pequeña y Mediana Empresas. Miguel Angel Porrua. Ruiz Durán, C. 1995. Economía de la Pequeña empresa. Hacía una economía de redes como alternativa empresarial para el desarrollo. Arie-divulgación. ISBN: 968-6640-59-2 México. Schumacher, C. 2006. “Trust – a source of success in strategic alliances”. Schmalenbach Business Review (SBR), v. 58, 3, p. 259 – 278. Williamson, O. 1989. Las instituciones económicas del capitalismo. FCE, México.

118


RUSIA POST-SOVIÉTICA: EL RETORNO A LOS ESCENARIOS DEL MUNDO

Abdiel HERNÁNDEZ MENDOZA 

Estudió Relaciones Internacionales en la UNAM y es Maestro en Geociencias y Administración de Recursos Naturales (ESIA-IPN). Profesor de “Geografía Económica” y de “Política Mundial Contemporánea” en la UNAM. 119


Desde la integración de las tribus eslavas en el Siglo XI en la Rus de Kiev, se comenzó a forjar lo que sería un ente geopolítico de gran envergadura; se sentaron los cimientos para la construcción de uno de los más grandes países que la conducta gregaria del ser humano ha impulsado: Rusia, nación que ha recibido diversos nombres a través de su historia. Resaltaremos aquí ciertos aspectos de la política exterior de un país que en la historia mundial se caracterizó por ser fuerte, pero que tras ser desmantelada la URSS, se volvió, de pronto, un país humillado y supeditado, pese a su historia y su papel protagónico mundial. El quehacer diplomático ruso, tras la desaparición de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS), estuvo encaminado a buscar el reconocimiento internacional de los principales países occidentales como una nación democrática. Sus lineamientos de política exterior cambian para corresponder a su nueva condición en el mundo capitalista. Se observa una nueva estrategia geopolítica, la cual pasa a ser defensiva y subordinada, pues se prepara (mediante las llamadas terapias de choque: es decir, reformas estructurales), su transición al escenario occidental. Este cambio de paradigma del papel que debería jugar fue „liderado‟ por el entonces Presidente Boris Yeltsin y su Ministro del Exterior Andrei Koziriev. Ambos dieron un giro a la geopolítica rusa; pasaron de guiar a Rusia desde la óptica “eurasista” al punto de partida “atlantista”. Este vuelco en las relaciones se confirma con la actitud complaciente a las políticas „recomendadas‟ por Occidente. Y el aparato estatal heredado de la URSS se comienza a desmantelar. Este redireccionamiento económico impuesto, lejos de mejorar la situación, la empeoró, hecho que ayudó a que renacieran los sentimientos nacionalistas, y se comprendiera que la amistad no es más que un bonito discurso político en la sociedad capitalista. Este periodo de complacencias de los políticos rusos es conocido como “luna de miel con Occidente” y abarca hasta la mitad de la década de 1990. Su principal característica es el hueco geopolítico visible tras la desaparición de la URSS como sujeto de Derecho Internacional, así como la continuidad de una serie de políticas como la implementada por Mijail Gorvachov, en su momento, como la del nuevo pensamiento. La ausencia de la geopolítica rusa se deja sentir en el discurso que se atreve a dar George Bush, otro de los perdedores con la desaparición de la URSS, durante la Primera Guerra del Golfo, señalando un Nuevo Orden Internacional. Este sería impulsado y dirigido por Estados Unidos, con el fin de encaminar al mundo a la “Democracia” (O Tuathail, 1999). 120


En esta etapa, se puede observar que la democracia al estilo occidental, junto a las políticas impuestas a cambio de ayuda, para modernizar la industria y acelerar la economía, no tuvieron reflejo positivo en la cotidianidad de la población rusa. Se experimentaba entonces un fenómeno nuevo: la expansión de la clase social pobre, abriendo cada vez más la llamada brecha económica; así, la gran expectativa que la mayoría de los rusos tenían respecto a las bondades del capitalismo, aceleradamente, se desvanecían. Es indispensable recordar lo que sucedía en las nuevas naciones: los países que junto a Rusia obtuvieron su independencia tras desaparecer la URSS. La gran mayoría de ellas mantuvieron una dependencia hacia Rusia, sobre todo por la necesidad de hidrocarburos para mantener sus industrias trabajando y para poder soportar los climas extremos de la región. Esto da por sentado que por cuestiones económicas, Rusia también hereda de la Unión Soviética la influencia política sobre las demás repúblicas, hecho que se refleja en el carácter de interlocutor que desde entonces juega la Federación Rusa frente a Occidente. En este sentido se debe dejar claro que, si bien Rusia hereda una influencia política sobre esas naciones, no tiene el mismo peso que en la época soviética. Se debilita. En palabras de Miguel García Reyes, especialista sobre el tema, “Son estas naciones, sus antiguas aliadas, las que ahora junto a países de Europa del Este se convierten en sus principales competidores, en cuanto a atracción de capitales occidentales se refiere” (García, 1994: 296). Esta primera mitad de la década de 1990, se caracteriza entonces por la consolidación de un modelo geopolítico: el “atlantismo”, que favorece la europeización de Rusia. El modelo fue impulsado por Yeltsin y Koziriev, apoyados por grupos nacionalistas, quienes, después de ver el rumbo hacia el desastre que llevaba un país acostumbrado al protagonismo internacional, decidieron regresar a la vieja posición: el “eurasismo”. El atlantismo buscaba a como diera lugar la aceptación por Occidente del nuevo estado democrático ruso. El Sistema Internacional de finales del siglo XX se caracterizó por la consolidación de EU como única potencia político militar, o al menos así se hizo creer por las grandes narrativas de Francis Fukuyama y de Sammuel Huntington, quienes no se cansaron de pregonar el triunfo de la democracia liberal como ideología. Esto sucede tras la extinción de la URSS, el 25 de diciembre de 1991, cuando Yeltsin anuncia la disolución del Tratado de la Unión con el Acuerdo de Belezhev (Floris, 2002: 7). Firmado por Rusia, Bielorrusia y Ucrania en un primer momento, al que posteriormente se integrarán 8 exrepúblicas socialistas. 121


Así, tras la disolución de la Unión Soviética se cumple uno de los designios que ha servido desde tiempos milenarios a los grandes imperios, divide y vencerás, es decir, se balcaniza la Unión Soviética. Esta situación en primera instancia no fue conveniente para EU, pues con ello se pondrían en evidencia las contradicciones del liberalismo que lideró desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. La extrema pobreza, la desigualdad social, conflictos armados permanentes, etc., se convierten en la cotidianidad del nuevo Sistema-mundo post Guerra Fría. Los primeros cinco años del gobierno de Yeltsin evidenciaron esta situación. Hay obsesión por mantener una postura política tipo occidental, la cual, según el entonces presidente ruso, le permitiría a su país ser parte del llamado club de los civilizados, atraer inversión, créditos. Y curiosamente es la época en que países subdesarrollados como México firmaban tratados de libre comercio y sus presidentes repetían de fondo el mismo discurso. Las reformas de Yeltsin, lejos de conducir a la civilización al país, lo sumieron en una grave crisis económica y financiera, con una deuda pública que en aquellos tiempos parecía imposible de saldar. El grupo político al que pertenecía Yeltsin cumple su primer objetivo: la destitución de Gorbachov del poder y continuar, bajo otro esquema, la transición rusa a la democracia liberal y al libre comercio. Este atlantismo impulsado por la entonces “nomenklatura” rusa mantuvo a Yeltsin en el poder desde 1991 hasta 1999, tratando de insertar a su país en un destino diferente al marcado por su historia; así, en diez años se ven minados los esfuerzos geopolíticos por hacer de éste, desde la formación de la Rus de Kiev (siglo XI), una potencia mundial. Según Ana Teresa Gutiérrez, “en los primeros años del gobierno de Yeltsin, las directrices de su política exterior se regían bajo los objetivos de favorecer el camino para que Rusia fuera aceptada en la sociedad de países civilizados y garantizar el máximo apoyo moral y material de estos países para las transformaciones internas rusas” (Gutiérrez, 1994). Se adopta la agenda internacional de seguridad, siendo la proliferación nuclear el tema central, junto al terrorismo y el fundamentalismo1, cuando el tema no era de suma importancia para la seguridad nacional rusa. Andrei Koziriev no vacilaba: “nosotros nos pronunciamos por una alianza con Estados Unidos” (Thelman, 1997), que permitiría al poder ruso agilizar las transformaciones intestinas ofrecidas a los principales acreedores de la modernización. 1

Se podría pensar que el conflicto de Chechenia orilló a Yeltsin a acatar estos temas, pero el conflicto renace en 94, cuando la política rusa da un giro de 180º. 122


Son varios los hechos que corroboran la luna de miel con Occidente: las visitas de cortesía de Yeltsin a Washington, Ottawa, Londres, París, etc., en las cuales el líder ruso ensalsaba las bondades del sistema capitalista. Estas reuniones de alineamiento con los países civilizados llevaron a Rusia a brindar su apoyo en el marco de la ONU, contra países con los cuales la URSS llevó buenas relaciones, hasta el punto de permitir la expansión de la OTAN y la Guerra del Golfo, en la cual George Bush leería un documento en el que imponía un nuevo orden mundial, liderado por la potencia vencedora de la Guerra Fría. Asegurada la comunicación con Occidente, se da continuidad a las reformas políticas y económicas en Rusia, apoyada por la nueva clase empresarial, como el magnate petrolero Mijail Jodorosky (preso por cierto desde 2003), y sujetos como Gusisnky, Boris Berezovsky, Mijail Friedman, entre otros. Fueron estos actores quienes se beneficiaron de la carencia de estrategias propias para impulsar el desarrollo económico de Rusia. Como señalan García Reyes y Yuri K Burlin: “debido…a la planeación económica, el gobierno ruso tras dejar de lado la planeación de su economía en el Gosplan, el presidente no buscó un sustituto para éste, y tras la implementación de las llamadas terapias de choque para transitar al capitalismo, las cuales por cierto no funcionaron, el presidente se decidió por la desregulación, privatización, racionalización de la producción y de la infraestructura estatal” (García y Burlin, 1997). La aplicación de estas reformas, así como el impulso a la inversión extranjera, significaron, junto a la inserción rusa en Occidente, la mayor parte de los esfuerzos dedicados en el rumbo de su política exterior. En las reformas participaron, sobre todo, los inversionistas de aquellos países que conformaban en esos tiempos el grupo de los siete países más industrializados del mundo, el G-7; éstos no tardaron en acaparar los sectores estratégicos durante la época soviética, sobre todo el energético, pues Rusia aunque con una producción de petróleo a la baja, seguía siendo potencia en hidrocarburos; y es que las exploraciones geológicas para aumentar las reservas nunca se dejaron de hacer. Hay que resaltar que, por lo menos en este sector, el gobierno, bajo presión del ala nacionalista, restringió la entrada de capitales, reservándose los recursos estratégicos para su nación. Este hecho no impidió que se impusiera de momento la latinoamericanización de Rusia, es decir, que se le comenzará a considerar una periferia que suministraría recursos naturales y materias primas a los países de Occidente; se obligó al país a convertirse en monoexportador de hidrocarburos, situación que 123


empeoró tras la nula inversión en este sector por la administración central, que derrochó el dinero ganado por las ventas de sus paraestatales. Para que Rusia pudiera recibir los créditos de los organismos financieros internacionales, el gobierno tuvo que cumplir, como se ha mencionado, con el desmantelamiento del aparato económico estatal; esta serie de reformas2 que el Banco Mundial, el FMI, EU y Europa pedían que realizara el gobierno ruso, estaban encaminadas, supuestamente, para llevar a la nación al desarrollo económico. El camino consistía en incorporar a Rusia a los organismos de cooperación económica como el FMI, el G8 y al Acuerdo General de Tarifas y Aranceles (GATT, por sus siglas en inglés, hoy Organización Mundial de Comercio, OMC); por cierto, a este último organismo aún se le ha impedido la entrada. Para que Rusia pudiera participar en ellas, tuvo que ofrecer también la posibilidad de invertir en un país heredero de recursos naturales estratégicos y un vasto territorio, con mano de obra barata y calificada, rico en cultura, con capacidad innovadora; la apertura al capital extranjero de estos factores mostraron el debilitamiento y la subordinación que el Estado ruso tenía ante un Occidente con empresas trasnacionales deseosas de ampliar sus nichos de mercado. Autores como Pablo Thelman Sánchez justifican la alineación rusa al atlantismo, debido a la crisis económica y social que la Federación heredó de la URSS; también influyó la creciente inflación, la declinación sin precedentes de la producción, el elevado déficit presupuestario, el aumento de la deuda externa, y la disminución en las reservas de oro, principalmente (Thelman, 1997: 54). Estos fueron los condicionantes, según el autor, para que Yeltsin acudiera a los organismos financieros internacionales a pedir ayuda a cambio de implementar las reformas estructurales. Pero Yeltsin nunca tomó en cuenta la capacidad tecnológica rusa y mucho menos una herramienta geopolítica valiosísima: el poder de los hidrocarburos. Acudir a solicitar préstamos en el exterior significó más un acto personal que una necesidad. En lo que se refiere al plano ideológico discursivo, Yeltsin trató de suavizar el significado que la palabra “Occidente” producía en el pueblo ruso; también se negó, en el discurso, al marxismo y al comunismo. Y se dio paso a un sentimiento antiestalinista, que se dedicó Ejemplo de esto fue la llamada “Ley Yablinsky”, que liberalizó las inversiones en petróleo y gas, Reforma que fue condicionante del FMI, quien aportaría, según el resultado de la misma 6 500 millones de dólares, mensualmente. 124 2


a negar el pasado de gloria de la URSS, señalándolo como un imperio expansionista, cambiando de esta manera el objetivo nacional de aspirar a convertirse en un país civilizado. Intentaban mostrar que Rusia dejaba de ser un país antidemocrático, para unirse a las filas de la civilización. Se puede decir que la política exterior de Yeltsin, se componía de pequeñas políticas en todas las esferas, que exaltaban el papel de Europa y EU como países democráticos y desarrollados. Las políticas del “sí”; “la diplomacia de las sonrisas”; “la luna de miel con Occidente”; “la iniciativa democrático estratégica”, responden al deseo atlantista de que Rusia fuera considerada una nación europea más. Trataron de convencer a Occidente para que accediera a dar créditos y transferencia tecnológica, y sobre todo, reconocimiento. Llegaban créditos, pero escasos y Rusia nunca fue aceptada como una nación europea. La política exterior, al igual que la impulsada por Gorbachov durante la Perestroika, se utilizó más para impulsar las reformas internas de apertura económica que para defender un interés nacional, desconocido por la élite rusa; en el período, el canciller Koziriev se convirtió en un gestor de Occidente dentro de la Federación, para que a los países occidentales se les considerara aliados naturales, preceptos básicos de la escuela geopolítica atlantista. La presencia de Rusia en el exterior se evaporó e incluso se mostró supeditada a las decisiones de EU. Fue ambiguo su contacto con los círculos políticos internos. Su modelo de toma de decisiones se convirtió en un proceso irregular, aislado y casuístico, como lo señala Pablo Thelman (Thelman, 1997). Aunque los lineamientos de política exterior eran contrarios al interés nacional, ésta seguía su orientación prooccidental: sobreponer los intereses económicos a los políticos; en este sentido, se pierden de vista irremediablemente los intereses que realmente ayudaron históricamente a la nación eurasiática, a consolidarse en el pasado como superpotencia político-militar que dejó de ser, para convertirse en una nación humillada por el capitalismo. Cabe recordar que en 1991, con la euforia del fin de la distensión, y en un contexto de buenos deseos entre amigos, se firman tratados para reducir el armamento estratégico nuclear entre Rusia y EU, el Tratado START I, que tenía como objetivo principal reducir a 6,000 el número de cabezas nucleares estratégicas que poseía cada una de las potencias. El Tratado jamás prosperó por la desconfianza que aún se conservaba; después se firmarían tratados similares y la continuación de aquél, los cuales han tenido el mismo destino: no han funcionado. Es importante decir que el fin de la URSS significó el fin de sus alianzas militares, lo cual le permitió a la OTAN tener un mayor margen de 125


maniobra, después de cambiar para Europa su agenda de seguridad. Rusia permitió de esta manera que la OTAN creara un cerco en sus fronteras y se posicionara en regiones de vital importancia para esta nación. La debilidad rusa mucho tuvo que ver con la orientación de la política de Yeltsin, así como del grupo de tecnócratas del cual estaba rodeado, encabezados por Yegor Gaidar3, al cual impuso como jefe de gobierno tras disolver el poder legislativo, violando la Constitución, según la cual lo invalidaba como presidente (Sanz, 2003). Para imponerse Yeltsin contó, en ese momento, con el apoyo del ejército, que si bien no comulgó en ese entonces con las ideas de los parlamentarios rusos, obligó a Yeltsin a reorientar su política al nacionalismo. La consecuencia más grave de las reformas y el acercamiento a Occidente se dejan ver en la crisis financiera de 1998 (Derghoukassian, 2003). Tras la serie de movimientos de independencia a partir de la Perestroika en Europa del Este, las llamadas revoluciones de color, junto a la caída del muro de Berlín, el desmembramiento del mundo socialista y la desaparición de la URSS, Rusia perdió su influencia en el mundo. Las reformas y la adopción del libre mercado en su forma salvaje, minaron los intereses geopolíticos rusos, los que habían hecho de Rusia en estricto sentido el Estado más grande del mundo. Ahora, la consolidación de un Estado eurasiático con salidas a los mares tibios mediante la expansión territorial hacia el sur del país ya no era importante; lo que realmente valía para la dirigencia rusa era la vinculación con Occidente. Esta vinculación que alteró el orden internacional político militar de la segunda posguerra, hacía suponer que la Guerra Fría terminaba, pues se daba por derrotada a la Rusia imperial, convirtiéndose en deber de EU y sus aliados impedir el renacimiento de Rusia como potencia; para esto se utilizó a Yeltsin al interior de Rusia, y sus colaboradores lejos de buscar una solución para superar la crisis, recurrieron a más crisis, por lo menos a principios de la década de 1990, donde la Gaidar intentó mediante las llamadas “terapias de choque”, transitar del socialismo al capitalismo en 500 días. Pero las inversiones que prometió Occidente nunca llegaron, lo cual debilitó su influencia en la Federación. Aún así estas terapias (liberalización de precios y el comercio), impactaron más la política exterior que la misma transición a la democracia. En estas terapias Occidente gastó el 90% de la ayuda dirigida a la Federación Rusa. Al respecto ver: MEDVEDEV, Roy. La Rusia Post-soviética. Paidós, España 2004. 3

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cooperación con los países que formaron el mundo socialista casi dejó de existir, cambiándola por la colaboración y subordinación a Occidente. En el mundo se dejó de sentir el apoyo ruso, más emblemático que material, a los movimientos políticos que impulsaban el socialismo y los partidos llamados socialistas perdieron fuerza; a Rusia ya no le interesaba contrarrestar la influencia estadounidense en el mundo; se dejó de apoyar a los gobiernos latinoamericanos y africanos; estos últimos en la época soviética representaron un área de interés geopolítico. Por otro lado, para que Washington, mediante el FMI, pudiera otorgarle créditos, el Kremlin debía dejar de suministrar armamento a Irán y de transferir tecnología militar-industrial a la India. En medio de la insistencia de Yeltsin por conseguir el apoyo de las naciones occidentales, se incitó al gobierno ruso a perder de vista a sus antiguos aliados, ahora competidores por la inversión extranjera; esta situación permitió a los gobiernos europeos y estadounidenses insertarse en posiciones estratégicas de países fronterizos de la Federación Rusa, sobre todo en los estados ricos en hidrocarburos y de tránsito, como los situados en la región del Asia Central. Como consecuencia en éstos surgen movimientos separatistas, crisis interétnicas y un sentimiento antirruso; casualmente existe gran cantidad de reservas de hidrocarburos, como los problemas que surgieron en Transcaucasia en Armenia y Azerbaiyán (Alto Karabaj), donde el petróleo de Bakú hasta la fecha ha venido jugando un importante papel. La Comunidad de Estados Independientes (CEI, último intento geopolítico para resarcir a la URSS), se fragmentó y se limitó a declaraciones políticas. El deseo de EU era no dejar a Rusia tomar un papel protagónico ya que significaría el regreso de las pretensiones rusas por influir en los países de la CEI. Por eso Occidente privilegió las relaciones con Ucrania, que sirvió de contrapeso dentro del organismo. Por su lado, los países de Occidente vieron con buenos ojos la posibilidad de que Turquía influyera en las repúblicas turcófonas que pertenecieron a la URSS, sobre todo por su posición cercana al Mar Caspio (Osorio, 1995), donde se iniciaría el proyecto para la construcción del famoso oleoducto Bakú-Tbilise-Ceyhan (Humpierre, 2006). Por otro lado, la influencia que las alianzas militares soviéticas tenían en las acciones de Occidente se dejó de sentir; así la OTAN contó con carta abierta para, por medio de Turquía, reprimir a la población kurda. Asímismo, se amplía la Organización Atlántica con el fin de seguir creando un cerco militar en torno a Rusia, contando con el beneplácito de 127


gobiernos que alguna vez pertenecieron al mundo socialista, sin que Rusia pudiese hacer nada para impedirlo (Gutiérrez, 2001). La agresión de la OTAN a Yugoslavia, donde el gobierno de Slodovan Milosevic representaba el último aliado, permitió a Occidente formar un cerco a Rusia, el cual se fue incrementando hasta la invasión a Afganistán en 2001y a Iraq en 2003. La presencia militar estadounidense se extendió y consolidó en Asia Central. Georgia, Tayikistán, Uzbekistán y Azerbaiyán fueron los objetivos. Uno de los temas que también afectó la posición rusa y su pérdida de influencia fue el factor islámico; su proyección en el espacio ex soviético se dejó sentir tras la formación de la Organización para la Cooperación Económica firmada por Irán, Turquía y Pakistán, a la cual se unirían más tarde cinco repúblicas centroasiáticas de la ex URSS, con el objetivo de fortalecer los vínculos económicos multilaterales entre los países que compartían la religión y cultura islámicas (Thelman, 1997), dejando de lado los intereses rusos en la región. La pérdida de capacidad de negociación rusa llegó al extremo cuando países de Occidente pedían a Rusia la devolución de dos territorios soviéticos ganados durante la Guerra Fría, es decir, del enclave de Kaliningrado a Alemania y las Islas Kuriles a Japón. Esta acción, según Duguin, significaría para Occidente una señal de la orientación de la política exterior de la “Nueva Rusia.” (Дугин, 2000) Pero Rusia logró conservar los territorios, los cuales representan una posición estratégica para ésta, por su posición geográfica. La primera frente a Europa y la segunda frente a las potencias capitalistas de la región Asia-Pacífico. En el caso de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, donde era importante la influencia de Rusia (EEUU, la URSS y la OPEP eran quienes lideraban el mercado internacional de los hidrocarburos), se mantenía una política de entendimiento en cuanto al precio del crudo. Sin embargo, tras sus reformas internas, Rusia se convirtió en monoexportador de materias primas, dependiendo así de la entrada de divisas por concepto de las ventas de petróleo; de esta manera el Estado ruso ahora era competidor de la OPEP, sobre todo en Europa. Es así como durante el primer periodo del mandato de Yeltsin, las narrativas elaboradas por autores estadounidenses toman brillo, en especial las planteadas por Huntington y Fukuyama. El primero propuso modificar la agenda de seguridad, pues ahora, sin el comunismo, se daría un enfrentamiento entre las civilizaciones y los países occidentales debían estar pendientes de los países de Medio Oriente principalmente e impedir 128


su expansión militar. Fukuyama, por su parte, señala que la caída de la URSS significa la caída del último bastión del irracionalismo, el cual está ligado al fin de la historia y el comienzo de la existencia especial planetaria que pasará bajo el signo del mercado y la democracia. La crisis rusa poco a poco se agravó; en el caso de su política interna cuando el presidente Yeltsin quiso imponer a Yegor Gaidar como primer ministro, el parlamento se lo impidió. Yeltsin tuvo que acudir entonces al ejército para obligar al parlamento que aceptara la candidatura de su primer ministro; aunque lo logró, los grupos de poder nacionalista obligaron, tras el desencanto de las promesas occidentales, a redireccionar el rumbo de la política exterior de Rusia. Tras el incumplimiento de las promesas de Occidente, sobre todo en lo referente a la inyección de capital, la política atlantista del canciller Koziriev falló; no logró cumplir sus objetivos para impulsar la economía doméstica. Y al contrario, el desencanto trajo como consecuencia, en lo ideológico, el incremento de seguidores eurasistas en todos los sectores sociales rusos. Se inician entonces las primeras modificaciones en el rumbo de la política exterior. Al mirar hacia Occidente, los rusos veían las bondades del capitalismo; sin embargo, esas bondades eran exclusivas de los países desarrollados; jamás se imaginaron que con su inserción al capitalismo, estos países no les permitirían igualar y mucho menos superar su desarrollo (Duch, 199). De modo que, a la postre, el discurso político habría de cambiar. Hubo sucesos que empezaron a desestabilizar la seguridad exterior de Rusia, y modificaron la percepción de las amenazas a sus intereses: la declaración de independencia de la República de Dniester, enclave ruso-ucraniano en Moldova, las restricciones impuestas a la población de origen étnico ruso en los países bálticos, la guerra civil en Tadyikistán y Georgia, los desafíos de Occidente a la influencia rusa en el Mar Caspio (Derghoukassian, 2000), la expansión de la OTAN, las intervenciones militares en Iraq y Yugoslavia, etc. Yeltsin y Koziriev nunca imaginaron que la ayuda de Occidente aparte de ser condicionada, nunca llegaría a ser tal para impulsar el desarrollo interno de su país. El descontento de los círculos políticos llevó a Rusia a desencantarse de Occidente. La situación económica, aunada a la disminución de sus índices macroeconómicos, y del consumo interno, hicieron recordar el nivel de vida que poseía la URSS antes de la Perestroika, con una economía planificada y una geopolítica eurasiática. 129


Con la crisis política que se dejó sentir, en la citada acción de Yeltsin contra el parlamento ruso, las ideas democratizadoras dejaban de tener peso poco a poco. Esto porque a pesar del enfrentamiento entre el ejecutivo y el legislativo, la orientación de las relaciones internacionales que proponía el parlamento terminó por imponerse a pesar de los 140 muertos que ocasionó el golpe. Estos hechos fomentaron el engrosamiento de las filas nacionalistas de izquierda, las cuales, bajo la visión del eurasismo, propugnaban por una Rusia fuerte y diferente. El hecho de que la milicia, un sector influyente en la época soviética y más poderoso de Rusia, fuera uno de los más perjudicados con las reformas impuestas por Yeltsin, favoreció el regreso de la corriente geopolítica eurasista a Rusia, pues parece que con la ayuda prestada a Yeltsin en el enfrentamiento contra los diputados rusos, se condicionó al presidente a cambiar el rumbo de su política tanto interna como externa. Por otro lado, lejos de aceptar Occidente a Rusia como parte de, las acciones y decisiones tomadas en los foros internacionales como el Consejo de Seguridad, CS, de la ONU, en los casos de Yugoslavia y Medio Oriente, eran señal de la política antirusa que EU seguiría con el objetivo de evitar el levantamiento político-militar del país. La política exterior, aunque recobró tintes nacionalistas, no dejó de buscar, como en la época zarista, su inserción en Occidente. Tras las concesiones hechas por Moscú en este tiempo, con el mejor aliado ruso de EU (Yeltsin), se permitió que las fronteras geopolíticas que se formaron luego de la Segunda Guerra se corrieran hasta Ucrania (Zamora, 2006), con lo cual Occidente logró penetrar al corazón continental trazado por McKinder y quizá hasta dominarlo. Así, se puede decir que las decisiones tomadas por Occidente, fueron para el gobierno ruso el camino a seguir en los primeros años de su transición al capitalismo, ya que éstas le asegurarían su entrada al desarrollo y a la civilización. Es evidente que eso no pasó. En una nación educada para ser potencia mundial, la humillación que Occidente le propinó, provocó que las corrientes políticas ideológicas encabezadas por el eurasismo, volvieran a tomar fuerza. Como consecuencia de los sucesos de la aproximación a Occidente, los grupos nacionalistas de Rusia, incluyendo al militar, impusieron a Yeltsin un redireccionamiento de su política exterior, la cual desde finales de 1993 se da a notar en los discursos del canciller Koziriev. El rumbo de la nueva política busca dar respuesta al interés nacional ruso. La política atlantista y eurasista llegaron de cierto modo a 130


converger, aunque se trataba de dos visiones con caminos y metas sustantivamente distintos. Se conservaron planteos prooccidentales, pero tomando en cuenta el interés nacional. Los lineamientos del interés nacional fueron esbozados por la corriente eurasista,4 la cual ya vislumbraba, desde entonces, el regreso de Rusia como potencia mundial. Este cambio se dejará notar cuando la agenda queda a cargo de Evgueni Primakov. Con éste, a principios de 1994, se hace un esfuerzo por recuperar la influencia rusa en la CEI, denominando así, al espacio exsoviético, cercano extranjero, esto por una parte; por la otra, se iniciaba el acercamiento a China, India, Corea del Sur y Japón, con el fin de aproximarse a la región de Asia-Pacífico. Rusia, en cuanto al comercio exterior se refiere, aparte de sus exportaciones de petróleo que seguían siendo constantes, de nueva cuenta vendió armamento, recuperando, en una forma gradual, el mercado de armas que controló la Unión Soviética después de la segunda posguerra. Empero, el significado ideológico que la venta de armas suponía para la URSS, dio un giro, pues ahora el armamento se da entre vendedoracreedor y no entre aliados ideológicos y militares. Inician de esta manera las bases del capitalismo ruso. El ministro Koziriev se vuelve más sensible a los planteamientos propuestos por los militares, quienes dieron a conocer la doctrina llamada “zona de intereses estratégicos de Rusia”, la cual incluía en primer orden a las Repúblicas de la CEI y a los países de Europa del Este (Osorio, 1995: 67). Esta doctrina coincide con la que Koziriev dio a conocer, en la cual se estructura una diferencia entre la política exterior cercana y lejana, la cual suponía el fin de la subordinación a Occidente. En este momento la nueva concepción rusa se visualiza como un poder regional, mundial y una superpotencia nuclear (Derghoukassian, 2000). Ahora, lejos de la política atlantista de inserción y cooperación con Europa y EU, la defensa del interés nacional ruso en su contexto inmediato era la prioridad. En ese tiempo, un renovado Ministro Koziriev señaló: “Los intereses específicos de Rusia son diferentes a los de Occidente y en ocasiones pueden llegar incluso a competir” (Thelman, 1997).

4

Este interés nacional tomo en cuenta los vínculos económicos, culturales, históricos y militares con las repúblicas exsoviéticas y el fuerte arraigo que esta tendencia poseía en la conciencia nacional rusa, exacerbada luego del empeoramiento de la crisis económica y social del país. (Thelman, 1997: 62) 131


El cambio en las directrices del Ministerio de Asuntos del Exterior, MAE, en cuanto al camino de sus relaciones internacionales con los países ex soviéticos se guía por mantener relaciones estables y de buena vecindad, pues cualquier tensión que existiera en estos países puede desestabilizar a Rusia. Siendo así vital para este país la inexistencia de fuerzas armadas de otras naciones ajenas a ella y a su vecindad y también procurar que ningún país perteneciera a bloques contrarios a los intereses rusos, como sucedió con países del Asia Central, que se integraron con Turquía, como el caso de la inclinación de Azerbaiyán hacia este país, con el cual colaboran en materia de hidrocarburos. La defensa y protección de las minorías rusas en los países que pertenecieron a la Unión Soviética es parte de las nuevas prioridades en este cambio; las autoridades rusas advierten entonces al mundo que “no se reaccionará con indiferencia ante cualquier menoscabo de sus derechos (de sus ciudadanos)”, esto a raíz de la rusofobia que se venía viviendo en las exrepúblicas, sobre todo en las bálticas. En 1994 Koziriev afirma que Rusia tiene el destino de “ser una gran potencia y no un subordinado” y que “la asociación por la paz no puede negar una política firme, incluso hasta agresiva, de defensa de sus intereses nacionales”, puesto que “Rusia no puede aceptar un papel global subordinado, lo cual sería injustificado y peligroso” (Thelman, 1997). La influencia política de Rusia en su vecindario se recuperó poco a poco. En la segunda mitad de la década de 1990, triunfaron en elecciones de representación popular candidatos que tenían inclinación hacia Moscú, como Leonid Kushma en Ucrania, quien se mostró a favor de una mayor integración económica con Rusia y el reestablecimiento de los vínculos con Moscú y otros Estados que pertenecieron a la URSS. Cosas similares sucedían en Bielorrusia, Turkmenistán y Uzbekistán. Estos cambios tanto internos como externos obligan, mediante los círculos políticos de poder, a Boris Yeltsin a modificar el MAE, dándole paso a un personaje de tendencia eurasista, quien trabajó de cerca en el problema de Medio Oriente y tenía una agenda que acercaba el interés nacional de Rusia con sus Antiguos aliados y China: Evgueni Primakov. Evgueni Maximovich Primakov, prestigiado político ruso de tendencia eurasista, experto en Medio Oriente, ex agente del Comité de Seguridad Estatal (KGB por sus siglas en ruso), sucede en el cargo a Koziriev a finales de 1995. Primakov no sólo da un giro a las relaciones 132


internacionales, sino que tras proponer su idea de la multilateralidad, la cual permitiría a Rusia defender sus intereses (Derghoukassian, 2000), desafía el Orden Internacional que George H. Bush dictó en 1991. Es entonces cuando el cambio de rumbo ruso se consolida, demostrando su independencia de Occidente. Dando a conocer su posición respecto a los problemas internacionales que incumben los intereses nacionales rusos, sin tratar de alterar las relaciones con Occidente (Yaderny Kontrol Journal, 1999). Yeltsin declaró, tras el nombramiento de Evgueni Primakov, que su designación obedecía a “la necesidad de intensificar la actividad del MAE en la defensa de los intereses nacionales estatales de la Federación Rusa” (Thelman, 1997). Cuando Primakov da su primera conferencia de prensa, dice: la Política Exterior de Rusia “debía corresponder a la condición de gran potencia” y “debía tratar de crear un medio externo que favoreciera al máximo el desarrollo en la economía interna y de los procesos democráticos en la sociedad rusa” (Thelman, 1997). Sin embargo, eran otros medios los que se utilizarían para conseguirlo. “Al luchar por establecer una relación de socios con los antiguos enemigos de la época de la guerra fría -dice Primakov-, partimos de la necesidad de una asociación equitativa, mutuamente ventajosa, que tome en cuenta los intereses recíprocos” (Thelman, 1997). Las tareas que el nuevo encargado del MAE ruso delimitó fueron: 1. Crear mejores condiciones externas que favorecieran el fortalecimiento de la integridad de Rusia. 2. Fortalecer las tendencias centrípetas en los territorios de la ex URSS. 3. Estabilizar la situación internacional a nivel global, luego de haber vencido juntos la guerra fría. 4. Desarrollar relaciones interestatales fructíferas que impidan la creación de nuevos focos de tensión y proliferación de armas de exterminio masivo (Thelman, 1997). Cabe aclarar que en cuanto al punto 2 de las tareas señaladas por Primakov, él no pretendía, en esos momentos, volver a conformar la URSS. Señaló: "ninguna de las organizaciones políticas significativas que condenan la desintegración de la URSS pretenden restaurarla en su forma 133


o carácter anterior". Sin embargo queda claro que su vecindario sería su zona natural de influencia. Primakov, en cuanto a la colaboración con Occidente, dijo: “La idea de que debemos mantener una relación de socios con nuestros antiguos enemigos de la Guerra Fría es algo que ha perdido bastante brillo [...] Lo que pretenden los occidentales es crear relaciones del tipo patrón-cliente y eso no nos agrada, porque sólo aceptaremos relaciones igualitarias.”5 Debido al éxito que tuvo Primakov en el MAE, apoyado por un círculo de poder dentro de los colaboradores de Yeltsin, fue nombrado en 1998 Primer Ministro de Rusia, con la tarea de rescatar al país de la crisis financiera de agosto de 1998, conocida como efecto Vodka6, fruto de la caída de los precios del petróleo y las reformas estructurales de la administración de Yeltsin a principios de 1990. Primakov merece ser considerado como el personaje que regresó a Rusia al realismo de las relaciones internacionales. Cuando toma el cargo de Premier, señala que las reformas de mercado tenían que seguir, pues eran esenciales. Aunque evocó de nueva cuenta la intervención del Estado, la planteó de forma diferente a la que dominó en la URSS. "El Estado –señaló-- debe interferir y regular muchos procesos económicos". Y también: "Esto está muy lejos de ser un retorno a la economía planificada. A nadie se le ocurrió condenar a los Estados Unidos, por ejemplo, cuando Roosevelt introdujo elementos de regulación estatal en la economía después de la Gran Depresión de 1929."7 La política de Primakov fue activa, ya que en el afán de entrevistarse con los antiguos aliados de la ex Unión Soviética, también visitó países importantes para la economía mundial y países en desarrollo como México. Rusia recuperó su papel de interlocutor en el tema de Medio Oriente, sobre todo en lo referente al conflicto árabe-israelí y el caso de Iraq, donde se pretendía invertir en la industria petrolera.

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PRIMAKOV Evgueni en : http://www.elmundo.es/elmundo/1997/diciemnbre/24/internacional/yeltsin.html 6 En esta crisis, el PNP de Rusia cayó 9% de agosto de 1997 a agosto de 1998. La producción industrial bajó casi 12%. Los ingresos reales medios de los rusos cayeron once por ciento. Ver: RYURIKOV Dmitriy B. Russia under the Primakov Government. (Rusia bajo el gobierno de Primakov) En: http://www.nixoncenter.org/publications/Perspectives/ryurikov3_4.htm 7 La duma confirmó a Yevgueni Primakov como premier en: http://cotelcam.germangutierrez.com.ar/1998/98-09/98-09-12/pag21.htm 134


En su discurso de posesión, Primacov habló de la necesidad de unidad y disciplina en la sociedad y atacó la relajación del gobierno y la administración presidencial. Sin embargo, debido a la prolongación de la crisis, a la creciente aceptación que tenía Primakov en los diferentes sectores político-sociales, al poder que acumuló y a la tendencia eurasista en la que se apoyaba, Yeltsin optó por destituirlo, antes de que una nueva guerra interna entre legislativo y ejecutivo ruso se suscitara. Hay que destacar que, para el verano de 1999, tras la destitución de Evgueni Primakov, más la percepción de los rusos sobre la guerra de la OTAN contra Yugoslavia, en la primera mitad del mismo año, visualizándola como un acto contra Rusia, permitieron, estos sucesos, a nivel interno un regreso al poder de la entonces oposición del gobierno de Boris Yeltsin; así, ante la casi publicación de los actos de corrupción, verdad sabida a voces, del entonces presidente y su familia, éste decidió optar porque Vladimir Putin le cubriera las espaldas una vez que le sucediera en la presidencia rusa (Medvedev, 2004). Cuando Vladimir Putin toma el poder que le hereda Boris Yeltsin, el nuevo presidente recibe una nación sumida y de nuevo humillada, tras una grave crisis económica, política y social también heredada de la Perestroika. Tras su nombramiento, mucho se especuló sobre el papel que desempeñaría en el poder antes de que convocara a elecciones presidenciales. Se pensó que seguiría el camino trazado por Yeltsin e incluso que estaba subordinado a éste. La idea de subordinación cobra fuerza, ya que tras delegar el poder a su primer ministro Vladimir Putin, éste lo respaldó en lo legal para que se mantuviese a salvo de comparecer ante los tribunales por los cargos que le pudieran ser imputados. Sin embargo, lejos de este gesto que el nuevo presidente ruso tuvo con su antecesor, Putin empezó a desmembrar el círculo de poder creado por Yeltsin en la década de 1990. La estancia en la presidencia de Putin se confirma tras su victoria en las elecciones de 2000 cuando se impone por 52% de los votos. En su estrategia de campaña señalaba: luchar contra el crimen y el terrorismo; terminar con el abuso de poder, la corrupción y la pobreza; restaurar la dignidad nacional y restaurar el papel de gran potencia de Rusia, a través del establecimiento de un Estado fuerte basado en la ley.8

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Página Oficial del Presidente de Rusia Vladimir Putin http://www.vladimirputin.ru 135


El nuevo presidente da un giro en el rumbo de la política del país, con la conformación de un bloque político, que incluía a los comunistas y movimientos afines: el llamado Bloque-Unidad, y se crea una alianza parlamentaria (Medvedev, 2004: 339). Desde el principio se diferenció de su antecesor por su operatividad, dinamismo, seriedad y actuación frente a problemas internacionales; y esto proporcionó estabilidad incluso con el parlamento. Fue tal la popularidad del presidente ruso, que alcanzó según sondeos una aceptación mayor al 70% (Dacal, 2001). Este viraje dado por Putin comienza cuando cambia el concepto de Seguridad Nacional y da a conocer el documento El concepto de la Política Exterior de Rusia 231, que establece: “Es prioridad máxima del curso de política exterior de Rusia la defensa de los intereses de las personas, la sociedad y el Estado.” 9 En ese documento, el gobierno ruso señala cuales son las metas a seguir en este camino de su política exterior: 

 

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El mantenimiento de la mayor seguridad del país, la preservación y el fortalecimiento de su soberanía e integridad territorial, y de posiciones firmes en la comunidad mundial, que correspondan a los intereses de la Federación Rusa como gran potencia mundial; La influencia sobre los procesos mundiales con el fin de establecer un orden mundial estable, justo y democrático, fundado en las normas reconocidas del derecho internacional, incluyendo ante todo los principios y las metas de la Carta de la ONU, sobre relaciones de socios iguales entre los Estados. La creación de condiciones exteriores propicias para el desarrollo progresivo, el crecimiento económico, la elevación del nivel de vida de la población, la realización de las reformas democráticas, el fortalecimiento del orden constitucional y el respeto a los derechos y libertades del ciudadano; La formación de un cinturón de buena vecindad a lo largo de las fronteras, la contribución a la prevención y eliminación de focos de tensión en las regiones adyacentes a la Federación Rusa; La búsqueda de concordancia de intereses con el extranjero y las uniones interestatales en la solución de los problemas definidos por las prioridades de Rusia, la construcción de un sistema de relaciones de socios y de uniones, que permitan mejorar las condiciones y los parámetros de la interacción internacional;

El concepto de la Política http://www.argentina.mid.ru/9_1.html

Exterior

de

Rusia.

En: 136


La defensa por todos los medios de los derechos e intereses de los ciudadanos rusos y de los compatriotas en el extranjero;  La contribución a la percepción positiva de la Federación Rusa en el mundo, la popularización del idioma ruso y la cultura de los pueblos de Rusia en países extranjeros. Las acciones que tomó a lo largo de sus ocho años de gobierno reflejaron la firme intensión de lograr cumplir cada una de sus metas. Las cuales corroboraron, en su momento, que el interés por restablecer el papel de Rusia en el mundo como potencia mundial sería una tarea diaria, que incluía la participación rusa en los principales foros internacionales y especialmente en los regionales. La recuperación de la influencia y la solución de los conflictos regionales, son tareas que el presidente ruso ha enfrentado. En 2001 visita Bakú con la intensión de solucionar los problemas que Armenia y Azerbaiyán tienen por el control de los yacimientos de hidrocarburos en Karabaj. Asímismo, inició las negociaciones para que los estados Ribereños del Mar Caspio10 alcancen un acuerdo jurídico de la cuenca petrolífera. Otros acuerdos los logró con Georgia y Armenia, los cuales servirían de estados de tránsito de los hidrocarburos. En el documento, resaltan dos temas que siguen siendo vigentes: la relación con Irán y el papel de Rusia como interlocutor en el caso de Corea del Norte. Cabe recordar que estos dos países son importantes para la Seguridad Nacional rusa, ya que dentro de las tareas en su vecindario está la de estabilizar su “cercano extranjero”. En este contexto, la reciente expansión de la OTAN, los reclamos japoneses por las islas Kuriles y el escudo antimisiles impuesto por Estados Unidos en el Pacífico y en Europa, crean un cerco militar contra Rusia.11 Por eso no es de extrañar que las alianzas militares con repúblicas exsoviéticas y la formación de la Organización de Cooperación Shangai, sean alianzas que pretenden estabilizar el Orden Internacional, que sin duda alguna es de Guerra Fría. Así, no es de extrañar la declaración de Putin, en Munich, Alemania, en 2007, cuando cuestiona la intensión norteamericana de dominio militar mundial, luego de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 10

Rusia, Azebaiyán, Turkmenistán, Kazajastán e Irán. 237Путин и геополитика Новои Холоднои воины (часть II) (Putin y la Geopolítica de la nueva Guerra Fría. Segunda parte) en: http://www.warandpeace.ru/ru/exclusive/view/8729/ 137 11


en Washington y Nueva York. Sin duda, fueron la excusa para que EU abandonara tratados de desarme y no proliferación de armamento, en los que se había comprometido con Rusia. Las invasiones estadounidenses contra Afganistán e Irán, en principio, favorecieron a la economía rusa, pues la subida de los precios de hidrocarburos y la buena administración de éstos habían ayudado a Rusia a tener un crecimiento económico constante, que le permitió, entre otras cosas, saldar su deuda externa y posicionar a la empresa estatal Gazprom como la empresa de gas más poderosa del mundo. Es en estos momentos, cuando sólo existe una potencia políticomilitar, los especialistas señalan a Rusia como el único país sobre la tierra con la capacidad de fabricar un potencial nuclear militar que supere al estadounidense, con el know how,12 para lograr un equilibrio internacional que sea regido por la multilateralidad. La mayoría de los Estados que pertenecieron a la URSS se vuelven dependientes de la economía y las exportaciones e importaciones rusas. Sin embargo, es también en estos Estados donde surge un sentimiento nacionalista antiruso, que tras recibir influencia extranjera provoca movimientos separatistas, principalmente en las regiones con abundantes recursos naturales. La necesidad de Rusia de influir en la CEI, fue siempre una prioridad. “Está claro que de los organismos regionales es prioritaria para Rusia la Comunidad de Estados Independientes. Se han intensificado notablemente las relaciones de buena vecindad y de socios con los países de la CEI y los procesos de integración mutuamente ventajosos.”13 Este tipo de conflictos en la vecindad rusa provocó un clima de inestabilidad en la periferia de la Federación, lo cual hizo posible la injerencia de Occidente. El objetivo era dominar con sus empresas los yacimientos de recursos naturales de la región; esta situación le permitió a EU posicionarse en varias de estas repúblicas militarmente. Sin embargo, ahora que Rusia vive bajo la economía de mercado, rige la relación económica con los países de la CEI por separado. Por eso que cuando se firman tratados de tránsito y venta de hidrocarburos los precios de estos se fijan según las relaciones que cada país tenga con Rusia. Y debido a la dependencia creada, las recomendaciones políticas, 12

Ídem. La Política Exterior de Rusia hoy. En: http://www.argentina.mid.ru/9.html

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como el no acercamiento a Europa y la OTAN, son asumidas por algunos de estos países afines a Moscú. Por ello Rusia ha recurrido a una premisa geopolítica: “Los Estados no tienen amigos constantes, tienen intereses constantes.”14 Y aquí la historia geopolítica muestra que el interés constante de Rusia siempre ha sido expandir su territorio al sur, donde se encuentran salidas al mar y territorios ricos en recursos naturales. Es por esto que no le conviene que otros países actúen en su zona natural de influencia. Debido a esto Putin señaló en abril de 2005 que la caída de la URSS fue la catástrofe geopolítica más grande del siglo. Para el pueblo ruso, representó un verdadero drama. Pues la formación de la Unión Soviética llegó a significar en gran medida la consolidación del proyecto geopolítico eurasiático. El ascenso de Rusia en la jerarquía política internacional no se debe a los altos precios del petróleo, pues existen países como México que se han visto beneficiados por éstos, pero que no muestran cambios en su posición geopolítica. En el caso ruso se debe a que la parte que se encarga de la administración de sus hidrocarburos, sabe cuál es su peso geopolítico, sobre todo del gas natural: Rusia tiene las mayores reservas probadas del mundo. Más aún cuando somos testigos de la cuarta revolución energética que consiste en el tránsito del uso intensivo del petróleo al gas natural y las fuentes alternas de energía (García, 2006). En este sentido, se espera que el orden energético internacional de paso a un reacomodo geopolítico, que será liderado por los países que posean las fuentes de energía en la que se basa esta revolución. Sin duda, los países que lo tienen dictaminarán la también transición de la pax americana a una nueva pax multipolar (García, 2002). Hemos de precisar que Rusia, después de la crisis de 1970, cuando se suspenden las importaciones de hidrocarburos a Europa con motivo de la guerra árabe-israelí, es la principal suministradora de hidrocarburos de Europa y su dependencia de ellos está en ascenso, debido a la tendencia en el consumo de energía, sobre todo de gas natural.

Геостратегическии проект для России. (El proyecto geoestratégico para Rusia) http://www.politreferat.popal.ru/article937.html 139 14


Al respecto, Putin ha señalado que “el futuro de Rusia corresponde a la construcción de la base energética para la civilización mundial.”15 Hoy Rusia está consciente de que debido a que el ritmo en el consumo de energía va en aumento, se deben elaborar planes de seguridad energética, en los cuales, debido a sus reservas probadas de hidrocarburos, así como a su producción, las agendas de seguridad energética16 internacionales rigurosamente deben contemplar a Rusia en sus perspectivas. Sobre todo en Europa, donde crece la dependencia, principalmente hacia Gazprom, el monopolio gasífero de los rusos. En el caso del petróleo, Rusia se convierte hoy en el principal productor, con el 11.1% del total mundial, lo cual supone una cantidad diaria de barriles de petróleo cercana a los 9.4 millones (Zabrodoskiy, 2006). Respecto al gas natural, hay que recordar que de las reservas mundiales que suman 6 trillones 112 billones de metros cúbicos, el 33% se encuentra en la Federación Rusa. Y el destino del gas ruso es Europa. Posterior a la cumbre del Grupo de los Ocho Países más industrializados del mundo (G-8), celebrada en 2006 en San Petersburgo, quedó demostrado que ahora el manejo de los hidrocarburos es un arma más poderosa que los misiles. "Rusia debe ser el líder en la energética mundial. Nuestro país, su complejo de combustible y energía y la ciencia nacional están dispuestos a aceptar el reto", así definió el presidente Putin el objetivo estratégico de la Federación Rusa.17 Rusia considera que la noción de seguridad energética hoy día debe ser extendida, teniendo en cuenta las nuevas realidades políticoeconómicas mundiales y nuevas amenazas, así como los intereses legítimos de los países exportadores de materias primas. Son estos principios la base del crecimiento de Rusia en cuanto a energéticos se refiere, pues, como es sabido, este país también cuenta con la capacidad técnica-científica para satisfacer la demanda interna de energía con base en las llamadas fuentes alternas de energía.

Мировая энергия России (La Energía Mundial de Rusia) En: http://www.expert.ru/printissues/expert/2005/49/49ex-pov4 16 Seguridad energética: Es la posibilidad de disponer de energéticos para su consumo o exportación. Para Estados unidos y Japón la seguridad energética reside en la garantía que tienen de contar con energéticos, mientras que para Nigeria y México significa tener hidrocarburos para exportarlos. 17 YAKOVLEV Petr. La seguridad energética global y la Política Exterior de Vladimir Putin. En: http://sp.rian.ru/onlinenews/20060722/51648699.html 140 15


Hoy se puede asegurar que Rusia volvió a la política mundial a través del tubo de gas. Pues debido a sus ventas por concepto de este energético y de petróleo, se impulsó la economía rusa, viéndose reflejado en las reservas monetarias del país, ya que cuando Vladimir Putin asciende al poder en 2000 éstas alcanzaban los 12 mil millones de dólares y en 2006 ya excedían los 200 mil millones de dólares. Otro ejemplo de la eficacia de esta poderosa arma llamada energía, locomotora del desarrollo global, es la reacción de Rusia ante la docilidad de algunos países ex soviéticos con respecto a Estados Unidos. Moscú decidió a principios de 2006 reestructurar las relaciones energéticas con dos de estos países, renegoció el precio que Ucrania y Georgia pagan por concepto del gas ruso, obligándolos a pagar al precio de mercado, sin el subsidio que reciben otras repúblicas de la CEI. Otro ejemplo del poder que le otorgan los hidrocarburos a Rusia se presentó en la reciente reunión que el gobierno ruso tuvo con la Unión Europea. A pesar de los reclamos europeos, Rusia corroboró su negativa a la Carta Energética que la compromete a enviar hidrocarburos a la Unión Europea a cambio de recursos financieros y tecnológicos. De esta manera y ante estas acciones, Rusia ha demostrado que no sólo en lo político militar está resurgiendo como potencia mundial; también lo hace en el área energética. Ahora su poderío energético le está permitiendo recuperar el espacio geopolítico que perdió durante la época de Yeltsin, quien permitió la realización de proyectos petroleros en territorio exsoviético sin la participación de los rusos y sólo de empresas extranjeras como es el caso del gasoducto Bakú-Tbilise-Ceyhan. Colofón Así las cosas, es hasta la llegada de Putin al poder ruso cuando la potencia humillada y desmantelada durante la primera mitad de la década de 1990 recobra su fuerza. Rusia ha regresado, bajo el mando de Putin, a los escenarios internacionales como protagonista. Dmitri Medvedev es hoy el presidente de Rusia, pero el apoyo de su población está íntimamente ligado a la figura del expresidente ruso Vladimir Putin. El rumbo de la Política Exterior de Rusia a principios del siglo XXI tiene como objetivo básico el posicionarse como potencia regional en primera instancia y mundial en un mediano plazo. Las ideas geopolíticas rusas se unen al destino de Rusia, de vivir en el primer mundo, después de ser la última nación en recibir el “bautismo santo” como una de las visiones heredadas de Bizancio; esta idea no ha perdido 141


vigor y se fortalece por la implementación de las políticas eurasistas, que toman como base la eslavofilia. Así, el proyecto ruso recobra la visión heredada por las tribus eslavas en Kiev, y busca un paneslavismo más allá de la sangre, utilizando la energía.

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A R E N A S Revista Sinaloense de Ciencias Sociales Número 27 Se terminó de imprimir en los talleres Gráficos Once Ríos Editores, Rio Usumacinta No. 821 Col. Industrial Bravo Culiacán, Sinaloa Tel. 667-7122950



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