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PRESENTACIÓN En tanto que constituyen cuestiones nodales de la sociedad mexicana y que afectan en todos los órdenes la vida política, social, cultural y económica del país y de muchos otros en el mundo, los temas relacionados con el turismo y la migración siguen siendo asuntos de estudio de relevancia, desde variadas perspectivas, enfoques, miradas y disciplinas. En virtud de esto abordamos la problemática en esta edición de ARENAS, número 31. En algunas otras ocasiones y con las actividades constantes desarrolladas por los investigadores de la Facultad de Ciencias Sociales, así como de otros universitarios, los vaivenes y el trajinar transfronterizo de los trabajadores mexicanos hacia Estados Unidos, así como las relaciones y los intercambios transculturales con el mundo, son asuntos que forman parte de un escenario temático, como un amplio abanico o arcoíris de matices cruzados, abigarrado, denso y diverso al que habría que seguir percibiendo, viendo y buscando con lupa teórica, interés cognoscitivo e indudable rigor académico. En esta entrega, colaboran tres investigadores de diferentes centros de estudio. El doctor Arturo Santamaría Gómez, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), efectúa una retrospección histórica en torno a los primeros viajantes y turistas de Estados Unidos a México, quienes, entre el sentido de la aventura y más allá de ella, empezaron a andar los caminos, las rutas y los senderos de los intercambios diversos entre las poblaciones de ambos países. El catedrático de la Facultad de Ciencias Sociales (FACISO) de la UAS ofrece una paciente muestra de su vocación por las vicisitudes y detalles de esta trama de larga data de su peculiar interés. En seguida, la doctora Guadalupe Isabel Carrillo Torea, escritora, investigadora y catedrática de Venezuela, integrante también del SNI, que radica en la ciudad de Toluca y trabaja para la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), nos muestra, a través de su pasión por los discursos literarios, las concatenaciones de éstos con las realidades socioculturales y sus simbolismos, y que podrían implicar, por ejemplo, para el migrante anónimo y sin rostro, llegar a 7
un sitio de destino o ciudades “sin rostro”, tal como resalta Carrillo Torea. Y esto a partir de testimonios que dan cuenta del fenómeno migratorio, con sus implícitas cargas de ruptura social y violencia cultural, aunque en este caso en la distante nación sudamericana, en otro contexto y con otra dimensión. En tercer lugar, participa la investigadora Adriana Margarita Márquez Velázquez, economista de la Universidad Autónoma de Nayarit, quien se acerca a los prolegómenos de la migración (que se pensaba eran sólo “cosas de hombres”), pero haciendo énfasis en las acciones cada vez más protagónicas y visibles de la mujer mexicana en las lides, odiseas, encrucijadas y viacrucis de quienes deciden mirar lejos y dejar territorio, raíces, familia y amores, para aventurarse en busca de trabajo y otras cosas en los ámbitos lejanos que están más allá del río Bravo, en los estados de la Unión Americana. Y como colofón, Adriana Margarita le echa una mirada a la osada mujer mexicana atareada en otra actividad que antaño y casi siempre se ha visto como propia de los hombres y los “machos”: el narcotráfico, en la función de “buchonas” y más. En un trabajo que retoma la problemática precisamente de la violencia, el maestro Carlos Vorrath Zapari, egresado de la Maestría en Ciencias Sociales de la UAS, busca adentrarse en las concepciones dominantes del concepto y escudriña sobre ciertos aspectos de la discusión teórica. Destaca las sutilezas de la diferenciación entre fuerza, agresividad, intencionalidad, elementos que, entre otros, acaso conforman parte de los rieles generadores de las acciones violentas del individuo y la sociedad. En un texto exhaustivo sobre la exclusión social, ligado a la educación, en particular con la problemática en Sinaloa, el maestro Leopoldo García Ramírez se inmiscuye en el tratamiento teóricopráctico del fenómeno educativo, sobre su diagnosis y sus rumbos. Destaca aspectos sociales de la exclusión, al tiempo que advierte sobre procedimientos, trabas y trámites oficiales que tienen que ver con el acceso a la educación, el ingreso estudiantil y en suma respecto 8
de la pertinencia de las políticas públicas, las que se diseñan y deciden para y desde el estado de Sinaloa. Las finanzas públicas de los tres municipios más importantes del estado, son el tema de análisis de Jorge Figueroa Cancino, director de la FACISO. En él desglosa números y estadísticas oficiales sobre las administraciones de Mazatlán, Culiacán y Ahome, y se comparan los recursos con que éstas han contado, sus usos y sus beneficios. En una colaboración muy especial, el científico del Department of Hispanic Studies of The English & Foreign Languages University de India, Surendra Singh Negi, quien ha estudiado problemáticas de violencia, represión política y narcotráfico en América Latina, nos entrega un trabajo sobre Chile y las formas de resistencia de la población. En el recuento inacabable de lo que significó el fascismo en ese país hermano durante la dictadura militar y genocida del general Augusto Pinochet, el investigador de Hyderabad, India, llama la atención de cómo en los detalles simbólicos pueden hallarse también los recursos de la sobrevivencia y la grandeza humana. Finalmente, Joaquín López, en su búsqueda incesante de tópicos importantes de la cultura del estado de Sinaloa, diserta sobre ciertas raíces genealógicas de nuestro gran escritor y pensador Carlos Fuentes, protagonista y comprometido siempre con las mejores causas de México y América Latina. Joaquín López, profesor de la UAS, nos muestra algunos vínculos familiares, curiosos, que relacionaban al prolífico y vigoroso autorde las clásicas novelas La región más transparente, La muerte de Artemio Cruz y Aura con la vida sinaloense. En esta edición, las ilustraciones corresponden a la obra artística del pintor Carlos Maciel, Kijano, nativo del estado de Guerrero, pero quien desde hace muchos ayeres reside en Culiacán. Es catedrático, investigador universitario y activo promotor de la cultura y el arte, como responsable ahora precisamente del área de Cultura de la 9
Universidad Autónoma de Sinaloa. Y por supuesto que mirar, apreciar y regodearse entre las coloridas, sensuales y hasta encendidas formas y líneas de sus poéticas figuras pictóricas, siempre constituirá un ejercicio intelectual y crítico de gozo y placer. Nery Córdova
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VIAJEROS Y TURISTAS DE EU EN MÉXICO: DOS SIGLOS, DOS VISIONES
Arturo SANTAMARÍA GÓMEZ • •
Doctor en sociología por la UNAM. Miembro del SNI. Catedrático de la Facultad de Ciencias Sociales de la UAS, es también columnista del diario Noroeste. Se ha especializado en las temáticas de turismo y migración. Es autor de varios libros, entre ellos, del texto colectivo como coordinador Las jefas del narco, Ed. Grijalbo, 2012, y México y los mass media hispanos de Estados Unidos, Ed. UAS-California State University, 1996. 11
I La vecindad geográfica y el alto grado de desarrollo económico que alcanzó Estados Unidos desde inicios del siglo XIX son dos de las razones que influyeron decisivamente para que viajeros y turistas de ese país visitaran México desde entonces. Políticos y diplomáticos; banqueros e inversionistas; comerciantes e industriales; buscadores de fortuna y mineros; marinos y soldados; cazadores y pescadores; intelectuales y científicos, así como sujetos de la más variada actividad trashumante, estirpe y oficio, y hasta algunos grupitos de aventureros, viajantes interesados en otros paisajes, tierras y mundo y turistas, iniciaron desde hace casi dos siglos la constante y creciente incursión de estadounidenses a México. Así como los mexicanos iniciaron en 1849 su larga tradición migratoria a Estados Unidos, un año después de que perdiera la mitad de su territorio a manos del vecino del norte, los norteamericanos, incluso desde antes, ya lo hacían a México en plan de inversionistas, filibusteros, diplomáticos o viajeros curiosos. Dentro de ellos hubo un nutrido grupo de mujeres, entre las que predominaban esposas de diplomáticos o empresarios, que se establecieron por largos meses o años, en territorio mexicano, la mayoría de las veces en la capital nacional. Fueron numerosos los personajes que dejaron testimonios escritos de la visión que se forjaron del país. De ese conjunto de retratos del México decimonónico y de inicios del siglo XX, los de las mujeres destacaron por su agudeza y variedad de tópicos. Son más conocidos los textos de las damas que residieron en la Ciudad de México, pero cada estado de la República conoce al menos uno de ellos. Mazatlán en particular goza de varios pasajes que le han dedicado escritoras y escritores estadounidenses. De cierta manera, estas viajeras y viajeros fueron los antecedentes precoces de los jubilados extranjeros, sobre todo estadounidenses y canadienses, que empezaron a establecerse en México desde los años 50 del siglo XX, algunos de manera definitiva y otros como transmigrantes; es decir, como personas que circulan cíclicamente y por largas temporadas, y que mantienen una constante relación real y virtual entre México y sus países de origen, a lo largo de varios años. 12
Quizá el primero de los relatos sobre México, escritos por una mujer haya sido el de Mary Austin Holley: Texas. Observations, 1 Historical, Geographical and Descriptive (1833) . Mary Austin sostenía que los mexicanos eran incapaces de hacer productiva a la tierra y tan cobardes que podían abandonar sus propiedades en cuanto vieran aparecer a un anglosajón. Los mexicanos, insistía la señora Austin, “eran muy ignorantes y degradados, y en términos generales, son tímidos e irresolutos…indolentes, de moral suelta…muchos son infieles y envueltos en las más vulgares supersticiones…”. Varios de los calificativos que la Holley veía en los mexicanos en los años previos a la guerra de 1847-1848, se van a repetir a lo largo del siglo XIX y en gran parte de la mitad del XX. El etnocentrismo estadounidense que acompañaba su acelerado e imbatible ascenso a la cúspide de las sociedades industriales de esos siglos no pudo resistir la crítica despiadada a las sociedades como la mexicana. Las características culturales más relevantes de un pueblo suelen prolongar su vida con persistencia, pero no deja de sorprender que a lo largo de más de 170 años, los calificativos que le adjudicaron a los mexicanos, Mary Austin y la Marquesa Calderón de la Barca, nacida en Escocia pero criada en Estados Unidos, en su obra Life in México, During a Residence of TwoYears in that Country, publicada en 1843, sean identificados también como parte del pensamiento más conservador de Estados Unidos en el siglo XXI. Entre las conductas del pueblo mexicano que percibe Madame Calderón 2 a escasos años de haber conseguido su independencia, estaba la pasividad cívica, rasgo criticado con insistencia por propios y extraños en el México contemporáneo. La escritora, en un juego de contrastes, resalta la cortesía, humildad y bondad de la población rural, pero también la “pereza, inclinación al robo, a la suciedad y a otros mil vicios”, así como “el amor al juego”, “pasión inherente a la 1
Citado por Paredes, Raymund A., en “The Mexican Image in American Travel Literature, 1831-1869”, New Mexico Historical Review 52 (January, 1977), p.9. 2 Las citas a la obra de la Marquesa Calderón de la Barca, se toman de la obra de Alicia Diaduk, Viajeras Anglosajonas en México, Editorial Sepsetentas, México, 1973, pp.13-31. 13
naturaleza humana y que ciertamente impregna a todo mexicano”, decía la señora Calderón. Otra norteamericana que escribió abundantes páginas sobre 3 México fue Fanny Chambers Gooch , quien acompañada de su esposo llegó a Saltillo en 1878 para describir con agudeza y pasión a la sociedad porfiriana, pero identificándose con el dictador. A Chambers le gustaban los convencionalismos y la barroca cortesía de los mexicanos, a diferencia de Madame Calderón que le parecían poco auténticos y excesivos. Alicia Diadiuk, que estudia a las escritoras anglosajonas que pusieron su vista sobre México, dice que Gooch veía al mexicano como “muy observador y agudo crítico. Conocedor de sus defectos, pero poco afecto a la censura extranjera.”. Más si el extranjero se acercaba en “plan de amigo y muestra el debido respeto a sus costumbres -agrega Diaduk-, se encontrará que no hay gente más agradable ni más hospitalaria que el mexicano, en todos los órdenes sociales”. Al indio, Fanny Chambers Gooch lo veía como “un ente pintoresco de grandes dotes artísticas; un ser primitivo al cual no le conmueve la marcha de la civilización…De gran astucia e inteligencia, sólo que muy supersticioso.” Del lépero, es decir, del hombre pobre de las ciudades, dice que “es un hombre singular, atractivo y temible; amigo de la vagancia y del juego; perezoso y estafador; pero ingenioso y de buen corazón”. Juzgó a la mujer mexicana como “sensible, melancólica, caritativa, abnegada, y sumamente apegada a las prácticas religiosas”; a la que no le gustaba leer, carecía de libertad, estaba entregada a los hijos y al marido, además de que aceptaba “pasivamente su destino, llevadas del amor, la caridad y la fe”. A Fanny Chambers le fascinaron los colores chillantes de la vestimenta de las clases populares y le sorprendía la ropa a la última moda, importada de París, de las élites. Los ademanes y gestos efusivos de los proletarios le sorprendían. La siesta le parecía no una 3
Gooch escribió tres obras sobre México. Face to Face with the Mexicans, The Tradition of Guadalupe and Christmas in Old México, y The Boy Captive of the Texas Mier Expedition, aquí se citan párrafos de la primera obra y que reproduce Diaduk, Ibid. pp.32-72. 14
costumbre perezosa sino que la encontraba sana y recomendable. Sin embargo, hallaba reprobables el juego y las bebidas alcohólicas. Brilliana Harley de Tweedie, inglesa que vivió en México en 1899, escribió Mexico as I sawit. En la obra editada en Nueva York en 1901, la tierra del águila y la serpiente le parecía un país de paradojas. “En algunos aspectos altamente civilizado, sin embargo, en otros, aun permanece en estado de completa barbarie. Siempre interesante y pintoresco, pero a veces triste y aterrador” 4. Al igual que para Porfirio Díaz, a quien admiraba, el pueblo mexicano le parecía incapaz de gobernarse. Veía al mexicano flojo, poco ambicioso, apático y sin preocupación por el futuro; al cual le interesaba más un juego de aretes o un sombrero que una cama o una habitación. Despreciaba al indígena, pero admiraba a “la alta sociedad”, en la que miraba abundancia de “caballeros” y “distinguidas” y “recatadas” damas. Admiraba la belleza de esas mujeres y su buen gusto para vestir pero las encontraba limitadas en sus ideales pues se reducían al hogar o al convento. Diudik decía que Harley hallaba, igual que la mayoría de los viajeros del norte,“una dicotomía entre el paraíso terrenal (México entidad geográfica) y pueblo etnológicamente inferior que lo habita inmerecidamente”. 5 Edith O´Shaughnessy, quien vivió los primeros cuatro años de la Revolución Mexicana, escribió A Diplomat´s Wife in Mexico, A Diplomats Days, Intimate Pages of Mexican History, y ve en este país un eterno destino trágico. Para ella, el territorio nacional es pródigo en fertilidad, pero eso ha condicionado el “carácter perezoso y despreocupado del mexicano”. A este pueblo “es a quien hay que achacar el destino trágico del país; él es quien con su ignorancia ha movido ese destino trágico de México”. Para ella el mexicano es “un hombre feliz, bígamo, padre de muchos niños, plantando frijoles y pasando largas horas ante el altar”. La mujer mexicana es un ser cubierto por un rebozo, vestida con harapos y casi siempre con un niño sobre sus espaldas. Para O´Shaughnessy, escribe Alicia Diadiuk, “el mexicano aun conserva todo su primitivismo en un medio ambiente en el cual, entre 4 5
Citada por Diaduk, ibid, p.47. Ibid, p.49. 15
maravillas geográficas, llueven miseria y tragedia. En parte adjudica este estancamiento a la necesidad que, según ella, el mexicano tiene de la soledad y del concepto tan personal que tiene del progreso…Constituye el mexicano un pueblo amante de la libertad; pero al mismo tiempo resulta insospechadamente tolerante. Así, en un momento dado, el mexicano es incapaz de diferenciar entre causa y efecto, entre libertad y libertador” 6. Leone Blakemore de Moats es el nombre de una dama, más bien frívola y pueril, dice Diadiuk, pero al haber vivido durante 25 años en México, de 1906 a 1931, pudo retratar, pese a su ligereza, diferentes aspectos de la vida en la capital del país. En Thunder in Their Veins la autora coincide con varios intelectuales porfirianos, como Andrés Molina Enríquez, y postrevolucionarios como Manuel Gami y José Vasconcelos, en que los mestizos constituían la columna vertebral no sólo de la demografía, sino de la psicología colectiva dominante y, luego, del imaginario nacional que surge con la Revolución de 1910. Ella decía que “el cruce y entrecruce de mexicanos y españoles a través de siglos son los que han multiplicado una mezcla de sangre con truenos en la sangre; estos son los llamados mestizos, que ahora componen más de la mitad de la población mexicana, y los que, desde su nacimiento no han sido más que fuente de inquietudes siniestras para el país”. Tales mestizos -resume Diadiuk el comentario de la escritora- “son individualistas e indisciplinados por una falta de armazón y de continuidad en sus procesos psíquicos. Psicológicamente no son españoles ni indios, son tipos diferenciados que participan de las dos características progenitoras; pero en constante lucha por coexistir y sobrevivir, y el resultado es una forma desconcertante de ser”. 7 El libro de la señora Morse echa una mirada a tres importantes etapas de la historia mexicana del siglo XX: el porfiriato, la revolución y el surgimiento del régimen de la revolución. Ve cambios en la arquitectura de la Ciudad de México, de la influencia francesa a la “hollywodesca”, así como cambios en los estilos de vida urbanos, “pero en el fondo, el espíritu y manera de ser del mexicano, no cambiaron: ni sus canciones, ni sus fiestas religiosas, ni sus 6 7
Ibid, p.66. Ibid, p.76 16
funerales…este pueblo no cree en nada y simplemente deja correr el tiempo…Son gente que por generaciones han permanecido igual, esperando confiadamente y con tranquilidad la muerte…Un pueblo nacido sin esperanzas, muriéndose sin esperanzas. Donde la muerte parece siempre acechar. Y, sin embargo, parecen felices y contentos. El más pobre de ellos toma este mundo como lo encuentra, con un aire de altivez e indiferencia y sin miedo…Hay algo de gran señor en ellos”…Por ello, “la gran verdad sobre México es una gran paradoja, y es que todo cambia y nada cambia”. 8 Irene Nicholson es la última de las escritoras que analiza Alicia Diadiuk en su obra Viajeras anglosajonas en México. Nicholson conoció a nuestro país entre 1945 y 1965; es decir, observó la etapa de mayor crecimiento económico sostenido de la historia mexicana y la consolidación de un sistema político estable sostenido por un presidencialismo autoritario y el sometimiento corporativo de las clases populares. Para ella, México “es un país que ha sobrevivido a los eventos más increíbles y a los más extraños acontecimientos, al igual que un cactus en medio del desierto. En un país que parece haber sido creado para demostrar al hombre cómo hacer frente, en plan cósmico, a sus designios”. Describe e interpreta con pasión y detalle: “Todos los contrastes son verdad en esta tierra. Que es arrogante y dura, delicada y dura; cínica y tierna; caliente y fría; locuaz y silenciosa; apasionada e indiferente; cortés y tosca; hospitalaria e introvertida; amable y severa. Si el visitante sólo se conforma con ver su exterior, no logrará nada. México se encuentra oculto en sí mismo y es más asiático que cualquier otro país en el hemisferio occidental, y sin embargo es el guía de los países de habla hispana. México fue el primer país de Latinoamérica que logró llevar a cabo una revolución social y realizarse industrialmente. Pero no es un país radicalmente emprendedor…Siempre voltea hacia su pasado y sus mitos. En cada encrucijada de su historia siempre se reafirma un principio enunciado tiempo atrás”.
Nicholson mira un México escindido: los que creen que las leyes fueron escritas para su beneficio personal y otros que las respetan en beneficio del país. Ve a un pueblo paciente, amable, religioso y con 8
Ibid.p.96-97 17
talento artístico; ingenioso para adaptarse a las circunstancias de la vida y descubrir la diversión aún en las cosas más triviales, pero igual a quien se puede encoger de hombros y no renueva sus técnicas de trabajo o se conforma con una escasa dieta. Es sufrido y estoico, pero no siempre. Porque México, actualmente, “en muchos aspectos es muy moderno, pero obstinado e inflexiblemente, sigue reteniendo su vetusta y tradicional X”. La autora, con justeza, toma como parámetro de la modernización del país el grado de emancipación de las mujeres y observa que, en los años sesenta del siglo XX, a pesar de que ya miles de ellas llenan las aulas universitarias, tienen derecho al voto y ocupan altos cargos administrativos, continuaban siendo relegadas de los sitios de conducción de la sociedad mexicana, y encontraba que entre las clases proletarias es donde se padecían las peores rémoras del machismo. Entre los pobres de México, escribió, “millones de mujeres sufren su destino ciegamente, obedeciendo y sirviendo a sus hombres como bestias”. 9 A pesar de que las escritoras anglosajonas no coinciden siempre en sus observaciones sobre México, aun y cuando hay más de un siglo de diferencia de la época en la que escriben, por ejemplo, la Condesa Calderón de la Barca e Irene Nicholson, sí hay temas en los que sus comentarios y reflexiones convergen y coinciden. II Contemporáneos a estas mujeres fueron muchos viajeros estadounidenses que también escribieron con abundancia. Raymund A. Paredes 10, historiador texano, escribió en 1977 un detallado ensayo histórico donde se refiere a una veintena de viajeros que dejaron sus testimonios y opiniones sobre su vecino del sur. Para los norteamericanos de principios del siglo XIX, México todavía bajo el dominio de la corona española, era una terra incognita. Los textos más conocidos, escritos antes de la consumación de la independencia de México, fueron An Account of 9
Ibid, p.140 Paredes, Raymund A., “The Mexican Image in American Travel Literature, 1831-1869”, New Mexico Historical Review 52 ( January, 1977), pp.5-29. 18 10
Expeditions, publicado en 1810 por Zebulon Pike, y Notes on Mexico, de Joel Poinsett en 1824. El interés por saber más sobre los recursos naturales, la historia, la cultura y las capacidades productivas de México aumentó considerablemente; abundaron las narraciones, algunas prolíficas y otras sencillas y personales, sobre la antigua Nueva España. En cualquier caso, dice Paredes, “los viajeros americanos estaban fascinados por la cultura y el carácter mexicanos y proporcionaron narraciones muy detalladas de sus impresiones”. 11 Pero, más que fascinación, a juzgar por las citas que rescata Paredes de los autores que incluye en su ensayo, había un sacudimiento cultural y psicológico de los viajeros estadounidenses que se encontraban con su vecino del sur por primera vez. La mayoría de ellos, al igual que las mujeres, no encontraban virtud alguna en los hombres, y sí muchas en las mujeres de México. Por ejemplo, para James Ohio Pattie, quien viajó por México entre 1824 y 1830, recién lograda la independencia, los mexicanos le parecían envidiosos, adictos al juego, cobardes y moralmente disolutos, además de que le disgustaba la piel morena. Albert Pike, puritano de Nueva Inglaterra, aún más que a Pattie, le desagradaba ese color de piel y los veía como “particularmente bendecidos con la fealdad”; pero, además, no alcanzaba a ver a nadie que “poseyera virtud u honor”. John Gregg escribió Commerce on the Prairies (1844).Descubrió, en cambio, que los mexicanos eran “encantadores y hospitalarios”, y algunos de ellos eran inteligentes, industriosos y bien parecidos, pero sus formas de gobierno eran corruptas y su nivel de civilización lo veía apenas un poco distante del salvajismo. Para Gregg, los mexicanos, a quienes conoció en Nuevo México, cuando este territorio pertenecía a los hijos de Miguel Hidalgo, habían heredado “mucho de la crueldad e intolerancia de sus ancestros y no poco de su fanatismo…carecen de estabilidad excepto en el artificio, no tienen profundidad excepto para la intriga, cualidades por las cuales han adquirido una celebridad envidiable”. Las anteriores características, la “oscuridad y la ignorancia” en la que vivían los mexicanos, no eran más que resultado de la herencia española y de la Iglesia Católica.
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Ibid. P.5. 19
Así como en Gregg, comenta Paredes, entre los estadounidenses del siglo XIX existía una profunda fobia a los españoles que se hacía extensiva a los mexicanos quienes, además de toda la lista anterior de vicios, eran vistos como traicioneros y rapaces. Richard Henry Dana escribió Two Years Before the Mast (1840), obra que tuvo mucha influencia entre los lectores estadounidenses. Lo que caracterizaba al carácter mexicano era la pereza. Reconociendo las riquezas de California, decía que sólo el carácter de los mexicanos impedía que la región fuera rica. Son tantas las fiestas religiosas de los mexicanos, advertía Dana, que les impedía ser industriosos y entender las leyes del progreso y el cambio. Alfred Robinson, quien residía en California y se había casado con una oriunda de ese estado, encontraba que los mexicanos eran hospitalarios y amables, pero también maliciosos, tontos, incompetentes y flojos. Pero esa opinión de Robinson era con respecto a los hombres porque a las mujeres además de bellas las encontraba virtuosas, activas y de maneras correctas. En el siglo XIX era común que los viajeros anglosajones contemplaran a la mujer mexicana muy superior al hombre no sólo en belleza sino en conducta social. Walter Colton en su libro Three Years in California (1850) fue menos agresivo con los mexicanos que otros autores y los definió suavemente como dignos ejemplares de un primitivismo romántico cuyos ingredientes eran un incontenible hedonismo, generosidad, hospitalidad, amabilidad , alegría e ingenuo encanto, pero también indolencia, entendible decía él, en un paraíso como California. Los californios, decía, no estaban interesados en los bienes materiales como sí los voraces anglosajones del noreste de Estados Unidos. Esta opinión de Colton sobre los californios, la compartían otros escritores como Bayard Taylor, quien veía en ellos una “raza vastamente superior” a los mexicanos que residían más al sur. Waddy Thompson, quien fue ministro de Estados Unidos en México de 1842 a 1844, al igual que Albert Gilliam, autor de Travels Over the Table lands and Cordilleras of Mexico (1846), consideraba a los mexicanos “perezosos, ignorantes, viciosos y deshonestos”, “desleales y deshonrosos”. Pero Gilliam no ocultaba que le bastaba ver a una mujer mexicana para enamorarse de ella.
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Brantz Mayer escribió una obra histórica muy leída: In Mexico, As It Was and It Is (1844). Interpretó con más equilibrio a la sociedad mexicana pero no fue escuchado como sí lo fueron quienes tenían una imagen oscura del vecino del sur. Mayer veía “amables, gentiles, hospitalarios, inteligentes, benevolentes y valientes a los mexicanos” y criticaba severo la continua opresión sobre los indígenas, la insensibilidad de la Iglesia católica ante las necesidades de los pobres y el generalizado desprecio por la ley. Mayer criticaba que otros escritores resaltaban los vicios mexicanos pero no veían sus virtudes. John T. Hughes, en Doniphan´s Expedition (1848), como Frank s. Edwards, en A Campaign in New Mexico with Colonel Doniphan (1848), consideraban que las tribus indias de California, Arizona y Nuevo México eran inferiores a los ciudadanos blancos de Estados Unidos, pero concluían que la mexicana ocupaba el lugar más bajo de cualquier civilización que ellos hubiesen conocido. La lista de viajeros estadounidenses que escribieron sobre México en el siglo XIX es amplia. Y claro, no todos coincidían en ver un pesado cúmulo de pecados capitales en las acciones de los mexicanos. Desde la visión honda del arte, por ejemplo, el pintor F. Hopkinson Smith decía en 1888 que México era “una tierra donde la luz del sol era blanca y perfumada por las flores; una tierra de costumbres alegres, iglesias y conventos viejos; una tierra de saludos amables, de extrema cortesía, de abierta, amplia hospitalidad… (es) el país más maravillosamente pintoresco bajo el sol”. 12 Aun con la opinión favorable de Hopkinson Smith y otros pocos, sin duda la tesis dominante entre los norteamericanos que pusieron sus ojos sobre sus vecinos era la firme creencia de que el pasado colonial español era la causa principal de los males y el estancamiento de los hijos del águila y la serpiente. Para superar esas tragedias los norteamericanos pensaban que con su influencia se podían dar muchos pasos adelante. III
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Hopkinson Smith, F., “Paseo de la Reforma, 1888”, en The reader´s companion to Mexico, Ryan, Alan, Harvest Colection, 1995. 21
Se ha visto al inglés Thomas Cook el primer promotor del turismo organizado en el mundo. Pero muy cierto es que varias décadas antes que él las elites estadounidenses viajaban por placer al interior de su propio país y, sobre todo a Europa para conocer los países de sus padres y abuelos. Estos turistas de la joven y potente nación, tenían su primer escritor especializado: Washington Irving, quien en 1820 había hecho muy popular su libro de viajes: The Sketch Book. Irvin retrataría con fineza y precisión el nomadismo moderno de los norteamericanos, enamorados del movimiento de un lado a otro de la geografía. A mitad del siglo XIX, en una edición de United States Magazine and Democratic Review, anotaba Henry Tuckerman 13 que “nuestros tiempos (estadounidenses) bien podrían ser designados como la era de los viajes. Los escritos del tema constituyen una importante rama de la literatura contemporánea”. Los fuertes apetitos de los norteamericanos para viajar, conocer y conquistar, en una época donde la Revolución Industrial ya había creado los ferrocarriles y el transporte masivo, así como a clases medias en ascenso, llevaron crecientes grupos de turistas a México; sin embargo, la Revolución Mexicana interrumpiría por diez largos años esa expansiva dinámica. La elite social norteamericana que se convirtió en la primera representación del turismo y la imagen de su país en el mundo, con orgullo y seguridad, y no pocas veces con arrogancia, gustaban de ser vistos como los representantes de una sociedad crecientemente rica y poderosa, y como el mejor ejemplo de un capitalismo moderno. Alexis de Tocqueville 14, en los mismos años que los escritores estadounidenses empezaron a ocuparse de México, observaba la ufanía y vanidad con la que los habitantes de la Unión Americana se veían a sí mismos: Todos los pueblos libres se ufanan de sí mismos; pero el orgullo nacional no se manifiesta en todos de la misma manera.En sus relaciones con los extranjeros, los americanos se irritan ante la menor censura y parecen ávidos de alabanzas. El más mínimo elogio los halaga, pero rara vez les satisface el mayor que pueda 13
Tuckerman, Henry T. "The Philosophy of Travel." United States Magazine and Democratic Review 14 (1844), 527–539. 14 Tocqueville, Alexis, La Democracia en América, Tomo 2, Alianza Editorial, Madrid, 1980, P.191. 22
hacérseles. En todo momento y por mil medios buscan nuestro elogio, y si nos resistimos a sus súplicas, se alaban a sí mismos. Diríase que dudando de su propio mérito, a cada instante quieren ponerlo ante sus ojos. Su vanidad no sólo es ávida, sino inquieta e envidiosa. Nunca da nada, pero no deja de pedir. Es a la vez mendicante y porfiada.
Con una idea tan positiva y exaltada de sí mismos, los “gringos” no tan sólo se veían como muy superiores al lado de los mexicanos, sino por encima de cualquier otro país del mundo, con la excepción, quizá, de Inglaterra, del que habían sido colonia. Sus notables avances industriales y las libertades individuales, que Tocqueville reconocía como únicas en el mundo de la primera mitad del siglo XIX, los convencía, sin modestia, de que no había nadie como ellos. Si los industriales, comerciantes, diplomáticos, militares, escritores y aventureros yanquis fueron los primeros en comparar su país con Europa y México, las dos zonas de su mayor interés turístico en el mundo; una por ser la tierra donde estaban los raíces de la población blanca, y la otra por ser su vecino “exótico” inmediato, los turistas que viajaban en grupo o en familia fueron el otro contingente que propagó la exitosa y novedosa identidad estadounidense, al tiempo que difundía la imagen de los “otros” como México, quien para ellos, era el ejemplo del atraso y de lo que ellos no querían ser. Al margen de las opiniones que los primeros viajeros del norte tenían sobre la cultura mexicana, también propagaron sus primeras imágenes turísticas. No pocos soldados estadounidenses, de los más de 110,000 que invadieron México en 1847, como también los periodistas que los acompañaban, describieron y dibujaron paisajes rurales, volcanes, ruinas prehispánicas, pirámides, fiestas, corridas de toros, teatros, monumentos y ciudades como Veracruz, Mazatlán, Jalapa, Puebla, Monterrey, la Ciudad de México y otras que con el tiempo establecerían los primeros itinerarios turísticos de los norteamericanos en México. Los soldados, dice Andrea Bradman 15, enviaban cartas a sus familiares sobre sus experiencias. Los 15
Citada por Wilson, Tamar Diana, en “Recent Works on Tourism in Latin America”, University of Missouri, St. Louis, http://lasa.international.pitt.edu/LARR/prot/fulltext/vol46no2/Wilson_259264_46-2.pdf 23
corresponsales de guerra enviaron reportajes sobre diferentes aspectos del paisaje y las ciudades mexicanas. A su regreso los soldados escribieron testimonios en periódicos y revistas y publicaron libros de memorias acerca de lo que habían visto. De esa manera se diseminó la curiosidad sobre el vecino del sur en los potenciales turistas. El turismo, en el pasado y el presente, narra Margarite S. Shaffer 16, “ha servido como una manera de autodefinición”, sobre todo para los estadounidenses, quienes brindan, por lo menos desde inicios del siglo XX, el mayor contingente de turistas en el planeta. No fue gratuito que entre 1880 y 1940, según Rothman, 17 los promotores de EU veían en el turismo como un “deber patriótico” en el cual los habitantes de ese país reafirmarían su “americanidad” visitando de “primera mano” los sitios históricos donde se fundó su país. Incluso, durante la Primera Guerra Mundial, se promovía el turismo como una actividad patriótica para sostener la economía. Shaffer refuerza esta interpretación al decir que la producción del paisaje turístico y el consumo de la experiencia turística fueron fundamentales en ese periodo para desarrollar una cultura nacional. El turismo le dio una nueva forma a Estados Unidos y redefinió la edificación social y el ambiente natural influyendo en la manera en que los norteamericanos veían a otros y se veían a sí mismos. Los norteamericanos viajaban a Europa buscando reconocer hábitat y paisajes que sus antecesores dejaron para llegar al nuevo mundo, y para aprender del viejo mundo el recorrido histórico occidental que era más largo, complejo y diverso. Pero, una vez ahí, los estadounidenses reafirmaban su identidad, se diferenciaban de sus parientes europeos y mostraban una personalidad que creían superior pues encarnaba lo moderno y el futuro. “Los turistas de mediados del siglo XIX –dice W. Stowe- 18 establecieron las perspectivas culturales dominantes que continuarían 16
Shaffer, Marguerite S. See America First: Tourism and National Identity, 1880-1940.Washington D.C. Smithsonian Institution Press, 2001. pp.429. 17 Rothman, Hal K. Devil’s Bargains: Tourism in the Twentieth Century American West. Lawrence: University Press of Kansas, 1998. Pp. 434. 18 Stowe, William W. Going Abroad: European Travel inNineteenth-Century American Culture. Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1994.p. 45. 24
definiendo el turismo americano de las generaciones por venir…”. La publicación de Mark Twain, The Innocents Abroad (1869) es la descripción del inevitable salto al turismo de masas y la inminente aparición del poderío americano. En las páginas finales de su narración, de un viaje muy publicitado de cinco meses al Viejo Mundo, Twain notó que él y sus compañeros de viaje “siempre tuvieron el cuidado de hacerse entender que ellos eran ¡AmericanosAmericanos!”. Si las primeras generaciones de turistas americanos – continúa Stowe- se empeñaron en definir a una joven nación, las posteriores redefinirían al mundo. Los turistas estadounidenses al viajar a México, ya fuese a la frontera o más adentro, reforzaron su identidad, aun más que cuando viajaban a Europa, al comparar su riqueza material, sistema político, orden social, gustos, costumbres y maneras propias, con otras radicalmente distintas, donde abundaba la pobreza y el desorden. De la amplia gama de hombres y mujeres que escribieron sobre México en el siglo XX, artistas, pintores, escultores, arquitectos, poetas y novelistas lo vieron con espíritu más abierto y encontraron secretos, atractivos y matices que los viajeros, diplomáticos y escritores, mujeres y hombres del siglo anterior generalmente no atisbaron. Alan Ryan 19 publicó en 1995 una antología de textos sobre México creados por una pléyade de celebridades del mundo intelectual y artístico de EU, que viajaron al sur del río Bravo entre 1908 y 1978. Destacan escritores como Paul Bowles, Graham Greene, los ilustres novelistas D. H. Lawrence y John Steinbeck. Greene, excelso poeta inglés, no gustó de México, como bien se puede leer en el relato que reproduce Ryan, intitulado Palenque, y en su crónica Caminos sin ley, donde narra su visita a Tabasco en 1938, pero aparte del célebre escritor inglés, casi la totalidad de los escritores antologados revelan un México de contrastes y paradojas pero con riquezas para ellos anteriormente desconocidas. Escribe Alan Ryan en el prólogo de su libro: México siempre ha fascinado a los extranjeros, especialmente a los norteamericanos. Los Estados Unidos en particular no ha sido muy 19
Ryan, Alan, The Reader´s Companion to Mexico, A Harvest Original, Harcourt Brace and Company, San Diego, New York, London, 1995. 25
benevolente con México cuando se ha involucrado oficialmente, pero nuestro interés personal siempre ha sido intenso.
Sobre Charles Macomb Flandreau, autor de Viva México! (1908), Ryan dice que aquél pintó a un país “que despertaba el apetito de muchos viajeros” y representaba un mundo más simple y romántico frente al decadente y decepcionante industrialismo de Europa y EU; y por si fuera poco, el país de los herederos de mayas y aztecas, decía Macomb, era “muy barato” visitar. El arte que brotó de la Revolución, recuerda Ryan, despertó un gran interés en numerosos escritores y artistas estadounidenses y europeos; pero, además, fue ese gran movimiento social el parteaguas que modificó la óptica dominante en EU sobre México. Así lo dice textualmente el autor: El súbito renacimiento del arte en el México de los años veinte, particularmente su pintura muralística, atrajo una amplia atención. Y a todos aquellos a los que les interesaban tales cosas querían y necesitaban conocer a Orozco, Siqueiros, y especialmente a Rivera (…) En los treinta tal interés se intensificó (y fue así que) en 1931 un historiador americano llamado Hubert Herring inició su famoso Verano Universitario en la Ciudad de México (Summer University in Mexico City).
Tal Verano Universitario atrajo a muchos a lo largo y ancho de EU y estableció una tradición, reforzada por el exilio de intelectuales de izquierda, como Dalton Trumbo, Elizabeth Catlett, Willard Motley y Hugo Butler, que eran perseguidos en los años cincuenta por el macartismo. La Segunda Guerra Mundial, cuyo escenario principal fue Europa, contribuyó a que más intelectuales y artistas visitaran México. Lejos de los combates, el país se mostraba apacible y amistoso y, además, ambos vecinos eran aliados. “Al finalizar la Guerra México se convirtió positivamente en una fiesta”, dice Ryan. “Acapulco (y Mazatlán también) gozaron de su auge, y los turistas empezaron a descubrir el resto del país”. La lista de escritores y artistas que llegaron entre los años 20 y 60 del siglo XX de Europa y EU, Japón y América Latina a México, es impresionante. Ryan nombra al cineasta soviético Sergei Eisentein; a la revolucionaria y fotógrafa italoamericana Tina Modotti y a su compañero de lente Edward Weston, quien tomara en Mazatlán una de sus fotos más relevantes; a Laura Gilpin, fotógrafa estadounidense; Henri Cartier Bresson, fotógrafo francés; Eliot Porter, 26
estadounidense, otro artista de la óptica; y agrega una larga lista de escritores, periodistas y poetas: John Reed, Bruno Traven, Evelyn Vaugh, Hart Crane, Erle Stanley Gardner, Joseph Wood Krutch, George Woodcock, Aldous Huxley, John Dos Passos, Waldo Frank, Carlton Beals, Tod Downing, Tennesse Williams, Norman Mailer, Oliver La Farge, Malcolm Lowry, Leonard Wibberley, Elizabeth Morrow, Anne Morrow Lidenbergh, Bus Schulberng, Jack Kerouac, Roberto Matta, Gabriel García Márquez, Oscar Lewis, Carlos Castaneda, Alma Reed, Elizabeth Anderson, y Diana Kennedy. Sintetizando los puntos de vista de los escritores que selecciona Ryan, revela que “algunos condenaban las corridas de toros, mientras que otros se hicieron aficionados. Algunos no pudieron digerir la comida o incluso ni la probaron, mientras que otros la consideraron la mejor del mundo. Algunos temieron al tráfico mientras que otros se divirtieron. Algunos desconfiaron de los indios, mientras que otros los estudiaron y los respetaron. Algunos se mofaron de las artesanías mientras que otros se hicieron ávidos coleccionistas. Algunos se preocuparon por el agua, las ensaladas y la altitud, mientras que otros no le dedicaron ni un momento de sus preocupaciones”. 20 Ryan resume las opiniones de los escritores exponiéndolas en blanco y negro, como si hubiese un grupo con una sola opinión y otro con un pensamiento único pero opuesto, cuando en realidad en los juicios de algunos de ellos se manifestaban al mismo tiempo los encuentros y desencuentros con la sociedad mexicana. IV Ya en el siglo XX, particularmente desde 1909 cuando se editó por primera vez la famosa guía Terry´sMexico, y después de la Revolución Mexicana con Mexico by Motor, editado por la American Automobile Association(AAA), empiezan a aparecer las primeras crónicas de turistas y las primeras guías turísticas sobre México. Notorio es que en los libros de viajeros escritos por estadounidenses después de la convulsión social empiezan a brotar observaciones y juicios más benevolentes o equilibrados sobre los mexicanos.
20
Ibid, p.XX. 27
México se vio ampliamente favorecido por el creciente interés turístico de EU posterior a la Segunda Guerra. Susan S. Rough, en “Are Wethereyet”. The Golden Age of the American Family Vacations, 21 habla de cómo los viajes veraniegos entre 1945 y mediados de los 70 se convirtieron para millones de familias de clase media en un “innato ritual americano”. Y describe cómo la prosperidad de la posguerra, que fomentó los viajes vacacionales, la propiedad de un automóvil y el nuevo sistema interestatal de carreteras, forjó un verdadero rito del viaje en el carro familiar que llegó a constituirse en parte del tejido cultural de la sociedad estadounidense. Las vacaciones familiares, dice Rough, se convirtieron en un medio para fortalecer los lazos y valores familiares y reforzar la aún endeble identidad estadounidense. Incluso la experiencia del viaje familiar a los parques nacionales, a las costas y al extranjero, predispuso a los babyboomers, es decir a los niños nacidos en esos años, a desarrollar una fuerte conciencia por el medio ambiente y la tolerancia a otras culturas. Esa experiencia, en la interpretación de Rough, ayuda a explicar qué tipo de babyboomers, empezaron a jubilarse en México al inicio del siglo XXI. Si la cultura oficial y la que propusieron cineastas, pintores, músicos, antropólogos, historiadores, literatos y poetas mexicanos no recogieron la diversidad del país y propusieron una mexicanidad homogénea e idealizada, la visión que se propagó en EU, casi nuestro único abastecedor de turistas, fue una versión más bien caricaturizada. La propaganda turística mexicana ofrecía la imagen de un país pintoresco, amable y al mismo tiempo impredecible, alegre y fiestero. Los norteamericanos aceptaban gustosos esta imagen y le agregaban los ingredientes de un país aletargado, conformista y risueño. En relación a la imagen mexicana que se tenía en EU en el siglo XIX salíamos ganando. Es que cualquier guía de turismo o libro de viajes estadounidenses, la mayoría de las veces de manera amable pero poco objetiva, resaltaban una imagen folklorista de México. V
21
Rough S. Susan, “Are We there yet”. The Golden Age of the American Familiy Vacations, University of Kansas, 2008. 28
En los años 60 llegó una nueva generación de turistas a México; muchos eran hijos de los viajeros de casas rodantes de los años 40. Los jóvenes de los 60 y 70 vivieron una niñez de abundancia y mayores libertades que sus padres. Y experimentaron una sociedad de mayor tolerancia a las diferencias culturales, raciales y sexuales. La generación de jóvenes de los 60 fueron el primer corte demográfico de los llamados babyboomers. Los que habían nacido a partir de 1946 y empezaban a jubilarse a principios del siglo XXI. Los primeros babyboomers tenían 18 años, edad suficiente para viajar de manera autónoma, sin los padres. De eso escribió Carl Franz en The People´s Guide to Mexico. 22 La generación de Carl es la primera que en EU tiene a un amplio número de hombres y mujeres que ve al país y al conjunto de América Latina de manera más abierta, tolerante y receptiva, incluso al nivel de la admiración, contrastando con las generaciones anteriores. Cuando el joven universitario Carl Franz visitó México en 1964 en compañía de su amigo Steve Rogers, vio a un país y a una gente maravillosos. Para Carl, México, “milla por milla…sin duda califica como uno de los países con mayor variedad e interés en el mundo”. Esta generación, la de los 60, que el escritor y fundador del llamado “Nuevo Periodismo” Tom Wolfe llamó Me Decade o la “Década del Yo”, empezó a manifestarse en los años finales de la Guerra de Vietnam rechazando las etiquetas culturales, políticas y sociales tradicionales. Los jóvenes de esos años serían más conscientes de las diferencias individuales y exigieron tolerancia para ellos y para los otros. Para Paul C. Light 23 los jóvenes de la “Década del yo” fueron obra de la búsqueda de significado de la generación babyboomer. Light, citando a Watchel, refrenda la tesis de que esos movimientos juveniles iniciaron con un impulso moral. “Sin embargo muchos de ellos se extraviaron. En los 70, la inquietud por una auto conciencia y el crecimiento personal generó un rechazo por el materialismo que era 22
Franz Carl, The people guide´s to Mexico, Avalon Travel Publishing Group, Inc. Ca. USA, First edition 1972. 23 Light, Paul C. , Baby Boomers. Those born between 1946 and 1964, Penguin Books Canada Ltd, 1988,p.255. 29
visto como el sustento de un sistema que oprimía a las minorías… Hoy en día, este énfasis terapéutico y psicológico todavía representa (al menos potencialmente) una alternativa a los valores dominantes que puntualizan la productividad en lugar de la experiencia (…) al envejecer esta generación, tiene menos energía para ver en su intimidad. Se sintieron más confortables con quienes son y lo que son. Conforme los babyboomers se acercaron a la madurez de su arco de vida, estuvieron más dispuestos a ver hacia fuera de su interior, si no a las tradiciones de los cincuenta y los primeros años de los sesenta, si, quizá, a las crecientes redes sociales de pares y amigos, y posiblemente hacia un sentido de comunidad nacional”. Si bien los primeros jubilados que empezaron a establecerse en Mazatlán no fueron los babyboomers, aunque la historia de aquéllos ya es antigua, los estadounidense nacidos a partir de 1946 crecieron con una percepción social diferente, que los llevó a comprender mejor otras culturas. Miles de ellos, sobre todo del suroeste de EU, empezaron a llegar por miles a Mazatlán, como turistas treintañeros, en plenitud de sus vidas e ingreso económico. En 1973 fueron casi medio millón, cuando el puerto no llegaba a los 200 mil habitantes y apenas rebasaba las 4 mil 500 habitaciones de hotel, la mayoría de tres estrellas para abajo. Entre 1970 y 1975, según las estadísticas de los organismos locales, diferentes a las de la Secretaría de Turismo, aumentó tanto el turismo nacional como el extranjero. De los 778,715 turistas que arribaron a Mazatlán en 1973, unos 473,829 fueron extranjeros, y 304,886 nacionales. 24 Mazatlán, en particular, en 1975 recibía, de tan solo cuatro estados de la Unión Americana, el 73% de los turistas extranjeros. California brindaba el 52% de ellos, Colorado el 9%, Arizona el 8% y Nuevo México el 4%. De Illinois y Nueva York llegaban muy pocos turistas a Mazatlán, pero muchos a la Ciudad de México y a Acapulco.
24
Santamaría Gómez, Arturo, Del alba al anochecer. El turismo en Mazatlán (1972-2004), Ed. UAS-Coordinación General de Asesores del Gobierno de Sinaloa, 2005, p.9. 30
25 Una investigación realizada en 1975 y 1976 , con el objetivo de fundamentar la construcción de una Marina en Mazatlán, revelaba las siguientes características de los turistas extranjeros: los canadienses provenían de Columbia Británica y Alberta. La mayoría eran mujeres, y entre los estadounidenses la mayoría eran hombres, y en invierno la mayoría eran jubilados.
Los principales atractivos para los turistas nacionales y extranjeros eran la playa, el clima, la hospitalidad y la gastronomía y, además entre los extranjeros, los precios bajos de los hoteles y restaurantes. Una tercera parte de los turistas extranjeros ya había estado en Mazatlán. Un año después de esa investigación, la Memoria del Consejo Nacional de Turismo decía de Mazatlán: Entre 1975-1984 la mayor parte de los turistas extranjeros tenía edades comprendidas entre los 26 y los 40 años y quienes tenían más de 41 representaban el 38% del total. Los indicadores revelaban que Mazatlán era un destino bien posicionado entre el turismo extranjero de adultos mayores, donde el 11% tenía más de 56 años 26. Para 2012, el 89% de los turistas extranjeros que visitaron Mazatlán tenía entre 54 y 69 años o más. Habían visitado el puerto con frecuencia entre 1973 y 1984, los más abundantes en turismo extranjero para la historia mazatleca, y se convirtieron en la fuente más nutrida de jubilados que a inicios del siglo XXI hayan llegado a residir a la Perla del Pacífico. Así que, hipotéticamente, el número de jubilados que arriben en el futuro al puerto pueden ir descendiendo en proporción al menor número de turistas internacionales que fueron disminuyendo a lo largo de las décadas de 1984 a 2004. Tal hipótesis se apoya en investigaciones que han demostrado la estrecha correspondencia entre jubilados que llegan a residir a una población y la visita previa como turistas en sus años productivos. 27
25
Estudio de factibilidad para el proyecto de una Marina en Mazatlán, Sinaloa, Secretaría de Turismo, 1977. 26 Evaluación de los Servicios Turísticos, documento de la SECTUR, Ciudad de México, 1985. 27 Lizárraga Morales, Omar, Importancia del turismo internacional de retiro, Jorale Editores, México, 2008. 31
Los turistas que llegaron a Mazatlán y a otras partes de México en esos años son parte de un conglomerado que se educó en una atmósfera distinta a la anterior a la Segunda Guerra Mundial. Es posible decir que los jubilados estadounidenses que llegan a México, y a América Latina, nacidos después de 1945, son culturalmente más tolerantes, receptivos, adaptables e incluso más cosmopolitas que otros paisanos suyos de otras generaciones. Hay una numerosa bibliografía que aborda el tema de los babyboomers y trata de identificar sus características más visibles, a la vez que analiza el contexto histórico en el que nacieron y se formaron como hombres y mujeres. Uno de los autores de esa extensa producción bibliográfica en Estados Unidos es Ken Dychtwald 28, el cual dice: Cada generación tiene una identidad, una personalidad, una sensibilidad común. Eso no quiere decir que cada uno posee exactamente los mismos valores o creencias, o gusta de la misma comida o música. Pero cuando una masa de gente comparte experiencias formativas similares, se ha creado una identidad generacional.
Por lo anterior, apunta Joel Westbrook, 29 el “cuándo” es más importante que el “dónde” naciste en un mundo donde los mass media (radio, televisión, cine, prensa), aunque todavía no internet y las redes sociales, jugaban un papel axial en la socialización de las generaciones posteriores a la Segunda Guerra. Aun y cuando no todos los babyboomers compartieron los mismos rasgos culturales, sociales, ideológicos y políticos, algunos como Tom Price 30, le atribuyen comportamientos muy específicos y se pregunta: Si no sentiste las movilizaciones de los sesenta, experimentaste los asesinatos de los sesenta (como los de John y Robert Kennedy, y Martin Luther King), viviste la libertad de los sesenta, ¿cómo puedes ser un boomer? ¿Cómo puedes ser un boomer si no recuerdas a The Beatles en el Show de Ed Sullivan?
Por supuesto no todos los boomers pueden ser encasillados en un estereotipo. No todos participaron en las marchas contra la guerra en 28
Dychtwald, Ken, citadopor Croker, Richard en The Boomer Century (19462046) Springboard Press, New York, 2007, p.10. 29 Ibid, p.11. 30 Ibid, p.13. 32
Vietnam o a favor de los Derechos Civiles de negros y chicanos. No todos estuvieron en los festivales de rock de Woodstock y Monterey, ni todos participaron en la revolución de las drogas y el sexo. En realidad sólo una pequeña proporción de los boomers, dice Torres Gil, 31 se involucró en tales cuestiones: La mayoría de ellos simplemente se limitaron a buscar su ingreso al bachillerato, encontrar un trabajo, criar una familia. Pero incluso ese grupo fue, finalmente, influido y de alguna manera puesto en las sombras por las acciones de los babyboomers. En realidad, escribe Zeitz, 32 estudioso de esa generación, muy pocos estudiantes de los sesenta participaron en una o dos marchas, y sólo 2 ó 3 por ciento se identificaron como activistas, lo que dice, en realidad, que más del 80 por ciento de la población joven era apolítica y se mantenía al margen de las protestas y el activismo. Incluso, no todos los adolescentes de los cincuenta, quienes podían tener como iconos a Marlon Brando, James Dean y Marylin Monroe, usaron jeans y chamarras de piel negra, ni de desnudaban ante una cámara fotográfica. Estos ejemplos nos dicen que una generación pasa a ser identificada, por lo general, no por los comportamientos de sus mayorías, que generalmente son pasivas, sino por lo que hacen sus minorías activas, creativas y, muchas veces, transformadoras. Lo que sí vivieron la mayoría de los jóvenes blancos de los 50 y60 fue una época de abundancia material y la certeza de que su país era el país más rico y poderoso del mundo. Su país pregonaba la libertad y enfrentaba a los comunistas. Sin embargo, en su interior, les negaba derechos civiles a los negros y otras minorías étnicas, así como libertades culturales a sus jóvenes. Estas paradojas impulsaron a las minorías étnicas, a las mujeres y a los jóvenes a exigir derechos y espacios no reconocidos por la población blanca, adulta y masculina. Las luchas de esos grupos y sus gustos y creaciones culturales, fueron las que dejaron la huella histórica de esa generación. Aun con todo y las limitaciones y críticas que puedan hacerse a esos movimientos y cambios culturales, dejaron una 31
Ibid, p.14. Zeitz, Joshua, White Ethnic New York: Religion, Ethnicity and Political Culture in Post-War Gotham, 1945-1970, University of North Carolina Press, 2007. 33 32
sociedad, o por lo menos sectores de la sociedad, más abiertos y comprensivos a otras culturas y sociedades. Este depósito y caudal sociocultural es el que ayuda a explicar porque la mayoría de los estadounidenses jubilados en Mazatlán, y México en general, además de adaptarse mejor a un país latinoamericano se convierten en sus defensores y promotores. De manera más particular, a partir de 2007 cuando se intensificó la llamada “guerra del narco” emprendida por el presidente Felipe Calderón contra el crimen organizado, a partir de la cual se incrementaron las noticias negativas sobre México, los residentes estadounidenses en el país, a través de sus periódicos comunitarios, blogs y foros virtuales de discusión, asumieron, prácticamente, la defensa de su nuevo país de residencia. VI Si bien los primeros libros escritos por jubilados establecidos en México no nacieron en el siglo XXI, es a inicios de éste cuando empiezan a ser más frecuentes. Y a la vez se emprenden las primeras investigaciones estadounidenses y mexicanas sobre esa población residente al sur del río Bravo. Tony Cohan y Barry Golson, son dos de los viajeros estadounidenses que han escrito libros ampliamente leídos y publicados por grandes editoriales. A Golson le ha publicado Simon and Schuster dos títulos: Retirement without borders y Gringos in Paradise, y a Tony Cohan le ha editado Broadway Books dos libros On Mexican Time y Mexican Days. En éste Cohan 33 narra cómo se inició el arribo de norteamericanos a San Miguel Allende en los lejanos años treinta del siglo pasado. Barry Golson, más que escribir libros de estadounidenses viajeros en México, es parte de una generación de norteamericanos jubilados que viven en México y escriben sobre su experiencia en él. Golson representa a un amplio número de residentes que buscaron un cambio radical en su vida. Renunciaron a la asfixia del trabajo exhaustivo y agobiante de la sociedad postindustrial buscando reposo en
33
Cohan Tony, Mexican Days, Journeys into the heart of Mexico, Broadway Books, 2006, p.11-12. 34
poblaciones mexicanas con un ritmo societario preindustrial. Arguye 34 sobre su cambio de vida y escribe: Aunque mi trabajo era satisfactorio, también era intenso…Casi nunca sentía que podía relajarme, especialmente cuando estaba en la cúspide de mi carrera (…Por si fuera poco) se sabía ampliamente que la mayoría de los miembros de nuestra generación, la babyboomer, no estaba ahorrando la suficiente para vivir durante sus años de jubilación. Eso, combinado, con la inseguridad general sobre la Seguridad Social, creo una ansiedad muy extendida, introspección y no pocas quejas.
Golson y su esposa analizaron la posibilidad de establecerse en Florida, Arizona y California, los estados que prefieren para jubilarse los norteamericanos, pero había un factor muy importante, y para cientos de miles de ellos que quieren conservar un alto nivel de vida: el costo. Es ahí cuando aparece México, que resulta más barato que EU. Para los Golson, como para la mayoría de los vecinos del noreste de Estados Unidos, Europa les es más familiar e incluso les parece hasta geográficamente más cercana que México. En esa región de la Unión Americana que gira alrededor de Washington y Nueva York, la imagen mexicana está moldeada por lo que se lee en los diarios y se ve en la televisión sobre la inmigración y el narcotráfico. Cuando no es así, dice Barry Olson, lo poco que se sabe es que es un país con playas atractivas, agua no apta para beber, comida picante, peligrosos maleantes, una historia colorida y un pueblo muy trabajador. Pero no se preocupan mucho por saber más allá de los clichés, o acerca de los mexicanos que permanecen en su territorio. Cuando los Golson comentaron con sus familiares y amigos la decisión de establecerse en México, les platicaron una lista interminable de historias de horror sobre corrupción policiaca, asaltos, secuestros, etc. Pero otros, menos, les dijeron que “les tenían envidia (…) porque iban a vivir un sueño”. Barry Golson había conocido México durante unas vacaciones familiares siendo niño. Esa experiencia había influido de manera decisiva para que Barry y su esposa, ya adultos y jubilados, decidieran establecerse al sur de la frontera. Los especialistas en el tema de la emigración de jubilados explican cómo es que éstos tienden a dirigirse a una ciudad que les 34
Golson, Barry, Gringos in Paradise, Simon and Schuster, 2006, p.2. 35
brindó como turistas una experiencia agradable. Para los estadounidenses que decidieron establecerse en México después de una larga vida de trabajo en su país de origen, aun con su tolerancia cultural y su gusto por el país de adopción, no es fácil ir superando muchas diferencias en los modos, procedimientos y costumbres de hacer las cosas de los dos países. Para Golson y su esposa, un primer gran desafío fue armarse de mucha tolerancia para entender los tiempos y protocolos de la burocracia desde el mismo momento que cruzaron la frontera. La laberíntica administración pública mexicana los confundía. Incluso el frecuente pago en efectivo y no mediante tarjetas o cheques también los exasperaba. La paciencia para soportar altos volúmenes de sonido o ruido debe ser alta y también para aprender que la improvisación es el pan de cada día. Lo interesante de Golson es que, como pocos jubilados en México, se ve como lo que son: inmigrantes. La gran mayoría de ellos se ven como turistas perpetuos o de larga estancia, pero no como inmigrantes o transmigrantes. Incluso estos jubilados en México rechazan ser vistos como ex pats o ex patriados. Se sienten ofendidos si los llaman así. Prefieren ser vistos como “buenos americanos que simplemente tienen una dirección mexicana” (p.14). El cruce (de la frontera) tal y como lo reflexiono, tiene sus inquietantes ironías. Aquí estamos nosotros, personas nacidas con privilegios, ahora como inmigrantes en prospectiva cruzando un río que incontables y desesperados migrantes buscan superar para pasar al otro lado (…y) aunque hay razones económicas para emigrar a su país, también espero abrazar la vida y cultura que ellos extrañan.
Además de verse como inmigrantes, Golson reconoce que al igual que los mexicanos que emigran a EU, hay una razón económica para hacerlo; pero la diferencia es que unos lo hacen para sobrevivir y mejorar sus condiciones materiales de vida, otros lo hacen para llevar un estilo de vida confortable y relajado. Ambos, no obstante, a su manera y bajo diferentes condiciones sociales y materiales, buscan una mejor vida. Si bien hay estadounidenses que al establecerse en México lo idealizan, también hay inmigrantes mexicanos que sitúan a Estados Unidos en un edén; no obstante, hay realistas en ambos lados. Los 36
Golson, como muchos otros, no se establecen en la frontera ni en la megalópolis del valle de México, ni en pueblos pastorales alejados de la mano de Dios, sino en poblaciones con comodidades modernas y grupos de habla inglesa con las cuales puedan comunicarse sin complicaciones. A la vez, los estadounidenses han descubierto que los mexicanos son más amables, generosos, honestos y alegres en poblaciones medianas y pequeñas pero con servicios modernos. Las comunidades de jubilados estadounidenses o ex pats en México pueden dividirse, dice Golson, en dos grandes grupos: aquellos que se asimilan al país conviviendo con los locales, y aquellos que se aíslan ellos mismos viviendo en comunidades cerradas o en condominios. Sobre todo para el primer grupo, dice Michael Forbes, editor de The Guadalajara Colony Reporter, 35 “México puede encantarte cada día, y puede volverte loco todos los días: la vida de las plazas, el clima, el recibimiento, la gente cálida. Por otro lado, el desorden de los automovilistas, el internet que funciona mal, el concepto mexicano del tiempo”.
En cualquier caso, dicen ellos, la paciencia debe ser una virtud para entenderlo y vivir al sur de la frontera. En México, dicen los jubilados estadounidenses, la mentalidad que predomina es la vivir el ahora; poco se planifica para el futuro. Si los mexicanos dicen que van a llegar a una hora determinada, puede ser que lleguen o no. Si tienen dinero de su último trabajo, se plantean ¿para qué trabajar hoy? Para algunos americanos esa es una maravillosa manera de vivir pero a otros los vuelve locos. No obstante, todos, o casi todos, reconocen que hay una gentileza en los mexicanos que es difícil encontrar en otros lados. Para los ex pats, un pueblo mexicano típico debe presumir un estilo de vida sin prisas ni ansias y, si es posible, una arquitectura tradicional y calles empedradas. Pero un ex pat no interesado en olfatear y saborear los mejores aspectos de la sociedad mexicana vive aislado de la población local y sólo se relaciona con sus compatriotas. Para los que sí están interesados en conocer otros ambientes, sobre todo si proceden de grandes ciudades yanquis y se alojan en ciudades 35
Golson, Barry, Gringos in Paradise, Simon and Schuster, 2006, p.15. 37
pequeñas o medianas de México, suelen verla positiva incluso idealmente. Para Golson quien vive en Sayulita, Jalisco, cerca de Puerto Vallarta, los mexicanos, al menos los que él ha conocido en esas poblaciones, parecen estar más conformes y felices con sus vidas que los estadounidenses que se relacionan con ellos. Los mexicanos se miran contentos, menos ansiosos y más llevaderos con sus vidas que muchos norteamericanos. Lo paradójico, opina, es que los americanos que tienen como meta la felicidad en los documentos fundadores de su nación, buscan la felicidad como individuos, fuera de sí mismos, y la encuentran elusiva. “Mientras que los mexicanos, que nacieron de la opresión y la impotencia, con un sistema político que ha funcionado caprichosamente, han sabido encontrar un alto nivel de felicidad consigo mismo y sus familias” 36. Uno de los aspectos que llaman la atención y confunden a los estadounidenses que llegan a México es la concepción y manejo del tiempo. Para los mexicanos, dice Golson …el tiempo es circular, no lineal, por lo tanto están a la expectativa de que si algo no sucede como se calendarizó, en algún momento sucederá, y el destino la decidirá. Es muy cierto que en México uno puede estar un montón de tiempo esperando. “Mañana” es un cliché burlón para los americanos, pero esa pasa porque lo traducimos directamente del diccionario (…) “Mañana” para los mexicanos no es un sustantivo sino un futuro condicional.
Golson emprendió un largo y fino recorrido por los recovecos de la mentalidad mexicana en el libro que aquí citamos ampliamente. Explica a quienes piensan residir en México los desafíos pero también las bondades que pueden encontrar con sus vecinos del sur. Al final del libro, reseña lo que considera son 10 mitos sobre lo que ofrece México. 1. “Necesitas hablar español”. En realidad no, sin embargo tu experiencia se enriquecerá exponencialmente si agregas una nueva lengua a tu vida. 2. “Campea el crimen”. Salvo algunas excepciones no sucede contra turistas y residentes extranjeros. Nada causa un miedo más grande entre americanos y canadienses que los informes de violencia, 36
Ibid, p.67. 38
robo armado y secuestro en México, o la corrupción en la policía y el gobierno. Pero en pequeñas localidades y en la mayoría de los lugares que los americanos han escogido para vivir, los jubilados dicen que se sienten más seguros caminando en la noche en esos lugares que en Estados Unidos. 4. “Cuando te vas a México te separas de la familia y los amigos”. No tanto, por los descuentos de las líneas aéreas, telefonía barata, e Internet. Buen número de jubilados dicen que han encontrado un balance en la aventura de vivir en el extranjero viendo lo necesario a sus familiares y amigos. Han ahorrado lo suficiente para tomar vuelos baratos a los EU varias veces al año e incluso para invitar a sus hijos varias veces. 5. “Los mexicanos son hostiles a los americanos”. Mayormente falso, las encuestas dice que como en cualquier otro lugar. Durante una década durante la cual los Estados Unidos vieron disminuir simpatías en el mundo, las actitudes de los mexicanos hacia los americanos y Estados Unidos permanecieron positivas. 6. “Los mexicanos son flojos”. Falso. Si hay una calumnia que merece ser expulsada por siempre es el estereotipo del mexicano con sombrero y debajo de un nopal. Incluso comparado con los japoneses los mexicanos son industriosos. Aunque es cierto que los horarios y las citas son manejados muy flexiblemente, a la larga, los mexicanos cumplen, y en sus propios tiempos, trabajan largas jornadas. Que ellos saben cómo bajar el ritmo y cómo celebrar con frecuencia es algo que los americanos deberían aprender. 7. “La atención médica mexicana es inferior”. No siempre. Se puede pagar con modestia por una excelente atención. 8. “A) Los americanos no pueden comprar tierra en México y…B) Los Americanos pueden comprarla, pero se la pueden quitar”. En general falso, y donde es cierto, es un tecnicismo. Fuera de la frontera y en las costas los extranjeros pueden comprar con sus propios nombres, y en las costas lo hacen a través de los fideicomisos. 9. “Las mujeres extranjeras no se sienten cómodas en una sociedad machista”. Falso, aunque paradójico. El machismo no es un mito. Pero las mujeres “ex pat” y las visitantes dicen que han sido tratadas con respecto por los mexicanos. Para una mujer jubilada, por 39
su edad y aura maternal está muy lejos de ser agredida u ofendida por un macho. 10. “En casi todas partes el agua entubada no es segura para beber”. Cierto. Nueve de cada diez veces no es buena para beber. Otro género bibliográfico que podría situarse entre los libros de viajeros y los que escriben los jubilados establecidos en México, es el de una especie de diccionarios costumbristas que, a través de personajes, lugares y situaciones, tratan de explicar lo que los estadounidenses consideran son los rasgos mexicanos más característicos. El fin sería el de dotar a los norteamericanos de los conocimientos mínimos para entender la cultura mexicana, y las diferencias sociales y regionales que puedan influir en ella. Tres de ellos son: Not as a tourist…in Mexico,(1979) de Peter J. Wallenberg; Good Neighbors (1985), de John C. Condon, y The Mexicans. A personal Portrait of a People, (1989), de Patrick Oster. El primero fue editado en México pero escrito en inglés; los dos otros dos fueron impresos en Estados Unidos. Wallenberg, describe personajes y reseña episodios de su paso por México, pero inicia su libro con dos rasgos de la conducta mexicana que llaman la atención de los estadounidenses y que con frecuencia son comentados: el uso del tiempo,( que el autor llama the mañana principle), y la cortesía. A este autor le provocó muchos enojos y tiempo entender la concepción del tiempo de muchos mexicanos. Al intentar una explicación de cómo lo deben entender sus paisanos, escribe: 37 La amarga experiencia me ha enseñado que mañana significa casi cualquier cosa menos mañana o en la mañana. Créanme, mañana quiere decir alguna vez, quizá pronto, pero no mañana. Puede significar casi cualquier cosa, quizá la semana siguiente o el mes próximo, o en casos extremos, nunca. Es un modo cortés de no decir nunca “no” sin comprometerse a decir “sí”.
Alguno muy cercano a lo anterior, aunque en una forma minimizada, es el principio del ahorita. Es el mañana en diminutivo. 37
Wallenberg Peter, J. Not as tourist…in Mexico, Editorial Minutiae Mexicana, 1985, pp.10-11. 40
También significa algo que puede ser pronto pero considerablemente más pronto que mañana. Además de los prolegómenos y supuestos de la cortesía, la paciencia casi infinita, entre muchos otros detalles curiosos, llamativos e interesantes de la cultura mexicana. Condon dice que si una cultura es conocida por las palabras que utiliza, México es mejor conocido por la tierra del mañana. Algunos mexicanos, recuerda el autor, dicen que los americanos están tan concentrados en el presente que se olvidan de gozar el futuro; y algunos estadounidenses dicen que los mexicanos están tan involucrados en el presente que se olvidan de planear el futuro. Estos ejemplos, dejan claro que las orientaciones son diferentes en cada cultura, y cada cultura juzga a la otra basada en su propia orientación. Alain Riding, quien no es un viajero que haya pasado por México ni un jubilado que escriba sus experiencias mexicanas, sino un destacado periodista, corresponsal del New York Times durante los años ochenta, escribió uno de los libros sobre México más leídos en ambos países con una visión crítica pero a la vez equilibrada, donde también comenta la concepción mexicana del tiempo. Interpreta Riding de lo que han hecho los mexicanos frente al sentido occidental del tiempo: 38 El futuro se contempla con fatalismo y, por ende, el concepto de planificación resulta anormal. Pensando que el curso de los acontecimientos está predeterminado, los mexicanos no encuentran gran justificación para disciplinarse en una rutina (…) El tiempo mismo entraña reglas que deben desafiarse. Cotidianamente, la puntualidad parece poco valiosa, ya que no vale la pena truncar nada importante o grato en aras de un compromiso futuro: el llegar tarde a una cena, una hora o más, no merece una disculpa: por el contrario, lo grosero es llegar a tiempo (…) Por consiguiente, el síndrome del mañana no es síntoma de ineficiencia o pereza crónicas, sino más bien evidencia de una filosofía del tiempo totalmente diferente. Si el pasado está seguro, el presente se puede improvisar y el futuro vendrá por sí mismo.
Numerosos críticos, tanto nacionales como extranjeros, incluyendo a Riding, opinan que la cultura gerencial mexicana carece 38
Riding, Alan, Vecinos distantes. Un retrato de los mexicanos, Joaquín Mortiz/Planeta, México, 1985, pp.16-17. 41
de planificación a largo plazo, con el resultado de que muchas empresas buscan obtener altas ganancias a corto plazo con un mínimo de esfuerzos; pero algo parecido dicen de los estadounidenses en sociedades más meticulosas y organizadas, como la japonesa o la alemana. Si bien es cierta la crítica a la cultura empresarial mexicana, no deja de ser verdad que el manejo o la orientación del uso del tiempo es relativo y contextual. Edward T. Hall, canadiense estudioso de las culturas, habla de dos concepciones del tiempo: el “monocrónico” (M) y el “policrónico” (P), corresponderían a los modos en que estadounidenses y mexicanos conciben el tiempo. La concepción M cuida hacer “una cosa a su tiempo”. El tiempo es lineal, segmentado, preciso. Se prefiere la puntualidad e incomodan las distracciones. En contraste, en la concepción P muchas cosas suceden a la vez, con una noción más “suelta” de lo que se entiende por estar “a tiempo” o “tarde”. Las interrupciones son rutinarias, y los retrasos son comunes. No se espera que las actividades procedan como un reloj. No es fácil ajustarse a concepciones del tiempo diferentes, pero en sus relaciones, estadounidenses y mexicanos, dentro del territorio mexicano, sobre todo cuando participan los jubilados, van ajustándose mutuamente a sus usos del tiempo. Pero los americanos aprenden a ceder más en sus mecanismos cronológicos porque están dentro de una cultura dominante que no es originalmente la suya. Patrick Oster en el libro The Mexicans, ensaya una interpretación de diferentes aspectos de la sociedad mexicana a través de una amplia variedad de personajes, como “la muchacha” (o la empleada doméstica), “el junior”, “el traga fuego”, “el priista”, “el panista”, etc. De tales personajes, la empleada doméstica, el médico y el policía serían tres de los sujetos sociales con los que los jubilados extranjeros tienen una relación más frecuente. De los dos primeros por lo general externan una opinión positiva, pero de la policía casi nunca. Aquí los mexicanos coinciden con los estadounidenses. Escribe Oster: 39 Los mexicanos abominan a su policía. Detrás de esta inocultable antipatía está el temor perfectamente justificado de que un 39
Oster Patrick, The Mexicans. A personal portrait of a people, Harper and Row Publishers, New York, 1989, p.166. 42
encuentro con la policía mexicana puede conllevar extorsión, robo, tortura, o incluso, la muerte.
Una de las recomendaciones más frecuentes en las guías de turistas o libros de viajeros “gringos” es la de cuidarse de la policía mexicana, en particular, la de tránsito. Incluso las prisiones son nidos de corrupción policial tal y como lo vio David Lida 40 , otro viajero, en el Reclusorio Oriente de la Ciudad de México: …es por mucho un microcosmos de la gran Ciudad de México, por su caos, burocratismo, corrupción y desigualdad.
Los mexicanos no han aprendido a ser plenamente modernos, según los cánones de la sociedad norteamericana y otras naciones. En México, la competencia, innovación, eficiencia, sistematicidad, puntualidad, planeación, alta productividad, organización, coordinación, legalidad, pocas veces o nunca han alcanzado los niveles de Estados Unidos. Es por ello que la sociedad mexicana históricamente ha sido severamente juzgada por los norteamericanos y los ciudadanos de otras sociedades desarrolladas. En contraste, a lo largo de los siglos XIX y XX y los primeros años del XXI, la hospitalidad, cortesía y calidez de los mexicanos es lo que más han valorado los estadounidenses de los mexicanos. Estos valores, los cuales son prescindibles en una sociedad capitalista moderna, son los que más celosamente han conservado los mexicanos y más aprecian los estadounidenses; donde los jubilados, en particular, buscan un estilo de vida donde la sociabilidad alivia la soledad e invita a la actividad lúdica. El estilo de vida de los babyboomers, en especial se adaptó con mayor facilidad a la sociedad mexicana que cualquier otra generación de estadounidenses que haya pasado por México. Y esto es así porque los babyboomers, o muchos de ellos, lucharon o por lo menos presenciaron las luchas contra la segregación racial. Ellos iniciaron el movimiento ambientalista que aún persiste. Quienes revivieron con ímpetu el movimiento feminista y participaron, se solidarizaron o contemplaron los movimientos estudiantiles y laborales de los latinos. Quienes aceptaron una sociedad más diversa y tolerante. 40
Lida, David, First stop in the new world. Mexico City, the capital of the 21st century, 2009, pp. 231. 43
Sin haber experimentado todo lo anterior, sin haber respirado las atmósferas de hondos cambios culturales, cientos de miles de babyboomers, aún siendo México más barato y geográficamente cercano, no habrían optado por residir o pasar largas temporadas de la última etapa de sus vidas en un país tan diferente. Este nuevo movimiento migratorio de los babyboomers es también, en gran medida, la confirmación, y la última etapa, de una generación que buscó una nueva forma de vida dentro de una modernidad cansada. BIBLIOGRAFÍA.
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VENEZUELA: SOCIEDAD, CULTURA Y MIGRACIÓN Guadalupe Isabel CARRILLO TOREA♥ La afluencia que actualmente ha tenido el fenómeno de la migración a nivel mundial es una cara más de la globalización y de los problemas que la economía del orbe presenta. En América Latina, en unos países más que en otros, se ha dado el movimiento poblacional con una vehemencia que habla abiertamente de los giros políticos, sociales y económicos que han cambiado por completo el panorama de nuestros territorios. Venezuela es uno de esos ejemplos. Rastrear información acerca de la migración venezolana es una tarea ardua. El fenómeno en pleno ascenso impide el hallazgo de cifras oficiales pues éstas aún no existen. A partir de la subida al poder de Hugo Chávez Frías la diáspora dio inicio. Hoy hablamos de “éxodo masivo”, más aún considerando que la mayoría de quienes desean salir sienten que el tiempo está contado. Para señalar cifras aproximadas debemos acudir a la red pues los estudios acerca de esta inmigración son realmente escasos por no hablar, en la práctica, de un vacío total. Según la página web “Producto online” en marzo del 2007 se calculaba que la emigración de venezolanos sobrepasaba 1,5 millones de personas. “Sólo en USA –señala la revista- se encuentran unos 300 mil y en Australia ya se cuenta con más de 10 mil”. Si rastreamos en las fuentes de Internet encontramos infinidad de páginas o sitios de agrupaciones de venezolanos en el extranjero, opinando, dándose apoyo entre sí. Vemos direcciones como TALVEN (Talento venezolano) o el blog “venezolanos en el exterior” que añade links de unos veinte países; o bien la “venecomunidad” y “CECIVEX (resistencia civil venezolana) de corte más bien político y, claro está, antichavista. ♥
Doctora en Letras por la UNAM. Nacida en Venezuela, es profesora e investigadora del Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades de la UAEM. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Es autora de varios libros, entre ellos Miradas a la ciudad, Ed. UAEM, 2011. 48
“Mequieroir.com” es uno de los blogs más exitosos relacionado con la migración. Creada en el 2001, recibe al día más de 60 mil usuarios. En ella encontramos links de ayuda al interesado en saber las condiciones legales que deben enfrentar en caso de decidir una salida definitiva del país; ofrece las alternativas más comunes: Estados Unidos, Canadá, Australia, Panamá –muy atractiva para la inversión venezolana-, Costa Rica y, recientemente, han incluido a otros del cono Sur: Chile, Argentina o Perú. El perfil del futuro inmigrante, señala la editora de la web Esther Bermúdez, ha variado: al inicio eran jóvenes profesionales; hoy se habla de familias con un rango de edad de los progenitores entre los treinta y cuarenta años. Son también estos profesionales con experiencia laboral o con una capacidad de inversión relativamente holgada. Se trata, pues, de “fuga de talentos” que en parte dejan al país a la deriva en lo que se refiere al capital humano. El país, caracterizado por su capacidad de recepción de emigrantes; en los años cincuenta y sesenta de gallegos, portugueses o italianos y en los ochenta de chilenos, argentinos y uruguayos, ahora ha provocado la expulsión compulsiva de quienes lo habitan. En este tenor nos acercamos a la literatura, en especial a la producción literaria en Venezuela que hoy aún cuenta con un vasto número de escritores jóvenes que enfrentan con sensibilidad y sentido crítico la realidad por la que atraviesa la nación. La narrativa se contextualiza en la Venezuela chavista oteada desde dentro como ciudadano que habita el país, o hacia afuera, como venezolano en el extranjero, que no olvida su referente nacional. En 2006 se publicó un libro de cuentos titulado De la urbe para el orbe en el que colaboran doce jóvenes escritores con la temática urbana como centro argumental. Se trata de un ejercicio narrativo avocado a la vida citadina no sólo como escenario, sino también como construcción ficcional o eje argumentativo. Uno de ellos resulta especialmente representativo como reflejo de la problemática de la migración. A través del análisis literario del mismo, buscamos mostrar alguno de los rostros de la experiencia de la inmigración que, a modo de testimonio, se plasma en la literatura; si bien se trata de un trabajo 49
estético y creativo, representa claramente las patologías que podemos padecer como “venezolanos en el extranjero”. Se trata del relato de Javier Miranda Luque titulado “(abs)tracto bilingüe”. A través de un discurso monologado, de reflexión en primera persona, el yo que se manifiesta, más que detenerse en la ciudad en la que se encuentra, Miami, nos habla de cómo ve al mundo que lo rodea y de cómo se ve a sí mismo. Su introspección hace referencia a su condición de inmigrante ilegal y al impacto que le provoca el aventurarse a vivir en una situación de inestabilidad e inseguridad A través de un ejercicio del lenguaje en el que acude a expresiones propias del llamado “espanglish” el autor construye un discurso por demás escatológico, mediante el cual fluye en un tono de mordacidad que raya en amargura, no sólo el cuestionamiento de la sociedad norteamericana y venezolana, sino la crítica de sí mismo. En un derroche de frivolidad que encierra igualmente un hondo acento de honestidad, el yo apunta: Renuncio a las arepas, al ron, a los cigarros criollos y al oso. Que se pudran en el microwave las hallacas de mi mamá. Atrás dejo los culos vernáculos y su maraqueo. Me ladillan los coterráneos que suspiran por el Ávila y los cachitos de jamón. La nostalgia del inmigrante es cursi y llorona. Moquean escuchando gaitas pero venden su alma por los billetes con la cara de Washington. En este land of the free nadie me conoce y entonces hago lo que sea. Rueda libre, sin complejos. Fregando vasos con rouge (2006: 78).
El párrafo, cargado de tipicismos –arepas, ron, hallacas, el oso (detalle que alude a la cerveza más vendida en el país: la cerveza polar, cuyo emblema es la imagen de un oso polar)- da paso a la descripción de la nueva vida que experimenta este antiguo “ejecutivo junior” como él mismo se califica, y que se reduce a un rincón de la cocina de un restaurant en Miami Beach, donde el joven burgués trabaja lavando platos en triple horario. De nuevo el retrato de una sociedad que se remueve incómoda ante la nueva historia política que se relata en el país, se dibuja con acentos cáusticos, que delatan el deseo de destruir lo que se denuncia. Así leemos: Aquí no soy blanco de expectativas ajenas. Mis padres vegetan en Margarita con su jubilación. Y me repiten, mail tras mail, que allá 50
también hay playas. Y sol. Y la familia, los panas, mi ex. Thanks, but no thanks. Puse mar de por medio y me costó una bola hacerlo. Vender la moto, la tabla de surf, las demás vainas y la liquidación disminuida en dólares. No olvido la cara de mis colegas cuando les mostré mi renuncia irrevocable. Y me vine. Rapidito para no arrepentirme. Todavía la visa no expiraba y entré como turista. No soy un espalda mojada, pero ilegal estoy. I m a ghost. Como tantos (2006: 78).
El constante uso de venezolanismos, sumado a frases escritas (o dichas) en inglés que se expresan en un insistente tono coloquial van edificando un discurso que por sí mismo resulta evocador de identidades, formas de vida, tradiciones. Se trata de ver –leer- lo que hoy sería clasificado como el venezolano sifrino (entiéndase burgués) que construyó, sin querer entenderlo, la Venezuela de las desigualdades. Durante décadas estas clases sociales aparentemente desentendidas de lo que ocurría en su país fueron forjando el agotamiento de una sociedad empobrecida en su mayoría y que hoy se conoce como la población que aún cree en ese, por qué no decirlo, fenómeno que es Hugo Chávez Frías y su ahora “socialismo del siglo XXI”.El protagonista estaría en el grupo de los “oligarcas” que tanto ha satanizado el chavismo. La elaboración discursiva, el trabajo del lenguaje de extraordinaria factura escatológica dan cuenta de una identidad urbana asumida desde la inconsciencia; es la ciudad cosmopolita que se proyecta como forma de ser, como distracción o rutina, como turismo y trabajo, como expresión y lenguaje: Allá en Caracas, yo era sólo uno más de los ejecutivos junior de la oficina. Aquí, en Miami, soy misterdishwasher. De sueldo mínimo. 3 turnos de 2 horas, 6 días a la semana. Un par de comidas calientes gratis por jornada laboral, sin repetir, match yourstep, señor. Y whynot si me queda tiempo libre que jode. Para dormir hasta el mediodía y tomar litros de café aguado maquillado con media docena de potecitos de half and half (mitad leche y mitad crema ¿de qué?, dice en letras minúsculas el empaque). Brunchearapplepies y cheese-burgers. Balbucear este espanglish, castinglés, inglellano o ingleñol que me asquea. Pero beacheo todos los días (2006: 78).
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La postura de desgracia inevitable asumida por el yo que padece su decisión de convertirse en un inmigrante más dentro de ese macro espacio que viene a ser Estados Unidos, es asumida con amargo sarcasmo, con absoluta vacuidad. La vida se reduce a lavar platos, dormir, comer y nadar; su proyecto, a todas luces insensato, lo reducirán a formar parte de una sociedad de contradicciones y falsedades, que, paradójicamente, también él rechaza. Se trata de una resistencia al libreto de la cordura o a la solidaridad hacia una causa digna de ser asumida. Esto se verbaliza mediante un registro lingüístico desplazado, abundante en vulgaridades, y expresiones cargadas de abyección: El día que me descubran, en esta tierra de inmigrantes, de gente de todas partes y de ninguna, me caso con una very old american lady. O dono esperma para el banco de semen. Adopto un perro. Me afilió a una ONG que defienda causas inobjetables. El servicio militar ni pensarlo, no vaya a ser que me manden invadir territorios lejanos y arrasarlos. To search and destroy. Prefiero las mamadas de Clinton a un mamandatario exterminador. Practiquemos el sexo oral y no la guerra. Eyacular sobre el vestido de una pasante es menos escandaloso que salpicar a civiles de sangre. Invoco el espíritu de Whitman, aquel Walt que se pudrió gloriosamente bajo tierra, ahorrándose la indignidad de ser congelado como su tocayo megalómano, cursi y churrigueresco que mandó a construir worlds y landias sobre pantanos y terrenos baldíos adquiridos por cuatro lochas –only cash next window- and five cents (2006: 80).
El cinismo inicial se convierte en denuncia hacia las incongruencias propias de la nación americana, reproducida en sus mandatarios y en muchos de sus célebres personajes. El devaneo entre la banalidad y la abyección puede leerse como antecedente de lo que se ha venido a llamar estética del caos y lógica del desorden, propia del lenguaje urbano actual. El sentido apocalíptico que muchas veces brota en las ficciones urbanas de principios de siglo XXI, en esta ocasión es sustituido por el ludismo que a través de la frivolidad impregna todo el texto. El título del relato escrito a modo de anagrama revela el deseo, que se sostiene hasta el final, de ver terribles realidades como juegos que resultan grotescas muecas de quien se sabe traicionado por sí 52
mismo: las tres primeras letras “abs” se encuentran escritas horizontalmente en paréntesis; “tracto” se colocan verticalmente para unirse a la última parte “bilingüe”, también anotadas horizontalmente. En el primer párrafo, que se conectará con el cierre del relato, se enuncia en primera persona una serie de reflexiones en torno al insomnio cuyo sentido violento se ve entreverado de un tono paródico, mediante el cual el yo se hace parte de esa escatología que emula: Yo no sé lo que es el insomnio. Ni el estreñimiento. Deduzco que un insomne es alguien estreñido del sueño. Y un estreñido, un insomne de heces. Ano en vigilia. Náufrago del baño. Culo en vela. Sin viento. ¿Existirán los exámenes fecales del sueño? ¿Para sueños intestinos que son una mierda? ¿Poblados por lombrices parasitarias del inconsciente? Pesadillas húmedas y malolientes. Que estés con Jennifer Connelly o Liv Tyler, ambas desnudas y no se te pare. Por ejemplo. ¿Aún se practican los análisis oníricos de desechos digestivos? En la antigüedad, los oráculos leían las heces de sus amos. Escatología sin excusas ni arrepentimientos. Escritura esfinteriana que auguraba lo próximo. ¿Eres lo que sueñas o lo que comes? ¿Nuestros sueños son basura de la psique? (2006: 77)
El relato concluye con la afirmación, coloquial, en la que dice: “Por cierto, conmigo el pajúo de Freud estaría jodido. Jamás he logrado recordar mis sueños. Ni pesadillas.” (2006: 81). Iniciar el relato deteniéndose en elementos abyectos como los desechos humanos, las excrecencias, lo maloliente y vincularlos con lo onírico como parte de la misma basura, puede verse desde varias posibilidades interpretativas. Por una parte nos define el rumbo a seguir en todo el texto: lo abyecto es parte de nuestra identidad. Más aún llamar a las cosas por su nombre, dejar de lado las simulaciones son la vía para establecer un distanciamiento de nosotros mismos con el que podremos crear una otredad que nos permitirá juzgarnos, desacralizar lo que nos rodea, e incluso clasificarnos como lo que somos: desechos sociales, sin ética, capaces de vender el alma o la patria o lo que sea necesario para satisfacer nuestros muy personales intereses. Esta es la postura del yo que, además, proyecta en muchos de los que cita, sea familia, personajes públicos o históricos… 53
En este sentido Julia Kristeva, en su obra Los poderes de la perversión (1988), señala cuáles son las condiciones ulteriores que hacen abyectos los espacios o las personas. La escritora señala: “No es por lo tanto la ausencia de limpieza o de salud lo que vuelve abyecto, sino aquello que perturba una identidad, un sistema, un orden. Aquello que no respeta los límites, los lugares, las reglas. La complicidad, lo ambiguo, lo mismo.” (1988)2004: 9). La cita enumera con exactitud lo que ocurre al yo enunciador. Su identidad se ha visto perturbada, producto de la situación política y social que vive su país de origen. El orden y el sistema en el que se desarrollaba su vida se han roto. Hay una consciencia de este rompimiento y un deseo expreso de no volver a lo que, para él, ya ha desaparecido y ya no vuelve. Esta conciencia de final, semejante a la sensación que podría experimentar un agonizante ante la idea de la muerte trastoca lo interior y lo exterior, llevando inevitablemente al acabamiento personal. Javier Miranda construye su relato teniendo como asiento a la abyección, pero el tratamiento que desarrolla de la misma le concede un carácter excepcional. La voz protagónica adquiere relevancia pues es la que mostrará un panorama personal, social y cultural degradado. Sin embargo el uso de la primera persona impregna de subjetividad el discurso y nos muestra que la fealdad, la sordidez, los personajes configurados por su mediocridad se transforman en razón estética y, al mismo tiempo, en denuncia de un mundo que pareciera haberse instalado en la vileza de sus intereses personales por encima de cualquier bien comunitario. ¿CIUDADES SIN ROSTROS? Las referencias a la ciudad en la que se encuentra, Miami, no se desarrollan con descripciones geográficas o urbanas; la oquedad se impone como registro del paisaje citadino; es más bien la urbe sin dimensiones concretas que se construye con las formas de vida de quienes la habitan. La identidad de Miami ubicada en EUA, pero poblada en su mayoría de hombres y mujeres de origen hispanoamericano, cubanos y venezolanos preferentemente, le concede características culturales diseñadas desde el filtro de la hibridez y la globalización; de tal manera que la alusión y crítica de la 54
ideología y formas de actuar del norteamericano medio, se expresan en una atmósfera de espesa disonancia. El extranjero habla de una ciudad de otro país, pretendiendo asumirla como propia. Mediante la elaboración discursiva de un lenguaje que muestra raíces étnicas muy marcadas, ocurre lo opuesto a lo que en apariencia se pretende lograr: se venezolaniza la ciudad al enunciarla con el filtro de una identidad nacional inevitablemente arraigada. La pretensión de borrarse en ese territorio que se dispone a modo de micro-universo, apenas se asoma como deseo. CIUDAD ESPEJO Miami escribe su historia de cotidianidad anclada en la diversidad étnica; evocar sus costumbres, señalar cómo, en último término, fue diseñada para acoger al turismo –o al inmigrante ilegal- que permanentemente la colma; decorada de hoteles, bares, restaurantes, la convierten en el gran teatro del mundo; allí desaparece lo conocido y se impone el anonimato. La presencia de la playa junto a los grandes centros nocturnos le concede a quien la habita la capacidad de evadirse y olvidar: “Con una inteligencia mediana, aquí cualquiera pasa desapercibido. Viviendo su versión del american way que consiste en un único mandamiento: “no te involucres”. Dont get envolved, honey. And thats it. Ya está, pues, y nada más. Este es el name of de the game. Gánate tus verdes, consume y cállate” (2006: 79).
La ciudad light es, estéticamente, el espejo de aquel antiguo “ejecutivo junior” que se empecina en seguir siendo light, a pesar de las implicaciones que esto supone. Ciudad-personaje son uno mismo; ella lo representa y él se ve, efectivamente, reflejado en sus linderos de ensoñación y escapismos permanentes; no hay incertidumbres ni miedos. Miami encarna el sueño americano desde el perfil más radical: la vacuidad. Ese gigante que mira de soslayo al resto del mundo, es, sin embargo, vacuo, de mirada estrecha, en definitiva, el gran rastrero. Sin embargo, nuestro personaje quiere estar allí, en sus espacios, regido por sus leyes, conviviendo con su gente. ¿Asimilación cultural? ¿Evasión permanente? ¿Íntimo deseo de aniquilamiento? 55
¿Desmemoria como actitud vital?: “Yo juego al bajo perfil. Catirito 41 y bronceado. Sin acento. Callado. Masivo. Una isla rodeada por un microclima confortable. Me divierto inventándome nombres y nacionalidades.” (2006: 78). No soy lo que soy, no soy nadie. El imaginario que se presenta está impregnado del sentido de desarraigo y de voluntaria exclusión social; todo ello va de la mano de la estructura del discurso a través del uso del monólogo, con un lenguaje que ilustra con exactitud una tesitura interior desgarrada, saturada de contradicciones y sinsentidos. Esto es, una vez más, otra cara de la migración, una de las más comunes entre la venezolanidad que ve su traslado como una tragedia colectiva.
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“Catirito” término diminutivo que se emplea en Venezuela para nombrar a la persona rubia. 56
BIBLIOGRAFÍA Torres, Ana Teresa; Torres Héctor, compiladores. De la urbe para el orbe. Fundación para la cultura urbana. Caracas. 2006. Kristeva, Julia. Los poderes de la perversión. Siglo XXI editores. (1988) 2004. Artículos de Internet: http://www.mequieroir.com Revisado el 10 de enero del 2012. http://www.venezolanosenelexterior.blogspot Revisado el 20 de enero de 2012 http://www.producto.com.ve/280/notas/tendencias.html revisado el 1 de febrero de 2012 http://www.terra.com.mx/articulo.aspx?articuloID=218650 Revisado el 5 de febrero de 2012.
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LA MUJER MEXICANA Y LOS DUROS RETOS DE LA MIGRACIÓN
Adriana Margarita MÁRQUEZ VELÁZQUEZ ♥ INTRODUCCIÓN ♥
Catedrática e investigadora de la Unidad Académica de Economía de la Universidad Autónoma de Nayarit. 58
Los estudios sobre los procesos migratorios de México se han enfocado a la migración que se dirige hacia el vecino del norte. Los enfoques son diversos: lugar de origen, destino, remesas. Sin embargo existe ausencia en la información en cuanto al género. En el estudio de los fenómenos sociales ciertamente se encuentran las mujeres, pero de forma secundaria, como sujetos pasivos y dependientes, las cuales sólo emigraban por cuestiones de reunión familiar o como reencuentro con sus parejas sentimentales en el país receptor. Ante la fuerza del fenómeno, en los años 70 comienza el interés por encontrar las diferencias respecto a las migraciones y emigraciones masculinas y femeninas. GLOBALIZACIÓN, DIVERSIFICACIÓN El proceso de globalización no se puede pensar sin el movimiento de personas, los desplazamientos de una localidad a otra o de un país a otro. El fenómeno de la migración ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad, cuando se desplazaban mediante viajes de exploración y conquista de tierras, regiones y de un continente a otro, o con el intercambio de mercancías a través de largas travesías de navegación. Estas iniciativas y acciones de gobiernos y grupos, aventuras de conquistadores y mercenarios, periplos de búsquedas interminables y hasta gestas ocurridas durante siglos, son antecedentes de los escenarios actuales. Así, por ejemplo, la caída del muro de Berlín, que marca el término de la Guerra Fría, desencadenó una serie de sucesos en todos los órdenes de la vida del mundo. Con la apertura de los mercados internacionales, la implementación de políticas de corte neoliberal y la globalización como marco global, se generaron mayores asimetrías y desajustes en países tanto desarrollados como en vías de desarrollo. Trajeron consigo rezagos, crisis financieras, inseguridad laboral, incertidumbre política y problemas de sustentabilidad ambiental; estas condiciones son parte de las características de nuestro tiempo, que desembocaron en movimientos migratorios de talla global. La mayoría de los movimientos migratorios en los países de Latinoamérica eran realizados por campesinos, de forma temporal y en su gran mayoría por hombres. En los años 70 esta condición empieza a cambiar. Los patrones de migración se transforman. El camino del migrante mexicano se traza hacia el norte, la cantidad de 59
migrantes hacia EU se incrementa de forma considerable, con la creciente presencia de mujeres emigrantes, que comienza a visibilizarse de acuerdo a la investigación de Montoya (2011). LA PERSPECTIVA DE GÉNERO El movimiento migratorio tiene varias aristas para su discusión. Ejemplos como el estatus legal del migrante, la forma de migración, individual o colectiva, el país de origen o destino, remesas reportadas a los países expulsores y los cambios en las políticas respecto al tema de la migración de los países receptores. Existen diversas teorías y enfoques que abordan el tema basándose en conceptos y variables económicas; sin embargo ha cobrado fuerza la perspectiva de género. Tal tendencia metodológica está contemplándose ya en los estudios e investigaciones, con el fin de determinar diferencias, así como causas y efectos en la movilidad de las mujeres. Por ejemplo, si las desigualdades que éstas sufren en sus países de origen promueven la emigración, y si estas desigualdades determinan las condiciones en las que se lleva a cabo. El enfoque subraya el hecho de cómo el ser y hacer de hombres y mujeres influyen sobre los comportamientos cotidianos y en este caso sobre la migración (Woo, 2001). La categoría de género al tomarse como construcción social y cultural debido al papel social y económico tradicionalmente impuesto a la mujer dentro de la comunidad y del mismo núcleo familiar, encuentra diferencias en la temática de migración. En este sentido, otro motivo de análisis es el impacto de estos movimientos femeninos en la localidad de origen. Desde el proceso de toma de decisión, desplazamiento y establecimiento se encuentran diferencias entre hombres y mujeres. De acuerdo a Montaner los estereotipos del migrante campesino (varón) comienzan a reconfigurarse, cambiando lo que anteriormente se consideraba un papel pasivo por parte de las mujeres como esposas, madres, hijas, hermanas de inmigrantes; y que éstas únicamente se desplazaban con el fin de la reunirse con sus parejas o familiares en EU.
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El rol pasivo ha quedado atrás. En recientes décadas las mujeres se han convertido en protagonistas de historias de migrantes debido la falta de oportunidades, la inequidad de género, la exclusión de las políticas públicas, la violencia, la búsqueda del bienestar mismo, así como la de sus familias, que son situaciones por las que cada vez más mujeres deciden emigrar, rompiendo las barreras fronterizas, rompiendo tradiciones y costumbres locales, dejando a sus hijos bajo el cuidado de otros familiares, con la finalidad de colocarse en un mercado de trabajo mejor remunerado y la mayoría teniendo en mente el sustento y bienestar de la familia que dejaron. Los riesgos son mayores para las mujeres que toman la decisión de cruzar la frontera como indocumentadas. Las ubica como blanco fácil para sufrir explotación y abuso físicos por parte de los encargados del viaje o de los llamados coyotes. Debido a la misma condición, la emigrante enfrenta problemáticas distintas a las de los hombres, como la trata de blancas, explotación, abuso sexual, robo, violencia, desigualdad laboral, discriminación. DIVISIÓN SEXUAL DEL TRABAJO Y MIGRACIÓN Las mujeres, desde tiempos muy remotos, han participado como fuerza laboral. Al principio en el interior de la unidad familiar. Sin embargo, conforme se fueron dando las transformaciones socioculturales y de la vida pública y fueron transcurriendo las décadas y los tiempos, el acceso a espacios públicos por parte de las mujeres fue logrando que estas generaran un ingreso a sus familias o bien que incluso quedaran a cargo de las mismas. Esto provocó un cambio en las obligaciones sociales tradicionales como el ser hijas, hermanas, esposas y madres (Durand y Massey, 2003). Sin embargo la exclusión en los estudios de migración permaneció vigente; aun no se les visualizaba como grupo emergente, y en todo caso se les ubicaba simplemente como complemento del ingreso familiar. En la división sexual del trabajo, el trabajo relativo al cuidado y la reproducción de los hijos se ha asignado en la mayoría de las sociedades a las mujeres; y al no ser visto como parte del trabajo productivo se minimiza la contribución del trabajo doméstico en las economías. En consecuencia su inserción laboral se encuentra en una 61
posición de desventaja al concentrarse únicamente en tareas tradicionalmente femeninas, unidas a su rol reproductivo. La inequidad en el acceso a trabajos bien remunerados en el espacio público es una de las principales limitantes para lograr autonomía y contar con mayor protagonismo en las localidades de origen. Por tanto, convertirse en agentes del desarrollo presenta más dificultades. De acuerdo con Montoya (2011) con las investigaciones realizadas en el año de 1979 se mostraron aspectos para identificar las diferencias entre hombres y mujeres emigrantes como lo son el perfil sociodemográfico, mercado laboral y cambio de roles en las familias. Estas vertientes de los estudios derivan de los papeles diferenciados entre los dos géneros. En el contexto de lo familiar la migración femenina tiene una relevancia mucho más significativa que la del hombre; el hecho de tener hijos, la condición de trabajo, situación de civil y la posición dentro de la familia, son condicionantes para que se dé origen a la migración. La situación en la que se ubique la mujer en el lugar de nacimiento, así como las características de las inserciones laborales, normas sociales, rasgos culturales inciden en la diferencia de la migración. Todaro (2003) señala una tipología en las migraciones femeninas que va desde el estado civil, autonomía o dependencia familiar, búsqueda de empleo urbano, ajustes en la percepción salarial, motivaciones matrimoniales o seguimiento de la familia; conforman diferentes tipos de migración en las mujeres. No sólo la mano de obra barata es la que se expulsa; el flujo de emigración incluye en sus filas a hombres y mujeres con altos niveles de educación, incluso posgrados. La educación de las mujeres emigrantes ha provocado cambios significativos en cuanto a la inserción laboral, y con un grado educativo más avanzado pueden aspirar a lograr trabajos con mayor remuneración o de mando medio en los EU. CAMBIOS EN LAS RELACIONES DE GÉNERO El desarrollo y tipo de mercado laboral tanto en el lugar de origen como en el de destino señalan o determinan los movimientos migratorios femeninos, esto significa que conocer las condiciones de 62
género es una cuestión indispensable para conformar modelos de desarrollo y conocer las causas que dan origen a los movimientos migratorios femeninos. En los últimos estudios se ha considerado la relación entre la migración y las asimetrías entre hombres y mujeres relacionado al fenómeno migratorio. La emigración hacia los EU coadyuva a disminuir (en algunos casos) tales diferencias. El cambio en la dinámica demográfica trae consigo implicaciones en las relaciones de género; no implica sólo un cambio espacial; también es cultural y de equidad. La vida entera de la mujer se ve afectada quizá hasta como un aliciente. Los elementos más involucrados son el control económico, las redes sociales y la posición o lugar que cumple en la familia. Puede decirse que estos factores le brindan mayor capacidad de decisión. Mientras tanto en las comunidades expulsoras al captar flujos monetarios que provienen de remesas, también se ven afectadas de forma positiva, ya sea para compra de alimentos, ropa, asistencia médica, manutención, vivienda e incluso establecimiento de empresas familiares; logran cubrir algunas carencias y hasta promover el desarrollo local. Al concepto de “capital social” Glenn Loury (1977, en Durand y Massey, 2003), lo denomina como un conjunto de recursos intangibles en las familias y comunidades que ayudan a promover el desarrollo social. Estos recursos ya sean reales o virtuales, corresponden a un individuo o grupo, a su vez se pueden transformar en otras formas de capital. En el área de migración se puede señalar que las redes migratorias son el conjunto de relaciones interpersonales donde se conectan los migrantes con otros, tanto en zonas de origen como en zonas de destino. Esto incluye parentesco, amistad y paisanaje. ESTADÍSTICAS Y PERFIL DE LA MUJER Como señala Montoya (2011), de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas, para el año 2005 existían 190,633,564 migrantes en el mundo, de las cuales el 49.6 % eran mujeres. En el Informe de la Población Mundial 2006 presentado por CONAPO y UNFPA, se advierte que las mujeres constituyen casi la mitad de todos los 63
migrantes en el mundo. En México en los últimos 30 años la migración femenina se ha mantenido ligeramente inferior a la de los hombres, encontrando una relación de 44 mujeres por cada 100 migrantes en EU. De acuerdo a la CONAPO y UNFPA (2006) las principales características de la mujer migrante son: --Jóvenes o jóvenes adultas el 52% oscila en edades de 20 a 45 años. --Radican en todos los estados de la Unión Americana, pero la mayor concentración se encuentra en California, Texas y Arizona. --Bajo nivel de escolaridad. --De los indocumentados mexicanos radicados en Estados Unidos representan el 45% de la población. --El 22% de las mujeres radicadas en nuestro vecino país ha logrado obtener la ciudadanía. --En su mayoría se emplean en servicio doméstico. --Solo el 10.2% se emplea en ocupaciones de tipo profesional. --El ingreso promedio es de 18 mil dólares al años, 5 mil menos que los varones. --5 mujeres de cada diez no cuentan con cobertura médica ESTADÍSTICAS MIGRATORIAS DE NAYARIT Nayarit se encuentra dentro de la región histórica de migración de la República, junto con Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Jalisco, Guanajuato, Colima, Michoacán y Aguascalientes. Es decir, de estas regiones tradicionalmente han salido los mayores contingentes de mano de obra migrante. De acuerdo a el Plan Estatal de Desarrollo 2005- 2011 del Gobierno del Estado, Nayarit cuenta con recursos para el desarrollo de la agroindustria y el turismo debido a sus características físicas. Sin embargo el desarrollo es bastante desigual por las distintas vocaciones productivas y las escasas infraestructuras de las 5 regiones en las que se divide Centro, Costa Sur, Norte, Sur, Sierra. El empleo 64
en el Estado en su mayor parte proviene de la ocupación de asalariados y por cuenta propia en el área informal. Esto se convierte en bajos niveles de productividad, además que el crecimiento de la población se ve afectado por los crecientes flujos migratorios hacia el resto de la república y EU. Como señala Meza (2008) las migraciones dentro de los diferentes municipios de Nayarit se dan de forma continua, principalmente cuando es temporal de corte y recolección de ciertos frutos en la actividad agrícola. La inserción laboral en las actividades del sector servicios y comercial que principalmente se concentra en el municipio de Tepic, es otro causante de flujos migratorios. La causa primordial para abandonar los municipios de origen es la ausencia de oportunidades de empleo, que produce una reestructuración económica y de población en todo el estado. De acuerdo a CONAPO (en Meza, 2008) en el 2004 Nayarit presentó un índice de intensidad migratoria de 1.27% quedando en tercer lugar después de Michoacán y Zacatecas. La constante migración trae consigo muy bajas tasas de crecimiento municipal. Y los bajos ingresos de la población ocupada son el motivo principal para abandonar los municipios de origen y trasladarse al municipio de Tepic, donde se concentra el poder económico, político y social. De acuerdo a estadísticas del INEGI en el último censo del 2010, de los 15,585 migrantes del estado 3,931 son mujeres. Las edades de mayor incidencia en la emigración femenina son de 15 a 24 años con el 37.7 % y de 25 a 44 años con el 26.9 %. Esto indica que cada vez más mujeres en edad productiva toman la opción de emigrar en búsqueda de mejores opciones laborales y de vida. Existe la necesidad de conocer su participación laboral a partir de la división sexual del trabajo de los mercados locales, para la adecuada implementación de políticas migratorias que registren la vida laboral tanto en la región de origen, como en la condición de emigrantes tanto legales como indocumentados. En la migración se encierran potenciales beneficios. Los costos y riesgos deben de ser asumidos por los países involucrados. Dávila (2006) reconoció que a pesar de la permanente presencia femenina en los flujos migratorios, hasta ahora el enfoque predominante ha 65
considerado a las migraciones como procesos generalizados en los que la condición de género no es factor de diferencia, lo que se refleja en la ausencia casi generalizada de políticas específicas. Los estudios acerca del fenómeno migratorio sólo nos revelan cifras, lo que nos lleva a realizar una aproximación a los testimonios de aquellas mujeres que son participantes activas, tanto las que se van y no vuelven, como las que están de retorno, las que comparten su vida y familia en movilidad constante; legales e ilegales, documentadas e indocumentadas. De modo que las historias de vida pueden mostrar la honda, cruda y verdadera trama de la emigración. GÉNERO Y NARCOTRÁFICO: LAS “BUCHONAS” El fenómeno del narcotráfico en México se vuelve transversal tocando a todos los sectores de la población, debido a la característica dinámica del tráfico de drogas ilícitas. El fenómeno, que se observa desde la misma base económica del país, con las carencias y vicisitudes que a diario enfrenta la población en su sobrevivencia. De modo que la industria de los enervantes ha impactado en procesos políticos, económicos y socioculturales manifestándose de forma activa en las últimas décadas. Dentro de los procesos que atañen a la sociedad y la cultura se ha desarrollado el fenómeno de la narcocultura, comprendiendo un universo simbólico en el cual inician y se reproducen los grupos sociales que lo integran, extendiéndose por múltiples escenarios y territorios e incidiendo en las percepciones y apreciaciones individuales, creando así una cultura colectiva propia de este fenómeno, que comprende actitudes, lenguajes, acciones, imágenes, moda, arte y literatura. De forma histórica muchos grupos sociales se han relacionado e involucrado con el narcotráfico al igual que políticos, empresas privadas y hasta la iglesia; ya sea de forma activa o receptora de los impactos y resultados.
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Pensar en la mujer dentro del fenómeno “narco” resulta difícil de concebir, debido a los patrones y códigos de género imperantes en México. Si bien se piensa en las esposas, madres, hermanas, hijas que rodean al “narco”, también existe la participación activa de mujeres tanto en papeles que tradicionalmente se han identificado tradicionalmente como roles “masculinos”. Para analizar la situación del género en este marco es necesario establecer la relación existente entre estos conceptos. El género es una categoría de análisis ayuda a explicar el porqué las características consideradas como “femeninas” y “masculinas” son atribuidas a las mujeres y hombres respectivamente más que por derivar de la forma natural de su sexo, por procesos individuales y sociales. El género lleva a reconocer las interpretaciones, simbolizaciones y las diferentes formas de organizaciones en las relaciones sociales. De acuerdo a Ferro (2001) la sociedad ha establecido qué es lo “propio de las mujeres” y que es lo “propio de los hombres”, construyendo así sus propios “modelos” de femineidad y masculinidad y obligando a todos a apegarse a determinados patrones. La estructura de género establecida es un hecho social con tanta fuerza arraigado que se considera de forma natural. “La cultura marca a los seres humanos con el género y el género marca la percepción de todo los demás. Lo social, lo político, lo religioso, lo cotidiano” Lamas (2000). Si bien la categoría de género se ha utilizado erróneamente en ciertas interpretaciones, las opresiones que han padecido a lo largo de la historia son incuestionables. El género ayuda a explicar las pautas para convivencia que la sociedad misma señala mediante la definición de los roles, símbolos y relaciones entre uno y otro sexo. Estas reglas o códigos de conductas son propias de cada sociedad y cultura en un tiempo específico, y en tanto códigos históricos hacen diferencias entre hombres y mujeres 67
El análisis de estas diferencias socialmente construidas permite enfocarse en las identidades, conductas y posturas que dan como resultado interpretar la realidad entre el significado de ser hombre y ser mujer. De acuerdo a Lamas (1996) la identidad de género varía de una sociedad y cultura a otra, según lo que se considere femenino y masculino. Los roles y el conjunto de normas son el papel que juegan hombres y mujeres de acuerdo a esa misma cultura, sociedad, clase, entorno y momento histórico en el que se desenvuelvan. El narcotráfico se ha convertido en una industria de alcances internacionales. La cadena va desde la siembra, cosecha, producción, distribución, venta y consumo, generando grandes ganancias, así como grandes riesgos. Se considera así como un negocio redondo, que se visualiza como una actividad eminentemente “masculina”. Como fenómeno social también es guiada por la construcción de género de la sociedad, entendiéndose una dominación del hombre en el rublo debido a la participación mayoritaria de éstos. Sin embargo las mujeres se involucran ya sea de manera directa o indirecta en la actividad, ocupando posiciones menos independientes y con altos grados de subordinación, roles característicos del sistema social mexicano. El papel que juega la mujer en el fenómeno del narcotráfico se encuentra desde las mujeres que tienen relación por un vínculo familiar o sentimental, la agricultora que realiza su actividad en la siembra y cosecha, la “cocinera” que ayuda a la preparación de las drogas, la portadora o mula que es usada para el transporte de mercancía; y debido a la construcción de género que se tiene en México, no se sospecharía tanto de una mujer como involucrada en este negocio. “La lógica patriarcal que domina el género, parece ser la culpable de que históricamente la mujer haya pasado al margen del narco” (Lizárraga, 2010). LA BELLEZA Y EL DINERO En distintos momentos históricos las culturas de la juventud se han considerado de carácter masculino. La femineidad ha sido invisibilizada pasando de una dependencia familiar a otra en la esfera privada.
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Una forma de la participación femenina en el narcotráfico la encontramos en las llamadas “buchonas”, chicas poseedoras de belleza y voluptuosidad, que atraen a los narcos para reafirmar su poderío y virilidad. El narcotraficante obtiene en la mujer un símbolo de riqueza y poder, concebida como un objeto-trofeo que el poder adquisitivo proveniente de su actividad económica puede proporcionarles. Si bien no basta con tener altas ganancias, ropa costosa, autos, casas y joyas de lujo, también es importante en este grupo social contar con la mujer más hermosa, la más llamativa, la que posee senos más grandes y cuerpo esbelto, la belleza y el dinero se ven ligados íntimamente. Conforman así nuevos grupos sociales a partir de la percepción que se comparte por un discurso de la realidad. El término buchona se dice que parte de dos orígenes o procedencias: Dicen que a los pobladores de la sierra que “cocinan” (procesan) la droga suele hinchárseles el cuello, de ahí que la gente haya establecido un símil de esta hinchazón con el buche de los animales. Ese habría sido el origen del mote buchón. Otros aseguran que buchón se deriva de Buchanan’s, la marca de whisky escocés, uno de los más caros, toda vez que los integrantes de este grupo social consumen esa bebida, pues “denota estatus y reconocimiento”. Unas de las características de este grupo emergente es la edad de las mujeres que va desde los 18 a 29 años (López, 2009). Mujeres que buscan entrar a un mundo idílico donde el estilo de vida se basa en belleza, riqueza y poder asociadas directamente con el narcotráfico. El imaginario social sobre la buchona es una idea que envuelve belleza, lujo, dinero y poder, partiendo de visiones individuales; sin embargo la otra parte implica violencia, maltrato y riesgo constante. 69
Si bien las jóvenes que pretenden entrar a este mundo lo hacen con sólo la intuición de lo que es ser una buchona, imaginando un mundo de ensueño y creando significaciones e imágenes que son su soporte de “imaginario social”. Si hablamos de la identidad, es la idea que tenemos acerca de quiénes somos y quiénes son los otros, y cómo nos representamos a nosotros mismos en relación con los demás. Imágenes como el peinado, las uñas, la moda, los accesorios, el dinero, arreglo, lenguaje, gustos y preferencias, practicas, así como aspiraciones, una creación ficticia de una mujer que lo tiene todo y no rinde cuentas a nadie, es lo que en parte conforma el estilo de vida de las mujeres del “narco”. Los rasgos identitarios de quienes conforman este grupo implican cuestiones de género, la forma en que ingresan, cómo socializan, en qué espacios y territorios se desenvuelven, así como las costumbres y hábitos de vida y consumo. Cada vez más mujeres se ven involucradas en el mundo del narcotráfico y el crimen organizado, ya sea por una liga sentimental o negocios (García, 2009). Ejemplos han sido reinas de belleza como Laura Elena Zúñiga, ex Miss Sinaloa. Las y los jóvenes son atraídos por el mundo que ofrece el narcotráfico, donde el poder, la riqueza y la belleza son puntos clave para cooptar a más seguidores.
COLOFÓN Ya sea de forma imaginaria o real, esta interpretación de un estilo de vida se incorpora al debate social tanto de las que admiran así como de las que incitan o concretizan el ser buchona. La identidad y el estilo, se inserta en el escenario social. Pero ya no solamente sus características son de tales involucradas, pues entre la gente no perteneciente a este grupo se empiezan a reproducir estos modelos y patrones. 70
Caso Nayarit: Entre las jóvenes del estado crece una moda que atrae cada vez a más seguidoras. Hasta hace poco sólo se atribuía el término buchón a los hombres que están dentro de este grupo social. Empero, la participación femenina hace su aparición de forma notoria y se dan a conocer por su estilo de vida, el cabello largo, cuerpo esbelto y voluptuoso; si no es dado por la naturaleza se recurrirá al auxilio de la cirugía plástica; la ropa es importante, tacones altos, bolsas de marca, brillos en su vestimenta y joyas deslumbrantes. Todo esto marca el estatus para ellas. Un accesorio importante es el tipo de automóvil que conducen, y de manera que camionetas y autos compactos de lujo son los favoritos para acompañar su estilo de vida. Debido a las carencias económicas y de desarrollo que predominan en la región, las mujeres jóvenes son atrapadas fácilmente en este mundo de riqueza, brillo y vida de excesos; se impone como salida a su situación. En Nayarit se manifiesta un hecho social que genera polémica, despierta el interés y debate entre académicos. Los medios han dado cuesta del auge de las muertes, la inseguridad y la violencia que genera el “narco”. Sin embargo es necesario profundizar en lo que genera socialmente; cómo influye la cultura del narcotráfico y se hace presente en la vida cotidiana del estado y más allá de la entidad. BIBLIOGRAFÍA
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REPENSANDO TEORICAMENTE A LA VIOLENCIA
Carlos VORRATH ZAPARI ♦ Hablar de violencia hoy nos remite a la guerra del narcotráfico, a la narcoviolencia. Sin embargo, tal vez la violencia que mayor impacto cause en la sociedad pase desapercibida. El presente artículo parte de presentar cómo observan la violencia la mayoría de los estudios a los que se ha tenido acceso para contrastarla con una visión de ésta que busca encontrar su raíz en la lógica de funcionamiento social. EL ESTUDIO DE LA VIOLENCIA A partir de unos años para acá, la violencia ha tomado su lugar como tema en la mayoría de los individuos de la sociedad mexicana. Prácticamente podemos considerar que casi todas las personas tienen ♦
Economista. Catedrático de la FACISO. Cursó el programa de la Maestría en Ciencias Sociales con Énfasis en Estudios Regionales. 73
que ver, directa o indirectamente con el fenómeno. ¿Pero qué es la violencia en sí misma y como fenómeno social? ¿Cómo podemos entenderla o definirla? Es en las relaciones entre los sujetos donde esta violencia se efectiviza, toma cuerpo, hace acto de presencia. Por lo que se encuentra presente en su constancia, en su permanencia, en la vida de las personas de una u otra forma. Debido a esto el vocablo violencia adopta un doble uso, como palabra común y como concepto. Como palabra, queda dentro del uso cotidiano; aunque a fuerza de su empleo se desgasta, por lo que llega a servir para nombrar gran diversidad de hechos 1. En el campo académico, las cosas no varían mucho. Los estudiosos coinciden en la existencia de dificultades para definir el concepto violencia, de manera que puede ser utilizado en distintos hechos y situaciones (León, 1993:11, Sanmartín, 2006:7). En el campo de lo científico, algunos autores parten de diferenciar entre agresividad y violencia (Baños, 2005:42, Sanmartín 2006:11), donde la primera se entiende como “una conducta innata que se despliega de manera automática ante determinados estímulos y que, asimismo, cesa ante la presencia de inhibidores muy específicos. La violencia, por otro lado, es concebida como “una expresión cultural y como tal se presenta en diferentes formas y magnitudes en cada población humana, y su misma percepción y aceptación depende de características propias de cada cultura” (Baños, 2005:42) y contexto social, o “como agresividad alterada principalmente por factores socioculturales que le quitan el carácter automático y la vuelven una conducta intencional y dañina” (Sanmartín, 2006:11). En relación a los diversos estudiosos del fenómeno, uno de ellos afirma: “la violencia puede referirse, simplemente, a la fuerza física empleada para causar daño, a un nivel moral denota el uso éticamente inaceptable de la fuerza física para dañar a otra persona” (Platt, 2009, cit. en Blair, 2009:.20). Otro especialista la define como “la coacción 1
Como cuando las personas se refieren a cosas triviales, por ejemplo un profesor que llega a un salón de clase haciendo preguntas a los alumnos, a lo que ellos exclaman “que violencia”, o cuando una puerta se cierra con fuerza, o los ataques de un animal, como un perro, al que se le considera violento, etc. 74
en contra de la voluntad de un individuo o colectividad afectando su integridad física, moral, psicológica, atacando sus posesiones o sus participaciones simbólicas” (Michaud, 1989, cit. en Jiménez, 2007). Jiménez especifica aún más, al señalar que “se le asocia con el control del poder –o uso de la fuerza–para dominar los actos de los otros o anular su derecho a existir como lo desean”(Jiménez, 2007:9). Sanmartín considera a la violencia como una conducta intencional y dañina, la cual puede ser causada por acción u omisión (2006:11). Conductas de omisión seríanlos actos que se ven y se dejan hacer y que repercuten en la integridad psíquica o física de otra u otras personas. Ejemplifica: “puedo no darle la medicina al anciano que lo necesita, y eso es también violencia” (2006:11). La omisión implica no involucrarse pero la violencia puede ser verbal, psicológica, sexual, gestual, económica. Los estudiosos de la violencia se han preocupado por clasificarla. Así, podemos encontrar a la violencia como partera de la historia, como producto social, la violencia política y la narcoviolencia (León, 1993:13-16). Una de las tipologías más completa es la que ofrece Sanmartín (2006:12-26), quien utiliza varios criterios: el primero es de agrupar la violencia, de acuerdo al tipo de víctimas, donde encontramos: violencia de género, contra niños, contra personas mayores. La siguiente clasificación de la violencia es de acuerdo al escenario donde ocurre: violencia doméstica, en la escuela, en el trabajo, en conflictos armados, en las calles y en la cultura. También encontramos que se puede clasificar según el tipo de actor social: la violencia juvenil, terrorista, de psicópatas, del crimen organizado. Se encuentra también la clasificación de la violencia de acuerdo al daño que causa, donde Sanmartín distingue el daño físico y el emocional (2006:26). En la explicación del daño emocional, queda fuera la violencia psicológica como tal, que puede ser definida como aquella ejercida de forma intangible o simbólica, para infundir temor; también se puede incluir la violencia patrimonial, como el daño a los bienes, propios o ajenos, destruidos en un evento de violencia doméstica, o destruidos para afectar al otro (platos rotos, televisores, sillas, muebles en general). Por otro lado, a partir de 1996 la 49° Asamblea Mundial de la Salud en la resolución WHA49.25 declara que la violencia es un 75
problema de salud pública. Es a partir de ese momento que la Organización Mundial de la Salud considera necesario estudiar el problema, por lo que se le solicita a los Estados miembros consideren urgentemente este problema. A partir de dicha iniciativa, en el 2000 se presenta el informe mundial de la violencia, donde se observa que en sus estudios consideraban sólo las defunciones y los lesionados; en el año 2003 modifican esta visión. La nueva concepción es desarrollada a partir de la incorporación de especialistas en el tema de todas las regiones del planeta. Parten de considerar que la violencia siempre ha formado parte de la experiencia humana y que ciertos tipos de violencia pueden ser observados en público, mientras que la mayor cantidad de ésta ocurre fuera de la vista, en los hogares, en los lugares de trabajo e incluso en las instituciones. La OMS define: “El uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona, un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones (WHO, 2003:5).
A partir de esta concepción presentan una clasificación, la que inicia a partir de las categorías de violencia autoinflingida, violencia interpersonal y violencia colectiva. La primera se refiere a los comportamientos suicidas y las autolesiones, mientras que la violencia interpersonal se divide en dos subcategorías: la violencia familiar o de pareja y la violencia comunitaria; ésta es la que se produce entre personas que no guardan parentesco, que pueden conocerse o no, y sucede por lo general fuera del hogar. Respecto de la violencia colectiva se percibe a partir de tres aspectos: social, político y económico, y se presenta en forma física, sexual, psíquica y por privación. El informe de la OMS considera que algunas causas de la violencia pueden verse con facilidad; sin embargo, otras se encuentran arraigadas en el entramado social, cultural y económico. Para el estudio de los elementos que determinan los comportamientos violentos, se considera que son el resultado de la acción recíproca y compleja de factores individuales, relacionales, sociales, culturales y ambientales o contextuales (OMS 2003:12). La OMS recurre a un modelo ecológico que fue utilizado a finales de los 76
años setenta para el estudio del maltrato de menores y la violencia juvenil (ibidem. 2003:12). Este modelo comprende cuatro factores: individuales, relacionales, comunitarios y sociales. Dentro de los factores individuales se encuentran aspectos biológicos y personales, como la impulsividad, el nivel educativo, el abuso de substancias psicotrópicas y los antecedentes de comportamiento agresivo o de haber sufrido maltrato. Este modelo se enfoca en la observación de las características de los individuos que incrementan las posibilidades de ser víctima o perpetrador de actos violentos. En el siguiente grupo de factores, los relacionales, se encuentran las relaciones sociales cercanas (amigos, pareja y miembros de la familia); se incluye la violencia intrafamiliar. Entre los factores de la comunidad se encuentran los contextos de la comunidad, como escuela, lugar de trabajo y vecindario. En este nivel se examinan las características de esos espacios. Otros elementos que se exploran son la movilidad de residencia, la heterogeneidad (lo que arroja población con poca cohesión social), y la densidad poblacional. Se hace énfasis en tráfico de drogas, desempleo, asilamiento social, zonas de pobreza, deterioro físico o poco apoyo institucional. Finalmente en los factores sociales se encuentran aquellos que generan un clima de aceptación de la violencia, los que reducen las inhibiciones contra ésta y aquellos que crean y mantienen la brecha entre los distintos segmentos de la sociedad o generan tensiones entre los diferentes grupos. Se trata de normas culturales, actitudes, políticas sanitarias, educativas, económicas y sociales que mantienen niveles altos de desigualdad económica o social (OMS 2003:14). UNA VISIÓN DIFERENTE DE LA VIOLENCIA Durante los últimos años el filósofo Adolfo Sánchez Vázquez se ha dedicado al estudio y la reflexión en torno a la problemática de la violencia. Por ejemplo, hasta en su obra Filosofía de la praxis(1980), dedica un capítulo especial al tema. Sánchez Vázquez parte de una definición de violencia básica, como una acción con ímpetu y fuerza, o un actuar bruscamente con intensidad extraordinaria. También se aplica el calificativo de violento a quien se encuentra fuera de su natural estado. La consideración de violento también se aplica a aquello que se ejecuta 77
contra el modo regular o la forma natural de algo (Sanchez Vazquez, 1980, pág. 427). La anterior forma de definir la violencia lleva al autor a observar la relación básica de la dialéctica sujeto–objeto, en relación con el Karl Marx de La ideología alemana, donde se reflexiona sobre las relaciones fundamentales del sujeto, por un lado la naturaleza (objeto), y por otro los hombres (sujetos). Considerando la praxis como proceso de transformación, el autor la observa como la acción que permite imponer una forma determinada a una materia específica, después de haber actuado sobre ella; actuación que implica su desarticulación y por tanto el violentar la condición de existencia natural del objeto. Para lograr tal propósito es menester que el sujeto tenga en consideración las características del objeto, las normas y leyes que lo rigen. Sin esta consideración es imposible para el sujeto su acción transformadora, su praxis. De aquí que esa actividad transformadora que se ejerce sobre el objeto, sea calificada como violenta y a los actos que se realizan para alterar o destruir la resistencia del objeto, podemos denominarlos actos violentos; es decir actos en los que se realiza una acción con ímpetu o fuerza que se ejecuta contra el modo regular o la forma natural de un objeto. La sola presencia de la fuerza no es suficiente para hablar de violencia. Se debe hacer uso de esta fuerza. Con esta utilización, podemos encontrar o descubrir una intencionalidad en dicha acción. En síntesis, es la fuerza utilizada con determinada finalidad la que permite reconocer los actos violentos. Lo que lleva a afirmar que la fuerza de por sí no es violencia, sino sólo la fuerza usada por el hombre con cierta intencionalidad (Sánchez Vázquez, 1980. Pp. 427-429). Por ello se considera que la violencia se manifiesta donde lo natural o lo humano se resisten a la voluntad del hombre, y aquélla se presenta como una actividad humana que detiene, desvía o altera una legalidad sea ésta natural o social (Sanchez Vazquez, 1980, pág. 428). Debido a la utilización de la fuerza con una finalidad determinada es que podemos afirmar que la violencia es exclusiva del hombre, ya que sólo él puede imprimir una intencionalidad a su acción. A nivel de las relaciones sujeto-sujeto, las cosas presentan ciertos parecidos. 78
Cuando la acción de un ser humano se ejerce sobre otro ser humano, el sujeto que es receptor de la acción asume la posición de objeto, es decir el sujeto A ejerce su acción sobre el sujeto B (objeto). En principio podemos afirmar que la acción de la violencia se ejerce sobre hombres concretos quienes son los que se constituyen en objeto. En este caso lo que se puede observar en un inicio es que la violencia es ejercida para quebrantar o destruir la resistencia del Sujeto B. En el caso de la sociedad contemporánea capitalista, podemos comprender que en la medida que es una sociedad fundamentada en la explotación del hombre por el hombre, a partir de la explotación del trabajo humano y la extracción de plusvalor, es una sociedad cuyo contenido esencial es violento. Por violencia, además, se entiende entonces la aplicación de diferentes formas de coerción social que llegan hasta las acciones armadas, con el objetivo de conquistar o mantener un dominio económico y político o de conseguir tales o cuales privilegios. Esta violencia se presenta no sólo de manera directa sino también indirecta, vinculada al carácter enajenante y explotador de las relaciones humanas, como la violencia de la miseria, del hambre, de la prostitución o de las enfermedades, que son la violencia misma como modo de vida. Esta violencia callada causa muchas más víctimas que la ruidosa violencia de los órganos coercitivos del Estado (Sanchez Vazquez, 1980, pág. 435). Tal vez la definición de la violencia más cercana a la concepción de Sánchez Vázquez sea la que presenta Jiménez, donde se afirma que ésta es la coacción contra la voluntad de un individuo o una colectividad afectando su integridad física, moral, psicológica, atacando sus posesiones o sus participaciones simbólicas (Michaud, 1989, citado en Jiménez, 2007:9). Sin embargo se percibe la ausencia en esos autores de la referencia a la relación de la violencia con la esencialidad violenta de la sociedad capitalista. Pareciera que dicha violencia (esencial), no se considera para el análisis, no la ubican como el punto de partida de otras violencias, por lo que pasa desapercibida o no llama la atención del investigador. Por ello los estudiosos destacan muchas veces sólo la violencia que puede ser percibida, de ahí que la mayoría de los estudios inicien definiendo la tipología a la que se adhieren y que es adecuada a sus propósitos. De manera que la violencia esencial de la lógica del desarrollo capitalista queda normalizada, mientras que toda violencia que no 79
corresponda a ella es considerada como extraordinaria, como excepcional, un hecho que va contra natura, inaceptable. Estas denominaciones son utilizadas particularmente cuando se observan emerger expresiones de violencia social, aquella que es el resultado de un proceso que se inicia con la inconformidad de algunos grupos ante lo establecido o algunos sucesos, como el caso de Atenco, en el Estado de México(Araujo, 1998, pág. 94). O los hechos de violencia entre los individuos en lo cotidiano, esos que son objeto de las tipologías. Ambas violencias son penalizadas y estigmatizadas por encontrarse fuera de la ley. Sin embargo es de observar que ambas se encuentran vinculadas de alguna manera con la violencia que se origina en la esencia del desarrollo capitalista. Pero la no correspondencia de la violencia social o la violencia entre los individuos, pudiera ser meramente aparente y un estudio con mayor atención y profundidad pudiera permitirnos encontrar los lazos que vinculan ambas violencias (la que tiene que ver con la esencia de la sociedad capitalista y la violencia entre las personas, por ejemplo). Una violencia que podemos considerar tiene su origen en la esencia del desarrollo capitalista es la deshumanización del sujeto, lo que en un inicio implica la cancelación de sus derechos corporales (Monsiváis, 1998, pág. 276). Se encuentra en estrecha relación con las condiciones en que se desarrolla el trabajo en la industria o las condiciones de vida de la clase trabajadora, pero además con las condiciones de existencia de quienes quedan fuera de los circuitos de trabajo, los desempleados, los marginados. Lo que nos puede ilustrar sobre la condición desesperada de existencia de las personas, quienes viven constantemente la violencia de la desesperanza, el hambre, el agobio de la escasez, de la miseria, lo que incuba y desencadena otras violencias. El comportamiento humano estaría escindido, desdoblado en dos actitudes diferentes, una atraída por la "forma natural" del mundo (valor de uso), y la otra subyugada por su forma mercantil capitalista (valor de cambio), una forma que castiga y sacrifica siempre a la primera en bien y provecho de la segunda (Echeverría, 1998, pág. 379). Las características del comportamiento humano que tienen que ver con los valores de la humanidad (la confianza en el hombre, la búsqueda de una espiritualidad, la convivencia, etc.) quedan neutralizadas o subordinadas por aquellos que viven de la lógica esencial del 80
capitalismo (el hombre como objeto o cosa, la acumulación de riqueza, el consumismo, etc.).
Pensar la violencia hoy implica la necesidad de señalarla y denunciarla, pero además implica la necesidad de recordar y señalar que el origen de la violencia cotidiana se encuentra en la esencialidad del funcionamiento de la sociedad capitalista. Esto lleva además a la tarea de reflexionar sobre los elementos que pueden atenuar lo violento del capitalismo, en particular en este proceso de reestructuración conocido como globalización. BIBLIOGRAFÍA Araujo, O. R. (1998). Violencia Social (un intento conceptual para el México actual). En A. S. Vázquez, El mundo de la violencia (pág. 457). México: Fondo de Cultura Económica. Arendt, H. (2006). Sobre la violencia. Madrid: Alianza Editorial. Baños, A. (2005). Antropología de la Violencia. Estudios de Antropología Biológica, XII. Blair, E. (2009). Aproximación teórica al concepto de violencia: avatares de una definición. Política y Cultura, (32) , pp. 9-33. Córdova, Nery. (1993). Las mediaciones culturales y la comunicación. En Sinaloa: historia, cultura y violencia (págs. 39-45). Echeverría, B. (1998). Violencia y Modernidad. En A. S. Vázquez, El mundo de la violencia (pág. 459). México: Fondo de Cultura Económica. Española, R. A. (2010). Diccionario de la Lengua Española. Recuperado el 1 de Marzo de 2012, de http://www.rae.es/rae.html: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=violencia González, R. (1993). Notas sobre el narcotráfico y violencia social en Sinaloa. En Sinaloa: historia, cultura y violencia (págs. 29-35). Jimenez, R. (2007). Cultura de la violencia y desviación social. (N. C. Solís, Ed.) ARENAS (10), pp.8-21. León Cristerna, J. M. (1993). Violencia: Concepto polémico y polisémico. En M. I. Rubén Rocha Moya, Sinaloa: historia, cultura y violencia (págs. 11-17). Sinaloa, México. Monsiváis, C. (1998). La violencia urbana. En A. S. Vázquez, El mundo de la violencia (pág. 259). México: Fondo de Cultura Económica. 81
Platt, T. (2009). El concepto de violencia. Revista Internacional de las Ciencias Sociales , 9-33. Sanchez Vazquez, A. (1980). Fiilosofía de la Praxis. México: Grijalbo. Sanmartín, J. (Noviembre/Diciembre 2006). ¿Que es esa cosa llamada violencia? Diario de Campo , 11-30.
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LA EXCLUSIÓN EDUCATIVA SECTORIAL DE SINALOA
Y
EL
PLAN
“Al establecer el currículo de la educación básica, los políticos de la educación no sólo comprometen de alguna manera el avance económico y social del país, sino que asumen teorías educativas y visiones filosóficas del ser humano, de su destino y posibilidades. Es por esto que el artículo 3ro, entre todos los demás, es el que contiene en su texto las políticas públicas de mayor trascendencia”. Pablo Latapí Sarre
Leopoldo GARCÍA RAMIREZ • INTRODUCCIÓN En este trabajo echamos una mirada crítica al Programa Sectorial 2011-2011, relativo a la educación en Sinaloa. Se trata de la política pública, por lo que partimos de la concepción teórica de ésta, con cierto rigor, para analizar el programa del Gobierno del Estado. El esfuerzo de éste se centra en la educación básica. Para empezar hay que decir que en los dos niveles escolares, se concentra y ensancha -como pirámide invertida-, la deserción y el abandono. Un reflejo es que sólo un 34% de los jóvenes del grupo etario correspondiente, se encuentren matriculados en alguna carrera universitaria. Y que sólo un 66% finalizará sus estudios, para entonces enfrentar la realidad de encontrar empleo. POLÍTICAS PÚBLICAS Y EXCLUSIÓN EDUCATIVA Resulta más o menos común identificar a las acciones de gobierno como acciones de políticas públicas. Es común también considerar que lo público, es sinónimo de gobierno. En el debate
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Economista. El autor cursó la Maestría en Ciencias Sociales con Enfasis en Estudios Regionales en la UAS. Este ensayo surgió, en parte, de la discusión en las materias de Políticas Públicas y Teorías de la Educación a cargo de los docentes Pedro Brito e Ismael Alvarado, respectivamente. 84
político son usuales las referencias a las políticas públicas 1. Por ello resulta difícil entender cuándo se hace referencia a una obra o acción: si se trata de obra de gobierno o bien de obra pública. Hablar de políticas públicas cuando se trata de las obras que realizan los gobiernos es confundir la esfera de lo público -donde sin duda se encuentra el gobierno- con la esfera concerniente al Estado. Es que el gobierno forma parte del Estado 2, y lo público se determina en la medida en que la acción del gobierno se orienta a dar respuesta a una necesidad de carácter público. Gobierno y organismos sociales discuten, analizan, supervisan, implementan, dan seguimiento y se benefician con una obra o acción de gobierno que utiliza los recursos públicos, en bien de una colectividad, en beneficio público. Se trata entonces de una política pública 3. Disociar lo público de la acción de gobierno y suponer que la acción de éste es suficiente para legitimar la obra pública, es un error que conduce a ignorar la procedencia de los recursos, de los cuales se vale el gobierno, para la realización de sus gastos operacionales y de inversión. Lo público supone lo colectivo, lo social, el beneficio común. Si los recursos que administra el gobierno son de carácter público, luego entonces, son recursos que se deben de invertir en obra pública. Su ejecución y destino deben 1
Harold Lasswell en The Policy Sciencies, establecía en 1951 ciertas premisas en la conformación de un nuevo campo disciplinario, el del análisis de las políticas públicas. Dotaba a esta disciplina naciente de un estatus propio. Decía: “Podemos considerar las ciencias de las políticas como el conjunto de disciplinas que se ocupan de explicar los procesos de elaboración de y ejecución de las políticas, y se encargan de localizar datos y elaborar interpretaciones relevantes para los problemas de políticas de un periodo determinada” Lasswell, en (Aguilar, 1996: 102). 2 “Lo gubernamental es público, pero lo público trasciende lo gubernamental” dice Luis F. Aguilar en El Estudio de las Políticas Públicas (1996). Miguel Ángel Porrúa. México. D.F. 3 André-Noel Roth Deube considera al menos cuatro elementos que permiten identificar una política pública: “…se puede considerar que hay cuatro elementos centrales que permiten identificar la existencia de una política pública: implicación del gobierno, percepción de problemas, definiciones de objetivos y proceso (Roth, 2006: 27). 85
ser consensados con el público 4. Público entendido no como espectador pasivo, sino como actor social, como ente activo. Se puede afirmar por tanto que si los recursos son de origen público, su destino debe ser de beneficio público. Al mismo tiempo, la acción u obra de gobierno, se legitima, sólo si su decisión y destino son para tal beneficio. Basados en este uso común del concepto de políticas públicas, a veces se pierde de vista que las decisiones pueden beneficiar o perjudicar a los sectores que no son involucrados en ellas. El riesgo es tal que los diseñadores de las políticas públicas, desde el aparato de gobierno, bien pueden hacer pasar una obra financiada con recursos públicos, pero en beneficio de intereses privados. El recurso colectivo, en beneficio de tales intereses particulares, o de grupos afines. La discusión y en su caso el consenso, en la esfera de lo público, permiten dotar de legitimidad y transparencia en la implementación de las políticas públicas. Una política pública 5 está caracterizada por el uso de recursos públicos, decididos en lo público, en beneficio e interés del ámbito público, problema incluido en la agenda pública, con lo que se resuelve un problema de interés general. Esto advierte la diferencia entre la acción de gobierno y la construcción de políticas públicas. Como parece usual, el gobierno puede en un determinado momento, decidir de manera unilateral su intervención en la resolución de algún problema. Haciendo a un lado la participación, la ausencia del público vacía de contenido social e interés colectivo a la obra de gobierno. Lo anterior no debe confundirse con un exceso en las consultas públicas, con una 4
“Gobernar de acuerdo a política pública significa incorporar la opinión, la participación, la corresponsabilidad, el dinero de los ciudadanos, es decir, de contribuyentes fiscales y actores políticos autónomos y, a causa de ello, ni pasivos ni unánimes” (Aguilar, 1996: 33). 5 En la diferenciación de una política gubernamental de una política pública el elemento público consensual es definitorio, como afirma el autor: “En suma, al hablar de políticas públicas queremos decir decisiones de gobierno que incorporan la opinión, la participación, la corresponsabilidad y el dinero de los privados, en su calidad de ciudadanos electores y contribuyentes” (Aguilar, 1996: 36). 86
consultitis. Caer en ello llevaría a procesos demasiados lentos y poco prácticos. En ocasiones los problemas públicos se presentan con diferentes velocidades y urgencias. Consultar al público, con la finalidad de legitimar la agenda pública, decidir, implementar y llevar a cabo la política pública, puede darse a través de diversas formas democráticas de consulta, desde las directas, referéndum, plebiscito, consulta ciudadana, foros, etc. Como también las indirectas o delegadas, formas de gobierno establecidas por la Constitución como las cámaras de senadores, diputados, regidores, etc. Al mismo tiempo, la recurrencia a estos mecanismos requiere de sociedades organizadas, con un elevado nivel de participación y con una visión de colectividad. El nudo de las políticas públicas y de la acción de gobierno, lo determina el nivel de participación de la sociedad, su grado de organización, el peso que se le otorgue a considerar lo público como patrimonio de la colectividad. Por otro lado desde la óptica de los funcionarios de gobierno en muchas ocasiones se considera que el gobierno, por sí solo, es capaz de tomar decisiones, al margen de la participación social, o en el mejor de los casos, acordar con los representantes en las cámaras o en los cabildos. Esto lleva consigo que las políticas públicas sean consensadas con los representantes formales y por tanto se trate de una legitimación formal, una legitimidad burocrática. Abona mucho en tal sentido la existencia de una baja cultura de participación social; se delega la toma de las decisiones que incumben al ejercicio de los dineros públicos. Técnicamente se trata de políticas públicas. Aunque desligadas de la sociedad, presa fácil de los grupos de interés, que pueden presionar y manipular en provecho del interés privado, individual o de grupo. Los recursos públicos son proporcionados por los contribuyentes, en sus ejercicios fiscales. Estos recursos son administrados por el gobierno. Éste es el encargado de recaudar, vigilar y administrar los recursos aportados por la sociedad. Estos recursos son finitos, lo que obliga al gobierno a ejercerlos con algún grado de discreción y prioridad. La finitud de los recursos recabados por el gobierno, provoca que la gran mayoría de los problemas sociales y los sectores que los representan, busquen ser 87
incluidos de manera prioritaria en la agenda de gobierno 6 para lograr convertirlos en políticas públicas. Los problemas finalmente agendados y convertidos en políticas públicas reflejan, en última instancia, los grupos de poder que controlan el gobierno. Quién manda. Quién se beneficia. En fin, qué clase o fracción de clase, hegemoniza el gobierno. El contenido de la agenda de gobierno trasluce el carácter democrático de un sistema de gobierno, de un Estado. La forma mediante la cual se establece la agenda de gobierno, sea consultada y consensada, por la vía de la democracia directa o a través de sus representantes formales, influye en el carácter excluyente o incluyente de las políticas públicas. Hasta ahora nos hemos referido a los gobiernos nacionales, es decir los hacedores de las políticas públicas macro. Sin embargo lo mismo aplica para gobiernos estatales y locales. RECURSOS PÚBLICOS NACIONALES El gobierno federal 7 es en última instancia quien establece una serie de políticas que rigen para todo el país, en cada materia y 6
Luis Aguilar aclara explica: “La formación de la agenda de gobierno, así como de hecho sucede, evidencia la salud o enfermedad de la vida pública. Deja ver quiénes son los que efectivamente definen y justifican los problemas públicos, cuáles grupos y organizaciones tienen…la fuerza de transubstanciar cuestiones sociales en públicas y en prioridades de gobierno, cuáles organismos y decisores gubernamentales están siempre prontos a actuar frente a las demandas de determinados grupos, cuál es el firmamento ideológico que otorga valor y prioridad de asunto público a cuáles cuestiones” (Aguilar, 1996: 27). 7 La Federación destina recursos a la educación, vía la SEP, a través de tres ramos: El Ramo 11 (43%) que corresponde al gasto que realiza en forma directa, y que incluye recursos que se destinan a los servicios estatales. El Ramo 25 (8.3%) que corresponde a los recursos que se destinan a los servicios educativos del DF, cuya administración compete a la SEP Servicios Educativos del DF; Ramo 33 ( 48.7%.) que incluye los fondos: de Aportaciones para la Educación Básica y Normal (FAEB); de Aportaciones Múltiples (FAM), y de Aportaciones para la Educación Tecnológica y de Adultos (FAETA), que integran los recursos de operación e inversión que se canalizan en forma directa a los gobiernos estatales para el financiamiento educativo (SEP, 2011: 201). 88
establece las partidas presupuestarias. En sectores prioritarios como por ejemplo salud, educación, seguridad e inversión, llamadas políticas públicas sectoriales. Por lo regular los recursos que llegan a los estados para su implementación, son recursos económicos etiquetados. Los gobiernos de los estados cuentan con un margen estrecho de acción sobre éstos, teniendo que utilizar recursos propios de los estados si se quiere impulsar algún tipo de esfuerzo adicional. La opción que le queda es vigilar y administrar una política pública nacional. Para nuestro caso, la educativa. La inversión de los recursos públicos en alguno de los sectores que conforman la economía del país o del estado, supone una toma de decisión y por lo tanto un posicionamiento del gobierno sobre la dimensión que le otorgará al sector seleccionado. Se trata de una definición en cuanto a la prioridad dada a dicho sector en la agenda de gobierno. Otorgar partidas presupuestales a cada sector social o económico, revela el interés mostrado por los administradores que deciden de las prioridades en las que se enfocará la atención del gobierno. Cada año el gobierno en turno somete para su aprobación al congreso el presupuesto de egresos para ejercer en ese año. El congreso discute y analiza cada uno de sus renglones, para luego votar su aprobación o modificación, que depende del número de diputados de cada partido, así como de las alianzas que se establezcan entre ellos. En términos de democracia representativa, esta sería la etapa en la que se somete al escrutinio público la asignación de las partidas presupuestales para su ejercicio. Cada año los jaloneos y las pujas se concentran en la cámara de diputados. Representantes de las cámaras patronales, rectores, gobernadores, organismos como la ANUIES buscan obtener los mayores recursos. Esta sería la parte que conecta la acción de gobierno con la participación pública. Se legitima así una política pública, en el contexto de una democracia representativa. Democracia real o formal, burocrática: pero es lo que se tiene. En el fondo de este proceso se encuentra la asignación de recursos para los programas de los sectores, en los que se pretende incidir, salud, industria, empleo o en su caso educación, sector en el que nos enfocaremos. Todos los sectores en los que se ejercerá 89
el gasto público –independientemente de la cantidad asignada- se podrán incluir o excluir a segmentos sociales. En el terreno de la educación se traduce en una ampliación o disminución de los programas que se hayan diseñado para el sector. Una disminución de la partida en educación puede resultar en menos espacios y por ende más jóvenes rechazados, menos becas, menos recursos para investigación o formación de los docentes, etc. Por tanto la decisión que se tome en la determinación de las políticas públicas para cada sector define el perfil incluyente o excluyente. El énfasis o el interés que asume el gobierno en turno en alguno de los rubros de la economía, tiene que ver con el rango de prioridad que adquiere algún asunto o problema social. LA EXCLUSIÓN SOCIAL Y EDUCATIVA Las políticas públicas que se instrumentan desde el ámbito gubernamental, repercuten en el fortalecimiento o debilitamiento de los lazos sociales. Pueden de alguna forma ayudar en el atemperamiento de problemas sociales, que de no ser atendidos con oportunidad, pueden devenir en tensiones sociales, con impactos impredecibles en la vida pública. Uno de ellos lo constituye la desigualdad social. Por eso mismo, un foco de atención de las políticas decididas desde el gobierno, son políticas públicas orientadas a buscar una mayor rentabilidad en el uso del dinero público, invertido en proyectos con mayor repercusión social. Las políticas públicas en cuanto a sus efectos sociales, pueden ser caracterizadas como incluyentes o excluyentes. Pueden ser un mecanismo de inclusión o en su defecto, un factor que agudice la exclusión. De suerte que políticas públicas y exclusión social se encuentran estrechamente relacionadas, son dos polos de un mismo problema. Causa y efecto. Tratándose incluso de una acción positiva basada en criterios equivocados, o en su caso por omisión. Conviene un breve acercamiento al concepto de exclusión social y a su expresión en el ámbito educativo. Manuel Castells ubica la exclusión social como aspecto característico del sistema económico contemporáneo (Castells, 1999). Propone un concepto de exclusión social, en la era del “capitalismo informacional”, tal como él define a esta etapa del capitalismo. Define la exclusión como un proceso dinámico y no 90
como una condición estática. Así, la condición de exclusión puede variar, dependiendo de ciertas condiciones como educación, salud, políticas públicas, factores demográficos, espacio geográfico, etc. Propone una definición de exclusión social, 8 basada en el acceso de ciertas garantías que el estado social, o la ciudadanía social, establecen como propias de cualquier ciudadano, por el simple hecho de serlo, relacionando ciudadanía y derechos sociales. Pongamos como ejemplo el sector educativo. Uno de los sectores básicos y de mayor cercanía con los intereses de grandes capas sociales. Sin duda el sector es una de las más importantes áreas por ser una demanda de gran sensibilidad social. Los más amplios sectores sociales consideran a la educación como una oportunidad de movilidad; como un elemento cohesionador, como la posibilidad de mejorar condiciones de vida. La exclusión educativa, 9 y por ésta se entiende el proceso mediante el cual son negados derechos sociales fundamentales, a todos aquellos que reclaman -teniendo derecho- oportunidades educativas y les son proscritas mediante diversas formas. Algunas veces ocultas, otras legitimadas mediante mecanismos de selección. En el ámbito de la formación escolarizada, ha ocurrido un proceso mediante el cual han sido introducidos, poco a poco, mecanismos de selección que terminan por excluir de los centros de enseñanza a muchos jóvenes de escasos recursos económicos; no pueden ingresar por ello a escuelas privadas, y se quedan sin estudiar. Algunos mecanismos de las instituciones universitarias 8
…defino exclusión social como el proceso por el cual a ciertos individuos y grupos se les impide sistemáticamente el acceso a posiciones que les permitirían una subsistencia autónoma dentro de los niveles sociales determinados por las instituciones y valores en un contexto dado. (Castells, 1999: 98). (cursivas autor). 9 La educación adquiere relevancia en relación con la exclusión, no sólo porque se refiere a los procesos de marginación y/o rechazo social e institucional que pueden tener lugar a lo largo del trayecto formativo (especialmente escolar) de personas y/o colectivos, sino también, porque hace referencia a las funciones que desempeña la educación: otorgar competencias para facilitar la adaptación para la vida profesional y garantizar el desarrollo que facilite la cohesión y la lucha contra las desigualdades(Subirats, Gomá y Brugué, 2005: 70). 91
para excluir a los jóvenes son los exámenes de ingreso, los pocos espacios disponibles, el cobro de cuotas encubiertas, o las malas prácticas pedagógicas que desembocan en altos índices de reprobación 10. A lo anterior suele denominarse fracaso escolar. Desde luego sin especificar ¿quién fracasa?, ¿por qué se fracasa?, ¿quién paga los costos del fracaso? SINALOA: POLÍTICAS PÚBLICAS Y EDUCACIÓN ¿Cómo se han elaborado las políticas públicas que se aplican en Sinaloa? Acaso han tomado en cuenta la situación actual de la educación, para una vez analizada, establecer objetivos precisos y mensurables, 11 capaces de ser evaluados sus resultados al fin del periodo de gobierno. Toda política pública debe partir del análisis del problema que pretende resolver, al tiempo que debe estar sujeta a objetivos claros, a metas medibles, a la resolución final. Una característica de las políticas públicas del país es que son de alcance temporal, sexenal o trianual. Su diseño debería atender un periodo razonable y el efecto perceptible por el público. El Programa 2011-2016 fija los objetivos del gobierno de Mario López Valdez, que usa el lema de “Sinaloa es tarea de todos” y para el ramo educativo “Más educación”. Mantiene la propuesta de incorporar al trabajo a todos los sectores sociales. “Todos” es factor de inclusión; pero se deja de lado la inclusión en las tareas de gobierno. Así, se puede afirmar que gobernar es tarea de algunos. Trabajo, tarea de todos: incluye; gobierno, sólo de algunos: excluye. El lema educativo de entrada anuncia que no se deben esperar grandes cambios, mas significa incremento 10
Egresar sin habilidades básicas de compresión lectora, de razonamiento matemático o de conocimiento en el área de ciencias, evaluadas por las pruebas de enlace y pisa para la educación básica, refleja una forma de exclusión funcional, así como el fracaso de una política pública. 11 Aguilar sostiene que una política es un comportamiento propositivo, intencional, planeado, no sólo reactivo, casual. Se realiza con la decisión de alcanzar ciertos objetivos a través de ciertos medios: una acción con sentido. Aun en el caso de inacción, se decide deliberadamente no actuar frente a un problema público. Se considera que dejar hacer o cerrar los ojos es la mejor estrategia frente a una cuestión. Aguilar, Luis. La hechura de las políticas, 2007. Ed. Miguel Ángel Porrúa. México (P. 24). 92
cuantitativo 12 de lo que se tiene; aun y que se propongan correcciones a lo fallido, en todo caso se tratará de ajustes. Ambos lemas prefiguran alcances y fines. ¿Lema es destino? Meses atrás se venía invitando a un ejercicio democrático, a los foros temáticos de participación, con el fin de escuchar a los diferentes sectores sociales. Las opiniones servirían de base para la elaboración de la agenda de gobierno para el periodo. Serían la base para la elaboración de las políticas públicas. Manteniendo en todo momento el control decisorio sobre las prioridades otorgadas a cada sector. Si bien resulta saludable la convocatoria a discutir la probable integración de la agenda pública, y los foros dan muestra de ello, el proceso posterior no lo es tanto, ya que los funcionarios de la administración 13 otorgarían las prioridades y los montos aplicables a cada sector. Siendo esta parte procesada de manera discrecional y unilateral por quienes deciden en el gobierno estatal. Se desvirtuó así el carácter público de la agenda de gobierno: consulta pública, decisión unilateral. En las sociedades modernas con regímenes electorales, los gobiernos que emanan de los procesos democráticos, representan bloques sociales que mediante alianzas forman mayorías. Una vez que asume su función como gobierno, debe gobernar para todos los sectores sin distingo partidario. Se gobierna para ganadores y 12
El incrementalismo no debe ser desechado por sí mismo. Es útil dependiendo del contexto de la situación. Se puede definir así: “como un patrón de comportamiento político. Se trata del cambio político que ocurre a pasos pequeños (sin importar el método de análisis). Definido de esta manera, el incrementalismo varía sólo en grados” (Lindblom, 1996: 229). Agrega: “En la política nos movemos incrementalmente porque sabemos las razones que hacen fallar los grandes intentos. No porque la política incremental sea la causa de que no realicemos esos intentos. (Lindblom, 1996: 241). 13 En Sinaloa reviste importancia el hecho de que el gobierno de López Valdez es fruto de una amplia alianza electoral y de sectores sociales que presionarían para incorporar sus temas. Advierte Aguilar: “Sin embargo, el factor con mayor peso causal en la configuración de la agenda formal de gobierno es la fuerza de los actores políticos que intervienen en el proceso y, las relaciones políticas y administrativas que han tejido entre ellos y con el gobierno” (Aguilar, 1996: 44). 93
perdedores, pues los recursos financieros son de procedencia pública. Una forma de impedir el sesgo partidista de un gobierno, es la conformación de organismos de la sociedad, independientes y autónomos, capaces de establecer una conexión entre gobierno y público. Empero, no se puede concebir que se convoque a foros para consultar los temas que integrarían la agenda de gobierno, y no se hayan establecido comités ciudadanos representativos, que acompañarían las etapas del proceso de elaboración de la agenda. Etapa de decisión de temas, prioridades, montos, diseños de las políticas, y la implementación 14 de lo que se decide, hasta la etapa de evaluación final. Sin este acompañamiento, la consulta pública deriva a un programa de gobierno, a una acción gubernamental, no así a una política pública. En todo caso se trataría de legitimar una acción de gobierno con dinero público, mediante una consulta o foro, con la intención de posicionar una opción política. 15 En un contexto de competencia electoral sana, debería incluirse una mayor participación en el proceso de construcción e implementación de las políticas públicas. Democratizar el ejercicio público. EL PROGRAMA SECTORIAL. ANÁLISIS Y SOLUCIÓN Como vimos, la agenda de gobierno se basó en la convocatoria a los foros de consulta en varios municipios y por áreas temáticas. Para el área de educación escolarizada, se formuló el “Programa Sectorial 2011-2016”. En él se resumen medidas a desarrollar para 14
Aguilar destaca el seguimiento de las políticas públicas: “Hay así, un doble sentido de implementación: es el proceso de convertir un mero enunciado mental (legislación plan o programa de gobierno) en un curso de acción efectivo y es el proceso de convertir algo que es sólo un deseo, un efecto probable, en una realidad efectiva” (Aguilar,1996: 47). 15 Debe considerarse que “gobernar en contextos políticos plurales y autónomos, de alta intensidad ciudadana y con graves problemas sociales irresueltos, parece exigir dos requisitos fundamentales: gobernar por políticas y gobernar con sentido público. Las estrategias de gobierno homogéneas y globales, así como los estilos de gobierno secretos, excluyentes y clientelares, están previsiblemente condenadas en el futuro inmediato a la ineficiencia administrativa, al castigo electoral y a la hostilidad política” (Aguilar, 1996: 30). 94
resolver diversos problemas en el ámbito educativo, a lo largo del sexenio. Pero el programa fue presentado con pompa por funcionarios a un auditorio de funcionarios. El documento 16 consta de 132 páginas, más anexos. Se desglosa en 5 capítulos. Diagnóstico del sistema educativo estatal; Vinculación del programa con el marco internacional, nacional, local y normativo; Matriz estratégica; Instrumentos de gestión y política pública; Seguimiento y evaluación, transparencia y rendición de cuentas. Aquí nos circunscribimos a tocar los puntos englobados bajo el concepto de rezago educativo, forma mediante la cual se ocultan los rostros de la exclusión, contabilizados, pero sin una propuesta de política pública concreta y real. El eje del análisis del sistema educativo estatal, está basado en los resultados arrojados por la evaluación de la pruebas Enlace y Pisa, 17en especial la primera. Estas mediciones, una de carácter internacional (OCDE), y la otra de manufactura nacional, son comparados con los del resto de los estados de la República. El documento se centra -aunque también habla de educación media y superior- en la educación básica. Primaria y secundaria tienen mecanismos de evaluación periódicos y permanentes. Para la educación media y superior se utilizan indicadores convencionales de eficiencia terminal, deserción y cobertura.
16
El documento se puede consultar en la página oficial del Gobierno del Estado de Sinaloa. Bloqueado temporalmente por cumplimiento de disposiciones legales. 17 La Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares (ENLACE) es una prueba que se aplica a planteles públicos y privados. Enlace va dirigida a los alumnos de tercero a sexto grados de primaria y de primero, segundo y tercero de secundaria, en función de los planes de estudios oficiales en Español y Matemáticas. Se contemplan ya otras asignaturas: en 2008, Ciencias; en 2009, Formación Cívica y Ética y en 2010, Historia. Por su parte, las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) de la OCDE tienen como objetivo examinar el rendimiento en áreas clave: comprensión lectora, matemáticas y ciencias. Estas pruebas se aplican a los alumnos próximos a concluir la educación básica (SEPYC, 2011: 21). 95
Los resultados que sirven como base al análisis, muestran una caída en los lugares que se habían obtenido en evaluaciones anteriores. Sobre todo en educación primaria. Tomando como base los datos de la prueba enlace y los resultados 2006 vs 2010, en primaria y en español, Sinaloa sufrió un drástico descenso, pasando del lugar 12 al 24 en la escala nacional. Bajo el mismo esquema en matemáticas se pasó del lugar 4 al 13. En ambos campos se puede apreciar una baja considerable, al compararse al resto de los estados del país. Malas cuentas en primaria. En el nivel de secundaria, resultados comparados según la prueba enlace 2006 versus 2010, en español se pasó del lugar 19 al 20 perdiendo un lugar. En el caso de matemáticas siguiendo el mismo esquema, se obtuvo una mejoría de dos lugares ya que se subió del lugar 16 al 14. Se puede observar que en secundaria el español sigue a la baja y sólo se mejora en matemáticas; algo debió pasar para obtener este logro, aunque el informe no especifica la causa. Habría que entender y valorar esa experiencia. En relación a la prueba Pisa, el informe señala los siguientes resultados del 2009 en Ciencias: Sinaloa obtuvo 405 puntos. Quedó por debajo de la media registrada en 501, ubicándose en el lugar 26 del país. En lectura de comprensión se alcanzó 419, siendo la media 501, ubicándose Sinaloa en el lugar 21. En matemáticas el resultado es de 417 puntos, de una media de 496, ocupando el lugar 15 en el concierto nacional. Malas notas. Se sostiene que el rezago educativo en la entidad asciende a 773,215 personas, representando el 39.3 % de las personas mayores de 15 años que no han cursado la educación básica. Son casos extremos 9 de los 18 municipios. Es decir, en el 50% de los municipios, encabezados por Choix y Badiraguato, pero también Sinaloa de Leyva, Cosalá, San Ignacio, Mocorito, Elota, Concordia y Navolato. Municipios en su mayoría ubicados en la zona serrana y que atraviesan por circunstancias muy particulares y que acaso tienen relación con la efervescencia de la violencia. Junto con el rezago educativo, los porcentajes de asistencia al grado escolar correspondiente, es decir la matrícula en relación al rango de edad, mantiene la misma tendencia. El rezago se recicla. 96
Por lo que toca a los datos de la educación media y superior, el documento señala que en educación media superior para el ciclo 2010-2011 una cobertura bruta de 79% y para el ciclo 2009-2010, reporta un 15 % en deserción, reprobación de 14.4% y una eficiencia terminal de 64.6 por ciento. En educación superior, en el ciclo 2010-2011 la cobertura bruta fue de 34.05 % y en 2009-2010, una deserción de 9.8 %, y un 66.0% en eficiencia terminal. En educación superior se incluyen los niveles técnico superior, normal, licenciatura y posgrado, además del régimen escolarizado y no escolarizado. Estos resultados se presentan como parte del diagnóstico, que refleja el estado que guarda la educación en Sinaloa. Se debe dejar constancia en torno al valor que se otorga a las evaluaciones Enlace y Pisa. Aunque los modelos han sido muy discutidos y cuestionados, por el momento, no es el propósito introducir aquí este debate. Dejemos por lo pronto planteado el señalamiento al respecto, y tomemos los modelos como puntos de partida o premisas para el análisis. Mal se estaría si se confundieran los indicadores educativos con la realidad. La educación básica se encuentra con una tendencia a la baja. Los mismos resultados de las pruebas Enlace y Pisa lo reflejan, y el equipo de gobierno entrante los toma y los exhibe como deslinde del anterior gobierno, el de Jesús Aguilar Padilla, y como punto de partida para su gestión. El retroceso de la educación primaria es alarmante, ya que en ella se siembran las habilidades básicas en las que se apoyará la formación de los jóvenes que continúen en el sistema educativo. Una mala formación en primaria difícilmente se puede corregir en secundaria, de suerte que las deficiencias educativas se vuelven una bola de nieve, que terminan por desembocar en deserción y en la baja tasa de eficiencia terminal. El rezago educativo como suma de las diferentes formas de la exclusión educativa. LOS DATOS, LOS PLANES Y LA REALIDAD El diagnóstico del Programa Sectorial para la educación primaria se resume en una palabra: baja. Las escuelas multigrado (1665) son las protagonistas, ubicadas las más en el área rural, 97
(72.6% urbano 27.4% rural). La dispersión geográfica, su aislamiento tecnológico, las dificultades en el proceso áulico, aunado a dificultades de supervisión, reflejan los resultados. Ubicado el problema en las escuelas multigrado de primaria, proponen como solución buscar puntos intermedios estratégicos, como escuelas de concentración con organización completa y una mayor factibilidad de supervisión pedagógica. Conviene a este respecto recordar el hecho de que en 9 de 18 municipios te tendencia rural se concentra el rezago educativo (39.3%). Estos municipios encabezan los índices de marginación 18. El cuadro social es completo, cuando a los bajos resultados en las evaluaciones se le agrega el factor marginación. Elevar los índices de bienestar social no es una tarea imputable a la educación, pero si se logra conjuntar una política pública de apoyo al desarrollo social, con una política pública educativa, podrían atenuarse los impactos y las condiciones de exclusión social y educativa. Por otro lado la propuesta de concentrar en zonas estratégicas a las escuelas multigrado, podría agudizar el problema de la deserción, ya que se agregarían a los costos del hogar, el traslado, ventaja que hoy tiene el sistema multigrado: la proximidad. Respecto a secundaria, se parte de la idea de que se han logrado avances y se proponen acciones de mejora en la contratación y selección del personal académico, apuntando al perfil deseado, centrar en el desempeño en el grupo, los incentivos económicos, apoyarse en la implementación de la Alianza por la Calidad de la Educación, aunando la capacitación al personal docente y administrativo, y al final apuntar a las telesecundarias. Estas serían la parte más débil del logro educativo. Son un proyecto mediante el cual se puede atender la educación en poblaciones con menos de 2,500 habitantes; es decir, se trata de un sector que permite atender a sectores sociales de las localidades más apartadas. Muestran los mismos problemas de las escuelas 18
Según datos CONEVAL 2010, Sinaloa ocupa el lugar 18 entre los estados del país por el grado de marginación, teniendo a Badiraguato con nivel muy alto, Choix alto, Concordia, Cosalá, Elota, El Fuerte, Mocorito, Rosario, San Ignacio y Sinaloa en nivel medio. (CONAPO). 98
multigrado: dispersión y zonas de alta marginación. Se cuenta con 331 planteles, casi 20% son bidocentes o unitarias. La carencia de plazas de maestros así como de directores es una demanda. La existencia de déficits en la habilidad lectora sería el elemento característico del sector. Ocurre lo mismo que en la educación primaria con las escuelas multigrado, donde influyen de manera determinante factores sociales que marcan carencias e influyen en el aprovechamiento: dispersión geográfica, marginalidad social, poco acceso a las tecnologías y bibliotecas y sobre todo no hay garantía de calidad pedagógica en el aula. De modo que los logros en educación en Sinaloa vienen a la baja, como se ejemplificó en educación básica. Las propuestas de solución sólo apuntan a mejoras incrementalistas, buscando una mejor posición comparable con otros estados y tomando como base las evaluaciones de la pruebas Enlace y Pisa. En el fondo están los índices de marginalidad de la realidad social, y no sólo rurales; en las zonas urbanas también existen rezagos, aunque no se señalen en el texto. El Programa se enfoca a las escuelas multigrado de primaria o secundaria, ubicando en estos sistemas la baja en el aprovechamiento. Es una visión parcial. El programa Sectorial debería combinarse con políticas públicas de impulso a la inclusión social, de los municipios o grupos sociales hoy excluidos, a los que la educación por sí sola no logrará erradicar. Por otra parte, enfocar el programa educativo en función de indicadores de evaluación del tipo Enlace y Pisa, no permiten atender el fondo del problema, más bien el esfuerzo termina por orientarse en tomar medidas apuradas y soluciones temporales. El verdadero eje de la discusión debió de enfocarse a reflexionar sobre las mejores formas de solucionar los problemas educativos, pensándose más en los problemas pedagógicos y estructurales 19. 19
Desde hace tiempo se han señalado diferencias en los alumnos de la sierra y de la costa; empero se les evalúa de forma homogénea. Véase: “Educar es formar, desarrollar, aprender. Y esto está en función de la historia personal del individuo. Un niño de los altos no tiene las mismas motivaciones para construir un conocimiento determinado que uno de la costa. Esto es obvio, sus intereses, experiencias de vida, forma de apreciar las cosas o su vida misma, son distintos” (Malacón, 2007: 337). 99
La palabra que más aparece en el texto es la de “supervisión”, mucho más veces que la de participación. Siendo un problema recurrente tomar la opinión de los docentes a través de acuerdos sindicales, pero pocas veces en los espacios escolares en reuniones de carácter didáctico o pedagógico. Sin el concurso creativo y libre del maestro, se antojan difíciles los avances. Exclusión social y educativa, se combinan en los resultados que se obtienen en el logro educativo, el Programa Sectorial 20112016, presentado por los funcionarios encargados de llevarlo a cabo, basado en enfoques parciales, puede conducir a soluciones parciales. El hecho de ser resultado de consultas públicas, reconoce la necesidad de participación, mas no se observa lo mismo en las fases de la construcción de la política pública. El no involucramiento de varios sectores y actores sociales, por ejemplo maestros, estudiantes y padres de familia, presupone riesgos extra en la fase de implementación y evaluación, sobre todo si no son incorporados, ya que en ellos reside la fortaleza y el talón de Aquiles. Otro elemento lo constituyen los recursos públicos que se destinen al. En buena parte refleja el interés real. Se reconoce en el documento un incremento del 6% en términos nominales, sobre lo ejercido el año anterior. Lo que da una idea de las posibilidades reales del Programa Sectorial 2011-2016, en la educación. De ser cierto que se pretende actuar sobre los municipios que conjuntan la marginación y los mayores índices del rezago educativo, una pregunta es ¿por qué el primer lugar donde se presentó el Plan Sectorial no fue uno de los 9 municipios de rezago? ¿Por qué no pensar con sentido simbólico en Choix o Badiraguato? Más bien tiene sentido suponer que el eslogan del gobierno en turno de Más Educación se refiere a más de lo mismo. BIBLIOGRAFÍA Aguilar. L. (1996). El estudio de las Políticas Públicas. Estudio introductorio. Miguel Ángel Porrúa. México. Gobierno del Estado de Sinaloa. SEPYC. (2011). Programa Sectorial 2011-2016. Educación. Versión digital. Lindblom CH. (1996). Todavía tratando de salir del paso. En Aguilar L. (1996). La hechura de las políticas públicas. Miguel Ángel Porrúa. México. D.F. Pp 227-254. 100
Roth
André-Noel. (2006). Políticas públicas. Formulación, implementación y evaluación. Ediciones Aurora. Colombia. SEP. (2011). Sistema Educativo de los Estados Unidos Mexicanos. Principales cifras Ciclo Escolar 2010-2011. Dirección General de Planeación y Programación. México. Solana F. (Compilador). (2006). Educación. Visiones y revisiones. Siglo XXI. Fondo mexicano para la educación y el desarrollo. México. Subirats J. Gomá R, Brugué J. (coords.) (2005): Análisis de los factores de exclusión social. INSTITUT DE GOVERN I POLITIQUES PÚBLIQUES (UAB). Fundación BBVA.
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FINANZAS PÚBLICAS: CULIACÁN, MAZATLÁN Y AHOME,2002- 2008 Jorge FIGUEROA CANCINO ♦ RESUMEN El presente documento es parte de un estudio comparativo sobre el desarrollo de las finanzas públicas en los municipios de Culiacán, Mazatlán y Ahome, de 2002 a 2008. Como referente conceptual, el texto se apoya en aportaciones de investigadores del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), y del Sistema de Indicadores de Evaluación Municipal de la Agenda Desde lo Local, en su cuadrante de Desarrollo Institucional para un Buen Gobierno, del cual se retomaron indicadores y fórmulas de evaluación sobre el gasto público, como proporción de gasto corriente y de inversión municipal, proporción de gastos de servicios personales (nómina de personal) sobre el total del gasto corriente, proporción del gasto corriente sobre el total de gasto municipal, porcentaje por cada concepto de gasto, etc. Por la diversidad de variables de la problemática y lo limitado del espacio, nos abocamos a un análisis comparativo del gasto por clasificación económica en los municipios citados, complementado con cuadros y gráficas. Se busca que los resultados sean útiles para que los gobiernos municipales, instituciones educativas, iniciativa privada y ciudadanía, cuenten con herramientas e información sobre la evolución reciente de las finanzas públicas municipales y obtengan evaluaciones fundamentadas, en función de indicadores básicos de su desempeño. Todo ello podrá ser de ayuda para las políticas municipales de recaudación fiscal, elevar la calidad en el ejercicio del gasto público y coadyuvar en el fomento de su transparencia.
♦
Doctor en Administración Pública por la Universidad Autónoma de Durango. Director por segunda ocasión de la FACISO, es miembro del Cuerpo Académico de “Sociedad y Cultura”. En este trabajo colaboró el estudiante de licenciatura en Economía Héctor Manuel Cañedo C.
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1. EL GASTO MUNICIPAL DE MAZATLÁN ENTRE 2002 A 2008 Los gobiernos municipales del lapso contemplado fueron de tres partidos: PRI, PT y PAN. Los años 2002 y 2004 fueron convulsivos e inestables en Mazatlán, y hubo varios alcaldes: se inició con Jorge Rodríguez Pasos (2002) del PT, quien por incapacidad para gobernar duró algunos meses en el poder; le siguió Gerardo Rosete (20022003) del PT y Ricardo Ramírez González (2003-2004) del PRI; entre 2005 y 2007, gobernó Alejandro Higuera Osuna del PAN; y entre 2008-2010, Jorge Abel López Sánchez del PRI. Respecto del gasto público municipal en 2002 Mazatlán contaba con 462.9 millones de pesos corrientes y para 2008 subió a 1,053.8 millones; a lo largo de 7 años incrementó su gasto en 623.9 millones, con un incremento nominal de 128 %; o 18.3% anual en promedio. La población creció un 1.7% anual entre 2005 y 2010, por abajo del presupuesto, siendo favorable al contar con mayor disponibilidad de obras y servicios públicos (Grafica 1). El gasto acumulado de 2002 y 2008 fue de 5, 063,829.00 . El promedio de Gasto Corriente (GC) fue de 23.9% y el de Gasto de Inversión (GI) de 76.1%; se inició el GC con 86.5% en 2002 y cerró en 73.4% en 2008; paralelamente el GI inició en 13.5% en 2002 y terminó en 26.6% en 2008, siendo un esquema financiero positivo para las finanzas municipales.
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Gráfica No. 1. Distribución Porcentual del Gasto Municipal de Mazatlán por Clasificación Económica 100.0% 90.0% 80.0%
86.5%
82.2%
70.0%
74.7%
78.7% 69.6%
73.4% 67.7%
30.4%
32.3% 26.6%
60.0% 50.0% 40.0% 30.0% 20.0% 10.0%
13.5%
17.8%
25.3%
21.3%
0.0% 2002 2003 Gasto Corriente
2004
Lineal (Gasto Corriente)
2005 2006 2007 Gasto de Inversión
2008
Lineal (Gasto de Inversión)
Fuente: Elaboración propia con apoyo de H. Ayuntamiento de Mazatlán, Cuentas Municipales de 2002 a 2008; Contaduría Mayor de Hacienda del Congreso del Estado de Sinaloa en años 2002 a 2006; y Auditoría Superior del Estado de Sinaloa, de 2007 a 2008.
DESARROLLO DEL GASTO MUNICIPAL DE AHOME Entre 2002 y 2008, en el municipio de Ahome, con asiento en la ciudad de Los Mochis, tuvo los siguientes alcaldes: de 2002 a 2004, Mario López Valdés; entre 2005 y 2007, Policarpo Infante Fierro y de 2008 a 2010, Esteban Valenzuela. El desarrollo del gasto público municipal, se comportó así: en 2002 contaba aproximadamente con 382 millones de pesos corrientes; para 2008, el gasto subió a 774.8 millones; es decir, entre 2002 a 2008, se incrementó el gasto en 327.7 millones, con un aumento nominal de 73.3%; y crecimiento anual promedio de 10.5%; inferior al de Mazatlán, con 128%. 105
La población de Ahome creció 1.5% anual entre 2005 y 2009 (INEGI, 2005), 1por lo cual el presupuesto creció a tasa superior a la población, positiva para el desarrollo municipal. El gasto acumulado entre 2002 y 2008 fue de 3,966.7 (tres mil novecientos noventa y seis millones setecientos mil pesos). Ahome inició en 2002 con 71.8% de GC y 28.2% de GI, para cerrar en 2008, respectivamente con 68.7% y31.3%. Con promedio en mismo periodo de 70.1% de GC y 29.9% en GI, siendo el porcentaje más alto aplicado a gastos de inversión (Grafica No. 2). Grafica No. 2. Desarrollo Porcentual del Gasto Municipal por Clasificación Económica en Ahome 80.0 70.0
71.8
66.8
71.6
75.8 74.2 68.7 61.5
60.0 50.0 40.0 30.0 20.0
Gasto Corriente
38.5 28.2
33.2
28.4
31.3 24.2 25.8
Gasto de inversión
10.0 0.0 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
Fuente: Elaboración propia con apoyo de H. Ayuntamiento de Ahome, Cuentas Municipales de 2002 a 2008; Contaduría Mayor de Hacienda del Congreso del Estado de Sinaloa en años 2002 a 2006; y Auditoría Superior del Estado de Sinaloa, de 2007 a 2008.
1
INEGI, citado por periódico el Debate, página http://www.debate.com.mx/eldebate/articulos/ArticuloGeneral.asp?idArt=10 020370&IdCat=6098&Page=2, consulta en 27 de noviembre de 2010.
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DESARROLLO DEL GASTO MUNICIPAL DE CULIACÁN En Culiacán al igual que en Mazatlán ha habido alternancia política municipal. De 1996 a 1998 gobernó la capital el PAN con Sadol Osorio Salcido; y en las elecciones de 2010 ganó el PRI la alcaldía en coalición con el Partido Nueva Alianza y Héctor MelesioCuén como alcalde. Fuera de esos periodos ha gobernado el PRI solo. De 2002 a 2008 han sido alcaldes de Jesús Enrique Hernández Chávez (2002 a 2004); Aarón Irízar López, (2005-2007); y Jesús Vizcarra Calderón (2008 a 2010). EI Censo General de Población y Vivienda de 2000 (INEGI) registró una población para Culiacán de 745,537 habitantes; el II Conteo de Población y Vivienda de INEGI para 2005, arrojó una población de 793,730 habitantes; y la tasa de crecimiento anual se estimó de 2000 a 2005 de 1.1% para el municipio. En 2002 el gasto municipal era de 817.1 millones de pesos corrientes, y para 2008 subió a 2,061.9 millones; en 7 años incrementó su gasto en 1,244.8 millones, con un aumento nominal de 152% y un promedio anual de 21.7%, el más alto de los tres municipios. El salto fue de 2006 con Aarón Irízar López, donde se aplicaron 1,378.6 millones y en 2007 se aumentó a 1974.7 millones; con incremento de 43.3% (Gráfica 3). El gasto acumulado en la etapa fue de $9,428.5 mmp (nueve mil cuatrocientos veintiocho millones y quinientos mil pesos corrientes). Considerando un aumento anual promedio de gasto en 21.7%, en comparación con el crecimiento poblacional de 1.1% anual, y un crecimiento inflacionario bajo con promedio anual de 4.2% 2; se puede afirmar que Culiacán fue mucho más favorecida que los otros municipios en materia de infraestructura y servicios, y por tanto en apoyo al desarrollo social y económico. El promedio de GC en la etapa de análisis fue de 76.8%; en tanto el GC promedio el 23.3% (Gráfica 3). Al cierre de 2002 se aplicó en Culiacán un 20.1% de GI y 79.9% para GC; para 2008 se erogó el 68.6% GC y 31.4% en GI. Estos datos confirman un incremento tendencial en el gasto de capital de los tres municipios.
2
Banco de México, página Web http://www.banxico.org.mx
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Gráfica No. 3. Distribución Porcentual de Gasto por Clasificación Económica, en Culiacán 100.0% 50.0% 0.0%
79.9% 78.0% 82.3% 83.5% 80.1%
65.3%68.7% 34.7%31.3% 20.1% 22.0% 17.7% 16.5% 19.9% 2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
Gasto Corriente Gasto de Inversión Lineal (Gasto Corriente) Lineal (Gasto de Inversión) Fuente: Elaboración propia con apoyo del Ayuntamiento de Culiacán. Contaduría Mayor de Hacienda del Congreso del Estado de Sinaloa en años 2002 a 2006; y Auditoría Superior del Estado de Sinaloa, de 2007 a 2008.
COMPARATIVO SOBRE EL GASTO MUNICIPAL POR CLASIFICACIÓN ECONÓMICA: MAZATLÁN, AHOME Y CULIACÁN El Cuadro 1 muestra la tendencia del Gasto Municipal por Clasificación Económica, a la disminución del GC en los tres municipios, y un incremento paralelo del GI. Mazatlán inició en 2002 con 86.5 % de GC y cerró en 2008 con y 73.4% de GI; Ahome erogó en 2002, 71.8% en GC y en 2008 con 68.7%; Culiacán ejerció respectivamente 79.9% y 68.7%; siendo Ahome en 2007, quien aplicó el menor porcentaje de GC con 61.5%Respecto al GI, Mazatlán inició en 2002 con 13.5% y terminó en 2008 con 26.6%; en el mismo orden Ahome, tuvo en 2002 un 28.2% y en 2008 el 31,3%; respectivamente Culiacán aplicó 20.1% y 31.3%. El municipio con mayor inversión en obras y servicios fue Ahome en 2007, con 38.5% y el de menor, fue Mazatlán en 2002 con 13.5%. En 2007, los tres municipios ejercieron un GI mayor al 30%. Considerando que un GC menor a 50% sobre el total del gasto; o 40% de GI sobre el total del ingreso, logra color verde en los indicadores de la Agenda Desde lo 108
Local, fue Ahome en 2007 con 61.5% de GC y 38.5% de GI, que se aproximó al esquema ideal de gasto. Sumados los tres municipios, en cuanto a la tendencia de su GC, se confirma el comportamiento hacia su disminución, pues en 2002 hubo un promedio de 79.4% y terminó en 2008 con 70.3%, con una baja relativa de 9.1 puntos. Respecto al GI, paralelamente aumentó en el período ya señalado, iniciando con un promedio de 20.6% en 2002 en los tres municipios, para concluir con 29.7% en 2008. En 2007, las tres municipalidades observaron un incremento visible de más el 30% en su GI; sumando un promedio de 35.2%. Se presentó un promedio para los tres municipios analizados de 2002-2008 de 73.3 % para Gasto Corriente y de 25.67% para Gasto de Inversión (Cuadro 1).
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Cuadro 1
TIPO DE 2002 2003 GASTO Y % % MUNICIPIO
2004 2005 % %
2006 %
2007 %
2008 %
Gasto Corriente 86.5 82.2 Mazatlán
74.7
78.7
69.6
67.7
73.4
Gasto Corriente 71.8 66.8 Ahome
71.6
75.8
74.2
61.5
68.7
Gasto Corriente 79.9 78.0 Culiacán
82.3
83.5
80.1
65.3
68.7
Gasto Corriente Promedio
79.4 75.7
76.2
79.3
74.6
64.8
70.3
13.5 17.8
25.3
21.3
30.4
32.3
26.6
28.2 33.2
28.4
24.2
25.8
38.5
31.3
Gasto Inversión Mazatlán
de
Gasto Inversión Ahome
de
Gasto Inversión Culiacán
de
Gasto Inversión Promedio
de
20.1% 22.0% 17.7% 16.5% 19.9% 34.7%
31.3
20.6 24.3
29.7
23.8
20.7
25.4
35.2
Fuente: Elaboración propia con apoyo de Estado de ingresos y egresos e integración del resultado del ejercicio al segundo semestre (julio - dic.) y Cuentas Municipales de Culiacán, Ahome y Mazatlán, años 2002 a 2008, Contaduría Mayor de Hacienda del Congreso del Estado de Sinaloa en años 2002 a 2006; y Auditoría Superior del Estado de Sinaloa, de 2007 a 2008.
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CONCLUSIÓN Se puede afirmar que en la etapa de análisis (2002-2008), se presenta una tendencia positiva a mejorar el esquema de las finanzas públicas en los municipios urbanos de mayor tamaño de Sinaloa, y de acuerdo a las recomendaciones de INAFED y de investigadores del CIDE. Es decir, aplicar el mayor porcentaje posible en gasto de capital o inversión, disminuyendo el gasto administrativo, lo cual se traduce en mayores obras de infraestructura y servicios a favor de la población y el desarrollo económico y social. BIBLIOGRAFÍA Ayuntamientos de Culiacán, Mazatlán y Ahome. Revisión de Gobiernos de 2002 a 2008. Cuentas Públicas Municipales, Estados Financieros e Informes de Gobierno. Banco de México, página Web http://www.banxico.org.mx Cabrero Mendoza, Enrique y Orihuela Jurado Isela (2000), Finanzas en municipios urbanos de México. Un análisis de los nuevos retos en la gestión de las haciendas locales. (1978-1998). Fotocopia en Curso de Gerencia Pública Municipal, CIDE. Congreso del Estado de Sinaloa, Contaduría Mayor de Hacienda, Estado de Ingresos y Egresos de los Ayuntamientos de Culiacán, Mazatlán y Ahome, años 2002-2008, en las Cuentas Públicas Municipales de mismos municipios. Archivos municipales. Figueroa Cancino, Jorge, Estudio comparativo del ingreso y gasto de Culiacán, Mazatlán y Ahome, de 2002 a 2008 (Informe de Investigación), PROFAPI, UAS, julio, 2010, Culiacán, Sin. Guerrero Amparán, Juan P. (Coord.), (2004), Impuestos y Gasto Público en México desde una perspectiva multidisciplinaria. LIX Legislatura de la H Cámara de Diputados y CIDE, México, INEGI, Finanzas Públicas Estatales y Municipales de México, ediciones de 2002 a 2008, ed. INEGI, México Instituto Municipal de Planeación de Culiacán, Sinaloa, http://implanculiacan.gob.mx/index.php?option=com_content&view=ar ticle&id=540&Itemid=56. Diciembre 2010. INDESOL (2003), Perfil y Perspectivas de los Municipios Mexicanos para la Construcción de la Política Social de Estado, Ed. INDESOL, México. Secretaría de Gobernación, (2007), Manual de Transferencias Federales para Municipios, ed. Instituto Nacional para el Federalismo y Desarrollo Municipal, Secretaría de Gobernación.
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CARLOS FUENTES: SUS RAÍCES SINALOENSES Por Joaquín LÓPEZ • La noticia que la madre de Carlos Fuentes había nacido en Mazatlán, fue suficiente motivo para indagar sobre su ascendencia. El primer hallazgo fue un registro de otro Carlos Fuentes nacido en el puerto en 1888, quien resultó ser hijo de un telegrafista chilango y al parecer sin parentesco. En el Registro Civil de Mazatlán alcanzamos a ver partes del acta de nacimiento de la madre de Fuentes, Bertha Alejandrina Macías Rivas (2/1/1909); él se refiere a ella como Berta Alejandra, nombres que aparecen tachados y la leyenda “vale”. En la obra de Fuentes se anota que su abuela materna, Emilia Rivas Gil, había nacido y criado en Sonora. En una publicación de “The Gray Wolf Annual Five: Multicultural Literacy”, Fuentes relata las peripecias que vivieron sus padres el día de su nacimiento en la ciudad de Panamá en 1928. Según el portal de internet de la Secretaría de Relaciones Exteriores, su padre, Rafael Fernando Fuentes y Boettiger era Encargado de Negocios ad interim en el Servicio Exterior Mexicano desde 1926, donde despachaba como “Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario Ignacio Norris” (sic). “Norris”, lo ignora Fuentes, fue un abogado nacido en El Rosario, Sinaloa, en 1877 y cuyo apellido en realidad era Noris. Antes de servir como diplomático fue diputado por Sinaloa en los años de la Revolución y uno de los que protestaron la muerte del senador Belisario Domínguez ante el presidente Victoriano Huerta y encarcelados por éste en 1913. También fue Magistrado del Tribunal de Justicia del Distrito Federal en 1919 y poco después de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; era descendiente de Joaquín Noris, padre del rosarense Teófilo Noris Cibrián, último sobreviviente cadete defensor del Castillo de Chapultepec contra los
•
Cronista de Teacapán, municipio de Escuinapa, Sinaloa. Es profesor de inglés del Centro de Idiomas de la UAS.
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norteamericanos en 1847. Varios Noris fueron diplomáticos, políticos o socios mineros de la familia Bradbury en El Rosario, Sinaloa. Los abuelos maternos de Fuentes fueron vecinos de los Watson, los Quijano, los Haas y los Estrada. Bertha nació por la calle Belisario Domínguez, mientras que Genaro Estrada nació a media cuadra; Estrada conoció a los Fuentes-Macías pues desde 1921 despachaba como Oficial Mayor de la SRE donde había llegado invitado por el ministro Alberto J. Pani, durante la presidencia de Obregón. Estrada ocupó, durante el gobierno de Victoriano Huerta, el puesto de Prefecto de Estudios de la Escuela Nacional Preparatoria, lugar donde conocería a Pani, quien una vez investido como Ministro de Industria de Carranza en 1917 lo invitó a colaborar con él. José Vasconcelos cuenta en sus memorias sobre una rencilla entre él, un general íntimo amigo del presidente Obregón, siendo la causa posible la abuela de Fuentes quien estaba “emparentada con la familia presidencial”; Vasconcelos ordenó su cese del cargo que ostentaba en la SEP. Sobre esto anota lo que le dijo Obregón: “El interés que nos inspira a ambos de esa señora depende de que la conocemos de antiguo y sabemos que con su trabajo sostiene a las hijas y a un marido paralítico” (El Desastre, pp. 99). No es aventurado creer que fue la abuela de Fuentes quien solicita y consigue para su yerno, un puesto en el servicio exterior. Vasconcelos describe la facilidad con que se hacían ese tipo de nombramientos: “…Miguel Alessio y yo habíamos tenido la ocurrencia de visitara uno de esos ministros de don Pablo (González, Jefe de Operaciones Militares) para que nombrara por telégrafo Encargado de Negocios en España a un amigo común. Alfonso Reyes” (La Tormenta pp. 373). El padre de Fuentes y Genaro Estrada formaron parte del círculo íntimo de amigos de don Alfonso Reyes; su padre, Bernardo, figura en un hecho de armas en los tiempos de Heraclio Bernal en Villa Unión que le consigue su estrella de general, hazaña que hasta entonces sólo había logrado Porfirio Díaz. El escritor Salvador Elizondo y Fuentes fueron compañeros de parranda y de la facultad de Derecho de la UNAM. El padre de Elizondo, Salvador Elizondo Pani era primo de Alberto J. Pani. Según Fuentes tanto su abuela como la Salvador Elizondo “fueron muy amigas en Mazatlán y por lo tanto compartían historias conjuntas, 114
conservadoras memoriosas en el recinto final de las provincias perdidas: la Ciudad de México”. Elizondo era además sobrino-nieto del poeta y diplomático Enrique González Martínez, jalisciense casado con sinaloense, Prefecto Político durante el Porfiriato y de larga y fecunda residencia en el estado. La imprenta Retes de Mazatlán le publicó “Preludios”, su ópera prima (1903). La lectura de la novela “Aura” de Fuentes vio un resurgimiento en sus ventas gracias al entonces Secretario de Trabajo, José Carlos María Abascal Carranza cuando logró que despidieran a Georgina Rábago, profesora de su hija, por haber encargado la lectura de la novela (La Jornada 16/4/2001). Aunque la trama es ficticia, no así la casa donde ocurren los hechos pues, dice Fuentes, Elizondo la alquilaba y la utilizaba para sus prácticas eróticas. Quizá Abascal sabía de la reputación de la casa y de lo que sucedía ahí y de ahí su oposición a la lectura de la novela. Con este bagaje histórico, no sorprende que desde muy joven, Fuentes haya tenido la certeza que sería escritor. En Tiempo Mexicano narra que cuando le comunicó lo de su vocación a su padre, éste le advirtió: “Te morirás de hambre. Primero haz una carrera y luego dedícate a lo que quieras”, contrariado, Fuentes le pide consejo a Alfonso Reyes, quien le dice: “México es un país muy formalista. El título es el asa que los demás emplean para levantar nuestra tacita”. Tiempo Mexicano ganó el Premio Mazatlán de Literatura en 1973, galardón que rechazó el autor contribuyendo con ello a la suspensión del mismo por un par de lustros. En el portal de internet de la Academy of Achievement (22/X/2006) Fuentes describe a sus abuelas de las que dice: “…yo tuve dos abuelas y ambas fueron cuenta cuentos. Una era de Veracruz y la otra de Mazatlan en Sinaloa en la costa del Pacífico. Así que tenía dos océanos a mi disposición (cuando) pasaba mis veranos con mis abuelitas en México. Creo que me hice escritor a raíz de mi acceso a esas historias… todas las historias que no conocía de México, de mi propia tierra. Sus mentes y sus corazones sirvieron de almacén del pasado. Todo esto fue muy fascinante para mí, esta relación con mis dos abuelitas”. Fuentes fue parco al informar sobre su abuelo materno Manuel Macías Gutierrez; un documento revela que era originario de Guadalajara y vivía por la calle Principal (Belisario Domínguez) No. 115
558; era comerciante y descendiente de Higinio Macías Gutiérrez, natural de Xolostitlán; la esposa de éste, Domitila Gutiérrez, del mismo poblado (probablemente su prima) residía en 1909 en Aguacaliente de Gárate, Concordia, pueblo de tradición mezcalera y ciruelas cercano a Mazatlán. En 1906 era socio de la empresa de una lavandería denominada Paredes y Compañía, sus socios fueron la agiotista rosarense Francisca Rojas, su hijo José Antonio Paredes y Francisco M. Sarabia con capital social de 37 mil 607 pesos del cual Francisca aportó el 40% ó 15,420 pesos con 80 centavos; la sociedad duró 5 años. Emilia Rivas era consanguínea de los Rivas de Álamos, Sonora, Tepic, Mazatlán y Culiacán. El más distinguido fue el arquitecto Rivas Mercado (autor del monumento del Ángel de la Independencia). Le sigue su hija María Antonieta, mecenas de artistas y escritores, amante de José Vasconcelos e impulsora de su campaña a la presidencia de la República. María Antonieta se suicidó con una pistola obsequiada a Vasconcelos en Mazatlán, dentro de la Catedral de Notre Dame de París. Al comparar la imagen de la madre de Fuentes con la de María Antonieta se aprecia gran parecido físico. Fuentes asegura que desciende de: “inmigrantes llegados de Santander en la década de 1860, así como de indígenas Yaquis del Estado de Sonora”. Sobre su bisabuelo Teodoro Rivas sabemos que era abogado y como ya se dijo, emparentado con los Rivas de Tepic. Residió en Álamos, Sonora, donde aparece como testigo del testamento de Modesto Güereña (consanguíneo de María Félix) en 1866. Antonio Gil Contreras, juez local de Álamos, era pariente de la esposa de Teodoro, Josefa Gil, natural del Mineral de la Concepción de Álamos, Sonora (aquí la ascendencia yaqui que reclama Fuentes). Josefa, a la fecha del nacimiento de la madre de Fuentes era viuda y residía en Culiacán, probablemente al lado de alguno de los Rivas que desde entonces residían allá. En “Agua Quemada” Fuentes utiliza las historias que su abuela mazatleca le contara sobre el solar sinaloense. La Universidad de Sinaloa rindió tributo al escritor al otorgarle el Doctorado Honoris causa en el año 2000.
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ESPECIAL DOS EXPERIENCIAS CHILENAS DE RESISTENCIA: LAS ARPILLERISTAS Y LAS VIUDAS
Surendra SINGH NEGI • INTRODUCCIÓN No cabe ninguna duda de que Augusto Pinochet hizo todo lo posible para que su régimen durara eternamente después de encabezar el golpe de estado en 1973 en Chile, con el que depuso a Salvador •
El autor trabaja en la ciudad de Hyderabad, capital del estado de Andhra Pradesh en India. El investigador está adscrito al Department of Hispanic Studies of The English & Foreign Languages University de ese país del lejano oriente.
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Allende, el presidente que había sido elegido a través de elecciones democráticas en 1970. Sin embargo, el tirano chileno se enfrentó a movimientos sociales a varios niveles que diferentes secciones de la sociedad chilena habían articulado, como los estudiantes y maestros, los activistas del cine y teatro, la Iglesia, las arpilleristas, los escritores, las organizaciones sociales, los grupos armados clandestinos, las organizaciones de derechos humanos y de solidaridad en el extranjero, etc. En este ensayo analizamos las formas que las mujeres chilenas inventaron para resistir contra el régimen autoritario de Pinochet durante los años setenta y ochenta del siglo pasado. Aquí vamos a referirnos en dos experiencias: el movimiento de las arpilleristas y el de las campesinas de Camacho, un pueblo en la novela Viudas, de Ariel Dorfman. Las arpilleristas eran mujeres de las poblaciones urbanas pobres, alrededor de Santiago de Chile, la capital, que tejían las arpilleras: paisajes variados en una tela sencilla destacando los problemas socioeconómicos y políticos que vivían los chilenos. Era un arte político y social contra el despotismo y con ello las arpilleristas hacían propaganda política dentro del país y en el extranjero. Los modos de protesta convencionales, que se pueden explorar para llevar a cabo campañas socio-políticas como mítines públicos, panfletos, boletines de noticias, pierden relevancia cuando la gente está sometida bajo un régimen fascista y la dictadura no les concede el espacio mínimo y la posibilidad para moverse, caminar o vivir. En tales contextos, los modos alternativos e innovadores pueden emerger como sucede en las dos experiencias recordamos aquí. Explica Escudero Teresa Castro: A pesar de los métodos fascistas de represión, los pueblos encuentran formas de resistencia, de expresión, de sobrevivencia; formas de expresión de manera más o menos abierta o clandestina, según las circunstancias. Los gobiernos autoritarios como el chileno han buscado bloquear el desarrollo o rearticulación de organizaciones representativas, pero el mismo modelo de desarrollo tiende a generar fuertes tensiones y conflictos que no
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pueden ser ni absorbidos ni canalizados, por lo cual el surgimiento espontáneo de nuevas fuerzas políticas es inevitable.1
La idea de las arpilleras fue concebida por Vicaría de la Solidaridad, una de las organizaciones de movimientos sociales que emergieron en los primeros años durante el régimen criminal de Pinochet. Fundada por la Iglesia Católica en el año 1974 esta organización recibía recursos de organizaciones solidarias en el extranjero, iglesias extranjeras y de las ventas de las arpilleras dentro y fuera del país. Con este dinero la organización ayudaba a la gente en paro, a las víctimas de tortura, a las familias de los desaparecidos, etc. Su programa incluía ofrecer asistencia terapéutica, psicológica y clínica a las víctimas de tortura, organizar talleres artesanales y comedores comunitarios para los pobres de las poblaciones que estaban pasando por una fase dura debido a la represión política y el desempleo. Al principio el objetivo de la organización fue hacer independientes a las mujeres en el sentido económico y ayudarles a manejar los gastos domésticos ya que muchos de los hombres en las poblaciones se habían quedado en paro después del golpe de estado. La gente de tales poblaciones sufría hambre, pues la mayoría de ellos habían sido partidarios de la Unidad Popular y habían demostrado un apoyo explícito por el gobierno de Salvador Allende durante 1970– 1973, cuando el país vivía enmedio de la tensión, debido a una gran cantidad de las manifestaciones a favor y en contra del gobierno de la Unidad Popular. Camacho, el pueblo en Viudas, del escritor y comunicólogo Ariel Dorfman parece simbolizar una de esas poblaciones porque allí la gente sufre del mismo modo. En este campo no existen hombres, de los tres varones que hay el primero es un cura, el segundo es un bebé de dos años y el último es un adolescente que los soldados matan al final de la novela para asegurar un ambiente absolutamente controlado. Después de asesinarlo el capitán dice al ordenanza: “El único enemigo que nunca nos volverá a molestar es el que hemos matado ayer. Todo niño chico e indefenso hoy será un hombre mañana.” 1
Ariel Dorfman, Viudas, México, Siglo XXI, 1981. La edición de la que me sirvo para el presente estudio en adelante es publicada en La Habana por Casa de las Américas en 2000. P. 34.
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IDENTIDAD COLECTIVA, UNIDAD, SOLIDARIDAD Aparte de los fines económicos, Vicaría de la Solidaridad tenía compromisos sociales y políticos y con ese propósito organizaba discusiones sobre asuntos socioeconómicos y políticos para generar conciencia política entre las arpilleristas. Además, se les animaba a que compartieran sus problemas personales y familiares. Tales discusiones estimularon emociones comunes entre las mujeres debido a las circunstancias intolerables que vivían y este factor desempeñó un papel importante en la formación de una identidad colectiva. En este proceso las relaciones profesionales se volvieron políticas y las arpilleristas desarrollaron camaradería hacia otras compañeras, ya que se dieron cuenta de que compartían un conjunto de problemas más o menos parecidos, gracias al proceso de socialización que Vicaría de la Solidaridad había realizado. Las campesinas de Camacho también desarrollan un sentimiento parecido por sus pésimas circunstancias. Se sienten extremadamente desesperadas y frustradas y el sentido de “un futuro que nunca parece llegar” se queda permanente en su psicología. Curiosamente su angustia, soledad, desesperación y frustración las une y se desarrolla un movimiento y una organización anónimos. Es interesante notar el modelo de cooperativa que se encuentra dentro del sistema dictatorial. Es decir, observar cómo funciona el taller, en el que una arpillerista recibe cierta cantidad de lo que han ganado otras arpilleras, en el caso de que no vendieran las de la primera. De esta forma las mujeres viven y sienten la noción de camaradería y solidaridad. Vicaría de la Solidaridad no solamente les brinda una oportunidad para ganarse la vida, sino también les enseña cómo sentir el dolor de los demás y ayudarles en esos tiempos duros. En la novela parece que hay unidad, unanimidad y coordinación entre las campesinas de Camacho; en sus acciones no hay contradicción o arbitrariedad que habría sido el caso si las mujeres no trabajaran en coordinación. La novela no menciona de forma explícita circunstancias o lugares, pero hay un subtexto que el lector tiene que comprender para contextualizar los eventos en la historia. Por ejemplo, no se describe ninguna reunión de las mujeres de Camacho; sin embargo sin una discusión constante no puede haber tanta firmeza, determinación y confianza como ocurre con las campesinas de Camacho. Siempre se encuentra una cohesión en las acciones de 120
las campesinas. Por ejemplo, cuando proclaman un cadáver, a veces todas lo hacen juntas y cuando el capitán militar les pregunta si reconocen el segundo cadáver, no contesta ninguna. En la escena final todas las mujeres levantan el cadáver juntas como un símbolo de protesta colectiva contra el ejército. El episodio de una corte es un buen ejemplo de unidad, colaboración y organización entre ellas. Y casi todas van a la corte para reclamar un cadáver recién llegado a las afueras del pueblo. La novela no menciona a propósito cuándo deciden ir juntas a la corte, pero el lector puede darse cuenta que aquí también hay un subtexto. Como el sistema no les concede el derecho de entierro a las mujeres, cambian su estrategia y hacen la reclamación colectivamente, para ver qué excusas puede darles el sistema judicial. Además, se observa que ellas cambian la estrategia ahora, porque en vez de dirigirse al capitán se van a la corte para hacer la reclamación, porque éste no se lo había concedido a una mujer, Sofía, cuando ella hizo la petición del entierro de su padre y su marido. Los soldados también se dan cuenta de que las mujeres están organizadas cada vez mejor y con una estrategia. Katherina Theogonafis, la esposa de don Andrei Theogonafis, el ex alcalde, también es una de las que van a reclamar el cadáver. En su discurso el lector encuentra un sentido de protesta abierta contra el sistema fascista. Dice al capitán: ¿O usted encuentra normal que yo no tenga ni un hombre en mi casa, que me hayan fusilado dos hijos, que mis hijas no tengan con quién casarse, que mi marido venga flotando por el río después de haber sido arrestado en la capital hace cosa de dos años atrás cuando hacía gestiones para encontrar a Theodoro Sarakis? 2
De este modo Viudas critica el régimen autoritario pero indirectamente y así evita dificultades con la censura. LOS DESAPARECIDOS Ambos movimientos denunciaron el fenómeno de los desaparecidos que el gobierno chileno ejercía pero no quería aceptar. 2
ViudasP. 81
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Las arpilleristas protestaban directamente contra la desaparición forzada de varios activistas dibujando que habían desaparecido muchos hombres de su población. Las campesinas en Viudas lo hacen indirectamente ya que la novela habría tenido muchas dificultades en circular en Chile y en otros países si se hubiera utilizado un vocabulario explícitamente político. Dorfman aclara A modo de dedicatoria: “Libros que llevan mi nombre no podían en ese momento, y muchos todavía no pueden, circular libremente en Chile y en otros países del Cono Sur de América Latina.” 3Es interesante que no haya ni una referencia del fenómeno de los desaparecidos en Viudas, sin embargo se comprende que la novela trata de ello. Por otra parte, en la novela no se encuentran términos como resistencia, protesta, organización, movilización, etc. pero la obra es una epopeya de la resistencia de las campesinas de Camacho, en protesta contra las fuerzas armadas fascistas y para lograr sus objetivos las mujeres se organizan, aunque la novela no describa ninguna reunión directa. Entre líneas da cuenta cómo el movimiento se organiza y qué estrategia usan estas mujeres de Camacho. Las arpilleras también destacan otros problemas como falta de empleo, falta de agua potable, incapacidad económica para pagar la luz, el hambre, etc. Viudas, en cambio se enfoca exclusivamente sobre el fenómeno de los desaparecidos. LA IGLESIA La Iglesia desempeñó un papel importante en ambos movimientos. Vicaría de la Solidaridad fue una organización social católica que fundó el taller de las arpilleras y también contribuyó a la lucha social contra el tirano, apoyando a otros grupos pacíficos y armados en Chile durante la dictadura. El cura en Viudas apoya a las mujeres y critica abiertamente las acciones del ejército. Además, exige abiertamente que las mujeres reciban a sus hombres, no importa si vivos o muertos. Esta posición de la Iglesia católica en ambos movimientos debe ubicarse en el contexto de la Teología de la liberación, el movimiento de la Iglesia católica de América Latina donde los curas latinoamericanos llegaron a la conclusión de que en un continente lleno de represión, hambre, desigualdad económica y 3
Viudas, P. 7.
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opresión, la fe católica no puede funcionar en aislamiento. En Machua, una película chilena de Andrés Wood ubicada en los primeros años de dictadura, se ve que el director de una escuela católica particular apoya a los niños de las poblaciones y él los integra en el colegio. En consecuencia las familias ricas cuyos hijos estudian en este colegio protestan contra el director y le acusan de ser comunista. EL TALLER Y EL RÍO El taller de arpillería y la orilla de río en Viudas se convierten en espacios políticos de resistencia donde las mujeres se organizan y planean la estrategia de la lucha colectiva. El taller ya no sirve sólo para cubrir los gastos domésticos de las familias pobres, sino que forma parte de un movimiento que en coordinación con otros grupos subversivos, organizan actividades para aumentar la presión sobre el tirano con sus manifestaciones regulares en las calles, con las acciones armadas ocasionales y con el apoyo de la sociedad civil extranjera. En estos talleres se reúnen otros actores sociales que luchan contra las fuerzas armadas. Vicaría de la Solidaridad organiza mítines de activistas y arpilleristas y como resultado ellas acaban logrando una conciencia sociopolítica y se también vuelven activistas. El río y el cuartel son dos espacios simbólicos en Viudas: el primero representa el crecimiento paulatino de resistencia y con ello sube la tensión representada por el cuartel. Los dos espacios representan la fuerza de los dos bandos: si el cuartel representa todo armado, imponente, crueldad, atrocidad, amenaza y lo anti-pueblo, el río es pacífico, desarmado, inocente, signo de la prosperidad, esperanza, ternura y está con el pueblo. Por eso, la movilización de los militares se desarrolla y extiende alrededor del espacio del cuartel, por lo que el capitán, representante del poder se siente tan poderoso que puede aplastar y maquilar a cualquiera. No obstante, ante la anciana Sofía y su pequeño capricho de no moverse de aquel cuartel sin verlo a él le deja sacudido. El cuartel también representa todo lo anti-democrático y todo lo lejos de lo que es el país, el terreno y la gente. El río es tierno, suave, amable y amistoso y por eso trae a los difuntos de sus parientes queridos. La orilla es el lugar de resistencia, en ella todas vienen a participar y todas caben sin distinción alguna. 123
A la aparición de un cadáver todas tienen la misma respuesta para el capitán y la pronuncian de manera muy disciplinada en una fila, como soldados del ejército, con la firme determinación, aunque desarmadas. Al final la llegada de un tercer cadáver invita a venir a muchas mujeres muy de madrugada. Para “poner orden”, el capitán manda a sus soldados para que las desalojen de la orilla del río. Por vez primera se ve en la novela que las mujeres levantan un cadáver en sus manos y es aquí que los soldados recurren a la fuerza contra las mujeres. El capitán sabe que físicamente las mujeres no pueden hacer ningún daño a los soldados pero también entiende que su estrategia de resistencia pacífica y constante puede causar grandes dificultades al régimen despótico de Pinochet. Uno puede pensar que los soldados han ganado la batalla al desalojar a las mujeres de la orilla del río, pero es al revés. El mero hecho de que fuerzas armadas se hayan utilizado contra ellas, significa que el ejército tiene miedo. De todas formas, no parece que ellas hayan perdido algo; ellas ya no tenían nada que perder. Se observa el coraje colectivo de las mujeres de Camacho ante la represión militar y es este coraje colectivo que les guía y les da energía a lo largo de su lucha desarmada. LA HISTORIA: VISUAL Y LITERARIA Con la arpillera y con la noción del entierro los dos movimientos sociales han podido grabar la historia que en los tiempos de la dictadura los historiadores convencionales no podían escribir. Resulta importante mirar los dos conceptos como formas innovadoras de escribir la historia de una forma alternativa. En el caso de las arpilleristas, tratan de presentar los hechos históricos a través de los dibujos y el arte que hacen y en otras partes del país y del extranjero se enteran de lo que sucede en Chile. Evidentemente no se puede depender de los medios de comunicación y la prensa en un ambiente político de control y censura. Pero la lucha de las mujeres de Camacho no es meramente una cuestión de poder enterrar a sus familiares, sino una forma de lucha contra el régimen despótico. El acto del capitán de no dejarles a las mujeres que entierren a sus hombres, se convierte en una batalla simbólica para las mujeres. Ya no es cuestión de los parientes sino la desafiante determinación del pueblo chileno de decir: “¡Ya basta!”. 124
El entierro es un rito esencial en todas las creencias religiosas del mundo. Como las campesinas de Camacho no pudieron hacer nada para salvar la vida de sus seres queridos, el deseo de darles un entierro digno se convierte en cuestión de vida o muerte para ellas. Conseguirlo significaría el triunfo contra el enemigo y eso a su manera sacudiría el cimiento del régimen despótico. Sin embargo, el acto no debe ser considerado sólo como un asunto emocional aunque se trate de sus maridos/padres/hijos/sobrinos, sino como un intento consciente de grabar en la historia chilena que algunos hombres fueron desaparecidos, sus cadáveres fueron encontrados en determinadas fechas y fueron enterrados en determinadas fechas también. Una vez concedido el entierro, el epitafio de las tumbas se convertiría en un librito de historia con fechas precisas, con lo que se impediría, en el fondo, borrar el genocidio de la historia. Pero el déspota logra borrar enteros episodios de la historia contemporánea. Así que dar el entierro a quienes se fueron no sólo es un rito religioso, sino también una forma de recordar la historia de forma simbólica y escrita. CONCLUSIONES Las dos experiencias demuestran que en los movimientos de resistencia se emergen y se desarrollan fenómenos como socialización, movilización, solidaridad, unidad, identidad colectiva, etc. Lo que empieza como un ejercicio de sobrevivencia, en 1974 se convierte en un movimiento rebelde en el que el taller de arpillera resulta ser una plataforma para organizar reuniones y para reorganizar la vida. A lo largo del proceso de trabajo en el taller las arpilleristas pasan por una fase de socialización en la que compartiendo sus penas con otras compañeras, llegan a saber que hay otras mujeres con quienes comparten el presente. Así que el movimiento manifiesta cómo el arte puede adquirir relevancia política durante los tiempos dictatoriales, aunque este movimiento fuese ignorado por los aparatos de censura, ya que era visto como un movimiento de mujeres con cierta producción artística pero sin mucha importancia. En la novela Viudas, durante el proceso de movilización, las mujeres empiezan a sentir la noción de solidaridad porque están unidas en su lucha contra el ejército. Saben que lo único que les puede ayudar en estos duros tiempos es su unidad y solidaridad. 125
Ambos casos confirman que la resistencia pacífica popular es una eficaz arma de los débiles. Las dos experiencias muestran que en la lucha contra el despotismo, la sociedad civil juega un papel significativo: tanto el arte (la arpillera) como la literatura que es también arte (Viudas) forman parte de la sociedad civil. BIBLIOGRAFÍA ADAMS, Jacqueline, “Arts in social movements: Shantytown women’s protest in Pinochet’s Chile”, Sociological Forum, Vol. 17, No. 1. (March, 2002). AGOSIN, Marjorie (2008), Tapestries of hope, threads of love: The Arpillera Movement in Chile, second edition. Lanham: Rowman and Littlefield Publishers, Inc. ELIANA MOYA, Raggio, "Arpilleras: Chilean Culture of Resistance”, Feminist Studies, Vol. 10, No. 2 (Summer, 1984), pp. 277-290. R. DAVIS, David y D. WARD, Michael, “The dance alone: Deaths and the disappeared in contemporary Chile”, The Journal of Conflict Resolution, Vol. 34, No. 3. (Sep., 1990).
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ARENAS Revista Sinaloense de Ciencias Sociales Número 31 Se terminó de imprimir en los talleres Gráficos Once Ríos Editores, Rio Usumacinta No. 821 Col. Industrial Bravo Culiacán, Sinaloa Tel. 667-7122950