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Escribir, siempre escribir
“Escribir te obliga a hacer un viaje interno” Laura Esquivel
Escribir, siempre escribir
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Últimamente se ha hecho más difícil sonreír. Los días pasan y su peso se siente cada vez más. Es triste decir esto, es triste ver gente tan joven que debería estar llena de energía y ganas de vivir, pero lo único que quieren, muchas veces, es desaparecer. Este sentimiento, este desencanto tan recurrente, se ha visto reflejado en la escritura. Actualmente son muchas las personas que escriben como una forma de desahogo.
Escriben desde lo más profundo de su ser, desde esos sentimientos escondidos, esos sentimientos que muchas veces son invisibles para el resto, pero que en su día a día están latentes, palpitan, viven, se sienten. Y esto precisamente se hace presente en la escritura de Fabián Guerrero. A través de sus Haikús, el autor se va descifrando a sí mismo, va tejiendo con cada palabra una pequeña historia donde muestra muchas veces su soledad, su tristeza, el desamor, la fragilidad, la prisa con la que los días pasan, lo difícil que suele ser enfrentarse a un problema, entre otros temas más. Como lo dice Sonia Manzano, “Fabián Guerrero, quien porta dentro de sí la pesada maleta de una depresión congénita, está de sobra facultado para abordar, con ostensible calidad estética, esa angustia que asfixia al hombre cuando este siente que está irremediablemente solo en medio de los hombres que lo rodean”. (p.9)
Cada tema lo construye desde lo más adentro de su ser, de su alma, no es lo primero que se le viene a la mente, sino que, es realmente un recorrido interno, una introspección. Tal como lo dice Laura Esquivel, “escribir te obliga a hacer un viaje interno”. En ese viaje te descubres, tratas de descifrarte y muchas veces ni siquiera llegas a comprender todos esos sentimientos, emociones, o valores que te pertenecen; pero también sobre eso escribes. Y es ahí cuando encuentras otra forma de escribir. Escribir, para entender lo indescifrable. A veces las personas están tan
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cargadas de varias cosas, que tie- nen un caos en su mente y en su corazón, y de esa manera es difícil saber por dónde seguir, cómo actuar, qué hacer o qué sentir. Pero en esa confusión, en esa inestabilidad, la mejor herramienta para intentar desenredar todo ese caos, o para tener un refugio seguro, es la escritura.
Cada palabra se construye en base a los sentimientos, a eso mismo que no se entiende, que no se puede descifrar. En las palabras te encuentras, te construyes y re construyes constantemente. A veces mediante lo que escribes vas encontrando respuestas a cada confusión, vas trazando tu propio camino y vas encontrando tu manera de seguir, cuando pasa eso, e tiendes que la escritura ha sido esa herramienta esclarecedora. Pero muchas veces, a pesar de escribir tal cual lo que sientes o lo que crees que te está pasando, aquella incom- prensión permanece, y entonces la escritura se realiza con el fin de encontrar un refugio, escribir a pesar de no entenderte, escribir para soltar, traspasar todos esos sentimientos a una hoja de papel. No es necesario que sea todo un escrito largo y complejo, muchas veces bastan pocas palabras para expresar lo que uno siente.
Y entonces volvemos a la escritura de Fabián Guerrero, quien a través de 14 palabras o menos, deja escrito sus sentimientos. Esos sentimientos tan reales que al leerlos permiten identificarse con esa situación;10 palabras que hacen que todo tu ser vibre por dentro, porque es lo que sientes. Y es que ese es otro valor de la escritura, que puedes entenderte a ti mismo leyendo lo que otros y otras escriben, pues nada es único, y lo que te pasa a ti, seguramente ya alguien más lo vivió. Es eso lo que me pasó con muchos de aquellos Haikús. Por ejemplo, en el haikú CV Guerrero dice: “Este cielo engañoso Blanco y azul, no es más que gris” (p.115).
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Y yo, hace unos días escribí, Días grises con máscaras de colores. Quizá mi interpretación no es la correcta y puede no ser la misma para el autor o incluso para otro lector. Pero desde mi punto de vista, ambos versos hablan de esos días en los que parece que la esperanza vuelve, pero rápidamente se desvanece. Es decir, aparentemente retorna la alegría a nuestros días, el ánimo mejora y parece que todo va a funcionar, pero es momentáneo, de pronto algo pasa y esos colores grises son cada vez más intensos, Ese desencanto que, como se mencionó en un inicio ha sido el elemento principal de escritura hoy en día, retoma, muchas veces, como una sombra que aplaca todo lo demás.
María Beatriz